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CUADERNOS DE BDSM - nº 23
¿Es cierto que además de atar también te gusta que te aten? ¿Qué sientes cuando
te atan? ¿Son las mismas sensaciones?
A veces he dejado que probaran conmigo, pero sólo eso. Nunca me han atado en una
sesión BDSM, aunque ahora que lo pienso, durante una de las mejores felaciones que
me han hecho… yo estaba atado. Y sólo sentí ganas de correrme.
¿No te sale en esos momentos el lado maestro y corriges los fallos a quien te ata?
Cuando me he dejado atar, lo que me ha interesado más era percibir aquello que me
podía hacer mejor atador. De hecho hubo una época que buscaba que algún tío me atase
rudamente para probar, desde el otro lado, los desequilibrios en busca del dolor, y luego
poder aplicarlo mejor yo. Pero no encontré a nadie en el nivel que buscaba que pudiese
sentir deseo, aunque me codeaba con los mejores atadores del país… en el nivel que
buscaba todos eran heterosexuales.
De todos modos, si se diera el caso y hubiera de estar pendiente de ello, sería mejor que
no me dejase atar. Un buen atador inspira confianza y deja a quien es atado deambular
en el mundo de las sensaciones y evadirse sin tener que fijarse tanto en que le hacen, ya
que en realidad poco importa mientras sea seguro. Aunque claro, si te… me callo…
En lo últimos meses te estás dedicando a dar cursillos por toda la península.
¿Cómo surge este proyecto?
En primer lugar me ha motivado haber llegado donde he llegado a nivel de experiencia
y conocimientos. Me habían pedido muchas veces que enseñase o diese algún curso tras
verme actuar en locales. Sobre todo era gente que quería aprender lo que yo hacía
porque les llamaba la atención y veían la reacción que provocaba. Pero en muchos casos
nunca jugaban a ello, por lo que “cuando salía de fiesta” no se despertaba el interés de
ponerme a dar lecciones. Lo que si hacía era compartir con otros atadores momentos y
charlas donde yo también podía aprender.
En segundo lugar es porque disfruto con ello y me permite viajar y conocer gente, y no
deja de ser una forma de ampliar horizontes.
Otro motivo puede ser obtener unos ingresos que me permitan seguir estudiando.
Aunque una vez cubiertos los gastos no siempre queda mucho dinero para ello. Pero en
todo caso, no busco profesionalizar la devoción que siento por el mundo de las ataduras
eróticas. Estoy más interesado en seguir siendo un alumno, que en acabar siendo
maestro de nada.
¿Qué es lo que intentas inculcar a tus alumnos?
Lo que intento en la mayoría de casos es inculcar que en el proceso de atar y desatar
reside la máxima esencia de este tipos de juegos, y en los cursos básicos que para
emocionar a nuestras parejas no hace falta saber y aplicar grandes técnicas. Con un
único nudo es suficiente. Lo más importante es saber entablar una relación de confianza
y deseos que permita desarrollar una forma de comunicación o conexión pasional e
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