Antoniano125

Es opor tu no ci tar en esta pre sen ta ción de la re vis ta “El Anto nia no”
Nº 125, la pre gun ta que hi cie ra a los es pa ño les el pa dre Do min go de
San to To más:"Oh in sen sa tos, ¿por qué os sa quéis la ven da que os nu -
bla vuestro entendimiento? Por Cristo nuestro Señor ¿hasta ahora no os
dais dado cuen ta que la ver da de ra ri que za del Mun do Nue vo está en es -
tos hu mil des sier vos de nues tro Se ñor: los abo rí ge nes? Si ellos no tra ba ja -
ran en las mi nas ¿quié nes tra ba ja ran?, y no cabe duda que la respuesta
fue: “Los indios”.
Frente a esa explotación, el noble obispo José Pérez de
Armendáriz,en su calidad de Rector de nuestra Universidad de 1770
a 1808, sembró en las juventudes estudiosasideas insumisas y
separatistas, forjando así revolucionarios de la pluma y de la acción.
Como dice el doctor Horacio Villanueva que “Probablemente, sea el
señor Pérez sea uno de los primeros partidarios de la emancipación,
posiblemente desde la época del gran levantamiento indígena de José
Gabriel Condorcanqui. Parece probarlo el hecho de que, el año
1786, el Gobernador Intendente del Cuzco, D. Benito de la Matta
Linares, pidió al virrey la remoción de Pérez Armendáriz, que
desempeñaba el cargo de Gobernador eclesiástico de la diócesis
desde la partida a España del obispo Moscoso y Peralta, pretextando
haber sospechado en el antoniano ideas insumisas y asegurando que
ha de “seguir irremediablemente las huellas del obispo”.
Huellas que han quedado registradas en los anales de la historia de
la independencia del Perú y de América, que partieron de nuestra
Universidad, como los pasos firmes del doctor José Angulo, que fue
jefe y nervio de la Revolución de 1814, Presidente de la Primera Junta
de Gobierno y Capitán General de la Armas de la Patria; están los
pasos del presbítero don José Feyjoo, que llegó a ser Intendente del
Gobierno Revolucionario del Cuzco; están los pasos de los doctores:
Miguel Vargas, José Manuel Rivero; José Manuel Sahuaraura; de los
estudiantes antonianos: Juan Béjar, José Manuel Rivero, que fue
miembro de la “Compañía de Granaderos” y de otros antonianos,
que forjaron nuestra independencia.
Ahora los antonianos de hoy, en este CCCXXII Aniversario de
nuestra Fundación, hemos programado una serie de actos
conmemorativos, para rendir homenaje en el Bicentenario —1814,
2014— de tan importante Revolución Emancipadora, por ello, la
edición de “El Antoniano” Nº 125, se hace en homenaje a los
antonianos de ese grandioso ayer.
Dr. Ger mán Ze ce na rro Ma due ño
Rec tor de la Uni ver si dad Na cio nal de San Anto nio Abad del Cus co.
El Antoniano 125 – Marzo de 2014 1

EL ANTONIANO 125
La revolución de 1814 y la primera proclama de la independencia del Perú ...3
José Tamayo Herrera
Algunos personajes en la Revolución de 1814 en el Cusco.........................25
Ángel Avendaño
Bicentenario de la Rebelión del Cusco y la patria insurgente 1814–2014 .....33
Oscar Paredes Pando
La orden jesuita en el Perú y el Cusco.......................................................59
Juan Fernando Vargas Béjar
La real y pon ti fi cia Uni ver si dad Nacional de San Anto nio Abad del Cus co ....64
Horacio Villanueva Arteaga
Sentido creador de la Universidad ............................................................75
Carlos Ferdinand Cuadros
Nobleza, filiaciones y ascendientes............................................................91
Carmen Escalante Gutiérrez, Ricardo Valderrama Fernández
Concepto de nación en las primeras Constituciones Políticas del Perú .......109
Luis Froilán Medina Suyo , Giovana Castillo Arrosquipa
Los Andes y Meso amé ri ca en la voz de sus mi tos ...................................115
Luis Millones
Qhaqya: enfermedad del rayo o illapa .....................................................123
Efraín Cáceres Chalco
Hatun yachaq Arguedasninchis amachaqekunawan .................................137
Pável H. Valer Bellota
Efecto acelerador del extracto de Plantago major (Llantén) .......................151
Pablo Fidel Grajeda Ancca, Ninoska Sánchez Palomino, Claudia Patricia Tupayachi Flores, Fernando Murillo Salazar
Satisfacción del usuario externo en hospitales del ministerio de salud .........157
Yahaira Paola Vargas Gonzales
Producción de fibra de la alpaca hembra..................................................169
P. Wal ter Bra vo, Iván Aedo, Enri que Ampue ro, Vir gi lio Alar cón
La conciliación extrajudicial......................................................................177
Ligia Somocurcio
La actividad turística en el estado de Amapá – Bra sil..................................184
Liliane Cascaes Pereira
Tapa de “El Anto nia no” N° 123
ISSN 2223-3067
9 7 7 2 2 2 3 3 0 6 0 0 9
Código QR
“El Anto nia no” N° 125
edición on–line
El Antoniano
Tomo 24 – N° 125 – 1 de mar zo del año 2014
ISSN 2223–3067 (edi ción im pre sa) – ISSN 2223–8662 (edi ción on–line)
Web: http://www.un saac.edu.pe/in ves ti ga cion/pu bli ca cio nes/elan to nia no125/
He cho el De pó si to Le gal en la Bi blio te ca Na cio nal del Perú Nº 2014-03564
Pro du ci do por Con se jo de Pro yec ción So cial
Av. De la Cul tu ra 733, Ciu dad del Cus co, Perú,
e–mail: elan to nia no@un saac.edu.pe
Impre so en: jedi to res
UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN ANTONIO ABAD DEL CUSCO
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Vicerrector Académico
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Fernando Oviedo Hinojosa
Apoyo técnico
Yesenia Concha Ramos, Aguedo Huamaní Huayhua,
Kelvin Jack Huamán Apaza, Moisés Loaiza Cereceda.
Ilus tra cio nes
Por ta da e Inte rio res: va ria da pin tu ra
del maes tro cus que ño Ma ria no Fuen tes Lira
Con tra por ta da: acua re la de los her ma nos Angu lo,
del pin tor cus que ño Ma nuel Gi ba ja Gonzales
Los artículos son de única y exclusiva responsabilidad
de su(s) autor(es).
2 El Antoniano 125 – Marzo de 2014

LA REVOLUCIÓN DE 1814 Y LA PRIMERA
PROCLAMA DE LA INDEPENDENCIA DEL PERÚ
1 Catedrático emérito de la Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco.
1
José Tamayo Herrera
En es te ca pí tu lo se re se ña la re vo lu ción del Cus co de 1814, que se ini -
cia con los pri me ros co na tos de oc tu bre y no viem bre de 1813, has ta
el estallido del movimiento insurreccional el 3 de agosto de 1814.
Estan do ya el Cus co en po der de los pa trio tas a par tir de agos to de
1814, se procedió a la organización del primer ejército peruano, para
el cual se creó una ban de ra pro pia, un ju ra men to en que se omi te to -
da re fe ren cia al Rey de Espa ña, y las pro cla mas y do cu men tos emi ti -
dos por Jo sé Angu lo To rres, je fe de la re vo lu ción equi va len a una for -
ma de pro cla ma ción de la Inde pen den cia he cha por obra de los mis -
mos pe rua nos y an te rior a la de 1824. La or ga ni za ción de es te pri mer
ejército nacional supuso vencer numerosas dificultades logísticas y de
dotación de armamento. El Estado Mayor estuvo en manos de jefes
patriotas como José Angulo, José Gabriel Béjar, José Pinelo, Vicente
Angulo, Mariano Angulo, Mateo García Pumacahua, etc.; quienes concilian
la estrategia de enviar tres expediciones simultáneamente a La
Paz, Hua man ga y Are qui pa. La pre sen cia de Pu ma cahua en la re vo lu -
ción pa trio ta per mi tía el apo yo de las ma sas ru ra les de la Inten den cia
del Cus co. La es tra te gia de los je fes pa trio tas era sim ple pe ro bri llan te,
pues por un la do se tra ta ba de ata car el Alto Pe rú, des tru yen do la re ta -
guar dia del Ejér ci to Real del Ge ne ral Pe zue la, de otro, avan zar so bre
Hua man ga por el ca mi no de la sie rra y to mar con otra ex pe di ción Are -
quipa que cubría el camino del mar. El ejército patriota expediciona al
Alto Pe rú. Sa lió del Cus co el 17 de agos to de 1814, to mó Pu no y La
Paz, en tre tan to el Ejér ci to Rea lis ta mo vi li zó una Uni dad de 1,200 sol -
da dos al man do del Ge ne ral Juan Ra mí rez que ven ció a los pa trio tas
en la batalla de Chacaltaya. La segunda expedición hacia Huamanga salió
del Cus co el 25 de agos to de 1814 ocu pan do es ta ciu dad. Pa ra
oponerse a esta expedición los realistas organizaron una fuerza militar
El Antoniano 125 – Marzo de 2014 3

José Tamayo Herrera
que sa lió de Li ma ven cien do a los pa trio tas en las ba ta llas de Huan ta,
Matará, Rucumachay, Hatuntocto y Hatunguana, destruyendo a esta
expedición patriota. La tercera se dirigió a Arequipa y salió del Cusco
en oc tu bre de 1814, al man do de Pu ma cahua, quien ven ció a los rea -
listas en la batalla de Apacheta y ocupó Arequipa. Luego esta expedición
se re ti ró al Alti pla no y fue ven ci da por Ra mí rez en la ba ta lla de
Uma chi ri el 11 de mar zo de 1815. Des pués los rea lis tas ocu pa ron el
Cus co, eje cu tan do a los je fes pa trio tas, con lo que ter mi nó la re vo lu -
ción de 1814. El movimiento nacionalista criollo comienza con la prédi
ca pre cur so ra de Juan Pa blo Vis car do y Guz mán en su “Car ta a los
Españoles Americanos” y después se robustece con las conspiraciones
pa trio tas de Agui lar y Ubal de en el Cus co, Hi pó li to Una nue y los
mé di cos de San Fer nan do en Li ma y pos te rior -
men te Jo sé de la Ri va Agüe ro, Ma teo Sil va, Jo -
sé Baquíjano y Carrillo, Francisco de Paula Quiróz,
y otros. El mo vi mien to de los crio llos a fa -
vor de la Independencia se materializó con la
colaboración de la Expedición de San Martín
en 1820.
En la pri ma ve ra de 1813, y co no -
cedores los patriotas del Cusco, por
su inteligencia con el Ejército de Belgrano,
del avance victorioso de éste
ha cia el in te rior del Alto Perú, an tes
de las ba ta llas de Vil ca pu gio y Ayahu -
ma; y con tan do con la cir cuns tan cia
fa vo ra ble de que en la guar ni ción
del Cus co se ha lla ban va rios de los
oficiales juramentados en Salta, quisieron
precipitar los acontecimientos
ya netamente insurreccionales y
armados, quitándose la careta de
constitucionalistas, que también les
había servido para obtener sus
propósitos políticos hasta antes de
esa fecha.
El pri mer acto in su rrec cio nal
fue pla nea do para el 9 de oc tu bre
de 1813, para el cual con ta ban
con la com pli ci dad de cer ca de
600 sol da dos y pai sa nos, y de al gu -
nos ofi cia les de la guar ni ción rea lis -
ta del Cus co, como Ma tías Lo va -
tón y Mar ce li no Var gas. Pero en la
cons pi ra ción no fal tó un de la tor,
Ma ria no Zu bi za rre ta, que re ve ló a
las autoridades españolas todo el
“La tercera se
dirigió a
Arequipa y salió
del Cusco en
octubre de
1814, al mando
de Pumacahua,
quien venció a
los realistas en la
batalla de
Apacheta y
ocupó
Arequipa,”
plan ur di do para el 9 de oc tu bre y se ña ló como je -
fes del le van ta mien to a José y Vi cen te Angu lo, Ga -
briel Bé jar, Juan Car va jal, etc. El doc tor José Fei joo
reu nió en su casa de la ca lle de Lo re to a una par te
de los cons pi ra do res la no che del 9 de oc tu bre,
para ha cer les sa ber que ha bían apla za do el gol pe
por con se jo del ofi cial Lo va tón que les ha bía co mu -
ni ca do que el cuar tel se ha lla ba muy res guar da do.
Vi cen te Angu lo, Juan Car va jal y Gabriel Béjar
fueron arrestados por las autoridades españolas en
forma inmediata y se les abrió juicio sumario.
Una se gun da ten ta ti va fue pla nea da por los
cons pi ra do res pa trio tas para el día 5 de no viem -
bre de 1813, pues en la no che de ese día, más
de 600 per so nas de bían ata car el cuar tel si mu lan -
do el en tie rro, de un niño en el tem plo de La
Com pa ñía, para lo cual de bían reu nir se en la
casa de Se len que en la calle de Loreto.
Otro de la tor, Ma ria no Arria ga, me dian te una
es que la anó ni ma, dio avi so al con ta dor don Fran -
cis co Ba sa dre, y por eso, des de
las 17 ho ras, del día 5 de no viem -
bre, la fuer za rea lis ta ro deó la Pla -
za de Armas del Cus co. A las 19
ho ras, un gru po po pu lar ar ma do
con pie dras y sin sa ber de la de la -
ción qui so de sa lo jar a las tro pas
de la Pla za. Enton ces se pro du jo
un en fren ta mien to en tre los pa -
trio tas y la fuer za rea lis ta, y re sul -
ta ron muer tos tres hom bres del
pue blo ante los dis pa ros de los
sol da dos, pues los her ma nos
Angu lo, je fes del mo vi mien to,
no pu die ron dar las
contraórdenes necesarias en
vista de la inesperada delación.
Los tres muer tos fue ron de cla -
ra dos már ti res de la pa tria por
los miem bros del Ca bil do pa trio -
ta, el Te nien te Alcal de Mar tín Va -
ler y el Agen te Fis cal Agus tín
Ampue ro, con lo que se vol vió a
com pro bar la ac ti tud an ties pa ño -
la del Ayun ta mien to cus que ño y
esa mis ma no che fue ron apre sa -
dos: José Angu lo, Ma nuel Hur ta -
do de Men do za y una par te de
los de más cons pi ra do res por las
au to ri da des rea lis tas y pues tos
en prisión en el mismo cuartel
que trataban de asaltar.
Así por dos de la cio nes su ce si -
vas, fra ca sa ron los in ten tos in su rrec cio na les ar -
ma dos de los pa trio tas cuzqueños de 1813.
El alzamiento del 3 de agosto
Es con es tos dos mo vi mien tos, que re cién apa -
re cen los her ma nos Angu lo como ver da de ros
mo to res del es fuer zo in su rrec cio nal. El gru po pa -
trio ta per ma ne ce pre so des de no viem bre de
1813 has ta agos to de 1814 y es tos nue ve me ses
de pri sión y de inac ción, re sul ta ron a la lar ga de ci -
si vos para la ac ción cus que ña, pues re tra sa ron
4 El Antoniano 125 – Marzo de 2014

La revolución de 1814 y la primera proclama de la independencia del Perú
trá gi ca men te la re vo lu ción;
pues mien tras tan to Bel gra no
ha bía sido de rro ta do en el Alto
Perú y toda la es tra te gia
porteña de poner entre dos
fuegos al Ejército realista
fracasó.
A raíz de la pri sión de los
Angu lo, del cura Fei joo, de Bé -
jar y Hur ta do de Men do za, el
Ca bil do en po der de los pa trio -
tas, al día si guien te, pro tes tó
por es tas pri sio nes y por las tres
víc ti mas del co na to, ante el Pre -
si den te de la Au dien cia, Con -
cha, Inten den te del Cus co, re -
cla ma ción que fue re cha za da
por el gobernante realista.
La pri sión de los her ma nos
Angu lo, de Hur ta do de Men do -
za, y Ga briel Bé jar, etc., du ran -
te nue ve me ses, re sul tó a la lar -
ga fa vo ra ble a la cau sa de la Pa -
tria, pues és tos, dis fru ta ban de
un tra to es pe cial, per mi tién do -
les pa sear se por las no ches y es -
tar en ín ti mo con tac to con los
sol da dos y ofi cia les de la guar ni -
ción, al gu nos de los cua les, los
ju ra men ta dos ya es tán en vin cu -
la cio nes se cre tas con los pa trio -
tas, de modo, que el en tu sias -
mo y el fer vor pa trió ti co de
José Angu lo lo gró, ga nar los
para la in su rrec ción, la cual, de -
bi da men te… , se lle vó a cabo la
no che del 3 de agos to de 1814,
a ma ne ra de un gol pe de Esta -
do in cruen to, que sin de rra mar
una gota de san gre puso a las
órdenes de los patriotas a
todos los miembros de la
guarnición virreinal del Cusco.
A las 3 de la ma ña na del día
mar tes 3 de agos to de 1814, es -
ta lló por fin el an sia do mo vi -
mien to na cio na lis ta, y des de la
no che an te rior los con ju ra dos
pa trio tas es tu vie ron pla nean do
y to man do las pre vi sio nes del
caso, nom bra ron co mi sio nes
de ofi cia les y sol da dos para cap -
tu rar a las au to ri da des rea lis tas
de la Au dien cia, em pe zan do
por el Pre si den te Con cha, y a
los más con no ta dos ele men tos
del par ti do fi de lis ta y mo nár qui -
co que exis tían en el Cus co, el
que era bas tan te po de ro so. El
gol pe de Esta do y el pro nun cia -
mien to se rea li za ron con pre ci -
sión ma te má ti ca e in cruen ta y
al al bo rear el día 3 de agos to, ya
los rea lis tas se ha lla ban pre sos
en el cuar tel del Cus co (el an ti -
guo con ven to je sui ta, hoy sede
la Uni ver si dad de San Anto nio
Abad). Se gún Egui gu ren en
este mo men to exis tían en el
Cus co las si guien tes fuer zas mi li -
ta res: cin co com pa ñías acuar te -
la das, en tre las que es ta ban la
Com pa ñía de Arti lle ros al man -
do del co man dan te Andrés
Rendón, un piquete de
Dragones al mando del
comandante Martín Gavino
Concha y algunos de los
soldados del Regimiento
Nacional de Lima.
Triun fan tes los pa trio tas en
toda la Inten den cia del Cus co,
esta im por tan te re gión que ha -
bía sido el bas tión que sur tie ra
de hom bres, ví ve res y per tre -
chos al Ejér ci to Rea lis ta del Alto
Perú, man da do por Pe zue la,
que da ba en ma nos de los pa -
trio tas y la in va lo ra ble re ta guar -
dia de los rea lis tas que los po nía
en co mu ni ca ción con los so co -
rros que de Lima los en via ba el
Virrey Abascal, parecía
definitivamente perdida.
Proclamación de la
Independencia del Perú
Si al gu na duda pu die ra ca ber
de que la ac ción na cio na lis ta de
1814 qui so real men te la Inde -
pen den cia, y que la pro cla mó
an tes de 1821, es ne ce sa rio co -
no cer sus pro cla mas re vo lu cio -
na rias y para eso bas ta rá ci tar la
“Pro cla ma de los Insur gen tes
del Cusco” que a la letra dice:
“Cus que ños: a vues tro va lor
se debe la li ber tad de vues tra
pa tria… Ya ha béis aca ba do de
de rri bar el des po tis mo de la
Espa ña, aquel co lo so, cau sa de
nues tros in for tu nios y aba ti -
mien tos por la eter ni dad de tan -
tos años. Ya con su mas teis la in -
com pa ra ble obra de vues tra
unión, ya no co no céis más se -
ñor y más due ño que vo so tros
mis mos. Ya sois fe li ces en una
pa la bra eter na men te va lien tes
ge ne ra les: To dos sois uno e
igua les y os re co no ce mos por
nues tros li ber ta do res, em pe -
zad ya a ope rar con de nue do
ho llan do im pe rio sa men te las le -
yes bár ba ras de Espa ña, fun -
daos sólo en la ne ce si dad, en la
ra zón y la jus ti cia, y sean estas el
timón donde gobernéis un
pueblo que no reconoce
autoridad alguna extranjera”.
La res pues ta de José Angu lo
al Vi rrey Abas cal de fe cha 17 de
se tiem bre de 1814, nos da tam -
bién lu ces so bre el in ne ga ble es -
pí ri tu pe rua no na cio na lis ta y el
in du da ble sen ti do de in de pen -
den cia de los pa trio tas del Cus -
co. Dice José Angu lo To rres, en
un afán ico no clas ta, lleno de
santa ira patriótica:
“Cuan do al gu nas pro vin cias
de Amé ri ca se sub le va ron con -
tra la opre so ra ma dras tra pa tria
co no cie ron esta ya irre me dia -
ble men te per di da, en el día que
por la afe mi na da co bar día de
los in fa mes es pa ño les, su je tos
al yugo del dés po ta eu ro peo
die ron la es cla vi tud a to das las
na cio nes de aquel con ti nen te
que gi men en su ser vi li dad pues -
tos a llo rar eter na men te por las
pro vin cias que tres cien tos años
ha de ge ne ra ción en ge ne ra -
ción se ocu pa ron en sa quear las
con arre ba ta da pre ci pi ta ción,
cla man la san gre hu mean te del
jus to Agui lar y del ino cen te
Ubal de. Sí mar qués de la dis cor -
El Antoniano 125 – Marzo de 2014 5

José Tamayo Herrera
dia es pa ño la, vues tra mo ral son to dos los vi cios y
vues tra po lí ti ca la men ti ra de vues tros ban dos y
no ti cias del rey res ti tui do. Ah mons truo in hu ma -
no, pues si glos ha que bajeles llenos de oro y
plata conducen el precio en que te han vendido
y aún no se han saciado ni saciarán jamás.
¿No es ver dad que por su afe mi na ción y vil
ocio se ha atraí do la Espa ña su úl ti ma ruina?
Si, a mis her ma nos com pa trio tas, al cabo les
lle gó el tiem po en que go za ron los em pleos de
su in cli na ción sin las di fi cul ta des de des pa chos
a la im pía ma dras ta, la que por no con ce der las
gra cias que pre ten dían en su sue lo na ti vo y en
su pro pia he re dad los en ne gre cía con el de fec -
to de ser ame ri ca nos. No so tros no vi vi mos
sino es ta ble ce mos nues tra li ber tad, ya se aca -
bó la in fa mia de nues tra es cla vi tud… tres cien -
tos mil in cas, se ño res de este sue lo, co ro na rán
los cerros y los muros impenetrables de
nuestra defensa".
La lec tu ra de es tos do cu men tos prue ba que
hubo una real pro cla ma ción de la in de pen den -
cia, ne ta men te pe rua na, antes del 1821.
Para ma yor abun da mien to, los do cu men tos
que en par te se trans cri ben, cons ti tu yen a la vez,
los tes ti mo nios in con tro ver ti bles, de esta pri me -
ra pro cla ma ción de la Inde pen den cia del Perú,
he cha por los pa trio tas cus que ños en 1814, que
sos la ya da en la his to ria tra di cio nal, aho ra la vin di -
ca mos, para gloria de nuestros héroes
nacionales.
En la reu nión del Ilus tre Ayun ta mien to Cons ti -
tu cio nal, he cha el 7 de agos to de 1814, en la que
es tu vo pre sen te el “Se ñor Ge ne ral José Angu lo”
en tre otros pa trio tas, el “Se ñor Bri ga dier Ma teo
Gar cía Pu ma cahua”, dan do ejem plo de su pa trio -
tis mo y del cla ro sen ti mien to que pres ta ba su
con cur so para de fen der la in de pen den cia del
Perú, juró so lem ne y pú bli ca men te en este
Ayuntamiento, con las siguientes palabras.
“Juro por Dios Nues tro Se ñor y los San tos
Evan ge lios, de fen der la re li gión, la Pa tria, los de -
re chos de la Na ción y el pri vi le gio individual”.
En la reu nión del ilus tre Ayun ta mien to “de la
Ca pi tal del Cus co” el 8 de fe bre ro de 1815, para
ra ti fi car una vez, que la ac ción de agos to de
1814, sig ni fi có la in de pen den cia del Perú, el mis -
mo “Exce len tí si mo Ca pi tán Ge ne ral y Go ber na -
dor Po lí ti co” don José Angulo, prestó juramento
solemne.
“Po nien do la mano de re cha so bre los San tos
Evan ge lios, bajo la fór mu la si guien te ¡Ju ráis por
Dios y por los San tos Evan ge lios, guar dar y de fen -
der la Re li gión Ca tó li ca úni ca sin ad mi tir otra:
amar y de fen der la Pa tria, no per mi tir que la ofen -
dan en cuan to os per te nez ca, ni tra ba jar con tra
ella, ni dar lu gar a ene mi gos es tra ños obli gán do -
los a guardar todo lo que ella convenga?
Res pon dió:
Si juro. Si así lo hi cié rais Dios os ayu de y ben di -
ga, y sino; él os de man de, y ade más la Pa tria os
es car mien te".
Se gui da men te, se gún esta fór mu la, ju ra ron
los de más miem bros del Ayun ta mien to del
Cusco.
El 20 de fe bre ro de este mis mo año, el ilus trí si -
mo José Angu lo hizo co no cer la fór mu la del “Ju ra -
men to” para el Cle ro al Obis po del Cus co, mon -
se ñor José Pé rez y Armen dá riz, cuyo tex to ilus -
tra ti vo es el siguiente:
“Ilus trí si mo se ñor. A pre sen cia del ofi cio de
US. Ilus trí si ma de doce del co rrien te tras cri bo a
la le tra fór mu la que con la asis ten cia pre ve ni da
por esta Ca pi ta nía Ge ne ral, ni ve la rá el Ju ra men -
to del Cle ro: JURÁIS POR DIOS NUESTRO
SEÑOR Y LOS SANTOS EVANGELIOS,
DEFENDER LA RELIGIÓN CATÓLICA
APOSTÓLICA ROMANA: NO ADMITIR
OTRA. NO SEDUCIR CONTRA LA PATRIA NI
CONTRA EL JEFE QUE LA MANDA? SI
JURAMOS. SI ASÍ LO HICIEREIS DIOS OS
AYUDE, Y LO CONTRARIO OS LO
DEMANDE: es pe ran do del celo y pa trio tis mo
de US. Ilus trí si ma, que hará cal mar la agi ta ción
que pa de ce mi es pí ri tu, y con sul ta la Unión de
los Pue blos que tan tos des ve los me me re cen, li -
bra rá con res pe to a los Pre la dos Re gu la res y Pá -
rro cos del Obis pa do las más opor tu nas pro vi den -
cias. Dios guar de US. Iltma. Mu chos años. Ca pi -
ta nía Ge ne ral del Cus co y fe bre ro vein te de mil
ocho cien tos quin ce. Ilus trí si mo se ñor José Angu -
lo. Ist mo. Se ñor doc tor don José Pé rez y Armen -
dá riz. Dignísimo Obispo de esta Diócesis. Es
copia original de que certifico, José de Cáceres”.
Otro do cu men to que de mues tra el ejer ci cio
de la so be ra nía del Perú in de pen dien te, es el
nom bra mien to de “Ple ni po ten cia rios” del nue vo
go bier no, al go bier no de las Pro vin cias de la Pla -
ta, cuyo texto es el siguiente:
“En la gran ciu dad del Cus co, ca pi tal de este
Impe rio del Perú, a vein te días del mes de oc tu -
bre de mil ocho cien tos ca tor ce en las sa las del
Go bier no de la mis ma, ha llán do se con gre ga dos
los se ño res el Ge ne ral se ñor Don José Angu lo
acla ma do por la tro pa, y con fir ma do pos te rior -
men te por las tres cor po ra cio nes de ella, y los se -
6 El Antoniano 125 – Marzo de 2014

La revolución de 1814 y la primera proclama de la independencia del Perú
ño res el Te nien te Co ro nel don
Juan To más Mos co so, y el doc -
tor don Ja cin to Fer nán dez, abo -
ga do de las Au dien cias Na cio na -
les del Perú, que jus ta men te los
tres so los in so li dum y man co -
mún for man este Go bier no del
Perú por pú bli ca y au to ri za da
de ter mi na ción de las enun cia -
das tres Cor po ra cio nes, di je -
ron ante mí el in fras cri to Escri -
ba no y tes ti gos al efec to nom -
bra dos: Que ha bien do in for ma -
do a nues tro Ilus trí si mo se ñor
Obis po de esta pre di cha ciu dad
que ne ce si ta mos dos ecle siás ti -
cos de pro bi dad e ins truc ción
en el de re cho de gen tes para
que és tos pu die sen con su per -
mi so pa sar a ha cer tra ta dos de
pa ci fi ca ción y unión con las Pro -
vin cias del Río de la Pla ta o ejér -
ci tos y sus Ge ne ra les que por
to das par tes afli gen es tos paí ses
con los de sas tres de tan con ti -
nua das gue rras, ma ni fes tan do
al enun cia do su pe rior lo con ve -
nien te y ne ce sa rio que para
esta Sa gra da Co mi sión eran los
se ño res el Pre ben da do don
Fran cis co Ca rras cón y el doc tor
don Juan Gual ber to Ca nó ni ca li -
cen cia, a su con se cuen cia nos
con ce dió las pre sen tes tes ti mo -
nia les para que con ella pu die -
ran li bre men te ejer cer den tro y
fue ra de esta Diócesis los
mencionados tratados, de
pacificación, unión con las
mencionadas provincias, y de
todo cuanto fuese necesario, y
no se opusiese a la lenidad, y
carácter sacerdotal cuyo tenor
es el siguiente:
Y pre ce di das to das es tas so -
lem ni da des pres cri tas en el de -
re cho de gen tes que cons tan
ori gi na les en los li bros de las ac -
tas de este Go bier no, les nom -
bra mos y otor ga mos po de res
am plios, para que re pre sen tan -
do todo este go bier no, como
nues tros prin ci pa les apo de ra -
dos, y ple ni po ten cia rios, al su so -
di cho efec to de par ti ci pa ción y
uni ver sal unión de es tos paí ses
del Perú pue den y efec ti va men -
te tra ten y ha gan cuan tos tra ta -
dos de paz y unión juz guen con -
ve nien tes en es tos nues tros paí -
ses pe rua nos, se gún y como las
ins truc cio nes que por es cri to y
pa la bra les he mos dado, y lo re -
quie ran las cir cuns tan cias, y
para que se gún ellas es tos dos
se ño res jun tos y de man co -
mún, y en caso de en fer me dad,
u otra ca sua li dad que cons te ju -
rí di ca men te cada uno de ellos
de por sí pue dan acor dar, y re -
sol ver cuan to en ten di ren con -
du cen te al bien ge ne ral del
Perú, con las pre di chas pro vin -
cias del Río de la Pla ta, y sus ge -
ne ra les y los otor gan tes, se obli -
gan por sí mis mos in so li dum y
man co mún, y en caso de en fer -
me dad u otra ca sua li dad (que
pre ci sa men te debe cons tar)
cada uno de por sí y a nom bre
de los pre di chos prin ci pa les, en
vir tud de las fa cul ta des que le
son con ce di das como ple ni po -
ten cia rios nom bra dos para este
acto a tener por válido cuanto
como tales diputados hicieren,
y se resolviere por ellos en bien
y felicidad de todos estos
nuestros países americanos.
Así lo ex pre sa ron y otor ga -
ron ha llán do se pre sen te como
tes ti gos N.N. que con los se ño -
res otor gan tes fir ma ron de que
doy fe. N.N. N.N. Ante mí N.
Escri ba no Pú bli co y del Go bier -
no de esta ciu dad. Con cuer da
este tes ti mo nio con el bo rra -
dor he cho de mano, puño y le -
tra del Pre ben da do don Fran cis -
co Ca rras cón que obra a fo jas
vein te y sie te de los au tos cri mi -
na les se gui dos por la co mi sión
mi li tar con tra di cho Pre ben da -
do por el de li to de in fi den cia
que exis ten en la es cri ba nía de
go bier no de mi car go a que me
El Antoniano 125 – Marzo de 2014 7

José Tamayo Herrera
re mi to. Y para que así cons te don de con ven ga
de or den ver bal del muy ilus tre se ñor Pre si den te
Go ber na dor Inten den te de esta Pro vin cia doy el
pre sen te en el Cus co, en quin ce de ene ro de mil
ocho cien tos diez y seis años sien do tes ti gos don
Fer nan do Vargas, don Mariano Gutiérrez y don
Manuel Rué. Lugar del signo. Pedro Joaquín de
Gamarra".
Los pa trio tas cus que ños, ra ti fi can do su sen ti -
mien to na cio na lis ta, man da ron ins cri bir en la
Ban da del Ca pi tán Ge ne ral Dn.
José Angu lo el siguiente
cuarteto:
En lá mi nas de oro no de bron -
ce,
Impri me ¡oh Perú! tu li ber tad,
En que del Cus co sola su leal -
tad
Te puso como el mun do hoy
re co no ce
En la orla del es cu do:
Viva el va le ro so res tau ra dor
de la pa tria, de la re li gión,
De fen sor y te rror de los in jus -
tos ma gis tra dos.
La “Pro cla ma”, di fun di da por
el gran pa trio ta, el R.P. Ilde fon so
Mu ñe cas, no deja, igual men te,
nin gu na duda de la re suel ta lu cha
por la in de pen den cia del Perú.
Esa fa mos “Pro cla ma”, dice tex -
tual men te lo siguiente:
“Ama dos her ma nos: la an ti gua
Cor te de los Incas, enar bo ló el
es tan dar te de su li ber tad y rom -
pió las pe sa das ca de nas de la es -
cla vi tud y en vi le ci mien to que
por más de tres si glos le ha im -
pues to la ti ra nía es pa ño la. Ya te -
neís reu ni dos a tan sa gra da cau sa
to dos los pue blos de la pro vin -
cia, pero esta Ca pi tal no con ten -
ta con esto, quie re que to dos los
“Estuvo siempre
segura de que
este universo
nuestro, llamado
genéricamente
Inca, había sido y
seguía siendo
nudo, trabazón,
símbolo legítimo
de la peruanidad
y de que, en su
ancestral e
imponente
presencia se
halla oculto el
secreto de
nuestra
verdadera
identidad
nacional.”
de más pue blos ame ri ca nos dis fru ten de igual be -
ne fi cio, para este efec to va una ex pe di ción au xi -
lia do ra de hom bres de ci di dos a pre fe rir la muer -
te a una vida ig no mi nio sa. Com pa trio tas, reu ni -
dos to dos no es cu chéis a vues tros an ti guos ti ra -
nos, ni tam po co a los des na tu ra li za dos que acos -
tum bra dos a mor der el fre no de la es cla vi tud, os
quie ren per sua dir que si gáis su ejem plo, echaos
so bre ellos, des pe da zad los y ha ced que no que -
de aún me mo ria de ta les mons truos. Así os ha bla
un Cura ecle siás ti co que tiene el honor de
contribuir en cuanto puede en beneficio de sus
hermanos americanos. Ildefonso de las
Muñecas”.
Fi nal men te, sin ne ce si dad de re fe rir nos a
otros mu chos do cu men tos que de mues tran, la
in de pen den cia del Perú en 1814, ci ta mos el tex -
to “Inti ma ción” que el Bri ga dier Ma teo Gar cía Pu -
ma cahua, des de el “Cuar tel Ge ne ral de Are qui -
pa, el 2 de no viem bre de 1814", que en tér mi -
nos arrogantes, envió al virrey
Abascal:
“Para in te li gen cia y go bier no
de V.E. le no ti cio que las irre sis ti -
bles ar mas de la pa tria, por me -
dio de este ejér ci to au xi liar de
nues tro man do, han triun fa do en
esta pro vin cia de Are qui pa, a pe -
sar de la más em pe ña da pe ri cia
mi li tar de los me jo res ofi cia les ge -
ne ra les, de los que con ser vo pri -
sio ne ros a los de la ad jun ta lis ta,
y del obs ti na do ac ti vo fue go que
opu so el as pi ran te an ti pa trio tis -
mo en la fuer za to tal de cer ca de
dos mil hom bres ar ma dos, por
el es pa cio de tres ho ras y me dia.
Esa pla za que man tie ne a V.E. tie -
ne la ca li dad de ser el de pó si to
de los más cien tí fi cos de ci di dos
pa trio tas, a quie nes de seo com -
pla cer con esta me mo ra ble no ti -
cia, para que dis pon gan el áni mo
de V.E. a otra me jor cau sa, de -
bien do por lo mis mo pres cri bir
V.E. todo pro ce di mien to san gui -
na rio, eco no mi zan do la sangre
de nuestros semejantes,
opuesto al actual sistema de la
humanidad divina, y sólidamente
afirmada en América.
Dios guar de a V.E. mu chos
años -Cuar tel ge ne ral de Are qui -
pa y No viem bre 12 de 1814- Ma teo Gar cía Pu -
ma cahua.- Vi cen te Angulo.
Emblemas y símbolos patrios
Para di fe ren ciar se aún más de los sím bo los de
la mo nar quía es pa ño la y dar le al nue vo ejér ci to
un ca rác ter ne ta men te na cio nal, José Angu lo To -
rres, ideó asi mis mo una ban de ra es pe cial de su
pro pia crea ción. Como la Vir gen de las Mer ce -
des era la Pa tro na de este pri mer ejér ci to na cio -
8 El Antoniano 125 – Marzo de 2014

La revolución de 1814 y la primera proclama de la independencia del Perú
nal, y pre do mi na ban en el
atuen do de esta ima gen, los co -
lo res azul y blan co, Angu lo
creó una ban de ra bi co lor, azul
y blan ca, como sím bo lo má xi -
mo de la pa tria, en cuya de fen -
sa de be rían mo rir los sol da dos
de este pri mer ejér ci to na cio -
nal. Esta ban de ra to tal men te
dis tin ta a la ban de ra rojo y gual -
da del Ejér ci to Rea lis ta, fue ben -
de ci da el 8 de se tiem bre de
1814 en la Ca te dral del Cus co
en una ce re mo nia es pe cial rea li -
za da por or den del Obis po Pé -
rez y Armen dá riz. No sa be mos
si Angu lo eli gió es tos co lo res
de la pri me ra en se ña pa tria por
su pro pia in ven ti va o si fue in -
fluen cia do en algo por la ban de -
ra de los por te ños de Bue nos
Ai res, pues pre ci sa men te ape -
nas unos me ses an tes, Bel gra -
no ha bía crea do la ban de ra
argentina, azul y blanca, que
subsiste hasta hoy. Igualmente
los patriotas del Cusco
adoptaron la Masca-paicha
incaica como símbolo del Perú.
EL PRIMER EJERCITO
PERUANO DEL SIGLO XIX
Y SU ORGANIZACIÓN
¿Có mo fue or ga ni za do el pri -
mer ejér ci to pe rua no pa trio ta?.
¿Con qué re cur sos se con ta ba?
¿Cuá les fue ron sus ar mas?
¿Quié nes con for ma ban su
comando militar?
Al mo men to de es ta llar el
mo vi mien to pa trio ta el 3 de
agos to de 1814, al pa re cer exis -
tían en el Cus co más o me nos
460 fu si les, 500 quin ta les de
pól vo ra y re gu lar car tu che ría; y
el pri mer pro ble ma mi li tar que
se plan teó a los lí de res pa trio tas
fue el for mar una fuer za ar ma -
da ca paz de me dir se con los fo -
guea dos soldados realistas del
Alto Perú.
El oi dor rea lis ta de la Au dien -
cia del Cus co, Par do y Ri va de -
nei ra for ma en su “Me mo ria”,
que para in cre men tar el nue vo
ejér ci to pe rua no, los cau di llos
pa trio tas reu nie ron a los de ser -
to res del ejér ci to real y a los mu -
cha chos ofi cia les li cen cia dos y
ju ra men ta dos en Sal ta el año an -
te rior; y que aco pia ron los fu si -
les de es tos de ser to res, y las es -
co pe tas y ar mas de pe que ño ca -
li bre que ha bían en la re gión.
Cor ne jo Bou run cle dice asi mis -
mo que el Esta do Ma yor pa trio -
ta, y par ti cu lar men te Pu ma -
cahua, pa sa ron las pri me ras se -
ma nas de la gue rra “reu nien do
fon dos y ar mas, fun dien do ca -
ño nes de las cam pa nas de las
igle sias, adies tran do tro pas, al -
ma ce nan do y em pa que te ví ve -
res y fa bri can do pól vo ra”. Fue -
ron fun di dos en for ma em pí ri ca
cañones hechizos, los famosos
“vivorones” que a la larga le
darían al primer ejército
peruano un relativo poder
artillero.
Fá cil es de ima gi nar la fe bril
ten sión que exis tió en el Cus co
en tre agos to y se tiem bre de
1814, cuan do se for ja ban los ba -
ta llo nes de este ejér ci to na cio nal,
ar mán do los en la me jor for ma
que po dían, y en tre nan do a sus
bi so ños re clu tas en el arte de la
gue rra. Como se dijo an te rior -
men te el ejér ci to pa trio ta te nía
una do ble faz, por un lado ba ta llo -
nes y fu si le ros con equi po va lio -
so para la épo ca y or ga ni za dos
mi li tar men te y por otro, mi li cias
cam pe si nas au xi lia res, ar ma das
pre ca ria men te y con es ca so en -
tre na mien to y dis ci pli na mi li tar,
to man do mul ti tu des ar ma das. A
la lar ga la pro vi sa ciòn de este ejér -
ci to, re sul ta ría el ta lón de Aqui les
de su ope ra ti vi dad bé li ca, pues
como afir ma Mi tre la or ga ni za -
ción y los ma yo res ta len tos mi li ta -
res al ini cio de la gue rra de la in de -
pen den cia, es ta ban en po der de
los rea lis tas y no se po día com pa -
rar la dirección y entrenamiento
del ejército realista con la del
ejército patriota que era
principalmente una improvisada
fuerza armada.
Jefes Patriotas
Esto nos lle va a ana li zar la
com po si ción del Esta do Ma yor
de este pri mer ejér ci to pe rua -
no, y el gra do y ni vel de pre pa -
ra ción de sus com po nen tes. Se -
gún Apa ri cio Vega, y den tro de
su con cep ción de ver la ac ción
de 1814 como una re vo lu ción
pa trió ti ca-re li gio sa en la cual el
cle ro tuvo una par ti ci pa ción fun -
da men tal de ci si va, los pro pios
cu ras asu mie ron la con di ción
de cau di llos mi li ta res y de je fes
de los ba ta llo nes y ex pe di cio -
nes pa trio tas. Así este au tor afir -
ma que José Ga briel Bé jar era
sacer do te en coin ci den cia con
otros au to res 20, pero Fe li pe
de la Ba rra y Var gas Ugar te, afir -
man que era mi li tar, lo cual pa re -
ce más pro ba ble, lo que jus ti fi -
ca ría su pri sión en el cuar tel rea -
lis ta del Cus co, an tes del 3 de
agos to de 1814, caso que hu -
bie ra sido di fí cil si hu bie ra sido
ecle siás ti co, pues el Obis po Pé -
rez ar dien te pa trio ta, hu bie ra lo -
gra do su li be ra ción con la ha bi li -
dad que le era ca rac te rís ti ca.
Ilde fon so de las Mu ñe cas era
sacer do te, pero lle va ba al lado
en la ex pe di ción a La Paz la ex -
pe rien cia mi li tar de José Pi ne lo,
un ve te ra no del ejér ci to rea lis ta
del Alto Perú. El he cho es que
los cu ras par ti ci pa ron ac ti va -
men te como ca pe lla nes, ase so -
res y agi ta do res en el ejér ci to
pe rua no, pero la de ci sión mi li -
tar es tu vo en ma nos de ci vi les,
o de ex-mi li ta res del ejér ci to
rea lis ta, como lo eran el pro pio
José Angu lo, Ma teo Gar cía Pu -
ma cahua, Vi cen te Angu lo, José
Pi ne lo, Ma ria no Angu lo, etc.,
los cua les te nían al gu na pre pa ra -
El Antoniano 125 – Marzo de 2014 9

José Tamayo Herrera
ción en el arte de la gue rra, pero na tu ral men te
no com pa ra ble a la de los bri llan tes ofi cia les rea -
lis tas del ejér ci to del Alto Perú, ra zón que ex pli ca
los es fuer zos que hi cie ron para ga nar para el ejér -
ci to pe rua no al Ma ris cal de Cam po, Fran cis co Pi -
coa ga, que era se gu ra men te el cuz que ño más
agu do en la gue rra mo der na de su épo ca. El caso
de Pu ma cahua es dis tin to pues éste te nía ma yor
ex pe rien cia en la di rec ción del sec tor ru ral, en
rea li dad tro pas irre gu la res, pero no era un co no -
ce dor pro fun do del arte de la guerra, pero pese
a eso, las únicas victorias de este primer ejército
peruano fueron las que ganaron Pumacahua y
Vicente Angulo en el combate de La Apacheta,
contra el propio Picoaga, y la posterior victoria
respecto a la contrarrevolución de Ruiz Caro en
Sicuani.
Po de mos con cluir, que una bri llan te vi sión es -
tra té gi ca, la de lan zar las tres ex pe di cio nes pa ra le -
las so bre La Paz, Hua man ga y Are qui pa, se vió
afec ta da por la dis per sión de fuer zas, por la fal ta
de bo cas de fu sil y de ex pe rien cia bé li ca de es tos
tres ejér ci tos, por el poco en tre na mien to de sus
efec ti vos, y por la fal ta de je fes mi li ta res con ha bi -
li dad tác ti ca en el com ba te. Estas fue ron las li mi ta -
cio nes de este pri mer ejér ci to pe rua no y ellas ex -
pli can a la lar ga el de sa rro llo de las tres campañas
paralelas tan brillantemente proyectadas.
Pumacahua
El otro as pec to ne ta men te mi li tar de este pri -
mer Ejér ci to Na cio nal, es la do ble or ga ni za ción
que asu mió, pues es tu vo for ma do de un lado
por tro pas re gu la res dis ci pli na das en el arte de la
gue rra, for ma das en ba ta llo nes, re gi mien tos, y
mi li cias po pu la res de tipo co lec ti cio in di fe ren cia -
do, que a ma ne ra de apo yo gue rri lle ro acom pa -
ña ban a las tropas oficiales de la patria,
propiamente dichas.
Aquí en este pun to de or ga ni za ción mi li tar, es
que apa re ce por ne ce si dad, la fi gu ra del bri ga -
dier Ma teo Gar cía Pu ma cahua, cuya con duc ta
po lí ti ca y cuya par ti ci pa ción en las ac cio nes de
1780 y de 1814 ha dado ori gen a tan en con tra -
das opi nio nes. Para con se guir su ad he sión, los
Angu lo se fi ja ron en va rios fac to res im por tan tí si -
mos: pri me ro el as cen dien te in du da ble de Pu ma -
cahua so bre las ma sas ru ra les y po pu la res del
Cus co, como des cen dien tes de los Incas y como
el pa trio ta que ma yo res po si cio nes ha bía al can za -
do den tro del ré gi men es pa ñol has ta os ten tar el
gra do de bri ga dier y de Pre si den te de la Au dien -
cia, que po ten cia ban su as cen dien te so bre las
ma sas cam pe si nas, in dis pen sa ble para crear es -
tas mi li cias an di nas ma si vas. La in du da ble ex pe -
rien cia mi li tar de 40 años de Pu ma cahua, que ha -
bía ga na do gra do a gra do su je rar quía mi li tar y su
co no ci mien to del arte de la gue rra y del te rri to -
rio del Alto Perú, que él ha bía con tri buí do a so -
me ter y aso lar como miem bro del Ejér ci to Rea lis -
ta. Ade más cabe de cir a fa vor del vie jo Pu ma -
cahua, que todo hom bre tie ne an tes de mo rir la
po si bi li dad de rec ti fi car se y el ca ci que así lo hizo,
abra zan do la cau sa de la pa tria, de modo que el
he cho de que hu bie ra ser vi do en el Ejér ci to Rea -
lis ta Espa ñol no era una lacra, pues también
Santa Cruz, Gamarra, Ramón Herrera y tantos
otros ilustres militares peruanos militaron en las
fuerzas realistas y al final se sumaron a la causa
patriota.
¿Qué ex pe rien cia mi li tar te nían los je fes re vo -
lu cio na rios?
¿Có mo pu die ron con ce bir la es tra te gia bri llan -
te de sus cam pa ñas, que en el caso de José Angu -
lo al can za un do mi nio pro fun do del arte de la
guerra?
José Angu lo era Ca pi tán del Re gi mien to de
Aban cay y no sa be mos cuál era su ex pe rien cia
en com ba te, Vi cen te Angu lo fue te nien te del
Ejér ci to Rea lis ta; José Pi ne lo fue Sar gen to Pri me -
ro del Re gi mien to del Cus co; ha bien do he cho a
ór de nes de Pi coa ga las cam pa ñas del Alto Perú;
Pu ma cahua era el pa trio ta que más alto gra do os -
ten ta ba, bri ga dier, y el que te nía más lar ga ca rre -
ra y ex pe rien cia mi li tar; Ma nuel Hur ta do de
Mendoza era un antiguo capitán del ejército
argentino.
Pen se mos que el plan es tra té gi co fue di se ña -
do en tre to dos en agos to de 1814 y que tuvo de -
ci si va in fluen cia en él, la opi nión y el man do efec -
ti vo que ejer cía José Angulo.
La Estrategia
La es tra te gia di se ña da por los pa trio tas era sim -
ple pero bri llan te: el ma yor con tin gen te de be ría
mar char al Alto Perú, a La Paz y a las pro vin cias al -
to pe rua nas, para ro bus te cer se allí y po ner al ejér -
ci to de Pe zue la en tre dos fue gos, de un lado los
pa trio tas cus que ños que aco sa rían su re ta guar -
dia, y avan za rían ha cia el in te rior del Alto Perú
sub le van do a las po bla cio nes, y del otro el ejér ci -
to ar gen ti no de Ron deau, que se ha lla ba en la
que bra da de Hua mahua ca en ca mi no ha cia el te -
rri to rio alto pe rua no, de modo que en tre am bos
de bían ba tir al ex pe ri men ta do ejér ci to rea lis ta de
Joa quín de la Pe zue la. Otra ex pe di ción de bía par -
10 El Antoniano 125 – Marzo de 2014

La revolución de 1814 y la primera proclama de la independencia del Perú
tir ha cia Are qui pa y la cos ta no
sólo para ga nar a di cha im por -
tan te ciu dad, ca rac te ri za da por
una ma yo ría de po bla ción rea lis -
ta, sino para do mi nar el li to ral y
cor tar de esa ma ne ra la po si bi li -
dad de au xi lios que pu die ra en -
viar por mar ha cia los puer tos
are qui pe ños de Cha la e Islay, el
Vi rrey Abas cal. La ter ce ra co -
lum na te nía un ob je ti vo es tra té -
gi co dis tin to, el do mi nar el ca mi -
no de los Andes, des de Huan ca -
ve li ca has ta el Cus co, el an ti guo
“ca mi no del azo gue y de la pla -
ta” y to mar Hua man ga y ama -
gar la re ta guar dia de Abas cal en
Huan ca ve li ca y el Va lle del Man -
ta ro, evi tan do asi mis mo que
Abas cal pu die ra enviar
refuerzos por esta vía terrestre,
por entonces tan importante
para el comercio interior del
Virreinato peruano, y tratar
asimismo de sublevar a las
poblaciones del interior de
Lima.
La vi sión es tra té gi ca de los pa -
trio tas era pues muy cla ra, por
su si mul ta nei dad, la ra pi dez de
su avan ce, y so bre todo la in te li -
gen cia con las fuer zas ar gen ti -
nas del ge ne ral José Ron deau
que po dían oca sio nar la rá pi da
des truc ción del ejér ci to rea lis ta
de Pe zue la, acan to na do en Sui -
pa cha y San tia go de Co ta gai ta,
en es pe ra del avan ce de los por -
te ños. La es tra te gia de Bel gra -
no, San Mar tín y Ron deau, su ce -
si vos je fes del Ejér ci to del Nor -
te, ha bía par ti do siem pre de
una pre mi sa in va ria ble, sub le -
var a los pue blos del Alto y Bajo
Perú, po nién do los a la re ta guar -
dia del ejér ci to rea lis ta, de
modo que éste per die ra sus
fuen tes de apro vi sio na mien to y
pu die ra ser em pu ja do a lu char
en tre dos fue gos si mul tá neos y
con cu rren tes. La ex traor di na ria
vi sión es tra té gi ca de José Angu -
lo To rres sólo pue de me dir se si
se co no ce la co mu ni ca ción que
di ri gió al Vi rrey Abas cal el 28 de
oc tu bre de 1814, en la que tres
años antes de que San Martín
iniciara la expedición al Perú a
través del Pacífico, el peruano
le dice al Virrey:
“La pri me ra que sen ti rá los
efec tos de la fuer za de Bue nos
Ai res será esa ca pi tal (Lima)
que verá en sus ma res una for -
mi da ble es cua dra que no la hay
en el mis mo Cá diz. Y en ton ces
se per de rá el Perú por una po lí -
ti ca in fle xi ble cu yas per ju di cia -
les con se cuen cias ha rán ol vi dar
las bri llan tes me di das con que
ha he cho cé le bre su go bier no
este Excelentísimo señor
Virrey” 21.
Des de el pun to de vis ta tác ti -
co-mi li tar el plan de los re vo lu -
cio na rios del Cus co com pren -
día cuatro fases:
– Una pri me ra, en la que de -
bían es ta llar si mul tá nea men -
te tres ac cio nes: el del Cus co
del 3 de agos to de 1814,
otro en Lima en ca be za do
por el Con de de la Vega del
Ren; otro en el pro pio ejér ci -
to rea lis ta del Alto Perú, rea li -
za do por el co ro nel Sa tur ni -
no Cas tro. Sólo triun fó el pri -
me ro, pues en Lima la cons pi -
ra ción fra ca só y el co ro nel
Cas tro no pudo con ven cer a
los sol da dos cus que ños del
ejér ci to del rey para ple gar se
a la revolución, pagando con
su vida dicha tentativa.
– La se gun da fase era el lan za -
mien to de las tres ex pe di cio -
nes si mul tá neas, dos de las
cua les, las de Are qui pa y La
Paz de bían to mar di chas
ciudades;
– Una ter ce ra que era ata car al
ejér ci to rea lis ta de Pe zue la y
ven cer lo en el Alto Perú con
ayu da de los ar gen ti nos; y
– Una cuar ta que era una mar -
cha so bre Lima para ven cer
El Antoniano 125 – Marzo de 2014 11

José Tamayo Herrera
di rec ta men te a Abas cal, en su bas tión rea lis ta
de la ca pi tal del Perú 22.
LAS ACCIONES BÉLICAS DEL EJERCITO
PERUANO HASTA 1815
La expedición al Alto Perú: 17. VIII.1814 -
2.XI. 1814
La pri me ra ex pe di ción li ber ta do ra del ejér ci to
pe rua no re cién crea do por los her ma nos Angu lo
y Pu ma cahua fue la que par tió al
Alto Perú. Se gún Egui gu ren fue
la que reu nió ma yo res ele men -
tos de tro pa y ar mas y la que en
más vas ta es ca la desarrolló sus
operaciones 23.
A me dia dos de agos to de
1814, ape nas dos se ma nas des -
pués del es ta lli do li ber ta rio del 3
de agos to, par tió, esta pri me ra
ex pe di ción al man do del Sar gen -
to 1º José Pi ne lo y del Cura tu cu -
ma no Ilde fon so de las Mu ñe cas y
Alu rral de y su ob je ti vo fue to mar
la re ta guar dia del ejér ci to de Pe -
zue la y ais lar lo de sus ba ses de
apro vi sio na mien to en el Vi rrey -
na to del Perú. Su ob je ti vo es tra -
té gi co era po ner a Pe zue la en tre
dos fue gos, por el Sur el ejér ci to
ar gen ti no de José Rondeau, y
por el Norte esta primera
expedición militar peruana.
La ex pe di ción al Alto Perú
avan zó sin di fi cul ta des por el ca -
mi no al Co lla su yo, y en el Alti pla -
no pe rua no re ci bió el re fuer zo
de nu me ro sas mi li cias ru ra les, so -
bre todo en Azán ga ro y Ca ra ba -
ya. En Puno exis tía una guar ni -
ción rea lis ta de 200 sol da dos y
500 re clu tas al man do del go ber -
na dor de Puno, Ma nuel Quim -
“Que las
materias que se
cursaban en el
plantel eran
Gramática,
Prosodia,
Retórica Canto
llano, Canto de
órgano, Artes
liberales,
Sagrada
Teología,
Escolástica,
moral y
positiva.”
per, éste re sol vió re ti rar se a Are qui pa, pues en la
no che del 25 de agos to la guar ni ción rea lis ta de
la ciu dad lacustre se sublevó y se pronunció a
favor de los patriotas.
De esta ma ne ra Pi ne lo y Mu ñe cas to ma ron
Puno sin com ba tir, el 29 de agos to, y re for za ron
sus fi las y em pe za ron su avan ce ha cia el De sa gua -
de ro, lí mi te en tre los vi rrei na les, y en don de ha -
bía una pe que ña fuer za rea lis ta al man do de Joa -
quín Re buel ta que te nía una po de ro sa ar ti lle ría
de tre ce ca ño nes. Al apro xi mar se el ejér ci to pe -
rua no al río De sa gua de ro, las tro pas de J. Re buel -
ta se ne ga ron a com ba tir y éste huyó ha cia La
Paz, mien tras que los pa trio tas to ma ban sus per -
tre chos y ca ño nes y cruzaban el puente del
Desaguadero y avanzaban hacia el Alto de La Paz
24.
La pri me ra ex pe di ción del ejér ci to pe rua no
con ta ba al mo men to de ata car La Paz, con 500
hom bres ar ma dos de fu sil, 8 pie zas de ar ti lle ría y
una gran mul ti tud de vo lun ta rios,
pues se le su ma ron po de ro sas
mi li cias de Omasuyos y Larecaja
25.
Ocupación de la ciudad de
La Paz
El 22 de se tiem bre el Ejér ci to
pe rua no lle gó al Alto de La Paz y
el 24 ata có el dis po si ti vo rea lis ta,
des pués de un fin gi do ata que al
puen te de Las Con ce bi das, pasó
el río Cho que ya pu por la Ala me -
da y ayu da do por los ha bi tan tes
de los ba rrios pa ce ños de San Pe -
dro y San Se bas tián, lo gró ha cer -
se due ño de La Paz, des pués de
una de ses pe ra da de fen sa de su
pe que ña guar ni ción rea lis ta al
man do del mar qués de Val -
de-Ho yos, que no con tó sino
con la ayu da de 100 vo lun ta rios
es pa ño les 26. Ca ye ron pre sos
to dos los ofi cia les pe nin su la res
en tre los que se con ta ban cin co
bri ga die res y ocho co ro ne les y
to das las au to ri da des es pa ño les
de La Paz 27. La rá pi da vic to ria
tuvo un ho rri ble ho lo caus to, con
lo ocu rri do el 28 de se tiem bre
de 1814, en que es ta lla ron unas
mi nas y los de pó si tos de mu ni cio -
nes en el cuar tel y en la cár cel
des tru yen do los edi fi cios y mu rien do en ellos
casi to dos los pre sos, y los sol da dos y ofi cia les pe -
rua nos que los cus to dia ban. La mu che dum bre y
los sol da dos pa trio tas, cre yen do en una trai ción
de los es pa ño les se lan za ron contra la población
realista y mataron a casi todos los peninsulares,
saqueando totalmente la ciudad y el botín llegó a
más de 600,000 pesos.
Contraofensiva Realista: 1814
12 El Antoniano 125 – Marzo de 2014

La revolución de 1814 y la primera proclama de la independencia del Perú
Mien tras que la pri me ra ex pe -
di ción li ber ta do ra pe rua na pa de -
cía es tos pro ble mas en La Paz, el
ge ne ral rea lis ta Joa quín de La Pe -
zue la, for ti fi ca do en su cuar tel de
Sui pa cha y en San tia go de Co ta -
gai ta, fren te al ejér ci to ar gen ti no
de Ron deau, tomó una de ci sión
tras cen den tal para el cur so de la
gue rra. Des pués de con sul tar
con su Esta do Ma yor, re sol vió di -
vi dir su ejér ci to en dos, se pa ran -
do del grue so, un con tin gen te de
1,200 hom bres al man do del ge -
ne ral Juan Ra mí rez, con dos ba ta -
llo nes, dos es cua dro nes y 4 pie -
zas de ar ti lle ría. El pri mer re gi -
mien to de las fuer zas de Pe zue la
com pues to de cus que ños se
ofre ció vo lun ta ria men te a ir con -
tra los sub le va dos, lo cual de -
mues tra cuan po de ro so era el
par ti do rea lis ta en el Cus co y
cuan dis ci pli na do y mo ti va do es -
ta ba el ejér ci to rea lis ta del Alto
Perú, pues és tos cus que ños pre fi -
rie ron com ba tir con tra sus pai sa -
nos an tes que trai cio nar al Rey.
Esta lu cha en tre cus que ños po -
dría ser ex pli ca da como pro duc -
to de ri va li da des in ter ét ni cas o in -
ter-cla sis tas. Es de no tar que Pe -
zue la al mo men to de di vi dir su
ejér ci to tomó una de ci sión arries -
ga dí si ma, pues el to tal de su tro -
pa sólo se com po nía de 2,453
hom bres de in fan te ría, 555 de ca -
ba lle ría, con 20 ca ño nes, mien -
tras que Ron deau te nía 4,000
hom bres so bre las ar mas 28. Pe -
zue la, no hay duda que obró bri -
llan te men te des de el pun to de
vis ta mi li tar, pues pa ra le la men te
en tró en ne go cia cio nes con Ron -
deau para ga nar tiem po y el ar -
gen ti no, que era un per fec to ca -
ba lle ro, pero un pé si mo e im pro -
vi sa do mi li tar, pese a que sa bía
del avan ce cus que ño a La Paz, no
avan zó como de bía ha ber lo he -
cho, sino que pre fi rió pac tar y
que dar se con sus tropas pese a la
ventaja de sus efectivos y a lo
crucial de la situación para los
realistas. Pezuela se retiró a
Challapata y los argentinos muy
lentamente ocuparon Potosí y
Chuquisaca, sin aprovechar esta
extraordinaria coyuntura militar.
Batalla de Chacaltaya
Ra mí rez con sus tro pas fo -
guea das y sus cus que ños rea lis -
tas avan zó con tra el ejér ci to pe -
rua no de Pi ne lo y Mu ñe cas el
mis mo 17 de se tiem bre y lle gó
pron to a Oru ro des de don de a
mar cha for za da avanzó sobre
La Paz.
Se gún el par te de Ra mí rez el
ejér ci to pe rua no-ha bría lle ga -
do a reu nir un to tal de 1,000 fu -
si les, pero pese a la he roi ca re -
sis ten cia de las tro pas de Pi ne lo
y Mu ñe cas fue ven ci do el 2 de
no viem bre de 1814 en la ba ta -
lla de Cha cal ta ya 29. La ac ción
de ar mas se gún el par te de gue -
rra de Ra mí rez se rea li zó cer ca
del Alto de La Paz, y tuvo con se -
cuen cias im por tan tí si mas de ca -
rác ter es tra té gi co para el res to
de la cam pa ña, pues gra cias a
esta ba ta lla de Cha cal ta ya, Pe -
zue la se li bró de que dar en tre
dos fue gos, y la si tua ción es tra -
té gi ca, fa vo ra ble a los pa trio tas
se in vir tió ra di cal men te, pues
aho ra las vic to rio sas tro pas de
Ra mí rez, casi in tac tas, 30 que -
da ban a la re ta guar dia de las de
Vi cen te Angu lo y Pu ma cahua
que ocu pa ban Are qui pa y se pa -
rán do las de su cuar tel ge ne ral
del Cuz co. Des de el pun to de
vis ta es tra té gi co esta ba ta lla de
Cha cal ta ya fue de ci si va para la
mar cha de la gue rra en el Alto
Perú y en el Alti pla no pe rua no,
pues se per dió la po si bi li dad de
ata car a Pe zue la por dos fren -
tes, el ar gen ti no de Ron deau y
el pe rua no de Pi ne lo y Mu ñe -
cas y al con tra rio aho ra la se gun -
da ex pe di ción pe rua na li ber ta -
do ra al mando de Vicente
Angulo y Pumacahua quedaba
gravemente comprometida y
expuesta a quedar aislada en un
territorio hostil como era el de
la Intendencia de Arequipa.
José Pi ne lo con el res to de
sus es ca sas tro pas se re ti ró al
De sa gua de ro don de pen só
reor ga ni zar se pero fue fá cil -
men te de rro ta do. En cam bio
Mu ñe cas se re ti ró a los Yun gas
bo li via nos, en don de or ga ni zó
y armó gue rri llas que si guie ron
lu chan do con tra los rea lis tas
por más de un año, has ta que fi -
nal men te fue apre sa do el 24 de
abril de 1816 y al ser lle va do a
Lima pri sio ne ro de mayo de
1816 en un pa ra je en tre Tiahua -
na cu y Gua qui fue vil men te ase -
si na do por los rea lis tas. Con
esta pos tre ra ac ción gue rri lle ra
de Mu ñe cas y con su muer te
ter mi nó las campaña del primer
ejército expedicionario
peruano hacia el Alto Perú.
Sin duda, la su pe rio ri dad de
ar ma men to, en tre na mien to y
ex pe rien cia mi li tar de las tro pas
rea lis tas de Ra mí rez se im pu so
so bre un ejér ci to bi so ño, mal di -
ri gi do des de el pun to de vis ta
tác ti co, y com pues to en su ma -
yor par te por vo lun ta rios, sin
mayor capacidad ofensiva ni
organización.
La Expedición a Huamanga,
25.VIII.1814 - 14.IV.1815.
La se gun da ex pe di ción li ber -
ta do ra del pri mer ejér ci to pe -
rua no fue la des ti na da a avan zar
so bre Hua man ga y la Sie rra
Cen tral del Perú y mi li tar men te
pa re ce ha ber sido la más dé bil,
pues con to dos los re cur sos hu -
ma nos y de per tre chos que pu -
die ron reu nir, los pa trio tas, pa -
re cía que te nía so la men te, 300
fu si le ros, cua tro ca ño nes, una
re gu lar ca ba lle ría con for ma da
por los va lien tes “mo ro chu cos”
de Can ga llo y el res to una mi li -
El Antoniano 125 – Marzo de 2014 13

José Tamayo Herrera
cia de vo lun ta rios es tu vo al man do del Ca pi tán
José Ga briel Bé jar, con el gra do de bri ga dier;
como se gun do jefe, el ma yor de ca ba lle ría Ma ria -
no Angu lo, y el ca pi tán ar gen ti no Ma nuel Hur ta -
do de Men do za, lle van do como au di tor de gue -
rra a Juan Pin to y como ca pe lla nes a Fran cis co Ló -
pez y Vi cen te Cen te no 32. Esta ex pe di ción par -
tió del Cus co el 25 de agos to de 1814, y atra ve -
só sin re sis ten cia el río Pam pas, lí mi te en tre las
Inten den cias del Cus co y de Huamanga, pues las
milicias realistas, de las que era comandante
Fernando Ibazeta, se sublevaron y se pasaron al
bando patriota 33.
Ocupación Patriota de Huamanga
El 20 de se tiem bre de 1814 el ejér ci to pe rua -
no ocu pó Hua man ga sin ma yor re sis ten cia, y
pese a que los rea lis tas al sa ber de la re be lión del
Cus co, acuar te la ron un buen gru po de hom -
bres, és tos se pa sa ron al ejér ci to pa trio ta y en
ellas tuvo des ta ca da in ter ven ción la he roí na hua -
man gui na Ven tu ra Gá la ma ki 34. La po bla ción
hua man gui na apo yó en tu sias ta men te a los pa trio -
tas, y mu chos de sus po bla do res en gro sa ron las
fi las del ejér ci to pe rua no. En ge ne ral la po bla ción
huamanguina, con las naturales excepciones, era
enemiga de los realistas.
En Huan ca ve li ca hubo otra in su rrec ción de
los mi li cia nos rea lis tas que le van ta ron la ban de ra
de la pa tria, y des co no cie ron a su co man dan te,
el Inten den te Vi ves, que logró fugar a Lima
herido.
El vic to rio so avan ce ha cia Hua man ga y la in su -
rrec ción de Huan ca ve li ca, pu sie ron a las tro pas
del pri mer ejér ci to pe rua no en po se sión del an ti -
guo ca mi no de los Inca, in ter fi rien do toda po si bi -
li dad de au xi lio que pu die ra en viar por esa vía el
Vi rrey Abas cal, pues ha bía el pe li gro de que los
pa trio tas in su rrec cio na ran el in te rior de Lima, es
de cir Huan ca yo, Tar ma y Jau ja, prácticamente a
las espaldas de la capital realista.
Reacción realista
Cun dió la alar ma en la ciu dad de los Vi rre yes,
el Tri bu nal del Con su la do ero gó 50,000 pe sos,
con cuyo di ne ro se or ga ni zó una co lum na de
120 hom bres del cé le bre ba ta llón Ta la ve ra fa mo -
so por su ca pa ci dad mi li tar y la cruel dad de sus
sol da dos, más otro gru po de hom bres del ba ta -
llón Con cor dia, con cua tro pie zas de ar ti lle ría y
bas tan tes mu ni cio nes 35. Esta co lum na rea lis ta,
al man do del Te nien te Co ro nel Vi cen te Gon zá -
les, em pren dió su mar cha so bre Huan ca ve li ca
don de se le in cor po ra ron 100 mi li cia nos rea lis -
tas y mar chó has ta Huan ta, don de las mi li cias rea -
lis tas huan ti nas lo re for za ron con 500 hom bres
al man do del coronel José Lazón (Huanta y los
iquichanos eran un reducto realista en el centro
del Perú).
Ba ta lla de Huan ta: 1.X.1814
Los pa trio tas del ejér ci to pe rua no, con sus
300 fu si le ros, sus cua tro ca ño nes y sus 5,000 vo -
lun ta rios, más su ca ba lle ría, par tie ron a Hua man -
ga al man do de José Ga briel Bé jar a ata car a las
fuer zas rea lis tas de Gon zá les, lle gan do a las in me -
dia cio nes de Huanta el 30 de setiembre de
1814.
Gon za les se atrin che ró en las ca lles y en la po -
bla ción de Huan ta, en es pe ra de los pa trio tas,
que lo ata ca ron el 1º de oc tu bre de 1814, efec -
tuán do se la ba ta lla de Huan ta, que duró has ta el
día si guien te y fue muy san grien ta y to tal men te fa -
vo ra ble al ejér ci to rea lis ta, que pese a su in fe rio ri -
dad nu mé ri ca te nía su pre ma cía mi li tar por su ar -
ma men to, tác ti ca y ex pe rien cia de sus sol da dos,
Sie te ho ras duró la ba ta lla, al cabo de las cua les el
ejér ci to pe rua no su frió 600 ba jas, 40 pri sio ne ros
y per dió tres pie zas de ar ti lle ría con una pérdida
para los realistas de sólo 7 muertos y 15 heridos
36.
José Ga briel Bé jar con el res to de sus fuer zas
re tro ce dió a Hua man ga y lue go aban do na ron
esta ciu dad, re pa san do el Pam pas para reor ga ni -
zar se en la zona de Andahuaylas.
Ocupación realista de Huamanga
Gon zá les avan zó ha cia Hua man ga y la ocu pó,
per si guien do a los pa trio tas de la ciu dad, don de
dio un des can so de dos me ses a sus tro pas, au -
men tan do sus fuer zas con al gu nos sol da dos que
le fue ron en via dos des de Lima por el Vi rrey. Los
pa trio tas de Hua man ga ofre cie ron fuer te re sis -
ten cia a los rea lis tas con ti nuan do las
conspiraciones en contra de éstos.
Batalla de Matara: 27.I.1815
Entre tan to, el va lien te ca pi tán José Ga briel Bé -
jar, ha bía lo gra do reor ga ni zar sus fuer zas con mu -
cha gen te de Andahuay las y los pue blos ve ci nos
y cre yén do se lo su fi cien te men te fuer te avan zó
ha cia Hua man ga. Gon zá les sa lió en bus ca del
ejér ci to pe rua no el 22 de ene ro de 1815, con el
cual hubo al gu nas es ca ra mu zas, y lue go de una
há bil ma nio bra tác ti ca, lo gró que las tro pas de Bé -
jar y Hur ta do de Men do za se es ta cio na ran en las
al tu ras de la ha cien da Ma ta rá. La tar de del 27 de
14 El Antoniano 125 – Marzo de 2014

La revolución de 1814 y la primera proclama de la independencia del Perú
ene ro de 1815 se rea li zó la ba -
ta lla de Ma ta rá, en la que Bé jar
y Hur ta do de Men do za con ta -
ban con 350 fu si le ros, 4 pie zas
de ar ti lle ría y gran can ti dad de
vo lun ta rios con hon das, lan zas
y re jo nes, y en que po se sio na -
dos de la al tu ra, co no ci da como
Cas ti llo del Inca, que era una
po si ción es tra té gi ca ven ta jos,
es pe ra ron, el ata que del ejér ci -
to rea lis ta de Gon za les. El co -
man dan te rea lis ta ata có de fren -
te el dis po si ti vo de los pa trio -
tas, al man do de los crue les “ta -
la ve ras” y des pués de una hora
y me dia de com ba te de rro tó al
ejér ci to pe rua no, pues los
patriotas debieron abandonar
su artillería y ponerse en fuga
siendo perseguidos por los
realistas que les causaron
centenares de víctimas 37.
Ba ta lla de Ru cu ma chay, Ha -
tun toc to y Ha tun gua na
Bé jar, Ma ria no Angu lo y Hur -
ta do de Men do za se re ti ra ron
nue va men te a Andahuay las,
cru zan do el Pam pas y or ga ni za -
ron nue vas par ti das de gue rri lle -
ros que ata ca ban in ce san te men -
te a los rea lis tas, im pi dien do el
avan ce y las comunicaciones de
Gonzáles.
El 18 de fe bre ro de 1815
una avan za da de los pe rua nos
con 70 fu si le ros, ji ne tes y 400
hon dea do res se po se sio na ron
de las al tu ras de Ru cu ma chay,
Ha tun toc to y Ha tun gua na, en
las que los ata có Gon zá les, ven -
cién do los, des pués de cau sar -
les 250 muer tos y 80 he ri dos.
Entre tan to, los in can sa bles Bé -
jar y Hur ta do de Men do za al
man do del ejér ci to pe rua no
avan za ron para to mar Hua man -
ga que se ha lla ba con una es ca -
sa guar ni ción de “ta la ve ri -
nos”… Te nían 800 fu si le ros, 18
ca ño nes, dos cu le bri nas y 5000
vo lun ta rios mon ta dos y
armados con rejones, al mando
de José Manuel Romano, de
sobrenombre el “Pucatoro”.
Hua man ga se dis po nía a de -
fen der se del ejér ci to pa trio ta,
el 24 de mar zo de 1815, cuan -
do se co no ció por el ejér ci to pe -
rua no la toma del Cus co, por el
ge ne ral Juan Ra mí rez, cu yas
avan za das ocu pa ban ya Aban -
cay y mar cha ban ha cia Huan ca -
ra ma. Así el ejér ci to pe rua no
de Bé jar y Hur ta do de Men do -
za, es ta ba ame na za do de que -
dar en tre dos fue gos: cun dió el
des con cier to, al gu nos ba ta llo -
nes se ne ga ron a se guir com ba -
tien do, y el trai dor “Pu ca to ro”
apro ve chó las cir cuns tan cias y
trai cio nó a los pa trio tas, pro vo -
có un mo tín en las fuer zas pe -
rua nas y se pasó a las fi las del
rey, dando muerte antes del
heróico capitán argentino
Manuel Hurtado de Mendoza.
El 14 de abril de 1815, “Pu ca to -
ro” se en tre gó en Hua man ga con
todos sus soldados, oficiales y pertrechos,
siendo indultado por el virrey
en pago de su traición.
Así ter mi nó esta se gun da ex -
pe di ción pe rua na al cen tro del
país que se ca rac te ri zó por la te -
na ci dad in do ma ble de los je fes
pa trio tas que pese a los múl ti -
ples re ve ses, se reor ga ni za ban
cons tan te men te has ta sos te ner
una gue rra de sie te me ses con
el ejér ci to rea lis ta. Esta fue la ca -
rac te rís ti ca prin ci pal de esta
cam pa ña, el cons tan te gue rrear
de los pa trio tas que no se die -
ron por per di dos sino des pués
de la toma del Cus co, que so -
me tía, no sólo a la cabeza del
alzamiento sino que destruía su
retaguardia.
Expedición a la Ciudad de
Arequipa: Octubre de 1814
La ter ce ra ex pe di ción li ber -
ta do ra de este pri mer ejér ci to
pe rua no, por su im por tan cia
es tra té gi ca, por su nú me ro y
El Antoniano 125 – Marzo de 2014 15

José Tamayo Herrera
ar ma men to, y por es tar di ri gi da por ver da de -
ros mi li ta res fue la que avan zó ha cia Are qui pa
al man do del bri ga dier Ma teo Gar cía Pu ma -
cahua y del ge ne ral Vi cen te Angu lo. Sa lió del
Cus co, en oc tu bre de 1814, con 500 hom bres
ar ma dos de fu si les, 37 pie zas de ar ti lle ría fa bri -
ca das en el Cus co, los fa mo sos “vi bo ro nes” y
cer ca de 5,000 vo lun ta rios ar ma dos de lan zas,
hon das y ma ca nas. Fue la ex pe di ción más im -
por tan te y me jor equi pa da, pre ci sa men te qui -
zás, por que se tuvo más tiem -
po en el Cuco para pre pa rar la,
y avan zó fá cil men te por el Alti -
pla no ha cia Are qui pa, en gro san -
do sus fi las con nue vos vo lun ta -
rios que se le in cor po ra ban gra -
dual men te. En ella participaron
también mayor número de
clérigos, como capellanes,
asesores y encargados de la
economía 38.
Are qui pa, era por su im por -
tan cia de mo grá fi ca, su acen dra -
do rea lis mo y so bre todo su po -
si ción es tra té gi ca, pues to que
cu bría el ca mi no del mar, el úni -
co me dio a tra vés del cual el vi -
rrey Abas cal po día en viar re -
fuer zos a los hos ti ga dos rea lis -
tas, un ob je ti vo mi li tar ló gi co a
ser to ma do por el ejér ci to pe -
rua no for ja do en el Cus co. Pu -
ma cahua y Vi cen te Angu lo avan -
za ron vic to rio sa men te has ta las
cer ca nías de la Ciu dad Blan ca,
que en tre tan to los rea lis tas se
dis po nían a de fen der, pre ci sa -
men te al man do del ma ris cal de
cam po cus que ño Fran cis co Pi -
coa ga y el Inten den te José Ga -
briel Mos co so, que ha bían re ci -
bi do re fuer zos de Abas cal, con -
sis ten tes en 100 sol da dos ve te -
“Que las
materias que se
cursaban en el
plantel eran
Gramática,
Prosodia,
Retórica Canto
llano, Canto de
órgano, Artes
liberales,
Sagrada
Teología,
Escolástica,
moral y
positiva.”
ra nos del Re gi mien to Real de Lima, 500 fu si les
con gran can ti dad de mu ni cio nes y 500 lan zas
para caballería, con cuyas fuerzas contaba el
virrey para contener a Pumacahua y dejar
expedito el camino al Altiplano.
Batalla de la Apacheta
Sin em bar go, como al gu nos de es tos re fuer -
zos no lle ga ron a tiem po, Pi coa ga reu nió en
Are qui pa jun to con el bri ga dier Pío Tris tán y el
Inten den te Mos co so una im por tan te fuer za de
2,000 hom bres, y sa lió a 20 ki ló me tros de la
ciu dad para to mar po si cio nes en la pam pa de
la Apa che ta, don de el 10 de no viem bre de
1814 se dio el com ba te, sien do los rea lis tas to -
tal men te de rro ta dos por Pu ma cahua y Vi cen te
Angu lo y ca yen do pri sio ne ros Pi coa ga y Mos co -
so. Esta fue una bri llan te vic to ria de los pa trio -
tas, des de el pun to de vis ta es tra té gi co y tác ti -
co y las ope ra cio nes se realizaron en un abra
de la cadena montañosa que
rodea a Arequipa por el Este.
Proclamación de la
Independencia del Perú en
Arequipa: 10-XI-1814.
El ter cer ejér ci to li ber ta dor
pe rua no en tró triun fal men te
en Are qui pa el 10 de no viem -
bre de 1814, sien do es truen do -
sa men te acla ma do por el pue -
blo pa trio ta de la Ciu dad Blan -
ca, pese a la ma yo ría rea lis ta
que en él exis tía. Mu chos are -
qui pe ños, en tre ellos Ma ria no
Mel gar y Ma ria no José de Arce,
el fu tu ro pri mer Di rec tor de la
Bi blio te ca Na cio nal del Perú, se
su ma ron a las hues tes pa trio -
tas. Enton ces cuan do de bía rea -
li zar se la jura, bajo la apa ren te fi -
de li dad a Fer nan do VII, con la
que ocul ta ban sus pro pó si tos li -
ber ta rios los pa trio tas del Cus -
co, sur gió la voz vi ril de Arce,
que se opu so al ju ra men to a
Fer nan do VII, por que era un
dés po ta, como lo ha bían sido
to dos sus an te ce so res los re yes
de Espa ña, de cla ró que Fer nan -
do VII era un usur pa dor de es -
tas Amé ri cas y pi dió a la Asam -
blea que no des per di cia ra tan
be llo mo men to para “de cla rar de una vez la
Inde pen den cia del Perú y su se pa ra ción de la
mo nar quía es pa ño la” 39. Esto fue des de el pun -
to de vis ta po lí ti co con ti nen tal, la cumbre del
alzamiento, y la demostración de que se
trataba de un movimiento independista al
proclamar la libertad del Perú y de América.
Se es ta ble ció una Jun ta Gu ber na ti va en Are qui -
pa, com pues ta por Agus tín Co sio y Alza do ra y
José Ma ría Cor pa cho y las pro vin cias an di nas de
16 El Antoniano 125 – Marzo de 2014

La revolución de 1814 y la primera proclama de la independencia del Perú
Are qui pa: Chu qui bam ba y
Aplao, se de cla ra ron a fa vor de
los patriotas cusqueños 40.
Retirada patriota hacia el
Altiplano
Pero des de el pun to de vis ta
mi li tar el triun fo de La Apa che ta
fue efí me ro, pues aho ra el ejér -
ci to de Pu ma cahua te nía a sus
es pal das, se pa rán do lo de su re -
ta guar dia del Cus co, al ejér ci to
de Juan Ra mí rez, due ño del Alti -
pla no. Enton ces Pu ma cahua,
ante la des fa vo ra ble si tua ción
es tra té gi ca, el pe li gro de que -
dar ais la dos del Cus co, y la po si -
bi li dad de que los rea lis tas hi cie -
ran un de sem bar co por la vía
del mar, optó por la retirada
hacia al Altiplano.
Otra ra zón para de jar Are qui -
pa (30-XI-1814), era que en Si -
cua ni ha bía sur gi do un mo vi -
mien to pro-his pá ni co, rea lis ta,
al man do del Te nien te Co ro nel
Ruíz Caro, y Pu ma cahua y Vi -
cen te Angu lo, pen sa ron que
era me jor re ti rar se al Alti pla no
y abrir la vía ha cia el Cus co, de -
rro tan do a Ruíz Caro, y so fo can -
do esta acción militar a su
retaguardia.
Por eso mar cha ron ha cia
Apo, pa sa ron la cor di lle ra y se
es ta cio na ron en tre Aya vi ri y
San ta Rosa para de fen der el
Cus co. Entre tan to Ra mí rez,
avan zó con sus tro pas vic to rio -
sas ha cia Are qui pa sin lu char en
la cor di lle ra con el ejér ci to de
Pu ma cahua, y ocu pó la Ciu dad
Blan ca el 9 de di ciem bre de
1814, don de res ta ble ció la au -
to ri dad real, aún cuan do ya el
Obis po La Enci ma, ha bía en ca -
be za do un mo vi mien to rea lis ta
a poco de la salida de los
patriotas, para restablecer la
fidelidad al rey.
Ra mí rez que ve nía de ha cer
una ful mi nan te cam pa ña des de
la le ja na Sui pa cha en la fron te ra
ar gen ti na, dio dos me ses de
des can so a sus sol da dos en Are -
qui pa, reor ga ni zó sus fuer zas,
res ta ble ció su sis te ma de co mu -
ni ca cio nes con el Vi rrey Abas -
cal en Lima y lue go en febrero
partió contra Pumacahua.
Entre tan to, ante la vio len ta
re pre sión de los pa trio tas are -
qui pe ños por Ra mí rez; en el
Cus co, José Angu lo, dis pu so la
eje cu ción de sus pri sio ne ros, el
ma ris cal Fran cis co Pi coa ga y el
Inten den te Mos co so, que fue -
ron muer tos por su con tu ma cia
al servicio del rey español.
Batalla de Umachiri
A la lar ga, el fu si la mien to de
Pi coa ga, jugó un im por tan te pa -
pel en la gue rra psi co ló gi ca,
pues las hues tes cus que ñas de
Ra mí rez que ha bían ser vi do a
las ór de nes del ma ris cal cus que -
ño en el Alto Perú, ju ra ron ven -
gar su muer te, y se vol vie ron
con más vio len cia con tra sus pai -
sa nos pa trio tas. El 12 de fe bre -
ro de 1815, las tro pas rea lis tas
de Ra mí rez par tie ron de Are -
qui pa en con tra de los pa trio tas
de Pu ma cahua, por el ca mi no
de Pati, Ca ba ni llas, Lam pa y
Pucará, llegando a esta última
población el 6 de marzo de
1815.
El ejér ci to pe rua no pa trio ta
al man do de Vi cen te Angu lo y
Pu ma cahua, era fuer te, se gún
unas fuen tes, en 12,000 hom -
bres y se gún otras en cer ca de
20,000 y aún 36,000 con ba ta -
llo nes de fu si le ros, ar ti lle ría (40
ca ño nes) y po de ro sa ca ba lle ría
y se po se sio na ron en unas al tu -
ras si tua das a las ri be ras del río
La lli, que ve nía muy car ga do
por las llu vias; en la otra ri be ra
se po se sio nó Ra mí rez con sus
1,200 sol da dos, de los cua les la
ma yo ría eran cusqueños. La
batalla decisiva iba por fin a
realizarse 41.
Esta ba ta lla de Uma chi ri es
una de las más des con cer tan -
tes de toda la gue rra de la in de -
pen den cia, pues como de cía
Luis Ve las co-Ara gón, Ra mí rez
te nía el 90% de pro ba bi li da -
des de ser de rro ta do y sólo el
10% de ob te ner la vic to ria, de -
bi do a la to tal dis pa ri dad de
sus fuer zas en cuan to al nú me -
ro se re fie re; pero en cam bio
las tro pas del ge ne ral eran las
más fo guea das del ejér ci to del
Alto Perú, ven ce do res en Gua -
qui, Vil ca pu quio y Ayohu ma,
due ñas de una gran ex pe rien -
cia en com ba te, muy bien ar -
ma das y mu ni cio na das y Ra mí -
rez un ge ne ral for ma do en las
tác ti cas mi li ta res na po leó ni -
cas, y so bre todo, due ño de
una gran au da cia en esta ac -
ción de ar mas.
Como el día 11 de mar zo de
1815, las fuer zas pa trio tas tra ta -
ron de rea li zar un mo vi mien to
en vol ven te con su ca ba lle ría, y
su ar ti lle ría hos ti ga ba a los rea lis -
tas, Ra mí rez dio una or den real -
men te in creí ble: hizo des nu dar
a sus sol da dos, les hizo car gar
so bre la ca be za los fu si les y las
mu ni cio nes, y los lan zó al río,
que atra ve sa ron el agua has ta el
pe cho y el cue llo, en me dio del
fue go de los pa trio tas. Una vez
atra ve za do el río, los for mó en
ba ta lla a ori lla opues ta y ata có
tan opor tu na men te y enér gi ca -
men te al ejér ci to pe rua no pa -
trio ta que lo des con cer tó, lo de -
sor ga ni zó y lo de rro tó des pués
de un com ba te de una hora, al
cabo de la cual, tomó la ar ti lle -
ría pa trio ta, per si guió a los de -
rro ta dos, tomó pri sio ne ros, e
hizo una gran car ni ce ría con los
vo lun ta rios cam pe si nos. La ar ti -
lle ría jugó un gran pa pel, pues
du ran te el paso del Lalli batió
incesantemente a los patriotas,
a fin de que no se acercaran a la
orilla del río 42.
El Antoniano 125 – Marzo de 2014 17

José Tamayo Herrera
Esta ac ción de ar mas real men te in creí ble, no
sólo por la me jor po si ción que ocu pa ban en el te -
rre no las fuer zas pa trio tas, sino por que se ha lla -
ban pro te gi dos por el río re sul tó aún más in com -
pren si ble si co no ce mos las ba jas de am bos ban -
dos. Egui gu ren cal cu la en más de 1000 las ba jas
del ejér ci to pe rua no, en cam bio Ra mí rez sólo
per dió un ofi cial, un sar gen to, un cabo y sie te sol -
da dos, in clu yen do los aho ga dos en el paso del
Lalli y sólo tuvo cinco heridos 43.
La ba ta lla de Uma chi ri re sul tó de ci si va y de fi ni -
to ria para la re vo lu ción na cio na lis ta de 1814; en -
tre ese pun to y el Cus co, el ejér ci to pe rua no pa -
trio ta, no te nía nin gún otro dis po si ti vo mi li tar
para con te ner al ejér ci to rea lis ta, gra ve fa lla, del
ca pi tán ge ne ral José Angu lo To rres, que no fue
ca paz de te ner una fuer za de re ta guar dia aun que
fue ra pe que ña para re sis tir a los rea lis tas o rea li -
zar una re ti ra da es tra té gi ca hacia los valles
selváticos de Urubamba o al interior de
Vilcabamba.
Ocupación realista del Cusco y ejecución de
los Jefes Patriotas
Pa re ce que el jefe pe rua no, pese a todo su pa -
trio tis mo, no tuvo vi sión ne ce sa ria para mon tar
una fuer za de re ta guar dia que pro te gie ra al Cus -
co, pues des de Uma chi ri, Ra mí rez rea li zó un pa -
seo triun fal por el Alti pla no, y todo el va lle del Vil -
ca no ta, sin ser ape nas mo les ta do sal vo al gu nas
gue rri llas sin ma yor im por tan cia. El 25 de mar zo
de 1815 en tra ba triun fan te el ge ne ral Ra mí rez a
la Ciu dad Impe rial, al fren te del ejér ci to rea lis ta y
de sus im ba ti bles cus que ños que jus ti fi ca ron la
pe ri cia mi li tar y superior potencial bélico, con
que mantuvo la guerra en el Alto Perú.
Ter mi nó así, este nue vo y trá gi co in ten to pa -
trio ta por la Inde pen den cia del Perú y re sul tó víc -
ti ma de la im pla ca ble re pre sión ene mi ga. Los
prin ci pa les je fes pa trio tas, fue ron eje cu ta dos,
otros su frie ron la pri sión y el des tie rro. Entre és -
tos fue ron muer tos se gún el tes ti mo nio hispano
del 21 de abril de 1815:
“El Bri ga dier de la Rea les Ejér ci tos Ma teo Gar -
cía Pu ma cahua,
Te nien te Ge ne ral Inca y Mar qués del Perú.
José Angu lo, que se ti tu ló Ca pi tán Ge ne ral.
Vi cen te Angu lo, id. Ma ris cal de Cam po y Ge -
ne ral en Jefe.
Ma ria no Angu lo, Ge ne ral de la van guar dia.
José Ga briel Bé jar, Te nien te Ge ne ral.
Pe dro Tu de la o Dá vi la, Ca pi tán.
El par do Bé jar. id.
Ma teo Gon zá les, Ge ne ral
Escri ba no, José Agus tín Be ce rra
El por te ño Hur ta do de Men do za 44.
Sin em bar go, con es tas eje cu cio nes, no ter mi -
nó la re sis ten cia pe rua na y la lu cha por la li ber -
tad, sino que des pués aun que nada mas que
como mues tras de su he roís mo y su de seo de in -
mo lar se por la Pa tria si guie ron lu chan do has ta el
úl ti mo, los pa trio tas: Mon rroy, Ca rre ra y Ca -
rrión con otros más, se gún se des pren de del si -
guien te y pa té ti to in for me del co ro nel rea lis ta
Francisco de Paula Gonzáles al general Ramírez:
“Des pués de ha ber ba ti do el 26 del pró xi mo
Mayo en las al tu ras de Pau car co lla á los in sur gen -
tes Mon roy y Ca rre ri, aún me man tu ve has ta el 3
del pre sen te en di cho pue blo; ya para sa car todo
el fru to de la vic to ria, per si guien do a los ca be zas,
como en efec to lo con se guí, ha bien do pren di do
a Mon roy, quien al ver se aco sa do de mis par ti das
tomó el de ses pe ra do me dio de ma tar se, a Ca rre -
ra, Ca rrión y cin co cau di llos más, los que han
sido fu si la dos y pues tas sus ca be zas don de han
per pe tra do sus crí me nes: ya para ob ser var al san -
gui na rio Mu ñe cas que a mi de re cha ha cia gran -
des es fuer zos para con mo ver los par ti dos de
Guan ca ni y La re ca ja; y ya para aten der á los de
Ca ra ba ya y Azán ga ro, que á mi frente é
izquierda se alarmaban en masa, y corrompían
los rublos limítrofes á ellos.
El 2 se me unió la be lla di vi sión de Are qui pa al
man do del dig no sar gen to ma yor don Pe dro
Mur ga; y ha llán do me en es ta do de di vi dir mis
fuer zas, en tré en la ca pi tal de Puno, y dejé 250
hom bres para guar ne cer la al man do del te nien te
co ro nel don To más Ne gron. El 5 le van té mi cam -
po con di rec ción a este Azán ga ro a mar chas for -
za das, a fin de no dar ideas al ene mi go de mi
apro xi ma ción, en efec to lo con se guí y lo ata qué
en un ce rro nom bra do Ya ra ca a dos cua dras de
la po bla ción, man dan do por la de re cha una gue -
rri lla de in fan te ría de Are qui pa al man do del te -
nien te don José Gar cía del re gi mien to de Ta la ve -
ra, y otra de Tin ta por el mis mo pun to al de su co -
man dan te Mar ti nez. La se re ni dad y va lor con
que car ga ron es tos in tré pi dos ofi cia les, á pe sar
de la mul ti tud de pie dras que les ti ra ban por una
cu chi lla, me dio tiem po para ata car los por re ta -
guar dia con par te de mi in fan te ría, ha bien do de ja -
do á un cos ta do del ce rro al be ne mé ri to Mur ga
con su ca ba lle ría sos te ni da de al gu na fu si le ría, y
man da do por mi iz quier da la de Chu qui bam ba,
pro te gi da con la com pa ñía del ca pi tán don Nar ci -
so Chá vez, di vi sión dig na de la con si de ra ción de
18 El Antoniano 125 – Marzo de 2014

La revolución de 1814 y la primera proclama de la independencia del Perú
V.S. por su va lor y por ha ber
cum pli do con la ór den que le
co mu ni qué de que no me hi cie -
se pri sio ne ros. El cam po que dó
cu bier to de más de 250 ca dá ve -
res, y 180 pri sio ne ros que se
han he cho, ac tual men te se es -
tán qui tan do. Por con fe sión ve -
rí di ca de es tos as cen dió si gru -
po á más de tres mil hombres
armados de palos, hondas, y
algunas bocas de fuego, de las
que se han tomado tres. De
nuestra parte no ha habido mas
avería que cuatro ó seis
contusos de piedra que no
ofrecen cuidado.
Fal ta ría á mi de ber sino hi cie se
do cu men ta do ho me na je a es -
tos hé roes al con me mo rar se el
pri mer cen te na rio de su mar ti -
ro lo gio, re cor dan do so li ta ria -
men te este hecho dijo con
unción nacionalista:
“Con su ma da la in de pen den -
cia del Perú, el so be ra no Con -
gre so Cons ti tu yen te de 1823
de cla ró be ne mé ri tos á la Pa tria
á los pe rua nos Ubal de, Agui lar
y Pu mac cahua, com pren dien -
do tam bién á don Vi cen te Angu -
lo, más no á sus her ma nos ni á
los de más cau di llos de la re vo lu -
ción de 1814 y se di pu so ”que
sus nom bres se co lo ca sen á la
par de los más celosos
pre sen te á V.S. el va lor y ra pi dez defensores de la
con que ope ra ron los ofi cia les independencia".
don José Gar cía, Mar tí nez, Ta pia
que con seis ú ocho hom bres los
per si guió más de tres le guas Chá -
vez, el sub te nien te de in fan te ría
de Are qui pa don José Ansel mo
Abril, el de id. don To más Pié ro -
A pe sar de este acto le gis la ti -
vo de jus ti cia, es ne ce sa rio que
la ge ne ra ción pre sen te rin da,
un tri bu to de agra de ci mien to
más am plio y sin lí mi tes a to dos
los pre cla ros már ti res de la Li -
la, en tran do en ellos en ci ru ja no ber tad, que entonces
de Chu qui bam ba don Juan Vár -
gas, y fi nal men te to dos en ge ne -
ral; ha bién do se dis tin gui do sin ex -
cep ción de in di vi duo el cuer po
de Chu qui bam ba. Tam bién son
dig nos de con si de ra ción los cu -
ras de Ara pa en este par ti do doc -
tor don Cri só lo go San tos, y el de
Coa sa en el de Carabaya doctor
don Francisco José de Oviedo
que me sirvieron de ayudantes.
Ma ña na con ti núo mi mar cha
so bre el pue blo de Asi llo don de
hay otro gru po de con si de ra -
ción, y de allí á los pun tos que de -
mande la necesidad, hasta exter -
mi nar á es tos mal va dos que por
to das par tes con mue ven la tran -
qui li dad y cometen horribles
asesinatos".
Dios guar de á V.S. mu chos
años. Azán ga ro, Ju nio 9 de
1815. Fran cis co de Pau la Gon -
za lez 45,
El ilus tre his to ria dor pe rua no
Luis Anto nio Egui gu ren, en un
sucumbieron.
Yo pido el re cuer do de José
Angu lo, es pí ri tu equi li bra do y or -
ga ni za dor, pero nun ca tan gran -
de como cuan do es ta lló en aque -
lla fra se que la pos te ri dad ha de bi -
do gra bar en do ra das le tras: “si
nos to ca se el mo rir será glo rio sa
nues tra muer te, y lo gra re mos el
ga lar dón en los Cam pos Eli -
seos”. Alma virtuosa, de elevadísima
mo ral que de be mos imi tar:
“so la men te -de cía- que da rá en -
tre los hom bres la me mo ria del
bien ó del mal que se les hu bie re
he cho y en el li bro del Eter no las
obras de caridad practicadas en
su nom bre”. Lec cio nes de mo -
des tia y de fé dio, cuan do el do -
mi na dor de la Impe rial Ciu dad
del Cuz co dice al To do po de ro so
Vi rrey del Perú: “las obras mag ní -
fi cas de Dios siem pre han salido
de manos débiles, para que con
intenso convencimiento las
confesemos por suyas”.
El Antoniano 125 – Marzo de 2014 19

José Tamayo Herrera
Yo pido el recuerdo de Pumaccahua, benemérito,
compasivo con el prisionero, octogenario luchador,
que en el úl ti mo tér mi no de la vida no sin tió el peso
de los años para le van tar la en cor va da cer viz. Des cen -
dien te de Incas, juz gó in dig no de su no ble za re sig nar -
se á ver á los in dios arras tran do omi no sa ser vi dum -
bre, y le dice al Ge ne ral Ra mí rez: “A fé de Pu mac -
cahua, que no me cabe otra si tua ción que ven cer ó
mo rir”. Y en otra oca sión le dice: “si no re cla ma con
tiem po por el per dón ge ne ral que le pro me to bajo
mi pa la bra de ho nor, va us ted á caer en las garras de
Pumaccahua, que es un león en lengua castellana”.
Yo pido el re cuer do de Vi cen te Angu lo, el cau di -
llo aman te de la Cons ti tu ción de 1812, que de cía al
Ge ne ral Espa ñol “ayer ex po nía V.E. sus ar mas y
vida por sos te ner la Cons ti tu ción, y hoy la sa cri fi ca
por des truir la. Bue no está que se que me ese li bro
per ni cio so; ¿pe ro quién nos li ber ta ra del ju ra men -
to que las mis mas au to ri da des nos obli ga ron á
hacer, para cumplir con sus principios?”
El, como Pu mac cahua, aban do nó las ex pec ta ti -
vas de la lu cra ti va ca rre ra de las ar mas, y sus ri cos
minerales de Angaraes para entregarse á los azares
de una terrible contienda.
Yo pido el re cuer do de José Ga briel Bé jar, cu yos
bra zos no se apla ca ron nun ca; y para su her ma no
Lau ren cio, que puso los co no ci mien tos de su arte
de ci ru ja no al ser vi cio de los ex pe di cio na rios. Y
para Mariano Angulo, apasionado de la causa, hasta
lle gar á la temeridad inaudita y al crimen.
Gonzáles, Paz y Villagra, hábiles en la refriega.
Para Cha cón Be ce rra el leal ami go y con se je ro
de los Angu lo.
Y para el por te ño Hur ta do de Men do za, úni co
ex tran je ro si pue de lla mar se ex tran ge ro á un ame ri -
ca no ab ne ga do y va lien te. ¿Y Mel gar? Apren ded jó -
ve nes ge ne ra cio nes en la vida del ilus tre poe ta mis -
tia no; apren ded en ella que el amor pu rí si mo ha cia
la mu jer ama da, es un cul to; pero que so bre to dos
los amo res te rre na les está el amor á la Pa tria. Con -
tem plad al can tor de Sil via, ilus tran do á los ge ne ra -
les Pu mac cahua y Angu lo de sus acuer dos, to man -
do par te en los con se jos de gue rra don de pide el
cas ti go de los trai do res á la Pa tria con arre glo á la
ordenanza y dirigiendo la puntería en los ejercicios
de fuego.
Como Che nier so bre el pa tí bu lo, Mel gar de bió
to ca re la an cha fren te y sen tir que sus des te llos se
apa ga ran tan temprano.
Admi rad en él al tipo ideal del ar tis ta y del hom bre.
Cun do se te mía de sear la li ber tad, du dan do si el in vo -
carla constituiría un crimen, Melgar la proclamó en
alta voz y unien do la ac ción al can to, col gó su lira un
ins tan te y la de fien de hasta su último aliento.
Des po tis mo se ve ro
Huid! La India llo ro sa,
El sa bio des pre cia do, el orbe en te ro,
Se pan que es pi ró el mal y que he mos dado
El pri mer paso al bien, tan sus pi ra do.
Yo pido el re cuer do de los Angu lo, de Bé jar, Be -
ce rra y San tia go Pra do en cuya men te ger mi nó
esta in mor tal epo pe ya. Pido el re cuer do de Juan
Carvajal, Matías Lobatón, Marcelino Vargas y Arre -
gui; de aque llos cau di llos que guia ron al com ba te á
los in dios ar ma dos de hon das, chu zos, y ma ca nas;
de los cin co cau di llos de Pau car co lla, de Pe dro Ca si -
lla, Ci pria no Obli tas, Ansel mo Andía, Andrés
Carita: de Carrera y Carrión y el sublime Monroy.
Yo pido el re cuer do de esas ma sas anó ni mas de
in dí ge nas y mes ti zos vic ti ma dos en San Sau, en Toc -
to, en Li vi ta ca, en Pau car co lla, en Ta rac, en Huan -
ta, en Ma ta rá, en Ru cu ma chay y en la Apa che ta de
Co lli ma ni, en Moho, en Hu ma chi ri, en Cha cal ta ya,
en los ce rros, á las ori llas de los ríos y á las puer tas
de la antigua metrópoli de los Incas.
Yo pido el re cuer do de los pa trio tas que en Are -
qui pa, Puno, Hua man ga y Lima, y todo el Perú apo -
ya ron en las me di das de sus fuer zas la obra su pe -
rior de los re bel des del Cuz co. Pido un re cuer do
es pe cial del des gra cia do co ro nel Sa tur ni no Cas tro,
de Qui roz, Par do de Zela, Vé lez, Me nén dez y el
Con de la Vega del Ren. De Co sio Alza do ra, Fran cis -
co Ca ra zas y el Mar qués de Vi lla Her mo sa, je fes
del movimiento de los patriotas del Misti.
Pido un re cuer do de los tri bu tos Be ce rra, Ra mí -
rez Are lla nos, y Ampue ro. Pido un re cuer do de los
ayun ta mien tos pa trio tas y de los que va lien te men -
te, sin cálcu los co bar des, au xi lia ron el era rio de los
in sur gen tes. Del oc to ge na rio cuz que ño don José
Aste te que con su san gre ge ne ro sa bo rró las de bi li -
da des de otro de los de su nom bre, y de José Chir -
ve ches el ague rri do ar gen ti no. ¡Argen ti no! Sí. Esta
voz trae á la me mo ria el nom bre de quien siem pre
tuvo el más in ten so ca ri ño por los pa trio tas pe rua -
nos y que sin tió en su co ra zón ge ne ro so las pal pi ta -
cio nes del Cuzco en la hora magna: Manuel
Belgrano: dediquémosle un recuerdo!
Tam bién de di qué mos lo á los ino cen tes que su -
frie ron en ca la bo zos pro fun dos la ira de las au to ri -
dades despóticas y á las infelices esposas de aque -
llos már ti res castigados con la miseria.
Pro te ja mos al in dio en me mo ria y gra ti tud de los
que for ma ron la ar ci lla del gran már mol, y que su -
cum bie ron por la Pa tria, con el de nue do de Cahui -
de, de Tu pac Amaru y Pumaccahua.
20 El Antoniano 125 – Marzo de 2014

La revolución de 1814 y la primera proclama de la independencia del Perú
Bendigamos las creencias benditas
de nuestros progenitores y protejamos
al buen sacerdote católico;
recordando la memoria de
Juan Angu lo, de Ca rras cón, de
Juan de la Mata, de Fei jóo, de Be -
cera, de Jiménez Sahuaura, de
Anto nio Val dez: no sea mos in jus -
tos ni renegados, olvidando los bene
fi cios de la fe cris tia na que era la
fuerza vivificadora de las huestes
de Ilde fon so Mu ñe cas y de otros
ca pe lla nes que despertaron
briosmente el sueño irredento de
las multitudes.
Con Hugo, “pues to que so -
mos la His to ria”, cas ti gue mos,
ma te ma ti zan do la me mo ria de
los de la to res, de los ré pro bos y
de los malvados 46.
CONSECUENCIAS DE LA
RESOLUCIÓN PATRIOTA
DE 1814
Las con se cuen cias de esta fa mo -
sa insurrección nacionalista. Fueron
numerosas y complejas, dada
la magnitud de este movimiento
patriótico y que estudiamos para
conocerlas mejor, vamos a analizar
las por su or den, pues el al za -
mien to del Cus co para ser com -
prendido cabalmente tiene que
ser sondeado en los contenidos
pro fun do que asu mió por ser un
movimiento surgido en la misma
Capital histórica del Perú contra el
poder español. Entre estas consecuen
cias, nada más que a manera
de ejemplo enunciamos las
siguientes:
Políticas
– 1.La primera consecuencia inmediata
fue la implacable represión
del movimiento surgido en
el Cus co, el epi cen tro del mun -
do andino. El sentido profundo
de la Independencia hubiera
cam bia do ra di cal men te con
este triun fo por que se hu bie ra
pues to en prác ti ca la unión de
todos los peruanos sin distinciones
étnicas y culturales y hecho
realidad nuestra antigua integridad
te rri to rial, con aquel
profundo contenido social del
que carecieron los hombres de
1821.
– 2.La segunda consecuencia inme
dia ta, fue el fra ca so de un
fren te co mún, en el cual par ti ci -
paban los “criollos” o españoles
americanos del Cusco, con elementos
mestizos y masas peruanas
nativas en un movimiento
plurietnico, estamental y si se
quiere pluriclasista. El frente cusque
ño de 1814 uni fi có a to dos
los es tra tos so cia les de la Inten -
den cia del Cus co y a par te de
las del Sur Andi no, (Puno, Are -
quipa, Huamanga) Basadre, ha
se ña la do con ra zón que se cons -
ti tu yó un am plio fren te, en que
participaron patriotas de las dos
re pú bli cas en que se di vi día la so -
cie dad co lo nial, la de los es pa ño -
les (léase españoles americanos
crio llos) y la de los abo rí ge nes
peruanos. Un poderoso movimien
to de unión en tor no a la
búsqueda de la Independencia,
y de rechazo al despotismo
español se creó en el Cusco y
en las Intendencias vecinas,
hasta lograr un movimiento de
masas de carácter armado.
– 3.Que el al za mien to del Cus co
de 1814 tuvo un con te ni do pro -
fundamente peruano, puede
de du cir se de que se usó como
símbolo de las tropas patriotas
de mas cai pa cha, en se ña de
man do de los Incas lo que dio el
alzamiento un carácter mesiánico
y po pu lar, del cual ca re cie -
ron otros movimientos independistas
en otras regiones del
Vi rrei na to del Perú y que al gu -
nos curacas apoyaron el alzamien
to. Como dice el his to ria -
dor norteamericano Timothy
Anna, el mo vi mien to del Cus -
co, “fue la ma yor ex pre sión de
la iden ti dad re gio nal y de los re -
sen ti mien tos contra Lima de los
blancos, mestizos e indios del
Cusco y del Sur del Perú” 47.
– 4.Entre las me dia tas, pue de se -
ña lar se que la de rro ta de la re vo -
lu ción de 1814, de bi li tó casi to -
talmente a los elementos patriotas
del Cus co y del Sur del Perú
y permitió el fortalecimiento de
un poderoso partido realista -sobre
todo en el Cus co-, el cual
apo yó a los es pa ño les, y has ta
convertirla en el último bastión
de la resistencia realista. Pues el
Vi rrey La Ser na cuan do lle gó al
Cus co en di ciem bre de 1821,
encontró acogida y apoyo logísti
co para la cam pa ña fi nal con tra
el “Ejército Unido” sin olvidar
que de he cho el Cus co, fue la
postrera capital del Virreinato,
-desde fines de 1821 hasta
diciembre de 1824.
– 5.Otra con se cuen cia fue de ca -
rácter internacional, es decir
que la derrota patriota entre
-1814 y 1815- im pi dió trá gi ca -
men te la cul mi na ción de la Inde -
pen den cia del Perú he cha au tó -
nomamente por los propios perua
nos y obli gó a la lar ga a so li ci -
tar, el apo yo de alia dos de las co -
rrientes libertadores del Sur y
del Nor te, con San Mar tín y Bo -
lí var, y que des pués per die ra su
antigua hegemonía continental
y la flagrante mutilación de su
extenso territorio andino.
Consecuencias militares
– 1.La más in me dia ta de 1814
fue con la pro cla ma ción de la
Inde pen den cia del Perú, la for -
ma ción del pri mer ejér ci to pe -
rua no en el si glo XIX, an te ce -
sor le gí ti mo de nues tro ejér ci -
to ac tual, y de mos tran do que
los pa trio tas cuz que ños fue -
ron ca pa ces de crear fuer za ar -
ma da au tó no ma, pe rua na,
des li ga do to tal men te de su or -
ga ni za ción y ob je ti vos del ejér -
ci to rea lis ta y aún de los an te ce -
El Antoniano 125 – Marzo de 2014 21

José Tamayo Herrera
dentes prehispánicos, podemos afirmar así que
el ejér ci to re pu bli ca no del Perú -en su mo der na
ex pre sión que co no ce mos- na ció en 1814 y
esta pri me ra ex pe rien cia bé li ca lo mar có para
siempre, como una fuerza armada extraida por
las ca pas so cia les po pu la res del Perú, im buí da de
dos características fundamentales, su carácter
popular genuinamente nacionalista y defensor
de las causas populares.
– 2.Este ejér ci to na cio nal or ga ni za do en el Cus -
co, por los pa trio tas de 1814,
tuvo una vi sión cla ra men te in -
te gra do ra del Perú, pues si mul -
tá nea men te lan zó sus tres ex -
pe di cio nes mi li ta res, a la Paz,
Hua man ga y Are qui pa, es de -
cir al Sur Este, al Oes te y al
Nor te de la Ciu dad Impe rial.
Los pa trio tas cus que ños de
1814 tu vie ron un sen ti do na -
cio na lis ta pre ci so y cla ri vi den -
te, pues su ob je ti vo era la in te -
gra ción del Perú bajo las ban -
de ras in de pen dien tes de la Pa -
tria. Este ca rác ter in te gra dor
de la na cio na li dad pe rua na,
pese a las di fe ren cias et ni cas,
len guas y cul tu ra, si gue aún
man te nién do se en el ac tual
Ejér ci to del Perú y bus can do
como meta la uni dad na cio nal
en afán per ma nen te, de ha cer
un país in te gra do no obs tan te
de su di fí cil geo gra fía, en sus
con tras tes y con tra dic cio nes
de su idio sin cra sia. La Re vo lu -
ción de 1814 tuvo así un
sentido claro de unidad
nacional, y constituye una
valiosa herencia nacional para
el actual Ejército del Perú.
– 3.La ne ce si dad de for jar un
ejér ci to pa trio ta de alta ca li dad
“Que las
materias que se
cursaban en el
plantel eran
Gramática,
Prosodia,
Retórica Canto
llano, Canto de
órgano, Artes
liberales,
Sagrada
Teología,
Escolástica,
moral y
positiva.”
téc ni ca, bien ar ma do, y con pre pa ra ción y apo -
yo lo gís ti co ne ce sa rio. Como el ins tru men to
fun da men tal para lu char en igual dad de con di -
cio nes con las fuer zas enemigas y libertadoras
del Perú.
– Pues como cons ta ta los pro pios tes ti gos de
los he chos, los ejér ci tos pa trio tas, an tes de
1817, era in fe rior en ar mas, di rec ción es tra -
té gi ca y tác ti ca, y en pre pa ra ción mi li tar al
del ejér ci to rea lis ta. A par tir de 1817, y
como ex pe rien cia de esta pri me ra ac ción li -
ber ta do ra frus tra da, el ejér ci to pa trio ta, ten -
dió a me jo rar os ten si ble men te en su ca pa ci -
dad y ar ma men to para te ner ca pa ci dad ofen -
si va y ma yor po der de fue go, y apo yo lo gís ti -
co para ase gu rar el éxi to de sus cam pa ñas.
El ejér ci to de San Mar tín y los de Bo lí var y Su -
cre -que lo gra ron de rro tar a los rea lis tas, ha -
bían apren di do con la ex pe rien cia de esta ac -
ción de sa for tu na da de 1814, que sólo con
una fuer za ar ma da efi cien te era
po si ble de rro tar al po de ro so
ejér ci to rea lis ta del Perú, el más
fuer te del Con ti nen te, e in vic to
des de las pri me ras ac cio nes de
1809 y 1811.
– 4.Otra con se cuen cia mi li tar me -
dia ta del al za mien to de 1814,
fue el con ven ci mien to de los pa -
trio tas pe rua nos de la ne ce si -
dad de con tar con el apo yo de
las fuer zas in de pen dien tes de
Bue nos Ai res y de Co lom bia,
para de rro tar al ex pe ri men ta do
ejér ci to rea lis ta del Perú.
CONSECUENCIAS SOCIALES
Entre las consecuencias sociales
más importantes podemos señalar
las siguientes:
– 1.La re vo lu ción cus que ña de
1814 tuvo un pro fun do con te ni -
do so cial por obra de los pa trio -
tas, en ca be za dos por José
Angu lo To rres y Ma teo Gar cía
Pu ma cahua.
– El go bier no pa trio ta del Cus co
de 1814 dis pu so: la re ba ja del
pa pel se lla do y del im pues to al
ta ba co, me di das que fue ron
aco gi das con gran en tu sias mo
por la po bla ción del te rri to rio
ocu pa do por los pa trio tas, por -
que no so la men te se ha cía jus ti cia y se ga na -
ba adep tos a la cau sa pa trio ta sino se evi ta ba
el ri gor de es tos im pues tos que pro veían de
in gre sos al te so ro vi rrey nal, eran car gas gra -
vo sas que pe sa ban so bre la po bla ción.
– 2.La su pre sión del de ni gran te tri bu to per so -
nal “de los in dios” a los es pa ño les dis pues tos
por el sacer do te Ilde fon so de las Mu ñe cas y
Arru lal de, jefe.
22 El Antoniano 125 – Marzo de 2014

ALGUNOS PERSONAJES EN LA REVOLUCIÓN
DE 1814 EN EL CUSCO
POR LAS ABRUMADORAS evi den cias so bre el li -
de raz go de los her ma nos Angu lo To rres, en la re vo lu -
ción que es ta lló en el Cus co el 3 de agos to de 1814,
los his to ria do res es tán de acuer do en lla mar a ese he -
cho histórico como “la revolución de los hermanos
Angu lo”. Ellos fue ron cua tro. Los tres pri me ros fue -
ron eje cu ta dos en el Cus co, en la Pla zo le ta de la
Almu de na, al ama ne cer del 29 de mar zo de 1815. El
me nor, que era sacer do te, fue re mi ti do a Espa ña
“bajo partida de registro”. Allá lo crucificaron con íntima
delectación cristiana, tanto que se perdieron sus
Ángel Avendaño
hue llas en tre los calabozos del Castillo de San
Sebastián y la Cárcel de la Corte, en Madrid.
Toda re vo lu ción es la ex pre sión má xi ma de un
proceso social que aspira a la transformación radi -
cal de la so cie dad en que tie ne lu gar el es ta lli do re -
vo lu cio na rio. Es por así de cir lo, el úl ti mo acto en
pro cu ra de cam biar la so cie dad en un sal to de lo
cuan ti ta ti vo a cua li ta ti vo. Es de cir de la can ti dad a la
ca li dad. Los her ma nos Angu lo To rres. Como los
anar quis tas de cien años des pués, sa bían que la li -
ber tad no es una li mos na, que na die la otor ga gra -
El Antoniano 125 – Marzo de 2014 25

Ángel Avendaño
tui ta men te, que na die la re ci be de bal de. La li ber -
tad se toma. Se la arran cha a san gre y fue go de
manos de los tiranos. Así fue siempre. Así será por
muchísimo tiempo.
ES MUY DIFÍCIL ima gi nar el Cus co de prin ci -
pios del si glo XIX. De bió ser una al dea mo nu men -
tal so brea guan do su do ci li dad en un am bien te de
sacristías parroquiales. Acaso la salvaban sus islotes
de yacimientos arqueológicos y sus casonas espa -
ño las res guar da das por las ca de nas de sus fue ros
privados. Por entre los recodos de
sus rúas de bie ron dis cu rrir las
aguas servidas, llenando de hedo -
res nau sea bun dos la ciu dad.
Como a ini cios del si glo XX, ha tos
de lla mas in va di rían las ca lles, lle -
van do en sus cue llos lar gos y es bel -
tos pe que ñas cin tas de co lo res.
Tras las lla mas irían tro tan do los in -
dios con sus pa si tos me nu dos y
asus ta di zos. Por el cen tro de la ciu -
dad, en la Pla za de Armas, el úni co
mer ca do del Cus co, de bía ha ber
re ci bi do a cien tos de arrie ros que
cargaban y descargaban mercaderías
de toda cla se de los lo mos de
sus mu las. A par te, los arrie ros; de -
mu da rían de asom bro a los
cusqueños relatando increíbles
noticias, novedades y milagros
que sucedían en los vastos
andurriales del inabarcable Pirú.
EN EL CUSCO del si glo XIX,
nada su ce día si pre via men te no lo
ben de cían los cu ras y lo apro ba -
ban las autoridades españolas. La
so cie dad es ta ba es tra ti fi ca da ver ti -
cal men te en sus cas tas de es pa ño -
les, crio llos, mes ti zos, in dios, que,
los do cu men tos co lo nia les lla ma -
ba “re pú bli cas”. No se re gis tra ba
ma yor mo vi li dad so cial ni ex cep -
cio nal men te. El mun do es ta ba he -
“Toda revolución
es la expresión
máxima de un
proceso social
que aspira a la
transformación
radical de la
sociedad en que
tiene lugar el
estallido
revolucionario.
Es por así
decirlo, el último
acto en procura
de cambiar la
sociedad en un
salto de lo
cuantitativo a
cualitativo.”
cho por Dios para no cam biar nun ca. Ha bía em pe -
za do en los mis te rios del Gé ne sis y ter mi na ría en el
apo ca lip sis como es ta ba pre vis to des de siem pre
en los man da tos teo lo ga les. Los po bres de bían cru -
zar ayu nan do este valle de lágrimas y los ricos
hartándose de mil manjares en el mismo valle de
lágrimas.
LO CIERTO ERA que en la pri me ra dé ca da de
1800, el Cus co aún vi vía una at mós fe ra de co na tos
sub ver si vos mo ti va dos por el re cuer do de la cruen -
ta eje cu ción de José Ga briel Tú paq Ama ru, el 18
de mayo de 1781. Unos años des pués, el Inten -
den te Be ni to de la Mata Li na res in for ma ba al vi rrey
Teo do ro de la Croix, “… no vi vi re mos so se ga dos
nunca. Estamos expuestos a una segunda subleva -
ción más te mi ble y rui no sa que la pri me ra, cuyo
fue go si gue hu mean do y hu mea rá ante la par si mo -
nia ecle siás ti ca. Estos in dios tie nen el áni ma
diabólica, permanentemente sublevada y llena de
los fuegos del averno”.
Esos aver nos eran el co lap so
que vi vía la in ten den cia del Cus co
y toda la re gión sur–an di na. La so -
bre car ga de pe chos, tri bu tos y al ca -
ba las su ma dos a la de pre sión
post–re vo lu cio na ria de la ges ta de
Tú paq Ama ru, ha cían del Cus co
una so cie dad en apa ren te cri sis ter -
mi nal. A par te de la abu si va po lí ti ca
vi rrei nal cuya fuer za coer ci ti va in -
cur sio na ba en los ho ga res de crio -
llos y mes ti zos a la más leve sos pe -
cha de ac ti tud se di cio sa. Los bie -
nes mue bles o in mue bles de los
sos pe cho sos de re bel des al rey de
Espa ña eran con fis ca dos en un san -
tia mén. Con ra zón dice, José Ta -
ma yo He rre ra: “Ha cia 1814 el te -
so ro real es ta ba en un se rio pro -
ble ma, ha bía es tag na ción y de sin te -
gra ción y la po bla ción es ta ba can sa -
da de tal ex po lia ción” (Ta ma yo:
1992: 453). El Cus co vi vía días de
luto en tre “to ques de en tre di -
chos” y do bles de la Ma ría Ango la.
Prác ti ca men te, la cam pa na ma yor
de La Ca te dral del Cus co pas to rea -
ba a los cris tia nos del Valle del
Watanay, desde la Atarjea, en la
parroquia de Santa Ana hasta
mucho más allá de las parroquias
de San Jerónimo y Saylla.
En ese am bien te de re sig na ción
cayó como un rayo li ber ta dor la no ti cia de la ab di ca -
ción de los Bor bo nes Car los IV y Fer nan do VII en fa -
vor de José Bo na par te, her ma no de Na po león Bo -
na par te, a la sa zón dis tri bui dor gra cio so de rei nos
en Eu ro pa, sin pedir ni recibir nada a cambio.
Va can te el tro no es pa ñol, in me dia ta men te los
re vo lu cio na rios de Espa ña y Amé ri ca crea ron “Las
Jun tas de Go bier no”; bajo el si lo gis mo que de cía:
“La su mi sión y va sa lla je no son a Espa ña, sino el rey.
Pri sio ne ro éste, los súb di tos de ben ve lar por su
26 El Antoniano 125 – Marzo de 2014

Algunos personajes en la revolución de 1814 en el Cusco
propia seguridad y destino hasta
que vuel va el rey”. Se crea ron así
“las jun tas” de Ve ne zue la, Bue -
nos Ai res, La Paz. Chu qui sa ca,
Qui to, Cus co. La Jun ta de Cá diz
se con vir tió en El Con gre so de
las Jun tas de Cá diz. Que
prácticamente reconoció la
libertad en los pueblos de
América.
El Cus co fue la úni ca ciu dad en
el Perú, que va lién do se del me ca -
nis mo de Las Jun tas de Go bier -
no, se pro pu so al can zar la li ber -
tad del Perú.
De ha ber triun fa do la re vo lu -
ción de los her ma nos Angu lo
To rres en 1814, no hu bié ra -
mos ne ce si ta do la pre sen cia de
ejér ci tos ex tran je ros que con -
cre ta rán la li ber tad en nues tra
pa tria. Ésta, hu bie ra sido obra
ex clu si va de crio llos, mes ti zos e
in dios del Qos qo. Pero las co -
sas su ce die ron al re vés. Y, has ta
aho ra, el li me ño–cen tris mo cul -
tu ral si gue cas ti gan do a los cus -
que ños Angu lo To rres, por su
in so len cia de pre ten der la li ber -
tad por sí mis mos sin con sul tar
a los se ño ri tos de Lima. Por eso
bau ti za ron como “la re vo lu ción
de Pu maq ha wa” a la in su rrec -
ción ges ta da y di ri gi da por José,
Ma ria no, Vi cen te y Juan Angu lo
To rres; en el que Pu maq ha wa
fue un mer ce na rio interesado y
astuto a quien le fallaron sus
arteras pretensiones de ventaja
personal y figuración.
LA SOCIEDAD CUSQUEÑA
de en ton ces es ta ba di vi di da en
dos ban dos. Los crio llos fi de lis tas
que apo ya ban al rey de Espa ña a
raja tabla, encabezados por Fran -
cis co Pi coa ga, bri ga dier de los
ejér ci tos es pa ño les. José Ga briel
Mos co so, Inten den te del Cus co,
Mateo García Pumaqhawa, que
lle gó a Inten den te in te ri no, Do -
min go Luis Aste te, miem bro de
la pri me ra Jun ta de Go bier no,
amén de los recalcitrantes
bloques de españoles.
Por el lado pa trio ta es tu vie ron
el Obis po José Pé rez Armen da -
riz. El Ca bil do Ecle siás ti co y la
Uni ver si dad San Anto nio Abad
volcados a las filas revoluciona -
rias. Los cua tro her ma nos Angu -
lo To rres: José, Ma ria no, Vi cen -
te, Juan. Los cu ras Ilde fon so de
las Mu ñe cas Alu rral de, José Ga -
briel Bé jar, Ma nuel Hur ta do de
Men do za, ro sa ri nos y/o tu cu ma -
nos to dos ellos. El pre ben da do
de la Ca te dral del Cus co Fran cis -
co Ca rras cón Salá, quien lla ma ba
a José Angu lo “nues tro Ma ca beo
Li ber ta dor”, para sig ni fi car el
ejem plo de los pa trio tas judíos
que dirigieron la rebelión contra
Antíoco Epifanes, rey de Siria.
Y, cla ro; en me dio los de la to -
res: acusando, chivateando, mal -
sinando. Los traidores y apáticos
de siem pre ju gan do a sus mie dos
y sus pe que ños in te re ses per so -
na les. En Aya cu cho o en Pe ra yoq
ese tipo de gen te son le gión.
Osten tan los ins tin tos de las bes -
tias y las glo rias del gu sa no. Trai -
do res al fin, sin Dios ni pa tria,
siem pre so los en el al ba ñal de
sus con cien cias. Se res hu ma nos
ín fi mos como el cura Ga briel
Castellanos. Mariano Arriaga, Ma -
ria no Zu bi za rre ta, José Ma nuel
Ro ma no, que en su ab yec ción
desaforada se hacía llamar “Puka
Toro”. El mis mo que se en tre gó
a los es pa ño les, lue go de ase si -
nar al pa trio ta ar gen ti no Ca pi tán
Ma nuel Hur ta do de Men do za.
Los es pa ño les lo pre mia ron con
un topo de tie rra en el que no
pudo ocul tar su traición porque
amaneció degollado en una zanja
para la cimentación de la casa
que pensaba levantar.
FRENTE A TODOS ellos el
Obis po José Pé rez Armen da riz
en car nó como na die la pa la bra
de Dios y el sue ño de los po -
bres. Fue rec tor de la Uni ver si -
dad San Anto nio de Abad del
Cus co, por más de trein ta años,
y des de la cá te dra di se mi nó en
sus alum nos los pro fun dos sig ni fi -
ca dos de la pa la bra “li ber tad”: los
de re chos y res pon sa bi li da des
que su se mán ti ca en tra ña. Él mis -
mo se ha cía de la vis ta gor da fren -
te a las an dan zas de sus frai les o
le van ta ba la voz para ben de cir el
azul y blan co de las ban de ras re -
vo lu cio na rias en tre fra ses que
han quedado como blasones en
la esperanza de las multitudes
astrosas.
Du ran te cua tro años los Angu -
lo To rres y una van guar dia de cus -
queños verazmente patriotas, se
em pe ña ron en una gue rra de in -
su bor di na cio nes, re cla mos y exi -
gen cias, pi dien do el es ta ble ci -
mien to de la Jun ta de Go bier no
en el Cus co. Jun ta que de bía ha -
cer se car go de la ad mi nis tra ción
po lí ti ca de la Inten den cia del Cus -
co. Fue un lap so cons pi ra cio nes
pre–re vo lu cio na rias, ora pú bli -
cas, ora se cre tas, en una gue rra
si len cio sa pero im pla ca ble en tre
opresores hispanos y libertado -
res qosqorunas, “quienes arras -
tra dos por el vér ti go de los acon -
te ci mien tos, vi vie ron un lar go
mo men to de eu fo ria pa trió ti ca
que los con vir tió a la postre, en
héroes, mártires y perseguidos”
(Villanueva, 1971, prólogo al T.
XVII –citado por José Tamayo).
EN EL ÍNTERIN, el are qui pe -
ño José Ma nuel de Go yo ne che,
a la sa zón pre si den te de la au -
dien cia del Cus co, lo gró or ga ni -
zar –echan do mano a la leva for -
zo sa— un ejér ci to de algo más
de cin co mil cus que ños con los
que com ba tió a la Jun ta Tui ti va de
la Paz encabezado por Pedro Do -
min go Mu ri llo, a la Jun ta de Chu -
quisaca, a las dos expediciones ar -
gen ti nas al Alto Perú. Fue ron cus -
que ños los que al ser vi cio de los
es pa ño les frus tra ron los sue ños li -
ber ta rios de los hom bres de
El Antoniano 125 – Marzo de 2014 27

Ángel Avendaño
otras la ti tu des de Amé ri ca. Al fi nal, tam bién se rían
cus que ños los que se en fren ta ron a las hues tes de
los her ma nos Angu lo To rres. Con ra zón sos tie ne
Ta ma yo He rre ra, la Re vo lu ción de 1814 fue “una
te rri ble y cruen ta gue rra ci vil en tre cus que ños, una
hecatombe entre hermanos, un enfrentamiento
entre “hermanos enemigos” (Tamayo 1992: 447).
DEJANDO DE LADO los he chos co yun tu ra les
de las cam pa ñas emi nen te men te mi li ta res en la re -
vo lu ción de 1814, pon ga mos los ojos en los per so -
na jes de la ges ta para a cer car nos a
las di men sio nes de sus sue ños.
Para co no cer sus re nun cias y las fe -
lo nías de los trai do res. Para per ca -
tar nos de los pa trio tis mos sin ce -
ros. Y, tam bién, de los pe que ños
y/o mez qui nos in te re ses que se
dan por mon to nes en esa cla se de
ex plo sio nes po pu la res. Para em pe -
zar por el diablo, veamos el papel
de Mateo García Pumaqhawa.
Du ran te un tiem po, por una
ma nio bra fi de lis ta su pérs ti te en tre
los his to ria do res li ma cos post 28
de ju lio de 1821, más al gu nos po -
bres dia blos afi cio na dos a la his to -
ria en el Cus co, lla ma ron la “re vo -
lu ción de Pu maq ha wa” a la re vo lu -
ción de los Angu lo To rres que es ta -
lló en el Cusco, el 3 de agosto de
1814.
Re cién en 1971, en el Tomo III,
de la Co lec ción do cu men tal de la
Inde pen den cia del Perú, co rres -
pon dien tes a las “Cons pi ra cio nes
y Re be lio nes en el Si glo XIX, Don
Ho ra cio Vi lla nue va Urtea ga, rei vin -
di có el nom bre de los le gí ti mos
ges to res de esas re be lión: José,
Ma ria no, Vi cen te y Juan Angu lo To -
rres. Al año si guien te, 1972, José
Ta ma yo He rre ra se hizo eco de
esa afir ma ción, pro du cien do uno
“¡Basta de seguir
fusilando a José,
Mariano,
Vicente, Juan
Angulo Torres
con los plomos
mentirosos de
las historias
oficiales! El
Qosqo de todos
los tiempos
debe reivindicar
lo suyo en
homenaje a la
verdad. Solo a la
verdad.
de los tra ta dos más com ple tos que na rran la Re vo -
lu ción de 1814, en el tomo II de su magna Historia
del Qosqo, editado en 1992.
En 1974, Ma nuel Je sús Apa ri cio pu bli có su li bro:
El Cle ro Pa trio ta en la Re vo lu ción de 1814, que le
sir vió para op tar al gra do de Doc tor. Unos me ses
an tes de que sa lie ra a luz el vo lu men, Ma nuel Je sús
Apa ri cio y el pe rio dis ta Aní bal Acu rio, de rrum ba -
ron el mo nu men to a Pu maq ha wa, en la pla za de ar -
mas de Si cua ni, ca pi tal de la pro vin cia de Can chis.
Los me lan có li cos res tos de la Co lo nia en aque lla
pro vin cia vol vie ron a levantar la estantigua al seudo
patriota que los representa.
MATEO PUMAQHAWA CHIWANTITO, na ció
en la dé ca da de 1740. Su pa dre era ca ci que de
Chin che ros, Ma ras, Way lla bam ba, Umas bam ba.
Ca ci caz gos que he re dó. Quie nes lo co no cie ron lo
re cor da ban re cio y for ni do, or gu llo so y so ber bio,
despectivo con sus hermanos de raza. Vanidoso
del maso (ma qa na) con el que ha bía descalabrado
a cientos de tupaqamaristas.
Pu maq ha wa an du vo un tiem po
ob se sio na do por que su pri mo gé -
ni ta Ma ría Po lo nia, fue ran mon ja
cla ri sa. Bus can do ese sue ño se
cam bio de ape lli do adop tan do el
de su pa dri no Lope Gar cía de Cas -
tro. Como Ma teo Gar cía Pu maq -
ha wa com ba tió con tra Tú paq
Ama ru, con una fe ro ci dad dia bó li -
ca, de tal modo que los pri sio ne -
ros tupaqamaristas preferían suici -
dar se a caer en ma nos del ca ci que
de Chin che ros. Él se enor gu lle cía
de su so bre nom bre de “Umap ha -
ta cheq” que re vien ta ca be zas.
Con esa te mi ble de no mi na ción
par ti ci pó en cuan ta ex pe di ción pu -
ni ti va rea li za ron los ejér ci tos del
rey des de 1780 has ta 1814, in clu -
si ve. Pre ci sa men te ese año ha bía
re co rri do el altiplano puneño y
altoperuano en una razia de
muerte y crimen despiadados. Le
decían el “devastador de Puno”.
Los es pa ño les lle na ron de ala -
banzas a Pumaqhawa. Lo nombra -
ron co ro nel de mi li cias, al fé rez del
Cus co, co ro nel de in fan te ría, bri ga -
dier ge ne ral del ejér ci to de na tu ra -
les. Fi nal men te, in ten den te del
Cus co. En ese tran ce se en fren tó
a los her ma nos Angu lo To rres, or -
de nan do la pri sión de José y Ma ria no has ta en dos
opor tu ni da des. Pero, de bi do a que sus pro tec to -
res es pa ño les no lo nom bra ron in ten den te ti tu lar
del Cus co, re nun ció al car go y se re ti ró a su he re -
dad de Urqui llos, en el Va lle Sa gra do de los Inkas.
Ha bla ba pes tes de los es pa ño les, cuan do recibió la
oferta de incorporarse al movimiento
revolucionario que encabezaba José Angulo.
Pu maq ha wa acep tó la ofer ta a con di ción que lo
nom bren ma ris cal de cam po, sub de le ga do del par -
28 El Antoniano 125 – Marzo de 2014

Algunos personajes en la revolución de 1814 en el Cusco
ti do de Cal ca y lo “aper ci ban”
con un suel do men sual de qui -
nien tos pe sos. Cuan do fue de rro -
ta do en Uma chi ri por el ejér ci to
de cus que ños fi de lis tas al man do
del ge ne ral Juan Ra mí rez de
Oroz co, el ven ce dor hizo fu si lar
al poe ta Ma ria no Mel gar en el
campo de batalla. A Pumaqhawa
lo hizo ahor car en el pue blo de
Si cua ni dos días des pués. Te nía
se ten ta años cuan do sub ió al pa tí -
bu lo. Ha bía de nun cia do a ti rios y
troyanos y vociferaba su fidelidad
al rey de España y a los españoles
sin pizca de dignidad ni
vergüenza.
OTRA FUE LA suer te de José
Pé rez Armen da riz. El epis co po lo -
gio de la Ca te dral del Cus co lo
pre ser va en un cua dro de pin cel
anó ni mo. Su cara lar ga, de trián -
gu lo trun co, tra sun ta una se re ni -
dad im per tur ba ble. Entre sus
ojos y su boca emer ge una na riz
afilada, soberbia en sus rasgos
mestizos. Sus ojos hundidos se
ven gran des y apa ga dos, con la
hu mil dad de quien so por ta sus si -
li cios sin que jar se. De bió ser del -
ga do sin lle gar a en ju to: sus há bi -
tos ta la res le sa ben hol ga do.
Pero, con esa fi so no mía y ese
cuer po es mi rria do supo ser el
pas tor de su grey: a no dudarlo
fue el buen pastor que
anunciaban los evangelios.
Na ció en el par ti do de Pau car -
tam bo, ac tual pro vin cia del mis -
mo nom bre, en mar zo de 1729.
Cur só es tu dios en el Se mi na rio
de San Anto nio Abad, por lo tan -
to usó la beca ver de y se en fren -
tó a los ber nar di nos que re gen ta -
ban los frai les de La Com pa ñía
de Je sús. Se li cen ció en Fi lo so fía y
se doc to ró en Teo lo gía, en la Pon -
ti fi cia Uni ver si dad San Anto nio
Abad del Cus co del que lle gó a
ser rec tor du ran te trein ta y sie te
años. Nombrado Provisor y Vicario
Ge ne ral del obis pa do del Cus -
co, por ex pre sa or den del Obis -
po Juan Ma nuel Mos co so y Pe ral -
ta, (lla ma do a Espa ña para res -
pon der por sus “su pues tas sim pa -
tías” a José Ga briel Tú paq Ama -
ru) uso del car go para
enfrentarse a las autoridades
españolas primero,
veladamente. Después;
francamente.
“Dios pone una mano en to -
das las co sas, pero en este mo vi -
mien to de la li ber tad ha pues to
las dos ma nos”, de cía Pé rez
Armen da riz ben di cien do la ban -
de ra de los re vo lu cio na rios que
em pu ña ba José Angu lo To rres.
Des pués di ría: “Dios pone una
mano en las co sas del mun do,
pero en esta re vo lu ción ha pues -
to las dos ma nos, Dios sabe por
que hace lo que hace”. “Dios se
aver güen za de la in jus ti cia en los
grandes imperios”. “Cuando se
lu cha por la jus ti cia, todo em pie -
za en el co ra zón”. “Dios está con
los jus tos, de lan te y de trás de la
jus ti cia” Po dría Ha cer se una cres -
tomatía con las numerosas frases
de Pé rez Armen da riz. Quien al
igual que el cura tu cu ma no Ilde -
fon so de la Mu ñe ca Alu rral de,
José Béjar, Francisco Carrascón
Sala, Juan Angu lo To rres, Manuel
Hurtado de Mendoza, José
Gabriel Béjar, dieron la vida por
la libertad.
Cuan do mu rió el 9 de fe bre ro
de 1819, sus res tos fue ron en te -
rra dos en la igle sia del Co le gio y
Real Uni ver si dad de San Anto nio
Abad, en la Pla zo le ta de Las Na -
zarenas. Su testamento estable -
cía be cas de es tu dio para jó ve nes
de pro ce den cia hu mil de y ayu da
in me dia ta para fa mi lias me nes te -
ro sas en el Cus co. Como quie ra
que lo nom bra ban Cri sós to mo
Cus que ño, Pico de Oro, Doc tor
Angé li co, su len gua pre ser va da
en un es tu che en for ma de di mi -
nu to ar cón, fue re mi ti da a la sa -
cris tía del tem plo en su tie rra Na -
tal. Posteriormente trasladada al
El Antoniano 125 – Marzo de 2014 29

Ángel Avendaño
templo de La Almudena, en el Cusco, donde se
perdió irremisiblemente.
LOS ANGULO TORRES: José, Ma ria no, Vi -
cen te, Juan; aún es pe ran su Ste fan Zweig que es -
cri ba sus bio gra fías. No sólo por lo ver ti gi no so
de sus vi das. So bre todo por la irre pro cha ble en -
tre ga a sus idea les. Qué bien le ven dría al Cus co
de trans fu guis mos con tem po rá neos re cor dar la
vida de quie nes abra sa ron sus días en los sue ños
de la li ber tad. Aho ra que los idea les son me nos -
pre cia dos como ca cha rros in ser vi bles y lo avie so
y fú til al can za la mag ni tud de lo ejem plar, la re bel -
día de los Angu lo To rres per sis te en su con di ción
de cá te dra in tem po ral sin vai ve nes co yun tu ra les,
sin los relumbrones ligeros y fáciles de las
efemérides patrióticas.
JOSÉ ANGULO TORRES, fue el ma yor de cin -
co her ma nos, cua tro va ro nes y una mu jer. Ha bía
na ci do en el Cus co, pro ba ble men te en la dé ca da
de 1770, en el ho gar for ma do por Fran cis co
Angu lo y Mel cho ra To rres. Como el ma yo ral de
la fa mi lia, de bió ha ber asis ti do al Co le gio de San
Ber nar do re gen ta do por los Je sui tas. O tal vez o
Co le gio Ma yor de San Anto nio, re gen tan do por
los do mi ni cos. Aca so fue dis cí pu lo de José Pé rez
Armen da riz, y es cu chó al maes tro ex pli can do so -
bre la sub stan ti vi dad de lo cor pó reo o so bre el
“fi des” y “credere” como caminos de salvación
abiertos por la gracia de Jesucristo.
José Angu lo de bió ser hom bre de lec tu ras avan -
za das para su tiem po. Antes de ca sar se, via jó a las
salitreras de Tarapacá, donde trabajó alrededor de
dos años re la cio nán do se con re vo lu cio na rios ar -
gen ti nos y chi le nos. Vuel to al Cus co, se hizo car go
de sus heredades en Wankaro y de los cañaverales
de Chi ta bam ba en Aban cay. Sus con tem po rá neos
lo re cor da ban con bar ba abo rras ca da. Ami go de
po cos. De ha blar me su ra do, pre ci so y di rec to, pre -
fi rien do siem pre las ver da des a las ce re mo nias. Ya
en ton ces era pú bli co, que frecuentaba una especie
de tertulia encabezada por el Obispo José Pérez
Armendariz.
Cuan do em pe za ron las agi ta cio nes po lí ti cas
en el Cus co, por el pro ble ma de las “Jun tas de
Go bier no” que los crio llos y mes ti zos exi gían
que se cum pla, José Angu lo To rres fue ga nan do
poco a poco su sitial de abanderado.
Pron to, José Angu lo To rres im preg nó al mo vi -
mien to re vo lu cio na rio de su pro pia di ná mi ca. No
solo or ga ni zan do tres ex pe di cio nes a zona geo grá fi -
cas cla ves, den tro del pro ce so re vo lu cio na rio la ti -
no–ame ri ca no, so bre todo, in su flán do le un es pí ri -
tu de fer vor pa trió ti co a los sol da dos de la re vo lu -
ción. Un brío y una ener gía sin gu la res en el Cus co
de aque llos dra má ti cos días. Se pro cla mo: “Ca pi -
tán Ge ne ral de la Armas de la pa tria” y com ba tió en
pri me ra fila con arro jo sin gu lar. José Angu lo re pe tía
con terca y obsesiva convicción “que la fe era la
pólvora más efectiva de la Libertad”.
Sus her ma nos Ma ria no, Vi cen te, Juan, se ad hi -
rie ron al pro ce so re vo lu cio na rio de motu pro -
pio. Ma ria no y Vi cen te eran mi li ta res de pro fe -
sión, como ta les to ma ron par te en las pri me ras
ex pe di cio nes re pre si vas con tra los pa trio tas ar -
gen ti nos y al to pe rua nos que pro cla ma ron la vi -
gen cia de “Las Jun tas de Gobierno” en sus
respectivas circunscripciones.
Juan era sacer do te. Ha bía es tu dia do en San
Anto nio de Abad has ta doc to rar se en teo lo gía. Por
1802 era pá rro co de Be lén y San tia go en el Cus co.
Lue go fue pres bí te ro en Pam pa mar ka, pos te rior -
men te en La res. Des de allí con cu rrió a las ta reas re -
volucionarias, sirviendo a su hermano José, de se -
cre ta rio. De rro ta da la re vo lu ción, fue en via do a
Espa ña, allá se per die ron sus hue llas en los
ergástulos de la represión colonial española.
Ocho años des pués del fu si la mien to de los
her ma nos Angu lo To rres, esto es en 1823, El
Con gre so de la Re pú bli ca Pe rua na, pro cla mó
“Be ne mé ri to de la Pa tria” a Pu maq ha wa y se ol vi -
do de los her ma nos Angu lo To rres, a quie nes ni
si quie ra los men cio nó en la re la ción de los
prohom bres que hi cie ron po si ble la li ber tad en
el Perú. Así es, así se gui rá sien do, has ta que una
per so na li dad o una ins ti tu ción re pre sen ta ti va del
Cus co, se ani me a des ta par el fá rra go de tan to si -
len cio abu si vo. ¡Bas ta de se guir fu si lan do a José,
Ma ria no, Vi cen te, Juan Angu lo To rres con los plo -
mos men ti ro sos de las his to rias ofi cia les! El Qos -
qo de todos los tiempos debe reivindicar lo suyo
en homenaje a la verdad. Solo a la verdad.
Li ma pi, lla pa chaw, kin sa chun ka p’un chaw pi,
qhapaq raymi killapi. Iskay waranqa chunka tawa -
yuq watapi.
REFERENCIAS
—1. Villanueva Urteaga, Horacio. LA REVOLUCIÓN DEL CUZCO
DE 1814. En Colección Documental de la Independencia del Perú,
T. III. Comisión Nacional del Sesquicentenario de la Independencia
del Perú. Lima, 1972. 369 pp.
—2. Tamayo Herrera, José. HISTORIA GENERAL DEL QOSQO.
Una historia regional desde el período lítico hasta el año 200. T. III.
Municipalidad del Qosqo. Qosqo, 1992.
—3. Aparicio Vega, Manuel Jesús. EL CLERO PATRIOTA EN LA
REVOLUCIÓN DE 1814. Cusco, 1974, 355 pp.
—4. Vargas Ugarte, Rubén S.J. HISTORIA GENERAL DEL PERÚ.
Lima, Milla Batres, Ed. T. VI.
—5. Velazco Aragón, Luis. LAS INSURGENCIAS DEL CUSCO A
TRAVÉS DE LA HISTORIA, Cusco, en Revista Universitaria,
primer semestre, 1947. Nro. 92. Pág. 5–28.
30 El Antoniano 125 – Marzo de 2014

BICENTENARIO DE LA REBELIÓN DEL CUSCO
Y LA PATRIA INSURGENTE 1814–2014
Oscar Paredes Pando 1
Re su men: En la ma yo ría de los paí ses de Sud amé ri ca se va con me mo -
rando a manera de bicentenarios independentistas las fechas y años
de ini cio de di chos pro ce sos (Bra sil: 2008; Bo li via: 2009; Ecua dor:
2009; Chile:2010; Argentina: 1810; Colombia: 1810; México: 2010;
Pa ra guay: 2011; Uru guay: 2011; y Ve ne zue la: 2011), en el Pe rú, has -
ta la fe cha no se ha da do tal con me mo ra ción, mien tras tan to es ta mos
a la es pe ra del año 2021, a mo do de con su ma ción fi nal. ¿Y el ini cio?.
Obviamente es todo un problema en un país extremamente centralista
co mo el Pe rú, re co no cer cuál es el ini cio del pro ce so li be ra dor,
pues los movimientos de resistencia anticolonial en su totalidad se dieron
fue ra de Li ma, em pe zan do por el de los Inkas de Vil ca bam ba
(1537–1572), lue go ven dría aque lla de Ber nar do Tam buhuac so y Lo -
ren zo Far fán de los Go dos (1780), has ta que las es truc tu ras co lo nia les
fue ron sa cu di das por la re be lión de Thu pa Ama ro (1780–1781), el
despotismo y la represión se generalizó. 2
La resistencia continuaría en 1805, a través de la conspiración también
cus que ña de Jo sé Ma nuel Ubal de y Ga briel Agui lar; tam bién son
dignos de conmemoración Tacna (1811) bajo dirección de Antonio
de Ze la; un año des pués el Huá nu co (1812) li de ra do por Do min go
Berrospi, Juan José Crespo y Castillo, el curaca Norberto Haro y José
1 De ca no de la Fa cul tad de Cien cias So cia les, Uni ver si dad Na cio nal de San Anto nio Abad del Cusco.
2 Un referente obligatorio sobre el particular es el bello artículo de Juan Marchena: “Ilustración y represión en el mundo andino
1780–1795:El sangriento camino al corazón de las tinieblas” (Túpac Amaru. La Revolución Precursora de la Emancipación Continental. Jorge
Cor ne jo Bou ron cle. UNSAAC, Fa cul tad de Cien cias So cia les. Editorial UNSAAC, 866 págs. Cusco, 2013).
El Antoniano 125 – Marzo de 2014 33

Oscar Paredes Pando
Ro drí guez. Otra vez la he roi ca Tac na en 1813, con Enrique y Juan
Francisco Paillardelli.
El anticolonialismo en el Cusco seguía su ruta, entre 1813–1815 se
gestó gran rebelión liderada por hermanos Angulo, “último movimiento
genuinamente nacional”, en palabras del Maestro Horacio Villanueva,
pues, los ac to res fue ron in dios, mes ti zos y crio llos, to do un mo vi -
miento pluriclasista, incluida parcialmente la iglesia 3 y proyectándose a
to do el Sur y par te del Cen tro del país; la suer te de es tos dig nos re bel -
des fue triste: ejecuciones, torturas, exilios, pérdida de sus bienes,
etc., totalmente distinto al de aquellos soldados de las “corrientes libertadoras”,
quienes participaron en la parafernalia de 1821 y luego fueron
muy bien compensados con dineros ingleses procedente de la
primera deuda externa de la vida republicana.
Así, fueron dos acontecimientos distintos, sin duda el real bicentenario
de la independencia de la Patria corresponde al
2014 4 , bicentenario de esencia descentralista y
nacional, nos corresponde conmemorar todo
el 2014– 2015, tiem po que de be ser vir pa ra
reflexionar sobre la situación regional–nacional;
no por ello la his to ria de be en ten der se co -
mo simples sucesiones “cortados por fechas”,
son dinámicas sociales, políticas y económicas,
y en el ca so que ve ni mos tra tan do, por jus ti cia
social, o como sentenciara Erik Hobsbawn: “La
in jus ti cia social necesita ser denunciada y
combatida...El mundo no se va a arreglar por sí
solo”.
MEMORIA Y SOCIEDAD:
ENTRE LA DIACRONÍA Y LA
SINCRONÍA
“Un pue blo sin me mo ria está con -
de na do a re pe tir sus erro res”, es una
frase vinculada a los procesos sociales
de cier ta re le van cia, por su par te
Braudel señala: “Presente y pasado
se acla ran mu tua men te con luz re cí -
proca” 5 .
Si el de re cho a la vida, es el pri -
me ro en el dis cur so so bre los De re -
chos Humanos, acaso recordamos
¿cuántos habitantes tenía América a
1492?
El debate es aún inconcluso y
complejo; sin embargo las cifras que
se manejan oscilan entre 13,3 millones
(Ro sen blat) y 15,5 mi llo nes (Ste -
ward) como estimaciones más bajas,
y los 100 mi llo nes (Bo rah) o de
90 a 112 mi llo nes (Dobyns) como
“La
reconstrucción
de la memoria
no constituye un
mero esfuerzo
de investigación
social, sino que
también y
fundamentalmen
te requiere un
activismo social
orientado a
desmitificar
estereotipos y
verdades
arraigadas en la
cultura
dominante.”
cifras máximas. La gama de propuestas intermedias
van de 40 ó 45 mi llo nes (Ri vet), de 40 a 50 mi llo nes
(Sap per y Spinden), o 57,3 millones (Denevan).
Lo cier to es que des de 1492 en nues tro con ti nen -
te, se desató un genocidio incomparable, la magnitud
del des po bla mien to fue enor me en cual quier caso. El
mínimo demográfico se produce hacia 1650 cuando
la población indígena de la “América española” sería
de unos cinco millones de habitantes (nueve millones,
se gún Ro sen blat); en el Perú continuó el declive
demográfico hasta 1720.
Aquel despoblamiento fue el resultado
de los conflictos de resistencia,
de las compulsiones bióticas y
de la so bre ex plo ta ción en las mi nas
de Po to sí, tal vez sólo com pa ra ble
con el ex ter mi nio en los cam pos de
concentración de Auschwitz, hecho
que obli gó a la hu ma ni dad toda a re -
plan tear el pen sa mien to y la ac ción
so cial, de jan do de lado el ol vi do de
las víctimas necesitadas de presencia
y redención 6 , para te ner las muy
presente y evitar que se vuelvan a
dar tales hechos.
De esa ma ne ra, hoy más que
nun ca el dis cur so so bre los de re -
chos hu ma nos, nos obli ga al con so li -
dar y de sig nar el es fuer zo cons cien -
te de los gru pos hu ma nos por en -
tron car con su pa sa do a ma ne ra de
Memoria Histórica; a Pierre Nora 7
se le atribuye los mayores alcances
so bre el particular y como abordaje
ideológico.
Aquel en tron que no debe fun dar -
se tan sólo en acon te ci mien tos muy
pun tua les y so bre la base de hé roes
individuales, sino relacionarla con
los hechos de violencia estructural,
situaciones que expresan procesos
sociales, enfoque que supera a la tradicional
historiografía. Así la Memo-
3 El Dr. Ma nuel Je sús Apa ri cio Vega hizo un es tu dio muy de ta lla do so bre el rol del cle ro du ran te la re vo lu ción de 1814, todo ello se en cuen tra
en su te sis doc to ral pre sen ta do en la UNSAAC.
4 Mediante Resolución R. N° CU–182–2012–UNSAAC/ 03.10.12, el Consejo Universitario a solicitud de la Facultad de Ciencias Sociales,
aprobó la conmemoración del Bicentenario del Gran Movimiento Anticolonial y Libertario del Cusco (1814–2014), dirigido por los
hermanos Angulo.
5 Fer nand Brau del (1970). La His to ria y las Cien cias So cia les. Alian za Edi to rial, Ma drid, pág. 80.
6 Re yes Mate (2009). La He ren cia del ol vi do. Edit. Erra ta Na tu rae.
7 Pie rre Nora (1984–1993), Les lieux de mé moi re (Los lu ga res de la me mo ria), Pa rís, Ga lli mard. The Po li tics of Me mory by Lau ra Nas ra llah.
Har vard Di vi nity Bu lle tin Au tumn 2005 (Vol. 33, Nº 2). Fuen te ci ta da en :Po li tics of me mory. Alei da Assmann: Der lan ge Schat ten der Ver -
gangenheit. Erinnerungskultur und Geschichtspolitik (= Schriftenreihe der Bundeszentrale für politische Bildung 633). Bundeszentrale für
Po li tis che Bil dung, Bonn 2007; otras fuen tes so bre el par ti cu lar son: Pen sar el si glo XX, ci ta do por Fer nan do Sa va ter, Éti ca por los sue los. La
me mo ria que cada cual guar da de lo que ha vi vi do nun ca pue de ser sus ti tui da por de cre to, El Co rreo, 5/10/2013; Eric Hobs bawn y Te ren -
ce Ranger (ed.1993) La invención de la tradición, Crítica, ISBN 978–84–8432–350–1.
34 El Antoniano 125 – Marzo de 2014

Bicentenario de la rebelión del Cusco y la patria insurgente 1814–2014
ria será una referencia permanente
y que per mi ta cul ti var nue vos va -
lo res más allá de un dañino
patrioterismo o seudo
nacionalismo.
Lo ocu rri do en nues tro con ti -
nen te en tér mi nos de vio len cia y
des de 1492, las ti mo sa men te es
una cons tan te y los po cos re gis -
tros son ver gon zan tes, de ahí la
obli ga ción de co no cer por lo me -
nos los in for mes de las úl ti mas dé -
ca das, como aquel “Nun ca
Mais”, ela bo ra do por la igle sia
bra si le ña so bre la vio len cia en
aquel país, o aque llos he chos en
Argen ti na y Uru guay; des de lue -
go, el Infor me de la Co mi sión de
la Ver dad y Re con ci lia ción del
Perú. Sólo su co no ci mien to nos
per mi ti rá cul ti var va lo res fun da -
men ta les de res pe to a la per so na
humana y así diseñar políticas so -
cia les que eviten actos de
violencia —en todas sus
formas— contra personas y
comunidades humanas.
Toda aque lla si tua ción hace
que se dé la im por tan cia del caso
a los mo vi mien tos de re cons truc -
ción de la me mo ria his tó ri ca de
gru pos so cia les, in clui das la in vi si -
bi li za ción de los pro ble mas que
afectan a las comunidades andi -
nas como efec to del ex trac ti vis -
mo mer can til mi ne ro, o de ex plo -
ta ción de de ter mi na dos re cur sos
es tra té gi cos en el bos que tro pi -
cal amazónico atentando la vida
de las poblaciones étnicas.
La re cons truc ción de la me mo -
ria no cons ti tu ye un mero es fuer -
zo de investigación social, sino que
también y fundamentalmente requiere
un activismo social orientado
a desmitificar estereotipos y verdades
arraigadas en la cultura dominan
te. Así, el reto de la aca de mia o
sea de la Uni ver si dad es gran de,
de ahí que en mu chas par tes del
mun do han sur gi do fo ros por la
memoria como espacios no sólo
de estudio sino también políticos y
cul tu ra les con el fin de ser vir de pla -
taforma para la construcción de
identidades sociales, soporte
fundamental del desarrollo
humano.
Obvia men te por el con flic to
de in te re ses pro pio de so cie da -
des de cla ses, la cues tión de la
me mo ria sus ci ta no ta bles dis cre -
pan cias, es pe cial men te cuan to
se tra ta de pre ci sar los he chos y
pro ce sos his tó ri cos de in ter pre ta -
ción no uní vo ca, en al gún tipo de
“re la to”, al ter na ti vo a otros, que
en ca sos ex tre mos bus can con -
ver tir se en una “ver dad ofi cial” o
en una ver dad “po lí ti ca men te
correcta” a manera de
pensamiento único liberal o
autoritario.
En nues tro país des de aque lla
ce la da en Ca ja mar ca pro pia del
aven tu re ro, con ti nuó el ge no ci -
dio y el et no ci dio. Des de lue go,
la ma yor re pre sión ma si va e in mi -
se ri cor de de sa ta da por los co lo -
nia lis tas en el vi rrei na to del Perú,
se dio en el Cus co des de 1781
hasta prácticamente 1824, obviamen
te, el Cus co re pre sen ta ba o
sim bo li za ba el po der de un Esta -
do pre vi sor, dis tri bu ti vo que ja -
más al can zó Eu ro pa, de ahí que
el me xi ca no Leo pol do Zea de cía
que Eu ro pa había envejecido sin
mayores logros y buscaba su
nueva realización en América.
Son bajo es tos al can ces que de -
bemos afirmar la memoria colectiva,
y una de las for mas será me dian te la
conmemoración 8 de nues tro bi cen -
tenario 2014–2015, acontecimientos
que de ben es tar fi ja dos per ma -
nen te men te, en el pensamiento de
su pueblo.
Las con me mo ra cio nes se pue -
den dar en tres es ce na rios:
– 1. Encu brir tiem pos de con vul -
sión que re ve lan un ma les tar so -
cial, cuyos orígenes generalmente
se dan en el des go bier no ins ti -
tucional, débil representatividad
política, compleja organización
del Esta do tras cen di do por la bu -
rocracia 9 , débil democracia, temor
a los con sen sos y don de el
modelo económico haga de
unos más ri cos y a otros más po -
bres que de no ha ber asis ten cia
gu ber na men tal —léase
asistencialismo— el panorama
sería más complejo.
– 2. Realzar el sentido nacional
has ta in gre sar en el cam po del
nacionalismo como ideología,
po nien do a la na ción como el
úni co re fe ren te iden ti ta rio.
Asunto extremamente complejo
en el caso pe rua no por tra tar -
se de una realidad pluricultural,
multiétnica y plurilingüe.
– 3. Evi tar con me mo ra cio nes,
por cuan to ten dría cos tes so cia -
les y políticos muy elevados, o
exacerbar cierto patriotismo, regionalismo
y aún localismo.
Debemos tener en cuenta que
ciertas prácticas políticas pueden
debilitar la memoria histórica, sobre
todo, cuan do se sa tu ra a la po -
blación con determinados slogans:
“Go bier no del Perú: Tra ba jo de pe -
rua nos”, “El Perú Avan za”, “Pro gre -
so para to dos”, etc., men sa jes mu -
chas veces subliminales que avasallan
los problemas estructurales o
de fon do, caso de la jus ti cia so cial
que en el caso peruano es una
constante desde el siglo XVI.
Las ac cio nes de go bier no y de
los gru pos de in te re ses de las úl ti -
mas décadas van modelando discur
sos orien ta dos a res tar en la so -
ciedad sus niveles de conciencia,
8 A par tir de ac tual ca len da rio gre go ria no, ori gi na rio de Eu ro pa, así de no mi na do por ser su pro mo tor el Papa Gre go rio XIII, y que vino a sus ti tuir
en 1582 al calendario juliano, utilizado desde que Julio César, se hizo común las conmemoraciones de “Centenarios”, “Bicentenarios”, etc.
9 Una de las mejores reflexiones teóricas sobre Burocracia se encuentra en el trabajo de Crozier “El fenómeno Burocrático”. UnB, Brasilia,
1988; des de lue go los en fo ques au ro ra les se die ron en los tra ba jos de V. I. Lenin y Max Weber.
El Antoniano 125 – Marzo de 2014 35

Oscar Paredes Pando
lle gan do al ex tre mo de “cui dar que la po bla ción no se
politice”. En nuestra opinión sólo una colectividad politizada
lograr activar su ciudadanía, evitando que la
“masa” se preo cu pe sólo por lo dia rio, o sea, un sim -
ple agrupamiento individualista, sin más preocupación
de tiem po en tiem po en emi tir su voto, ol vi dan -
do que la de mo cra cia es un asun to de bases, las
bases exigen y las bases deciden, no una minoría
electa.
Tam po co es ta mos de acuer do en que la con me -
mo ra ción sea tan sólo el re cuer do del acon te ci mien -
to, exacerbando determinados símbolos y optando
por ri tua les de paso del ejer ci cio del poder,
generalmente efímero.
En un país como el nues tro ca ren te de un Pro yec -
to Nacional, así como de objetivos nacionales permanentes,
la cuestión de las conmemoraciones tienen diferentes
connotaciones, pues, los acontecimientos o
hechos sociales que afectan a colectividades están
fragmentados; y dentro de una estructura centralista
como en el caso del Perú, lo regional o local,
lastimosamente es periférico.
– ¿Qué interesó al centralismo los bicentenarios de
la conspiración cusqueña de 1805 dirigida por José
Ma nuel Ubal de y Gabriel Aguilar?
– ¿Y la in su rrec ción de Tac na de 1811, bajo di rec -
ción de Anto nio de Zela?
– ¿Y aque lla de Cres po y Cas ti llo, en Huá nu co de
1812?
– ¿Y los sa cri fi cios en Tac na de Enri que y Juan Fran cis -
co Paillardelli en 1813?
Nada de ello exis te con el cen tra lis mo que bus ca
imponer una supuesta historia nacional, la Historia
Na cio nal se debe re–es cri bir, tal vez a par tir de los
avan ces he chos por José Car los Ma riá te gui, Luis E.
Valcárcel, Jorge Basadre, Flores Galindo, Heraclio Boni
lla y otros contadísimos académicos orgánicos.
Persiste la valoración diferenciada sobre los procesos
so cia les, den tro de ellos, los he chos so cia les o
acontecimientos históricos, situación agravada como
indicamos por la carencia de una Historia Nacional.
Posiblemente haber conmemorado nacionalmente
los bicentenarios anteriores —Ubalde y Gabriel Aguilar
(2005), Zela (2011), Cres po y Cas ti llo (2012) y
Paillardelli (2013)—, pudo haber creado condiciones
más aus pi cio sas para el año 2021, que no de ja rá de
ser una con me mo ra ción cen tra lis ta, de
encumbramiento de algunos caudillos, de
ceremonias protocolares en Lima, etc.
De igual manera carecemos de historias regionales
debidamente sistematizadas, el trabajo de José Tamayo
Herrera 10 es una ex cep ción y gran ejem plo, en
su épo ca lo fue de Emi lio Ro me ro; de esa ma ne ra se
pue de cons truir un te lón de fon do de ca rác ter na cio -
nal, superando el carácter de acontecimientos fragmentados
como fragmentados estás las regiones en
una país que aún no ha con se gui do la ele men tal in te -
gra ción fí si ca. ¿Es po si ble ac ce der a la Sie rra del Di vi -
sor, al Yavari, Jurúa o Purús? Es doloroso constatar
cier tas fi su ras en las fron te ras de este Esta do–Na ción,
como tal nuestras obligaciones son abordarlas, mas
no encubrirlas, sobre todo en oportunidades como
el bienio que empezamos, rescatando el asunto de la
memoria colectiva a partir de un acontecimiento espe
ran do que a la postre contemos con Políticas de la
Memoria, inserto dentro del Programa de la Unesco:
Memoria del Mundo.
Si la memoria colectiva se asocia a propósitos públicos
y con una permanente simbolización, rescatemos
para el Sur pe rua no las aban do na das pam pas de Uma -
chiri (Provincia de Melgar –Puno), donde fue fusilado Maria
no Mel gar y mu rie ron cien tos de pe rua nos por la in -
de pen den cia de la Pa tria, como fue el sue ño de los her -
ma nos Angulo Torres, aquel 3 de agosto de 1814.
LA REAL Y PONTIFICIA UNIVERSIDAD DE
SAN ANTONIO DE ABAD: POR LA PATRIA
Y LA LIBERTAD
Los he chos de 1814 es tán di rec ta men te re la cio -
na dos con los ro les asu mi dos por la Uni ver si dad
San Anto nio Abad del Cus co, por cuan to, sus pro -
fe so res —ma yor men te teó lo gos en aque llos tiem -
pos— y alum nos se com pro me tie ron con las cau -
sas de liberación de la Patria.
La dió ce sis del Cus co que tie ne sus orí ge nes en
ene ro de 1536 cuan do el Papa Pau lo III dis pu so su
crea ción, for jó va lio sos hom bres, en tre ellos se en -
cuen tra el obis po José Pé rez y Armen dá riz (Pau car -
tam bo, 30.03.1728 – Cus co, 9.02.1819), for ma -
do en el Se mi na rio de San Anto nio Abad, y tras re ci -
bir las ór de nes re li gio sas se de di có a la en se ñan za
de Artes y Teo lo gía en di cho Se mi na rio por mu -
chos años. En 1769 fue nom bra do rec tor del Se mi -
na rio y Vice–Can ce la rio de la Real y Pon ti fi cia Uni -
ver si dad de San Anto nio; y cuan do el obis po del
Cus co Bar to lo mé Ma ría de las He ras fue pro mo vi -
do al arzobispado de Lima, Pérez y Armendáriz en
1806 el obispado de la ciudad.
Pé rez y Armen dá riz fue el Rec tor que más duró
en el go bier no de nues tra uni ver si dad: lar gos 37
años. Aquel “rec tor eter no” de San Anto nio Abad,
sem bró en el claus tro ideas sub li mi na les y lue go
abier tas a fa vor de li be ra ción del Perú, lle gan do a
lle gar a cos tear con su pe cu lio el dic ta do de dos cá -
10 José Tamayo Herrera (2010). Historia Regional del Cuzco Republicano. Un libro sintesis, 1808–1980. Lima, 2010.
36 El Antoniano 125 – Marzo de 2014

Bicentenario de la rebelión del Cusco y la patria insurgente 1814–2014
te dras: uno de De re cho Ci vil y
otro de De re cho de Gen tes, des -
de las cua les pe ne tra ron en San
Anto nio Abad el ra cio na lis mo ilus -
tra do y las ideas en ci clo pe dis tas
en las men tes ávi das de los
jóvenes estudiantes antonianos
ansiosos de un cambio.
Aquel dig no re li gio so du ran te
la re be lión del Cus co de 1814
de mos tró su ad he sión a la cau sa
de la in de pen den cia y res pe tó a
la Jun ta de Go bier no que es ta ble -
cie ron los re vo lu cio na rios. Inclu -
so destinó capellanes para las tro -
pas revolucionarias así como sacer
do tes para los pue blos al za -
dos que los re qui rie ron. Des de
tal determinación fue
cuestionada e investigada:
Opinión del Fiscal de la Cámara
sobre la conducta Revoluciona
del Obispo José Pérez
Armendariz (29 de abril de
1816)
“La Real Au dien cia se ex tien -
de en la suya de 20 de abril a ma -
ni fes tar el ori gen y pro gre sos de
la re vo lu ción que atri bu ye prin ci -
pal men te al Esta do ecle siás ti co
se cu lar y re gu lar […]. Y las per so -
nas que más se dis tin guie ron en
la in su rrec ción y con vi nien do en
que ja más mu da rán de opi nión
el R. Obis po (José Pé rez Armen -
da riz) y su Pro vi sor [Her me ne gil -
do de la Vega], y en la ne ce si dad
de re for mar el es ta do ecle siás ti -
co, pro po ne para con se guir lo en
que se nom bre para Pre la do de
aque lla Dió ce sis al Sr. Bus ta man -
te de quien hace el más alto elo -
gio, y que los con ven tos de la
Mer ced y San Fran cis co com -
pues to el pri me ro de más de 100
in di vi duos y el se gun do de 70
que den re du ci dos cada uno a 30
en pena de sus opi nio nes sub ver -
si vas y para que la me mo ria de la
corrección haga mejorarlas[…].
11 La Uni ver si dad Na cio nal de San Anto nio Abad del Cuz co. 1991.
(Audiencia General de las Indias
– Cusco – Legajo 66).
Tras la de be la ción de la re be -
lión, el vi rrey José Fer nan do de
Abas cal bus có que José Pé rez
Armendariz abandonara su dió -
ce sis, y lo con mi nó a que acep ta -
ra en su sede a un ad mi nis tra dor
ecle siás ti co. Pé rez Armen dá riz
dejó en ton ces el go bier no, aun -
que sin re nun ciar como obis po,
y se que jó ante el Rey de Espa ña
por lo agravios sufridos. Falleció
en 1819, a la avanzada edad de
90 años.
El his to ria dor de la Uni ver si -
dad San Anto nio Abad, Dr. Ho ra -
cio Vi lla nue va Urtea ga, se ña la:
“no po de mos afir mar que la Uni -
ver si dad par ti ci pó di rec ta men te
en el pro ce so de nues tra eman ci -
pa ción na cio nal, pero sí es po si -
ble de cir que fue cam po pro pi cio
para que, sub rep ti cia men te, se
propagara el ideal separatista. Es
cues tión ya co no ci da que quien
pre pa ró ese cam po, lo abo nó
con ideas in su mi sas y lo sem bró
la re vo lu ción, fue el obis po D.
José Pé rez Armen da riz, Rec tor
en tre 1770 y 1806” 11
Los pá rra fos del do cu men to
que a con ti nua ción trans cri bi -
mos, con tun den te men te mues -
tran la par ti ci pa ción de nues tra
Uni ver si dad en aquel gran mo vi -
mien to de 1813 a 1815, de ma -
ne ra que la cau te la del Maes tro
Villanueva tiene sus límites.
Expediente contra la
Universidad San Antonio Abad
(8 de marzo de 1816)
“Al mar gen: El Rec tor del Se mi -
na rio, y Uni ver si dad de San Anto -
nio del Cuz co, im plo ra de la jus ti -
cia pro vi den cia de V.E. el re me dio
opor tu no al de sor den, y se di ción
que oca sio nan tres in di vi duos de
aquel Colegio.
[…] Los re sul ta dos de la re vo -
lu ción pa sa da han sido tan fu nes -
El Antoniano 125 – Marzo de 2014 37

Oscar Paredes Pando
tos en esta ciu dad, y es pe cial men te en este Se mi -
na rio de San Anto nio Abad a mi car go, en don de mi
celo, y con ti nuos cui da dos a pre ser var la ju ven tud,
del ve ne no so con ta gio de la in fi den cia no tu vie ron
más efec to que el re con ci liar se el ren cor de al gu -
nos de sus in di vi duos que ha cen de Ca te drá ti cos, y
son D.D. Mi guel de Ara ni bar, D.D.Bo ni fa cio Deza,
Dn. Ma nuel Ca ra zas, con no ta dos en sus pro cla -
mas y aren gas a fa vor de la in sur gen te Pa tria, los
que exas pe ra dos por mis re pren sio nes y re pro ches
que las de sa pro ba ban, con ci bie -
ron el ren cor, de que si no en ton -
ces, por sin gu lar pro vi den cia ter mi -
nó en mi rui na, y ex pa tria ción, hoy
no de jan pie dra que mo ver, por qui -
tar del me dio una ata la ya, que ar -
güía su per di da com por ta ción
[…].Dios güe a V.E…Dr. José Be ni -
to Con cha y Xara (Rec tor de la
Uni ver si dad San Anto nio Abad).
Exmo. Sor. Mar qués de la Con cor -
dia, Dn. Fer nan do Abascal” (Del
legajo sobre “Entre los
Catedráticos y el Rector del
Colegio San Antonio “. Archivo
Histórico. Sección V–C).
Declaraciones del D.D.
Bonifacio Meza al Rector de la
Universidad D.D. Benito
Concha y Xara
[…] Que en sus tan cia la Aren ga
contenía la proposición siguiente:
Que de sea ba que se per pe tua -
sen es tos do mi nios en la li ber tad
que ya go za ban, si quie ra por otros
trescientos años que habían sufrido
de es cla vi tud, agre gán do le cier tos
coloridos de bondad […]
“Pérez, inculcó
en sus alumnos
la superación del
conformismo
colonial, el
desprecio por el
Absolutismo
Ilustrado de
origen
Borbónico y la
esperanza que
traían las nuevas
ideas que venían
a modernizar la
atmósfera
paralizada y
obsoleta de la
Universidad
Colonial.”
Declaraciones ante el Rector
D.D. Benito Concha y Xara del
testigo Bernardo Calderón,
colegial del Seminario.
[…] Que es cier to que los D.D. Mi guel de Ara ni -
bar, D. Bo ni fa cio Deza, y D. Ma nuel Ca rra zas, aren -
garon respectivamente al insurgente José Angulo, el
primero cuando se recibió de Capitán General, el se -
gun do a los tres o cua tro días de la in su rrec ción; ha -
llán do se to da vía en el Cuar tel; y el ter ce ro en la
época u ocurrencia que no se acuerda […]
“Que los Ca te drá ti cos es cier to es tán muy in su -
bor di na dos al Sr. Rec tor que les man da re ca dos im -
po li ti ca dos, y des ver gon za dos con las ex pre sio nes
de cie go, la drón es ta fa dor de las rentas del Colegio
[…]
Por su par te Egui gu ren hace re fe ren cia a un re ve -
la dor do cu men to de 1815, ele va do por los doc to -
res Zernadas, Bartolomé Bedoya y Pardo, en los
siguientes términos:
“En esta ca pi tal hay una Se mi na -
rio que, bien sea por des cui do de
sus in me dia tos su pe rio res o por que
los alum nos ven en su pri mer Jefe
[Obis po J.Pé rez Armen da riz] una
con duc ta con tra ria a esta obli ga -
ción política y religiosa, descubren
unas ideas poco fa vo ra bles a este
pro pó si to, cu yas se mi llas cuan do lle -
guen a ser pas to res se de sa rro lla rán
de un modo per ju di cial” 12 .
Mien tras tan to, el Dr. Ta ma yo
He rre ra, nos dice que lle ga da al
Cus co la épo ca de la Li be ra ción,
la Uni ver si dad de San Anto nio
Abad, ri va li zan do con el Real
Con vic to rio de San Car los en
Lima, cum plió un pa pel tras cen -
den tal como cen tro de agi ta ción
pa trió ti ca y di fu sión de las ideas li -
ber ta rias; en el Cus co, idén ti co o
su pe rior pa pel, le cupo al Rec tor
de San Anto nio Abad y des pués
Obis po: Don José Pé rez y
Armen dá riz, quien for mó y edu -
có a la gran ge ne ra ción crio -
llo–mes ti za que lu chó por la Pa -
tria en 1805 y en 1814 13 . Lo más
im por tan te, se gún nues tro his to -
ria dor, es que Pé rez, in cul có en
sus alum nos la su pe ra ción del
con for mis mo co lo nial, el des pre -
cio por el Abso lu tis mo Ilus tra do de ori gen Bor bó -
ni co y la es pe ran za que traían las nue vas ideas
que ve nían a mo der ni zar la at mós fe ra pa ra li za da
y ob so le ta de la Uni ver si dad Co lo nial. Pé rez
Armen da riz, fue un au tén ti co con duc tor re vo lu -
cio na rio y modernizador de la juventud
antoniana, que hizo todo esto con mucha
12 Exis te todo un ex pe dien te so bre la “Vi si ta del Co le gio Se mi na rio de San Anto nio en el Cus co, en 1815, or de na da por Ri ca fort. Cus co, 6 de
di ciem bre de 1815 re la cio na do al pro ce so de in ves ti ga ción de los he chos de la re vo lu ción de los Hermanos Angulo.
13 José Ta ma yo He rre ra. Op.cit. pág. 13.
38 El Antoniano 125 – Marzo de 2014

Bicentenario de la rebelión del Cusco y la patria insurgente 1814–2014
prudencia y un sigilo admirable
que no permitió su represión.
Así, San Anto nio Abad, se
con vir tió en el se mi lle ro de la
Re vo lu ción Eman ci pa do ra, de
sus claus tros salieron:
– Anto nio Val dez, nú men de José
Gabriel Thupa Amaro.
– Ma nuel Ubal de, el abo ga do
mártir y conspirador de 1805.
– Rafael Ramírez de Avellano, el líder
del constitucionalismo en
1813.
– Dr. José Angu lo To rres, Jefe de
la Re vo lu ción de 1814, Pre si -
den te de la Pri me ra Jun ta de Go -
bierno Revolucionario y Capitán
Ge ne ral de las Armas de la
Patria.
– Pres bí te ro José Fei jó, Vo cal
Intendente del Gobierno Revolucionario
del Cusco.
– Dr. Mi guel Var gas, miem bro de
la Jun ta de Go bier no.
– Los es tu dian tes an to nia nos:
José Manuel Rivero, Mariano
Cano y Angu lo, Juan de Béjar.
– Dr. Jus to Apu Sahua rau ra y her -
mano José Manuel Sahuraura.
– Francisco del Castillo.
– Hermenegildo de la Vega [Provisor
del Obis po José Pé rez
Armen da riz), Rec tor en tre
1818 y 1825, el úl ti mo de la
época colonial.
Real Cédula Ordenando que se
detenga en Lima a D. José Benito
Concha, Arcediano de la Catedral
del Cuzco y se inicie acción
contra Hermenegildo de la Vega y
contra los curas Eduardo Navarro
e Ildefonso de las Muñecas,
Vicarios de la parroquia de los
Españoles del Cusco. (Madrid, 29
de junio de 1816)
“El Rey. Vi rrey Go ber na dor y Ca pi -
tán Ge ne ral de las Pro vin cias del
Perú de mi Real Au dien cia de Lima.
En Car ta de 24 de oc tu bre de 1815
dio cuenta vuestro inmediato antece
sor Mar qués de la Con cor dia de
que la con duc ta que ob ser vó el Re ve -
ren do Obis po del Cuz co (Pé rez
Armen da riz) en el tiem po de la re be -
lión de aque lla Pro vin cia, dio mé ri to
a que el Ge ne ral del Ejér ci to en car -
gado de pacificarla, le hiciese presentes
las razones que exigían la
separación de dicho prelado […]
Igualmente ha manifestado la
Real Au dien cia del Cuz co en car ta
del 20 de abril del pro pio año de
1815, el ori gen y pro gre sos de la re -
volución , asignando las personas
que más se dis tin guie ron en la in su -
rrección la que atribuye principalmen
te a los ecle siás ti cos […], de bi -
do todo al ejem plo del R. Obis po
que en su ancianidad y dirigido por
su Provisor Dn. Hermenegildo de la
Vega ha bía dado las elec cio nes más
escandalosas de insubordinación a
mi Real per so na bajo cuyo su pues to
aña de que mien tras no se se pa re al
Reverendo Obispo y a su Provisor de
aque lla Pro vin cia, sólo la fuer za ar -
mada podrá impedir la renovación
de una con vul sión tan fu nes ta y tan
per ju di cial, ade más de que su edad
nonagenaria y la absoluta debilidad
de sus potencias lo incapacita del
todo. Que tam bién de be rán ser se -
pa ra dos de sus doc tri nas Dn. Eduar -
do na va rro cura de Capi, Dn. Juan
Be ce rra y Dn. Ilde fon so de las Mu ñe -
cas vi ca rios de la Pa rro quia de Espa -
ño les de aque lla ca pi tal, Dn. Juan
Angu lo, cura de La res y her ma no
del re bel de José Angu lo, y Dn. Fran -
cisco Carrascón, Europeo, Prevendado
de aque lla San ta Igle sia. […],
todo lo que os par ti ci po para que en -
te ra do de esta mi Real re so lu ción
dis pon gais como os lo man do, se lle -
ve a debido efecto dándome cuenta
de su ejecución. Fecha en etc. S.M.
en Madrid a 29 de junio de 1816.
Al Virrey de Lima” (Archivo General
de Indias . Sevilla – Audiencia del
Cuzco – Legajo 66).
To dos aque llos ci ta dos en la
Real Cé du la fue ron for ma dos en
San Anto nio Abad, des de lue go
la lis ta es am plia como mos tró
Egui gu ren so bre los pa trio tas
que die ron su vida en la lu cha an -
ti co lo nial. El cura tu cu ma no Ilde -
fon so de las Mu ñe cas po si ble -
men te fue el mi sio ne ro más com -
pro me ti do con la liberación de
los pueblos.
Proclama de Ildefonso de las
Muñecas 14
“Ama dos her ma nos:
La an ti gua Cor te de los Incas,
enarboló el estandarte de su liber -
tad y rom pió las pe sa das ca de nas
de esclavitud y envilecimiento que
por más de tres si glos le ha im pues -
to la ti ra nía es pa ño la. Ya te neis
reu ni dos a tan sa gra da cau sa to -
dos los pue blos de la pro vin cia,
pero esta Ca pi tal no con ten ta con
esto, quie re que los de más pue -
blos ame ri ca nos dis fru ten de igual
be ne fi cio, para este efec to va una
ex pe di ción au xi lia do ra de hombre
decididos a preferir la muerte a
una vida ignominiosa.
Com pa trio tas, reu ni dos to dos
no escuchéis a vuestros antiguos tira
nos, ni tam po co a los des na tu ra -
li za dos que acos tum bra dos de
mor der el fre no de la es cla vi tud, os
quie ren per sua dir que si gáis su
ejem plo; echaos so bre ellos, des pe -
da zad los y ha ced que no que de
aún me mo ria de ta les mons truos.
Así os ha bla un cura ecle siás ti co
que tie ne el ho nor de con tri buir en
cuanto puede en beneficio de sus
her ma nos ame ri ca nos. Ilde fon so
de las Mu ñe cas” (Revista del
Archivo Histórico del Cusco. Nro.
6 1955).
14 Ilde fon so Esco lás ti co de las Mu ñe cas (San Mi guel de Tu cu mán, 15 de agos to de 1776 – 1816), sacer do te ca tó li co y lí der gue rri lle ro de la gue -
rra de in de pen den cia del Alto Perú (hoy Bo li via)., es tu dió teo lo gía en la Cór do ba, Chu qui sa ca y Lima, y lle gó a ser rec tor de la Ca te dral de
Cus co. Se sumó a la Re be lión del Cuz co del 3 de agos to de 1814, jun to al jefe mi li tar Juan Ma nuel Pi ne lo, abrió una cam pa ña ha cia Puno y
La Paz, par ti ci pó en la san grien ta ba ta lla de Uma chi ri., cap tu ra do en Ca ma ta, mu rió cerca del río Desaguadero en fecha incierta de julio del
año 1816.
El Antoniano 125 – Marzo de 2014 39

Oscar Paredes Pando
Decreto del Cura Ildefonso Muñecas para que no
se cobren tributos (Cuartel General de Ayata,
agosto 15 de 1815)
“Yo el Doc tor Don Ilde fon so Mu ñe cas, Cura
Rec tor de la Ma triz del Cus co y Ge ne ral en jefe
del Ejér ci to Au xi liar de la Pa tria en las Pro vin cias
Uni das del Rio de la Pla ta […]. Estoy con ven ci -
do por bue nos prin ci pios que le tri bu to aquí co -
bra do de los in fe li ces na tu ra les es el más bár ba -
ro y re pug nan te a na cio nes cul tas; por él se les
ha mi ra do has ta el día como a unos hom bres dis -
tin tos de la na tu ra le za hu ma na […]. Por tan to,
or de no y man do que nin gún pue blo de los ad he ri -
dos a nues tra sa gra da cau sa y cua les quie ra
otros que sa bien do esta or den se nos reú nan, pa -
gue con tri bu ción, que dan do así li bres de toda
pen sión y sólo pron tos y dis pues tos a de fen der se
de los in fa mes sa rra ce nos que in ten tan su je tar -
los y atraer los a su par ti do por sólo en in te rés
como ya ha vis to en los pue blos que se ha llan su -
je tos a ellos y lo ma ni fies tan en sus pa pe les […].
Y des pués de dar ins truc ción a los na tu ra les en
su pro pio idio ma, man do se sa quen co pias, cir cu -
lán do se y fi ján do se en los lu ga res acos tum bra -
dos […] Fdo. Ilde fon so de las Muñecas”.
(Revista del Instituto de Investigaciones
Históricas y Culturales de la : Municipalidad de
La Paz Nº 2 – 1972)
EL ALTO COSTO QUE ASUMIÓ SAN
ANTONIO ABAD DEL CUSCO.
La prue ba que nues tra Uni ver si dad fue el se mi lle -
ro de la re vo lu ción con tra Espa ña, está en la re pre -
sión que su frió a tra vés de las si guien tes dis po si cio nes
españolas:
– Re ce so de la Uni ver si dad por Real Orden del 4 de
mayo de 1815.
– Presencia de Visitadores especiales que investigaran
la filiación política y revolucionaria de sus
componentes.
– Inquisición de sus bienes y bibliotecas, buscando libros
prohibidos.
– Mediante Real Cédula de 1816, fueron suprimidas
las Cá te dras y los gra dos en Le yes, Cá no nes, y Me -
dicina, quedando la Universidad reducida a la enseñan
za de Teología y Artes.
– Su pre sión de la Cá te dra de De re cho Ci vil y de
Gentes, fundada por Pérez Armendáriz, aquellas
cá te dras per mi tie ron di fun dir los prin ci pios
democráticos.
Así mis mo mu chos de sus egre sa dos, par ti cu lar -
men te abo ga dos, su frie ron las con se cuen cias sien -
do sus pen di dos en el ejer ci cio de su profesión:
Cusco, 28 de abril de 1815
“Prevéngase por el presente Escribano de Cámara a
los Juzgados Ordinarios de esta Capital, no admitan recur
so al gu no que no vaya fir ma do de Abo ga do de es tu -
dio abierto y conocido; excluyéndose por ahora de esta
cla se, y mien tras no se pu ri fi quen los que han sido em -
plea dos por los re bel des, en ejercicio de su profesión
como lo son:
D.D. Juan Gual ber to Men die ta, D.D.Juan de Mata
Chacón y Becerra, D.D. Rafael Cazorla, D.D.Mariano
Palación, D. Juan Pinto, D.Jacinto Ferrándiz, D.Manuel
Re char te, D. Juan Ma nuel Esqui ni go, D.D. Mi guel Var -
gas, D.D. Rafael Arellano, D.D.Manuel Valencia, D.
Agustín Cosio, D. Ignacio Maldonado, D. José Lorena,
D. Mariano Noriega, D. Domingo Yépez.
Todo lo cual cum plan sin ex cu sa ni pre tex to al gu no
[…] Tres rú bri cas de los SS. Re gen tes, Cer na das y Be do -
ya”. (Re vis ta del Archi vo His tó ri co del Cusco Nº 7).
De esta ma ne ra San Anto nio Abad, pagó el pre cio
de ha ber sido la úni ca Uni ver si dad Co lo nial en el
Perú, comprometida valientemente con la causa de
la Inde pen den cia y de la Pa tria, ta rea se gui da por
otros an to nia nos como el Dr. Fran cis co Ja vier Luna Pi -
zarro, presidiendo el Congreso Constituyente en
1823, 1828 y 1834.
ENTRE FINALES DEL SIGLO XVIII E
INICIOS DEL SIGLO XIX
Los philosophes del siglo XVIII, y los enciclopedistas
des de 1751, con tri bu ye ron a mi nar las ba ses del
Derecho Divino de los reyes, aunque en el racionalismo
de René Descartes podría quizá encontrarse el
fun da men to filosófico de la Revolución.
Pa sa ban los tiem pos, y la co rrien te de pen sa mien -
to vi gen te en Fran cia era la Ilus tra ción, cu yos prin ci -
pios se ba sa ban en la ra zón, la igual dad y la li ber tad,
soportes ideológicos para el inicio de su revolución
que fue un con flic to so cial y po lí ti co con di ver sos pe -
riodos de violencia, sus implicancias se extendieron a
otras naciones de Europa que enfrentaban a partidarios
y opositores del sistema conocido como el
Antiguo Régimen.
La autoproclama del Tercer Estado como Asamblea
Na cio nal en 1789 fue el ini cio, y fi na li zó con el
golpe de estado de Napoleón Bonaparte en 1799. Si
bien la organización política de Francia osciló entre república,
imperio y monarquía constitucional durante
71 años des pués de que la Pri me ra Re pú bli ca ca ye ra
tras el gol pe de Esta do de Na po león Bo na par te, la re -
volución marcó el final definitivo del absolutismo, y
dio a luz a un nue vo ré gi men don de la bur gue sía, y
en al gu nas oca sio nes las masas populares, se
convirtieron en la fuerza política dominante en el país.
40 El Antoniano 125 – Marzo de 2014

Bicentenario de la rebelión del Cusco y la patria insurgente 1814–2014
Como toda la historiografía seña
la, la in va sión fran ce sa a la pe nín -
sula ibérica dio lugar al fenómeno
llamado “eclosión juntera”, o sea la
formación de Juntas Autónomas
en fun ción de la Cons ti tu ción Li be -
ral de Cá diz (1812) que fa cul ta ba
la instauración de gobiernos autónomos
en América, Constitución
que sería anulada luego restaurando
el absolutismo con Fernando
VII a la cabeza.
Obvia men te la in va sión de Na -
po león Bo na par te ha bía ge ne ra -
do en Espa ña y la Indias, una cri -
sis po lí ti ca, rom pién do se de esta
ma ne ra el víncu lo po lí ti co di rec -
to y con to dos los an te ce den tes
de re sis ten cia an ti co lo nial era la
opor tu ni dad para ges tar la au to -
no mía como ex pre sión de li ber -
tad e in de pen den cia, es lo que su -
ce dió los di ver sos paí ses, aún ju -
ris dic cio nes de los vi rrei na tos y
que du ran te los pasados años
conmemoraron sus
bicentenarios independentistas:
– Bo li via: Ce le bró el 25 de mayo
de 2009, conmemorando los
200 años del pri mer “Gri to Li -
bertario”, insurrección contra
los españoles gestada en la ciudad
de Charcas, hoy Sucre.
– Chile: Celebró el bicentenario
el 18 de sep tiem bre del 2010,
conmemorando la primera Junta
Na cio nal de Gobierno.
– Paraguay: Celebró su bicentenario
el 14 de mayo de 2011, día
del aniversario del derrocamiento
del gobernador Bernardo de
Velazco.
– Uru guay: Ce le bró el 2011 el bi -
cen te na rio del ini cio de su
emancipación, debido a que el
1811, lue go de la re vo lu ción en
Bue nos Ai res, José Arti gas li de -
ró la ges ta re bel de con tra los es -
pañoles de un territorio que enton
ces se conocía como Banda
Oriental.
– Argentina: El bicentenario que
Argentina conmemoró fue la
Re vo lu ción del 25 de Mayo de
1810.
– Co lom bia: El 20 de ju lio de
1810 mar ca el ini cio de la lu cha
por la in de pen den cia, a raíz de
un episodio aparentemente trivial:
la disputa entre españoles y
crio llos por un flo re ro que no
quiso prestar el comerciante español
José González Llorente,
para ador nar la mesa para un al -
muer zo que se le ofre ce ría al co -
mi sa rio Anto nio Vi lla vi cen cio
(crio llo). A par tir de ese he cho
se inició la campaña libertadora
que cul mi nó con la vic to ria fi nal
en la histórica Batalla de Boyacá
del 7 de agosto de 1819.
– Mé xi co: En 2010, el país pro gra -
mó dos celebraciones simultáneas,
una por los 200 años del
grito de independencia: “Grito
de Do lo res” del 16 de sep tiem -
bre de 1810, lan za do por el
cura Miguel Hidalgo y Costilla y
que dio ini ció a la lu cha armada
por la independencia.
– Venezuela: Inició sus festejos el
19 de abril de 2011. Ese día se
conmemoró la instalación de la
Junta Suprema de Caracas.
– Ecuador: Celebró su bicentenario
en agos to de 2009, en con -
memoración de la primera Junta
de Go bier no Local.
– Brasil: En 2008 conmemoró el
bicentenario de la llegada de la
familia real portuguesa y de toda
la Cor te a Rio de Ja nei ro, ciu -
dad que se con vir tió en ca pi tal
del Impe rio des pués que las tro -
pas de Napoleón invadieron
Portugal. La familia real desembar
có en Rio de Ja nei ro el 8 de
mar zo de 1808 tras 100 días de
tra ve sía, y permaneció en el
país 13 años.
La reac ción de las co lo nias ame -
ricanas frente a la crisis monárquica
no fue la mis ma, en Lima ni por
aso mo hubo in ten tos de lu char
por la autonomía, mientras tanto
en el Cus co, con su lar ga tra di ción
El Antoniano 125 – Marzo de 2014 41

Oscar Paredes Pando
de lu cha, se ges tó el mo vi mien to di ri gi do por los her -
ma nos Angu lo, ac ción que se de sa rro lló en tre 1813 a
1815, como detallaremos en las siguientes páginas.
LA RESISTENCIA ANTICOLONIAL
INVISIBILIZADA
Nuestro bicentenario de la Rebelión del Cusco
bajo liderazgo de los hermanos Angulo: 1814–2014,
de alguna manera está invisibilizado y hasta sepultado.
Un gobierno como el presente autotitulado “nacionalista”,
debió mínimamente haber decla
ra do el pre sen te años como el
de la Re be lión del Cus co y los her -
manos Angulo, desde luego más
allá de otras consideraciones se
debe a aque lla ca ren cia de una His -
to ria Na cio nal, como tam bién a las
posturas típicas de un centralismo
que siempre obscurece los hechos
e ig no ra a los ac to res si se tra ta de
“provincias”. En líneas generales y
apretada síntesis nos referiremos a
aque llos grandes movimientos por
la independencia y gestados fuera
de Lima, como fueron los
siguientes:
CONSPIRACIÓN
CUSQUEÑA DE 1805:
HEROICIDAD DEL JOSÉ
MANUEL UBALDE Y
GABRIEL AGUILAR.
José Manuel Ubalde, arequipeño
de nacimiento, a temprana edad se
trasladó al Cusco, donde estudió en
el Co le gio de San Ber nar do y la Uni -
ver si dad de San Anto nio Abad. En
Lima conoció al minero huanuqueño
Ga briel Agui lar, con quien forjó
una gran amistad.
Ubal de en el Cus co ocu pó el car -
go de Te nien te Ase sor del Pre si den -
te de la Au dien cia el bri ga dier Ma -
“La reacción de
las colonias
americanas
frente a la crisis
monárquica no
fue la misma, en
Lima ni por
asomo hubo
intentos de
luchar por la
autonomía,
mientras tanto
en el Cusco,
con su larga
tradición de
lucha, se gestó
el movimiento
dirigido por los
hermanos
Angulo”
nuel Ruiz de Cas ti lla, lue go de de sa ve nen cias dejó di -
cho car go en 1804, con cer tan do con Ga briel Agui lar
organizaron la rebelión independentista destinado
“Res ta ble cer el Impe rio Inka”, den tro de este pro pó si -
to lograron el apoyo del Regidor Manuel Valverde
Ampuero, quien por vía materna se consideraba descen
dien te de los in kas, y que de triun far la revolución
sería consagrado como Inka–Gobernador del Perú.
Entre otras personas que participaron en aquella
conspiración están: fray Diego Barranco, el abogado
Marcos Dongo, el cacique indio Cusihuamán, residen
te en el ba rrio San Blas, así como el pres bí te ro
José Bernardino Gutiérrez y otros religiosos; todos
ellos prepararon dos expediciones que debían marchar
sobre Lima y Potosí, lastimosamente el proyecto
revolucionario fue delatado por Mariano Lechuga, infor
ma do el Conde Manuel Ruiz de Castilla se vio
obligado a dictar providencias.
Los líderes y conspiradores Aguilar y Ubalde fueron
apresados y sometidos a juicio por las autoridades
vi rrei na les, para el doc tor Mar -
cos Don go 10 años de pre si dio en
África confiscándole además sus bienes
y declarado además “inhábil
para obtener empleos y borrando
su matrícula de abogado”; al cacique
mayor Cusihuamán destitución de
su cargo, inhabilidad para volver a
obtenerlo y residencia forzosa en
Lima por dos años. Los re li gio sos Ba -
rranco, Valverde y Bernardino Gutié
rrez fueron desterrados a
España, en tanto que el cura Marcos
Palomino fue recluido.
Los hé roes Ga briel Agui lar y Ma -
nuel Ubalde fueron condenados a
la pena de muer te y ahor ca dos en la
pla za ma yor del Cus co el 5 de di -
ciem bre de 1805.
Mateo Pumacahua y su
predisposición para sofocar la
conspiración de Aguilar y Ubalde
(Cusco, 11 de marzo de 1806)
M.P.S. El Co ro nel don Ma teo Pu -
ma cahua ante V.A., con mi ma yor ren -
di mien to pa rez co y digo: Que hay cier -
tos acontecimientos que formas época
para las eda des ve ni de ras; y ca pi -
tulando por tal la insurrección meditada
por Ga briel de Agui lar y José Ma -
nuel Ubal de, de seo trans mi tir a mi
posteridad la fidelidad constante a mi
Monarca y mi voluntario ofrecimiento al M.I.S.P. para
que des ti na se, si me crea útil i pro por cio ne oca sión de
ha cer ser vi cios efec ti vos graciosos e indotados al amable
Soberano que nos rige V.A. […]
FRANCISCO ANTONIO DE ZELA:
INSURRECCIÓN DE TACNA: 1811.
Aquel hé roe fue hijo del es pa ñol Alber to de Zela y
Ney ra, y de Mer ce des de Ari za ga y Hur ta do de Men -
doza; estudió en el Seminario Conciliar de Santo Tori-
42 El Antoniano 125 – Marzo de 2014

Bicentenario de la rebelión del Cusco y la patria insurgente 1814–2014
bio, lue go pasó a Tac na como
aprendiz de ensayador y fundidor
de las Ca jas Reales de dicha
localidad.
El gri to li ber ta rio de la ciu dad de
Tac na y con du ci do por Zela data
del 20 de ju nio de 1811, quien es -
tuvo en estrecho contacto con la
revolución argentina que se inició
en Bue nos Ai res el 25 de mayo de
1810; los rioplatenses enviaron un
ejér ci to a la Pro vin cia de Char cas
bajo el man do del ge ne ral Anto nio
González Balcarce y del abogado
Juan José Cas te lli, quie nes en via -
ron proclamas a varias ciudades
del sur del Perú, in vi tán do los a se -
guir la re vo lu ción. Anto nio de Zela
fue el pri me ro en res pon der y en
un “Ban do al pue blo de Tac na”
declaró su adhesión a la Junta de
Autogobierno de Buenos Aires.
Bando. En el pueblo de San
Pedro de Tacna, en veintiún días
del mes de junio de 1811 años.
Don Fran cis co Anto nio de Zela,
el más fiel es cla vo del Rey nues tro
se ñor don Fer nan do VII, y de su au -
gusta generación, en mi carácter
de mi nis tro en sa ya dor, fun di dor y
ba lan za rio de las Rea les Ca jas del
Partido, y en el Comandante mili -
tar ac ci den tal de esta pla za, de or -
den de ex ce len tí si mo se ñor doc tor
don José Cas te lli, Vo cal de la ex ce -
lentísima Junta de las provincias
del Río de Pla ta y na cio nes alia -
das; en vir tud de la jus ta de fen sa
que se hace para la con ser va ción
de es tos jus tos do mi nios en be ne fi -
cio de nues tro opri mi do so be ra no,
el señor don Fernando VII y de
quien justo título tenga al trono
español:
Hago sa ber a mis aman tí si mos
her ma nos y com pa trio tas de todo
estado y condición que interesa al
bien pú bli co la unión de nues tros
corazones, humillados ante nues -
tro om ni po ten te crea dor, y la de
las fuer zas que éste nos con ser va
con el ob je to de se cun dar, to dos
los ha bi tan tes de Amé ri ca, los es -
fuer zos de los res ca ta do res de la
re li gión, la Pa tria y el Esta do, que
con engaños quieren entregar algu -
nos ma los es pa ño les al mons truo,
al ti ra no, el em pe ra dor de los fran -
ce ses, lo que está de ma ni fies to
con mo ti vo de ha ber que bran ta do
el ge ne ral de las tro pas del Ato
Perú el armisticio que fraudulenta -
men te tra mó el go bier no de Lima,
para ven der con vi li pen dio la san -
gre de los fie les va sa llos ame ri ca -
nos; gobierno que ha pretendido
abro gar se la pro pie dad de nues tro
pro pio sue lo con el ob je to de co -
mer y sub sis tir de sus po de ro sas
en tra ñas, en que Dios ha te ni do a
bien depositar la subsistencia de
nuestra posteridad, para la
conservación de nuestros hogares
y honra de nuestros
descendientes…
Esto se ve con fir ma do por el te -
nor del oficio del ejército argentino
del Alto Perú que acre di ta la de cla -
ra to ria de rom pi mien to de cre ta do
por nues tros je fes de las pro vin cias
del Río de Pla ta, cuya re pre sen ta -
ción ejerce el excelentísimo Vocal,
doc tor don Juan José Cas te lli; en
cuyo nom bre y en vir tud de la co mi -
sión a mí con fe ri da por el mis mo,
re quie re a to dos los es tan tes y ha -
bi tan tes de este pue blo para que
se pre sen ten en per so na, a las
diez de la ma ña na de este mis mo
día, en las Ca jas Rea les, tra yen do
con si go las ar mas blan cas y de fue -
go que ten gan de suyo, de las que
se llevará cuenta y razón, para
devolvérselas cuando sea tiempo.
También requiero al señor Sub -
de le ga do, ca pi tán don Anto nio de
Ri ve ro y Ara ní bar y a los se ño res
mi nis tros de la Real Ha cien da, Te -
so re ro don Do min go de Agüe ro,
con ta dor don Juan de Ora míz,
para que se pre sen ten en el lu gar
de sig na do; e igual men te al Admi -
nis tra dor de la ren ta de ta ba cos y
co rreos, don Joa quín Gon zá les Vi -
gil, para que to dos ellos pre sen ten
los li bros y cau da les de su ma ne jo,
los que se rán en tre ga dos para su
me jor guar dia y cus to dia a los em -
plea dos que pro vi sio nal men te se
tienen nombrados por su buena
conducta y conocidos bienes.
Estos son:
Don Pe dro Ale jan dri no de Ba -
rrios, te so re ro
Don Pe dro Cos sío, con ta dor.
Don Ci pria no de Var gas, ad mi -
nis tra dor de co rreos.
Y para el em pleo de co ro nel del
Re gi mien to de Dra go nes, re co no -
ce rán los ha bi tan tes de este Par ti -
do a don Ga bi no de Ba rrios, los
que provisionalmente ocuparán es -
tos des ti nos, has ta que sea tiem po
de pre miar a cada ve ci no se gún su
mérito, antigüedad y conducta.
Y, para in te li gen cia de este ve cin -
da rio y su Par ti do, or de no y man do
que se publique esta determinación
en for ma de ban do, a usan za de
gue rra, por voz de pre go ne ro, que
pronuncie con claridad las razones
que se le dic ten por el ac tua rio, sa -
cán do se las co pias que sean ne ce sa -
rias para inteligencia de los señores
jue ces rea les y co man dan tes
particulares de las milicias del
Partido.
Y nom bro por ase sor de este Juz -
ga do y para toda ocu rren cias de
justicia, al licenciado don José de
Ba rrios y Hur ta do, abo ga do de las
Rea les Au dien cias de Lima y Char -
cas, quien habiéndose hallado pre -
sen te juró por Dios nues tro Se ñor y
una se ñal de la cruz de usar el car -
go de tal ase sor, bien, fiel y le gal -
mente, dictando cuantas providen -
cias sean arre gla das a de re cho y
con ven gan al me jor ser vi cio del
Rey y de la Pa tria. Fdo.Fran cis co
Anto nio de Zela. Li cen cia do José
Ba rrios y Hur ta do.Ante mí: Juan
de Benavides. Escribano de su
majestad”
Anto nio de Zela con el gra do
de “Co man dan te Mi li tar de las
Fuer zas Uni das de Amé ri ca”, di ri -
gió el asal to del cuar tel de ca ba lle -
El Antoniano 125 – Marzo de 2014 43

Oscar Paredes Pando
ría del Re gi mien to Dra go nes del Rey y lue go el
cuar tel de in fan te ría; enar bo ló una ban de ra con co -
lo res azul y blan co a cua tro cam pos trian gu la res, es -
ta ble cien do por es ca sos tres días un go bier no li -
bre, ad he ri do a los principios de la Junta de Buenos
Aires.
Las ti mo sa men te sin ma yor apo yo fue re du ci -
da la tro pa de Zela, como re sul ta do de ello, fue -
ron diez ma dos y al gu nos cap tu ra dos, los prin ci -
pa les di ri gen tes de la re be lión fue ron so me ti dos
a jui cio, en tre ellos Zela, que fue lle va do a Lima.
Allí, gra cias las in fluen cias de su fa mi lia y a la me -
dia ción de im por tan tes per so na jes se le con mu -
tó la pena de muer te por la de en cie rro per pe -
tuo a La Ha ba na, lue go se con si guió mo di fi car la
sen ten cia a diez años de pre si dio en la cár cel de
Cha gres de Pa na má, don de afec ta do por el clima
tropical y las duras condiciones de su encierro
falleció.
REBELIÓN DE HUÁNUCO DE 1812
Insu rrec ción ini cial men te in dí ge na con tra el ré gi -
men co lo nial y pos te rior men te gra cias a la cons pi ra -
ción de va rios crio llos y miem bros del cle ro re la cio -
na da a las ex pe di cio nes rio pla ten ses al Alto Perú
producida a inicios de 1812.
El día 23 de fe bre ro se pro du jo el le van ta mien to
de los in dí ge nas en la ciu dad de Huá nu co al man do
del fun cio na rio pú bli co con ver ti do en cau di llo Juan
José Con tre ras tras ven cer una pe que ña tro pa rea -
lis ta en el puen te de Hua yau pam pa. Des pués de
los su ce sos los re bel des con for man una Jun ta de
Go bier no al man do del crio llo Do min go Be rros pi
pero este es des ti tui do al poco tiem po ya que ajus ti -
cio a Con tre ras alu dien do al san grien to sa queo
que la urbe ha bía su fri do. Enton ces la re be lión que -
dó bajo el man do del an cia no Juan José Cres po y
Castillo quién logró expandir el movimiento por
diversas provincia.
El vi rrey del Perú José Fer nan do de Abas cal y
Sou sa or ga ni zó sus fuer zas en Ce rro de Pas co y
es tas mar cha ron a Huá nu co di ri gi das por el in ten -
den te de Tar ma don José Gon zá lez Pra da , de rro -
tan do a los al za dos el 17 de mar zo. De los 1.500
re bel des que ha bían com ba ti do, 250 mu rie ron,
un nú me ro si mi lar fue he ri do y unos 20 fue ron
cap tu ra dos, los de más in sur gen tes aban do na ron
Huá nu co, ciudad que cayó en poder realista el
19 de marzo.
Cres po y Cas ti llo, el cu ra ca Nor ber to Haro y el
Alcal de de Hu ma líes, José Ro drí guez fue ron a jui -
cio y ejecutados. (José Varallanos, 1959. Historia
de Huánuco).
ENRIQUE Y JUAN FRANCISCO
PAILLARDELLI: LA SEGUNDA REBELIÓN DE
TACNA, 1813
Se gun da in su rrec ción in de pen den tis ta tac ne -
ña que es ta lló el 3 de oc tu bre de 1813, acau di lla -
da por los her ma nos Pai llar de lli, el al cal de Ma -
nuel Cal de rón de la Bar ca, en tre otros pa trio tas,
y con tó con el apo yo del cus que ño Ju lián Pe ña -
ran da; tam bién esta in su rrec ción igual que aque -
lla de 1811, se puso en re la ción con los re vo lu -
cio na rios ar gen ti nos que en 1813 in va die ron por
se gun da vez el Alto Perú y al man do del ge ne ral
Ma nuel Bel gra no. Tras la toma de Tac na, los pa -
trio tas mar cha ron a Mo que gua con di rec ción a
Arequipa, pero fueron derrotados en Camiara
(31 de octubre de 1813).
La no ti cia de la de rro ta de los ar gen ti nos en Vil ca -
pu quio aca bó con las es pe ran zas de re ci bir apo yo
exterior y los patriotas tacneños se dispersaron.
Los her ma nos Pai llar de lli pa sa ron al Alto Perú, don -
de se reu nie ron con los res tos de la ex pe di ción de
Bel gra no. Fer nan do de Abas cal, vi rrey del Perú en -
car gó al ge ne ral Joa quín de la Pe zue la, la ta rea de
so fo car a los re bel des, el ge ne ral mar chó ha cia el
Alto Perú, reor ga ni zó el Ejér ci to Real del Perú y de -
rro tó a Bel gra no en la ba ta lla de Vil ca pu quio el 1 de
oc tu bre de 1813, se gui da men te en la ba ta lla de
Ayohu ma, el 14 de no viem bre del mismo año,
obligando a los patriotas argentinos a retirarse del
Alto Perú.
La ma yo ría de la po bla ción es ta ba de ci di da por
la in de pen den cia y los pa pe les re vo lu cio na rios cir -
cu la ban a rau da les por toda la ciu dad. Una idea de
este es pí ri tu re vo lu cio na rio es lo di cho por el sub -
de le ga do rea lis ta de Tac na Anto nio Ri ve ro y Ara ní -
bar en un par te que remitió al intendente de
Arequipa, a la letra:
“Sé con toda evi den cia a quién y por quié nes son re -
mi ti dos los pa pe les sub ver si vos con que está inun da -
da la pla za, y esto lo sabe el mis mo Vi rrey del Rei no,
pues es tan gran de el nú me ro de com pro me ti dos en
este negocio, que para corregir medianamente el
mal se ría pre ci so me ter en la cárcel a medio Tacna”.
EL PROYECTO LIBERADOR DE LA
REBELIÓN DEL CUSCO: 1813–1815
La re sis ten cia an ti co lo nial des de Vil ca bam ba has -
ta la ges ta de Tú pac Ama ru, sig ni fi ca ron la muer te
de mi les de an di nos, la pros crip ción de la cul tu ra an -
di na que afian zán do se el ini cio del et no ci dio y
genocidio, como escribía Markhan:
“Des pués de la eje cu ción de Tú pac Ama ru el es pí ri -
tu de los in dios fue com ple ta men te so me ti do, ob te -
44 El Antoniano 125 – Marzo de 2014

Bicentenario de la rebelión del Cusco y la patria insurgente 1814–2014
nien do los es pa ño les un do mi nio
ab so lu to sobre las victimas”
El ré gi men es pa ñol se mi li ta ri -
zó, la re pre sión con tra los na cio -
na les fue ma yor; a la pri me ra dé -
ca da del s. XIX, la pe nín su la ibé ri -
ca y par ti cu lar men te Espa ña se
en con tra ba bajo el con trol fran -
cés con Na po león Bo na par te a
la ca be za y como con se cuen cia,
se ge ne ró la cri sis mo nár qui ca es -
pa ño la, la reac ción en Sud amé ri -
ca no se hizo es pe rar y de esa
manera se gestaron diversos mo -
vi mien tos in de pen den tis tas
como aquella del Cusco
encabezada por los hermanos
Angulo Torres en 1814.
JOSÉ ANGULO TORRES:
CAPITÁN GENERAL DE LAS
ARMAS DE LA PATRIA
De ofi cio mi ne ro con ac ti vi da -
des en Tarapacá, casado con Ma -
ría Asen cia Ta pia de Men do za,
pos te rior men te se tras la dó al
Cus co para así evi tar las au sen -
cias pro lon ga das, ya en la ciu dad
lue go de es ta ble cer su re si den cia
optó por los tra ba jos agrí co las,
para el efec to con el dote de su
esposa adquirió tierras para traba -
jar en ca ña ve ra les pró xi mos a
Aban cay, fi nal men te tales
propiedades fueron traspasadas
a su hermano Vicente.
Inquie ta do por los tra tos que el
régimen colonial imponía a los indíge
nas, y por las co rrien tes ideo ló gi -
cas ligadas a la revolución rioplatense,
al ter nó en los ce nácu los for ma -
dos por los pa trio tas cus que ños.
Se contó entre los promotores del
movimiento destinado a exigir la
promulgación de la Constitución
de 1812, la con se cuen cia fue la pri -
sión al que fue so me ti do, aun que
lo gró que se le per mi tie se sa lir por
las no ches, de modo que pudo
mantener la inquietud de aquellos
patriotas y asumió la dirección de
sus pla nes co mu nes. A la pos tre
fueron estos coronados por el éxito
en la ma dru ga da del 3 de agos -
to de 1814, constituyendo además
una Jun ta de Go bier no lo cal al
que se in te gró rea lis tas como el Bri -
gadier Mateo Pumacahua, los co -
roneles Domingo Luis Astete y
Juan To más Mos co so. José Angu lo
di ri gió todo aquel movimiento
con el grado de Capitán General
de las Armas de la Patria,
asignándose una guardia de doce
alabarderos.
Oficio de José Angulo a don
Manuel Quimper
Se ñor don Ma nuel Quim per
Go ber na dor Inten den te de
Puno
11 de agos to de 1813.
“Como los rumores populares suelen
desfigurar los hechos sencillos
creo pro pio de mi de ber in for mar a
V.S. brevemente de los acontecimientos
acae ci dos en la ma ña na del día
3 del pre sen te, en que la Di vi na Pro -
videncia por sus ocultos designios
puso a i dis po si ción las ar mas de
este cuar tel que me acla mó como
su Comandante General nombramiento
confirmado auténticamente
por todas las corporaciones eclesiásticas
y civiles. Las antiguas autoridades
que se ha bían aca rrea do la co -
mún detestación por las infracciones
de las le yes de la Cons ti tu ción
po lí ti ca de la mo nar quía, y de las re -
glas de la justicia primitiva, fueron
depuestas dicha mañana, y detenidas
en este cuar tel en que se man -
tie nen más bien con el ob je to de pre -
ca ver sus per so nas de los in sul tos de
algunos al intencionados que con el
de in fe rir les el me nos ve ja men;
pues, esta re vo lu ción par cial tiene el
carácter original de haberse
derramado una gota de sangre, y de
haberse hecho con arreglo a las
leyes de la monarquía.
Digo con arre glo a las le yes fun da -
mentales, porque el artículo 255,
concede acción popular contra magistrados
y jueces infractores de las
le yes; y como esta ac ción fue se casi
El Antoniano 125 – Marzo de 2014 45

Oscar Paredes Pando
imposible intentarla, según los trámites forenses por la
dis tan cia en que se ha lla el go bier no su pe rior, se hizo el
pue blo jus ti cia por sí mis mo en aque llos pri me ros mo -
mentos en que la fatalidad dirige las convulsiones políticas.
Sin em bar go de que es tas au to ri da des me ha bían
se pul ta do mu chos me ses en un ca la bo zo del cual he sa -
li do a man dar las tro pas, mi co ra zón más cris tia no de
que de aquellas, ha olvidado todo resentimiento y sin
querer imitar su ejemplo, solo he tratado de la
observancia de las leyes […]
[…] Que esta Co man dan cia Ge -
ne ral y los se ño res que com po nen el
gobierno político siguen por inclinación
y por sis te ma las in va ria bles re -
glas de equi dad y de la jus ti cia; y que
los su ce sos del día 3 de agos to, son
un nue vo tes ti mo nio al mun do y a la
posteridad, que en países remotos y
próximos obligan más la justicia que
la fuer za, y que la obe dien cia de los
pue blos se ase gu ra mejor con la
equidad que con el despotismo […]
[…] Si algunas personas poseídas
de egoís mo, y nu tri das con las má xi -
mas da la bárbara tiranía confundiendo
la sub le va ción con la se di ción, osa -
sen to mar ar mas con tra esta pro vin -
cia y ciu dad, en ton ces haré uso con ve -
niente de la respetable fuerza arma -
da que la Pro vin cia ha pues to en mi di -
rec ción […].Dios Guar de a V.S. mu -
chos años. Cuar tel Ge ne ral del Cus -
co, 11 de agos to de 1813. José Angu -
lo. (Re vis ta del Archivo Histórico del
Cusco. 1955, p. 261)
“Ya
consumasteis la
incomparable
obra de vuestra
unión, ya no
conocéis más
señor y más
dueño que
vosotros
mismos.
Ya sois fe li ces en
una palabra
eternamente.”
Proclama de los Insurgentes del
Cusco
27 de agos to de 1814
“Cus que ños: A vues tro va lor se
debe la li ber tad de vues tra Pa tria.
Una ge ne ral acla ma ción os da las
gracias.
Ya habéis acabado de derribar el despotismo de
España, aquel coloso, causa de vuestros infortunios y
aba ti mien tos por la eter ni dad de tantos años.
Ya dis teis en tie rra con los per ver sos que sos te nían las
pesadas cadenas de dolores labrados desde el infeliz día
de la usur pa ción, úni co tí tu lo con que el es pa ñol au to ri -
zaba la legitimidad de sus barbaridades.
Ya consumasteis la incomparable obra de vuestra
unión, ya no co no céis más se ñor y más due ño que vo so -
tros mismos.
Ya sois felices en una palabra eternamente.
Aho ra pues no os alu ci neis; no ha gáis caso de los
te mo res con que al gu nos fe men ti dos pro cu ran de sa -
len tar los; no os aco bar den las su ges tio nes que los des -
naturalizados van urdiendo por envidia, y porque os
quieren siempre esclavos.
Ve lad so bre es tos, y arran cad sus ca be zas de jan do
re ga das sus bar bas de san gre, siem pre que in sis tan
en per ju di car con los ti ros de su ma le di cen cia la se gu -
ri dad per pe tua de nuestra causa.
Va lien tes ge ne ra les: Con ti nuan -
do con vuestra vigilancia y entusias -
mo, y sin de ja ros per ver tir de las
ame na zas y sin preo cu pa ros con el
ger men de la dis cor dia. To dos sois
uno e igua les y os re co no ce mos por
vuestros libertadores.
Con gre so sa bio que aca báis de
ser ele gi do y pro cla ma do por un pue -
blo en los fer vo res de un arre ba to jui -
cio so, gran de, ex traor di na rio y aun
di vi no; em pe zad ya a ope rar con de -
nue do ho llan do im pe rio sa men te las
le yes bár ba ras de la Espa ña, fun -
daos solo en la ne ce si dad, en la ra -
zón y en la jus ti cia, y sean és tas el ti -
món por don de go ber néis un pue blo
que no reconoce autoridad alguna
extranjera.
Ilustre ayuntamiento: Oíd los ecos
públicos para dirigir vuestras solicitudes
con arre gle al bien pú bli co sin des -
viarnos en pretensiones extrañas, y
en sos te ner con avi lan tez el plan in fa -
me del go bier no es pa ñol; en vues tro
cuerpo tenéis miembros podridos que
se de ben cortar, sino reforman sus
costumbres.
Insen sa tos: No os per de mos de vis -
ta. Te med nues tro eno jo si no os en -
mendáis.
Cusqueños: Leales, verdaderos hijos
de la pa tria, no de sam pa réis a
vues tra ma dre que os pide ayu da para su sos tén; hoy
más que nun ca de béis ve lar y pro di gar vues tros vo tos en
su sufragio.
No en tréis en par ti dos:
Huid de toda di vi sión en que pue dan me te ros
los dís co los y al di cien tes que pro cu ran in tro du cir
en la paz de nues tros co ra zo nes la anar quía, con el
ob je to de se pul tar nos en nues tra rui na” (Re vis ta
del Archi vo his tó ri co del Cus co, Nº 6. Cusco, 1955
p. 278–279).
46 El Antoniano 125 – Marzo de 2014

