Las señales inequívocas - Juventud Rebelde

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10 NACIONAL DOMINGO 17 DE MAYO DE 2009 juventud rebelde La justicia llegó al bohío Cuando el 17 de mayo de 1959 Fidel y el Consejo de Ministros, en acto inédito, firmaban en la Comandancia de La Plata la Primera Ley de Reforma Agraria, la Revolución apagaba el grito de dolor en los campos de Cuba. Así lo siente el líder campesino José (Pepe) Ramírez Cruz por WILMER RODRÍGUEZ FERNÁNDEZ, estudiante de Periodismo A sus 86 años posee una lucidez que asombra a sus interlocutores y un sentido de consecuencia con los desvelos de su vida que sorprende aún más. José Ramírez Cruz vive hace muchos años en el barrio habanero de Miramar, donde nos recibió, pero conserva intactos las ansias y sentimientos de los campesinos cubanos, por cuyos desvelos arriesgó su existencia desde muy joven. «Nosotros éramos 12 hermanos; lo que producíamos no alcanzaba para vivir y había que salir a vender la fuerza de trabajo con otros campesinos que tenían mayores fincas. A los 16 años empecé en las luchas campesinas. Yo tenía un tío que era líder campesino en Barajagua, cerca de Cueto. Simpaticé mucho con él y convencí a mi padre para vender la finquita que teníamos cerca de Antilla e irnos para Barajagua, donde vivía mi tío. «Al fin mi padre vendió la tierra y compramos otro pedazo a un pequeño colono en Barajagua. Nos ampliamos en tierra, pero no éramos propietarios, sino precaristas. Los que nos vendieron la finca eran medio latifundistas. No los reconocíamos como dueños, porque les habían robado la tierra al estado. Allí empezó la lucha. Caí preso la primera vez por paralizar un deslinde —los latifundistas quisieron quitarles las tierras a los que estaban como nosotros para venderlas a otros—. Nos llevaron para el cuartel de la Guardia Rural, pero en la noche se dio un acto de masas en el que se pidió la libertad de nosotros y nos liberaron». Recuerda Pepe que su tío se vio obligado a trasladarse para la Sierra Cristal y él convenció otra vez a sus padres para seguirlo. «Allí la lucha fue más dura. Entre juicios y más juicios me condenaron. Después me casé, tuve mis primeros hijos, hice un rancho y compré una finquita que se llamaba La Periquera. Tomamos tierras de otros latifundistas y las repartimos. Fue por esos tiempos cuando comenzó la guerra en la Sierra Maestra». Desde muy joven militó en la Unión Revolucionaria Comunista y después en el Partido Socialista Popular (PSP). En los años 50 asumió la vicepresidencia en Oriente de la Asociación Nacional Campesina de Cuba, liderada por Romárico Cordero, único campesino miembro de la Cámara de Representantes. En la Sierra Cristal se reunía con los campesinos y creó la asociación Luz de la Patria. «El PSP me envió a La Habana a pasar la escuela clandestina del partido. De La Habana fui para Holguín, y de allí para el Segundo Frente con la orden de ver a Raúl Castro». —¿Cómo se produjo el encuentro de usted con Raúl en 1958? —Le expliqué lo que habíamos hecho y me dijo que mi frente de guerra principal era organizar a los guajiros. A los pocos días le propuse celebrar el Congreso Campesino en Armas. Ese congreso levantó el espíritu de apoyo de los campesinos a los rebeldes. Fue un congreso de masas. Se clausuró con un acto en la noche. Recuerdo que se demandó la Ley de Reforma Agraria, el arreglo de los caminos, el aumento a los precios de los productos y la necesidad de construir escuelas en los campos. El Congreso Campesino en Armas fue uno de los antecedentes de la firma de la Ley de Reforma Agraria. —¿Cuáles fueron sus esfuerzos para lograr la incorporación de los campesinos a la lucha armada? —La participación de campesinos en la lucha de la Sierra fue masiva. Íbamos a las casas para hablarles de la necesidad de su incorporación y aconsejábamos a otros que se querían alzar y no podían por la edad o por razones de salud. También organizamos las secciones juveniles de las asociaciones campesinas. —¿Qué se hizo entre enero y mayo de 1959 para finalmente el día 17 firmar la Ley? —Se había discutido en las organizaciones campesinas, los sindicatos y le fue consultada a las masas. No participé directamente en la redacción del documento, pero ofrecí mis opiniones. Además, en todos los discursos que pronuncié hablaba de la necesidad de la Ley de Reforma Agraria. —¿Qué significación histórica tiene para usted esa firma? —El 17 de mayo de 1959, por vez primera en la historia política de Cuba, el Consejo de Ministros se trasladó al Oriente del país, para firmar la Ley de Reforma Agraria en la Comandancia de La Plata. Se les entregó el título de propiedad a los campesinos. Eso tuvo una repercusión tremenda, a pesar de que no había los medios de comunicación que hoy tenemos. Fue una fiesta para todo el campesinado; y la justicia, al fin, llegó al bohío. —¿Esta medida incomodó al Gobierno de los Estados Unidos? —Por supuesto. Fue la primera ley que afectó las riquezas de los latifundistas cubanos y norteamericanos. Recuerda que aquí estaba la United Fruit Company y la American Sugar Company, dueñas de cientos de miles de caballerías. Se les expropiaron las tierras y se les entregó a los campesinos, porque la tierra es de quien la trabaja. —¿Cómo valora la reciente decisión de entregar tierras en usufructo? —Si son tierras que están ociosas y hay fuerza de trabajo que puede hacerlas producir, vamos a resolver un problema. Esto beneficia al consumidor y al país. —Si hubiese que hablar del campesinado cubano antes y después de 1959, ¿qué usted nos diría? —Antes de 1959 sufrí como campesino pobre porque no tenía garantías ni propiedad. Ahora el campesino es propietario o trabaja la tierra en Pepe Ramírez rememora los años en que la población campesina sufría la explotación. Foto: Raúl Pupo usufructo, su trabajo se le respeta y se le apoya con créditos y técnicas. —Usted fue el primer presidente de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP), una organización que este 17 de mayo cumple 48 años. ¿Cómo se logró instituir la ANAP? —Antes de constituir la ANAP los campesinos nos organizamos para ayudar al Ejército Rebelde, después apoyamos a la Revolución triunfante y más tarde, para desarrollar el trabajo político, deportivo y cultural del campesinado cubano, el 17 de mayo de 1961 creamos la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños. —En escasas ocasiones se menciona la Segunda Ley de Reforma Agraria, promulgada en 1963. ¿Por qué cree usted que se habla menos de esta? —Porque no fue como la anterior. La ley de 1963 fue justo hacerla porque quedaban latifundistas que estaban conspirando contra la Revolución. Se hizo, más que por la necesidad de la tierra, para paralizar a aquellos que se oponían al Gobierno Revolucionario. —Algunos dicen que la juventud de hoy es remolona. ¿Cómo se puede lograr que en los tiempos actuales nuestros jóvenes se acerquen más a la tierra? —Se está haciendo una gran labor por parte de la Unión de Jóvenes Comunistas y las organizaciones estudiantiles. El joven estudia y se prepara, pero no se le puede quitar el espíritu de productor. También hay que buscar la forma de mecanizar para que sea menor el esfuerzo físico. Los jóvenes trabajan y se movilizan para la producción de alimentos. Se puede lograr mucho si se trabaja sobre la base de conciencia. No puede ser posible que en el futuro se desarrollen la ambición y las ansias de ser tam- bién latifundista, porque sería una desgracia. —¿Existen productores con ambición de riquezas? —Por supuesto que los hay, pero yo les hago un llamado a que mediten y rectifiquen, porque no se hace nada con tanta riqueza para al final morirse. Hay que trabajar, para lo que se va a vivir vivirlo bien y que sea producto del esfuerzo. —¿Cuáles han sido las preocupaciones de Fidel con respecto a los campesinos cubanos? —El sentir de Fidel está demostrado desde las declaraciones que hizo en el juicio del Moncada, en la Sierra Maestra y después del Triunfo de la Revolución. Fidel siempre ha tenido como objetivo la unión del campesinado, por su fortaleza y apego a la justicia. Siempre hablaba y discutía con Fidel lo que había que hacer para beneficiar a los campesinos. —¿Cree que todavía algunos miran con menosprecio al campesino? —Eso ya no es tanto. Antes se referían al campesino de una forma despectiva, pero al guajiro de hoy no hay quien le haga un cuento. «En el campo hay más comida porque los campesinos siembran y producen. Hay que luchar porque tengan más condiciones para producir, que tengan más cajas para que almacenen tomate y más sacos. A veces eso no se logra por falta de planificación y hay que preverlo a tiempo. La lucha no fue ni será en vano. Logramos con la lucha lo que tenemos. Estamos en el 50 aniversario de la firma de la Ley de Reforma Agraria y en el 48 de la ANAP, pero estaremos mejor en el 60 aniversario de la Reforma Agraria y 58 de la ANAP. Tengo confianza que va a ser mejor; no sé si lo veré, pero lucharé por ello. Ya tengo muchos añitos y lucho por la vida, porque la muerte está segura». Décimas de Pepe Ramírez A este líder histórico del campesinado, como buen hombre de campo le gusta la décima improvisada. Ante la sutil petición de nuestro fotógrafo, para que se acomodara en el butacón de su hogar, Pepe, que vestía esa tarde una guayabera azul, improvisó de inmediato una redondilla, a la que le seguí la rima y entre los dos logramos esta espinela: «Sí, tengo que bajar el pie / y voy a subir la voz / y así pensamos los dos / en la palabra del Che». Entonces yo continué: «Hoy martes lo entrevisté / el diálogo fue genial / y nada ha salido mal / todo ha salido muy bien». Pepe culminó entonces: «Y yo te digo también / que esto ha sido universal». Pero como ya estaba inspirado. Al final de la conversación desempolvó del archivo fonográfico de su mente una décima que escribió al concluir su presidencia de la ANAP en 1987: «Yo no me estoy despidiendo / solo les devuelvo el cargo / pienso por un tiempo largo / vivir y seguir sirviendo / siempre me verán pidiendo / más trabajo, no nivel / dispuesto desde la piel / el corazón y el sentido / a luchar por mi Partido / por mi patria y por Fidel».

DOMINGO 17 DE MAYO DE 2009 juventud rebelde LECTURA 11 Avenida de los artistas por CIRO BIANCHI ROSS ciro@jrebelde.cip.cu ¿SABE usted que en el reparto Alturas de San Miguel del Padrón hay una calle que lleva el nombre de Avenida de los Artistas? La información sobre el porqué de dicho nombre me la hace llegar la lectora Mercy Pous, y voy a darla a conocer enseguida. Alturas de San Miguel, dice Mercy, comenzó a poblarse en 1950, pero no fue hasta 1952 que figuras de la radio empezaron a adquirir los terrenos correspondientes a fin de edificar en sus predios. Uno de los primeros fue el poeta José Ángel Buesa, muy vinculado, como escritor, al medio radial, que fabricó su vivienda y fue a vivir allí en compañía de su madre. Llegó después a la misma calle Vicente Morín y su familia, y le siguieron Paco Lara, Emilio del Mármol, Humberto de Dios y el popular locutor y animador José Antonio Alonso, que edificó una casa para su madre y su hermana. Llegaría después Roberto González, conocido como Panchito el Guitarrista, y por último el teatrista Paco Alfonso, quienes se avecindaron todos a lo largo de la misma avenida. Fue así que Morín pidió al propietario del reparto que diese a esa vía el nombre de Avenida de los Artistas, denominación que mantiene aun cuando ya solo residen en esta, dice Mercy Pous, las familias de Panchito el Guitarrista y del mismo Morín. Sucedió que, con la inauguración del reparto Monterrey, muchas de esas figuras se instalaron en la nueva urbanización o se trasladaron a otros lugares. EL POETA Y EL TEATRISTA No desconozco que a los lectores más jóvenes poco dirá la mayor parte de los nombres que mencioné arriba. Imagino que les suene el nombre de Buesa, y tal vez lo hayan leído, porque aquí se publicaron no hace mucho algunos de sus libros. Era un poeta de corte neorromántico, autor de una poesía amorosa o erótica y que llegó a ser popularísimo en Cuba en los años 40 y 50 del siglo pasado. Entonces sus libros se vendían por miles y como Buesa comenzó a escribir para vender, fue muy criticado por una élite de suficiencia, que olvidó que, al margen de su facilismo, escribió muy buenos sonetos. Su poemario inicial, La fuga de las horas, lo dio a conocer en 1932. Otros títulos suyos son Cantos de Proteo, Lamentaciones de Proteo y Alegría de Proteo, publicados en 1944, 1948 y 1949, respectivamente. Sus libros más vendidos fueron Oasis (1943) y Nuevo oasis (1949). El primero de estos últimos alcanzó nueve ediciones en menos de 11 años. Nuevo oasis rompió ese récord. Tres ediciones en un año. Algo totalmente insólito en la poesía de entonces y de ahora. Cintio Vitier incluyó a José Ángel Buesa en su antología Cincuenta años de poesía cubana (1902- 1952). Dice en su acertado comentario: «Ha cultivado por lo común, especialmente en su libro más leído, Oasis… un lirismo amoroso de musicalidad fácil y temática monocorde. En cuadernos posteriores se encuentran esfuerzos poéticos de mayor autenticidad y ambición, a veces bajo el signo de los Veinte poemas de amor y una canción desesperada, de Pablo Neruda, otras con indudable tono propio. Sus mejores momentos se producen cuando, venciendo las tentaciones de una versificación demasiado rotunda y exterior, logra evadirse de los sentimientos convencionales y concentrar su expresión, como ocurre en su magnífico soneto Yo vi la noche, de uno de sus libros de más calidad, Lamentaciones de Proteo». Buesa nació en Cruces, antigua provincia de Las Villas, en 1910. Salió de Cuba semanas después del triunfo de la Revolución. Al llegar a Santo Domingo, los periodistas destacados en el aeropuerto capitalino le hicieron la pregunta de rigor: ¿Qué opina de la situación política cubana? El poeta meditó durante un instante. Dijo al fin: Desde hace algún tiempo vive aquí el dictador Batista… ¿Lo han visto ustedes? Cuando los periodistas respondieron que lo habían visto, continuó el poeta su interrogatorio: ¿Y le han preguntado sobre poesía? No, contestaron los reporteros a coro. Remató Buesa el diálogo con otra interrogante: ¿Y entonces por qué c… me preguntan a mí de política? A Paco Alfonso muchos lo recordarán por su brillante actuación en la serie televisiva En silencio ha tenido que ser. Interpretó en esa al padre de David (Sergio Corrieri) el protagonista del episodio. Este escribidor lo conoció personalmente en las tertulias que Enrique Núñez Rodríguez animaba todos los jueves en los jardines de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba allá por la década de los 80. Era uno de los tertulianos más asiduos. Además de su quehacer actoral, Paco fue un dramaturgo muy activo, de estilo directo y fuerte. Militaba en el Partido Socialista Popular y llevó a sus obras los postulados de esa organización política. Conoció muy bien el mundo que quiso representar en su teatro, y tuvo vigor y naturalidad para expresarlo y estilizarlo a veces en elementos simbólicos. Arremetió contra la discriminación racial en Hierba hedionda (1953). Escribió una obra musicalizable, de tema afrocubano antiesclavista, Yariyari, mamá Olúa (1943) y llevó a Cañaveral (1950) el drama de la industria azucarera cubana. Paco Alfonso podía también repetir aquellos versos de Nicolás Guillén: «Cuba, palmar vendido, / sueño decapitado, / duro mapa de azúcar y olvido». LA CORTE SUPREMA La Corte Suprema del Arte fue uno de los programas más populares de la radio cubana. Surgió en momentos en que se necesitaba fortalecer y renovar el cuadro lírico en ese medio. Es decir, lanzar al ruedo a nuevas figuras, las llamadas estrellas nacientes, a fin de irles buscando relevo a los veteranos, que, por otra parte, devengaban honorarios altos. Todos los que se presentaban en ese espacio eran aficionados y el aplauso del público decidía cuál resultaba triunfador. De ahí surgió la frase: Le tocaron la campana, para indicar que alguien se veía imposibilitado de llegar a su meta porque otro se lo impedía. Porque en La Corte Suprema del Arte se tocaba ciertamente la campana a aquel intérprete, ya fuese cantante o recitador, que fuese notoriamente malo. Esa campana, que, desde la cabina de control y fuera de la vista del público y del mismo intérprete, hacía sonar Miguel Gabriel, uno de los propietarios de la CMQ de entonces, dio atractivo inicial al programa, que comenzó a salir al aire el 1ro. de diciembre de 1937, desde los estudios que esa emisora tenía en la avenida de Monte casi esquina a Cárdenas, en La Habana, y a los que se alude, de manera invariable y por comodidad, como ubicados en Monte y Prado. Pronto los premios y los regalos que se llevaban los triunfadores atrajeron a una cantidad de aspirantes enorme. Y José Antonio Alonso, conocido hasta entonces como declamador y comentarista, lo consolidó con su conducción original. Alonso tenía estilo propio y cultura, sabía improvisar y sus comentarios eran siempre atinados. Hizo famosa una frase que marcaba el comienzo de la prueba. «¿A quién se lo va a dedicar?», preguntaba al aspirante. Respondía este y enseguida Alonso, dirigiéndose al director de la orquesta, añadía: «¡Música, maestro!». Surgió así toda una pléyade de valores jóvenes lanzados por CMQ. Con su patrocinio, estaban en fiestas y ceremonias, no solo en la capital; también en ciudades del interior de la Isla, y muchos de ellos no demoraron en consolidarse y capitalizar las simpatías del público. Todo el proceso de La Corte Suprema del Arte es polémico, afirma Oscar Luis López en su libro La radio en Cuba. Se inició contra el alto costo de los consagrados, y derivó en un impulso potente de renovación. Cayó más tarde, asevera Oscar Luis, en excesos y hubo, mezclado con el triunfo legítimo de algunos buenos aficionados, malos manejos, explotación, intrigas y ciertas intimidades que dieron motivo a serias críticas. Fue además expresión de la fiera competencia comercial que en esos años comenzaba a hacerse sentir en la radio. La Corte Suprema del Arte fue patrocinada en sus inicios por Competidora Gaditana, «el cigarro inigualable», tal como rezaba su slogan. Al obtener el programa un éxito sensacional, Miguel Gabriel, en una