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Las señales inequívocas - Juventud Rebelde

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08<br />

NACIONAL<br />

DOMING0 17 DE MAYO DE 2009<br />

juventud rebelde<br />

Nancy Fernández Rodríguez, directora general de la Oficina Nacional de Normalización.<br />

Con el mazo dando<br />

Más de 20 años no han alcanzado para establecer en Cuba, como se previó,<br />

el Sistema Internacional de Unidades de Medida. El clásico «cubaneo», falta<br />

de prioridad, desconocimiento de su importancia y las contingencias se han<br />

encargado de ponerle traspiés<br />

por HAYDÉE LEÓN MOYA<br />

fotos ROBERTO MERIÑO<br />

UN comerciante para el cual se necesitarían<br />

especiales unidades de medida<br />

para pesar sus abundantes prendas<br />

de oro, exhibe y ofrece al cliente<br />

pequeños bultos de pimientos en el<br />

mercado agropecuario de 42 y 19, en<br />

el municipio capitalino de Playa:<br />

—Por favor, ¿a cómo es la libra<br />

de ají?, preguntamos con toda intención.<br />

—Yo que sé, señora, cuesta diez<br />

«cañas» el paquete, ¿cuántos quiere?<br />

—responde el vendedor.<br />

En otra tarima nos surge al paso<br />

otro diálogo revelador entre vendedor<br />

y cliente.<br />

—¿Por qué usted vende los<br />

tomates a jarros?<br />

—¿Y en qué los voy a medir, en<br />

metros?<br />

Son tal vez los ejemplos más burdos<br />

del desorden en el empleo de unidades<br />

de medidas en Cuba, que allí<br />

abundan, como en las más diversas y<br />

delicadas ramas del país, con sus inestimables<br />

consecuencias no solo para<br />

el consumidor común, sino para la economía<br />

y su inserción internacional.<br />

Sucesos como estos pueden explicar<br />

porqué los expertos en Metrología,<br />

o ciencia de las mediciones, recurren<br />

frecuentemente a este axioma: «Si<br />

medir es costoso, no medir o hacerlo<br />

mal lo es mucho más».<br />

Esa máxima ha estado presente<br />

desde los primeros intentos por lograr<br />

un sistema de unidades de medida<br />

único y universal, allá por 1790, cuando<br />

se realizaron propuestas de un sistema<br />

decimal perdurable, basado en<br />

el metro como unidad de longitud.<br />

Casi un siglo después, en Francia, la<br />

llamada Convención del Metro (1875)<br />

implantó la universalidad del Sistema<br />

Métrico Decimal (SMD).<br />

Casi un siglo después, en 1960,<br />

la Conferencia General de Pesas y<br />

Medidas, máxima autoridad mundial<br />

de la metrología científica, aprueba<br />

el Sistema Internacional de Unidades,<br />

conocido por las siglas SI. En<br />

esa fecha se establecieron las magnitudes<br />

y unidades básicas y derivadas<br />

correspondientes. De esa manera<br />

se logró un método global (puede<br />

ser utilizado por todos); único (elimina<br />

la multiplicidad de unidades de<br />

medida para expresar una misma<br />

magnitud física, y coherente (las unidades<br />

están mutuamente relacionadas<br />

por reglas de multiplicación y<br />

división con factor numérico igual a<br />

uno).<br />

Aun con el convencimiento de<br />

sus ventajas y de la necesidad cada<br />

vez más urgente de aplicarlo,<br />

muchos países, incluyendo a varios<br />

del llamado Primer Mundo, no han<br />

alcanzado su total implantación, por<br />

lo que continúan empleando indistintamente<br />

unidades de medida, fundamentalmente<br />

del SMD y del sistema<br />

anglosajón.<br />

Cuando en el mundo se da el primer<br />

paso organizado que hizo universal<br />

al SMD, nuestro país era colonia<br />

de España; por tanto la metrópolis<br />

impuso aquí ese sistema, empleado<br />

entonces en casi todas las naciones<br />

europeas.<br />

De esos tiempos data la anécdota<br />

del suceso que dio origen a que la vara<br />

cubana sea más larga que la española,<br />

a pesar de que el patrón de la primera<br />

