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Historia del dogma trinitario hasta S. Agustín, 1999ss - Jesuitas.cl

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HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN 1<br />

Prof. Sergio Zañartu, s.j.<br />

Facultad de Teología de la Pontificia<br />

Universidad Católica de Chile<br />

1.- INTRODUCCION de conjunto<br />

En el N.T. se fue explicitando cada vez más la divinidad de Cristo (cf. Jn) 2 y la<br />

personalidad <strong>del</strong> Espíritu. 3 ¿Cómo podíamos ser realmente salvados si Cristo no es<br />

verdadero Dios y hombre? Pensarlo, es introducirse en el problema <strong>trinitario</strong> y cristológico.<br />

Al ser explicitada la fe, se encuentra con el cerrado monoteísmo judío (unipersonal) <strong>del</strong><br />

Dios trascendente. La herejía ebionita verá a Jesús de Nazaret como un gran profeta y<br />

nada más. Para los adopcionistas, Jesús será un hombre extraordinario, adoptado por<br />

Dios.<br />

El cristianismo primitivo también se enfrenta con el ambiente platónico que piensa en un<br />

ser trascendente, <strong>del</strong> que descieden hypóstasis que hacen como mediadores respecto al<br />

mundo visible y cambiante. Las hypóstasis son distintas <strong>del</strong> Dios supremo, divinidades -<br />

como el Logos (racionalidad unificante)- de segunda categoría. 4 También el panteísmo<br />

estoico admite un logos universal. Al ser el Logos relativamente inmanente al mundo, la<br />

cristología <strong>del</strong> Logos tenderá al subordinacionismo: Dios de segunda categoría. Al<br />

subordinacionismo se contrapondrá el modalismo (patripasianos, sabelianismo): Padre,<br />

Hijo y Espíritu Santo, sólo son modos de aparecer <strong>del</strong> único Dios. Así preservan la<br />

monarquía <strong>del</strong> Padre.<br />

En el helenismo habrá un rechazo de la encarnación, porque el cuerpo es cárcel <strong>del</strong> alma<br />

inmortal. Por lo tanto, Jesucristo sólo tuvo apariencia (docetismo) humana. El gnosticismo,<br />

1 Este documento está en CONSTRUCCIÓN. Las partes mas modificadas respecto al anterior (depositado en la<br />

Biblioteca de la Facultad de Teología) son las correspondientes a los Capadocios , a Atanasio y a Ignacio de Atnioquía.<br />

Esta historia <strong>del</strong> <strong>dogma</strong> continúa en: <strong>Historia</strong> <strong>del</strong> <strong>dogma</strong> de la Encarnación desde el siglo V al VII, Santiago de Chile<br />

1994. Al final, a modo de ejemplo <strong>del</strong> camino recorrido que termina con la elucidación de la fórmula de fe trinitaria<br />

superando los peligros de subordinacionismo y modalismo, agrego un trabajo, presentado al seminario sobre Filosofía y<br />

Teología. Fronteras y limites en 1991. Este trabajo auyuda a la visión de conjunto, y puede ser leído tanto al comenzar<br />

como al teminar el curso. Obviamente que repite el material presentado en estos apuntes porque fue construido con ellos<br />

y sirvió para mejorarlos posteriormente. Está enfocado bajo el aspecto de inculturación de la fe. Fue publicado en<br />

Teología y Vida XXXIII (1992)35-58.<br />

2 Al menos podemos detectar dos grandes tendencias: Jesús de Nazaret es Dios (cristología de abajo) y el Logos se hizo<br />

carne (cristología de arriba)(Jn 1,14; cf. Flp 2,6ss). En el A.T. se preparaba el desarrollo <strong>trinitario</strong> con la personalización<br />

de la Sabiduría y de la Palabra (cf. p.e. Pr 8,22ss).<br />

3 Cf. Hch 2,33, el Pará<strong>cl</strong>ito de Juan (Jn 14,16) y las fórmulas y expresiones trinitarias (p.e. Mt 28,19; 2Co 13,13; 1Co<br />

12,4-6).<br />

4 Según Plotino, el Uno engndra algo menor que él mismo (Enn., V, 1, 6, 39s; véase Ib., 7, 39s.48).


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

que también tiene el esquema de hypóstasis descendentes, será, en general, doceta.<br />

Dentro de esta tendencia a que no sea perfectamente hombre, se coloca posteriormente<br />

una inculturación más bien estoica en busca de la unidad de Cristo, contra la dualidad de<br />

inhabitante y habitado <strong>del</strong> esquema adopcionista. Entonces no será el cuerpo el que<br />

ponga problemas, sino que ahora el alma sobrará, porque el Logos anima directamente el<br />

cuerpo. Esta posición contraria a la anterior que desvalorizaba el cuerpo, sin embargo,<br />

está dentro de la gran tendencia <strong>del</strong> no perfectamente hombre, y así fue valorada por los<br />

Padres.<br />

Frente a esto, la fe cristiana terminará respondiendo al problema de Dios, en torno al<br />

concilio Constantinopolitano I (381): 3 personas de una sola substancia, esencia o<br />

naturaleza. Así rechaza el subordinacionismo arriano y el modalismo. Y al problema de la<br />

encarnación responderá principalmente el concilio de Calcedonia (451): una sola persona,<br />

que será la <strong>del</strong> Verbo eterno, en dos naturalezas perfectas: la divina (desde siempre) y la<br />

humana. Estas naturalezas están ni separadas ni mez<strong>cl</strong>adas. El caminar hacia Calcedonia<br />

se realizó en un contexto de fuerte interés soteriológico, aunque esto no aparezca<br />

reflejado como tal en la definición misma de Calcedonia. Por la unión en Cristo de la divino<br />

y humano (no es un nuevo tipo de ser, ni Dios ni hombre) nos salva, nos diviniza. Si no se<br />

está bien unido a Dios no hay salvación (escuela de Alejandría); pero también lo humano<br />

que no es asumido no es salvado (escuela de Antioquía).<br />

La Trinidad <strong>del</strong> Dios uno es como la gramática de toda la teología. Y el ni separadas ni<br />

mez<strong>cl</strong>adas puede servir de fundamento para solucionar los problemas divino humanos de<br />

la teología. Los Padres se demoraron en relacionar la terminología trinitaria con la<br />

cristológica. En Occidente, menos especulativo y más jurídico, todo este caminar costó<br />

mucho menos (Tertuliano), y fue poco tocado por las querellas cristológicas. La verdad de<br />

la encarnación ha llevado a Occidente a buscar lo divino en el mundo, respetando a este<br />

último (sin confundir), lo que ha contribuido a que Occidente sea la gran civilización<br />

industriosa. 1 Por otro lado, el catolicismo, en contraposición al protestantismo, insiste en<br />

los aspectos de encarnación y mediación: santos intercesores, jerarquía, sacramentos,<br />

"integración" de fe y razón, presencia encarnada <strong>del</strong> cristianismo en el mundo. Igualmente<br />

las luchas teológicas han llevado al descubrimiento <strong>del</strong> concepto de persona, aunque éste<br />

haya variado en los últimos tiempos. El Constantinopolitano I puede ser tomado como un<br />

gozne para el paso de la Trinidad económica a la Trinidad en sí.<br />

Podrá ayudar el esquemático cuadro que pongo a continuación (pág. 3) para tener una<br />

primera visión histórica de conjunto.<br />

1 En la encarnación el teocentrismo judío y el antropocentrismo griego no se oponen ni ex<strong>cl</strong>uyen sino que mutuamente se<br />

refuerzan. Más unión con Dios se convierte en mayor plenitud y autenticidad <strong>del</strong> hombre, a semejanza de la naturaleza<br />

humana <strong>del</strong> Hijo de Dios tal como se manifestó en Jesús de Nazaret. El actual antropocentrismo secularista parece haber<br />

olvidado esta lección de la encarnación y, por eso, tiende, contra su deseo, a la destrucción <strong>del</strong> hombre.<br />

2


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

2.- IGNACIO DE ANTIOQUÍA (martirizado bajo Trajano, quien muere el 117). 1<br />

Es un testigo privilegiado de los orígenes <strong>del</strong> cristianismo. El nombre más usado es Jesús<br />

Cristo (114 veces), casi ex<strong>cl</strong>usivamente como nombre propio. Unas 28 veces va<br />

combinado con otros títulos.<br />

1.- ¿Quién es Jesucristo? Responde el mártir: el que murió y resucitó por nosotros,<br />

nuestro actual vivir. A Aquél busco, al que por nosotros murió; a Aquél quiero, al que por<br />

nosotros resucitó. 2 Quiere ser imitador de la pasión de su Dios. 3 Llega a expresar su<br />

martirio en términos eucarísticos: No me complazco en el alimento corruptible ni en los<br />

placeres de esta vida. Quiero el pan de Dios, el que es la carne de Jesucristo, de la<br />

simiente de David, y quiero como bebida su sangre, la que es amor incorruptible. 4<br />

Injertado en la pasión de Cristo, su martirio tiene poder de rescate por otros. Ignacio está<br />

centrado en la pasión-resurrección de Cristo, refiriéndose muy pocas veces al resto de la<br />

vida <strong>del</strong> Señor. 5 Nosotros somos frutos de su bienaventurada pasión. 6 En una audaz<br />

metáfora trinitaria, la cruz es el instrumento principal para la actual construcción <strong>del</strong> templo<br />

<strong>del</strong> Padre. 7 Todo cristiano tiene que entrar en su pasión: si no elegimos voluntariamente<br />

morir, mediante Jesucristo, [compenetrándonos] con su pasión, su vivir no está en<br />

nosotros. 8 Ignacio quiere defender la vida en Cristo. La temática <strong>del</strong> pecado previo y de la<br />

redención correspondiente, no cala muy hondo en él. Es un autor de escatología<br />

comenzada.<br />

2.- ¿Quién es Jesucristo en esa época en que las comunidades cristianas están<br />

amenazadas por el docetismo y el cisma? La Iglesia lo confiesa como Dios y hombre<br />

verdadero y, por supuesto, como uno solo. Hay un solo médico, carnal y espiritual, creado<br />

e increado ( En carne carne llegado a ser Dios (<br />

), en muerte vida verdadera, y de María y de Dios, primeramente pasible y<br />

después impasible, Jesucristo Nuestro Señor. 9 Diferente es el movimiento en P 3,2:<br />

Observa los tiempos. Espera al que está por encima de ellos, al intemporal, al invisible, al<br />

por nosotros visible, al impalpable, al impasible, al por nosotros pasible, al que por<br />

1 Cf. S. Zañartu, Aproximaciones a la cristología de Ignacio de Antioquía, Teología y Vida 21(80)115-127.<br />

2 R 6, 1.<br />

3 R 6, 3. Porque, si esto fue realizado en apariencia por Nuestro Señor, yo también estoy encadenado en apariencia.<br />

¿Por qué, pues, me entregué a la muerte, por el fuego, por la espada, por las bestias? Pero, cerca de la espada, cerca<br />

de Dios; en medio de las fieras, en compañía de Dios. Con tal de que sea en el nombre de Jesucristo. Todo lo soporto<br />

para padecer juntamente con El, fortaleciéndome El, que ha llegado a ser hombre perfecto (Esm 4,2).<br />

4 R 7, 3.<br />

5 Cf. E 18,2-19,1.<br />

6 Verdaderamente <strong>cl</strong>avado por nosotros en su carne bajo Poncio Pilato y el tetrarca Herodes -<strong>del</strong> cual fruto venimos<br />

nosotros, de su divinamente bienaventurada pasión-, para que levante un estandarte por los siglos, mediante su<br />

resurrección, para sus santos y fieles, ya en los judíos ya en los gentiles, en el único cuerpo de su Iglesia (Esm 1,2).<br />

7 Supe que algunos que venían de allá, teniendo una mala enseñanza, pasaron donde vosotros, pero no les permitisteis<br />

sembrar entre vosotros; os tapasteis los oídos para no recibir lo sembrado por ellos, como que sois piedras <strong>del</strong> templo<br />

<strong>del</strong> Padre, preparadas para la construcción de Dios Padre, subidas a lo alto por medio de la máquina de Jesucristo, la<br />

que es la cruz, usando como cuerda al Espíritu Santo (E 9,1).<br />

8 M 5, 2.<br />

9 E 7, 2. El 'paso' de muerte a vida, de pasible a impasible, se realizó en la pasión-resurrección.<br />

3


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

nosotros soportó en todas formas. Insistiendo Ignacio en la carne de Cristo, destaca que<br />

es <strong>del</strong> linaje de David, que su pasión y resurrección es real y verdadera. 1 A la vez, aplica a<br />

a Cristo el término con o sin artículo. 2 Jesucristo es la unión de carne y espíritu 3 ,<br />

gracias a la cual puede comunicarnos la vida.<br />

3.- ¿Cuál es su relación con el Padre? Siete veces aparece como Hijo de Dios, <strong>del</strong> Padre:<br />

otras seis veces habla <strong>del</strong> Padre de Jesucristo o de él. Es su logos, boca 4 , sentir 5 ; es la<br />

gnosis de Dios. 6 Es el que en la creación dijo y sucedió, haciendo coasas dignas <strong>del</strong><br />

Padre 7 ; el enviado <strong>del</strong> Padre. 8 Del Padre sale y a El vuelve. Todos corred juntamente a un<br />

un solo templo de Dios, como igualmente a un altar, a un Jesucristo, el que salió <strong>del</strong> único<br />

Padre, para ese único existe y hacia El se dirigió. 9 Lo imita. 10 No hizo nada sin el Padre.<br />

Así, pues, como el Señor, estando unido ( ) al Padre, no hizo nada sin El, ni por sí<br />

mismo ni por medio de los apóstoles. Así vosotros no hagáis nada sin el obispo y los<br />

presbíteros... 11 Se sometió al Padre según la carne. 12 Una vez vuelto al Padre, aparece<br />

más. 13 Es la puerta <strong>del</strong> Padre 14 , único salvador para toda la historia. 15 Respecto a la<br />

unidad vertical jerarquizada, cf. E 5,1. 16 En resumen, en la estrecha relación de Cristo al<br />

Padre, de quien procede y a quien regresa, se destaca su carácter de Hijo, de revelador y<br />

de centro de vivificación en una unidad jerarquizada.<br />

4.- ¿Quien es el Padre y el Espíritu? El Padre es el obispo (invisible) de todos 17 , que<br />

interviene concretamente en la vida de los cristianos. Somos su plantación. 18 El Padre es<br />

1 Cf. Esm 3, 1-3; 7, 1.<br />

2 P. e. E 18, 2. Porque nuestro Dios ( ), Jesús el Cristo, fue llevado en el seno por María según la economía de<br />

Dios, de la simiente de David y <strong>del</strong> Espíritu Santo. El cual nació y fue bautizado para purificar el agua con su pasión.<br />

3 Cf. M 1, 2. Después de la resurrección El comió y bebió con ellos en cuanto carnal, aunque estaba unido<br />

espiritualmente con el Padre (Sm 3, 3).<br />

4 R 8, 2.<br />

5 (E 3, 2).<br />

6 E 17, 2.<br />

7 Cf. E 15, 1.<br />

8 Cf. M 8, 2.<br />

9 M 7, 2. ...Esforzáos en hacer todo en la concordia de Dios, presidiendo el obispo en el lugar de Dios, y los<br />

presbíteros en el lugar <strong>del</strong> sanedrín de los apóstoles, y los diáconos, dulcísimos para mí, a quienes está confiado el<br />

servicio de Jesucristo, el cual antes de todos los siglos estaba junto al Pacre y apareció al final (M 6,1). ...hay un solo<br />

Dios que se manifestó por medio de Jesucristo su hijo, que es su logos que procede <strong>del</strong> silencio, el que en todo<br />

complació al que lo envió (M 8,2). Cf. R 8,2.<br />

10 Cf. Esm 8, 1.<br />

11 M 7, 1.<br />

12 Someteos al obispo y los unos a los otros, como Jesucristo según la carne al Padre, y como los apóstoles a Cristo y<br />

al Padre y al Espíritu para que la unión sea carnal y espiritual (M 13,2).<br />

13 Nada de lo que aparece es bueno, puesto que nuestro Dios ( ) Jesucristo estando en el Padre se manifiesta<br />

más. El cristianismo no es una obra de persuasión sino de grandeza, cuando es odiado por el mundo (R 3,3).<br />

14 El es la puerta <strong>del</strong> Padre, por la que entran Abraham e Isaac y Jacob y los profetas y los apóstoles y la Iglesia. Todo<br />

esto hacia la unidad de Dios (F 9,1). Es el sumo sacerdote a quien han sido confiados los secretos de Dios.<br />

15 Y lo supraceleste y la gloria de los ángeles y los arcontes, visibles e invisibles, si no creen en la sangre de Cristo,<br />

también para ellos hay juicio (Esm 6,1).<br />

16 ...cuánto más os digo bienaventurados a vosotros que así le (al obispo) estáis intimamente unidos, como la Iglesia a<br />

Jesucristo y como Jesucristo al Padre, para que todo sea sinfónico en la unidad<br />

17 Cf. M 3,1.<br />

18 F 3, 1. Su templo. Dios promete la unión, que es el mismo (T 11, 2).<br />

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HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

el que resucitó a Cristo y en Cristo resucitará a los creyentes. 1 Todo viene de su voluntad 2<br />

voluntad 2 y a El está todo referido 3 , aun el mismo Cristo. Pero en los textos que expresan<br />

expresan las relaciones <strong>del</strong> Padre con nosotros, casi siempre, junto al Padre aparece<br />

Cristo, ya sea con partículas de coordinación ya sea porque la acción <strong>del</strong> Padre es o<br />

Jesucristo.<br />

La acción <strong>del</strong> Espíritu aparece un poco desplazada por la de Cristo que nos vivifica. El<br />

Espíritu interviene en los profetas 4 , en la encarnación. Mediante El, Cristo confirma y<br />

fortalece la jerarquía de Fila<strong>del</strong>fia. 5 Es la cuerda que se usa en la maquinaria (la cruz de<br />

Cristo) para elevar a los cristianos en la construcción <strong>del</strong> templo <strong>del</strong> Padre. 6 Fórmulas<br />

trinitarias también aparecen en M 13,1 7 .2.<br />

5.- A veces no se refiere al Padre ni a Cristo sino a Dios, en general, y puede ser<br />

personal. Quizás cuando profundiza, el concepto se desdobla en Padre e/o Hijo. 8<br />

6.- ¿Quién es Cristo para el cristiano? Nuestro vivir. 9 El cristiano vive en Cristo; su vivir es<br />

el de Cristo. 10 Lo más importante es la unión con Cristo y el Padre. Canto a las Iglesias, a<br />

las que deseo unidad de carne y espíritu, que es de Jesucristo, nuestro vivir para siempre,<br />

de fe y amor, a lo que nada se antepone; y lo que es más importante unión de Jesús y el<br />

Padre. 11 Cuando se obra en Cristo, aun lo según la carne es espiritual. 12 El cristiano es el<br />

discípulo e imitador de Cristo. 13 Jesucristo es nuestro médico. Y tiene poder para<br />

1 T 9, 2.<br />

2 Los cristianos tienen que marchar de acuerdo con su ‗sentir‘ ( ), que es Cristo (cf. E 3, 2).<br />

3 P. e. R 7, 2. El canto y el sacrificio es al Padre. Ignacio lo quiere alcanzar a toda costa.<br />

4 Y en la intervención profética de Ignacio en F 7 (Espíritu que no se engaña, que sabe de dónde viene y a dónde va, y<br />

que saca a luz lo oculto).<br />

5 F Inscr.<br />

6 E 9, 1.<br />

7 Esforzaos en solidificaros en las enseñanzas <strong>del</strong> Señor y de los apóstoles para que en todo cuanto hagáis progreséis<br />

en carne y espíritu, en fe y amor, en el Hijo y en el Padre y en el Espíritu, en el comienzo y en el fin, con vuestro<br />

dignísimo obispo y con la corona espiritual dignamente tejida de vuestro presbiterio y con los diáconos según Dios.<br />

8 No me aportéis nada fuera de ser ofrecido en libación a Dios, mientras el altar todavía está listo, para que, hechos un<br />

coro por el amor, cantéis al Padre en Cristo Jesús, que Dios ha hecho digno al obispo de Siria de ser encontrado,<br />

habiéndole hecho venir desde el oriente al occidente ( ). Es bueno desaparecer para el mundo hacia Dios,<br />

para así surgir en El (R 2,2). ...exhortaros para que marchéis según el pensamiento ( ) de Dios. Porque<br />

Jesucristo, nuestro vivir inseparable, es el pensamiento <strong>del</strong> Padre, como también los obispos, establecidos <strong>hasta</strong> los<br />

confines [de la tierra], están en el pensamiento de Jesucristo (E 3,2; cf. E 4,2).<br />

9 Os pongo en guardia contra las fieras en forma humana a las que no sólo no debéis recibir sino, si es posible, ni<br />

encontrar: sólo rezar por ellas, por si acaso se convierten, lo que es difícil. Para ello tiene poder Jesucristo, nuestro<br />

verdadero vivir (Esm 4,1). Cf. E 3,2; M 1,2.<br />

10 M 5, 2.<br />

11 M 1,2.<br />

12 Los carnales no pueden obrar lo espiritual ni los espirituales lo carnal, como tampoco la fe lo de la infi<strong>del</strong>idad<br />

( ) ni la infi<strong>del</strong>idad lo de la fe. Pero lo que hacéis según la carne, esto es espiritual, puesto que todo lo hacéis<br />

en Jesuctristo (E 8,2).<br />

13 Si, pues, los que vivían en el antiguo orden de cosas vinieron a la novedad de la esperanza, no guardando más el<br />

sábado sino viviendo según el día <strong>del</strong> Señor, en el cual surgió nuestra vida mediante El y su muerte -lo que algunos<br />

niegan- y por medio de ese misterio recibimos el creer, y por esto aguantamos, para ser encontrados discípulos de<br />

Jesucristo, nuestro único maestro (M 9,1).<br />

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HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

perdonar, desatar, redimir convertir. 1 A este Cristo se dirige la súplica 2 , la acción de<br />

gracias. Hay alusiones a la parusía 3 y al juicio. 4 Hay que ser encontrado en Cristo para el<br />

vivir verdadero. 5 En Cristo, Ignacio resucitará libre. 6 Cristo es nuestra esperanza.<br />

7.- ¿Cuál es la relación entre Cristo y la Iglesia? Las Iglesias son de Dios Padre y <strong>del</strong><br />

Señor Jesucristo. Jesucristo, junto con el amor de los Romanos, pastoreará la Iglesia de<br />

Antioquía. 7 La Iglesia es el cuerpo de Cristo y El es nuestra cabeza. 8 Cristo sopla la<br />

incorruptibilidad a su Iglesia. 9 Ama a la Iglesia, lo que es ejemplo de amor matrimonial. 10<br />

Donde está Jesucristo, ahí está la Iglesia „universal‟. 11 Jesucristo expresaría la unión de<br />

las Iglesias en M 1,2. Varias exhortaciones a la unidad están basadas en la unidad<br />

jerarquizada de Dios (p.e. Esm 8,1).<br />

8.- La Eucaristía ocupa un lugar central en la vida cristiana. Se respira un ambiente de<br />

repliegue y defensa, un poco atemporal. La Eucaristía es la carne y sangre de Cristo (p.e.<br />

F 4). Es un remedio de inmortalidad. 12 Es la presencia de la pasión-resurrección. 13<br />

Expresa la fe y el amor en los que el cristiano se rehace. 14 Está muy relacionada con la<br />

unidad. Es el culmen de la vida cristiana, sólo superado por el martirio. Es como un<br />

compendio de Cristo nuestro vivir.<br />

En resumen, Ignacio es un autor de acentuado cristocentrismo. El Cristo de Ignacio es<br />

uno solo, carnal y espiritual, hijo y revelador <strong>del</strong> Padre, que por nosotros murió y resucitó,<br />

nuestro actual vivir. Es la cabeza <strong>del</strong> cuerpo de la Iglesia; piedra angular de la jerárquica<br />

1 F 8,1; 11,1; Esm 4,1.<br />

2 Entonces seré verdaderamente discípulo de Jesucristo, cuando el mundo no vea más mi cuerpo. Implorad al Cristo<br />

por mí, para que mediante estos instrumentos sea encontrado sacrificio de Dios (R 4,2).<br />

3 P 3, 2.<br />

4 Esm 10, 2.<br />

5 Son los últimos tiempos. En a<strong>del</strong>ante, avergoncémonos, temamos la longanimidad de Dios: no sea que convierta en<br />

juicio para nosotros. O bien temamos la ira que está por venir o amemos la gracia presente. Uno de dos. Con tal de ser<br />

encontrado en Cristo Jesús para el vivir verdadero (E 11,1).<br />

6 No os mando como Pedro y Pablo. Aquéllos eran apóstoles; yo soy un condenado. Aquéllos son libres; yo <strong>hasta</strong> ahora<br />

soy es<strong>cl</strong>avo. Pero, si padezco, llegaré a ser liberto de Jesucristo y resucitaré en El libre (R 4,3).<br />

7 Acordaos en vuestra oración de la Iglesia en Siria, la que en vez de mí tiene a Dios como pastor. Solamente la<br />

pastorea Jesucristo y vuestro amor (R 9,1).<br />

8 ...éstos no son plantación <strong>del</strong> Padre. Porque, si lo fueran, aparecerían ellos como ramas de la cruz y su fruto sería<br />

incorruptible. Mediante ella, en la pasión, El os llama a vosotros que sois sus miembros. Pues no puede la cabeza ser<br />

engendrada sin los miembros, prometiendo Dios la unión que es El mismo (T 11,2)..<br />

9 Para esto el Señor recibió una unción sobre su cabeza, para exhalar incorruptibilidad a la Iglesia (E 17,1).<br />

10 Igualmente, encarga también a los hermanos en el nombre de Jesucristo el amar a sus conyuges, como el Señor a la<br />

Iglesia (P 5,1).<br />

11 Donde aparezca el obispo, ahí esté la comunidad ( ), como donde esté Jesucristo, ahí está la Iglesia católica<br />

(Esm 8,2).<br />

12 ...que os reunís en una fe y en Jesucristo, el de la raza de David según la carne, el hijo <strong>del</strong> hombre e hijo de Dios,<br />

para obedecer al obispo y al presbiterio con una mente indivisa, partiendo un solo pan, que es remedio de<br />

inmortalidad, antídoto para no morir sino vivir siempre en Jesucristo (E 20,2).<br />

13 Se abstienen de la Eucaristía y la oración, porque no confiesan que la Eucaristía es la carne de Nuestro Salvador<br />

Jesucristo, la que por nuestros pecados padeció, la que por bondad el Padre resucitó. Los que contradicen el don de<br />

Dios, mueren en sus disputas. Les convendría amar ( ), para también resucitar (Esm 7,1).<br />

14 ...recreaos en la fe, que es la carne <strong>del</strong> Señor, y en el amor, que es la sangre de Jesucristo (T 8,1).<br />

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HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

unidad de Dios. Es el Cristo <strong>del</strong> culto eucarístico y de la configuración <strong>del</strong> martirio.<br />

Ignacio insiste en la realidad de su pasión y en su divinidad.<br />

Ignacio habría aportado al Nuevo Testamento una fuerte profundización <strong>del</strong> martirio, una<br />

mayor vivencia de la Eucaristía, el uso de en forma personal y no atribuible al Padre,<br />

y una gran <strong>cl</strong>aridad en formular un solo Cristo, verdadero Dios y hombre.<br />

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HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

3.- BAUTISMO Y EUCARITÍA 1<br />

1 La oración también es trinitaria Por lo tanto, yo te alabo por todas las cosas, te glorifico por Jesucristo, sumo<br />

sacerdote celeste y eterno, tu siervo amado; por el cual sea la gloria a Ti con El y el Espíritu Santo, ahora y por los<br />

siglos por venir. Amén (Mart Polic 14,3). Para que a ti te alabemos y glorifiquemos por tu infante (puerum)<br />

Jesucristo, por quien para ti la gloria y honor Padre e Hijo con el Espíritu Santo en la santa Iglesia y ahora y por los<br />

siglos de los siglos. Amén (Hipólito, Trad Apost 4). Según Bardy (Trinité. I: La révélation du mystère: Écriture et<br />

tradition, col. 109, DTC XV,2, col 1545-1702), "la Iglesia reza al Padre y a El en primer lugar se dirigen las súplicas<br />

oficiales, pero ella le reza por intermedio <strong>del</strong> Hijo."<br />

Conectado con la Eucaristía, transcribo algunos párrafos de la preciosa homilía pascual de Melitón de Sardes, compuesta<br />

entre el 160 y 170. Ella es un destacado botón de muestra de la riqueza cristológica que florece en circunstancias<br />

semejantes: La Escritura sobre el éxodo de los hebreos ha sido leída y las palabras <strong>del</strong> misterio han sido <strong>cl</strong>aramente<br />

explicadas: cómo el cordero es inmolado y cómo el pueblo es salvado. Observad, pues, queridos: así el misterio de la<br />

pascua es nuevo y antiguo, eterno y temporal, corruptible e incorruptible, mortal e inmortal. Antiguo según la Ley, pero<br />

nuevo según el Logos; temporal por la figura, eterno por la gracia, corruptible por la inmolación <strong>del</strong> cordero,<br />

incorruptible por la vida <strong>del</strong> Señor; mortal por la sepultura [en la tierra], inmortal por la resurrección de entre los<br />

muertos. Antigua es la Ley, nuevo,en cambio, el Logos; temporal la figura, eterna la gracia; corruptible el cordero,<br />

incorruptible el Señor; inmolado como cordero, resucitó ( ) como Dios... Porque en lugar <strong>del</strong> cordero vino<br />

( ) D ios, y en lugar de la oveja, un hombre, y en el hombre Cristo, que contiene todo (núm. 1-5). En efecto, la<br />

Ley se ha convertido en Logos, y lo antiguo en nuevo -habiendo salido ambos de Sion y de Jerusalén-, y el<br />

mandamiento en gracia, y la figura en verdad, y el cordero en Hijo, y la oveja en hombre, y el hombre en Dios. Porque<br />

engendrado como Hijo, conducido como cordero, inmolado como oveja, y enterrado como hombre, resucitó de entre<br />

los muertos como Dios, siendo por naturaleza Dios y hombre. El, que es todo, ley en cuanto juzga, Logos en cuanto<br />

enseña, gracia en cuanto salva, padre en cuanto engendra, oveja en cuanto sufre, hombre en cuanto es enterrado, Dios<br />

en cuanto resucita. Este es Jesús el Cristo, a quien la gloria por los siglos. Amén (núm. 7-10). Aprended, pues, quién es<br />

el que padece y quién es el que compadece al que sufre, y por qué el Señor ha venido a la tierra, para que,<br />

revistiéndose <strong>del</strong> que sufre, él lo arrebate hacia las alturas de los cielos (núm. 46s). Este es quien, venido de los cielos<br />

a la tierra por causa <strong>del</strong> que sufría, se revistió ( ) de este mismo mediante el seno de una virgen y, saliendo<br />

hombre, tomó sobre sí los padecimientos <strong>del</strong> que sufre a través de un cuerpo capaz de sufrir, y destruyó los<br />

padecimientos de la carne; con su espíritu que no puede morir mató a la muerte homicida. Este, por haber sido<br />

conducido como cordero e inmolado como oveja, nos redimió de la servidumbre <strong>del</strong> mundo, como de la tierra de<br />

Egipto, y nos libró de la es<strong>cl</strong>avitud <strong>del</strong> diablo, como de la mano <strong>del</strong> faraón, y selló nuestras almas con su propio<br />

espíritu, y los miembros <strong>del</strong> cuerpo con su propia sangre. Este es quien cubrió a la muerte de vergüenza y enlutó al<br />

diablo, como Moisés al faraón. Este es quien golpeó a la iniquidad y privó de descendencia a la injusticia como Moisés<br />

a Egipto. Este es quien nos arrancó de la es<strong>cl</strong>avitud para la libertad, de las tinieblas para la luz, de la muerte para la<br />

vida, de la tiranía para el reinado eterno [y nos constituyó en sacerdocio nuevo y en pueblo elegido y eterno]. Este es<br />

la pascua de nuestra salvación. Este es el que soportó mucho en muchos. Este es quien fue asesinado en Abel, atado en<br />

Isaac, mercenario en Jacob, vendido en José, abandonado en Moisés, inmolado en el cordero, perseguido en David,<br />

deshonrado en los profetas. Este es quien se encarnó en una virgen, el que fue colgado de un madero, el que fue<br />

sepultado en la tierra, el que resucitó de entre los muertos, el que fue ascendido a las alturas de los cielos. Este es el<br />

cordero sin voz; éste es el cordero asesinado; éste es el nacido de María, la hermosa cordera. Este es el tomado <strong>del</strong><br />

rebaño y arrastrado a la inmolación y sacrificado en la tarde, y sepultado en la noche; el que no fue triturado sobre el<br />

madero y no se corrompió en la tierra, y resucitó de entre los muertos y resucitó al hombre <strong>del</strong> fondo de la tumba (núm.<br />

66-71). ...que Este es el primogénito de Dios, el engendrado antes <strong>del</strong> lucero <strong>del</strong> alba, el que hizo surgir la luz, el que<br />

hizo brillar el día, el que separó las tinieblas, el que fijó la primera barrera, el que suspendió la tierra, el que desecó el<br />

abismo, el que ordenó el cosmos, el que arregló los astros en el cielo, el que hizo brillar los luceros, el que hizo los<br />

ángeles en el cielo, el que fijó los tronos, el que mo<strong>del</strong>ó el hombre sobre la tierra. Este es el que te eligió y te guió desde<br />

Adán a Noé, desde Noé a Abraham, desde Abraham a Isaac y Jacob y los doce patriarcas. Este es el que te condujo a<br />

Egipto y te protegió, y ahí te alimentó con solicitud. Este es el que te alumbró con una columna y te cubrió con una<br />

nube; el que partió el mar rojo y te condujo a ti y dispersó a tu enemigo. Este es el que desde el cielo te dio el maná, el<br />

que te dio a beber de una roca, el que te dio la Ley en el Horeb, el que te dio en herencia la tierra, el que te envió los<br />

profetas, el que te suscitó tus reyes. Este es el que vino a ti, el que curó a los tuyos que padecían, el que resucitó tus<br />

muertos (num. 82-86). El que suspendió la tierra, está suspendido; el que fijó los cielos, está <strong>cl</strong>avado; el que consolidó<br />

todo, está fijado en el madero; el dueño es ultrajado; el Dios ha sido muerto; el rey de Israel ha sido suprimido<br />

( ) por una mano israelita (núm. 96). Como Señor, habiendo revestido al hombre, y padecido por el que<br />

8


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

En el desarrollo <strong>trinitario</strong> es de mucho peso el bautismo (y sus confesiones de fe) y la<br />

Eucaristía. Encontramos la fórmula <strong>del</strong> bautismo de Mt 28, 19 en Didajé 7,1.3. En Justino<br />

(+±165), 1Ap 61,3.9-13, ya tiene alguna explanación. 1 Más larga es la explicación en<br />

Epid 7 de Ireneo. 2 En la Trad Apost de Hipólito aparece el triple interrogatorio al ser<br />

bautizado: ¿Crees en Dios el Padre omnipotente?; ¿Crees en Cristo Jesús el Hijo de Dios,<br />

que nació por el Espíritu Santo de la Virgen María, que fue crucificado bajo Poncio Pilato,<br />

que murió, fue sepultado y al tercer día resucitó vivo de entre los muertos, y ascendió a los<br />

cielos y está sentado a la diestra <strong>del</strong> Padre y vendrá a juzgar a los vivos y a los muertos?;<br />

¿Crees en el Espíritu Santo, en la santa Iglesia y en la resurrección de la carne? 3<br />

Respecto a la Eucaristía, leemos, por ejemplo en Justino: Luego, al que preside a los<br />

hermanos se le ofrece pan y una copa de agua y vino. Y éste, tomándolos, eleva alabanza<br />

y gloria al Padre por el nombre <strong>del</strong> Hijo y <strong>del</strong> Espíritu Santo. Y da gracias largamente por<br />

haber sido hechos dignos de estos dones que vienen de El. Y cuando el presidente ha<br />

con<strong>cl</strong>uido las oraciones y acciones de gracia, todo el pueblo asistente a<strong>cl</strong>ama diciendo:<br />

Amén.. 4<br />

4.- LA ENSEÑANZA DE LOS APOLOGETAS: JUSTINO (+± 165).<br />

a) Lo tradicional. En Justino hay que distinguir lo kerymático y confesional (donde se<br />

ciñe a la tradición), de la enseñanza sobre el Logos. Respecto a lo primero, El Padre es el<br />

Dios creador. Cristo es el Hijo que viene <strong>del</strong> Padre. Confesamos ser ateos, pero no<br />

respecto <strong>del</strong> Dios verdaderísimo, padre de la justicia y de la castidad y de las demás<br />

virtudes, en quien no hay mez<strong>cl</strong>a de maldad alguna. A El y al Hijo, que de El vino y nos<br />

enseñó todo esto, y al ejército de los otros ángeles buenos que le siguen y le son<br />

semejantes, y al Espíritu profético, le damos culto y adoramos, honrándolos con razón y<br />

verdad..(1Ap,6). Nuestro enviado de Dios y nuestro maestro es Jesús Cristo, el que fue<br />

crucificado bajo Poncio Pilato, el procurador de Judea en tiempo <strong>del</strong> césar Tiberio; a El lo<br />

padecía ,y habiendo sido atado por causa <strong>del</strong> que era dominado, y juzgado por causa <strong>del</strong> condenado, y enterrado por<br />

causa <strong>del</strong> que estaba sepultado, resucitó de entre los muertos y profirió en voz alta: ¿Quién es el que disputará<br />

conmigo? ¡Que se ponga enfrente de mí! Yo he liberado al condenado, yo he vivificado al muerto, yo he resucitado al<br />

sepultado. ¿Quién es el que me contradice? Yo, dice El, el Cristo, yo el que destruí la muerte y triunfé <strong>del</strong> enemigo, y<br />

pisoteé el Hades, y até al fuerte, y arrebaté al hombre hacia las alturas de los cielos. Yo, dice El, el Cristo. Venid, pues,<br />

todos los linajes de los hombres, que están amasados en pecado y recibid el perdón de los pecados. Porque yo soy<br />

vuestro perdón, yo la pascua de la salvación, yo el cordero inmolado por vosotros, yo vuestro rescate, yo vuestra vida,<br />

yo vuestra resurrección, yo vuestra luz, yo vuestra salvación, yo vuestro rey. Yo os conduciré a las alturas de los cielos.<br />