Bicentenario de la rebelión del Cusco y la patria insurgente 1814–2014
José Angulo Torres, Capitán Gene
ral de las Armas de la Pa tria, or -
ganizó tres expediciones militares
para extender la revolución: la primera,
dirigida por Mateo Pumacahua
y su her ma no Vi cen te Angu -
lo, quienes marcharon hacia Arequi
pa; la se gun da, a car go del co ro -
nel José Pi ne lo y el sacer do te Ilde -
fon so de las Mu ñe cas, con di rec -
ción ha cia Puno y La Paz; y la ter ce -
ra, comandada por Mariano Hurtado
de Men do za y el sacer do te
José Ga briel Bé jar, ha cia Hua man -
ga. De bi do a la sor pre sa, las tres
expediciones iniciaron triunfantes
sus operaciones; pero la disciplina
del ejér ci to realista logró
imponerles la derrota, tras un
juicio sumario fue ejecutado en el
Cusco.
VICENTE ANGULO TORRES
Dedicado a los trabajos agrícolas
en te rre nos que ob tu vo de su
hermano José, pareciera que contaba
con excelentes vínculos con
la igle sia, de ahí que lo gra ría prés ta -
mos del Con ven to de San to Do -
min go y tam bién del Con ven to de
Santa Catalina de Siena.
La práctica bélica de Vicente debió
ha ber se ini cia do en 1812,
años en que in gre só al ejér ci to
para lu char con tras las fuer zas rio -
platenses; posteriormente se enroló
a la re vo lu ción que agi ta ban los
pa trio tas y en los cua les in ter ve -
nían sus her ma nos José y Ma ria no.
Denunciado fue apresado pero
lue go de una fian za sa lió en li ber -
tad bajo fian za, con la re vo lu ción
su participación fue activa como
Brigadier secundando al Brigadier
indígena Mateo Pumacahua, quienes
en Apacheta triunfaron sobre
las fuer zas di ri gi das por el Inten den -
te José Ga briel Mos co so y el Ma ris -
cal Francisco Picoaga. Luego de
ocu par la ciu dad de Are qui pa se in -
tentó organizar un gobierno local
en armonía con una postura fidelista,
pero pron to fue pre ci so dis po -
ner la re ti ra da de bi do a la apro xi -
mación del ejército realista que
conducía el general Ramírez. En la
ba ta lla de Uma chi ri el 11y 12 de
mar zo de 1815 fue apresado y
conducido al Cusco, donde siguió
el mismo camino de sus
hermanos Mariano y José,
ofrendando su vida por la Patria.
MARIANO ANGULO
TORRES
Fue un tiempo Subdelegado
del Par ti do de Aban cay, lue go ejer -
ció el co mer cio en el Cus co, to -
man do a su car go la con duc ción
del fundo Simataucca, en Chinchero
que le ce dió me dian te un cen -
so. Durante la revolución promovida
dirigida por sus hermanos José
y Vicente, asumió la Comandancia
del Cuar tel Ge ne ral del Cus co,
con grado de Coronel. Dirigió el
asal to a la casa del tam bién co ro -
nel Do min go Luis Aste te el 30 de
no viem bre del mis mo año, miem -
bro de la Jun ta cons ti tui da en ton -
ces; así mis mo, al fren te de fuer zas
re vo lu cio na rias se di ri gió ha cia
Abancay tomando dicha ciudad el
15 de fe bre ro de 1815, su ex pe di -
ción continuó hacia Andahuaylas,
donde los vecinos y milicianos del
Talavera la Reina lo apresaron en -
vian do al Cus co. Don de se le si -
guió un pro ce so sumario, al igual
que sus hermanos, junto a ellos
fueron ejecutados en la plaza de la
ciudad el 29 de mayo de 1815.
JUAN ANGULO TORRES
Cur só sus es tu dios en el Se mi -
na rio de San Anto nio Abad, des -
pués sir vió a las pa rro quias de Be -
lén y San tia go, y fue ecó no mo en
las doc tri nas de Alca y Quia ca.
Con sa gra do como pres bí te ro
fue destinado a la parroquia de
Pam pa mar ca, pos te rior men te al
cu ra to de La res, cuan do se ini ció
en el Cus co el mo vi mien to re vo -
lu cio na rio pro mo vi do por sus
her ma nos; en ta les con di cio nes
se tras la dó in me dia ta men te a su
ciudad natal para acompañarlos,
y al lado de José ac tuó sin os ten ta -
cio nes, a él se pue de atri buir la re -
dac ción de los do cu men tos au to -
ri za dos con la fir ma del Ca pi tán
Ge ne ral de las Armas de la Pa tria.
Al ser ejecutados sus hermanos,
fue pues to en pri sión. Se le ini ció
un jui cio, pero sus jue ces se li mi -
ta ron a to mar le de cla ra ción y no
for mu la ron con tra él una acu sa -
ción for mal, ex cep to por el aban -
do no su pa rro quia. Fue con de na -
do a un año de ejer ci cios es pi ri -
tua les en la ciu dad de Tru ji llo, y a
pa gar una mul ta de 2.000 pe sos.
No obs tan te, dis pu so el ge ne ral
Juan Ra mí rez, que fue se en via do
a Lima don de el vi rrey Abascal lo
embarcó con rumbo a España.
En Cádiz fue recluido en el
castillo de San Sebastián,
posteriormente trasladado a
Madrid donde fue encarcelado.
MATEO GARCÍA
PUMACAHUA
CHIHUANTITO 15 :
ENTRE LA OBSECUENCIA
HISPANA Y LA
ASCENDENCIA REAL
INDÍGENA
Nacido en Chinchero 1740, heredando
el cargo de cacique de
Chinchero, Maras, Guayllabamba,
Umasbamba y Sequecancha, fue
un militar y funcionario indígena
del Vi rrei na to del Perú que a fren -
te de mi li cias per si guió a Tú pac
Amaru durante su rebelión de
1780 y 1781, ac cio nes so bre las
cuales gestionó mercedes ante la
corona.
15 En el Po der que otor ga Ma teo Pu ma cahua al Mar qués de Sa li nas para ges tio nar mer ce des del Rey (Cus co, 30 de se tiem bre de 1781), se
presenta como “ Mateo Pumacahua, Inca, Cacique principal y gobernador de la Doctrina de nuestra señora de Moserrate de Chinchero
[…], se ñor de la Real Me da lla y Capitán del Ejército en Guerra viva”.
El Antoniano 125 – Marzo de 2014 47

Oscar Paredes Pando
Solicitud de Mateo Pumacahua reclamando
mercedes. (Cusco, 21 de marzo de 1800)
“Dn. Mateo Pumacahua, Coronel de Milicias, y Capitán
de Ejér ci to por S.M. (que Dios guar de) en la más
bas tan te for ma de haya lu gar de de re cho ante V.A.
parezco y digo:
[…] mi con duc ta, amor al Rey, y al Pú bli co se gún to -
dos de cla man por ser no to rios mis ser vi cios en la pa sa da
turbación en la cual acrisolé mi fidelidad levantando
Bandera por nuestro amabilísimo Monarca luego que
tuve noticia del atrevido levantamiento que promovió el
insurgente José Gabriel, asociado de Diego Cristóbal
Con dorc can ques fin gi dos Tú pac Amaos, y otros sus alia -
dos que vinieron arrasando a todos los habitadores de
las provincias convecinas del partido de Tinta, y Quispican
chis, has ta el pue blo de Cal ca […], ya aquí fue don -
de di prin ci pio a mis fa ti gas de mi pro pia y es pon tá nea
vo lun tad que fue el vein te de di ciem bre de mil se te cien -
tos y ochen ta obli ga do del celo de la San ta fe Ca tó li ca,
de mi amor al Rey nues tro Se ñor, y la ca ri dad y be ne vo -
len cia de la Pa tria y dis pu se toda mi gen te […] pre vi -
nien do las ven ta jas que se les se gui rían en no dar cré di to
al alucinado traidor, y después de persuadirles por todos
términos esto propio y cuando meditó la prudencia mandé
fi jar hor cas pú bli cas para ate rrar les […]. No bien
concluí con estas fatigas me conduje a las inmediaciones
de esta ciu dad a la caja de agua y tér mi nos del ce -
rro de Pic cho cuan do el vil Con dor can qui intentó poseer
esta ciudad, y allí estuve en su socorro con mi gente
[…], caminé con mi gente hasta la Villa de Puno,
Obispado de la Paz, con igual suerte y victoria.
[…] Yo no as pi ra ría a más pre mio, pues todo cuan to
hice y hago es jus to y muy de bi do al Mo nar ca […]
Por tan to: A V.A. pido y su pli co que ha bien do por pre -
sentado los adjuntos documentos y certificaciones de mi
re fe ren cia, para que a su tiem po se me de vuel van pro -
vea y man de como en ésta se con tie ne ha cien do el in for -
me que so li ci to en los tér mi nos más con for mes que será
justicia […]. Fdo. Mateo Pumacahua”.
Por el prestigio logrado entre la descendencia inka,
tam bién fue ele gi do Alfé rez Real de Indios No bles del
Cuzco, su obsecuencia a la monarquía española
continuaba:
Mateo Pumacahua
Ofreciéndose a intervenir contra la
conspiración de Aguilar y Ubalde
(Cusco, 11 de marzo de 1806)
M.P.S.
El Co ro nel don Ma teo Pu ma cahua ante V.A. con mi
mayor rendimiento parezco y dirijo:
Que hay ciertos acontecimientos que forman épo -
cas para las eda des ve ni de ras; y ca pi tu lan do por tal
la in su rrec ción me di ta da por Ga briel de Agui lar y José
Ma nuel Ubal de, de seo trans mi tir a mi pos te ri dad, la
fi de li dad cons tan te a mi Mo nar ca y mi vo lun ta rio ofre -
ci mien to al M.I.S.P. para que des ti na se, si me crea
útil i pro por cio ne oca sión de ha cer ser vi cios efec ti vos
gra cio sos e indotados al amable Soberano que nos
rige V.E. […].
Más tarde por lealtad al régimen colonial obtuvo el
rango militar de coronel de infantería española, rango
otor ga do por el Vi rrey Abas cal el 25 de ju lio de 1811;
asimismo el de Brigadier 16 .
Título de Brigadier de Infantería otorgado a
Pumacahua por el Rey Fernando Séptimo (Cádiz,
11 de diciembre de 1811)
Don Fer nan do Sép ti mo por la gra cia de Dios Rey de
Cas ti lla […]. Por cuan to aten dien do a los ser vi cios y mé -
ri tos de vos el co ro nel de Ejér ci to don Ma teo Pu ma -
cahua […] os eli jo y nom bro Bri ga dier de Infan te ría de
mis ejér ci tos […] Y que el Inten den te de la Pro vin cia del
ejército, de quien perteneciere, dé la orden necesaria
para que se tome ra zón de este tí tu lo en la con ta du ría
prin ci pal, don de se os for ma rá asien to con el suel do de
dos cien tos es cu dos de ve llón […]. Dado en Cá diz, once
de Di ciem bre de mil ochocientos once. Yo el Rey.
Gabriel Ciscar. Presidente”.
Como militar de los ejércitos reales hispanos partici
pó en 1811 como par te de la cam pa ña en el Alto
Perú del Bri ga dier Go ye ne che. En 1813, sien do in te -
gran te de la Real Au dien cia del Cus co, de la que ha bía
llegado a ser Presidente interino en 1807, tuvo noticia
de la Cons ti tu ción li be ral es pa ño la de 1812 y de
las mu chas “Leyes de Indias” que no se aplicaban.
Bajo aque llas con di cio nes y en edad ya avan za da
edad se unió en ton ces a otros lí de res in dí ge nas des -
contentos y a criollos liberales demandando la vigencia
de la Car ta es pa ño la de 1812. Jun to con José
Angu lo, al co ro nel Do min go Luis Aste te y el te nien te
co ro nel Juan To más Mos co so, for mó en el Cus co, el
3 de agos to de 1814, una Jun ta de Go bier no se gún
di cha Cons ti tu ción y llamó al pueblo a ponerla en
vigencia por las armas.
Participó en la expedición hacia Arequipa, luego en
la histórica batalla de Umachiri donde los patriotas sufrie
ron una aplastante derrota.
16 Muchas veces olvidamos que las instituciones militares son factores permanentes de poder, como tal sus miembros están vinculados a las estructuras
políticas y regímenes de turno, de ahí que muchos militares de tiempos de la independencia política sirvieron primero al colonialismo
es pa ñol, lue go “pa sa rían a la cau sa pa trió ti ca”. Tal vez Pu ma cahua fue el ejem plo que aquel “tran si to”, se gui do dé ca das des pués por José
de la Mar, Anto nio Gu tié rrez de La Fuen te, Agus tín Ga ma rra, José Luis de Orbe go so, Andrés San ta Cruz, Fran cis co Vi dal, Ma nuel Igna cio de
Vi van co e in clu si ve Ra món Cas ti lla. Aque lla concluiría de algún modo con el nacimiento del civilismo de Manuel Pardo, a partir de 1872.
48 El Antoniano 125 – Marzo de 2014

Bicentenario de la rebelión del Cusco y la patria insurgente 1814–2014
Declaración del prisionero
Mateo Pumacahua (Sicuani, 17
de marzo de 1815)
“En el cuar tel de Si cua ni a los
diez y sie te días del mes de mar zo
de mil ocho cien tos quin ce años; yo
el au di tor de gue rra, a mé ri to de la
orden verbal del señor general en
Jefe don Juan Ra mí rez, ma ris cal
de cam po de los rea les ejér ci tos,
pasé a la pri sión don de exis tí el in -
sur gen te cau di llo Ma teo Pu ma -
cahua, a efec to de to mar le su de -
cla ra ción en or den a los he chos cri -
mi no sos de la insurrección de la
capital del Cusco […]
Pre gun ta do: ¿Quié nes han
sido los cau di llos que han fo men -
ta do la in su rrec ción en aque lla
ca pi tal idean do y co bran do, y
cuá les eran sus in ten cio nes?
—Dijo: que los prin ci pa les cau di -
llos de la ci ta da in su rrec ción fue -
ron en pri mer lu gar José Angu lo, y
un tal Pra do a que si guie ron Ma -
ria no y Vi cen te Angu lo […]. Que
a esta in ten ción se ha de cla ra do
de vo to todo el ve cin da rio del Cus -
co, sin ex cep ción de ca rác ter,
con di ción, sexo ni edad, que le
es im po si ble designar
particularmente por su número
vecindario.
Preguntado: ¿Quien mandó la
de ca pi ta ción del se ñor Pi coa ga y
del in ten den te Mos co, por qué mo -
tivos? Dijo: Que la decapitación de
es tos in di vi duos fue man da da por
José y Mariano Angulo […]
Preguntado: ¿Si algún individuo,
ma yor men te los Angu los que rían
co ro nar se usur pan do los sa gra dos
de re chos de nues tro mo nar ca,
cuál de ellos fue y que en esta par -
te absuelva con pureza y legalidad
directamente? —Dijo: Que jamás
notó en esta par te, cosa al gu na,
sólo sí el de ha ber se he cho pro cla -
mar Ca pi tán Ge ne ral el uno de
ellos, cual es José responde.
Pre gun ta do: ¿Dón de exis ten
sus cau da les, y qué bie nes son los
que a pre tex to de em bar go ha
apro ve cha do? —Dijo: que los tie -
ne el Cus co, exis ten tes en po der
de su mu jer doña Ma ría Loai za, y
que to dos ellos los tie nen re par ti -
dos por tes ta men to que poco a lo
hizo, juz gan do siempre morir en la
guerra […]
Preguntado: ¿Qué gente tiene
en Apu rí mac, con qué ar mas y
quienes están de mandones impidien
do el trán si to de las tro pas del
Rey que se di ri gen a Lima? —Dijo:
Que se ha lla de co man dan te un
tal Men do za por te ño, un tal Ma -
teo Gon za les, que tie ne cien hom -
bres de fu sil con cua tro o cin co pie -
zas de ca ñón, res pon de […]. (Re -
vis ta del Archi vo Histórico del
Cusco, Nº 7. Cuzco, 1956).
Ma teo Pu ma cahua, fi nal men -
te fue sen ten cia do a mo rir de ca -
pi ta do, pena que se cum plió en
Si cua ni el 17 de marzo de
1815.
EL POETA Y HÉROE DE
UMACHIRI: MARIANO
MELGAR VALDIVIESO.
Na ci do en Are qui pa en 1790,
es tu dian do en el Se mi na rio de
San Ge ró ni mo, ena mo ra do de
Ma nue li ta Pa re des, em pie za a es -
cri bir los pri me ros ya ra víes, lle -
nos de pena y nos tal gia, lue go,
co no ce a Ma ría San tos Co rra les,
la “Sil via” de sus eter nas poe sías
de quien sus pa dres lo ale jan con
el pre tex to que es tu die ju ris pru -
den cia en Lima, allí en 1811 co -
no ce la vena ora to ria de Ba quí ja -
no y Carrillo y se entusiasma por
las ideas revolucionarias.
Re tor na a su tie rra, pero es re -
cha za do por “Sil via”, en el va lle
del Majes compone yaravíes, hasta
que toma la de ci sión de uni ver -
so a la causa revolucionaria que
ha bía na ci do en el Cus co, in cor -
po rán do se a las tro pas li ber ta -
rias. Los ya ra víes del poe ta re vo -
lu cio na rio es una mez cla en tre el
amos de su vida sea Ma nue li ta o
El Antoniano 125 – Marzo de 2014 49

Oscar Paredes Pando
Ma ría y la des di cha de su pueblo. Así el Yaraví II, a la
letra dice:
¿Con que al fin ti ra no due ño, tan to amor, amo res tan tos,
Tantas fatigas,
No han con se gui do en tu pe cho más pre mio que un
duro gol pe de ti ra nía?
Tú me in ti mas que no te amé, di cien do que no me quie res
Ay, vida mía, y que una ley tan ti ra na, ten ga de ob ser -
var perdiendo,
Mi triste vida. Yo procuraré olvidarte
Y mo ri ré bajo el peso de mis des di chas.
Pero no pien ses que el cie lo deje de
hacerte sentir sus justas iras.
Muer to yo tú llo ra rás el error de ha -
ber per di do un alma fina.
En la ba ta lla de las frías pam pas
de Uma chi ri el poe ta par ti ci pa
de la ac ción bé li ca, di ri ge la ar ti lle -
ría, al ver que sus sol da dos iban
mu rien do, per so nal men te ma ne -
ja los po cos co ño nes, has ta que
cae pri sio ne ro ante los sol da dos
de Ra mí rez. Poe ta. Mú si co, pin -
tor, gue rre ro, as tró no mo, mís ti -
co y so bre todo, pa trio ta, Ma ria -
no Mel gar Val di vie so, se re no, es -
toi co, gran de, afron tó el in jus to
pro ce so su ma rio que se le ins tau -
ró allí mis mo en el cam po de ba -
ta lla, fue fu si la do en el 12 de mar -
zo de 1815. Gloria a aquellos
que creen y luchan por el amor y
la libertad.
LOS ACONTECIMIENTOS DE
LA REBELIÓN DEL CUSCO
Los acon te ci mien tos his tó ri -
cos no son he chos ais la dos o for -
tui tos, se en mar can den tro de la
di ná mi ca de pro ce sos so cia les, y
cuan do es tas se agu di zan “es ta -
llan”, de ahí que es im por tan te te -
ner una lec tu ra algo más com ple -
ta e in te gral; las ex pre sio nes “es -
truc tu ras”, “con tex tos” e in clu si ve “co yun tu ra”
pue den ayu dar a en ten der me jor ta les acon te ci -
mien tos como fe nó me nos so cia les y eco nó mi -
cos a lar go pla zo, así mis mo, las con di cio nes de
vida de las poblaciones juegan un rol muy
importante en los cambios.
A los her ma nos Angu lo, no se les ocu rrió por -
que sí asal tar el cuar tel mi li tar del Cus co, como ocu -
rri do el 3 de agos to de 1814, fue, el re sul ta do de la
“Juraron
solemnemente la
independencia en
la ciudad del
Cusco el 7 de
agosto de 1814
en el
Ayuntamiento.
Mateo
Pumacahua,
públicamente lo
hizo en los
siguientes
términos: “Juro
por Dios nuestro
señor y los santos
evangelios,
defender la
religión, la patria,
los derechos de
la nación y el
privilegio
individual.”
agi ta ción po lí ti ca que se ve nía dan do des de tiem po
atrás, y has ta que un gru po de pa trio tas tomó por
asal to el cuar tel y puso en li ber tad a sus di ri gen tes
que habían sido detenidos.
Di ri gi do por los her ma nos Angu lo y el bri ga dier
Mateo García Pumacahua, el alzamiento, por sus
objetivos y características nacionalistas, constituyó
el cuar to in ten to por re con quis tar nues tra so be ra -
nía, para el efec to ju ra ron so lem ne men te la in de -
pen den cia en la ciu dad del Cus co
el 7 de agos to de 1814 en el Ayun -
ta mien to. Ma teo Pu ma cahua,
públicamente lo hizo en los
siguientes términos:
“Juro por Dios nues tro se ñor y los
santos evangelios, defender la reli -
gión, la pa tria, los de re chos de la na -
ción y el pri vi le gio individual”.
Al día si guien te, el Ca pi tán Ge -
ne ral y Go ber na dor Po lí ti co, don
José Angu lo, po nien do la mano de -
recha sobre los santos evangelios,
juró so lem ne men te: “Amar y de -
fen der la Pa tria”.
El rito de paso para la cons truc -
ción y el ejer ci cio de nue vo po der
po lí ti co se ha bía con su ma do, ha -
bía que di se ñar la es tra te gia, para
el efec to se or ga ni za ron tres di vi -
sio nes. La pri me ra con 500 fu si le -
ros y 8 pie zas de Arti lle ría; la se gun -
da con 300 fu si le ros y 4 ca ño nes,
que en ene ro de 1815 au men tó a
800 fu si le ros, 18 ca ño nes y 2 cu le -
bri nas; y la ter ce ra con 500 fu si le -
ros y 37 pie zas de Arti lle ría; ade -
más cada una de es tas di vi sio nes
con ta ba con el apo yo de cientos
de voluntarios, armados de
hondas, palos y macanas.
La es tra te gia era sim ple. De -
bían pro du cir se si mul tá nea men te
los ata ques en Cus co, en Lima, y
el Alto Perú; una se gun da fase era
el lan za mien to de ex pe di cio nes si mul tá neas a Are -
qui pa y La Paz. La ter ce ra fase fue ata car al ejér ci to
rea lis ta de Pe zue la que se en con tra ba en el Alto
Perú; esta ac ción de bía lle var se a cabo con ayu da
de los bo nae ren ses, fi nal men te es ta ba pre vis ta la
mar cha so bre Lima para ven cer di rec ta men te a
Abas cal en su bas tión rea lis ta. A con ti nua ción al gu -
nos alcances básicos sobre aquellas expediciones y
acciones bélicas:
50 El Antoniano 125 – Marzo de 2014

Bicentenario de la rebelión del Cusco y la patria insurgente 1814–2014
Expedición hacia el Alto Perú
La primera expedición libertadora
del ejército peruano recién
crea do por los her ma nos Angu lo y
Pu ma cahua fue la que par tió al
Alto Perú. Esta fue la que reu nió
mayores elementos de tropa y
con varias operaciones. A mediados
de agos to de 1814, ape nas
dos semanas después del estallido
li ber ta rio se par tió bajo el man do
del Sargento Mayor José Pinelo y
el cura tucumano Ildefonso Muñecas,
el ob je ti vo fue des truir la re ta -
guardia de Pezuela para aislarlo de
su núcleo de abastecimientos. Así
pon dría a Pe zue la en tre dos fuer -
zas, por el sur con el ejér ci to bo -
nae ren se de Ron deau y por el nor -
te con su pro pia fuer za. Di cha ex -
pedición avanzó sin problemas
por el ca mi no del Co lla su yo, y ya
en el Altiplano peruano recibió refuerzos
provenientes de numerosas
milicias rurales, sobre todo de
Azángaro y Carabaya. En Puno
existía una guarnición realista de
700 efec ti vos al man do del go ber -
na dor de Puno, Ma nuel Quím per,
quien resolvió retirarse a Arequipa,
pues, en la no che del 25 de
agosto, la guarnición realista se suble
vó y se pro nun ció a fa vor de los
patriotas. De esta manera Pinelo y
Muñecas tomaron Puno sin
combatir, el 29 de agosto y
reforzaron sus filas empezando
luego el avance hacia el
Desaguadero, límite entre los
realistas.
Ocupación de
la ciudad de La Paz
El 22 de se tiem bre de 1814,
el ejér ci to pa trio ta lle gó al El
Alto de la Paz y el 24 ata có el dis -
po si ti vo rea lis ta, des pués de
una es tra ta ge ma la cual con sis -
tió en en ga ñar so bre la ver da de -
ra di rec ción de ata que y di ri gir
una frac ción de tro pas ha cia el
puen te de Las Con ce bi das.
Des pués de una de ses pe ra da
de fen sa de la guar ni ción rea lis ta
al man do del Mar qués de Val de
Ho yos, ca ye ron pre sos to dos
los oficiales y todas las
autoridades peninsulares.
Contraofensiva realista
Mientras que la primera expedición
pa trio ta es ta ba en La Paz, el
general realista Joaquín de La Pezuela,
fortificado en su cuartel de
Suipacha y en Santiago de Cotagaita,
frente al ejército bonaerense
de Rondeau resolvió su estrategia
en di vi dir su ejér ci to, una con
1,200 hom bres al man do del Ge -
ne ral Juan Ra mí rez, y otra con
aproximadamente 2,500 para hacer
fren te a Ron deau que te nía
4,000. Cabe ano tar que el ejér ci to
de Pezuela mayormente había
sido reclutado en el Cusco.
Batalla de Chacaltaya
Ra mí rez con sus tro pas ya en tre -
na das y los re fuer zos avan zó con tra
el ejército libertario al mando de Pinelo
y Muñecas, llegando a Oruro,
luego avanzó a marchas forzadas sobre
La Paz. La ac ción de ar mas se
rea li zó cer ca del Alto de La Paz y
donde Ramírez logró la victoria sobre
la base del en tre na mien to, ex pe -
rien cia mi li tar de sus tro pas y su pe rio -
ridad en armamento. Esta derrota
desde el punto de vista estratégico
fue decisiva para la continuación de
la gue rra en el Alto Perú y en el Alti -
pla no pe rua no, pues se per dió la
oportunidad de atacar a Pezuela;
bajo tales condiciones la expedición
patriota de Vicente Angulo y Pumacahua
quedaba gravemente comprometida
y expuesta a quedar aislada
en un te rri to rio hos til como era
el de la Inten den cia de Are qui pa. Pi -
ne lo con el res to de sus tro pas se re -
plegó a Desaguadero pero fue derrotado;
por su parte Muñecas hizo
lo pro pio ha cia las Yun gas, en don de
organizó y armó guerrillas que siguieron
luchando contra los realistas hasta
que fue cap tu ra do y asesinado.
La expedición y ocupación de
Huamanga
La segunda expedición patriota
en cum pli mien to de su mi sión avan -
zó so bre Hua man ga y la sie rra cen -
tral del país, pero las se rias li mi ta cio -
nes en re cur sos hu ma nos y ar ma -
mento iban a serle desfavorables.
Sólo te nían 300 fu si le ros a los que
se sumaban una pequeña milicia de
voluntarios, 4 cañones y elementos
de caballería formada por valientes
morochucos de Pampa Cangallo. La
dirección de esta columna estaba a
car go del Bri ga dier José Ga briel Bé -
jar; inicialmente las milicias realistas,
de las que era co man dan te Fer nan -
do Iba ze ta, se sub le va ron y se pa sa -
ron al ban do pa trio ta. Se ocu pó
Hua man ga el 20 de se tiem bre, ha -
bía un apo yo de aque llas po bla cio -
nes y mu chos de sus ha bi tan tes en -
grosaron las filas del ejército peruano.
El vic to rio so avan ce a Hua man -
ga y el apo yo pro ve nien te de
Huancavelica, permitieron a los
patriotas tener dominio sobre el
Camino Inca que conecta esta parte
con la capital.
Ofensiva realista y
Batalla de Huanta
Con la in for ma ción del avan ce
de la re vo lu ción, en Lima el Tri bu -
nal ero gó 50,000 pe sos para or ga -
nizar una columna especial en Talavera
la Reina, famoso batallón por
su ca pa ci dad mi li tar y más el ba ta -
llón Con cor dia al man do del Te -
niente Coronel Vicente Gonzáles,
em pren dió su mar cha so bre
Huancavelica donde recibió 100
refuerzos y marchó hasta Huanta
donde recibió el refuerzo de aquel
pue blo con 500 hom bres. La ac -
ción de ar mas duró sie te ho ras, los
patriotas estaban jefaturados por
Bé jar con el triun fo de los rea lis tas,
los patriotas tuvieron que retirarse
a Andahuay las don de se
reorganizó para seguir luchando.
Por su parte González, avanzó
hacia Huamanga y la ocupó.
El Antoniano 125 – Marzo de 2014 51

Oscar Paredes Pando
Batalla de Matará
Béjar en Andahuaylas reorganizó sus fuerzas con
voluntarios y 350 fusileros, además de honderos, así
tomó la determinación de avanzar a Huamanga con
el pro pó si to de de rro tar a las fuer zas de Gon zá lez,
quien con una tro pa más en tre na da y ar ma da sa lió a
bus car lo, el con flic to se lle vó a cabo en las al tu ras de
la hacienda Matara; en aquella oportunidad la fuerza
de cho que fue ba ta llón Ta la ve ra, y des pués de 1 hora
y media de combate los realistas se hicieron del
triunfo.
Batalla de Rucumachay
Hatuntocto y Hatunguana.Los jefes patriotas Béjar,
Mariano Angulo y Hurtado de Mendoza después de
la de rro ta otra vez se re ple ga ron a Andahuay las don -
de te nían un gran apo yo de la po bla ción, nue va men -
te iniciaron labores de reorganización del ejército. En
esas cir cuns tan cias, el 18 de fe bre ro de 1815, una
avanzada del ejército peruano compuesta de 70 fusileros,
jinetes y 400 honderos se posesionaron de las
alturas de Rucumachay, Hayuntocto y Hatunguana,
en don de fue ron ata ca dos por Gon zá les quien fue
vencido, así los patriotas recuperan Huamanga. En
aquellas circunstancias, se tuvo noticias que el general
rea lis ta Ra mí rez ha bía to ma do el Cus co, y que sus tro -
pas des pués de ocu par tam bién Aban cay mar cha ban
ha cia Huan ca ra ma. A esta no ti cia se suma la de ser -
ción y pase a fi las realistas de casi 1,300 hombres y
armamentos, todos al mando del traidor José M.
Romano. Así, terminó aquella expedición.
Expedición a Arequipa
Expedición con hombres armados de fusiles pero
la mayoría voluntarios armados con lanzas, hondas y
macanas, las piezas de artillería fabricadas en el Cusco
llamados viboranes. Iban al mando del Brigadier Mateo
Pumacahua y del General Vicente Angulo. Después
de avan zar sin nin gu na re sis ten cia por el Alti pla -
no en rum ba ron ha cia Are qui pa. Por su par te los rea lis -
tas reorganizaron la defensa de dicha ciudad al man -
do del Ma ris cal de cam po el cusqueño Francisco
Picoaga y el intendente José Gabriel Moscoso.
Batalla de Apacheta
Pi coa ga reu nió en Are qui pa jun to con el bri ga -
dier Pío Tris tán y el in ten den te Mos co so una im por -
tan te fuer za de 2,000 hom bres y sa lió a 20 ki ló me -
tros aproximadamente de esta ciudad para organi -
zar una po si ción de fen si va en la pam pa de La Apa -
che ta. Allí el 1 de no viem bre de 1814 fue de rro ta -
do por Pu ma cahua y Angu lo. Des pués de su vic to -
ria el ejér ci to pa trio ta en tró triun fal men te a Are qui -
pa y tal como lo hizo en el Cusco, proclamó la
independencia del Perú.
Histórica Batalla de Umachiri 17
Tal vez una re–eva lua ción de este acon te ci mien -
to pue da si tuar lo in clu si ve por en ci ma de las ba ta -
llas de Ju nín y Aya cu cho–Pam pas de Qui nua, pues,
en aquel en fren ta mien to bé li co lle va do a cabo el
11 y 12 de mar zo de 1815 en el dis tri to de Uma chi -
ri–Puno, par ti ci pa ron apro xi ma da men te 30 mil
hom bres en tre in dios, crio llos y mes ti zos ade más
de con ta dí si mos es pa ño les, no ha bían mer ce na -
rios es pe ran do una re com pen sa, ofren da ron sus vi -
das más de mil, to dos de ja ron de exis tir por la Pa -
tria li bre. Fue el pun to cul mi nan te de la revolución
independentista gestada desde le Cusco el 3 de
agosto de 1814.
El ejér ci to re bel de es ta ba com pues to, en su casi
totalidad, por una masa entusiasta y numerosa de
campesinos que según Pumacahua alcanzaban los
14.000 hom bres y que tes ti mo nios rea lis tas ha cen
sub ir a 20.000 pero ca ren te de ar mas e ins truc ción
mi li tar, solo en tre 500 y 800 de ellos con ta ban con
fu si les mien tras que el res to se en con tra ban ar ma -
dos de lan zas, ma ca nas, hon das y ga rro tes; mien -
tras tan to la di vi sión del Ejér ci to Real al man do de
Ra mí rez con ta ba con apro xi ma da men te 1.300 sol -
da dos del Re gi mien to 1° de Infan te ría de Lí nea del
Cuz co, ve te ra no del tea tro de gue rra en el Alto
Perú fren te a los pa trio tas ar gen ti nos, don de ha bía
com ba ti do al man do del fi na do Ma ris cal Fran cis co
Picoaga, por lo que sus oficiales y soldados se
encontraban ansiosos por vengar a su antiguo jefe.
El 10 de mar zo am bas fuer zas que da ron fren te a
frente encontrándose separadas por el río Ayaviri
que se en con tra ba cre ci do por las re cien tes llu vias,
el 11 de mar zo pa sa do el me dio día, el Bri ga dier Ra -
mí rez con du jo per so nal men te a sus sol da dos, con
los fu si les y car tu che ras so bre la nuca a tra vés del
río Lla lli, fi nal men te lo gra ron al can zar la otra ori lla,
el com ba te se dio, don de in clu si ve par ti ci pa ron
arrie ros y ra bo nas, la de sor ga ni za ción de los re bel -
des fa ci li tó el avan ce rea lis ta, fue ron cap tu ra dos Ma -
teo Pumacahua, los hermanos Vicente y Mariano
Angu lo y el jo ven poe ta Ma ria no Mel gar que os ten -
17 Son diversas las fuentes de consulta sobre el particular: Rufino Blanco–Fombona “Biblioteca Ayacucho” ;Miró Quesada Sosa Aurelio “Historia
y leyenda de Mariano Melgar: (1790–1815); Carrión Ordoñez Enrique ”Mariano Melgar"; Tauro Alberto “Diccionario enciclopédico del
Perú: ilus tra do”; Ma nuel de Odrio zo la, “Do cu men tos his tó ri cos del Perú en las épo cas del co lo nia je des pués de la conquista y de la
independencia hasta la presente”, etc.
52 El Antoniano 125 – Marzo de 2014

Bicentenario de la rebelión del Cusco y la patria insurgente 1814–2014
ta ba el car go de Au di tor de Gue -
rra; en tre el mis mo día y el si -
guien te fue ron fusilados en el
campo de batalla. Así terminó
aquella gran gesta iniciada en el
Cusco el 3 de agosto de 1814.
Reos ejecutados
Cuartel General del Cusco, 21
de abril de 1815
“El Bri ga dier de los Rea les Ejér ci tos,
Mateo García Pumacahua, Teniente
Ge ne ral Inca y Mar qués del Perú.
José Angu lo, que se ti tu ló Ca pi tán
General
Vicente Angulo, que se tituló Mariscal
de Cam po y Ge ne ral en Jefe
Mariano Angulo, General de la vanguardia
José Gabriel Béjar, Teniente General
Pedro Tudela o Dávila, Capitán
El pardo Béjar, Capitán.
Mateo Gonzales, General
Escribano, José Agustín Becerra
El porteño Hurtado de Mendoza.
(Ga ce ta del Go bier no de Lima, vier -
nes, 12 de mayo de 1815).
“Inscripción de la banda del
supuesto capitán general José
Angulo que fue ejecutado en el
Cusco” Cusco, 20 de mayo de
1815.
“En lá mi nas de oro no de bron ce
Impri me ¡oh Perú! Tu li ber tad
En que el Cus co sola su leal tad
Te puso como el mun do hoy re co no ce
Viva el valeroso restaurador de la patria
De la re li gión de fen sor y te rror de los in -
justos magistrados”.
(Ga ce ta del Go bier no de Lima.
20.05.1815).
CUSCO EN EL
BICENTENARIO DE SU
REBELIÓN
Ha blan do del “pre cio” de la re vo -
lución de 1814, Tamayo Herrera 18
escribe: “La derrota de Umachiri acarreó
para los pa trio tas la muer te, la
persecución y la venganza. Los
Angulo y Pumacahua fueron ejecutados.
Sus parciales conocieron el patíbu
lo, la pri sión o la vida clan des ti na y
la Universidad San Antonio quedó
prohibida de conferir grados […]”.
Mientras tanto, el maestro Horacio
Villanueva escribía: “en el Cusco
donde antes habían proliferado los
revolucionarios más resueltos a terminar
con el caduco régimen colonial
nun ca más se vol vió a ha blar de
independencia 19 ”.
El colonialismo español desde un
inicio buscó que entre cusqueños
de enfrentaran, aquella estrategia,
continuó con la revolución de Túpac
Ama ru, así como la de los her -
manos Angulo, indistintamente eran
reclutados por las fuerzas realistas de
los Goyoneche, Ramírez y Pezuela,
lle gan do a te ner en sus fi las a des cen -
dientes de los inkas. Posiblemente
Mateo Pumacahua representa aquella
contradicción e ironía, una
especie de crisis identitaria.
Por otra par te, al fi nal de aquel
sis te ma Cus co fue la ca pi tal del vi -
rrei na to don de La Ser na se ins ta -
ló a par tir del 29 de di ciem bre de
1821 per ma ne cien do has ta fi nes
de oc tu bre de 1824. El “Perú
Inde pen dien te” de José de San
Mar tín tra ta ba de or ga ni zar se de -
jan do al Cus co en ma nos co lo nia -
listas iniciada por Pizarro, lastimo -
sa men te la ocu pa ción de la otro -
ra ca pi tal del Gran Esta do Inka
fue te rri to rio per ma nen te men te
sitiado e invadido, hoy, los Piza -
rro y La Ser na con vier ten el pa tri -
mo nio en una mer can cía, los lu -
gares sagrados —en palabras de
Mac Auge—, son es pa cios del
ano ni ma to o de ren ta bi li dad y el
Cen tro His tó ri co, un mer ca do
exclusivo. Informa la Cámara Nacio
nal del Tu ris mo–Ca na tur, so -
bre el cre ci mien to de aque lla
actividad en 12.7% durante el
2013, obteniendo ingresos por
18 José Tamayo Herrera (2010). Historia del Cuzco Republicano, Lima 2010, pág. 29.
19 Ho ra cio Vi lla nue va Urtea ga, en pró lo go al tomo III de la C.D.I.P. “La Re vo lu ción del Cuz co de 1814”
El Antoniano 125 – Marzo de 2014 53

Oscar Paredes Pando
US$ 3,800 millones, ¿y a donde va toda aquella
ganancia?
Pa re cie ra que con Tú pac Ama ru, los her ma nos
Angu lo y Pu ma cahua han muer to los me jo res hom -
bres en una gue rra he roi ca pero in fe liz, las lu chas
continúas, hombres y mujeres ofrendan sus vidas,
cada vez la me mo ria co lec ti va se di lu ye, hace cin -
cuen ta años per dió la vida aquel sin di ca lis ta Emi lia -
no Huamantica, nadie se acordó, décadas des -
pués, otro di ri gen te como Huill ca tam bién fue ase -
si na do; son co mu nes las muer tes
de va ro nes y mu je res cuan do de -
fien des sus tie rras de la vo ra ci dad
de las empresas mineras, aunque
cien tos de ellos se ven obli ga dos a
ven der sus pro pie da des, aban do -
nan sus co mu ni da des e in gre san en
el mer ca do como con su mi do res
mar gi na les del que se rán ex pul sa -
dos en un tiem po más; la Fe de ra -
ción De par ta men tal de Tra ba ja do -
res del Cus co —FDTC, las ti mo sa -
men te se hipotecó al régimen de
turno, su dirigencia burocratizada
perdió el rumbo que la historia le
había señalado.
Se gún Chau nu 20 al fi na li zar el
si glo XVII, el Cus co re pre sen ta -
ba el 4% de la eco no mía co lo nial
y el 9% de la po bla ción, esa fue
la si tua ción de la “Ca be za de los
Rei nos del Perú”. Hoy en el bi -
cen te na rio de nues tra re be lión e
in de pen den cia, el Cus co con tri -
bu ye con el 2.9% al Va lor Agre ga -
do Bru to Na cio nal (Cen tro de
Inves ti ga ción Empre sa rial de
Perú cá ma ras). Las gran des em -
pre sas hi dro car bu rí fe ras y, mi ne -
ras tri bu tan en Lima; así so mos la
oc ta va eco no mía a ni vel na cio nal
e iró ni ca men te el pri mer des ti no
tu rís ti co. Entre nues tras ac ti vi da -
des pre do mi na la mi ne ría (20.1%) se gui da de
la cons truc ción: 17.1%; otros Ser vi cios:
12.4%; co mer cio: 11.5%; Agricultura, Caza y
Silvicultura: 10.3%; finalmente Restaurantes y
Hoteles: 6.2%.
Entre 1950 al 2013 la dis tri bu ción por sec to res de
la eco no mía fue la si guien te:
Sectores/ año: 1950 1975 2013
Primario 19.1 10.7 14.4
Secundario 19.3 25.6 26.0
Terciario 63.7 63.7 59.6
Fuente. BCRP/El Comercio, 09.10.13
No siempre esta situación fue tal, según Maximiliano
Moscoso 21 en el Cus co vi rrei nal ha bía 18 obra jes y 24
chorrillos, la industria textil había alcanzado su apogeo en
el si glo XVII y los dos ter cios del si -
glo XVIII. De ma ne ra que fue toda
una actividad industrial cuyo mercado
llegaba hasta las regiones mineras
de Po to sí; para Fé lix De ne gri 22 ,
cincuenta mil familias mil familias manufacturaban
tocuyos, bayetas, bayeto
nes y otras te las de gran con su -
mo, la Inde pen den cia de las “co -
rrientes libertadoras” de San Martín
y Bolívar facilitaron la invasión
masiva de las telas inglesas y así
empezó el colapso de aquel sector
de la economía.
¿Có mo ne gar a nues tros acree -
do res si cuan do na cía mos como Re -
pública nos auxiliaron con millón y
medio de libras esterlinas para pagar
los servicios de los mercenarios que
ve nían del sur y del nor te con el
discurso de la libertad?
El libre comercio fundamental
para el crecimiento del capitalismo,
liquidó a aquellas industrias, con
toda ra zón Uriel Gar cía 23 señalaba
sobre los favorecidos por la emancipación,
señalando a los comerciantes
que negociaban mercaderías de
ori gen ex tran je ro; por su por su par -
te Flores Galindo 24 , demostró con
mu chos da tos la inun da ción de te ji -
dos ex tran je ros a tra vés del puer to
de Islay y con des ti no al Cus co, tal
vez aquel huay no aya cu cha no “Maldito vapor brillante”
sea la radiografía de aquella situación.
Así mis mo se pue de leer en el do cu men to anó ni mo
de 1848 “El Cuz co y sus pro vin cias”: “la an ti gua ca pi tal
de los Incas yace hoy tris te y aba ti da en me dio de rui nas
“La derrota de
Umachiri
acarreó para los
patriotas la
muerte, la
persecución y la
venganza. Los
Angulo y
Pumacahua
fueron
ejecutados. Sus
parciales
conocieron el
patíbulo, la
prisión o la vida
clandestina y la
Universidad San
Antonio quedó
prohibida de
conferir grados.”
20 Pie rre Chau nu. Pró lo go al li bro de Mi che le Co lin: “Le Cuz co a la fin du XVIIe et au de but XVIII siecle.
21 Maximiliano Moscoso Sánchez. “Apuntes para la historia de la industria textil en el Cusco colonial”. Revista Universitaria. UNSAAC.
22 Fé lix De ne gri Luna. “No tas al Dia rio del via je del Pre si den te Orbe go so al Sur del Perú de José Ma ria Blan do, tomo II.
23 José Uriel García. “La visita de Bolivar al Cusco en Testimonios Peruanos sobre el Libertador. Caracas 1964.
24 Alber to Flo res Ga lin do. “Are qui pa y el Sur Andi no”, si glos XVIII–XX.
54 El Antoniano 125 – Marzo de 2014

Bicentenario de la rebelión del Cusco y la patria insurgente 1814–2014
de su pasada grandeza ofreciendo
un espectáculo lastimoso e impotente.
Faltando el principio que establece
la obli ga ción de pro te ger por to -
dos los me dios po si bles la in dus tria
na cio nal, se le ha dado el úl ti mo gol -
pe, facilitando la introducción de los
efectos extranjeros que se elaboraban
en el Cuz co. De ese modo han
arruinado sus fábricas de tocuyo y
paños burdos. Sólo se procura
aumentar las rentas de las aduanas”.
La li te ra tu ra re gio nal de Nar ci -
so Arés te gui, tam bién nos ayu da
a en ten der aque lla si tua ción de
cri sis, así uno de los per so na jes
de la no ve la el “Padre Oran”
dice:
“Muy bien nos iba al prin ci pio de
nuestro matrimonio. Tejía tocuyos.
Ahí es tán los te la res que [hoy] sólo
sir ven para que so bre ellos duer -
man las ga lli nas. Cuan do yo te jía en
aquellos telarillos, la vara de tocuyo
va lía cuan do más ba ra to dos rea les y
me dio. Aho ra hay abun dan cia de to -
cu yo in glés a real y cuar ti llo. Ape nas
po día sa car el cos to de los ma te ria -
les. Aho ra tejo fra za das y, sin em bar -
go, ya han em pe za do a en viar nos
esos ex tran je ros, que Dios con fun -
da, frazadas de diferentes clases.
Dios quie ra que no su ce da con lo
del tocuyo. Entonces. Pobres nosotros.
Protección, protección… ¿No
se po dría alen tar la in dus tria de to cu -
yos del Cuz co prohi bien do la
entrada de esos tocuyos de los
extranjeros?, se preguntaba aquel
personaje.
Obvia men te no te nía por qué en -
ten der la ló gi ca de aquel sis te ma
para el que sólo exis ten mer ca dos,
ig no ra a los Esta dos–na ción, sus ob -
je ti vos no tie nen lí mi tes, se ser ne ce -
saria las guerras propicia conflictos
bé li cos como lo hizo en el Pa cí fi co
Sur en tre nues tro país y Chi le, todo
por el ne go cio del sa li tre, hoy, son
los hidrocarburos, minerales, bosques
y lo peor nues tra bio di ver si dad
andino–amazónica, tal vez en unos
años importemos quinua, fibra de
alpaca, etc.
Es muy extraña aquella lógica de
la economía regional del Cusco, relativamente
estudiada, pues en 1861
se instala la fábrica de tejidos Lucre
de Fran cis co Gar men dia, hoy en sus
instalaciones funciona un modesto
restaurant; después vendrían las fábri
cas de Huás car, Estre lla, etc., de
las que no que dan ni hue llas, hay
una que “sobrevive” en Maranganí –
Chectuyoq, sin mayor trascendencia
ni si quie ra en la eco no mía local.
¿De aquella estructura productiva
que nos queda?
Políticamente la región ha contribui
do al país con tres Pre si den tes de
la República, los tres antonianos: Serapio
Calderón, José Luis Bustamante
i Ribero, y Valentín Paniagua, también
con algunos ministros e incontables
parlamentarios, muchos de
ellos algo así como “hua lay chos au -
toinvisibilizados”; a muchos grandes
oradores de plazuela el hemiciclo
los aplas tó, otros lle ga ron a de mos -
trar su limitada cultura general a pesar
que pasaron por aulas universitarias
ostentando orgullosamente grados
y tí tu los, como aquellas prácticas
son rentables los veremos
nuevamente en las lides electorales.
Gobernantes regionales y locales
—con honrosas excepciones—, están
comprometidos en actos de corrupción,
encarcelados o prófugos,
otros con procesos judiciales en marcha.
Aque llos nie gan que la esen cia
fundamental de la política es la ética;
en unos me ses más asis ti re mos a la
campaña electoral, obviamente tendre
mos al fren te de ce nas de can di -
datos de mucha trayectoria y experiencia
por haber “militado” en diversas
organizaciones, en la jerga criolla
son los “saltapericos”, desde luego,
ya exis ten ma los ejem plos como
aquel “comunista” que terminó de
asesor del fujimorismo y que hoy
promociona capitales chinos. Es esa
la antipolítica, no la política del que
nos hablaba Aristóteles y en los
últimos tiempos Bobbio, Sartori y
otros politólogos a quienes
debemos leer.
Se ha perdido la perspectiva del
desarrollo regional, se “trabaja” en
función del corto plazo, olvidando
que los de sa cier tos del hoy com pro -
me ten el me dia no y lar go pla zo, ca -
recemos de planes de desarrollo,
de programas sectoriales, de proyectos
in te gra les y den tro de ello de las
obras, no a la inversa.
Aún no se en tien de que te ne -
mos tres gran des op cio nes para
nuestro desarrollo, el patrimonio cultu
ral que debe ser ges tio na do re gio -
nal y sosteniblemente, teniendo presen
te que es un ca pi tal fijo y so cial a
la vez; las áreas naturales protegidas
y los cultivos andinos; finalmente lo
minero–energético, no se debe olvidar
que cuen ca más im por tan te de
la Ama zo nía como es el Ma dei ra,
nace es nues tra re gión, por algo los
Inkas in gre sa ron a tra vés del Eori
—Amarumayu para los andinos—
y el Manuena logrando que algunas
poblaciones étnicas del bosque tropical
asumirán roles de mitmaqkunas;
en es tos tiem pos con in gen tes in ver -
sio nes y tec no lo gía de punta hemos
fracasado al imponer colonizaciones
con andinos de distinta racionalidad.
A todo lo se ña la do se suma en
estos tiempos aquella valiosa infraestructura
económica altamente
es tra té gi ca como es la que vie -
ne a ser la carretera interoceánica
25 que nos apro xi ma a un país de
más de dos cien tos mi llo nes de ha -
bitantes y séptima economía del
mun do como es el Bra sil, país don -
de el conocimiento científico, tecnológico
y humanístico tiene un lugar
es pe cial y es el so por te de su
desarrollo. Han terminado aquellos
tiem pos cuan do Squier es cri -
bía: “En Lima mu cho me nos se
25 El estudio inicial dentro de la proyecto de desarrollo integral macroregional del Surperuano, nos correspondió dirigir aún entre 1982–1983,
dada nuestra condición de funcionario del ex Instituto Nacional de Planificación, cuyo resultado se encuentra en tres tomos.
El Antoniano 125 – Marzo de 2014 55

Oscar Paredes Pando
sabe del Cuz co que de Ber lín, por un li me ño que ha
lle ga do al Cuz co cien han vi si ta do Pa rís. El via je de
Lima a Nue va York se hace en me nos tiem po y con la
cuar ta parte de incomodidades de un viaje de Lima a
la altiva pero aislada ciudad de la Sierra”.
Hoy es posible desde el Cusco transportar pasajeros
y mer ca de rías has ta la ciu dad más po bla da de Sud -
amé ri ca como es Sao Pau lo —que a la vez cuen ta
con el mayor parque industrial del continente—, en
unos días; increíblemente seguimos importando
vehícu los des de Sao Pau lo por la ruta San tos – Pa na -
má – Callao, recorriendo casi veinte mil kilómetros
en lugar de utilizar la interoceánica a través de 3,800
kilómetros.
Para bien del de sa rro llo que dó para la his to ria la
despedida con el kacharpari en el chachacomo de la
ac tual ave ni da de la Cul tu ra, o en “El Arco”, don de al
via je ro se le de cía “adiós, adiós para siem pre aun que
siempre te recordaré”. Hoy el sistema de transporte
nos vincula al mundo, las subjetividades de las
despedidas quedaron atrás.
La interoceánica tal cual concebimos a inicios del
año ochen ta no debe ser una sim ple faja trans por ta -
dora de mercancía, tiene que ser integradora, además
debe devolvernos aquel continuum Andes–Amazonía
fragmentado también hace siglos aunque durante
la bo na za de la ex plo ta ción del cau cho se tra tó de
recuperarla aquel territorio tawantinsuyano que se exten
día las ta la con fluen cia de los ríos Beni–Ma dei ra 28 ;
tam bién aquel “boon” fue efí me ro, como todo ex trac -
tivismo–mercantil: ¿Qué quedó de aquellos tiempos
de bo nan za cau che ra en tre los bos ques del Cus co y
Ma dre de Dios?, solo la cer ve ce ría fun da da por el
“arriero” Ernesto Gunther, quien ofrecía servicios de
transporte con cientos de mulas tucumanas para trasladar
la maloliente goma elástica entre los valles de
Tambopata y la estación ferroviaria de Tirapata 29 .
De aquellas bonanzas comerciales, hoy vamos in -
gre san do a la mi ne ría, cuyo efec to es la bo nan za fi nan -
ciera temporal del “canon”, situación que terminará
en al gún mo men to, y así po dría mos in gre sar en una
seria crisis por cuanto, los gobiernos regionales y locales,
además de las universidades no tienen capacidad
de inversión eficiente, los primeros debían impulsar
pro yec tos es tra té gi cos, los segundos alcanzar
conocimiento para el desarrollo.
El poeta universal César Vallejo decía “hermanos
hay mu cho que ha cer”, no so tros, como miem bros
de la academia diremos “hermanos hay mucho que
estudiar”, está bien “investigar” sobre historia de la pile
ta de la Pla za de Armas, pero hay te mas de ma yor
trascendencia, para de esa manera —en palabras de
Brau del— lo grar que pre sen te y pa sa do se acla ren
mutuamente, para entender mejor nuestros procesos
sociales, políticos y económicos, para contribuir a
sen tar las ba ses de un Proyecto Regional en la
perspectiva de su desarrollo humano.
La conmemoración del bicentenario de la rebelión
del Cusco, debe trascender el protocolo. Honremos el
sacrificio de Túpac Amaru, el sufrimiento del niño Fernandito
Túpac Amaru Bastidas, de los hermanos Angulo
y de otros hé roes anó ni mos, no es jus to que el Gran
Qosqo esté entre las cinco regiones más empobrecidas
por el sis te ma, te ne mos de re cho al allin kau say que
lastimosamente lo perdimos hace quinientos años.
REFERENCIAS
—Juan Marchena: “Ilustración y represión en el mundo andino
1780–1795:El sangriento camino al corazón de las tinieblas”
(Túpac Amaru. La Revolución Precursora de la Emancipación
Continental. Jorge Cornejo Bouroncle. UNSAAC, Facultad de
Ciencias Sociales. Editorial UNSAAC, 866 págs. Cusco, 2013).
—Fernand Braudel (1970). La Historia y las Ciencias Sociales. Alianza
Editorial, Madrid.
—Reyes Mate (2009). La Herencia del olvido. Edit. Errata Naturae.
—Pierre Nora (1984–1993), Les lieux de mémoire (Los lugares de la
memoria), París, Gallimard. The Politics of Memory by Laura
Nasrallah. Harvard Divinity Bulletin Autumn 2005 (Vol. 33, Nº 2).
Fuente citada en :Politics of memory. Aleida Assmann: Der lange
Schatten der Vergangenheit. Erinnerungskultur und Geschichtspolitik
(= Schriftenreihe der Bundeszentrale für politische Bildung 633).
Bundeszentrale für Politische Bildung, Bonn 2007; otras fuentes sobre
el particular son: Pensar el siglo XX, citado por Fernando Savater, Ética
por los suelos. La memoria que cada cual guarda de lo que ha vivido
nunca puede ser sustituida por decreto, El Correo, 5/10/2013; Eric
Hobsbawn y Terence Ranger (ed.1993) La invención de la tradición,
Crítica, ISBN 978–84–8432–350–1.
—Crozier “El fenómeno Burocrático”. UnB, Brasilia, 1988.
—José Tamayo Herrera (2010). Historia Regional del Cuzco
Republicano. Un libro sintesis, 1808–1980. Lima, 2010.
—José Tamayo Herrera (2010). Historia del Cuzco Republicano,
Lima 2010.
—Horacio Villanueva Urteaga, en prólogo al tomo III de la C.D.I.P.
“La Revolución del Cuzco de 1814”
—Pierre Chaunu. Prólogo al libro de Michele Colin: “Le Cuzco a la fin
du XVIIe et au debut XVIII siecle.
—Maximiliano Moscoso Sánchez. “Apuntes para la historia de la
industria textil en el Cusco colonial”. Revista Universitaria.
UNSAAC.
—Félix Denegri Luna. “Notas al Diario del viaje del Presidente
Orbegoso al Sur del Perú de José Maria Blando, tomo II.
—José Uriel García. “La visita de Bolivar al Cusco en Testimonios
Peruanos sobre el Libertador. Caracas 1964.
—Alberto Flores Galindo. “Arequipa y el Sur Andino”, siglos
XVIII–XX.
—Oscar Paredes Pando (2013). “Explotación del Caucho–Shiringa,
Brasil, Bolivia y Perú: Economías extractivo–mercantiles en el Alto
Acre–Madre de Dios”. USAID–ICAA. 344 págs.
28 El comercio andino posiblemente se extendía hasta el mismo Amazonas, una lectura de la primera crónica, nos referimos a Gaspar de Carva
jal (1541) con su in for ma ción de pri me ra fuen te pone en de ba te mu chos temas aún no desarrollados
29 Oscar Paredes Pando (2013). “Explotación del Caucho–Shiringa, Brasil, Bolivia y Perú: Economías extractivo–mercantiles en el Alto
Acre–Ma dre de Dios”. USAID–ICAA.344 págs.
56 El Antoniano 125 – Marzo de 2014

LA ORDEN JESUITA EN EL PERÚ Y EL CUSCO
SOCIEDAD Y ECONOMÍA EN EL SIGLO XVIII
Juan Fernando Vargas Béjar 1
RESUMEN: El po si cio na mien to de la igle -
sia en el Pe rú fue de sin gu lar im por tan cia
por que al lle gar los re li gio sos, de bie ron
es ta ble cer se de sa rro llan do di ná mi cas
que les per mi tie ra co mo pri me ra me di da
una evan ge li za ción ade cua da. La Orden
de la Com pa ñía de Je sús, úl ti ma en arri -
bar al Pe rú, no fue aje na a es te pro pó si to,
pe ro ade más tu vie ron que bus car los me -
ca nis mos su fi cien tes pa ra su sos te ni bi li -
dad, de sa rro llan do en la ha cien da un sis te -
ma efi cien te y com ple jo que vin cu la ba un
sis te ma feu dal in ter no y co mer cial ex ter -
no, lo que les per mi tió ob te ner ri que zas
y po si cio nar se co mo con gre ga ción. Tras
la ex pul sión, to das aque llas ha cien das
que ge ne ra ron gran pro duc ti vi dad tu vie -
ron que pa sar al con trol de la Real Jun ta
de Tem po ra li da des, or ga nis mo en car ga -
do de la ad mi nis tra ción o re ma te (se gún
fue ran las cir cuns tan cias) de to dos los bie -
nes de ja dos por los je sui tas. El Cus co,
par ti cu lar men te, guar da la his to ria de las
mu chas ha cien das que formaron parte de
esta investigación. Palabras Clave:
Compañía de Jesús, haciendas jesuitas,
expulsión jesuita, Junta de
Temporalidades, Cusco, Siglo XVIII.
AB STRACT: The po si tion ing of the
church in Peru was par tic u larly im por -
tant be cause when they ar rived re li -
gious, should be es tab lished to al low
them to de velop dy namic as a first step
an ap pro pri ate evangelization. The Or -
der of the So ci ety of Je sus, the last to ar -
rive to Peru, they were n’t stranger to
this pur pose, but also had to find suf fi -
cient mech a nisms for sustainability, de -
vel op ing the ha ci enda ef fi cient com plex
sys tem link ing feu dal in ter nal and com -
mer cial sys tem ex ter nal, which al lowed
them to gain wealth and po si tion as a
1 Juan Fer nan do Var gas Bé jar. Uni ver si dad Na cio nal de San Anto nio Abad del Cus co. E–mail: fer sin ho25@gmail.com
El Antoniano 125 – Marzo de 2014 59

Juan Fernando Vargas Béjar
con gre ga tion. Af ter the ex pul sion, all those highly pro duc tive
farms that gen er ated it took con trol of the Real Junta de
Temporalidades, agency man age ment or kick (as were the cir -
cum stances) of all prop erty left by the Je su its. Cusco, par tic u -
larly, keeps the story of the many farms that were part of this
re search. Keywords: So ci ety of Jesus, Jesuit haciendas, Jesuit
expulsion, Cusco, eighteenth century.
SOCIEDAD Y ECONOMÍA EN EL SIGLO
XVIII: LA ORDEN JESUITA EN EL PERÚ Y
CUSCO
Características de la Iglesia en
el Perú Virreinal
En el si glo XVIII, el pen sa -
mien to con que se ob ser va ba la
vida co ti dia na es ta ba fre cuen te -
men te vin cu la do al tipo de ac -
cio nar de la gen te, que po día
ser de dos for mas: una de ofen -
sa o una de ala ban za ha cia
Dios. De ofen sa, si la vida eco -
nó mi ca se re la cio na ba con ac ti -
vi da des de lu cro, usu ra, co mer -
cio mo no pó li co, en tre otros; lo
con tra rio, for ma ría par te de la
ala ban za a Dios, donde
predominaría la pobreza y el
desprendimiento.
Di cho acon te cer no sólo ex -
pre sa rea li dad de ese mo men -
to en fun ción a un gru po so cial,
sino que tam bién se as pi ra con
ello a ana li zar las jus ti fi ca cio nes
y a ver aque llos in te re ses de
ese gru po. Si fue así, que da aún
por sa ber qué rol jugó la Igle sia
en la cons truc ción de esa ideo -
lo gía, es de cir, la pro pia for ma
de vida eco nó mi ca que había
optado por establecer.
La Igle sia como ins ti tu ción,
pre ten día di ri gir mi nu cio sa men -
te las ocu pa cio nes tem po ra les
del ca tó li co y se po día ha blar de
“En el siglo
XVIII, el
pensamiento
con que se
observaba la
vida cotidiana
estaba
frecuentemente
vinculado al tipo
de accionar de la
gente, que podía
ser de dos
formas: una de
ofensa o una de
alabanza hacia
Dios.”
un cri te rio y un con te ni do tra di cio na les de la
doc tri na so cial ca tó li ca. Se gún Pa blo Ma ce ra,
el cris tia nis mo como re li gión re pre sen ta da, en
un tiem po y en un lu gar con cre to, fue sen si ble
a las in fluen cias de la so cie dad se cu lar. Para en -
ton ces, lo se cu lar es ta ba re fe ri do al pla no re li -
gio so.
2
Lue go de es ta ble cer se la Igle sia en el Perú,
el co mer cio fue di fí cil de eje cu tar sin cul pa,
pues se ha lla ba casi siem pre ani ma do por la co -
di cia y ade más por que dis traía al hom bre de
em pleos más al tos y sa gra dos. La mala cos tum -
bre, hizo las ve ces de Ley y, tan to el sacer do te,
el crio llo, el es pa ñol o el mes ti -
zo, se dis tra je ron de sus ocu pa -
cio nes sa gra das para au men tar
su pa tri mo nio par ti cu lar. Con tri -
bu yó a ello las obli ga cio nes que
te nían los cu ras de ad mi nis trar
los bie nes pro pios de la
parroquia o de la corta renta
que percibían muchos de ellos.
El es pí ri tu de lu cro re pu dia -
do por la Igle sia en tre los lai cos,
cons ti tuía un pro ble ma gra ví si -
mo den tro de sus pro pias fi las.
Mu chos ecle siás ti cos com pi tie -
ron al lado de los co mer cian tes
vi rrei na les en el mis mo pla no
que ellos y con las mis mas re -
glas de jue go, usua les en aquel
en ton ces. Otros ex plo ta ron las
mi nas por su cuen ta, así tam -
bién ha cien das como el caso de
los je sui tas, exis tien do los de no -
mi na dos “en gan ches”.
3
En sus ac ti vi da des eco nó mi -
cas, el sa cer do cio de mos tró
una ca pa ci dad de or ga ni za ción
y una am bi ción en nada in fe rio -
res a la de los lai cos. El más cé le -
bre de es tos sa cer do tes, y no
por ra zo nes eco nó mi cas, fue el
mo der nis ta To ri bio Ro drí guez
de Men do za. Algu nos pen sa -
ban in clu so que ha bía acu mu la -
do una gran for tu na, más aun, mu rió po bre.
Cier ta vez, el Fis cal de Cha cha po yas, le re cor -
dó a Ro drí guez de Men do za que los de be res
2 MACERA DALL’ORSO, Pa blo. (1975) Re li gión y Pen sa mien to Mo der no en el Perú del Si glo XVIII. Lima, Uni ver si dad Na cio nal Ma yor de
San Mar cos. Pág. 91-92.
3 El en gan che fue el sis te ma apli ca do en la con tra ta ción de tra ba ja do res cu yos ser vi cios de bían ser pres ta dos en las mi nas o en las ha cien das.
Básicamente, consistía en el ofrecimiento de un anticipo por parte del enganchador, el cual el enganchado se comprometía a pagar con su
trabajo. Por lo general, el ofrecimiento se realizaba en momentos de apuro económico; desde ese momento estaría obligado a trabajar,
pues si no lo hi cie ra se ría de nun cia do por es ta fa y pues to en pri sión. El meo llo del pro ble ma es ta ba en la im po si bi li dad de pa gar la deu da,
pues en la ha cien da el tra ba ja dor de bía rea li zar com pras de ali men tos y otros pro duc tos en la tien da de la mis ma, a cuen ta de su suel do. De
esta ma ne ra, la deuda era permanente, y al recibir el sueldo, buena parte se retenía a cuenta de la deuda habida.
60 El Antoniano 125 – Marzo de 2014

La orden jesuita en el Perú y el Cusco
de su in ves ti du ra eran in com -
pa ti bles con ese tipo de ne go -
cia cio nes.
4
Es den tro de este am bien te
de di so lu ción de aus te ri dad
cris tia na en tre la gen te de la
Igle sia, que co bran ma yor cer -
te za las le yen das so bre la in -
men sa ri que za de los je sui tas.
No fue ron ellos, cla ro, los úni -
cos cul pa bles de lu cro y de
des cui dar sus obli ga cio nes sa -
gra das por bus car ga nan cias
eco nó mi cas. Des de su ex pul -
sión (1767) han ser vi do de
sím bo lo ex clu si vo para una
ten den cia ge ne ra li za da en to -
dos los ni ve les ecle siás ti cos, la
cual ha sido por que la Com pa -
ñía de Je sús per fec cio nó los
mé to dos de ad mi nis tra ción pa -
tri mo nial se gui dos por los sa -
cer do tes par ti cu la res y por
otras cor po ra cio nes re li gio -
sas, desarrollando a una
escala desconocida hasta
entonces una organización
económica de tipo moderno.
La Orden Jesuita en el Perú
y el Cusco
La Com pa ñía de Je sús fue la
úl ti ma de las or de nes re li gio -
sas lle ga da al te rri to rio del vi -
rrei na to pe rua no (1568). Esta
mar cha al Perú se si túa a me -
nos de cua tro años de fi na li zar
el Con ci lio de Tren to, que ha -
bía im pul sa do con nue vo vi -
gor la re for ma de la Igle sia y
que pe día una me jor trans mi -
sión de la doc tri na al pue blo
cris tia no y una re no va ción mo -
ral de los fie les, apo ya da so -
bre la gra cia sa cra men tal; esa
la bor de be ría co rrer a cago de
los obis pos dio ce sa nos y del
cle ro se cu lar que debían
tener una óptima calidad
doctrinal y espiritual.
Entre las nu me ro sas ór de -
nes re li gio sas exis ten tes en el
si glo XVIII, nin gu na des ta ca
más que la Com pa ñía de Je sús
por la ex traor di na ria im por tan -
cia de su pa pel his tó ri co en los
lu ga res don de se es ta ble cían.
Re sul tó ne ce sa rio en ton ces
ex ten der su ac ción al in te rior
del país. En esta épo ca nin gu -
na ciudad más importante
para tal fin que el Cusco.
Se es ta ble cie ron en ton ces
y co men za ron su la bor en es -
tas tie rras, mos tran do des de
el prin ci pio un es pí ri tu cons -
truc tor, lle gan do a acu mu lar in -
men sos bie nes por me dio de
sus be ne fac to res, no sólo en
tem plos, con ven tos y co le -
gios, sino en im por tan tes ha -
cien das, in ge nios y obra jes,
con los que podían alcanzar
un nutrido tráfico comercial.
La ha cien da je sui ta te nía
como base de su or ga ni za ción
la ca pa ci dad in di vi dual y la ha -
bi li dad del tra ba jo en gru po
(como po lí ti ca eco nó mi ca)
que se rom pie ron tras su ex -
pul sión. La in mi nen te or ga ni -
za ción pos te rior pre ten dió
crear un mo de lo sus ti tu to ba -
sa do en la de sig na ción de ad -
mi nis tra do res ci vi les nom bra -
dos por una Real Orden, su je -
tos a cam bio de acuer do a su
de sem pe ño y a la pro duc ción
de la ha cien da, se gún se se ña -
la en los do cu men tos de las
dis tin tas ha cien das revisadas
en la sección de
Temporalidades del Archivo
Regional del Cusco.
Los pro duc tos vi ta les para
sus ten tar el de sa rro llo de la ha -
cien da, en lo que co rres pon -
de a los ofi cios bien co no ci dos
por los in dí ge nas, fue ron la
agri cul tu ra y el arrie ra je, que
4 “Expe dien te re la ti vo a la so li ci tud del Dr. Dn. Jo seph Fa bián y Dn. To ri bio Ro drí guez de Men do za a la Su pe rio ri dad para que se les dé am pa -
ro y re gis tro de una veta de azo gue…” 1795. Archi vo Na cio nal del Perú. Fon do Do cu men tal: Su pe rior Go bier no. Le ga jo Nº 13. Cit por:
MACERA DALL’ORSO, Pa blo. (1977) “Igle sia y Eco no mía en el Perú du ran te el si glo XVIII”. En: Trabajos de Historia. Lima. Pág. 205.
El Antoniano 125 – Marzo de 2014 61

Juan Fernando Vargas Béjar
no siem pre co rría por cuen ta de la po bla ción
es cla va, pues tan to ésta como la po bla ción in dí -
ge na se destinaban a trabajos de este tipo.
La “ló gi ca” de la ad mi nis tra ción je sui ta fue se
ejer ció como sus ten to de la Orden e ins ti tu cio -
nes de pen dien tes (co le gios y las mi sio nes) gra -
cias a la ar ti cu la ción exi to sa de las ha cien das
con las in dus trias ru ra les ta les como los in ge -
nios y los obra jes (localizadas en el interior).
Los je sui tas de bie ron aten -
der a dos tra ba jos si mul tá nea -
men te. Por una par te, se preo -
cu pa ron de aten der las ne ce si -
da des edu ca cio na les y mi sio ne -
ras que de man da ba su la bor ins -
ti tu cio nal y, por otra, de ad qui -
rir bie nes raí ces ru ra les, ha cer -
los pro duc ti vos e in cre men tar -
los. Para con cre tar este úl ti mo
as pec to di se ña ron un sis te ma
ad mi nis tra ti vo que no sólo les
per mi tió man te ner sus bie nes
ma te ria les, sino que además,
podían acrecentarlos a través
de una gestión empresarial.
La más im por tan te ca rac te rís -
ti ca de esta ges tión re li gio sa es
que ocu pa ron el te rri to rio y se
ex pan die ron so bre él para usar -
lo de acuer do a la ca pa ci dad de
uso de la tie rra y de cada eco sis -
te ma, mar can do de esta ma ne -
ra una ra cio na li dad em pre sa rial
(ges tión eco nó mi ca) y una ra -
cio na li dad feudal (gestión de
los hombres).
Los je sui tas de sa rro lla ron un
con trol di ver si fi ca do del do mi -
nio de tie rras: para los gra nos,
vi ñe dos, sem bríos, hor nos, ca -
sas y obra jes, así como tam bién
con sus res pec ti vas lí neas de
“En el siglo
XVIII, el
pensamiento
con que se
observaba la
vida cotidiana
estaba
frecuentemente
vinculado al tipo
de accionar de la
gente, que podía
ser de dos
formas: una de
ofensa o una de
alabanza hacia
Dios.”
abas te ci mien tos. Al prin ci pio bus ca ron tie rras
que pu die ran ser pro duc ti vas, como por ejem -
plo en el caso de la ha cien da de Vi chos en Cal -
ca, que no era más que un pe da zo de tres fa ne -
ga das que en 25 años cam bió cua tro ve ces de
pro pie ta rio, has ta que en 1619 la com pró Fran -
cis co Ga lle gos. Du ran te trein ta años, Ga lle gos
fue aca pa ran do tie rras de los al re de do res y ya
en 1658 re ci bía el nom bre de ha cien da al con -
te ner 71 fa ne ga das y 18 to pos. Es en esas con -
di cio nes que Gar cía Co lo ma com pra di cha ha -
cien da en 1692, sin va riar fun da men tal men te
el tipo de ex plo ta ción de la tie rra, 5 apa re cien -
do de esta for ma los je sui tas como nue vos he -
re de ros in te re sán do se a la vez por continuar
su administración y mejorarla si fuera el caso,
dejando de lado el interés por
aumentar la extensión.
Por ello, la ha cien da como
pro duc to co lo nial era una en ti -
dad que ha cia fue ra se vin cu la -
ba en un cir cui to mo ne ta rio y
ha cia aden tro con una eco no -
mía no mo ne ta ria. Este do ble
jue go es des cri to por Pa blo Ma -
ce ra: “Mo der ni dad y ar caís mo,
ne go cia ción ca pi ta lis ta ha cia
fue ra, or ga ni za ción so cial se mi -
feu dal ha cia den tro, la ha cien da
coor di na ba así sis te mas for mal -
men te con tra dic to rios, re pro -
du cien do a la es ca la de sus ope -
ra cio nes con cre tas la am bi va -
len cia ge ne ral a todo el sis te ma
co lo nia lis ta mo der no, cuya téc -
ni ca con sis tió en es ta ble cer y
apro ve char di fe ren cias (so cia -
les, eco nó mi cas, y cul tu ra les)
en be ne fi cio de las me tró po lis”.
6
Con todo, el ca rác ter fun da -
men tal de la hacienda sería el
de un doble proceso que
devendría del inicial proceso
expansionista europeo de los
siglos XVI en adelante.
Exis te evi den cia de que los je -
sui tas re va lo ri za ban sus tie rras
in tro du cien do mo di fi ca cio nes
que la con ver tían en un nue vo
com ple jo eco nó mi co. Esa ac ti tud era mu cho
más no to ria cuan do la Com pa ñía ad qui ría por
su cuen ta una nue va pro pie dad ru ral; apli ca -
ban en ton ces una po lí ti ca don de com pra ban
“ha cien das a me dio ha cer” que cos ta ban poco
y cuyo valor crecía con los años gracias a sus
esfuerzos.
5 AGN. Fondo: Temporalidades. Subserie: Títulos de Haciendas. Prontuario de las Haciendas y tierras nombradas Vicho y Pataguasi. s/f. Lima.
Leg. Nº 68.
6 MACERA DALL’ORSO, Pa blo. (1966). Instruc cio nes para el Ma ne jo de las Ha cien das Je sui tas del Perú (Si glos XVII-XVIII). Uni ver si dad Na -
cio nal Ma yor de San Mar cos. Lima. Pág. 42.
62 El Antoniano 125 – Marzo de 2014

La orden jesuita en el Perú y el Cusco
Pero, no so la men te en los
ca sos de com pras, sino tam -
bién en el de mu chas otras do -
na cio nes se ob ser van los mis -
mos prin ci pios, de modo que
las tie rras yer mas o in fruc tuo -
sas, que es ta ban aban do na -
das, se con ver ti rían des pués
de al gu nos años en
florecientes empresas.
La Com pa ñía ha bía des cen -
tra li za do las res pon sa bi li da -
des, di vi dien do for mal men te
su eco no mía en va rias ad mi nis -
tra cio nes co rres pon dien tes a
los di ver sos co le gios, cada
uno de és tos en al gún mo men -
to po dría aten der a los ne go -
cios de sus propias fincas y
haciendas.
Un as pec to muy im por tan -
te es el he cho de que los je sui -
tas de sa rro lla ron un Li bro de
Admi nis tra ción, don de cada
ad mi nis tra dor de bía de jar
cons tan cia del modo de ad mi -
nis trar la ha cien da, a fin de
que sir vie ra de guía a sus su ce -
so res.
7
Este as pec to hace su -
po ner la in ten ción de con trol
ad mi nis tra ti vo de la ha cien da
por de lan te de las cir cuns tan -
cias, in tu yen do qui zás el he -
cho que no siem pre es ta rían a
car go, pero de ja rían evi den cia
de la for ma y ma ne jo por me -
no ri za do del fun cio na mien to
de las ha cien das, lo que hace
pen sar la he ge mo nía de esta
or den re li gio sa fren te a las de -
más, de jan do a la sus pi ca cia
que, pa sa ra lo que pa sa ra, ten -
drían por lo me nos, si no es
un ente tes ta fe rro, un mapa
administrativo para proceder
de acuerdo a la zona y tipo o
sobre la conducción de cada
hacienda.
De acuer do a las in ves ti ga -
cio nes rea li za das por el Dr.
Jor ge Polo y La Bor da, “[…] el
aná li sis de la ha cien da ad quie -
re una es pe cial sig ni fi ca ción
[…] al mis mo tiem po que se
cons ti tu ye en uno de los pi la -
res fun da men ta les para la in -
ter pre ta ción de la so cie dad pe -
rua na des de la épo ca vi rrei nal
[…] Es al re de dor de la ha cien -
da que se or ga ni zó la es truc tu -
ra so cio–eco nó mi ca pe rua na,
fun da men tal men te en los si -
glos XVIII y XIX […] así, cuan -
do abor da mos el es tu dio de
una ha cien da par ti mos de una
pri me ra apro xi ma ción teó ri ca
acer ca de la so cie dad en la
que ella está ubi ca da y den tro
de la cual se ex pli ca rán el fun -
cio na mien to y le yes par ti cu la -
res de la ha cien da” 8 , ana li zan -
do a la vez —como es
requerible— en qué medida,
esta organización interna
afectó al conjunto global.
En fun ción a la ac ti vi dad ha -
cen da ria, el Dr. Jor ge Polo y
La Bor da, afir ma que los es cla -
vos fue ron in tro du ci dos en Pa -
cha cha ca en la pri me ra mi tad
del si glo XVIII por los je sui tas,
de bi do a las di fi cul ta des que
exis tían para pro veer se de
mano de obra in dí ge na, pues -
to que dado el de sa rro llo de
las fuer zas pro duc ti vas y la
preo cu pa ción por au men tar la
ren ta bi li dad y sos te ner la pro -
duc ción ex ten si va con los po -
bre ade lan tos téc ni cos que se
dis po nía (prin ci pal pro ble ma
de la em pre sa, el de pro veer -
se de un buen nú me ro de
mano de obra sin que ello sig -
ni fi que un de sem bol so sig ni fi -
ca ti vo) es que la ha cien da co -
men za rá a in tro du cir es cla vos
y bus car ade más la
“yanaconización de la
población indígena” 9 para
resolver aquella deficiencia.
Lue go de la ex pul sión je sui -
ta en 1767, las in te rro gan tes
que sur gen en tor no a su pa tri -
mo nio, del va lor de cada uno
y del des ti no que ten drían lue -
go, se rán im por tan tes para el
pos te rior es ta ble ci mien to de
la Real Jun ta de Tem po ra li da -
des. En el mar co de la in ves ti -
ga ción, no se en cuen tra en el
Archi vo Re gio nal del Cus co,
ni en el Archi vo Ge ne ral de la
Na ción, un ba lan ce ge ne ral o
ín te gro del se cues tro (ba lan ce
que tuvo que exis tir para su en -
vío a Espa ña), re cu rrien do
entonces únicamente a
resúmenes parciales para tal
efecto.
REFERENCIAS
—ALJOVÍN DE LOSADA, Cristóbal.
(1990). “Los compradores de
temporalidades a fines de la
Colonia”. Lima. En: Revista Histórica.
Pontificia Universidad Católica del
Perú. Vol. XIV. Nº 2.
—DEL RÍO BARZOZA, Alejandro.
(1985). “NInabamba, una hacienda
jesuita huamanguina en el siglo
XVIII”. (Tesis de Licenciatura en
Historia). Universidad Nacional San
Cristóbal de Huamanga. Ayacucho.
—MACERA DALL’ORSO, Pablo.
(1966). Instrucciones para el Manejo
de las Haciendas Jesuitas del Perú
(Siglos XVII-XVIII). Universidad
Nacional Mayor de San Marcos.
Lima.
—MACERA DALL´ORSO, Pablo.
(1975) Religión y Pensamiento
Moderno en el Perú del Siglo XVIII.
Universidad Nacional Mayor de San
Marcos. Lima.
—MACERA DALL´ORSO, Pablo.
(1977) Trabajos de Historia. Instituto
Nacional de Cultura. Lima.
—POLO Y LA BORDA G., Jorge.
(1977) “La hacienda Pachachaca
(segunda ruta) del S. XVIII”. En:
Revista Histórica. Vol. 1, Núm. 2.
Lima. Págs. 223 - 224.
7 MACERA DALL’ORSO, Pa blo (1977). Tra ba jos de His to ria. Tomo III. Insti tu to Na cio nal de Cul tu ra. Lima. Pág. 57.
8 POLO Y LA BORDA G., Jor ge. (1977) “La ha cien da Pa cha cha ca (se gun da ruta) del S. XVIII”. En: Re vis ta His tó ri ca. Vol. 1, Núm. 2. Lima.
Págs. 223 - 224.
9 Ibíd. Pág. 238.
El Antoniano 125 – Marzo de 2014 63

LA REAL Y PONTIFICIA UNIVERSIDAD NACIONAL
DE SAN ANTONIO ABAD DEL CUSCO 1
Con mo ti vo del Tri cen te na rio de la Fun da ción de nues tra uni ver si -
dad, mu chos son los dis tin gui dos in te lec tua les que van pro nun cian -
do dis cur sos de va ria do con te ni do y valioso significado.
Estos dis cur sos, por su pro pia esen cia, cum plen mo men tá neo pro -
pó si to, co rrien do el ries go de que dar en el ol vi do. Pues, en po cas
opor tu ni da des ta les dis cur sos pue den ser pu bli ca dos en revistas o
periódicos.
El Vi ce Rec to ra do Aca dé mi co, cons cien te de ese in jus to ol vi do, ha
de ci di do pu bli car a tra vés de su ple men tos de El Anto nia no to dos
los dis cur sos re la cio na dos al Tri cen te na rio, co mo tes ti mo nio tras -
cen den te del pen sa mien to de do cen tes, ex–do cen tes, au to ri da -
des y otras per so na li da des que rin die ron y todavía rendirán
merecido homenaje a nuestra universidad.
Horacio Villanueva Arteaga
Cree mos que en un dis cur so, un in te lec tual ex po ne en for ma con -
cre ta el te ma de su do mi nio. A ve ces un dis cur so es un en sa yo en
sín te sis o un pro yec to de al go que a la lar ga bien po dría cons ti tuir se
en un li bro. En to do ca so, el dis cur so es una flui da, há bil y con cre ta
di ser ta ción aca dé mi ca, dig na de ser pe ren ni za da en una pu bli ca -
ción ad hoc, como fuente de documentación histórica.
He ahí el pro pó si to de es te su ple men to, el mis mo que ini cia su
com pi la ción con el dis cur so del Dr. Ho ra cio Vi lla nue va Artea ga, dis -
tin gui do his to ria dor y ex–do cen te de nues tra ca sa an to nia na, y que
fue leí do por su au tor con mo ti vo del Ho me na je que rin dió a nues -
tra Uni ver si dad la Aso cia ción de Profesores Cesantes y Jubilados.
Mario Góngora Santa Cruz
Vice–Rector Académico
1 Discurso pronunciado en el Homenaje rendido por la “Asociación de Catedráticos Jubilados y Cesantes” a la Universidad, el 14 de febrero
de 1992 en el Paraninfo Universitario
64 El Antoniano 125 – Marzo de 2014

La real y pontificia Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco
INTROITO
La com pe ten cia se agra vó
cuan do los je sui tas, ha cien do
a Uni ver si dad Na cio nal de San
L ex ten si vos los afec tos de la Bula
Anto nio Abad del Cus co tuvo
del Papa Urba no VIII, lo gra ron
su ori gen en un con flic to y, al na -
fun dar uni ver si dad pro pia en su
cer sur gió con ella otro aún más
co le gio del Cus co lla ma do de
grave que, sin exageración, consti
tu yó el ma yor su ce so de sig ni fi -
“La Trans fi gu ra ción”, y co men -
za ron a otor gar gra dos aca dé mi -
ca ción ocu rri do en el siglo XVII.
cos a sus estudiantes desde
El pri me ro fue la ri va li dad exis -
1648.
ten te en tre los es tu dian tes en tre
Impe di dos los an to nia nos de
los dos más gran des co le gios que
al can zar ta les gra dos ac ce si bles
edu ca ban a la ju ven tud cus que ña
sólo para sus odia dos ri va les,
de ese tiem po: el Co le gio de San
de di ca ron en ton ces sus es fuer -
Anto nio Abad fun da do en 1598
zos para ob te ner una Bula que
como Se mi na rio Dio ce sa no del
les per mi tie ra ob te ner los en el
Cus co, es de cir, como cen tro
seno de su pro pio co le gio, y
edu ca ti vo per te ne cien te a la Dió -
así, sus es for za dos em pe ños
ce sis, na ci do bajo la ins pi ra ción
fue ron cul mi na dos con la Bula
de la Con tra rre for ma im pul sa da
de 1692, que sig ni fi có la fun da -
por el Con ci lio de Tren to, y el co -
ción de una nueva Universidad
le gio de San Ber nar do fun da do
en el Cusco.
en 1619 por los re li gio sos de la
Esto, como sa be mos, ori gi nó
Com pa ñía de Je sús para
el se gun do con flic to pues, los je -
dedicarlo a la educación de la
sui tas opu sie ron te naz re sis ten -
más selecta juventud de la
cia a la Universidad antoniana y
región.
crea ron una dura con tro ver sia
Esta rivalidad alcanzó las caracte
rís ti cas de una es pe cial lu cha
que so lu cio nó el Real Acuer do
du ran te el go bier no del Virrey
de cla ses, pues, mien tras el Se mi -
Conde de la Monclava.
na rio tuvo a su car go la for ma -
Ganada la competencia por los
ción de jó ve nes de es ca sos re cur -
antonianos su inesperado final alcanzó
tan grande trascendencia
sos eco nó mi cos, el plan tel je sui -
ta, edu có a los hi jos de las fa mi lias
que hoy, trans cu rri das tres cen tu -
adi ne ra das no sólo del Cus co,
rias, nos re úne en emo ti va con me -
sino de otros lu ga res ale da ños a
mo ra ción a la que, como es na tu -
su re gión como Huamanga,
ral, se suma la “Aso cia ción de Ca te -
Arequipa, Alto Perú y Paraguay.
dráticos Jubilados y Cesantes” del
La emu la ción sur gió en
legendario claustro que, con el
com pe ten cia agre si va y vehe -
más gran de jú bi lo no sólo agre ga
men te no sólo por la di fe ren -
su concurso a los numerosos actos
de so lem ni za ción de este tri -
cia de cla ses por la de doc tri -
na, pues, mien tras San Anto -
centenario, sino quiere, además
nio Abad, bajo la in fluen cia de
dejar sembrada la semilla de sus
los re li gio sos de San to Do min -
más sin ce ros vo tos por el en gran -
go optó por las doc tri nas de
de ci mien to fu tu ro del claus tro
San to To más de Aqui no, los
que, un día no lejano, cobijó sus
co le gia les de San Ber nar do de -
inquietudes y alimentó
di ca ron su aten ción a otros
generosamente sus más caras
maes tros y teó lo gos pro pios
esperanzas.
de la es cue la je sui ta como
Veamos, algunos aspectos re -
Fran cis co Suárez, Luis de
la cio na dos con el su ce so que es
Molina, Salmerón, etc.
per ti nen te recordar.
LA FUNDACIÓN
No es po si ble omi tir la re fe ren -
cia que, en esta so lem ne opor tu ni -
dad, de be mos ha cer de la opi nión
que de la fun da ción de nues tra uni -
versidad se han formado personas
que, con criterio anacrónico, han
di vul ga do la idea que San Anto nio
Abad no fue fun da do en 1692,
sino en fe cha pos te rior que no sue -
len de ter mi nar con la más mí ni ma
se gu ri dad. Y es que, con la men ta -
ble can dor, ima gi nan que la fun da -
ción que conmemoramos debió
rea li zar se al modo ac tual, con acta
declaratoria de la voluntad de fundarla,
y con bullicioso festejo a la
ma ne ra cómo en nues tro tiem po
se ce le bra ba la crea ción de una pe -
queña escuela, acontecimiento en
el que no faltan las muestras más
expresivas de folklórica expansión
propias de todo regocijo popular.
Esto, na tu ral men te, nos obli ga
a tra tar de ex pli car, aun que no lo
con si ga mos a ple ni tud, cómo su -
ce die ron las co sas en la cen tu ria
XVII, cuan do todo era di fe ren te
al es ti lo de vida que ha ce mos los
hombres de nuestro tiempo.
Las Uni ver si da des, como crea -
ción pon ti fi cia, na cían en ton ces
en vir tud de un Bre ve o Bula de
su San ti dad el Sumo Pon tí fi ce Ro -
ma no que, en aque llos as pec tos
re la cio na dos con la vida es pi ri -
tual de los rei nos y pue blos ca tó li -
cos era la autoridad máxima. Así
habían nacido todas las Universida
des que an te ce die ron a la
nues tra y fue por ello que el rey
D. Car los II, úl ti mo de los prín ci -
pes de la di nas tía aus tría ca que
rei nó en Espa ña y sus do mi nios,
di ri gió sus pre ces al Papa Ino cen -
cio XII, su pli can do la au to ri za -
ción para con ce der gra dos de ba -
chi lle res, doc to res, li cen cia dos y
maes tros en fi lo so fía y teo lo gía
en el Se mi na rio de San Anto nio
Abad, fun da do en 1598 por el
obis po del Cuz co D. Anto nio de
la Raya, pre la do cu yas armas,
El Antoniano 125 – Marzo de 2014 65

Horacio Villanueva Arteaga
como puede verse, forman parte del señorial y
ennoblecido blasón heráldico de nuestra
Universidad.
Su San ti dad, que apre cia ba en alto gra do las
pren das de los Re yes Ca tó li cos de Espa ña, no tuvo
in con ve nien te en ac ce der fa vo ra ble men te a los so -
li ci ta do y, como mues tra de de fe ren te apre cio, se
sir vió fir mar, en San ta Ma ría la Ma yor de Roma y el
1 de mar zo de 1692, la Bula que funda nuestra
Universidad.
No se ne ce si ta más en aque llos
le ja nos tiem pos en que la su pre ma
y universal autoridad del sumo pontífice
romano, era la decisión definitiva
en asun tos ad mi ti dos por todo el
mundo católico como propios del
fuero eclesiástico. Que Inocencio
XII diga en su histórico y
memorado Breve:
Con ce de mos y per mi ti mos
/…/ la fa cul tad de con fe rir gra dos
de Ba chi lle res, Li cen cia dos, Maes -
tros y Doc to res en Fi lo so fía y Sa -
gra da Teo lo gía, a aque llos co le gia -
les o a otros alum nos del Co le gio
de San Anto nio, es su fi cien te para
de jar fun da da nues tra Uni ver si -
dad, por que, des pués de todo,
¿quién con ce día los an tes men cio -
na dos gra dos aca dé mi cos?.
¿Acaso no lo hacía exclusivamente
una Universidad?
Entendemos que la fundación
queda así sobre entendida, no siendo
necesario declaración expresa al
modo como lo ha ce mos hoy, pues,
en ton ces ese era el modo cómo se
realizaban tales fundaciones y así,
por Bula de Urba no VIII ha bían na ci -
do otras universidades en América
Española.
Este ele men tal ra zo na mien to
jus ti fi ca ple na men te la ce le bra ción
tri cen te na ria que es ta mos ha cien do; pero si se le
su po ne no con vin cen te, po de mos afir mar que el
ex tra vío de los que ad mi ten que la Bula no es le gí ti -
mo ins tru men to de fun da ción se debe al he cho de
no ha ber re cu rri do en con sul ta al dic cio na rio de
nues tra len gua. Allí, en con sul ta ele men tal ha lla rán
el he cho de que sus du das na cen en la con fu sión se -
mán ti ca de creer equi va len tes las pa la bras fun da -
ción e inau gu ra ción. Fun da ción es ori gen, prin ci -
pio; inau gu ra ción es ce re mo nia con la cual se pro -
“Y así, sus
esforzados
empeños fueron
culminados con
la Bula de 1692,
que significó la
fundación de
una nueva
Universidad en
el Cusco”
ce de a la aper tu ra de un establecimiento público.
De manera que se trata de dos cosas
perfectamente diferentes.
Su po ne mos que el pri me ro en ha ber in cu rri do
en tal con fu sión fue nues tro ilus tre co le ga el Dr. Ju -
lián San tis te ban Ochoa, quien por no ha ber se ce le -
bra do en 1942 el 250º ani ver sa rio de la Insti tu ción
pro pu so re cor dar los en el mis mo ani ver sa rio pero
del pri mer gra do aca dé mi co otorgado por el
claustro en 1696.
Mas, en esto tam bién hubo con -
fu sión y error pues, si bien el exa -
men de gra do se rea li zó el 30 de
oc tu bre, el res pec ti vo ju ra men to
que pres tó el pri mer gra dua do D.
Pe dro de Oyar do y que fue, prác ti -
ca men te, el ver da de ro gra do, se
realizó el 5 de noviembre.
En tal caso la ce le bra ción men -
cio na da no de bió rea li zar se el 30
de oc tu bre. La inau gu ra ción con
so lem ne fes te jo y ge ne ral al ga ra -
bía se rea li zó el 4, es de cir un día
an tes del men cio na do ju ra men to.
No sa be mos, cla ro está, con cual
de las tres fe chas an tes se ña la das
es ta rán con for mes los que pre ten -
den tras la dar este tri cen te na rio a
1996, pues, son tres los su ce sos
que podrían acomodar a sus
caprichosos antojos.
De tan ex tra ña con fu sión su po -
ne mos que les será fá cil sa lir si ad -
mi ten, sin re ti cen cias ca pri cho sas,
que la ver da de ra fun da ción del
claus tro an to nia no está en la Bula
de 1692.
Pero el asun to no aca ba aquí,
hay quien, pre ten dien do ex hi bir
otras ra zo nes de peso, ar gu men ta
que la Bula por su ca rác ter de sim -
ple au to ri za ción “no es ni pue de
ser acto fun da cio nal ni acta fun da -
cio nal”. Es esta una po si ción cla ra men te ana cró ni ca
por que en el si glo XVII no te nía vi gen cia el mo der -
no con cep to que hoy lla ma mos “acto fun da cio nal”,
y tam po co se acos tum bra ba la re dac ción de “acta”
para es tos ca sos, como se acos tum bra en nues tros
tiem pos. De ma ne ra que de cir que la Bula no es un
“acta fun da cio nal” por que no con tie ne nin gún
“acto fun da cio nal” es una fa la cia, por que si, como
he mos di cho, el dic cio na rio dice que fun da ción sig -
ni fi ca ori gen, prin ci pio, y no acto inau gu ral, no ne -
66 El Antoniano 125 – Marzo de 2014

La real y pontificia Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco
ce si ta mos exi gir “acto” ex plí ci to,
pues, la Bula lo trae implícito
como puede verlo cualquiera
que no tenga interés de cambiar
la verdad.
LOS FUNDADORES
Varios son los personajes históri
cos que tu vie ron par ti ci pa ción
ac ti va en las ges tio nes di ri gi das a
al can zar la mer ced de la fun da -
ción de nues tra Uni ver si dad,
pero ne ce sa rio es que, en oca -
sión como la pre sen te, nos li mi te -
mos a re cor dar aque llos que de -
sem pe ña ron pa pel des ta ca do y
que, como es jus to, han de que -
rer recordados para siempre en
la pla ca que he mos de di ca do a
los llamados gestores de
nuestros establecimientos.
El pri me ro es, sin duda al gu na,
el R.P. Fray Leo nar do Ló pez Dá -
va los, re li gio so do mi ni co a quien
he mos lla ma do ges tor prin ci pal.
Sa be mos que el P. Ló pez vi vió en
el Cuz co, se or de nó po si ble men -
te en el con ven to do mi ni ca no y
se de sem pe ñó al gún tiem po
como párroco doctrinero en
Acos y Papres.
Ascendido de categoría en el
seno de su con gre ga ción, se mar -
chó a Espa ña en con di ción de Pro -
curador General de las Provincias
del Perú de la or den de San to Do -
min go ante la cor te de Ma drid don -
de, te ne mos en ten di do,
permaneció hasta su muerte.
Pues bien: fue fray Leo nar do Ló -
pez Dá va los, en con di ción de Pro -
cu ra dor de la or den de San to Do -
mingo, el más empeñoso gestor
de la mer ced que sig ni fi có la con ce -
sión de una Uni ver si dad en el Co -
legio Seminario de San Antonio
Abad, no sólo por ser su or den ri -
val de la Com pa ñía de Je sús, sino,
so bre todo, por los víncu los cul ti va -
dos constantemente entre dominicos
y an to nia nos del Cuz co, en ra -
zón de la co mún ad he sión de am -
bas ins ti tu cio nes re li gio sas a la
doctrina del teólogo italiano Santo
Tomás de Aquino.
Existe, además, la posibilidad de
que el P. López profesara cátedra
en nues tro Se mi na rio don de,
como tenemos averiguado, hizo
grandes y cordiales amigos entre
los do cen tes y alum nos del
claustro antoniano.
Ubi ca do ya en Eu ro pa don de
al can zó re la cio nes con per so na -
jes in flu yen tes de las cor tes de
Ma drid y Roma, por en car go de
las au to ri da des del Se mi na rio,
Rec tor y Vi ce rrec tor, pre sen tó
un me mo rial en el Con se jo de
Indias so li ci tan do li cen cia real,
para que los es tu dian tes an to nia -
nos pu die ran gra duar se en el
Con ven to do mi ni ca no del Cuz -
co en ra zón, fun da men tal men te,
que los se mi na ris tas, por di fe ren -
cia de doc tri na, no po dían ha cer -
lo en la Uni ver si dad que tenían
fundada los jesuitas en su
Colegio de “La Transfiguración”.
El fis cal de di cho Con se jo, con -
si de ran do los al can ces de tal pe ti -
ción, opi nó en 20 de ju lio de
1690 que la cues tión po día re sol -
ver se im pe tran do un Bre ve de
su San ti dad el Papa. Pues to así el
asun to en ca mi no más fac ti ble, el
P. Ló pez puso en jue go su va li -
mien to fren te al rey ante quien,
sin ma yor de mo ra, pre sen tó so li -
ci tud en re gla y muy bien fun da -
men ta da, y el rey, es cu chán do la
be né vo la men te or de nó a su em -
ba ja dor en Roma du que de Me di -
ca Celi, por C.R. de 6 de oc tu -
bre del mis mo año 690, que pre -
sen ta ra tal pe ti ción a su San ti dad
el Papa y fue así como Ino cen cio
XII, que apre cia ba en alto gra do
a los ca tó li cos so be ra nos de Espa -
ña, ex pi dió la Bula “Ae ter na Sa -
pien tiae…” de 1 de mar zo de
1692, otor gan do al obis po del
Cuz co, “la fa cul tad de con ce der
gra dos de Ba chi lle res, Li cen cia -
dos, maes tros y Doc to res en Fi lo -
sofía y Sagrada Teología a aque -
llos co le gia les y otros alum nos
del Colegio Seminario de San
Antonio Abad” del Cuzco, lo
que, como hemos dicho,
significó la fundación de nuestra
Universidad.
Te ne mos evi den cias del em -
pe ño so tra ba jo, de la de ci sión y
el ca ri ño que puso en ges tión
tan lle na de di fi cul ta des y com -
pli ca cio nes. Pre ci sa men te, un
poco des pués, es cri be al ca pi -
tán D. Die go de Urre ta y, so bre
el par ti cu lar, le dice: “Mas años
me cos tó a mí el con se guir la
/-se re fie re a la Bula de 1692-/
avién do la ven ti la do con tres
Pon tí fi ces: Yno sen sio un de si -
mo Ale xan dro oc ta vo (e ) Yno -
sen sio dose q’ oy go bier na la
Igle sia, con la am pli tud que no
goza otra Bu lla de tal con ce sión
sien do las de mas li mi ta das solo
por dies años”. Y, en car ta di ri gi -
da al Vi ce rrec tor D. Cris tó bal
de Tras la vi ña afir ma que sólo
por ase gu rar esta Uni ver si dad
ha bía es ta do pa de cien do 14
años. Tam bién en otra car ta, al
co men tar la opo si ción de los re -
li gio sos je sui tas a la aper tu ra de
la Uni ver si dad an to nia na, es cri -
be al mis mo Vi ce rrec tor lo si -
guien te: “Ten go dad san grien ta
que ja a su Santidad por medio
de su confesor que es mui mío
de la ynjusta oposición de estos
santos varones y el gasto q’ an
ocasionado”.
No ve mos nin gún mo ti vo
que per mi ta su po ner que
todo lo di cho so bre su em pe -
ño sa ges tión a fa vor de San
Anto nio Abad sea pura jac tan -
cia per so nal y ma ni fies ta men -
ti ra, como se ha ima gi na do gra -
tui ta men te sin re pa rar que tal
dis pa ra te re sul ta irre ve ren te y
ca lum nio so para un sacer do te
de aquel tiem po que es obli ga -
to rio ima gi nar po se yen do los
más se ve ros es crú pu los de
con cien cia, ca rac te rís ti cos de
El Antoniano 125 – Marzo de 2014 67

Horacio Villanueva Arteaga
los religiosos de una época tan diferente a la
nuestra.
Pero, si tal re fle xión no fue ra su fi cien te para ad -
mi tir sin re pa ros la de ci sión del P. Ló pez por San
Anto nio Abad, bas ta con re cor dar que, con gran sa -
cri fi cio eco nó mi co y sólo por pres ti giar al Se mi na -
rio del Cus co, se dio el tra ba jo de pu bli car en Eu ro -
pa las obras de Espi no sa Me dra no, “El Lu na re jo”,
que di fun dió y re par tió ge ne ro sa men te en tre los
más in flu yen tes per so na jes de la Cor te que po día
ma ni fes tar así opi nión fa vo ra ble al pro yec to de la
fundación de nuestra Universidad. Para muestra y
como tes ti mo nio con vin cen te, po de mos ad mi rar
la pul cra edi ción la ti na de la Ló gi ca del “Lu na re jo”
que se hizo en Roma y que sir vió, cier ta men te,
para convencer al mismo Pontífice romano de las
excelencias que solían formarse en nuestro
Seminario.
Otro de los más es for za dos ges to res del es ta ble -
ci mien to de nues tra Uni ver si dad es el Li cen cia do
D. Cris tó bal de Tras la vi ña, Vi ce rrec tor del Se mi na -
rio y, en el Cus co, el más es for za do campeón de la
causa antoniana.
Odia do por los je sui tas, pre ci sa men te por ser el
más en tu sias ta par ti da rio del es ta ble ci mien to de
una Uni ver si dad en San Anto nio Abad, me re ció los
dic te rios más ofen si vos y de ni gran tes de sus con tra -
rios a quie nes, sin te mo res, en fren tó abier ta men te
has ta el ex tre mo de po ner en pe li gro su pro pia
vida fren te al ines cru pu lo so desafuero de los
discípulos de Loyola.
De los par tí ci pes en la con tien da ori gi na da por la
Bula de 1692, fue el más abo rre ci do por los je sui -
tas quie nes no tu vie ron re pa ro en pe dir al Vi rrey
que, para al can zar la paz y su mi sión de la ciu dad in -
quie ta como nun ca en aque llos días, Tras la vi ña fue -
ra ex pul sa do del Cus co por in de sea ble per tur ba -
dor del or den pú bli co. Lo que no pu die ron con se -
guir del Vi rrey lo lo gra ron en cam bio, aun que sólo
tem po ral men te, del obis po cuyo ánimo siempre
estuvo a favor de la Compañía de Jesús.
Traslaviña pasaba entonces por organizador de
to dos aque llos mí ti nes es tu dian ti les que, con el
pue blo del Cus co, ma ni fes ta ban pú bli ca men te su
re pu dio a los je sui tas por su opo si ción al es ta ble ci -
miento de nuestra Universidad. Así, Traslaviña re -
sul ta pre cur sor, el pri me ro sin duda, de nues tras re -
bel días es tu dian ti les y, por ello, es dig no de en co -
mio de los an to nia nos de to dos los tiem pos por su
valentía, desafío y pugnacidad mostrada en el conflic
to. Sin em bar go, el siem pre re sul to y va lien te viz -
caí no que hoy, des pués de tres cen tu rias de ocu rri -
das sus he roi ci da des, bien me re ce un bron ce que
pe ren ni ze su ilus tre me mo ria, no está le jos de la in -
gra ti tud de al gu nos ig no ran tes que, a es tas al tu ras,
pre ten den de fen der a los je sui tas que, en el si glo
XVII, fue ron los más en co na dos e irre duc ti bles ad -
versarios de nuestra Universidad. Cosas extrañas
que no debiera contemplar el Cusco, patria
indiscutida de las más nobles y heroicas rebeldías
estudiantiles.
De Tras la vi ña, la men ta ble men te, sólo que dan
re fe ren cias, sien do de sen tir se que no exis ta ni un
re tra to suyo que po dría de cir nos el men sa je ejem -
plar de su ges to va lien te, re suel to, pues, con ma ni -
fies to de sin te rés y amor a la ju ven tud an to nia na
pre fi rió ser toda su vida sólo Vi ce rrec tor, cuan do
hu bie ra po di do ha cer sig ni fi ca ti vas ga nan cias eco nó -
mi cas como pá rro co de alguna jugosa doctrina de
la extensa diócesis cusqueña.
Otro de los pre cla ros pró ce res de nues tra ges ta
uni ver si ta ria fue D. Fran cis co De Vi ve ro, per so ne -
ro de San Anto nio Abad en Lima y apo de ra do ac ti -
vo y di li gen te, de cuya en tre ga sin ce ra y de ci di da a
la cau sa an to nia na queda fehaciente testimonio.
Como suma ha bi li dad y tino supo ejer ci tar sus in -
fluen cias fren te al Vi rrey y a los miem bros de la Au -
dien cia y, aun que los es cri tos pre sen ta dos a nom -
bre de su po der dan te de bie ron ser obra de abo ga -
dos com pe ten tes, no pue de ne gar se que su ma ne -
ra de con du cir se fren te al go ber nan te es pa ñol de
tur no con de de la Mon cla va, fue de ci si va, como
tam po co pue de des co no cer se que supo orien tar
con sabios consejos a las autoridades del claustro
an to nia no, para que el con flic to en el Cus co fue ra
me nos acer bo y me nos da ñi no a los in te re ses de
San Anto nio Abad. Por eso cree mos jus to ha ber
con si de ra do su nombre entre los ilustres gestores
del establecimiento de nuestra Universidad.
Hay, por su pues to, otros per so na jes que tu vie -
ron de ci si va par ti ci pa ción en los su ce sos, a ra tos es -
ca bro sos y dra má ti cos, de nues tra fun da ción,
como es el caso del Dr. Fe li pe Ra mí rez de Are lla no
o el del pru den te y muy dis cre to Rec tor Dr. Juan
de Cár de nas y Cés pe des, pero no que re mos abu -
sar de vues tra aten ción re fi rién do nos a ellos en
discurso que debiera ser más breve.
Sin embargo, no podemos terminar esta parte de
nuestra disertación sin referirnos al obispo considerado
fundador y primer cancelario de nuestra Universidad
doc tor D. Ma nuel de Mo lli ne do y Angu lo quien,
en ca li dad de pre la do de nues tra dió ce sis, tuvo pa pel
protagónico en el acontecimiento cuyo tricentenario
estamos solemnizando.
Mo lli ne do, en un prin ci pio se sin tió sa tis fe cho
con el Bre ve pon ti fi cio pero, lue go, ga na do su áni -
68 El Antoniano 125 – Marzo de 2014