fue tomado de la segunda. Muy sencillo<br />

y completamente cierto: Al traer desde<br />

la metrópolis el patrón, para a partir<br />

de ese lograr el que se usaría en Cuba,<br />

los «metrólogos» isleños tomaron la<br />

medida sin quitarle a la vara el estuche<br />

que la resguardaba. Por eso la cubana<br />

mide el equivalente a 0,848 metros y la<br />

española a 0,835 metros.<br />

Y luego, en 1889, a partir de la<br />

intervención norteamericana, el gobierno<br />

de Estados Unidos dispuso<br />

que se utilizaran conjuntamente las<br />

unidades del SMD y las angloamericanas.<br />

Así comenzaron a coexistir la libra<br />

española y la americana; el quintal,<br />

la arroba, la onza, el pie, la caballería,<br />

el cordel, la milla y hasta la caneca.<br />

El país siguió enfrentando el devenir<br />

metrológico mundial y los<br />

esfuerzos por su desarrollo y modernidad,<br />

sin librarse de ese maligno<br />

revoltijo.<br />

UN DECRETO Y MÁS DE 200 NORMAS<br />

Comenzar a poner orden en esa<br />

madeja era un gran desafío, que no<br />

tuvo respaldo legal hasta 1982, con<br />

la aprobación del Decreto-Ley 62<br />

para hacer oficial el uso del Sistema<br />

Internacional de Unidades y la obligatoriedad<br />

de implementarlo. Además<br />

de reconocer la importancia del<br />

SI, la disposición del Comité Ejecutivo<br />

del Consejo de Ministros especifica<br />

que la ejecución sería progresiva<br />

en todas las ramas y actividades de<br />

la economía nacional, hasta lograr,<br />

en un plazo máximo de 20 años, su<br />

completa aplicación.<br />

Solo que siete años después de<br />

haberse cumplido ese plazo, la realidad<br />

es que la implementación total<br />

sigue siendo una «medida» por<br />

alcanzar. Juntas y revueltas con<br />

aquellas heredadas de tiempos de<br />

colonia, se emplean en nuestro país<br />

unidades de medida que no pertenecen<br />

al sistema internacional, e<br />

incluso algunas que están internacionalmente<br />

en desuso.<br />

Nancy Fernández Rodríguez, directora<br />

general de la Oficina Nacional de<br />

Normalización, aseguró a <strong>Juventud</strong><br />

<strong>Rebelde</strong> que, aunque en 1982 en<br />

Cuba se puso de manifiesto la comprensión<br />

de la importancia de implementar<br />

el SI, realmente en ese período<br />

el país no estaba preparado para ello.<br />

«Por sus recursos económicos<br />

limitados, no siempre el país puede<br />

asociar la necesidad, con la posibilidad<br />

de lograr algún propósito en<br />

poco tiempo, porque es necesario<br />

ante todo tener liquidez financiera<br />

para enfrentarlo. Es cierto que se<br />

dieron pasos importantes, pero se<br />

nos vino encima el período especial<br />

y en aquel momento la prioridad<br />

nacional era sobrevivir y preservar<br />

las principales conquistas del socialismo;<br />

por tanto se aplazaron<br />

muchos esfuerzos, entre esos la<br />

implementación del nuevo sistema».<br />

Entonces, junto al desmantelamiento<br />

casi total de la actividad<br />

metrológica en los diferentes ministerios,<br />

ramas y centros de producción y<br />

servicio; al racionalizarse los aparatos<br />

administrativos a esos niveles, cedió<br />

también la formación de técnicos en<br />

esa especialidad… y tomaron fuerza<br />

la improvisación y el desorden.<br />

La experta considera que hoy ya<br />

no puede expresarse esa necesidad<br />

solo con voluntad, pues además de<br />

la vigencia del Decreto-Ley 62, cada<br />

vez es más ineludible su cumplimiento,<br />

debido al desarrollo de las<br />

relaciones comerciales internacionales,<br />

a la necesidad de perfeccionar el<br />

comercio interior, y dentro de este la<br />

protección al consumidor.<br />

En los últimos años, valora la<br />

especialista, apreciamos un trabajo<br />

más sistemático, gracias al cual ya<br />

todos los organismos de la Administración<br />

