El Drama de Alcohol: Santos que Beben

“Y acercándose Elías a todo el pueblo, dijo: ¿Hasta cuándo claudicaréis vosotros entre dos pensamientos? Si Jehová es Dios, seguidle; y si Baal, id en pos de él. Y el pueblo no respondió palabra.” 1 Reyes 18:21. “Y acercándose Elías a todo el pueblo, dijo: ¿Hasta cuándo claudicaréis
vosotros entre dos pensamientos? Si Jehová es Dios, seguidle; y si Baal,
id en pos de él. Y el pueblo no respondió palabra.” 1 Reyes 18:21.

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MOVIMIENTO MISIONERO MUNDIAL América • Europa • Oceanía • África • Asia ¡Oh amor de Dios! Obra de la poeta inglesa Frances Ridley Havergal. Su mensaje recuerda a todo seguidor del Señor que la santidad es una obligación suprema y que se debe persistir siempre en el camino de la fe. “ QUE MI VIDA entera esté consagrada a ti, Señor; que a mis manos pueda guiar el impulso de tu amor”. Así empieza el himno “Entera consagración”, bello canto cristiano. Las palabras de esta oda, escrita por Frances Ridley Havergal, son un recordatorio para todo creyente de que así como el niño está obligado a hacerse hombre, el cristiano tiene la obligación de andar en santidad. Es, a la vez, un llamado a no olvidar cuánto se depende de la gracia de Jesucristo para continuar en el camino de la fe. Frances Ridley Havergal nació el 14 de diciembre de 1836 en el poblado de Astley, en el condado de Worcestershire, Inglaterra. De familia cristiana, demostró desde muy pequeña una gran inteligencia. A los cuatro años comenzó a leer y a los siete ya escribía versos con notable fluidez y con una profundidad asombrosa. Aprendió latín, griego y hebreo, y a memorizar los salmos, el libro de Isaías, y la mayor parte del Nuevo Testamento. Además, siempre se deleitó en la oración, la lectura de la Biblia y la adoración. A lo largo de su vida, Frances tuvo un manifiesto interés por las cosas de Dios. En cierta ocasión, al escuchar un sermón de un pastor, se quedó tan impresionada que al final del culto buscó al predicador para que le hable más sobre las Buenas Nuevas, pero éste era un consejero inhábil y no pudo ayudarla a encontrar a Cristo. No obstante, en febrero de 1851, cuando frisaba los 15 años, “anhelando saber que estaba perdonada”, luego de una extensa conversación con una piadosa mujer, ella experimentó el nuevo nacimiento. Al año siguiente, Frances acompañó a su padre y a su segunda esposa a Alemania y allí estudió durante un año en la ciudad de Düsseldorf. Luego regresó a Inglaterra en diciembre de 1853 y tres años más tarde volvió a pisar suelo germánico. En esa segunda estadía, Havergal conoció al músico Ferdinand Hiller, hombre de vasta experiencia quien identificó al instante su talento musical y la belleza de sus armonías. Desde entonces, se enfrascó en una fructífera actividad compositora de himnos y poesías. El himno “Entera consagración” fue escrito en 1874 y desde entonces fue aceptado con gozo por la comunidad cristiana y ha sido traducida a una docena de idiomas. Frances reveló que Dios la inspiró para escribir este cántico cuando, después de haber guiado a dos jóvenes al arrepentimiento y no poder dormir por la alegría que ese suceso le causó, se postró ante la presencia del Señor y se pasó la mayor parte de la noche adorándolo y renovando su propia consagración. Frances tuvo una endeble salud, pero eso no fue obstáculo para que llevara una existencia muy activa, siendo casi todo su 28 Impacto evangelístico

MÚSICA ENTERA CONSAGRACIÓN 1 Que mi vida entera esté consagrada a ti, Señor; que a mis manos pueda guiar el impulso de tu amor. Coro Lávame en tu sangre, Salvador, límpiame de toda mi maldad; traigo a ti mi vida, para ser Señor, ¡tuya por la eternidad! 2 Que mis pies tan sólo en pos de lo santo puedan ir, y que a ti, Señor, mi voz se complazca en bendecir. 3 Que mi tiempo todo esté consagrado a tu loor, que mis labios al hablar hablen sólo de tu amor. 4 Toma, ¡oh Dios!, mi voluntad, y hazla tuya, nada más; toma, sí, mi corazón por tu trono lo tendrás. 5 Toma tú mi amor, que hoy a tus pies vengo a poner; ¡Toma todo lo que soy, todo tuyo quiero ser! trabajo totalmente dedicado al servicio del Maestro: habló, enseñó, cantó, oró y escribió para Él. Visitaba a los enfermos y débiles, a menudo haciendo grandes viajes para llevar un mensaje de esperanza. Cada vez que alguien se refería a su estado de salud, ella respondía con estas palabras: “quiero decirles que yo veo mi dolor a la luz del calvario”. En el otoño de 1878, ella se trasladó a la comunidad de Mumbles, POEMAS E HIMNOS PESE A QUE ES MAYORMENTE conocida por sus himnos y poemas, Frances Havergal también publicó escritos en prosa como: “Campanas de la mañana”, “Pequeñas almohadas”, “Mi Rey y su servicio” y “Guardado para el uso del Maestro”, entre otros; todos marcados por la misma piedad sincera y práctica. En cuanto a su colección de poemas e himnos, podemos mencionar a “El Ministerio de la canción”, “Bajo la superficie”, “Respuestas leales” y “Bajo su sombra”. Su autobiografía fue publicada en “Memoriales de Frances Ridley Havergal” por una de sus hermanas. situada en el país de Gales, con la finalidad de renovar sus fuerzas físicas para continuar su ministerio. Sin embargo, aquejada de una peritonitis, el 3 de junio de 1879, a los 42 años, partió a la presencia del Señor. Debido al brillante estilo de sus escritos, el predicador Charles Spurgeon tras su muerte expresó que “Frances nunca podría haber escrito como lo ha hecho a excepción de una intimidad extraordinaria con Dios”. u marzo 2014 29

