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Historias de los Aborigenes Tobas del Gran Chaco

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<strong>de</strong>l hombre blanco (doqshipi); entonces se comían más las raíces <strong>de</strong> cactus y las frutas<br />

<strong>de</strong> <strong>los</strong> árboles, y peces cuando el asentamiento quedaba en la orilla <strong>de</strong> algunas lagunas,<br />

río o riacho, pero siempre bajo la vigilancia <strong>de</strong> nuestros hombres expertos en las guerras.<br />

Un día nuestros mayores nos trasladaron <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Salaxasatangui hacia la zona <strong>de</strong><br />

la laguna gran<strong>de</strong> que queda frente al Fortín Roca, don<strong>de</strong> vivía un hombre mañoso y falso,<br />

y cuando ya estaban en ese lugar nuestros padres, este hombre mandó a cavar una<br />

zanja bastante larga, don<strong>de</strong> murieron sus gentes masacradas; luego dio una or<strong>de</strong>n,<br />

llamando a Desaic, Dashi’chi, Juan Car<strong>los</strong>, y les dijo: "Vayan uste<strong>de</strong>s a buscar las vacas".<br />

Y yo ya tenía como ocho años, pero me acuerdo muy bien este suceso, mi cuerpo estaba<br />

cubierto <strong>de</strong> telas como vestido <strong>de</strong> arriba y abajo, me tapaban con las pieles <strong>de</strong> animales y<br />

pajas con costura.<br />

Este hombre que <strong>de</strong>cía ser po<strong>de</strong>roso pertenecía a <strong>los</strong> subgrupos tobas<br />

No’olgaxanaq, <strong>los</strong> subgrupos <strong>de</strong>l Cacique Taigoyi’ Mayordomo, y luego <strong>de</strong> este inci<strong>de</strong>nte<br />

vino otra vez la persecución policial por la malicia <strong>de</strong> este hombre, pues eran muchas las<br />

vacas que robaron <strong>los</strong> agentes <strong>de</strong> él, y por estas vacas lo venían persiguiendo <strong>los</strong><br />

policías, y frente al ataque <strong>de</strong> el<strong>los</strong> el hombre mandó a sus gentes a refugiarse en la<br />

zanja que tenía más <strong>de</strong> ciento cincuenta metros <strong>de</strong> largo y un metro ochenta <strong>de</strong><br />

profundidad, por eso <strong>los</strong> <strong>de</strong> estatura mediana no podían fácilmente salir <strong>de</strong> la zanja,<br />

solamente <strong>los</strong> <strong>de</strong> alta estatura.<br />

La zanja fue hecha muy en la orilla <strong>de</strong> un monte para facilitar cualquier huida<br />

rápida, pues en esa región hay muchos montes muy espesos y extensos, y muchos se<br />

salvaron <strong>de</strong> esta trampa mortal y lograron escaparse <strong>de</strong> la masacre metiéndose en el<br />

monte, mientras <strong>los</strong> que se metieron en ella murieron ese mismo día.<br />

Nuestros padres estaban acostumbrados a <strong>los</strong> peligros y siempre nos hacían<br />

escapar milagrosamente escondiéndonos en el medio <strong>de</strong> <strong>los</strong> montes fuertes, hasta lograr<br />

<strong>de</strong> hacernos pasar al otro lado <strong>de</strong>l Riacho Salado que en esa región era muy hondo y era<br />

muy difícil pasar a nado, pues había muchos camalotes y la gente tenía que nadar por<br />

encima <strong>de</strong> esos camalotes para ban<strong>de</strong>ar al otro lado. Así fue el sufrimiento <strong>de</strong> nuestras<br />

gentes en esa época.<br />

Orlando Sánchez: El hombre que hizo todo esto, ¿cómo se llama?<br />

Se llama Quiyoiyi No’oiyi (diferentes nombres se dieron a esta persona poco<br />

conocida <strong>de</strong> nuestra historia). La persona causó la muerte <strong>de</strong> algunas <strong>de</strong> nuestras<br />

gentes, el<strong>los</strong> eran también <strong>de</strong> la familia <strong>de</strong> nuestros padres, algunos eran también<br />

pi’oxonaq, y así fueron muchas <strong>de</strong> las cosas que ví y presencié en mi juventud.<br />

Así comienzan mis relatos <strong>de</strong> todas estas cosas que en muchas oportunida<strong>de</strong>s<br />

escuché <strong>de</strong> mi tía, una <strong>de</strong> las mujeres que vió todo lo que pasó con sus gentes. Por eso<br />

ahora yo no ceso <strong>de</strong> aconsejar y amonestar para que se cui<strong>de</strong>n mis gentes <strong>de</strong> este lugar<br />

que es mi barrio, y el barrio que lleva mi nombre Nocaayi’, pues yo también fui testigo <strong>de</strong><br />

muchas humillaciones <strong>de</strong> nuestras gentes.<br />

Y sobre el hombre que fue el autor <strong>de</strong> la masacre <strong>de</strong> sus gentes, me acuerdo que<br />

en la misma noche <strong>de</strong>l ataque se juntaron nuestros mayores para acordar qué iban a<br />

hacer con él, si lo iban a matar o no, pero la gente <strong>de</strong> Taigoyi’ le salvó la vida.<br />

Y entonces vino la tropa <strong>de</strong>l ejército para hacer la represalia <strong>de</strong> nuevo contra <strong>los</strong><br />

aborígenes, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> todos estos acontecimientos sucedidos en la zona <strong>de</strong> Coqta<br />

Late’e - El Tacuaral; pero <strong>los</strong> chamanes hicieron que llueva gran<strong>de</strong> ese día, <strong>de</strong> modo que<br />

las mulas no podían cruzar porque se dificultaron sus pasos, mientras que las gentes<br />

quedaron a<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> una isla <strong>de</strong>l monte, cuando llegó el grito <strong>de</strong> un toba diciendo: --<br />

“Óiganme hermanos, huyan, que <strong>los</strong> soldados ya están aquí acechando<strong>los</strong>”.<br />

Y las gentes comprendieron el mensaje e hicieron marchar primero a las mujeres y<br />

<strong>los</strong> niños hacia la dirección <strong>de</strong>l Norte para cruzar el río Teuco; así lograron escaparse <strong>de</strong><br />

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