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LOS TURISTORES KUNAS. ANTROPOLOGÍA DEL TURISMO ÉTNICO EN PANAMÁ 116
CAPÍTULO 6
gobierno, programas, infraestructuras, superestructuras jurídicas y administrativas
e inversiones (Barreto, Burgos y Frenkel, 2003: 33). Pero el problema
es que esas políticas son transversales y están interrelacionadas con las políticas
de saneamiento, la salud, el transporte, la distribución de la riqueza,
el respeto del turista como consumidor, la alimentación y la higiene (Barreto,
Burgos y Frenkel, 2003: 34). Queremos decir que, indirecta o directamente,
una política de transporte o de migración incide en el turismo, y una política
del turismo puede incidir o no en los beneficios sociales de una comunidad. Es
decir, el turismo no es una variable social independiente sino dependiente, de
ahí la importancia de las políticas en el campo turístico.
De acuerdo con el antropólogo Frederick Barth (1969) la etnicidad, más que
un trazo o contenido cultural, es una forma de organización social de la diferencia.
La etnicidad, nos dice Barth (2003) presenta tres niveles de articulación:
a) Micro: el nivel de las experiencias, actividades e interpretaciones personales.
b) Medio: el de las colectividades, grupos y limitaciones a las acciones de
los individuos.
c) Macro: el de las políticas y discursos estatales y transnacionales que afectan
a las etnicidad, y que implica mayor complejidad cultural en sus flujos.
Es a este último nivel al que nos queremos referir en este apartado,
sobre todo a las políticas de los propios kunas, orientadas a construir y organizar
su turismo. Y una pregunta clave de nuestra investigación es si los
kunas controlan los medios de producción en el desarrollo turístico o si por
el contrario son indígenas subordinados como simples atracciones. Nuestra
hipótesis inicial es que los kunas controlan y luchan por continuar controlando
los medios de producción a través de políticas y legislaciones específicas.
Pero esos medios de producción ya no son tanto la tierra en cuanto
recurso agrícola y alimentario, sino el territorio y el paisaje como fuentes
de identidad simbólica y de reproducción social. La lucha de los kunas no es
simplemente una lucha por el territorio, la propiedad y sus recursos; es también
una lucha ideológica por la apropiación de los símbolos de su identidad
como pueblo y grupo étnico.
Y el turismo es también un campo de luchas en el cual los kunas han creado
un continuum de resistencia, siguiendo la terminología del politólogo James
Scott (1985), que a nuestro entender es, en muchos casos y estratégicamente,
más bien oposición (Viola Recasens, 2008: 64), pues desafían abiertamente
los poderes dominantes. Esta resistencia es más bien explícita y a veces
violenta, y menos silenciosa y callada, aunque también tiene momentos de
colaboración como el acuerdo con el ministro del turismo Rubén Blades, que
luego quedó en nada.
La resistencia y oposición kuna se han gestado en procesos sociales de
media y larga duración, como pudimos ver en el capítulo sobre las memorias
y la historia del turismo kuna. Pero no es apenas cotidiana, sino organizada
políticamente. En la actualidad la resistencia y oposición kuna son realizadas
de forma transnacional con una intencionalidad política de sobrevivencia y
reproducción social del propio grupo.
¿Qué políticas y leyes utilizan los kunas para alcanzar ese objetivo? En
primer lugar tenemos que tener en cuenta la organización política kuna, que
está presidida por el Congreso General Kuna (CGK) y el Congreso General de
la Cultura (Howe, 2004; Martínez Mauri, 2007, López Martínez, 2007). El CGK
está dirigido por tres Saila dummagan, elegidos en los Congresos Generales
que se realizan cada seis meses en Kuna Yala. En ellos se debaten normas de
tipo político-administrativo pero también actividades y proyectos propuestos
por organizaciones kunas y no kunas. Las comunidades locales cuentan con
su Congreso Local, la máxima autoridad política y administrativa en el ámbito
local. Por ello, según una idea de Cebaldo de León, podemos afirmar que Kuna
Yala es una autonomía de las autonomías.
Pero en Kuna Yala además de la organización política kuna se superpone la
organización política y administrativa estatal. Así, la Comarca de Kuna Yala se
compone de cuatro corregimientos, una estructura político-administrativa estatal
que se amalgama con las estructuras político-administrativas tradicionales kunas:
a) Corregimiento de Narganá. Lo componen 28 comunidades e integra la
zona de Gardi, Urgandi (Río Sidra) y Yandup (Narganá) –Digir (Tigre).
b) Corregimiento de Ailigandi. Compuesto por 10 comunidades, algunas de
ellas las más pobladas de Kuna Yala como por ejemplo Usdup.