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Historias de los Aborigenes Tobas del Gran Chaco

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shamán (médico tradicional) y <strong>de</strong>cía ser muy importante, que podía hacer maravillas y<br />

milagros, hasta podía <strong>de</strong>sviar balas <strong>de</strong> fusiles y no dañar al hombre. Y para probar sus<br />

palabras or<strong>de</strong>nó el saqueo <strong>de</strong> animales vacunos en una <strong>de</strong> las estancias cerca <strong>de</strong> la<br />

región, y <strong>los</strong> crédu<strong>los</strong> <strong>de</strong> él tomaron al pie <strong>de</strong> la letra la or<strong>de</strong>n y se fueron a la estancia <strong>de</strong>l<br />

Coronel Villafañe, el que vino en el lugar <strong>de</strong> Car<strong>los</strong>, y las vacas eran <strong>de</strong> Burgens y <strong>de</strong>l<br />

mismo Villafañe; eran más <strong>de</strong> treinta vacas las que robaron la gente <strong>de</strong> Ñoxochiiyi’ para<br />

dar <strong>de</strong> comer sus gentes. Y ante el inminente ataque <strong>de</strong> <strong>los</strong> soldados, Ñoxochiiyi’ mandó<br />

cavar una zanja como refugio <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>de</strong>fensores en contra <strong>de</strong> <strong>los</strong> soldados; pero salió mal<br />

la estrategia. A<strong>de</strong>más, él se escapó ante el ataque, pero <strong>los</strong> baluartes y leales <strong>de</strong> él se<br />

quedaron para resistir, y cuando ya estaban acorralados se metieron a<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la zanja<br />

y allí a<strong>de</strong>ntro fueron fusilados y murieron siete personas; el<strong>los</strong> son: Dañiiyi y otras<br />

personas que vinieron <strong>de</strong>l Sur, Layoxonaiqui’, Ñicnai, Taichiyi, Qanasoqui’ - Garcete,<br />

Daañi. Luego <strong>de</strong>l fusilamiento <strong>los</strong> soldados arrancaron <strong>los</strong> techos <strong>de</strong> paja <strong>de</strong> <strong>los</strong> ranchos,<br />

<strong>los</strong> echaron a la zanja y lo prendieron fuego.<br />

Antes <strong>de</strong> este hecho mi padre les amonestó a la gente a que se opongan a la<br />

or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> Ñoxochiiyi’ y para que no apoyen las medidas tomadas, pues son muy<br />

peligrosas. Y que tampoco <strong>de</strong>ben meterse en la zanja pues es una muerte segura; era un<br />

error <strong>de</strong> estrategia e iba a haber <strong>de</strong>rramamiento <strong>de</strong> sangre.<br />

Después <strong>de</strong>l fusilamiento fuimos a verificar <strong>los</strong> cadáveres y el primero que<br />

encontramos fue Qanasoqui’ - Garcete, las entrañas <strong>de</strong> él estaban todas afuera pero<br />

todavía respiraba sentado contra el árbol, sostenido con la mano en la tierra nos pidió<br />

agua. Yo veía el corazón latiendo y cuando Tenaxanaxaic le trajo el agua él bebió, pero<br />

todo el líquido cayó al vacío; era duro ese hombre para morir. Luego <strong>de</strong> agra<strong>de</strong>cer se<br />

<strong>de</strong>spidió <strong>de</strong> todos nosotros y agra<strong>de</strong>ció al que le trajo agua con el sombrero, diciendo:<br />

-- “Que voy a hacer, que ganas que tengo para continuar la vida, pero esto que me<br />

pasa no es un acci<strong>de</strong>nte, fue todo planificado”. Luego cayó y murió. En la zanja murió<br />

unos <strong>de</strong> nuestros tíos, Daañi, que estaba retorcido e irreconocible pero lo i<strong>de</strong>ntificamos<br />

por sus pertenencias, cinto, cuchil<strong>los</strong>; y mientras lo estábamos sacando se juntaron sus<br />

familias y comenzaron a llorar, echando todas las maldiciones a <strong>los</strong> que mataron.<br />

Después lo llevamos a sepultar.<br />

Inmediatamente se reunieron las gentes y <strong>los</strong> Jefes <strong>de</strong> las familias numerosas para<br />

resolver la situación <strong>de</strong> <strong>los</strong> que murieron, sus padres y también <strong>de</strong>l embaucador, y en las<br />

consultas todos estaban <strong>de</strong> acuerdo para dar castigo y matarle, pues él era el único<br />

responsable <strong>de</strong> la masacre <strong>de</strong> <strong>los</strong> muertos caídos en la guerra. Pero como nadie sabía<br />

don<strong>de</strong> estaba escondido, se resolvió formar grupos encargados <strong>de</strong> la búsqueda. Fueron<br />

tres días <strong>de</strong> búsqueda intensiva y <strong>los</strong> hombres <strong>de</strong> mi padre lo encontraron y lo trajeron<br />

ante la asamblea para <strong>de</strong>cidir su <strong>de</strong>stino. Mi padre tomó la palabra diciendo: -- “Aquí<br />

tienen al hombre, ya tenía que haberlo matado pero como no murió ninguno <strong>de</strong> mis<br />

propios hijos, ahora uste<strong>de</strong>s dirán que van a hacer con él; no pierdan tiempo”. Pero nadie<br />

se atrevió a hacer nada con él, solamente que lo <strong>de</strong>spojaron <strong>de</strong> sus pertenencias,<br />

caballo, etc.<br />

Después <strong>de</strong> este acontecimiento mi padre y <strong>los</strong> Jefes leales <strong>de</strong> él tomaron la<br />

<strong>de</strong>cisión <strong>de</strong> marcharse hacia el Oeste, cerca <strong>de</strong> Fortín Lavalle. Me acuerdo cuando se<br />

inició la marcha, fue lento al principio pero <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> caminar varios kilómetros todos<br />

caminaban casi al trote, pues era muy peligroso estar juntos. Y una gran familia se quedó<br />

atras caminando muy <strong>de</strong>spacio, y durante el trayecto un hombre que estaba llevando al<br />

hombro a un abuelo <strong>de</strong> él, no pudo continuar la marcha y convocó a sus padres para<br />

preguntar que harían con el abuelo; era muy pesado para llevarlo casi arrastrando y todos<br />

estaban muy concientes <strong>de</strong> la incomodidad <strong>de</strong> tener al abuelo en una situación <strong>de</strong> tanto<br />

riesgo como la que estaban atravesando; y cuando se le preguntó al abuelo como se<br />

sentía en ese momento, el anciano sin ningún ro<strong>de</strong>o <strong>de</strong> palabras dijo: -- “Hijos, uste<strong>de</strong>s<br />

mis nietos, mátenme ahora y entierren mi cuerpo como correspon<strong>de</strong>, tengo muchas<br />

ganas <strong>de</strong> seguir viviendo pero que voy hacer, ya no puedo más. Luché mucho para que<br />

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