La real y pontificia Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco
mo a fa vor de los je sui tas, es cri -
bió al Vi rrey ma ni fes tán do le los
in con ve nien tes de la aper tu ra de
una Nue va Uni ver si dad en el
Cus co y, en si gi lo so con ci liá bu lo
con el Rec tor de la Com pa ñía P.
Arean za ga, pro yec tó un con ve -
nio que, de jan do sin efec to la fun -
da ción rea li za da por la Bula de
1692, po si bi li ta ba a los alumnos
antonianos obtener los grados
en la Universidad jesuita.
La com po nen da epis co pal
que, a las cla ras, otor ga ba a los je -
sui tas el más ro tun do triun fo dan -
do por nula y sin efec to la con ce -
sión pon ti fi cia a fa vor de San
Antonio Abad, fue rechazada de
pla no, aun an tes de ser co no ci da
com ple ta, por los es tu dian tes y
au to ri da des del claus tro. To dos
di je ron no al obis po, y como
mues tra de ro tun do re cha zo del
arre glo pro yec ta do en se cre to,
se de cla ra ron en huel ga y aban -
do na ron el Se mi na rio de ján do lo
de sier to. El obis po, ubi cán do se
le jos de su obli ga da ac ti tud de
con ci lia dor, per dió la cal ma y,
ejer ci tan do su au to ri dad que veía
me lla da por el de sa ca to de los se -
minaristas, destituyó al Rector y
Vi ce rrec tor, y con de nó a pe nas
severas a los doctores Ramírez
de Are lla no y Pe dro de Oyar do.
Escri bió lue go al Vi rrey, que ján -
do se con amar gu ra de las ac ti tu -
des in su mi sas de los an to nia nos,
y le pi dió que, au to ri ta ria men te,
pu sie ra en vigencia los términos
del acuerdo que, proyectando
en secreto, favorecía a los
jesuitas y dejaba sin lugar la
fundación de nuestra
Universidad.
¿Fue esto un acto de so ber bia y
mal humor del orgulloso prelado,
quizá, los jesuitas habían ganado a
tal ex tre mo su vo lun tad que, por
un momento, le hicieron olvidar
su responsabilidad frente a su propio
Seminario?. No lo sabemos,
pero quien juz gue sin apa sio na -
mien to pen sa rá que, en cier to mo -
men to, más pudo su sim pa tía y sus
vínculos emocionales con los jesuitas
que su de ber. Sin em bar go,
pre ci so es re cor dar que los en fa -
dos del pre la do du ra ban poco. Re -
fle xio nan do sin duda con más cal -
ma, anu ló lue go los cas ti gos dis -
pues tos a los antonianos y
devolvió sus cargos al Rector y
Vicerrector del Seminario.
El Vi rrey, que ha bía pues to el
con flic to en ma nos del Real
Acuer do, en ac ti tud muy dig na
de en co mio, se negó con di si mu -
lo a im po ner la pe ti ción del obis -
po, y re mi tió la so lu ción del con -
flic to a la Audiencia.
Bien está que re cor de mos que,
luego de conocida la decisión aconse
ja da por el ci ta do Real Acuer do,
Mollinedo rectificó su actitud y, tornándose
comprensivo, se dispuso
a inaugurar la vida académica del
claustro, habiéndole dado sus primeras
Constituciones en 1699,
poco antes de morir.
Al cabo de 300 años de ocu rri -
dos su ce sos que tra ta mos de ex pli -
car, bien está de jar sen ta do que no
encontramos censurable la conduc
ta de nues tro obis po fren te al
problema planteado por la oposición
de la Com pa ñía de Je sús al
cum pli mien to de la Bula de 1692,
pues, el pre la do ac tuó de bue na
fe, su po nien do con du cir se del
modo más apro pia do y con ve nien -
te para al can zar la paz y tran qui li -
dad de su diócesis, perturbada en
ese tiem po por otros su ce sos igual -
men te gra ves. De modo que si,
en cier to modo se equi vo có,
pues, lo com pren dió a tiempo
alcanzando a rectificarse con
oportunidad y conveniencia.
LA UNIVERSIDAD
FUNDADA
SABEMOS que in te re sa poco a
esta conmemoración realizar una
reconstrucción del claustro antonia
no tal como sur gió a la pa les tra
El Antoniano 125 – Marzo de 2014 69

Horacio Villanueva Arteaga
académica en el último decenio del siglo XVII, pero
necesario es dar una idea, siquiera aproximada, de la
fi so no mía men tal de la ma dre nues tra que, al cabo de
tres si glos de vida fe cun da, de be mos ima gi nar en el
trance estremecido de su natividad.
Su cuna fue el Co le gio Se mi na rio que, bajo la ins -
pi ra ción del ecu mé ni co Con ci lio de Tren to, ha bía
sido es ta ble ci do un si glo an tes por el mu ní fi co pre la -
do cuz que ño D. Antonio de la Raya.
¿Cuá les eran las ma te rias que se es tu dia ban en
este his tó ri co plan tel?. Su Rec tor
du ran te mu chos años doc tor P.
Juan de Cár de nas y Cés pe des, en
una pe ti ción pre sen ta da al Co rre -
gi dor del Cus co D. Blas Ra mi ro
Mal do na do el 15 de mar zo de
1669, pun tua li za que su Co le gio,
des de su fun da ción, ha ser vi do
para edu car a los hi jos de los con -
quis ta do res y de la no ble za de la
ciu dad ca ren tes de re cur sos, es tu -
dian tes que ese año al can za ban a
130, los más sin paga. Que las ma -
te rias que se cur sa ban en el plan -
tel eran Gramática, Prosodia, Re -
tó ri ca Can to lla no, Can to de
órgano, Artes liberales, Sagrada
Teología, Escolástica, moral y
positiva.
Quedan así señalados los tres
cam pos de las dis ci pli nas que ha -
cían en ton ces los es tu dios en San
Anto nio Abad: Gra má ti ca, Fi lo so -
fía o Artes y Teo lo gía. La Gra má ti -
ca, que ex ten día su ám bi to ha cia la
Prosodia y la Retórica, es decir hasta
el arte de es cri bir bien de ha blar
y ar gu men tar me jor, se am plia ba
con el La tín, len gua ma dre del cas -
te lla no, de modo que no es pro -
pio ima gi nar que la len gua del La -
cio sólo ser vía para fi nes li túr gi cos
por que era, so bre todo, una len -
“Esto, como es
fácil imaginar, fue
una verdadera
innovación que
permitió, sólo
desde la última
década del siglo
XVIII, asun tos y
temas
académicos
diferentes a los
de un
escolasticismo
invariable y
rígido, prescrito
desde las
arcaicas
Constituciones
de la épo ca de la
fundación.”
gua li te ra ria que, con las obras de los clá si cos como
Ho ra cio, Vir gi lio, Ovi dio y otros au to res, lle gó en -
ton ces a cons ti tuir una es cue la de buen gusto y
cultura literaria que no ha vuelto a repetirse entre
nosotros.
Aun que no hu bie ra un for mal áni mo de de lec ta -
ción li te ra ria por que, en rea li dad, más se tra ta ba
del co no ci mien to del ins tru men to ver bal que fa ci li -
ta ra la me jor com pren sión de los fu tu ros es tu dios
de San to To más de Aqui no o los tex tos del Maes -
tro de las Sen ten cias, en rea li dad el es tu dio del La -
tín se hizo con tan en tu sias ta de di ca ción y tan for -
mal men te que, en tre los an to nia nos, sur gie ron ver -
da de ros maes tros del idio ma, como es el caso de
Espi no sa Me dra no, que es cri bió un tra ta do de Fi lo -
so fía, una Lógica en Latín que, publicada en Roma,
fue motivo de universal admiración.
Es in te re san te agre gar que el La tín era par te del pri -
mer trie nio de los es tu dios, es de cir que co rres pon -
día a la más fres ca edad de los alum nos, de ma ne ra
que siem pre se al can za ba el más
apropiado adiestramiento en la lengua
de la Igle sia y de to dos los es tu -
dios superiores, pues, la literatura,
los li bros de to dos los co no ci mien -
tos humanos entonces en boga,
siempre estaban hechos en Latín.
Esa era la ver da de ra antesala
universitaria de los antiguos
antonianos.
“Instrui dos to dos en el la tín
-dice el Dr. Loh mann Vi lle na- y fa -
mi lia ri za dos con la mi to lo gía gre -
co la ti na, se ad vier te -ade más- un
brío inu si ta do por de sa rro llar un
pro gra ma de rai gam bre hu ma nís -
ti ca, para al can zar ‘la ver da de ra
poe sía i ar ti fi cio so me tri fi car’, lu -
chan do a bra zo par ti do con las
des fa vo ra bles cir cuns tan cias que
ha bían de afron tar en la vida co ti -
dia na. El cul to a la an ti güe dad clá -
si ca no era /así/ sim ple ma te ria
de decorativa intención, sino un
ideal que pretendían resucitar”.
En cuan to a los es tu dios teo ló gi -
cos vie ne al caso re cor dar que era
he ren cia es pa ño la, par ti cu lar men -
te salmantina, considerar a la Teo -
lo gía “como cien cia viva, ani ma da
de un pro fun do sen ti do éti co y hu -
ma no. Como pro cla mó el P. Vic to -
rio so /…/ ”El ofi cio del teó lo go es
tan vas to que nin gún ar gu men to, nin gu na dispu ta,
nin gu na ma te ria pa re cen aje nos a su pro fe sión e
ins ti tu to". Ese sa ber esen cial en to dos los ór de nes,
dotó a quie nes lo ha bían ad qui ri do de un pres ti gio
y de un cré di to cien tí fi co que no era fre cuen te ha -
llar en un am bien te so cial en que los rescoldos de
las turbulencias de la Conquista no se habían
extinguido del todo".
Esto ex pli ca por qué la Teo lo gía fue la dis ci pli na fa -
vo ri ta en San Anto nio Abad, mu cho más si con si de -
70 El Antoniano 125 – Marzo de 2014

La real y pontificia Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco
ra mos que nues tra Uni ver si dad
na ció en el seno de un Se mi na rio
don de los alum nos, al in gre sar a
su aulas, juraban perpetua fideli -
dad a las doctrinas de Santo
Tomás de Aquino.
Con si de ran do el con te ni do
de la oc ta va Cons ti tu ción an to -
nia na, afir ma nues tro co le ga el
Dr. Max Agui rre Cár de nas que
el Plan de es tu dios de nues tra
Uni ver si dad com pren día, “ex -
cep tuan do lo que co rres pon de
al Co le gio, tres ni ve les: uno pre -
pa ra to rio para la re fle xión, pro -
ba ble men te sin nin gu na con no -
ta ción o com pro mi so doc tri na -
rio, re pre sen ta do por el es tu -
dio de la Sum mu la Lo gi cae de
Pe dro His pa no (Papa Juan
XXI), y el Orga nón de Aris tó te -
les. Uno in ter me dio, con el es -
tu dio de las obras del Esta gi ri ta
y el Aqui na ten sis (Aris tó te les y
To más de Aqui no), com pa ti ble
con el ju ra men to que los es tu -
dian tes rea li za ban al ini cio de su
for ma ción; y otro ter ce ro con
su iden ti fi ca ción teo ló gi ca des -
de las fuen tes aqui ta nen ses, y
qui zás re fe ren cias a Sua rez, Mo -
li na y Duns Sco to (para es tar
pre pa ra do con tra los ig na cia -
nos y franciscanos) pero
fundamentalmente el estudio
del famoso sentenciario de
Pedro Lombardo”, el llamado
“Maestro de las Sentencias”.
“Es cla rí si ma -agre ga- la sub al -
ter na ción de la Fi lo so fía como an -
ci lla o pe dis se qua de la Teología”.
En cuan to a que el inal te ra -
ble ape go al es co las ti cis mo pro -
du jo en tre no so tros un re tra so
muy di la ta do y per ju di cial, el fe -
nó me no de ex pli ca por que
nues tra Uni ver si dad na ció en
un Se mi na rio y per ma ne ció en
su seno un lap so apro xi ma do
de 170 años, de tal ma ne ra que
no sólo fue fe nó me no co lo nial
sino re pu bli ca no tam bién,
pues, San Anto nio Abad se
hace Uni ver si dad pú bli ca y se
lai ca li za sólo en 1863, año que
es el pun to de par ti da de los
cam bios y trans for ma cio nes
que hacen la vida universitaria
hasta nuestros días.
A pro pó si to de cam bios no
de be mos ol vi dar que el pri me -
ro que se pro du ce en nues tro
claus tro es el de la in tro duc ción
de los es tu dios de De re cho,
rea li za da por el Ilmo. Obis po
del Cuz co D. Bar to lo mé Ma ría
de las He ras en 1791, pre la do
que con vo ca a con cur so para la
pro vi sión, por pri me ra vez, de
una cá te dra de De re cho Ci vil.
Lue go, en 1793 vino la pro vi -
sión de una nue va cá te dra de
De re cho Ca nó ni co, que dan do
así es ta ble ci dos for mal y de fi ni ti -
va men te los estudios de
Derecho en el claustro
antoniano.
Esto, como es fá cil ima gi nar,
fue una ver da de ra in no va ción
que per mi tió, sólo des de la úl ti -
ma dé ca da del si glo XVIII, asun -
tos y te mas aca dé mi cos di fe ren -
tes a los de un es co las ti cis mo in -
va ria ble y rí gi do, pres cri to des -
de las ar cai cas Cons ti tu cio nes
de la épo ca de la fun da ción. Sin
em bar go, trans for ma ción in te -
gral, es de cir cam bio ra di cal en
el plan aca dé mi co y con te ni do
de las ma te rias de es tu dios sólo
se pro du ce, como he mos di -
cho, des pués de la lo ca li za ción
de 1863 y cuan do aún con sen -
si ble re tra so, se rea li za la apli ca -
ción en el Cus co de Pri mer Re -
gla men to de Instruc ción Pú bli -
ca, pro mul ga do por el go bier -
no de Cas ti lla en 1855. Sólo
des de en ton ces se pue de ha -
blar en tre no so tros de Fa cul ta -
des, y de un vuel co trans for ma -
dor dado por el claus tro an to -
nia no en for ma e es pí ri tu, es de -
cir en plan de es tu dios y con te -
ni dos de todas las disciplinas
científicas que, en afán
modernizador, comenzaron a
enseñar en todas las
Universidades del país.
CONSIDERACIONES
FINALES
La Universidad nuestra, como
ya di ji mos, nace en me dio de un
con flic to y, lue go, su crea ción ori -
gi na otro con flic to ma yor que,
sin exa ge ra ción, fue el su ce so his -
tó ri co de la más hon da re per cu -
sión so cial en el cur so del si glo
XVII, cen tu ria que nada tuvo de
tran qui la a pe sar de su sin ce ra re -
li gio si dad y qui zá si, para que,
tres si glos des pués, pu dié ra mos
su po ner que los hom bres, mien -
tras más creen y se sien ten
seguros de sus convicciones, son
más conflictivos.
Ver dad es que los mo ti vos
que hoy nos an gus tian son dis tin -
tos; tie ne na tu ra le za ma te ria lis ta
y hasta podríamos llamar prosaica
que los hace di fe ren tes a los
de an ta ño. Pero el con flic to sub -
ya ce como fon do in quie to y mo -
ve di zo de nues tro es ti lo que hoy
ve mos re mo tos y que nues tros
abue los tam bién vi vie ron en me -
dio de in se gu ri dad y zo zo bra.
Todo ello como si el uni ver so de
nues tra exis ten cia es tu vie re re gi -
do por un mis te rio so hado de de -
sa cuer do e inar mo nía que, en el
trans cur so del tiempo, parece
ser la constante histórica más
significativa y permanente.
Y es que -siem pre hubo- un
fondo agonista en nuestra naturaleza
que nos lle va, a ve ces por ru tas
extraviadas, a la búsqueda de una
explicación de los grandes problemas
de la vida que sólo lo hace, o
pre ten de hacerla la Filosofía.
Es po si ble que esto nos diga
porqué la única especialidad estudiada
ininterrumpidamente en San
Antonio Abad sea, precisamente
de la Fi lo so fía o Artes, como so lía
llamarse antiguamente. La razón
de esta fija y ro tun da per ma nen cia
El Antoniano 125 – Marzo de 2014 71

Horacio Villanueva Arteaga
es que, considerada esta disciplina como símbolo de
lo realmente universitario, por ser matriz de la cultura
y la vida hu ma na, la es tu dia ron to dos, sin ex cep ción,
y aunque hoy paradojalmente sólo preocupe a un
grupo reducido de estudiantes, obligado es pensar
que todos, todos debemos volver a la Filosofía para
que el claus tro no termine convirtiéndose en un
simple y elemental conglomerado de especialistas.
Lo de ci mos con én fa sis por que an he la mos que
San Anto nio Abad, en un fu tu ro in me dia to, al can ce
a re cu pe ra su au tén ti ca na tu ra le za
uni ver si ta ria res ta ble cien do la clá si -
ca Facultad de Filosofía y Letras, di -
luí da en otras es pe cia li da des por
razones que nadie sabe explicar.
No va mos a dis cu tir aho ra las ra zo -
nes que nos asis ten para plan tear tal
anhelo, pero no es impertinente recor
dar que, como lo dijo Au gus to Ta -
ma yo Var gas, la Fa cul tad de Le tras del
Cus co, como la de Lima, ha sido due -
ña de los primeros tesoros culturales
peruanos y ha sido generadora de los
movimientos de pensamiento que, a
tra vés de si glos, a lle va do a nues tros
hombres a comprender su condición
cultural mestiza, lo que significa ruta
segura hacia el hallazgo de nuestra
legítima identidad.
Ade más, di cho siem pre en pa -
la bras del mis mo Dr. Ta ma yo Var -
gas, “la Fa cul tad de Le tras tie ne
un si tio pri mor dial y bá si co en la
or ga ni za ción uni ver si ta ria, y
siem pre los va lo res re pre sen ta ti -
vos del pen sa mien to pe rua no,
des de en ton ces /es de cir des de
nues tros orí ge nes/ no han de ja -
do de tran si tar por el claus tro de
las lla ma das Hu ma ni da des, for ja -
dor de con cien cias y ani ma dor
de la per ma nen te re no va ción
que la so cie dad re quie re con bá -
“Estuvo siempre
segura de que
este universo
nuestro, llamado
genéricamente
Inca, había sido y
seguía siendo
nudo, trabazón,
símbolo legítimo
de la peruanidad
y de que, en su
ancestral e
imponente
presencia se
halla oculto el
secreto de
nuestra
verdadera
identidad
nacional.”
si co co no ci mien to del hom bre que la for ma, de
su rea li dad et no ló gi ca y geo grá fi ca, de sus ca rac -
te res ins ti tu cio na les que la his to ria re co ge, y de
la ex pre sión de su palabra, donde palpita el
verdadero y profundo sentido de su estructura
mental y social”.
Le tras y De re cho y, lue go -ya en nues tro si glotam
bién las lla ma das Cien cias pu ras, fue ron las clá si -
cas especialidades que, con el nombre de Facultades,
man tu vie ron vi vas las au las de San Anto nio Abad du -
rante mucho tiempo, hasta que innovaciones académicas
con novedosas y variadas posibilidades de profesionalización
introducidas últimamente, han venido
a transformar la fisonomía del claustro, poniéndolo a
ni vel del exi gen te pro gre so de nues tros días que, sin
lugar a duda, culminan este tricentenario con
promesas muy halagadoras.
Pero vol vien do a nues tros prin ci pios, pre gun té -
mo nos algo que nos in te re sa ave ri guar. ¿Có mo era
el Cus co en los fi na les del XVII, es de cir en la épo ca
en que na ció nues tra Universidad?
Cabe afir mar que en ton ces si
bien nues tra ciu dad ha bía per di do
par te de su im por tan cia, por ha -
ber ce di do a Lima la con di ción de
capital, conservaba todavía mucho
de su an ti guo ran go y, por su se ño -
río, pres ti gio his tó ri co y con si de ra -
bles re cur sos ma te ria les, se guía
sien do la segunda capital del
Virreinato peruano.
Su vecindario no muy extenso,
se hallaba entonces sujeto a dos centros
de po der lo cal, uno ci vil y otro
eclesiástico, que mantenían con alter
na ti vas el rit mo de la vida so cial
en apa ren te equi li brio. Por lo que sa -
bemos existía cierto predominio del
po der ecle siás ti co en cuan to a
creencias religiosas de mucho mayor
im por tan cia que en nues tros
días, pero, si de ja mos sin res tar le im -
portancia el aspecto espiritual, veremos
que la clase religiosa estaba formada
por congregaciones que en sí
no eran sino otros ha cen da dos y
due ños de obra jes o in ge nios, al
modo exac ta men te igual al de los
propietarios y señores laicos de apellidos
distinguidos, a veces titulares
de ata víos de no ble za, con des o
mar que ses, o por lo menos
pertenecientes a las órdenes
nobiliarias de la época como Santiago, Alcántara y
Calatrava.
Mas, no debe creer se que el po der ci vil es ta ba
ex clu si va men te en ma nos de la bra do res y obra je -
ros. No; tam bién se ha lla ban en tre ellos mer ca de -
res de gran rum bo, due ños de sig ni fi ca ti vos cau da -
les y con pretensiones de hidalguías supuestas, por
lo ge ne ral en ri que ci dos con el co mer cio de la
coca, azú car y te ji dos, pro duc tos cus que ños siem -
pre co ti za dos ven ta jo sa men te en aquel
72 El Antoniano 125 – Marzo de 2014

La real y pontificia Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco
excepcional centro de consumo
que fue Potosí.
Las órdenes religiosas también
comerciaban con los productos
de sus haciendas, distinguiéndose
en tre ellas los je sui tas que ex por ta -
ban azúcar y tejidos producidos
por ellos mis mos, de ma ne ra que,
si bien carecemos de información
suficiente que podría permitirnos
cuantificar montos y ganancias, no
es im pro pio ad mi tir que los po los
de un po der eco nó mi co más o
menos equivalentes estaban en
ma nos de los pro pie ta rios de tie -
rras y obra jes y de las ór de nes re li -
giosas, conventos y monasterios,
haciendo excepción, naturalmente,
de los fran cis ca nos que, por su
voto de pobreza, no alcanzaron a
poseer riquezas de consideración.
De todas ellas ningún propietario
logró un poderío económico compa
ra ble al de la Com pa ñía de Je sús,
or den re li gio sa que era la más rica y
poderosa de todo el Virreinato, de
allí su opo si ción a la aper tu ra de una
nueva Universidad que iba a significar
com pe ten cia en el cam po de la
educación que los jesuitas querían
mantener con exclusividad como
suyo, sino pér di da de clien te la
educativa y considerables ganancias
económicas.
Mas, es in te re san te com pro -
bar que, pre ci sa men te con esa
po lí ti ca de ex clu si vis mo y pre do -
mi nio ex ce si vo, los je sui tas fue -
ron perdiendo prestigio y popula -
ri dad, fe nó me no que se hizo cla -
ra men te ma ni fies to en el mo -
men to de la com pe ten cia li bra da
ante el Real Acuer do de Lima, y
ori gi na da por la Bula de 1692
que crea nuestra Universidad.
El Colegio Seminario de San
Anto nio Abad, pues to al ser vi cio
de la ju ven tud de es ca sos re cur -
sos, fue vis to con gran sim pa tía du -
ran te el cur so del plei to por el pue -
blo del Cus co, y to dos, ve ci nos no -
tables y órdenes religiosas que si
no eran ri va les de los je sui tas no
los que rían por sus ai res de su fi -
ciencia y superioridad, todos escribie
ron al vi rrey apo yan do la cau sa
de San Anto nio Abad y pi dién do le,
con sumiso acatamiento y súplica
sincera, el pase de la Bula.
Es cu rio so, pero esta fue la
opor tu ni dad en que se hizo pa -
ten te la re pul sa del Cus co con tra
la ab sor ben te Com pa ñía de Je -
sús y, qui zá, si pue da in ter pre tar -
se como una mues tra pre ma tu ra
de la frial dad con que se vio su
expulsión años después.
Pero el Cus co del fi nal del XVII,
perturbado por la ruda competen -
cia entre jesuitas y antonianos, no
era, como podría imaginarse una
ciudad tranquila, pacífica; no era un
pueblo resignado a su destino mediatizado
de provincia mediterránea
y, por lo tan to, ol vi da da del po -
der cen tral, como ocu rrió en el si -
glo XIX. Precisamente los papeles
del pleito entre jesuitas y antonianos
mues tran la exis ten cia sub ya -
cen te de va rios pro ble mas que so -
lían desvelar a las autoridades, y
que preocupaban a gobernantes y
obispos, inquietudes que hacían
contraste con la sumisión tranquila
de un vasallaje convencido propio,
al menos durante largos períodos
del resto del país.
Es posible que estas constante inquietudes
se identifiquen con los llamados
“rescoldos de las turbulencias
de la con quis ta que no se ha bían
ex tin gui do del todo”, pero tam bién
es po si ble que haya en ellas una ocul -
ta rebeldía, un inconformismo que
nace y cre ce en la con di ción es pe cial
del Cusco, capital y cabeza antigua
de un imperio sometido en apariencia,
pero inmanente, redivivo en el
fon do emo cio nal y en los sue ños de
un pue blo que ja más se so me tió de
ver dad ni ad mi tió del todo al pre po -
ten te in va sor. Mues tra de ello pue de
ser la conducta agresiva, ambiciosa
de dominio y altivo señorío de los
marqueses de Valleumbroso que solían
lla mar se “Apu” y que, con apa -
El Antoniano 125 – Marzo de 2014 73

Horacio Villanueva Arteaga
rente ánimo decorativo, mostraban en su residencia de
Oro pe sa los re tra tos de los Incas, emperadores del
Cusco, de los que se sentían herederos aunque no lo
manifestaran en forma expresa.
El Cusco del XVII estuvo, pues, intensamente conmo
vi do por los pro ble mas crea dos por di chos se ño -
res y así, en me dio de tur bu len cias y de sa fíos a las au -
toridades españolas, en ambiente de inquietud y zozobra
mantenida en gran parte por las rivalidades estudiantiles
antes mencionadas, nació la Universidad
nuestra cuya presencia originó nuevo conflicto que
conmovió la ciudad en todos sus estratos sociales,
pues, en el fon do el Cus co la sin tió como una rei vin di -
ca ción de sus más legítimos derechos usurpados
oportunistamente por los religiosos jesuitas.
¿Hay en esta fun da ción un poco del an ta go nis -
mo en tre crio llos y pe nin su la res, como hubo en
los pro ble mas pro ta go ni za dos por los so ber bios
mar que ses an tes men cio na dos?. ¿Hu bo una ver da -
de ra lu cha de cla ses, al modo del si glo XVII, en la ri -
va li dad en tre an to nia nos y je sui tas, ori gen
verdadero de nuestra Universidad?.
Para completar el significado histórico del suceso
necesario es ubicarlo en el contexto general de su
épo ca y de su am bien te, por que si bien he mos he -
cho un li bro que pre sen ta los he chos des nu dos, fa ci li -
tan do la com pren sión de los fe nó me nos en su in ti mi -
dad, ne ce sa rio es bus car un sen ti do a los pro ce sos
pretéritos que nos entregue la satisfactoria explicación
exigida por la trascendencia de un acontecimiento
his tó ri co tan ex cep cio nal y magnífico en sus
repercusiones durante el lapso de tres centurias.
Todo ello es tarea del futuro y responsabilidad de
los nuevos historiadores quienes, sin demora, deben
emprender tarea más empeñosa que la nuestra para
lograr la interpretación que hoy apenas podemos
dejar tímidamente insinuada.
COLOFÓN
Aquí terminamos. La Universidad del Cusco, pese
a su limitado desarrollo durante la mayor parte de su
centenaria existencia, por la escasa comprensión de
su pue blo que, en mu cho tiem po, no al can zó a va lo -
rar el papel de una institución que es representativa
de su es pí ri tu, de su esen cia más con cen tra da y pro -
fun da; pese a todo ello y a otros fac to res dis tor cio nan -
tes que ex tra via ron, en cier tos mo men tos, su ver da -
dero destino, la Universidad cuzqueña, decimos,
cumplió un papel histórico singular que ninguna otra
institución nacional pudo haber realizado en siglos.
Esto, no por factores propios de la voluntad humana
sino por excepcional predestinación.
En efec to. De po si ta rio el Cus co del acer vo mo -
nu men tal más va lio so y re pre sen ta ti vo de todo lo
que lla ma mos pe rua no, que es he ren cia de sus an ti -
guos em pe ra do res los Incas, y due ño del más rico
re gis tro cul tu ral que aquí dejó el Vi rrei na to, la Uni -
ver si dad fue, prác ti ca men te la ins ti tu ción de po si ta -
ria de tan in gen te le ga do que, con ex pli ca bles in ter -
mi ten cias, supo cus to diar, estudiar, divulgar y
entregar a la admiración del mundo.
Además, consciente de la significación de la grandeza
histórica del Cusco, estuvo siempre segura de que
este universo nuestro, llamado genéricamente Inca,
ha bía sido y se guía sien do nudo, tra ba zón, sím bo lo le -
gí ti mo de la pe rua ni dad y de que, en su an ces tral e im -
ponente presencia se halla oculto el secreto de nuestra
ver da de ra iden ti dad na cio nal. No en vano se ha re -
petido, con énfasis reiterando y lejos de toda mítica
cos mo go nía, que los Incas son los legítimos
fundadores de la nación peruana.
Ninguna otra Universidad peruana tuvo semejante
res pon sa bi li dad. La nues tra si gue fren te a ella y, aun -
que insatisfechas necesidades materiales de una época
en cri sis la lle van a en fren tar se con pro ble mas dis -
tintos, más perentorios y elementales, puede decirse
que nun ca dejó de es tar cons cien te de ese rol prin ci -
pa lí si mo que es el reto in sus ti tui ble que condiciona su
excepcional destino de eternidad.
Por eso es que al cum plir su ter ce ra cen tu ria de
exis ten cia, pue de se guir ex hi bien do no como ró tu -
lo de pro pa gan da sino como ele men to sus tan cial
de su propia naturaleza, la ancestral peruanidad fir -
me, ro tun da y pe ren ne que sue le dar le el Cus co,
su le gí ti mo nu men tu te lar en el trans cur so de todas
las circunstancias y todos los tiempos.
—Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco en su
Tricentenario 1692–1992.
REFERENCIAS
—Barreda Laos, Felipe
1964 Vida Intelectual del Virreinato del Perú. Lima.
—Cosio, José Gabriel
1945 La Universidad de San Antonio Abad del Cuzco. Somera
Sinopsis de su Historia. En: Revista Universitaria Nº 88 – 89. Cusco.
—Herrera, Fortunato L.
1913 Universidad de San Antonio Abad. En: Revista Universitaria Nº
6. Cusco.
—Lohmann Villena, Guillermo
1990 El Marañón por Diego de Aguilar y de Córdova. Madrid.
—Ugarte, César Antonio
1917 Las Universidades Menores. En: Revista Universitaria Nos.
19 - 20 y 21. Cusco.
—Vargas Ugarte, Rubén
1948 Historia del Colegio y Universidad del Cuzco. Lima.
—Villanueva Arteaga, Horacio
1987 Fundación de la Universidad Nacional de San Antonio Abad.
Cusco.
1989 Cuzco Monumental. Cusco.
1992 La Universidad Nacional de San Antonio Abad. Cusco.
74 El Antoniano 125 – Marzo de 2014

SENTIDO CREADOR DE LA UNIVERSIDAD
IDEAS PARA UN PROGRAMA DE REFORMA UNIVERSITARIA
Discurso de Orden, pronunciado en el Paraninfo Universitario del
Cuz co, el 28 de se tiem bre de 1959, en oca sión de con me mo rar se el
segundo aniversario del Movimiento de Reforma Universitaria.
ace dos años la uni dad do cen te–es tu dian til del claus -
Htro cuz que ño es ta ble ció un nue vo hito en el de sa rro -
llo de la reforma universitaria nacional. Apenas la voluntad
popular derogó en los comicios el silencio de la tiranía, la
Carlos Ferdinand Cuadros 1
voz rectora del claustro, promulgó la gesta reformadora
de 1957 que hoy re cor da mos. Fue ron tan al tas las se ña -
les, que esa voz se es cu chó en todo el país, pro mo vien -
do la simpatía del pueblo y de la intelectualidad democrática,
y despertando también el temor reaccionario —que
qui zás sea el mis mo que man tie ne has ta aho ra ocul ta la
ex pre sión le gal que esa ac ción de bía te ner— 2 . Las ban de -
1 Este tra ba jo “Sen ti do Crea dor de la Uni ver si dad” de Car los Fer di nand Cua dros se aca bó de im pri mir el día 27 de di ciem bre de 1960 en los Ta lle res de
la “Edi to rial Gar ci la so”, ca lle Espi nar Nº 153, Cuz co, Perú, como se pa ra ta del Nº 118 de la Re vis ta Uni ver si ta ria. Cons ti tu ye el vo lu men 13 de Edi cio -
nes del Cen tro de Estu dios Ju rí di cos, Cuz co, Perú. Co la bo ra ron en su im pre sión los se ño res Car los Urquei ta A., Moi sés Vi dal C. y Eliseo Cano L.
2 Este trabajo, anticipó el contenido antidemocrático de la llamada Ley Universitaria No. 13417, promulgada el 9 de abril de 1960, que bastardeando las conquistas
sustanciales de la Reforma, niega la libertad de aprender, proscribe la asistencia libre, y establece regímenes de privilegio y discriminación para las Facultades de Medicina
y Normal Superior, mediatizando el gobierno universitario con participación estudiantil en la primera y la autonomía universitaria en la segunda.
El Antoniano 125 – Marzo de 2014 75

Carlos Ferdinand Cuadros
ras de la re for ma, que des de este re cin to his tó ri co se al za -
ron, fue ron vis tas en el Con ti nen te y sa lu da das con en tu -
siasmo. Se pensó en la trascendencia revolucionaria de
este acontecimiento, y en sus benéficos resultados
transformadores al servicio del pueblo.
Sin em bar go, tal vez por que fue la vehe men cia
es tu dian til, mas que la se re ni dad do cen te la que
con du jo el mo vi mien to, pron to su fal ta de pro fun di -
dad prin ci pis ta, ha bría de de mos trar que in ci día so -
lamente en las formas organizativas, más que en la
esencia de la Universidad.
Re pi tien do los pos tu la dos que
des de 1918 se hi cie ron tra di cio na -
les y se con si de ra ron ín si tos a la re -
for ma uni ver si ta ria, los prin ci pios
que lo sus ten ta ron fue ron ma yor -
men te or ga ni za ti vos; re ca ye ron
en la do cen cia li bre, la li ber tad de
cá te dra, la par ti ci pa ción es tu dian til
en el go bier no uni ver si ta rio, la pro -
mo ción do cen te por con cur so, el
de re cho de ta cha, la re vi sión de la
con ta bi li dad y la pla ni fi ca ción eco -
nó mi ca. Eran so la men te dos los
prin ci pios sus tan cia les: la au to no -
mía de la Uni ver si dad, re cla ma da
como for ma de go bier no in de pen -
dien te, y la in ves ti ga ción cien tí fi ca
como fin prin ci pal de su des ti no,
que por sí so los, sin una clara
dirección del movimiento,
presentarían únicamente débil
cambio formal, pero no de
mentalidad, ni esencia.
Por eso, cuan do la con tra dic -
ción en tre la es pe ran za y los re sul -
ta dos mo vió el cam bio de go bier -
no uni ver si ta rio en el pre sen te
año, señalamos la necesidad de
que el asun to uni ver si ta rio fue se
ob je to de es tu dio es pe cia li za do
en el pro pio claus tro, ana li za do y
en jui cia do con se re ni dad crí ti ca a
“Sin embargo,
tal vez porque
fue la
vehemencia
estudiantil, mas
que la serenidad
docente la que
condujo el
movimiento,
pronto su falta
de profundidad
principista,
habría de
demostrar que
incidía
solamente en las
formas
organizativas,
más que en la
esencia de la
Universidad.”
la luz del de ba te. Y au to cri ti cán do nos es ta ble ci mos
un he cho evi den te: ni maes tros ni alum nos apor ta -
mos pen sa mien to co la bo ra dor de la ac ción de la
Junta Reorganizadora que habíamos creado, y la
de ja mos li bra da a su pro pia ins pi ra ción 3
. Acti tud co -
rres pon dien te to da vía a la na tu ra le za de una ins ti tu -
ción tra di cio nal men te in sen si ble a los re que ri mien -
tos de la so cie dad, or ga ni za da en rí gi dos cá no nes,
re ve la ba te mor por las nue vas formas de análisis
del pensamiento, que habrían contribuido a
vigorizar su acción, concediéndole comprensión
más clara de su rol social.
Por eso, al acep tar el ho nor que nos otor ga la Fe -
de ra ción Uni ver si ta ria del Cuz co, ha cién do nos par -
ti ci par en es tos ac tos de re cor da ción y fas to, pen sa -
mos que el me jor ho me na je a la tra di ción re vo lu -
cio na ria de este claus tro, es apor tar ideas para el
en jui cia mien to de la re for ma uni -
ver si ta ria y tal vez para la es truc tu -
ra ción de un programa de acción
inmediata.
1. EL PRINCIPIO BÁSICO DE
LA REFORMA
Un pro gra ma de ac ción, nace
in du da ble men te de su prin ci pio
rec tor. Quien quie ra or ga ni zar la
ac ción re for ma do ra de la Uni ver si -
dad pe rua na, ha de sa ber cla ra -
men te qué pro pó si to per si gue la
re for ma, qué des ti no ha de con ce -
der a la Uni ver si dad. Sólo en ton -
ces po drá pre ci sar la fun ción ins ti -
tu cio nal que haya de realizar ese
principio.
La com pren sión del pos tu la do
bá si co obli ga al es cla re ci mien to
del pen sa mien to re for ma dor de la
Uni ver si dad na cio nal que coin ci de
en cons ta tar la fal ta de co rres pon -
den cia en tre la Uni ver si dad y el
pue blo, en tre cien cia y so cie dad;
aun que dis cre pa en la so lu ción.
Pues mien tras del pla no es tric ta -
men te idea lis ta se se ña ló la edu ca -
ción como fin úl ti mo de la Uni ver -
si dad, el pen sa mien to con tem po -
rá neo es ti ma que la cien cia no es
más que ins tru men to del bie nes -
tar so cial y que con si guien te men -
te, el fin de la Uni ver si dad no que da ni en la in ves ti -
ga ción cien tí fi ca, ni en la pro fe sio na li za ción, sino
que se extiende a la propia transformación de la
sociedad a la que sirve.
Ra món Cas ti lla, en su Men sa je a la Cá ma ra,
del 28 de ju lio de 1860 4 re cla ma “que las uni ver -
si da des sal gan de la iner cia y pos tra ción y com ple -
3 “Defensa de la Reforma”, pub. del grupo docente-estudiantil de la Universidad del Cuzco denominado Frente Democrático de Reforma,
Cuzco, 1959, p. 8 y 9.
4 Cit. Por Alvaro Mendoza en “Profesionalismo Liberal”, Trujillo, 1956, p. 78.
76 El Antoniano 125 – Marzo de 2014

Sentido creador de la Universidad
ta nu li dad en que se en cuen -
tran; que en vez de una exis ten -
cia ilu so ria y fan tás ti ca y de pa la -
bras va cías de sen ti do re ci ban
una exis ten cia real y ac ti va y
ven gan a ser dig nos y ve ne ra -
bles cen tros de to das las en se -
ñan zas y doc tri nas cien tí fi cas,
con for me a las ideas, espíritu y
asombroso progreso de los
tiempos modernos”.
Lue go de re fe rir los tra ba jos
de Vi lla rán, Man za ni lla, La bart -
he, Miró Que sa da, Oli vei ra,
etc., Víc tor Andrés Be laun de,
sus ten ta la afir ma ción de que
“la Uni ver si dad ha vi vi do a pe -
sar de la co rrien te po si ti vis ta, a
es pal das de la vida y de la rea li -
dad na cio na les”, ex po nien do
que “to dos es tos es tu dios no re -
pre sen tan una orien ta ción de la
ins ti tu ción mis ma que sólo po -
día en car nar se en un cam bio
pro fun do del plan de es tu dios
de la Uni ver si dad en un sen ti do
fran ca men te na cio na lis ta”. “To -
dos sa ben —agre ga— que el ac -
tual plan de es tu dios no com -
pren de dis ci pli nas des ti na das a
co no cer nues tra rea li dad fí si ca,
nues tra rea li dad eco nó mi ca,
nues tra rea li dad po lí ti ca y nues -
tra rea li dad mo ral” 5
.
Bajo el ru bro sig ni fi ca ti vo de
“Nu li dad de la la bor so cial de la
Uni ver si dad”, José Luis Bus ta -
man te de sa rro lla en un ca pí tu lo
de su te sis ti tu la da “La Cri sis Uni -
versitaria”
6
el “de sa pe go la ten te
en tre el me dio so cial y la Uni ver -
si dad”, se ña lan do que no ha “lo -
gra do ésta im po ner se, reha bi li tar -
se ante la opi nión me dian te el
pres ti gio de una obra pro ve cho -
sa y fe cun da”, y ex pli ca que esa
obra de bía con sis tir en “sus cam -
pa ñas en pro del me jo ra mien to
co lec ti vo, a fa vor del obre ro y
del niño, de la cultura y la
higiene”. Confirmando ese
pensamiento agrega:
“No, nuestra Universidad no
tiene historia social; no ha sabido
vi vir en el pue blo ni ha de ja do
hue lla pro fun da en el co ra zón de
las ma sas. Ape nas si al gu nas dé bi -
les ma ni fes ta cio nes de ex ten sión
uni ver si ta ria —con fe ren cias, dis -
cursos, dramas populares— han
pues to de vez en cuan do un to -
que mo men tá neo de es pe ran za
en ese cuadro de inercia y
abandono” 7 .
Más ro tun da y ad mo ni ti va es
la cons ta ta ción de Au gus to B. Le -
guía en el año 1924, cuan do en
su Men sa je al Con gre so decía:
“Hay en el pa sa do y en el pre -
sen te del Perú una es tre cha re la -
ción en tre las des gra cias na cio na -
les y la in ca pa ci dad de los hom -
bres edu ca dos en esas uni ver si -
dades que no supieron preverlas
ni ate nuar las. Edu ca dos bajo el ré -
gi men del ro man ti cis mo re sul ta -
ron poe tas y de cla ma do res cuan -
do ne ce si tá ba mos hom bres de
ac ción y de go bier no” 8 .
Pero no sólo del lado idea lis -
ta, tam bién del lado de la re fle -
xión cien tí fi ca con tem po rá nea,
los bu ri les dia léc ti cos de Ma riá -
te gui, ca lan más hon do, con fir -
man do la mis ma ver dad. Lue go
de aque lla sen ten cia an to ló gi ca
so bre la co rres pon den cia que
exis te en tre eco no mía y edu ca -
ción y en lo epi dér mi co que re -
sul ta pre ten der mo di fi car ésta
sin mo di fi car aque lla, en tra a ex -
pli car las cau sas del “triste
destino” de la Universidad
denunciado por Belaúnde:
“La ver dad era —dice el Maes -
tro— que la Co lo nia so bre vi vía
en la Uni ver si dad por que so bre -
vi vía tam bién, —a pe sar de la re -
vo lu ción de la Inde pen den cia y
de la re pú bli ca demo–li be ral, en
la es truc tu ra eco nó mi co–so cial
del país, re tar dan do su evo lu ción
his tó ri ca y ener van do su im pul so
bio ló gi co. Y que, por esto, la Uni -
ver si dad no cum plía una fun ción
progresista y creadora en la vida
pe rua na, a cu yas ne ce si da des
profundas y a cuyas corrientes vi -
ta les re sul ta ba no sólo ex tra ña
sino con tra ria” 9
.
A su es cue la co rres pon de tam -
bién el pen sa mien to de Cé sar
Guar dia Ma yor ga quien lue go de
re se ñar las vi ci si tu des del mo vi -
mien to de Re for ma, cons ta ta en -
fá ti ca men te: “Esta ines ta bi li dad
de la vida uni ver si ta ria está de -
mos tran do cla ra men te que la
Universidad Peruana no ha en -
con tra do to da vía su ver da de ro
cau ce, que las re for mas rea li za -
das no han so lu cio na do los pro -
ble mas fun da men ta les, que la en -
señanza universitaria no corres -
pon de a las exi gen cias de nues tra
rea li dad so cio–eco nó mi ca ni a
los im pe ra ti vos de la épo ca en
que vi vi mos y que la ines ta bi li dad
de nues tra pro pia or ga ni za ción
social y política, se refleja en la
vida de los claustros
universitarios” 10 .
La ex pre sión más in me dia ta
de este re co no ci mien to uná ni -
me se con tie ne en la De cla ra -
ción de Prin ci pios sus cri ta por
cin co agru pa cio nes uni ver si ta -
rias del Cuz co en el mes de ju -
lio úl ti mo, que par te del pre su -
pues to ele men tal de que “La
Uni ver si dad pe rua na está en cri -
5 “La Des via ción Uni ver si ta ria”, Víc tor A. Be laun de, en Rev. De la Uni ver si dad de San Mar cos, 3er. Trim. 1917, p. 206.
6 “La Crisis Universitaria”, Luis Bustamante y Rivero, en Rev. Universitaria, No. 27, Cuzco, marzo 1919, p. 8
7 Ib. Id. P. 12
8 Cit. Por Cé sar Guar dia Ma yor ga en “El Pro ble ma de la Re for ma Uni ver si ta ria”.- Lima, 1957, Edit. D.M. p. 23.
9 “7 Ensa yos de Inter pre ta ción de la Rea li dad Pe rua na”, José Car los Ma riá te gui, Emp. Edit. Amau ta S.A. Lima, 1957. Edic. Po pu lar, p. 116.
(Cursiva C.F.C.)
10 Ob. Cit. P. 5
El Antoniano 125 – Marzo de 2014 77

Carlos Ferdinand Cuadros
sis; re fle ja el es ta do de evo lu ción de su so cie -
dad”. “El es ta do de re tra so so cial —dice— se ma -
ni fies ta prin ci pal men te en la de fi cien te crea ción
cien tí fi ca, in ci pien te y anár qui ca pro mo ción de
ele men tos téc ni cos al ser vi cio de la na ción, lo
que re sul ta de la no co rres pon den cia en tre las
ne ce si da des de la co lec ti vi dad y la fun ción uni ver -
si ta ria”
11
.
Es de cir que po lí ti cos y maes tros, idea lis tas y
ma te ria lis tas, an ti guos y con tem po rá neos coin ci -
den en es ta ble cer que los fi nes de la Uni ver si dad
pe rua na, no han co rres pon di do a las so li ci ta cio -
nes de su pue blo y que esa fal ta de re la ción en tre
la cien cia y las ne ce si da des de la co lec ti vi dad, la
hi cie ron ins ti tu ción es té ril, di vor cia da de la so cie -
dad como ex pre só Be laún de, re pu dia da como
lo mencionó Bustamante, nula como la juzgaron
Castilla y Leguía.
De esta re vi sión del pen sa mien to re for ma dor
de la Uni ver si dad sur gen dos con clu sio nes más:
1°. que el es ta do de de cai mien to de la Uni ver si -
dad pe rua na, —pro mo tor fre cuen te del mo vi -
mien to de Re for ma—, se man tie ne has ta el mo -
men to con muy pe que ñas mo di fi ca cio nes; y 2°.
que es ta ble ci do ese efec to ge ne ral de es tas o
aque llas cau sas, na die aún de ter mi nó la di rec -
ción exac ta del movimiento para que este
pudiera conseguir sus fines.
Es que, ni po lí ti cos, ni maes tros; ni idea lis tas,
ni ma te ria lis tas, ni an ti guos, ni mo der nos, sus ten -
ta ron te sis con se cuen te a su crí ti ca se ña la do ra
de los de fec tos de la Uni ver si dad, o de ha ber lo
he cho, con fir mó la his to ria que no co rres pon dió
a los pre su pues tos de la rea li dad. De ahí la
persistencia del fenómeno.
Del pen sa mien to del Li ber ta dor Cas ti lla sur ge
ní ti da una loa ble y hon da vo ca ción de mo crá ti ca
que re cla ma igual dad de de re cho para to das las
doc tri nas cien tí fi cas. Ma nuel Vi cen te Vi lla rán,
cree que la na cio na li za ción de la Uni ver si dad
con el co no ci mien to de nues tra rea li dad, se ría su -
fi cien te. Bus ta man te y Ja vier Pra do, coin ci den en
que el objeto de la Reforma debe comprender:
“1°. La in clu sión del fin edu ca ti vo en el pro gra -
ma uni ver si ta rio; 2°. Inten si fi ca ción y va ria ción
del con cep to de los es tu dios que de ben des li gar -
se de su ten den cia pro fe sio nal; 3°. For ma ción
por me dio de la Uni ver si dad, del es pí ri tu y de la
con cien cia na cio na les”
12
.
Le guía que da en la ad mo ni ción con de na to ria de
la re tó ri ca don de la fal ta de pro fun di dad es sus ti tuí -
da por el verbalismo.
El pro pio pen sa mien to ma te ria lis ta dia léc ti co, es
par co al res pec to. Ma riá te gui, jus ti fi ca da su ac ti tud
por no ha ber se pro pues to es cla re cer sino los fun -
da men ta les li nea mien tos ideo ló gi cos y po lí ti cos,
del pro ce so de la ins truc ción pú bli ca
13
, no en tra en
la for mu la ción de un pro gra ma ni pro por cio na la di -
rec ción con cre ta del mo vi mien to de re for ma, aun -
que nos deja in du da ble men te el prin ci pio sus tan -
cial de que no po dre mos re for mar la edu ca ción sin
co no cer las le yes de la eco no mía, prin ci pio so bre
el cual se ha de de sa rro llar toda la doc tri na re for ma -
do ra con tem po rá nea
14
.
Guardia Mayorga, explica la tesis de Mariátegui,
sos te nien do: “La Uni ver si dad está ín ti ma men te li ga -
da a la es truc tu ra so cio–eco nó mi ca y a los cam bios
que en ella se pro du cen. De aquí que si se quie re
me jo rar fun da men tal men te la vida uni ver si ta ria, tie -
ne que me jo rar se la es truc tu ra eco nó mi ca y so cial
en que tie ne que ac tuar, a la que tie ne que ser vir.
La Uni ver si dad como or ga nis mo más cons cien te
del país, de be ría in clu si ve ade lan tar se a las con di cio -
nes ma te ria les de la so cie dad ha cién do se sen si ble a
las in ci ta cio nes del fu tu ro y re fle jan do las as pi ra cio -
nes de las nue vas fuer zas que irrum pen en la
historia y no estatizarse en la contemplación de un
mundo platónico” 15 .
Po cos me ses des pués del acon te ci mien to de se -
tiem bre de 1957, apor tá ba mos una for mu la ción
más pre ci sa del des ti no de la Uni ver si dad y de la di -
rec ción esen cial de la Reforma:
“El pro ble ma como pro ce so his tó ri co —de cía -
mos— re si de fun da men tal men te en la ne ce si dad
de trans for mar la ac ción uni ver si ta ria des ti nán do la
a rea li zar la igual dad en tre cien cia y so cie dad.
Orien tán do la a con se guir que la edu ca ción sir va
real men te a la evo lu ción y de sa rro llo de la so cie -
dad peruana. Nuestra tesis está dirigida a reivindicar
la cien cia a fa vor de los fun da men ta les in te re ses
11 Declaración de Principios de los grupos Frente Democrático de Reforma, Movimiento de Auténtica Reforma, Centro Univ. Cuzco, Frente
Univ. Re for mis ta Inde pen dien te y Fren te Univ. De Inge nie ría Ci vil y Agronomía. Cuzco, julio 1959.
12 Bus ta man te, ob. Cit. P. 16.
13 Su cuar to en sa yo se ti tu la “El Pro ce so de la Instruc ción Pú bli ca”, Ob. Cit. P. 90 139.
14“El pro ble ma de la en se ñan za —dice— no pue de ser bien com pren di do en nues tro tiem po, sino es con si de ra do como un pro ble ma eco -
nómico y como un problema social. El error de muchos reformadores ha estado en su método abstractamente idealista, en su doctrina exclusivamente
pedagógica. Sus proyectos han ignorado el íntimo engranaje que hay entre la economía y la enseñanza y han pretendido modifi
car esta, sin conocer las leyes de aquella”. Ob. Cit. P. 135.
15 Ob. Cit. P. 13.
78 El Antoniano 125 – Marzo de 2014

Sentido creador de la Universidad
na cio na les, vale de cir a atraer la
uni ver sa li dad de su ac ción para
re sol ver las ne ce si da des
materiales y espirituales del
hombre peruano dentro del
concierto de la cultura”.
“La rea li dad na cio nal nos re ve -
la un país en pro ce so de eman ci -
pa ción. Eco nó mi ca men te sub de -
sarrollado y sometido a fuerzas
ex tra ñas, el Perú es aún in ca paz
de satisfacer sus propias necesidades
de sub sis ten cia. So cial men te
di vi di do en pe que ña mi no ría de
per so nas que sa ben leer, en la
que se re clu tan los cua dros di ri -
gen tes de la so cie dad, fren te a
una gran ma yo ría de in dí ge nas
anal fa be tos y fuer te por cen ta je
de sil ví co las que apor tan úni ca -
men te ener gía–tra ba jo en con di -
cio nes pri mi ti vas de sub sis ten cia,
el país es in du da ble men te pue -
blo de len ta trans for ma ción, en
es pe ra de su li be ra ción. Pen sa -
mos por eso que esta rea li dad re -
cla ma de la Uni ver si dad pe rua na
una nue va con duc ta: la de rea li -
zar sus fi nes con des ti no a la
eman ci pa ción nacional”.
16
He aquí el prin ci pio bá si co,
que creo debe ins pi rar la ac ción
de la nue va Uni ver si dad pe rua -
na. He aquí tam bién la ex pli ca -
ción del mo ti vo por el cual el lla -
ma do pro ble ma de la re for ma
uni ver si ta ria se pre sen ta so la -
men te en los paí ses la ti noa me ri -
ca nos de bajo ni vel cul tu ral, mien -
tras que los pue blos de cul tu ra
an ti gua, con si guien te men te más
avanzados, no lo muestran.
Es que la Uni ver si dad como
ins ti tu ción so cial co rres pon de al
es ta do de evo lu ción de la es truc -
tu ra de la so cie dad y como ma ni -
fes ta ción de la con cien cia so cial
ex hi be el pen sa mien to di rec tor
de ella, de acuer do a los in te re -
ses de su com po si ción de cla se.
De ahí que a nues tra so cie dad se -
mi feu dal y de pen dien te haya co -
rrespondido una Universidad co -
lonialista, ajena a la demanda del
desarrollo de las fuerzas producti -
vas y más aje na todavía —por
propio interés de clase—, a
promover su transformación.
Es por eso que los pen sa do res
de la Re for ma, del cam po idea lis -
ta que da ron en el es bo zo del
pro ble ma y for mu la ron so lu cio -
nes es tric ta men te edu ca cio na -
les, sin to car su mé du la que se en -
cuen tra en la es truc tu ra ma te rial
de la so cie dad, que ha de ser ne -
ce sa rio mo di fi car para que la
Universidad se transforme
verdaderamente.
Ante esta te sis, no po cos se
pre gun ta rán de qué he mos de
emanciparnos si somos país de -
mo crá ti co y li bre que par ti ci pa
en el con cier to uni ver sal de na -
cio nes con igua les de re chos?
Ade lan te mos la res pues ta con la
evidencia de las cifras:
– 1. La po bla ción pe rua na de
10.213.000 ha bi tan tes, en
1958 ( 17 ), es mayoritariamen -
te inac ti va (60.13%, en 1940),
tan to que pro du ce una ren ta
per cá pi ta de so la men te
S/.2.542.00 al año. Cul tu ral -
men te di vi di da y ra cial men te
di fe ren cia da mues tra to da vía
un 60% en es ta do de pre–ci vi -
li za ción, por anal fa be tis mo, re -
la cio nes ele men ta les de pro -
duc ción y con di cio nes sub–hu -
ma nas de exis ten cia. No es
cier to qué esta po bla ción de -
man da de los cua dros di ri gen -
tes, de los ideó lo gos de la so -
cie dad, la acción
emancipadora que la libere de
las tinieblas del primitivismo?
– 2. De los 20.616.463 mi llo -
nes de hec tá reas so me ti das a
cul ti vo par ti cu lar, so la men te
se ex plo ta 1.730.000 hec tá -
reas. Los 15 mi llo nes 120 mil
16“Uni ver si dad y Eman ci pa ción Na cio nal”, Car los Fer di nand Cua dros, Edit. H.G. Ro sas. Cuz co, 1958, p. 27 y 28.
17 Bo le tín de Esta dís ti ca Pe rua na, 1959, Año II, N° 3, p. 51. Cua dros, ob. Cit. P. 32 ss.
El Antoniano 125 – Marzo de 2014 79

Carlos Ferdinand Cuadros
hec tá reas de do mi nio par ti cu lar, se dis tri bu -
yen en tre 510.302 pro pie ta rios, en una po bla -
ción de diez mi llo nes de ha bi tan tes, acu san do
un bajo ín di ce de frac cio na mien to de la tie rra
y de nun cia do el la ti fun dio, asien to prin ci pal de
la feu da li dad, que se ti pi fi ca por con di cio nes
ele men ta les de producción indígena y mestiza
y relaciones de trabajo serviles.
– 3. Nues tras ri que zas mi ne ra les y tam bién agrí -
co las (como su ce de en la sel va don de las con -
ce sio nes im pe ria lis tas son
cada vez ma yo res), son ex plo -
ta das por ca pi ta les ex tran je ros
cuya pe ne tra ción no sólo abar -
ca el cam po eco nó mi co, sino
que por él in gre sa en la po lí ti -
ca di ri gen te y en el pro pio pen -
sa mien to del pue blo que
somete y hace sumiso a su
ideología dominante.
– 4. Co rres pon dien te a esa es -
truc tu ra ma te rial la cul tu ra es -
pi ri tual re ve la fal ta de pro fun di -
dad cien tí fi ca, em pi ris mo, im -
pro vi sa ción y superstición.
Lue go, si esas con di cio nes ma -
te ria les y es pi ri tua les de la so cie -
dad pe rua na exi gen trans for ma -
ción para pro mo ver el bie nes tar
hu ma no, que es la úl ti ma y esen -
cial fi na li dad de la cien cia, es ló gi -
co que la Uni ver si dad, como ex -
pre sión evo lu cio na da del pen sa -
mien to, acu da a trans for mar las y
se se ña le en ton ces que el de rro -
te ro que co rres pon de a la Re for -
ma en las con di cio nes ac tua les
de la es truc tu ra so cio–eco nó mi -
ca del país, es la eman ci pa ción
de los estados de
semicivilización y sub–desarrollo
en que se encuentra la nación.
La Re for ma como mo vi mien -
to ra cio nal, debe te ner rum bo pre ci so; sa ber
cons cien te men te ha cia don de mar cha, qué ob -
je ti vos per si gue. Si den tro de las “ca te dra les
de la pe sa dum bre” de la sel va, en el mar de la
de so la ción del de sier to, en la no che obs cu ra
que agran da los só ta nos del tiem po, el ca mi -
nan te ha de bus car va ci lan te el cal ve ro orien ta -
dor, la hue lla anun cia do ra, la es tre lla guía; la
obli ga ción de bus car el sen ti do exac to de la
mar cha será ma yor cuan do el ca mi nan te es
“Consideramos
que esas
funciones,
deben ser:
1. Crea ción de
la ciencia.
2. Enseñanza y
profesionalización.
3. Asesoría
técnica al Estado
y a la so cie dad.”
una ins ti tu ción so cial que como la Uni ver si dad,
uni da a su res pon sa bi li dad por el destino de su
pueblo, tiene la experiencia de los caminos
reales de la ciencia.
Por eso no bas ta rá de cir que la Re for ma Uni ver -
si ta ria deja de ser mero y ac ci den tal acon te ci mien -
to, para con ver tir se en pro ce so evo lu ti vo ín si to a la
con di ción dia léc ti ca de la so cie dad. Será ne ce sa rio
es cla re cer si el pro ce so co rres pon de a nue vas ne -
ce si da des, o es so la men te la ex pre sión, por hom -
bres dis tin tos, de la misma
necesidad, ante la misma realidad.
Cier ta men te muy poco ha avan -
za do la Re for ma en el me dio si glo
que tie ne de exis ten cia. Per sis ten
con igual fuer za los de fec tos ano ta -
dos por maes tros y po lí ti cos de las
décadas pasadas, porque con la
mis ma fuer za per sis ten tam bién
las con di cio nes de su mi sión del
pue blo pe rua no. Es que el pro ce -
so de Re for ma es el pro pio pro ce -
so de eman ci pa ción na cio nal. Vie -
ne uni do, o re sul ta más bien del re -
cla mo esen cial del pue blo de trans -
for mar la es truc tu ra so cio–eco nó -
mi ca nacional, una de cuyas
manifestaciones es la Universidad
atrasada.
Se tra ta in du da ble men te del
mis mo fe nó me no de hace me -
dio si glo, el que des pier ta la preo -
cu pa ción de es tu dio sos de to das
las fi lo so fías, y en esa for ma su es -
cla re ci mien to ideo ló gi co co rre
pa re jo con la trans for ma ción de
la hu ma ni dad. Por eso aho ra que
la hon du ra y la exac ti tud de la fi lo -
so fía trans for ma do ra de la so cie -
dad, se ha lla con fir ma da por la
pro pia his to ria, ese
esclarecimiento es mayor, más
profundo y más exacto.
2. FUNCIONES DE LA UNIVERSIDAD
De fi ni do el pro pó si to orien ta dor, ne ce sa rio es
tam bién de li mi tar las fun cio nes por me dio de las
que será rea li za do el des ti no de la Uni ver si dad.
Nó te se que tra ta mos de las fun cio nes del or ga -
nis mo uni ver si ta rio en di rec ción ha cia un fin, y
que no las es ti ma mos fi nes en sí, por que pen sa -
mos que en ellas no con clu ye la mi sión de la ins ti -
tu ción, sino que se ex tien de a rea li zar aquel pos -
80 El Antoniano 125 – Marzo de 2014

Sentido creador de la Universidad
tu la do sus tan cial, que re sul ta en -
ton ces el fin de su actividad en
esta etapa de la evolución
nacional.
Con si de ra mos que esas fun -
cio nes —que no de jan de ser fi -
nes in me dia tos—, de ben ser:
– 1. Crea ción de la cien cia.
– 2. Ense ñan za y pro fe sio na li -
za ción.
– 3. Ase so ría téc ni ca al Esta do
y a la so cie dad.
En ellas se re su men las lar gas
enun cia cio nes le ga les; aque lla
De cla ra ción de Prin ci pios de la
Jun ta Reor ga ni za do ra de la Uni -
ver si dad del Cuz co, que ubi có
en úl ti mo lu gar la in ves ti ga ción
cien tí fi ca; el sen ti do na cio na lis ta
de la enseñanza universitaria o la
in ves ti ga ción cien tí fi ca de la rea li -
dad, reclamadas por los doctrina -
rios de la Re for ma de principios
del siglo y del momento actual,
respectivamente.
Creación de la ciencia:
La cien cia es la ex pre sión sin -
te ti za do ra del pro ce so de la cul -
tu ra hu ma na. Es la me di da del
gra do de evo lu ción del hom bre
en sus re la cio nes con la na tu ra -
le za y la so cie dad. Una cien cia
evo lu cio na da co rres pon de so la -
men te a una so cie dad evo lu cio -
na da; pero de cir cien cia evo lu -
cio na da no es enun ciar el mero
prin ci pio, es ha ber con se gui do
su de sa rro llo y rea li za ción, es
ha ber ob te ni do la co rres pon -
den cia ló gi ca entre el
pensamiento y las relaciones
materiales de subsistencia.
Por eso, crear la cien cia es tal
vez la mi sión an to no más ti ca de la
Uni ver si dad. Ella abar ca to das
sus fun cio nes. Hay que crear la
cien cia an tes de di fun dir la en la
enseñanza y profesionalizar; hay
que crear la cien cia an tes de apli -
car la en la ase so ría téc ni ca. La his -
to ria de la hu ma ni dad es la
historia de la creación científica.
El mé di co ar gen ti no Ber nar -
do Hous say 18 en fra se fe liz que
ha bre mos de ci tar la fre cuen te -
men te, re su mió este
pensamiento:
“Cro no ló gi ca y je rár qui ca -
men te —dijo alu dien do a la
Uni ver si dad— la in ves ti ga ción
es su fun ción pri me ra, pues hay
que ha llar pri me ro los co no ci -
mien tos para lue go enseñarlos
y divulgarlos”.
La cien cia es la más alta for -
ma de la con cien cia so cial; por
eso, su des ti no no que da en la
ex pli ca ción del fe nó me no, en
el des cu bri mien to de la ley, en
la or ga ni za ción del pen sa mien -
to. Su des ti no es es tric ta men te
so cial y por tan to más ex ten so;
su fin es la vida mis ma. Po bre se -
ría la cien cia que que de en la fór -
mu la des cu bier ta, en la ley ex pli -
ca da, en el fe nó me no re ve la -
do, si fór mu la, ley y fe nó me no,
no sir vie sen al bie nes tar del
hom bre. La cien cia por la cien -
cia, quí mi ca men te pura, no exis -
te. La fun ción de la me di ci na es
cu rar y evi tar los ma les fí si cos;
la mi sión del de re cho ase gu rar
la jus ti cia que es el equi li brio en -
tre bie nes y ne ce si da des de la
so cie dad; la mi sión de la edu ca -
ción li be rar al hom bre de las lo -
bre gue ces de la ig no ran cia, y
en fin cada rama es pe cí fi ca, tie -
ne un ex plí ci to fin so cial, des ti -
na do a rea li zar el prin ci pio fi lo -
só fi co fun da men tal de que el
hom bre evo lu cio na bus can do
su bie nes tar y que esa evo lu -
ción se mide en el gra do de dig -
ni dad y bie nes tar que con si gue.
Cuan do la cien cia ele men tal
del hom bre de la ca ver na le dio
el ha cha, sir vió para sus ti tuir y
me jo rar la ac ción de la mano;
cuan do la cien cia del hom bre
de la era cós mi ca, le con ce de el
pri mer con tac to con la luna, es
para que las fuer zas im pul so ras
de su men sa je, afirmen la
felicidad del hombre sobre la
tierra y agranden su esperanza
de que ella crecerá en la misma
medida en que la fuerza del
hombre crece hasta tocar los
astros.
Por eso cuan do ha bla mos de
la cien cia, como fun ción an to -
no más ti ca de la Uni ver si dad,
alu di mos al pro pio fin ins ti tu cio -
nal, que como la cien cia mis ma,
no pue de que dar ni en la crea -
ción cien tí fi ca, ni en la pro fe sio -
na li za ción, ni en la ase so ría; ha
de sa lir a co mu ni car se con la
vida, si es que real men te quie re
ser ins ti tu ción vi tal; ha de con cu -
rrir a la eman ci pa ción del hom -
bre pe rua no de las ca de nas ma -
te ria les y mo ra les que lo atan al
pri mi ti vis mo, ha cien do que su
cien cia sal ga del la bo ra to rio a re -
co rrer los caminos de la patria,
y recoja en ellos el dolido
reclamo de sus hombres.
Por eso, crear la cien cia, es
tam bién crear el mé to do: es ta -
ble cer la re la ción pri ma ria de la
evo lu ción so bre sus ba ses ele -
men ta les: cien cia y rea li dad ac -
tual, vale de cir con cien cia so cial
y re la cio nes ma te ria les de pro -
duc ción, en que la cien cia lle -
van do con si go el pen sa mien to,
las as pi ra cio nes de la so cie dad,
debe ayu dar a la trans for ma -
ción de las fuer zas ma te ria les
has ta ob te ner que su evo lu ción
pro mue va nue vas con di cio nes
de evo lu ción cien tí fi ca,
desarrollando así la grande
onda dialéctica con que crece la
vida.
Re co no ci da una es truc tu ra
ma te rial en pro ce so de eman ci -
pa ción, la cien cia de la Uni ver si -
dad pe rua na ha de em pe zar
18 Rev. de Mi ne ría No. 18, ene ro–fe bre ro 1957.
El Antoniano 125 – Marzo de 2014 81

Carlos Ferdinand Cuadros
por es cla re cer esa es truc tu ra, por de fi nir la, dis cu -
tir la y pro mo ver su trans for ma ción, cien tí fi ca -
men te. Esa es su misión inmediata.
Co rres pon dien do a la anar quía de las re la cio -
nes de pro duc ción, y al bajo de sa rro llo de la cul -
tu ra es pi ri tual in he ren te a ese es ta do de re la cio -
nes ele men ta les y re tra sa das, el Perú, es país de
em pi ris mo. Los gran des pro ble mas de la na cio na -
li dad es tán li bra dos a la de ma go gia o al aven tu ris -
mo po lí ti co, en que el go ber nan te, no es pre ci sa -
men te el co no ce dor cien tí fi co de la rea li dad y
sus ne ce si da des, sino mas bien el de cla ma dor
em pí ri co. Por eso, no es en los ór ga nos de go -
bier no y con duc ción de la so cie dad, don de se de -
ba ten los pro ble mas fun da men ta les de la na cio -
na li dad. He ahí como ejem plos: la ley uni ver si ta -
ria si len cia da por el pro pio Po der Le gis la ti vo; la
re for ma agra ria —ne ce si dad ine lu di ble co rres -
pon dien te al es ta do de evo lu ción de las re la cio -
nes so cio–eco nó mi cas de nues tro país, agra rio y
se mi feu dal—, que no ha sido aún en jui ci da da
por en ti dad de go bier no o de cul tu ra, en for ma
res pon sa ble, que dan do li bra da so la men te a la es -
pon ta nei dad de los es tu dio sos. La re for ma de la
edu ca ción pe rua na tam po co ha sido tra ta da or gá -
ni ca y fun cio nal men te. El Estado ha empezado
hace muy poco tiempo el inventario de la
realidad educativa con la participación de
elementos que no son los más calificados,
haciéndolo por eso parcial y lento.
El aná li sis de los pro ble mas de la edu ca ción,
debe ser ob je to de un plan or gá ni co que par -
tien do de las con di cio nes de mi se ria en que co -
lo can al pue blo pe rua no las fuer zas re tra sa do -
ras de su de sa rro llo, de la feu da li dad y del im -
pe ria lis mo, es ta blez ca el anal fa be tis mo como
ex pre sión le gí ti ma de ese es ta do de po bre za,
la ina de cua ción de los mé to dos de en se ñan za
pri ma ria y se cun da ria, sin re la ción con las ne ce -
si da des so cia les, etc., has ta lle gar al en jui cia -
mien to doc tri na rio del asun to uni ver si ta rio,
que in du da ble men te re quie re el pre vio y ele -
men tal co no ci mien to de la rea li dad uni ver si ta -
ria a tra vés de la es ta dís ti ca, tal como ya lo
empezó a hacer con muy buen criterio la
Comisión Coordinadora de la Reforma de la
Universidad de San Marcos.
La fal ta de re la ción en tre la Uni ver si dad del
Cuz co y su rea li dad, re ve la que de ella no han sa -
li do pre ci sa men te los his to ria do res, ar queó lo -
gos y ar tis tas más ca li fi ca dos, que ha yan re vi sa -
do, de sa rro lla do y acre cen ta do las cien cias o el
arte. Sin em bar go es el Cuz co la ca pi tal his tó ri ca
del nue vo Con ti nen te, y su Uni ver si dad de bió
ser asi mis mo la re pre sen ta ti va má xi ma del co no -
ci mien to de la his to ria y la ar queo lo gía, que con -
tri bu ya do cu men tos ar queo ló gi cos, de cuyo co -
no ci mien to exac to, no tie ne la me nor idea ni el
Pa tro na to, ni el Con se jo Na cio nal de
Conservación de Monumentos Históricos,
organizados con criterio burocrático mas que
científico.
Des de las pe que ñas ex pre sio nes de su arte po -
pu lar, —que flo re ce, aun que no que rra mos
creer lo en las ma nos de los ni ños in dí ge nas—,
has ta las más al tas mues tras de su ar qui tec tu ra
mo nu men tal pa san do por la pin tu ra, el Cuz co es
una sola y viva mues tra de la gran sen si bi li dad ar -
tís ti ca del pue blo; sin em bar go no ha sido su Uni -
ver si dad la que ha or ga ni za do un mu seo, ca paz
de re co ger es tos men sa jes, ni ha pro mo vi do la
en se ñan za me jo ra do ra de esa in na ta ca pa ci dad
del pue blo, de la for ma ción de sus ar tis tas en un
Insti tu to es pe cia li za do. De acuer do al sen ti do ru -
di men ta rio de la cul tu ra, que re fle ja las con di cio -
nes ru di men ta rias de exis ten cia, la Uni ver si dad
ha me nos pre cia do el arte; oca sio na les ma ni fes ta -
cio nes de ex ten sión uni ver si ta ria, como lo apun -
ta ban to da vía en 1918. Bus ta man te y Ri ve ro, pre -
ten die ron lle var cultura al pueblo, sin haberlo
conseguido por supuesto, dada la artificiosidad
del método que carecía de relación auténtica
con las masas.
La Uni ver si dad re fle ja así la mis ma in sen si bi li -
dad del Esta do fren te al arte y la cien cia que hizo
de cir con acier to que era el con vi da do de pie dra
en la mesa de la cultura.
Con si guien te men te po de mos sin te ti zar pro -
gra má ti ca men te es tos pen sa mien tos en la
siguiente forma:
– 1° Re vi sión ge ne ral de pla nes y pro gra mas
para sa ber qué cien cia se en se ña, qué mé to -
dos se usan, y qué ob je to tie ne esa
enseñanza.
– 2° Orga ni za ción de es tu dios des ti na dos a la
con ser va ción e in ter pre ta ción de las fuen tes
his tó ri cas, ar queo ló gi cas y ar tís ti cas por me -
dio de Insti tu tos de His to ria, Arqueología y
Arte.
– 3° Par ti ci pa ción ac ti va en el es tu dio, in ves ti ga -
ción, de ba te y for mu la ción de los pla nes de de -
sa rro llo de la es truc tu ra so cio–eco nó mi ca na -
cio nal, a tra vés de los si guien tes institutos
inmediatos:
A) De Estu dios Eco nó mi cos.
B) De Re for ma Agra ria e Indi ge nis mo.
82 El Antoniano 125 – Marzo de 2014

Sentido creador de la Universidad
C) De Re for ma Edu ca cio nal.
De man da mos que La Uni ver -
si dad asu ma La es pe cí fi ca fun -
ción de in ves ti ga ción de la rea li -
dad na cio nal; del es tu dio y de -
ba te de sus pro ble mas fun da -
men ta les, y de la for mu la ción
de los pla nes para su so lu ción.
Nos com pla ce que este pen sa -
mien to ex pues to to da vía en
1958, haya coin ci di do con el
pensamiento reformista más
avanzado del país.
La Expo si ción de Mo ti vos del
Re gla men to Ge ne ral de la
Escue la Na cio nal de Agri cul tu -
ra, re co no ce: “Una cor po ra -
ción uni ver si ta ria re co ge la cul -
tu ra hu ma na y del país, la in cre -
men ta y la trans mi te, por me -
dio de la in ves ti ga ción cien tí fi ca,
del es tu dio de la rea li dad en
que se de sa rro lla y por la ex ten -
sión de los co no ci mien tos: pre -
pa ran do a la vez a los pro fe sio -
na les, que han de ser los ele -
men tos que cum plan fi nal men -
te las rea li za cio nes prác ti cas de
los pro ble mas agra rios, pro fe -
sio na les y cien tí fi cos del país.
Esta tras cen den tal ta rea tie ne
pues como ob je ti vo la su pe ra -
ción del hom bre pe rua no y del
me dio en que vive, buscando la
afirmación constante de los
valores más altos de la
Humanidad” 19 .
Con ma yor pre ci sión, el
Insti tu to de Estu dios Hu ma nís -
ti cos de la Uni ver si dad Na cio -
nal de San Mar cos, fun da men -
ta su or ga ni za ción en las im -
por tan tes re fle xio nes si guien -
tes: “La vo ca ción de la Uni ver -
si dad en nues tro país debe ser
el es tu dio ri gu ro so y apa sio na -
do de la rea li dad del Perú en
to dos su as pec tos. Es mi sión
de la Uni ver si dad con tri buir al
plan tea mien to y a la so lu ción
de nues tros pro ble mas, al in -
ven ta rio de nues tras po si bi li -
da des y a la for ja de nuestros
ideales de acción y de vida” 20 .
Enton ces, la crea ción de la
cien cia que des ta ca mos como
fun ción esen cial de la Uni ver si -
dad, co rres pon dien do a las le -
yes de su de sa rro llo his tó ri co
se desdoblará en:
– 1. Acu mu la ción y es tu dio
de la his to ria de la cul tu ra,
que equi va le a de cir es tu dio
de la his to ria de la ciencia;
– 2. Estu dio de la rea li dad y
cons ta ta ción de los fe nó me -
nos y sus causas.
– 3. Des cu bri mien to de las
nue vas le yes y prin ci pios
que cons ti tu yen do en sí la
nue va cien cia, sir van para
pro mo ver la trans for ma -
ción de los fenómenos.
Así, has ta la his to ria ad qui ri -
rá fun ción re vo lu cio na ria. Ya
no que da rá “el pa sa do como
una cosa muer ta, un mo de lo
con ge la do en una ri gi dez eter -
na, her mo sa tal vez por exen -
ta de vida”; será men sa je vi tal,
fruc tí fe ro es cla re ce dor de la
pers pec ti va, la fecunda
enseñanza de la experiencia.
“El pa sa do —dice Sid ney
Hook— vuel ve a ad qui rir vida
siem pre que en el pre sen te
una nue va pers pec ti va nos per -
mi ta mi rar ha cia atrás y ver lo
que ha po di do le gar nos”( 21 ).
La rea li dad pro por cio na rá
la in for ma ción de las ne ce si da -
des de la so cie dad a las que
debe co rres pon der la evo lu -
ción de la cien cia. La Uni ver si -
dad en ton ces to ma rá con tac -
to con ella y pe san do en la ba -
lan za de su sen si bi li dad la mag -
ni tud del in for me, pro pon drá
las me di das de evo lu ción so -
cial y asu mi rá re cién la alta fun -
19 Lima, 1958.
20 Lima, ago sot de 1958.
21 Apéndice al Tratado, Sistemático de Filosofía, M. Shirokov, Ed. Fuente Cultural México, 1948. p. 367.
El Antoniano 125 – Marzo de 2014 83

Carlos Ferdinand Cuadros
ción renovadora que queremos que la
Reforma le otorgue.
La Enseñanza y Profesionalización:
La cien cia que se re co ge en los ina go ta bles ve -
ne ros de la na tu ra le za y la so cie dad, se re vier te
al ser vi cio del pue blo y en tra en co mu ni ca ción
con sus ne ce si da des a tra vés de la en se ñan za,
que se epi lo ga en la pro fe sio na li za ción y la ase so -
ría téc ni ca. Son sus dos mo dos de apli ca ción di -
rec ta, que re sul tan en ton ces
también funciones específicas de
la Universidad.
Exis te igual men te uni for mi dad
doc tri na ria en el re co no ci mien to
de que la pro fe sio na li za ción
cons ti tu ye el úni co fin ac tual de
la Uni ver si dad. Fue en este cam -
po don de la crí ti ca de su des ti no
se hizo acer ba. Maes tros y po lí ti -
cos de las pri me ras dé ca das coin -
ci die ron en acu sar la de for mar
pro fe sio na les ex clu si va men te re -
tó ri cos, con de nan do el ver ba lis -
mo de abo ga dos y poe tas, y re -
cla man do “hom bres de ac ción y
de go bier no”. No so tros he mos
se ña la do más bien la anar quía
del pro fe sio na lis mo, y su cri sis,
como consecuencia de la no
correspondencia entre técnicos
y necesidades sociales.
En uno y otro caso, el pro fe sio -
na lis mo inú til a las de man das de
la so cie dad, cons ti tu ye una ver -
dad in sos la ya ble que mues tra cla -
ra men te la con tra dic ción en tre
ciencia y sociedad.
A prin ci pios del si glo, mi ran -
do el es pe jo eu ro peo o nor tea -
me ri ca no, cuyo de sa rro llo eco -
nó mi co im pul sa el pro fe sio na lis -
mo téc ni co al ser vi cio de esas
fuer zas de pro duc ción bur gue sa, “re pi tien do
el pen sa mien to de Ba con y Des car tes fren te al
in sur gi mien to de la bur gue sía in gle sa y fran ce -
sa” —nues tros ideó lo gos de la Re for ma, re cla -
ma ron tec ni cis mo pro fe sio nal en los claus tros.
Pero por que las so lu cio nes no co rres pon die -
ron a las cau sas ín ti mas del fe nó me no, las so lu -
cio nes fue ron su ge ri das so la men te en el cam -
po edu ca cio nal. Se cre yó que trans for man do
pla nes y pro gra mas y pro fe sio na li zan do téc ni -
“Así como la
cien cia es la
medida del
grado de
desarrollo de la
sociedad a que
corresponde, el
profesionalismo
que la ex pre sa,
es tam bién la
medida de ese
grado de
evolución. La
cantidad de
técnicos de una
sociedad revela
el progreso, de
sus fuer zas
materiales.”
cos, habría de resolverse el asunto. Mirado
parcialmente el problema, se presenta
indudablemente de este modo.
Pero hun dien do los fi los de la dia léc ti ca en la pro -
pia estructura semifeudal y agrarista del país, cuya incipien
te pro duc ción hace a su so cie dad in ca paz de ab -
sorber elementos técnicos, encontramos que el cambio
de profesiones liberales por ocupaciones técnicas,
no re suel ve el pro ble ma. El más ver sa do téc ni co
que egrese de las aulas universitarias, quedará perdido
en la no che de la po bre za na cio -
nal, si es que la pro pia cien cia y las
fuerzas económicas no promueven
la transformación industrial que será
la que demande sus servicios y le
conceda un lugar en su frente de
acción.
Así como la cien cia es la me di -
da del gra do de de sa rro llo de la
so cie dad a que co rres pon de, el
pro fe sio na lis mo que la ex pre sa,
es tam bién la me di da de ese gra -
do de evo lu ción. La can ti dad de
téc ni cos de una so cie dad re ve la
el pro gre so, de sus fuer zas ma te -
ria les; pero no por eso la so lu -
ción ha de ser la tec ni fi ca ción in -
dis cri mi na da; ha cer lo, se ría man -
te ner in tac to el pro ble ma en su
raíz, cam bian do le únicamente la
faz profesional por la técnica.
Es pre ci so com pren der que la
pro fe sio na li za ción anár qui ca, teó ri -
ca y no di ver si fi ca da de la Uni ver si -
dad pe rua na, es con se cuen cia di -
rec ta de las con di cio nes en que se
en cuen tran sus ba ses ma te ria les,
que de un lado no in ci tan a la ac -
ción in dus trial de la pe que ña bur -
gue sía, —que en tra en ton ces en
el cam po de las pro fe sio nes li be ra -
les, ha cien do cier ta la afir ma ción
de Be laún de de que el “pro fe sio na -
lis mo es pro ble ma de las cla ses me di das”—, y que
de otro lado, pre ci sa men te por su insipiencia
económica no pueden demandar servicios
especializados.
No por ca sua li dad el re cla mo tec ni cis ta se pre -
sen ta en el mo men to del in sur gi mien to de la bur -
gue sía na cio nal; como no es tam po co por aca so
que la so cie dad feu dal, di ri gi da por la aris to cra cia,
haya profesionalizado solamente abogados, curas
y militares.
84 El Antoniano 125 – Marzo de 2014

Sentido creador de la Universidad
Qué suer te ten drá en esta so -
ciedad mayoritariamente pre–civilizada,
de incipiente burguesía, de
feudalidad persistente, de agobiente
imperialismo (con técnicos importados),
el profesional que egrese
de las aulas universitarias, cuando
por el escaso desarrollo cultural,
el curandero sustituye al médico,
el rá bu la al abo ga do, el ma yor -
domo de hacienda releva al agrónomo,
el empírico sustituye al conta
dor, o el hom bre de ne go cios
fun ge de eco no mis ta? Y qué suer -
te tendrán los técnicos más calificados,
si la eco no mía del indio, del
hacendado feudal, del pequeño
comerciante, no alcanza para
pagar sus servicios?
Es pues esta la cau sa di rec ta
de que la Uni ver si dad no haya
po di do agran dar el cua dro de su
va rie dad pro fe sio nal, li mi tán do se
a pro du cir abo ga dos y mé di cos,
que por la po bre za del cam po,
con ges tio nan las ur bes ba jan do
el pre cio de la pro fe sión por la
plé to ra, in clu si ve con pér di da de
ca pa ci dad y energía, y descenso
de sus niveles éticos.
Es esta tam bién la ra zón por la
que la pe que ña bur gue sía es tu -
dian til lle ga a las au las a de man -
dar so la men te las pro fe sio nes
más lu cra ti vas, que es co ge mu -
chas ve ces en tre dos o tres, sin
pre ci sar vo ca ción por nin gu na,
sólo en fun ción del tí tu lo me jo ra -
dor de la situación personal.
Ló gi co es pues en ton ces,
que si las fuer zas ma te ria les de -
man da sen ma yo res ser vi cios
téc ni cos, a ellas acu di rían los es -
tu dian tes, y la pro pia gra vi ta -
ción de la de man da y la ofer ta
pro fe sio nal re gu la ría la anarquía
de su promoción.
Mien tras tan to, co rres pon de a
la Uni ver si dad com pren der den -
tro de su fun ción cien tí fi ca el es tu -
dio del pro ble ma de la pro fe sio -
nalización anárquica, para resolver
lo in me dia ta men te. Bus car la
mag ni tud del asun to en la con -
fron ta ción es ta dís ti ca de las ne ce -
si da des ac tua les de la so cie dad y
de la cantidad y variedad profesional,
para sin te mor, adop tar las
me di das ne ce sa rias a evi tar que
mien tras las re la cio nes de pro -
duc ción y la pro pia con cien cia
social transformen la estructura
social, siga agravándose el
problema.
Con las ci fras de 1955( 22 ) men cio -
na mos que de 19.775 alum nos de
cursos profesionales, 2536 estudiaban
medicina y obstetricia, mientras
que solamente 373 estudiaban normal
téc ni ca; que 2,557 alum nos es -
tu dia ban le tras y sólo 657 es tu dia -
ban agro no mía, y que 1,814 es tu dia -
ban para abo ga dos, cuan do sólo
124 estudiaban medicina veterinaria.
Des ta ca mos más aun los re sul ta -
dos: “El con tras te es ma yor —di ji -
mos— en los re sul ta dos. Para una
población eminentemente agrícola
y ga na de ra egre san en 1955, sólo
79 agrónomos y 43 veterinarios;
mientras egresan 370 abogados;
sien do el país su ma men te rico en
minerales se profesionalizan 20 geólo
gos y 52 quí mi cos; ahí don de la
edu ca ción ru ral es una de las ma yo -
res necesidades se gradúan 264 normalistas
rurales, mientras egresan
856 mé di cos, y por 131 odon tó lo -
gos, egre san so la men te 154
ingenieros, mientras no hay
promoción de profesores de
educación técnica en dicho año” 23 .
Con los da tos del Cen so del
Alumnado, realizado en 19 de junio
de 1957 por la Co mi sión Coor di na -
do ra de la Re for ma de la Uni ver si -
dad Na cio nal de San Mar cos, que
es ya un va lio so apor te en el plan tea -
miento científico del asunto, confirma
mos la opi nión de la poca di ver si fi -
cación profesional y la profesionalización
no pla ni fi ca da. Pues, de los
10.442 alumnos matriculados en
1957 en aquella Universidad, 1869,
es de cir el 17.90% es tu dian Cien -
cias, 1866, (17.87%) es tu dian Me di -
ci na; 1,859 (17.80%) es tu dian Le -
tras; 1,278 (12.24%) estudian
Ciencias Económicas, y 1,146,
(10.97%) estudian Derecho.
So la men te 646 (6.19%)
alum nos es tu dian Far ma cia;
624 (5.97%) es tu dian Odon to -
lo gía, 527, es de cir el 5.05% es -
tu dian Edu ca ción, y 165
(1.58%) Me di ci na Ve te ri na ria,
mien tras que so la men te 124 es -
tu dian Química con el 1.19%.
Lo que re ve la que de las ocho
únicas especialidades, sólo tres: las
de Medicina, Derecho y Ciencias
Eco nó mi cas, ab sor ben el
41.08%; sien do no ta ble que las es -
pecialidades técnicas de Medicina
Veterinaria y Química representen
únicamente el 2.77% del total.
Con si guien te men te a esta im -
por tan cia del pro ble ma, es pues
ne ce sa rio que for mu le mos las ba -
ses pro gra má ti cas co rres pon -
dien tes en la siguiente forma:
– 1°. Que den tro del Insti tu to de
Reforma de la Educación que
hemos sugerido, se realicen los
estudios necesarios a determinar
las con tra dic ción en tre la de -
man da de la so cie dad y el nú me -
ro y variedad profesional.
– 2°. Que so bre esa base se or -
ga ni ce un ver da de ro plan de
pro fe sio na li za ción des ti na do
a re sol ver la pro mo ción anár -
qui ca, y que abar que des de
el aná li sis y es tu dio de las ci -
fras, has ta la re vi sión con si -
guien te de pla nes y or ga ni za -
ción de Fa cul ta des.
Asesoría Técnica al Estado y a
la Sociedad.
Otra de las for mas de co mu ni ca -
ción en tre la Uni ver si dad y la so cie -
dad ha de ser la fun ción de ase so -
22 Anua rio Esta dís ti co del Perú, 1955, p. 798.
23 Cua dros, ob. Cit. P. 66
El Antoniano 125 – Marzo de 2014 85

Carlos Ferdinand Cuadros
ría a los ór ga nos del Esta do y a la co lec ti vi dad en
general.
En prin ci pio la Uni ver si dad cons ti tu ye la más
ele va da ma ni fes ta ción del pen sa mien to so cial.
Sus Fa cul ta des e Insti tu tos, de ben ser los ór ga -
nos es pe cia li za dos de mayor jerarquía.
Y en prin ci pio tam bién, la ac ción del Esta do para
cum plir sus fi nes de or ga ni zar la na ción, aten der
sus ne ce si da des y cum plir ser vi cios, debe me re cer
el con se jo y opi nión ca li fi ca da de la Universidad.
Esa obli ga ción es ma yor cuan do se tra ta de una so -
cie dad poco evo lu cio na da, en la que el Esta do no re -
presenta los intereses de la mayoría de la colectividad,
sino so la men te los de las fuer zas pre do mi nan -
tes, realiza su acción política al servicio de esos intereses
y consiguientemente no acude a la profundidad
cien tí fi ca, sino más bien al em pi ris mo que le permite
esa parcial acción de gobierno.
Consecuentemente es fundamental la ecuanimidad
científica y la sensibilidad renovadora para atenuar la acción
política sectaria y determinar recta orientación a la
acción del Estado. El pueblo encontrará en la serenidad
científica, garantía de imparcialidad y seguridad del
destino benéfico de la obra gubernamental.
De otro lado, sien do ase so ra de las ac cio nes pri -
vadas, la Universidad entrará en contacto con los
pro ble mas y preo cu pa cio nes in me dia tos de su pue -
blo, los per ci bi rá di rec ta men te y po drá asi mis mo
orien tar su ac ción. La cien cia ser vi rá en ton ces para
im pul sar la ini cia ti va par ti cu lar, para alen tar la fuer za
de la ins pi ra ción crea do ra del pue blo,
canalizándola por los cauces del bienestar social.
Pro fe sio na li za ción y ase so ría se rán en ton ces
vehícu los de su ac ción so cial. Por ellos la Uni ver si -
dad tras mi ti rá la fuer za pro pul so ra de la ciencia.
3. LA MENTALIDAD DE
LA NUEVA UNIVERSIDAD
Pero ni cien cia, ni pro fe sio na li za ción, ni ase so ría,
de sa rro lla rán el pa pel re no va dor que les asig na -
mos, si es que la Uni ver si dad no asu me con duc ta
au tén ti ca men te re for ma do ra; si es que no mo di fi ca
su men ta li dad fren te a la rea li dad pe rua na; sino ad -
quie re sen si bi li dad, que obran do como ver da de ra
fuer za es pi ri tual mue ve su destino y la haga
formular las soluciones transformadoras.
Dijimos que la crisis universitaria es crisis de estructura;
consecuentemente la conciencia social no se modificará
profundamente mientras no se modifiquen las bases
ma te ria les. Pero esto no quie re de cir que el me ca ni -
cismo materialista nos lleve por el callejón sin salida de espe
rar que las ba ses ma te ria les cam bien para poder
cambiar recién el pensamiento y la ciencia.
Acu di mos por eso a la fuer za vi tal de la dia léc ti ca
que nos acon se ja ha cer reo brar el pen sa mien to so -
bre las ba ses es truc tu ra les para mo di fi car las y pro -
mo ver la crea ción de las nue vas for mas ma te ria les
que a su vez inspiren la nueva ciencia.
Es pre ci so no ol vi dar que para pro mo ver el de sen -
volvimiento de las instituciones sociales, no es sólo suficiente
el conocimiento de ellas y la determinación
de la ne ce si dad de trans for mar las, sino que ade más
es fundamental la voluntad de acción transformadora.
Esta voluntad es la que denominamos mentalidad reformadora,
sensibilidad frente a los fenómenos de la
so cie dad y so bre todo para formular su solución en
función del hombre y su permanencia vital.
Sólo cuan do des pués de co no ci da la con tra dic -
ción en tre la rea li dad y la ne ce si dad de su trans -
for ma ción, ac túe la vo lun tad de trans for mar la,
po drá ella evo lu cio nar. De nada le ser vi rá a la
Uni ver si dad crear Insti tu tos nu me ro sos, or ga ni -
zar los es tu dios más acu cio sos, si es que cuan do
en tre en con tac to con la rea li dad na cio nal, no ha
de ex traer de élla ate na za do el co ra zón por la
vehe men te preo cu pa ción de me jo rar la. Poco
avan za rá la Uni ver si dad, pre pa ran do los me jo res
cua dros pro fe sio na les, si es tos ante el do li do ba -
rro de la pa tria, en lu gar de des nu dar el bra zo de
la cien cia y hun dir lo para re mo ver lo, lo han de re -
ti rar te me ro so. Y de nada le ser vi rá a la Uni ver si -
dad, ser ase so ra del Esta do y la co lec ti vi dad, si en
vez de im pul sar la ac ción po lí ti ca y pri va da en di -
rec ción al bie nes tar social, ha de conciliar con el
empirismo, o ha de marcar el paso al compás de
los tambores de la política gobernante.
La Re for ma re cla ma tam bién una nue va men ta li -
dad. Por eso, por que no que re mos que la Re for -
ma de 1957, que de en con di ción de epi so dio de -
cla ma to rio le pe di mos a la Uni ver si dad una nue va
con duc ta, que orien te la cien cia al ser vi cio de la
emancipación nacional.
COLOFÓN
He aquí mis ideas de este as pec to del asun to uni ver si -
ta rio. Rue go per do nar que su ex po si ción no haya con se -
gui do la pul cri tud del con te ni do y de la for ma que ha bría
querido darle y que debía corresponder a la jerarquía
de un dis cur so de or den. Pero acep tad las en su sin ce ri -
dad de aguas que ingresan decididamente en el torrente
del debate, confiadas en que su fuerza depuradora habrá
de ha cer las lle gar lim pias al in men so mar del pen sa -
miento reformista, no sin antes, habernos alegrado el
corazón por haber fecundado quizás campos de más
honda especulación.
—Cuzco, setiembre 26 de 1959.
86 El Antoniano 125 – Marzo de 2014

NOBLEZA, FILIACIONES Y ASCENDIENTES
DE JOSÉ GABRIEL TUPA AMARU Y MATEO PUMACCAHUA 1
RESUMEN: El pre sen te ar tícu lo es un in -
ten to de ha cer un pa ra le lo en tre dos hé -
roes pre cur so res de nues tra Inde pen -
den cia, co mo son Jo sé Ga briel Tu pa
Ama ru y Ma teo Pu ma cahua. Des de ver
sus fi lia cio nes, em ble mas, sus bie nes
eco nó mi cos y lue go sus ac cio nes mi li ta -
res y la par ti ci pa ción de sus respectivas
familias.
Pa la bras Cla ve: Inde pen den cia, fi lia -
ción, em ble mas, iden ti dad, no ble za,
Incas.
FILIACIONES Y
ASCENDIENTES
Exis ten va rios es tu dios y ela -
bo ra cio nes del ár bol ge nea ló gi -
co de José Ga briel Tupa Ama ru,
por ello nos li mi ta re mos a ci tar
al mis mo José Ga briel Tupa
Ama ru con re fe ren cia a su fi lia -
ción: “Pues to yo en edad com -
Carmen Escalante Gutiérrez 2 , Ricardo Valderrama Fernández 3
pe ten te, con tra je ma tri mo nio
con Doña Mi cae la Bas ti das y
con esto me pre sen té ante el
Co rre gi dor Don Pe dro Mu ñoz
de Arjo na, en vein ti cin co de oc -
tu bre de 1776, pi dien do se me
de cla re por Ca ci que como le gí -
ti mo su ce sor de los pue blos de
Su ri ma na, Pam pa mar ca y Tun ga -
1 Atoq.
2 Atoq.
3 Uni ver si dad Na cio nal de San Anto nio Abad del Cus co.
El Antoniano 125 – Marzo de 2014 89

Carmen Escalante Gutiérrez, Ricardo Valderrama Fernández
su ca. Y co rri das to das las di li gen cias co rres pon - José Ga briel y sus pa rien tes usa ban el ape lli do
dien tes de in for ma ción, par ti das de bau tis mo y Tupa Ama ru, así: Blas Tupa Ama ru es tu vo ha cien do
ca sa mien to, con ge ne ral acla ma ción de los pue - ges tio nes en Ma drid jun to con San te li ces en la cor -
blos, ca li fi qué di cha su ce sión como hijo le gí ti mo te del Rey de Espa ña, don de mu rió ase si na do.
de Don Mi guel, nie to de Don Se bas tián, bis nie to Otros miem bros fa mo sos de su fa mi lia fue ron Die -
de Don Blas Tú pac Ama ru y ter cer nie to de Don go Cris tó bal Tupa Ama ru, quien su ce de a José Ga -
Die go Fe li pe Con dor can que y de la Coya Doña briel en el co man do de la re be lión; Juan Bau tis ta
Jua na Pill cohua co, hija del úl ti mo Inca Don Fe li pe Tupa Ama ru, quien lo gra re gre sar, ya an cia no, de
Tú pac Ama ru, en cuya con for mi dad ob tu ve el las mazmorras nor africanas hasta suelo Americano
Ca ci caz go de los pue blos de Su ri ma na, Pam pa - (Bue nos Ai res). Fran cis co Tupa Ama ru, eje cu ta do
marc ca y Tun ga su ca, que ac tual -
el mis mo día que el cau di llo de la
men te po seo y po se ye ron mis
re be lión. En tiem po pos te rior a la
ma yo res de su ce sión en su ce -
re be lión, en 1783 el Co rre gi dor
sión, has ta mí, como cons ta de la
del Cuz co pi dió a los elec to res
in for ma ción y di li gen cias que co -
pre sen tar con fir ma ción es cri ta de
rren des de fo jas …” 4 Tupa
su no ble za, den tro de las de cla ra -
Amaru a la vez entabló un juicio
“Después de
cio nes ellos tam bién alu den a José
pidiendo se le reconozca como todo, el rito
Ga briel Tupa Ama ru: “Apar te de
descendiente de Felipe Túpac ancestral era y po ner en duda su au ten ti ci dad
Amaru y con derecho al
es parte de la
como ca ci que, los elec to res sub ra -
marquesado de Oropesa. Juicio
ya ron que Túpa Ama ru era fo ras te -
que no ganó.
religión
ro, pro vin cia no, mes ti zo e hijo de
Los es pa ño les no lo re co no - autóctona y
un don na die y de una “in dia” del
cie ron como des cen dien te del úl - parece que la co mún: José Ga briel Con dor can -
ti mo Inca, al con tra rio lo ofen die -
nobleza colonial
qui, y No gue ra fin gi do Tupa Ama -
ron pú bli ca men te en la lec tu ra
ro, y su pues to ca ci que de pue -
de su eje cu ción: “Fue ron ajus ti -
seguía
blos, que no era ni pudo ser, por -
cia dos el vier nes 18 de mayo de organizada en que [...] fue un po bre Arrie ro de
1871: “I.- José Con dor can qui panacas, los
vil e ig no ra da ex trac cion, y de pa -
Ca mi no No gue ra y Va len zue la
linajes cuya
dre ig no to por ser de es tra ño fue -
de vil e ig no ta ex trac ción, aun -
ro, y su ma dre una in dia vi li si ma su -
que para pro mo ver sus abo mi na -
función principal
ge ta a las con tri bu cio nes de tri bu -
bles crí me nes fin gió lla mar se antes de la
tos y otros ser vi cios per so na les
José Ga briel Tú pac Ama ru, y ca ci - Conquista era que son pro pios de su na ta les, y
que que no era de los pue blos
ori gen [...]”.
7
cuidar de sus
Este gru po de Elec -
de Pam pa mar ca, Su ri ma na y Tun -
to res, al con tra rio, ha bían re co no -
ga su ca.”
5
respectivas
ci do en 1779 a Be tan cur como
En tiem pos pre vios a su re be - momias.”
uno de los dos elec to res de la do -
lión José Ga briel Tupa Ama ru tra tó
cea va “casa” de Huay na Cá pac de -
de ha cer se re co no cer so cial men -
no mi nán do le “Don Die go Fe li pe
te por el gru po de des cen dien tes
Be tan cur Tupa Ama ro Inga”, el
de Incas que vi vían en Cus co, en -
cual mu rió sin ser rem pla za do. La
vian do a uno de sus hi jos para par -
opi nión de los elec to res fue: “[...]
ti ci par en las pro ce sio nes de ese gru po. B. Le win que [Tú pac Ama ru] como Estran ge ro en la suc ce -
dice: “Ma ria no, se ex hi bía con el sím bo lo real de sion de lo [sic] Ingas usur pó el ape la ti vo de Tupa
los emperadores incas, la mascapaicha, en las pro - Ama ro a la leal y fi de li si ma casa de Don Die go Fe li -
ce sio nes efec tua das en el Cuz co el 29 de abril y el pe del Be tan cur, y Tu pac Ama ro Urta do de Arvie -
15 de agosto de 1778”. 6 to, Fies co y Car do na Inga, que [es] uno de los Elec -
4 Angles: José Ga briel Tú pac Ama ru, pág. 78.
5 Extrac to de las res pues tas que dio a las pre gun tas que se le hi cie ron al vil in sur gen te José Con dor can qui fin gi do Tú pac Ama ru y su pues to ca ci -
que de pue blos que no hera. Edit. UNSAAC. Cus co. 1996.(Angles:86).
6 Lewin; 2004:p.394.
7 Cahill; 1996:36.
90 El Antoniano 125 – Marzo de 2014

Nobleza, filiaciones y ascendientes
to res de Alfe rez Real que ob tu - mo ti vo los Vein ti cua tros se opu -
vie ron ti tu lo de este Su pe rior Go - sie ron a la re be lión de Tú pac
vier no, por el que a el suso di - Ama ru, que en par te cons ti tu yó
cho, sus hi jas nie tas, y visnietas una respuesta individual al ostra -
legitimas, se les ha declarado la cis mo so cial al que lo ha bían lle va -
legitima descendencia del Inga do las eli tes in dí ge nas y crio lla, las
Don Felipe [...] por la linea cua les, por lo me nos en pú bli co,
legitima de Don Juan Tito Tupa des de ña ron sus pre ten sio nes y
Amaro su hijo legitimo, y de la su iden ti dad mul ti va len te —una
Coya Doña Juana Quispe Sisa su iden ti dad que se vio ago bia da al
lexitima consorte [...]”. 8 ex tre mo—. Indu da ble men te, la
El no re co no ci mien to a J. G. iden ti dad que los no bles in cas
Tupa Ama ru como des cen dien te pro cla ma ban en la tra yec to ria de
del Inca F. Tupa Ama ru, no so la - Tú pac Ama ru re fle jó es tos cam -
men te por par te de las au to ri da - bios, pero si la no ble za inca de
des vi rrei na les, sino tam bién por las ocho pa rro quias del Cuz co se
la ins ti tu ción de los 24 Elec to res re fu gió en el pa sa do para jus ti fi -
es un fac tor para el fra ca so de su car su iden ti dad co lec ti va y su po -
re be lión, por cuan to los des cen - si ción pri vi le gia da, Tú pac Ama ru
dien tes de no bles in cas del Cus - ima gi na ba por en te ro una nue va
co y sus al re de do res no lo re co - co mu ni dad. Su vi sión ema na ba
no cen como des cen dien te del úl - del mismo pasado dorado, pero
ti mo Inca que es tu vo en el po - se enfocaba hacia adelante, a un
der, por lo cual su su ce sor se ría fu tu ro di fe ren te con tro la do por
el Sapa Inca. Al con tra rio lo com - los co lo ni za dos, quie nes en lo su -
ba ten por con si de rar lo usur pa - ce si vo es ta rían en li ber tad de
dor. José Ga briel se iden ti fi ca con cons truir un nue vo in ca rio, más
Tupa Ama ru, pero los otros des - bien como los Nue vos Cuz cos
cen dien tes de Incas no lo re co no - que los otrora emperadores in -
cen, de tal modo que su iden ti - cas habían comenzado a construir
cuan do los in te rrum pió la
dad no es re co no ci da a ni vel de
Cus co, aun que sí a ni vel de pro - Con quis ta. La no ble za inca veía
vin cias al tas y par te del al ti pla no: su fu tu ro en base al “fu tu ro pa sa -
“Mien tras que exis ten po cas du - do”. 9 Como bien dice Cahill:
das de que era des cen dien te de “Mien tras Tú pac Ama ru bus ca ba
in cas, no hay prue bas de que per - una trans for ma ción, ellos se afe -
te ne cie ra a nin gu na pa na ca o rra ban a lo que que da ba de la glo -
“casa”; de ha ber sido así, lo más ria de sus antepasados. El intento
se gu ro es que hu bie ra tra ta do de de José Ga briel por tra du cir su
lo grar pree mi nen cia a tra vés del co mu ni dad ima gi na da a la rea li -
co le gio elec to ral. De he cho, aun dad so ca vó —iró ni ca men te, en
an tes de la Re be lión su pro pia vis ta de la ague rri da opo si ción de
iden ti dad mul ti fa cé ti ca se con vir - los elec to res a su vi sión— la cer -
tió en una ame na za con tra la te za de su posición social y de su
iden ti dad in di vi dual y co lec ti va acceso al ritual público y al
de los elec to res y, por con si guien - despliegue carnavalesco. Su
te, con tra la de to dos los no bles rebelión añadió ímpetu al asalto
in cas so bre vi vien tes de la ciu dad oficial civil y eclesiástico contra la
y cer ca do del Cuz co. Por este cultura y la religión popular, que
tuvieron tanto auge en la Europa
moderna temprana, pero que
en el mundo hispánico se habían
practicado con renovado brío
durante el reinado de Carlos III
(1759-1788)”. 10
Emblemas de nobleza Inca
que usaban en 1780
Cada gru po de des cen dien tes
de las Casas Reales utilizaban em -
ble mas Incas, así José Ga briel
Tupa Ama ru: “Se ves tía mos tran -
do su do ble iden ti dad mes ti za e
in dí ge na: Tupa Ama ru iba en un
ca ba llo blan co, con ade re zo bor -
da do de re al ce, su par de tra bu -
cos naranjeros, pistolas y espada,
ves ti do azul de ter cio pe lo, ga lo -
nea do de oro, su ca brio lé en la
mis ma for ma, de gra na, y un ga -
lón de oro ce ñi do en la fren te, su
som bre ro de tres vien tos, y en ci -
ma del ves ti do su ca mi se ta, ó
unco, fi gu ra de ro que te de obis -
po, sin man gas, ri ca men te bor da -
do, y en el cue llo una ca de na de
oro, y en ella pen dien te un sol
del mis mo me tal, in sig nias de los
príncipes, sus antepasados”. “Co -
pia de capítulo de un diario de
Arequipa de 4 de Enero de
1781” 11 .
Su identidad estaba puesta en
duda por al gu nos de sus se gui do -
res mis mos: de bi do a que “hera
un mos tren co y no era dig no a la
Co ro na quan do otros no pre ten -
den te nien do mas de re -
cho”.(Cahill: Los no bles Incas fren -
te a Tu pac Ama ru. 11 AGI, Lima,
1052, “Testimonio [E] del proceso
gral. informativo obrado sobre la
re be lión del Rey no por el Alcal de
de Corte comisionado en Arequipa.
Años 1780, 1781”, f. 72v).
Otros ca ci ques no sólo no lo re co -
no cie ron como Inca sino que lo
combatieron a muerte: “Los espa-
8 Cahill; 1996:38.
9 Cahill; 1996:40.
10 Cahill, 1996:40.
11 Cornejo Bouroncle, 1963:172.
El Antoniano 125 – Marzo de 2014 91

Carmen Escalante Gutiérrez, Ricardo Valderrama Fernández
ñoles pudieron aplastar a Tupa Amaru únicamente
gra cias al apo yo que le pres ta ron las hues tes in dí ge -
nas co man da das por los ca ci ques Nicolás de Rosas,
Mateo Pumacahua, y Pedro José Oropesa” 12 .
En ese contexto existían numerosos descendientes
de Incas, los cua les dis pu ta ban unos a otros una
mayor pureza de sangre noble. Cahill escribe: “En
1786 el in ten den te del Cuz co, Be ni to de la Mata Li na -
res in for mó que ha bía “ha lla do solo en esta ciu dad
cer ca de 300 in dios que se ti tu lan no bles y no quie -
ren pagar tributo”
13
. El cen so de 1786 arro ja un
poco más de luz so bre la po bla ción co lo nial de no -
bles in cas: pa re ce que aún exis tían 462 des cen dien -
tes ag na dos, 250 de ellos li bres de pa gar tri bu to y
otros 212 no bles que te nían que pa gar el tri bu to, aun -
que 169 de ellos apelaron ser clasificados como
tributarios” 14 .
Por ra zo nes de am pliar la base tri bu ta ria, así como
para evitar nuevas rebeliones los españoles aplican
una política de ir quitando privilegios a las familias de
des cen dien tes de Incas. Dice Cahill: “Las ce re mo nias
públicas fueron elegidas por la Corona como campo
para esta ba ta lla. En di chas oca sio nes los in cas co lo nia -
les lucían sus vestiduras repletas de una variedad de
símbolos incaicos, simulacros del incario. La fiesta de
San tia go (25 de ju lio) era la más im por tan te, ocu pan -
do el si tio pri mor dial en el ci clo de diez se ma nas del
Cor pus Chris ti (Cahill 1996; Dean 1990, 1993 y
1999; Fied ler 1985). Ese día se efec tua ba una pro ce -
sión en la que los dos al fé re ces rea les ocu pa ban los lu -
gares más sobresalientes, uno representando a los españoles,
el otro a la nobleza indígena, marchando juntos
desde el cabildo municipal hasta la Catedral para
allí es cu char misa. No sa be mos qué pue dan ha ber
pensado de este espectáculo los indígenas andinos
que lo pre sen cia ban, ni los so bre vi vien tes de la no ble -
za inca. ¿Acaso lo consideraban un momento subliminal
en el que se bus ca ba una co mu nión con los an te -
pasados incas a través de un preeminente festival religio
so co lo nial y el car go de al fé rez real del go bier no
municipal español? Después de todo, el rito ancestral
era y es par te de la re li gión au tóc to na y pa re ce que la
nobleza colonial seguía organizada en panacas, los li -
na jes cuya fun ción prin ci pal an tes de la Con quis ta era
cui dar de sus res pec ti vas mo mias. Los ofi cia les de la
Corona dirigieron su ataque, primero, contra las vestiduras
incas y los símbolos “paganos” lucidos en tales
ocasiones públicas y, después, contra la misma organización
corporativa de la nobleza: los Veinticuatro Electo
res del Alfé rez Real.” D.Cahill, 1996. Los no bles in -
dí ge nas fren te a Tu pac Ama ru. Si guien do a Cahill: “La
pompa de los conquistadores servía a la nobleza indíge
na de vehícu lo para rea fir mar y re no var en va rias
coyunturas del calendario litúrgico su propia identidad
y su des cen den cia co lec ti va de las doce “ca sas” inca o
pa na cas, y de esta ma ne ra tal vez ga nar se el res pe to y
has ta la leal tad de los in dí ge nas. Como re sal tó el Obis -
po del Cuz co en 1781, “en pú bli cos fes ti nes, con vi -
tes, pro ce sio nes, y otros ac tos [...] ve mos que los in -
dios no usan otros ador nos, que de los que se va lían
en su gen ti li dad”. (Cahill, 1996:17). Re fuer za este ar -
gumento el que: “la festividad regional más importante:
la fies ta del Cor pus Chris ti y, en par ti cu lar, “el día y
la vís pe ra de San tia go”. El Cor pus en el Cuz co era
una oca sión de es plen dor, como po de mos apre ciar
en lienzos contemporáneos aún existentes; incluía
procesiones —una principal, precedida por varios
desfiles de santos menores—, que celebraban las devo
cio nes in dí ge nas y, en el día de San tia go, se con ce -
día el lu gar de ho nor a los no bles in cas, ves ti dos con
galas e insignias incaicas, encabezados por el alférez
real ele gi do por los re pre sen tan tes de las doce ‘ca -
sas’. La pie za cen tral de la ves ti du ra era la mas ca pai -
cha, el llau to ador na do con plu mas y pie dras pre cio -
sas del que pen día la fa mo sa bor la co lo ra da de “muy
fina” lana roja, cuyo uso era fe roz men te guar da do y
celosamente circunscrito por la nobleza. Una igualmente
poderosa reverberación del Tahuantinsuyu
era el cham pi, la vara an cha lle va da por el al fé rez real
de los in cas como si fue ra un pre la do blan dien do su
bácu lo pas to ral o, me jor di cho, un mo nar ca con su
cetro. El champi —advertía el obispo— estaba adorna
do con la “ima gen del Inca” o con la del Sol, “su ado -
ra da dei dad”. (Cahill, 1996:18). Como está ilus tra do
en numerosos retratos pintados “Esta muy rica vestimenta
estaba decorada con mascarones de oro y plata
en las ex tre mi da des de los hom bros, en las ro di llas
y en la par te tra se ra de las pier nas; la re la ti va fi nu ra de
estas estatuillas se consideraba muestra de las respectivas
“cualidades” de sus portadores. Lo que estos sím -
bolos representaban exactamente —antiguos monarcas
incas, santos cristianos o ídolos autóctonos— no
ha sido esclarecido aun” 15 . La cosmovisión de los
indígenas distaba de las creencias católicas, porque los
indígenas le atribuían funciones o poderes a las
mismas imágenes, “ya que las creencias animistas
tradicionales habían imbuido verdaderos poderes al
arte religioso. Basta un ejemplo para comprobarlo:
12 Lewin; 2004:p.395.
13 Cahill, 1996: 13.
14 Cahill; 1996:14.
15 Cahill, 1996:17.
92 El Antoniano 125 – Marzo de 2014