Yo os mostraré al Padre {que existe} desde los siglos. Yo os resucitaré por mi diestra. Este es el que hizo el cielo y la<br />

tierra, y mo<strong>del</strong>ó en el comienzo al hombre, el que fue anunciado por la Ley y los profetas, el que se encarnó en una<br />

virgen, el que fue colgado en un madero, el que fue sepultado en tierra, el que fue resucitado de entre los muertos, el<br />

que subió a las alturas de los cielos, el que está sentado a la diestra <strong>del</strong> Padre, el que tiene poder de juzgar y salvar<br />

todo, por quien el Padre hizo cuanto existe desde el principio <strong>hasta</strong> los siglos. Este es el Alfa y la Omega. Este es el<br />

principio y el fin -principio inenarrable y fin incomprensible-. Este es el Cristo, Este es el rey, este es Jesús, Este el<br />

comandante en jefe, Este el Señor, Este el que resucitó de entre los muertos, Este el que está sentado a la diestra <strong>del</strong><br />

Padre. Lleva al Padre y es llevado por el Padre; a El la gloria y el poder por los siglos. Amén (núm. 100-105).<br />

1 Cf. 13, 3.<br />

2 En primer lugar, ella recomienda que nos acordemos que hemos recibido el bautismo para la remisión de los pecados<br />

en el nombre de Dios Padre y en el nombre de Jesucristo, el Hijo de Dios encarnado y muerto y resucitado, y en el<br />

Espíritu Santo de Dios (núm. 3; cf. Ib., 6 y 7).<br />

3 Nº 21. Cf. Tertuliano, Adv Prax 2,1s.<br />

4 1Ap 65, 3. Cf. 1Ap 66, 2s; 67,2. Véase Orígenes, De Orat 33,6; Id. In 1Cor 7,5.<br />

9


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

hemos reconocido como el Hijo <strong>del</strong> verdadero Dios y a quien tenemos en el segundo<br />

lugar, así como al Espíritu profético a quien ponemos en el tercero (1Ap,13). Los dos<br />

principales títulos de Jesús son Cristo y el Hijo enviado de Dios. Su misión central es,<br />

como maestro de los hombres, traer la verdad salvadora de Dios. También se le aplica a<br />

Jesús los nombres gloria <strong>del</strong> Padre, Sabiduría, Palabra, Mensajero de Dios. 1 El espíritu es<br />

aquél por el que hablaron los profetas. Interviene en la concepción virginal de Jesús. Es el<br />

don mesiánico de los últimos tiempos que nos comunica Cristo (Dial, 87).<br />

b) Los ( ) seminales y el ( ). Para Justino el Logos es el revelador <strong>del</strong><br />

Padre; la que nos ayuda a entender la verdad de Dios. Dios es trascendente. Dios<br />

ha hablado en el A.T. por su Logos. En las teofanías, el Logos era quien aparecía. 2 Pero<br />

no sólo los judíos tuvieron acceso al Logos sino también los paganos 3 , cuyos mejores<br />

hombres vivieron según el Logos. 4 Así todo lo bueno 5 pertenece a los cristianos. 1 Esto<br />

1 En la formulación de la confesión tradicional, no aparece la cristología <strong>del</strong> Logos.<br />

2 Luego ni Abraham, ni Isaac, ni Jacob, ni otro alguno de los hombres vio jamás al que es Padre inefable y Señor de<br />

todas las cosas absolutamente y también de Cristo mismo, sino a su Hijo, que es también Dios por voluntad de aquél, y<br />

ángel por estar al servicio de sus designios, el mismo que el Padre quiso naciera hombre por medio de la Virgen y que<br />

en otro tiempo se hizo fuego para hablar con Moisés desde la zarza (Dial 127,4). Cf.1Ap 63. Véase G. Aeby, Les<br />

missions divines de Saint Justin à Origène (Paradosis. Études de littérature et de théologie anciennes,12), Fribourg 1958,<br />

pp. 6-10; la tesis de licencia de E. Rodríguez A. (La Dynamis de Dios en San Justino, Anales de la Facultad de Teología<br />

XXXI,2 (1980), Santiago 1982), que tuve el honor de dirigir, pp. 53-58. Dice Aeby (op. cit., 186): "En los Apologistas,<br />

las teofanías <strong>del</strong> A.T. y <strong>del</strong> N.T. son atribuidas al Verbo como a un otro Dios [distinto] <strong>del</strong> Padre, al lado y debajo de<br />

éste y, por tanto, más visible que éste. La trascendencia demasiado ex<strong>cl</strong>usivamente reservada al Padre los lleva a<br />

encontrar que es impensable que éste pueda aparecerse a los hombres. Esta es una herencia <strong>del</strong> platonismo, cuyo influjo<br />

persistirá a lo largo de todo el período estudiado."<br />

3 La semilla ( ) <strong>del</strong> Logos se halla plantada ( ) en todo el género humano (2Apol 8,1). Nosotros fuimos<br />

enseñados que Cristo es el primogénito de Dios, y anteriormente hemos indicado que El es el Logos <strong>del</strong> que todo el<br />

género humano participa ( ) (1Ap 46,2). Pero a Cristo, que en parte fue conocido por Sócrates, pues El era y<br />

es el Logos que está en todo, y que predijo por los profetas lo que iba a suceder y que por sí mismo se hizo semejante en<br />

el padecer( ) y que nos enseñó esto...(2Ap 10,8).<br />

Según Courth (op. cit., 45s), "la connotación de Cristo como maestro universal está determinada desde el punto de vista<br />

de la teología de la trinidad por un doble deseo. Por un lado se trata, para Justino, de la absoluta trascendencia de Dios<br />

respecto al mundo. Este es el primer pilar fundamental de su enseñanza sobre el Logos. Esto reviste un perfil especial,<br />

porque el platonismo medio acentúa en Justino la incognoscibilidad y lo innombrable <strong>del</strong> Padre. El segundo pilar es el de<br />

la fe en la inmanencia de Dios en el mundo. En Cristo hecho hombre están firme y mutuamente ligadas la trascendencia e<br />

inmanencia de Dios." Según Grillmeier (p.207), Justino "frente a los judíos introduce a este Jesús en la perspectiva de<br />

profecía y cumplimiento vétero neotestamentaria. Se atreve a hacer de lo griego y de la orgullosa historia de su espíritu<br />

una prehistoria y una explanada previa al cristianismo." Según Spanneut y Liébaert (op. cit., 991), "desde entonces la<br />

encarnación aparece en la perspectiva de los Padres como la cumbre de esta acción continua <strong>del</strong> Logos, el punto<br />

culminante de su presencia y de su manifestación al mundo, de su función reveladora y de su entrada en comunión con el<br />

hombre." Cita muchas profecías <strong>del</strong> AT sobre la encarnación <strong>del</strong> Logos. Pero Justino no desarrolla sistemáticamente<br />

bien la fe en la encarnación <strong>hasta</strong> la crucifixión, aunque use muchas profecías y tipologías. La encarnación, que in<strong>cl</strong>uye<br />

la crucifixión, recalca la función única mediadora y reveladora <strong>del</strong> Logos Cristo. Da sentido a la historia <strong>del</strong> espíritu de<br />

los griegos como a la revelación de los judíos. Con la encarnación se revela totalmente el conocimiento de Dios. "Para<br />

Justino, con la encarnación <strong>del</strong> Hijo de Dios no sólo es coronada la historia de salvación sino toda la historia de la<br />

humanidad" (P. Smulders, Dogmengeschichtliche und lehramtliche Entfaltung der Christologie, p. 405, en Mysterium<br />

Salutis III,1, pp. 389-476).<br />

4 Y Quienes vivieron conforme a logos son cristianos, aun cuando fueron tenidos por ateos, como sucedió entre los<br />

griegos con Sócrates y Herá<strong>cl</strong>ito y otros semejantes a ellos, y entre los bárbaros con Abraham y Ananías y Azarías y<br />

Misael y Elías y otros muchos (1Ap 46,2s). De manera que los anteriores que vivieron sin logos eran malos y<br />

enemigos de Cristo; los que, en cambio, vivieron y viven conforme al logos son cristianos, sin miedo,<br />

imperturbables...(1Ap 46,4). Según 1Ap 59s, Platón tomó de la Biblia.<br />

5 Todo lo según el Logos.<br />

10


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

corresponde a los (<br />

). 2 Pero el Logos entero es Cristo. 3 Así, pues, nuestra<br />

religión aparece más sublime que toda la humana enseñanza, por razón de que todo lo<br />

lógico (<br />

) ha llegado a ser Cristo, aparecido por nosotros, y cuerpo, y<br />

razón ( ) y alma... 4 Porque todos los escritores sólo obscuramente podían ver la<br />

realidad gracias a la semilla ( ) <strong>del</strong> Logos que estaba implantada ( ) en ellos.<br />

Pues uno es el germen ( ) e imitación de algo, dado según la capacidad, y otra cosa<br />

es eso mismo cuya participación ( ) e imitación se realiza según la gracia que<br />

[procede] de aquél . 5 Por un lado, queda <strong>cl</strong>ara la plenitud <strong>del</strong> Logos en Cristo y la<br />

excelencia <strong>del</strong> Cristianismo, y, a la vez la participación de todos en el Logos, aunque en<br />

forma imperfecta y aunque muchos no vivan según el Logos. Pero no profundiza más en<br />

la relación entre los ( ) y el Logos Cristo. 6<br />

1 Porque [filósofos, poetas y escritores] cada uno habló bien según la parte <strong>del</strong> Logos seminal ( ) divino<br />

mirándolo emparentado (<br />

). Pero los que en los aspectos más importantes se contradijeron no<br />

parecen haber alcanzado la ciencia infalible ni el conocimiento irrefutable. Pues cuanto de bueno fue dicho por ellos,<br />

nos pertenece a nosotros los cristianos, porque nosotros adoramos y amamos, después de el Dios, al Logos que<br />

[procede] <strong>del</strong> inengendrado e inefable Dios, puesto que por nosotros <strong>hasta</strong> se hizo hombre para hacerse compartícipe<br />

de nuestros sufrimientos y curarlos (2Ap 13,3s).<br />

2 Según Courth (op. cit., 44), son dones de Dios. El Logos como fuente y principio <strong>del</strong> conocimiento moral y <strong>del</strong><br />

verdadero culto a Dios no es la simple razón.<br />

3 Porque siempre cuanto de bueno dijeron y hallaron filósofos y legisladores fue por ellos trabajado según la parte de<br />

Logos [que les cupo] por la investigación ( ) y meditación ( ), mas como no conocieron todo lo <strong>del</strong><br />

Logos, que es Cristo, se contradijeron también con frecuencia unos a otros (2Ap 10,2s). ...nada admirable si los<br />

demonios incriminados se esfuerzan en que sean odiados mucho más los que [viven] no sólo según una parte <strong>del</strong> Logos<br />

seminal ( ) sino según el conocimiento y la contemplación de todo el Logos, es decir de Cristo (2Ap 8,3).<br />

4 2Ap 10,1. Grillmeier (op. cit., 206s) dice respecto a este pasaje: "debería ser traducido 'todo el<br />

principio logos'. Este principio, sin embargo, es Cristo, 'quien apareció por causa nuestra'. Justino quiere darle al Logos<br />

el lugar de un principio cosmológico. Para eso toma las especulaciones de la escuela platónica y así fundamenta su<br />

enseñanza sobre el 'logos seminal'. El alma <strong>del</strong> mundo, según los platónicos, es el principio <strong>del</strong> orden <strong>del</strong> mundo y, por<br />

cierto, en la creación y conservación <strong>del</strong> mundo tiene una parte racional que es llamada nous o logos o también<br />

( ). La función de este principio cosmológico, según Justino, es asumida por el Logos, quien es Jesucristo.<br />

En su encarnación, El apareció históricamente, y ciertamente como 'cuerpo, razón y alma'. [tricotomía platónica]... La<br />

doctrina <strong>del</strong> logos seminal no es tomada en sentido sólo cosmológico sino que está insertada en el esquema de Justino de<br />

historia de la revelación en Cristo. Con esto contradice conscientemente el sistema autosuficiente <strong>del</strong> platonismo medio<br />

que no quería permitir ninguna irrupción de una nueva revelación en su tradición, mucho menos de una revelación de la<br />

que debe ser portador un Jesús de Nazaret crucificado."<br />

5 2Ap 13,5s. Los que creen en El son hombres en los que habita la semilla ( ) que [viene] de Dios, el Logos<br />

(1Ap 32,8). Según el comentario de A. Wartelle (Saint Justin. Apologies. Introduction, texte critique, traduction,<br />

commentaire et index, Paris 1987) a 2Ap 13,5s, "la idea es que hay una diferencia radical entre el germen <strong>del</strong> Logos y el<br />

Logos mismo: entre el germen de una realidad que no es sino una 'reproducción', y que es dada a cada uno 'según su<br />

capacidad' y esta misma realidad, cuya participación e 'imitación' sólo son debidas a una 'gracia' que viene de ella.<br />

Justino distingue netamente aquello que se llama orden de la naturaleza <strong>del</strong> de la gracia," Respecto a la gracia, cf.<br />

Rodríguez, op. cit., 59-62.<br />

6 Según C. Huber (Logos. Dogmengeschichtlich, col. 1127, en LThK VI, col. 1125-1128), citando a Justino, "los Padres<br />

distinguen el Logos divino <strong>del</strong> Logos <strong>del</strong> hombre. Este significa la razón práctica en cuanto también ella es norma moral.<br />

A través de éste los hombres participan en el Logos divino (): es un<br />

(), una imagen <strong>del</strong> Logos<br />

divino (). Así participan los hombres de la verdad, aunque sólo y (), más precisamente en el<br />

conocimiento de Dios y de la ley moral." Según Rodríguez (op. cit., 85), "los estoicos ponían más énfasis en la<br />

significación cosmológica de esta teoría ['Logos Spermatikós']. Justino afirmará que el 'Logos Spermatikós‘ es el Logos<br />

divino, la 'Dynamis' engendrada por el Padre antes de todas las cosas, que se manifiesta indirectamente, y por<br />

consecuencia, en forma incompleta, al hombre en el orden físico y moral. El 'Logos Total' es el 'Logos divino' que sólo<br />

se manifestará plenamente en Cristo y <strong>del</strong> cual sólo se participará por la 'gracia'." Según Grillmeier (op. cit., 204), "por<br />

este origen estoico, varios investigadores creyeron deber aceptar, respecto a la enseñanza de Justino sobre el logos, una<br />

11


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

c) El y la creación. Dios creó y ordenó todo por medio de su Logos. 1 Pero<br />

el Logos, ¿es sólo proferido en relación a la creación, estando antes<br />

en Dios,<br />

porque el Padre siempre tiene consigo a la Razón? 2 Según Courth 3 , "el Logos existe<br />

desde siempre como fuerza de Dios. En relación a la creación sale de la voluntad <strong>del</strong><br />

Padre y así es un otro respecto a El." Según Rodríguez 4 , "el Logos será así la primera<br />

'Dynamis' después de Dios, Padre de todas las cosas. El 'Logos' es 'engendrado' por la<br />

'Dynamis y voluntad <strong>del</strong> Padre, de tal modo que, aunque es siempre pensado en función<br />

de la creación y de los hombres, se le atribuye <strong>cl</strong>aramente cierta 'preexistencia', un cierto<br />

'antes de todas las cosas', que nunca Justino llega a precisar." 5 En cuanto a su Hijo, aquel<br />

que sólo propiamente es llamado Hijo, el Logos, que está con El y es engendrado antes<br />

de las criaturas, cuando al principio creó y ordenó por su medio todas las cosas, es<br />

llamado Cristo por haber sido ungido y porque Dios ha ordenado todas las cosas por<br />

medio de El.... 6 Nosotros diríamos, al menos, que su pensamiento no es <strong>cl</strong>aro respecto a<br />

si el Logos preexiste desde siempre.<br />

identidad entre la razón humana y el Logos divino." Este mismo autor (Ib., 204s) se in<strong>cl</strong>ina a distinguir entre el activo<br />

Logos divino, , y su siembra en el espíritu humano, que son los Según<br />

Orígenes, en otra perspectiva, Dios Padre da a todos los seres el que sean; la participación de Cristo, según aquello<br />

que es Verbo (o razón), los hace que sean racionales (De Pr I,3,8).<br />

1 1Apol 64,5; 59,5; 2Ap 6,3; Dial 114,3.<br />

2 Justino parece haber tenido esta distinción en mente en Dial 61,2. Después de Justino se desarrollará ese doble estado<br />

<strong>del</strong> Logos: y Tertuliano, p.e. usa esta distinción, pero en Adv Prax 6,1,3-7 (CCL 2,1164s)<br />

dice que el Logos pretemporal ya es una persona condita. Y también insiste mucho más en la unidad aproximándose<br />

a las futuras fórmulas trinitarias. Con todo en Adv Prax 7,1, 3-6 (CCL 2,1165), a propósito de 'hágase la luz' dice: Este<br />

es el nacimiento perfecto de la Palabra (sermonis) cuando procede de Dios. Fundada (conditus) por El<br />

primeramente para pensamiento (ad cogitatum) bajo el nombre de sabiduría -'El Señor me fundó en el comienzo<br />

de sus caminos'-, generada después (dehinc) para efecto -'cuando preparó los cielos yo estaba con El'-. Ireneo (Adv<br />

Haer II,13,3.8.10; II,28,4.6) reaccionará contra aplicar a Dios el proferir la palabra humana. Atanasio rechazará la<br />

terminología de logos y (Exp Fid 1, PG 25,201A; cf. De Syn 26,5, PG 26,729D;<br />

Ambrosio, De Fide IV,7,72, PL 16,631B). Agustín en De Trin XV,11,20,1-12 (CCL 50,486s) referirá la palabra<br />

exterior a la encarnación.<br />

3 Op.cit., 46.<br />

4 Op. cit., 85.<br />

5 Os voy a presentar ..., otro testimonio de las Escrituras sobre que Dios engendró, principio antes de todas las<br />

creaturas, cierta potencia racional de sí mismo, la cual es llamada también por el Espíritu Santo, Gloria <strong>del</strong> Señor, y<br />

unas veces Hijo, otras Sabiduría; ora Angel ora Dios; ya Señor, ya Palabra; y ella misma se llama a sí misma Capitán<br />

General, cuando se aparece en forma de hombre a Josué, hijo de Navé. Y es así que todas esas denominaciones le<br />

vienen de estar al servicio de la voluntad <strong>del</strong> Padre y de haber sido engendrado por el querer <strong>del</strong> Padre (Dial 61,1).<br />

6 2Ap 6,3. Sobre algunas posibles interpretaciones de este pasaje, cf. E. R. Goodenough, The theology of Justin Martyr.<br />

An Investigation into the Conceptions of the Early Christian Literature and its Hellenistic and Judaistic Influences,<br />

Amsterdam 1968, p. 154. Antes (p. 153) había afirmado este autor: "El [Justino] no conoce nada, al menos no lo dice,<br />

<strong>del</strong> Logos como ser eterno. Probablemente engendrar el Logos fue un peldaño preparatorio hacia la creación." Cf. Dial<br />

62,4; Taciano, Orat 5; Atenágoras, Leg 10. Teniendo, pues, el Dios a su Logos inmanente ( ) en sus propias<br />

entrañas le engendró con su propia sabiduría, emitiéndole antes de todas las cosas. A este Verbo tuvo él como ayudante<br />

( ) de su creación y por su medio hizo todas las cosas (Teófilo, Autol II,10). ...el Logos estaba siempre<br />

inmanente ( ) en el corazón de Dios. Porque antes de crear nada, a éste tenía por consejero, como mente y<br />

pensamiento suyo que era. Y cuando quiso hacer cuanto había <strong>del</strong>iberado, engendró a este Logos<br />

proferido(<br />

), como primogénito de toda la creación, no vaciándose de su Logos, sino engendrando al Logos<br />

y conversando siempre con El..."(Ib. , 22).<br />

12


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

d) ¿Subordinacionismo? La concepción <strong>del</strong> Logos 1 muestra <strong>cl</strong>ara la diferencia<br />

entre el Logos y el Padre.Y porque esta potencia ( ) que la palabra ( ) profética<br />

llama también Dios y ángel..., no sólo es reconocida por el nombre, como la luz <strong>del</strong> sol,<br />

sino que es también otra numéricamente. 2 Y examiné brevemente al logos en lo dicho<br />

anteriormente diciendo que esta potencia es engendrada por el Padre, por poder y<br />

voluntad suya, pero no por corte ( ), como si se dividiera la substancia <strong>del</strong> Padre,<br />

al modo de las otras cosas que se dividen y cortan, que no son lo mismo que antes de ser<br />

cortados. 3 ...Cualquiera convendría en que lo engendrado es numéricamente distinto <strong>del</strong><br />

que lo engendra. 4 No es una generación al modo <strong>del</strong> politeísmo pagano sino que es al<br />

modo de una generación espiritual. 5 Pues le [a esa cierta potencia] son atribuidos todos<br />

estos nombres por estar al servicio de la voluntad <strong>del</strong> Padre y haber sido engendrada<br />

desde el querer <strong>del</strong> Padre ( )). ¿Pero no vemos que algo<br />

semejante se produce también en nosotros? En efecto, al emitir (<br />

) 6 una<br />

palabra ( ), engendramos la palabra ( ), no por corte de modo que se disminuya<br />

la razón ( ) que hay en nosotros al emitirla. Algo semejante vemos también en un<br />

fuego que se enciende de otro, sin que se disminuya aquel <strong>del</strong> que se tomó la llama, sino<br />

permaneciendo el mismo. Y el fuego encendido también aparece con su propio ser, sin<br />

haber disminuido aquel de donde se encendió. 7 Esto explica por qué el Padre no sufre<br />

escisión al generar el Logos. Pero el ponerlo demasiado en relación con la voluntad <strong>del</strong><br />

Padre 8 podría llevar a alguien a pensar que fue generado libremente 9 y que pudo no<br />

1 También ayudará a establecer una generación de tipo intelectual <strong>del</strong> Hijo respecto al Padre, sin escisión. Pero su<br />

connotación cultural como intramundano contribuirá a una tendencia subordinacionista.<br />

2 Está respondiendo a una especie de modalismo que decía: Esta potencia sería inseparable e indivisible <strong>del</strong> Padre, a la<br />

manera -dicen- como la luz <strong>del</strong> sol que ilumina la tierra es inseparable e indivisible <strong>del</strong> sol que está en el cielo. Y como<br />

éste, al ponerse, se lleva consigo la luz, así, cuando el Padre quiere, hace saltar de sí cierta potencia y, cuando quiere,<br />

nuevamente la recoge hacia sí. De este modo enseñan también que El crea los ángeles (Dial 128, 3: cf. 128, 2).<br />

3 Dial 128,4.<br />

4 Dial 129,4. Cf. Ib., 129. En Dial 62,2, refiriéndose al 'hagamos' de Gn 1,26 y a Gn 3,22, dice: sin discusión posible<br />

tenemos que reconocer que Dios conversó con alguien que era numéricamente distinto y a la vez racional ( ).<br />

Cf. Ib., 56 (ver 56,11); 62,3; Atenágoras, Leg 12.<br />

5 "La dificultad con la analogía de engendrar, al margen de sus connotaciones antropomórficas, está en el hecho de que<br />

implica un corte y una disminución <strong>del</strong> engendrador, cosas ambas que Justino es muy cuidadoso en negar" (Goodenough,<br />

op. cit., 148). Orígenes (De Pr IV,4,1) reaccionará contra la 'prolación', porque la encontrará corporal, y porque divide la<br />

naturaleza divina (De Pr I,2,6,71-81; IV,4,1,7-9). Es más bien como la voluntad suya que procede de la mente y no<br />

corta una parte de ella, ni se separa o divide de ella; de esta manera hay que pensar que el Padre ha generado al Hijo,<br />

es decir su imagen; y así como El es invisible por naturaleza, así engendró una imagen también invisible (De Pr<br />

I,2,6,179-183; cf. Ib., I,2,6,163s). Nosotros no decimos, como lo piensan los herejes, que una parte de la substancia de<br />

Dios se convirtió en el Hijo o que el Hijo fue procreado por el Padre a partir de la nada, es decir, afuera de su<br />

substancia, de tal manera que hubo un momento en que El no existía...(De Pr IV,4,1,12-16).<br />

6 Esta será la de la verdad, custodia de la unidad, por la que decimos que el Hijo ha sido proferido<br />

(prolatum) por el Padre, pero no separado. Pues Dios profirió al Logos (sermonem), como también el Pará<strong>cl</strong>ito lo<br />

enseña, como la raíz al fruto, la fuente al río y el sol al rayo (Tertuliano, Adv Prax 8,5,24-28, CCL, 2,1167).<br />

Tertuliano equivale a prolatio.<br />

7 Dial 61,1s. Cf. Taciano, Orat 5; Tertuliano, Apol 21,12s, CCL I, p.124s,56-64.<br />

8 Dial 61,1; 100,4; 127,4; 128,4; Taciano, Orat 5.<br />

9 Según Orígenes, engendrar al Hijo será una libre expresión de la bondad <strong>del</strong> Padre (cf. De Pr I,2,13; I,2,6,lin 163ss),<br />

lo que H. Crouzel (Origène, Paris 1985, p. 241s) comenta en el sentido de un engendrar "libre y necesario (cf. De Pr<br />

I,2,9; IV,4,1)". Cf. Gregorio de Nacianzo, Orat Theol, 3, 2. Santo Tomás (Pot 10, 2 ad 5; cf. Pot 2, 3; In Sent I, d. 6,<br />

q 2; Summa Theol I, 41, 2): "La voluntad apetece libremente la felicidad, aunque la apetezca necesariamente. Así, pues,<br />

también Dios se ama libremente a sí mismo con su voluntad, aunque por necesidad se ame a sí mismo. Y es necesario<br />

13


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

serlo. 1 Ciertamente es llamado Dios 2 , pero sin artículo. 3 Al insistir Justino en que el Logos<br />

es distinto <strong>del</strong> Padre trascendente, un otro Dios, 4 manteniendo a la vez el monoteísmo, y<br />

al no mostrar con mayor <strong>cl</strong>aridad la unidad entre el Logos y el Padre 5 , se presta para un<br />

subordinacionismo. 6 ...Hijo <strong>del</strong> mismo verdadero Dios y a quien tenemos en el segundo<br />

lugar ( ), y al Espíritu profético, en el tercer puesto ( ) 7<br />

Se mueve, pues, en un campo subordinacionista. 8 Finalmente, la confesión de fe en el<br />

Espíritu Santo permanece no desarrollada y un poco tapada por el Logos (p.e. la función<br />

profética).<br />

e) Con<strong>cl</strong>usión. Ha aparecido en Justino: el , la comparación<br />

con el logos y , la relación de éste último con la creación, etc.<br />

Según Bühner 9 , Justino trata de armonizar el logos estoico con el bíblico. Pero según<br />

Courth 10 , "tomar el concepto de Logos para determinar el universal envío de Cristo está<br />

determinado fundamentalmente por un interés teológico. Frente a esto, los materiales<br />

tomados <strong>del</strong> platonismo medio o también <strong>del</strong> estoicismo son secundarios. Le interesa a<br />

Justino determinar a Cristo crucificado y resucitado como la auténtica y poderosa palabra<br />

de Dios. Sólo El revela al Padre 11 ; así es el maestro universal en el tema de Dios para los<br />

que tanto se ame a sí mismo cuanto es bueno, como tanto se entiende a sí mismo cuanto es. Libremente, por tanto, el<br />

Espíritu Santo procede <strong>del</strong> Padre, sin embargo, no posiblemente sino por necesidad".<br />

1 Así Goodenough (op. cit., 150) llega a opinar: "Este fluir de las hacia afuera <strong>del</strong> Padre de ninguna manera<br />

se debe considerar como un inevitable proceso de la naturaleza divina. Una fuerza sale sólo cuando Dios quiere que eso<br />

suceda. Por eso, el Logos, ángeles y todas las potencias son el resultado de una acción de la voluntad de Dios."<br />

2 Es llamado Dios y es Dios y lo será (Dial 58,9). Cf. p.e. 1Ap 63,15; Dial 56-62; 63,5; 64,1; 68,9.<br />

3 También habla de (cf. Goodenough, 158). Según J. D. N. Kelly (Early Christian Doctrines, 5 ed., London<br />

1980, p. 97), "si miramos su naturaleza, mientras otros seres son 'cosas hechas' ( ) o 'creaturas' ( ), el<br />

Logos es la 'progenie' de Dios ( ), su 'infante' ( ), su 'hijo único' ( [Dial 105,1; cf. 1Ap 23,2;<br />

2Ap 6,3])." Respecto a la filiación, cf. Wartelle, op. cit., 60.<br />

4 Smulders (op. cit., 404s) constata en esto influencia <strong>del</strong> platonismo medio.<br />

5 Al afirmar la diferencia, no basta con que afirme que ésta no es en la : este Dios que se dice y escribe haber<br />

apararecido a Abraham y a Jacob y a Moisés es otro que el Dios hacedor <strong>del</strong> universo; otro, digo, numéricamente, no<br />

en sentir y pensar (Dial 56,11).<br />

6 Según Goodenough (op. cit., 155), insiste en las dos divinas personalidades, "y consecuentemente pone como base real<br />

de su argumento por el monoteísmo: no la unidad de la ousia sino la subordinación en rango <strong>del</strong> segundo Dios." Y en p.<br />

156 llega a decir: "Se ha visto que su origen era de la misma naturaleza que el de los ángeles, y, al menos en este punto,<br />

su índole es como la de ellos" A El y al Hijo, que de El vino y nos enseñó todo esto, y al ejército de los otros ángeles<br />

buenos que le siguen y le son semejantes (<br />

), y al Espíritu profético, le damos culto y adoramos...(1Ap<br />

6,2). Consecuentemente con<strong>cl</strong>uye (p. 159): "Porque el Logos era una emanación de Poder, una permanente<br />

como todas las otras permanentes, pero agraciado por voluntad de Dios con poderes, gloria y eminencia tan<br />

superior a los otros que sólo El es propiamente llamado Hijo, y Señor, y sólo a El se le aplica la palabra (o .‖<br />

Según Wartelle (op. cit., ad loc.), la secuencia es trinitaria, pero el Hijo está escoltado por ángeles, que, por oposición a<br />

los demonios malos, le son semejantes (el mismo Hijo es llamado ángel).<br />

7 1Ap 13,3. Cf. Ib. 13,4; 60,7. Es llamado y se dice Dios y Señor otro, que está bajo el Hacedor <strong>del</strong> universo; el cual<br />

también se llama ángel (Dial 56,4). La primera potencia ( ) después <strong>del</strong> Padre de todo y Dios soberano, e hijo<br />

suyo, es el Logos ( 1Ap 32,10).<br />

8 No es un subordinacionismo extremo.<br />

9 Op. cit., 501, refiriéndose al .<br />

10 Op. cit., 45<br />

11 Mt 11, 27.<br />

14


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

hombres de todos los tiempos. Pero no sólo como tal habla Cristo. También El es aquel<br />

poder universal que ayuda y nos hace entender la verdad de Dios." 1<br />

1 Según la antigua opinión de A. Aall, "Justino tomó de Filón y de los estoicos y modificó su visión <strong>del</strong> logos; él la<br />

desvió haciendo <strong>del</strong> logos una persona." (Der Logos. Geschichte seiner Entwicklung in der griechischen Philosophie<br />

und der cristlichen Literatur, Leipzig 1896-1899, p. 282, en E. F. Osborn, Justin Martyr [Beiträge zur historischen<br />

Theologie,47], Tübingen 1973, p. 42).<br />

15


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

5.- IRENEO DE LYON<br />

1) La tradición como marco protector. Desarrolla dentro <strong>del</strong> marco de la Tradición una<br />

concepción trinitaria histórico salvífica en respuesta a la Gnosis. En el acontecer se van<br />

mostrando las personas de la Trinidad y su dinámica.<br />

No sólo se apoya en la Biblia sino también en los apóstoles y en la tradición de la Iglesia.<br />

La verdadera Gnosis es la enseñanza de los apóstoles y de la Iglesia para todo el mundo.<br />

La tradición unánime confiesa la fe en el Dios <strong>trinitario</strong>: en un solo Dios Padre<br />

omnipotente, quien ha hecho el cielo y la tierra y el mar y todo lo que se contiene en ellos;<br />

y en un Cristo Jesús el Hijo de Dios que se encarnó por nuestra salvación; y en el Espíritu<br />

santo que ha anunciado por medio de los profetas las economías y la venida y la<br />

generación de la Virgen y la pasión y la resurrección de los muertos y la ascensión en<br />

carne a los cielos <strong>del</strong> amado Jesucristo Nuestro Señor y su parusía desde los cielos en la<br />

gloria <strong>del</strong> Padre para recapitular el universo y resucitar toda carne <strong>del</strong> género humano... 1<br />

Aparece desarrollada la triple confesión de fe bautismal 2 : Dios Padre increado, que no<br />

está contenido, invisible, un Dios, el creador <strong>del</strong> universo...; el Verbo de Dios, el Hijo de<br />

Dios, Cristo Jesús Nuestro Señor, que apareció a los profetas según el género de su<br />

profecía y según el estado de las economías <strong>del</strong> Padre, por quien todo ha sido hecho,<br />

quien, además, en el fin de los tiempos, para recapitular todo, se hizo hombre entre los<br />

hombres, visible y palpable, para destruir la muerte, hacer aparecer la vida y obrar una<br />

comunión entre Dios y el hombre..; el Espíritu Santo por el que los profetas han<br />

profetizado y los Padres han anunciado lo que concierne a Dios, y los justos han sido<br />

guiados en el camino de la justicia y que, al fin de los tiempos, ha sido derramado de una<br />

manera nueva sobre nuestra humanidad para renovar al hombre en toda la tierra en vista<br />

a Dios. 3 El bautismo es un verdadero acontecimiento <strong>trinitario</strong> que nos da la gracia <strong>del</strong><br />

nuevo nacimiento en Dios el Padre por medio de su Hijo en el Espíritu Santo. Porque los<br />

que llevan el Espíritu de Dios son conducidos al Verbo, es decir al Hijo, pero el Hijo los<br />

presenta al Padre, y el Padre les procura la incorruptibilidad. 4 En el bautismo se concretiza<br />

la historia trinitaria de salvación para cada creyente. Ireneo también entiende<br />

trinitariamente la Eucaristía. 5 Tiene una visión trinitaria de la Iglesia. 6<br />

2) Las manos de Dios como origen de la creación. La obra salvadora abraza toda la<br />

creación. El Dios bueno hizo libremente el universo y el hombre 7 para poder comunicarle<br />

su amor. Se ex<strong>cl</strong>uyen los mediadores. El lo hace por su Palabra, el hijo, y por su<br />

1 Adv Haer I,10,1. Cf. V, 20,1.<br />

2 Cf. Epid 3.<br />

3 Epid 6.<br />

4 Epid 7.<br />

5 Cf. IV,38,1. Véase IV,2,3; IV,18,5.<br />

6 Refiriéndose a Cristo dice: Lo ungió ciertamente el Padre, pero el ungido es el Hijo, en el Espíritu Santo que es la<br />

unción (III,18,3).<br />

7 Así la creación es una huella positiva <strong>del</strong> Dios bueno. Todas las Escrituras, proféticas y evangélicas, pro<strong>cl</strong>aman<br />

abiertamente y sin ambigüedad..., a un Dios solo y único, con ex<strong>cl</strong>usión de otros, quien hizo todo por su Verbo, lo<br />

visible y lo invisible, lo celeste, lo terrestre, lo acuático y lo subterráneo... Es uno el que hizo el mundo y lo gobierna<br />

(II,27,2). En efecto, por la misma creación el Verbo revela al Dios Creador, y por el mundo al Señor que lo fabricó, y<br />

por lo plasmado al artífice que lo plasmó, y por el Hijo a aquel Padre que generó al Hijo (IV,6,6).<br />

16


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

Sabiduría, el Espíritu. Son las dos manos de Dios. Como realidades intradivinas son<br />

auténticos mediadores de la creación y de la redención. Porque Dios no tenía necesidad<br />

de ellos (ángeles, etc.) para hacer lo que El consigo mismo, de antemano, había<br />

predefinido hacer, como si El no tuviera manos. Pues siempre están presentes el Verbo y<br />

la Sabiduría, Hijo y Espíritu, por medio de los cuales y en los cuales hizo todo libre y<br />

espontáneamente, y a los que habló diciendo: hagamos al hombre a imagen y semejanza<br />

nuestra. 1 Siempre coexistió el Hijo con el Padre. 2 El Hijo es la Palabra eterna, es Dios<br />

mismo. 3 El Padre es, por lo tanto, Señor, y el Hijo es Señor; y el Padre es Dios y el Hijo es<br />

es Dios, porque lo nacido de Dios es Dios. Y Así, según la esencia y el poder de su<br />

naturaleza, aparece un solo Dios; y es, por otra parte, en cuanto administrador de la<br />

dispensación de nuestra salvación, Hijo y Padre. Porque el Padre de todas las cosas es<br />

invisible e inaccesible a los seres creados, es por medio de su Hijo que deben obtener<br />

acceso al Padre, los que son destinados a acercarse a Dios. 4 En el misterio de Dios no se<br />

debe describir su nacimiento: nosotros le responderemos que esta emisión<br />

(prolationem) o generación o enunciación o manifestación, o cualquier otro nombre con<br />

que quiera llamarse esta generación inefable, no la conoce ni Valentín, ni Marción, ni<br />

Saturnino, ni Basílides, ni los Angeles ..., sino sólo el Padre que ha engendrado y el Hijo<br />

que es nacido. 5 Basta con hablar <strong>del</strong> unigénito siempre preexistente. El Hijo desde<br />

siempre glorifica al Padre 6 , y, en cuanto imagen <strong>del</strong> Padre formó a los hombres a imagen<br />

suya. En relación al resto de la historia salvífica se habla <strong>del</strong> intercambio vital entre las<br />

personas y a menudo perfila a los tres. En general, el Padre es en quien todas las cosas<br />

tienen consistencia y es la fuente de todo querer y actuar divino. El Hijo es el prototipo de<br />

la creación y, a la vez, la fuerza, con la que el Padre realiza todo. El Espíritu Santo regala<br />

a la creación en su diferencia y pluralidad, armonía y orden, y la conserva. 7 Tal es el<br />

orden, tal es el ritmo, tal es el movimiento (ductu) por los que el hombre creado y<br />

mo<strong>del</strong>ado llega a ser según la imagen y semejanza <strong>del</strong> Dios increado: el Padre<br />

1 IV, 20, 1. El Padre estaba asistido para todo por su progenie y figuración (figuratio), esto es el Hijo y el<br />

Espíritu, el Verbo y la Sabiduría (IV,7,4; cf. I,22,1; IV, praef,4).<br />

2 II, 30, 9. Cf. II, 25, 3. Por lo tanto, desde el comienzo el Hijo es el revelador <strong>del</strong> Padre, porque desde el comienzo<br />

está con el Padre. El mostró , consecuentemente y en forma armoniosa y a su debido tiempo, para utilidad, al género<br />

humano,visiones proféticas y diversidad de gracias y sus ministerios y la glorificación <strong>del</strong> Padre (IV,20,7).<br />

3 Cf. II, 13, 8. Por eso es diferente <strong>del</strong> acto humano de hablar.<br />

4 Epid 47.<br />

5 II, 28, 6. Estos misterios, los ángeles desean a contemplarlos, pero ellos no pueden escrutar la Sabiduría de Dios, por<br />

medio de la cual, su obra (plasma) es llevada a ser conforme y concorporal al Hijo, de tal forma que su progenie, el<br />

