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LOS TURISTORES KUNAS. ANTROPOLOGÍA DEL TURISMO ÉTNICO EN PANAMÁ 93
CAPÍTULO 4
más importante en comunidades como Gardi-Suitupu, a través de la venta
de artesanía para los turistas (Lopes, 2004) o también del alojamiento turístico
en hoteles kunas. De acuerdo con Benjamin (2001) el ingreso anual
por venta de molas es de un millón de dólares USA, cantidad que sobrepasa
los ingresos por la venta de los 25 millones de cocos producidos anualmente
en Kuna Yala, así como la exportación de marisco (Muller et al., 2003: 28).
En el año 2002 el CGK registró 124 yates privados que entraron en la comarca
y 32 cruceros (Muller et al., 2003: 29), hoy en 2010 se habla de 400
yates y veleros privados.
En 2001 el CGK recibió 12.725 $ de ingresos por turismo (yates, cruceros
y hoteles kunas) (Muller et al., 2003: 29). En el año 2003, según fuentes del
CGK, el turismo representó un 27,4% de los ingresos del CGK, pero antes llegó
a representar el 90% del presupuesto, pues actualmente el mayor ingreso del
CGK procede de un contrato establecido con la transnacional de telecomunicaciones
Cable and Wireless. El IPAT hablaba entonces de una demanda de
cerca de 100.000 turistas por año, destacando el turismo de cruceros, aunque
con oscilaciones y estacionalidad, aunque desconocemos la fiabilidad de esta
cifra. Un trabajo datado en el 2003 (Muller et al., 2003: 19) refiere que en
el año 2001 había en Kuna Yala 18 hoteles administrados por los kunas que
recibieron 2505 turistas según fuentes del CGK, siendo el Hotel San Blas el
que más turistas recibió, un total de 812. Esto representaría alrededor de un
4% de los visitantes de Kuna Yala.
Los hoteles kunas tienen relaciones con agencias de viajes de la ciudad de
Panamá, pero gracias a Internet ellos mismos se promocionan y mercadean,
sucediendo casos en los que el boca a boca es muy importante en la promoción.
Los promotores turísticos son kunas y pagan sus impuestos al CGK, aunque
de acuerdo con algunas fuentes kunas, algunos empresarios no pagan sus
impuestos argumentando que no ganan suficiente y que no tienen turistas.
Hoy en día, son muchas las voces kunas que defienden la potenciación del
modelo eco-turístico en las zonas de selva, articulando así este con el modelo
de turismo étnico de las islas. Este último es más tradicional y definido irónicamente
por algunos kunas como “foto, playa y molas” (hombre, 38 años,
24-05-2004). La oferta turística kuna presenta hoy en día cerca de 50 pequeños
proyectos hoteleros, liderados por kunas con un buen capital curricular y
específicamente formados en turismo en México, Panamá u otros países como
España o la antigua Unión Soviética. Destacar que la mayor parte de los proyectos
turísticos integran la asociación de empresas turísticas de Kuna Yala,
que defiende los intereses de las empresas kunas.
En el año 2005 se firmó un acuerdo con el Ministerio de Turismo panameño
por medio del cual el IPAT y el CGK se comprometían a cooperar en el
desarrollo de un turismo sostenible en Kuna Yala que respete los derechos
indígenas (Documento firmado el 9 de julio del 2005). Para eso se propone
realizar un estudio previo, para luego coordinar, planificar y promover nacional
e internacionalmente el turismo kuna. En el protocolo de cooperación se
habla de un “plan de ordenamiento turístico sostenible” para la Comarca Kuna
Yala. Igualmente, el acuerdo contempla otras medidas como la promoción, la
investigación y el mercadeo (“plan de promoción y mercadeo”). También se
establece la necesidad de registrar las empresas, los servicios turísticos y los
turistas que frecuentan Kuna Yala, además se manifiesta la voluntad de realizar
acciones de formación turística y posibles inversiones en Kuna Yala, siempre
que cuenten con la aprobación del CGK. Muy beneficiado de este acuerdo
sería la isla de El Porvenir, para la cual se proyectaba una nueva pista aérea,
la construcción de terminales aéreos y facilidades aeroportuarias, la instalación
de depósitos de agua y de sistemas sanitarios además de unas pequeñas
cabañas (Paúl Jurado, 2006).
Este acuerdo representó una posibilidad y oportunidad de ultrapasar los
anteriores desencuentros, pero actualmente está estancado, a pesar de su
vigencia por 5 años. El punto que más polémica ha suscitado es el relacionado
con “las bases para el ordenamiento turístico y que regula todo lo relacionado
a la inversión”, pues la cuestión de la inversión y la participación mixta en el
desarrollo turístico no es un asunto pacífico. El IPAT pretendía crear por medio
de inversiones extranjeras, un polo de desarrollo turístico en los Cayos Holandeses
(Maoquí) entre otros proyectos, pero los kunas se opusieron después
de un amplio debate. Entretanto Rubén Blades afirmó en 2008 que “los kunas
no saben lo que quieren” (Bernal, 2008) después de proponer la instalación
de hoteles flotantes en Kuna Yala y el rechazo de las autoridades kunas (ver
The Visitor – El Visitante vol. 14, nº 34, 19-25 de Septiembre de 2008, p. 10).
Rubén Blades declaró: