Historias de los Aborigenes Tobas del Gran Chaco

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13.03.2014 Views

de explorador pues constataba la calidad de la tierra de los bosques, ríos, riachos y lagunas, la variedad de los animales, las aves, y de la gente que habitaba el territorio chaqueño. Esas eran las conclusiones de nuestros padres y abuelos. Uno de nuestros padres (anciano) pedía insistentemente matar al hombre, pero no le permitieron hacer lo que quería. Justamente en ese tiempo estaban ya con nuestros grupos los jefes máximos de los sub-grupos del Oeste: Taraxat (Qolpi Le’ec), Yigueloqoiyi, Bachoyi, Qadaxasoxoi (Dapicoshec), Dañiiyi (Ÿolopi Le’ec), son tres Jefes de grupos mayoritarios que siempre habitaron esa región del Oeste, región de la Cangayé. Son la gente que siempre se mantenía en contacto permanente con mi padre durante esa época. Además tenía la misma edad de ellos. De modo que ellos estaban presentes cuando llegó nuestro visitante ocasional en esa región de Moqoit Lqaigo, el hombre que dio mucho susto a los jóvenes y niños. En ese tiempo todavía se hacían los primeros encuentros ocasionales en cualquiera de las regiones del territorio para intercambiar ideas, estrategias, sobre las nuevas relaciones con los blancos. Además, fue muy largo el tiempo del desencuentro que todos padecieron después del sometimiento que ejercieron los Coroneles del territorio nacional. Por eso se hacían estos encuentros periódicamente para ir evaluando las situaciones vividas en cada una de las distintas regiones, sobre el trato que tenían los nuevos vecinos blancos con los aborígenes, y sobre todo la protección y el cuidado de las familias que día a día se multiplicaban de nuevo. Por eso la preocupación de ellos era muy fuerte y motivaba profundamente sus reflexiones como para hacer un nuevo diálogo con las Autoridades Nacionales, también con los comerciantes que periódicamente llegaban con puntualidad a los lugares y zonas indicadas para llevar a cabo los trueques de las pieles de los animales, plumas de aves, para obtener las mercaderías, ropas, armas, pólvora y municiones. La historia de Meguesoxochi y sus gentes. Para la historia de Meguesoxochi me baso fundamentalmente en los relatos y narraciones de mi padre, pues él estuvo en la parte final de las familias de este padre y jefe. Pues él no era originario de esta región del Norte; sus grupos eran originarios del Sur, más concretamente de la región de Lajamqa’, Locaic No’onaxa, Chiguiyiiquic Nnoinaqa’, Nallin Lai’, y todas las zonas aledañas: La Plaza, Machagai, Quitilipi, La Matanza, Sáenz Peña, Campo Largo, Villa Angela, Tres Isletas. Sus antecesores fueron Huaneraxai (Rico), Cañiiyi, Shintaqqui (Cambá); y se destacó por medio de su fuerza física, bravura, destreza en la guerra con los blancos, era indomable, estuvo siempre al frente de las batallas defendiendo a sus gentes y sus territorios, un fiel consejero de sus compañeros. En varias oportunidades él dirigía la misión de reconocimiento de las fronteras Sur, Este, Oeste, Norte, para inspeccionar las rutas de penetraciones militares y los nuevos asentamientos de pobladores no indígenas; fue gran conocedor de la geografía del Gran Chaco. En la mitad del siglo 17 el padre de Meguesoxochi interceptó un Comandante de una nave que se detuvo en las orillas del río Paraná para realizar un reconocimiento de las tierras costeras. Mientras daba órdenes a sus soldados fue sorprendido sin ninguna resistencia y el resto de su gente se escapó; y a este hombre lo flecharon tantas veces pero no murió hasta que lo acorralaron para atraparlo, pero él subió a un árbol espinillo y como no tenían más flechas hicieron un fuego alrededor del árbol hasta voltearlo y luego lo empujaron al fuego, fue muy duro para morir. Ellos hacían eso para ahuyentar a cualquiera que se acercaba a la tierra de ellos. Pero cuando llegó el momento más crucial de las presiones que ejercieron los soldados de los primeros Coroneles del territorio, mucha de la gente que habitaba originariamente las distintas regiones se mudaron a otras zonas y regiones para 58