de sus jugadas de audacia, elevó de manera inusitada la cifra que debía pagar el anunciante, y obligó de esa manera a Competidora a dejar el campo libre a una empresa rival, la de los cigarros Regalías el Cuño, que previamente se había comprometido a abonar 12 mil pesos mensuales por el espacio. Cifra descomunal en aquellos momentos, asevera Oscar Luis López, y que marcó el primer paso hacia los altos presupuestos de inversión en la radio. Al margen de todo, sin embargo, La Corte Suprema del Arte reveló e impulsó a muchos valores perdurables. Ahí están los nombres de Rosa Fornés, Raquel Revuelta, Elena Burke, Ramón Veloz, Obdulia Breijo, el dúo Hermanas Martí, Natalia Herrera, Armando Bianchi… En los años 50 quiso revivírsele en CMQ Televisión. Se llamó entonces El Programa de José Antonio Alonso. EL CAMIONERO Vicente Morín, el sujeto que dio nombre a la Avenida de los Artistas en el reparto Alturas de San Miguel, cantaba, con diez años de edad, en la Catedral de La Habana. Tenía una magnífica voz de tenor, pero la vida lo llevó obligado por otros rumbos y tuvo que trabajar como camionero para librar la subsistencia. No por eso dejó de cantar. Lo hacía para sus amigos y, sobre todo, mientras manejaba, hasta que logró al fin comenzar formalmente sus estudios. Se graduaría en 1925, con notas de sobresaliente, en el Conservatorio de La Habana. A partir de ahí fue la suya una carrera exitosa. Cantó con Rita Montaner y formó parte de las compañías de los maestros Ernesto Lecuona y Eliseo Grenet. Hizo giras por toda la Isla y numerosas presentaciones en el exterior. Integró los elencos de los teatros Alhambra y Martí. Con Moisés Simons viajó a España para el estreno de su zarzuela El collar de la Merced, y regresó a Cuba tras la caída de la monarquía española, sin que la obra llegara a estrenarse. Meses después (1932) el maestro Gonzalo Roig lo contrataba para que interpretara a Leonardo Gamboa en Cecilia Valdés, en su estreno mundial que tuvo lugar en el teatro Martí y que, con Caridad Suárez en el protagónico, se mantuvo durante 37 noches consecutivas en cartelera. Años después Morín conocería a Amado Trinidad que, en los inicios de su aventura por el medio radial y antes de su traslado a La Habana, era el propietario, en la ciudad de Santa Clara, de la emisora CMHI Cadena Azul. Trinidad le escucha cantar guajiras y puntos cubanos y le propone un contrato. Quiere que Morín interprete las décimas y guajiras de los episodios de Pepe Cortés, un bandolero romántico y sentimental que, a manera de Arroyito en la vida real, roba a los ricos para repartir el botín entre los pobres, y monta un caballo de nombre llamativo, Relámpago. La serie comenzó a salir al aire el 26 de agosto de 1939. La escribía Aramís del Real y las décimas las componía el después muy célebre Clavelito, el del agua magnetizada y «Pon tu pensamiento en mí», en tanto que Morín, que también actuaba en el episodio, escogía la tonada con que las interpretaría. Pepe Cortés se presentaba así: «Yo robo a cualquier hora / y lo hago con placer, / porque es para proteger / al que sufre y al que llora, / al que la fiebre devora, / al que está desesperado, / al que vive abandonado / en la vida y los excesos, / para proteger a esos / yo robo al acaudalado». Vicente Morín no haría hueso viejo con Amado Trinidad. Inconforme con su salario, regresó a La Habana contratado por la CMQ para participar en programas de corte campesino como El Guajiro Solitario, que protagonizaba Otto Sirgo, y Rincón Criollo, en controversias con Clavelito y Coralia Fernández. La radio iba organizándose cada vez más en Cuba y surgió en CMQ la necesidad de crear la plaza de operador de efectos manuales como parte de la estructura de los programas. Morín aceptó el reto. Escribió varios materiales sobre el tema y hasta su jubilación, en 1961, fue jefe del Departamento de Efectos de esa emisora. Todavía se utilizan en la radio cubana los aparatos que ideó y confeccionó, en su campo, Vicente Morín, el hombre que, de paso, sugirió el nombre de una avenida.

