El Cielo y el Infierno
El Cielo y el Infierno
El Cielo y el Infierno
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
<strong>El</strong> <strong>Ci<strong>el</strong>o</strong> y <strong>el</strong> <strong>Infierno</strong> o la Justicia Divina según <strong>el</strong> Espiritismo - Allan Kardec<br />
5. Vos, que habéis vivido en los esplendores d<strong>el</strong> lujo y que habéis estado rodeada de los<br />
honores, ¿qué pensáis de <strong>el</strong>lo ahora?<br />
R. Se me debían.<br />
P. ¿<strong>El</strong> rango que habéis ocupado en la Tierra, os distingue en <strong>el</strong> mundo en que estáis hoy?<br />
R. ¡Siempre soy reina..., que se me envíen esclavos para servirme!... No sé, parece que aquí<br />
no se ocupan de mí..., sin embargo, siempre soy yo.<br />
6. ¿Pertenecéis a la r<strong>el</strong>igión musulmana o a una r<strong>el</strong>igión india?<br />
R. Musulmana, pero era demasiado grande para ocuparme de Dios.<br />
P. Para la dicha de la Humanidad, ¿qué diferencia hacéis entre la r<strong>el</strong>igión que profesáis y las<br />
r<strong>el</strong>igión cristiana?<br />
R. La r<strong>el</strong>igión cristiana es absurda, afirma que todos somos hermanos.<br />
P. ¿Cuál es vuestra opinión sobre Mahoma?<br />
R. No era hijo de rey.<br />
P. ¿Creéis que tuvo una misión divina?<br />
R. ¡Qué me importa eso!<br />
P. ¿Cuál es vuestra opinión sobre Cristo?<br />
R. <strong>El</strong> hijo d<strong>el</strong> carpintero no es digno de ocupar mi pensamiento.<br />
7. ¿Qué pensáis d<strong>el</strong> uso que sustrae a las mujeres musulmanas de las miradas de los<br />
hombres?<br />
R. Pienso que las mujeres son hechas para dominar: yo era mujer.<br />
P. ¿Habéis envidiado algunas veces la libertad de que gozan las mujeres en Europa?<br />
R. No, ¡qué me importa su libertad! ¿Se las sirve de rodillas?<br />
8. ¿Os acordáis de haber tenido otras existencias en la Tierra, antes de la que acabáis de<br />
dejar?<br />
R. He debido ser siempre reina.<br />
9. ¿Por qué habéis venido tan pronto a nuestro llamamiento?<br />
R. No lo he deseado, se me ha forzado a <strong>el</strong>lo... ¿Acaso piensas que me hubiera dignado<br />
responder? ¿Qué sois con respecto a mí?<br />
P. ¿Quién os ha forzado a venir?<br />
R. No lo sé... Sin embargo, no debe haber aquí otro más grande que yo.<br />
10. ¿Bajo qué forma estáis aquí?<br />
R. Siempre soy reina..., ¿piensas que he cesado de serlo? ... Sois poco respetuosos..., sabed<br />
que se habla de otro modo a las reinas.<br />
11. Si pudiésemos veros, ¿os veríamos con vuestros adornos, vuestras sortijas?<br />
R. ¡Ciertamente!<br />
P ¿Cómo es que habiendo dejado todo esto, haya conservado vuestro espíritu la apariencia<br />
sobre todo de vuestros adornos?<br />
R. No me han dejado... soy siempre tan b<strong>el</strong>la como era.... ¡no sé qué idea os formáis de mí!<br />
Es verdad que no me habéis visto jamás.<br />
12. ¿Qué impresión experimentáis al encontraros en medio de nosotros?<br />
R. Si pudiera, no estaría aquí, ¡me tratáis con tan poco respeto!<br />
San Luis:<br />
Dejad a la pobre alucinada, tened piedad de su ceguera. Que os sirva de ejemplo, no sabéis<br />
cuánto sufre su orgullo.<br />
Evocando esta grandeza caída ahora en la tumba, no esperabamos respuestas de gran<br />
profundidad, visto <strong>el</strong> género de educación de las mujeres de aqu<strong>el</strong> país, pero pensábamos encontrar<br />
en este espíritu, si no filosofía, sí al menos un sentimiento más verdadero de la realidad, e ideas más<br />
Página 196