Verbo primogénito descienda a la creatura, es decir a lo plasmado, y ésta sea tomada por El, y la creatura, a su vez,<br />

tome el Verbo y ascienda hacia El, sobrepasando a los ángeles y llegando a ser según la imagen y semejanza de Dios<br />

(V,36,3).<br />

6 IV, 14, 1. Por lo tanto, en el comienzo, Dios plasmó a Adán, no porque lo necesitara sino para tener alguien en quien<br />

colocar sus beneficios. Pues no sólo antes de Adán, sino antes de toda creación, el Verbo glorificaba a su Padre<br />

permaneciendo en El, y El mismo era glorificado por el Padre, como El dice: 'Padre glorifícame con la gloria que tuve<br />

junto a ti antes que el mundo fuera'. (IV,14,1)<br />

7 "Todo induce a creer que para Ireneo: a) el Hijo, como tal es Imagen asequible <strong>del</strong> Padre y Paradigma de las (futuras)<br />

creaturas, singularmente <strong>del</strong> hombre, y Logos subsistente llamado a fabricar como Demiurgo las cosas, de que es<br />

Paradigma, imprimiendo en ellas sus propias formas; b) el Espíritu Santo, como tal, no tiene Forma alguna ; posee en<br />

cambio como esencia divina el dinamismo indispensable para animar y vivificar la obra <strong>del</strong> Hijo; es Sabiduría, en cuanto<br />

Espíritu Sapiente que da cohesión y unidad y vida a las cosas (cf. Sb 1,7); principio de 'asimilación' o de 'configuracion'<br />

se dice Figuratio (Patris), o Figura (in mundo ornamentorum), porque completa dinámicamente la obra demiúrgica <strong>del</strong><br />

Hijo, otorgando a las substancias creadas el ornato (aun divino) que las perfecciona en el orden operativo" (A. Orbe,<br />

Introducción a la teología de los siglos II y III [Verdad e Imagen,105], Salamanca 1988, p.125).<br />

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HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

ciertamente decide y manda, el Hijo, en cambio (vero), ejecuta (ministrante) y mo<strong>del</strong>a,<br />

el Espíritu nutre y hace crecer, y el hombre progresa y llega poco a poco y se eleva hacia<br />

la perfección, es decir se acerca al increado. 1 El hombre como imagen, unidad de cuerpo y<br />

alma (en vista a la encarnación <strong>del</strong> Hijo), es hecho semejante mediante la comunicación<br />

<strong>del</strong> Espíritu Santo. En la medida en que el Espíritu Santo lo penetra, se puede hablar <strong>del</strong><br />

hombre perfecto espiritual. 2<br />

3) La encarnación. El hombre fue creado a imagen de Dios para una vida que consiste<br />

en la 'comunión con Dios' y va siendo formado por El. 3 Pues la gloria de Dios es el hombre<br />

hombre viviente, mas la vida <strong>del</strong> hombre es la visión de Dios 4 , por la cual participa en su<br />

inmortalidad. 5 El hombre ha perdido culpablemente este regalo primero, echando a perder<br />

perder la semejanza. Es es<strong>cl</strong>avo de Satanás y presa de la muerte. Pero Dios lo va<br />

conduciendo hacia el final. Por último, el Verbo mismo, el Hijo eterno de Dios se hizo<br />

carne y sangre según la plasmación <strong>del</strong> principio... para al final salvar en sí mismo lo que<br />

al principio pereció en Adán. 6 Se hizo realmente un hombre de nuestra carne para salvar a<br />

a Adán 7 y a su linaje. Pero nació de una virgen para mostrar que esta salvación se debe a<br />

una iniciativa ex<strong>cl</strong>usiva de Dios. 8 Jesucristo es, pues, Dios y hombre. 9 Repite a menudo<br />

que es uno y el mismo. Su Verbo unigénito, que por todos los tiempos está con el linaje<br />

humano, se ha unido y mez<strong>cl</strong>ado (consparsus) 10 con su criatura (plasmati)...,<br />

Jesucristo, nuestro Señor . 11 Y, a la inversa, Este hijo de hombre es el Cristo, el Hijo <strong>del</strong><br />

Dios viviente. 12 Y cuando apareció sobre la tierra y vivió con los hombres, mez<strong>cl</strong>ando y<br />

amasando él el Espíritu de Dios el Padre con la carne plasmada de Dios, para que el<br />

hombre fuera a imagen y semejanza de Dios. 13<br />

Ireneo habla de diversas maneras sobre la obra salvadora <strong>del</strong> Señor 14 , pero son sobre<br />

todo las categorías de la recapitulación y <strong>del</strong> intercambio las que iluminan el carácter de su<br />

pensamiento y de su significación histórico dogmática. Apenas alude al tema de la muerte<br />

de Jesús como víctima expiatoria. 15 Mayor énfasis pone en la victoria sobre Satán. 1 Cristo<br />

1 IV,38,3. Cf. II,30,9; IV,20,6; Epid 5.<br />

2 V, 6, 1.<br />

3 IV,14,1; IV,39,2.<br />

4 IV, 20, 7.<br />

5 IV, 38, 3.<br />

6 V, 14, 1.<br />

7 III, 23, 1ss.<br />

8 III, 21, 6-8.<br />

9 III,21,4; cf. III,18,7. Así como era hombre para ser tentado, así era Verbo para ser glorificado. Estaba, por un lado,<br />

en reposo el Verbo para que pudiera ser tentado, deshonrado, crucificado y morir; y, por otro lado, estaba absorbido el<br />

hombre en aquél que vence, y sotiene y resucita, y es elevado al cielo (III,19,3).<br />

10 Cf. III,16,6; IV,20,4.<br />

11 III, 16, 6.<br />

12 III, 18, 4.<br />

13 Epid 97.<br />

14 Pues si el hombre no hubiera vencido al enemigo <strong>del</strong> hombre, el enemigo no habría sido vencido justamente. Por<br />

otra parte, si Dios no nos hubiera dado la salvación, no la tendríamos con firmeza. Y si el hombre no estuviera unido a<br />

Dios, no podría ser partícipe de la incorruptibilidad. Porque era conveniente que el mediador de Dios y los hombres,<br />

por su pertenencia a ambos, recondujera a ambos a la amistad y concordia e hiciera que Dios asumiera el hombre y el<br />

hombre se entregara a Dios [presentará el hombre a Dios e hiciera conocer Dios a los hombres] (III, 18, 7).<br />

15 IV,5,4; IV,8,2; V,1,1; Epid 68s. Para Ireneo, la muerte de Jesús es más bien la consecuencia de la desobediencia de<br />

Adán, soportada y vencida por la obediencia <strong>del</strong> hombre nuevo. Y porque todos nosotros, en la primera creatura, Adán,<br />

18


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

es nuestro liberador. 2 A propósito de la resurrección dirá: en la carne de Nuestro Señor<br />

irrumpe la luz <strong>del</strong> Padre y desde su carne rutilante viene a nosotros, y así el hombre<br />

accede a la incorrupción rodeado de la luz paterna. 3<br />

El Verbo, que está en el principio junto a Dios, mediante el cual fueron creadas todas las<br />

cosas y que en todos los tiempos asistió al género humano, 4 este verbo, al fin de los<br />

tiempos..., se unió con lo plasmado por El y se hizo hombre pasible... Cuando se encarnó<br />

y se hizo hombre recapituló en sí mismo la larga historia (expositionem) de los hombres<br />

y en este compendio nos ha otorgado la salvación, de manera que recobramos en Cristo<br />

Jesús lo que perdimos en Adán, esto es, el ser a imagen y semejanza de Dios . 5 Desde la<br />

creación y sobre todo en la revelación a los patriarcas y profetas, la palabra de Dios<br />

comunicaba el conocimiento <strong>del</strong> Padre. Pero ahora la palabra se ha hecho pequeña y<br />

como un niño, a la medida <strong>del</strong> hombre. 6 Recapitular es volver a colocar bajo una cabeza,<br />

compendiar la historia de salvación, restaurar y completar la creación de los orígenes. El<br />

nuevo Adán recorre en sentido inverso el proceso de la caída de Adán (cf. la<br />

recirculatio de María en III,22,4). La obediencia de la virgen María (causa salutis)<br />

corresponde a la desobediencia de la virgen Eva (causa mortis). 7 Así la cruz es la<br />

antítesis <strong>del</strong> árbol <strong>del</strong> que comió Adán. 8 Como por la desobediencia de un hombre ha<br />

entrado el pecado y por el pecado dominó la muerte, así también por la obediencia de un<br />

hombre ha entrado la justicia y produce frutos de vida para los hombres que otrora<br />

estaban muertos. 9 Con la obediencia de su muerte se convirtió en primogénito de los<br />

muertos. 10 Pero tenía que pasar por toda la vida de los hombres y cargar sobre sí con<br />

todas sus debilidades, a fin de ser obediente en todo y santificar así toda nuestra vida y a<br />

todos los hombres. 11 En El queda restaurada definitivamente la creación originaria. 12 El<br />

Señor tomó la misma economía de corporeidad que él, naciendo de la Virgen por la<br />

voluntad y sabiduría de Dios, para mostrar, El también, la identidad de su corporeidad en<br />

relación a la de Adán y hacerse aquél que fue descrito al comienzo, el hombre según la<br />

imagen y la semejanza de Dios. 13 También aparece el tema <strong>del</strong> intercambio. El Verbo de<br />

Dios, Jesucristo nuestro Señor, se hizo, llevado de su inmenso amor, lo que nosotros<br />

somos, a fin de hacernos lo que El es. 14 El Verbo de Dios se ha hecho hombre, y el Hijo de<br />

habíamos sido encadenados a la muerte por el hecho de la desobediencia, era necesario que las cadenas de la muerte<br />

fueran rotas por la obediencia de Aquél que se hizo hombre por nosotros (Epid 31).<br />

1 III,18,6s; III,23,2; V,1,1; V,21,1-3. Y es por esto que nuestro Señor tomó una corporeidad idéntica a aquella de la<br />

primera creatura, para combatir por los padres y vencer en Adán al que en Adán nos había herido (Epid 31).<br />

2 IV,13,3; IV,33,1.<br />

3 IV, 20, 2.<br />

4 Cf. Epid 45s.<br />

5 III, 18, 1.<br />

6 IV, 38, 1s.<br />

7 III,22,4; V,19,1. Para que Eva [fuera recapitulada] en María, para que una Virgen haciéndose la abogada de otra<br />

virgen, destruyera y aboliera la desobediencia de esta virgen, mediante la obediencia de una Virgen (Epid 33). Cf.<br />

Justino, Dial 100,5.<br />

8 V,17,3s; V,19,1; Epid 34.<br />

9 III,21,10. Cf. III,22,4; V,16,3.<br />

10 V,31,2. Cf. III,18,2.<br />

11 II,22,4-6. Cf. III,18,7.<br />

12 V, 36, 3.<br />

13 Epid 32.<br />

14 V, praef.<br />

19


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

Dios, hijo de hombre, para que el hombre, mez<strong>cl</strong>ándose (commixtus) y recibiendo la<br />

adopción. se haga Hijo de Dios... Pues ¿cómo podríamos nosotros participar de la<br />

incorrupción e inmortalidad si primero la incorrupción e inmortalidad no se hubiera hecho<br />

lo que nosotros somos. 1 Cristo nos trae la filiación adoptiva. 2 Cristo derrama el Espíritu <strong>del</strong><br />

<strong>del</strong> Padre para unión y comunión entre Dios y los hombres. 3 El hombre no sólo es<br />

divinizado sino también reconciliado.<br />

El Verbo hecho hombre, revelación visible <strong>del</strong> Padre invisible 4 , es el punto central que<br />

compendia toda la historia de la salvación. 5 En Cristo alcanza el actuar de Dios en el<br />

hombre y en el mundo, su plenitud. En El, Dios está esencialmente con nosotros. El<br />

Espiritu que habló por los profetas y enseña en los apóstoles, revela esto. La Iglesia es el<br />

templo <strong>del</strong> Espíritu. Porque donde está la Iglesia, ahí está también el Espíritu de Dios; y<br />

donde está el Espíritu de Dios, allí está la Iglesia y toda gracia. 6 El recibir el Espíritu es ser<br />

ser conducido al Hijo y de ahí al Padre. 7 El Espíritu es el que resucita a la carne. La carne<br />

carne se va acostumbrando al Espíritu. 8 Hay un desarrollo progresivo <strong>del</strong> hombre <strong>hasta</strong><br />

llegar a ser espiritual, a ver a Dios paternalmente y obtener la incorruptibilidad. Porque<br />

Dios puede todo: ciertamente fue entonces visto mediante el Espíritu proféticamente, visto<br />

también mediante el Hijo en forma adoptiva y será todavía visto en el reino de los cielos<br />

según la paternidad. El Espíritu preparó al hombre para el Hijo; el Hijo lo condujo al Padre<br />

y el Padre le da la incorrupción para la vida eterna, que proviene para cada uno de la<br />

visión de Dios. 9 A esta vuelta corresponde una venida trinitaria. 10 El Espíritu es el gran<br />

don. Al unirse el Espíritu con la creatura, ésta se puede comportar según la semejanza de<br />

Dios. 11 El anuncio apostólico, el testimonio subsequente, son conducidos por el Espíritu. El<br />

oficio e<strong>cl</strong>esial es un campo privilegiado de actuación <strong>del</strong> Espíritu.<br />

4.-Con<strong>cl</strong>usión. Se puede decir que Ireneo es el primer teólogo <strong>trinitario</strong> en cuanto ve a la<br />

Trinidad en todos los terrenos. Con<strong>cl</strong>uye Courth: a la especulación gnóstica opone la fe en<br />

un Dios que se autoda libremente en la creación y en la historia mediante su palabra y su<br />

sabiduría. En vez de jerarquías intradivinas, enseña el eterno an<strong>cl</strong>aje de la Palabra y <strong>del</strong><br />

1 III,19,1. Cf. III,10,2.<br />

2 Cf. II,11,1; III,16,3; III,18,2; III,19,1; III,20,2; IV,25,3; IV,36,2.<br />

3 V, 1, 1.<br />

4 Cf. IV, 6, 6.<br />

5 Según Smulders, la teología latina se concentrará en el destino humano de Cristo, sobre todo en su muerte de cruz, y<br />

acentuará el análisis estático: Dios-hombre. En cambio, el pensamiento griego dirigirá su mirada sobre todo a la persona<br />

de la Palabra y a su función reveladora.<br />

6 III,24,2. Los apóstoles, compartiendo y distribuyendo a los creyentes este Espíritu Santo, que habían recibido <strong>del</strong><br />

Señor, instituyeron y fundaron esta Iglesia. (Epid 41).<br />

7 ...El bautismo que nos da la gracia <strong>del</strong> nuevo nacimiento en Dios el Padre por medio de su Hijo en el Espíritu Santo.<br />

Porque aquellos que llevan el Espíritu Santo son conducidos al Verbo, es decir al Hijo, pero el Hijo los presenta al<br />

Padre y Este les procura la incorruptibilidad (Epid 7; cf. V,36,2).<br />

8 IV,14,2. De ahí que el Espíritu descendió hacia el Hijo de Dios hecho Hijo <strong>del</strong> hombre y con El se acostumbraba a<br />

habitar en el género humano y a reposar en los hombres y a habitar en lo mo<strong>del</strong>ado por Dios obrando la voluntad <strong>del</strong><br />

Padre en ellos y renovándolos desde lo viejo hacia la verdad de Cristo (III,17,1; cf. III,20,2; V,8,1). Para esto es<br />

también el reino de Cristo antes <strong>del</strong> juicio final.<br />

9 IV,20,5. Contra Marción que distingue el espíritu profético <strong>del</strong> demiurgo y el de filiación, característico <strong>del</strong> Salvador,<br />

dice Orbe (Introducción..., 417s): "El obispo de Lión niega tal diversidad de espíritus. Según él, un único pneuma, que<br />

durante el A.T. se llama 'profético', sin cambio substancial, se torna -por influjo <strong>del</strong> Verbo encarnado- 'adoptivo'<br />

(Espíritu de filiación); y se volverá en la eternidad -por directo influjo <strong>del</strong> Padre- 'paternal'."<br />

10 Cf. Epid 5.<br />

11 Cf. Epid 97<br />

20


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

Espíritu en la esencia de Dios. En vez de la irreconciliable contradicción entre Dios y el<br />

mundo, habla de una creación hecha por Dios y buena. En vez de separar esencialmente<br />

el cuerpo y el alma, enseña la íntima unión de ambos, que hace la imagen de Dios en el<br />

hombre 1 . AT y NT no son para él manifestaciones de dos divinidades, sino dos épocas<br />

mutuamente condicionadas de una historia de salvación realizada por Dios (el A.T. es<br />

figura y anuncio <strong>del</strong> N.T.), que culmina en la encarnación <strong>del</strong> salvador, uno y el mismo,<br />

cuya obra no se transmite en tradiciones secretas sino en el testimonio de la Escritura y en<br />

el anuncio público de la Iglesia universal llena <strong>del</strong> Espíritu. La visión unitaria sería lo<br />

característico de Ireneo. Une la teología de la encarnación joánica con el pensamiento<br />

histórico salvífico de Pablo. Se ha dicho de él que es el primer teólogo bíblico. Es reticente<br />

con la especulación, sobre todo respecto a la Trinidad inmanente. 2 Ireneo, quien señala un<br />

un hito 3 , va a ser especialmente continuado por Tertuliano, quien siguiendo el ejemplo de<br />

los apologistas, desarrolla más el lenguaje de la teología trinitaria, <strong>cl</strong>arificando lo propio<br />

personal como la relación original entre el Padre, el Hijo y el Espíritu.<br />

1 Por el contrario, Dios será glorificado en la obra mo<strong>del</strong>ada por El, cuando la habrá vuelto conforme y semejante a su<br />

Hijo. Porque, por las manos <strong>del</strong> Padre, es decir por el Hijo y el Espíritu, es el hombre y no una parte <strong>del</strong> hombre lo que<br />

llega a ser a imagen de Dios (V,6,1),<br />

2 A veces se le ha achacado subordinacionismo.<br />

3 La sensibilidad actual busca una Trinidad histórico salvífica que abarque todo, y que una lo inmanente con lo<br />

económico.<br />

21


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

6.- TERTULIANO (±160-post 220)<br />

1) La fe transmitida. Hay líneas de continuidad y paralelos con la enseñanza de Ireneo.<br />

Es un prototipo de enseñanza trinitaria económica. El Adversus Praxean, de la época<br />

montanista, pasa por ser la más <strong>cl</strong>ara exposición prenicena. Se basa en la Escritura y en<br />

la regla de la fe. También tiene una visión trinitaria de la creación, redención y de la<br />

Iglesia. 1 Pero trata de a<strong>cl</strong>arar las procesiones intratrinitarias y de precisar las expresiones.<br />

Según el plan divino, en el NT Dios quiso renovar el sacramento de la fe para ser creído<br />

de una manera nueva: uno por el Hijo y el Espíritu Santo para que Dios sea reconocido<br />

públicamente en sus propios nombres y personas, Dios que antes, predicado por el Hijo y<br />

el Espíritu, no era entendido. 2 En Mt 28,19, encuentra expresada la Trinidad: el Hijo <strong>del</strong><br />

Padre manda que sean bautizados en el Padre y el Hijo y el Espíritu, y no en uno . Pues,<br />

no una vez sino tres somos inmersos en las personas singulares según cada nombre . 3<br />