DOMINGO 17 DE MAYO DE 2009 juventud rebelde LECTURA 11<br />

Avenida de los artistas<br />

por CIRO BIANCHI ROSS<br />

ciro@jrebelde.cip.cu<br />

¿SABE usted que en el reparto Alturas<br />

de San Miguel del Padrón hay<br />

una calle que lleva el nombre de Avenida<br />

de los Artistas? La información<br />

sobre el porqué de dicho nombre me<br />

la hace llegar la lectora Mercy Pous,<br />

y voy a darla a conocer enseguida.<br />

Alturas de San Miguel, dice<br />

Mercy, comenzó a poblarse en 1950,<br />

pero no fue hasta 1952 que figuras<br />

de la radio empezaron a adquirir los<br />

terrenos correspondientes a fin de<br />

edificar en sus predios.<br />

Uno de los primeros fue el poeta<br />

José Ángel Buesa, muy vinculado,<br />

como escritor, al medio radial, que<br />

fabricó su vivienda y fue a vivir allí en<br />

compañía de su madre. Llegó después<br />

a la misma calle Vicente Morín<br />

y su familia, y le siguieron Paco Lara,<br />

Emilio del Mármol, Humberto de<br />

Dios y el popular locutor y animador<br />

José Antonio Alonso, que edificó una<br />

casa para su madre y su hermana.<br />

Llegaría después Roberto González,<br />

conocido como Panchito el Guitarrista,<br />

y por último el teatrista Paco<br />

Alfonso, quienes se avecindaron<br />

todos a lo largo de la misma avenida.<br />

Fue así que Morín pidió al propietario<br />

del reparto que diese a esa vía<br />

el nombre de Avenida de los Artistas,<br />

denominación que mantiene aun<br />

cuando ya solo residen en esta, dice<br />

Mercy Pous, las familias de Panchito<br />

el Guitarrista y del mismo Morín.<br />

Sucedió que, con la inauguración<br />

del reparto Monterrey, muchas de<br />

esas figuras se instalaron en la nueva<br />

urbanización o se trasladaron a<br />

otros lugares.<br />

EL POETA Y EL TEATRISTA<br />

No desconozco que a los lectores<br />

más jóvenes poco dirá la mayor parte<br />

de los nombres que mencioné arriba.<br />

Imagino que les suene el nombre<br />

de Buesa, y tal vez lo hayan leído,<br />

porque aquí se publicaron no hace<br />

mucho algunos de sus libros. Era un<br />

poeta de corte neorromántico, autor<br />

de una poesía amorosa o erótica y<br />

que llegó a ser popularísimo en Cuba<br />

en los años 40 y 50 del siglo pasado.<br />

Entonces sus libros se vendían<br />

por miles y como Buesa comenzó a<br />

escribir para vender, fue muy criticado<br />

por una élite de suficiencia, que<br />

olvidó que, al margen de su facilismo,<br />

escribió muy buenos sonetos.<br />

Su poemario inicial, La fuga de<br />

las horas, lo dio a conocer en 1932.<br />

Otros títulos suyos son Cantos de<br />

Proteo, Lamentaciones de Proteo y<br />

Alegría de Proteo, publicados en<br />

1944, 1948 y 1949, respectivamente.<br />

Sus libros más vendidos fueron<br />

Oasis (1943) y Nuevo oasis (1949).<br />

El primero de estos últimos alcanzó<br />

nueve ediciones en menos de 11<br />

años. Nuevo oasis rompió ese<br />

récord. Tres ediciones en un año.<br />

Algo totalmente insólito en la poesía<br />

de entonces y de ahora.<br />

Cintio Vitier incluyó a José Ángel<br />

Buesa en su antología Cincuenta<br />

años de poesía cubana (1902-<br />

1952). Dice en su acertado comentario:<br />

«Ha cultivado por lo común, especialmente<br />

en su libro más leído,<br />

Oasis… un lirismo amoroso de<br />

musicalidad fácil y temática monocorde.<br />

En cuadernos posteriores se<br />

encuentran esfuerzos poéticos de<br />

mayor autenticidad y ambición, a<br />

veces bajo el signo de los Veinte<br />

poemas de amor y una canción<br />

desesperada, de Pablo Neruda, otras<br />

con indudable tono propio. Sus<br />

mejores momentos se producen<br />

cuando, venciendo las tentaciones<br />

de una versificación demasiado<br />

rotunda y exterior, logra evadirse de<br />

los sentimientos convencionales y<br />

concentrar su expresión, como ocurre<br />

en su magnífico soneto Yo vi la<br />

noche, de uno de sus libros de más<br />

calidad, Lamentaciones de Proteo».<br />

Buesa nació en Cruces, antigua<br />

provincia de <strong>Las</strong> Villas, en 1910.<br />

Salió de Cuba semanas después<br />

del triunfo de la Revolución. Al llegar<br />

a Santo Domingo, los periodistas<br />

destacados en el aeropuerto capitalino<br />

le hicieron la pregunta de rigor:<br />

¿Qué opina de la situación política<br />

cubana?<br />

El poeta meditó durante un instante.<br />

Dijo al fin: Desde hace algún<br />

tiempo vive aquí el dictador Batista…<br />

¿Lo han visto ustedes? Cuando<br />

los periodistas respondieron que lo<br />

habían visto, continuó el poeta su<br />

interrogatorio: ¿Y le han preguntado<br />

sobre poesía? No, contestaron los<br />

reporteros a coro. Remató Buesa el<br />

diálogo con otra interrogante: ¿Y<br />

