02.05.2014 Views

El Cielo y el Infierno

El Cielo y el Infierno

El Cielo y el Infierno

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

<strong>El</strong> <strong>Ci<strong>el</strong>o</strong> y <strong>el</strong> <strong>Infierno</strong> o la Justicia Divina según <strong>el</strong> Espiritismo - Allan Kardec<br />

seremos muy f<strong>el</strong>ices si queréis o podéis comunicaros con nosotros.<br />

R. Querido amigo y digno maestro, vuestro buen recuerdo y vuestra simpatía me son muy<br />

gratos. Si puedo venir a vosotros en <strong>el</strong> día de hoy y asistir libre y desprendido a esta reunión de<br />

todos nuestros buenos amigos y hermanos espiritistas, lo debo a vuestro buen pensamiento y a la<br />

asistencia de vuestras oraciones. Como decía con exactitud mi joven secretario, estaba impaciente<br />

por comunicarme. Desde <strong>el</strong> principio de esta reunión he empleado todas mis fuerzas espirituales en<br />

dominar este deseo. Vuestras conversaciones y las importantes cuestiones que habéis sacado a<br />

colación me interesan vivamente, han hecho mi espera menos penosa. Perdonad, querido amigo,<br />

pero mi reconocimiento desea manifestarse.<br />

P. ¿Queréis decirnos, desde luego, cómo os encontráis en <strong>el</strong> mundo de los espíritus?<br />

¿Queréis, al mismo tiempo, describirnos <strong>el</strong> trabajo de la separación, vuestras sensaciones en ese<br />

momento, y decirnos al cabo de cuánto tiempo os habéis reconocido?<br />

R. Soy tan dichoso como se puede serlo cuando se ven confirmados plenamente todos los<br />

pensamientos secretos que se pueden haber emitido sobre una doctrina consoladora y reparadora.<br />

¡Soy f<strong>el</strong>iz! Sí, lo soy, porque ahora veo sin ningún obstáculo desenvolverse ante mí <strong>el</strong> porvenir de<br />

la ciencia y de la filosofía espiritista.<br />

Pero apartemos por hoy estas digresiones inoportunas. Vendré otra vez a hablaros sobre este<br />

objeto, sabiendo que mi presencia os proporcionará tanto placer como yo mismo siento en visitaros.<br />

<strong>El</strong> desprendimiento ha sido rápido, más rápido de lo que podía esperar de mi escaso mérito.<br />

Con vuestro concurso he sido ayudado poderosamente, y vuestro sonámbulo os ha dado una idea<br />

bastante clara d<strong>el</strong> fenómeno de la separación como para que insista en <strong>el</strong>lo. Ésta era una especie de<br />

oscilación discontinua, una especie de arrastramiento en dos sentidos opuestos. <strong>El</strong> espíritu ha<br />

triunfado, puesto que estoy aquí. No he dejado completamente <strong>el</strong> cuerpo hasta <strong>el</strong> momento en que<br />

ha sido colocado en tierra. Entonces os he vu<strong>el</strong>to a ver.<br />

P. ¿Qué pensáis d<strong>el</strong> oficio divino que se c<strong>el</strong>ebró en vuestros funerales? He considerado un<br />

deber asistir a <strong>el</strong>los. En aqu<strong>el</strong> momento, ¿estabais bastante desprendido para verlo? Y las oraciones<br />

que os he dicho (no ostensiblemente, bien entendido), ¿han llegado hasta vos?<br />

R. Sí. Como os he dicho, vuestra asistencia, en cierto modo, lo ha hecho todo, y he venido<br />

hacia vos, abandonando completamente mi vieja crisálida. Las cuestiones materiales me mueven<br />

poco, ya lo sabéis. No pensaba sino en <strong>el</strong> alma y en Dios.<br />

P. ¿Os acordáis que a petición vuestra, hace cinco años, en <strong>el</strong> mes de febrero de 1860,<br />

hicimos un estudio sobre vos mismo estando todavía vivo? 5 En aqu<strong>el</strong> momento vuestro espíritu se<br />

desprendió para venir a conversar con nosotros. ¿Queréis describirnos en lo posible la diferencia<br />

que existe entre vuestro desprendimiento actual y <strong>el</strong> de entonces?<br />

5. Véase la Revista Espiritista de París d<strong>el</strong> mes de marzo de 1860.<br />

R. Sí, ciertamente me acuerdo de eso, ¡pero qué diferencia entre mi estado de entonces y <strong>el</strong><br />

de hoy! Entonces la materia me estrechaba todavía con su red inflexible, quería descartarme de una<br />

manera más absoluta, y no podía. Hoy soy libre, un vasto campo, <strong>el</strong> de lo desconocido, se abre ante<br />

mí, y espero, con vuestra ayuda y la de los buenos espíritus, a los cuales me recomiendo, avanzar y<br />

penetrarme lo más rápidamente posible de los sentimientos que es preciso experimentar y de los<br />

actos que es preciso cumplir, para cruzar <strong>el</strong> sendero de la prueba y merecer <strong>el</strong> mundo de las<br />

recompensas. ¡Qué majestad! ¡Qué grandeza! Es casi un sentimiento de espanto <strong>el</strong> que domina<br />

cuando, débiles como somos, queremos fijarnos en las sublimes claridades.<br />

P. En otra ocasión tendremos <strong>el</strong> mayor gusto en continuar esta conversación, cuando tengáis<br />

a bien venir entre nosotros.<br />

R. He contestado sucintamente y sin orden a vuestras diversas preguntas. No pidáis<br />

demasiado incluso a vuestro fi<strong>el</strong> discípulo. No estoy enteramente libre. Hablaros siempre sería mi<br />

Página 121

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!