EDICIÓN DOMINICAL EDICIÓN DOMINICAL - Prensa Libre
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20 Opinión :<br />
» DISEÑO: Rodolfo Fabián Alfaro » TEL.: 2412-5600 » FAX: 2220-5128 » CORREO ELECTRÓNICO: opiniones@prensalibre.com.gt<br />
<strong>DOMINICAL</strong><br />
PRENSA LIBRE : Guatemala, 25 de octubre de 2009<br />
EDITORIAL<br />
Violencia lacera a<br />
centroamericanos<br />
FUNDADO EN 1951<br />
CASA EDITORA PRENSA LIBRE S.A.<br />
13 calle 9-31 zona 1, Guatemala<br />
Presidenta:<br />
Vicepresidente:<br />
Director editorial:<br />
Gerente general:<br />
Subdirector editorial:<br />
La sensación de inseguridad<br />
que mantiene en vilo a<br />
unos 38 millones de centroamericanos,<br />
algo que no solo reiteran<br />
las encuestas ciudadanas, tiene respaldo<br />
en hechos reales, como lo demuestra el<br />
más reciente informe sobre Desarrollo<br />
Humano del Programa de las Naciones<br />
Unidas para el Desarrollo (PNUD), en el<br />
cual se concluye que Centroamérica es la<br />
región más violenta del mundo, y solo es<br />
comparable con los cuadros de terror<br />
que ocurren en Iraq y en algunas regiones<br />
de África.<br />
La diferencia, cuando se nos compara<br />
con esos países, es que aquellos se encuentran<br />
inmersos en guerras y conflictos<br />
políticos, pero en nuestro caso los indicadores<br />
de violencia e inseguridad<br />
obedecen a causas sociales, que en mayor<br />
o menor proporción se presentan<br />
desde Belice hasta Panamá.<br />
Un primer dato que desnuda esta dramática<br />
situación es que en el mundo se<br />
producen nueve homicidios por cada<br />
cien mil habitantes, pero para nuestra región<br />
los datos, que fueron recabados en<br />
el 2008, ubicaron, en su orden, a Honduras<br />
a la cabeza, con 58 homicidios por cada<br />
cien mil habitantes. Le sigue El Salvador,<br />
con una media de 52, y Guatemala<br />
ocupó el tercer lugar, con una tasa de 48.<br />
Belice registra 32; Panamá, 19; Nicaragua,<br />
13, y Costa Rica, 11.<br />
Esto arroja un promedio de 33 homicidios<br />
por cada cien mil habitantes, lo que<br />
equivale a más de tres veces la tasa mundial<br />
y supera en ocho puntos la media de<br />
Latinoamérica, que se coloca en 25. Incluso<br />
el informe divide a Centroamérica<br />
en el triángulo norte, integrado por Honduras,<br />
El Salvador y Guatemala, como los<br />
países más violentos del mundo, y el<br />
triángulo sur, donde Nicaragua, Costa<br />
Rica y Panamá presentan índices menores<br />
de ese flagelo, pero que de todas maneras<br />
están por encima de los promedios<br />
más aceptables.<br />
A Guatemala le corresponde, además,<br />
el triste privilegio de ser el país más armado<br />
del Istmo, pues se calcula que circulan<br />
un millón 235 mil armas, de las cuales<br />
apenas el 20 por ciento tiene registro<br />
legal. El dato adquiere mayor relevancia<br />
porque también en esta región casi el 80<br />
por ciento de los homicidios se comete<br />
con arma de fuego.<br />
Para los gobiernos centroamericanos,<br />
el informe alerta sobre el crecimiento de<br />
las formas de delinquir y citan al narcotráfico,<br />
pandillas juveniles, crimen organizado<br />
y corrupción como los principales<br />
actores de la inseguridad en el área,<br />
donde los índices de violencia común<br />
han crecido a niveles inaceptables y que<br />
incluso están poniendo a prueba los modelos<br />
de seguridad ciudadana y la capacidad<br />
de los gobernantes.<br />
Se trata de una triste realidad que<br />
abarca a un conglomerado muy amplio<br />
de personas, pero que también constituye<br />
una prueba crucial para las autoridades,<br />
que deben encarar una batalla que se<br />
ha venido relegando por años. El riesgo<br />
de no tomar las medidas pertinentes es<br />
que los constantes hechos de violencia<br />
lleguen a atrofiar la sensibilidad ciudadana,<br />
al punto de que resulte como algo<br />
natural el cúmulo de crímenes que atentan<br />
no solo contra la integridad individual,<br />
sino contra el desarrollo del país.<br />
María Mercedes Girón de Blank<br />
Mario Antonio Sandoval<br />
Gonzalo Marroquín G.<br />
Luis Enrique Solórzano C.<br />
Miguel Ángel Méndez Zetina<br />
Teléfono: 2412-5000 = Redacción: 2412-5600 = Fax: 2251-8768<br />
Suscripciones: 1716 = Fax: 2220-5137<br />
Internet: http//www.prensalibre.com = Correo electrónico: nacionales@prensalibre.com.gt<br />
MIEMBRO DE LA SOCIEDAD INTERAMERICANA DE PRENSA<br />
TIEMPO Y DESTINO<br />
LUIS MORALES CHÚA<br />
En busca de la<br />
justicia perfecta (4)<br />
E N TÉRMINOS GENERALES,<br />
los problemas en las elecciones<br />