entonces por qué c… me preguntan<br />

a mí de política?<br />

A Paco Alfonso muchos lo recordarán<br />

por su brillante actuación en la<br />

serie televisiva En silencio ha tenido<br />

que ser. Interpretó en esa al padre<br />

de David (Sergio Corrieri) el protagonista<br />

del episodio. Este escribidor lo<br />

conoció personalmente en las tertulias<br />

que Enrique Núñez Rodríguez<br />

animaba todos los jueves en los jardines<br />

de la Unión de Escritores y<br />

Artistas de Cuba allá por la década<br />

de los 80. Era uno de los tertulianos<br />

más asiduos.<br />

Además de su quehacer actoral,<br />

Paco fue un dramaturgo muy activo,<br />

de estilo directo y fuerte. Militaba en<br />

el Partido Socialista Popular y llevó a<br />

sus obras los postulados de esa<br />

organización política. Conoció muy<br />

bien el mundo que quiso representar<br />

en su teatro, y tuvo vigor y naturalidad<br />

para expresarlo y estilizarlo a<br />

veces en elementos simbólicos.<br />

Arremetió contra la discriminación<br />

racial en Hierba hedionda (1953).<br />

Escribió una obra musicalizable, de<br />

tema afrocubano antiesclavista, Yariyari,<br />

mamá Olúa (1943) y llevó a<br />

Cañaveral (1950) el drama de la<br />

industria azucarera cubana. Paco<br />

Alfonso podía también repetir aquellos<br />

versos de Nicolás Guillén:<br />

«Cuba, palmar vendido, / sueño<br />

decapitado, / duro mapa de azúcar y<br />

olvido».<br />

LA CORTE SUPREMA<br />

La Corte Suprema del Arte fue<br />

uno de los programas más populares<br />

de la radio cubana. Surgió en<br />

momentos en que se necesitaba fortalecer<br />

y renovar el cuadro lírico en<br />

ese medio. Es decir, lanzar al ruedo<br />

a nuevas figuras, las llamadas estrellas<br />

nacientes, a fin de irles buscando<br />

relevo a los veteranos, que, por<br />

otra parte, devengaban honorarios<br />

altos. Todos los que se presentaban<br />

en ese espacio eran aficionados y el<br />

aplauso del público decidía cuál<br />

resultaba triunfador.<br />

De ahí surgió la frase: Le tocaron la<br />

campana, para indicar que alguien se<br />

veía imposibilitado de llegar a su meta<br />

porque otro se lo impedía. Porque en<br />

La Corte Suprema del Arte se tocaba<br />

ciertamente la campana a aquel intérprete,<br />

ya fuese cantante o recitador,<br />

que fuese notoriamente malo.<br />

Esa campana, que, desde la cabina<br />

de control y fuera de la vista del<br />

público y del mismo intérprete, hacía<br />

sonar Miguel Gabriel, uno de los propietarios<br />

de la CMQ de entonces, dio<br />

atractivo inicial al programa, que<br />

comenzó a salir al aire el 1ro. de<br />

diciembre de 1937, desde los estudios<br />

que esa emisora tenía en la avenida<br />

de Monte casi esquina a Cárdenas,<br />

en La Habana, y a los que se<br />

alude, de manera invariable y por<br />

comodidad, como ubicados en Monte<br />

y Prado.<br />

Pronto los premios y los regalos<br />

que se llevaban los triunfadores atrajeron<br />

a una cantidad de aspirantes<br />

enorme. Y José Antonio Alonso,<br />

conocido hasta entonces como<br />

declamador y comentarista, lo consolidó<br />

con su conducción original.<br />

Alonso tenía estilo propio y cultura,<br />

sabía improvisar y sus comentarios<br />

eran siempre atinados. Hizo famosa<br />

una frase que marcaba el comienzo<br />

de la prueba. «¿A quién se lo va a<br />

dedicar?», preguntaba al aspirante.<br />

Respondía este y enseguida Alonso,<br />

dirigiéndose al director de la orquesta,<br />

añadía: «¡Música, maestro!».<br />

Surgió así toda una pléyade de<br />

valores jóvenes lanzados por CMQ.<br />

Con su patrocinio, estaban en fiestas<br />

y ceremonias, no solo en la capital;<br />

también en ciudades del interior<br />

de la Isla, y muchos de ellos no<br />

demoraron en consolidarse y capitalizar<br />

las simpatías del público.<br />

Todo el proceso de La Corte Suprema<br />

del Arte es polémico, afirma Oscar<br />

Luis López en su libro La radio en<br />

Cuba. Se inició contra el alto costo de<br />

los consagrados, y derivó en un impulso<br />

potente de renovación. Cayó más<br />

tarde, asevera Oscar Luis, en excesos<br />

y hubo, mezclado con el triunfo legítimo<br />

de algunos buenos aficionados, malos<br />

manejos, explotación, intrigas y ciertas<br />

intimidades que dieron motivo a serias<br />

críticas.<br />

Fue además expresión de la fiera<br />

competencia comercial que en esos<br />

años comenzaba a hacerse sentir en<br />

la radio. La Corte Suprema del Arte<br />

fue patrocinada en sus inicios por<br />

Competidora Gaditana, «el cigarro<br />

inigualable», tal como rezaba su slogan.<br />

Al obtener el programa un éxito<br />

sensacional, Miguel Gabriel, en una<br />

de sus jugadas de audacia, elevó de<br />