Nobleza, filiaciones y ascendientes
durante el levantamiento de
1780-1783 los rebeldes indígenas
sistemáticamente ataron las
manos de las imágenes de
Santiago en las iglesias rurales, para
prevenir la intervención militar del
temido santo guerrero a favor de
las fuerzas reales” 16 .
Los españoles consideran un
verdadero peligro la continuación
de las ceremonias socio religiosas,
así como el uso de ves ti men tas y
sím bo los Incas y tra tan de can ce lar -
los, así De la Mata su gi rió que se
aboliera la institución de los 24
elec to res, el Vi rrey de la Croix sus -
pen dió en 1785 la elec ción del
Alfé rez Real, pero ante ello los des -
cendientes de nobles incas protesta
ron como dice Cahill: “Es evi den -
te que la mas ca pai cha no solo era
el sím bo lo cen tral del ri tual pú bli -
co, sino que te nía un va lor to té mi -
co absoluto. Debilitar su exclusividad
hubiera sido equiparable a disolver
la nobleza. Existen pruebas
de la ma ne ra en que los elec to res
defendían el “privilegio” de que
solo los alfereces reales (actuales y
anteriores) pudieran usar la borla
colorada, o sea que no necesariamente
todos los electores podían
hacerlo, aunque con seguridad el
tur no de cada uno lle ga ría tar de o
temprano. Se ha sugerido que
solo los que por ta ban el es tan dar -
te del “Alfé rez Real en tran te y sa -
lien te” po dían usar este ador no”
17
. Los nobles indígenas, mediante
sus representantes reanudan su lucha
por man te ner sus cos tum bres
y tradiciones. “La defensa de los
nobles incas, por razones obvias,
omitía cualquier referencia a los
símbolos “Gentiles” como el disco
del Sol, resumiendo las distinguidas
vestiduras y ornamentos de
no ble za bajo la rú bri ca de “sus uni -
for mes”. Apo ya dos en los de cre -
tos rea les de 1598 y en al gu nos de
la dé ca da de 1690 y de 1778, plan -
tea ron que ni el Inten den te ni el Vi -
rrey podían legalmente negarles el
uso de sus ves ti du ras o el ofi cio de
Alférez Real. Reclamaron con cierta
insolencia que durante la Conquis
ta el éxi to mi li tar de la Co ro na
se de bió a los in cas alia dos “se gun
co mun sen tir de to dos los his to ria -
dores”. Al intendente Mata Linares
le consternó en particular la asevera
ción de que la eje cu ción de Fe li -
pe Tú pac Ama ru en 1572 por el vi -
rrey Toledo se hubiera efectuado
“con desaprobación de Su Mag[estad]”,
una interpretación que, dicho
sea de paso, se en con tra ba
más cer ca de la ver dad que lo que
indicaba el desdén del Intendente”
18
. Tal como sucediera en 1570 en
que parte de los nobles incas y sus
allegados combatieron a Manco
Inca y a los Incas de la resistencia,
igualmente en la década de 1780,
muchos nobles indígenas
combatieron a Tupa Amaru y su
intervención fue decisiva para la
derrota de este Inca rebelde.
Consecuencias de la Rebelión
de José Gabriel Tupa Amaru
Des pués de la re be lión las au to -
ridades españolas buscaron eliminar
a los des cen dien tes de la no ble -
za in cai ca para evi tar otra re be lión
19
y co men za ron a prohi bir que se
re cor da ra a los Incas, es de cir bo -
rrar su me mo ria. Tam bién ata ca -
ron a la misma organización que
reu nía a los des cen dien tes de
Incas: Para lo cual no solo prohi bie -
ron y per si guie ron el uso de ves ti -
men ta y de sím bo los in cas, sino
tam bién tra ta ron de po ner fin a la
institución de los Veinticuatro
Electores del Alférez Real.
Ante ello los des cen dien tes de
los Incas con ti nua ron sus lu chas
16 Cahill, 1996:19.
17 Cahill, 1996:24.
18 Cahill:1996:19.
19 También hicieron correcciones a su sistema para evitar que la rebelión continuara.
El Antoniano 125 – Marzo de 2014 93

Carmen Escalante Gutiérrez, Ricardo Valderrama Fernández
den tro de la le ga li dad que les per mi tía el sis te ma para
mantener sus privilegios y costumbres: “Esta enconada
defensa de los derechos y privilegios incas fue dirigida
por su paladín Cayetano Tupa Guamánrimachi
Ynga, en su capacidad de apoderado y comisario de
la institución de los Veinticuatro Electores. Ella provocó
un ata que ad ho mi nem por par te del Co rre gi dor
y del Intendente, señalando que dicho personaje era
un alborotador, aduciendo en evidencia los cargos criminales
en aquel entonces pendientes contra Guamán
ri ma chi. A pe sar de ello, este úl -
ti mo fue un efi caz de fen sor del caso
de los electores y enfureció aún
más al Inten den te al ale gar que los
nobles incas eran indisputablemente
de “Re gia Jen ti li ca san gre” y “Re -
gia Gentilica extirpe”. La petición de
Guamánrimachi era aún más extraordinaria
por sus alusiones clásicas,
un cla ro tes ti mo nio del gra do
de aculturación de los incas coloniales,
e implícitamente del éxito del
Co le gio de San Bor ja, que ha bía
sido inaugurado por la Corona para
edu car a los in dí ge nas no bles e hi jos
de ca ci ques para sus fu tu ras res pon -
sabilidades como caciques gobernadores.
La referencia en su defensa
de 1785 a “to das las his to rias pe rua -
nas” no era tan hi per bó li ca como
pudiera pensarse a primera vista, y
parece haberse fundado en un memo
rial de 1768 pre pa ra do por Ca -
yetano y Tomás Tupa Guamánrimachi
a nom bre de los elec to res.(24)
Para reforzar su causa aludieron a
“todos los historiadores propios, y
extrangeros”, y buscaron en la historia
universal justificación, al igual que
pre ce den tes, en apo yo de su re cla -
mo de constituir una verdadera nobleza,
cuya existencia estaba amenazada
por las políticas represivas de la
Co ro na. Para sos te ner su caso, los elec to res echa ron
mano de fuen tes clá si cas, como Ju ve nal y Pli nio” 20 . El
documento en mención demuestra la basta cultura
de estos personajes que hacen referencia a pasajes
de la his to ria de di fe ren tes pue blos del mun do y de
distantes épocas. “En una novedosa y erudita incursión
en la historia comparativa argumentaron que no
20 D. Cahill. Los no bles in cas fren te a Tu pac Ama ru, 1996:24.
21 Cahill, 1996:26.
22 Cahill, 1996:26). (Cahill, 1996:26.
“Y comenzaron
a prohibir que se
recordara a los
Incas, es decir
borrar su
memoria.
También
atacaron a la
misma
organización
que reunía a los
descendientes
de Incas: Para lo
cual no solo
prohibieron y
persiguieron el
uso de
vestimenta y de
símbolos
incas…”
solo la no ble za es pa ño la y las grandes órdenes
militares, sino también las muchas aristocracias de la
Antigüedad habían portado insignias exclusivas y
excluyentes, análogas a la mascapaicha: “En todos
tiempos todas las naciones del mundo, y
particularmente los nobles, han tenido sus divisas, y
insignias propias a fin de manifestar su distinguida
clase.” 21
A lo an te rior se guía un aná li sis pre ci so de va rias aris -
tocracias y sus divisas e insignias heráldicas distintivas,
las cuales expresamente connotaban
nobleza en sus sociedades respectivas.
“La Mascapaycha es en realidad
una antiquisima orden de Caballeros
Yngas en demonstración
de su Re gia Jen ti li ca ex tir pe, y de ella
han usado legítimamente todos los
in di vi duos de ella, des de la erec cion
de este Pe rua no Impe rio por Man -
go Ca pac pri me ro que fue el año de
mil qua ren ta y tres de la era Chris tia -
na se gún co mún sen tir de to dos los
Historiadores que no sita el Suplicante
por ser bien no to rias [...]. La equi -
va len cia entre la descendencia inca
y la hidalguía” 22 .
Filiaciones de José Gabriel Tupa
Amaru y Mateo Pumaccahua.
Sus identidades.
Filiación de Mateo Pumacahua
En la probanza presentada por
Mateo Pumacahua, su testigo dice:
“de cir ver dad en lo que su pie re, y
fuere preguntado, y siendo conforme
al tenor del escrito antecedente,
y sus po si cio nes si guien tes: 1. A
la pri me ra pre gun ta dijo que es hijo
legítimo de Don Francisco Pumacahua
Ynca y de Doña Agus ti na Chi -
guan ti to y que sabe así por no ti cias,
como por ha ber exa mi na do de los
pa pe les y li bros de Bau tis mo de la Ygle sia del pue blo
de Chin che ros ser nie to de Don Die go Pu ma cahua
Ynca y de Doña Lorenza Cusiguamán Governadores
y Alfé rez Rea les que fue ron de aque lla Doc tri na, y
como tales solenizaban todas las funciones clásicas de
aquel paiz, pre si dien do a to dos los Yndios prin ci pa les
de él, y sabe de no ti cias por vos co mún, así en aque -
94 El Antoniano 125 – Marzo de 2014

Nobleza, filiaciones y ascendientes
llas pro vin cias de Cal ca y Vru bam -
ba ser des cen dien te del gran Ynca
Huainaccapac Señor natural que
fue des tos Rey nos y pro vin cias del
Perú en el tiem po de su gen ti lí si -
mo del que vie ne el que lo pre sen -
ta por lí nea rec ta de va rón de ri van -
do, y como el tes ti go des de su tier -
na edad ha tran ci ta do con fre quen -
cia al di cho pue blo de Chin che ro,
y des de aque lla edad a esta par te
ha con ser va do amis tad, asi con el
pa dre del di cho Don Ma teo, y con
el mis mo, y de más de sus deu dos
por esta comunicación las veces
que se le ha ofre si do, le ha mos tra -
do los papeles de sus antepasados
que le sir ven de Fi lia ción por lo
que le cons ta ser su se sor de aque -
llos Yncas, como en uno de sus pa -
peles lo justifica la Provisión despacha
da a este fin por el Exce len tí si -
mo Se ñor Don Luis de Ve las co del
Orden de Santiago, Virrey que fue
de estos Reynos y Provincias del
Perú, su fecha a veinte de
noviembre del año pasado de mil
seiscientos y tres a que se remite
el testigo…” 23 .
Árboles Genealógicos de José
Gabriel Tupa Amaru y Mateo
Pumacahua
Véa se cua dro nº 1.
En cuan to al uso de sus nom -
bres mues tra la iden ti dad que que -
rían adop tar el caso de Ma teo Pu -
macahua, para enfrentarse a Tupa
Amaru usaba su apellido quechua,
pero des pués de la re be lión uti li za
el patronímico García, porque el
nombre español le daba prestigio
y por eso lo usa ba. Y ese pa tro ní -
mi co lo uti li zan tam bién sus tíos,
hermanos. El apellido García corres
pon día a un de fen sor de
Indios, y probablemente lo usan
en agradecimiento a ese personaje.
En su par ti da de bautismo no se
utiliza García es solamente Mateo
Pumacahua.
En el caso de José Ga briel Tupa
Ama ru es al con tra rio de lo he cho
por Ma teo Pu ma cahua, ellos mas
bien in dia ni zan o mas bien in ca ni -
zan sus ape lli dos y eso es tam bién
ex ten si vo a sus tíos, pri mos, hi jos,
so bri nos. Lo cual da una idea de la
iden ti dad que quie ren lle var y man -
te ner y por la cual entregan sus
vidas.
Los grupos de descendientes
de Incas en el 1700 no eran un gru -
po unido, básicamente había los
que habían sido reconocidos y los
que no, como dice S. O´Phe lan:
“Esta mos fren te a dos ra mas de ca -
ci ques que coe xis tie ron en el si glo
VXIII, pero en po si cio nes en con -
tradas: los reconocidos, que man -
tuvieron una posición realista, y los
postergados, que no lograron ser
ratificados en su cargo como caciques
ni en sus pro ban zas de no ble -
za, fue ron mas pro cli ves a man te -
ner una po si ción re bel de. A este
segundo grupo perteneció José
Gabriel Tupac Amaru”.
(2013: 57).
Es una so cie dad de es ta tus, los
gru pos de pa ren tes co son su for -
ma organizacional social mas impor
tan te, Tupa Ama ru ha bla de un
pue blo opri mi do con el yugo que
imponen los españoles, distingue a
los crio llos, zam bos, ne gros e in -
dios, en tre los in dios de he cho él
per te ne ce al gru po de los no bles y
está luchando por su reconocimien
to le gal como tal, y los in dios
del común los indios tributarios, y
los no bles in dí ge nas que no tri bu -
tan. Como se re be lan con tra los
corregidores y malas autoridades
españolas sus hombres y mujeres
de ma yor con fian za son sus pro -
pios hermanos, hermanas, sus mu -
je res y es po sos, se al zan en re be -
lión en gru po de pa ren tes co
como José Ga briel Tupa Ama ru, y
los her ma nos Angu lo, van al com -
ba te de sig nan do ta reas en sus
parientes varones mas cercanos
como el caso de Pumacahua,
asumen responsabilidades en
grupo de parentesco.
23 Cornejo Bouroncle, 1963:643.
El Antoniano 125 – Marzo de 2014 95

Carmen Escalante Gutiérrez, Ricardo Valderrama Fernández
Ta bla nº 1.
Año José Gabriel Tupa Amaru Mateo Pumacahua
Tronco
1620
1660
1695
1725
1715
1740
1760
1780
1781
1814
1823
Felipe Tupa Amaru Inca. Hijo de Manco Inca. Asume el Gobierno a la
muerte de su hermano Titu Cusi Yupanqui. Es capturado. Muere
decapitado en 1572. Deja dos hijas: Isabel y Juana Pillcohuaco.
Las niñas son entregadas a una española y luego pasan a manos de la
Sra. Silva que se casa con el Corregidor de Canas y Canchis, en donde
Juana conoce y desposa a Diego Felipe Condorcanqui Cacique de
Surimana.
Blas Tupa Amaru, hijo de Diego Felipe y de Doña Juana, Cacique de
Surimana se casó con Francisca Torres, Su hijo mayor fue Bartolomé
T.A. Reconocido Cacique de Surimana en 1715. Murió sin hijos, por lo
que le suceden sus hermanos.
Sebastián Tupa Amaru se caso con Catalina del Camino, tuvieron 4
hijos Miguel padre de José Gabriel y Marcos padre de Diego Cristóbal
Tupa Amaru.
Miguel Tupa Amaru o Miguel Condorcanqui Cacique de Tungasuca
Pampamarca y Surimana se casó con Rosa Noguera Valenzuela y
tuvieron a José Gabriel. Enviuda. En segundas nupcias se casa con
Ventura Monjarras y tuvieron un hijo Juan Bautista Tupa Amaru.
“El mismo Don Bartolomé en veinte seis de junio de mil setecientos quince
se presentó con dicha información ante Don Diego de Esquivel Jaraba y
Navia, Marqués de Valle Umbroso, corregidor del Cusco, pidiendo en
atención a su nobleza y descendencia del Inca Túpac Amaru se le
nombrase por uno de los veinte y cuatro electores que hay en aquella
ciudad, compuestos de indios nobles, y a quienes compete elegir Alférez
Real para la función del Señor Santiago. – Nómbresele por tal elector, y
concurrió con su voto a la elección que se hizo en aquel año, cuyo
nombramiento se lo confirmó el Ilustrísimo Excelentísimo Señor Virrey
Don Diego Ladrón de Guevara en provisión librada en veinte y cuatro de
septiembre de mil setecientos quince, como consta del instrumento de
fojas ochenta y dos. Por la provisión librada por el Excelentísimo Señor
Conde de la Monclova en diez y nueve de octubre de mil seiscientos
noventa y nueve. Se le concede a Don Bartolomé, como a Cacique
principal y Gobernador del pueblo de Surimana, provincia de Canas y
Canchis y en atención a su noble estirpe el privilegio de poder traer y ceñir
espada y daga”. (Cornejo Bouroncle 1949:87). Expediente que presentó
José Gabriel Tupac Amaru en 1776 en Lima.
n.1738 – m. 18-5-1781. José Gabriel Tupa Amaru 24 y Miccaela 25
Bastidas Puyucahua (n.1745 y m.18-5-1781).
Se casaron el 25 de mayo de 1758.
Hijos de J.G. Tupa Amaru:Hipólito (n.1761m.1781), Mariano (n.1763
m.1784) y Fernando (n.1770 m.1798) Tupa Amaru.
4 de noviembre, José Gabriel inicia la gran rebelión.
16 de noviembre promulga la libertad de los negros.
18 de nov. Victoria de Sangarará.
Del dos al nueve es el sitio de la ciudad del Cusco por las huestes de
Tupa Amaru. El 6 de abril Tupa Amaru es capturado. El 15 de mayo es
sentenciado a muerte junto con su familia. El 18 de mayo es
descuartizado. Después de presenciar la muerte de sus parientes entre
ellos su hijo Hipóliito y su esposa Micaela Bastidas. Después de la
Rebelión, en 1781, Areche emite un decreto de “prohibiciones”: del
uso de los trajes de los Incas, prohibió pinturas o retratos de Incas,
prohibió usar armas que no sean revisadas por el Consejo de indias, les
prohibieron usar la palabra Inga junto a sus apellidos, así como
prohibieron que hiciesen “informaciones de entroncamientos con sus
antiguos emperadores” 26
El único sobreviviente de la familia Tupa Amaru continua su prisión en
las mazmorras de nor Africa: Juan Bautista Tupac Amaru, hermano
menor de José Gabriel Tupa Amaru.
En 1823 llega a Buenos Aires Juan Bautista Tupac Amaru después de
su presidio en España de 1782 a 1822. Cuarenta años de presidio.
1968 La imagen de Tupa Amaru es revalorizada.
Guayna Ccapac Inca. Gobierna alrededor de 1500 - 1530-31. Caso
con su hermana Rua Ocllu. Su hijo fue Huascar Inca. Su otro hijo fue
Atahuallpa fue de madre quiteña. En su tercer matrimonio con Mama
Runtu tuvo a su hijo Manco Inca.
En 1557, Juan Pumacahua, refiriéndose a la real Cédula de 1544, inicia
su expediente de filiación de nobleza, en 1564 se da la Real provisión
que lo exonera del pago de tributo a él y a sus descendientes. En 1660
les autorizan usar la Mascapaicha.
1677 Francisco Pumacahua, cacique de Chinchero, padre de Mateo,
se casó con Agustina Chihuantito, descendiente de Huayna Ccapac.
(Garret, Sombras del Imperio, p.80)
Don Diego Pumacahua Inca y Doña Lorenza Cusihuaman
Gobernadores y Alférez Real.
Don Francisco Pumacahua Inca y Doña Agustina
Mateo nace en 1740. Don Mateo Pumacahua y Doña Juliana
Cusihuamám y en 2das nupcias Sra. Loayza. Alférez Real en 1802.
Mateo, en 1770 es nombrado Cacique y Gobernador interino de
Chinchero. Y en 1773 es nombrado Capitán de la Compañía de indios
nobles de Chinchero.
La participación de Mateo es decisiva para la derrota de Tupa Amaru,
en 1782 las autoridades lo nombran Gobernador y Cacique principal
de Chinchero.
No sólo Mateo obtiene ventajas a raíz de haber sido leal a España, son
varios caciques que obtienen rangos militares como –tenientes
coroneles, Capitanes, o como Mateo –Brigadier General. Fue una
parte de la política de las autoridades virreinales militarizar a los
caciques que habían sido leales a la corona Española. Son las cortes de
Cádiz las primeras en decretar el fin de los señoríos y por tanto de los
Caciques. Sin embargo su realidad se hizo después de bolívar, los
indios comunes estaban cansados de los caciques que cobraban
tributo y enviaban a la gente a la mita y después de la gran rebelión era
que muchos caciques eran criollos y desconocían las costumbres de
los indios y había muchas quejas por esto.
Lidera la rebelión del Cusco, junto con los hermanos Angulo. Derrota
a los españoles en la batalla de Apacheta y toma la ciudad de Arequipa.
Es derrotado en la batalla de Umachiri, marzo 1815, es capturado y
decapitado en Sicuani.
24 Dijo: “Soy in dio por to das par tes, pero des cen dien te del úl ti mo Inca”. (Cor ne jo Bou ron cle,1949:39).
25 Dijo: “moriré donde muera mi marido”(Cornejo Bouroncle, 1949:),
26 O’phelan. 2013:118.
96 El Antoniano 125 – Marzo de 2014

Nobleza, filiaciones y ascendientes
Actual men te, en las co mu ni da -
des cam pe si nas que chuas, el
hom bre que asu me un car go
como Alcal de Vara de la co mu ni -
dad tie ne ne ce sa ria men te que
ser ca sa do, así se le re co no ce
como res pon sa ble para po der
asu mir un car go, igual es con cier -
tos car gos re li gio sos. En el caso
de José Ga briel Tupa Ama ru ve -
mos que se casó, y lue go re cla -
mó ser re co no ci do como Ca ci -
que de Su ri ma na, Pam pa mar ca y
Tun ga su ca. Du ran te la re be lión y
por la nutrida correspondencia
en tre José Ga briel y su es po sa se
ve los ro les que cum plen y como
di vi den sus res pon sa bi li da des. Su
es po sa co man da la re be lión. Mi -
caela Bastidas Puyucahua, esposa
de José Ga briel Tupa Ama ru, se
en car ga de or ga ni zar el cuar tel
cen tral de la re be lión en su casa
de la pla za de ar mas del pue blo
de Tun ga su ca, la cual te nía vi gi lan -
cia per ma nen te, des de el za guán
de la mis ma ser vía de de pó si to
de ar ma men to, den tro de ella un
es pa ñol de ape lli do Fi gue roa fa -
bricaba armas y reparaba carabi -
nas y fu si les. Era el al ma cén de ali -
men tos, dia ria men te da ban co mi -
da a un gran nú me ro de re bel -
des. Tam bién te nían el di ne ro en
pe sos, lo cual dis po nía Mi cae la
para pa gar a la gen te, com prar lo
ne ce sa rio así como en viar a José
Ga briel cuan do este le pe día. Ella
reu nía los con tin gen tes de cam -
pe si nos in dí ge nas que lle ga ban a
Tun ga su ca y dis po nía en viar los
de re fuer zo a los lu ga res don de
fal ta ban. Tam bién en via ba “pro -
pios” para con vo car a los in dios
cuan do se ne ce si ta ba más gen te.
Ella re ci bía a los gru pos de hom -
bres que lle ga ban a unir se a la re -
be lión. Todo el tiem po daba ór -
de nes. Re clu ta ba gen te. Reu nía
ar mas y ali men tos. De ci día so -
bre los sal vo con duc tos, a quie -
nes se daba, a quie nes se ne ga -
ba, re te nía en su casa cuar tel a
los sospechosos. Reproducía las
pro cla mas y las en via ba a los lu ga -
res que le pa re cía pre ci so. Ave ri -
gua ba la si tua ción po lí ti ca de to -
dos los lu ga res, es pe cial men te
de la ciu dad del Cus co. Ave ri gua -
ba so bre la po si ción de los Ca ci -
ques, y de otras au to ri da des si es -
ta ban a fa vor o en contra. Hacia
inteligencia y contra inteligencia
porque sospechando que algún
mensajero había llegado hasta
ella para averiguar sobre la
situación de los rebeldes ella
fingía haber sido robada, estar sin
dinero. Para que dicho
mensajero informase así a los
españoles. Cuidaba de la
seguridad del Inca.
Li de ra ba par te de la mi li cia
en ac cio nes ar ma das como en -
trar al pue blo de Cay llo ma, Ve li -
lle, y en el mis mo si tio del Cus -
co. Su ca rác ter era tan enér gi co
que es tan do su es po so en pe li -
gro ella sa lió de Tun ga su ca a pie
li de ran do un gru po de na ti vos
para lle gar lo mas rá pi do po si -
ble a so co rrer al Inca. Y sus ayu -
dan tes le al can zan, en el ca mi -
no, el ca ba llo en si lla do. Jugó un
rol muy im por tan te al ha cer re -
fle xio nar al Inca so bre me di das
a to mar. Así como so bre ace le -
rar la toma del Cus co, an tes
que lle guen los re fuer zos de va -
rios si tios. Así mis mo, le acon se -
ja ba to mar los puen tes de Pa -
cha cha ca. Se conservan sus
cartas en las cuales se puede
analizar sus puntos de vista.
Car ta del vi si ta dor Ge ne ral
José Anto nio de Are che, del 22
de di ciem bre de 1780 que
dice:"se aña de como cier to que
la mu jer del re bel de le si guió en
esta campaña, y que solicitando
un ve ci no o pa sa je ro li bre per mi -
so para pa sar al Cus co sin ser
ofen di do, se lo otor gó ella,". El
cura de Pam pa mar ca en su car ta
al Obis po Mos co so, dice de
Micaela “que hacía cabeza”.
El Antoniano 125 – Marzo de 2014 97

Carmen Escalante Gutiérrez, Ricardo Valderrama Fernández
El Ma ris cal José del Va lle en una car ta que es cri be
el 1 de ene ro de 1781 dice: “El de sor de na do ejér ci to
expresado lo manda en jefe el traidor referido José
Ga briel Tupa Ama ru y las par tes en que está di vi di do,
su mujer Micaela Bastidas, hijos, parientes, algunos espa
ño les y mes ti zos que por sus enor mes de li tos se
han refugiado a sus banderas”
27
. En la de cla ra ción de
Fray Juan de Dios Pa che co, re fe ri da al 26-Nov.1780,
dice: ”a Tungasuca… donde entraron en medio de
har tos in dios que se gún cómpu to que for mó ha brían
como cua tro mil in dios, por que es -
tu vo la pla za lle na y tam bién Pam pas
y Ce rros, don de ad vir tió una gran -
de hor ca en me dio de la Pla za, en
donde fue ahorcado el Corregidor
Don Anto nio Arria ga, tres Pe dre ros
en la puer ta de la casa de Tupa Ama -
ru, mu chos mes ti zos con sus lan zas,
algunas escopetas y fusiles guardando
la puer ta de la ca lle que es ta ba
cerrada y entretanto que le habrían
se les acer có mu cha gen te de las
que es ta ba en la Pla za, dan do en tre
sí mues tras de ad mi ra ción de ver los
en trar, y otros di cien do Puca cun ca,
tér mi no con que tra tan a los eu ro -
peos. Abrie ron la puer ta des pués
de avi sar a la Cu ra ca mu jer de Tupa
Ama ru y con se guir de ella li cen cia
para en trar di cien do que eran sa cer -
dotes. Habiendo entrado vieron en
el zaguán muchas escopetas y lan -
zas, y el Por te ro que era un mu la to
uni for ma do de azul con bota co lo ra -
da de Pa ñe ta con un sa ble en la
mano y mu cha gen te blan ca aden -
tro, los con du je ron al cuar to de la
ca ci ca quien los re ci bió con mu cho
ca ri ño y ve ne ra ción y que los ob se -
quió con ma tes y cena, y al muer zo
al otro día, habiendo concurrido en
la mesa hasta cincuenta personas españolas,
y que advirtieron mucha
pla ta la bra da de la que se ser vían con di ver sas mar cas
de Lan da, Fi gue roa, de Tupa Ama ru y otras que no pu -
die ron en ten der”. Cornejo Bouroncle, 1949:
44–45. Habiendo hablado y planificado este
levantamiento, Micaela dice explícitamente en una de
sus cartas que este asunto era de vida o muerte, no
sólo la vida de ella y de su esposo, sino de su familia
entera.
“En el caso de la
participación de
Tomasa Tito
Condemayta,
quien se unió a
la rebelión
desde un inicio,
era jefe máximo
de su propia
milicia, la cual
contaba con su
propio Capitán y
Sargento. Estuvo
encargada de
vigilar una zona
por la cual desde
Paruro podría
pasar un ejército
y atacar a Tupa
Amaru, por la
retaguardia.”
Ce ci lia Tupa Ama ru, fue her ma na de Die go Cris tó -
bal y pri ma her ma na de José Ga briel y de Juan Bau tis -
ta Tupa Ama ru, éste úl ti mo dice de ella: “Mi her ma na
Cecilia había sido la primera india que había apoyado
a mi des gra cia do her ma no. Fue a ella a quien José Ga -
briel con tó su pro pó si to de sub le var a los in dios con -
tra el es pan to so yugo de los crue les es pa ño les. Esta
no ble y va le ro sa mu jer, fue quien ayu dó a mi her ma -
no a rea li zar su fa tal in ten to”. (Juan Bau tis ta Tupa Ama -
ru, Me mo rias). Ce ci lia se unió des de un ini cio a la re -
be lión y jugó un pa pel im por tan te
den tro de la casa cuar tel de Tun ga su -
ca, secundando a Micaela. También
es tu vo en el si tio del Cus co, del cual
re gre sa con el grue so de la mi li cia
de Tupa Ama ru. El 18 de mayo de
1781, fue eje cu ta do jun to a Tupa
Amaru, el esposo de Cecilia, Don
Pedro Mendiguri. Cecilia y su primo
Juan Bautista Tupa Amaru estuvieron
pre sos en Cus co. Dado que Ce -
cilia conocía y colaboraba dentro de
la casa cuar tel de Tun ga su ca, los es -
pañoles suponían que sabía donde
te nía ocul to, oro y pla ta, José Ga -
briel y Mi cae la; por lo cual, no eje cu -
ta ron a Ce ci lia jun to a su es po so
Mendiguri, sino prolongaron su tortu
ra. El 27- 4 de 1781 se ini cia el
proceso contra Cecilia Tupa Amaru.
Se gún de cla ra ción de uno de los tes -
ti gos dice que Cecilia estaba en la
casa de Tungasuca, mandaba en
ella, participó en la expedición de
Piccho y que alentaba y opinaba de
que se debía de matar a los
españoles.
En el caso de la par ti ci pa ción de
Tomasa Tito Condemayta, quien se
unió a la re be lión des de un ini cio,
era jefe má xi mo de su pro pia mi li -
cia, la cual con ta ba con su pro pio Ca -
pitán y Sargento. Estuvo encargada
de vi gi lar una zona por la cual des de Pa ru ro po dría pa -
sar un ejér ci to y ata car a Tupa Ama ru, por la re ta guar -
dia. El puen te de Pill pin to. Des pués de la ba ta lla de
San ga ra rá: “Al día si guien te, el 19, tor nó el Inca a Tun -
gasuca, dejando dispuesta la defensa y seguridad de
los pa sos del río a Don Mar cos La To rre, Ju lián Esca -
lan te y a otros ca pi ta nes, bajo la vi gi lan cia de la Ca ci ca,
quien, personalmente comandaba el puesto de
27 Cornejo Bouroncle, 1949: 42.
98 El Antoniano 125 – Marzo de 2014

Nobleza, filiaciones y ascendientes
Accos, ante el pe li gro de los pa ru -
reños que, dirigidos por el Corregidor
Don Ma nuel Ruiz de Cas ti lla,
se mos tra ban ”más rea lis tas que el
Rey". (Cor ne jo Bou ron cle,
1949:112). Tomasa Tito coordinaba
sus decisiones y acciones tanto
directamente con José Gabriel así
como con Micaela, tenemos así
una carta de Tomasa dirigida a Mi -
cae la, en la que dice: “…y ad vier to
para que eli ja a un me jor jefe
como es a Don Ju lián Esca lan te,
quien es mozo y más ins trui do
que Mar cos, cuyo pa dre fue Ca pi -
tán y de esta suer te vues tra mer -
ced man de por auto al di cho, y
con esto ha brá quien nos avi ve, y
de sar gen to al di cho Mar cos…”
(Cornejo Bouroncle, 1949:113).
Son nu me ro sas y lar gas las car tas
entre Tomasa y Micaela, todas
coordinando aspectos de la rebelión.
Las car tas mues tran ade más
que el ni vel en tre ellas era de
coordinación y no de
subordinación de la una a la otra,
así como que Tomasa hacía
sugerencias y pedidos de apoyo a
Micaela, mientras ella le daba
directivas y le pedía información.
Las esposas colaboraron activamen
te con sus es po sos ya sea que
ellos es tu vie ran del lado de la re be -
lión o com ba tien do en con tra. En
el caso de los re bel des te ne mos
no sólo a la es po sa de José Ga briel
Tupa Ama ru, y la de Die go Cris tó -
bal, sino tam bién de otros par ti ci -
pantes del lado rebelde sufrieron
tortura, muerte, destierro, prisión.
Las ma dres tu vie ron un rol im -
portante apoyando a sus hijos rebel
des y su frie ron con ellos el cas ti -
go a su par ti ci pa ción en el ejér ci to
re bel de. Así te ne mos a la ma dre
de Juan Bau tis ta Tu pac Ama ru, su -
frien do un des tie rro que no so bre -
vi vió. La ma dre de Die go Cris tó -
bal Tu pac Ama ru. Tam bién la ma -
dre de Ju lián Esca lan te fue acu sa da
de enviar víveres a Tungasuca desde
Accos. Dado que es una po bla -
ción de piso de va lle al bor de del
río Apurímac, produce fruta, sobre
todo en tre Ene ro y mar zo,
que fue ron los me ses de ac ti vi dad
de las mi li cias de Tupa Ama ru en
Tungasuca. Igualmente, enviaba
pan desde Accos hasta Tungasuca,
era su forma de apoyar a su hijo y
a la rebelión.
Propiedades de José Gabriel
Tupa Amaru y una
comparación con las de
Pumacahua.
Pro pie da des de José Ga briel
Tupa Ama ru. Va rios do cu men tos
nos dan idea apro xi ma da de los
bie nes con que con ta ba Tupa
Amaru:
“Ofi cio del Se ñor Inten den te:
Nú me ro dos cien tos cin cuen ta y
cua tro. El sub de le ga do del par ti -
do de Tin ta, me avi sa ha ber re -
matado las tierras , Canora, Hua -
cro yo, Tan qui pi ta y Su ri ma na ,
que es tán en la Doc tri na de Tin ta
, y fue ron de los re bel des José
Ga briel Tú pac Ama ru, Ben tu ra
Agui rre, , Pe dro Be rre ro, y José
Esco be do, en la can ti dad de qui -
nien tos cin cuen ta y cua tro pe -
sos, con mas el de re cho de Alca -
ba la en el Doc tor Don Anto nio
Valdez, cuya cantidad procurarán
vues tras mer ce des se pon ga en
ca jas y me re mi tá la par ti da de en -
te ro para dar cuen ta a la su pe rio -
ri dad. Cuz co, ene ro sie te de mil
se te cien tos ochen ti seis.Be ni to
de la Mata Li na res. Se ño res Mi -
nis tros de la Real Ha cien da” 28 .
“Expediente sobre la venta de
va rias pie zas de pla ta la bra da y oro
pertenecientes al rebelde José Gabriel
Tú pac Aam ru. Año de 1791.
En virtud del adjunto libramiento
se ser vi rán vues tras mer ce des
mandar recoger, de esa administración
ge ne ral de co rreos, tres ca jo -
nes precintados, sellados y retobados,
que en el pa sa do de en co -
miendas tenemos registrados a entre
gar a vues tras mer ce des , y a dis -
posición del excelentísimo Señor
Virrey, superintendente general
de real ha cien da y con tie nen la pla -
ta la bra da, al ha jas de oro y per las
que relaciona el inventario que, en
testimonio, acompaña. De cuyo
recibo ser servirán Vuestras
Mercedes darnos aviso para
nuestro reguardo.
Dios guar de a Vues tras Mer ce -
des mu chos años. Cuz co y agos -
to 31 de 1791.
“Ra zón de la pla ta la bra da, al ha -
jas de oro, per las, dia man tes y
otras pie dras pre cio sas que se en -
ca jo nan hoy día 18 de agos to de
mil se te cien tos no ven ta años,
como pertenenecientes a los rebel
des José Gab riel y Die go Cris -
tóbal Túpac Amaru y Secilia Túpac
Ama ru, sean de re mi tir a la ciu dad
de los vi rre yes en tres ca jo nes , cla -
vados, precintados y retobados en
cuero…”
29
. Apar te de pe pi tas y
oro en pol vo que con te nían las
mencionadas cajas, se puede hacer
un re sú men de las jo yas, sin en -
trar en mu cho de ta lle: 124 pla ti llos
de pla ta, 71 te ne do res y 56 cu cha -
ras de pla ta, 7 cu cha ro nes de pla -
ta, 31 ma tes con re fuer zos de pla -
ta. Doce me dia nos (pla tos gran -
des) de plata, catorce azafates de
plata, seis palanganas de plata, diez
y ocho pa ta quias o ta zas de pla ta,
cien pie zas de ca be za da y pre tal
de fre no, dos ba ce ni cas de pla ta,
dos confiteras de plata dentro de
las cua les ha bía oro y al ha jas como
dos jue gos de he bi llas de oro com -
pletas, cadena de oro, veintisiete
cuen te ci tas de oro con su cruz y
en ella sie te per las y una es me ral -
da, cua tro sor ti jas de oro, ocho
sor ti jas de oro con pie dra fal sa,
una sor ti ja de oro con once chis pi -
tas de dia man te, un par de ari tos
28 La Rebelión de Túpac Amaru. Comisión Nacional de Sesquicentenario de la Independencia del Perú. 1971: 359.
29 La Rebelión de Túpac Amaru. Comisión Nacional de Sesquicentenario de la Independencia del Perú. 1971: 380–391.
El Antoniano 125 – Marzo de 2014 99

Carmen Escalante Gutiérrez, Ricardo Valderrama Fernández
de oro con per las, un ro sa rio de Je ru sa lén con su
cruz y guar ni ción en oro. Sie te pa res de zar ci llos de
oro con perlas, con esmeraldas, una gargantilla de
perlas, otra gargantilla de aljofar y gotera de cristal.
Dos ore je ras con per las, dos to pos con per las y pie -
dras de co lor fal sas. Una ca ji ta de la piz luz fo rra da en
oro. Otro Ro sa rio con cuen tas de oro, una cruz de
esmeraldas, y cuentas de abalorio aljofares. Tres sahumeadores,
cuatro candeleros, una plancha, un par de
es tri bos de pla ta, un par de es pue las de pla ta, cha rre -
te ras de oro. Estos ob je tos y al gu nos otros (que se de -
ta llan en el li bro en men ción) fue ron re ma ta dos en
Lima en pe sos para ser ingresados a la Real Caja.
Algunos de estos objetos como las hebillas de oro las
fundieron para convertirlas en tejos. Las alhajas
fueron tasadas y se remataron. Muchas de las piezas
de plata labrada la comprados dos joyeros de Lima.
Propiedades de Mateo Pumacahua
Te nía va rias pro pie da des de mu cho va lor, des -
pués de su le van ta mien to se le re qui sa ron sus
pro pie da des. Una de ellas la ha cien da Sala–Be lla
que que da ba en Urqui llos en el va lle de Uru bam -
ba fue sub as ta da en 9,400 pe sos. La viu da de Pu -
ma cahua re cla mó el que mi tad de la pro pie dad
le co rres pon día, o el equi va len te que era 4,700
pe sos. Las au to ri da des, lue go de un lar go trá mi -
te le de vol vie ron 4,000 pe sos, que dan do 700
por con cep tos de gas tos e im pues tos. Por or den
de Ra mí rez tam bién re ma ta ron sus es cla vos,
tres es cla vos en 650 pe sos. El di ne ro in gre sa ba a
la Caja Real. Pu ma cahua te nía otras pro pie da des
como una casa en la pla za de ar mas de Chin che -
ro. Una casa en la pla za de ar mas de Cal ca. Una
casa en la ciu dad del Cus co. Tam bién se sub as ta -
ron las pro pie da des de los otros re bel des como
los Angu lo. Mu cha gen te hizo for tu na con los bie -
nes de los re bel des. Des pués de la re be lión, en
1782, Pu ma cahua arrien da dos ha cien das Huay -
pu y Guayllabamba, ambas ubicadas en
Chinchero para aumentar su producción
agrícola y tener mayores ingresos económicos.
Cuadro de Propiedades económicas
Véa se cua dro nº 2.
La gran re be lión de 1780.-
Tupa Ama ru, en 1780 en ca be za una gran re be lión
indígena con una plataforma de lucha concreta y que
convoca a varios sectores de la sociedad colonial. Sin
embargo, entre los grupos sociales que lo combaten
no solamente están españoles, criollos y mestizos,
sino no bles in dí ge nas como él, con sus res pec ti vas
fuerzas sociales, que decididamente logran su derrota.
¿Por qué se le en fren tan en lu gar de apo yar lo, ya
que las rei vin di ca cio nes que bus ca son tam bién de in -
te rés de los no bles in dí ge nas?, ¿Se en fren tan aquí an ti -
guas y vi gen tes ri va li da des?, ¿Có mo eran los que en -
fren ta ron a Tupa Ama ru?, ¿Qué que rían los que en -
fren ta ban a Tupa Ama ru?, ¿Cuál era su re pre sen ta -
ción de la so cie dad?. Hay aún mu chas in te rro gan tes
irre suel tas. José Ga briel Tupa Ama ru Inca se le van ta
con tra el do mi nio es pa ñol en las Amé ri cas, sus re cla -
mos en de fen sa de los in dí ge nas em pie zan en 1776,
des de Tin ta y via ja a Lima para ex po ner su cau sa. De -
sengañado de los trámites burocráticos inicia su lucha
armada. Su primer acto es ajusticiar al Corregidor
Antonio de Arriaga, manifestándose así contra los repar
tos y el pago de tri bu to. Todo in dio adul to o jefe
de fa mi lia te nía que pa gar el tri bu to que era re co gi do
por el Encomendero y entregado al Corregidor de la
pro vin cia, el cual a su vez lo en tre ga ba a la Caja Real,
lo que se cen tra li za ba en Lima y los Vi rre yes eran los
en car ga dos de ha cer lle gar este di ne ro a la Caja Real
de Ma drid, Espa ña. Por lo tan to, su pri mer acto es
cor tar ese víncu lo con Espa ña. Por lo tan to es un pro -
yecto independentista. Tupa Amaru se opone a la
mita mi ne ra, por cuan to todo in dio ma yor de 18
años era lle va do a tra ba jar a la mita mi ne ra de la cual,
mu chos de ellos, ya no re gre sa ban; por las di fí ci les
condiciones del trabajo en esos lugares. Tupa Amaru
ha bía ale ga do que dado que el Co rre gi mien to de Po -
tosí había pasado a formar parte del Virreynato del
Río de la Pla ta, ya no se en víe a esa mita a los po bla do -
res del Vi rrey na to del Perú. Obvia men te, no fue es cu -
cha do. Tupa Ama ru es el pri me ro en Amé ri ca en pro -
Ta bla nº 2.
Años José Gabriel Tupa Amaru Mateo Pumacahua
1758
Oficio: Arriero.
Heredó 70 piaras de mulas, mas o menos 350 animales de transporte. Su centro de
operaciones era Tinta (el camino de Lima a Buenos Aires pasaba por ese pueblo). En Tinta
tenía una finca, de la cual aun queda las cimentaciones mal conservadas. Tenía alfalfales para
alimentar sus recuas de mulas. Igualmente poseyó una amplia casa en Tungasuca, en la
misma Plaza de Armas, en donde fue su cuartel general durante la rebelión. Y casa y
terrenos en Surimana el pueblo donde nació. Casa y terrenos en Pampamarca.
Tenía esclavos: Se subastó una esclava de su propiedad para beneficio de la Corona.
Poseía muchos objetos de oro y de plata, los cuales están detallados en el presente artículo.
Fuente: Elaboración propia en base a fuentes secundarias. (No es completo). 2013.
Oficio; militar.
Casa en la plaza de Armas de Chinchero.
Casa en Cusco. Casa en Calca.
Finca en Urquillos: Sala Bella. Se subastó en
9,400 pesos.
50 vacas disponibles o de saca, lo que significa
que tenía mas ganado.
Tres esclavos, subastados después de su
rebelión.
100 El Antoniano 125 – Marzo de 2014

Nobleza, filiaciones y ascendientes
cla mar la li ber tad de los es cla vos,
el 16 de no viem bre de 1786. Estu -
vo por la eli mi na ción de los re par -
tos (de mercancías a indígenas) y
por la eliminación del trabajo
gratuito en los obrajes. La
eliminación de aduanas y alcabalas.
Su rebelión se inicia contra “el mal
gobierno” y luego se radicaliza
cuestionando el sistema y llegando
a proclamar la independencia de
América de cualquier opresión.
En for ma do cu men tal ve re -
mos esta re be lión: El 4 de no -
viem bre de 1780, José Ga briel
toma pri sio ne ro al Co rre gi dor
de Tin ta y el 10 de no viem bre
man da eje cu tar lo en la pla za de
Tun ga su ca, en su aren ga a la po -
bla ción ma ni fies ta que no sólo se
castigaría a Arriaga sino también a
otros Co rre gi do res que es tén
obran do mal. Tupa Ama ru: tie ne
a su man do crio llos y mes ti zos ar -
mados con fusiles, bayonetas ca -
la das e in dios ar ma dos de re jo -
nes, hon das y de pa los (con ta ba
con al gu nos ca ño nes y pól vo ra;
ope ra dos por un es pa ñol que es -
ta ba en con di ción de pri sio ne ro).
Con esta mi li cia, el 11 de no viem -
bre se di ri ge a Qui qui ja na para
cas ti gar al Co rre gi dor, el cual,
pre ve ni do de lo su ce di do con
Arria ga; ha bía hui do. Tupa Ama -
ru vuel ve sus pa sos ha cia Po ma -
can chi y se apo de ra del obra je,
pre gun tan do a la po bla ción si el
due ño del obra je de bía di ne ro a
al gu no de ellos, y del di ne ro de la
Caja del obra je paga a quie nes
ma ni fies tan que se les de bía, el
res to del di ne ro lo re par te en tre
los pre sen tes. Deja a car go de
ese obra je a Juan Bau tis ta Tú pac
Amaru, su hermano menor. Hay
otro de ta lle im por tan te, a ni vel
de ce re mo nias, se dice que:
“cons ta … como ha bien do lle ga -
do al pue blo de Anda guay li llas, le
sa lió a re ci bir el cura, y lle gan do
al pie de las gra das del ce men te -
rio sub ie ron cua tro o cin co sa cer -
dotes, todos vestidos de capas
de coro con una cruz y el acei te
de agua ben di ta, con pa lio, bajo
del cual le re ci bie ron, ha cién do le
be sar la cruz y dán do le el agua
ben di ta y en tró de este modo
has ta el al tar ma yor y le des cu -
brie ron a nues tro Amo y Se ñor
Sacramentado, rezando la esta -
ción ma yor los sa cer do tes y can -
tan do otras ora cio nes, y para ce -
rrar a nues tro Amo le to ma ron la
ve nia al Re bel de, con lo que sa lió
al ce men te rio y prac ti có la mis -
ma amo nes ta ción que en Gua -
ro”. 30 Rea li za ba ce re mo nias de
acuer do a su in ves ti du ra de Inca
cris tia no. Todo el relato de la
ceremonia nos muestra la
importancia de la parte ritual en
el reconocimiento de la
legitimidad de su condición de
Inca. Así como que esta
identidad le reconocían en los
pueblos del área que antes fuera
de las etnían Canas y Canchis.
El 12 de no viem bre, en la ciu -
dad del Cus co, em pe za ron a or ga -
nizar un ejército para combatir a
Tupa Ama ru. El 14 del mis mo mes
el Obispo Moscoso escribió una
carta circular a todos los párrocos
del Cus co para que per ma ne cie -
sen en sus pa rro quias y ayu den a
com ba tir la re be lión. El 16 Tupa
Ama ru de cla ra la li ber tad de los ne -
gros 31 . El 17 de no viem bre el ejér -
cito reunido para combatir a Tupa
Ama ru acam pa en la pla za de
Armas de Sangarará. Estaba conformado
por 800 indios reunidos
por los ca ci ques Sahua rau ra y Chi -
llitupa. Mestizos y criollos del Cusco
liderados por Landa y Cabrera,
Corregidor de Quispicanchis, un
to tal de 1200 hom bres ar ma dos.
El 18 por la ma ña na se li bró la ba ta -
lla en la que ga na ron las fuer zas de
Tupa Ama ru y mu rie ron los Ca ci -
30 Con fe sión de Este ban Escar ce na. Doc. Del Archi vo de Indias. Ci ta do por B. Le win. Pag. 445.
31 Primera declaración a nivel de América.
El Antoniano 125 – Marzo de 2014 101

Carmen Escalante Gutiérrez, Ricardo Valderrama Fernández
ques Sahuaraura 32 y Chillitupa. Los documentos inéditos
de la fa mi lia Tupa Gua man ri ma chi Ynga, en el
caso es pe cí fi co de Félix Tupa Guamanrimachi Ynga,
demuestran que participó en esta batalla
combatiendo contra José Gabriel Tupa Amaru.
Una de las pro cla mas de Tupa Ama ru de cía: “Y
en aten ción a que los na tu ra les in dios los ha tra ta do
y mi ra do nues tro Rey Ca tó li co con be nig ni dad y
pie dad, como lo ma ni fies tan sus le yes y or de nan -
zas rea les, so pro tes ta en su real Nom bre que se
les guardarán sus privilegios pun -
tual y exac ta men te, cum plien do
con la in ten ción de su ma jes tad, la
cual es de que no pa guen diez mos
en este obis pa do, por que así se
de cla ró por sen ten cia de fi ni ti va en
vis ta y re vis ta en la Real Au dien cia
de Lima y des pués se con fir mó
por su Ma jes tad, lo cual está en los
li bros de este ca bil do. Así mis mo
que da rán li bres de re par ti mien tos
de Corregidores desde ahora, ni
en lo pos te rior no se rán por nin -
gún mo ti vo pre sos en obra jes,
pues to que así lo pre vie nen las dis -
po si cio nes le ga les que ha blan so -
bre la ma te ria; ni pa ga rán ob ven -
cio nes en ob ser van cia de la real cé -
du la pu bli ca da en es tos do mi nios,
la que no se ha abo li do y an tes
exis te su te nor y fuer za. Y se les
pro me te a los mes ti zos el be ne fi -
cio de que no pa guen al ca ba la, ni
de re chos de adua na y que go za -
rán de esta fran que za y li ber tad los
susodichos, sus hijos y
descendientes” 33 . Lo que nunca
prohibió fue pagar a los
sacerdotes en las parroquias del
Virreynato.
El 3 de ene ro de 1781, en ofi -
cio que en vía al Ca bil do del Cus -
co, Tupa Ama ru ma ni fies ta “La mía
es la úni ca que ha que da do de la san gre de los
Incas, re yes de este rei no. Esto me ha es ti mu la do a
“Hago sa ber a
los paisanos
criollos,
moradores de
Chi chas y sus
inmediaciones,
que vien do el
yugo fuer te que
nos opri me, con
tan to pe cho, y la
tiranía de los
que co rren con
este car go, sin
tener
consideración de
nuestras
desdichas y
exasperado de
ellas y de su
impiedad.”
pro cu rar por to dos los me dios po si bles a que ce -
sen en el to das las abu si vas in tro duc cio nes: que
por los mis mos co rre gi do res y en otros su je tos se
ha bían plan ti fi ca do; co lo cán do se en to dos los car -
gos y mi nis te rios unas per so nas inep tas para ellos,
todo re sul tan te con tra los mí se ros in dios y de más
per so nas, y dis po si cio nes de los mis mos Re yes de
Espa ña, cu yas le yes ten go por ex pe rien cia se ha llan
su pri mi das y des pre cia das, y que des de la con quis -
ta acá no han mi ra do aque llos va sa llos a ade lan tar -
las, sino que su apli ca ción es a es ta -
far a esta mí se ra gen te, sin que res -
pe ten a la que ja. Esto es tan no to -
rio que no ne ce si ta mas com pro -
ban te sino las lágrimas de estos
infelices que ha tres siglos las
vierten sus ojos”. 34
Son va rias pro cla mas que dio
Tupa Ama ru en las cua les ma ni fies ta
su pro yec to de na ción India-mes ti -
za-criolla-negra con hegemonía indíge
na y no una na ción his pa no-blan -
ca-criolla, con exterminio y genocidio
per ma nen te del in dio, como lue -
go seríamos con intervención de los
ejér ci tos de San Mar tín y de Bo lí var,
quienes impusieron la Independencia
del Perú, muy a pe sar de los crio -
llos, al gu nos de los cua les fir ma ron
el acta de Inde pen den cia del Perú y
apenas pudieron se refugiaron junto
a los es pa ño les en el Real Fe li pe
para to mar bar cos que los lle va ran a
España, poniéndose a salvo de la
Independencia. Los propósitos de
Tupa Amaru fueron claros, escritos
por él mismo: “Señor Gobernador
Don Diego Chuquiguanca.- Muy señor
mío y pa rien te de mi ma yor es ti -
mación, por orden superior doy
par te a Ud., ten go co mi sión para ex -
tinguir corregidores en beneficio del
bien pú bli co, en esta for ma: que no
haya corregidores en adelante, como también con totalidad
se quiten mitas de Potosí, alcabalas, aduanas y
32 Pedro Apu Sahuaraura Ramos Titu Atauchi falleció en la batalla de Sangarará y “su cadáver … impíamente azotado , no pudiéndose encontrar
le de tan ta pro fa na ción que le hi cie ron” (Flo res Espi no sa,2001:23). Don Pe dro tam bién ha bía de la ta do a los agen tes que Tupa Ama ru te -
nía en el Cus co. Su tío ma ter no Don Fer nan do Ra mos Titu Atau chi com ba tió jun to a él y so bre vi vió. Ra fael José, her ma no de Pe dro, era
sacer do te y ac tuó como es pía de los rea lis tas con tra T.A. Hay in for ma ción so bre esta fa mi lia por que el hijo de Pe dro, Don Jus to Apu Sahua -
rau ra Inca es cri bió un li bro: “Re cuer dos de la Mo nar quía Pe rua na o Bos que jo de la his to ria de los Incas” (2001), en el cual da in for ma ción de
su fa mi lia. Pese a que su pa dre mu rió lu chan do por el Rey, el ca ci caz go de Oro pe sa que os ten ta ba no fue he re da do a nin gu no de sus hi jos.
Una con ce sión que hi cie ron los realistas como premio fue que su hijo Justo tuviera una pensión y una beca para estudiar y acceder a ser
cura.
33 Le win. Pág. 451.
34 Le win. 2004: Pág. 456.
102 El Antoniano 125 – Marzo de 2014

Nobleza, filiaciones y ascendientes
otras muchas introducciones perniciosas.
En esta conformidad comuni
co a Ud. Mis fa cul ta des.” 35 Otro
de sus ban dos res pec to al área
geográfica de la nación
36
, que aun -
que puede habérsele atribuido, en
el interrogatorio que le hicieron él
reconoce inteligentemente, que
aun que él no lo re dac tó, está bien
es cri to: “Yo Don José I por la gra -
cia de Dios, Inca, Rey del Perú,
Santa Fe (Bogotá), Quito, Chile,
Buenos Aires, y continentes de los
ma res del sud, du que de la Su per -
la ti va, se ñor de los Cé sa res y Ama -
zo nas con do mi nio en el gran Pai ti -
ti, Comisario distribuidor de la piedad
di vi na por era rio sin par, etc.
Por cuan to es acor da do en mi
Consejo por junta prolija por repetidas
ocasiones, ya secreta, ya públi
ca, que los Re yes de Cas ti lla me
han tenido usurpada la corona y
do mi nio de mis gen tes, cer ca de
tres siglos, pensionándome los vasallos
con insoportables gabelas, tributos
piezas, lanzas, aduanas, alca -
ba las, es tan cos, ca tas tros, diez -
mos, quintos, virreyes, audiencias,
corregidores, y demás ministros,
to dos igua les en la ti ra nía, ven dien -
do la jus ti cia, en al mo ne da con los
es cri ba nos de esta fe a quien más
puja y a quien más da, en tran do en
esto los em pleos ecle siás ti cos y se -
cu la res, sin te mor de Dios, es tro -
pean do como a bes tias a los na tu -
ra les del rei no; qui tan do la vida a
to dos los que no su pie ron ro bar,
todo dig no del más se ve ro re pa ro.
Por eso y por los cla mo res que
con generalidad han llegado al cielo,
en el nom bre de Dios To do po -
deroso, ordenamos y mandamos
que nin gu na de las per so nas di -
chas, pa gue ni obe dez ca en cosa al -
guna a los ministros europeos intru
sos, y sólo se de be rá te ner
todo respeto al sacerdocio, pagándo
le el diez mo y la pri mi cia como,
que se da a Dios in me dia ta men te,
y el tri bu to y el quin to a su Rey y
Se ñor na tu ral, y esto con la mo de -
ra ción con que se hará sa ber, con
las de más le yes de ob ser var y guar -
dar. Y para el pron to remedio de
todo lo susoexpresado, mando se
reitere y se publique la jura hecha
a mi Real Corona en todas las
ciudades, villas y lugares de mis
dominios, dándome parte con
toda la verdad de los vasallos
prontos y fieles para el premio
igual, y de los que se rebelaren,
para la pena que les compite
remitiéndonos la jura hecha, con
razón de cuanto nos conduzca,
etc” 37 .’ (B. Lewin; 2004:420-421)
Y él mis mo se au to de no mi na -
ba con ese ape lli do: “Don José
Ga briel Tupa Ama ru Indio de la
san gre real y tron co prin ci pal:
—Hago sa ber a los pai sa nos crio -
llos, mo ra do res de Chi chas y sus
in me dia cio nes, que vien do el
yugo fuer te que nos opri me, con
tan to pe cho, y la ti ra nía de los
que co rren con este car go, sin te -
ner con si de ra ción de nues tras
desdichas y exasperado de ellas y
de su im pie dad, he de ter mi na do
sa cu dir el yugo in so por ta ble y
con te ner el mal go bier no que ex -
pe ri men ta mos de los je fes que
com po nen es tos cuer pos, por
cuyo mo ti vo mu rió en pú bli co ca -
dal so el corregidor de esta
provincia de Tinta” 38
Du ran te su re be lión, en los di fe -
ren tes Ban dos que José Ga briel
Tupa Ama ru emi te, se auto ti tu la des -
cen dien te del úl ti mo Inca y de san -
gre real le gí ti ma y de tron co prin ci -
pal. Fren te a esto le sa len al fren te al -
gu nos de los Elec to res y re pre sen -
tan tes de las Ca sas Rea les exis ten tes
35 Cornejo Bouroncle, 1963:177.
36 Se tra ta de un ban do en con tra do en el bol si llo de Tupa Ama ru des pués de su cap tu ra. Está pues to en duda por va rios his to ria do res. Le win
de mues tra que es si mi lar al ban do del pue blo de Si los (Nue va Gra na da) me dian te el cual de cla ran Inca Rey de Amé ri ca a Tupa Ama ru el 24
de mayo de 1781, unién do se a la re be lión, lo cual le da veracidad histórica a dicho bando.
37 Lewin; 2004:420-421.
38 Cornejo Bouroncle; 1963:174.
El Antoniano 125 – Marzo de 2014 103

Carmen Escalante Gutiérrez, Ricardo Valderrama Fernández
en Cusco, entre ellos precisamente los Electores de la
Casa Real de Yaguar Guacac, los Tupa Guamanrimachi
Ynga.
Pumaccahua. Combates
En 1780 el Cacique Pumacahua decide participar
activamente contra Tupa Amaru y se conoce su partici
pa ción por las mis mas car tas e in for mes que Pu ma -
cahua escribió. Su participación es activa y decisiva en
la de fen sa del Cus co y en la cap tu ra del mis mo Tupa
Amaru. Participa desde un inicio desde que se entera
de la re be lión. El for ma su pro pia mi li cia con gen te de
en tre sus alle ga dos y baja des de Chin che ros ha cia el
Va lle del Uru bam ba para po der au xi liar a los rea lis tas,
cru za el río por el puen te de Huay lla bam ba. Los re -
bel des ha bían to ma do los pue blos de Pi sac, Coya, La -
may y Cal ca y ha bía he cho pri sio nes a los es pa ño les.
Pumacahua da alcance a la milicia dirigida por Diego
Cristóbal Tupa Amaru en el lugar denominado Huarán
y cer can a los re bel des en tre la mi li cia de Pu ma -
cahua (que ata ca por la es pal da) y el ejér ci to del es pa -
ñol Co ro nel de Allen de que ha bía ve ni do des de el
Cus co a ha cer fren te a los re bel des. El Co ro nel se re -
gre sa al Cus co y que da Pu ma cahua a car go del va lle.
Las fuer zas re bel des se rea gru pan cer ca al pue blo de
Urubamba donde se vuelven a enfrentar. Pumacahua
de rro ta a este gru po, se gún él in for ma que este con -
tingente armado huye en desbandada, habiendo
muer to mu chos de ellos bajo las ar mas o des pe ña -
dos al ba rran co o aho ga dos en el río. Tam bién los per -
si gue por el ce rro Ama ru, sube por Chahuay ti ri hasta
Caycay. Pumacahua afirma haber acudido en socorro
de los pobladores de Paucartambo. El mismo
presenta las cartas que los jefes militares españoles le
dirigían solicitando su apoyo.
En base a sus ser vi cios a la co ro na Espa ño la él pide
el car go de Bri ga dier y una pen sión mo ne ta ria de por
vida así como una re ba ja de dos ter ce ras par tes del tri -
bu to que pa ga ban doce parientes suyos.
Pumacahua estuvo bajo las órdenes del General
José Ma nuel Go ye ne che, has ta 1812, en que se unió
a los hermanos Anguno en la Junta Gobernativa del
Cus co. El 3 de agos to de 1814 Pu ma cahua sale ele gi -
do Presidente de la Junta Gubernativa del Cusco. En
1814 vuel ve al tro no el Rey Espa ñol Fer nan do VII y
por ello el Vi rrey del Perú avi só a Cus co que ya no te -
nía ra zón de ser la Jun ta Gu ber na ti va. Los ele gi dos de
esta Junta acordaron encabezar la rebelión y expandirla
en todo el Virreynato, para lo cual organizan tres
columnas militares.
Pu ma cahua se une a la re be lión de los her ma nos
Angulo y toman exitosamente la ciudad del Cusco, organizan
partidas para expandir la rebelión, así; desde el
Cusco salen: una columna hacia Huamanga, otra hacia
Puno y La Paz y otra ha cia Are qui pa di ri gi da por Ma teo
Pu ma cahua y un her ma no Angu lo; 9 de no viem bre de
1814, Pu ma cahua tomó la ciu dad de Are qui pa ven cien -
do la resistencia realista en la batalla de Apacheta, pero
los realistas lo enfrentaron y vencieron en Umachiri el
11 de mar zo de 1815, en Puno en don de jun to a otros
patriotas ejecutan al poeta Mariano Melgar. Tres días después
capturaron a Pumacahua y el 17 de marzo de
1815 es ejecutado en Sicuani.
Has ta aquí te ne mos dos hé roes de nues tra Inde -
pen den cia: Tupa Ama ru y Pu ma cahua, el uno de ofi -
cio arrie ro, y el otro mi li tar; el uno afe rra do a su
iden ti dad in dí ge na e Inca, el otro en un pe río do de
su vida tra ta de crio lli zar se, no sólo en há bi tos y cos -
tum bres, sino en su mis mo ape lli do Ma teo Gar cía
Pu ma cahua, am bos tie nen imá ge nes dis tin tas de la
na ción que quie ren cons truir, pero am bos die ron
sus vi das por el país en que vi vi mos, vi vie ron sus
con tra dic cio nes y murieron por un futuro, el que
aun tenemos que construir.
REFERENCIAS
—Cahill, David
Nobleza, identidad, y rebelión: los Incas nobles del cusco frente a
Tupac Amaru (1778-1782).
Una visión andina: el levantamiento de Ocongate de 1815. Histórica /
Pontificia Universidad Católica del Perú — Vol. 12, no. 2 (1988).
—Cornejo Bouroncle, Jorge
1963 La revolución precursora de la Emancipación Continental.
Edit. H.G.Rozas.Cusco.
—Garret, David
2009 Sombras del Imperio. IEP. Lima.
—Macera, Pablo: Inca colonial.
Ophelan, Scarlet: Curacas y sucesiones
Dionisio Inca Yupanqui y Mateo Pumacahua : dos indios nobles
frente a las Cortes de Cádiz (1808-1812). http://caliope.pucp.
edu.pe/uhtbin/cgisirsi/x/CENTRAL/x/57/5
—Las independencias desde la perspectiva de los actores sociales /
comps.: Juan Luis Orrego Penagos, Cristóbal Aljovín de Losada, José
Ignacio López Soria. Lima: Organización de Estados Iberoamericanos
para la Educación, la Ciencia y la Cultura: Universidad Nacional Mayor
de San Marcos : Pontificia Universidad Católica del Perú, 2009
—Sahuaraura, Inca, Don Justo Apu
2001 Recuerdos de la Monarquía peruana o Bosquejo de la historia
de los Incas. Fundación Telefónica. Lima.
—Valderrama Escalante, Gonzalo.
2010 “Las comparsas por fiestas patronales y las Panacas y Ayllus
Reales de San Jerónimo”. En: San Jerónimo. Revista Institucional
Municipalidad Distrital de San Jerónimo, Año 5, no. 5 (Set. 2010) p.
32-34.
1980 “Colección Documental del Bicentenario de la Revolución
Emancipadora de Tupac Amaru, Tomo II, Descargos del Obispo del
Cuzco Juan Manual Moscoso”, página 344, 345, parece que es
testimonio escrito por José Gabriel Tupac Amaro, y dice que Andres (R
5406) es su “amado hijo;” entonces en página 698, dice que Mariano y
Andres son “vuestros sobrinos
—Sala i Vila, Nuria
La participación indígena en la rebelión de los Angulo y Pumacahua,
1814-1816 / Conquista y resistencia en la Historia de América Central
— Barcelona: Publicaciones de la Universitat de Barcelona, 1992: p.
273-288.
104 El Antoniano 125 – Marzo de 2014

CONCEPTO DE NACIÓN EN LAS PRIMERAS
CONSTITUCIONES POLÍTICAS DEL PERÚ
RESUMEN: El tra ba jo tie ne co mo ob je ti vos, ex plo rar el sig ni fi ca do
del con cep to de na ción, des de la pers pec ti va his tó ri ca y ve ri fi car
lue go, su uso en las pri me ras cons ti tu cio nes po lí ti cas del Pe rú. Pa ra
lo grar ta les ob je ti vos se to ma y ana li za las de fi ni cio nes de au to res
re pre sen ta ti vos, tan to de la teo ría mo der nis ta de la na ción y na cio -
na lis mo, co mo de la teo ría sub al ter na o pos co lo nial. Asi mis mo, el
tra ba jo re co ge los tex tos de las cons ti tu cio nes pe rua nas del si glo
XIX y el de la cons ti tu ción de Cá diz de 1812, en lo re fe ren te es tric -
ta men te al con cep to de na ción y su uso. Palabras Clave: Nación,
Nacionalismo, Constitución, Soberanía, Catolicismo, Perú, Cádiz.
Luis Froilán Medina Suyo 1 , Giovana Castillo Arrosquipa 2
ABSTRACT: The work has as ob jec ti ves, to ex plo re the mea ning of
the na tion con cept, from the his to ri cal pers pec ti ve and to ve rify then,
its use in the first po li ti cal cons ti tu tions of the Pe ru. To achie ve such ob -
jectives he/she takes and it analyzes the definitions of representative
aut hors, so much of the Mo der nist Theory of the Na tion and Na tio na -
lism, as of the Su bor di na te Theory or co lo nial search. Also, the work
picks up the texts of the Pe ru vian cons ti tu tions of the XIX cen tury and
that of the cons ti tu tion of Cá diz 1812, in the re la ting thing strictly to
the na tion con cept and its use. Key words: Na tion, Na tio na lism,
Constitution, Sovereignty, Catholicism, Peru, Cádiz.
1 Magíster en Historia por la Pontificia Universidad Católica del Perú (2012), Licenciado en Historia, por la Universidad Nacional de San Antonio
Abad del Cus co (1997). Pro fe sor y Jefe del De par ta men to Aca dé mi co de His to ria de la Uni ver si dad Na cio nal de San Anto nio Abad del Cus co.
2 Licenciada en Educación, Especialidad Ciencias Sociales: Historia y Geografía, por la Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco
(2005).
El Antoniano 125 – Marzo de 2014 107

Luis Froilán Medina Suyo , Giovana Castillo Arrosquipa
a ción es un con cep to sur gi do en la mo der ni dad y es -
Ntrechamente ligado a la política. Es recurrentemente
utilizado en los espacios, académico, político y jurídico;
ade más en cie rra en sí, va rias acep cio nes, al pun to de ge -
ne rar de sa cuer dos en tre los usua rios, en to dos los tiem -
pos. Históricamente el concepto se ha utilizado en relación
a las diferentes formas de organización política de la
sociedad. En las constituciones, tanto europeas como hispanoamericanas
fue asumido como concepto básico desde
el co mien zo. En el caso pe rua no, su uso fue cons tan -
te, desde la primera hasta la actual Constitución Política.
Nuestro propósito en este breve ensayo, es explorar precisamente,
el significado de este concepto —a partir de autores
que consideramos referentes— y su
utilización en las constituciones peruanas
del si glo XIX. En esa ló gi ca ca ben las
cuestiones: ¿quiénes son nacionales? y
¿qué modificaciones ha sufrido en su uso
el concepto?
En tal sen ti do, el en sa yo está or ga ni -
za do en dos pe que ños tí tu los, con sus
subtítulos. En el primero, precisamos
brevemente la parte conceptual del térmi
no, ci tan do por una par te, a au to res
representativos de la Teoría Modernista
de la Nación y Nacionalismo (Gellner,
Hobs bawm, Ander son) y de la Teo ría
Subalterna o Poscolonial (Bhabha, Chatterj
je), y por otra par te, a Was ser man,
autor integrante de los estudios
conceptuales en Iberoamérica.
En el segundo título intentamos
com pren der este con cep to en la for -
ma como se uti li zó en las pri me ras
constituciones políticas del Perú. Pero
una mejor comprensión del carácter
de nuestras constituciones, pasa necesariamente
por mencionar la Constitu
ción de la Monarquía Española de
Cádiz, de 1912.
CONSIDERACIONES
TEÓRICAS
“Dos hombres
son de la misma
nación si, y solo
si comparten la
misma cultura,
es decir, un
sistema de ideas
y signos, de
asociaciones y
de pautas de
conducta y
comunicación,
dos hombres
son de la misma
nación si y solo
si se reconocen
como
pertenecientes a
la misma
nación.”
Teoría Modernista de la Nación
Nación y nacionalismo en Latinoamérica son fenóme
nos pro pios del si glo XIX, aun que en Eu ro pa ya se
3 Jo seph Da ger. His to rio gra fía y na ción en el Perú del si glo XIX. Lima: PUCP, 2009. p. 42.
4 Ernest Gellner. Naciones y Nacionalismo. 2da. Edición. Madrid: Alianza Editorial, 2008, p.109.
5 Ídem, p. 74.
6 Ernest Gell ner. 2001: 8 cit. por Jo seph Da ger. Ob. cit. p. 43.
7 Jo seph Da ger. Ob. cit. p. 44.
8 Eric Hobsbawm. Naciones y nacionalismo desde 1780. Barcelona: Critica, 2000, P. 18.
9 Ibídem.
ha bía dado mu cho más an tes. So bre na ción exis te una
teoría llamada Modernista de la Nación, porque plantea
que la na ción, es un ar te fac to cul tu ral, es de cir, cons truc -
ción del capitalismo. Entre sus representantes más impor
tan tes es tán, Ernest Gell ner, Eric Hobs bawm y Be ne -
dict Ander son. Los tres sos tie nen que la nación es
moderna, construida en la sociedad industrial.
Gell ner en la lec tu ra de Da ger, sos ten dría que, las na -
ciones y nacionalismos son fenómenos modernos y los
relacionaría estrechamente con el surgimiento de la llamada
Sociedad Industrial 3
. Consistente con lo anterior, Gellner
afirma que, “El nacionalismo tiene un profundo arraigo
en las exigencias estructurales distintivas de la sociedad
industrial […]” 4
, ade más de con si de -
rar que, dos hom bres son de la mis ma
na ción si, y solo si com par ten la mis ma
cul tu ra, es de cir, un sis te ma de ideas y
sig nos, de aso cia cio nes y de pau tas de
conducta y comunicación, dos hombres
son de la mis ma na ción si y solo si
se reconocen como pertenecientes a
la mis ma na ción. En otras pa la bras, las
na cio nes ha cen al hom bre; las na cio -
nes son los cons truc tos de las con vic -
ciones, fidelidades y solidaridades de
los hom bres 5 . Para el au tor, “el na cio -
nalismo engendra a las naciones, no a
la inversa” 6
; es decir, primero existe el
nacionalismo y luego la nación.
Se gún Da ger, “La no ve dad de Gell -
ner está en in tro du cir el con cep to de
“artefacto cultural” en la génesis de la
na ción. Las na cio nes no tie nen una
existencia “real” ni “inmemorial”, son
el resultado del nacionalismo, el cual
es una construcción, fabricación, inven
ción de la cla se di ri gen te de una
sociedad en el proceso de transición a
su etapa industrial […]” 7
.
Hobs bawm, en la mis ma lí nea de
Gell ner dice: “[…] al igual que Gell -
ner, yo recalcaría el elemento artefacto,
invención e ingeniería social que inter
vie ne en la cons truc ción de na cio -
nes” 8 , y agre ga que, “[…] el na cio na -
lismo antecede a las naciones. Las naciones no construyen
es ta dos y na cio na lis mos, sino que ocu rre al re vés” 9 .
108 El Antoniano 125 – Marzo de 2014

Concepto de nación en las primeras Constituciones Políticas del Perú
Pero Hobsbawm a diferencia de
Gellner, considera que, las naciones
son fenómenos duales, construidos
esencialmente desde arriba, pero
que no pue den en ten der se, a me -
nos que se ana li cen tam bién des de
aba jo, esto es, en tér mi nos de los su -
puestos, las esperanzas, las necesidades,
los an he los y los in te re ses de las
personas normales y corrientes,
que no son necesariamente nacionales
y menos todavía nacionalistas
10
.
Una importante observación de
Hobs bawm a Gell ner, es que, “[…]
su perspectiva preferida, la modernización
desde arriba, hace difícil prestar
la de bi da aten ción a la vi sión des -
de aba jo” 11 , con lo que Hobsbawm
reafirma su propuesta de que, las
naciones son fenómenos duales, es
decir perceptibles desde arriba y
desde abajo.
Por su par te, Be ne dict Ander son,
de fi ne la na ción como, “una co mu ni -
dad política imaginada, como inherentemente
limitada y soberana”
12
.
Esta definición se desagregaría con fines
de com pren sión, así: a) Es ima gi -
na da por que aun los miem bros de
la na ción más pe que ña no co no ce -
rán ja más a la ma yo ría de sus com pa -
trio tas, no los ve rán ni oi rán si quie ra
ha blar de ellos, pero en la men te de
cada uno vive la ima gen de su co mu -
nión; b) La na ción se ima gi na li mi ta -
da por que, in clu so la ma yor de ellas,
que al ber ga tal vez a mil mi llo nes de
seres humanos vivos, tiene fronteras
finitas, aunque elásticas, más allá
de las cua les se en cuen tran otras na -
ciones. Ninguna nación se imagina
con las di men sio nes de la hu ma ni -
dad; c) Se imagina soberana porque
el con cep to na ció en una épo ca en
que la ilus tra ción y la re vo lu ción es ta -
Ta bla nº 1. Nación en las Constituciones Peruanas del Siglo XIX
1823 1826
Art. 1º. Todas las provincias del Perú, reunidas en un solo cuerpo forman
la Nación peruana.
Art. 2º. Esta es independiente de la Monarquía española, y de toda
dominación extranjera, y no puede ser patrimonio de ninguna
persona ni familia.
Art. 3º. La soberanía reside esencialmente en la Nación, y su ejercicio en
los magistrados, a quienes ella a delegado sus poderes.
Art. 8º. La religión de la República es la católica, apostólica, romana, con
exclusión del ejercicio de cualquier otra.
1828 1834
Art. 1º. La nación peruana es la asociación política de todos los ciudadanos
del Perú.
Art. 2º. La nación peruana es para siempre libre e independiente de toda
potencia extranjera. No será jamás patrimonio de persona o
familia alguna; ni admitirá con otro Estado Unión o Federación
que se oponga a su independencia.
Art. 3º. Su religión es la católica, apostólica, romana. La nación la protege
por todos los medios conforme al espíritu del evangelio, y no
permitirá el ejercicio de otra alguna.
1839 1856
Art. 1º. La nación peruana es la asociación política de todos los peruanos.
Art. 2º. La nación peruana es libre e independiente: no puede ser
patrimonio de ninguna persona, ni familia, ni hacer con otro
Estado pacto alguno, que se oponga a su independencia y unidad.
Art. 3º. Su religión es la católica, apostólica, romana, que profesa sin
permitir el ejercicio de cualquier otro culto.
1860 1867
Art. 1º. La nación peruana es la asociación política de todos los peruanos.
Art. 2º. La nación es libre e independiente, y no puede celebrar pacto que
se oponga a su independencia o integridad, o que afecte de algún
modo su soberanía.
Art. 3º. La soberanía reside en la nación y su ejercicio se encomienda a los
funcionarios que esta constitución establece.
Art. 4º. La nación profesa la religión católica, apostólica, romana: El Estado
la protege, y no permite el ejercicio público de otra alguna.
Art. 1º. La Nación peruana es la reunión de todos los peruanos.
Art. 2º. El Perú es, y será siempre, independiente de toda dominación
extranjera; y no puede ser patrimonio de ninguna persona ni
familia.
Art. 6º. La religión del Perú es la católica, apostólica y romana.
Fuen te: Ugar te Del Pino, Juan Vi cen te. His to ria de las cons ti tu cio nes del Perú. pp. 163–456.
Art. 8º. La soberanía emana del pueblo, y su ejercicio reside en los
poderes que establece esta Constitución.
Art. 1º. La nación peruana es independiente; y no puede ser patrimonio
de persona o familia alguna.
Art. 2º. Su religión es la católica, apostólica, romana. La nación la protege
por todos los medios conformes al espíritu del evangelio y no
permite el ejercicio de otra alguna.
Art. 1º. La nación peruana es la asociación política de todos los peruanos.
Art. 2º. La nación es libre e independiente, y no puede celebrar pacto que
se oponga a su independencia o integridad, o que afecte de algún
modo su soberanía.
Art. 3º. La soberanía reside en la nación, y su ejercicio se encomienda a
los funcionarios que establezca esta constitución.
Art. 4º. La nación profesa la religión católica, apostólica, romana. El Estado
la protege por todos los medios conforme al espíritu del
evangelio y no permite el ejercicio público de otra alguna.
Art. 1º. La nación peruana es soberana, libre e independiente; y ejerce su
soberanía por medio de los poderes que esta Constitución
establece.
Art. 2º. Ninguno de los poderes pueden celebrar pacto que se oponga a
la soberanía, integridad o independencia de la nación.
Art. 3º. La nación profesa la religión católica, apostólica, romana. El Estado
la protege y no permite el ejercicio público de otra alguna.
10 Ídem, p. 18–19.
11 Ídem, p. 19.
12 Benedict Anderson. Comunidades imaginadas. Reflexiones sobre el origen y la difusión del nacionalismo. México: Fondo de cultura
económica, 2000. p. 23.
El Antoniano 125 – Marzo de 2014 109

Luis Froilán Medina Suyo , Giovana Castillo Arrosquipa
ban destruyendo la legitimidad del reino dinástico jerárquico,
divinamente ordenado […], las naciones sueñan
con ser li bres […]. La ga ran tía y el em ble ma de esta li -
ber tad es el Esta do so be ra no; d) Se ima gi na como co -
munidad porque, independientemente de la desigualdad
y la ex plo ta ción que en efec to pue dan pre va le cer
en cada caso, la na ción se con ci be siem pre como un
compañerismo profundo, horizontal.
13
. Ander son re co -
ge los al can ces de Gell ner y Hobs bawm, pero no to tal -
mente. Además critica al primero, al manifestar que,
“Gell ner está tan an sio so por de mos trar que el na cio na -
lismo se disfraza con falsas pretensiones que equipara la
“in ven ción” a la fa bri ca ción y la “fal se dad”, an tes que a la
“ima gi na ción” y la “crea ción”. En esta for ma, da a en ten -
der que existen comunidades verdaderas” que pueden
yuxtaponerse con ventajas a las naciones. De hecho, todas
las comunidades mayores que las aldeas primordiales
de con tac to di rec to (y qui zás in clu so és tas) son ima gi -
nadas. Las comunidades no deben distinguirse por su false
dad o le gi ti mi dad, sino por el es ti lo con el que son ima -
ginadas”
14
. Con todo lo an te rior, Ander son ha con fir ma -
do su teo ría de la na ción como co mu ni dad ima gi na da.
Sin embargo, las teorías modernistas, especialmente de
Ander son, son ob je tos de du ras crí ti cas por par te de re -
presentantes de las teorías subalternas o poscoloniales,
como Ho mik Bhab ha y Part ha Chat terj je. Estas teo rías
pos coloniales buscan un modelo alternativo para estudiar
y comprender las sociedades pos coloniales (Oriente),
ya que con si de ran que el mo de lo pro pues to por la
teo ría mo der nis ta de la na ción, que es para las so cie da -
des occidentales, no reflejaría las sociedades orientales, y
en general, no occidentales. Por ejemplo, Chatterjje
opone frente a la idea modernista de “espacio–tiempo
homogéneo de la modernidad”, que considera
utópico, la idea del “espacio real de la vida moderna”
como una heterotopía y asume que el tiempo es
heterogéneo, disparejamente denso” 15 .
Otras crí ti cas a la teo ría mo der nis ta de la na ción, pro -
vienen de los intelectuales británicos como, Anthony
Smith y Adrián Has tings, el pri me ro so ció lo go y el se gun -
do historiador. Smith (citado por Dager, 2009) critica a
Gell ner por no asig nar le al “nú cleo ét ni co” su im por tan -
cia, al es tu diar el sur gi mien to de la na ción, pues sos tie ne
que, las primeras naciones en surgir exhiben siempre un
núcleo étnico de referencia, lo que demostraría que la
na ción tie ne orí ge nes más bien pre mo der nos. Por su
par te Has tings (ci ta do por Da ger, 2009) sos tie ne que, la
nación, etnicidad, nacionalismo y religión son elementos
íntimamente ligados entre sí, que resulta imposible
estudiar la nación, sin analizar extensamente los otros
tres.
NACIÓN
Nación es un concepto político, social y jurídico fundamen
tal, y al mis mo tiem po con tro ver sial, de muy fre cuen -
te uso en el ambiente académico y político. Fabio Wasserman,
en el mar co de los es tu dios con cep tua les en Ibe ro -
américa, tiene explicaciones muy ilustrativas del concepto,
desde el punto de vista de sus transformaciones históricas.
Metodológicamente, la de Wasserman es una explicación
histórica del concepto, mediante el seguimiento de las concepciones
que los propios actores sociales tenían, según
precisa el mismo autor
16
. Para los fi nes de nues tro en sa yo,
interesa considerar de manera concisa algunas de sus precisio
nes res pec to al con cep to de na ción. En efec to, a me dia -
dos del si glo XVIII; a) na ción era el acto de na cer y daba
cuen ta so bre todo del ori gen o lu gar de na ci mien to de los
sujetos; b) era utilizado como sinónimo de extranjero; c) se
usaba para designar poblaciones que compartían rasgos físicos
o cul tu ra les como, len gua, re li gión y cos tum bre; d) se
refería a poblaciones sometidas a un mismo gobierno o
unas mismas leyes, incorporándose este concepto a algunos
diccionarios
17
. Indi ca tam bién Was ser man que, la na -
ción en la monarquía española podía designar a la totalidad
de los rei nos, pro vin cias y pue blos y que le de bían obe dien -
cia, así como su po bla ción, con ex cep ción de las cas tas y en
mu chas oca sio nes de los in dí ge nas y que para las éli tes crio -
llas, el ma yor re fe ren te de la na ción era la “na ción es pa ño -
la” y que a fi na les del si glo XVIII se se guía con si de ran do así
18
. Se des pren de ría del tex to de Was ser man que la cri sis
de las monarquías ibéricas a raíz de la invasión napoleónica,
dio lugar a un rápido proceso de redefinición del concepto
de na ción que, en el mar co de las re vo lu cio nes li be ra les y
de la independencia adquirió importancia decisiva en el lenguaje
político, ante la posibilidad de fundar nuevas unidades
políticas
19
. Un aspecto importante en este proceso habría
sido la aso cia ción del con cep to de na ción a otras no cio nes
como pueblo/s territorio, ciudadano y constitución, y sobre
todo con soberanía y representación
20
. Es interesante
ver como la na ción como con cep to y como he cho se va
13 Ídem, pp. 24–25.
14 Ídem, p. 24.
15 Partha Chatterjje. La Nación en Tiempo Heterogéneo y otros estudios subalternos. Lima. IEP., 2007, p.60.
16 Fabio Wasserman. “El concepto de nación y las transformaciones del orden político en Iberoamérica, 1750-1850”. En Javier Fernández Sebastián
(Director) Diccionario político y social del mundo Iberoamericano. Conceptos políticos en la era de las revoluciones, 1750-1850.
2009. p. 852.
17 Ídem, pp. 852-853.
18 Ídem, p. 855.
19 Ídem, p. 857.
20 Ídem, p. 858.
110 El Antoniano 125 – Marzo de 2014

Concepto de nación en las primeras Constituciones Políticas del Perú
configurando y reconfigurando en la
medida en que van desapareciendo algunos
elementos políticos relacionados
y otros van sur gien do aso cia dos al
concepto. Siguiendo la evolución del
concepto de nación, tenemos que,
“[…] en el mar co de las gue rras que
sacudieron al continente y sobre todo
tras el re tor no de Fer nan do VII, di ver -
sos pue blos o reu nio nes de pue blos,
pronunciaron su independencia y su
voluntad de constituirse en naciones
soberanas, procurando organizar para
ello una representación nacional e instituciones
de gobierno que pudieran garan
ti zar sus de re chos y los de sus
miem bros. Pero en nin gún caso se
asociaba la nación con su definición étnica,
pues primaba su consideración
como un cuerpo político soberano”
21
. La na ción, en ton ces, po día ser
como dice Wasserman, una entidad
artificial, producto de la voluntad de
sus miembros y por entero novedosa
22
. Así es como surgen las naciones en
Hispanoamérica a inicios del siglo XIX
como consecuencia de las
condiciones favorables creadas por la
crisis del imperio ibérico,
particularmente español y las luchas
por la independencia.
Lo ano ta do has ta aquí nos ayu da -
rá a en ten der el con cep to de na ción
contenido en las constituciones perua
nas del siglo XIX.
NACIÓN EN LAS
CONSTITUCIONES
PERUANAS DEL SIGLO XIX
Algunas notas sobre la
Constitución de Cádiz de 1812
En primer término debemos asumir
que la Constitución peruana,
como las demás Constituciones de
Latinoamérica tiene sus antecedentes
en la Constitución Política de la
Mo nar quía Espa ño la de 1812. Al res -
pec to, Ugar te del Pino ad vier te que:
“pretender un conocimiento a fondo
de la historia del Constitucionalismo
americano y en especial, peruano,
prescindiendo del estudio de la primera
Constitución que rigió en América
Española, es como pretender
com pren der una obra del tea tro in -
gre san do al fi nal del se gun do acto o
en ten der un li bro leí do a me -
dias[…]” 23 . En ese sen ti do men cio -
naremos literalmente los artículos de
aquella Constitución que definen la
nación española:
Art. 1. La na ción es pa ño la es la
reunión de todos los españoles de
ambos hemisferios.
Art. 2. La na ción es pa ño la es li bre
e in de pen dien te, y no es ni pue de
ser patrimonio de ninguna familia ni
persona.
Art. 3. La soberanía reside esencial
men te en la na ción.
Art. 12. La re li gión de la na ción es -
pañola es y será perpetuamente la
católica, apostólica, romana, única,
verdadera. La nación la protege por
las le yes sa bias y jus tas, y prohí be el
excercicio de qualquiera (sic) otra.
24
Nación Peruana
Ver ta bla nº 1.
El pri mer ar tícu lo de la Cons ti tu -
ción española de 1812, coincide
con los pri me ros ar tícu los de las
constituciones peruanas, cuando
en to dos los ca sos se alu de a “reu -
nión” o “asociación” de españoles
o pe rua nos se gún sea el caso. En
el caso es pa ñol, esa reu nión está
ubi ca da en am bos he mis fe rios
(Art. 1º). En el caso pe rua no no se
alude expresamente al espacio
ocu pa do por esa reu nión o aso cia -
ción de pe rua nos, sal vo la Cons ti -
tu ción de 1823, cuando hace
referencia a las provincias del Perú
(Art. 1)
21 Pierre Vilar. “Patria y nación en el vocabulario de la guerra de la independencia española” En Ídem, “Hidalgos amotinados y guerrilleros. Pueblos
y po de res en la his to ria de Espa ña. Bar ce lo na: Crí ti ca, 1992, p. 237 cit. Por Fabio Wasserman Ob. cit. P. 864.
22 Fa bio Was ser man. Ob. cit. p. 864.
23 Juan Vi cen te Ugar te del Pino. His to ria de las cons ti tu cio nes del Perú. Lima: Edi to rial Andi na, S.A., 1978.p. 23.
24 Ídem. pp. 40–42.
El Antoniano 125 – Marzo de 2014 111

Luis Froilán Medina Suyo , Giovana Castillo Arrosquipa
Pero sin duda, el ele men to que sig ni fi có el ma yor
aporte de la constitución española a las constituciones
peruanas, y a las latinoamericanas, fue la soberanía otorga
da o re co no ci da al pue blo, pero que en el caso es pa -
ñol está re pre sen ta da o ejer ci da por las Cor tes y en el
caso peruano por los magistrados (Constitución de
1830) o los po de res, fun cio na rios, que establece la
constitución en los demás casos.
Otro ras go co mún en tre la Cons ti tu ción de 1812 y
las peruanas, es la utilización del término independiente
y la idea de que la na ción no es pa tri mo nio de nin gu na
persona o familia. Si el Perú se sentía independiente
—ade más ya lo era en cier ta me di da— de Espa ña; y
ésta ¿respecto a quién se sentía independiente?, ¿de
Francia invasora? La respuesta es tácita.
La religión católica, apostólica y romana fue en las
constituciones peruanas un referente nacional, constante,
ex clu si va y pro te gi da por la na ción y este ras go tam -
bién es una in fluen cia de la cons ti tu ción de Cá diz, toda
vez que esta con si de ra en pri mer pla no la re li gión ca tó li -
ca, cuan do en su ar tícu lo 12º se con sig na: “La re li gión de
la nación española es y será perpetuamente la católica,
apostólica, romana y única verdadera. La nación la protege
las le yes, sa bias y jus tas y prohí be el exer ci cio de cual -
quiera otra”
25
Podría considerarse, entonces, que la Constitución
de Cádiz de 1812, en cuya formulación participaron representantes
hispanoamericanos, influyó de manera
marcada en Latinoamérica. Sobre el caso mexicano da
cuenta Emilio Rabasa, quien además refiere la influencia
del constitucionalismo norteamericano, por ejemplo a
tra vés del con cep to de Fe de ra lis mo, que es un ele men -
to constitutivo de la forma de gobierno mexicano, cuando
en el ar tícu lo 5º de su Cons ti tu ción se ins ti tu ye una
“República representativa popular federal”
26
, y en su ar -
tícu lo 4º como evi den cia de la in fluen cia de la Cons ti tu -
ción de 1812 se es ta ble ce que, “la re li gión de la na ción
me xi ca na es y será per pe tua men te la católica,
apostólica, romana” 27 , estableciéndose así oficialmente,
la religión de México Federal.
CONCLUSIÓN
Nación es una categoría política social y jurídica que,
históricamente, desde la modernidad, ha circulado en el
vocabulario y la mente de los intelectuales y políticos en
diferentes sociedades como las europeas y americanas.
Es un concepto que encierra muchos significados y que
se ha transformado constantemente a lo largo del tiempo
y es pa cio his tó ri cos, tal como se advierte en los
estudios conceptuales en Iberoamérica.
En América Latina y particularmente Perú, la forma y
sentido del concepto de nación utilizada en las constituciones,
acusa una clara influencia de la Constitución Española
de 1812, perceptible en diferentes ideas clave
como soberanía o catolicismo. Desde el punto de vista
teó ri co, en el caso pe rua no, se tra ta ría, des de la pers pec -
tiva modernista, de un artefacto cultural de la sociedad indus
trial e im pues ta des de arri ba por la cla se crio lla
—bajo los referentes teóricos occidentales— de manera
homogénea e imaginaria, o vacía, en los términos de
Anderson. Desde la vertiente subalterna o poscolonial
se trataría de una nación real, heterogénea y disparejamen
te den sa. No es po si ble pues uti li zar solo una de las
ver tien tes teó ri cas de la na ción, sino, to das las exis ten -
tes, e in ten tar ade más la cons truc ción de teo rías au tén ti -
camente peruanas sobre nación, desde una epistemología
au tén ti ca o del Sur —para to mar pres ta do el tér mi -
no utilizado por Boaventura de Sousa Santos— y conside
ran do la he te ro ge nei dad étnica y cultural del Perú. El
caso latinoamericano en general, podría ser también
visto desde esta perspectiva, en lo que a nación y
nacionalismo se refiere.
BIBLIOGRAFÍA
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—UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO. El
constitucionalismo en las postrimerías del siglo XX. Las constituciones
latinoamericanas. México: Tomo I, 1988.
—WASSERMAN, Fabio “El concepto de nación y las transformaciones
del orden político en Iberoamérica, 1750–1850”. En Javier Fernández,
Sebastián (Director) Diccionario político y social del mundo
Iberoamericano. Conceptos políticos en la era de las revoluciones
1750–1850. 2009.
25 Do min go Gar cía Be laun de. Las cons ti tu cio nes del Perú. Lima: Uni ver si dad de San Mar tin de Po rres, 2006, T. I. p.33.
26 Emilio O. Rabasa. Historia de las constituciones mexicanas. México: Universidad Nacional Autónoma de México, 2002. P. 17.
27 Ibí dem.
112 El Antoniano 125 – Marzo de 2014

LOS ANDES Y MESO AMÉRICA
EN LA VOZ DE SUS MITOS
PRIMER ESPACIO MÍTICO: EL MAR
uie nes lle ga ron a Amé ri ca ca mi nan do so bre
Qel mar con ge la do, tu vie ron que re cons truir
su pen sa mien to ante el no ví si mo pai sa je del que
iban a ser par te. Si eso su ce dió hace 40,000 años
o mu cho me nos, es tema en dispu ta en tre los
prehis to ria do res. Como tam bién es la ci fra que
in di ca ría la fe cha en que pi sa ron te rri to rio an di -
no. Algo más de 20,000 años pro po nen los ha -
Luis Millones 1
llaz gos en al gu nas cue vas de la sie rra cen tral pe -
rua na, opi nio nes di ver sas da rían fe chas más tar -
días. Mu chas de es tas di fe ren cias en las con clu sio -
nes se ex pli can con res pec to a la ruta que ha -
brían to ma do los vi si tan tes. Hay con sen so con
res pec to a su des pla za mien to si guien do las ca de -
nas de mon ta ñas ha cia el sur, en esa ruta, no son
po cos los que han con clui do que pre fi rie ron des -
1 Profesor Emérito de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
El Antoniano 125 – Marzo de 2014 113

Luis Millones
pla zar se por el bor de del Pa cí fi co. El mar ha sido,
si eso es cierto, el principal proveedor de
aquellas criaturas, semidesnudas de quienes
descendemos.
Es, en ton ces, po si ble que el mar, como en mu -
chas otras par tes del pla ne ta, fue se tam bién la fuen -
te que ali men tó la ima gi na ción de los pri me ros mi -
gran tes. No en vano cu bre las tres cuar tas par tes
del pla ne ta Tie rra, y el agua (océa nos, ríos, la gu nas,
etc.) tie nen un vo lu men de 1460 mi llo nes de ki ló -
me tros cú bi cos, lo que cons ti tu ye,
solo en ma res y océanos, un 94%
de la superficie.
Los pro pios se res hu ma nos
de bie ron in tuir que la com po si -
ción de su cuer po te nía un alto
por cen ta je de lí qui do. Aho ra ya
se sabe que un re cién na ci do al -
ber ga el 80%, un adul to, el 70%
y un an cia no, el 60%. Y si los via -
je ros se des pla za ban por las cos -
tas de sér ti cas de Perú o Chi le, la
ne ce si dad de agua dul ce les hizo
bus car de asen tar se en la de sem -
bo ca du ra de los es ca sos ríos y
arro yos que terminaban en las
aguas del Pacífico.
El mar, pues, de bió es tar pre -
sen te cuan do a lo lar go de los
mi le nios, los des cen dien tes de
las pri me ras ge ne ra cio nes de
mi gran tes, hi jos aho ra de los
pai sa jes del Nue vo Mun do,
crea ron un uni ver so men tal
que se des pren día de sus ne ce -
si da des y el medio ambiente
que los rodeaba.
Hay sen sa cio nes que trans mi -
ten las in men si da des ma ri nas
que pue den en con trar se en las
ori llas más ale ja das: fe ni cios,
grie gos, ja po ne ses, co rea nos,
me xi ca nos o chi le nos, etc., la
“Hay
sensaciones que
transmiten las
inmensidades
marinas que
pueden
encontrarse en
las orillas más
alejadas: fenicios,
griegos,
japoneses,
coreanos,
mexicanos o
chilenos.”
reac ción fren te al in men so es pa cio que ocu -
pan las aguas, a su mo vi mien to pe ren ne, a la
can ti dad de vi das que lo ha bi tan, etc., son al gu -
nos de los fac to res que han de bi do in ci tar la ca -
pa ci dad de re fle xio nar so bre su pre sen cia. Tan -
to más si los pri me ros años de los mi gran tes co -
rres pon dían a su con di ción de re co lec to res o
ca za do res pri mi ti vos, para quie nes los
moluscos y peces de la orilla se constituyen en
la principal fuente de alimentos.
Expli car el mar y sus cria tu ras y la re la ción con
los se res hu ma nos ha de bi do ser uno de los te mas
fa vo ri tos de las reu nio nes fa mi lia res o co mu na les,
des de las pri me ras ban das de los re cien tes ame ri ca -
nos.Dado que los paí ses an di nos no han te ni do la
suer te de en con trar su Jean-Fran çois Cham po llion,
que en 1822 pudo des cu brir las equi va len cias en -
tre los tex tos je ro glí fi cos y de mó ti cos de la Pie dra
Ro set ta, ca re ce mos de la ver sión di rec ta (el sig ni fi -
ca do de los ki pus) de la his to ria ofi cial de los úl ti mos
es ta dos in dí ge nas. La co mu ni ca -
ción em plea da por los in cas (1300
– 1532) y los wa ris (800 d.c. –
1000 d.c.), si gue siendo la barrera
para acceder a una gran parte del
conocimiento precolombino.
Nos acer ca mos a los mi tos a
tra vés de las fuen tes es cri tas por
los eu ro peos o in dí ge nas que
apren die ron es pa ñol, los mo nu -
men tos, es cul tu ras, la me mo ria
oral y del cuer po, que nos lle ga a
tra vés de re la tos, ri tua les, dan -
zas, can cio nes y mú si ca, sin des -
con tar la co reo gra fía y las ac cio -
nes dra ma ti za das que bajo el
mol de moderno, se refieren a
tradiciones pasadas.
No es fá cil en con trar las fuen -
tes, la de pre da ción de los años
co lo nia les (1530 – 1824) no de -
ca yó en los dos si glos si guien tes
y aun es tema sin so lu ción: do cu -
men tos, pie zas de mo nu men -
tos, ce rá mi ca y te ji dos son va lio -
sos en un mer ca do clan des ti no
que no pue de ser con tro la do.
Pero en lo que aun se ha con ser -
va do, es tán las mues tras de ese
mie do an ces tral que los hu ma -
nos vi vi mos fren te a las olas, a la
in se gu ri dad con que na ve ga mos,
al ho rror a pe re cer aho ga dos, y
en ge ne ral, al sa ber que “pi sar tie rra fir me” es
mu cho más que una fra se des crip ti va, es la se gu ri -
dad de que nuestra vida, en cualquier dirección,
se desplaza sin miedo de hundirse.
No es im pres cin di ble ha ber vi vi do en las ori -
llas para per ci bir la im por tan cia del océa no. En
so cie da des tan apar ta das como los amues ha de
la sel va cen tral del Perú, se con ser va el mito de
crea ción que re ve la que su dei dad prin ci pal: Yos,
re si de en uno de los is lo tes de San Pe dro, fren te
114 El Antoniano 125 – Marzo de 2014

Los Andes y Meso américa en la voz de sus mitos
a Lu rín (dis tri to de la pro vin cia
de Lima). Sus hi jos, el Sol y la
Luna, que na cie ron en el río Tar -
ma, han tran si ta do des de esas
al tu ras has ta el océa no Pa cí fi co,
para fi nal men te es ta ble cer se
en Oxa pam pa, ado ra to rio de
los yá nes ha, como pre fie ren lla -
mar se los de no mi na dos amues -
ha. Yos hizo lle var el agua de
mar a las al tu ras y es así que
existen lagunas y nevados
(Instituto Bien Común s/f DVD
1 y 2).
El sol de los Incas como dios
del im pe rio, hizo ol vi dar el pan -
teón an te rior o bien opa car sus
fi gu ras no ta bles, por eso en su
re la to so bre el mar, no fi gu ra el
Yos de los amues ha.Pero los an -
di nos tam bién ubi can al océa no
en sus mi tos. Cuen tan en la co -
mu ni dad de Kuyo Gran de, que
la luz so lar sur ge cada día por el
dis tri to de Pau car tam bo, y se
pue de ob ser var la sa li da des de
el mi ra dor de Tres Cru ces, que
se alza a 3800 m.s.n.m., en la
fron te ra de la cor di lle ra con el
lla no ama zó ni co. Su brus co apa -
re cer lo hace se me jar se un in -
men so glo bo rojo (a ve ces se
pre sen ta como tres glo bos igua -
les) que sur gen de las pro fun di -
da des del va lle. La tra di ción ex -
pli ca que el as tro-rey ha re co rri -
do las pro fun di da des del mar,
des de cuan do se ocul tó en el
Pa cí fi co. De bió abrir su ca mi no
por las aguas en las que flo ta la
cor te za te rres tre, que tie ne for -
ma de un pla to hon do de ba -
rro, lue go de pa sar por de ba jo
y con su mir mu cha agua, eva po -
ra da por el ca lor de su cuerpo,
car ta sen al Océa no Pa cí fi co,
como la con tra par te del es pa -
cio mon ta ño so, del que en ton -
ces se sen tían due ños. Fue una
zona de con flic to don de los
hom bres y dio ses cos te ños no
acep ta ron fá cil men te a los del
Cuz co. En el re par to que se es -
ta ble ce de las po se sio nes de
sus dio ses, tran si ta una duda
que se re fle ja en sus de cla ra cio -
nes: “Cuan do los in cas es ta ban
en los con fi nes de las tie rras al -
tas, ado ra ban al Sol en su san -
tua rio del Ti tica ca di cien do:
Este es quien nos ha tras mi ti do
la fuer za vi tal a no so tros los in -
gas. Cuan do es ta ban en los con -
fi nes de las tie rras ba jas, ado ra -
ban a Pa cha cá mac di cien do:
”Este es quien nos ha trans mi ti -
do la fuer za vi tal a no so tros los
in gas. Sólo a es tas dos hua cas
ado ra ban por en ci ma de to das
las de más, en ri que cién do las y
em be lle cién do las con ofren das
de oro y pla ta…He aquí lo que
pen sa mos: los in gas creían que
los lí mi tes de la tie rra se en con -
tra ban en Ti tica ca y en las tie -
rras de los pa cha ca mac que se
si túan en el mar de aba jo. Más
allá no ha bía otras tie rras, ya no
ha bía más nada. Qui zá a cau sa
de esta creen cia ado ra ban a es -
tas dos hua cas más que a to das
las de más y levantaron una
imagen del Sol en las
proximidades de Pachacamac
de Abajo. Y hasta hoy se llama
ese lugar Punchaucancha,
cancha del Sol (Avila 2008:
101).
El com ple jo de edi fi cios que
hoy co no ce mos como Pa cha ca -
el sol reaparece en mac está en Lu rín, el mis mo lu -
Paucartambo y sigue cada día el
camino que todos conocemos
(Casaverde 1970: 167).
La cons truc ción fí si ca e ideo -
ló gi ca de un cen tro im pe rial en
el me dio de la cor di lle ra no fue
su fi cien te para que los in cas des -
gar des de cu yas pla yas se pue -
de ver los is lo tes de San Pe dro,
don de re si de el Yos de los yá -
nes ha. Pa cha ca mac tie ne una
lar ga his to ria de ri va li dad con
los in cas y pa re ce ha ber go za do
de un es ta tus so cial que le dio
cier ta au to no mía, a la ma ne ra
de las ciu da des-es ta do de los fe -
ni cios. Algo que hizo que
Atahual pa, el úl ti mo de los in -
cas, los ca li fi ca se con des pe cho
de co mer cian tes, en una con -
ver sa ción con Pi za rro, alu dien -
do a su capacidad de negociar,
con la ventaja de ser
considerado dios-oracular.
Una mi ra da am plia a los mi -
tos de ori gen ama zó ni co y an di -
nos aquí ci ta dos nos ha bla de
una per cep ción del mar como
ma dre de las aguas, in clu so en
lu ga res que to da vía nos re sul -
tan muy ale ja dos de las ori llas
del Pa cí fi co. Más aún, en la mul -
ti tud de di vi ni da des ama zó ni cas
tam bién exis ten aque llas que
co no cen el océa no, como Poc -
ye na. Esta dio sa se ha tras la da -
do a la cos ta y cui da al mar des -
de la al tu ra de la Hua ca Puc lla -
na, en el ba rrio de Mi ra flo res, al
sur de la ca pi tal. A la di vi ni dad
de los yá nes ha, de ben pa re cer -
le muy ex tra ñas las cria tu ras
que pue den ver se en el re per to -
rio ce rá mi co de este con jun to
ar queo ló gi co, don de las
imágenes de peces del orden
de los selacios: tiburones, por
ejemplo, son frecuentes.
Ha cia la se gun da mi tad del si -
glo XV, los in cas de bie ron ha -
ber ocu pa do Lu rín y con tro la -
do el san tua rio de Pa cha ca mac.
Pero es di fí cil de cir que se tra tó
de bo rrar las es truc tu ras de la
ins ti tu ción exis ten te. El tipo de
ar qui tec tu ra ca rac te rís ti co, que
los ar queó lo gos han de no mi na -
do “pi rá mi de con ram pa”, si -
guió ha cién do se. Inclu so es po -
si ble que su pres ti gio au men ta -
se dado que se in cre men tó la
pre sen cia de bie nes y ar te fac -
tos exó ti cos, pro ve nien tes de
tie rras le ja nas, que se gu ra men -
te eran traí dos por los pe re gri -
nos an sio sos de co no cer el
futuro o aliviar sus males con la
El Antoniano 125 – Marzo de 2014 115

