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CUADERNOS DE BDSM - nº 23
muchos tics comunes, incluso se les podría "clasificar". El que te abruma hablando de
sus cosas y que va a lo suyo, o el que no es capaz de hilvanar dos párrafos seguidos. El
prepotente, el cohibido, el que va de estar de vuelta de todo, el gañán, el enterado...
"Cómo eres", "qué te gusta", "qué me harías"... Chats, foros y redes sociales son caldo
de picoteo continuo, desde el anonimato, en el que los supuestos pretendientes se tiran
el rollo, con desigual habilidad y fortuna. Vamos, que en un primer vistazo, se diría que
los foro/chats sadomasoquistas son el pasatiempo habitual de gente de pocos posibles y
escasa vida social.
Si eres mujer, da igual tu rol, y da igual que "busques" o no, te entrarán a cientos. Así
que enseguida entrenas el ojo, deshechas a casi todos, y te centras en los que te dan
buen rollo...
VAMOS A QUEDAR
Pasamos a la etapa 2, que es la crítica: ese sumi te hace tilín, parece que hay química,
vamos a conocernos y comprobarlo en real… y ¡hop!, esa cita, normalmente… NO se
produce.
Las relaciones SM, son tan tortuosas como toda relación a dos cotidiana, y aún más
retorcidas por el hecho del anonimato. Que, recordemos, aún estamos en la etapa
virtual. Es ahora, en la fase de proponer la cita, cuando aparecen los matices, los
detalles inesperados, de la forma de ser del pretendiente. Ya sean peticiones/condiciones
estrafalarias, tics, manías, salidas de tono, planteamientos contradictorios... espantadas...
Ejemplo: "Vamos a conocernos más por aquí"... siguen las charlas, los chateos, los
wasaps y el teléfono... mientras te vas haciendo una idea (completamente irreal) de
quién hay al otro lado... El pretendiente sigue construyendo sus castillos en el aire, cada
vez más elaborados... horas y horas al teclado... conversaciones ya de un nivel de
intimidad muy alto... Y así seguimos, sin vernos. Sin vernos de verdad, cara a cara. ¿Y a
la hora de concretar esa cita...? pues... siempre hay que postergarla. Imprevistos, viajes,
trabajo, familia... se me ha muerto el canario…
La fantasía masculina no deja de asombrarme, en cuanto a capacidad de argumentar
mentiras para eludir el acudir a la cita, pero intentando salvar la cara. Como si no fuesen
conscientes de que, si bien todos somos humanos y puede ocurrir un imprevisto…
pondrías otra fecha inmediatamente. Pero no. La realidad es que no vuelves a saber
nunca más de ellos. O como mucho, alguno que reaparece tras mucho tiempo, con “es
que aquella vez no me atreví, pero oye, que ahora sí que estoy decidido del todo.”
Las espantadas son súbitas salidas de tono que se producen, qué casualidad, justo antes
de la primera cita. Desquiciar cualquier cosa que hayas dicho o hecho, para convertirla
en un melodrama, y tener así argumentos para "desestimarte". Que si el orgullo herido,
que si eso va contra sus principios, que si "pensaba que eras de otra manera"... A
muchos les amedrenta que tengas las ideas claras, lo toman como algo amenazante. Y se
centran más en buscar una salida airosa, que en dar el siguiente paso.
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