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LOS TURISTORES KUNAS. ANTROPOLOGÍA DEL TURISMO ÉTNICO EN PANAMÁ 105
CAPÍTULO 5
zonas de trabajo, en el acto de selección de contratistas que se celebre para
otorgar su concesión dentro de las comarcas, se preferirá a aquellas organizaciones
conformadas por quienes residan en ellas, de acuerdo con las normas
jurídicas y los reglamentos que las regulan. Esto favorece el desarrollo de
empresas indígenas en las comarcas y el control del transporte terrestre por
las autoridades indígenas.
En lo que se refiere al segundo punto, la aplicación de la Ley 2 de 7 de enero
de 2006 que regula las concesiones para la inversión turística y la enajenación
de territorio insular para fines de su aprovechamiento turístico en el territorio
de Kuna Yala es todavía muy limitada. Por un lado, tal y como especifica el
artículo 1 de dicha ley su aplicación está condicionada a la clasificación del
territorio como área de desarrollo turístico por el IPAT (actualmente Autoridad
del Turismo), por el otro en las áreas destinadas al desarrollo turístico
ubicadas en comarcas indígena deberá contarse con la debida aprobación de
las autoridades tradicionales comarcales, es decir, del Congreso General Kuna.
Además de las leyes que afectan las costas y el transporte, la legislación
ambientalista también puede tener ciertos efectos sobre el desarrollo de la
actividad turística en la comarca. Por un lado, en relación a las leyes ambientales
de la República y el desarrollo del turismo también es necesario
considerar las implicaciones de la Ley 41 del 1 de julio de 1998, sin olvidar las
modificaciones que introduce la Ley 18 del 21 de enero de 2003 sobre ésta 7 .
Los artículos 21, 23, 97, 99, 100, 103, 104 y 105 pueden condicionar la puesta
en marcha o la realización de actividades turísticas en la comarca.
Por el otro, no debemos olvidar que en 1994 la junta directiva del INRENARE
resolvió que 60.000 Ha. del corregimiento 1 de la comarca de Kuna Yala fueran
declaradas Área Silvestre Protegida (INRENARE: Resolución J.D.022-94). Desde
ese entonces la legislación relacionada con áreas protegidas debe ser considerada
a la hora de desarrollar cualquier tipo de actividad en la zona. Así, por
ejemplo, debe tenerse en cuenta la resolución no. AG-0034-2008 de la Autoridad
Nacional de Ambiente (ANAM) por la cual se establece el cobro por el uso
y los servicios que ofrecen las áreas protegidas del Sistema Nacional de Áreas
Protegidas, la resolución AG-0365-2005 de 12 de julio de 2005 por la que se
7
Me refiero a la derogación de los artículos 63, 96, 98, 101 y 102 de la Ley 41.
establece el procedimiento para la Concesión de Servicios en Áreas Protegidas y
la resolución AG-00366-2005 de 12 de julio de 2005 por la que se establece el
procedimiento para la concesión de administración en Áreas Protegidas.
En su historia más reciente, y más concretamente entre 1993 y 2002, el IPAT
desarrolló un Plan Maestro del Turismo (IPAT, 1993), con asistencia técnica y
financiamiento de la OEA (Organización de Estados Americanos). De acuerdo
con este plan, el primer objetivo de desarrollo turístico fue la creación de un
inventario de recursos naturales y culturales, que resultó en la identificación
de 1398 lugares con potencialidades turísticas. No podemos olvidar que Panamá
es el país de América Central con más áreas naturales protegidas (Adames
de Newbill, 2006) y con varios reconocimientos de patrimonios culturales de
la humanidad como por ejemplo El Casco Viejo de la ciudad de Panamá. Además,
el plan Maestro de 1993 definió nueve áreas turísticas que deberían de
desarrollar modelos turísticos diferenciados y de reconocida identidad:
Zona 1: La Amistad.
Zona 2: Bastimentos.
Zona 3: Arco Seco.
Zona 4: Farallón.
Zona 5: Metropolitana.
Zona 6: Portobelo.
Zona 7: San Blas (Kuna Yala).
Zona 8: Las Perlas.
Zona 9: Darién.
En este Plan Maestro, la división territorial turística tuvo como base los
atractivos, las potencialidades y las necesidades de infraestructuras. A estas
zonas se añadieron zonas especiales como el Aeropuerto de Tocumen y el Volcán
Barú. Kuna Yala queda en este plan definida como “zona 7” de desarrollo
turístico y su modelo base serían las playas, el turismo de aventura, de naturaleza,
cultural e histórico. En el diagnóstico de Kuna Yala destaca la falta de
alojamiento con calidad mínima, las malas infraestructuras de comunicación
terrestre, marina y aeroportuaria, pero también la idea de que el turismo representa
para los kunas una amenaza a su cultura.