Luis Millones
voz y rituales del dios Pachacamac (Eeckhout
2004: 415).
No es siem pre un dios be nig no, en el prin ci -
pio de los tiem pos fue él quien creó la pri me ra
pa re ja de se res hu ma nos, pero a la ma ne ra de
los dio ses ori gi na rios de otras re li gio nes, la aban -
do nó a su suer te. Pe re ció el hom bre en este des -
cui do y al bor de de se guir lo, la mu jer in vo có al
Sol que la res ca tó y pre ñó. Indig na do Pa cha ca -
mac, des pe da zó al in fan te crean do de su cuer po
los ali men tos in dis pen sa bles
para que la hu ma ni dad no vol vie -
se a su frir. Na cie ron en ton ces el
maíz, la yuca, los pe pi nos, los pa -
caes, y el res to de fru tos que aho -
ra nos ali men tan. La bue na nue -
va no con so ló a la ma dre que llo -
ra ba al niño per di do, por lo que
el Sol creó otro del obli go del pri -
me ro. Nue va men te, fu rio so el
dios Pa cha ca mac esta vez des tro -
zó a la mu jer y ali men tó con sus
res tos a los ga lli na zos y a los cón -
do res, para que no pu die ran ser
re pro du ci dos en nue vos se res.
Fi nal men te, creó una nueva
humanidad, aunque no pudo
encontrar al infante que el Sol
había entregado a la mujer.
Se lla ma ba Vi cha ma y al re gre -
sar de un lar go via je, de ci dió re vi -
vir a su ma dre. Jun tó sus hue sos,
la re vi vió, y com par tió con ella
en su sed de ven gan za. Quie nes
la su frie ron, fue ron las nue vas
cria tu ras que de sa pa re cie ron al
pa de cer las fu rias de Pa cha ca mac
(por ha ber per mi ti do que Vi cha -
ma so bre vi va) y del Sol (por ser
hi jos de Pa cha ca mac). Este es el
ori gen de la hu ma ni dad pre sen -
te: el Sol a pe di do de Vi cha ma en -
vió tres hue vos: uno de oro,
“A orillas del
mar, es el lobo
marino quien
hace sus veces.
Subido en sus
hombros, lo que
queda del
muerto
emprenderá el
viaje a las islas
guaneras donde
el dios
Huamancantac
lo espera como
destino final.”
otro de pla ta y el ter ce ro de co bre. Del pri me ro
na cie ron los cu ra cas o je fes in dí ge nas, el de pla ta
fue la cuna de sus mu je res no bles y del ter ce ro,
de co bre, na cie ron los ru nas o se res hu ma nos
en ge ne ral. El mi la gro tuvo lu gar en lo que hoy es
la pro vin cia de Hua cho, las lo ca li da des de Huau -
ra y Vé gue ta son re pe ti da men te men cio na das y
se les ubi ca fá cil men te a unos ki ló me tros del nor -
te de Lima. Ha cia el sur, has ta la lo ca li dad de Ari -
ca, nos dice el R.P. Ca lan cha, los na ti vos re co no -
cían, en cam bio, a Pa cha ca mac como su creador,
que habría enviado cuatro estrellas de las que
descendían nobles y vasallos (Calancha 1976:
Vol.III, 933-936).
La com pe ten cia en tre Pa cha ca mac y el Sol en
el pla no mí ti co re fle ja las di fi cul ta des de los in cas
para im po ner su his to ria ofi cial en las cos tas del
Pa cí fi co. Que los re la tos si gan vi gen tes has ta la fe -
cha en que los re co gió el sacer do te agus ti no
(1638) es una prue ba de que esta dispu ta en tre
los se res di vi nos es una ma ne ra
de ex pre sar la ri va li dad. Los se ño -
res del Cuz co lo gra ron de sar -
mar los es ta dos, cu ra caz gos o fe -
de ra ción de co mu ni da des de la
cos ta. Su me jor ex pre sión, la ciu -
dad de Chan Chan, ya es ta ba en
rui nas cuan do la vie ron los eu ro -
peos. Pero el re co no ci mien to de
su po der po lí ti co no se ex ten dió
a to das las es fe ras de la cul tu ra
de los pue blos con quis ta dos. En
ge ne ral, la bús que da de acuer -
dos como el que se ob ser va en
Pa cha ca mac se va a re pe tir a lo
lar go del im pe rio, es de cir que al
lado del san tua rio lo cal se al za rá
otro tem plo de di ca do al Sol y se
exi gi rá un res pe to y ce re mo nias
equi va len tes. Pero no se rán di vi -
ni da des pa ra le las, como en los
re la tos re cién ci ta dos, se irá cons -
tru yen do el can tar, narración,
coreografía, etc., que demuestre
que el dios Sol de los incas es
también actor principal en la
creación de esta nueva parte de
su imperio.
Al ha cer esto, no in tro du cían
ne ce sa ria men te ele men tos des -
co no ci dos en el uni ver so re li gio -
so de los pue blos re cién in cor po -
ra dos. Sa be mos poco de la con -
cep ción mí ti ca de los in men sos te rri to rios del Ta -
wan tin su yu, pero cada es ta do o et nia que lo
com po nían, de bie ron te ner en su re per to rio re li -
gio so ex pli ca cio nes ma yo res que los es pa cios
que ocu pa ban. Sus ex pli ca cio nes ori gi na les de -
bie ron ser tan com ple tas como las que hoy atri -
bui mos a los in cas. Ante la pre sión de los cuz que -
ños, el rea co mo do era necesario, pero aún es
posible avisorar fragmentos de las versiones
originales.
116 El Antoniano 125 – Marzo de 2014

Los Andes y Meso américa en la voz de sus mitos
Esto nos está di cien do que ci ta dos, como con tra par te de
los mun dos de la ama zo nía, la los hom bres de mar, no po -
cos ta y las mon ta ñas no eran es - drían evi tar la enor me in fluen -
pa cios im pe ne tra bles. Por el cia que ejerce sobre ellos la
con tra rio, en ci ma de esta sim - presencia de la inmensidad
plis ta di vi sión re gio nal, de ma - líquida.
ne ra trans ver sal, se crea ron El mun do del más allá aso ma
áreas de re la ción in ter de pen - fá cil men te con la muer te. En las
dien tes que per mi tie ron la cir - re gio nes se rra nas des cu bri mos
cu la ción de bie nes, ce le bra ción que las mon ta ñas eran re po si to -
de fes ti va les, in ter cam bios co - rio de agua y bie nes na tu ra les,
mu na les y fa mi lia res. Las ac tua - cuan do al des cri bir la muer te
les fe rias, con san tos pa tro nos del cuer po, nues tros in for man -
ca tó li cos, con fe chas aje nas al tes anu da ron la in for ma ción his -
ca len da rio cris tia no, y bai les, tó ri ca con su con cep ción vi gen -
can cio nes y dis fra ces, nada cer - te. Las al mas (áni mas, som bras)
ca nas al santoral de la Iglesia, de las per so nas fa lle ci das re gre -
nos dan una pista de este san al apu (mon ta ña-pa trón) de
vibrante intercambio. su co mu ni dad para reu nir se
Aún así, es ne ce sa rio re cor - con los otros muer tos y los que
dar que la na tu ra le za del pai sa - van a nacer. Los guía el perro
je, la fau na y flo ra par ti cu la res doméstico que actúa de
im pri men cier tas ca rac te rís ti cas psicopompo.
que dan iden ti dad a los ha bi tan - A ori llas del mar, es el lobo
tes. Si por unas pá gi nas más nos ma ri no quien hace sus ve ces.
man te ne mos al cos ta do del Pa - Su bi do en sus hom bros, lo que
cí fi co, es im por tan te dis tin guir que da del muer to em pren de rá
en tre la an ces tral ac ti vi dad de el via je a las is las gua ne ras don -
los pes ca do res y re co lec to res de el dios Hua man can tac lo es -
de las ori llas, y los po bla do res pe ra como des ti no fi nal. Islas y
de los va lles ad ya cen tes, que se ro cas que aso man en la su per fi -
or ga ni za ron como hor ti cul to - cie de las aguas son lla ma das
res y co mu ni da des pri mi ti vas “mon ta ñas” por los ma ri nos, en
de al fa re ros para pro veer a los un ple no re co no ci mien to de
hom bres de mar de los pro duc - que sus ba ses ya cen a mu cha
tos de la tie rra y re ci bir en cam - pro fun di dad y que apenas nos
bio pe ces y mo lus cos o ma mí fe - es permitido ver sus cumbres.
ros ma ri nos, para com ple tar su El lobo de mar, como el pe -
dieta. O bien, el guano de las rro an di no, es ade más un per so -
islas para fertilizar la tierra y na je múl ti ple. Su fun ción como
hacerla más productiva. ser que re la cio na con lo so bre -
La ob via ne ce si dad de este in - na tu ral, se ex pre sa tam bién en
ter cam bio aún pue de vi sua li zar - lo que en Eu ro pa se co no ció
se en lo ca li da des con el mis mo como la “pie dra be zoar”, o só li -
nom bre (Cas ma puer to, Cas - dos que se for man en sus en tra -
ma pue blo; Vi lla de Eten, Puer - ñas (con cre ción cal cu lo sa que
to Eten; etc., etc.) que a pe sar sue le en con trar se en las vías di -
de la es ca sa dis tan cia que las se - ges ti vas o uri na rias de al gu nos
pa ra, mues tran un no ta ble sen ti - ma mí fe ros), y que apa re ce di bu -
do de iden ti dad li ga do a su ac ti - ja da en la ce rá mi ca mo chi ca
vi dad pes que ra o agrí co la. Pero (100-800 d.C.).Son fre cuen tes
aún quie nes apa re cen en si tua - las es ce nas de ca ce rías de lo -
cio nes si mi la res a los ejem plos bos, que al ser gol pea dos, arro -
El Antoniano 125 – Marzo de 2014 117

Luis Millones
jan por su boca tro zos de una ma te ria de for ma
re don dea da que ha sido in ter pre ta da como el be -
zoar eu ro peo. En nues tros días, sue le ver se en la
“mesa” o al ta res de los maes tros cu ran de ros cos -
te ños, tro zos de con sis ten cia dura, de co lor muy
os cu ro, que se ex pli can como ex traí dos del cuer -
po del lobo, y gozan del prestigio de traer
consigo buena suerte a su poseedor, lo que hace
que sean muy apreciadas.
Por en ci ma de todo lo di cho, si vol ve mos por
un mo men to a las po bla cio nes
cos te ras, en con tra mos que des -
de el pun to de vis ta de los in cas,
en tér mi nos ge ne ra les sus ha bi -
tan tes eran lla ma dos yun gas. El
an ta go nis mo al que nos he mos
re fe ri do está do cu men ta do cui -
da do sa men te en el te rre no mí ti -
co en nues tro úni co re per to rio
es cri to en que chua: el do cu men -
to de Hua ro chi rí. El con cep to de
yun ga se re fie re a la con di ción de
ha bi tar en te rre nos de baja al tu -
ra, cer ca no al ni vel del mar, lo
que des de la cor di lle ra los ubi ca
tan to al oes te, es de cir, en la cos -
ta del Pa cí fi co, como al este, re fi -
rién do se a quie nes ha bi tan en la
re gión ama zó ni ca. Si pen sa mos
ex clu si va men te en los yun gas
cos te ños, po de mos vol ver so -
bre la di fe ren cia de quie nes tie -
nen una re la ción di rec ta y de pen -
dien te con el mar, a los que ge né -
ri ca men te lla ma mos pes ca do res
(o también camanchacas,
proanches o changos) y los
agricultores vecinos, (a los que
en ciertos casos se conocen
como “coles”).
He mos re gre sa do a esta dis tin -
ción para lla mar la aten ción so -
bre otra ca rac te rís ti ca de los lo -
“Las conchas de
mar también
actúan de
manera visible
en las
ceremonias de
los maestros
curanderos. Son
el recipiente
habitual en el
que se colocan
los jugos de la
planta trepadora
ayahuasca, […]
hace posible que
el especialista
religioso entable
una relación
especial con sus
pacientes.”
bos de mar. En cier ta for ma, en de ter mi na dos lu -
ga res, su re la ción con los se res hu ma nos se es tre -
cha de tal for ma que se hace po si ble en ten der el
rol de psi co pom po men cio na do lí neas arri ba.
Exis ten tes ti mo nios que los ca man cha cas des cri -
tos en Co pia pó (pro vin cia de Co pia pó, re gión
de Ata ca ma) se ali men ta ban de la car ne del lobo
ma ri no y be bían su san gre. Esto úl ti mo hizo pen -
sar a los in for man tes cro nis ta (Li zá rra ga 1987:
148) que ex pli ca ba el co lor ro ji zo de su ros tro y
en ge ne ral de su piel. Ade más ha bía crea do una
“cos tra colorada” y “durísima” que los hacía
diferentes a las otras poblaciones indígenas.
Esta no ti cia re fle ja la múl ti ple de pen den cia que
los pes ca do res con el Ota ria fla ves cens, cuya piel
co si da e in fla da era la nave ha bi tual de ta les co mu ni -
da des. Tal ac ti vi dad que nos cons ta des de el si glo
XVI pue de ras trear se en la ce rá mi ca mo chi ca que
tam bién nos en tre ga imá ge nes de bal sas de ma de -
ra o de una caña co no ci da como to to ra, que so lía
or ga ni zar se de tal for ma que jus ti fi -
ca el ape la ti vo de “ca ba lli to”. En es -
pe cial por la for ma en que el pes ca -
dor se sube (o mon ta) so bre ella
para pes car con cua tro an zue los si -
mul tá nea men te. No es raro que
usan do la ce rá mi ca, el ar tis ta nos
en tre gue “ca ba lli tos de to to ra”, es -
cul pi dos con un pes ca dor a cues -
tas, pero con uno de los ex tre mos
de la nave di se ña do como la ca be -
za de un lobo ma ri no. En el re per -
to rio mí ti co de la cos ta del Pa cí fi co
su da me ri ca no nin gún otro ani mal
tie ne esta cer ca nía sim bió ti ca con
el hom bre. A la que po de mos
agre gar, para con cluir que “como
los in dios [de la cos ta de Ata ca ma]
no tie nen ca sas más de unos
cueros de lobos marinos, con que
hacen una chozuelas para hacerse
sombra, por el rigor del sol…”
(Vazquez de Espinoza 1948:618).
El otro gran ac tor de la mi to lo -
gía ma ri na es la con cha bi val va,
en sus va ria das for mas, pero de
ma ne ra es pe cial el Spond ylus
spp, la os tra es pi no sa de aguas cá -
li das, cuyo ran go sa gra do ha lla -
ma do la aten ción de los es tu dio -
sos desde tiempo atrás.
Una mi ra da a las fies tas in dí ge -
nas con tem po rá neas,en lu ga res
tan apar ta dos del mar como po drían ser los va -
lles orien ta les de la cor di lle ra, nos ofre ce la sor -
pre sa de que el atuen do ce re mo nial de mú si cos
y dan zan tes cuen ta con mu llu, nom bre que chua
ge né ri co para las con chas de mar, pero que se
puede aplicar al Spondylus.
El des plie gue de las val vas en el to ca do de la ca -
be za de los mú si cos de la fies ta de la cruz en Lu ri -
co cha (Huan ta, Aya cu cho) es no to rio. Los ar tis -
tas son del lu gar, pero las ro pas y ador nos han
118 El Antoniano 125 – Marzo de 2014

Los Andes y Meso américa en la voz de sus mitos
sido com pra dos a los po bla do -
res del va lle del río Apu rí mac,
que per te ne cen a et nias ama zó -
ni cas. Al ha cer lo, rea fir man el
rol de “chun chos” que de ben
cum plir du ran te la fes ti vi dad.
Este tér mi no que se tra du ci ría
como “fo ras te ro o aje no al lu -
gar” se ha ge ne ra li za do en es pa -
ñol con la con no ta ción de sal va -
je, que está le jos de su sen ti do
ori gi nal y que en tér mi nos de su
cos mo vi sión los hace miem -
bros de las pri me ras hu ma ni da -
des o se res del mo men to de la
crea ción. El mu llu se suma a pie -
les y plu mas de ani ma les sel vá ti -
cos que otor gan a los dan zan -
tes la ca li dad de re mi tir se al
tiem po y es pa cio al que per te -
ne cen los se res (ani ma les y hu -
ma nos) de la sel va tro pi cal.
Como se sabe, el Ta wan tin su yu
y el go bier no co lo nial tu vie ron
mu chas di fi cul ta des en su
intento de controlar dicho
territorio, que hasta muy
avanzada la época republicana,
en la que el auge del caucho
rompió sus fronteras.
Las con chas de mar tam bién
ac túan de ma ne ra vi si ble en las
ce re mo nias de los maes tros cu -
ran de ros. Son el re ci pien te ha bi -
tual en el que se co lo can los ju -
gos de la plan ta tre pa do ra
ayahuas ca, de uso co rrien te para
las se sio nes en las que este psi co -
tró pi co hace po si ble que el es pe -
cia lis ta re li gio so (vul gar men te co -
no ci do como el cha mán) en ta ble
una re la ción es pe cial con sus pa -
cien tes, al in ge rir la sus tan cia en
una ce re mo nia que di ri ge y en la
que to dos los par ti ci pan tes con -
su men ayahuas ca. El mis mo re ci -
pien te pue de ver se en el con su -
mo de ta ba co sil ves tre en las al tu -
ras de los Andes, o bien cuan do
la for ma de al can zar el tran ce es
a tra vés del cac tus San Pe dro,
que es po pu lar en la cos ta del Pa -
cífico. Las conchas bivalvas son in -
dis pen sa bles para es tas ce re mo -
nias por encima de que el
contenido a ser consumido, el
ritual en ejercicio y los seres
invocados sean diferentes.
Piezas marinas de formas más
elaboradas, como los moluscos
gasterópodos del género Strombus,
son también importantes en
la “mesa” o al tar de los maes tros
cu ran de ros. Se su man a las cru ces,
es pa das, ce ra mios pre co lom bi -
nos, imágenes de santos, vírgenes
o cristos católicos que generalmente
integran el arsenal del especialista
para cu rar a su clien te y com ba -
tir con tra quie nes les pre ten den ha -
cer daño. Un uso me nos ce re mo -
nial, pero muy di fun di do, es el de
convertir a estos caracoles en un
tipo de ins tru men to de vien to de
sonido potente y grave. Como tal
ha sobrepasado el ámbito de las
po bla cio nes de origen indígena y
ha llegado a todos los ámbitos del
espectáculo musical
contemporáneo.
El mullu es el protagonista de
uno de los ca pí tu los más im por tan -
tes del manuscrito de Huarochirí.
Allí se na rra el pe di do del inca Tu -
pac Yupanqui a las divinidades o
wa kas para que lo ayu den a so me -
ter a los pue blos yun gas que se ha -
bían sublevado. Luego de difíciles
negociaciones, el dios Macahuisa
asu me el reto y ani qui la a los ri va -
les del Cuz co.Tra tan do de mos -
trar su agradecimiento, el soberano
ofre ció a la waka ali men tos, ves -
ti dos y otros pre sen tes, pero el
dios los re cha zó y le in di có que se
alimenta de conchas marinas. El
documento llega incluso a describir
con palabras los sonidos que
produce Macahuisa al masticar y
devorar el mullu.
Como es sa bi do, las con chas bi -
val vas, los ca ra co les y otros pro -
ductos de la misma naturaleza no
se en cuen tran en ma res con co -
rrien tes frías, como las que ba ñan
las cos tas del Perú. Tam po co se les
ubica en las orillas, circunstancias
que hace ne ce sa rio que se con si -
gan por intercambio o comercio
con los pue blos del ex tre mo nor te
del Perú, Ecua dor y los paí ses que
se en cuen tran en esta di rec ción.
La vinculación entre las distintas sociedades
proveedores y necesitadas
de mu llu es muy an ti gua. Mil
años an tes de Cris to, la gen te de
Cha vín en la sie rra del nor te pe rua -
no, ya había representado las conchas
sagradas en sus monumentos
de pie dra. La ruta de in ter cam bio
no debió ser necesariamente marina,
las co rrien tes ayu dan en el via -
je de ida y ha cen di fí cil el re gre so,
o bien hay pasos impracticables en
un viaje exclusivamente terrestre.
En todo caso, los es tu dio sos se
acercan cada vez más a llenar los
vacíos de un fluido intercambio
que pudo haber existido entre
Mesoamérica y los Andes.
En las so cie da des pre co lom -
bi nas que po bla ron los ac tua les
de par ta men tos de Lam ba ye -
que, Piu ra y Tum bes exis te el
tes ti mo nio ico no grá fi co de la
pes ca sub ma ri na de las con chas
ma ri nas. Es in te re san te ob ser -
var los mu ra les de la Hua ca de
las Bal sas en Tú cu me (Lam ba ye -
que) don de se ve cla ra men te
re pre sen ta dos la bal sa, los bu -
zos y el mu llu, en ple no pro ce -
so de ex trac ción. Otro tipo de
prue bas, como el exa men de
los res tos de crá neo de los pes -
ca do res, mues tran las hue llas
de ha ber prac ti ca do di cho tipo
de pes ca de ma ne ra con ti nua -
da. El mu llu apa re ce tam bién
como par te de las his to rias re -
gio na les ela bo ra das por las so -
cie da des de la cos ta para ex pli -
car la fun da ción de sus di nas tías
lo ca les y así jus ti fi car su pre do -
mi nio. Tal es el caso del arri bo
de Naym lap, el hé roe cul tu ral
de los mo chi cas que trajo
consigo toda una corte de
funcionarios y servidores que
El Antoniano 125 – Marzo de 2014 119

Luis Millones
daban fe de su grandeza (Narvaez y Delgado
2011: 117).
Justamente se ha postulado que el nombre actual
de Lambayeque deriva de la mítica Yampeyec, lugar
donde desembarcara Naymlap. De este acontecimiento
nos interesa recordar que entre sus acompañantes
existía quien depositaba mullu despedazado, a
ma ne ra de al fom bra, para que el cau di llo de los re -
cién llegados no pisase directamente la tierra, al proce
der así, ca mi na ba sobre un espacio sacralizado
como correspondía a su rango.
Hemos escogido al lobo marino
(al que tam bién se le lla ma ba tumi) y
a las con chas de mar por la po si bi li -
dad de lle gar a ellos a tra vés de mu -
“La creencia
general que
recogimos en
Túcume
(Lambayeque),
es que la raya
navega con las
aguas
desbordadas
para penetrar
tierra adentro y
asentarse en las
lagunas
temporales, que
son abundantes
durante la
presencia de El
Niño.”
chas fuen tes de dis tin to or den (et no -
gráficas, históricas y arqueológicas).
Otros seres con características míticas,
pero menos documentadas,
com ple ta rán de mejor manera el
panorama mítico del mar.
Hemos mencionado a los selacios
como par te de la fau na que apa -
rece representada en la iconografía
de las so cie da des de la cos ta. Son va -
rios miem bros en este or den los
que de bie ron im pac tar a las po bla -
ciones costeras. El que aparezcan tibu
ro nes que no sue len na dar en
aguas frías, nos po dría in di car que
las embarcaciones precolombinas
se adentraban en altamar cruzando
la fran ja de la co rrien te de Hum -
boldt, o bien que la lle ga da de la con -
tra co rrien te de El Niño ha cía que
durante una larga temporada, al
igual que otros pe ces de aguas cá li -
das, se hi cie ran pre sen te en la cos ta
del cen tro de Sud amé ri ca. Pero en
términos de presencia mítica, la
raya (Rajiforme) era el selacio que
ha de ja do una lar ga es te la de no to -
riedad. Justamente, cuando el fenóme
no del Niño se hace pre sen te, ex ten sas zo nas del
nor te pe rua no se ven inun da das por desbordes de
los ríos, debido a inusitadas lluvias, opor avance del
mar en terrenos donde generalmente está ausente.
La creencia general que recogimos en Túcume
(Lam ba ye que), es que la raya na ve ga con las aguas
desbordadas para penetrar tierra adentro y asentarse
en las lagunas temporales, que son abundantes durante
la pre sen cia de El Niño. La fi gu ra re don dea da, con
la cola pro vis ta de un agui jón ca paz de pro du cir fe ro -
ces he ri das, es en realidad uno de los disfraces del
demonio.
Ha cer ma le fi cios es tam bién un arte com ple jo
y re fi na do, que ne ce si ta un cui da do so adies tra -
mien to. Los ma le ros acu den, en ton ces, a com -
ple tar sus co no ci mien tos a tra vés de la raya en de -
mo nia da, que sa ca rá la ca be za del es tan que o la -
gu na, para im par tir a sus ser vi do res las va rias for -
mas de lle var ade lan te sus ma les. En Tú cu me se
alza un vi si ble ce rro, cer ca de su cen tro po bla do,
al que los ma pas lla man Pur ga to -
rio, pero que en el len gua je co ti -
dia no se de no mi na La Raya, por -
que en sus fal das se for man va -
rias de las pe que ñas la gu nas que
du ran te El Niño al ber ga rán al se -
la cio la raya, car ga do de ins truc -
cio nes para edu car a sus ser vi do -
res. No está le jos el an ti guo pue -
blo de Tú cu me, lo ca li dad aban -
do na da lue go de que una inun da -
ción hi cie ra im po si ble vi vir allí.
En to tal, el área del ce rro y Tú cu -
me Vie jo for man un com ple jo es -
pa cio que se mira con temor,
especialmente en las noches.
Otra vez, la presencia del mar y
sus seres, irrumpe en la vida
religiosa de los hombres.
REFERENCIAS
—AVILA, FRANCISCO DE Ritos y tradiciones
de Huarochirí [traducción de Gerald Taylor]
Lima: IFEA, IEP, Universidad de San Marcos,
2008.
—CALANCHA, ANTONIO Crónica
Moralizada. Lima: Ignacio Prado Pastor,
editor 1976.
—CASAVERDE ROJAS, JUVENAL El mundo
sobrenatural de una comunidad. EN:
Allpanchis
—N°2, Revista del Instituto de Pastoral Andina.
1970, 2, 121-243.
—EECKHOUT, PETER La sombra de Ychsma.
Ensayo introductorio sobre la arqueología
de la costa central del Perú en los períodos
tardíos. EN: Bull. Fr. Études andines 2004,
33 (3) 403-423.
—INSTITUTO DEL BIEN COMÚN Por donde andaban los
ancestros. DVD 1 y 2. Lima: ICB, Ford Foundation y Oxfam, s/f.
—LIZÁRRAGA, REGINALDO DE Descripción breve de toda la
tierra del Perú, Tucumán, Río de la Plata y Chile. Biblioteca de
Autores Españoles, tomo CCXVI. Madrid: Ediciones Atlas, 1968.
—NARVAEZ, ALFREDO; DELGADO, BERNARDA Huaca las Balsas
de Túcume. Arte mural Lambayeque. Lima: Museo de Sitio
Túcume, 2011.
—VÁSQUEZ DE ESPINOZA, ANTONIO Compendio y
descripción de las Indias Occidentales. Washington: Smithonian
Institution, 1948.
120 El Antoniano 125 – Marzo de 2014

QHAQYA: ENFERMEDAD DEL RAYO O ILLAPA
EN EL SISTEMA MEDICO INDÍGENA ANDINO 1 Efraín Cáceres Chalco 2
“La cien cia nun ca nos brin da rá to das las res pues -
tas. Lo que si po de mos in ten tar es au men tar len ta -
men te la can ti dad y la ca li dad de las res pues tas…” 3
ste tra ba jo es un avan ce de uno ma yor; res pon -
Ede a un pro yec to de re gis tro, tra duc ción, sis te -
ma ti za ción e in ter pre ta ción de ma te ria les mé di cos
ela bo ra do tra ba ja dos con con los pro pios es pe cia -
lis tas in dí ge nas an di nos del sur del Perú: ya chaq,
paqu, hampiq, waynillu, pampamisayuq, altumisa -
yuq, au ki ri ma chiq, ya ti ri, etc., con el ob je to de ha -
llar las ba ses cien tí fi cas de la prác ti ca mé di ca in dí ge -
na an di na del sur an di no. El con tex to se tra du ce bá -
si ca men te a las pro vin cias alto an di nas del Cus co,
pero no por ello ex clu ye otras áreas que tienen las
1 Tra ba jo ex pues to en el Se mi na rio Anual de Doc to ra do en Antro po lo gía 2013 de la Pon ti fi cia Uni ver si dad Ca tó li ca del Perú, del 5 – 6 de di -
ciem bre de 2013 en Lima – Perú, como un avan ce del Pro yec to de in ves ti ga ción ca non: Pro yec to de Inves ti ga ción via Ca non / Par te ros Tra -
di cio na les del Sur Andi no del Perú / Resolución N° CU–093–2013–UNSAAC.
2 Profesor Principal de la Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco. Antropólogo y comunicador social. E–mail caceres66@hotmail.com
3 Lévi–Strauss, Clau de: 2010, P.36 en “Mito y Sig ni fi ca do”; Ed. Antro po lo gía/Alian za Edi to ra. Ma drid – España.
El Antoniano 125 – Marzo de 2014 121

Efraín Cáceres Chalco
mismas características culturales y ecológicas del
sur del Perú.
En ese sen ti do, este es el pri me ro de cua tro las
en fer me da des que ven go rea li zan do con es pe cia lis -
tas del sis te ma mé di co indígena andino.
Por otro lado, esta in ves ti ga ción se ins cri be en la
an tro po lo gía mé di ca 4
, que se ha ido con for man do
len ta men te como una ver sión es pe cia li za da para
mi rar al ser hu ma no des de la óp ti ca de la en fer me -
dad – sa lud 5 . Al te ner este ca rác ter, toca as pec tos
de suma ur gen cia para cual quier
so cie dad, por tra tar se de vida o
muer te de los miem bros de una
so cie dad o cultura, como en este
caso la andina.
Por lo tan to la an tro po lo gía mé -
di ca, es el co no ci mien to cien tí fi co
del hom bre en cuan to su je to ca -
paz de en fer mar y sus cep ti ble de
ser tra ta do en su curación o
sanación.
“Sobrevive a la
caída de un
rayo, y decide
ser curandera.
Estuve tirada en
el campo más
de dos horas,
nadie me auxilió,
después me
recuperé un
poco y regresé a
mi casa.”
1. ASPECTOS TEÓRICOS A
PARTIR DE LOS DATOS
ETNOGRÁFICOS
EXPUESTOS
“So bre vi ve a la caí da de un
rayo, y decide ser curandera. Estuve
ti ra da en el cam po más de dos
horas, nadie me auxilió, después
me re cu pe ré un poco y re gre sé a
mi casa”, con tó Ja cin ta Ba rre to de
Poma (62), na tu ral de la co mu ni -
dad de Chocopampa, ubicada en
el dis tri to de Ze pi ta. El he cho fue
considerado como un verdadero
milagro.
La his to ria de doña Fran cis ca
ocu rrió el pa sa do vier nes 28 de di -
ciem bre, apro xi ma da men te a las
5:00 ho ras, cuan do sa lió a re co -
ger a sus ani ma les en ple na llu via,
y de pron to un rayo la al can zó y la
dejó in cons cien te por un par de horas.
Tras el ac ci den te, Ja cin ta lo gró re cu pe rar se, ella
con tó que vive sola en el lu gar, por eso na die la au -
xi lió, y por tan to, tam bién tuvo que re gre sar sola a
su casa. Pa sa dos unos días, sus hi jos lle ga ron a su vi -
vien da y la obli ga ron a ir al hos pi tal de Puno, véase
fotografía 1.
“Como si me hu bie sen pe ga do con un palo en
la ca be za, así me sien to, mis ojo tas y mi som bre ro
se han que ma do”, cuen ta Fran cis ca a los pe rio dis -
tas que fue ron a vi si tar la has ta la ha bi ta ción 423 de
ci ru gía B del hos pi tal Manuel Núñez Butrón.
Lue go de ha ber so bre vi vi do a la caí da de un
rayo, Ja cin ta agra de ce a Dios por
su vida y espera recuperarse pron -
to de este ac ci den te, para de di car -
se a la lec tu ra de la hoja de coca y
el pago a la pa cha ma ma. Se gún la
tra di ción oral, las per so nas que so -
bre vi ven a la caí da de un rayo, tie -
ne un don es pe cial para el ri tual
del pago a la tie rra.” 6
La enfermedad qhaqya o qhaq -
lla, for ma par te del cuer po de co -
no ci mien tos del sis te ma mé di co
in dí ge na an di no, que sus es pe cia lis -
ta ase gu ran que no pue de ser tra ta -
da por los mé di cos de los hos pi ta -
les, por que sos tie nen que la te ra -
pia es se gu ra si se de sa rro lla en el
mis mo lu gar en don de se en fer -
mó el pa cien te runa, en el mis mo
con tex to don de fue afec ta do por
el rayo. Esta en fer me dad mues tra
la etio lo gía fun da men tal men te por
la caí da del rayo a una per so na,
por esta ra zón ase gu ran los es pe -
cia lis tas in dí ge nas an di nos que “si
este lo gra so bre vi vir, se gu ro que
ten drá qhaq ya o qhaq lla.” 7
La se gun da for ma por la que se
pue de lle gar a te ner esta en fer me -
dad del rayo o illa pa, es a tra vés
del vien to, es de cir de modo in di -
rec to. El vien to se en car ga de di -
fun dir el mal que sur ge del lu gar
en don de cayo el rayo: “… y cuan do pa san por lu -
ga res don de an tes ca ye ron ra yos.” A par tir de esta
se gun da for ma, se pue de in fe rir que las zo nas en
4 La an tro po lo gía mé di ca es una dis ci pli na aún jo ven, ya que “nace en la se gun da mi tad del si glo pa sa do, toma un rum bo et no grá fi co. La in for -
mación obtenida se incorpora a la antropología general, pero tiene un limitado impacto en la medicina occidental.” (Kottow y Bustos: 2005:
9), esta mis ma información nos da Ackernecht, Erwin: (1985).
5 “La antropología médica, que analiza al ser humano en su fragilidad biológica, puede participar con respuestas orientadoras y debe dilucidar
si acaso la medicina es portadora de salud o enfermedad por efectos colaterales, es la promesa de un futuro con menos enfermedad, o es
un que ha cer cuyo lu gar en la exis ten cia hu ma na ha de ser aqui la ta da y eva lua da.” (Kot tow y Bus tos: 2005: 9).
6 Fuen te: Los Andes – Puno – Perú | So cie dad – 09:26h del 1 de ene ro de 2013.
7 Testimonio de Francisco Alqamari de la comunidad Alto Huancané del Distrito de T’uqruyu – Espina – Cusco.
122 El Antoniano 125 – Marzo de 2014

Qhaqya: enfermedad del rayo o illapa
Fotografía 1. Jacinta Barreto de Poma, habitación 423 de cirugía B del hospital Manuel
Núñez Butrón, Puno.
las que cae el rayo por lo ge ne -
ral, son zo nas a las que se le tie ne
te mor, por que con ci be que el
rayo [illa pa] esta den tro de la tie -
rra en es ta do de in cu ba ción y
esta vivo en for ma de me tal de la
que ema na la en fer me dad, y el
vien to se en car ga de es par cir por
el me dio am bien te an di no, con
to dos los síntomas del runa que
fue cogido directamente por el
rayo o illapa.
Aho ra, el rayo coge a las per so -
nas so bre todo si lle van ani llos o
re lo jes (co sas de me tal), es de cir,
en la zona ru ral exis te la re co -
men da ción que no ten gan co sas
de me tal, por que de acuer do a
las in for ma cio nes el me tal sir ve
como un imán para la des car ga
del rayo o illa pa. Aho ra se ha bla
de ce lu la res, es de cir hay in for -
ma cio nes del ce lu lar en el
campo como artefacto que atrae
el rayo.
Cuan do el rayo coge a un
runa o per so na que está sola en
al gún lu gar de la geo gra fía an di -
na, es ex pre sión de ha ber sido es -
co gi da. Este no mue re, y se con -
vier ten des pués en paqu (la per -
so na pue de ser hom bre o mu jer,
o niño). Te ne mos por ejem plo
un tes ti mo nio de Igi dio: “cuan do
yo era chiquito todavía, cuando
estaba cuidando las vacas de mi
papá, estaba pasteando, en eso
cayó el rayo le ji tos de mi, y vi
como des de el lu gar en que cayó
el rayo, una pe lo ta azul bri llan te
siem pre, se vino por en tre las pa -
tas de las vacas directamente hacia
mi y cuan do ya es ta ba en mis
pies, yo lo pa tee, y la bola azul bri -
llan tes se re gre só tam bién por
en tre las pa tas de las va cas, o sea
por don de vino, y más alla ci to re -
ven tó, con el rui do yo me des ma -
yé.” 8
Los cu ran de ros son ele gi dos
por Dios. Los in di ca do res de esa
elec ción se dan a tra vés de la caí -
da del rayo so bre un runa ele gi -
do, de esta ma ne ra se cons tru ye
una mi sión que ayu da a las co mu -
ni da des y sus po bla cio nes en los
andes.
Si la per so na so bre vi ve al rayo
o a la en fer me dad, está obli ga da
a tra ba jar para Dios, de acuer do
8 Tes ti mo nio de Igi dio, en Cus co, re gis tra do por E. Cá ce res el 29 de ene ro del 2013.
9 Guamana Poma: 1980
10 Ja cin to de la Ser na: 1656
a la men ta li dad de los in dí ge nas
an di nos, esto es, a ser cu ran de -
ro, si no lo hace, “Dios mis mo se
en car ga de lle vár se lo a su mun -
do”, dice el ex pe ri men ta do cu -
ran de ro Mel chor Ccapa de
T’uqruyu – Espinar – Cusco.
Algu nos eran “ele gi dos” al na -
cer por de ter mi na ción as tro ló gi -
ca o por ha ber so bre vi vi do a al -
gún su ce so so bre na tu ral, como
la ful gu ra ción del rayo; al res pec -
to Gua mán Poma de Aya la se ña -
la: “Se ha cen ma gos, los lla ma -
dos hi jos del rayo que son los me -
lli zos, los na riz en di da y los
nacidos de pié”. 9
Estas exi gen cias tam bién se
pue den ha llar en otras cul tu ras
de Me soa me ri ca, los ge me los, al -
bi nos, jo ro ba dos, ena nos, en tre
otros, eran con si de ra dos como
“se ña la dos” por los dio ses del
Mé xi co an ti guo. Ja cin to de la Ser -
na, un in qui si dor de ido la trías, es -
cri bió en 1656: “es tos mé di cos o
adi vi nos...son unos in dios mal en -
carados y señalados de naturaleza,
o co jos o tuer tos, y es tos ta -
les atri buían la elec ción de su sa -
cer do cio, o la gra cia que tie nen
para cu rar a aquellos defectos
que padecen”. 10
Es no ta ble que en am bas cul tu -
ras prehispánicas (Inca y azteca),
has ta hoy en día los to ca dos por
el rayo se con vier tan en per so na -
jes con po de res so bre na tu ra les,
curanderos y domadores de fe -
nó me nos at mos fé ri cos. Un po -
der si mi lar, lo po seía el Za pay
Inqa des pués de ac ce der al tro no
y considerado a partir de este
mo men to waw qi, her ma no del
rayo, po día pro vo car o pa rar la
llu via, la cual fa cul tad además era
imprescindible para la
legitimación del poder.
Otro as pec to, los dos tes ti mo -
nios coin ci den en de ter mi nar
El Antoniano 125 – Marzo de 2014 123

Efraín Cáceres Chalco
que el qhaq ya es una en fer me dad cá li da, de ca lor o
ca lien te [san sa] y se le debe cu rar con plan tas y pro -
duc tos fres cos. La en fer me dad y las plan tas me di ci -
na les siem pre es tán aso cia dos en for ma de an tó ni -
mos u opues tos, es de cir, la te ra pia se apli ca en fun -
ción tér mi ca de la en fer me dad en los an des, si es
una en fer me dad de ca lor, como si es en este caso
el qhaqya, sus “remedios” estarán basados todos
en la di men sión tér mi ca del fres co. Por lo tan to se
pue de ad ver tir que: el “Kusa Llamp ’u”, “puru llamp -
’u”, “Qhaha qum pi”, agua, le che
materna, sangre de llama, sangre
y car ne de añas [zo rri no], san gre
de pe rro, son me di ci nas y eso es
bue no, Ja cin to co mi sión es bue no
para esa en fer me dad. Todo es tos
productos ya sea plantas medicina -
les, o le che ma ter na o san gre de
ani ma les, es tán co di fi ca dos como
fres cos, por que el fres co tie ne
que equilibrar lo cálido del
enfermo sufrido después de la
quemadura del rayo o illapa, a
través de la enfermedad del
qhaqya.
Otro re me dio que cla ra men te
so bre sa le, el “agua ben di ta es bue -
no… para que re fres que de su ca -
lor in te rior”, es de cir el agua ben di -
ta re fres ca el ca lor in te rior de los
pa cien tes. De acuer do al tes ti mo -
nio de Ma ca ria Puma, dis tin gue
dos ti pos de ca lor: ex ter nos e in -
ter nos. Para lo in ter no se le debe
dar de be ber “agua ben di ta…
para su ca lor in ter no”, pero esta
agua no solo re fres ca el ca lor in ter -
no, su naturaleza “bendita”, desde
ya im pli ca otro men sa je que tras -
cien de al cuer po del pa cien te,
pues mues tra la di men sión es pi ri -
tual don de esta pre sen te su re li gio -
si dad. Por lo tan to, la te ra pia no
solo es cor po ral (in ter no - ex ter no), sino que es
tam bién re li gio so y éste com pro me te el as pec to
éti co del runa an di no, por esta ra zón, la te ra pia en
“El rayo illa pa,
para los an di nos
tiene
connotaciones
de bala que
camina en el
hanaqpacha o
sea en el mun do
de arri ba, allí se
pro du ce y allí se
desplaza a
voluntad.”
los an des exi ge la prác ti ca de su fe. Esta dimensión
expresa la “tecnología simbólica” que aparece en
los ritos religiosos terapéuticos y productivos.
El llamp ’u, es un un güen to pre pa ra do con gra sa
de ani ma les (lla ma, vi cu ña), a los que tam bién de -
no mi nan como untu, que uti li zan en el rito del
pago a la pa cha mama o ma dre tie rra. En las cu ra -
cio nes, el un güen to pa re ce que es un me di ca men -
to uti li za do uni ver sal men te, por que tam bién otras
cul tu ras las usan como en la cul tu ra Chi na, tam bién
para re fres car los efec tos del re -
lám pa go
11
.
2. ETIMOLOGÍA DEL
TÉRMINO QHAQYA
Ras trea mos en di fe ren tes dic -
cio na rios de la len gua que chua
des de la de Gon zá les Hol guín has -
ta la úl ti ma de Cal vo, pa san do por
la de Lira, y en nin gu no ha lla mos
ni por apro xi ma ción el tér mi no
que se re fe ría a la en fer me dad del
rayo, so la men te en la de Calvo
hallamos esta significación:
QHAQYA (qhap sa) {[met]
[+cant.]} (q’aq ya), true no; (qhaq -
ya un quy); [pat.] (k’u su), ti sis, tu -
ber cu lo sis{pul mo nar}/ QHAQYA
YACHAY [ens.], ti sio lo gía //
QHAQYAKUY [+T.], tí si co, tu ber -
cu lo so.
12
To dos los otros dic cio na rios no
registran la palabra, solamente, el
Dic cio na rios de Cal vo Pé rez, Ju lio
(2009). La tra duc ción de rayo la
con si de ran como “Ylla pa”
13
o “Illa -
pa” 14 .
Esta pa la bra des de el dic cio na -
rio de Cal vo, se aso cia la en fer me -
dad del rayo o illa pa qhaq ya con la
tu ber cu lo sis.
El rayo illa pa, para los an di nos
tie ne con no ta cio nes de bala que
ca mi na en el ha naq pa cha o sea en el mun do de arri -
ba, allí se pro du ce y allí se des pla za a vo lun tad: “…
de que se pro du ce la bala del alto, vie ne y eso lle ga
11“En el mito chi no, la ma dre del re lám pa go, Tien Mu, era una di vi ni dad mag ní fi ca men te ata via da de azul, ver de, rojo y blan co. Sos te nía a un
es pe jo en cada mano. Don de los re fle jos de los dos se cru za ban se que bra ba cen te llean te el re lám pa go. Se gún la le yen da, rom pió el bra zo
de una an cia na que vi vía en Kiang si, la cual que dó ten di da en el sue lo tem blan do por el gol pe. Una voz gri tó des de las nu bes: “¡he co me ti do
un error!”. En ese ins tan te, una bo te lla pe que ña de un güen to, cayó jun to a la an cia na. Sor pren di da se apli có el un güen to en el
bra zo roto y este quedó entero y fuerte otra vez.
12 Cal vo: 2009: 2139
13 Gonzáles Holguín: 1608/1989
14 Lira: 1982
124 El Antoniano 125 – Marzo de 2014

Qhaqya: enfermedad del rayo o illapa
a las pam pas, la bala del alto vie -
ne del gra ni zo y ca mi na jun to a
él.” 15 La bala del alto se en cuen -
tra abrien do un hoyo y se ha lla
como una bala de fi rru [hie rro]
mata al hom bre 16 .
El Rayo en los an des tie ne con -
di ción de dei dad, dios, y tie ne la
de no mi na ción de Illa pa, y se ase -
gu ra que este era la dei dad del cli -
ma y fue uno de los dio ses más
po pu la res, y al mis mo tiem po
uno de los más te mi dos, por la
ca pa ci dad que tiene de matar.
Su nom bre sig ni fi ca illa pa
[rayo y true no]. Se creía que ha -
cía llo ver des de la Vía Lác tea con
agua almacenada en el hanaq pa -
cha. En otros mi tos, se se ña la
que el agua que te nia en el cie lo
es pro duc to de lo que la lla ma
cós mi ca ya ka na, be bía en la tie -
rra to das las no ches a fin de que
la tie rra no se inun de. 17
Illa pa, el dios de la llu via, el
rayo y el true no. Lla ma do tam -
bién Chu qi lla, Ca tui lla o Li biac.y
q’aq ya), true no
18
. Esta úl ti ma pa -
la bra es ono ma to pé yi ca, por te -
ner en su es truc tu ra el so ni do del
rayo y true no: q’aq, “q’aq ya” y
de esta raíz sur ge la va ria ción
qhaq ya, para denominar la
enfermedad.
En épo ca de los in kas, era el
dios del cli ma y uno de los dio ses
más po pu la res. Lo per ci bían
como ca paz de ha cer llo ver, gra -
ni zar y tro nar con la ayu da de
una hon da que re pre sen ta ba el
true no, la pie dra con te nía el rayo
y el re lám pa go era el res plan dor
de sus vestiduras.
A esta dei dad los Inkas le ve ne ra -
ba con peregrinaciones a templos
si tua dos en los apus más altos.
3. LAS REVELACIONES DE
ILLAPA A TRAVÉS DE LAS
CRÓNICAS
La mayoría de las manifestaciones
sa gra das alu den a Illa pa,
como la dei dad de la llu via. Los
runas prehispánicos y antepasa -
dos se asi mi la ban a esta dei dad
pues, de acuer do con la cul tu ra
in dí ge na an di na, los apus tam -
bién dei da des, cui da ban a sus
des cen dien tes e in ter ve nían tam -
bién en el en vío de llu vias a los
cam pos de cul ti vo, por que su sis -
te ma eco nó mi co es ta ba ba sa do
en la pro duc ción agrí co la y en la
crian za de ani ma les. Por lo tan to
la llu via es un ele men to fun da -
men tal para una so cie dad agra ria
como la an di na. Pero con la pre -
sen cia del oc ci den te en los an -
des, este as pec to se trans for ma
to tal men te, por ejem plo, de ser
una so cie dad agra ria se con vier te
en una so cie dad en la que se prio -
riza la minería, o sea, actividades
emi nen te men te ex trac ti vas (oro
y pla ta). Y el mis mo he cho de la
con quis ta, a los ru nas an di nos le
plan tea una nue va re li gión y un
nue vo sis te ma po lí ti co ad mi nis -
tra ti vo. El pri mer im pac to que
evi den te men te tu vie ron los ru -
nas es con las ar mas es truen do -
sas que re ven ta ban, como ar ca -
bu ces, ca ño nes, etc. y con es pa -
das re lu cien tes y fla mí ge ras, los
que asociaron a dios del rayo,
Illapa, casi automáticamente con
el Patrón Santiago que los
españoles tenían como
estandarte en sus batallas de
conquista.
La iden ti fi ca ción de am bas en ti -
da des sa gra das, se dio por lo si -
guien te, cada vez que tro na ban
15 Melchor Ccapa: Comunidad de Alto Huancané, T’uqruyu – Espinar – Cusco.
16 En la re gión de Puno, San ta Rosa – Mel gar, re fie ren que la bala de los al tos se de no mi na como “ha naq pa cha bala” [bala del mun do de arri -
ba], esta se pue de di fe ren ciar del sim ple rayo, por que es más in ten so en su res plan dor y en su so ni do, es de co lor azu la do, es de cir es azul in -
ten so y cae di rec to en ver ti cal y no de cos ta do, como es ver ti cal per fo ra el cuer po jus to en me dio crá neo o en me dia ca be za y sale por los
pies, y coge al ser hu ma no cuan do esta pa ra do o de pie, o tam bién cuan do esta ca mi nan do. este tipo de rayo es una se ñal de que la per so na
que es eje cu ta da por el “ha naq pa cha bala”, vi vió en pe ca do o sus fal tas éti cas son muy gra ves por lo que es san cio na do con este tipo de
rayo. (Tes ti mo nio de Fi lo me na Quis pe, San ta Rosa – Mel gar – Puno: 2008).
17 Cáceres: 2002.
18 Calvo: 2009.
El Antoniano 125 – Marzo de 2014 125

Efraín Cáceres Chalco
los arcabuces o los cañones los españoles, los sol -
dados españoles gritaban Santiago: “...se habrá ex -
ten di do por acá la fra se o con se ja de los mu cha -
chos de Espa ña, que cuan do true na di cen que co -
rre el ca ba llo de San tia go, o por que veían que en
las gue rras que te nían los es pa ño les, cuan do que -
rían dis pa rar los ar ca bu ces, que los in dios lla man
Illa pa, o Rayo, ape lli da ban pri me ro ‘San tia go, San -
tiago...”
19
.
En los do cu men tos co lo nia les exis ten di ver sos
re gis tros so bre per so nas, que te -
nían la ca pa ci dad de co mu ni car se
con Illa pa o San tia go Esta dei dad
po día en con trar se en un mon te,
en alguna piedra sagrada o manifes
tar se en un tem plo. Asi mis mo,
se re fie re que al in vo car lo se apa -
re cía “en per so na” o bajo la fi gu ra
de un ani mal. Do cu men tos je sui -
tas men cio nan al gu nos tem plos
don de el dios del rayo ha bla ba,
como el de Cac ya mar ca y el de
Carixana
20
. La de no mi na ción de
Cac ya mar ca, fá cil men te se pue de
de du cir que tie ne sus raí ces en la
pa la bra que chua Qhaq ya, mos -
trán do nos de esta ma ne ra a la pa la -
bra como com pues ta: Cac ya –
mar ca, nor ma li zan do con el
quechua actual tendríamos:
qhaqya – marka, cuya traducción
literal es “tierra de rayos”.
Igual men te con sig nan, por
ejem plo, que en el pue blo de Pe -
que ña ni ha bía una he chi ce ra, muy
con sul ta da por sus do tes, que ha -
bía sido ini cia da por la vi sión de
una hua ca que le en se ñó la ma ne -
ra de usar la coca, cómo en con -
trar objetos y personas perdidas y
ale jar en fer me da des. La mu jer in -
vo ca ba a la hua ca di cién do le “San -
tia go, préstame tu ayuda” 21 .
“El amuleto para
protegerse del
rayo y evitar la
muerte era el
mullu o conchas
Spondylus,
ofrenda común
para el dios de la
lluvia, por ser
producto del
agua.”
Los que estaban destinados a ser servidores de
Illa pa y, por lo tan to, po dían ac ce der al diá lo go con
di vi ni dad, eran los ru nas que ha bían na ci do de pies,
con la na riz hen di da y los me lli zos, lla ma dos chu -
19 Sulai Capponi: 2006.
20 Po lia, 1999: 243 y 555.
21 Po lia: 1999: 531.
22 Hernández en Sulai Capponi: 2006.
23 Po lia, 1999: 409–10.
24 Po lia, 1999: 448.
25 Gua man Poma, 1980: I, 249; Po lia, 1999: 409, 410, 415, 423, 448.
chu o curi, a quie nes con si de ra ban hi jos de este
dios por ha ber sido en gen dra dos por él 22 . Un caso
re la ta que una mu jer pa rió un rayo de luz acom pa -
ña do de un true no y, en se gui da, a una cria tu ra
muer ta. Los he chi ce ros le di je ron que el pri me ro
era hijo del rayo y que al mo men to de na cer se ha -
bía ido con su pa dre. En cuan to a la cria tu ra muer -
ta, ha bía que ofren dar la en te rrán do la en una mon -
ta ña 23 . Los je sui tas tam bién na rran que cuan do sus
en via dos tra ta ron de de te ner a una he chi ce ra que
se co mu ni ca ba con Illa pa y de cía
ser su hija, para con ver tir la al
catolicismo, sus captores huyeron
porque cayeron rayos del cielo 24 .
Exis ten di ver sas re fe ren cias que
mues tran el po der sa gra do de los
ge me los, pero tam bién los pe li -
gros a los que es ta ban ex pues tos.
En al gu nas oca sio nes se men cio na
que uno de los me lli zos de bía ser
sacrificado a Illapa y si ambos vi -
vían, los dos eran ve ne ra dos, pero
uno de ellos, no se sa bía cuál, co -
rría el peligro de ser aniquilado
por el rayo.
El amu le to para pro te ger se
del rayo y evi tar la muer te era
el mu llu o con chas Spond ylus,
ofren da co mún para el dios de
la llu via, por ser pro duc to del
agua Por otro lado, si uno de
los me lli zos mo ría a tier na edad
de muer te na tu ral lo co lo ca ban
en una olla gran de que sus fa mi -
lia res guar da ban en su casa, o
lo de po si ta ban jun to a los mall -
quis o cuer pos de los an te pa sa -
dos y, al igual que a és tos, le da -
ban ofren das y le ren dían cul to.
En la épo ca co lo nial, los in dí ge -
nas evi ta ban a toda cos ta que es -
tos in di vi duos, que ha bían sido
ele gi dos por Illa pa para ser vir -
lo, fue ran bau ti za dos pues con ello po dían per -
der sus cua li da des es pe cia les 25 . Ade más, eran
de gran im por tan cia para el gru po, ya que eran
con si de ra dos como los intermediarios con su
126 El Antoniano 125 – Marzo de 2014

Qhaqya: enfermedad del rayo o illapa
Fo to gra fía 2. Rayo o illa pa en los an des del sur del Perú. co la bo ra ción.
dios ancestral proveedor de
alimentos.
4. LA REENCARNACIÓN DE
ILLAPA EN EL PATRÓN
SANTIAGO
La vi sión del rayo como una
per so na, que “ca mi na en los cam -
pos”, y Mel chor Cca pa in clu so lo
aso cia a un san to cris tia no: “Pa -
trón San tia go”, y el rayo se lla ma -
ría “San tia go Bala” en reem pla zo
de “ha naq pa cha bala” como así
la de no mi nan aun en va rias co -
munidades indígenas andinas. El
rayo, dice Mel chor “camina en
un caballo blanco”.
Por esta ra zón, el rayo se ad -
vier te que cam bia, como un
runa an di no, de per so na li dad y
re pre sen ta ción. Antes era Illa pa,
hoy es “Pa trón San tia go” que “ca -
mi na en un caballo blanco”.
Con esta afir ma ción nos re fie -
re el acon te ci mien to pri mor dial
que mol deó la con fir ma ción de
rayo, de illa pa a pa trón san tia go
ac tual, como con se cuen cia de lo
que acon te ció en el prin ci pio de
la co lo nia y el fin de los tiempos
del incanato.
La crea ción es una re ge ne ra -
ción uni ver sal que mu chas ve -
ces se pue de dar sin nin gún ca ta -
clis mo ge ne ral. Pero la creen cia
de que la ca tás tro fe es ine vi ta -
ble con se cuen cia de los “tiem -
pos vie jos” o de la de cre pi tud
del mun do es algo co mún.” 26 ,
En el caso de los an des, la re ge -
ne ra ción o la crea ción y tras for -
ma ción es me dian te una ca tás -
tro fe (in va sión del oc ci den te),
que tuvo se cue las trau má ti cas
para los ru nas de la cul tu ra in dí -
ge na an di na. Fren te a este he -
cho los ru nas asu men una nue -
va ac ti tud crea ti va de en mas ca -
ra mien to de to dos sus sím bo -
los, y ele men tos ri tua les, para
esto ela bo ra rán es tra te gias con
el fin de pre ser var los va lo res
de su ver da de ra cul tu ra in dí ge -
na an di na
27
.
Este as pec to mues tra trans for -
ma cio nes in clu so en las re pre sen -
ta cio nes icó ni cas o íco nos, como
en este caso de Illa pa al san to cris -
tia no Pa trón San tia go, se pue de
de du cir que es por efec tos de te -
mor, por que el runa in dí ge na an -
di no, mues tra re la ti vo te mor a
las explosiones, más cuando es -
tas se di ri gen ha cia él, como en
este caso los ar ca bu ces o los ca -
ño nes o el rayo, que ad vier te
que tie ne las mis mas ca rac te rís ti -
cas: lu mi no si dad, explosión
sonora fuerte, e impacto
fulminante contra el runa.
Este san to gue rre ro (per tre -
cha do de ca ba llo, ar mas de fue -
go y es pa da re lum bran te),
asom bra y crea pa vor en los in -
dí ge nas, des de el mo men to de
la con quis ta, en efec to, re cor de -
mos las pa la bras de Mel chor
Cca pa que des cri be las con se -
cuen cias de la caí da del rayo a
su hija: “por eso es te me ro sa al
rayo”. So mos tes ti gos del pa vor
que los in dí ge nas an di nos le tie -
nen al rayo y a la gra ni za da, por -
que a es tos dos ele men tos de la
me teo ro lo gía es tán ín ti ma men -
te aso cia dos y has ta son her ma -
nos re fe ri dos en los mi tos. Por
esta ra zón se pre sen tó ex tre ma -
da men te po de ro so el san to cris -
tia no Pa trón San tia go, fa vo re -
cien do a los es pa ño les en su
em pre sa de do mi nio y con quis -
ta. Son mu chos los ejem plos en
que los in dí ge nas an di nos cuen -
tan ha ber vis to a San tia go lu -
26 Elia de: 1967: 23
27 Este tipo de estrategias de preservación de su autentica cultura también en México la tuvieron los indígenas, este aspecto fue denunciado
por Die go Du rán: “Fa mo so por una de las obras más im por tan tes para el co no ci mien to del mun do pre co lom bi no, Die go Du rán nace en
Espa ña en 1537 y en tier na edad va a vi vir en Mé xi co en don de cre ce y se for ma, co no cien do, pues, des de el in te rior, la rea li dad in dí ge na.
Formado como dominico, Durán vive en periodos alternos entre España y México y se propone, como empeño absoluto, el
de ex tir par el pa ga nis mo de los na ti vos. Vi vien do en con tac to con la so cie dad in dí ge na se ha bía dado cuen ta de que los in dios
no se habían convertido al cristianismo, sino, al contrario, seguían manteniendo y practicando su religión, enmascarándola y
entremezclándola a los rituales católicos. Así fue, que el rígido evangelizador había entendido cómo los indígenas lograban conser
var, a tra vés de esta for ma de sin cre tis mo, la re li gión que ha bían man te ni do por si glos, una re li gión en rai za da y fuer te, que
más allá de lo ritual, compenetraba la entera existencia de la sociedad indígena, regulaba cada momento de la vida privada y social,
des de el na ci mien to has ta des pués de la muer te. Los es pa ño les po dían im po ner se con la fuer za y la as tu cia, pero no lo gra -
rían nun ca ex tir par del todo aquella relación con el mundo sobrenatural que por miles de años había regulado los ciclos de la
naturaleza y del hombre como parte de esta misma naturaleza.
El Antoniano 125 – Marzo de 2014 127

Efraín Cáceres Chalco
char al lado de los es pa ño les. La con vic ción de la
par ti ci pa ción en las ba ta llas de San tia go si gue viva
has ta la ac tua li dad al pun to que, como nos cuen -
ta José Agus tín Cha cón y Be ce rra 28 , to da vía en
el si glo XVIII, y pre ci sa men te en el ac tual Perú,
el: 1° de agos to de 1786 “Du ran te la re be lión de
Tú pac Ama ru, tro pas re bel des di je ron ha ber vis -
to a San tia go en tre las fuer zas rea les en via das a
su pri mir la: A cuya cua za en las
Ygle sias, y Ca pi llas don de en con -
tra ron los si mu la cros de nues tro
por ten to so Me se nas, lle ga ron al
sa cri le go arro jo de ama rrar le las
ma nos, y te ner las como en pri -
zion por que su ig no ran cia o ido -
la tria les preo cu pa ba la ra zon
para creer que assi no fa vo re ze -
ria a los fieles, leales vazallos de
un Monarca justo, y venigno
cuyos Dominios Reales
defendian”. 29
Es evi den te que du ran te los mo -
men tos más vio len tos que los es -
pa ño les des car ga ban so bre las
hues tes in dí ge nas an di nas, siem -
pre es ta ba pre sen ta el es tan dar te
del Pa trón San tia go, por mu chas
ra zo nes que Espa ña te nia que ha -
cer lo. La más po de ro sa es que el
san to pa trón San tia go es el san to
pa trón de Espa ña. 30
Frente a estas situaciones los indígenas
andinos siempre actúan tratando
de entenderlo y adaptarlo a
su cultura para poder así neutralizarla,
manipularla y familiarizarse 31 a su
fa vor. Por esta ra zón es que la adop -
ta como la ima gen es ta rá a la al tu ra
de illapa, o sino es illapa mismo.
“El cronista
indígena Juan
Santa Cruz
Pachacuti dibuja
conceptualmente
al dios Illa pa, lo
representa con
líneas paralelas
sinuosas como el
caminar de la
serpiente (amaru)
y es por eso que
en su con ver sión
con el san to
católico Santiago
lo encontramos
asociado no sólo
al rayo, sino
tam bién a la
serpiente.”
Por lo tan to, fren te a un agre sor ex ter no, el in -
dí ge na an di no reac cio na de di fe ren tes for mas,
como en este caso fa mi lia ri zar se con el agre sor y
lle ga ra a com pren der lo y dar le un lu gar de re pre -
sen ta ción de otra dei dad in dí ge na an di na, aso cia -
da por ana lo gía como en este caso, el rayo, illa pa
con el pa trón San tia go. “… que de san to cruel y
ven ga ti vo pasa a ser el san to pro tec tor de la co -
mu ni dad, un pa tro no que se gui -
rá cui dan do a los ame ri ca nos has -
ta hoy.” 32
El cro nis ta in dí ge na Juan San ta
Cruz Pa cha cu ti di bu ja con cep tual -
men te al dios Illa pa, lo re pre sen ta
con líneas paralelas sinuosas como
el ca mi nar de la ser pien te (ama ru)
y es por eso que en su con ver sión
con el san to ca tó li co San tia go lo
en con tra mos aso cia do no sólo al
rayo, sino tam bién a la ser pien te,
ene mi gos de los cua les tie ne que
pro te ger a los fie les 33 .
En efec to, ya Gua man Poma de
Ayala había relevado la estricta se -
me jan za que ha bía en tre el dios
Illa pa y la ico no gra fía de San tia go.
Nos cuen ta Gua man Poma
(1615) y Mu rra 34 :
San tia go Ma yor de Ga li cia,
após tol de Je su cris to, en esta ora
que es taua aser ca do los cris tia -
nos, hizo otro mi la gro Dios, muy
gran de, en la ciu dad del Cuz co.
Di zen que lo uie ron a uis ta de
ojos que aua jo el se ñor San tia go
con un true no muy gran de.
Como rra yo cayó del cie lo a la
for ta le za del Ynga lla ma do Sac sa
Gua man (...) Y como cayó en tie -
rra se es pan ta ron los yndios y di -
28 Cahill (1999, p. 9) cita: Archi vo Ge ne ral de Indias, Cuz co, 15, “Con se jo Expe dien te so bre la erec ción en la Ciu dad del Cuz co de una co fra -
día de S[a]ntia go que se in ten ta es ta ble cer en una Pa rro quia de aque lla Ciu dad, y apro ba ción de sus Cons ti tu cio nes”, pe ti ción de José Agus -
tín Cha cón y Be ce rra, 1° de agos to de 1786, fol. 3r (Sulai Capponi: 2006).
29 Chacón y Becerra en Sulai Capponi: 2006.
30 San tia go, uno de los doce após to les de Cris to, trans for ma do por ne ce si dad de la gue rra con tra los ára bes en sím bo lo para com ba tir a los in -
fie les du ran te el pe río do de la Re con quis ta (771–1942). San tia go se con vier te así en Pa trón de Espa ña y al mis mo tiem po en acom pa ñan te
de los con quis ta do res en Amé ri ca, don de se trans for mó de Santiago Matamoros en Santiago Mataindios.
31 En una oportunidad observé a varios indígenas andinos caminando por las calles de un vecindario del Cusco, venían por la misma acera en
sen ti do opues to a mí. Pero cuan do ya es ta ba cer ca a ellos, de las re jas del jar dín de una de las ca sas por don de ellos pa sa ban, un pe rro la dró
con mu cha fuer za y ener gía, fue re pen ti no de tal ma ne ra que el runa que es tu vo pró xi mo a la pa red o a la reja se asus tó te rri ble men te, y los
otros se reían, la pre gun ta de los otros fue: “ma na chu ri ku ru ran ki” [¿no lo vis te?], la res pues ta “ma nan” [no]. Ellos se pa ra ron fren te al pe rro y
el runa que se asus tó, con un pa pe li ta que co gió del piso, em pe zó a ju gue tear con el pe rri to pa sán do le una y otra vez el pa pe li to por la na riz
del pe rri to, como quien jue ga con el ani mal, y el pe rro se cal mó y el runa tam bién. Ambos se fa mi lia ri za ron. (Obser va ción per so nal: Cusco,
diciembre 2012).
32 Sulai Capponi: 2006.
33 Gisbert, 1993.
34 Mu rra: 1980, p. 377.
128 El Antoniano 125 – Marzo de 2014

Qhaqya: enfermedad del rayo o illapa
ge ron que abía cay do ylla pa,
true no y rra yo del cie lo (...) Y
des de en ton ses los yndios al rra -
yo les lla ma y le dize Sanc tia -
go. 35
A tra vés de es tas ci tas ha lla -
mos el im pac to que tuvo el san to
pa trón San tia go en los in dí ge nas
an di nos para que lo aso cien ana -
ló gi ca men te con su dei dad Illa pa,
ya que era el dios del true no,
rayo, re lám pa go y de las tem pes -
ta des, y ade más daba las llu vias y
las heladas y granizos de manera
que podía favorecer o destruir
co se chas y ani ma les. Por esta ra -
zón en los an des el pa trón San tia -
go, tie nen fe chas en las que se de -
sa rro llan fies tas en la que le ce le -
bran ri tos para la pros pe ri dad y la
fe cun di dad de los ani ma les. Esta
prác ti ca es más fre cuen te en los
an des cen tra les del Perú como
Huancayo, Pampas en Huancave -
li ca, en la que in clu so tie ne un gé -
ne ro mu si cal de no mi na do “san -
tia go” para el tay ta san ti. 36 Mien -
tras que en el Sur del Perú como
en Ya nao ca – Ca nas – Cus co, el
al fe ra do de la fies ta ma yor de
esta localidad se viste como el
mismo patrón santiago, es decir
se uniforma como el patrón
Santiago.
Illa pa era un dios gue rre ro
que con tro la ba los cie los y las
tem pes ta des y que pro vo ca ba
las llu vias, to mán do las del río
que atra vie sa el cie lo, la Vía
Lác tea. El ca rác ter gue rre ro
del dios Illa pa pre ce de a los
Incas, y per te ne ce a va rias et -
nias. Co no ci do con di fe ren tes
nom bres vie ne adop ta do por
los Incas que lo ve ne ran en el
fa mo so tem plo de Qu ri kan -
cha y lo con si de ran el ter cer
dios en im por tan cia, des pués
de Vi ra co cha y del Sol. 37
De este modo, el ca rác ter gue -
rre ro y la co ne xión del mito con
la Vía Lác tea per mi ten la equi va -
len cia con el san to ca tó li co
Santiago.
El pa trón San tia go man da a los
indígenas andinos sus rayos, a los
que de no mi nan ba las que ma tan
a los ru nas y a sus ani ma les, y así
mis mo en fer ma con el qhaqya.
5. SENTIDO Y
DIRECCIONES EN
MOVIMIENTO DEL RAYO
EN LOS ANDES
Par ti re mos por pre ci sar que el
rayo, illa pa o qhaq ya tie ne un via -
je ver ti cal.
Las afir ma cio nes que los in dí -
ge na an di nos ha cen del rayo es
que este se mue ve en una di rec -
ción, orien ta ción y sen ti do úni -
co: de arri ba ha cia aba jo, des de
el ha naq pa cha al kay pa cha pe -
ne tran do al ukhu pa cha, en ella
se ani da en for ma de una bola
de hie rro, por lo tan to la pa cha -
ma ma es ta ría fun cio nan do
como el úte ro del cos mos. Este
mo vi mien to de fi ne cla ra men te
el via je ver ti cal del rayo. Por
esta razón la denominan como
bala o vara.
Este via je ver ti cal del rayo es
con un sen ti do que ex pre sa pro -
fundidad, donde paradójicamen -
te arri ba y aba jo es aná lo go a de
afuera y dentro, de periferia al
cen tro, don de se alo ja el rayo a
modo de en cu bar se por esta ra -
zón que el rayo in flu ye en las ma -
dres ges tan tes y más en los fe tos.
Por lo que el rayo cul tu ral men te
se le pre sen ta a los ru nas como
un gran me dia dor en tre ha naq
35 Sulai Capponi: 2006.
36 El Apóstol Santiago, aquel legendario Santiago Matamoros convertido en estas tierras en Santiago Mataindios, es el patrón que simboliza la
fuer za re li gio sa y mi li tar de la con quis ta. En las no ches de ju nio se en cien den fo ga tas en las cha cras y fal das de los ce rros que de fien den a los
sem bríos de las he la das. Es el anun cio de la pro xi mi dad de la fies ta de San tia go. En es tas no ches sa len a pa sear -bai lan do y can tan do por los
campos- los jóvenes de ambos sexos, ocultos con llikllas (pequeña manta sobre las espaldas), rebozos, ch’ullus, ponchos, sombreros y chalinas
para no ser reconocidos en estas andanzas de los primeros enamoramientos.
37 Sulai Capponi: 2006.
El Antoniano 125 – Marzo de 2014 129

Efraín Cáceres Chalco
pa cha y kay pa cha; cie lo y tie rra en la bús que da del
in te rior de la na tu ra le za per fec ta del runa esen cia y
pri mor dial, me dian te la re ve la ción de los co no ci -
mien tos y sa be res ri tua les te ra péu ti cos y la con si -
guien te regeneración que promueve como
símbolo de unión, lealtad y servicio a la
comunidad.
Por tan to el rayo, que baja del cie lo a la tie rra,
hace po si ble el re tor no y po der de los ru nas a tra -
vés de la vida y la muer te con la
que cie rra así el ci clo de la re crea -
ción y la in te rre la ción de las dei da -
des con los ru nas, unien do cie lo y
tie rra, re ge ne ran do así el cos mos
in dí ge na an di no. El rayo, de este
modo fun cio na como in ter me dia -
rio en tre lo del alto y lo del bajo,
como pro duc to y a la vez artífice
de la unión de ambos.
El rayo es sím bo lo de la re la -
ción ana ló gi ca de la in te rac ción
de dos ele men tos opues tos por
ex ce len cia, fue go y agua, “el
rayo siem pre vie ne jun to con la
llu via o el gra ni zo”, el rayo fue go
y la llu via agua, don de que da pa -
ten te la idea de que lo de arri ba
(Ha naq pa cha) se re fle ja en lo de
aba jo (Kay pa cha), afir man do la
je rar quía y la de pen den cia de lo
in fe rior res pec to a lo su pe rior u
ori gen, sin el cual no po dría sub -
sis tir. Ambos es tán uni dos por el
rayo, al que tam bién de al gu na
for ma re pre sen ta un elemento
articulador y un lenguaje
simbólico del saber.
En este sen ti do, el rayo es un
re fle jo de todo lo su pe rior, que
en car na un pa pel de men sa je ro,
de her me neu ta y de re ve la dor
de los mu nay ni yuq [dei da des
“Es
precisamente la
caí da del rayo la
que permite que
el runa se
regenere, de lo
que da cuen ta la
doble espiral (la
involutiva y la
evolutiva)
representada
por el bri llo
intenso que
expresa su
origen celeste,
asegurando el
flu jo, el cam bio,
la regeneración
y por tan to la
vida en el
cosmos indígena
andina.”
con vo lun tad y po der] aso cia do a la sa bi du ría y
len gua je del conocimiento y la selección.
El rayo por lo tan to se pre sen ta como fuer za
que da cohe sión al uni ver so, crean do ar mo nía e
irra dian do con su luz todo lo que le ro dea, as pi ran -
do ha cia los es ta dos su pe rio res del ser todo lo que
es con ta gia do por sus sen ti dos y di rec cio nes a
modo de fle chas, por que la unión de los opues tos
cons ti tu ye la ar mo nía del cos mos, y el equi li brio
ajus ta cons tan te men te las ten sio nes en tre ellos. Sin
él todo se con ver ti ría en caos. Por ello cons ti tu ye
el pi lar de la in te rac ción, ga ran ti zan do así la
comunicación entre lo de arriba y lo de abajo.
Se dice en los an des que du ran te el día, el rayo
es el men sa je ro de los apus y de no che ac túa
como des truc tor, ge ne ran do al mas o muer tos
en el kay pa cha, con el fin de de vol ver las re no va -
das a la Luz. Es de cir, el rayo es el in ter me dia rio
en tre ha naq pa cha y el kay pa cha que tran si ta: en -
tre el día y la no che, entre la vida y la muerte.
Es el dios me dian te el cual se
re ve lan los mis te rios, y la re ve la -
ción ini cia con la pa la bra, que des -
pier ta la me mo ria en el hom bre
y le hace re cor dar quién es, de
dón de vie ne y cuál es el rol que
debe cum plir, ha cien do po si ble
que se re cu pe re la pa la bra per di -
da y el don de las dei da des a
través de la sabiduría médica.
Es pre ci sa men te la caí da del
rayo la que per mi te que el runa se
re ge ne re, de lo que da cuen ta la
do ble es pi ral (la in vo lu ti va y la evo -
lu ti va) re pre sen ta da por el bri llo in -
ten so que ex pre sa su ori gen ce les -
te, ase gu ran do el flu jo, el cam bio,
la re ge ne ra ción y por tan to la vida
en el cos mos in dí ge na an di na. Es
fun da men tal la je rar quía en tre lo
de arri ba y lo de aba jo, en la vi sión
es truc tu ral de los in dí ge nas an di -
nos, am bos mundos son
igualmente necesarios para
culminar la gran obra.
El sen ti do de la di rec ción del
rayo en mo vi mien to, re pre sen ta
el mis te rio que se des ve la arri ba
con bri llo y des de arri ba para ser
ocul ta do aba jo, en el ukhu pa -
cha, en la ma ni fes ta ción, don de
el dios ocul ta ce lo sa men te en el
in te rior de la pa cha ma ma, a
salvo de posibles profanaciones.
Tres es truc tu ras si mul tá neas se mues tran en la
re ve la ción cul tu ral in dí ge na an di na del rayo: la
axial, la cí cli ca, y la espiral.
La axial mues tra una si me tría al re de dor de un eje,
es de cir, la si me tría axial no solo se pre sen ta en tre un
ob je to y su re fle xión, pues mu chas fi gu ras que me -
diante una línea pueden dividirse en dos secciones simé
tri cas con res pec to a la lí nea. Estos ob je tos tie nen
una simetría absolutamente total. Por lo que la simetría
axial se da cuan do los pun tos de una fi gu ra coin ci -
130 El Antoniano 125 – Marzo de 2014

Qhaqya: enfermedad del rayo o illapa
den con los pun tos de la otra, al to -
mar como re fe ren cia una lí nea
que se co no ce con el nom bre de
eje simétrico. La simetría axial se
da cuan do una ima gen se re fle ja
en el es pe jo, es de cir, dos ele men -
tos u ob je tos igua les. Este as pec to
en la cul tu ra de los in dí ge nas an di -
nos explica el nacimiento de los
mellizos: “Para un nacimiento de
me lli zos, sólo pue de ac tuar el “ri -
tualista de la esfera masculina y del
rayo” (así se lla ma) y nin gún otro.
Por que es el rayo el que des do bla
a un niño en el vien tre de la ma dre
en dos par tes, es de cir en dos ni -
ños.” (Rösig: 1996), esta misma
afirmación del rayo asociado a los
mellizos también la da a conocer
Guaman Poma (1980).
El rayo ase gu ra una sa li da, al
eterno retorno representado por
la vi sión cí cli ca del tiem po en los an -
des, por su eje que per mi te es ca -
par a tra vés del via je ver ti cal. Mien -
tras el movimiento espiral asegura
la vida por la cons tan te re ge ne ra -
ción. Por que a las muer tes le si gue
los renacimientos en una constante
trans mu ta ción de la pa cha, que
nun ca es igual pues en la espiral
nada se repite, todo es
eternamente nuevo.
El rayo por lo tan to, en la
cul tu ra in dí ge na an di na, pro -
mue ve y su per vi sa la muer te.
Se tra ta de mo rir en el pla no
ho ri zon tal por la muer te en
vida en el pla no ver ti cal. Pro -
mo vien do en el runa cam bios
de es ta do y tran si cio nes que
ase gu ran el pa sa je de un mun -
do a otro o de un estado a
otro o de un saber a otro.
El rayo vela sus mis te rios
del pro fa no y los de ve la al ya -
chaq ini cia do y se lec cio na do,
en eso con sis te la muer te y la
re su rrec ción. El rayo en se ña
cómo trans gre dir los lí mi tes
para li be rar de los ve los que
nos im pi den ver la rea li dad en
toda su magnitud y claridad.
A tra vés de este via je en pro -
fun di dad, el es pe cia lis ta in dí ge -
na an di no se ele va por el eje
ver ti cal, pu dien do co no cer así
otros es ta dos de la con cien cia
y que baja ha cia la ma ni fes ta -
ción más par ti cu la res y pro fun -
das ex pre sa das en su mi to lo -
gía y ma te ria li za da en sus ritos
terapéuticos y de producción.
Esta co mu ni ca ción axial a
tra vés del rayo, en tre lo de
arri ba y lo de aba jo cons ti tu ye
un via je ver ti cal por la con cien -
cia, po ten cián do se en el hom -
bre la in te li gen cia di vi na que le
lle va rá a re cu pe rar la con cien -
cia de Uni dad per di da. El rayo
domina el pasaje entre los
mundos.
Sim bo li za do el rayo, es el
des per ta dor del se lec cio na -
do, y su for ma de des per tar fa -
cul ta des te ra péu ti cas, pue de
lle gar a ser una ver da de ra sa -
cu di da, de tal mag ni tud a ve -
ces sólo el ini cia do pue de re -
co no cer en ella el amor in fi ni -
to por la ver dad que hay de -
trás. Con esta de ter mi na ción,
la con cien cia del ini cia do ac ce -
Fo to gra fóa 2. Pa trón Sntia go en el Cus co.
El Antoniano 125 – Marzo de 2014 131

Efraín Cáceres Chalco
de a un nivel superior, en el conocimiento
terapéutico.
La muer te a tra vés del rayo o illa pa, al mis -
mo tiem po, lle va im plí ci ta el re na ci mien to, y
en esta nue va rea li dad, el ini cia do es un hom -
bre nue vo, un runa, con la po si bi li dad de fluir
ha cia otros es ta dos del ser, a fin de en ten der
los pro ble mas y dar so lu cio nes acer ta das y efi -
ca ces. El paso por el rayo, al runa le sir ve para
su trans mu ta ción, sin el cual, toda
trasformación no tiene sentido.
Re pre sen ta la mis ma ener gía ri gu ro sa de los
apus y/o ha naq pa cha, pero a un ni vel más alto;
una ener gía de tipo des truc ti vo, como apre cia -
mos en los tes ti mo nios de vida de los es pe cia -
lis tas in dí ge nas an di nos. Se des tru ye lo ilu so rio
o el co mún runa para cons truir lo ver da de ro,
en rea li dad un nue vo ser, acor de esta vez a un
mandato divino para ser un yachaq.
6. A MANERA DE CONCLUSIÓN
La enfermedad qhaqya, forma parte del cuerpo de
conocimientos del sistema médico indígena andino,
que sus es pe cia lis ta ase gu ran que no pue de ser tra ta -
da por los mé di cos de los hos pi ta les, por que la te ra -
pia es se gu ra cuan do se de sa rro lle en el mis mo lu gar
en don de se en fer mó el pa cien te runa, don de fue
afectado por el rayo. Durante su terapia el especialista
in dí ge na an di no re cu rre a los ri tos de lim pia y ba -
ños de purificación y refrescamiento de las quemaduras,
y usan el llamp ’u co di fi ca dos como fres cos, por -
que tiene que equilibrar lo cálido que padece el runa
enfermo con el fresco o frío.
Su etio lo gía es que se ori gi na por la caí da del
rayo ya sea di rec ta men te al runa [per so na] o por el
vien to que sur ge de los lu ga res don de cayó el rayo,
illapa, o “Santiago Bala”.
Su te ra pia es bá si ca men te con re me dios fres cos
ya sean cor po ra les y es pi ri tua les, por ser el qhaq ya
en fer me dad de calor.
La etio lo gía de la en fer me dad del qhaq ya – rayo,
illapa sufre transformaciones icónicas, explicados mitológicamente
pues ahora, el trueno llega a caballo,
acom pa ña do por el res plan dor de su es pa da que im -
pre sio na a los ru nas in dí ge nas que a tra vés de un pro -
ceso cultural y ritual, terminan asimilando al santo
patrón Santiago como representante de illapa o rayo.
Fi nal men te, este as pec to nos hace ver cómo la cul tu -
ra in dí ge na an di na, a tra vés de un lar go pro ce so de adop -
ción de elementos culturales y religiosos foráneos, han
transformado sus deidades por las cristianas pero sin
que es tos pier dan la esen cia de su dei dad an te rior como
el illa pa o rayo. De este modo la nue va dei dad in gre sa
como parte constitutiva de su identidad.
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132 El Antoniano 125 – Marzo de 2014

HATUN YACHAQ
ARGUEDASNINCHIS AMACHAQEKUNAWAN 1
NUEVA AGENDA PARA INVESTIGAR EL DERECHO CONSTITUCIONAL,
EL NUEVO INDIO Y EL ESTADO.
Pável H. Valer Bellota 2
RESUMEN: El descubrimiento del indígena
fue el ma yor ha llaz go de las cien cias so cia les
pe rua nas del si glo XX. Pa ra el cam po ju rí di -
co, sin embargo, este descubrimiento es recien
te y, se po dría de cir ca si au sen te. La an tro -
pología jurídica y de los modelos políticos
pue den y de ben re ver tir la au sen cia del he -
cho y del su je to in dí ge na en las cien cias del
Estado, del poder, del Derecho Constitucional.
Por ello es ne ce sa rio di se ñar una nue va
agenda de investigación que junte aportes de
estas disciplinas. Se debe explicar –desde un
punto de vista interdisciplinario jurídico, sociológico,
antropológico cultural, y tomando en
cuen ta los apor tes de la cien cia po lí ti ca– las
causas y consecuencias del Derecho Constitu
cio nal en el Pe rú. En es te ar tícu lo se bos -
que ja es ta agen da pa ra dar res pues ta a la pre -
gunta metodológica general de ¿cómo ha sido
y es el Derecho Constitucional peruano
respecto a la diferencia cultural de sus ciudadanos?;
y específicamente intenta responder
a interrogantes como ¿cuáles han sido las bases
culturales e ideológicas que han funda-
1 “Nues tro gran sa bio Argue das y los ju ris tas”.
2 Doctor en Derecho por la Universidad del País Vasco. Investigador sobre sociedad multicultural, Estado y Derecho. Abogado graduado en
la Uni ver si dad Na cio nal de San Anto nio Abad del Cus co (Perú). http://pavelvaler.blogspot.com
El Antoniano 125 – Marzo de 2014 135

Pável H. Valer Bellota
mentado su elaboración y desarrollo?, ¿a favor de qué grupo cultural
se ha cons trui do el De re cho Po lí ti co en este país? Asimismo se
plantean las respuestas, a manera de hipótesis, para describir el
discurso del Derecho Constitucional peruano respecto a la
multiculturalidad de la sociedad de este país andino–amazónico.
ABSTRACT: The dis co very of the Indian was the ma jor fin ding of Pe ru -
vian so cial scien ces in twen tieth cen tury. Into the le gal re search field,
ho we ver, that dis co very is new and, one might say, al most ab sent.
The ant hro po logy of le gal and po li ti cal mo dels can, and should, re ver -
se this absence of the indigenous subject, and indigenous social fact,
from the scien ces of the Sta te, the po li ti cal po wer and cons ti tu tio nal
law. It is the re fo re ne ces sary to de sign a new re search agen da that gat -
her contributions from these disciplines. It must be explained –from
an interdisciplinary legal, sociological, anthropological, cultural standpoint,
and ta king in to ac count the con tri bu tions
of political science– the causes and consequences
of cons ti tu tio nal law in Pe ru. This ar ti cle out -
li nes that agen da in or der to ans wer a ge ne ral
methodological question: how is and how has
been the Peruvian Constitutional law regarding
cultural differences of its citizens? And specifically
at tempts to ans wer ques tions li ke: what
has been the cul tu ral and ideo lo gi cal ba sis that
has supported its development? In favor of
which cul tu ral group has the po li ti cal law been
built in this country? Also, it gi ves ans wers, in
the manner of hypothesis, describing the
discourse of Peruvian Constitutional law about
the multicultural society of this
Andean–Amazonian country.
“¡Ama ayqewaychikchu, ducturkuna,
asuykamuychik!
Qawaykuway, wayqechay; maykamataq
suyasqayki.
Asuykamuy, oqariway helicopteruykipa
oqllunkama.
Noqañataq waranqa clase qorakunapa
kallpachasqa
suminwan kallpachasqayki.”
José María Arguedas; “Huk doctorkunaman
qa yay” 3
EL DERECHO POLÍTICO,
EL YACHAQ 4
“¿Cuál es la
literatura
verdaderamente
representativa
del Perú? ¿Cuál
es la que vale?
Demostraremos
que la nues tra;
fren te a esa
producción
endeble,
mediocrísima y
artificiosa de
ellos;
mostraremos la
nuestra; plena
de vida, lle na de
ju ven tud y de un
valor artístico y
humano
indiscutible. Ese
es nues tro plan.”
Arguedas y los juristas.
l des cu bri mien to del in dí ge -
Ena fue el ma yor ha llaz go de
las cien cias so cia les pe rua nas
del si glo XX. Este des cu bri -
mien to sig ni fi có una rup tu ra
con la ideo lo gía con ser va do ra de los to do po -
de ro sos doc to res, adue ña dos de las ins ti tu cio -
nes he ge mó ni cas de pro duc ción de co no ci -
mien to, que cons truían la rea li dad pe rua na
con un ima gi na rio mo no co lor: una sociedad
de una sola cultura, la criolla–hispana.
La rup tu ra ideo ló gi ca en el ima gi na rio so cial
he ge mó ni co tie ne en José Ma ría Argue das, el so -
bre sa lien te in te lec tual que chua, un ex po nen te
an tro po ló gi co y li te ra rio de la ne ce si dad —el de -
ber— de orien tar el en fo que, la ins pi ra ción y la
pro yec ción de las cien cias so cia les ha cia los te -
mas es pe cí fi cos de la multiculturalidad —y el
indio— recién descubiertos:
“Nues tro plan es opo ner la pro -
duc ción nues tra a las del otro ban -
do. ¿Cuál es la li te ra tu ra ver da de ra -
men te re pre sen ta ti va del Perú?
¿Cuál es la que vale? De mos tra re -
mos que la nues tra; fren te a esa
pro duc ción en de ble, me dio crí si -
ma y ar ti fi cio sa de ellos; mos tra re -
mos la nues tra; ple na de vida, lle -
na de ju ven tud y de un va lor ar tís ti -
co y hu ma no in dis cu ti ble. Ese es
nues tro plan”.
5
En la in ves ti ga ción ju rí di ca, sin
em bar go, la va lo ra ción del en fo -
que “nues tro”, la apre cia ción del
es tu dio de la rea li dad so cial pe -
rua na he te ro gé nea cul tu ral men -
te, com pues ta por va rias na cio -
nes y gru pos ét ni cos, es nue vo y
se po dría de cir casi au sen te. Esta
au sen cia de la mul ti cul tu ra li dad
pe rua na en la in ves ti ga ción ju rí di -
ca está em pa ren ta da con la idea
de que es nor mal des co no cer,
ne gar, la exis ten cia de todo un
pue blo fun da do his tó ri ca men te,
y ningunear su cultura.
Anti té ti ca men te a di cho des -
co no ci mien to para José Ma ría
Argue das el pa pel de los in te lec -
tua les en la for ma ción de un
nue vo sa ber, de una nue va con -
cien cia na cio nal rein te gra da con el he cho in dí -
ge na, es fun da men tal. Su obra esta orien ta da a
exi gir a los doctores que sean fieles al pueblo:
3 “¡No huyas de mí, doctor, acércate! Mírame bien, reconóceme. ¿Hasta cuándo he de esperarte?/ Acércate a mí; levántame hasta la cabina
de tu helicóptero. Yo te invitaré el licor de mil savias diferentes.” José María Arguedas, fragmento del poema “Llamado a algunos doctores”
[MURRA, John V., LÓPEZ BARALT, Mer ce des; Las car tas de Argue das; PUC, Fondo Edit. Lima 1998 (2ª Edic). Pág. 258]
4 “Yachaq. adj. y s. Persona que sabe; sabedor, conocedor, instruido; educado, ilustrado, amaestrado, adiestrado.” ACADEMIA MAYOR DE
LA LENGUA QUECHUA [Qhes wa Simi Ha mut ’a na Ku rak Sun tur] Dic cio na rio Que chua – Espa ñol, 2da Edic. Go bier no Re gio nal del
Cusco, Perú, 2005.
5 CFR: QUINTANILLA PONCE, Alfre do; “El waq cha Argue das y los doc to res”; en Cybe ray llu, re vis ta de di fu sión de te mas de cul tu ra y hu -
manidades; Nov. 2000. http://www.andes.missouri.edu/andes/Especiales/AQWaqcha/AQP_Waqcha1.html [acceso 14 de Mayo de 2012]
136 El Antoniano 125 – Marzo de 2014

Hatun yachaq Arguedasninchis amachaqekunawan
“que be ban en el pozo de sus
tra di cio nes mí ti cas, co mu ni ta rias
y no com pe ti ti vas, asi mi lan do las
gran des ideas y téc ni cas de la cul -
tu ra oc ci den tal; sólo así se rán
crea ti vos y no sólo sus imi ta do -
res”. 6
Este lla ma do a la au ten ti ci dad
in fun de a de cir que en el cam po
del De re cho Pú bli co es ne ce sa -
rio des cri bir y ex pli car –des de un
pun to de vis ta so cio ló gi co, cul tu -
ral, y to man do en cuen ta los
apor tes de la cien cia po lí ti ca– las
cau sas y con se cuen cias del De re -
cho Cons ti tu cio nal. Es im pe rio so
dar res pues ta a la pre gun ta ge ne -
ral de ¿có mo ha sido y es el De re -
cho Cons ti tu cio nal res pec to a la
di fe ren cia cul tu ral de los ciu da da -
nos?; y es pe cí fi ca men te se debe
res pon der a in te rro gan tes como
¿cuá les han sido las ba ses cul tu ra -
les e ideo ló gi cas que han fun da -
men ta do su elaboración y
desarrollo? ¿A favor de qué
grupo cultural se ha construido el
Derecho Político?
Estas preguntas son novedosas
en las investigaciones sobre el Derecho
Constitucional; son cuestiones
que pa re cen pro ve nir más de
la antropología que de una inspiración
ju rí di ca, que por lo ge ne ral se
ha centrado única y casi exclusiva -
men te en el es tu dio de la nor ma
po si ti va (la ley es cri ta). Y aun den -
tro de la an tro po lo gía en el Perú es -
tas pre gun tas son nue vas, ya que
el es tu dio des de esta cien cia del fe -
nómeno jurídico y político –específicamente
de la investigación del
cam po del De re cho y su re la ción
con los ór de nes de la cul tu ra– es
una ta rea aun pen dien te. La au sen -
cia de di chos te mas en el De re cho
y las ciencias sociales representan
un motivo de vergüenza intelectual
en vis ta a la enor me mul ti cul tu -
ralidad de nuestra sociedad.
Es que el he cho mul ti cul tu ral
ha sido tra di cio nal men te ne ga -
do, es con di do, in vi si bi li za do, ol vi -
da do. Fue con ver ti do por los gru -
pos so cia les he ge mó ni cos en
mues tra de ‘a tra so’, de ver güen -
za atá vi ca, en fuen te de una ‘u to -
pía ar cai ca’ que ha bía que de sa pa -
re cer si se que ría al can zar el año -
ra do ‘de sa rro llo’ so cial y cul tu ral.
Ese ha sido el dis cur so del po der,
la fuen te de su le gi ti mi dad, la he -
rra mien ta jus ti fi ca ti va de su De re -
cho. Mu chas han sido las vo ces
que se han le van ta do —des de
las cien cias so cia les— con tra esa
le gi ti mi dad ne ga do ra del otro, és -
tas han pro ve ni do ma yor men te
de la an tro po lo gía, de la his to ria,
de la sociología; pero de manera
aún tímida empiezan a asomarse
recientemente a los estudios del
Derecho.
Esas vo ces crí ti cas han sido fun -
da das por dis ci pli nas di fe ren tes a
los es tu dios del cam po ju rí di co.
En un co no ci do dis cur so, al re ci -
bir uno de los ga lar do nes con los
que fue pre mia do a lo lar go de su
vida por su obra an tro po ló gi ca y
li te ra ria, José Ma ría Argue das,
dijo “(…) yo no soy un acul tu ra -
do; yo soy un pe rua no que or gu -
llo sa men te, como un de mo nio
fe liz ha bla en cris tia no y en in dio,
en es pa ñol y en que chua (…)”.
Este au tor –a quien se pue de des -
cri bir como el pro to ti po del nue -
vo in dio que chua ilus tra do del si -
glo XX– es quien inau gu ró, e ins -
pi ra has ta el mo men to (des de la
se gun da mi tad de ese si glo), las
investigaciones centradas en el
indio, desde el punto de vista del
indio.
Como se ha di cho, la rea li -
dad mul ti cul tu ral del Perú –la
exis ten cia del ciu da da no in dí -
ge na– fue el gran des cu bri -
mien to de las cien cias so cia les
en el an te rior si glo. Esta rea li -
dad in vi ta de ses pe ra da men te
a los in ves ti ga do res del De re -
cho a ha cer nue vos ha llaz gos
re la cio na dos con el re co no ci -
mien to de esa mul ti cul tu ra li -
dad.
Pero no es ta rea fá cil para el
(la) in ves ti ga dor(a) del De re -
cho; mu chas di fi cul ta des cons pi -
ran con tra ésta em pre sa, tal vez
la di fi cul tad más ar dua de su pe -
rar es la con cep ción im pe ran te
en la aca de mia res pec to a la de -
li mi ta ción ar bi tra ria de la ma te -
ria del De re cho, es de cir lo que
se su po ne de ben de ser los es -
tu dios del De re cho. Lo que se
en se ña en las fa cul ta des pe rua -
nas (y de la ma yor par te del
mun do) so bre el cam po ju rí di -
co es sólo una pe que ña par te
de él, su por ción po si ti va y dog -
má ti ca–ju rí di ca; de jan do de
lado y/o res tan do im por tan cia a
la en se ñan za y el es cu dri ña -
mien to ín te gro del fe nó me no
ju rí di co, des de ñan do la in ves ti -
ga ción em pí ri ca y los mé to dos
que pue dan dar cuen ta de las
con di cio nes so cia les com ple tas
del De re cho. 7
6 Ibid. “En sociedades de escasez y débil desarrollo del capitalismo como la peruana, la condición del intelectual es muy precaria por extraña;
porque pareciera no encajar con las necesidades de su funcionamiento. Porque lo fundamental en ella resulta la lucha contra la naturaleza, la
pro duc ción de los bie nes y ser vi cios que sus gen tes ne ce si tan. Un le tra do sólo se con ci be como fun cio na rio al ser vi cio del po der, o de la en -
se ñan za de las técnicas que los trabajadores necesitan para ser más productivos.
7 Se atribuye a un jurista italiano, crítico de las escuelas del formalismo y del positivismo jurídico, el criterio de que las crisis sociales y políticas hacen
que se de va lúe el tra ba jo de los ju ris tas, en es pe cial las cri sis que traen con si go el de te rio ro de las li ber ta des po lí ti cas: “cuan do el mé to do
de los ju ris tas que da re du ci do a una ca suís ti ca fría y es té ril, in dig na del hom bre de cien cia, y el es tu dio del De re cho a un apren di za je mo les to
de las le yes vi gen tes, la so cie dad por lo co mún o sale de una cri sis o está para en trar en ella. El ré gi men des pó ti co, aun que sea el de un Bo na -
par te, pide a sus es cue las que le pre pa ren ju ris tas que sean eje cu to res, no crí ti cos, que apli quen las le yes, pero no las juz guen”. SAFRA; La ri -
forme della legislazione commerciale e la funzione dei juristi; en Revista de Diritto comerciale, 1913, Nro. 1 [CFR. ALZAGA VILLAMIL,
Oscar; ET AL; Derecho político español, según la constitución de 1978; Tomo I; Ed. Centro de Est. Ramón Areces, Madrid 1997.]
El Antoniano 125 – Marzo de 2014 137

Pável H. Valer Bellota
No han apren di do los ju ris tas aun a fi jar se
en la rea li dad exis ten te más allá de la ley es -
cri ta, a si tuar se, al me nos mo men tá nea men -
te, fue ra del sis te ma dog má ti co ju rí di co
para apre ciar el fe nó me no so cial lla ma do
De re cho en su in te gri dad. Esta vi sión del
De re cho con un solo ojo ha ori gi na do que
casi to dos los es tu dios pe rua nos de la ley de -
se chen de sus en fo ques una mi ra da a la rea li -
dad so cial, ex clu yan con si de rar que el De re -
cho más allá de ser ley es tam bién un fe nó -
me no so cial, es el pro duc to po lí ti co de una
ne go cia ción (o im po si ción) que bus ca la
cons truc ción y le gi ti ma ción de una he ge mo -
nía de ter mi na da. 8 De allí al des co no ci mien -
to de la multiculturalidad no hay más que un
paso.
Por ello, es im por tan te pon de rar el sen ti do
em pí ri co del De re cho; ha cer un aná li sis de las
cau sas y los efec tos fác ti cos con cre tos de la
exis ten cia de un úni co or den ju rí di co–po lí ti co
en me dio de una so cie dad mul ti cul tu ral ca rac -
te ri za da por la plu ra li dad de iden ti da des ét ni -
co-na cio na les, sus con di cio nan tes (fac to res his -
tó ri cos, eco nó mi cos, po lí ti cos, ideo ló gi cos), y
tam bién sus efec tos so bre esos con di cio nan -
tes. Se debe te ner cla ro que el De re cho es un
me ca nis mo de he ge mo nía y un ins tru men to
de con trol so cial, que se ha cons trui do y ejer ci -
do his tó ri ca men te en el Perú al mar gen de un
gran seg men to de ciu da da nos a quie nes se les
ha negado la participación en la constitución
de la sociedad política, debido a su identidad
étnico-nacional.
El De re cho pue de ser, y debe trans for mar -
se, en un me ca nis mo y un ins tru men to de li be -
ra ción, de eman ci pa ción so cial, de cons truc -
ción de la he ge mo nía pú bli ca; para esta ta rea
es ne ce sa rio trans for mar lo en un De re cho hu -
mil de, un De re cho cons trui do des de aba jo y
para los de aba jo, un De re cho que re co noz ca
al otro cul tu ral men te di fe ren te en un mar co
de pro duc ción de mo crá ti ca de la nor ma ju rí di -
ca que in te gre el plu ra lis mo eman ci pa to rio. 9
Para ello, el De re cho, y las cien cias so cia les
en ge ne ral, de ben do tar se de una nue va y más
ac tual agen da de in ves ti ga ción a tono con el re -
co no ci mien to de la di ver si dad cul tu ral. Di cha
agen da nue va se hace aun mu cho más ne ce sa -
ria si se to man en cuen ta los pro ce sos so cia les
y po lí ti cos –cul tu ra les– que se es tán de sa rro -
llan do en la his to ria con tem po rá nea de Amé ri -
ca La ti na. El nue vo in dio re na ce en América
Latina.
La historia contemporánea,
el nuevo indio y el Estado
El nue vo in dio se ha le van ta do en Amé ri ca
La ti na. Di cha in sur gen cia es par te de ese pro -
ce so po lí ti co con tem po rá neo, el lla ma do re -
gre so a las cul tu ras 10 , que se pue de apre ciar en
va rios paí ses de Amé ri ca, que ha plan tea do
nue vos pa ra dig mas po lí ti cos y plan tea mien tos
eco nó mi cos al ter na ti vos. El re tor no cul tu ral
pro vie ne de dos ver tien tes. La pri me ra es una
rei vin di ca ción de va lo res his tó ri cos, de cul tu ra
ét ni ca y per te nen cia na cio nal a un gru po sub or -
di na do di fe ren te del gru po crio llo oc ci den tal
pree mi nen te (o crio llo his pa no). Y la se gun da,
una res pues ta de los nue vos ac to res so cia les y
po lí ti cos al fra ca so del pro yec to de eman ci pa -
ción de la ci vi li za ción ca pi ta lis ta oc ci den tal plan -
tea do en su pro gra ma Ilus tra do. Ambas ver -
tien tes pue den ser apre cia das como un solo fe -
nó me no social identitario y reivindicativo,
como un nuevo movimiento social frente a la
‘amenaza global’.
Los nue vos mo vi mien tos so cia les y po lí ti cos
con tem po rá neos, im pul sa dos por una re no va -
da ener gía que ha sur gi do des de el in te rior
más ín ti mo del re cuer do his tó ri co, de cuan do
el rei nar in dí ge na se tro có en va sa lla je, re co -
bran las iden ti da des pre co lom bi nas, abren la
ten den cia de apro ve char las for mas cul tu ra les
más ele va das de la his to ria de Amé ri ca, y se ex -
pre san en el re sur gi mien to de los mo vi mien -
tos de los pue blos indígenas que, desde los
años ochenta, han sacudido el Continente.
8 Para una idea general del Derecho como instrumento de hegemonía puede consultarse, entre otros, el trabajo de Noguera Fernández,
Albert; “Durkheim y Weber: surgimiento de la sociología jurídica y teorización del Derecho como instrumento de control social”, Investigacio
nes So cia les, Año X, N° 17, UNMSM Lima, 2006, Págs. 395–411.
9 Estas ideas, son to ma das pres ta das de las pro pues tas de Anto nio Car los Wolk mer. Una sín te sis de su pro pues ta de plu ra lis mo eman ci pa to -
rio, tributaria de la teoría sociológica jurídica de Erlich, puede encontrarse en el trabajo de SÁNCHEZ RUBIO, David; “Pluralismo jurídico y
emancipación social”, en Belloso Martín, Nuria y DE JULIOS-CAMPUZANO, ¿Hacia un paradigma cosmopolita del derecho?: pluralismo jurí
di co, ciu da da nía y resolución de conflictos, Oñati IISJ, Dykinson, 2008. Págs. 111–129.
10 El “regreso o retorno de las culturas” es una expresión que me parece adecuada para representar teóricamente el resurgimiento en la arena
política y social de los movimientos indígenas de América Latina, y las llamadas minorías nacionales en Europa. Esta expresión es una propues
ta de CABALLERO HARRIET, Fran cis co Ja vier; “Glo ba li za ción, Esta do y De re cho”, Anua rio de Filosofía del Derecho, Tomo XVII,
España, 2000. pp. 13–43.
138 El Antoniano 125 – Marzo de 2014

Hatun yachaq Arguedasninchis amachaqekunawan
En el Cus co, ciu dad ‘om bli -
go’ de la Amé ri ca in dí ge na, en
la pri me ra mi tad de si glo XX,
Uriel Gar cía pro nos ti có que
es tas iden ti da des ge nui nas se
fun di rían, sin per der su esen -
cia au tóc to na, con los me jo -
res apor tes de la Amé ri ca con -
tem po rá nea. Y ese pro nós ti -
co pa re ce es tar se cum plien -
do. Aho ra, se pue de de cir,
que el ciu da da no se con vier te
en el nue vo in dio. 11
Los Esta dos de mo crá ti -
cos de ben res pon der apro -
pia da men te a las de man das
so cia les del re gre so de las
cul tu ras. Como par te de
esa ac tua ción de ben aco -
mo dar y re for mar sus ins ti -
tu cio nes, su mo de lo po lí ti -
co, de ma ne ra que de res -
pues tas de mo crá ti cas ade -
cua das a los pro ce sos cul tu -
ra les con tem po rá neos. Los
pro ce sos so cia les de or ga -
ni za ción in dí ge na; la igual -
dad, la di ver si dad, la ciu da -
da nía mul ti cul tu ral y, en ge -
ne ral, las rei vin di ca cio nes
de la cul tu ra 12 ; así como la
asun ción de nue vos pa ra -
dig mas po lí ti cos y ju rí di cos
que pro po nen mo de los
cons ti tu cio na les eman ci pa -
to rios de mo crá ti cos, plan -
tean nue vo es ce na rio para
el constitucionalismo y
para todo el Derecho
Público en general.
Sin em bar go, des de la apre -
cia ción de la his to ria re cien te
pe rua na y de los úl ti mos he -
chos po lí ti cos se pue de de cir
que el Perú no está pro ce san -
do los re que ri mien tos de esa
con tem po rá nea rea li dad so -
cial y po lí ti ca –en es pe cial de
las exi gen cias de los nue vos
mo vi mien tos so cia les de base
ét ni ca– en los tér mi nos que
acon se ja la teo ría de la de mo -
cra cia como sa lu da bles. Se
pue de de cir que la mul ti cul tu -
ra li dad de la so cie dad peruana
le está explotando en la cara al
Estado peruano.
El pa no ra ma del ma les tar
de la cul tu ra y sus rei vin di ca -
cio nes han re sur gi do en la es -
ce na pe rua na re cien te de ma -
ne ra abrup ta, una mues tra de
ello ha sido la res pues ta del
Esta do a la pro tes ta in dí ge na
que de ri vó de ma ne ra vio len -
ta y luc tuo sa en los he chos de
Ba gua 13 . Los pue blos in dí ge -
nas de la Ama zo nía han mos -
tra do –como la pun ta de un
ice berg– esta rea li dad y han
ma te ria li za do me di das de re -
pro che que han mos tra do la
fuer za de su pro ce so de or ga -
ni za ción, con tra me di das eco -
nó mi cas im ple men ta das por
el Esta do. Su le van ta mien to
ha di ri gi do sus de man das con -
tra el sis te ma le gal im pe ran te,
han exi gi do al Esta do la de ro -
ga to ria de le yes que co li sio -
nan con la Cons ti tu ción Po lí ti -
ca y con el Con ve nio 169 de la
OIT 14 ; vie nen de man dan do
tam bién que se pro duz can
cam bios cons ti tu cio na les que
re co noz can la di ver si dad
étnico/nacional (cultural) del
país y legislen sobre ella a
11 GARCÍA, J. Uriel; El nue vo in dio; (Pri me ra Ed.1930); Ed. Uni ver so, Lima 1973.
12 BENHABIB, Sey la; The claims of cul tu re. Equa lity and di ver sity in the glo bal era; Prin cen ton Univ. Press, 2002.
13 El 5 Ju nio de 2009, ante la pro tes ta pa cí fi ca de los in dí ge nas ama zó ni cos pe rua nos que exi gían la de ro ga ción de una se ria de le yes re cien te -
mente promulgadas, el gobierno peruano decidió reprimir violentamente al movimiento con un resultado trágico. La Defensoría del Pueblo
informó oficialmente de: “33 personas fallecidas (23 efectivos policiales, cinco pobladores y cinco indígenas); 83 personas detenidas; 200
personas heridas que recibieron atención médica de hospitales del Ministerio de Salud y de Essalud; y 1,244 indígenas que retornaron a sus
co mu ni da des na ti vas, lue go de ha ber sido em pa dro na dos por el Ministerio Público”.
[http://www.defensoria.gob.pe/busqueda.php?clave=Bagua] Acceso a Julio de 2009.
14 Exi gen que se de jen sin efec to las le yes 29317 Nue va Ley Fo res tal y de Fau na Sil ves tre, 29338 Ley de Re cur sos Hí dri cos, y los De cre tos Le -
gislativos 1089, 1064 y 1020; también piden que se promulguen nuevos artículos constitucionales que reconozcan la diversidad étnico/nacio
nal (cul tu ral) del país a tono con los con ve nios in ter na cio na les que re co no cen diversos derechos indígenas. Esta lucha es legítima.
El Antoniano 125 – Marzo de 2014 139

Pável H. Valer Bellota
tono con los convenios internacionales sobre
derechos indígenas.
Todo pa re ce in di car que mu chos de los con -
flic tos ac tua les tie nen un im por tan te com po -
nen te cul tu ral que mues tra el des con ten to que
exis te con las con di cio nes post co lo nia les de la
so cie dad pe rua na, que son per ci bi das como
ver da de ras cau sas his tó ri cas–co lo nia les de
opre sión. El sis te ma po lí ti co/le gal pe rua no,
des de hace cin co si glos, se de sen vuel ve de es -
pal das a la ma yo ría de sus ciu da -
da nos; la ciu da da nía se ha de sa -
rro lla do de tal ma ne ra que ac -
tual men te está es tra ti fi ca da de
acuer do a la cla se social, al
grupo étnico–cultural, o al
género al que pertenezca
determinada persona.
Así se ha lle ga do a es ta ble cer
un sis te ma le gal con sue tu di na -
rio –no ofi cial– por el que se
con si de ra como un ‘ciu da da no
nor mal’ a quien es crio llo/his pa -
no/oc ci den tal de cla se me dia o
alta. Todo lo que se des vía de
esta ‘nor ma li dad’ es sim ple -
men te de ja do de lado, mar gi na -
do, ex clui do y muchas veces
criminalizado.
Es pa ten te que los pue blos in -
dí ge nas pe rua nos han sido, a lo
lar go de la his to ria de la Re pú bli -
ca, des pla za dos de las de ci sio nes
po lí ti cas y del pro ce so de pro -
mul ga ción de las le yes más im -
por tan tes. No se les ha con sul ta -
do en ab so lu to so bre las de ci sio -
nes po lí ti cas que les van a afec tar,
a pe sar de que así lo es ta ble ce la
ley, es de cir el Con ve nio 169
OIT ra ti fi ca do ofi cial men te por
el Perú. La si tua ción es más gra -
ve to da vía dado que es ta mos
asis tien do ac tual men te, tal vez, al ma yor des po -
“Es patente que
los pue blos
indígenas
peruanos han
sido, a lo lar go
de la his to ria de
la República,
desplazados de
las decisiones
políticas y del
proceso de
promulgación de
las le yes más
importantes.”
jo del patrimonio de los pueblos indígenas desde
la época de la Colonia.
Y esto por que el mo de lo de de sa rro llo neo -
li be ral, que ha apli ca do el Esta do pe rua no, ha
exi gi do dar las ma yo res fa ci li da des para la in ver -
sión pri va da de gran des ca pi ta les en la ex plo ta -
ción de re cur sos na tu ra les. Este mo de lo ha im -
pues to que se pro mul guen le yes que fa ci li ten
la en tre ga a par ti cu la res de es tos re cur sos, sin
im por tar que se en cuen tren en lo ca li da des
que le gí ti ma men te son par te
de te rri to rios in dí ge nas, y con
mi nús cu las (casi re tó ri cas) exi -
gen cias de res pe to al me dioam -
bien te. 15 Una pie za im por tan te
en este mo de lo de ex plo ta ción
pe tro le ra y mi ne ra ha sido la
sus crip ción del Tra ta do de Li -
bre Co mer cio en tre Perú y Esta -
dos Uni dos (USA) 16 . Di cho tra -
ta do (TLC) se ha con ver ti do
prác ti ca men te en la ver da de ra
Cons ti tu ción Po lí ti ca del Perú
—pa ra fra sean do al cons ti tu cio -
na lis ta Ga vin Ander son
17
—,
que ha ordenado al Estado
peruano la promulgación de
leyes que faciliten su aplicación.
Los plan tea mien tos eman ci -
pa to rios del mul ti cul tu ra lis mo y
los nue vos pa ra dig mas de mo -
crá ti cos in ter cul tu ra les son con -
tes ta dos ina de cua da men te des -
de el mo de lo po lí ti co del Esta -
do pe rua no, mues tra de ello ha
sido la re pre sión in dis cri mi na da
del mo vi mien to in dí ge na que
ter mi nó en la tra ge dia de Ba -
gua. De ma ne ra la men ta ble
este no es un he cho ca sual,
sino es ex pre sión de una con -
duc ta de continuidad del
Estado peruano hacia ‘sus’
minorías nacionales.
15 Actualmente la mayor parte de la Amazonía peruana esta lotizada a favor de grandes consorcios y empresas petroleras, incluso algunas zonas
declaradas como reservas naturales. Y hay una multitud de conflictos desatados entre las empresas mineras y los pueblos indígenas andinos
(co mu ni da des cam pe si nas) que se ven des po ja dos de sus te rri to rios que pa san a poder de empresas que casi no les reportan beneficio
alguno.
16 Acuer do de Pro mo ción Co mer cial Perú – EE.UU, sus cri to el 12 de abril de 2006. Me dian te Re so lu ción Le gis la ti va Nº 28766 y Re so lu ción
Le gis la ti va Nº 29054, el Con gre so de la Re pú bli ca apro bó el Acuer do de Pro mo ción Co mer cial Perú – Esta dos Uni dos y su Pro to co lo de
Enmienda, respectivamente. Mediante el Decreto Supremo Nº 030–2006–RE y el Decreto Supremo Nº 040–2007–RE, se ratificaron el
Acuerdo de Promoción Comercial Perú – Estados Unidos y su mencionado Protocolo de Enmienda. Decreto Supremo Nº
009–2009–MINCETUR para su pues ta en eje cu ción, pu bli ca do el 17 de ene ro de 2009. El Acuer do en tró en vi gen cia el 1 de febrero de
2009. [http://www.tlcperu–eeuu.gob.pe/index.php] Acceso Enero 2011.
17 ANDERSON, Gavin; Constitutional Rights after Globalization, Hart, Oxford & Portland, 2005.
140 El Antoniano 125 – Marzo de 2014

