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CUADERNOS DE BDSM - nº 23
impartimos el mes pasado el primero de los talleres de yoga para shibari: un taller
individual, orientado tanto a atadores/as como a modelos y cuyo desarrollo resumiremos
a continuación.
Taller inicial: posiciones de brazos
En el shibari los brazos pueden ser inmovilizados en diferentes posiciones más o menos
forzadas. En este primer taller trabajamos sobre asanas de yoga que preparan las
articulaciones para facilitar el acceso y la estancia a tres ataduras clásicas similares a
mudras: Ryo-tekubi shibari (“las manos en la nuca”), Teppo shibari ("el rifle") y
Ushirode-gassho shibari ("el rezo invertido").
Dividimos el taller en tres partes. En la primera se realizaron asanas pensadas para
preparar el cuerpo y la mente; un calentamiento articular, muscular y respiratorio a
veces dinámico, a veces lento. Su objetivo no es sólo preparar los cuadros y
articulaciones que se pondrán en funcionamiento con estas ataduras específicas, sino
que buscamos llevar toda la atención al cuerpo y la respiración, crear una atmósfera
adecuada, concentrar la escucha corporal para percibir y acrecentar las sensaciones más
sutiles.
Esta parte es particularmente útil para atadores o atadoras que quieran guiar a sus
modelos en su calentamiento antes de cada sesión intensa... Antes de poder establecer
una conexión con el atador, cada modelo debe poder establecer una conexión consigo
mismo/a. De hecho uno de los significados de la palabra yoga es “unión”, entendido
como el desprendimiento de las barreras que separan.
Cada movimiento se coordina con la respiración: al inhalar los brazos se abren y las
piernas se elevan, exhalando se abrazan las rodillas. Para preparar la musculatura costal
realizamos diferentes asanas de rotación poniendo especial atención en los brazos,
hombros y cuello. Con cada inspiración avanzamos o perfeccionamos las posiciones, y
con cada exhalación mantenemos la base estable. Cada movimiento de recolocación se
realiza lento y suave, manteniendo la atención. Estiramos la musculatura posterior de las
piernas y alineamos los brazos con la cabeza abriendo el pecho. La parte que más se
prepara, porque es la que más sufrirá, es la de los hombros.
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