Estos tres nombres son los testigos de la fe y los garantes de la promesa de salvación. 4 La<br />

regla de fe trinitaria, las Iglesias la recibieron de los apóstoles, éstos de Cristo y Cristo de<br />

Dios. 5 Esta es la regla de la fe: existe un solo Dios (y ningún otro), autor <strong>del</strong> mundo, que<br />

produjo todo de la nada mediante su Verbo emitido antes de todo. Este Verbo, llamado su<br />

Hijo, bajo el nombre de Dios, en diversas formas fue visto por los patriarcas, siempre oído<br />

por los profetas, finalmente introducido por el Espíritu y por el poder de Dios Padre en la<br />

virgen María, hecho carne en su seno y nacido de ella como Jesucristo. Después predicó<br />

la nueva ley y la nueva promesa <strong>del</strong> reino de los cielos, hizo milagros, fue crucificado,<br />

resucitó al tercer día, llevado a los cielos se sentó a la derecha <strong>del</strong> Padre. Envió como<br />

fuerza vicaria al Espíritu Santo, que conduzca a los creyentes; vendrá con gloria para<br />

poner a los santos en posesión de la vida eterna y de las promesas celestes, y para<br />

condenar a los profanos al fuego perpetuo, habiendo ambos grupos resucitados con la<br />

restitución de la carne. 6<br />

Tertuliano se siente obligado a la apología contra la gnosis valentiniana y los<br />

monarquianos 7 , pero quedando a salvo la regla de la fe. No quiere disertar deductiva o<br />

especulativamente, sino sólo constatar, desarrollar y fundamentar. Sus imágenes son<br />

metáforas. Dios, aunque se hace presente, es incomprensible. 8 Desconfía de la filosofía.<br />

2) La unicidad de Dios. La pro<strong>cl</strong>ama contra los paganos, la recuerda contra los herejes<br />

dualistas. El Dios uno y único, creador <strong>del</strong> mundo, es el Dios de Israel y de Jesucristo. La<br />

unicidad de Dios es la fuente de la que fluye la unidad de todo el orden salvífico.<br />

Tertuliano lo fundamenta en la creación. 9 Otra fundamentación es la consideración de las<br />

las propiedades divinas que no permiten su partición en dos o más portadores sin dejar de<br />

1 Porque donde están los tres, es decir el Padre y el Hijo y el Espíritu Santo, ahí está la Iglesia que es el cuerpo de los<br />

tres (De Bapt 6,2).<br />

2 Adv Prax 31,2.<br />

3 Adv Prax , 26,9. La oración también está vinculada a la Trinidad (De Orat 25,5).<br />

4 De Bapt 6,2.<br />

5 De Praescr 37,1.<br />

6 De Praescr 13,2-5. Cf. Adv Prax 2,1.<br />

7 También tiene que defender contra el politeísmo y contra la teología de la revelación de Marción.<br />

8 Cf. Ap 17,2-3. En Adv Prax 5,7 insinúa un método de conocimiento analógico.<br />

9 Las cosas son hechas para que Dios sea conocido (Adv Marc 1,10,1). Esto vale especialmente para el alma humana<br />

(cf. Ib.,3)<br />

22


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

ser divinas. 1 Esta unicidad no es contradicha por la autorrevelación de Dios en su Hijo y en<br />

en el Espíritu Santo. Para esto recurre a diversas imágenes, como el rayo de sol ya<br />

conocida por los apologetas. Porque estas especies son emanaciones ( ) de<br />

aquellas substancias de las que proceden. No dudaría en llamar Hijo al árbol de la raíz y al<br />

río de la fuente y al rayo <strong>del</strong> sol, porque en todo origen hay paternidad y todo lo que fluye<br />

<strong>del</strong> origen es progenie -mucho más la Palabra (sermo) de Dios, que también con<br />

propiedad recibe el nombre de Hijo. Ni el árbol se separa de la raíz, ni el río de la fuente, ni<br />

el rayo <strong>del</strong> sol: así tampoco la Palabra se separa de Dios. 2 El Hijo y el Espíritu proceden<br />

<strong>del</strong> Padre, pero le permanecen esencialmente unidos. Así lo que procede de Dios es Dios<br />

e Hijo de Dios, y ambos son uno... Según la medida (modulo) segundo, el número es por<br />

la posición (gradu) no por la esencia (statu), salido de la fuente original sin dejarla. 3<br />

Tertuliano apuntaba a lo intra<strong>trinitario</strong>, como se ve por el concepto de origen estoico de<br />

y ya usado por los apologetas. Como procede la palabra<br />

interna en el movimiento <strong>del</strong> pensar humano, así procede el Logos divino de la libre<br />

voluntad creadora y salvadora de Dios. El Logos pretemporal e intradivino ya tiene una<br />

real consistencia; es una persona condita, como dirá más tarde Tertuliano. 4 Mediante<br />

su mediación en la creación y encarnación sale hacia afuera como palabra exteriorizada<br />

sin separarse de Dios. Nada es extranjero al principio <strong>del</strong> que toma sus propiedades. Así<br />

la Trinidad, fluyendo <strong>del</strong> Padre a través de grados ligados y conectados, en nada<br />

contradice a la monarquía y protege la naturaleza (statum) de la economía . 5 Pero<br />

defiende la unidad sobre todo señalando la misma substancia que une al Padre, al Hijo y<br />

al Espíritu. Articula la unidad con los conceptos de substantia, status, monarchia,<br />

potestas. 6 Bajo substancia entiende la esencia concreta de todo existente; el substrato<br />

fundamental <strong>del</strong> ser particular y el portador de sus correspondientes propiedades.<br />

Sostengo una substancia en tres co-adherentes. 7 Así el Hijo permanece unido al Padre<br />

que es como el contenido de la substancia divina; el Hijo al mismo tiempo la dilata. Frente<br />

a la plenitud de ser <strong>del</strong> Padre, el Hijo es una derivación que determina la realidad de la<br />

divina fuente 8 . Con esto significa que el Hijo tiene origen y participación en la común<br />

substancia divina, con la finalidad de mediarla hacia afuera. Lo mismo vale para el Espíritu<br />

Santo: a través <strong>del</strong> Hijo participa en la plenitud <strong>del</strong> ser <strong>del</strong> Padre 9 Ve la substancia divina<br />

como una realidad dinámica. Los tres no sólo están unidos por la substancia divina sino<br />

que tienen el mismo status: increados, eternos, inmutables. Como si uno solo no fuera<br />

todo cuando todo [deriva] de uno solo, es decir por la unidad de la substancia,<br />

custodiándose, sin embargo, el sacramento de la economía, que dispone la unidad en<br />

trinidad ordenando tres, Padre e Hijo y Espíritu. Y prosigue Tertuliano como en un<br />

resumen: los tres, no lo son por el status (nivel de ser), sino por el grado, no por la<br />

substancia sino por la forma, no por el poder sino por la especie, siendo, sin embargo,<br />

1 Adv Herm 4,3.<br />

2 Adv Prax 8,5.<br />

3 Ap 21,13.<br />

4 Adv Prax 6,1.<br />

5 Adv Prax 8,7.<br />

6 Prepara la teología trinitaria latina que parte de la unidad divina.<br />

7 Adv Prax 12,7. Los cuales tres son lo uno, no el uno, como está dicho: Yo y el Padre somos uno, mostrando la<br />

unidad de la substancia y no la singularidad <strong>del</strong> número (Adv Prax 25,1).<br />

8 El Padre, pues, es toda la substancia; el Hijo, en cambio, una derivación de toda ella o porción (Adv Pr 9,2).<br />

9 Adv Prax 3,5; 4,1. El Espíritu (procede) <strong>del</strong> Padre por el Hijo.<br />

23


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

ellos de una sola substancia, de un solo status, de un solo poder, porque uno solo es<br />

Dios, desde quien y estos grados y estas formas y estas especies son asignadas en el<br />

nombre <strong>del</strong> Padre y <strong>del</strong> Hijo y <strong>del</strong> Espíritu Santo.. 1 La unidad se expresa en un solo poder,<br />

poder, voluntad, sobre todo en la monarquía divina. Esta designa el actuar salvador <strong>del</strong><br />

Padre, en el que participa el Hijo y el Espíritu.<br />

3) Trinidad personal. Con el mismo vigor se preocupa de afirmar la Trinidad contra<br />

Sabelio y, especialmente contra Praxeas. 2 Es el Hijo el que padeció y no el Padre 3 , etc. No<br />

No se pueden intercambiar los nombres y la realidad divina designada con ellos; poseen<br />

su específica consistencia. Porque nosotros que examinamos los tiempos y las ocasiones<br />

de las Escrituras por la gracia de Dios, como discípulos no de los hombres sino<br />

especialísimamente <strong>del</strong> Pará<strong>cl</strong>ito, definimos a dos, al Padre y al Hijo y ya a tres con el<br />

Espíritu Santo, según el plan de la economía divina que introduce el número, y no como lo<br />

infiere vuestra perversidad, según la cual se cree que el Padre es nacido y padecido, lo<br />

que no es lícito creer porque no ha sido transmitido así. 4 El Padre, el Hijo y el Espíritu son<br />

un otro (alius) y no lo otro (aliud): personas, en el nombre, y no substancias, para<br />

distinción y no para división. 5 Con diversas fórmulas (modulus, gradus, forma,<br />

species) quiere expresar el específico ser propio de cada uno de los nombres <strong>trinitario</strong>s,<br />

conforme a la historia de salvación.<br />

El concepto más rico por sus consecuencias para expresar lo anterior va a ser el de<br />

persona 6 , que será el contrapunto correspondiente a substancia. Una substancia - tres<br />

personas será la fórmula a la que Tertuliano induce. En la base <strong>del</strong> uso de persona por<br />

Tertuliano, estaría: 1) el monopersonalismo de algunos herejes dado vuelta 7 ; 2) la<br />

herencia bíblica en que panim es traducido por ; 3)los roles dialogales en el<br />

género dramático ("en representación de", p.e. Sal 110,1) 8 . Mas aun, la figura concreta de<br />

de Jesucristo hace conocer a la persona <strong>del</strong> Hijo y Palabra como individuo real. Si el Hijo<br />

1 Adv Pr 2,4.<br />

2 Praxeas piensa que hay que creer en un solo Dios de tal manera que es uno y el mismo el que es llamado ya Padre,<br />

ya Hijo, ya Espíritu Santo, no admitiendo la distinción trinitaria (Adv Pr 2,3).<br />

3 Por esto fueron llamados patripasianos.<br />

4 Adv Pr 13,5.<br />

5 Adv Prax 12,6. Trinidad de una divinidad, Padre e Hijo y Espíritu Santo (De Pud 21,16).<br />

6 Según M. Fuhrmann (Person. Von der Antike bis zum Mittelalter, col. 269ss, en Historisches Wörterbuch der<br />

Philosophie VII, col. 269-283), la etimología de persona no es <strong>del</strong> todo <strong>cl</strong>ara. Su significado básico en latín es el de<br />

máscara de teatro. De aquí pasa a significar el rol <strong>del</strong> actor y el rol que el hombre actúa en la sociedad. También puede<br />

significar la imagen que alguien proyecta de sí mismo a través de su vida. Es usado en la gramática, retórica, y en el<br />

derecho, en que puede ser un simple individuo, pero conectado siempre con el rol social. Pero el principal impulso lo<br />

recibe Tertuliano de la gramática, que ya había entrado en la exégesis. Desde el tradicional lenguaje romano, las<br />

personas (roles sociales) no rompen la monarquía (Adv Prax 3,2s, CCL 2,1161s). Respecto al origen de la palabra<br />

persona, Drobner (op. cit., 7) destaca el consenso de que persona, a través de los etruscos, proviene en última<br />

instancia <strong>del</strong><br />

griego y como éste, en su significado fundamental, designa la máscara <strong>del</strong> rostro que el actor<br />

lleva en la escena. Y entre los sentidos de persona, anota Drobner (Ib., 105s), la equivalencia al de 'hombre'.<br />

7 Persona significaría, en este contexto antiherético, la realidad individual propia en la conformación concretizante de la<br />

única substancia divina. Cualesquiera que sea la substancia de la Palabra (sermo), yo la de<strong>cl</strong>aro persona y revindico<br />

para ella el nombre de Hijo y, mientras reconozco al Hijo, lo defiendo como segundo respecto al Padre (Adv Prax 7,9).<br />

Sobre el uso <strong>del</strong> vocablo persona en Tertuliano, cf. H. R. Drobner, Person-Exegese und Christologie bei Augustinus.<br />

Zur Herkunft der Formel una persona (Philosophia Patrum, 8), Leiden 1986, pp. 175-186.<br />

8 En textos bíblicos habla el Espíritu Santo al Padre y anuncia al Hijo<br />

24


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

es la segunda persona, el espíritu es la tercera. 1 Es el santificador. 2 Pero hay un<br />

argumento central: lo vivido en la liturgia. Los tres nombres en el bautismo son testigos y<br />

garantes. 3 Es muy central el concepto de persona en Tertuliano, porque trata de la<br />

relacionalidad y no intercambiabilidad de los nombres en que se realiza y comunica el ser<br />

y la vida <strong>del</strong> único Dios. Otros términos de Tertuliano no fueron recibidos. Según<br />

Grillmeier 4 , persona en Tertuliano tiene el sentido de figura concreta individual, de la última<br />

última individualización respecto a la generalidad, que sólo en estas concretizaciones<br />

existe.<br />

4) Algunos rasgos de su cristología. (Según Smulders) Contra el dualismo y el<br />

docetismo gnóstico acentúa la carne de Jesús. 5 También de<strong>cl</strong>ara que Cristo es uno solo.<br />

El Cristo divino no es distinto <strong>del</strong> hombre Jesús. 6 El Hijo de Dios nace, sufre, muere. 7 En el<br />

el mismo Jesucristo distingue dos substancias: la divina o espíritu y la corpórea 8 Ambas<br />

substancias obraban, cada una distintamente en su estado (status). 9 Vemos un doble<br />

estado no confundido sino unido (conjunctum) 10 en una persona 11 , Jesús Dios y<br />

hombre...; salvada la propiedad de cada una de las substancias, de tal forma que el<br />

espíritu hace en él lo suyo, esto es milagros (virtutes) y obras y signos, y la carne paga<br />

1 Adv Prax 12,3.<br />

2 Cf. Adv Prax 3,2.<br />

3 De Bapt 6,2.<br />

4 Cf. Courth, op. cit., 87<br />

5 Para salvar el alma, en sí mismo recibió Cristo un alma, porque no podía ser salvada sino por él (De carne Chr<br />

10,1, CCL 2,893?).<br />

6 De carne Chr 24,3; Adv Pr 27,2.<br />

7 De pat 3,2; Adv Pr 29,1.<br />

8 Examinemos la substancia corporal <strong>del</strong> Señor; de la espiritual estamos ciertos (De carn Chr 1,2; cf. 18,6).<br />

9 Adv Prax 27,13,75-77, CCL 2,1200. Cf. 29,2,6-12, CCL 2,1202.<br />

10 Según Drobner (op. cit. 187s), usa las expresiones coniungere y cohaerere, que corresponden al griego<br />

, tanto para la cristología como para la Trinidad. También usa y mixtio para expresar la unión en<br />

Cristo, pero evita<br />

Según I. P. Sheldon-Williams (The Greek Christian Platonist Tradition from the<br />

Cappadocians to Maximus and Eriugena, p. 489, en A. H. Armstrong, The Cambridge History of Later Greek and Early<br />

Medieval Philosophy, Cambridge 1970, pp. 421-533), los neoplatónicos (especialmente Pro<strong>cl</strong>o y Leoncio de Bizancio)<br />

desarrollarán la<br />

para explicar la unión <strong>del</strong> cuerpo con el alma, que no es yuxtaposición ni<br />

formación de una tercera substancia diferente. Según Grillmeier (Jesus II,2, 41s), el problema de la unión de las<br />

naturalezas en Cristo consistirá en a<strong>cl</strong>arar la compenetración <strong>del</strong> Logos con la humanidad de Cristo, sin mez<strong>cl</strong>arse (es<br />

una pericóresis); posteriormente se hablará de<br />

Los tipos de unión en la antigüedad eran: 1)La<br />

parathesis, que consiste en un amontonamiento de objetos individuales que pueden ser retirados. 2) La mixis, que es<br />

cuando se compenetran las cualidades corporales, como el fuego con el fierro. El estoico Crisipo lo aplicará a las<br />

relaciones entre el alma y el cuerpo. 3) La krasis, que es la mez<strong>cl</strong>a con debilitamiento parcial de las cualidades<br />

primitivas, p.e. en un perfume. Sólo con medios especiales es posible separar. 4) La synchisis, que es la unión en el<br />

grado más intenso. Se forma un tercero con propiedades nuevas, p.e. un medicamento. La separación no es posible. Se<br />

puede ver, a este respecto, el interesante estudio, a propósito de Gregorio de Nisa, de J. R. BOUCHET, Le vocabulaire<br />

de l‟union et du rapport des natures chez saint Grégoire de Nysse, RTh 76(t. 68)(1968)533-582.<br />

Tertuliano rechaza el tertium quid <strong>del</strong> electron. Según H.A. Wolfson (The Philosophy of the Church Fathers.<br />

Faith, Trinity, Incarnatio, 3a ed., Cambridge, Mass. 1970, p. 391), Tertuliano usa los términos 'conjunción'<br />

( y mez<strong>cl</strong>a en sentido amplio, en el sentido de predominio, de forma que, después de la unión, el Logos es a<br />

la vez naturaleza y persona, mientras que la carne es sólo naturaleza. Según Wolfson (cf. Ib., 385), en la unión por<br />

predominio, el resultante es uno de los dos constituyentes, el que sea más grande o más poderoso; y en ella el menor<br />

tampoco es totalmente destruido sino que se relaciona al más grande como la materia con la forma.<br />

11 Según Smulders, es dudoso que haya querido expresar con el término una persona la identidad <strong>del</strong> sujeto. Recién<br />

sólo con Agustín se impone la fórmula una persona de dos substancias o en dos naturalezas.<br />

25


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

su deuda de sufrimiento teniendo hambre con el demonio, sed con la samaritana, llorando<br />

a Lázaro, teniendo angustias mortales, y finalmente muriendo. 1 Como Hijo de Dios<br />

participa de la substancia de su Padre, el espíritu; y como hijo de María participa de la<br />

substancia humana. Para demostrar que es humano apela a las debilidades de Jesús. El<br />

nacimiento virginal significa que por una parte es verdaderamente hombre de nuestra<br />

carne, pero por otra no es total y absolutamente hijo <strong>del</strong> hombre, pues es también de<br />

substancia divina. 2<br />

Tertuliano es más profundo que sus antecesores en la penetración <strong>del</strong> problema: uno y el<br />

mismo, verdadero hombre y verdadero Dios. Forjó expresiones y elaboró conceptos que<br />

posteriormente serán de gran utilidad. Pero es decepcionante su visión de la obra<br />

salvífica, aunque relaciona las dos substancias con la mediación de Jesús. 3 La filiación<br />

divina y el nacimiento de María son pruebas de la humanidad y divinidad de Jesús, pero<br />

no tienen una significación inmediata para nuestra salvación. La cruz (y la resurrección)<br />

son propiamente las obras salvíficas. Dios se hizo hombre para poder morir. 4 Carece de<br />

importancia el hecho de que el Hijo obediente y la Palabra creadora, viviendo nuestra<br />

propia vida, la santifique como camino hacia el Padre. Se hace hombre para enseñarnos:<br />

Dios se comportó como hombre, para que el hombre aprendiera a vivir como Dios. 5 Sobre<br />

