El Cielo y el Infierno
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<strong>El</strong> <strong>Ci<strong>el</strong>o</strong> y <strong>el</strong> <strong>Infierno</strong> o la Justicia Divina según <strong>el</strong> Espiritismo - Allan Kardec<br />
“No os asuste la muerte, amigos míos! Es una etapa para vosotros, si habéis sabido vivir<br />
bien. Es una dicha, si habéis merecido dignamente y cumplido bien vuestras pruebas. Os repito:<br />
¡Ánimo y buena voluntad!<br />
“No deis más que una mediana importancia a los bienes de la Tierra, y seréis<br />
recompensados. No se puede gozar demasiado, sin quitar algo d<strong>el</strong> bienestar de los otros ysin<br />
hacerse moralmente un mal inmenso.<br />
“¡Que la Tierra me sea ligera!”<br />
II<br />
Sociedad Espiritista de París, 25 de abril de 1862<br />
1. Evocación.<br />
R. Amigos míos. Estoy cerca de vosotros.<br />
2. Hemos tenido un gran placer en la conversación que tuvimos con vos <strong>el</strong> día de vuestro<br />
entierro, y puesto que lo permitís, tendremos, para nuestra instrucción, <strong>el</strong> mayor gusto en<br />
completarla.<br />
R. Estoy preparado a todo, contento de que penséis en mí.<br />
3. Todo lo que puede ilustrarnos sobre <strong>el</strong> estado d<strong>el</strong> mundo invisible y hacérnoslo<br />
comprender, es de alta enseñanza. Porque la idea falsa que se ha formado de aquél es la que<br />
conduce muchas veces a la incredulidad. No os sorprendáis, pues, de las preguntas que podamos<br />
dirigiros.<br />
R. No me sorprenderé.<br />
4. Habéis descrito con luminosa claridad <strong>el</strong> pasaje de la vida a la muerte. Habéis dicho que<br />
en <strong>el</strong> momento en que <strong>el</strong> cuerpo da <strong>el</strong> último suspiro, la vida se rompe y que la vista d<strong>el</strong> espíritu se<br />
apaga. ¿Este momento va acompañado de alguna sensación penosa o dolorosa?<br />
R. Sin duda, porque la vida es una sucesión continua de dolores, y la muerte es <strong>el</strong><br />
complemento de todos <strong>el</strong>los. De ahí un desprendimiento violento, como si <strong>el</strong> espíritu tuviera que<br />
hacer un esfuerzo sobrehumano para escapar de su envoltura, y este esfuerzo es <strong>el</strong> que absorbe todo<br />
nuestro ser y le hace perder <strong>el</strong> conocimiento de lo que es.<br />
Este caso no es general. La experiencia prueba que muchos espíritus pierden <strong>el</strong> conocimiento antes de<br />
expirar, y que entre aqu<strong>el</strong>los que han llegado a cierto grado de desmaterialización, la separación se efectúa sin<br />
esfuerzos.<br />
5. ¿Sabéis si hay espíritus para quienes este momento es más doloroso? ¿Es penoso, por<br />
ejemplo, para <strong>el</strong> materialista, para <strong>el</strong> que cree que todo acaba en este momento para él?<br />
R. Esto es cierto, porque <strong>el</strong> espíritu que está preparado olvida <strong>el</strong> sufrimiento, o más bien se<br />
acostumbra a él, y la tranquilidad con la que ve venir la muerte le impide sufrir doblemente, porque<br />
sabe lo que le espera. La pena moral es la más fuerte, y su ausencia en <strong>el</strong> instante de la muerte es un<br />
alivio muy grande. Aqu<strong>el</strong> que no cree, se parece al condenado a la pena capital, que en su<br />
imaginación se le presenta <strong>el</strong> cadalso y lo desconocido. Hay semejanza entre esta muerte y la d<strong>el</strong><br />
ateo.<br />
6. ¿Hay materialistas lo bastante endurecidos para creer seriamente que en este momento<br />
supremo van a ser sumergidos en la nada?<br />
R. Sin duda los hay que hasta la última hora creen en la nada. Pero en <strong>el</strong> momento de la<br />
separación <strong>el</strong> espíritu vu<strong>el</strong>ve profundamente sobre sí. La duda se apodera de él y le atormenta,<br />
porque se pregunta lo que vendrá a ser. Quiere coger algo y no lo alcanza. Sin esta impresión no<br />
puede verificarse <strong>el</strong> desprendimiento d<strong>el</strong> espíritu.<br />
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