manera inusitada la cifra que debía<br />

pagar el anunciante, y obligó de esa<br />

manera a Competidora a dejar el<br />

campo libre a una empresa rival, la<br />

de los cigarros Regalías el Cuño, que<br />

previamente se había comprometido<br />

a abonar 12 mil pesos mensuales<br />

por el espacio. Cifra descomunal en<br />

aquellos momentos, asevera Oscar<br />

Luis López, y que marcó el primer<br />

paso hacia los altos presupuestos<br />

de inversión en la radio.<br />

Al margen de todo, sin embargo,<br />

La Corte Suprema del Arte reveló e<br />

impulsó a muchos valores perdurables.<br />

Ahí están los nombres de Rosa<br />

Fornés, Raquel Revuelta, Elena Burke,<br />

Ramón Veloz, Obdulia Breijo, el<br />

dúo Hermanas Martí, Natalia Herrera,<br />

Armando Bianchi…<br />

En los años 50 quiso revivírsele<br />

en CMQ Televisión. Se llamó entonces<br />

El Programa de José Antonio<br />

Alonso.<br />

EL CAMIONERO<br />

Vicente Morín, el sujeto que dio<br />

nombre a la Avenida de los Artistas<br />

en el reparto Alturas de San Miguel,<br />

cantaba, con diez años de edad, en<br />

la Catedral de La Habana. Tenía una<br />

magnífica voz de tenor, pero la vida lo<br />

llevó obligado por otros rumbos y<br />

tuvo que trabajar como camionero<br />

para librar la subsistencia. No por<br />

eso dejó de cantar. Lo hacía para sus<br />

amigos y, sobre todo, mientras<br />

manejaba, hasta que logró al fin<br />

comenzar formalmente sus estudios.<br />

Se graduaría en 1925, con<br />

notas de sobresaliente, en el Conservatorio<br />

de La Habana.<br />

A partir de ahí fue la suya una<br />

carrera exitosa. Cantó con Rita Montaner<br />

y formó parte de las compañías<br />

de los maestros Ernesto Lecuona y<br />

Eliseo Grenet. Hizo giras por toda la<br />

Isla y numerosas presentaciones en<br />

el exterior. Integró los elencos de los<br />

teatros Alhambra y Martí. Con Moisés<br />

Simons viajó a España para el<br />

estreno de su zarzuela El collar de la<br />

Merced, y regresó a Cuba tras la caída<br />

de la monarquía española, sin<br />

que la obra llegara a estrenarse.<br />

Meses después (1932) el maestro<br />

Gonzalo Roig lo contrataba para que<br />

interpretara a Leonardo Gamboa en<br />

Cecilia Valdés, en su estreno mundial<br />

que tuvo lugar en el teatro Martí<br />

y que, con Caridad Suárez en el protagónico,<br />

se mantuvo durante 37<br />

noches consecutivas en cartelera.<br />

Años después Morín conocería a<br />

Amado Trinidad que, en los inicios de<br />

su aventura por el medio radial y<br />

antes de su traslado a La Habana,<br />

era el propietario, en la ciudad de<br />

Santa Clara, de la emisora CMHI<br />

Cadena Azul. Trinidad le escucha<br />

cantar guajiras y puntos cubanos y le<br />

propone un contrato. Quiere que<br />

Morín interprete las décimas y guajiras<br />

de los episodios de Pepe Cortés,<br />

un bandolero romántico y sentimental<br />

que, a manera de Arroyito en la<br />

vida real, roba a los ricos para repartir<br />

el botín entre los pobres, y monta<br />

un caballo de nombre llamativo,<br />

Relámpago.<br />

La serie comenzó a salir al aire el<br />

26 de agosto de 1939. La escribía<br />

Aramís del Real y las décimas las<br />

componía el después muy célebre<br />

Clavelito, el del agua magnetizada y<br />

«Pon tu pensamiento en mí», en tanto<br />

que Morín, que también actuaba<br />

en el episodio, escogía la tonada con<br />

que las interpretaría.<br />

Pepe Cortés se presentaba así:<br />

«Yo robo a cualquier hora / y lo hago<br />

con placer, / porque es para proteger<br />

/ al que sufre y al que llora, / al<br />

que la fiebre devora, / al que está<br />

desesperado, / al que vive abandonado<br />

/ en la vida y los excesos, /<br />

para proteger a esos / yo robo al<br />

acaudalado».<br />

Vicente Morín no haría hueso viejo<br />

con Amado Trinidad. Inconforme<br />

con su salario, regresó a La Habana<br />

contratado por la CMQ para participar<br />

en programas de corte campesino<br />

como El Guajiro Solitario, que protagonizaba<br />

Otto Sirgo, y Rincón Criollo,<br />

en controversias con Clavelito y<br />

Coralia Fernández.<br />

La radio iba organizándose cada<br />

vez más en Cuba y surgió en CMQ la<br />

necesidad de crear la plaza de operador<br />

de efectos manuales como<br />

parte de la estructura de los programas.<br />

Morín aceptó el reto. Escribió<br />

varios materiales sobre el tema y<br />

hasta su jubilación, en 1961, fue jefe<br />

del Departamento de Efectos de esa<br />

emisora. Todavía se utilizan en la<br />

radio cubana los aparatos que ideó y<br />

confeccionó, en su campo, Vicente<br />

Morín, el hombre que, de paso, sugirió<br />

el nombre de una avenida.

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