protegerse de las incursiones militares, pues no se respetaba a nadie que se cruce en el camino de ellos. En ese momento se destacó la personalidad de Meguesoxochi que dirigía sus gentes hacia la zona del Norte y se ubicaron en la parte naciente del río Teuco y Bermejito hacía el Oeste, dejando siempre como una zona franca la ex Cangayé, que siempre fue objetivo de los militares, pues era la antigua Capital del Gran Chaco. Mediante la acción en defensa de sus gentes, Meguesoxochi era el rompe cabezas de los Coroneles hasta que consiguieron el apoyo del Gobierno Nacional que autorizó la destrucción masiva de los Jefes más combativos de nuestros pueblos tobas y de las tribus del Chaco. Después de casi tres siglos y medio de resistencia, en solamente dos años fueron destruidas miles de vidas humanas. Meguesoxochi siempre montaba un caballo blanco en todos los combates, en muchas oportunidades hacía retroceder a los soldados y en otras fueron perseguidos con pérdida de gente; y la retaguardia la hacían los compañeros mientras él se mantenía al frente arriesgando su propia vida; mediante él ahora seguimos existiendo. Y el lugar de la gran rendición fue en la inmediación de Tala Ltoguec (las curvas del río Teuco), en la cercanía de Fortín Lavalle - Lchigo. Pues en ese tiempo él y sus gentes estaban establecidos en esa región, más concretamente en la laguna Salaxasatangui, inmediación de Subteniente Perín (Formosa). Ante una multitud de soldados del ejercito argentino comandado por coroneles, oficiales, soldados y voluntarios, todos dirigidos por el Ministro de Guerra, mar Austral y tierras. Él fue atrapado junto con algunos de sus compañeros y leales, y fueron tomados como prisioneros de guerra y llevados con un rumbo desconocido. Los lugares que eran los escenarios de los combates fueron varios en las distintas regiones del Chaco, en muchos de esos lugares se exterminaron soldados y malones de indios. Al llegar este momento, el día del sometimiento de ellos, ellos creían que sus dominadores cumplirían al pie de la letra el Acta de Sometimiento de todos los Jefes de grupos aborígenes más conocidos de esa época, y la entrega de tierras donde habitar definitivamente. Así que los padres de ellos fueron los que siempre defendieron estas tierras en contra de los primeros colonizadores; ellos ponían sus gentes que vigilaban la costa de los ríos y afluentes para estar informados de las llegadas de las naves, que siempre se dirigían al Norte, a las partes montañosas en busca de metales de oro y plata. Ellos muchas veces capturaban a los que encontraban en su camino para extraer informaciones de las cosas que estaban buscado y en otras oportunidades robaban y saqueaban los alimentos de los indios, y hasta sus mujeres; era gente muy ruda sin misericordia. Me acuerdo que uno de nuestros padres más viejitos siempre lucía un casco de bronce en su cabeza todas las veces que nos contaba estas cosas. Haciendo memoria Un día estaba contando a mis amigos blancos, y les contaba que nuestros antepasados aborígenes eran los únicos que habitaban en todo el territorio, pero que luego fue usurpado y conquistado por los extranjeros. Ellos tomaron prisioneros a nuestros padres, les domaron como animales chúcaros y como aves les enjaularon. Pero se rindieron y se entregaron. Esta es nuestra historia real de nuestros padres, de nuestras tierras que ustedes no saben; y que al fin ustedes tomaron posesión de ella (la tierra). Pero nuestros antepasados originarios que pertenecían a otros siglos, antes de la llegada de Colón, ellos morían de viejos, eran muy pocos los que morían en la guerra. Eran gente robusta, de estatura alta y atlética, de pelos negros y lacios; las mujeres eran de buena estatura y físico, la mayoría moría de edad muy avanzada (según mi padre), se calcula entre 180 y 230 años; y los últimos viejitos que conocimos murieron a la edad de 120 años, de cabellos muy blancos, y los hijos y nietos los trasladaban con amacas. 59

protegerse <strong>de</strong> las incursiones militares, pues no se respetaba a nadie que se cruce en el<br />

camino <strong>de</strong> el<strong>los</strong>. En ese momento se <strong>de</strong>stacó la personalidad <strong>de</strong> Meguesoxochi que<br />

dirigía sus gentes hacia la zona <strong>de</strong>l Norte y se ubicaron en la parte naciente <strong>de</strong>l río Teuco<br />

y Bermejito hacía el Oeste, <strong>de</strong>jando siempre como una zona franca la ex Cangayé, que<br />

siempre fue objetivo <strong>de</strong> <strong>los</strong> militares, pues era la antigua Capital <strong>de</strong>l <strong>Gran</strong> <strong>Chaco</strong>.<br />

Mediante la acción en <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> sus gentes, Meguesoxochi era el rompe cabezas<br />

<strong>de</strong> <strong>los</strong> Coroneles hasta que consiguieron el apoyo <strong>de</strong>l Gobierno Nacional que autorizó la<br />

<strong>de</strong>strucción masiva <strong>de</strong> <strong>los</strong> Jefes más combativos <strong>de</strong> nuestros pueb<strong>los</strong> tobas y <strong>de</strong> las<br />

tribus <strong>de</strong>l <strong>Chaco</strong>. Después <strong>de</strong> casi tres sig<strong>los</strong> y medio <strong>de</strong> resistencia, en solamente dos<br />

años fueron <strong>de</strong>struidas miles <strong>de</strong> vidas humanas.<br />

