FREERiDE en norueGA FREERiDE en norueGA - Senderoxtrem
FREERiDE en norueGA FREERiDE en norueGA - Senderoxtrem
FREERiDE en norueGA FREERiDE en norueGA - Senderoxtrem
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
▌REPORTAJE<br />
El infierno de Gosainkund<br />
Los lagos de Gosainkund son un lugar sagrado para<br />
los fieles hinduistas. Según cu<strong>en</strong>ta la tradición, esta<br />
región formada por 108 lagos es la morada de los<br />
Dioses Shiva y Gauri. Durante la luna ll<strong>en</strong>a de agosto,<br />
miles de fieles peregrinan hasta las inmediaciones<br />
del lago principal. En invierno, sin embargo, un shadú<br />
solitario es su único morador. El santón lleva 18 meses<br />
meditando junto a la orilla del lago. Se alim<strong>en</strong>ta<br />
de lo que la g<strong>en</strong>te le da y parece soportar bi<strong>en</strong> el frío,<br />
fumando todo tipo de hierbas “mágicas”.<br />
Rodeado por un paisaje de <strong>en</strong>sueño, me deslizo sobre<br />
la traza int<strong>en</strong>tando no depositar sobre las huellas<br />
más peso del necesario, pero los nepalíes pesan mucho<br />
m<strong>en</strong>os que yo, y donde ellos se sust<strong>en</strong>tan, yo me<br />
hundo. Cada poco tiempo, golpes de tos que int<strong>en</strong>to<br />
controlar me dejan dolorido, hasta que <strong>en</strong> uno de los<br />
arrebatos si<strong>en</strong>to como mi espalda cruje con un sonido<br />
sordo. Instantáneam<strong>en</strong>te me clavo de rodillas y<br />
me dejo caer sobre la nieve int<strong>en</strong>tando recuperar la<br />
respiración. Un aluvión de preguntas sin respuesta se<br />
abalanza sobre mi. ¿Me he roto la costilla? ¿Se puede<br />
seguir caminando con una lesión así? ¿Es el final<br />
de la expedición?...<br />
Supongo que el paisaje es bonito. No estoy seguro.<br />
Mis ojos no miran hacia fuera. La angustia por la situación<br />
capta toda mi at<strong>en</strong>ción, pero muy despacio,<br />
casi sin darme cu<strong>en</strong>ta, aparco la idea del abandono y<br />
la sustituyo por metas a corto plazo, que me ayud<strong>en</strong><br />
a mant<strong>en</strong>er el ánimo. En algunos lugares, la nieve<br />
me llega a los muslos y se convierte <strong>en</strong> un torm<strong>en</strong>to<br />
tanto m<strong>en</strong>tal, como físico. De ninguna de las dos<br />
cosas ando sobrado. De las tres horas que Pemba<br />
predice que tardaré <strong>en</strong> llegar a Thadepati –luego serán<br />
cuatro-, las dos primeras son aceptables. En una<br />
ocasión, creo haber errado el camino y vuelvo sin mochila<br />
sobre mis pasos, para comprobar que no hay<br />
ninguna otra alternativa. Las dos últimas horas son<br />
un vía crucis. Cu<strong>en</strong>to los pasos, hablo conmigo <strong>en</strong><br />
voz alta, le grito a los Dioses del Himalaya, me echo<br />
a llorar…<br />
-Un, dos… v<strong>en</strong>ga Javier.<br />
-Tres, cuatro… has soñado con esto durante años.<br />
-Cinco, seis…-me hundo hasta la cintura.<br />
-Once, doce… no puedes r<strong>en</strong>dirte.<br />
-Cuar<strong>en</strong>ta y nueve y cincu<strong>en</strong>ta… ¡¡¡Muy bi<strong>en</strong>, tío, muy<br />
bi<strong>en</strong>. Lo estás haci<strong>en</strong>do muy bi<strong>en</strong> !!!<br />
18<br />
C U A D E R N O S T É C N I C O S