de magistrados no corresponden<br />
a las comisiones de<br />
postulación ni al Congreso de<br />
la República.<br />
Algunas se originan en la<br />
ley dela materia, pues los comisionados<br />
se esforzaron al<br />
máximo —lo cual queda documentado<br />
en 29 actas, boletines<br />
ydeclaraciones escritas y<br />
orales— por ajustar sus resoluciones<br />
a los preceptos de esa<br />
ley, la cual deberá ser mejorada<br />
mediante reformas en las<br />
que se recojan las experiencias<br />
de estos meses de acaloradas<br />
y agitadas, pero útiles<br />
polémicas.<br />
Uno de los elementos inadmisibles<br />
está en criminalizar<br />
el parentesco consanguíneo y<br />
el de afinidad, en torno alo<br />
cual sería bueno estudiar hasta<br />
qué punto la ley incurre en<br />
discriminaciones inconstitucionales,<br />
como sucede con el<br />
principio según el cual el<br />
hombre y la mujer, cualquiera<br />
Los derechos de toda<br />
persona deben ser<br />
respetados, sin<br />
discriminación por<br />
motivos de raza, color,<br />
sexo, idioma, religión y<br />
opiniones políticas.<br />
que sea su estado<br />
civil, tienen<br />
iguales oportunidades<br />
y responsabilidades.<br />
De manera<br />
que, según mi<br />
opinión, puede<br />
haber violación<br />
de los derechos<br />
humanos a la libertad<br />
y a la<br />
igualdad, cuando una candidata<br />
es objetada o impedida<br />
de acceder auna magistratura<br />
por ser esposa opor ser hermana.<br />
Lo mismo sucede con el señalamiento<br />
contra candidatos<br />
“sospechosos” de ser afines a<br />
partidos políticos oalos líderes<br />
de esos partidos, porque se<br />
atenta contra el derecho garantizado<br />
por la Constitución<br />
a participar en actividades políticas,<br />
punto que merece ser<br />
estudiado ala luz de la constante<br />
campaña para que los<br />
ciudadanos participen en partidos,<br />
afin de evitar, se dice,<br />
que “otros decidan por nosotros”,<br />
y por el hecho notorio<br />
de que algunos de los autores<br />
de los vetos adeterminados<br />
candidatos tienen una larga y<br />
muyrespetable historia de actividades<br />
político partidistas<br />
fácilmente demostrable.<br />
Porque decir que la política<br />
es mala si la haces tú, pero<br />
muy buena si la hago yo, no<br />
tiene cabida en una sociedad<br />
en la que los derechos políticos<br />
son para todos por igual.<br />
Se viola también la independencia<br />
judicial, al calificar<br />
como faltade idoneidadhaber<br />
dictado sentencias que no son<br />
del agrado de los que se atribuyen<br />
el derecho de vetar a los<br />
candidatos, porque la función<br />
jurisdiccional se ejerce con<br />
exclusividad absoluta por la<br />
Corte Suprema de Justicia y<br />
por los demás tribunales que<br />
la ley establezca. Yninguna<br />
otra autoridad puede intervenir<br />
en la administración de<br />
justicia.<br />
Otro asunto, poco analizado,<br />
es la puntuación aplicada a<br />
los expedientes.<br />
No funcionó, como se esperaba,alextremo<br />
de que las comisiones<br />
y el Congreso, sucesivamente,<br />
se desentendieron,<br />
parcialmente, de la escala de<br />
puntos.<br />
Esa forma de evaluación<br />
tiene por objeto limpiar las<br />
elecciones de la subjetividad.<br />
O, como dice la ley, “limitar la<br />
discrecionalidad de los Organismos<br />
del Estado<br />
en cuanto<br />
al nombramiento<br />
subjetivo e<br />
inidóneo (¡!) de<br />
determinadas<br />
autoridades públicas”.<br />
Esta vez los<br />
punteos estuvieron<br />
insertos<br />
en una elevada<br />
dosis de subjetividad, y más<br />
subjetividad hubo en algunas<br />
denuncias, que pudieron haber<br />
influido en el resultado final.<br />
Pongo de ejemplo el siguiente<br />
caso teórico: un abogado<br />
competente, honorable,<br />
justo eimparcial, que nunca<br />
ha sido amonestado osancionado<br />
es electo, hace diez años,<br />
magistrado de apelaciones,<br />
con 72 puntos. Cinco años más<br />
tarde es reelecto, con 77. La<br />
tercera vez debería obtener,<br />
por lo menos, 80; en cambio<br />
bajo el sistema usado hoy obtiene<br />
45 y es sacado del ámbito<br />
judicial, por la baja puntuación<br />
obtenida. Para él la carrera<br />
judicial ha terminado, a lo<br />
cual se suma el desprestigio<br />
causado por denuncias que<br />
habrán de molestarle mucho<br />
tiempo, porque ha sido marcado<br />
en la frente con el estigma<br />
de la falta de idoneidad. No<br />
defiendo alos corruptos, aclaro.<br />
Deben ser procesados y<br />
condenados, pero mediante<br />
procedimientos estrictamente<br />
legales.