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El Cielo y el Infierno

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<strong>El</strong> <strong>Ci<strong>el</strong>o</strong> y <strong>el</strong> <strong>Infierno</strong> o la Justicia Divina según <strong>el</strong> Espiritismo - Allan Kardec<br />

fricciones, y como si hiciera maceraciones, ejerciendo de tiempo en tiempo en la parte enferma una<br />

tracción longitudinal, absolutamente como habría podido hacerlo un médico. La operación era tan<br />

dolorosa, que la paciente se abandonaba a veces a los gritos más espantosos y a grandes<br />

convulsiones. Pero la crisis no fue de mucha duración. Al cabo de diez minutos, toda señal de<br />

torcedura había desaparecido; ninguna hinchazón, <strong>el</strong> pie había tomado su apariencia normal. La Sra.<br />

G... estaba curada.<br />

“Sin embargo, <strong>el</strong> espíritu permanecía siempre oculto d<strong>el</strong> médium, y persistía en no mostrar<br />

sus facciones. Casi se le conocía <strong>el</strong> ademán de escaparse, cuando nuestra enferma, que pocos<br />

minutos antes no podía dar un paso, de un salto se puso en medio de la habitación para coger y<br />

apretar la mano de su doctor espiritual. Sin embargo, <strong>el</strong> espíritu había también desviado su cabeza,<br />

abandonando sólo la mano en la suya. En este momento, la Sra. G... dio un grito y cayó desmayada<br />

sobre <strong>el</strong> pavimento: acababa de reconocer al Sr.Demeure en <strong>el</strong> espíritu que la había curado. Durante<br />

<strong>el</strong> síncope recibía cuidados solícitos de muchos espíritus simpáticos. En fin, habiendo reaparecido<br />

la lucidez sonambúlica, habló con los espíritus, cambiando con <strong>el</strong>los apretones de manos,<br />

particularmente con <strong>el</strong> espíritu d<strong>el</strong> doctor, que correspondía a sus muestras de afecto,<br />

comunicándole un fluido reparador.”<br />

Esta escena, ¿no es acaso tierna y conmovedora? ¿Y no se creería ver a todos estos<br />

personajes representando su pap<strong>el</strong> como si estuvieran en la vida humana? ¿No es ésta una prueba<br />

entre mil de que los espíritus son seres muy reales, teniendo un cuerpo y obrando como lo hacían en<br />

la Tierra? Éramos f<strong>el</strong>ices de volver a encontrar a nuestro amigo espiritualizado con su buen corazón<br />

y su d<strong>el</strong>icada solicitud. Había sido durante su vida <strong>el</strong> médico d<strong>el</strong> médium. Conocía su extremada<br />

sensibilidad, y la había tratado como a su propia hija. Esta prueba de identidad dada a los que <strong>el</strong><br />

espíritu amaba, ¿no es interesante y muy oportuna para que la vida futura se mire bajo un aspecto<br />

más consolador?<br />

Observación. La situación d<strong>el</strong> Sr. Demeure como espíritu es la que podía hacer presentir su vida tan<br />

digna y tan útilmente empleada. Pero otro hecho no menos instructivo resalta de estas comunicaciones: ésta es la<br />

actividad que despliega casi inmediatamente después de su muerte para ser útil.<br />

Por su alta int<strong>el</strong>igencia y sus cualidades morales, pertenece al orden de los espíritus muy avanzados. Es<br />

dichoso. pero su dicha no está en la inacción. Hacía algunos días que curaba a los enfermos como médico, y<br />

apenas desprendido, se apresura a cuidarlos como espíritu. ¿Qué se gana, pues, con estar en <strong>el</strong> otro mundo,<br />

dirán ciertas personas, si no se goza en <strong>el</strong> descanso? A esto les preguntaremos a su vez: ¿Creéis que no es nada <strong>el</strong><br />

no tener los cuidados, ni las necesidades, ni los achaques de la vida, <strong>el</strong> ser libre y poder recorrer sin fatigarse <strong>el</strong><br />

espacio, con la rapidez d<strong>el</strong> pensamiento, ir a ver a sus amigos a todas horas a cualquier distancia que se<br />

encuentren? Y añadamos que cuando estéis en <strong>el</strong> otro mundo, nadie os forzará a trabajar. Podréis estar en una<br />

ociosa beatitud tanto tiempo como os plazca, pero os cansaréis pronto de este reposo egoísta, y seréis los<br />

primeros en pedir una ocupación.<br />

Entonces se os responderá: Si os fastidia la ociosidad, procurad buscar vosotros mismos <strong>el</strong> modo de<br />

ocuparos en algo: las ocasiones de hacerse útil no faltan, tanto en <strong>el</strong> mundo de los espíritus como entre los<br />

hombres.<br />

Así es que la actividad espiritual no se impone. Es una necesidad, una satisfacción para los espíritus que<br />

buscan las ocupaciones en r<strong>el</strong>ación con sus gustos y sus aptitudes, y <strong>el</strong>igen con preferencia las que pueden<br />

ayudar a su ad<strong>el</strong>anto.<br />

La Sra. Wollis<br />

Viuda de Foulon<br />

La Sra. de Foulon, muerta en Antibes <strong>el</strong> 3 de febrero de 1865, había vivido mucho tiempo en<br />

<strong>El</strong> Havre, donde adquirió reputación como pintora muy hábil en miniatura. Su notable capacidad no<br />

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