Año 2, tomo 6 (mar. 1902) - Publicaciones Periódicas del Uruguay

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'50 '-V:IDAMÚl>ERNA la mente de José, cerrando el paso á sus tan caras ilusiones de constituir una familia : era la fatídica frase impresa en la puerta de la «ciudad doliente»: «Laeciate o,qni speranxa. . . . » No se atrevía tí justificarse ante Laura con los argnmentos irrefutables de la verdad, por el vano temor de debilitar su profundo apasionamiento; pues cierto im~)ulso natUl~al inconsciente, fí modo de instinto de couservación, le hacía ver que el mostrar la realidad de su situaci6n á Laura, era destruiL' la base material, palpable, dirémoslo así, de sus esperanzas, fundamento estas tí su vez de sus ilusiones, ensueños, espejismCls, . . .. amor, en fin. y en tan angustiosa situación seguía resignado á merced de los designios caprichosos de la ciega fatalidad, el camino tenebroso de su eselva oscura » •••. PEDRO cossro. LAS PROFESIONES LIBERALES (*) e) » Un cuerpo vivo, - dice Spencer en su {( Ciencia Social» « - es un conjunto de células, con vida propia cada una de « ellas, las que continuarán viviendo por un cierto tiempo' « si la vida del conjunto se corta repentinamente. » Esas células, disgregadas, mueren, por ley fatal é imperiosa en la imposibilidad de satisfacer á sus necesidades individualmente y de llenar las funciones á que estaban destinadas. Si al cuerpo social, cuya sola existencia, implica una idea de gobierno, cualquiera que sea su forma, se le arranca dicha autoridad; si al estado que no es más que una individualidad compleja, cuyos elementos constitutivos son los individuos, se le priva de la fuerza que mantiene unidos á dichos organismos) como miembros que deben desempeñar funciones ( .) Sin ninguna fe en el éxito presenté á los Juegos Florales de la Asociación de la Prensa, de Montevideo, este trabajo que hoy doy á la publicidad, con algunas modificaciones de forma. El trabajo carece de todo mérito científico. Pero es un esfuerzo de la juventud. Si bien 1a primera es razón de peso, creo que la segunda más un poco de benevolencia de parte del lector, harán que el fiel de la balanza permanezca en su posición normal. Y se evitará un nuevo raté. J. •J. de ..4.. Montevideo, Febrero de 1902. (1) JUSTINO JIMÉNEZ DE ARÉCHAGA (HI.JO) es un representante genuino, de ese estado de alma que parece haber hecho presa de la juventud literaria del país y cuya manífestaci6n más típica, es, esa suerte de inorientaci6n espiritual que Informa sus escritos. Poeta, ha fluctuado nerviosamente entre las escuelas de la decadencia moderna; prosista, ha hecho crítica y ha escrito cuentos de una ingentiidad encantadora; y en todos los géneros, en que ha ensayado sus brillantes condiciones, á pesar de la falta de un ideal literario 6 social, que recién hoy, en el articulo que publicamos, aparece por primera vez, puede decirse de él: "ha trabajado como bueno ; pero su gloria, no está en lo que es, ni en 10 que ha sido, sin6 en lo que será. ~

