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LIBRO.ARCHIVOS.IBEROAMERICANOS

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5 Funciones de administración del sistema. La gestión de recursos.<br />

330<br />

•<br />

•<br />

Administración de documentos y archivos. Textos fundamentales<br />

mayores intervencionismos. Desgraciadamente, también es posible que ocurra lo contrario<br />

–sobre todo si se trata de una obra de especial envergadura– que pretenda hacer pasar<br />

la obra como un monumento efectista calculado en clave electoral o propagandística. En<br />

todo caso, será él quien seleccione al arquitecto que diseñe y dirija la obra 45 .<br />

El arquitecto, al que corresponde conocer la normativa de edificación y ser capaz de<br />

articular los espacios, realizar los estudios de cargas o simulaciones energéticas, etc. Sin<br />

embargo, como indica Romero Tallafigo, no es fácil que un arquitecto haya diseñado<br />

muchos archivos antes de recibir el encargo de levantar o acondicionar uno, por lo cual<br />

debería querer informarse del punto de vista del archivero46 . Puede ocurrir, sin embargo,<br />

que menosprecie el asesoramiento que le ofrece el archivero y que imponga sus propias<br />

soluciones técnicas, generalmente más caras y, al final, menos efectivas.<br />

Por último, el archivero, que posee una formación limitada en cuestiones arquitectónicas<br />

por lo que, aunque pueda estar bien informado sobre los principios generales, se encuentra<br />

en inferioridad de condiciones ante un arquitecto para dar respuesta a las cuestiones<br />

clave que impulsan una obra mayor: estudios de cargas, simulaciones energéticas, articulación<br />

de espacios, etc. Sin embargo, por su experiencia profesional, puede identificar<br />

las mejores soluciones prácticas a los problemas que plantee el acondicionamiento de las<br />

distintas zonas de trabajo, la elección de equipos y mobiliario, etc.<br />

Se impone, por tanto, una estrecha colaboración entre los tres actores que, como señala<br />

Cruz Mundet, dependerá mucho de la empatía personal de cada uno 47 . El archivero debe ser<br />

consciente de que su posición es la más débil de las tres y que es a él a quien más conviene<br />

una relación amigable con el arquitecto para solventar las inevitables diferencias de interpretación<br />

que surjan en la elaboración del proyecto.<br />

Durante la ejecución de la obra el archivero deberá mantenerse en un segundo plano aunque<br />

preparado para formular a tiempo las objeciones o sugerencias que estime pertinentes: y especialmente<br />

si se producen desviaciones o modificaciones importantes respecto al proyecto<br />

inicial. En cualquier caso, si existe alguna objeción grave a la marcha de la obra debe emitirse<br />

por escrito y hacérsela llegar a la autoridad promotora. A pesar de las incomodidades que<br />

esta actitud vigilante pueda ocasionarle, el resultado siempre le compensará: al fin y al cabo<br />

será él quien use el edificio y sus instalaciones tras su inauguración.<br />

Igualmente, a la finalización de la obra, cuando se produzca su recepción por el promotor,<br />

deberán formularse todos los reparos que sean precisos para que las posibles reparaciones<br />

sean cubiertas por la garantía de la obra, que suele tener una duración de diez años.<br />

Es en los depósitos donde el archivero debe defender con más firmeza su opinión profesional,<br />

la más autorizada acerca de la utilidad final del edificio. Al arquitecto debe quedarle<br />

claro desde el principio que los depósitos son la parte más importante del archivo: el lugar<br />

donde se requiere máxima funcionalidad y mínima estética. No se permitirá, en ningún<br />

45 La Ciudad de la Cultura, en Santiago de Compostela, es el último ejemplo español de esta clase de construcciones faraónicas<br />

impulsadas en los últimos veinte años por los poderes públicos. Inaugurada parcialmente en enero de 2011, esta obra ya<br />

ha cuadriplicado su presupuesto de construcción de cien millones de euros sin haber finalizado todo el complejo de edificios<br />

inicialmente proyectado. Se calcula que esta infraestructura consumirá como mínimo 2,5 millones de euros anualmente, vid.<br />

[en línea] [consulta: 30 enero 2011].<br />

46 ROMERO TALLAFIGO, Archivística…; p. 270.<br />

47 CRUz MUNDET, José Ramón, Manual de archivística. Madrid, 2005; p. 346.

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