Central del Estado presentaron<br />

sus programas y estrategias de<br />

implementación ante el Comité Técnico<br />

Asesor de la Oficina Nacional de<br />

Normalización.<br />

Tanto Nancy Fernández como el<br />

doctor Martín Antúnez Martínez,<br />

director de Metrología de la Oficina<br />

Nacional de Normalización, consideran<br />

que la implementación en Cuba<br />

del SI no se sustenta solamente en<br />

la cuestión financiera; es preciso<br />

también vencer el problema de cultura<br />

de la población, y de comprensión<br />

de su importancia por parte de<br />

las personas que dirigen los organismos<br />

de la Administración Central del<br />

Estado, responsabilizados con la<br />

implementación de los programas.<br />

El especialista subraya que no se<br />

trata solo del celo a la hora de adquirir<br />

instrumentos de medición, que<br />

deben estar en unidades del SI para<br />

ir reemplazando el enorme arsenal<br />

metrológico casi museable que tiene<br />

el país, sino también de tecnologías<br />

cuyo funcionamiento responda a un<br />

procesamiento de proporciones o<br />

parámetros calculados a partir del<br />

empleo de unidades de medida del<br />

Sistema Internacional.<br />

En general, señala el experto, se<br />

aprecian avances importantes en relación<br />

con la incorporación del análisis<br />

metrológico en la toma de decisiones<br />

de la vida económica y social<br />

del país. Sin embargo, aclara, no<br />

siempre se cumplen y en ocasiones<br />

se subestima o ignora la valoración<br />

metrológica antes de acometer una<br />

inversión.<br />

El Director de Metrología afirma<br />

que por esa razón se han dado<br />

casos de malas inversiones, que generalmente<br />

son bastante costosas,<br />

Martín Antúnez Martínez, director de Metrología<br />

de la Oficina Nacional de Normalización.<br />

pues al valor de lo que se compra se<br />

le suma el costo de la transacción,<br />

por realizarse en mercados geográficamente<br />

distantes.<br />

«Recientemente llegó al país un<br />

lote de básculas en unidades del SI, y<br />

a pesar de la necesidad de reemplazar<br />

una gran cantidad de esos instrumentos<br />

que ya debieran estar fuera de circulación,<br />

no pudieron usarse porque al<br />

comprobarlas, a partir de un peso determinado<br />

no mantienen el equilibrio.<br />

También se han adquirido líneas de<br />

producción y fábricas completas<br />

desactivadas, por tener unidades de<br />

medida en desuso.<br />

Siempre recuerdo, comenta, aquella<br />

ocasión en que solicitaron nuestra<br />

presencia para inspeccionar unas<br />

balanzas adquiridas supuestamente<br />

para la red del comercio minorista.<br />

Evidentemente la compra no la hizo<br />

una persona conocedora, pues lo<br />

primero que hace el metrólogo es<br />

revisar los timbres, que no siempre<br />

están en un lugar visible. Pues esas<br />

básculas traían un sello que decía:<br />

No apta para el comercio.<br />

Implementar el nuevo sistema, por<br />

otra parte, «es una inversión que en<br />

nuestro sector le llamamos amigable,<br />

porque evita la conversión de sus<br />

valores y reduce el margen de error.<br />

Por ejemplo un quintal, según el sistema<br />

de mediciones que se emplea<br />

en los Estados Unidos, corresponde a<br />

100 libras de ese país, pero el de<br />

Inglaterra equivale a 112 libras anglosajonas;<br />

al mismo tiempo, las libras<br />

de uno y otro país y la de España tienen<br />

desiguales valores. Además, las<br />

conversiones no dan siempre valores<br />

exactos (una libra española equivale<br />

a 0,460 093 kilogramos, y estos a su<br />

vez representan 460,093 gramos».<br />

El Director de Metrología evalúa<br />

positivamente los avances de la<br />

implementación en los llamados sectores<br />

emergentes de la economía

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