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LOS TURISTORES KUNAS. ANTROPOLOGÍA DEL TURISMO ÉTNICO EN PANAMÁ 204
CAPÍTULO 8
En el cuadro anterior son incluidos 34 empresarios turísticos kunas, y no
46 como el número de proyectos al que nos hemos referido en el capítulo
anterior. Ello es debido a que algunos proyectos son promovidos por el mismo
empresario o empresa familiar, y por otro lado a que algunos son proyectos
comunitarios y no empresariales.
El perfil de los empresarios debe ser muy bien matizado y aclarado. En primer
lugar es necesario esclarecer que todos los promotores son de etnia kuna, con
muy pocas excepciones, como son cinco casos de extranjeros casados con kunas.
La legislación kuna es muy clara a este respecto, ningún no kuna puede promover
un proyecto turístico en Kuna Yala. En segundo lugar conviene subrayar que
los promotores no suelen ser personas individuales y si familias, sociedades o
comunidades, por lo que individualizar el origen del proyecto puede llevar a distorsiones
de la realidad. La herencia de una isla o un terreno en las mismas, la
compra de un terreno o el relleno para construcción de un proyecto son las tres
vías fundamentales para la adquisición de la tierra necesaria. La edad media de
los promotores es de 50,67 años, que son en su mayoría hombres y con estudios
universitarios en un 58,33% de los casos (21 de ellos). Casi la tercera parte de
los mismos (29,41%) reside en la ciudad de Panamá y visitan de vez en cuando
Kuna Yala, para observar el desarrollo de sus proyectos. Los que no residen en
la ciudad tienen contactos en la ciudad y en el extranjero (familiares, agencias,
amigos...) que trabajan en la promoción, mercadeo y captación de turistas para
el proyecto. Este punto es fundamental para entender la conexión local-global
del turismo kuna. Todos los proyectos han creado expectativas de reproducción
social familiar por medio del turismo, así que en casi todos los casos un hijo o
un nieto está estudiando turismo con el objetivo o expectativa de continuar a
trabajar en el proyecto turístico familiar.
Uno de nuestros objetivos es intentar entender por qué los kunas han
adoptado el turismo como actividad económica y como estrategia de reproducción
social, convirtiéndose así en etnoempresarios turísticos. Los relatos
sobre el nacimiento de los proyectos nos ayudarán a entender mejor este
proceso de creación turística:
”El proyecto se inició hace 9 años aproximadamente. Primero funcionó
como una casa privada, pero venían los turistas de los cruceros y
preguntaban si era un hotel. De ahí nació la idea. La casa era propiedad
de la familia y quedó como herencia para mi y mis cinco hermanos.”
(Entrevista: Hombre, 44 años, 24-05-2006).
‘El proyecto nació hace unos 7 años, después de 34 años de alquiler
con el Instituto Smithsonian (quien estuvo alquilado en la isla desde
1975 hasta mediados de los 90). El contrato fue cancelado con el CGK.
La isla es de su propiedad, hecha con relleno de corales. Las instalaciones
son las mismas que utilizaba el Smithsonian, que se fueron en 1998
y las dejaron como regalo. Ellas han sido mejoradas. La idea nació de
la observación de otros hoteles en la zona como el San Blas, Anai y El
Porvenir.’ (Entrevista: Hombre, 67 años, 25-05-2006).
‘A principios del siglo XX la isla era puro manglar... La isla es propiedad
de la familia de Luis Burgos, quien casó con Rebeca, se fue a
trabajar a las Bases militares norteamericanas en Panamá, regresó y un
gringo quiso pasar en su isla unos días. Luis Burgos hizo unas cabañas
hace 42 años, preparó unas hamacas y recorridos en vela. El también
cocinaba.... Antes sólo había este hotel y el Anai, en la zona de El Porvenir.’
(Entrevista: Hombre, 32 años, 25-05-2006).
‘El hotel era de un gringo. En 1974 fue comprado por los Velez. Cerró
durante 5 años y re-abrió en 1984. Hace 4 años empezaron a venir más
turistas.’ (Entrevista: Mujer, 64 años, 25-05-2006).
‘Iniciamos el proyecto en los años 1980, cuatro amigos: Leopoldo Richard,
Petita, Igualiquiña y yo –Pasquel-, pusimos un capital de 2000$
cada uno y pedimos un préstamo de 6000$. Construimos 4 cabañas, un
comedor y un servicio higiénico con tanque séptico. La idea de crear
una isla turística nació de Leopoldo, pues vivió en Venezuela. La isla
fue comprada por el Sr. Manuel en 1977, por 200 $, luego vendida por
1000$ en 1980 a la familia de Petita. Este proyecto duró 8 años, quebró
y se dividieron los materiales. En 1991 fue re-abierto por Pasquel y Petita,
que empezaron a trabajar con agencias francesas como “Day Tour”