ñ2 'VIDA l\fODERNA LAS PROFESIONES LIBERALES 53 concurrentes, es decir, que combinadas arm6nicamente, constituyan el proceso de la vida social, una vez producida la anarquía, la disgregación de dichos elementos, estos, sin 6rbita fija en que deban llenar su misi6n, morirán indefectiblemente porque en el aislamiento en que se encuentran, producido el rompimiento de las leyes naturales qne la rigen en su evolución, como ~í todo organismo vivo, carecerán de medios para el struggle [or life, para la eterna lucha por la vida! Grande es, pues, la analogía que existe entre el cuerpo social y el cuerpo humano. - Entre esos mismos elementos, que constituyen el todo armónico de ambos organismos, si en vez de estudiar su constitución, la armonía que debe existir entre unos y otros, se estudian sus funciones, se notará otra analogía fundarnentalfsima. « La 'distinción que se impone en la sociedad, entre los: ~ miembros qlleesbín destinados á presidirla en sus relaciones « políticas y los que lo están pam proveer tí las necesidades­ « imperiosas de la vida, dice Spencer, existe también en la « ciencia biológica, cuando se dice qne hay 6rganosdestinados « á las funciones rutritivas y de relación.» Las funciones desempeñadas por dichos sistemas son idénticas de toda identidad. Evidenciada tal identidad de formación y de funciones, po-­ demos asegurar pues, que las enfermedades) las crisis por que­ 'atraviesan ambos organismos son análogas, y que análogos deben ser los procedimientos qne se emplean para mantener la armonía de sus órganos constitutivos. De dicha identidad podemos deducir al mismo tiempo, que, así como es necesario para la conservacidn del organisrno· humano, el equilibrio entre el cuerpo y el espíritu, pues la excesiva cultura del uno trae aparejada la decadencia fatal del otro, así en el estado social, paraqne desempeñe las funciones para qne ha sido creado y :í cuyos fines obedecen las leyes inviolables qne lo rigeli," es menester que esté cimentado sobre la perfecta armonía de los dos grandes mecanismos si así puede llamarseles : el político y el económico. Dejando de lado las ya viejas ideas de Platón y Hobbes, y estableciendo el paralelismo entre los organismos social é individual, siguiendo el método spenceriano, convenciéndonos de su absoluta verdad, podemos contribuir á la evolución lenta y gradual del estado, pues haciéndosenos más fácil la investigación de las causas generadoras de los periodos morbosos de la sociedad, nos es más posible la solución de dichas crisis. La sociología, que es la ciencia del porvenir, y que nos da los elementos para combatir esos males sociales, nos los . dará al mismo tiempo, eficaces, para conservar y mejorar el estado armónico de la sociedad. Es la ciencia social la que nos ha enseñado que las grandes y colosales crisis por que atraviesan desde su fundación los estados de la América Española, obedecen á una ley histórica fatalísima. Somos un organismo enfermo por ley de herencia. Somos un caso de atavismo. Así como de padres sanos, bien constituidos, nacen hijos robustos, vigorosos, así también de padres neurasténicos, anémicos, nacen hijos neura.sténicos ó locos. ¿ Porqué no podremos establecer un paralelismo entre ese mal devorador, hijo del siglo, con el desequilibrio del estado económico con el político, con la preponderancia de éste sobre aquél en el organismo social? Nada se opone tí ello. Aceptémoslo, pues, que encontraremos en ello la clave de nuestro enigma. Las hoy Repúblicas ibero-americanas, naciendo á la vida colonial en una época en que la metrópoli vivía aún en un estado permanente de guerra, en plena edad heroica, y sufría las consecuencias de la lucha colosal contra el enemigo de ocho centurias; naciendo á la vida colonial en medio de un gran desequilibrio social, con instituciones organizadas con el fin de satisfacer con toda clase de elementos la insaciable sed de riquezas de los conquistadores aventureros, tuvo un carácter esencialmente guerrero. Los vicios de las instituciones de la metrópoli, fueron heredados por las colonias, encontrando los gérmenes fecundos)

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concurrentes, es decir, que combinadas arm6nicamente, constituyan<br />

el proceso de la vida social, una vez producida la anarquía,<br />

la disgregación de dichos elementos, estos, sin 6rbita<br />

fija en que deban llenar su misi6n, morirán indefectiblemente<br />

porque en el aislamiento en que se encuentran, producido el<br />

rompimiento de las leyes naturales qne la rigen en su evolución,<br />

como ~í todo organismo vivo, carecerán de medios para<br />

el struggle [or life, para la eterna lucha por la vida!<br />

Grande es, pues, la analogía que existe entre el cuerpo social<br />

y el cuerpo humano. - Entre esos mismos elementos, que<br />

constituyen el todo armónico de ambos organismos, si en vez<br />

de estudiar su constitución, la armonía que debe existir entre<br />

unos y otros, se estudian sus funciones, se notará otra analogía<br />

fundarnentalfsima.<br />

« La 'distinción que se impone en la sociedad, entre los:<br />

~ miembros qlleesbín destinados á presidirla en sus relaciones<br />

« políticas y los que lo están pam proveer tí las necesidades­<br />

« imperiosas de la vida, dice Spencer, existe también en la<br />

« ciencia biológica, cuando se dice qne hay 6rganosdestinados<br />

« á las funciones rutritivas y de relación.»<br />

Las funciones desempeñadas por dichos sistemas son idénticas<br />

de toda identidad.<br />

Evidenciada tal identidad de formación y de funciones, po-­<br />

demos asegurar pues, que las enfermedades) las crisis por que­<br />

'atraviesan ambos organismos son análogas, y que análogos<br />

deben ser los procedimientos qne se emplean para mantener<br />

la armonía de sus órganos constitutivos.<br />

De dicha identidad podemos deducir al mismo tiempo, que,<br />

así como es necesario para la conservacidn <strong>del</strong> organisrno·<br />

humano, el equilibrio entre el cuerpo y el espíritu, pues la<br />

excesiva cultura <strong>del</strong> uno trae aparejada la decadencia fatal<br />

<strong>del</strong> otro, así en el estado social, paraqne desempeñe las funciones<br />

para qne ha sido creado y :í cuyos fines obedecen las<br />

leyes inviolables qne lo rigeli," es menester que esté cimentado<br />

sobre la perfecta armonía de los dos grandes mecanismos<br />

si así puede lla<strong>mar</strong>seles : el político y el económico.<br />

Dejando de lado las ya viejas ideas de Platón y Hobbes,<br />

y estableciendo el paralelismo entre los organismos social é<br />

individual, siguiendo el método spenceriano, convenciéndonos<br />

de su absoluta verdad, podemos contribuir á la evolución<br />

lenta y gradual <strong>del</strong> estado, pues haciéndosenos más fácil la investigación<br />

de las causas generadoras de los periodos morbosos<br />

de la sociedad, nos es más posible la solución de dichas<br />

crisis.<br />

La sociología, que es la ciencia <strong>del</strong> porvenir, y que nos<br />

da los elementos para combatir esos males sociales, nos los<br />

. dará al mismo tiempo, eficaces, para conservar y mejorar el<br />

estado armónico de la sociedad.<br />

Es la ciencia social la que nos ha enseñado que las grandes<br />

y colosales crisis por que atraviesan desde su fundación los<br />

estados de la América Española, obedecen á una ley histórica<br />

fatalísima.<br />

Somos un organismo enfermo por ley de herencia.<br />

Somos un caso de atavismo.<br />

Así como de padres sanos, bien constituidos, nacen hijos<br />

robustos, vigorosos, así también de padres neurasténicos, anémicos,<br />

nacen hijos neura.sténicos ó locos.<br />

¿ Porqué no podremos establecer un paralelismo entre ese<br />

mal devorador, hijo <strong>del</strong> siglo, con el desequilibrio <strong>del</strong> estado<br />

económico con el político, con la preponderancia de éste sobre<br />

aquél en el organismo social?<br />

Nada se opone tí ello. Aceptémoslo, pues, que encontraremos<br />

en ello la clave de nuestro enigma.<br />

Las hoy Repúblicas ibero-americanas, naciendo á la vida colonial<br />

en una época en que la metrópoli vivía aún en un estado<br />

permanente de guerra, en plena edad heroica, y sufría las consecuencias<br />

de la lucha colosal contra el enemigo de ocho centurias;<br />

naciendo á la vida colonial en medio de un gran desequilibrio<br />

social, con instituciones organizadas con el fin de satisfacer<br />

con toda clase de elementos la insaciable sed de riquezas de<br />

los conquistadores aventureros, tuvo un carácter esencialmente<br />

guerrero. Los vicios de las instituciones de la metrópoli, fueron<br />

heredados por las colonias, encontrando los gérmenes fecundos)

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