Tertuliano se cierne el peligro de reducir las relaciones personales de la salvación a una<br />

estructura abstracta de naturalezas.<br />

5) Significación discutida. La contribución de Tertuliano es su esfuerzo rico en<br />

consecuencias, por expresar el testimonio de la Escritura y de la Tradición. Se aproximó<br />

mucho a fórmulas valederas y permanentes. Expresándose contra los marcionitas y<br />

monarquianos muestra que todo el obrar salvífico de Dios acontece a través <strong>del</strong> Hijo y <strong>del</strong><br />

Espíritu. Ve al Dios <strong>trinitario</strong> en una <strong>cl</strong>ara relación a la creación y redención. Articula la<br />

trinidad como una realidad tripersonal. Es el comienzo de la diferencia entre el aspecto<br />

substancial y el personal. Pero su teología trinitaria es demasiado austera; le falta<br />

entusiasmo. Predomina el aspecto apologético. Contra los patripasianos, an<strong>cl</strong>a la trinidad<br />

económica en la inmanente. Algunos dicen que es subordinacionista. Según J. Tixeront 6 ,<br />

muestra la unidad substancial y relaciona la subordinación <strong>del</strong> Hijo más a la persona que a<br />

la naturaleza. Otros rechazan la imputación de subordinacionista. 7 Hay fórmulas que<br />

suena a subordinacionismo y otros límites 8 , pero el instrumental todavía no estaba<br />

desarrollado.<br />

1 Adv Prax 27,11,62-68, CCL 2,1999s.<br />

2 De Carn Chr 17-19. La encarnación no significa que Dios no siga siendo Dios (cf. De Carn Chr 3,4s). Si la Palabra<br />

se ha hecho carne por la transformación o mutación de su substancia, Jesús sería una substancia resultante de dos...,<br />

una aleación como el electron, que es aleación de oro y plata; entonces no sería ...ni espíritu ni carne, pues lo uno se<br />

cambia por lo otro, resultando así una tercera realidad. Jesús en ese caso no sería Dios, ya que por la encarnación<br />

dejaría de ser Palabra. Y no sería tampoco realmente carne y hombre, puesto que fue la Palabra. Procediendo de<br />

ambos, no sería ninguno de ellos, sino una tercera realidad, completamente distinta de ambos (Adv Prax 27,8s).<br />

3 Cf. De Resurr 51,2s.<br />

4 Cf. Adv Mar 3,8,5s; De Carn Chr 6,5s. Pero la cruz no sin la resurrección (cf. De Bapt 11,4).<br />

5 Adv Mar 27,7.<br />

6 Cf. Courth, op. cit., 89.<br />

7 Según Marcus (cf. Courth, op. cit., 89), Tertuliano no usa Hijo en lo puramente intra<strong>trinitario</strong>, pero sí sabiduría. El<br />

Logos como intra<strong>trinitario</strong> hace de puente entre el Dios <strong>trinitario</strong> y la creación. El Hijo expresa al Logos en relación a la<br />

creación y al Dios que obra históricamente. Cf. Adv Haer III,3s.<br />

8 Alguno le ha achacado la enseñanza que el ser de Dios es corporal o que el Hijo y el Espíritu sólo son apariciones<br />

transitorias que al final serán absorbidas por el Padre.<br />

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HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

7.- ORIGENES: FE EN LA TRINIDAD Y GNOSIS CRISTIANA (±185-±254). 1<br />

1) Punto de partida y forma de pensar.<br />

Orígenes tiene una especial relevancia por su altura teológica. Busca más <strong>cl</strong>aramente que Ireneo<br />

una teología sistemática. Esto vale sobre todo para su temprana obra De Principiis. 2 En teología<br />

trinitaria se encuentra en una situación parecida a sus contemporáneos. Combate diferentes formas<br />

de monarquianismo (p.e. Berilo de Bostra, Herá<strong>cl</strong>ides), y de la gnosis (Basílides, Valentín, Marción).<br />

Se apoya en una es<strong>cl</strong>arecida base bíblica. La S.E. es la gran ayuda que nos ofrece Dios para ser<br />

capaces de buscarlo y hallarlo con <strong>cl</strong>aridad. Aun la especulación teológica permanece atada a la S.E.<br />

El gran testimonio de la Escritura es el mandato <strong>del</strong> bautismo. Así interpreta trinitariamente otros<br />

textos de la Escritura, p.e. textos de Jn (también textos <strong>del</strong> AT). Todo esto nos enseña la autoridad y<br />

dignidad que tiene el Espíritu Santo en cuanto ser substancial, tanta que el bautismo salvador no<br />

puede ser realizado sin la autoridad de la Trinidad, la más excelente de todas, esto es por la<br />

invocación <strong>del</strong> Padre y <strong>del</strong> Hijo y <strong>del</strong> Espíritu Santo. 3 Igualmente tiene una visión trinitaria de la<br />

oración 4 y Eucaristía. Orígenes no quiere apartarse de la fe recibida y la expresa como en un símbolo<br />

símbolo (fuertemente antimarcionista): Primeramente, hay un solo Dios, que creó y estableció todo,<br />

que, cuando no había nada, hizo existir el universo. El es Dios desde el comienzo de la creación y<br />

fundación <strong>del</strong> mundo, el Dios de todos los justos, de Adán, Abel, Set, Enos, Enoc, Noé, Sem,<br />

Abraham, Isaac, Jacob, de los doce patriarcas, de Moisés y los profetas. Y este Dios en los últimos<br />

tiempos, como antes lo había prometido por sus profetas, envió al Señor Jesucristo, para llamar<br />

primeramente a Israel, después las naciones, dada la perfidia <strong>del</strong> pueblo de Israel. Este Dios, justo<br />

y bueno, Padre de nuestro Señor Jesucristo, dió el mismo la ley y los profetas y los evangelios: El es<br />

Dios de los apóstoles, <strong>del</strong> Antiguo y Nuevo Testamento. Enseguida Jesucristo, el que vino, que nació<br />

<strong>del</strong> Padre antes de toda la creación. Así como ayudó al Padre en la creación de todas las cosas,<br />

puesto que por El fue hecho todo, así en los últimos tiempos, anonadándose a sí mismo, se hizo<br />

hombre y se encarnó siendo Dios, y hecho hombre permaceció lo que era: Dios. Tomó un cuerpo<br />

semejante a nuestro cuerpo, con esta sola diferencia: El nació de una Virgen y <strong>del</strong> Espíritu Santo. Y<br />

porque este Jesucristo nació y padeció en verdad, y no en apariencia, murió verdaderamente muerte<br />

común; y verdaderamente resucitó de entre los muertos y, después de su resurrección, habiendo<br />

convivido con sus discípulos, fue llevado (al cielo). También transmitieron que el Espirítu Santo está<br />

asociado al Padre y al Hijo en honor y dignidad. En esto ya no se ve <strong>cl</strong>aro si es nacido o innato, si<br />

hay también que considerarlo como Hijo de Dios o no. Pero esto, según las fuerzas, debe ser<br />

inquirido e investigado con sagacidad a partir de la Sagrada Escritura. Ciertamente este Espíritu<br />

Santo ha inspirado a todos los santos profetas o apóstoles: los antiguos no tenían otro Espíritu<br />

diferente <strong>del</strong> de aquellos que estuvieron inspirados en la venida de Cristo. Todo esto es muy<br />

<strong>cl</strong>aramente predicado en la Iglesia. 5 Orígenes quiere exponer la fe como un conjunto orgánico. Esta<br />

profundización es una obra <strong>del</strong> Espíritu. Es una vivencia mística, una gnosis de lo divino. El trabajo<br />

1 Cf. Courth, op. cit. Puede verse mi artículo presentado a Teología y Vida: Primogénito de toda creatura (Col 1,15) en<br />

el Comentario de Orígenes al evangelio de Juan. Igualmente la comunicación presentada a la vigésima jornada de la<br />

Sociedad Chilena de Teología: Y EL LOGOS ERA DIOS. Comentario de Orígenes al evangelio de Juan.<br />

2 Epifanio vio en Orígenes un precursor <strong>del</strong> arrianismo. Parecida acusación le hace Jerónimo. Rufino lo armoniza<br />

ortodoxamente. Harnack cree que se lo criticó por adopcionismo. Pánfilo y Eusebio tratan de descargarlo de tres<br />

acusaciones de herejía: 1) no hay que invocar al Hijo; 2) el Hijo no es bueno simplemente ; 3) El Hijo no conoce al<br />

Padre como el Padre se conoce a sí mismo.<br />

3 DePrin I, 3,2.45-49.<br />

4 DeOr 33,1-6.<br />

5 DePrinc, Praef. 4,59-93.<br />

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HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

teológico no puede alcanzar un conocimiento completo; hay que entregarse a Cristo, quien revela a<br />

algunos. Esta meditación trinitaria se realiza gracias a que el sujeto está insertado en el espacio de la<br />

realidad trinitaria por el bautismo. El platonismo medio ayuda con su ordenamiento de lo uno a lo<br />

múltiple para es<strong>cl</strong>arecer el ser específico de Dios en relación a la creación. Nuestro autor ve el origen<br />

desde la plenitud final <strong>del</strong> mundo en Cristo.<br />

2) El Padre como fuente de la divinidad.<br />

Contra Marción afirma la bondad <strong>del</strong> Dios creador y Padre. 1 Muestra la bondad de Dios en<br />

el A.T. 2 Este cuidado <strong>del</strong> Padre también es con cada creyente. Orígenes determina la naturaleza<br />

divina como naturaleza intelectual simple, que no admite en sí nada añadido...de tal forma que<br />

sea absolutamente mónada, y para decirlo así hénada. 3 Polemiza contra los que dividen. Hay<br />

que insistir, en efecto, para que nadie caiga en las fábulas absurdas de aquellos que se imaginan<br />

ciertas prolaciones dividiendo en pedazos la naturaleza divina y dividiendo a Dios el Padre en<br />

su esencia ... 4 El único sin origen 5 es el Padre, quien es fuente de la divinidad 6 y de todo ser y<br />

vida. Por eso el Salvador es imagen de la bondad de Dios y no la bondad misma. 7 El Padre es<br />

incorporal e invisible, cuya imagen perfecta, el primogénito de toda creatura es, a su vez,<br />

invisible (cf. Col 1, 15s). 8 La creación lo refleja en su belleza. 9 Ante todo nos lo anuncia su Hijo<br />

Hijo unigénito, que conoce al Padre verdaderamente, pero no totalmente 10 La bondad <strong>del</strong> Padre<br />

como fuente de toda vida abraza la creación, así como el AT y NT. Es una libre expresión de la<br />

bondad <strong>del</strong> Padre, aun engendrar al Hijo 11<br />

3) El eterno Logos e Hijo.<br />

Quiere a<strong>cl</strong>arar la preexistencia <strong>del</strong> Hijo nacido <strong>del</strong> Padre. Se basa en Col 1,15; Hb 1,3; Sb 7,25s.<br />

Es pues, un otro poder que subsiste en lo propio, como lo dice la Escritura, una exhalación<br />

(vapor) <strong>del</strong> primer e inengrendrado poder de Dios, de donde saca todo lo que es; no ha habido un<br />

momento en que no haya existido. 12 No habría comparación posible para entender la generación <strong>del</strong><br />

Hijo por el Padre. 13 Si, pues, todo lo que hace el Padre lo hace igualmente el Hijo, puesto que el<br />

Hijo hace todo como el Padre, la imagen <strong>del</strong> Padre es formada en el Hijo, que seguramente es<br />

nacido de El como cierta voluntad que procede de su mente. Por esto, pienso que la voluntad <strong>del</strong><br />

Padre debe bastar para que subsista lo que el Padre quiere. En su querer no usa otro camino que la<br />

1 Respecto al Padre como bondad principal, cf. DePric I, 2,13.<br />

2 El mismo Padre no es impasible. Si se le ruega se compadece y conduele; padece algo de amor y está en aquellos en<br />

que según la grandeza de su naturaleza no puede estar, y por nosotros soporta las pasiones humanas (EzHom 6,8).<br />

3 DePrinc I,1,6,150-153. (O qeo\j me\n ou=)n pa/nth e(/n e)sti kai\ a)plou=n (ComJn 1,119).<br />

4 De rinc I,2,6,171-174. Cf. ComJn Fr 108.<br />

5 )Age/nhtoj o )a)ge/nnhtoj. En ese tiempo no se distinguían bien.<br />

6 ComJn 2,20.<br />

7 Ib. I,2,13.<br />

8 Cf. DePr I, 2,6,155s.<br />

9 Cf. Ib. I,1,6. El Padre no puede ser conocido, pero sí reconocido.<br />

10 Esta frase no viene <strong>del</strong> texto de Rufino y, según Crouzel, es discutible. Según M. Fédou, respecto a ComJn 32,350,<br />

etc., afirma: «bien que le Père communique au Fils toute la vérité, il ne peut cependant lui communiquer la connaissance<br />

qu‘il a en tant que Père. Et certes, le Fils lui-même jouit d‘une connaissance particulière en tant que Fils; mais le Fils ne<br />

connaît le Père que dans la mesure où il se reçoit éternellement de Lui, tandis que le Père se connaît lui-même comme<br />

Origine éternelle de son Fils» (La Sagesse et le monde. Essai sur la christologie d‟Origène [Jésus et Jésus-Christ 64;<br />

Des<strong>cl</strong>ée, Paris 1995] 297).<br />

11 Según Crouzel, es un engendrar libre y necesario.<br />

12 DePrinc I, 2,9.283-286.<br />

13 Ib. I, 2,4.<br />

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HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

voluntad que el emite en su consejo. Así, pues, la subsistencia <strong>del</strong> Hijo es engendrada por El. 1 Y<br />

añade: Es más bien como la voluntad que procede de la mente y no corta una parte de ella, ni se<br />

separa o divide de ella; de esta manera hay que pensar que el Padre ha generado al Hijo, su<br />

imagen; y así como El es invisible por naturaleza, así engendró una imagen también invisible. 2<br />

Aunque Orígenes, por una perspectiva antignóstica, rechace una comunicación substancial <strong>del</strong> Padre<br />

al Hijo, no le es extraño el pensamiento de la unidad substancial. Una serie de textos e imágenes,<br />

más bien dinámicas, muestran esto. Estando junto a (hacia) Dios, es Dios, por el hecho de estar<br />

junto a Dios. 3 También la unidad substancial está in<strong>cl</strong>uida en el ser imagen. 4 Por eso, el Hijo<br />

participa de la gloria e omnipotencia <strong>del</strong> Padre 5 . Que el Hijo sea imagen y que participe en la<br />

substancia <strong>del</strong> Padre descansa en el libre y, a la vez, eterno engendrar 6 . Dios Padre, siendo invisible<br />

e inseparable <strong>del</strong> Hijo, no engendró el Hijo por prolación, como algunos piensan 7 ...Nosotros no<br />

decimos, como lo piensan los herejes, que una parte de la substancia de Dios se convirtió en Hijo o<br />

que el Hijo fue procreado por el Padre a partir de la nada, es decir afuera de su substancia, de tal<br />

manera que hubo un momento en que El no existía. Sino que, suprimiendo todo sentido corporal,<br />

decimos que el Verbo y sabiduría nació <strong>del</strong> Dios invisible e incorpóreo, sin ninguna pasión<br />

corporal, como cuando la voluntad procede de la mente...¿Cómo se puede decir que hubo un<br />

momento cuando el Hijo no existió? Sería lo mismo que decir que hubo un momento cuando la<br />

verdad no existía, cuando la sabiduría no existía, cuando la vida no era, atribuyéndose todos ellos<br />

perfectamente a la substancia <strong>del</strong> Padre. Puesto que no pueden ser separados de él ni nunca de su<br />

substancia. Aunque bajo la mirada de la inteligencia sea dicho que son muchos, en la realidad y en<br />

la substancia son uno, en los que está la plenitud de la divinidad. 8 Cuando Orígenes llama al Hijo o<br />

Logos 'creatura' (cf. Col 1,15) o 'sabiduría creada' (cf. Pr 8,22-25), lo entiende en sentido figurado,<br />

porque en El está el arquetipo de toda creatura 9 ; además estos vocablos podían tener un sentido más<br />

amplio en aquella época. 10<br />

Con todo, el Padre es mayor que el Hijo (Jn 14,28) 11 , porque es la fuente de donde el Hijo<br />

deriva 12 . Y como Dios es <strong>del</strong> todo uno y simple 1 , el Hijo llega a ser llamado un deu/teroj<br />

1 Ib. I, 2,6,161-168.<br />

2 Ib. 178-183<br />

3 ComJn 2,10-12. Siempre el Logos estuvo junto a Dios (ComJn 2,9). Si, por absurdo, dejara de estar hacia (junto a)<br />

Dios, dejaría de ser Dios (cf. 2,17s).<br />

4 Esta imagen implica la unidad de naturaleza y substancia <strong>del</strong> Padre y <strong>del</strong> Hijo (De Pr I, 2,6,159s; cf. I,2,13).<br />

5 Para que conozcas que el Padre y el Hijo tiene una sola y misma omnipotencia, como es un mismo Dios y Señor con<br />

el Padre...(DePr I, 2,10,249-251).<br />

6 ComJn 1,204; HomJr 9,4,71-84. La forma verbal e)=n también dice eternidad (ComJn, Fr 1; 110).<br />

7 Eso significaría una generación de tipo animal o humana<br />

8 DePr IV, 4,1,6-33.<br />

9 Jamás hubo un momento en la que prefiguración de lo que iba a existir no se encontrara en la sabiduría (DePr I,<br />

4,4,83-85).<br />

10 «L‘expression de ‗Premier-Né de toute créature‘, appliquée souvent par Origène au Logos dans sa divinité, ne<br />

saurait fournir un argument pour faire du Verbe une créature. Origène l‘a lue dans saint Paul (Col 1,15): le mot<br />

kti/sij ne s‘applique pas chez Origène a la création seule, mais à tout ce qui procède de Dieu. Le terme propre pour<br />

créer est davantage poiei=n» (H. CROUZEL, Théologie de l‟image de Dieu chez Origène [Théologie 34; Aubier, Paris<br />

1956], 83 n.50).<br />

11 Por ejemplo: ComJn 2,72.151; CCelsum VIII, 15,24s. Aunque el Hijo sea trascendente a tronos y señoríos, etc, en<br />

nada es comparable con el Padre, porque es resplandor, no de Dios sino de su gloria; exhalación, no <strong>del</strong> Padre sino de<br />

su poder (cf. ComJn 13,151-153).<br />

12 Respecto a la inferioridad <strong>del</strong> Espíritu en relación al Hijo, afirmará C. BLANC (Origène. Commentaire (SC 120bis;<br />

du Cerf, Paris 2 1996), nota a 2,79): «Nous touchons ici du doigt le motif de la subordination de l‘Esprit au Fils,<br />

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HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

qeo/j 2 . Si la función mediadora <strong>del</strong> Logos y las expresiones de color subordinacionista dejan en <strong>cl</strong>aro<br />

que el Hijo es distinto <strong>del</strong> Padre, la polémica directa contra los modalistas 3 lo confirma. Por ejemplo<br />

en ComJn 10,246, Orígenes combate a los que dicen que el Padre y el Hijo no difieren por el<br />

número, sino que ambos son uno, no solo por la ou)si/a sino también por el u(pokei/menon, difiriendo<br />

por ciertas e)pi/noiai (no según u(po/stasij). Pero el Hijo es un otro; no puede ser el Padre porque es<br />