Hatun yachaq Arguedasninchis amachaqekunawan
Políticas públicas
postcoloniales, centralismo
cultural y diferencias
étnico–nacionales
El pro ce so con ti nuo de la re -
la ción del Esta do con las mi no -
rías na cio nes pue de apre ciar se
de ma ne ra his tó ri ca. La re pú bli -
ca vi rrei nal dual de in dios y de
es pa ño les, el Esta do de los cau -
di llos mi li ta res de bue na par te
del si glo XIX, la Re pú bli ca aris -
to crá ti ca, el Esta do pre to ria no
y neo li be ral del si glo XX mues -
tran la lí nea de con ti nui dad que
si gue la ac tua ción del Perú en el
ám bi to de la aco mo da ción de
las di fe ren cias ét ni co–na cio na -
les: los mo de los eco nó mi cos
se han en gar za do con los mo de -
los po lí ti cos y han im pues to un
es que ma so cial de he ge mo nía
postcolonial de un grupo
económico–cultural sobre toda
la diversidad del conjunto
peruano.
Esto se ha ex pre sa do en al -
gu nas co rres pon den cias en tre
la eco no mía y la prác ti ca po lí ti -
ca del Esta do en la im ple men -
ta ción de sus mo de los po lí ti -
cos. A los mo de los eco nó mi -
cos de ‘de sa rro llo’ y de cre ci -
mien to de una eco no mía
orien ta da ha cia afue ra del
país, les han co rres pon di do el
cen tra lis mo po lí ti co, las
dictaduras y la democracia de
baja intensidad.
Al mo de lo de cen tra lis mo
po lí ti co, que ha con cen tra do
en Lima y en las ca pi ta les de
de par ta men to las de ci sio nes
po lí ti cas más im por tan tes y
tam bién el po der sim bó li co,
le ha co rres pon di do un mo de -
lo de cen tra lis mo cul tu ral. El
cen tra lis mo cul tu ral, se ex pre -
sa en la con cen tra ción del po -
der de de ci dir qué con cep to
de bue na vida debe se guir la
‘na ción’ pe rua na, qué pre fe -
ren cia de cul tu ra pue de ser
con si de ra da bue na–co rrec ta
y qué re pre sen ta cio nes cul tu -
ra les son las ade cua das. La
con cen tra ción del po der cul tu -
ral se en fo ca (se pro du ce) en
las ca pi ta les —la na cio nal, las
de par ta men ta les y los de más
pue blos de ca be ce ra— y den -
tro de ellas en un gru po ét ni co
na cio nal de ter mi na do. Y es di -
cho cen tra lis mo po lí ti co/cul tu -
ral el que está en la base de un
modelo de colonialismo
interno, de un modelo
particular de “nation building”
(construcción nacional).
El pro yec to de cons truc ción
na cio nal que se lle va a cabo en
Perú, des de el pe río do de la
con quis ta, es el pro yec to crio -
llo his pa no. Este pro yec to bus -
ca la asi mi la ción de los gru pos
ét ni co na cio na les di fe ren tes al
mo de lo oc ci den tal ‘blan co’,
per si gue con ver tir a to dos los
ciu da da nos pe rua nos, por la
per sua sión o por la fuer za, en
un solo gru po ét ni co na cio nal
cal ca do de Occi den te y de la
‘crio lli dad’ de las cla ses do mi -
nan tes li me ñas y cen tra lis tas.
Con este fin se per si guen los
idio mas pe rua nos au tóc to nos
di fe ren tes al cas te lla no, se
prohí be el De re cho real men te
exis ten te en las co mu ni da des
cam pe si nas y na ti vas, se re pri -
men me dian te la vio len cia cul tu -
ral las ex pre sio nes re li gio sas an -
di nas, se bus ca la des po se sión
le gal de las tie rras de las co mu ni -
da des in dí ge nas y na ti vas, se fre -
na la des cen tra li za ción po lí ti ca
ne ce sa ria, se res trin ge la po si bi -
li dad de la exis ten cia de par ti -
dos po lí ti cos regionales, etc.
Multiculturalidad, proyectos
de construcción nacional y
debate constitucional
El Perú es un país en el que
con vi ven di ver sos gru pos ét ni -
cos y na cio na les, es una so cie -
El Antoniano 125 – Marzo de 2014 141

Pável H. Valer Bellota
dad mul ti cul tu ral en la que di ver sos gru pos de
in di vi duos que tie nen cul tu ras di fe ren tes –que
ocu pan a su vez un lu gar de ter mi na do en las
po si cio nes de po der y do mi na ción– es tán en
con tac to con ti nuo; y en la que se ma te ria li zan
cam bios y adap ta cio nes en los pa tro nes de la
cul tu ra ori gi nal, ge ne ral men te en las cul tu ras
so cie ta les de los gru pos más dé bi les so me ti -
dos a pro ce sos de co lo ni za ción o neo co lo ni za -
ción 18 .
Des de sus orí ge nes, el Esta do mo der no en
el Perú ha afron ta do esta rea li dad mul ti cul tu ral
des de di ver sas pers pec ti vas. Ge ne ral men te,
ha pro yec ta do las con cep cio nes cul tu ra les y
po lí ti cas de asi mi la cio nis mo y/o do mi na ción
pro pias del seg men to so cial crio llo his pa no (oc -
ci den tal) ha cia los de más gru pos ét ni co–na cio -
na les au tóc to nos (pue blos in dí ge nas o mi no -
rías cul tu ra les). Entre es tas pers pec ti vas des ta -
ca la del De re cho Cons ti tu cio nal, idea rio po lí ti -
co plas ma do en las 18 cons ti tu cio nes (y
documentos constitucionales) que han regido
durante la historia post colonial peruana.
A lo lar go de la his to ria cons ti tu cio nal del
Perú se pue den apre ciar unos mo de los po lí ti -
cos que han re for za do la re la ción ju rí di ca de
do mi na ción en tre los gru pos ét ni cos na cio na -
les, y que han pri vi le gia do la pers pec ti va del
gru po crio llo–his pa no pre do mi nan te en la
cons truc ción na cio nal y la cons truc ción del
Esta do. Esos mo de los han des car ta do la po si bi -
li dad de to le ran cia de pro ce sos de cons truc -
ción na cio nal al ter na ti vos. Bajo el man to de la
teo ría y el cons ti tu cio na lis mo li be ral, el gru po
pri vi le gia do ha ejer ci do el po der po lí ti co ins ti -
tu cio nal des car tan do la par ti ci pa ción de los gru -
pos ét ni co na cio na les sub or di na dos; y, ex pul -
sán do los del con tra to so cial, les ha pri va do de
las po si bi li da des de desarrollar un proyecto de
construcción nacional propio que se exprese y
garantice en las Constituciones Políticas.
En la ac tua li dad, el pro yec to de cons truc -
ción na cio nal ex clu yen te des ple ga do por los
gru pos do mi nan tes está sien do fuer te men te
cues tio na do. Como se pue de apre ciar, se iden -
ti fi can en el Perú tres gran des pe rio dos cons ti -
tu cio na les con se cu ti vos y su per pues tos. El pri -
me ro de 1780 a 1823 que abar ca el pe rio do re -
vo lu cio na rio des de el le van ta mien to in dí ge na
de Tu pac Ama ru II has ta la in de pen den cia del
Perú y la re dac ción de la pri me ra Cons ti tu ción
Po lí ti ca del Esta do. El se gun do, que des de
1823 com pren de el pe rio do de cons truc ción
de la ‘na ción pe rua na’ so bre ba ses po lí ti cas
con ce bi das por los gru pos crio llo–his pa nos
(po lí ti ca men te) pre do mi nan tes. Y fi nal men te
uno ter ce ro des de la re cons truc ción des pués
de la Gue rra con Chi le que abar ca des de fi na -
les del si glo XIX (y prin ci pios de 1900) has ta la
ac tua li dad, con la pe cu lia ri dad ac tual del cam -
bio cons ti tu cio nal que han ex pe ri men ta do los
paí ses an di nos en las úl ti mas dos dé ca das. 19
En este úl ti mo pe rio do, y en los úl ti mos vein -
te años es pe cial men te, ha apa re ci do una nue -
va va lo ra ción de los de re chos de cons truc ción
na cio nal (na tion buil ding) que pone el acen to
en la afir ma ción de la di fe ren cia cul tu ral de los
ciu da da nos y en el re co no ci mien to de la exis -
ten cia de los gru pos ét ni cos he te ro gé neos y la
plu ra li dad na cio nal en los Esta dos an di nos. El
pro yec to he ge mó ni co de cons truc ción na cio -
nal pre va len te des de el pe rio do de la in de pen -
den cia ha sido cuestionado desde diversas
instituciones nacionales e internacionales.
El pro ce so de glo ba li za ción ha fa vo re ci do fe -
nó me nos como la apa ri ción de nue vos pa ra dig -
mas en la so cie dad po lí ti ca mun dial, la di fu sión
de las ideas li be ra les so bre la de mo cra cia y su
re la ción con el re co no ci mien to ofi cial de la
mul ti cul tu ra li dad. En este con tex to, los mo vi -
mien tos ét ni co–na cio na les han re sur gi do en la
es ce na po lí ti ca in ter na cio nal, ha cre ci do el con -
ven ci mien to en la teo ría po lí ti ca so bre la po si bi -
li dad —y la ne ce si dad— de la cons truc ción de -
mo crá ti ca de Esta dos plu ri na cio na les, que
pone en cuestión y desacredita el proyecto de
construcción de una única ‘nación peruana’.
Actual men te, en el Perú, dé bil men te, se pro -
ce sa un de ba te so bre una nue va cons ti tu ción
que reem pla ce al tex to cons ti tu cio nal de 1993
na ci do del gol pe de es ta do pro ta go ni za do por
Alber to Fu ji mo ri. Se ad vier te en este pro ce so
la exis ten cia de dos gran des co rrien tes en pug -
na, una por la re for ma par cial del tex to de
1993; y la se gun da por la sus ti tu ción de este
ins tru men to le gal por una nue va Cons ti tu ción
Po lí ti ca que exprese los anhelos de
construcción democrática del Estado.
18 Es decir, es una sociedad multicultural en la que el fenómeno de la interculturalidad (entendida como el contacto, intercambio o dialogo entre
cul tu ras) es mar ca da por el he cho co lo nial, por la co lo nia li dad del poder y del saber.
19 GARCÍA BELAUNDE, D; “Los Ini cios el Cons ti tu cio na lis mo Pe rua no (1821–1842)” en: SOBERANES DE FERNÁNDEZ (Edit.), El Pri mer
Constitucionalismo Americano, Marcial Pons, Madrid, 1992, Págs. 147–162.
142 El Antoniano 125 – Marzo de 2014

Hatun yachaq Arguedasninchis amachaqekunawan
Una nueva agenda de
investigación para el Derecho
Constitucional
Para con tri buir a un cam bio
cons ti tu cio nal de mo crá ti co, y
a una nue va agen da de in ves ti -
ga ción para el De re cho Cons -
ti tu cio nal, debe te ner se en
cuen ta un mé to do de aná li sis
his tó ri co, que con si de re
nuestra realidad
constitucional.
El mo de lo de so cie dad mul -
ti cul tu ral, que se ha ido es ta -
ble cien do en la Cons ti tu ción
his tó ri ca pe rua na y en el mo -
de lo po lí ti co que ha di se ña do,
ha sido mar ca do por la he ge -
mo nía de un con jun to de per -
so nas de la so cie dad ‘o fi cial’
pe rua na, con for ma da por gru -
pos eco nó mi cos adue ña dos
del po der po lí ti co, con una ca -
rac te rís ti ca ét ni ca cul tu ral de -
ter mi na da (por una es pe cie
de oli gar quía cul tu ral). Este
gru po –crio llo his pa no– ha ba -
sa do su dis cur so po lí ti co en el
li be ra lis mo en sus di fe ren tes
ver sio nes, y las ha adap ta do
de tal ma ne ra que par te im por -
tan te de esta ideo lo gía se ha
con ver ti do en una fuente
teórica política de
legitimación del dominio hacia
los sectores culturales no
hegemónicos.
Este do mi nio ha sido ejer ci -
do a tra vés de la his to ria a ma -
ne ra de im pe rio ju rí di co so -
bre los de rro ta dos en las gue -
rras de la con quis ta/in va sión
del Ta wan tin su yo; pos te rior -
men te so bre las na cio nes que
han car ga do en sus es pal das
lla ga das los pa si vos de las gue -
rras de la in de pen den cia y la
eman ci pa ción crio lla del Perú;
y más re cien te men te –a fi nes
del an te rior si glo– so bre los
gru pos na cio na les sub es ta ta -
les que más han su fri do la ca -
tás tro fe de la gue rra in ter na, y
ante quie nes ac tual men te
abre sus fau ces la vio len cia cul -
tu ral que pre ten de justificar su
expropiación: los pueblos
indígenas y las minorías
culturales.
Di cho mo de lo po lí ti co, im -
por ta do de las me tró po lis im -
pe ria les, cuen ta como par te
de sus es que mas de le gi ti ma -
ción, con una cien cia ofi cial
–con un dis cur so so bre la lla -
ma da cien cia del De re cho–
de la cual han sido ex pul sa dos
los te mas que pue den in te re -
sar a los sec to res so cia les sub -
or di na dos. De allí la ine xis ten -
cia y la es ca sez de in ves ti ga cio -
nes y es tu dios del De re cho
que se en fo quen so bre los
que no tie nen po der, quie nes
apa re cen como in vi si bles en
el dis cur so de la cien cia he ge -
mó ni ca. Por ello es muy im -
por tan te, en aras de lo grar
una eman ci pa ción de di chos
sec to res sub al ter nos, que el
es tu dio del De re cho asu ma
tam bién una orien ta ción si mi -
lar a las ‘so cio lo gías de las
emer gen cias’ 20 , que haga
emer ger, sur gir desde el
olvido y la invisibilidad, a los
temas descartados por los
estudios tradicionales y
conservadores.
Como una par te del es fuer -
zo de im ple men tar es tu dios ju rí -
di cos de las emer gen cias, las de -
no mi na das ‘cien cias ju rí di cas’
tie nen que com pren der que tie -
nen ante sí un gran reto: re ve -
lar, ex pre sar y des cu brir nue vos
pa ra dig mas po lí ti cos cons ti tu -
cio na les, ha cer que en la Amé ri -
ca Andi na el pro yec to ex clu yen -
te y ra cis ta crio llo his pa no en tre
por fin en su no che de fi ni ti va,
que sea re clui do en los mu seos
20 DE SOUSA SANTOS, Boaventura; El milenio huérfano. Ensayos para una nueva cultura política; Trotta/ILSA, Madrid–Bogotá, 2005.
El Antoniano 125 – Marzo de 2014 143

Pável H. Valer Bellota
como una an ti gua lla, para dar lu gar a pro yec tos
mul ti cul tu ra les de mo crá ti cos y des cen tra lis tas
de cons truc ción na cio nal. Las cien cias so cia les
han fun da men ta do só li da men te la teo ría de una
de mo cra cia y una ciu da da nía mul ti cul tu ral, es a
las cien cias ju rí di cas a las que les fal ta to mar esta
fun da men ta ción mul ti cul tu ral y traducirla en
contenidos de dogmática jurídica, en propuestas
de cambios teóricos y de la propia legislación.
Es fun da men tal avan zar ha cia un nue vo con -
tra to so cial mul ti cul tu ral, ha cia
un neo cons ti tu cio na lis mo mul ti -
cul tu ral; y en esta ta rea las so -
cie da des de Amé ri ca La ti na pa -
re cen es tar en una con di ción
aven ta ja da, mos tra da por el sur -
gi mien to en su seno de va ria -
das pro pues tas pa ra dig má ti cas
que fun da men tan un nue vo
tipo de con vi ven cia en tre las di -
ver sas cul tu ras y sus pro yec tos
ci vi li za to rios, que pue den/de -
ben fun dar un nue vo tipo de so -
cie dad en la que los pro yec tos
po lí ti cos es tén al ser vi cio de la li -
ber tad, en la que los pro yec tos
de eman ci pa ción co lec ti va de
las cul tu ras, el re na ci mien to y la
re cu pe ra ción de las len guas au -
tóc to nas, la pro duc ción con res -
pe to a la eco lo gía sos te ni ble, y
otros “sue ños im po si bles” en
Occi den te, pue dan ser la rea li -
dad co ti dia na. 21
Por ello se hace ne ce sa ria
una agen da de in ves ti ga ción, a
ma ne ra de guía para em pe zar a
an dar ha cia ese ob je ti vo. La in -
ves ti ga ción de De re cho Pú bli -
co y en par ti cu lar la de De re -
cho Cons ti tu cio nal de be rían de
abordar al menos estos puntos:
Ana li zar el De re cho Cons ti -
“Es fundamental
avanzar hacia un
nuevo contrato
social
multicultural,
ha cia un neo
constitucionalismo
multicultural; y en
esta ta rea las
sociedades de
América Latina
parecen estar en
una condición
aventajada,
mostrada por el
surgimiento en su
seno de va ria das
propuestas
paradigmáticas
que fundamentan
un nue vo tipo de
convivencia.”
tu cio nal, y el tex to de las cons ti tu cio nes his tó ri -
cas, para es ta ble cer las lí neas ge ne ra les de las
re la cio nes ju rí di co–po lí ti cas que han re gi do, e
in flu yen ac tual men te, en el sis te ma le gal. Inves -
ti gar tam bién el pen sa mien to cons ti tu cio nal al -
ter na ti vo so bre la di fe ren cia y la so cie dad mul ti -
cul tu ral (en este pun to pue de ser útil el es tu dio
del lla ma do “in di ge nis mo ju rí di co”). 22 El abor -
da je del De re cho Cons ti tu cio nal debe ha cer se
de ma ne ra com pa ra ti va, re cu rrien do a la
realidad constitucional de otros Estados del
área Andina, en especial Ecuador y Bolivia.
El es tu dio de las Cons ti tu cio nes debe su pe -
rar el mi núscu lo y clá si co en fo que ju rí di co po si -
ti vo pro pio del exa men tra di cio nal del De re -
cho. Se debe pre ten der ir más le jos ha cien do
un aná li sis mul ti dis ci pli nar to man do pers pec ti -
vas de otras cien cias, como la
so cio lo gía ju rí di ca, la cien cia po -
lí ti ca, y la an tro po lo gía. Se de -
ben en tre cru zar las pers pec ti -
vas de es tas cien cias para ha cer
un es tu dio de ca te go rías pro -
pias de los De re chos Hu ma nos
(en es pe cial los de re chos de los
pue blos in dí ge nas), del es tu dio
de la teo ría del Esta do (en es pe -
cial de la na ción como com po -
nen te del Esta do y del de re cho
a la au to de ter mi na ción), del es -
tu dio de los gru pos cul tu ra les y
la ne ce si dad de su pre ser va ción
como re que ri mien to éti co y
como pa tri mo nio de la hu ma ni -
dad. Este es tu dio debe ba sar se
tam bién en los es tán da res in ter -
na cio na les y en experiencias de
Estados democráticos de
composición plurinacional,
desde una perspectiva
fundamentalmente
constitucional.
Se debe ana li zar el De re cho
Cons ti tu cio nal, las Cons ti tu cio -
nes re le van tes de la era re pu bli -
ca na, con es pe cial con cen tra -
ción en el tra ta mien to que es -
tas han dado al fe nó me no mul -
tiét ni co y mul ti na cio nal. Ser vi rá
en di cho aná li sis, ade más, el De -
re cho Po lí ti co, en es pe cial la or ga ni za ción del
Esta do, la di vi sión geo grá fi ca del po der, los me -
ca nis mos cons ti tu cio na les de ma ne jo de las di -
fe ren cias cul tu ra les, la cen tra li za ción y la des -
cen tra li za ción del Esta do, en tre otros te mas
en los que el De re cho se en cuen tra con la cien -
cia po lí ti ca y la so cio lo gía. Este aná li sis debe ser
21 CABALLERO HARRIET, Francisco Javier; “Del ‘sueño americano’ al ‘sueño latinoamericano’”; en Algunas claves para otra mundialización;
Fundación Global Democracia y Desarrollo; Sto. Domingo, 2009, pp. 295–300.
22 Para este punto se pueden analizar los escritos sobre historia del indigenismo cusqueño.
144 El Antoniano 125 – Marzo de 2014

Hatun yachaq Arguedasninchis amachaqekunawan
emi nen te men te com pa ra ti vo
con los paí ses del área Andi na
(Bo li via y Ecua dor). Ade más,
el es tu dio del De re cho Cons ti -
tu cio nal debe ha cer se to man -
do una pers pec ti va his tó ri ca
de aná li sis para com pren der
las tra zas cen tra les que la lla -
ma da cons ti tu ción his tó ri ca ha
mantenido a lo largo de los
siglos, en especial para
comprender el proceso de
conquista/invasión colonial
como un punto de partida
ineludible.
Conclusión: Algunas preguntas
e hipótesis
Es ne ce sa rio de ta llar al gu -
nas pre gun tas que de ben mo ti -
var la in ves ti ga ción so bre el
mo de lo po lí ti co pe rua no, y
sus res pues tas res pec ti vas a
manera de hipótesis:
¿Co mo es y ha sido el De re -
cho Cons ti tu cio nal res pec to a
la rea li dad mul tiét ni ca y plu ri -
na cio nal? El De re cho Cons ti tu -
cio nal ha sido ela bo ra do por
un gru po so cial tra di cio nal -
men te li ga do al po der del Esta -
do, ins pi ra do en ten den cias
ideo ló gi cas glo ba les en boga
en los di fe ren tes ám bi tos aca -
dé mi cos del ex tran je ro, como
el li be ra lis mo de ci mo nó ni co
por ejem plo, de jan do en se -
gun do pla no la rea li dad plu ri -
na cio nal del país; se ha ba sa do
más en el De re cho en los li -
bros que en el con tex to so cial
pe rua no. La Cons ti tu ción Po lí -
ti ca real men te exis ten te, mar -
ca da por la exis ten cia de di fe -
ren tes gru pos ét ni -
co–nacionales en el territorio
del Estado, no se ha
trasladado plenamente a los
textos constitucionales.
¿Cuá les han sido las orien ta -
cio nes ge ne ra les de las Cons ti -
tu cio nes Po lí ti cas res pe to a la di -
fe ren cia ción ét ni ca en ge ne ral?
La Cons ti tu ción Po lí ti ca del Esta -
do pe rua no real men te exis ten -
te (más allá de los tex tos cons ti -
tu cio na les) tie ne sus ba ses en la
rea li dad so cial mar ca da por la
exis ten cia de va ria dos gru pos
na cio na les en el te rri to rio del
Esta do. El De re cho Cons ti tu cio -
nal (de re cho en los li bros) en el
Perú ha va ria do his tó ri ca men te
des de el des co no ci mien to to tal
de la di fe ren cia ét ni ca cul tu ral
has ta el re co no ci mien to for mal
de la exis ten cia de la al te ri dad
(de ‘co mu ni da des de in dí ge nas’
y pos te rior men te de ‘co mu ni -
da des cam pe si nas e in dí ge nas’).
Este re co no ci mien to re la ti va -
men te re cien te es va lio so si ha -
bla mos en tér mi nos his tó ri cos.
Y es es ca so e in su fi cien te si ha -
bla mos en tér mi nos de los nue -
vos pa ra dig mas de cons truc -
ción de mo crá ti ca del Esta do,
de los avan ces en la teo ría que
ha pro du ci do el de ba te so bre
el re co no ci mien to de de re chos
mul ti cul tu ra les, so bre los de re -
chos de las mi no rías ét ni cas na -
cio na les y de los pueblos
indígenas.
¿Por qué se han pro du ci do
esas ten den cias cons ti tu cio na -
les, qué gru po na cio nal las ha
ins pi ra do, para qué, y ha cia
quien? Esto ha res pon di do a la
ne ce si dad de la crea ción o
cons truc ción de la na ción pe -
rua na sur gi da des pués de la in -
de pen den cia; el gru po crio llo
his pa nis ta ne ce si ta ba pro yec -
tar su ideal de cons truc ción na -
cio nal para ase gu rar se el con -
trol de los re cur sos, del apa ra -
to del Esta do, y ejer cer do mi -
nio so bre otros gru pos ét ni -
co–na cio na les que pu die ran
sig ni fi car un ries go para el pro -
yec to crio llo de cons truc ción
na cio nal. Actual men te el pro -
yec to este pro yec to pre pon -
de ran te, ex pre sa do en las nor -
mas cons ti tu cio na les y en las
po lí ti cas pú bli cas, tie ne un en -
fo que de do mi na ción y asi mi la -
ción ten dien te a la eli mi na ción
de las di fe ren cias culturales
autóctonas de las
nacionalidades diferentes
culturalmente a la elite del
grupo criollo hispanista.
¿Có mo es el De re cho Cons -
ti tu cio nal ac tual res pec to a los
es tán da res in ter na cio na les so -
bre de re chos de los pue blos
in dí ge nas y los pro yec tos de
cons truc ción na cio nal? El tex -
to cons ti tu cio nal de 1993 fue
pro mul ga do casi pa ra le la men -
te a la ra ti fi ca ción for mal por
par te del Esta do pe rua no del
Con ve nio 169 de la OIT. Sin
em bar go, no ha in cor po ra do
los im por tan tes avan ces en
ma te ria de los de re chos de los
pue blos in dí ge nas que apor ta
di cho con ve nio. Des de 1920;
en que la Cons ti tu ción re co no -
ció para los pue blos in dí ge nas
(bajo el ad je ti vo de co mu ni da -
des de in dí ge nas) am plios de -
re chos ta les como la au to no -
mía, la ina lie na bi li dad, la im -
pres crip ti bi li dad e inem bar ga -
bi li dad de sus tie rras; la le gis la -
ción cons ti tu cio nal ha ido va -
rian do muy poco ha cia el re co -
no ci mien to de ma yo res de re -
chos (en es pe cial de de re chos
po lí ti cos), y más bien és tos se
han re cor ta do, como por
ejemplo las previsiones hacia
la protección de las tierras y
territorio de las comunidades
campesinas y nativas en el
texto constitucional de 1993.
¿Cuá les son las ten den cias
ac tua les para el po si ble cam -
bio cons ti tu cio nal res pec to a
la so cie dad mul ti cul tu ral y plu -
ri na cio nal pe rua na? Exis ten
dos gran des ten den cias ge ne -
ra les en el pen sa mien to cons ti -
tu cio nal res pec to a los pue -
blos in dí ge nas en el Perú. Una
pri me ra ten den cia es la crio lla
El Antoniano 125 – Marzo de 2014 145

Pável H. Valer Bellota
his pa nis ta ba sa da en el pro yec to de cons truc -
ción na cio nal del gru po pre do mi nan te, vin cu la -
do tra di cio nal men te al po der del Esta do, que
pro po ne una in ge nie ría le gal que eli mi ne to das
las di fe ren cias ét ni cas–cul tu ra les de los ciu da -
da nos (asi mi la cio nis mo na cio nal–cul tu ral), y/o
la cons truc ción de me ca nis mos le ga les de do -
mi na ción por par te del grupo preeminente
hacia los grupos diferentes de éste étnica y
culturalmente (mecanismos de dominación).
Una se gun da ten den cia en el pen sa mien to
cons ti tu cio nal res pec to a los pue blos in dí ge -
nas, de sa rro lla da ini cial men te por in te lec tua -
les in di ge nis tas 23 y cada vez más acep ta da en
va ria dos ám bi tos aca dé mi cos y ten den cias
ideo ló gi cas, es la ba sa da en la afir ma ción de la
di fe ren cia na cio nal–cul tu ral, en el re co no ci -
mien to de la rea li dad mul ti cul tu ral pe rua na;
que se fun da men ta en la to le ran cia de va ria dos
pro yec tos de cons truc ción na cio nal en el ám bi -
to del te rri to rio del Esta do. Esta ten den cia es
con tra ria al asimilacionismo y propone
técnicas pluralistas de tratamiento de la
alteridad cultural.
¿Có mo es el De re cho Cons ti tu cio nal pe rua -
no com pa ra ti va men te con el sis te ma cons ti tu -
cio nal de los paí ses del Área Andi na (Bo li via y
Ecua dor)? En lí neas ge ne ra les, las hi pó te sis an -
te rio res ex pues tas para el caso del Perú, de -
ben ser si mi la res en los paí ses del Área Andi na,
en es pe cial en lo re fe ren te a las re la cio nes ju rí -
di cas en tre los gru pos ét ni cos/na cio na les exis -
ten tes en el te rri to rio de esos paí ses pre sen tes
en la con for ma ción de sus Esta dos. Sin em bar -
go, la le gis la ción cons ti tu cio nal res pec to a su
com po si ción mul ti cul tu ral va ría no ta ble men te
de la del Perú. La le gis la ción de Bo li via y Ecua -
dor vie ne do tan do de ma yo res de re chos y ga -
ran tías for ma les a los gru pos ét ni cos his tó ri ca -
men te ale ja dos del po der y del ma ne jo del
Esta do, a par tir de fi na les del si glo XX. Las re -
cien te men te pro mul ga das cons ti tu cio nes po lí -
ti cas de Ecua dor (2008) y de Bo li via (2009) se
han eri gi do en nue vos mo de los pa ra dig má ti -
cos de re co no ci mien to de la rea li dad mul ti na -
cio nal de sus so cie da des, de la in cor po ra ción
de los pue blos indígenas como actores
políticos fundamentales, y pueden ser la base
de desarrollo constitucional a la que podría
recurrir el Perú en un próximo cambio
constitucional.
REFERENCIAS
—ACADEMIA MAYOR DE LA LENGUA QUECHUA
[Qheswa Simi Hamut’ana Kurak Suntur] Diccionario
Quechua – Español, 2da Edic. Gobierno Regional del
Cusco, Perú, 2005.
—ALZAGA VILLAMIL, Oscar; ET AL; Derecho político
español, según la constitución de 1978; Tomo I; Ed.
Centro de Est. Ramón Areces, Madrid 1997.]
—ANDERSON, Gavin; Constitutional Rights after
Globalization, Hart, Oxford & Portland, 2005.
—BENHABIB, Seyla; The claims of culture. Equality and
diversity in the global era; Princenton Univ. Press, 2002.
—CABALLERO HARRIET, Francisco Javier; “Del ‘sueño
americano’ al ‘sueño latinoamericano’”; en Algunas claves
para otra mundialización; Fundación Global Democracia y
Desarrollo; Sto. Domingo, 2009, pp. 295–300.
—CABALLERO HARRIET, Francisco Javier; “Globalización,
Estado y Derecho”, Anuario de Filosofía del Derecho,
Tomo XVII, España, 2000. pp. 13–43.
—DE SOUSA SANTOS, Boaventura; El milenio huérfano.
Ensayos para una nueva cultura política; Trotta/ILSA,
Madrid–Bogotá, 2005
—ESPINOZA SORIANO, Waldemar; “Luis E. Valcárcel, el
indigenista e inkanista”; Ciencias Sociales, UNMSM, IIHS,
Año 1, Nro. I, Págs. 69–82, Lima 1995. Pág. 70.
—GARCÍA BELAUNDE, D; “Los Inicios el
Constitucionalismo Peruano (1821–1842)” en:
SOBERANES DE FERNÁNDEZ (Edit.), El Primer
Constitucionalismo Americano, Marcial Pons, Madrid,
1992, Págs. 147–162.
—GARCÍA O., José Uriel; El nuevo indio; (Primera Ed.1930);
Ed. Universo, Lima 1973.
—Noguera Fernández, Albert; “Durkheim y Weber:
surgimiento de la sociología jurídica y teorización del
Derecho como instrumento de control social”,
Investigaciones Sociales, Año X, N° 17, UNMSM Lima,
2006, Págs. 395–411.
—QUINTANILLA PONCE, Alfredo; “El waqcha Arguedas y
los doctores”; en Cyberayllu, revista de difusión de temas
de cultura y humanidades; Nov. 2000.
Http://www.andes.missouri.edu
/andes/Especiales/AQWaqcha/AQP_Waqcha1.html
[acceso 14 de Mayo de 2012]
—SÁNCHEZ RUBIO, David; “Pluralismo jurídico y
emancipación social”, en Belloso Martín, Nuria y DE
JULIOS–CAMPUZANO, ¿Hacia un paradigma
cosmopolita del derecho?: pluralismo jurídico, ciudadanía
y resolución de conflictos, Oñati IISJ, Dykinson, 2008.
Págs. 111–129.
23 Con indigenismo peruano me refiero a una posición ideológica tendiente a la defensa de lo que se consideraba indígena. A diferencia de la
idea general que este término ha tenido en el ámbito Iberoamericano (especialmente para el caso de México), el indigenismo peruano históricamente
no se ha traducido a una política de reconocimiento de la alteridad cultural y su plasmación en legislación indigenista estrictamente
hablando. Como detalla ESPINOZA Soriano, “El indigenismo surgió como respuesta a un Estado incapaz de imaginar una sociedad donde
pue dan con vi vir dis tin tas et nias en pie de igual dad (a pe sar de que los in dios com po nían por aque llos tiem po el 66% de la po bla ción). (…) el
indigenismo representó (…) una lucha abierta contra la tiranía y prepotencia de los gamonales (terratenientes y hacendados) y las abundantes
clientelas que giraban alrededor de ellos (…) Lógicamente, entonces el discurso de los indigenistas, cuyo proyecto consistía en revalorar
y re cu pe rar los de re chos del in dio, co lo cán do los a ni vel igual que otros pe rua nos no fue ad mi ti do. Por el con tra rio, la bur gue sía los mi ra ba
como una asociación peligrosísima”. [ESPINOZA SORIANO, Waldemar; “Luis E. Valcárcel, el indigenista e inkanista”; Ciencias Sociales,
UNMSM, IIHS, Año 1, Nro. I, Págs. 69–82, Lima 1995. Pág. 70.]
146 El Antoniano 125 – Marzo de 2014

EFECTO ACELERADOR DEL EXTRACTO DE
PLANTAGO MAJOR (LLANTÉN)
EN LA CICATRIZACIÓN DE HERIDAS INCISAS EN MUCOSA DE COBAYOS, CUSCO – PERÚ
Pablo Fidel Grajeda Ancca 1 , Ninoska Sánchez Palomino 2 , Claudia Patricia Tupayachi Flores 3 , Fernando Murillo Salazar 4
RESUMEN: El uso de plan tas en la me di ci na tra di cio nal del an ti guo Pe rú
es mi le na rio, y en el tiem po se fue acu mu lan do to do un sa ber al re de dor
de las especies con propiedades curativas, basándose en observaciones y
la práctica diaria, cuyos conocimientos se transmitieron de generación en
ge ne ra ción. Una de es tas plan tas es el Plan ta go ma jor, cu yo nom bre co -
mún es Llan tén, so bre el que se re fie re que tie ne pro pie da des an tiin fla ma -
torias. Objetivo de la investigación fue determinar el efecto acelerador del
extracto de Plantago major (llantén) al 25% en la cicatrización de heridas
incisas en mucosa de cobayos. Estudio experimental, prospectivo y longitudinal
realizado en la ciudad del Cusco, por muestreo aleatorio simple;
48 animales de experimentación (cobayos) conformaron la población de
estudio, de ellos 38 cobayos conformaron la muestra, dividida en dos grupos;
19 que fueron tratados con extracto de llantén (grupo experimental)
y 19 que no fue ron tra ta dos (gru po con trol). En el gru po ex pe ri men tal se
1 Pro fe sor Prin ci pal de la Fa cul tad de Me di ci na de la Uni ver si dad Na cio nal de San Anto nio Abad del Cus co, Miem bro de Field Epi de mioogy
Trai ning Program —Perú.
2 Cirujano Dentista egresada de la carrera profesional de Odontología de la Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco.
3 Cirujano Dentista egresada de la carrera profesional de Odontología de la Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco.
4 Profesor Asociado de la carrera profesional de Odontología de la Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco.
El Antoniano 125 – Marzo de 2014 149

Pablo Fidel Grajeda Ancca, Ninoska Sánchez Palomino, Claudia Patricia Tupayachi Flores, Fernando Murillo Salazar
evi den ció la unión de los bor des de la he ri da a par tir de las 24 ho ras,
mien tras que en el gru po con trol es te ya se pre sen tó den tro de las 84 ho -
ras. La for ma ción de fi bras co lá ge nas es má xi ma a par tir del ter cer día en
el grupo experimental lo cual nos indica que el proceso de cicatrización se
aceleró clínicamente en una tercera parte del tiempo en comparación al
grupo control e histológicamente el proceso de cicatrización se aceleró
en la mi tad del tiem po; de mos tran do así un ma yor cre ci mien to y pro li fe -
ra ción ce lu lar usan do Plan ta go major, fundamento valioso para usarlo
como terapia en la curación de heridas. El Plantago major tiene efecto
acelerador en el proceso de cicatrización de heridas. Palabras Claves:
Plantago major, cicatrización, efecto acelerador, extracto, llantén.
AB STRACT: The use of plants in tra di tional med i cine of Peru is an cient
, and was even tu ally ac cu mu lat ing all knowl edge about the spe cies
with heal ing prop er ties, based on ob ser va tions and daily prac tice,
whose knowl edge is trans mit ted from gen er a -
tion to gen er a tion . One of these plants is the
Plantago mayor, whose com mon name is
Llanten, on terms that have anti–in flam ma tory
prop er ties. Ob jec tive of the re search was to
determine the accelerating effect of extract
Plantago ma jor (Llanten) to 25 % in the heal ing
of in cised wounds of mu cosa of guinea pigs. Ex -
perimental, prospective, longitudinal study was
con ducted in the city of Cusco, by sim ple ran -
dom sam pling , 48 an i mals (guinea pigs)
formed the study pop u la tion, of which 38
guinea pigs up the sam ple , di vided into two
groups: 19 were treated plan tain ex tract (ex -
per i men tal group) and 19 were not treated
(con trol group). In the ex per i men tal group the
un ion of the edges of the wound was ev i dent af -
ter 24 hours, whereas in the con trol group this
was al ready made within 84 hours. The for ma -
tion of col la gen fi bers is max i mal af ter the third
day in the ex per i men tal group, which in di cates
that the healing process is accelerated clinically
in a third of the time com pared to the con trol
group and histologically the heal ing pro cess ac -
celerated in half time, demonstrating greater
growth and cell pro lif er a tion us ing Plantago ma -
jor , valu able for use as ther apy in in cised
wound heal ing. Plantago ma jor has effect
accelerator in the process of wound healing.
Keywords: Plantago major, scarring,
accelerating effect, abstract, plantain.
“Se reconoce
que la medicina
tradicional es
ancestralmente
utilizado para
poder mejorar la
sa lud de la
población ante la
presencia de
enfermedades y
da ños a su sa lud,
y
simultáneamente
se fue
acumulando
todo un sa ber
alrededor de las
especies con
propiedades
curativas.”
e reconoce que la medicina tradi-
es ancestralmente utilizado
Scional
para po der me jo rar la sa lud de la po -
bla ción ante la pre sen cia de en fer -
me da des y da ños a su sa lud, y si mul -
tá nea men te se fue acu mu lan do
todo un sa ber al re de dor de las es pe -
cies con propiedades curativas, basándose
en observaciones y estudios clínicos que expe
ri men ta ron den tro de un contexto
socioeconómico y nivel de desarrollo de una
sociedad.
Así como los in ves ti ga do res cien tí fi cos ave ri -
guan las es pe cies ve ge ta les me di ci na les que se
usan an ces tral men te, ob tie nen las mues tras ne -
ce sa rias y con toda esa in for ma ción re co lec ta da,
gra cias a la tec no lo gía avan za da, iden ti fi can y sin -
te ti zan las sus tan cias con propiedades
terapéuticas de las plantas.
Los mé di cos aló pa tas se in te re san por co no cer
di fe ren tes te ra pias, los quí mi cos es tu dian las plan -
tas en su con te ni do fi to quí mi co, los bo tá ni cos las
iden ti fi can, los far ma có lo gos com prue ban sus efec -
tos y al gu nas ins ti tu cio nes se preocupan de su
conservación.
Sin es tar le jos a esta rea li dad y con el afán de con -
tri buir con el es tu dio de las pro pie da des del Plan ta -
go ma jor (llan tén) en la te ra péu ti ca na tu ral, y sa -
bien do que las he ri das son le sio nes de par tes blan -
das que pro vo can la rup tu ra de la
con ti nui dad del te ji do de re ves ti -
mien to por lo que el ser hu ma no
de sen ca de na me ca nis mos de re -
ge ne ra ción au to má ti ca, pero a la
ex po si ción de agen tes no ci vos del
me dio el hom bre pro cu ra tra ta -
mien to y aten ción in me dia ta; es
por esto que nos plan tea mos la si -
guien te pre gun ta de in ves ti ga ción:
¿Ten drá efec to ace le ra dor el ex -
trac to de Plantago major (llantén)
en la cicatrización de heridas
incisas en mucosa de cobayos?
El ob je ti vo ge ne ral del es tu dio
fue: De ter mi nar el efec to ace le ra -
dor del ex trac to de Plan ta go ma -
jor (llan tén) al 25% en la ci ca tri za -
ción de he ri das in ci sas en mucosa
de cobayos.
Los ob je ti vos es pe cí fi cos del es -
tu dio fueron:
– a) Comparar clínicamente el efecto
acelerador del extracto de Plantago
ma jor (llan tén) al 25% en la ci ca tri za -
ción de heridas incisas en mucosa
de cobayos del grupo experimental
con el grupo control.
– b) Comparar histológicamente el
efecto acelerador del extracto de
Plan ta go ma jor (llan tén) al 25% en
la cicatrización de heridas incisas en
mucosa de cobayos del grupo experimental con el
grupo control.
MATERIAL Y MÉTODOS
Estu dio ex pe ri men tal, pros pec ti vo y lon gi tu di nal
rea li za do en la ciu dad del Cus co du ran te el mes de
agos to del 2007. Para el es tu dio la po bla ción es tu -
vo con for ma da por 48 ani ma les de ex pe ri men ta -
ción, que fue ron cria dos ex clu si va men te en la
Gran ja de K’ay ra. La mues tra se se lec cio nó a tra vés
del mues treo alea to rio sim ple, sien do el ta ma ño
150 El Antoniano 125 – Marzo de 2014

Efecto acelerador del extracto de Plantago major (Llantén)
mues tral de 38 ani ma les de ex pe -
ri men ta ción: 19 que fue ron tra ta -
dos con ex trac to de llan tén (gru -
po ex pe ri men tal) y 19 que no
fue ron tra ta dos (gru po con trol).
Ingre sa ron al es tu dio to dos los
ani ma les se lec cio na dos que cum -
plían con los cri te rios de in clu -
sión (na ci dos y cria dos en ex clu si -
va men te en K’ay ra, ali men ta ción
ex clu si va men te de al fal fa, ran go
de 4 me ses de edad con un in ter -
va lo de una se ma na, peso de
800 a 900 gr., sin le sio nes en la
ca vi dad bu cal y que pre sen ta rán
es truc tu ra gin gi val sin cam bio de
co lo ra ción, ta ma ño, for ma y
otras al te ra cio nes) y que no cum -
plían con los cri te rios de ex clu -
sión (pre sen cia de le sio nes in tra -
bu ca les y ex tra bu ca les, pig men ta -
ción en mu co sa, de sexo fe me ni -
no para evi tar cual quier per di da
de crías y al te ra cio nes hor mo na -
les por ges ta ción). Para la ob ten -
ción del ex trac to se con si de ró
los siguientes pasos: Habiendo
sido re co no ci do la es pe cie flo ral
de la Pro vin cia de La Con ven -
ción se pro ce dió a ha cer se car
las ho jas por un pe rio do de 2 se -
ma nas el cual fue lle va do a cabo
en el La bo ra to rio de Me di ci na
Andi na, don de el es pe cia lis ta rea -
li zó prue bas para la au ten ti fi ca -
ción de la es pe cie, lle gan do a la
con clu sión que se tra ta ba de la
es pe cie Llan tén, se gui da men te
se con tro ló el peso seco de las
ho jas sien do este de 290g., lue -
go se ma ce ró en agua y al cohol
por un pe rio do de 5 días en un
ma traz de vi drio para lue go ser
sometido el extracto en un
proceso de filtración
posteriormente fue destilado a
temperatura de 40º a 45º a
presión baja obteniendo una
melcocha de 25 gr. la cual fue
disuelta en 75 ml de agua
destilada para obtener la
concentración hidroalcohólica
del 25%.
Para la parte experimental se
con si de ro los si guien tes pa sos:
Cada animal fue codificado median
te un are te en la ore ja de re cha
con la numeración correlativa para
facilitar los controles de cada individuo
de la po bla ción, la ma ni pu la -
ción de cada ani mal de ex pe ri men -
tación se realizó con la inmovilización
me dian te la téc ni ca del tra po,
fueron sometidos a la remoción
de los materiales alimenticios con
un hisopo embebido en agua destila
da, los dos gru pos de es tu dio fue -
ron so me ti dos a una in ci sión de 5
mm en mu co sa a 5mm por de ba -
jo del mar gen gin gi val de la en cía in -
sertada a nivel de los incisivos inferio
res, con la ayu da de un bis tu rí
numero 15, una vez producida la
herida se procedió a topicar con
0.5 ml. del ex trac to de llan tén con
la ayu da de una je rin ga de tu ber cu -
lina cada 6 horas sucesivamente
has ta lle gar a las 96 ho ras; el gru po
control no recibió tratamiento alguno
después de realizada la incisión.
La evaluación clínica se realizó
cada 6 horas después de
producida la herida incisa, los
datos obtenidos según los
indicadores se colocaron en
nuestra ficha de evaluación.
Para la evaluación histológica se
pro ce dió a la toma de biop sia in ci -
sio nal cada 12 ho ras, la mues tra
fue de 3 mm de lar go y toda la pro -
fun di dad de la mu co sa y abar có te ji -
do sano y te ji do le sio na do la cual
fue to ma da con la ayu da de un bis -
tu rí nu me ro 15 y una le gra mi li me -
tra da, pos te rior men te fue
conservado en frascos con formol
al 10%.
La fi cha de eva lua ción fue pre via -
mente validada por criterio de exper
tos y prue ba pi lo to; para el aná -
lisis de la información se utilizo el
paquete estadístico SPSS y hoja de
calculo de Microsoft Excel.
RESULTADOS
El cua dro nº 1 mues tra que a
ma yor tiem po de ob ser va ción
ma yor gra do de ci ca tri za ción tan -
to en el gru po A (Tau–c = 0.995,
p = 0.000001), como en el gru -
po B (Tau–c = 0.978, p =
Cuadro Nº 1. Comparación del Grado de Cicatrización del Plántago Ma jor (Llan tén) entre el gru po A y B en co ba yos en tre las
12 a 96 Ho ras, Cus co – Perú.
TIEMPO
CICATRIZACIÓN
NINGUNO (1–6) LEVE (7–12) MODERADO (13–18) MARCADO (19–24)
A
Experimental
B
Control
A
Experimental
B
Control
A
Experimental
B
Control
A
Experimental
12 0 0 2 2 0 0 0 0
24 0 2 2 0 0 0 0 0
36 0 0 0 2 2 0 0 0
48 0 0 0 2 2 0 0 0
60 0 0 0 2 2 0 0 0
72 0 0 0 0 0 2 2 0
84 0 0 0 0 0 2 2 0
96 0 0 0 0 0 5 5 0
TOTAL Nº 0 2 4 8 6 9 9 0
% 0 11 21 42 32 47 47 0
B
Control
El Antoniano 125 – Marzo de 2014 151

Pablo Fidel Grajeda Ancca, Ninoska Sánchez Palomino, Claudia Patricia Tupayachi Flores, Fernando Murillo Salazar
0.00001), sien do en am bos ca sos és tos au men tos
significativos.
Al fi nal del cua dro se com pa ra el por cen ta je del
gra do de ci ca tri za ción en cada uno de los gru pos.
En el Gru po A ex pe ri men tal to dos tie nen al gún gra -
do de ci ca tri za ción, un 47% y 32% de ellos pre sen -
tan un grado de cicatrización marcada y moderada;
mien tras que en el gru po B con trol un 0% y un
47% pre sen tan cicatrización marcada y moderada.
Gráfico nº 1. Comparación del Grado de Cicatrización del
Plántago ma jor (Llan tén) en tre el Gru po A y B en Co ba yos de
las 12 a 96 Ho ras, Cus co – Perú.
Como se ve en el grá fi co nº 1 a ma yor tiem po
hay un ma yor gra do de ci ca tri za ción tan to en el gru -
po A (Tau–c = 0.995, p = 0.000001), como en el
gru po B (Tau–c = 0.978, p = 0.00001), sien do en
ambos casos éstos aumentos significativos, pero de
ma ne ra im por tan te ma yor en el grupo
experimental.
El grá fi co nº 2 mues tra la com pa ra ción en tre el
gra do de ci ca tri za ción del gru po A y el gru po B se -
Gráfico nº 2. Comparación Porcentual del Grado de Cicatrización
del Plántago ma jor (Llan tén) en tre el Gru po A y B en Co -
ba yos de las 12 a 96 Ho ras, Cus co – Perú
gún por cen ta jes. Como se ve tam bién el 47% de
los co ba yos del gur po ex pe ri men tal tu vie ron un
gra do de ci ca tri za ción mar ca da, mien tras que en el
mis mo por cen ta je el gru po B lle gó sólo has ta el gra -
do mo de ra do y nin gún co ba yo de éste gru po al can -
zó el gra do mar ca do. Así mis mo no hubo nin gún
co ba yo del gru po ex pe ri men tal que no pre sen ta ra
ci ca tri za ción. De acuer do a la prue ba Ji Cua dra do
de Pear son tam bién hubo di fe ren cias sig ni fi ca ti vas
Cuadro nº 2. Cuadro Resumen estadístico de diferencias en
Indicadores Histológicos del Efecto Acelerador en la Cicatrización
del Plan ta go ma jor, Cus co – Perú.
INDICADOR X2 p gl
Hiperplasia de Células Basales 19.765 0.0000 3
Infiltrado Inflamatorio Agudo 14.471 0.02 3
Fibras Colágenas 15.600 0.003 4
Hemorragia 9.850 0.02 4
Edema 10.531 0.01 3
Angigenesis 15.600 0.001 4
Efecto Cicatrizante 12.933 0.005 3
entre éstos porcentajes de distribución (X2 =
12.933, p = 0.005, gl = 3).
En el cua dro nº 2 se ob ser va los va lo res ob te -
ni dos del aná li sis es ta dís ti co, de mos tran do que
las di fe ren cias en tre el gru po A y B se gún los in di -
ca do res his to ló gi cos son es ta dís ti ca men te sig ni fi -
ca ti vos, ha bien do un ma yor gra do de sig ni fi can -
cia en la Hiperplasia de Células Basales
(p=0.0000).
DISCUSIÓN
La in for ma ción ob te ni da a tra vés de la re co pi la -
ción de los da tos mues tra la im por tan cia de la
her bo te ra pia, el uso de las plan tas de la me di ci na
tra di cio nal, que per mi te dar so lu ción a di ver sos
pro ble mas de sa lud. Mu chas son las plan tas que
nos be ne fi cian con sus ac cio nes cu ra ti vas, una de
ellas es el Plan ta go ma jor o co mún men te lla ma -
do llan tén, a cu yos com po nen tes se les han iden -
ti fi ca do di ver sas ac cio nes den tro de ellas su ac -
ción ci ca tri zan te. El Llan tén es usa do en la cu ra -
ción de he ri das en di fe ren tes for mas, pero el pro -
pó si to del pre sen te es tu dio fue de mos trar que el
ex trac to hi droal cohó li co al 25% de Llan tén, tie -
ne efec to ace le ra dor en el pro ce so de ci ca tri za -
ción, com pa ran do clí ni ca e his to ló gi ca men te la
efi ca cia ci ca tri zal en he ri das in ci sas las cua les fue -
ron rea li za das en la mu co sa de 38 co ba yos; eva -
luan do el pro ce so de re pa ra ción a tra vés de la
con trac ción de la he ri da, pre sen cia de exu da do,
cam bio de co lo ra ción de la mu co sa y pro li fe ra -
ción de cé lu las ba sa les, neo va sos y fi bras co lá ge -
nas. Para la con ser va ción del extracto se debe
proteger de los rayos ultravioletas para evitar la
degradación de sustancias especialmente de los
aceites, los cuales se oxidan con la luz
ultravioleta.
La li te ra tu ra exis ten te a la fe cha, da cuen ta
que, las ho jas de Plan ta go ma jor fa vo re cen la re -
pa ra ción ti su lar, ace le ran do la ci ca tri za ción de las
he ri das. Estos re sul ta dos fue ron evi den tes y con -
152 El Antoniano 125 – Marzo de 2014

Efecto acelerador del extracto de Plantago major (Llantén)
sis ten tes en la in ves ti ga ción, ob -
ser ván do se que la apli ca ción
del ex trac to hi droal cohó li co de
las ho jas de llan tén, pro du jo me -
jo ría en las he ri das in ci sas rea li -
za das en la mu co sa de co ba yos,
be ne fi cios que se reflejaron en
los cambios histológicos y
clínicos de las heridas.
El pro ce so de re pa ra ción clí -
ni ca men te se ob ser va di fe ren -
cias ya a las 24 ho ras en la que al -
gu nos co ba yos del gru po ex pe -
ri men tal pre sen ta afron ta mien -
to de bor des, mien tras que en
nues tro gru po con trol este fe -
nó me no se pre sen ta ya a las 84
ho ras, lo cual se le atri bu ye a la
pre sen cia de ta ni nos que es un
as trin gen te en la com po si ción
quí mi ca de las ho jas del llan tén
Ca rre ño (1992) de mos tró, el
efec to ci ca tri zan te de la plan ta,
so bre las he ri das de la piel en
un es tu dio rea li za do en ra to nes
al bi nos, en el que apli co el Test
de Cicatrización descrito por
Howes (1929) de la tensión
celular.
Se pudo ob ser var que el cam -
bio de co lo ra ción de la he ri da se
pro du jo ya a las 96 ho ras en nues -
tro gru po ex pe ri men tal, y no se
ob ser vo este cam bio en el gru po
con trol por que la he ri da se gún
la li te ra tu ra em pie za ya a pa li de -
cer a par tir de la se gun da se ma -
na. La au sen cia de exu da do en el
gru po ex pe ri men tal en com pa ra -
ción con el gru po con trol nos
per mi ten de mos trar el efec to an -
tiin fla ma to rio atri bui do al llan tén
que co rro bo ran los es tu dios rea li -
zados por Nakamatsu y Loaisa
(1991) que com pro ba ron la efi ca -
cia an tiin fla ma to ria del ex trac to
acuo so del llan tén ad mi nis tra do
por vía oral . Al no en con trar una
pre sen cia tam po co de exu da do
pu ru len to en el gru po con llan -
tén per mi te con fir mar los es tu -
dios rea li za dos por Lem pe di lla
en 1996, que de mos tró en un es -
tu dio in Vi tro el efec to an ti mi cro -
bia no en una cre ma ela bo ra da
con Plan ta go major efectivo
frente al candida, al Tricho Phytin
Rubrum y no se demuestra
actividad antimicótico in Vitro
frente al Microsporun Canis.
Por otro lado el ini cio del pro -
ce so de gra nu la ción co rres pon -
dien te a la pro li fe ra ción de cé lu -
las basales, angiogénesis, seguido
de la for ma ción de fi bras co lá ge -
nas que son im por tan tes para la
pos te rior epi te lia li za ción, se iden -
ti fi ca a las 36 ho ras con una pre -
sen cia de leve in cre men tan do
hasta identificarse a las 84 horas
con una pro li fe ra ción mar ca da
en los ca sos en los que se apli co
llan tén, en com pa ra ción con el
gru po con trol, lo cual de mues tra
la ac ción pro li fe ra ti va y for ma ti va
del llan tén, es tos re sul ta dos coin -
ci den con los re sul ta dos ob te ni -
dos por Re yes, S (2001) quien al
rea li zar un es tu dio in Vi tro del ex -
trac to de Plan ta go ma jor en fun -
cio nes de ma cró fa gos y lin fo ci -
tos, ob ser vó la po ten cia ción de
la for ma ción y pro li fe ra ción de lin -
fo ci tos, y los re sul ta dos ob te ni -
dos por un gru po de in ves ti ga do -
res del La bo ra to rio He ma to ló gi -
co de La Uni ver si dad Au tó no ma
de Mé xi co en ca be za do por Ve las -
co Le za ma (2001), quie nes en -
con tra ron que el Plan ta go Ma jor
es ti mu la la pro li fe ra ción de cé lu -
las de la me du la ósea roja, cé lu las
del bazo, y tam bién es ti mu la la
for ma ción de cé lu las san guí neas
en en fer me da des en las cuá les
hay des truc ción de las mis mas;
así como tam bién con los re sul ta -
dos de Malpartida Chipana Edgar
(2006), en el que de mues tra que
el llan tén con tie ne al gún prin ci -
pio ac ti vo de ca rác ter in duc tor o
pro li fe ra ti vo que es be ne fi cio so
en los pro ce sos de ci ca tri za ción
de cual quier he ri da, ob ser van do
que a par tir del ter cer día, la pro li -
fe ra ción de fi bro blas tos se en -
El Antoniano 125 – Marzo de 2014 153

Pablo Fidel Grajeda Ancca, Ninoska Sánchez Palomino, Claudia Patricia Tupayachi Flores, Fernando Murillo Salazar
cuen tra de ma ne ra abun dan te. En otro es tu dio rea -
li za do por Moi sés Con do ri Na va rre te (2004) con -
clu ye que el llan tén uti li za do en for ma de gel en la
ci ca tri za ción post biop sia de co ne jos de raza
California, tiene mayor eficacia dentro de las
primeras 24 horas encontrando diferencia
significativa en la granulación presentando
abundante fibroblastos y fibras colágenas, lo cual
discrepa con nuestro estudio encontrándose esta
diferencia marcada ya al tercer día.
En cuan to a la an gio gé ne sis en nues tro gru po
con trol has ta el cuar to día se pre sen ta en for ma
mo de ra da que co rres pon de a la li te ra tu ra en la
cual en la ci ca tri za ción de una he ri da nor mal al quin -
to día la neo vas cu la ri za ción es má xi ma, mien tras
que en nues tro gru po ex pe ri men tal esta se pre sen -
ta en forma marcada ya a las 84 horas.
De acuer do al gra do de ci ca tri za ción el cual se ob -
tu vo como un re su men de to dos los cua dros his to ló -
gicos sumando los datos obtenidos en cada indicador,
se ob ser vó gran di fe ren cia en tre los gru pos, en las pri -
meras 12 horas nuestro grupo experimental obtuvo
una calificación de 10 correspondiente al Grado de
Ci ca tri za ción Leve, en cuan to al gru po con trol a las
12 ho ras tam bién se ob ser va un Gra do de Ci ca tri za -
ción Leve mien tras que a las 24 ho ras tie ne una va lo -
ración de 6 correspondiente al Grado de Cicatrización
Au sen te esto se debe a que en la pre sen cia de in -
filtrado inflamatorio se presenta como una curva; al inicio
es leve incrementándose de manera gradual para
des pués re mi tir to tal men te, por lo que el gru po con -
trol el infiltrado inflamatorio a las 12 horas se presenta
en for ma leve in cre men tán do se a las 24 ho ras en un
ni vel mar ca do, mien tras que en el grupo
experimental éste no llega a alcanzar de una forma
marcada, lo cual podemos atribuir al efecto
antiinflamatorio del llantén.
Se ob ser va que en am bos gru pos, el gra do de
ci ca tri za ción au men ta se gún el tiem po; en el gru -
po ex pe ri men tal lle ga a ob te ner el má xi mo de
pun tua ción 24, que co rres pon de al Gra do de Ci -
ca tri za ción Mar ca do; esta pun tua ción baja has ta
23 a las 96 ho ras por la dis mi nu ción de la an gio gé -
ne sis que de sa pa re ce al final del proceso de
cicatrización.
Existe diferencia, en el proceso de cicatrización del
grupo experimental y control en función del tiempo
siendo en esta ultima clínicamente 3 veces más lenta
que el grupo experimental e histológicamente el proce
so de ci ca tri za ción se pre sen ta en la mi tad del tiem -
po en el grupo experimental Podemos mencionar
tam bién que por en con trar nos en una zona de al tu ra
encontrarnos factores que favorecen el proceso de cica
tri za ción como la me nor pre sión par cial de oxi ge -
no que favorece a la granulación de la angiogénesis así
como tam bién que en la po bla ción de al tu ra exis te
ma yor can ti dad de pla que tas, la me du la ósea roja pro -
duce mayor eritropoyesis. En cuanto a proteínas existe
en mayor cantidad favoreciendo a la unión estructural,
es así que nues tro gru po con trol se ob ser va an gio -
gé ne sis ya a las 60 ho ras en com pa ra ción a la
literatura que menciona la angiogénesis ya al 5º día,
mientras en nuestro grupo experimental se presento
a las 36 horas.
CONCLUSIONES
– 1. En el pro ce so ace le ra dor de la ci ca tri za -
ción, clí ni ca men te se ob ser vó un afron ta mien -
to de los bor des de la he ri da in ci sa pro vo ca da
a par tir de las 24 ho ras en el gru po ex pe ri men -
tal (con apli ca ción de ex trac to de Plan ta go ma -
jor), mien tras que en el gru po con trol este
fenómeno se presento a las 96 horas.
– 2. En el aná li sis his to ló gi co, se com pro bó la
pre sen cia de fi bras co lá ge nas a par tir de las 36
ho ras en el gru po ex pe ri men tal, mien tras que
en el gru po con trol este he cho se pre sen to a
partir de la 60 horas.
– 3. El ex trac to hi droal cohó li co al 25% de Plan -
ta go ma jor tie ne efec to ace le ra dor en el pro -
ce so de ci ca tri za ción de heridas.
REFERENCIAS
—Agapito, Teodoro; Sunc, Isabel. Fitomedicina 1100 Plantas
Medicinales. Editorial Isabel. Tomo 2. 2004
—Alarcón Adriana. Libro de Plantas Mágicas. CONCYTEC– Perú
1998
—Bruneton, Jean. Farmacognocia – Fitoquímica Plantas Medicinales.
Editorial Acribia. SA :España 2º Edición
—Hartman. Las Heridas y su Tratamiento. España .Editorial. Mcgraw
Hill Interamericana 1999
—Leon. P. Actividad Antifúngica In Vitro de una crema de Plantago
Major . Revista Cubana de plantas medicinales 1.3,9–12.1996
—Loaiza, V. Efecto Antiinflamatorio del Extracto Acuoso del Plantago
Major.UNMSM.1991
—McGraw.Hill. Diccionario Medico Dorland. 24º Edición .Editorial
Interamerica. España1993
—Robbins, M.D. Patología Estructural y Funcional. Editorial McGraw.
España 1995
—Shafer, W.G. Tratado de Patología Bucal. Editorial McGraw.
España.1995
—Zuñiga Vellatin, Dario; Quisillupanqui Moreano, Lucas. Manejo de
Cuyes. 1º Edición. Cusco – Perú. 1995
—http://www.español.geocities.com./profedrago/pielycicat.htm,
revisado el 13 de mayo del 2007
—www.iespana.es/naturaeducacion/met/_especllantenmajor.htm,
consultado el 20 de marzo del 2007
154 El Antoniano 125 – Marzo de 2014

SATISFACCIÓN DEL USUARIO EXTERNO EN
HOSPITALES DEL MINISTERIO DE SALUD
INFLUENCIA DE LA CALIDAD DE ATENCIÓN RECIBIDA, EN LA CIUDAD DEL CUSCO, 2011
Yahaira Paola Vargas Gonzales 1
RESUMEN: La per cep ción de la sa tis fac ción
del usua rio so bre la aten ción re ci bi da en los
servicios de salud es importante, para evaluar
la ca li dad de aten ción, y en fun ción de ella
plantear mejoras continuas de la calidad de
atención. Objetivo del estudio fue determinar
la re la ción en tre la ca li dad de aten ción re -
cibida y la satisfacción del usuario externo en
los dos hospitales del Ministerio de Salud de
la ciu dad del Cus co, 2011. Se rea li zó un es tu -
dio de tipo descriptivo, transversal y prospectivo.
La muestra estuvo representada por
476 pacientes (238 en cada hospital) utilizándose
el muestreo aleatorio sistemático. Se
entrevisto a usuarios de consulta externa mayo
res de 14 años, o si eran me no res, a la per -
so na adul ta que lo acom pa ña ba y que die ron
sus asentimiento para participar en el estudio.
Los principales resultados mostraron
que, un 59% de los en cues ta dos es tu vie ron
en de sa cuer do con el ho ra rio de aten ción, el
66% manifestaron que el tiempo de espera
es inadecuado y un 23% manifestaron estar
satisfechos o muy satisfechos con la atención
recibida. Se aprecia que existe influencia directa
de la atención recibida en la satisfacción
del usua rio ex ter no en los dos hos pi ta les Mi -
nis te rio de Sa lud de la ciu dad del Cus co, lo
que requiere y exige mejorar de manera
importante aspectos como el tiempo de
espera y el horario de atención entre otros.
Palabras Clave: Satisfacción del usuario,
calidad de atención.
1 Magíster. Profesora auxiliar en la carrera profesional de Odontología de la Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco.
E–mail: yhajaod@hotmail.com
El Antoniano 125 – Marzo de 2014 155

Yahaira Paola Vargas Gonzales
AB STRACT. The per cep tion of user sat is fac tion on the care re ceived
in health ser vices is im por tant to as sess the qual ity of care, and raise it
ac cord ing to con tin u ous im prove ments in qual ity of care. Aim of the
study was to de ter mine the re la tion ship be tween the qual ity of care
re ceived and ex ter nal user sat is fac tion in both Ministerio de Salud hos -
pi tals of the city of Cusco, 2011. Meth ods: We per formed a de scrip -
tive study, cross–sec tional and pro spec tive study. The sam ple was rep -
re sented by 476 pa tients (238 in each hos pi tal ) us ing sys tem atic ran -
dom sam pling . Us ers were in ter viewed out pa tients older than 14
years, or if they were mi nors, to the adult who ac com pa nied him and
who gave their con sent to par tic i pate in the study. The main re sults
showed that 59% of re spon dents dis agreed with the hours of care,
66 % re ported that the wait ing time is in ad e quate and 23% were sat is -
fied or very sat is fied with the care re ceived. We ob served that there is
direct influence the attention received by the
ex ter nal user sat is fac tion in both Ministerio de
Salud hos pi tals of the city of Cusco, which re -
quires and demands significantly improve aspects
such as waiting times and hours of care
between others. Keywords: User satisfaction,
quality of care.
a si tua ción de la sa lud y del sec tor
Lsa lud en el país es preo cu pan te.
Uno de los indicadores más significati
vos se en cuen tra en la asig na ción
económica que este sector tiene en
el Presupuesto Nacional. De acuerdo
al Infor me de la Orga ni za ción Pa -
na me ri ca na de la Sa lud “el Perú es
uno de los paí ses de la Re gión Pa na -
mericana que menos invierte en salud.
El Perú in vier te 4.8% de su PBI,
ci fra cer ca na a la de los paí ses con
me nos gas to en sa lud como Ecua -
dor que des ti na 4.5% de su PBI, y
di fe ren te a la de paí ses como Ve ne -
zue la que gas ta 9.5% de su PBI” (1).
A ello se aña de, la mar ca da di fe ren -
cia ción en el ac ce so a los servicios
de salud debido a razones
económicas, geográficas y
étnico–culturales.
En los úl ti mos años los paí ses han
tenido importantes transformaciones
en la or ga ni za ción de sus Sis te -
mas Na cio na les de Sa lud (el Perú
no es aje na a ella), que han in vo lu -
cra do la ca li dad de la aten ción como
“El Perú invierte
4.8% de su PBI,
cifra cercana a la
de los países con
menos gasto en
salud como
Ecuador que
destina 4.5% de
su PBI, y
diferente a la de
países como
Venezuela que
gasta 9.5% de
su PBI.”
uno de los pilares fundamentales de la prestación de
los ser vi cios de sa lud. De ello se de du ce que la ca li -
dad de atención es un requisito fundamental orientado
a otorgar seguridad a los usuarios, maximizando
los beneficios y minimizando los riesgos en la prestación
de los ser vi cios, lo que con lle va a la ne ce si dad de
implementar sistemas de gestión de la calidad en todas
las instituciones prestadoras del sistema, que pue -
da ser evaluado regularmente, para lograr mejoras
2 OPS (2001) Cuen tas Na cio na les en Sa lud. Perú: 1995-1998. Mi nis te rio de Sa lud – OPS. Lima.
pro gre si vas en cuan to a la ca li dad. Este sis te ma a ni vel
del Perú, es en ten di da por el Mi nis te rio de Sa lud
como el conjunto de estrategias, metodologías, instrumentos
y procedimientos que permitan contar
con evidencias de manera permanente y organizada
de la ca li dad de aten ción y ni ve les de sa tis fac ción de
los usuarios internos y externos; entendiéndose por
Calidad como: “El alto nivel de excelencia profesional
y usando eficientemente los recursos con un mínimo
de ries go para el pa cien te, para lo grar un alto gra do
de sa tis fac ción por par te de este y
produciendo un impacto final positivo
de sa lud”. En el país, este
proceso de implementación del
Sistema de Gestión de la Calidad
está en etapa incipiente e inicial,
situación que ocurre en el Hospital
Regional y el Hospital Antonio
Lorena del Cusco.
La ca li dad de los ser vi cios de sa -
lud es un tó pi co que ha to ma do re -
le van cia en el mun do a par tir de la
dé ca da de los ochen ta y no ven ta,
este vertiginoso crecimiento se ha
manifestado de diversas maneras,
un factor que se visto involucrado
es la ma yor par ti ci pa ción de la po bla -
ción en la ad mi nis tra ción de los ser vi -
cios de sa lud que exi ge una me jor
calidad de servicio 2
. La literatura tradicional
sostiene que la satisfacción
está relacionada con el tamaño y la
dirección de la no confirmación de
las expectativas iniciales respecto a
la experiencia con un producto o
servicio.
Con los pro ce sos de re for ma del
sector salud que actualmente viven
la ma yo ría de los paí ses en La ti no -
américa, la percepción que tienen
los clien tes so bre los ser vi cios de sa -
lud ha empezado a considerarse
como un aspecto importante.
Sien do la sa tis fac ción del usua rio (SU) un tema de
in te rés cre cien te en el mar co de la sa lud pú bli ca y de
la gestión de los servicios de salud; considerado un
eje an gu lar de la eva lua ción de ser vi cios de sa lud y un
re sul ta do de la ca li dad de la asis ten cia y de su efec ti vi -
dad. Considero de importancia desarrollar el presente
trabajo de investigación que explore de que manera
influye la calidad de atención brindada en relación a
la sa tis fac ción del usua rio ex ter no que acude a los dos
156 El Antoniano 125 – Marzo de 2014

Satisfacción del usuario externo en hospitales del ministerio de salud
Hospitales Ministerio de Salud de
la ciudad del Cusco.
OBJETIVOS DE LA
INVESTIGACIÓN
De ter mi nar la in fluen cia de la
ca li dad de aten ción re ci bi da en la
sa tis fac ción del usua rio ex ter no
que acu de a los dos Hos pi ta les
Mi nis te rio de Sa lud de la ciudad
del Cusco, 2011.
OBJETIVOS ESPECÍFICOS
– 1.Determinar la influencia de la
calidad de atención recibida según:
tiem po de es pe ra, con for -
midad en relación al horario de
atención, conformidad sobre el
con fort de la sala de es pe ra, mo -
dernidad de equipamiento, opinión
so bre cos tos de aten ción;
en la satisfacción del usuario
externo.
– 2.Determinar la influencia de la
calidad de atención recibida según:
con for mi dad con el tra to
recibido por el profesional y el
personal del Hospital, conformidad
con la du ra ción de la aten -
ción, comprensión del diagnostico
y del tra ta mien to; en la
satisfacción del usuario externo.
– 3.Determinar la influencia de la
calidad de atención recibida según:
re cep ción de la re ce ta,
comprensión de la receta, opinión
so bre cos tos de los me di -
camentos, señalización para ubicar
el consultorio externo y su
ubicación, privacidad de la atención,
seguridad en el Hospital,
limpieza de servicios higiénicos,
facilidad para eliminar basura,
agrado sobre atención recibida,
opinión sobre como quisieran
ser atendidos, facilidad de trámites
para la aten ción e in te rés de
atenderse en el Hospital de
estudio; en la satisfacción del
usuario externo.
ASPECTOS ÉTICOS,
LIMITACIONES Y
ALCANCES DE LA
INVESTIGACIÓN
El es tu dio cum plió con las nor -
mas y códigos internacionales y nacionales
sobre la ética en investigación,
mas aun si el es tu dio de sa rro -
lla do se con si de ra como de Estu -
dio de Riesgo Mínimo, habiéndose
considerado la participación voluntaria
de los sujetos en estudio
pre vio asen ti mien to, sien do el
llenado de las encuestas de
carácter anónimo.
La medición de la satisfacción
del usua rio ex ter no en los ser vi -
cios de sa lud tie ne un com po nen -
te sub je ti vo, que está en fun ción
Gráfica Nº 01: percepción sobre el tiempo de espera en consulta externa,
hospitales Mi nis te rio de Sa lud Cusco, 2011
de sus necesidades, sus experiencias
pre vias, sus va lo res, sus prin ci -
pios, sus nor mas, su ni vel so cioe -
co nó mi co y cultural, y sus
paradigmas.
Podría estar limitado en función
de la disponibilidad de tiempo de
los usua rios ex ter nos, de su ma du -
rez y sin ce ri dad por par te de los
usuarios externos para responder
las pre gun tas de la en cues ta; así
como que no se en cuen tra con an -
te ce den tes es pe cí fi cos de
investigaciones en la Región.
HIPÓTESIS DE LA
INVESTIGACIÓN
La satisfacción del usuario externo
que acu de a los dos Hos pi ta les
Mi nis te rio de Sa lud de la ciu dad
del Cus co es re gu lar y está in fluen -
cia da por la ca li dad de atención
recibida.
MATERIAL Y MÉTODOS
El di se ño del es tu dio fue el
Observacional. El tipo de estudio
desarrollado fue Descriptivo Explicativo,
Transversal, y Prospectivo.
La población del estudio estuvo
constituida por 476 sujetos en estudio;
esto significa 238 sujetos en
estudio en el Hospital Regional y
238 su je tos en es tu dio en el Hos pi -
tal Anto nio Lo re na. El tipo de
muestreo fue Aleatorio
Sistemático.
Cri te rios de Inclu sión. Se en tre -
vis to a aque llos usua rios que bus ca -
ban atención en consulta externa
en ambos Hospitales de estudio,
que se en cuen tren en una edad
ma yor de 14 años o si se tra ta se
de un me nor de edad se en tre vis -
to a la per so na adul ta que lle ve al
me nor a la con sul ta; y que den su
asen ti mien to para participar en el
estudio.
Criterios de Exclusión: Usuarios
que acu die ron a ser vi cios de
emergencia, hospitalización, o a
realizar trámites administrativos.
El Antoniano 125 – Marzo de 2014 157

Yahaira Paola Vargas Gonzales
La téc ni ca de in ves ti ga ción que se uti li zo en la pre -
sen te in ves ti ga ción fue la en cues ta, en base a un ins -
trumento estructurado de recolección de datos primarios,
que recogió información que necesitamos conocer
sobre el objeto del estudio, con la finalidad de
conocer la realidad a partir de la recopilación de información
que luego permita contrastar las hipótesis. El
pre sen te es tu dio tuvo como instrumento un
cuestionario elaborado para dicho fin.
El Cues tio na rio uti li za do tuvo como base un cues -
tionario estandarizado que se utiliza en el Ministerio
de Sa lud, el que se uti li za como par te del tra ba jo del
área de ca li dad de aten ción en los ser vi cios de sa lud,
tan to a ni vel de los hos pi ta les como de los es ta ble ci -
mien tos de sa lud. La fuen te de re co lec ción de da tos
fue a par tir de la en tre vis ta de los usua rios ex ter nos
de Consulta Externa de ambos Hospitales, al momento
que es tu vie ron sa lien do del Hos pi tal; para lo cual
se bus co un lu gar adecuado y alejado de otros
usuarios y del personal del Hospital.
Se em pleo una base de da tos de acuer do a las
va ria bles es tu dia das, lue go se rea li zo el aná li sis
es ta dís ti co des crip ti vo con me di das de ten den cia
cen tral, tal como el nú me ro y el por cen ta je. Para
me dir el tipo de re la ción en tre las va ria bles, se
uso el chi–cua dra do; me di da a par tir del cual, se
es ti ma ra si los re sul ta dos mos tra dos son es ta dís ti -
ca men te sig ni fi ca ti vos, para lo cual se cal cu la ra el
va lor de p; se con si de ra ra que los re sul ta dos es -
tán mos tran do una aso cia ción y que esta es es ta -
dís ti ca men te significativa, si el valor de p es
menor de 0.05 (p

Satisfacción del usuario externo en hospitales del ministerio de salud
Gráfica nº 02: percepción sobre el horario de atención en consulta externa,
hospitales Mi nis te rio de Sa lud Cusco, 2011
Gráfica nº 03: percepción sobre la comodidad en la sala de espera, hospitales Mi nis -
te rio de Sa lud Cusco, 2011
Gráfica nº 4: percepción sobre el costo de la atención recibida en consultorios
externos hospitales Mi nis te rio de Sa lud Cusco, 2011
El Antoniano 125 – Marzo de 2014 159

Yahaira Paola Vargas Gonzales
Res pec to al pago de la con sul ta ex ter na,
apre cia mos que en el Hos pi tal Re gio nal la ma -
yo ría de en cues ta dos res pon dió que pago por
la con sul ta (55.5%), mien tras que en Hos pi tal
Anto nio Lo re na el gru po ma yo ri ta rio (54.6%)
res pon dió que era be ne fi cia rio del Se gu ro Inte -
gral de Sa lud (SIS), lo cual nos de mues tra que
el Hos pi tal Anto nio Lo re na atien de la ma yo ría
de re fe ren cias pro ve nien tes de los di fe ren tes
Cen tros de Sa lud, tanto de las redes y micro
redes del Ministerio de Salud.
En re la ción al tiem po de es -
pe ra (grá fi ca 1), se apre cia que
un 97.9% y 94.6% de los usua -
rios de con sul ta ex ter na del
Hos pi tal Re gio nal y Hos pi tal
Anto nio Lo re na tien den a ca li fi -
car el tiem po que tu vie ron que
es pe rar para la aten ción como
ina pro pia do (ina de cua do,
regular y muy inadecuado).
Al com pa rar quie nes con si de -
ran como ina pro pia da la aten -
ción re ci bi da en el Hos pi tal Re -
gio nal res pec to al Hos pi tal
Anto nio Lo re na, se pue de apre -
ciar que si exis ten di fe ren cias
es ta dís ti ca men te sig ni fi ca ti vas
en es tas per cep cio nes, que dan -
do me jor el Hos pi tal Anto nio
Lo re na. De ma ne ra más di rec -
ta po dría mos de cir que, a pe sar
que am bos hos pi ta les brin dan
una aten ción ina pro pia da se -
gún la per cep ción de los usua -
rios de am bos hos pi ta les en es -
tu dio, di ría mos que la per cep -
ción que se tie ne so bre el tiem -
po de es pe ra en el Hos pi tal Re -
gio nal es más de fi cien te. Este
re sul ta do en par te se ria ex pli ca -
ble por que la po bla ción que
acu de al Hos pi tal Anto nio Lo re -
“Se evidencia
que el per so nal
de sa lud que
realizó la
aten ción a los
encuestados, en
un alto
porcentaje
fueron los
Médicos, tanto
en el Hos pi tal
Regional
(88.9%) como
en el Hos pi tal
Antonio Lorena
(92%).”
na es una po bla ción de con di ción so cioe co nó -
mi ca más de fi cien te y que los usuarios del
Hospital Antonio Lorena en promedio tienen
menor grado de instrucción, lo cual influiría en
dicha percepción.
Estu dios si mi la res mues tran re sul ta dos pa re -
ci dos, así en la in ves ti ga ción de no mi na da “Me -
di ción de la sa tis fac ción en usua rios de los ser vi -
cios de sa lud del ins ti tu to de pre ven ción del
pro fe so ra do de la Uni ver si dad Cen tral du ran -
te el úl ti mo tri mes tre”, en el 2009 rea li za do en
Ve ne zue la por Zai da Aran gu ren, los pa cien tes
con si de ra ron al tiem po de es pe ra para ser
aten di dos como malo o de fi cien te en un 42%
y 43% re gu lar, sien do este re sul ta do si mi lar al
en con tra do en nues tro es tu dio. Es ne ce sa rio
con si de rar al tiem po de es pe ra como un fac tor
im por tan te en la per cep ción so bre los
usuarios externos de ambos hospitales ya que
esto influye en la mejora continua de la calidad.
En cuan to a su per cep ción so -
bre el ho ra rio de aten ción en
con sul ta ex ter na (grá fi ca 2), se
apre cia que un 91.1% y un
84.4%, para el Hos pi tal Re gio -
nal y el Hos pi tal Anto nio Lo re -
na, tien den a ca li fi car el ho ra rio
en que se brin da la aten ción en
con sul to rios ex ter nos como
ina pro pia do (muy en de sa cuer -
do, en de sa cuer do y re gu lar) y
es categórica en ambos
Hospitales.
Re fe ren te a la co mo di dad de
la sala de es pe ra (grá fi ca 3),
apre cia mos que un 91.6% para
el Hos pi tal Re gio nal y un 92%
para el Hos pi tal Anto nio Lo re -
na, lo con si de ran como ina pro -
pia do (muy en de sa cuer do, en
de sa cuer do y re gu lar); exis tien -
do di fe ren cias es ta dís ti ca men te
sig ni fi ca ti vas fren te a los que
con si de ran como apro pia do
(de acuer do), la co mo di dad de
la sala de es pe ra. Estu dios si mi -
la res mues tran re sul ta dos se -
me jan tes, como el de Ma ría Te -
re sa Ve lás quez (Espa ña
—2001), don de solo el 18%
de los usua rios manifestó estar
conforme con la estructura del
Hospital Virgen de las Nieves.
En cuan to a su per cep ción so bre el cos to de
la aten ción re ci bi da en con sul to rios ex ter nos
(Grá fi ca 4), el 30.2% y el 23.4% para el Hos pi -
tal Re gio nal y el Hos pi tal Anto nio Lo re na lo ca li -
fi co como ina pro pia do, no exis tien do di fe ren -
cias es ta dís ti ca men te sig ni fi ca ti vas en tre am -
bos Hos pi ta les. Sin em bar go en el Hos pi tal Re -
gio nal con si de ran el cos to de la aten ción como
apro pia do (De acuer do y muy de acuer do) un
25.2%, fren te a un 21.9% del Hos pi tal Anto -
160 El Antoniano 125 – Marzo de 2014

Satisfacción del usuario externo en hospitales del ministerio de salud
Gráfica nº 5: percepción sobre el trato recibido por el responsable de la atención
en consulta externa, hospitales Mi nis te rio de Sa lud Cusco, 2011
Gráfica nº 6: percepción sobre el tiempo que duro la atención en consulta externa,
hospitales Mi nis te rio de Sa lud Cusco, 2011
Gráfica nº 7: percepción sobre entendimiento del paciente acerca del tratamiento a
recibir hospitales Mi nis te rio de Sa lud Cusco, 2011
nio Lo re na. Al com pa rar am -
bas pro por cio nes en tre los
que con si de ran apro pia do e
ina pro pia do el cos to de la
aten ción, igual men te no exis -
ten di fe ren cias es ta dís ti ca men -
te sig ni fi ca ti vas en tre am bos
Hos pi ta les. Estos re sul ta dos
di fie ren a los es tu dios de Edith
Peña (Abancay —2006),
Carla Andia (Cusco —2002),
donde los costos de los
tratamientos son
considerados como bajos.
En la grá fi ca 5, apre cia mos
su per cep ción so bre el tra to
re ci bi do por el res pon sa ble
de la aten ción en la con sul ta
ex ter na, don de el 64.7% para
el Hos pi tal Re gio nal y el
63.1% para el Hos pi tal Anto -
nio Lo re na, lo con si de ro
como apro pia do (ama ble y
muy ama ble).Sien do es tos re -
sul ta dos si mi la res al es tu dio
de Zai da Aran gu ren, don de el
87% de los en cues ta dos ca li fi -
co como ex ce len te el tra to re -
ci bi do, en con tra dic ción con
los es tu dios de Rosa Ortiz
(Me xi co —2004) y Ma ría Te re -
sa Ve lás quez (Espa ña —2001)
donde los encuestados
calificaron como malo el trato
recibido.
Acer ca de su per cep ción so -
bre el tiem po que duro que la
aten ción en con sul ta ex ter na
(grá fi ca 6), apre cia mos que el
69.9% en el Hos pi tal Re gio nal
y el 60.3% en el Hos pi tal Anto -
nio Lo re na, lo con si de ro como
ina pro pia do (Muy en de sa cuer -
do, en de sa cuer do y re gu lar);
exis tien do di fe ren cias es ta dís ti -
ca men te sig ni fi ca ti vas cuan do
com pa ra mos es tos re sul ta dos
fren te a quie nes lo con si de ra -
ron como apro pia do (De acuer -
do y muy de acuer do) en am -
bos Hos pi ta les, es decir en
ambos hospitales el tiempo que
duro la atención es muy corto.
El Antoniano 125 – Marzo de 2014 161

Yahaira Paola Vargas Gonzales
Res pec to a su per cep ción so bre el en ten di -
mien to del pa cien te acer ca de su pro ble ma de
sa lud (Grá fi ca 7), el 55.8% en el hos pi tal Re gio -
nal y el 53.8% para el hos pi tal Anto nio Lo re na
lo con si de ro como ina pro pia do (Muy en de sa -
cuer do, en de sa cuer do y re gu lar); no exis tien -
do di fe ren cias es ta dís ti ca men te sig ni fi ca ti vas
en tre am bos Hos pi ta les, es de cir en am bos
hos pi ta les no exis te un en ten di mien to por
parte de los pacientes acerca del tratamiento
que deben recibir.
En cuan to a la re cep ción de la re ce ta en con -
sul ta ex ter na, el 81.1% en el Hos pi tal Re gio nal
tuvo re ce ta y un 78.2% en el Hos pi tal Lo re na,
con los cual apre cia mos que la ma yo ría de los
pa cien tes sa len de la con sul ta con su re ce ta res -
pec ti va. Sin em bar go al pre gun tar acer ca de su
per cep ción so bre el en ten di mien to de la re ce -
ta (Grá fi ca 8), el 88.6% en el Hos pi tal Re gio nal
y el 88.2% en el Hos pi tal Anto nio Lo re na, lo
con si de ro como ina pro pia do (Muy en de sa -
cuer do, en de sa cuer do y regular); existiendo
diferencias estadísticamente significativas.
Y con re la ción a su per cep ción so bre el cos -
to de los me di ca men tos en la far ma cia del Hos -
pi tal, el 57.3% en el Hos pi tal Re gio nal lo con si -
de ran como ina pro pia do (Muy en de sa cuer do,
en de sa cuer do y re gu lar) fren te a un 42.7%
que lo con si de ran como apro pia do (De acuer -
do y muy de acuer do), no exis tien do di fe ren -
cias es ta dís ti ca men te sig ni fi ca ti vas en tre am bas
pro por cio nes. Mien tras que en el Hos pi tal
Anto nio Lo re na el 63.8% con si de ra como ina -
pro pia do el cos to de los me di ca men tos, fren te
a un 36.2% que lo consideran apropiado,
existiendo diferencias estadísticamente
significativas.
En re fe ren cia a la fa ci li dad de ubi ca ción del
con sul to rio ex ter no don de re ci bió la aten ción
(Grá fi ca 9), po de mos apre ciar que el 63.9%
en el Hos pi tal Re gio nal y el 79.9% en el Hos pi -
tal Anto nio Lo re na lo con si de ra ron como ina -
pro pia do (Muy en de sa cuer do, en de sa cuer do
y re gu lar), exis tien do di fe ren cias es ta dís ti ca -
men te sig ni fi ca ti vas fren te a quie nes lo con si de -
ra ron como apro pia do (De acuer do y muy de
acuer do) en am bos Hos pi ta les. Es de cir en am -
bos hos pi ta les los usua rios con si de ran que la
ubi ca ción de los con sul to rios ex ter nos es ina -
pro pia da. Estos re sul ta dos son di fe ren tes a los
de Edith peña (Aban cay —2006), donde los
usuarios consideraron en un 81.2% que los
consultorios fueron fáciles de ubicar.
Con res pec to a la per cep ción so bre la pri va -
ci dad de la aten ción re ci bi da (Grá fi ca 10), po -
de mos apre ciar que un 66% en el Hos pi tal Re -
gio nal lo con si de ra como apro pia do (De acuer -
do y muy de acuer do) y un 34% como ina pro -
pia do (En de sa cuer do y re gu lar); exis tien do di -
fe ren cias es ta dís ti ca men te sig ni fi ca ti vas. Con -
tra ria men te en el Hos pi tal Anto nio Lo re na
solo un 19.3% con si de ra como apro pia do la
pri va ci dad de la aten ción re ci bi da y un 79.7%
como ina pro pia da, existiendo igualmente
diferencias estadísticamente significativas.
Tam bién ob ser va mos que el 51.7% en el
Hos pi tal Re gio nal y el 53.8% en el hos pi tal
Anto nio Lo re na, usa los ser vi cios hi gié ni cos
del hos pi tal. Sin em bar go el 95.1% y el 87.5%
en el Hos pi tal Re gio nal y en el Hos pi tal Anto -
nio Lo re na con si de ran como ina pro pia do
(Muy en de sa cuer do, en de sa cuer do y re gu lar)
la lim pie za de los ser vi cios hi gié ni cos y cuan do
com pa ra mos es tos re sul ta dos fren te a los que
con si de ran apro pia do (De acuer do) la lim pie -
za de los ser vi cios hi gié ni cos, si exis ten di fe ren -
cias es ta dís ti ca men te sig ni fi ca ti vas, es de cir
que en ambos Hospitales la limpieza de los
servicios higiénicos es igualmente inapropiada.
La opi nión de los usua rios so bre como qui -
sie ran ser aten di dos en con sul ta ex ter na, en
la cual el 60% en el Hos pi tal Re gio nal de sea -
rían mas ex pli ca ción, ser aten di dos sin prac ti -
can tes (56.4%), con pa cien cia y ama bi li dad
(56%), más tiem po en la con sul ta (49.6%).
Mien tras que en el Hos pi tal Anto nio Lo re na el
52.9% de sea ría ra pi dez en trá mi tes ad mi nis tra -
ti vos, me jor sis te ma ad mi nis tra ti vo (52.7%),
mejor trato (51.9%), mejor examen médico
(51.4%).
En cuan to a la per cep ción so bre si con si de -
ran los trá mi tes en con sul ta ex ter na apro pia -
dos, los en cues ta dos tien den a ca li fi car los
como ina pro pia do (Muy en de sa cuer do, en de -
sa cuer do y re gu lar), en un 95.8% para el Hos -
pi tal Re gio nal y un 97.1% para el Hos pi tal
Anto nio Lo re na, exis tien do di fe ren cias es ta dís -
ti ca men te sig ni fi ca ti vas fren te a quie nes con si -
de ra ron como apro pia do (De acuer do) los tra -
mi tes en con sul ta ex ter na en am bos Hos pi ta -
les, es de cir en am bos Hos pi ta les los usua rios
consideran como igualmente inapropiados los
trámites en consulta externa.
La per cep ción so bre la sa tis fac ción del usua -
rio con la aten ción re ci bi da en con sul ta ex ter -
na, don de el 76.5% en el Hos pi tal Re gio nal y
162 El Antoniano 125 – Marzo de 2014

Satisfacción del usuario externo en hospitales del ministerio de salud
Gráfica n° 8: percepción sobre el entendimiento de la receta, hospitales Mi nis te rio
de Sa lud Cusco, 2011
Gráfica n° 9: percepción sobre ubicación del consultorio donde se aten dió, hos pi ta -
les Mi nis te rio de Sa lud Cusco, 2011
gráfica n° 10: percepción sobre la privacidad de la atención recibida, hospitales Mi nis -
te rio de Sa lud Cusco, 2011
El Antoniano 125 – Marzo de 2014 163

Yahaira Paola Vargas Gonzales
el 77.7% en el Hos pi tal Anto nio Lo re na lo con -
si de ra como ina pro pia do (Muy in sa tis fe cho, in -
sa tis fe cho y re gu lar), exis tien do di fe ren cias es -
ta dís ti ca men te sig ni fi ca ti vas fren te a quie nes
los con si de ran apro pia do (Sa tis fe cho y muy sa -
tis fe cho). Estos re sul ta dos dis cre pan con los es -
tu dios de Rosa Ortiz (Me xi co —2004), Ma ría
Te re sa Ve lás quez (Espa ña —2001), Ma gro R.
(Gua da la ja ra —1991), Clau dia Ra mos (Perú
—2008), Gla dis Hui za (Perú —2003), Juan Se -
clen (Perú —2000), Edith Peña
(Aban cay —2006), Mel vin Ri -
cal de (Cus co —2003), Víc tor
Andra de (Cus co —2000), quie -
nes en con tra ron que los usua -
rios ca li fi can la aten ción re ci bi -
da como bue na, y es ta ban ma -
yo ri ta ria men te “Sa tis fe chos”
por la aten ción re ci bi da, esto
pro ba ble men te se re la cio na a
que los usua rios se con si de ran
sa tis fe chos por múl ti ples fac to -
res, que no in vo lu cran el pro ce -
so de la aten ción mis ma. Sin
em bar go en el pro ce so es tu dio
se de ta lla ron di fe ren tes as pec -
tos de la aten ción en con sul ta
ex ter na, desde que el paciente
ingresa al hospital hasta el
proceso de la atención misma,
es por ello que apreciamos que
los usuarios están insatisfechos
con la atención recibida.
Res pec to a la aso cia ción o re -
la ción que pu die ra exis tir en tre
el tiem po de es pe ra y la sa tis fac -
ción del usua rio ex ter no en los
Hos pi ta les en es tu dio, los grá fi -
cos mues tra que las per so nas
que tien den a ca li fi car el tiem po
de es pe ra como re gu lar, ina de -
cua da o muy ina de cua da , tien -
den a ca li fi car la sa tis fac ción en
“La posible
asociación entre
el res pe to a la
privacidad y la
satisfacción del
usuario, donde
la ma yo ría de los
encuestados
calificaron el
respeto a la
privacidad en
términos de
adecuado en
ambos
hospitales en
estudio y la
satisfacción en
términos de
regular,
satisfecho e
insatisfecho.”
tér mi nos de es tar muy in sa tis fe chos, in sa tis fe -
chos o la ca li fi ca de re gu lar; sien do más cla ra
esta re la ción en los que re fie ren que el tiem po
de es pe ra es ina de cua da o muy ina de cua da,
sien do su per cep ción so bre la sa tis fac ción tam -
bién en tér mi nos de es tar in sa tis fe cho, aun que
en el caso del Hos pi tal Anto nio Lo re na hay un
nú me ro im por tan te que ca li fi can el tiem po de
es pe ra como ina de cua do, sien do su per cep -
ción de la sa tis fac ción res pec to a la aten ción
como de re gu lar, esto en par te se ex pli ca ría
por qué el ni vel de ins truc ción de los pa cien tes
que acu den al Hos pi tal Anto nio Lo re na es de
me nor ni vel que los que acu den al Hos pi tal Re -
gio nal. Al eva luar es ta dís ti ca men te so bre si
exis te re la ción en tre tiem po de es pe ra y sa tis -
fac ción del usua rio, se apre cia que exis te una
re la ción es ta dís ti ca men te sig ni fi ca ti va en am -
bos Hos pi ta les; es de cir que, quie nes tien den
a ca li fi car el tiem po de es pe ra como re gu lar,
ina de cua do o muy ina de cua do,
tien den a ca li fi car su sa tis fac -
ción so bre la aten ción re ci bi da,
en tér mi nos de es tar muy in sa -
tis fe chos, in sa tis fe chos o re gu -
lar. Así mis mo ob ser va mos que
en el Hospital Regional el
tiempo de espera no influye en
la satisfacción del usuario,
contrariamente en el Hospital
Antonio Lorena el tiempo de
espera si influye en la
satisfacción del usuario, según
el coeficiente de contingencia.
Con re la ción a la po si ble aso -
cia ción en tre el tiem po de es pe -
ra es ti ma do trans cu rri do y la sa -
tis fac ción del usua rio, po de -
mos apre ciar que el tiem po de
es pe ra apro xi ma do fue de
121–150 mi nu tos y tien den a
ca li fi car la sa tis fac ción en tér mi -
nos de re gu lar, in sa tis fe cho y sa -
tis fe cho, en am bos hos pi ta les.
En cuan to a la po si ble aso cia -
ción en tre el ho ra rio de aten -
ción y la sa tis fac ción del usua -
rio, po de mos apre ciar que la
ma yo ría de los en cues ta dos ma -
ni fes ta ron es tar en de sa cuer do
con el ho ra rio de aten ción en
am bos hos pi ta les y tienden a
calificar la satisfacción en
términos de regular, insatisfecho y satisfecho.
La po si ble re la ción en tre la co mo di dad de la
sala de es pe ra y la sa tis fac ción del usua rio, don -
de la ma yo ría de los en cues ta dos ca li fi co como
re gu lar la co mo di dad de la sala de es pe ra y la
sa tis fac ción en tér mi nos de re gu lar, sa tis fe cho
e in sa tis fe cho en am bos Hos pi ta les. Así mis -
mos con res pec to a la po si ble aso cia ción en tre
la per cep ción so bre el equi pa mien to y la sa tis -
fac ción, apre cia mos que la ma yo ría de los en -
164 El Antoniano 125 – Marzo de 2014

Satisfacción del usuario externo en hospitales del ministerio de salud
cues ta dos ca li fi can el equi pa -
mien to como re gu lar y tien -
den a ca li fi car la sa tis fac ción en
tér mi nos de re gu lar, sa tis fe -
cho e in sa tis fe cho. En cuan to
a la po si ble aso cia ción en tre el
tra to re ci bi do por la per so na
tra tan te y la sa tis fac ción del
usua rio, la ma yo ría de los en -
cues ta dos ma ni fes ta ron que
el tra to re ci bi do fue ama ble y
tien den a ca li fi car la sa tis fac -
ción en tér mi nos de re gu lar,
sa tis fe cho e insatisfecho y
pudimos observar que el trato
recibido por la persona
tratante influye en la
satisfacción del usuario, en
ambos hospitales.
Con res pec to a la po si ble
aso cia ción en tre el tra to del
per so nal del hos pi tal y la sa tis -
fac ción del usua rio, apre cia -
mos que la ma yo ría de los en -
cues ta dos lo ca li fi co como in di -
fe ren te y tien den a ca li fi car la
sa tis fac ción en tér mi nos de re -
gu lar, in sa tis fe cho y sa tis fe -
cho, es de cir el tra to del per so -
nal del hos pi tal in flu ye en la sa -
tis fac ción del usua rio en am -
bos hos pi ta les. La po si ble aso -
cia ción en tre el tiem po que
duro la aten ción y la sa tis fac -
ción del usua rio, don de la ma -
yo ría de los en cues ta dos ca li fi -
co el tiem po que duro la aten -
ción como re gu lar y la sa tis fac -
ción en tér mi nos de re gu lar, in -
sa tis fe cho y sa tis fe cho en am -
bos hos pi ta les, entonces el
tiempo que duro la atención
influye en la satisfacción del
usuario, en ambos hospitales.
En cuan to a la po si ble aso -
cia ción en tre la ex pli ca ción de
su pro ble ma de sa lud y la sa tis -
fac ción del usua rio, apre cia -
mos que la ma yo ría de los en -
cues ta dos ca li fi co como re gu -
lar la ex pli ca ción de su pro ble -
ma de sa lud y la sa tis fac ción en
tér mi nos de re gu lar, in sa tis fe -
cho y sa tis fe cho. Se gún el coe -
fi cien te de con tin gen cia la ex -
pli ca ción de su pro ble ma de
sa lud in flu ye en la sa tis fac ción
del usua rio, en am bos hos pi ta -
les. La aso cia ción en tre la ex -
pli ca ción de su tra ta mien to y
la sa tis fac ción del usua rio, don -
de la ma yo ría de los en cues ta -
dos tien den a ca li fi car la ex pli -
ca ción de su tra ta mien to
como re gu lar y la sa tis fac ción
en tér mi nos de re gu lar, in sa tis -
fe cho y sa tis fe cho en am bos
hos pi ta les, don de pu di mos ob -
ser var que la ex pli ca ción de su
tratamiento influye en la
satisfacción del usuario en
ambos hospitales, según el
coeficiente de contingencia.
En re fe ren cia a la po si ble
aso cia ción en tre el en ten di -
mien to de la re ce ta y la sa tis -
fac ción del usua rio, apre cia -
mos que la ma yo ría de los en -
cues ta dos tien den a es tar en
de sa cuer do con el en ten di -
mien to de la re ce ta y ca li fi can
a la sa tis fac ción en tér mi nos
de re gu lar, in sa tis fe cho y sa tis -
fe cho en am bos hos pi ta les. Se -
gún el coe fi cien te de con tin -
gen cia el en ten di mien to de la
receta influye en la
satisfacción del usuario en
ambos hospitales.
Con res pec to a la po si ble aso -
cia ción en tre el cos to de los me -
di ca men tos en la far ma cia del
hospital y la satisfacción del usua -
rio, apre cia mos que la ma yo ría
de los en cues ta dos no res pon dió
a la pre gun ta; sin em bar go ca li fi ca -
ron la sa tis fac ción en tér mi nos de
regular, insatisfecho y satisfecho
en am bos hos pi ta les. Así mis mo
el cos to de los me di ca men tos en
la far ma cia del hos pi tal in flu ye en
la sa tis fac ción del usuario, en
ambos hospitales, según el
coeficiente de contingencia.
En cuan to a la po si ble aso -
cia ción en tre la fa ci li dad de ubi -
car el con sul to rio y la sa tis fac -
ción del usua rio, apre cia mos
que en el Hos pi tal Re gio nal la
ma yo ría de los en cues ta dos ca -
li fi co como re gu lar la fa ci li dad
de ubi car el con sul to rio, mien -
tras que en el Hos pi tal Anto -
nio Lo re na ma ni fes ta ron es tar
en de sa cuer do; sin em bar go
en am bos hos pi ta les tien den a
ca li fi car la sa tis fac ción en tér -
mi nos de re gu lar, in sa tis fe cho
y sa tis fe cho. Se gún el coe fi -
cien te de con tin gen cia la fa ci li -
dad de ubi car el con sul to rio in -
flu ye en la sa tis fac ción del
usua rio, en am bos hos pi ta les.
La po si ble aso cia ción en tre el
res pe to a la pri va ci dad y la sa -
tis fac ción del usua rio, don de
la ma yo ría de los en cues ta dos
ca li fi ca ron el res pe to a la pri va -
ci dad en tér mi nos de ade cua -
do en am bos hos pi ta les en es -
tu dio y la sa tis fac ción en tér mi -
nos de re gu lar, sa tis fe cho e
insatisfecho. Así mismo, el
respeto a la privacidad influye
en la satisfacción del usuario
en ambos hospitales, según el
coeficiente de contingencia.
CONCLUSIONES
– 1.Los as pec tos de la ca li dad
de aten ción me nos re la cio na -
dos a la sa tis fac ción de los
usua rios en los 2 Hos pi ta les
Mi nis te rio de Sa lud de la ciu -
dad del Cus co son: Tiem po
de es pe ra, con for mi dad en
re la ción al ho ra rio de aten -
ción, y con for mi dad so bre el
confort de la sala de espera.
– 2.Los as pec tos de la ca li dad
de aten ción me nos re la cio -
na dos a la sa tis fac ción de los
usua rios en los 2 Hos pi ta les
Mi nis te rio de Sa lud de la ciu -
dad del Cus co son: Con for -
mi dad con la du ra ción de la
aten ción, y com pren sión
del diag nos ti co y del
tratamiento.
El Antoniano 125 – Marzo de 2014 165

Yahaira Paola Vargas Gonzales
– 3.Los as pec tos de la ca li dad de aten ción me -
nos re la cio na dos a la sa tis fac ción de los usua -
rios en los 2 Hos pi ta les Mi nis te rio de Sa lud
de la ciu dad del Cus co son: Com pren sión
de la re ce ta, lim pie za de ser vi cios hi gié ni -
cos, y fa ci li dad para eli mi nar ba su ra. y
facilidad de trámites para la atención.
– 4.En ge ne ral, 3 de cada 4 usua rios ex pre san
su in sa tis fac ción so bre la aten ción re ci bi da
en Con sul to rios Exter nos de los Hos pi ta les
Mi nis te rio de Sa lud del Cus co, ca li fi cán do la
a esta como inapropiada.
REFERENCIAS
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Ministerio de Salud – OPS. Lima.
—ARANGUREN ZAIDA. Medición de la Satisfacción de los usuarios de
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Universidad Central durante el último trimestre. Venezuela, 2009.
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calidad del Servicio de Urgencias del Centro Medico – Quirúrgico
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—RAMÍREZ TERESITA. Percepción de la calidad de la atención de los
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1998.
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Primaria. Guadalajara, 1991.
—GUTIÉRREZ ERICSON. Tiempo de espera y su relación con la
satisfacción de los usuarios de la farmacia central del Hospital
General de Lima. Perú, 2009.
—RAMOS CLAUDIA. Percepción de las relaciones
médico–paciente, por parte de los usuarios externos de un
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166 El Antoniano 125 – Marzo de 2014

PRODUCCIÓN DE FIBRA DE LA ALPACA HEMBRA
EL EFECTO DEL ESTADO REPRODUCTIVO
P. Walter Bravo 1 , Iván Aedo 2 , Enrique Ampuero 3 , Virgilio Alarcón 4
RESUMEN: El efec to del es ta do fi sio ló -
gi co re pro duc ti vo en el pe so vi vo, lon gi -
tud de fi bra y pe so de ve llón fue de ter -
mi na do en al pa cas hem bras Hua ca ya
des de el mes de Ma yo has ta No viem -
bre (es qui la). Un to tal de 157 al pa cas
hem bras fue ron di vi di das al azar des -
pués del em pa dre en sie te gru pos de
25 ca da uno. Hem bras, tuis (T), va cías
sin cria (VSC), pre ña das sin cria (PSC),
va cías en lac tan cia (VL), pre ña das en lac -
tan cia (PL), ma ta crias pre ña das (MP), y
ma ta crias va cías (MV) fue ron man te ni -
das en pas tu ras na ti vas del cen tro ex pe -
ri men tal La Ra ya. Pe so vi vo (Kg) y lon gi -
tud de fi bra (cm) fue ron de ter mi na dos
men sual men te has ta el mo men to de la
es qui la. Pe so de ve llón (Kg) fue de ter mi -
na do a la es qui la. Los da tos de pe so vi -
vo y pe so de ve llón fue ron ana li za dos
usan do aná li sis de va rian cia, y los da tos
de lon gi tud de fi bra por aná li sis de co va -
rian cia. Exis tió un cam bio (P

P. Walter Bravo, Iván Aedo, Enrique Ampuero, Virgilio Alarcón
1.8 kg pa ra T, VSC, PSC, VL, PL, MV, y MP, res pec ti va men te.
El estado fisiológico reproductivo influye en el peso vivo,
longitud de fibra y peso de vellón de la alpaca hembra
después del empadre al momento de la esquila.
ABSTRACT: The ef fect of re pro duc ti ve physio lo gic sta ge on
body weight, sta ple length, and flee ce weight was de ter mi -
ned in Hua ca ya al pa cas from May through No vem ber (shea -
ring). Alto get her 157 fe ma le al pa cas we re di vi ded ran domly
in to se ven groups of 25 each. Young fe ma les, tuis (T), open
wit hout cria (VSC), preg nant wit hout cria (PSC), lac ta ting
open (VL), lac ta ting preg nant (PL), preg -
nant who se crias died (MP), and open
who se crias died (MV) we re main tai ned
on na ti ve pas tu res at the La Ra ya re -
search cen ter. Body weight (kg) and sta -
ple length (cm) we re de ter mi ned on a
monthly ba sis un til shea ring ti me. Flee ce
weight (Kg) was de ter mi ned at ti me of
shea ring. Da ta on body weight and flee -
ce weight we re analy zed using va rian ce
analy sis, and da ta on sta ple length with co -
va rian ce analy sis. The re was a chan ge
(P= 0.01) in body weight, in crea sed 1.9
Kg in T, and de crea sed, 2.2, 0.1, 0.5, 0.2,
0.1 Kg for VSC, PSC, VL, PL, and MP, res -
pec ti vely. The re was no chan ge in body
weight of MV. Sta ple length in crea sed
(P= 0.01) being 0.8, 0.8, 0.7, 0.7, 0.7,
0.7, 0.7 cm for T, VSC, PSC, VL, PL, MV,
and MP, res pec ti vely. Flee ce weight was
dif fe rent (P= 0.05) being 1.8, 1.9, 1.8,
1.6, 1.6, 1.6 and 1.8 kg for T, VSC, PSC,
VL, PL, MV, and MP, res pec ti vely. The re -
pro duc ti ve physio lo gic sta ge in fluen ces
body weight, staple length and fleece
weight on female alpacas following
breeding until shearing time.
“El propósito de
este estudio fue
determinar la
influencia del
estado
reproductivo,
va cía y pre ñez,
así como
lactancia en
alpacas hembras
Huacaya, y
también el
efec to de la
edad, primípara
(tuis) y multípara
en el peso vivo
del ani mal, la
longitud de fibra
y el peso de
vellón desde la
finalización del
empadre (mayo)
al momento de
la esquila
(noviembre).”
a produc tion de al pa cas y
Lmuy en es pe cial de fi bra
está su je ta al es ta do re pro duc -
ti vo por la que atra vie sa la
hem bra. El ci clo re pro duc ti vo
de la hem bra dura un año y las
hem bras es tán su je tas a va rios
es ta dos re pro duc ti vos. Una
vez que las al pa cas hem bras
tie nen a sus crias, tie nen que
des can sar por un pe río do cor -
to y lue go se em pa dran para
que ten gan una cria por año.
El em pa dre ge ne ral men te
dura dos me ses y la lac ta ción
con ti nua por que la al pa ca
hem bra tie ne una cria al pie
por la que debe pro du cir le -
che y su ce de que la ma yo ría
de las ve ces una al pa ca hem bra pue de es tar
pre ña da y al mis mo tiem po es tar en pro ce so
de lac ta ción, que dura apro xi ma da men te 6 a
7 me ses. Ade más de es tos pro ce sos re pro -
duc ti vos que su ce den uno des pués de otro,
la al pa ca hem bra tie ne que pro du cir fi bra, y
esta fi bra se co se cha anual men te y lo que
ocu rre a me dia dos de Octu bre o los pri me -
ros días de No viem bre. Ade más de bi do al
ma ne jo anual del pro ce so re pro duc ti vo se
tie ne tam bién al pa cas hem bras que que da -
ron va cías del em pa dre an te rior (del año pa -
sa do) y que pue den es tar pre ña das y/o va cías
como pro duc to del pre sen te
em pa dre. Exis te tam bién un
gru po de al pa cas jó ve nes, ge -
ne ral men te de 1 ó 2 años de
edad que in gre san al em pa dre
cada año, y este gru po se co -
no ce como tuis. Todo lo an tes
men cio na do im po ne una car -
ga pe sa da a las al pa cas hem -
bras que tie nen que
reproducirse cada año y
también producir fibra
además de mantener un peso
vivo durante todo el año que
en términos nutritivos se
llama mantenimiento.
El pro pó si to de este es tu dio
fue de ter mi nar la in fluen cia del
es ta do re pro duc ti vo, va cía y
pre ñez, así como lac tan cia en al -
pa cas hem bras Hua ca ya, y tam -
bién el efec to de la edad, pri mí -
pa ra (tuis) y mul tí pa ra en el
peso vivo del ani mal, la lon gi -
tud de fi bra y el peso de ve llón
des de la fi na li za ción del em pa -
dre (mayo) al momento de la
esquila (noviembre).
MATERIALES Y MÉTODOS
El pre sen te es tu dio se lle vó a
cabo en el Cen tro Expe ri men tal
La Raya de la Uni ver si dad Na cio -
nal de San Anto nio Abad del Cus -
co. Este cen tro está lo ca li za do a
4,200 msnm. Se uti li za ron un to -
tal de 157 al pa cas hem bras Hua -
ca ya. Los ani ma les se man tu vie -
ron en pas tu ras nativas del
centro experimental.
Animales
Las al pa cas hem bras fue ron dis tri bui das al
azar en sie te gru pos di fe ren tes de 25 cada
uno, y se iden ti fi ca ron con cin tas de co lo res
ama rra das al are te que los ani ma les tie nen y
168 El Antoniano 125 – Marzo de 2014

Producción de fibra de la alpaca hembra
Cuadro 1. Distribución de los animales para determinar el efecto del estado reproduc
ti vo en el peso vivo y pro duc ción de fi bra de la alpaca hembra.
Grupo Número Descripción breve
Tuis (T) 25 Hembras primíparas, de 1 ó 2 años y en crecimiento
Vacías sin cria (VSC) 25
Preñadas sin cria (PSC) 25
Vacías del empadre del año pasado y del presente empadre,
doble vacía
Vacías del empadre del año pasado, pero que quedaron
preñadas en el presente empadre
Vacías en lactación (VL) 25 Vacías que están lactando, con cria al pie
Preñadas en lactación (PL) 25
Matacría vacías (MV) 7
Hembras que están lactando y que además están preñadas
Hembras cuya cria se murió y que están vacías. Solamente se
encontró 7 animales
Matacria preñada (MP) 25 Hembras cuya cria se murió y que están preñadas.
Total 157
Cua dro 2. Pro me dios de cam bios en peso vivo (Kg) de al pa cas hem bras en di fe ren -
tes estados reproductivos de mayo a noviembre.
Grupo Peso inicial Peso final Cambio
Tuis 36.5 38.5 1.96
Vacías sin cria 58.8 58.5 – 0.24
Preñadas sin cria 55.4 55.2 – 0.13
Vacías en lactación 57.2 56.7 – 0.45
Preñadas en lactación 56.5 56.3 – 0.15
Matacrias vacías 64.6 64.6 0.05
Matacrias preñadas 64.1 64.1 0.00
Cuadro 3. Promedios mensuales de incremento y/o disminución de peso vivo (Kg)
en alpacas hembras en diferentes estados reproductivos de mayo a noviembre.
Grupo May-Jun Jun-Jul Jul-Ago Ago-Set Set-Oct Oct-Nov
Tuis 2.8 3.2 1.1 0.6 1.8 2.3
Vacías sin cria 2.1 – 0.3 – 1.4 – 0.4 – 2.4 0.8
Preñadas sin cria 1.8 – 0.4 – 1.6 0.3 – 2.5 1.6
Vacías en lactación 1.4 – 3.1 – 1.9 – 2.5 0.6 2.8
Preñadas en lactación 1.8 – 0.7 – 0.7 – 1.6 – 1.9 2.2
Matacrias vacías 2.0 – 1.2 0.4 0.8 – 3.0 1.3
Matacrias preñadas 2.8 – 1.2 – 1.4 1.4 – 3.4 1.8
Cua dro 5. Pro me dios men sua les de in cre men to en la lon gi tud de fi bra (cm) en
al pa cas hem bras en di fe ren tes es ta dos re pro duc ti vos de mayo a noviembre.
Grupo Longitud inicial Longitud final Cambio
Tuis 7.5 14.7 7.2
Vacías sin cria 6.1 12.9 6.8
Preñadas sin cria 6.8 12.1 5.3
Vacías en lactación 6.1 11.4 5.3
Preñadas en lactación 6.0 11.9 5.9
Matacrias vacías 6.1 11.9 5.8
Matacrias preñadas 5.3 11.3 6.0
El Antoniano 125 – Marzo de 2014 169

P. Walter Bravo, Iván Aedo, Enrique Ampuero, Virgilio Alarcón
Cua dro 5. Pro me dios men sua les de in cre men to en la lon gi tud de fi bra (cm) en al pa cas hem bras en di fe ren tes es ta dos
re pro duc ti vos de Mayo a Noviembre.
Grupo may-jun jun-jul jul-ago ago-set set-oct oct-nov
Tuis 0.9 0.9 0.9 0.9 0.7 0.8
Vacías sin cria 0.9 0.9 0.9 0.7 0.8 0.5
Preñadas sin cria 0.8 0.9 0.9 0.7 0.6 0.4
Vacías en lactación 0.8 0.7 0.3 0.7 0.8 0.7
Preñadas en lactación 0.8 0.8 0.8 0.7 0.8 0.4
Matacrias vacías 0.9 1.0 0.7 0.6 0.6 0.5
Cua dro 6. Pro me dios de peso de ve llón (Kg) en al pa cas hem bras bajo di fe ren tes es ta dos re pro duc ti vos al mo men to de
la esquila.
Grupo Peso vellón Rango Duncan
Tuis 1.75 0.8 - 1.8 A
Vacías sin cria 1.91 0.7 - 2.4 A
Preñadas sin cria 1.80 0.7 - 1.9 B
Vacías en lactación 1.62 0.3 - 1.7 C
Preñadas en lactación 1.56 0.5 - 1.9 C
Matacrias vacías 1.78 0.8 - 2.1 B
Matacrias preñadas 1.59 0.5 - 1.9 C
que se co lo can des pués del na ci mien to. La
iden ti fi ca ción de los ani ma les fue lue go de una
eco gra fía trans rec tal rea li za da en el mes de
Mayo y des pués del em pa dre. El cua dro 1
ilustra la distribución de los animales.
Peso vivo
Se de ter mi nó men sual men te usan do una ba -
lan za tipo re loj con ca pa ci dad de 100 kg y sus -
pen di da por un trípode
Longitud de fibra
Se de ter mi nó men sual men te usan do una re -
gla mi li me tra da y des de la piel has ta el ex tre mo
dis tal de un me chón de fi bras. La me di ción se
rea li zó en tres lu ga res: pa le ta, flan co y gru pa.
En el pre sen te tra ba jo se re por ta el pro me dio
de la medición de los tres lugares.
Peso de vellón
Se de ter mi nó para cada ani mal al mo men to
de la es qui la en el mes de No viem bre. Se usó
una ba lan za de 10 kg.
Análisis de datos
Los da tos de peso vivo y peso de ve llón se
ana li za ron un aná li sis de va rian cia con un di se -
ño com ple ta men te ran do mi za do. Los efec tos
prin ci pa les fue ron, pre ñez y va cía, así como lac -
tan cia y no lac tan cia. Los da tos de lon gi tud de
fi bra fue ron ana li za dos usan do un aná li sis de
co va rian cia, la co va ria ble fue la lon gi tud ini cial
al mo men to de ini cio del estudio. El nivel de
significancia fue P=0.05
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Peso vivo
Los cam bios en peso vivo se pre sen tan en
los Cua dros 2 y 3. En ge ne ral, hubo un in cre -
men to en peso vivo en los ani ma les jó ve nes
(tuis) y una dis mi nu ción en el res to de gru pos
(P

Producción de fibra de la alpaca hembra
Fi gu ra 1. Impac to de la pre ñez, lac ta ción y cre ci mien to en el peso de la al pa ca hem -
bra man te ni da en pas tos na tu ra les de Mayo a Noviembre.
Fi gu ra 2. Incre men to de la lon gi tud de fi bra en al pa cas hem bras man te ni das en
pas tu ras na ti vas de mayo a no viem bre y bajo los efec tos de la pre ñez, lac ta -
ción, y crecimiento.
Fi gu ra 3. Peso de ve llón pro me dio en ani ma les en cre ci mien to (tuis) y el efec to
de la pre ñez y lac ta ción en al pa cas hem bras man te ni das en pas tu ras naturales.
El Antoniano 125 – Marzo de 2014 171

P. Walter Bravo, Iván Aedo, Enrique Ampuero, Virgilio Alarcón
Se ob ser va tam bién que el peso vivo em pie za
a in cre men tar se en el úl ti mo mes de ob ser va -
ción, No viem bre, mes en el que ya se ini cia las
llu vias y por con si guien te la pre sen cia de re bro -
te verde de las pasturas. Los resultados de
este estudio concuerdan con lo reportado por
Florez y col., (1986).
Longitud de fibra
Los cam bios en lon gi tud de fi -
bra apa re cen en los Cua dros 4
y 5. El cre ci mien to de fi bra fue
sos te ni do. El efec to de la pre -
ñez y lac tan cia so bre el cre ci -
mien to de la fi bra se pre sen ta
en la Figura 2.
En ge ne ral exis tió un in cre -
men to de la lon gi tud de la fi bra
a pe sar de que este in cre men to
no fue sos te ni do. En to dos los
gru pos se apre cia una li ge ra dis -
mi nu ción del rit mo de cre ci -
mien to de fi bra, in clu so en ani -
ma les en cre ci mien to (tuis).
Esta ten den cia se debe a la es ca -
sez de pas tos ver des. Lo que
se apre cia es que tan to la pre -
ñez y la lac tan cia tie nen un efec -
to in hi bi dor so bre el cre ci mien -
to de la fi bra mu cho más pro -
nun cia do que el cre ci mien to
del ani mal. Inclu so se ob ser va
que la pre ñez ejer ce un efec to
más pro nun cia do que la lac ta -
ción. Esto con cuer da con el in -
cre men to del peso del feto en
los tres úl ti mos me ses de pre -
ñez de la al pa ca (Bra vo y col.,
1999). El efec to de la pre ñez
re por ta do en el presente
estudio es similar a los
resultados de Quispe (1991), y
Agramonte y Leyva (1991).
“En conclusión,
el estado
reproductivo de
la alpaca
hembra, preñez
y lactación,
afectan
significativament
e en el peso
vivo, longitud de
fi bra y peso de
ve llón; y el
efec to de la
lactación es más
profundo que la
pre ñez. De igual
manera, el
crecimiento de
la alpaca joven
(tui) afec ta
tam bién su peso
vivo, longitud de
fi bra y peso de
vellón.”
Peso de vellón
El peso de ve llón re gis tra do
al mo men to de la es qui la fue di fe ren te
(P

LA CONCILIACIÓN EXTRAJUDICIAL
EN LA CIUDAD DEL CUSCO 1 Ligia Somocurcio 2
RESUMEN: La Con ci lia ción Extra ju di -
cial se vie ne im ple men tan do pro gre si va -
men te en el Pe rú, en el mar co de for jar
una Cul tu ra de Paz. Ya lle va mos más de
una dé ca da uti li zan do la Con ci lia ción
Extra ju di cial y los Me ca nis mos de Re so -
lu ción de Con flic tos. En el Cus co su uso
es obli ga to rio des de ju lio de 2010. El ba -
lan ce de la apli ca ción y uti li za ción de la
Con ci lia ción Extra ju di cial y de los
MARC’s es po si ti vo, por los re sul ta dos
que se van ob te nien do, es pe cial men te
en por los acuer dos pac ta dos, las ma te -
rias so lu cio na das, la par ti ci pa ción de las
partes, la confianza y sobre todo la
reducción en tiempo y costos.
Pa la bras cla ve: cul tu ra de paz, con flic to,
con ci lia ción ex tra ju di cial, marc’s, con ci -
lia dor, con fian za, acuer do, tiempo y
costos.
ABSTRACT: In Pe ru the Sett le ment is
being im ple men ted pro gres si vely, as
part of buil ding a cul tu re of pea ce. For
mo re than a de ca de we’ ve been using
the Sett le ment and Con flict Re so lu tion
Me cha nisms. In Cus co its use is man da -
tory sin ce July 2010. The ap pli ca tion
and use ba lan ce of the Sett le ment or
ADRs is po si ti ve, be cau se of the ob tai -
ned re sults, es pe cially in terms of the
sett le ments rea ched, mat ters sol ved,
parts par ti ci pa tion, confidence and
above all time and costs reductions.
es de una pers pec ti va de la
DEco no mía, un tema cen -
1 Trabajo de Investigación realizado en el marco del XXXII curso de especialización: proceso, arbitraje y mediación, promovido por la Fundación
Uni ver si dad de Salamanca – España.
2 Do cen te Prin ci pal de la Fa cul tad de Eco no mía de la Uni ver si dad Na cio nal de San Anto nio Abad del Cusco.