Meguesoxochi siempre montaba un caballo blanco en todos <strong>los</strong> combates, en<br />

muchas oportunida<strong>de</strong>s hacía retroce<strong>de</strong>r a <strong>los</strong> soldados y en otras fueron perseguidos con<br />

pérdida <strong>de</strong> gente; y la retaguardia la hacían <strong>los</strong> compañeros mientras él se mantenía al<br />

frente arriesgando su propia vida; mediante él ahora seguimos existiendo. Y el lugar <strong>de</strong> la<br />

gran rendición fue en la inmediación <strong>de</strong> Tala Ltoguec (las curvas <strong>de</strong>l río Teuco), en la<br />

cercanía <strong>de</strong> Fortín Lavalle - Lchigo.<br />

Pues en ese tiempo él y sus gentes estaban establecidos en esa región, más<br />

concretamente en la laguna Salaxasatangui, inmediación <strong>de</strong> Subteniente Perín<br />

(Formosa). Ante una multitud <strong>de</strong> soldados <strong>de</strong>l ejercito argentino comandado por<br />

coroneles, oficiales, soldados y voluntarios, todos dirigidos por el Ministro <strong>de</strong> Guerra, mar<br />

Austral y tierras. Él fue atrapado junto con algunos <strong>de</strong> sus compañeros y leales, y fueron<br />

tomados como prisioneros <strong>de</strong> guerra y llevados con un rumbo <strong>de</strong>sconocido. Los lugares<br />

que eran <strong>los</strong> escenarios <strong>de</strong> <strong>los</strong> combates fueron varios en las distintas regiones <strong>de</strong>l<br />

<strong>Chaco</strong>, en muchos <strong>de</strong> esos lugares se exterminaron soldados y malones <strong>de</strong> indios.<br />

Al llegar este momento, el día <strong>de</strong>l sometimiento <strong>de</strong> el<strong>los</strong>, el<strong>los</strong> creían que sus<br />

dominadores cumplirían al pie <strong>de</strong> la letra el Acta <strong>de</strong> Sometimiento <strong>de</strong> todos <strong>los</strong> Jefes <strong>de</strong><br />

grupos aborígenes más conocidos <strong>de</strong> esa época, y la entrega <strong>de</strong> tierras don<strong>de</strong> habitar<br />

<strong>de</strong>finitivamente. Así que <strong>los</strong> padres <strong>de</strong> el<strong>los</strong> fueron <strong>los</strong> que siempre <strong>de</strong>fendieron estas<br />

tierras en contra <strong>de</strong> <strong>los</strong> primeros colonizadores; el<strong>los</strong> ponían sus gentes que vigilaban la<br />

costa <strong>de</strong> <strong>los</strong> ríos y afluentes para estar informados <strong>de</strong> las llegadas <strong>de</strong> las naves, que<br />

siempre se dirigían al Norte, a las partes montañosas en busca <strong>de</strong> metales <strong>de</strong> oro y plata.<br />

El<strong>los</strong> muchas veces capturaban a <strong>los</strong> que encontraban en su camino para extraer<br />

informaciones <strong>de</strong> las cosas que estaban buscado y en otras oportunida<strong>de</strong>s robaban y<br />

saqueaban <strong>los</strong> alimentos <strong>de</strong> <strong>los</strong> indios, y hasta sus mujeres; era gente muy ruda sin<br />

misericordia. Me acuerdo que uno <strong>de</strong> nuestros padres más viejitos siempre lucía un casco<br />

<strong>de</strong> bronce en su cabeza todas las veces que nos contaba estas cosas.<br />

Haciendo memoria<br />

Un día estaba contando a mis amigos blancos, y les contaba que nuestros<br />

antepasados aborígenes eran <strong>los</strong> únicos que habitaban en todo el territorio, pero que<br />

luego fue usurpado y conquistado por <strong>los</strong> extranjeros. El<strong>los</strong> tomaron prisioneros a<br />

nuestros padres, les domaron como animales chúcaros y como aves les enjaularon. Pero<br />

se rindieron y se entregaron. Esta es nuestra historia real <strong>de</strong> nuestros padres, <strong>de</strong><br />

nuestras tierras que uste<strong>de</strong>s no saben; y que al fin uste<strong>de</strong>s tomaron posesión <strong>de</strong> ella (la<br />

tierra).<br />

Pero nuestros antepasados originarios que pertenecían a otros sig<strong>los</strong>, antes <strong>de</strong> la<br />

llegada <strong>de</strong> Colón, el<strong>los</strong> morían <strong>de</strong> viejos, eran muy pocos <strong>los</strong> que morían en la guerra.<br />

Eran gente robusta, <strong>de</strong> estatura alta y atlética, <strong>de</strong> pe<strong>los</strong> negros y lacios; las mujeres eran<br />

<strong>de</strong> buena estatura y físico, la mayoría moría <strong>de</strong> edad muy avanzada (según mi padre), se<br />

calcula entre 180 y 230 años; y <strong>los</strong> últimos viejitos que conocimos murieron a la edad <strong>de</strong><br />

120 años, <strong>de</strong> cabel<strong>los</strong> muy blancos, y <strong>los</strong> hijos y nietos <strong>los</strong> trasladaban con amacas.<br />

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