MOVIMIENTO MISIONERO MUNDIAL<br />

América • Europa • Oceanía • África • Asia<br />

¡Oh amor<br />

<strong>de</strong> Dios!<br />

Obra <strong>de</strong> la poeta inglesa Frances Ridley<br />

Havergal. Su mensaje recuerda a todo<br />

seguidor <strong>de</strong>l Señor <strong>que</strong> la santidad es<br />

una obligación suprema y <strong>que</strong> se <strong>de</strong>be<br />

persistir siempre en el camino <strong>de</strong> la fe.<br />

“<br />

QUE MI VIDA entera esté consagrada<br />

a ti, Señor; <strong>que</strong> a<br />

mis manos pueda guiar<br />

el impulso <strong>de</strong> tu amor”. Así empieza<br />

el himno “Entera consagración”,<br />

bello canto cristiano. Las<br />

palabras <strong>de</strong> esta oda, escrita por<br />

Frances Ridley Havergal, son un<br />

recordatorio para todo creyente<br />

<strong>de</strong> <strong>que</strong> así como el niño está obligado<br />

a hacerse hombre, el cristiano<br />

tiene la obligación <strong>de</strong> andar en<br />

santidad. Es, a la vez, un llamado<br />

a no olvidar cuánto se <strong>de</strong>pen<strong>de</strong><br />

<strong>de</strong> la gracia <strong>de</strong> Jesucristo para<br />

continuar en el camino <strong>de</strong> la fe.<br />

Frances Ridley Havergal nació<br />

el 14 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1836 en<br />

el poblado <strong>de</strong> Astley, en el condado<br />

<strong>de</strong> Worcestershire, Inglaterra.<br />

De familia cristiana, <strong>de</strong>mostró<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> muy pe<strong>que</strong>ña una gran<br />

inteligencia. A los cuatro años<br />

comenzó a leer y a los siete ya escribía<br />

versos con notable flui<strong>de</strong>z y<br />

con una profundidad asombrosa.<br />

Aprendió latín, griego y hebreo,<br />

y a memorizar los salmos, el libro<br />

<strong>de</strong> Isaías, y la mayor parte<br />

<strong>de</strong>l Nuevo Testamento. A<strong>de</strong>más,<br />

siempre se <strong>de</strong>leitó en la oración, la<br />

lectura <strong>de</strong> la Biblia y la adoración.<br />

A lo largo <strong>de</strong> su vida, Frances<br />

tuvo un manifiesto interés por<br />

las cosas <strong>de</strong> Dios. En cierta ocasión,<br />

al escuchar un sermón <strong>de</strong> un<br />

pastor, se <strong>que</strong>dó tan impresionada<br />

<strong>que</strong> al final <strong>de</strong>l culto buscó al<br />

predicador para <strong>que</strong> le hable más<br />

sobre las Buenas Nuevas, pero<br />

éste era un consejero inhábil y<br />

no pudo ayudarla a encontrar a<br />

Cristo. No obstante, en febrero <strong>de</strong><br />

1851, cuando frisaba los 15 años,<br />

“anhelando saber <strong>que</strong> estaba perdonada”,<br />

luego <strong>de</strong> una extensa<br />

conversación con una piadosa<br />

mujer, ella experimentó el nuevo<br />

nacimiento.<br />

Al año siguiente, Frances<br />

acompañó a su padre y a su segunda<br />

esposa a Alemania y allí<br />

estudió durante un año en la<br />

ciudad <strong>de</strong> Düsseldorf. Luego regresó<br />

a Inglaterra en diciembre<br />

<strong>de</strong> 1853 y tres años más tar<strong>de</strong><br />

volvió a pisar suelo germánico.<br />

En esa segunda estadía, Havergal<br />

conoció al músico Ferdinand Hiller,<br />

hombre <strong>de</strong> vasta experiencia<br />

quien i<strong>de</strong>ntificó al instante su talento<br />

musical y la belleza <strong>de</strong> sus<br />

armonías. Des<strong>de</strong> entonces, se enfrascó<br />

en una fructífera actividad<br />

compositora <strong>de</strong> himnos y poesías.<br />

<strong>El</strong> himno “Entera consagración”<br />

fue escrito en 1874 y <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

entonces fue aceptado con gozo<br />

por la comunidad cristiana y ha<br />

sido traducida a una docena <strong>de</strong><br />

idiomas. Frances reveló <strong>que</strong> Dios<br />

la inspiró para escribir este cántico<br />

cuando, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haber<br />

guiado a dos jóvenes al arrepentimiento<br />

y no po<strong>de</strong>r dormir por la<br />

alegría <strong>que</strong> ese suceso le causó, se<br />

postró ante la presencia <strong>de</strong>l Señor<br />

y se pasó la mayor parte <strong>de</strong> la noche<br />

adorándolo y renovando su<br />

propia consagración.<br />

Frances tuvo una en<strong>de</strong>ble<br />

salud, pero eso no fue obstáculo<br />

para <strong>que</strong> llevara una existencia<br />

muy activa, siendo casi todo su<br />

28 Impacto evangelístico

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