Ligia Somocurcio
tral en el “ac ce so y ad mi nis tra ción de la jus ti -
cia” es ¿có mo lo grar una so lu ción efi cien te a la
con tro ver sia que pon ga paz en tre las par tes en
con flic to?, para de esta ma ne ra re du cir cos tos
y tiem pos, en be ne fi cio de los ac to res in vo lu -
cra dos en di cho pro ce so. Te nien do pre sen te
que no exis te in com pa ti bi li dad en tre el em -
pleo de los me dios al ter na ti vos y/o ade cua dos
de re so lu ción de con flic tos y el de re cho de
acceso a la justicia en el logro de la paz y la
armonía social.
La Con ci lia ción Extra ju di cial
se vie ne im ple men tan do pro -
gre si va men te en el Perú, en el
mar co de for jar una Cul tu ra de
Paz. Ya lle va mos más de una dé -
ca da uti li zan do la Con ci lia ción
Extra ju di cial y los Me ca nis mos
de Re so lu ción de Con flic tos.
En el Cus co su uso es obli ga to -
rio des de ju lio de 2010, mo ti vo
por el que me he aden tra do en
el co no ci mien to y la prác ti ca de
la Con ci lia ción Extra ju di cial en
la ciu dad del Cus co, como eje
del trabajo de investigación que
pongo a vuestra consideración.
EL CONFLICTO
En mu chos pro ce sos de in te -
rac ción so cial, in di vi dual o co -
lec ti va, está pre sen te el con flic -
to, en ten di do como opo si ción
o en fren ta mien to en tre per so -
nas o co sas. El con flic to for ma
par te de las re la cio nes en tre las
per so nas, de bi do a las di fe ren -
cias de opi nio nes, ex pec ta ti vas,
in te re ses, creen cias, valores o
deseos que a menudo se
presentan.
Por esta ra zón, para no de -
sem bo car en si tua cio nes de vio -
“La Conciliación
Extrajudicial se
viene
implementando
progresivamente
en el Perú, en el
mar co de for jar
una Cultura de
Paz. Ya lle va mos
más de una
década
utilizando la
Conciliación
Extrajudicial y los
Mecanismos de
Resolución de
Conflictos.”
len cia o gue rra, te ne mos que apren der a en -
fren tar los con flic tos, para po der man te ner re -
la cio nes sa nas y cons truc ti vas con los de más.
El modo como ve mos el con flic to, va a in fluir
en cómo lo abor de mos y su posterior
desarrollo.
Mu chos de los ca pí tu los acia gos de la his to -
ria hu ma na, es tán mar ca dos por he chos de vio -
len cia, gue rra y cruel dad ex tre ma. Por ello per -
so na li da des ilus tres, en di fe ren tes épo cas, han
im pul sa do e im pul san, la cons ti tu ción de or ga -
ni za cio nes de ca rác ter mun dial, para evi tar
que su ce sos tan do lo ro sos para la hu ma ni dad
se re pi tan. Tal es el caso de las Orga ni za ción
de las Na cio nes Uni das (ONU) y den tro de
ella la Orga ni za ción de las Na cio nes Uni das
para la Edu ca ción, la Cien cia y la Cul tu ra
(UNESCO); que promueve para estos
tiempos “una Cultura de Paz”.
LA CULTURA DE PAZ
El pen sa mien to “cul tu ra de
paz” se enun ció por pri me ra
vez el año de 1989 en Ya mous -
sou kro (Côte d’Ivoi re); des de
en ton ces, se ha con ver ti do en
una ten den cia mun dial. Seis
años más tar de, la Cul tu ra de
Paz se con vier te en po lí ti ca y
Pro gra ma prin ci pal de la
UNESCO (gra cias a la ini cia ti va
del Di rec tor Ge ne ral de la
UNESCO, Federico Mayor
Zaragoza).
En 1988, la Asam blea Ge ne -
ral de las Na cio nes Uni das dic ta
una Re so lu ción en la que de fi ne
la Cul tu ra de Paz. Al año si guien -
te, esta Asam blea ela bo ra la De -
cla ra ción y el Pro gra ma de
Acción so bre una Cul tu ra de
Paz. En 1995, los Esta dos Miem -
bros de la UNESCO de ci die -
ron que la Orga ni za ción de bía
mo vi li zar to das sus ener gías al
ser vi cio de la Cul tu ra de Paz.
En el mar co de su Estra te gia a
Me dia no Pla zo (1996-2001), la
Orga ni za ción creó un Pro yec to
Trans dis ci pli na rio de no mi na do
ha cia una Cul tu ra de Paz. En no -
viem bre de 1997 la Asam blea
Ge ne ral de las Na cio nes Uni -
das pro cla mó el año 2000 como el “Año Inter -
na cio nal de la Cul tu ra de Paz”, y los años 2001
al 2010, como “Dé ca da Inter na cio nal de la Cul -
tu ra de la Paz y de la No Vio len cia para los Ni -
ños del Mun do” en oc tu bre de 1998. En el mar -
co de la pre pa ra ción del Año Inter na cio nal de
la Cul tu ra de Paz, un gru po de Pre mios No bel
de la Paz, reu ni dos en Pa rís con mo ti vo de la ce -
le bra ción del quincuagésimo aniversario de la
Declaración Universal de los Derechos

La conciliación extrajudicial
Humanos, proclamó el
Manifiesto 2000.
En su tra ba jo por la paz, la
UNESCO se ña la que la vio len -
cia sub sis te, aun que se pre sen -
te cam bia da. Los gas tos mi li ta -
res de los paí ses si guen in cre -
men tán do se, en con tra po si -
ción, los pre su pues tos des ti na -
dos al de sa rro llo so cial se re -
du cen más. En las úl ti mas dé -
ca das se han mul ti pli ca do los
con flic tos den tro y en tre los
Esta dos, con el con si guien te
exa cer ba mien to de
condiciones y situaciones que
a nada bueno conducen.
La Cul tu ra de Paz vin cu la da
in trín se ca men te a la pre ven -
ción de los con flic tos y a su so -
lu ción por me dios no vio len -
tos; ci men ta da en la to le ran -
cia, la con vi ven cia y la so li da ri -
dad. Es una cul tu ra que res pe -
ta los de re chos de to dos y que
se orien ta esen cial men te a la
pre ven ción de los con flic tos
des de sus raí ces. La cul tu ra de
paz, tra ta de re sol ver los pro -
ble mas a tra vés del diá lo go, la
ne go cia ción, la me dia ción y
otros me ca nis mos, a fin de
cons truir una nueva sociedad
donde la guerra y la violencia
no tengan cabida.
En el ám bi to ju rí di co, tra di -
cio nal men te, la re so lu ción de
con flic tos y/o con tro ver sias
en tre las par tes se ha en car ga -
do al Po der Ju di cial, te nien do
como pa ra dig ma el con cep to
de “li ti gio”. En la vida so cial,
las per so nas se re la cio nan re -
gu lar men te so bre la base del
acuer do de vo lun ta des (con ve -
nio o con tra to) para el cum pli -
mien to de sus obli ga cio nes;
sin em bar go, pue den surgir
conflictos de intereses entre
los sujetos de derechos.
El con flic to de in te re ses sólo
se con vier te en li ti gio cuan do
una per so na for mu la con tra
otra una pre ten sión, es de cir,
exi ge la sub or di na ción del in te -
rés aje no al in te rés pro pio; y
fren te a esa pre ten sión, la otra
par te ex pre sa su re sis ten cia, o
sea, se opo ne a la mis ma, ne -
gan do sub or di nar su in te rés
pro pio al in te rés he cho va ler
me dian te la pre ten sión. Si ante
la pre ten sión de la pri me ra, la
segunda no opusiera
resistencia, no surgiría el litigio.
En el Perú en ge ne ral y en
par ti cu lar en el Cus co, exis te
una fuer te tra di ción de acu dir
al Po der Ju di cial, para la re so lu -
ción de sus de sa ve nen cias y
con flic tos, con la es pe ran za
de lo grar una jus ti cia pron ta y
cum pli da. Sin em bar go se per -
ci be un es ta do de in sa tis fac -
ción so cial per ma nen te con el
ser vi cio de la Admi nis tra ción
de Jus ti cia. El pro duc to de la
ac ti vi dad ju di cial: la sen ten cia,
lle ga tar de, no ne ce sa ria men -
te es acer ta da y en la ma yo ría
de los ca sos no pue de efec -
tuar se con la prontitud que el
caso exige o lo que es más
grave aún no se ejecuta.
En este con tex to, se hace ne -
ce sa rio va lo rar la ido nei dad de
la Admi nis tra ción de Jus ti cia a
tra vés de los Juz ga dos y Tri bu na -
les, como “úni ca” for ma de so lu -
ción de un con flic to, dispu ta o li -
ti gio; y tam bién, a su vez, va lo -
rar las di ver sas for mas al ter na ti -
vas exis ten tes para re sol ver
con flic tos: ar bi tra je, me dia ción,
con ci lia ción ADR (Alter na ti ve
Dis pu te Re so lu tions), ODR
(On Line Dis pu te Re so lu tion),
MARC’s (Me ca nis mos Alter na ti -
vos para la Re so lu ción de
Conflictos ó Medios
Adecuados para la Resolución
de Conflictos), etc.
ADR / MARC’s
Los ADR / MARC’s son los
mé to dos al ter na ti vos al pro ce -
so ju di cial, cons ti tu yen un me -
ca nis mo ex tra ju di cial de so lu -
ción de con flic tos que se ini -
cia, de sa rro lla y fi na li za al mar -
gen de un pro ce so ju di cial; en
el que las par tes en con flic to,
en uso de su fa cul tad y de re -
cho, de ci den acu dir a un ter ce -
ro que pue de ser una per so na
fí si ca o una ins ti tu ción me dia -
do ra para re ci bir asis ten cia
adecuada en la resolución del
litigio o conflicto.
Estos me ca nis mos o me -
dios al ter na ti vos para la so lu -
ción de con flic tos, ma ni fies tan
su efi ca cia, ac tuan do como
com ple men to al sis te ma ju di -
cial, ja más como exclusión del
mismo.
Uno de los más im por tan -
tes ADR / MARC’s es la “con ci -
lia ción ex tra ju di cial”, con si de -
ra da como un me ca nis mo de
ges tión po si ti va del con flic to,
de na tu ra le za auto-com po si ti -
va que tie ne como ele men to
dis tin ti vo que un ter ce ro im -
par cial al que acu den las par -
tes no apor ta la so lu ción, sino
que se li mi ta a apro xi mar a las
partes en el acuerdo, pero
nunca la impone.
EL CONCILIADOR
Con si de ran do el fin ju rí di co
de la Con ci lia ción, el con ci lia -
dor es la per so na ca pa ci ta da y
acre di ta da que pro pi cia el pro -
ce so de co mu ni ca ción en tre las
par tes y even tual men te pro po -
ne fór mu las con ci lia to rias no
obli ga to rias. Es de cir, el con ci lia -
dor es un fa ci li ta dor del acuer -
do, diestro en el manejo de
técnicas conciliatorias.
To man do en cuen ta el fin
éti co de la Con ci lia ción, el
con ci lia dor es un ha ce dor de
paz. Es el que con du ce la au -
dien cia de con ci lia ción con li -
ber tad de ac ción, si guien do
de ter mi na dos principios.

Ligia Somocurcio
PRINCIPIOS ÉTICOS QUE REGULAN LA
CONCILIACIÓN
– 1º. Equi dad. La Con ci lia ción debe orien tar -
se a lo grar acuer dos jus tos y que no afec ten
de re chos de ter ce ros aje nos a las partes.
– 2º. Ve ra ci dad. La con ci lia ción debe orien tar -
se a la bús que da de los rea les in te re ses de
las partes.
– 3º. Bue na Fe. Las par tes de ben pro ce der de
ma ne ra ho nes ta y leal.
– 4º. Con fi den cia li dad. El con ci lia dor y las par -
tes de ben guar dar ab so lu ta re ser va de todo
lo sos te ni do o pro pues to. Nada de lo que se
ma ni fies te en una au dien cia pue de ser re ve -
la do, ni pue de ser uti li za do como prue ba en
un pro ce so ju di cial o arbitral, salvo hechos
delictivos
– 5º. Neu tra li dad e im par cia li dad. Son ga ran -
tías de se gu ri dad y jus ti cia. En el pro ce so el
con ci lia dor no po drá par cia li zar se con los in -
te re ses de ninguna de las partes.
– 6º. Le ga li dad. El acuer do a que arri ben las par -
tes debe res pe tar el or de na mien to jurídico.
– 7º. Ce le ri dad y Eco no mía. El pro ce so con ci -
lia to rio debe per mi tir una so lu ción pron ta y
rá pi da del con flic to, per mi tien do a las par tes
un aho rro de tiem po, cos tos y otros que le
de man da ría un proceso judicial.
PRINCIPALES CARACTERÍSTICAS DE LA
CONCILIACIÓN
– a. Vo lun ta rie dad. Las par tes son li bres de
par ti ci par o no en el pro ce so con ci lia to rio.
– b. Au to no mía de las par tes. El acuer do de -
pen de ex clu si va men te de la vo lun tad de las
partes.
– c. Fle xi bi li dad. El pro ce di mien to es fle xi ble y
tie ne un mí ni mo de for ma li da des que de ben
respetarse.
– d. Inter ven ción de un Ter ce ro. En el pro ce -
so in ter vie ne un ter ce ro neu tral e im par cial,
acep ta do por las par tes, lla ma do
conciliador.
– e. Con trol del Pro ce so. Está bajo la res pon -
sa bi li dad del con ci lia dor.
– f. Fór mu las de so lu ción: El con ci lia dor está
fa cul ta do para plan tear al ter na ti vas de so lu -
ción, a ma ne ra de pro pues tas; nun ca con ca -
rác ter obligatorio.
– g. Efec to Vin cu lan te. Los acuer dos a que li -
bre men te lle guen las par tes y sean con sig na -
dos en el acta, son de cum pli mien to
obligatorio.
– h. Ase so res. En el pro ce so las par tes pue -
den par ti ci par en com pa ñía de per so nas de
su con fian za, sean le tra dos o no. El ase sor
no pue de in ter fe rir en las de ci sio nes de las
par tes ni asu mir un rol pro ta gó ni co en las
discusiones.
– i. Obli ga to rie dad. De acuer do a lo es ta ble ci -
do por la Ley.
LA CONCILIACIÓN EXTRAJUDICIAL EN EL
PERÚ
El Mi nis te rio de Jus ti cia y De re chos Hu ma -
nos en su ca li dad de ente rec tor de la Con ci lia -
ción Extra ju di cial tie ne la obli ga ción de pro mo -
ver su for ta le ci mien to, uso y di fu sión en el ám -
bi to na cio nal, re qui rien do un rol más proac ti -
vo de los ór ga nos com pe ten tes para ma si fi car
su uso. Asi mis mo, vela por la me jo ra cons tan te
del marco legal y reglamentario de esta
institución
El ar tícu lo 2º de la Ley de Con ci lia ción se ña -
la: “La con ci lia ción pro pi cia una Cul tu ra de
Paz”; el cual, al ser leí do a la luz de lo dis pues to
por el ar tícu lo 1º de la mis ma Ley, de cla ra “de
in te rés na cio nal la ins ti tu cio na li za ción y el de sa -
rro llo de la con ci lia ción...”, cla ra men te se per -
ci be que el Perú como Po lí ti ca de Esta do, pone
en el cen tro de su in te rés na cio nal la cons truc -
ción de una Cul tu ra de Paz, ali neán do se a la
pro pues ta he cha por la UNESCO; para nues -
tro caso, vía la ins ti tu cio na li za ción y el
desarrollo de la conciliación extrajudicial.
La im ple men ta ción y pro mo ción de la Con ci -
lia ción Extra ju di cial en el Perú tie ne como ob je -
ti vos principales:
1. Cons ti tuir se en un me dio al ter na ti vo o
ade cua do para que la so cie dad ci vil, asu mien -
do una res pon sa bi li dad cí vi ca y ciu da da na, re -
suel va con un es pí ri tu de equi dad sus propias
controversias.
2. De vol ver le efi cien cia al con ges tio na do Po -
der Ju di cial, des ju di cia li zan do con flic tos que
pue den muy bien re sol ver se en tre las par tes
por un pro ce so de ne go cia ción asis ti da y al am -
pa ro de la au to no mía de la vo lun tad que, al
plas mar se en un acta, ori gi na efec tos vin cu lan -
tes pro pios de un acto ju rí di co, que adquiere
además el valor de título de ejecución.
Como un pri mer paso, den tro de la es tra te -
gia de im ple men ta ción de Con ci lia ción Extra ju -
di cial en Perú, se han crea do los “Dis tri tos Con -
ci lia to rios”; y, lue go se han es ta ble ci do las “fe -
chas de obli ga to rie dad” para que con ca rác ter

La conciliación extrajudicial
obli ga to rio uti li cen la Con ci lia -
ción Extra ju di cial dentro del
marco legal vigente.
De acuer do a la in for ma -
ción pro por cio na da por la Ofi -
ci na Ge ne ral de Infor ma ción
Esta dís ti ca y Estu dios So cioe -
co nó mi cos del Mi nis te rio de
Jus ti cia y De re chos Hu ma -
nos 3 , para el Pri mer Semestre
de 2012, se tiene:
a. Los cen tros de con ci lia -
ción en todo el Perú ini cia ron
10,623 con ci lia cio nes, co rres -
pon dien do 1 266 (12%) a ma -
te ria ci vil y 9,357 (88%) a ma -
te ria familia.
b. Se con clu ye ron 10.830
con ci lia cio nes, co rres pon dien -
do 1,203 (11%) a ma te ria ci vil
y 9 627 (89%) a ma te ria
familia.
c. Por re sul ta do de la con ci -
lia ción, 3,962 (37%) se con -
clu ye ron por acuer do to tal,
212 (2%) por acuer do par cial,
1,356 (13%) por fal ta de
acuer do en tre las par tes,
1,778 (16%) por ina sis ten cia
de una par te, 1,039 (10%)
por ina sis ten cia de las par tes,
85 (0,78 %) por de ci sión mo ti -
va da del con ci lia dor y 2,398
(22%) con informe.
d. Los Cen tros de Con ci lia -
ción aten die ron 43,443 con -
sul tas.
LA CONCILIACIÓN
EXTRAJUDICIAL EN EL
CUSCO
De acuer do al es tu dio rea li -
za do en la ciu dad del Cus co,
so bre la Con ci lia ción Extra ju di -
cial, para fi nes del pre sen te tra -
ba jo, po de mos se ña lar lo
siguiente:
– 1. La uti li za ción de los Cen -
tros de Con ci lia ción, en el
mar co de una Cul tu ra de
Paz, se va po si cio nan do pau -
la ti na men te en la ciu dad del
Cus co, no sólo por que la
Ley así lo dis po ne, sino so -
Cen tros de Con ci lia ción en la ciu dad del Cus co.
Nº Centro de Conciliación Autorizacion Inicio
1 San Mateo R.D. Nº 1157-2010-JUS/DNJ-DCMA sin información
2 Del Cusco sin información MAY 2010
3 Diálogo Concertado R.D. N° 1784-2012-JUS/DNJ-DCMA SET 2012
4 Acuerdo Satisfactorio R.D. Nº 1816-2010-JUS/DNJ-DCMA OCT 2010
5 Por Una Conciencia de Paz R.D. Nº 475-2006-JUS/DNJ-DCMA ENE 2008
6 Allpunakuy R.D. Nº 1730-2012-JUS/DNJ-DCMA JUN 2012
7 Módulo Básico de Justicia – Cusco R.M. Nº 14-1999-JUS SET 1999
8 El Imperio sin información OCT 2009
9 Extrajudicial Virgen del Carmen R.M. N° 271-2011-JUS MAR 2011
10 Asociación Zambrano sin información sin información
11 Allinta Allchasunchis R.D. N° 208-2012-JUS/DNJ-DCMA FEB 2012
12 Extrajudicial Alegra Wanchaq R.M. Nº 196-2005-JUS JUN 2005
13 Estudio Jurídico Almenabar sin información sin información
14 Galovi Abogados R.D. Nº 063-2013-JUS/DGDP-DCMA ENE 2013
15 No Litis R.D. Nº 290-2011-JUS/DGDP-DCMA MAY 2011
16 Concilia - Evita Conflictos R.D. Nº 1840-2011-JUS/DNJ-DCMA ABR 2011
17 Estudio Jurídico "A & D" R.D. Nº 1074-2012-JUS/DNJ-DCMA MAR 2012
18 A Priori Conciliare R.D. Nº 2796-2011-JUS/DNJ-DCMA JUN 2011
19 Justicia Rápida R.D. Nº 176-2006-JUS/DNJ-DCMA JUN 2006
20 Sumaq Kawsay R.D. Nº 05-2010-JUS/DNJ-DCMA JUL 2010
21 Ayudame A Ayudarte R.D. Nº 1453-2012-JUS/DNJ-DCMA MAY 2012
22 Dr. Patrón San Jerónimo R.D. Nº 376-2013-JUS/DNJ-DCMA MAR 2012
3 Ministerio de Justicia y Derechos Humanos. Oficina General de Información Estadística y Estudios Socioeconómicos. I semestre 2012.

Ligia Somocurcio
bre todo por que las per so nas van to man do
con cien cia de sus ven ta jas en tiem po y cos -
tos y so bre todo que cada uno se cons ti tu ye
en pro ta go nis ta de dar so lu ción al con flic to
de ca rác ter ex tra ju di cial que en fren ta.
Como todo pro ce so se va con so li dan do, y
en el ca mi no siem pre se en cuen tran al ti ba -
jos, como por ejem plo: que al gu nos Cen -
tros de Con ci lia ción cie rran por los al tos cos -
tos que im pli ca man te ner el Cen tro (cum -
plien do lo que exi ge la Ley),
el he cho de “no acu dir” a
esta for ma nue va de so lu cio -
nar con tro ver sias, por que
por tra di ción y cos tum bre es
el Po der Ju di cial “la úni ca au -
to ri dad” com pe ten te para es -
tos ca sos ó la ten den cia de
los abogados (generalmente
los mayores de 30 años) a
mantener su “cultura del
litigio”, entre otras razones.
– 2. Aun que no se han en con tra -
do es ta dís ti cas ofi cia les ac tua li -
za das por par te del Mi nis te rio
de Jus ti cia y De re chos Hu ma -
nos, ni del Po der Ju di cial del
Cus co, de acuer do al son deo
rea li za do, exis ten al re de dor
de 35 Cen tros de Con ci lia -
ción Extra ju di cial en el Cus co.
De los cua les se en cuen tran
en fun cio na mien to 22 Cen -
tros de Con ci lia ción, con los
cuales se ha trabajado para la
presente investigación.
– 3. El nú me ro pro me dio de
con ci lia do res que la bo ran en
cada Cen tro de Con ci lia ción
es de tres miembros.
– 4. Con si de ran do las ra zo nes
por las cua les pre fie ren acu -
dir a un Cen tro de Con ci lia -
ción, se tiene:
“Elementos que
posibilitarán
pa sar a una
siguiente etapa:
de gestión y
transformación
eficiente del
conflicto y la
instauración de
una Cultura de
Paz.”
a. El 53% lo rea li za por que es un re qui si to
que la Ley dis po ne, mien tras que el 48% lo
hace por que lo con si de ra ven ta jo so en tiem po
y costos.
b. Un 34% uti li za este me dio/me ca nis mo
por con vic ción (en el mar co de la Cul tu ra de
Paz) y el 66% acu de por obli ga ción.
– 5. En cuan to a las Ma te rias Con ci lia bles que se
han con ci lia do de ma ne ra ge ne ral se tie ne que
el 49.43% han co rres pon di do a Fa mi lia, el
45.27% han co rres pon di do a Ma te ria Ci vil, el
2.27% a Ma te ria La bo ral, el 0.76% a Ma te ria
Pe nal y el res tan te 2.27% a otras ma te rias (ve -
ci nal, con tra ta cio nes con el Estado y otros).
– 6. Los ho no ra rios pro me dio que se co bran
es de S/. 219 (dos cien tos die ci nue ve nue -
vos so les). Los Cen tros vin cu la dos al Mi nis -
te rio de Jus ti cia (el Mó du lo Bá si co de Jus ti cia
de San tia go y el Cen tro de Con ci lia ción Ale -
gra en Wan chaq) son gra tui tos.
Se ha cons ta ta do que hay di fe -
ren cias no to rias en tre el co bro
que rea li za cada Cen tro y tam -
bién se gún el tipo de Ma te ria
Con ci lia ble (por ejemplo en
Familia es S/. 172 y en Civil es
S/. 256).
– 7. To man do en con si de ra ción
el tiem po pro me dio para lle gar
a una so lu ción (Acta o Sen ten -
cia), se tie ne que en Fa mi lia se
uti li zan: en el Cen tro de Con ci -
lia ción 17 días, mien tras que en
el Po der Ju di cial 360 días; en
ma te ria Ci vil: 24 días en un
Cen tro de Con ci lia ción y 630
días en el Poder Judicial.
– 8. Con res pec to a al gu nos in di -
ca do res de la efi cien cia y efi ca -
cia de los Cen tros de Con ci lia -
ción para el año 2012 tenemos:
a. Ingre san como mí ni mo 10
so li ci tu des pro me dio men sual
para ser tra ta dos en cada Cen -
tro de Con ci lia ción.
b. De las con sul tas rea li za das
en to tal 204.77% han ini cia do
un trá mi te en el Cen tro de Con -
ci lia ción: en Ci vil el 351.76%,
en Fa mi lia el 188.73%, en Pe -
nal el 33.33%, en La bo ral el
150% y en Otras 300% (los
por cen ta jes su pe rio res al 100% in di can que
de fren te ini cia ron el trá mi te de Con ci lia ción
Extra ju di cial, sin acu dir pre via men te ni rea li zar
consulta en el Centro de Conciliación).
c. En ge ne ral el 93.19% de los ca sos ini cia -
dos se han con clui do: en Ci vil el 76.42%, en
Fa mi lia el 90.66%, en Pe nal el 100%, en La bo -
ral el 50% y en Otras 33.33%.
d. Del to tal de Con ci lia cio nes Con clui das, se
tie ne:

La conciliación extrajudicial
i. El 45% por Acuer do To tal
ii. El 20% por Acuer do Par -
cial
iii. El 35% por Fal ta de
Acuer do en tre las Par tes
e. De las que se die ron por
con clui das:
i. El 85% fue por Ina sis ten -
cia de Una de las Par tes
ii. El 14% fue por ina sis ten -
cia de las Dos Par tes
iii. El 1% por De ci sión Mo ti -
va da del Con ci lia dor.
– 9. El To tal de MATERIAS
CONCILIABLES, en el
2012, pre sen ta el si guien te
com por ta mien to:
a. CIVIL
De sa lo jo: 20.83%
Obli ga ción de dar suma de di -
ne ro: 20.83%
Obligación de hacer/cumplimiento
contrato: 10.42%
Incumplimiento contrato: 8.33%
Indem ni za ción da ños y per -
jui cios: 8.33%
Co bro al qui le res: 4.17%
Di vi sión y par ti ción de bie -
nes: 4.17%
Ofre ci mien to de pago:
4.17%
Otorgamiento escritura pública:
4.17%
De li mi ta ción áreas/sen de ros:
2.08%
Interdicto: 2.08%
Otros: 10.42%
b. FAMILIA
Ali men tos: 32.43%
Te nen cia: 29.73%
Ré gi men de vi si tas: 24.32%
Ré gi men pa tri mo nial: 8.11%
Otros: 5.41%
c. PENAL
Re pa ra ción Ci vil: 100.00%
d. LABORAL
Pa gos de be ne fi cios: 50.00%
Indem ni za cio nes: 25.00%
Otros: 25.00%
e. OTRAS MATERIAS
CONCILIABLES
Ruidos molestos: 16.67%
Filtraciones de Agua: 16.67%
Hu mos y olo res mo les tos:
16.67%
Ubicación de basurero: 16.67%
Otros: 33.33%
– 10. Entre los prin ci pa les
pro ble mas que se ña lan los
ope ra do res de la Con ci lia -
ción Extra ju di cial en la ciu -
dad del Cus co, se citan:
– a. Esca so de sa rro llo de los
Me ca nis mos Alter na ti vos
de So lu ción de Con flic tos
MARC’s.
– b. Para su ac ce so exis te li mi -
ta da in for ma ción, ba rre ras
cul tu ra les y de género.
– c. Esca sez de con ci lia do res
es pe cia li za dos
– d. Cos tos muy di fe ren cia -
dos en los di fe ren tes Cen -
tros de Con ci lia ción (ine xis -
ten cia de ta ri fa uniforme)
– e. Sis te mas de es ta dís ti ca,
in for ma ción y de ac tua li za -
ción de da tos de fi cien tes y
muy poco desarrollados.
– f. Si tua cio nes que re dun dan
en:
i. Aban do no de pro ce so
ii. Fal ta de ga nas para con ci liar
iii. Ten den cia de re sol ver con -
flic tos en el po der ju di cial
iv. No hay con cien cia de con -
ci lia ción
v. Acti tud de abo ga dos con
ma yor edad.
CONCLUSIONES
1. En el Perú la con ci lia ción
toma ma yor vi gen cia con la
Ley de Con ci lia ción: Ley
26872, por un lado para me jo -
rar la Admi nis tra ción de Jus ti -
cia y ace le rar los pro ce sos ju di -
cia les; y, por el otro lado de
ins tau rar un cam bio cul tu ral
fren te al Con flic to y la for ma
de re sol ver lo dentro de una
Cultura de Paz.
2. El ba lan ce de la apli ca -
ción y uti li za ción de la Con ci -
lia ción Extra ju di cial y de los
MARC’s / ADR es po si ti vo,
por los re sul ta dos que se van
ob te nien do, es pe cial men te
en cuan to a los acuer dos que
van lle gan do, las ma te rias que
se so lu cio nan en los con flic -
tos, por la par ti ci pa ción de las
par tes, la ra pi dez, la con fian za
y sobre todo la reducción en
tiempo y costos.
3. En la pers pec ti va de “ins ti -
tu cio na li zar” la Con ci lia ción
Extra ju di cial (para evi tar que
se pro duz ca una “cri sis” a fu tu -
ro) y para aque llos que sa be -
mos que con ci liar no es so la -
men te cul mi nar el pro ce so
con un Acta de Acuer do; más
allá de su “obli ga to rie dad”, es
muy im por tan te no caer en la
“pér di da de ho ri zon te”, de lo
que sig ni fi ca este pro ce so, evi -
tan do su mal uso y ma ne jo;
por lo que se debe in ci dir en
una ma yor ca pa ci ta ción y su -
per vi sión ade cua da de to dos
sus ope ra do res, con ca rác ter
con ti nuo y per ma nen te; así
como la pro mo ción de cam pa -
ñas de di fu sión, pro mo ción y
sen si bi li za ción de lo que sig ni fi -
ca la Con ci lia ción Extra ju di -
cial. Ele men tos que po si bi li ta -
rán pa sar a una si guien te
etapa: de gestión y
transformación eficiente del
conflicto y la instauración de
una Cultura de Paz.
REFERENCIAS
—FALCONÍ PICARDO Marco, La
Conciliación Extrajudicial en el Perú: Ilusión
O Realidad. Editorial Adrus, Primera
Edición, 2005. Arequipa, Perú.
—MINISTERIO DE JUSTICIA Y
DERECHOS HUMANOS, Oficina
General de Información Estadística y
Estudios Socioeconómicos, Boletín
Estadístico del Sector Justicia Primer
Semestre de 2012
—ROBBINS, Stephen P.,
Comportamiento Organizacional,
Conceptos, Controversias y
Aplicaciones. Edit. Prentice Hall, Sexta
Edición, 1994.
—LEYES, REGLAMENTOS Y NORMAS
CONEXAS vinculadas a la Conciliación
Extrajudicial en el Perú.
El Antoniano 125 – Marzo de 2014 181

LA ACTIVIDAD TURÍSTICA EN
EL ESTADO DE AMAPÁ – BRASIL
SITUACIÓN ACTUAL Y POTENCIALIDADES
RESUMEN: Este es tu dio tie ne co mo ob je ti vo ha cer un aná li sis de la si tua -
ción del tu ris mo en el Esta do de Ama pá (Bra sil), iden ti fi can do los lu ga res
de in te rés más re le van tes que se pre sen tan y có mo es tos se pue den pro -
mo ver pa ra au men tar el flu jo de la de man da tu rís ti ca en el Esta do. El es tu -
dio se basa en un análisis descriptivo con enfoque de investigación mixta,
no experimental y transversal. Los procedimientos adoptados para la verificación
de hipótesis fueron: investigación descriptiva sobre el tema con la
revisión de la literatura relevante para establecer el marco teórico (definición
de turismo, oferta y demanda, tendencias y técnicas); la Investigación
de cam po so bre el tu ris mo en el Esta do de Ama pá, va li da ción de los ins -
trumentos para la evaluación de los lugares de interés turístico. Definición
Liliane Cascaes Pereira 1
de las variables identificadas y su funcionamiento; situación actual y potencialidades,
se aplicó para identificar si el turismo es viable para el desarrollo
de la re gión. Se lle ga fi nal men te a la con clu sión de que pa ra de sa rro llar el
tu ris mo en el Esta do de Ama pá es ne ce sa ria una gestión pública
adecuada que permita una mejor planificación del turismo, de las políticas
razonables y de las inversiones públicas. Palabras claves: Situación actual y
potencialidades.
e nien do en cuen ta que el Esta do de Ama pá pre sen -
Tta una con di ción de ais la mien to res pec to de los de -
1 Maes tria en Admi nis tra ción con Men ción en Ges tión del Tu ris mo. Di rec to ra de La Se cre ta ria de Tu ris mo del es ta do Amapa – Brasil.
182 El Antoniano 125 – Marzo de 2014

La actividad turística en el estado de Amapá – Brasil
más estados brasileños, así mismo
que no exis ten ca rre te ras que per -
mitan una comunicación fluida entre
los de más es ta dos, y que su fre
la falta de políticas adecuadas a las
reales necesidades del Estado y
que to da vía, no pre sen ta una
realidad de tradición en el sector
Turismo.
Y que, te nien do en cuen ta
que para garantizar el desarrollo
de la eco no mía por vía del tu ris -
mo, me dian te la im ple men ta -
ción y ge ne ra ción de con di cio -
nes que po si bi li ten la va lo ri za -
ción má xi ma de las po ten cia li da -
des na tu ra les y cul tu ra les del Esta -
do, para au men tar el ni vel de
atrac ti vo de la ofer ta de pro duc -
tos tu rís ti cos y la in te gra ción en -
tre los diferentes componentes
de la cadena productiva del
turismo.
El pre sen te es tu dio pre ten de:
Rea li zar un aná li sis del com por ta -
mien to de la ac ti vi dad tu rís ti ca en
el Esta do de Ama pá con la in ten -
ción de iden ti fi car me ca nis mos
que po si bi li ten pro mo ver el Esta -
do en el es ce na rio na cio nal y
mun dial y pro po ner al ter na ti vas
para atraer más tu ris tas ex tran je -
ros al Esta do de Ama pá, a fin de
mo vi li zar la eco no mía lo cal e in -
centivar a las empresas a invertir
en el sec tor y a la co mu ni dad a
participar del proceso en cuanto
es un agente multiplicador.
– Iden ti fi car el pa pel del Esta do y
de la ini cia ti va pri va da en el
pro ce so de pla nea mien to tu rís -
ti co y las com pe ten cias ne ce sa -
rias para es ta ble cer un sis te ma
de tra ba jo con el pro pó si to de
pro mo ver la in te gra ción del
sec tor con el de sa rro llo del
turismo en el Estado de
Amapá.
– De mos trar que el Esta do de
Ama pá cuen ta con atrac ti vos
tu rís ti cos po ten cia les, los que
per mi ti rán el de sa rro llo y la di -
ver si fi ca ción de la ofer ta
turística del Estado.
– Iden ti fi car en qué con di cio nes
se en cuen tra la in fraes truc tu ra
tu rís ti ca del Esta do de Ama pá
y su ge rir mejoras.
– Pro mo ver y di vul gar las po ten -
cia li da des del Esta do en coo pe -
ra ción con los municipios.
SITUACIÓN ACTUAL
Ama pá es el pri mer Esta do bra -
silero en tener las tierras indígenas
delimitadas, presentando un conjunto
significativo de áreas protegidas
y de reservas indígenas, que
abar ca más de 40 000 km2 que co -
rres pon de a cer ca del 30% del
área total del Estado.
Des de el pun to de vis ta del re -
lie ve, el Esta do está di vi di do en
dos gran des re gio nes; una in ter -
na, de re lie ve sua ve men te on du -
lado, con alturas medias entre
100 y 200 me tros, aun que pue -
den lle gar a los 500 me tros, cons -
ti tui do por ro cas cris ta li nas me ta -
mórficas y zonas boscosas den -
sas; y otra re gión, cos te ra de pla -
ni cie, que se ex tien de has ta el at -
lán ti co, al este y has ta el río Ama -
zo nas al sur. Los bos ques del Esta -
do pre sen tan dos pa tro nes prin ci -
pales: las formaciones boscosas,
con bos ques den sos de tie rra fir -
me, bos ques de tie rras ba jas y
man gla res, for ma cio nes cam pes -
tres con ce rros y áreas de tie rras
bajas inundables o aluviales. El
bos que de tie rra fir me es el
ecosistema de mayor
representatividad, ocupando
más del 70% de la superficie del
Estado.
La eco no mía de Ama pá es di -
rec ta men te de pen dien te de los
recursos naturales caracterizada
por la ex plo ta ción de ma te rias
pri mas, pro duc tos pri ma rios y
semi ela bo ra dos. Una vez ter mi -
na da la ex plo ra ción de man ga ne -
so en Se rra de Na vio, la tala de pi -
nos re pre sen ta más del 50% de
la ex por ta ción to tal, se gui do en
im por tan cia por el pal mi to de
açaí y por el pes ca do. El sec tor
pri ma rio está ca rac te ri za do por
un bajo ni vel tec no ló gi co, la es ca -
ses de cré di to y la re duc ción de
la po bla ción en ge ne ral. La ex -
trac ción ve ge tal (cas ta ña, cau -
cho, açaí y ca cao) es en cuen tra
en ex pan sión de bi do al apo yo de
po lí ti cas gu ber na men ta les. El sec -
tor se cun da rio está con cen tra do
en las ac ti vi da des de ex trac ción
mi ne ral, de la cons truc ción y de
in dus tria de fa bri ca ción, que tie -
ne su ca pa ci dad de ex pan sión li -
mi ta da por la ofer ta de ener gía y
por otras de fi cien cias de in fraes -
truc tu ra. Exclu yen do al gu nas em -
presas grandes, existe mucha in -
for ma li dad y un bajo ni vel de uti li -
za ción de la tec no lo gía. El sec tor
ter cia rio, in clui da la ad mi nis tra -
ción pú bli ca, es el más re pre sen -
ta ti vo de la eco no mía ama paen -
se, a pesar de no ser el principal
empleador. Las actividades
privadas de comercio y servicios
han superado a la administración
pública en la generación de
empleos en los años recientes.
Ama pá te nía, en 1998, un Pro -
duc to Bru to Inter no (PBI) de, apro -
xi ma da men te, R$1,33 bi llo nes,
que representaban 3,5% del PBI
to tal de la re gión nor te y 0,2% del
PBI to tal del país. Pese a su pe que -
ña con tri bu ción para el PBI de Bra -
sil, la economía amapaense creció
en ci ma de la me dia Na cio nal en el
pe rio do en tre 1985 y 1998. Esas
participaciones fueron ampliadas
des de 1985, cuan do eran 2,3% y
0,1% res pec ti va men te. Actual -
men te, (año 2012), el Pro duc to
Bru to Inter no de Amapá es de R$
10 463,000 equivalente a 0,23 del
país.
DIAGNOSTICO
Ama pá es un Esta do si tua do
en el ex tre mo nor te de Bra sil, tie -
ne como lí mi tes, a Pará al su roes -
El Antoniano 125 – Marzo de 2014 183

Liliane Cascaes Pereira
te, Gu ya na Fran ce sa al nor te, al océa no at lán ti co al
este y a Su ri nam al nor oeste. Ocu pa un área de
142 814.585 km2. Tie ne 16 mu ni ci pios y su ca pi tal
es Ma ca pá que está co mu ni ca da por ca rre te ras a
los de más mu ni ci pios. Ama pá es uno de los es ta -
dos más nue vos de Bra sil y uno con más áreas pre -
ser va das, con tan do 72% de sus 14,3 mi llo nes de
hectáreas destinadas a Unidades
de Conservación, cerca de 9
millones de hectáreas.
Po see una de las más gran des
re ser vas de sel va vir gen de Bra sil
don de des ta can, ade más de la di -
ver si dad de flo ra y fau na, las ca ta ra -
tas y ríos, áreas de lla nu ras inun da -
bles, el en cuen tro de aguas de río
con las del océa no, y fe nó me nos
de la na tu ra le za como es el caso
del equi noc cio. Tam bién se des ta -
ca su fau na abun dan te, que pre -
sen ta va rias es pe cies de ani ma les
y mu chas de ellas únicas como el
pájaro “Brillo de fuego”.
En cuan to a su atrac ti vo cul tu -
ral, Ama pá se des ta ca por las ma ni -
fes ta cio nes fol cló ri cas con dan zas
tra di cio na les, como ma ra bai xo ori -
gi na ria de Áfri ca, traí das por los es -
cla vos que lle ga ron a Ama pá
como mano de obra para la cons -
truc ción de la fortaleza São José
de Macapá.
El arte es pro du ci do con ma te -
rias pri mas na tu ra les de la Ama zo -
nía a tra vés de fi bras, se mi llas, ho -
jas, flores, madera, frutos, minera -
les, en tre otros que ca rac te ri zan la
iden ti dad simbólica de Amapá.
Son in nu me ra bles los pun tos tu -
rís ti cos que se des ta can en Ama -
pá, en tre ellos se pue den ci tar: la
for ta le za de San José de Ma ca pá,
que fue cons trui da en el si glo XVIII
y es con si de ra do como una de las
más her mo sas del nor te de Bra sil.
El Mar co Zero do Equa dor es
“Destacan,
ade más de la
diversidad de
flo ra y fau na, las
cataratas y ríos,
áreas de lla nu ras
inundables, el
encuentro de
aguas de río con
las del océa no, y
fenómenos de la
naturaleza como
es el caso del
equinoccio.
También se
destaca su fauna
abundante, que
presenta varias
especies de
animales y
mu chas de ellas
únicas como el
pájaro ‘Brillo de
fuego’.”
otro mo nu men to que se des ta ca por su gran uti li -
dad como re loj so lar, don de se pue de ob ser var el
fe nó me no de equi noc cio que ocu rre en los me ses
de mar zo y se tiem bre. Ma ca pá es la úni ca capital
brasilera atravesada por la línea ecuatorial.
En su gastronomía presenta una variedad de platos
típicamente preparados a base de pescado, frutos de
mar y car ne de bú fa lo. Para en ri que cer el menú ama -
paense, también destacan los frutos tropicales, plantas
y hier bas que son uti li za dos para la pre pa ra ción de
los platos más sofisticados.
– a.Accesibilidad: Amapá es el único Estado del Brasil
aislado del país. No presenta carreteras que comunique
e integre con los demás estados brasileros,
por tal motivo, es sumamente difícil
el ac ce so a Ama pá por lo que el cos -
to de vida lo cal en ca re ce. Sus vías
de ac ce so en la ac tua li dad e son: vía
flu vial (24 ho ras); aé rea (45 mi nu -
tos) cuyo es ta do más pró xi mo es
Pará con su ca pi tal Be lén. La co mu ni -
ca ción in te res ta tal se da por la BR
156 que in te gra 14 mu ni ci pios y la
AP-60 que in te gra 2 mu ni ci pios y ra -
males. (carreteras afirmadas).Por
ser considerada una isla distante de
los gran des cen tros del Bra sil, es ais -
la do por cau sa de la in men si dad de
las cau da lo sas aguas del río Ama zo -
nas que lle gan a 50 ki ló me tros de ex -
ten sión lo que se con vier te en una
gran dificultad para el desarrollo del
turismo en la región haciendo que
el costo de los transportes sean más
caros y los servicios menos
eficientes.
– b.Falta de promoción: La ausencia
de demanda por el destino turístico
Ama pá se debe a me jo res pro mo -
ciones realizadas en otros estados
de la re gión nor te y de más re gio nes
del Bra sil. El pro ble ma se debe a la
falta de divulgación de los productos
turísticos de Amapá, además de ausencia
paquetes estructurados y de
agencias receptivas. El trabajo de divulgación
como destino turístico no
es bien rea li za do por el ór ga no res -
pon sa ble de tu ris mo (SETUR);
pues se ob ser va que no hay un tra -
bajo sistemático de promoción de
Ama pá du ran te todo el año, sal vo
en algunos eventos considerados
im por tan tes para el go bier no. De la mis ma for ma,
se ob ser va que el tu ris mo no es una de las prio ri da -
des den tro de las pro pues tas de los go bier nos ac -
tuales lo que perjudica no solamente a aquellos
que trabajan directa o indirectamente con el
turismo, sino también a la economía local y
184 El Antoniano 125 – Marzo de 2014

La actividad turística en el estado de Amapá – Brasil
consecuentemente a la falta de
interés de los turistas por
conocer Amapá.
– c.Infraestructura Turística: Otra
de las ra zo nes por la cual exis -
ten bajos indicadores de turismo
en el Ama pá es la fal ta de in -
fraestructura turística de responsabilidad
del Estado. No existen
productos consolidados y tampoco
conexión entre esos produc
tos como cir cui tos y co rre -
dores. Pocos atractivos turísticos
del Esta do dis po nen de la es -
tructura adecuada que atienda
una gran capacidad de turistas.
En cuanto a la infraestructura básica
del Estado todavía precisa
ser mejorada, principalmente,
en lo que se re fie re a los ser vi -
cios de salud, educación, seguridad
pública y saneamiento básico,
telecomunicaciones; así mismo
se tie ne el pro ble ma de in -
terconexión aérea directa, puesto
que en la ac tua li dad, se tie ne
que ir necesariamente de Amapá
a Bra si lia, para lue go ir a
otros des ti nos; no exis ten, por
ejem plo, vue los di rec tos de
Ama pá a Sao Pau lo, Ama pá a
Rio de Ja nei ro, Ama pá a Acre.
De otro lado las ca rre te ras se
encuentran en mal estado de
conservación por no tener mantenimiento
periódico. El crecimiento
urbano del Estado está
aconteciendo de forma desordenada
debido a la elevada migración
de personas oriundas
del mu ni ci pio de Pará, cau san -
do un incremento poblacional
en la capital Macapá y
consecuentemente la falta de
oportunidad de empleos a los
moradores locales. La ciudad
precisa ser mejorada para estar
preparada para recibir al turista.
– d.Equipamientos y Servicios: A
pe sar que el Esta do de Ama pá
posee potencialidades para desarrollar
el turismo, todavía son
pocas las inversiones por parte
de los sec to res pú bli co y pri va -
do en hotelería, alimentación,
información y principalmente,
en la di vul ga ción de los pun tos
turísticos, lo que probablemente
promovería mayor flujo turístico,
colaborando para la instalación
de los ho te les, res tau ran -
tes, snacks,y trans por tes, pu -
diendo generar más empleo
para las per so nas que re si den
en la ciu dad de Ma ca pá. Por los
aspectos negativos en el mantenimiento
de los equipamientos
y ser vi cios en el es pa cio se per ci -
be que no exis te pro mo ción de
la hos pi ta li dad y que de cier ta
forma no motiva el retorno del
visitante. La hospitalidad debe
estar insertada desde la llegada
del turista, con señalización turística
que oriente al visitante con
seguridad, servicios limpios y
confortables, con calidad y variedad
en los me dios de ali men ta -
ción y en los ser vi cios de trans -
por te. Sien do así, to dos esos re -
quisitos constituirían progreso
para el desarrollo del turismo
en Amapá y,
consecuentemente, generarían
la dinámica turística favorable
para el crecimiento financiero
de la localidad.
Se gún el Mi nis te rio de Tu ris -
mo del Bra sil, el Esta do de Ama -
pá se ubi ca en una de las úl ti mas
po si cio nes en el ran king del mer -
ca do tu rís ti co re cep ti vo na cio nal
e in ter na cio nal, jun ta men te con
los Esta dos de Acre y Ro rai ma.
Uno de los fac to res que in ci den
en este bajo de sem pe ño se da
por la dis tan cia de los gran des
cen tros del Bra sil y a la falta de
inversión en este sector.
A pe sar de los in cen ti vos del
Go bier no Fe de ral, a tra vés de
programas y proyectos que pro -
mue ven el des ti no tu rís ti co de
Ama pá, como es el caso del Pro -
gra ma Na cio nal de Tu ris mo
(PNT) que es un ins tru men to de
pla nea mien to y ges tión y de apo -
yo a los des ti nos tu rís ti cos, se ob -
ser va que no hay avan ces sig ni fi -
ca ti vos del tu ris mo en este Esta -
do, en tan to, que en los úl ti mos
10 años el Go bier no de Ama pá,
a tra vés de la Se cre ta ria de Esta -
do de Tu ris mo, no con so li dó las
políticas dirigidas al desarrollo del
turismo local.
Actual men te, el Esta do de Ama -
pá uti li za el con cep to de po los tu -
rísticos para integrar estratégicamente
cada municipio y presenta
la siguiente división:
– a.Pólo Extre mo Nor te: Esta re -
gión comprende los siguientes
municipios: Oiapoque, Amapá,
Calçoene y Pracuúba. Es conside
ra do como el pri mer y úl ti -
mo polo tu rís ti co, una vez que
se des ta ca en el ex tre mo nor te
de Ama pá en la fron te ra con la
Guyana Francesa.
– b.Pólo Tumucumaque: En este
polo, cuatro municipios se destacan
por su biodiversidad, estos
son: Pe dra Bran ca do Ama -
pari, Porto Grande, Santana e
Serra do Navio.
– c.Pólo Pororoca: Esta región
comprende los siguientes municipios:
Cutias do Araguari, Ferreira
Gomes, Itaubal do Piririm
e Tartarugalzinho que presentan
una fau na y flo ra exu be ran -
tes y sus ríos cau da lo sos don de
ocu rren fenómenos como la
Pororoca.
– d.Pólo Me dio do Mun do: Si en
el mun do exis te un me dio, éste
que da en Ma ca pá, en po cos lu -
gares se puede divertir pasando
la mi tad del día en el he mis fe rio
nor te y la otra mi tad del dia en
el hemisferio sur.
– e.Pólo Castanhais:Tres municipios
com po nen este polo: La -
ran jal do Jari, Vi tó ria do Jari y Ma -
zag ão. La re gión se des ta ca por
presentar muchas cataratas que
lle gan a al can zar has ta 30
metros de altura.
El Antoniano 125 – Marzo de 2014 185

Liliane Cascaes Pereira
PRONÓSTICO
Los prin ci pa les efec tos de esta si tua ción pro ble -
má ti ca de ba jos ni ve les de tu ris mo en el Esta do de
Ama pá son los siguientes:
– a.Bajos niveles de ingresos económicos debido a
las dificultades experimentadas por toda la región
amazónica: distancia, dificultades de transporte, altos
precios y escasez de estructuras, desplazamiento
de servicios turísticos. Amapá presenta un porcen
ta je anual so bre el flu jo tu rís ti co de 3 900 vi si -
tantes internacionales y de 31 098turistas nacionales.
De don de sólo 867 de los tu ris tas in ter na cio na -
les te nían el ocio por mo ti va ción (Fuen te: ABAV,
2013). El Ama pá re pre sen ta un to tal de 2,5% de
tu ris mo de la Re gión Nor te y el 2,9% de los 6,4
millones de turistas que hacen turismo en Brasil. Es
uno de los tres úl ti mos Estados en recibir a los
turistas de Brasil, Acre, Roraima y Amapá.(Fuente:
PDTIS-Acre, 2009)
– b.De sem pleo: es un gran pro ble ma en la in dus tria
de bi do a la fal ta de pues tos de tra ba jo para los pro -
fesionales del turismo. En la actualidad suman 1
000 turismólogos; 590 guías y 350 tecnólogos,
pero sólo el 5% de es tos pro fe sio na les es tán
trabajando en el sector turismo.
Con trol del Pro nós ti co
De me jo rar la si tua ción pro ble má ti ca an tes des -
cri ta, me jo ra ría el de sa rro llo eco nó mi co del Esta do
de Ama pá y, por lo tan to, ha bría más opor tu ni da -
des de tra ba jo para to dos los que ope ran di rec ta o
in di rec ta men te con el tu ris mo; me jo ra ría la in fraes -
truc tu ra bá si ca y el tu ris mo en el Esta do de Ama pá
y au men ta ría la vi si bi li dad en el turismo nacional e
internacional en el Estado Amapá.
POTENCIALIDADES
Se rea li zo un Fo cus Group con ex per tos en tu ris -
mo en el Esta do de Ama pá, el dia 31 de di ciem bre
del 2012, en el ho ra rio de 15 a 18 ho ras, en el Nú -
cleo de De sa rro llo de Ser vi cio So cial de Co mer cio
– SESC. Se de sa rro llo de la siguiente manera:
– 1. Primeramente la investigadora seleccionó un
equipo compuesto por el Secretario de Turismo
del Esta do de Ama pá, los pro pie ta rios de las agen -
cias de viajes, el representante del sindicato de
guías de tu ris mo y de la aso cia ción bra si le ra de li -
cenciados en turismo, el representante de la Coordinadora
Municipal de Turismo de Amapá y los repre
sen tan tes de la Coordinación de Recreación
del Servicio Social de Comercio.
– 2. El lu gar es co gi do para la rea li za ción del even -
to fue la ofi ci na del Ser vi cio So cial de Co mer cio
– SESC. Tuvo una du ra ción de 02 ho ras. Para la
in tro duc ción del tra ba jo se rea li zó una bre ve
pre sen ta ción del pro yec to de te sis pro pues to
por la in ves ti ga do ra y en se gui da des cri bió el ob -
je ti vo del tra ba jo. Los par ti ci pan tes ini cia ron su
par ti ci pa ción rea li zan do un aná li sis SWOT de la
ac ti vi dad tu rís ti ca en el Estado de Amapá. Cada
participante habló en promedio 20 minutos.
– 3. Des pués de la par ti ci pa ción de to dos los ex per -
tos, se plantearon observaciones pertinentes para
complementar el trabajo conducido por la mediadora
del evento, representante del Servicio Social
de Comercio.
– 4. A con ti nua ción, cada par ti ci pan te re su mió su
in for ma ción en unos re gis tros que fue ron re co gi -
dos por la me dia do ra y analizados.
– 5. El Fo cus Group, con tó con 10 par ti ci pan tes di -
rectos (expertos, mediadora e investigadora) y 4
participantes indirectos (apoyo).
Como pro duc to del Fo cus Group apli ca do a los
agen tes del tu ris mo en el Esta do de Ama pá se tie nen
los siguientes resultados:
Puntos Fuertes, Débiles, Oportunidades y
Riesgos
Puntos Fuertes:
– 1. Por ser con si de ra do uno de los Esta dos más
con ser va do de Bra sil, el Ama pá pre sen ta buen es -
tado de conservación de los espacios naturales.
– 2. Variedad de platos típicos regionales.
– 3. La presencia de atractivos naturales y culturales
con potencial turístico único y de alta potencialidad
turística.
– 4. La autenticidad de las manifestaciones culturales
y populares.
– 5. La receptividad de la población Amapaense.
Puntos débiles
– 1. Amapá presenta solamente dos vías de acceso:
vía aé rea y flu vial que une geo grá fi ca men te a otros
estados brasileños.
– 2. Presenta una red de infraestructura turística insufi
cien te para aten der a la po bla ción lo cal y a los tu -
ris tas (Mala re la ción en tre las agen cias y ope ra do -
res / Cantidad insuficiente de agencias de turismo
receptivo. / Individualismo de los empresarios
turísticos y bajo nivel de asociaciones).
– 3. No presenta la demanda turística específica para
identificar cuál es el seguimiento potencial del Estado
de Ama pá para con so li dar nues tros productos
turísticos.
– 4. Baja articulación entre el gobierno de los municipios
y el sec tor pri va do, así como el de sin te rés de
186 El Antoniano 125 – Marzo de 2014

La actividad turística en el estado de Amapá – Brasil
los gestores públicos sobre la
importancia que el turismo repre
sen ta para el Esta do de Ama -
pá como ge ne ra dor de em pleo
e in gre sos y la promoción de la
economía local.
– 5. Ciu da des sin ac cio nes coor -
di na das en la co mer cia li za -
ción, no hay pa que tes tu rís ti -
cos estructurados. Falta de pla -
ni fi ca ción es tra té gi ca para pro -
mo ver y di fun dir el tu ris mo
del es ta do nacional como
internacional.
Riesgos
– 1. Competencia de destinos turísticos
similares que disponen
de productos turísticos más diver
si fi ca dos y mejor
estructurados.
– 2. Número reducido de vuelos
que lle gan al ae ro puer to de Ma -
ca pá y los al tos pre cios de los
bo le tos de avión para el Esta do
de Amapá.
– 3. Falta de rentabilidad de las
empresas turísticas debido a la
baja de man da de tu ris mo en la
región.
– 4. Fal ta de un plan es truc tu ra do
para el desarrollo del turismo
en las ciu da des de bi do a la ine fi -
ciente administración del sector
público.
– 5. Di fi cul ta des de es truc tu ra -
ción de tu ris mo en una ca de na
de producción sostenible que
genere beneficios para el sector,
em pleo e in gre sos para la
población.
Oportunidades
– 1. Oportunidades de negocios
turísticos con la meseta de Guyana
(Brasil-Guyana y Surinam).
– 2. Finalización de la pavimentación
de la BR-156 per mi tien do
carretera de acceso de los turistas
fronterizos Guyana St.George-Guyana
Francesa-Brasil con
Oiapoque.
– 3. Ela bo ra ción de un plan de
marketing con acciones inmedia
tas para la pro mo ción y co -
mercialización de productos turísticos
diferenciado y competitivo
del Estado de Amapá.
– 4. Posibilidad de convertirse en
un destino turístico competitivo
presentando una relación de calidad/
precio adecuado, en compa
ra ción con la competencia
nacional.
– 5. Generación de negocios y
ser vi cios a par tir de la me jo ra
de la infraestructura básica e implantación
de la infraestructura
turística;
– 6. Mejor accesibilidad a los lugares
de in te rés si tua dos en las ciu -
da des de Ama pá y en las áreas
protegidas.
Análisis del Resultado del
Focus Group
A) Estratégias: Fortalezas y
Oportunidades —FO
Ela bo ra ción de Po lí ti cas Pú bli -
cas para el tu ris mo como una for -
ma de ase gu rar una pla ni fi ca ción
ade cua da a la rea li dad de los lu ga -
res turísticos, valorizando sus po -
ten cia li da des y di fun dir la sen los
mer ca dos na cio na les e in ter na -
cio na les a fin de que el Estado se
aun mercado potencial.
El tu ris mo debe cen trar se en
la va lo ra ción de las per so nas a tra -
vés del de sa rro llo so cial y cul tu -
ral; en la va lo ra ción de la con ser -
va ción del me dio am bien te y en
la me jo ra de los pro duc tos tu rís ti -
cos con el fin de de sa rro llar la
economía de estado.
Estra te gias de co la bo ra ción en -
tre Brasil, Guyana Francesa y Surinam
para pro mo ver y co mer cia li -
zar los des ti nos tu rís ti cos de los
tres países.
Inver sión del sec tor pú bli co
de la ac ti vi dad tu rís ti ca en el es ta -
do de Ama pá, a tra vés de ac cio -
nes via bles para el de sa rro llo del
El Antoniano 125 – Marzo de 2014 187

Liliane Cascaes Pereira
tu ris mo en la re gión para fo men tar la ini cia ti va pri va -
da a invertir en este sector.
Con tem plar las ofer tas de in te re ses ge ne ra les
de en tre te ni mien to, des cu bri mien to de la na tu ra le -
za, vi si tas al bos que, flo ra y fau na y atrac cio nes cul -
tu ra les para atraer fa mi lias y al pú bli co en ge ne ral.
Los atrac ti vos para los ni ños me re cen una aten ción
es pe cial con el fin de crear destinos para las
familias.
B) Estrategias: Fortalezas y
Amenazas —FA
Rea li za ción de un pro duc to
com bi na do de Ama pá-Bra sil, con
la Gu ya na Fran ce sa y Su ri nam
para con ver tir se en un des ti no
fuer te y atrac ti vo en el mer ca do tu -
rís ti co na cio nal e in ter na cio nal y
com pe tir con el mercado turístico
nacional.
Pro yec tos de edu ca ción am -
bien tal que ase gu ren el atrac ti vo
tu rís ti co de la re gión y la pro tec -
ción de áreas de conservación.
Pro mo ción de los even tos fes ti -
vos del fol clo re Ama paen se y co -
mer ciar con ellos en los gran des
even tos de tu ris mo y es ta ble cer
un ca len da rio fes ti vo de los prin ci -
pa les even tos en el Estado de
Amapá.
La coordinación interna entre los
sectores público y privado a través
de aso cia cio nes con el fin de me jo -
rar la infraestructura turística de la región
y pro por cio nar sa tis fac ción,
hospitalidad, seguridad y facilidades
posibles para el visitante.
Con el de sa rro llo del tu ris mo
cen tra do en el eco tu ris mo se va lo -
ra y se ga ran ti za el man te ni mien to
de las ca rac te rís ti cas pe cu lia res de
la gas tro no mía lo cal y a tra vés del
incentivo de las empresas privadas para mejorar el
ser vi cio de ali men tos y be bi das que se ofre cen en
“Realización de
un producto
combinado de
Amapá-Brasil,
con la Gu ya na
Francesa y
Surinam para
convertirse en
un destino
fuerte y atractivo
en el mer ca do
turístico nacional
e internacional y
competir con el
mercado
turístico
nacional.”
los mu ni ci pios que ha cen este se gui mien to po ten -
cial men te rentable para la promoción de la
economía local.
Inter ven ción del Esta do de Ama pá con el go bier -
no fe de ral a fin de per mi tir la eje cu ción de un ae ro -
puer to in ter na cio nal que da ac ce so a los tu ris tas ex -
tran je ros que en tran en el ex tre mo nor te de Bra sil,
así como es ta ble cer un acuer do con las com pa ñías
aé reas bra si le ñas que ope ran el des ti no Ma ca pá,
para que hagan promociones alternativas viables o
más ase qui bles para el con su mi dor como una
forma de impulsar el turismo en la región.
Arti cu la ción del sec tor pri va do para el de sa rro -
llo, pro mo ción y co mer cia li za ción de pa que tes tu -
rís ti cos en el es ta do, lle var a cabo una co la bo ra ción
mu tua en tre el sec tor tu rís ti co con el fin de me jo -
rar los ser vi cios tu rís ti cos y crear opor tu ni da des a
las per so nas que par ti ci pan di rec ta o in di rec ta men -
te en el sec tor tu rís ti co para tener
una oportunidad de trabajar en el
sector.
C) Estrategias: Oportunidades
y Debilidades —DO
Estrategias estatales para el desarro
llo del tu ris mo en la re gión. El go -
bierno debe mejorar el espacio territorial
del estado, mejorar el acceso
de los destinos turísticos, asegurar el
uso ade cua do de las atrac cio nes na -
turales y culturales en las ciudades y
las áreas protegidas que presentan
un buen estado de conservación y
así alentar al sector privado a
invertir.
Me jo rías en el ac ce so por ca rre -
te ra in te res ta tal y me jo rar la ac ce si -
bi li dad al puer to de la Ma ri na para
pro por cio nar la in fraes truc tu ra ne -
cesaria para recibir grandes transatlán
ti co y bar cos car gue ros que
atracan en los puertos de Amapá.
En con jun to con los paí ses ve ci -
nos, es ta ble cer alian zas in ter na cio -
na les con el fin de ob te ner un ma -
yor flu jo de tu ris mo en los tres paí -
ses: Bra sil, Ama pá, Gu ya na y Su ri -
nam, y lle gar a ser un gran com pe -
ti dor con otros es ta dos del norte
del Brasil.
El sec tor pú bli co debe pro mo -
ver el tu ris mo de Ama pá en im por tan tes even tos
de ca rác ter na cio nal e in ter na cio nal, jun to con las
empresas privadas a trabajar para el turismo res -
pon sa ble que cen tra su atrac ti vo como des ti no
turístico único y potencial.
D) Estrategias: Debilidades y Amenazas —DA
Me jor in fraes truc tu ra ur ba na de los mu ni ci pios y
el ac ce so por ca rre te ra mu ni ci pal a los atrac ti vos tu -
rís ti cos para ofre cer me jo res con di cio nes de ac ce si -
188 El Antoniano 125 – Marzo de 2014

La actividad turística en el estado de Amapá – Brasil
bi li dad a los residentes locales y
turistas
Cap ta ción de ma yor flu jo de
tu ris tas in ter na cio na les en ra zón
de la re la ción de la alian za es tra té -
gi ca en tre países vecinos.
La ca li dad de la ges tión pú bli -
ca de los mu ni ci pios debe ser
más efi cien te y debe ofre cer una
ma yor com pe ti ti vi dad de los pro -
duc tos tu rís ti cos en com pa ra ción
con otros des ti nos tu rís ti cos y la
re duc ción de la de pen den cia fi -
nan cie ra de la po bla ción con el
ser vi cio pú bli co, ha cien do que el
es ta do tenga otro medio para
generar empleo.
Ampliar y me jo rar los sis te mas
de ca rre te ra uti li za dos para la in -
te gra ción y el ac ce so a las zo nas
turísticas.
Ofre cer cur sos de for ma ción
pro fe sio nal a los em pre sa rios
del sec tor y ase gu rar la me jo ra
cua li ta ti va de los ser vi cios y una
ma yor di ver si fi ca ción y di fe ren cia -
ción de los pro duc tos tu rís ti cos y
me jo rar la ges tión de las em pre -
sas turísticas a través de asociaciones
con el fin de atraer el ma yor
nú me ro de tu ris tas a la región y
competir con los mercados del
norte.
Au men tar el nú me ro de vue -
los na cio na les a la ca pi tal Ma ca pá
y per mi tir la en tra da de otras
compañías aéreas brasileñas para
ope rar en el Estado del Amapá.
RESULTADOS
El Tu ris ta
Para co no cer la de man da por
ser vi cios tu rís ti cos se ha rea li za -
do una en cues ta con tu ris tas que
vi si ta ron la ciu dad de Ama pá de
los cua les el (87,1%) son bra si le -
ños; el (7,1%) pro ce den de la
Guyana Francesa, (2,4%) de Surinan
y (1,2%) de Esta dos Uni dos
y Paraguay. De los visitantes brasile
ños la ma yo ría pro ce den de los
es ta dos de Pará (36,5%), São
Pau lo (12,9%) y Rio de Ja nei ro
(10,6%). El (76,5%) de los en -
cues ta dos son de sexo mas cu li -
no. El pe rio do de per ma nen cia
fue de 4 a 7 días. El es ta do ci vil
pre va len te es de ca sa dos con un
(56,5%) se gui do de una
(32,9%) de sol te ros; la edad fluc -
túa en tre 30 a 45 años y los pro fe -
sionales que más visitan Amapá
son em pre sa rios que po seen un
in gre so per cá pi ta en ci ma de los
10 sa la rios mí ni mos. El (61,2%)
de los en tre vis ta dos tie nen es tu -
dios su pe rio res com ple tos. El
mo ti vo por el que las per so nas
via jan al Esta do de Ama pá es en
bus ca de opor tu ni da des de ne go -
cios en un por cen ta je del
(75,3%). La ma yo ría de esos tu -
ris tas ya co no cía Ama pá. El me -
dio de trans por te uti li za do fue aé -
reo (84,7%) y no con tra ta ron
una agen cia para vi si tar Ama pá
(87,1%). Al en tre vis tar a los tu ris -
tas se les pre gun tó si veían al Esta -
do de Ama pá como des ti no tu rís -
ti co y el (92,9%) res pon dió que
el Esta do tie ne una vo ca ción tu rís -
ti ca. Se gún la opi nión (mu cho re -
le van te) de los en tre vis ta dos el
eco tu ris mo se ría del tipo de tu ris -
mo para atraer vi si tan tes a Ama -
pá (84,7%), por el he cho que el
estado es considerado una de las
gran des re ser vas eco ló gi cas de
Bra sil; en se gun do lu gar pre va le -
ce el tu ris mo de ne go cios con
(64,7%)y en ter cer lu gar, el tu ris -
mo de aven tu ra con (32,9%).
De los en tre vis ta dos to dos co no -
cían el Esta do y ya ha bían oído ha -
blar de la ca pi tal; sin em bar go,
mos tra ron des co no ci mien to de
los de más mu ni ci pios. Tam bién
se les pre gun tó si co no cían las
Uni da des de Con ser va ción o las
reservas indígenas de Amapá y el
(75,3%) de los en tre vis ta dos res -
pon die ron que no las co no cían.
Les pa re cie ron jus tos los pre cios
de bie nes y ser vi cios de Ma ca pá,
aun que, en cuan to a los ser vi cios
de in fraes truc tu ra tu rís ti ca y ur ba -
nís ti ca de la ciu dad ca li fi ca ron de
mala la ca li dad de di chos ser vi -
cios. En cuan to a los ser vi cios tu -
rísticos, los entrevistados valora -
ron el ser vi cio de ta xis en
(54,1%) bue nos; los en tre vis ta -
dos di cen que el ta xis ta, a pe sar
de su poca pre pa ra ción, aco ge al
tu ris ta muy bien y lo ayu da con in -
for ma cio nes so bre la ciu dad. Los
hoteles y hospedajes fueron valo -
ra dos en (56,5%) como bue nos,
to man do en con si de ra ción que
el Esta do de Ama pá está cam -
bian do los ser vi cios en este sec -
tor para ofre cer una me jor ca li -
dad de ser vi cio al tu ris ta. Los ba -
res y res tau ran tes fue ron con si -
de ra dos en un (57.6%) bue nos y
la cu li na ria en un (68,2%) bue na,
to man do en con si de ra ción que
los in gre dien tes base del menú
Ama paen se es de ori gen de la sel -
va y del río Ama zo nas, ade más
de ser nutritivos y saludables. En
cuan to a los equi pa mien tos de se -
ña li za ción tu rís ti ca fue ca li fi ca da
por los tu ris tas como re gu lar
(45,9%) por pre sen tar ape nas al -
gu nos pun tos de se ña li za ción en
algunos lugares de Macapá. El aspec
to de la hos pi ta li dad fue va lo -
ra do bue no (52,9%) de bi do a la
aten ción al tu ris ta. En cuan to a
los ser vi cios de tu ris mo pres ta -
dos por las agen cias de via je, es -
tos fue ron ca li fi ca dos como pé si -
mos por no te ner pa que tes tu rís -
ti cos que per mi tan a los tu ris tas
co no cer Ma ca pá ni ope ra cio na li -
zar los, en ese as pec to el 64,7%
dijo que no co no ce agen cias de
via je que ope ren en Ama pá o
que tra ba jen con tu ris mo re cep ti -
vo. En cuan to al trans por te tu rís ti -
co de Ama pá la ma yo ría de en tre -
vistados valora como regular los
ser vi cios ofre ci dos. Se pre gun tó
a los tu ris tas si co no cían el tra ba -
jo desarrollado por la Secretaria
de Tu ris mo del Esta do de Ama -
pá, y la ma yo ría res pon dió que
no, y la ca li fi có como mala
El Antoniano 125 – Marzo de 2014 189

Liliane Cascaes Pereira
(49,4%) por que per ci bie ron que el tu ris mo no tie -
ne nin gu na pro mo ción a los tu ris tas que es tán en
Amapá. En cuanto a la infraestructura básica, en lo
que res pec ta a la ur ba ni za ción de la ciu dad los tu ris -
tas ca li fi ca ron como mala (50,6%); lim pie za pú bli -
ca mala (42.4%); te le co mu ni ca cio nes, mala
(48,2%); en virtud de la falta de mantenimiento de
la ciudad que fue observado por ellos, que no
ocurre a menudo y la negligencia de los gestores
públicos con los servicios de extrema importancia
para la población. Para los turistas entrevistados, el
grado de satisfacción referente al local visitado fue
valorado como (54,1%) bueno y según ellos para
un mejor desarrollo del turismo no es conveniente
para el Estado tener muchas unidades de
conservación ya que según las normas de
Legislación Ambiental Federal, las áreas de
protección integral no pueden ser usadas para la
práctica del turismo
Empresarios
De acuer do a la opi nión de los em pre sa rios, el
tipo de tu ris mo que atrae al tu ris ta para vi si tar el
Esta do es el tu ris mo de ne go cios (84,4%); eco tu ris -
mo (87,5%) y el tu ris mo de cul tu ral (46,9%) y el
ter ce ro el tu ris mo de even to (34,4%). To dos los
en tre vis ta dos creen que el Esta do tie ne vo ca ción
tu rís ti ca, pero, re quie re ser tra ba ja da con más res -
pon sa bi li dad y com pro mi so. En cuan to a lo rea li za -
do en el área de tu ris mo, los en tre vis ta dos res pon -
die ron que el ma yor nú me ro de clien tes son de la
re gión nor te (84,4%), eso quie re de cir que la ma -
yo ría de los clien tes ape nas com pran bo le tos de
avión. El mar gen de la ren ta bi li dad de los em pre sa -
rios va ría en tre el 10% y el 20% (87,5%); los em -
pre sa rios en tre vis ta dos es tán en el mer ca do des de
hace 6 años, la ma yo ría de los em pre sa rios cons ti -
tu yen mi cro y pe que ñas em pre sas con el ob je ti vo
prin ci pal de la sa tis fac ción del clien te in ter no y ex -
ter no y, prin ci pal men te, de la ren ta bi li dad em pre sa -
rial. La ma yo ría de los em pre sa rios en tre vis ta dos
tienen un ingreso per cápita encima de los diez
salarios mínimos; nivel de educación superior
incompleta; edad entre 38 a 47 años.
Organismos Públicos
Se gún la opi nión de los re pre sen tan tes de
or ga nis mos pú bli cos, el Esta do de Ama pá tie -
ne vo ca ción para el tu ris mo; pero, ne ce si ta de
ma yo res in ver sio nes en el sec tor. De los or ga -
nis mos en tre vis ta dos la ma yo ría cuen ta, en
pro me dio, con un re cur so de R$ 10000,00 a
50 000,00 el cual es in su fi cien te para rea li zar
pro yec tos in no va do res que atrai gan tu ris tas ex -
tran je ros a la re gión. No exis ten con cur sos pú -
bli cos en el área y los pro fe sio na les es tán cada
vez más de sa ni ma dos de tra ba jar con tu ris mo
en el es ta do de Ama pá, mu chas uni ver si da des
que ofre cían los cur sos de tu ris mo los han ce -
rra do y los pro fe sio na les que so bre vi ven del tu -
ris mo en Ama pá van dis mi nu yen do cada vez
más. La ma yo ría de los en tre vis ta dos son de
sexo fe me ni no (81,8%), con in gre so fa mi liar
de 04 a 10 sa la rios mí ni mos y ni vel de edu ca -
ción su pe rior in com ple to y cree que el es ta do
tie ne vo ca ción turística.
Población local
Para co no cer la opi nión de los po bla do res lo ca -
les del Esta do de Ama pá fue ron rea li za das en tre vis -
tas con personas residentes de la capital Macapá, a
los cua les se les pre gun tó si el Esta do te nía vo ca -
ción tu rís ti ca y el 100% res pon dió que sí; pero, di -
je ron que la ma yo ría de la po bla ción Ama paen se
no está sen si bi li za da con el tu ris mo (92, 3%). Tam -
bién se les pre gun tó sí co no cían al gún plan de de sa -
rro llo tu rís ti co, el 69,2% de los en tre vis ta dos di je -
ron que sí co no cían pero, que no son pues tos en
prác ti ca por los ór ga nos pú bli cos de tu ris mo por -
que la ma yo ría de los pro fe sio na les que tra ba jan en
es tos ór ga nos no co no cen como fun cio na la ges -
tión de tu ris mo del Ama pá, por lo que no sa ben
conducir proyectos a largo plazo y, además, existe
una gran ro ta ción de fun cio na rios den tro de los ór -
ga nos de tu ris mo de bi do a la fal ta de ser vi do res pú -
bli cos con cur sa dos. Los po bla do res lo ca les con si -
de ran que las per so nas más ca pa ces para em pren -
der los pro yec tos de tu ris mo en Ama pá son los
em pre sa rios del sec tor (57,1%) que ten gan for ma -
ción en el área de tu ris mo y co no ci mien to de ges -
tión. Se gún la opi nión de los en tre vis ta dos los me jo -
res re fe ren tes de opi nión es la pro pia po bla ción de
Ama pá pero es pre ci so ha cer un tra ba jo de con -
cien ti za ción para la va lo ri za ción de los atrac ti vos tu -
rís ti cos del Esta do, in clui dos to dos los gru pos de
eda des. Eso sig ni fi ca que la con cien ti za ción so bre
el tu ris mo debe co men zar en las es cue las como un
tu ris mo pe da gó gi co, ha cien do que el niño en tien -
da la im por tan cia de pre ser var su pa tri mo nio. Y, fi -
nal men te, la ma yor ex pec ta ti va de di chos po bla do -
res es que el Esta do de Ama pá se de sa rro lle a tra -
vés del tu ris mo. La ma yo ría de los en tre vis ta dos
son profesores, nacidos en Amapá con edades en -
tre 32 a 41 años, de sexo fe me ni no con un in gre so
fa mi liar de 4 a 10 sa la rios mí ni mos y con un ni vel
de edu ca ción su pe rior completa y especialización.
190 El Antoniano 125 – Marzo de 2014

La actividad turística en el estado de Amapá – Brasil
CONCLUSIONES
– 1. A par tir del tra ba jo de in ves ti -
gación se puede observar que
la actividad turística en el Estado
de Amapá es fundamental para
el desarrollo de la economía local.
El Ama pá cuen ta con mu -
chos atractivos naturales y culturales
en potencial que necesitan
ser me jo res tra ba ja dos para
que el tu ris mo sea una po si bi li -
dad de generación de empleo y
renta para la población.
– 2. A pe sar de es tar en una po si -
ción geográfica poco favorable
en re la ción a los de más Esta dos
brasileños y, por consiguiente,
ser un destino turístico difícil de
trabajar, Amapá, todavía, puede
en fo car su pro mo ción en las sin -
gularidades presentadas por la
re gión, de las cua les po de mos
citar: El Estado más preservado
del Bra sil, por ser la úni ca ca pi tal
atra ve sa da por la lí nea del Ecua -
dor que po see el ma yor fe nó -
me no de en cuen tro de las
aguas de río con el océa no, de -
nominado: Pororoca, el cual ya
tiene un estudio de jerarquía y
categorización bien definido evidenciando
que estos atractivos
necesitan con urgencia ser incluidos
como circuitos turísticos,
pudiendo ser promocionados a
través de productos turísticos
combinados integrados a los
demás Estados brasileros y
países vecinos de Amapá.
– 3. Vale se ña lar que todo este tra -
ba jo debe con tar con la par ti ci -
pa ción de to dos los agen tes in -
volucrados que en realidad no
está aconteciendo con la actividad
turística del Amapá.
– 4. Se ob ser va que esta si tua ción
deriva del actual comportamiento
del po der pú bli co en la ac ti vi -
dad turística observándose mu -
cho adormecimiento y desarticulación
institucional por parte
de las instituciones gubernamentales
y sector privado; porque
no hay com pro mi so ni
integración de los agentes
involucrados.
– 5. Otro aspecto importante a
des ta car es res pec to a la fal ta de
integración de las administraciones
en los diferentes niveles de
gobierno tanto, municipal, estatal
y fe de ral. To da vía se tie ne
una vi sión re tró gra da que el tra -
ba jo en tu ris mo se debe dar en
for ma ais la da, esto mues tra la fal -
ta de ca li fi ca ción en la lí nea de
fren te que es don de ac túa el
sector público porque no consigue
establecer estrategias de
planeamiento a mediano y largo
plazo para generar inversio -
nes en el sec tor. Las ac tua les ac -
cio nes generalmente son
aisladas por la falta de directrices
a favor del turismo.
– 6. El tu ris mo de Ama pá, to da -
vía, es usa do como ilu sio nes y
promesas políticas que no son
cumplidas. Todos los gestores
públicos que administran el estado
no vi sua li zan al tu ris mo
como un mo tor de de sa rro llo
para Amapá. Ese sentimiento
de indiferencia ocurre también
con las empresas privadas que
resumen su recaudación en ventas
de pa sa jes aé reos y no con si -
guen tra zar me tas de que rer
realmente trabajar, lo que sería
me jor para el Esta do y para el
pú bli co que va a vi si tar. Así
como tampoco consiguen sobrepasar
los obstáculos más difíci
les y aprovechar posibles
oportunidades para vender
nuestros atractivos y servicios.
– 7. El Esta do de Ama pá to da vía
no es un destino conocido por
los turistas extranjeros que visi -
tan el Bra sil, y tam po co por el tu -
rista brasileros, debido a la falta
de una promoción adecuada,
pues la re gión nor te como todo
presenta muchos problemas de
in fraes truc tu ra básica y
principalmente turística.
El Antoniano 125 – Marzo de 2014 191

Liliane Cascaes Pereira
– 8. Este es ce na rio debe cam biar para que el Esta do
pueda ser visto como un potencial turístico, pero,
para que eso ocu rra, debe tra ba jar se me jor en
base a la realidad turística de Amapá. Identificando
realmente aquellos atractivos más relevantes que
puedan ser trabajados y así consolidar un producto
turístico de competir con el mercado turístico brasilei
ro y que ofrezca calidad y seguridad a los turistas.
– 9. Es necesario mejorar la gestión dos organismos
públicos e integración con el sector privado creando
mecanismos y instrumentos que sean capaces
de promover el desarrollo del turismo a través de
un pla nea mien to descentralizado y participativo.
– 10. El Esta do del Ama pá, para ser con si de ra do
como un destino competitivo debe integrarse en
el mercado nacional e internacional y segmentar el
tipo de tu ris ta que pre ten de cap tar. La ten den cia
del mercado turístico brasilero está más enfocada
hacia el turismo ecológico que es una alternativa
para que el Esta do se de sa rro lle. Tra ba jar bajo el
slo gan del es ta do mas pre ser va do de Bra sil y mos -
trar al tu ris ta lo di fe ren te que es en cuan to a atrac ti -
vos naturales en el Estado, presentando buenas
condiciones y conocimiento sobre el lugar para su
mejor disfrute.
Te nien do en cuen ta lo an te rior, es evi den te que la
aplicación de las políticas públicas en materia de turismo
en Brasil contribuirían positivamente al crecimiento
de la ac ti vi dad, ya sea en lo eco nó mi co, so cial, am -
biental y político. El sector público debe establecer
con urgencia los objetivos sobre turismo en el Estado
de Amapá, a través de una planificación sistemática y
seg men ta da con el fin de pro mo ver el des ti no de
Amapá y competir con los mercados nacionales e inter
na cio na les, para que el Estado pueda ser visto
como un destino turístico interesante a ser visitado.
DISCUSIÓN
Se gún la opi nión de los tu ris tas y de los re pre sen -
tan tes de las agen cias de via jes de Ama pá, el Esta do
de Ama pá tie ne vo ca ción tu rís ti ca para de sa rro llar
los si guien tes tipos de turismo:
1. Eco tu ris mo: por que el Esta do po see 72 % de
sus 14,3 millones de hectáreas destinados a Unidades
de Conservación, distribuidos en parques nacionales,
reservas extractivas, reservas biológicas, áreas
de protección ambiental, reservas de patrimonio natu
ral en tre otras áreas, sin em bar go, este tipo de tu ris -
mo to da vía es poco ex plo ra do en virtud de la falta de
demanda turística en la región.
2. Tu ris mo de Ne go cios: seg men to tu rís ti co fre -
cuen te en el es ta do de Ama pá, más pre ci sa men te
en la ciu dad de Ma ca pá, sin em bar go, aún no se ha
iden ti fi ca do me dian te al gún es tu dio el por qué los
tu ris tas es tán op tan do por Ama pá para ha cer ne go -
cios. Se tor na ne ce sa rio en ten der el com por ta -
mien to de este tipo de turista y realizar su perfil.
3. Tu ris mo Cul tu ral: Que ya es un seg men to tu -
rís ti co iden ti fi ca do por los tu ris tas que vi si tan Ma ca -
pá, por presentar manifestaciones profanas y reli -
gio sas que acon te cen du ran te todo el año. Aun -
que, ne ce si ta ser me jor tra ba ja do y pro mo vi do
anual men te en los grandes eventos nacionales e
internacionales.
Fue identificado en los turistas el interés de conocer
la realidad amapaense, sus costumbres, manifestacio
nes, áreas na tu ra les, fau na y el modo de vida de las
comunidades ribereñas. Según opinión de los turistas
entrevistados, el Estado, debería utilizar como estrategias
la in te gra ción de Ama pá con otros des ti nos Bra si -
le ros o con paí ses como la Gu ya na Fran ce sa y Su ri -
nam, trabajando productos turísticos combinados a
fin de dar a conocer el destino turístico y atraer
turistas para la región.
En cuan to al sec tor em pre sa rial del ramo, se per -
ci bió que las em pre sas pres ta do ras de ser vi cios tu -
rís ti cos en Ama pá, tra ba jan es pe cí fi ca men te con la
venta de pasajes aéreos. Según estudio realizado
por el Mi nis te rio de Tu ris mo, el des ti no Ama pá, no
se co mer cia li za a ni vel na cio nal por no pre sen tar
em pre sas que ope ren fre cuen te men te en todo el
es ta do. La fal ta de ope ra cio na li za ción tu rís ti ca de
las agen cias lo ca les des pres ti gia el atrac ti vo tu rís ti co
ama paen se, y no lo co lo ca como com pe ti dor con
los de más es ta dos de la re gión Nor te, como son
Pará y Ama zo nas, quienes ya tienen mejore
servicios y productos turísticos conocidos en Brasil
y en el mundo.
Entre las ten den cias men cio na das por los re pre -
sen tan tes das agen cias de via je se des ta can, el tu ris -
mo de even tos, que has ta el mo men to, es rea li za -
do a través de seminarios, conferencias y actos gu -
ber na men ta les, sin em bar go, para ser me jor tra ba -
ja do se debe te ner en con si de ra ción la po si bi li dad
de cap tar even tos de por te ma yor como son con -
gre sos, work shop y fe rias, que po si bi li ten la par ti ci -
pa ción de tu ris tas en even tos en Ama pá. Está es
una es tra te gia para pro mo ver y trabajar otros
segmentos turísticos importantes para el Estado.
Actual men te, Ama pá po see atrac ti vos que for -
man par te de un cir cui to tu rís ti co en la ciu dad de
Ma ca pá, don de exis te in fraes truc tu ra ade cua da
para re ci bir al vi si tan te. Este cir cui to está com pues -
to por: Mar co Zero del ecua dor, For ta le za de São
José de Ma ca pá, Mu seo Saca ca y Joa quim Cae ta -
no, Casa del Arte sa no y Cu riaú. Son atrac ti vos que
192 El Antoniano 125 – Marzo de 2014

La actividad turística en el estado de Amapá – Brasil
de ser de bi da men te pro mo cio -
na dos se to na rán pro duc tos tu rís -
ti cos. Di chos atrac ti vos fue ron
destacados por los turistas como
singulares y capaces de atraer
turistas para la capital Macapá.
En cuan to a los pun tos fuer tes
destacados, están constituidos por
la flo ra y la fau na Ama paen se, sus
ríos na ve ga bles, en tre ellos el Ama -
zo nas, que es un río cau da lo so,
co no ci do en el mun do y que po -
see fenómenos como la pororoca.
Su gastronomía es apreciada
por los turistas, principalmente por
pre sen tar una variedad de
productos naturales.
En cuan to a los pun tos dé bi les,
fueron destacados la infraestructura
turística inadecuada de algunos
servicios como: Transporte, telecomunicaciones,
señalización turística
y falta de profesionales capacitados
tra ba jan do en los órganos
públicos de turismo.
Fi nal men te se en tien de que,
todo el tra ba jo vol ca do ha cia el sec -
tor, debe ser rea li za do de for ma in -
tegrada, con la participación de todos
los agentes involucrados, que
trabajan directa o indirectamente
en la actividad turística, y debe tener
como ob je ti vo el desarrollo
del turismo en el Estado de
Amapá.
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El Antoniano 125 – Marzo de 2014 193

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que contribuyan al desarrollo a nivel local, nacional e internacional, en los
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dos por el comité científico de la revista serán consideradas para su posible
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To dos los tra ba jos en via dos de ben ser iné di tos, di cho de otra for ma, no ha -
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b) Re su men (la ex ten sión nun ca pue de ser su pe rior a 200 pa la bras),
c) Pa la bras cla ve (en tre 3 y 8).
3. LA PÁGINA TERCERA de be rá con te ner la tra duc ción y re dac ción en in -
glés del con te ni do de la pa gi na se gun da: tit le, abs tract, y key words.
4. LAS PÁGINAS SIGUIENTES se de di ca rán al tex to del tra ba jo, que con -
viene esté dividido en secciones delimitadas (en los trabajos de investigación:
introducción, método, resultados, discusión, y referencias).
LAS TABLAS Y LAS FIGURAS se in clui rán des pués de las re fe ren cias
(cada ta bla y cada fi gu ra debe ir en pá gi na apar te), irán nu me ra das co rre la ti -
va men te se gún su apa ri ción en el tex to, de bien do es pe ci fi car se su po si ción
en éste (in di car la ubi ca ción apro xi ma da den tro del tex to). Las ta blas que
se in clu yan, de ben se guir los cri te rios de cla ri dad y sen ci llez. Las fi gu ras no
de ben ser tri di men sio na les, a me nos que exi ja el di se ño es ta dís ti co. Debe
po ner se ex tre mo cui da do en no re pe tir, me dian te las ta blas o fi gu ras, la in -
for ma ción (da tos) ya con te ni da en el tex to, así como en no so la par in for ma -
ción en tre ta blas y fi gu ras. Siem pre que sea optativo, se aconseja utilizar
tablas en lugar de figuras.
EL ESTILO DEL TRABAJO Y LA FORMA DE NOMBRAR LAS CITAS Y
REFERENCIAS, de be rá ajus tar se a las nor mas in ter na cio na les de la Ame ri -
can Psycho lo gi cal Asso cia tion (APA), las que se po drán con sul tar en el Ma -
nual de Esti lo de Pu bli ca ción de la Ame ri can Psycho lo gi cal Asso cia tion 5ª
edi ción 2002, adap ta do para el es pa ñol por la Edi to rial El Ma nual Mo der -
no. Sin em bar go, de ben de con si de rar se las si guien tes nor mas mínimas:
EN RELACIÓN A LAS REFERENCIAS el au tor debe ase gu rar se de que,
cada una de las referencias citadas indefectiblemente, deben figurar en el apartado
de referencias, que estarán en orden alfabético, y se ajustarán al formato
de libro, artículos de revistas científicas, capítulos de libro, referencia de internet,
y artículo de dominio público, revista electrónica o base de datos libre
(mo no gra fía), de la manera siguiente:
A. LIBRO: Ape lli dos, ini cia les del o los nom bres. Año de pu bli ca ción en tre
paréntesis. Título de la obra en cursivas. Lugar de publicación: Nombre de la
editorial.
Ejemplo: Toro, I. y Parra, R. (1997). Fundamentos epistemológicos de la
investigación y de la metodología de la investigación. Medellín: Fondo Editorial
Universidad EAFIT.
B. ARTÍCULO DE REVISTA CIENTÍFICA: Ape lli do/s, ini cial/es del o de
los nombres. Año de publicación entre paréntesis. Título del artículo. Nom -
bre com ple to de la re vis ta en cur si vas, nú me ro del tomo en cur si vas, y, nú me -
ro del volumen en cursivas, números completos de la primera y última página
del artículo.
Ejem plo: Mon te ro, I. y León, O. G. (2007). A gui de for na ming re search
stu dies in Psycho logy. Inter na tio nal Jour nal of Cli ni cal and Health Psycho logy,
7, 847–862.
C. CAPÍTULO DE LIBRO: Ape lli do/s, ini cia les del o de los nom bres. Año
de publicación entre paréntesis. Título del capítulo, iniciales y apellido/s del editor
o recopilador. Título del libro en cursivas. Números de primera y última pá -
ginas del capítulo. Lugar de publicación: Nombre de la editorial.
Ejemplo: Arnau, J. (1995). Metodología de la investigación psicológica. En
M. T. Angue ra, J. Arnau, M. Ato, R. Mar tí nez, J. Pas cual y G. Va lle jo (eds.): Mé -
todos de investigación en psicología, p. 23–43. Madrid: Síntesis.
D. REFERENCIA DE INTERNET: Cuan do se em plee este tipo de re fe -
ren cias debe in cluir se la to ta li dad de la di rec ción URL. Si las di rec cio nes in clu -
yen nom bres de au tor, se ci ta rán en el tex to de for ma si mi lar al res to de re fe -
ren cias y se in clui rán, igual men te, en la sec ción de re fe ren cias. Si no in clu yen
autor, se referirán el organismo o asociación, que se incluirá siguiendo el orden
correlativo según su aparición en el texto.
Ejem plo: Orga ni za ción Mun dial de la Sa lud (2002). Infor me so bre la sa lud en
el mun do 2002. Re du cir los ries gos y pro mo ver una vida sana. Re cu pe ra do el 10
de ju nio del 2009 de http://www.who.int/whr/2002/en/whr02_es.pdf
E. ARTÍCULO DE DOMINIO PÚBLICO, REVISTA ELECTRÓNICA O
BASE DE DATOS LIBRE (MONOGRAFÍA). Cuan do se em plee este tipo de
referencias debe incluirse la totalidad de la dirección URL. Si las direcciones inclu
yen nom bres de au tor, se ci ta rán en el tex to de for ma si mi lar al res to de re -
fe ren cias, in di can do el mes y día a lado del año, que se in clui rán, igual men te,
en la sección de referencias, siguiendo el orden correlativo según su aparición
en el texto.
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cooperation and competition under varying communication conditions. Current
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de 2001 des de http://www.uio wa.edu/ ~grpproc/crisp/crisp.6.12.htm
TERCERO: EL PROCESO DE REVISIÓN
Una vez re ci bi do el co mu ni ca do de re cep ción del tra ba jo, el cual será en via -
do por el co mi té edi to rial de la re vis te (vía co rreo elec tró ni co), se en via rá al con se -
jo editorial de la revista, para su evaluación y juzgamiento sobre la conveniencia de
su publicación.
En el caso de en con trar ob ser va cio nes, el co mi té en car ga do co mu ni ca -
rá al au tor, para que en un pla zo de 15 días haga las co rrec cio nes su ge ri das
y vuel va a re mi tir una nue va ver sión del tra ba jo, pa sa do este pla zo se de ses -
ti ma rá su pu bli ca ción.
El mé to do de re vi sión em plea do es de do ble cie go (ano ni ma to de au -
tor y eva lua do res), sien do un miem bro del con se jo edi to rial el en car ga do
de es ta ble cer con tac to en tre am bos.
CUARTO: LA PUBLICACIÓN
Una vez pu bli ca do el ar tícu lo, el au tor re ci bi rá un ejem plar del co rres -
pon dien te nú me ro de la re vis ta El Anto nia no.
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