Hijo <strong>del</strong> Padre 4 . Tiene su propia individualidad circunscrita (i)di/an perigrafh\n), como el más<br />

elevado y mejor de los vivientes lógicos y divinos, llamados duna/meij 5 ; subsiste en sí 6 , con<br />

consistencia individual 7 . Es decir tiene u(po/stasij 8 propia. Así habla, en ComJn 2,75, de trei=j<br />

u(posta/seij: el Padre y el Hijo y el Espíritu Santo 9 .<br />

El Logos es diferente de las creaturas: es su Creador 10 . Pa/nta di )au)tou= e)ge/neto (Jn 1,3).<br />

Según ComJn 1,110s, Cristo, a quien habla Dios para crear, es demiurgo en cierta manera (pwj),<br />

en cuanto sabiduría (Pr 8,22). Porque todo es creado según los tipos <strong>del</strong> complejo de noh/mata que<br />

hay en él, como los tipos y lo/goi arquitectónicos para una construcción 11 . La materia no es<br />

increada 12 . Todo fue creado por (u(po/) Dios mediante (dia/) el Logos 13 . El Logos continúa su<br />

acción creadora 14 rigiendo providencialmente el cosmos 1 .<br />

comme du Fils au Père: l‘un et l‘autre est inférieur à celui dont il reçoit l‘être (…)». Véase 2,86; Plotino, Enneades<br />

VI, 7,17,4-9.<br />

1 ComJn 1,119. Pero véase Hera<strong>cl</strong> 2,5s.30s.<br />

2 ComJn 6, 202; CCelsum V, 39,20s.<br />

3 Cf. 1,151s, según parece. Según 2,16s, muchos, no queriendo confesar dos dioses, niegan al Hijo una individualidad<br />

diferente de la <strong>del</strong> Padre o se la conceden pero niegan su divinidad. Ante esto Orígenes distingue entre el único Dios<br />

verdadero y los divinizados por participación, siéndolo el primogenito de toda creatura en forma absoluta. Pueden<br />

verse los análisis textuales y terminológicos de A. ORBE («Orígenes y los monarquianos», », Greg 72 [1991] 39-72).<br />

Este autor, entre otras cosas, afirma: «Según empero Orígenes, Padre e Hijo difieren en nociones y nombres; además<br />

en hypostasis, hypokeimenon, idiotês (resp. poiotês), y en número; finalmente en ousía concreta, no en ousía común»<br />

(ibíd., 48).<br />

4 Cf. también ComJn 1,152.<br />

5 ComJn 1,291s. En 2,16 habla de i)dio/thj y de ou)si/a kata\ perigrafh/n, en boca de los adversarios que niegan la<br />

divinidad <strong>del</strong> Hijo. Según M. SIMONETTI («Il Commento a Giovanni tra esegesi e teología», en E. PRINZIVALLI<br />

(ed.), Il Commento a Giovanni di Origene: il testo e i suoi contesti (Pazzini, Villa Verucchio (RN) 2005), 15-41, 34<br />

n.54), «L‘indiscutibile affermazione di CIo 1,291 riguardo alla perigrafh/ <strong>del</strong> Logos induce a ritenere più probabile<br />

che egli, nel passo che stiamo qui esaminando, respinga degli avversari soltanto la negazione <strong>del</strong>la divinità <strong>del</strong><br />

Figlio».<br />

6 Lo/gon toiou=ton kaq )au)to\n zw=nta (ComJn 1,152).<br />

7 ((<br />

(Ufesthko/toj ou)siwdw=j kata\ to\ u(pokei/menon, tou= au)tou= o/)ntoj t$= sofí# (ComJn 6, 188).<br />

8 ComJn 1,291. Los adversarios no le atribuyen al Hijo de Dios ni u(po/stasij ni ou)si/a (ou) kexwrisme/non tou=<br />

patro\j [...] t%= mh\ u(festa/nai ou)de\ ui(o\n tugxa/nonta h(\ kai\ kexwrisme/non kai\ ou)siwme/non) (1,151s).<br />

Lo mismo se repite contra el Espíritu en 2, 74: mhde\ ou)si/an tina\ i)di/an u(festa/nai tou= a(gi/ou pneu/matoj<br />

e(te/ran para\ to\n pate/ra kai\ to\n ui(o/n. Véase ComJn 1,244.292; 2,76; CCelsum VIII, 12,12-14.24-29 (o)/nta<br />

du/o t$= u(posta/sei pra/gmata, e(\n de\ t$= o(monoi/# kai\ t$= sumfwni/# kai\ t$= tauto/thti tou= boulh/matoj).<br />

Según SIMONETTI («Il Commento», 34), «se l‘uso <strong>del</strong> termine ou)si/a non sembra in Origene sempre coerente, non<br />

così è per u(po/stasij, che nel significato di sostanza individuale sussistente caratterizza sempre l‘individualità<br />

nell‘ambito <strong>del</strong>la divinità».<br />

9 En ComJn, Fr 37 y 123, Orígenes prueba que el Espíritu tiene hipóstasis propia contra los que afirman que solo es<br />

una e)ne/rgeia.<br />

10 Cf. p. ej. ComJn, Fr 1.<br />

11 Cf. ComJn 1,111.<br />

12 Cf. ComJn 1,103.<br />

13 Cf. ComJn 2,72 (comentando Hb 1,2; cf. Jn 1,3); 2,102-104 contra la inversión de Hera<strong>cl</strong>eón.<br />

14 Permea toda la creación (ComJn 6,188.202; cf. 6,154), etc.<br />

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HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

‗Dios‘ ha aparecido en Jn 1,1: hacia él estaba el Logos. Se trata <strong>del</strong> o( qeo/j, <strong>del</strong> au)to/qeoj,<br />

porque todos los lógicos (racionales) divinizados también son qeoi/, pero lo son por participación.<br />

Pero, entre ellos, entre los genhtoi,/ destaca <strong>del</strong> todo el Logos, el primogénito de toda creatura.<br />

Éste, el primero, se impregna totalmente de la divinidad y la comunica generosamente a los<br />

demás 2 . El Logos es, por tanto, el intermediario de la divinización, es Dios sin artículo (Jn 1,1).<br />

No proviene de la nada, como las creaturas 3 , sino que es engendrado por el Padre, unigénito, hijo<br />

por naturaleza 4 . Él es el au)to/logoj, el Logos con artículo, <strong>del</strong> que participan los otros lógicos 5 .<br />

Algunos de los racionales viven en el borde, son a/)logoi 6 , pero pueden cambiar. En Col 1,15<br />

encuentra Orígenes, no sólo al primogénito de toda creatura, sino también a la imagen <strong>del</strong> Dios<br />

invisible. Pero el Logos es la imagen perfecta <strong>del</strong> Padre invisible, por tanto, invisible como éste 7 .<br />

En cambio, los otros lógicos somos sólo según la imagen, es decir, según el Logos, quien es la<br />

Imagen. Por tanto, el Padre es el prototipo; el Logos nuestro arquetipo; y nosotros, simples<br />

imágenes de la Imagen 8 .<br />

Orígenes utiliza una serie de conceptos o denominaciones ( ) que muestran al Hijo de<br />

Dios como la plenitud <strong>del</strong> bien en sus diversos aspectos, como sabiduría, Logos 9 , luz, poder. 10 El<br />

Hijo es, pues, nuestro mediador respecto al Padre.<br />

4) El Logos o Hijo como hombre.<br />

El Logos es, por tanto, el principio y el fin: todo fue creado por él y para él. Es la luz (sol)<br />

<strong>del</strong> mundo inteligible 11 . Pero las almas pecaron y cayeron. Entonces el Logos, el primogénito, por<br />

amor a los hombres, viene en Jesús, muere y resucita para salvarlos. Así el alma preexistente de<br />

Jesús, que es una con el Logos, es enviada a tomar cuerpo de María virgen 12 . El Logos encarnado<br />

(encorporizado) tiene, pues, dos naturalezas, la divina y preeminente, que corresponde al<br />

primogénito de toda creatura, y la humana, que es completa (alma, cuerpo y espíritu) para salvar<br />

todo el hombre. Ambas están íntimamente unidas 13 formando un solo espíritu 14 , de manera que se<br />

1 Cf. p. ej. ComJn, Fr 1; 50.<br />

2 ComJn 2,17.19.23. El logos en cada uno de los lógicos tiene la misma relación (lo/gon) con el Logos Dios<br />

(au)to/logoj), que este con Dios (2,14s.192). Cf. 2,23.32; 13,151.<br />

3 ComJn 1,103; 32,187.<br />

4 ComJn 2,76; Fr 108; 109.<br />

5 ComJn 2,15.20.156.<br />

6 ComJn 2,22s.33. Según Fr 18, el Logos está presente en los hombres, los lógicos, hechos a su imagen, pero inactivo<br />

en los que no proceden lógicamente. En ComJn 2,114 afirma Orígenes, en relación al Logos que estaba en el<br />

principio pro\j to\n qeo/n, que quizás solo el santo, que participa en el Logos Dios en cuanto tal, es lógico.<br />

7 DePr I, 2,6; CCelsum,VII, 27,12-15.<br />

8 ComJn 1,104s; 2,18.20.<br />

9 «La même réalité est appelée ‘Sagesse’ selon son essence, qui est d’être unie à Dieu, et ‘Logos’ en tant qu’elle se penche<br />

vers les créatures» (BLANC, en nota a ComJn, 1,111).<br />

10 ComJn 1,52ss.219. Véase 19,147.<br />

11 ComJn 1,160-167.<br />

12 ComJn 1,236; 2,182ss (se trata de una teoría).187; 20,162, etc.<br />

13 Hera<strong>cl</strong> 7,1ss. Según 19, 6, «o( swth\r o(te\ me\n periì e(autou= w¨j periì a)nqrw¯pou diale/getai, o(te\ de\ w¨j<br />

periì qeiote/raj fu/sewj kaiì h(nwme/nhj tv= a)genh/t% tou= patro\j fu/sei» (el Salvador a veces habla de sí<br />

mismo como de un hombre, a veces como de una naturaleza más divina, unida la naturaleza a)genh/t% <strong>del</strong><br />

Padre).<br />

14 Cf. ComJn 32,325s; DePr II, 6,5s; CCelsum III, 41,5-19; VI, 47,18-31.<br />

31


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

puede decir lo humano de lo divino y viceversa 1 . La inteligencia humana queda estupefacta ante<br />

este misterio: «en uno y el mismo se muestra la verdad de ambas naturalezas» 2 .<br />

El alma de Cristo es, pues, preexistente respecto a la encarnación, creada en el comienzo<br />

de la creación e indisolublemente unida con el Logos. Aquella alma...adhiriendo a El desde el<br />

inicio de la creación en forma inseparable e indisociable, como a la sabiduría y al Verbo de Dios<br />

y a la verdad y a la luz verdadera, toda ella recibiéndolo a todo El y cambiándose en su luz y<br />

esplendor, fue hecha con El, su el principio, un espíritu... 3 La unión es realizada por un amor<br />

inseparable. Es el tipo más alto de unión. Eso no puede cambiar. Igualmente, esta alma, que,<br />

como el fierro en el fuego, se encuentra siempre en el Verbo, siempre en la sabiduría, siempre en<br />

Dios, todo lo que hace, todo lo que siente, todo lo que entiende, es Dios. Y, por lo tanto, no se<br />

puede decir ni convertible ni mudable, porque, siempre inflamada por su unidad con el Verbo de<br />

Dios, posee la inconvertibilidad. Hay que pensar que, finalmente, a todos los santos llega algo<br />

<strong>del</strong> calor <strong>del</strong> Verbo de Dios; sin embargo, en esta alma hay que creer que el mismo fuego divino<br />

reposa substancialmente, <strong>del</strong> que viene a los otros algún calor. 4<br />

La venida en carne es la central, y todo está en función de ella 5 . Pero el Logos, quien ya<br />

actúa en el A.T., también viene en la Palabra de la Escritura, una especie de encarnación. Es<br />

decisiva la venida <strong>del</strong> Logos al alma de los perfectos, de los justos. Así, antes de su venida en<br />

cuerpo, vino inteligiblemente a los hombres, en una plenitud inteligible <strong>del</strong> tiempo, como a los<br />

patriarcas, a Moisés y a los profetas 6 que han contemplado la gloria de Cristo 7 . Los perfectos,<br />

antes y después, lo reconocen como Dios, como Lo/goj pro\j to\n qeo/n. Pero los muchos<br />

(polloi/) solo siguen a Cristo crucificado 8 , sin llegar al Logos Dios, en quien se refleja el Padre 1 .<br />

Padre 1 .<br />

1 «Et hac de causa per omnem scripturam tam divina natura humanis vocabulis appellatur, quam humana<br />

natura divinae nuncupationis insignibus decoratur» (DePr II, 6,3, 123-125, según la traducción de Rufino).<br />

2 DePr II, 6,2,74s. La cita competa dice: Vemos en El algunos rasgos humanos que parecen no diferenciarse en nada<br />

de la fragilidad común de los mortales, y otros tan divinos, que no convienen a ningún otro sino a aquella primera e<br />

inefable naturaleza de la divinidad: así el entendimiento humano permanece inmóvil como consecuencia de su<br />

estrechez y golpeado de una tal estupefacción admirativa, que ignora dónde ir, qué sostener, adónde dirigirse. Si<br />

piensa Dios, ve al mortal; si lo considera hombre, le ve volver de los muertos con los despojos, habiendo vencido el<br />

reino de la muerte. Por eso, hay que contemplar con todo temor y reverencia para que en uno y el mismo se<br />

demuestre la verdad de ambas naturalezas, y no se estime nada indigno o indecente sobre la substancia divina e<br />

inefable ni se piense, por el contrario, que lo que El hizo son ilusiones de una imaginación falsa(DePr II, 6,2,65-78).<br />

3 DePr II, 6,3,99-104.<br />

4 DePr II,6,6,192-201. Puesto que elegir el bien y el mal está en el poder de todos, esta alma, que es de Cristo, así<br />

eligió amar la justicia que, por la inmensidad de este amor, adhirió a El de una manera inmodificable e inseparable.<br />

Así, la firmeza de su propósito y la inmensidad de su afecto y el calor inextinguible de su amor cortaron todo sentido de<br />

cambio y mutación, de tal manera que lo que estaba en la voluntad se transformara en naturaleza por la afición de un<br />

prolongado uso: hay que creer que tal fue ciertamente el caso <strong>del</strong> alma humana y racional en Cristo, que, hay que<br />

pensar, no tuvo ningún pensamiento ni posibilidad de pecado (DePr II, 6,5,166-176).<br />

5 «Tra le due ‗venute‘ <strong>del</strong> Logos, —quella naturale nella razionalità di ciascun uomo e quella ‗intelligibile‘ per i<br />

‗santi‘ e i ‗perfetti‘— c‘è, accanto alla venuta nella Scrittura, la venuta storica <strong>del</strong>l‘incarnazione, che è per Origene la<br />

‗venuta‘ (e)pidhmi/a) per antonomasia. L‘incarnazione rappresenta la fase cruciale di quel processo di abbassamento<br />

<strong>del</strong> Logos rispetto al Padre per le esigenze <strong>del</strong>la funzione mediatrice» (E. CORSINI, Commento al Vangelo di<br />

Giovanni di Origene [<strong>cl</strong>assici <strong>del</strong>la Filosofia; UTET, Torino 1968] 56).<br />

6 Por ejemplo, la Palabra de Dios vino a Oseas, etc.<br />

7 ComJn 1,37s. Abraham vio el día de Cristo y se regocijó (ComJn 2,208,etc.). Hay muchos a los cuales todavía no<br />

ha venido.<br />

8 Cf. p. ej. ComJn 2,28s.33; 1,107. No son discípulos <strong>del</strong> verdadero Logos, sino de la sombra <strong>del</strong> Logos (2,49s).<br />

Creen que el encarnado es todo el Logos (2,29); ven sólo al Logos hecho carne (2,33). Establecen todo en el Salvador<br />

(2,32). A los carnales hay que anunciarles el evangelio corporal (Jesucristo crucificado), pero a los preparados por el<br />

32


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

Nuestro Salvador tiene múltiples epi/noiai (aspectos, enfoques), todas las que nosotros<br />

necesitamos; se ha hecho todo a todo 2 . Dios es <strong>del</strong> todo uno y simple, pero nuestro Salvador, a<br />

causa de los muchos, deviene muchas cosas, o quizás todas aquellas, según lo que necesita toda<br />

creatura que pueda ser liberada 3 . Orígenes enumera todas las e)pi/noiai, las denominaciones de<br />

Cristo, que encuentra en la Escritura. Nosotros partimos por su carne, y debemos subir, de un<br />

escalón a otro de ellas, <strong>hasta</strong> llegar al Logos Dios, que estaba en el principio hacia Dios 4 .<br />

Entonces podremos contemplar al Padre en su imagen; y al final llegaremos a ser [con exactitud]<br />

hijos, que conocerán al Padre, en visión unitiva y transformante, como lo conoce el Hijo 5 . Contra<br />

el determinismo <strong>del</strong> gnóstico Hera<strong>cl</strong>eón que dividía a los hombres, por naturaleza y para siempre,<br />

entre pneumáticos, psíquicos e hílicos, todo hombre es libre y puede subir, con la ayuda de la<br />

gracia. Orígenes es gran defensor de la libertad; no hay que olvidar su hipótesis preferida de la<br />

preexistencia de las almas libres, cuya caída termina para nosotros en el ‗reformatorio‘ que es este<br />

mundo, para que volvamos a ascender. Dios no tiene, pues, la culpa <strong>del</strong> mal.<br />

Por la resurrección el Logos ha sido restablecido en lo que era antes (hacia Dios) 6 , aunque<br />

siempre había permanecido y nunca había abandonando el seno <strong>del</strong> Padre 7 . Su naturaleza humana no<br />

desaparece 8 , pero ahora está más subsumida por el Logos: «la exaltación <strong>del</strong> Hijo <strong>del</strong> Hombre, por<br />

haber glorificado a Dios con la propia muerte, es ya no ser más diferente <strong>del</strong> Logos sino idéntico» 9 .<br />

Es el esposo <strong>del</strong> alma y de la Iglesia; es la cabeza de ésta. Estando en la gloria de Dios, sus enemigos<br />

van siendo puestos bajo sus pies. Cuando esté todo sometido a él, entregará el reino al Padre, para<br />

que Dios sea todo en todo (1Co 15,23-28). Hacia allá está dirigida nuestra ardiente esperanza.<br />

5) El Espíritu Santo, dador de santidad. La Trinidad.<br />

Espíritu hay que hacerlos participar <strong>del</strong> Logos vuelto, después de haberse encarnado, a lo que era en el principio pro\j<br />

to\n qeo/n (1,43).<br />

1 Según CORSINI: «Como Orígenes establece para la Escritura una contraposición entre el sentido literal y el sentido<br />

espiritual, así también en lo que respecta al Logos hay contraposición entre el Logos encarnado y el Logos que está<br />

junto a Dios; y como no es suficiente atenerse al sentido ‗corpóreo‘ de la Escritura, así no basta adherirse al Logos<br />

hecho carne y quedarse en él» (Commento, o.c., 59). Cuando encontramos alguna incoherencia en la letra de la<br />

Escritura, por ejemplo divergencias entre los evangelios donde se reflejan diversos aspectos de Cristo, es para que<br />

atendamos al sentido espiritual. La Escritura, inspirada por el Espíritu y Palabra de Dios, no tiene nada inútil; todas<br />

sus expresiones tienen que ser dignas de Dios. El Antiguo Testamento es sombra prefigurativa <strong>del</strong> Nuevo, y éste, ya<br />

‗verdadero‘, es un espejo, una imagen <strong>del</strong> evangelio eterno (Ap 14,6) de la gloria, cuando veamos a Dios cara a cara.<br />

2 Cf. ComJn 1,198ss.261-265; 6,107.223s.<br />

3 ComJn 1,119<br />

4 ComJn 1,43.107; 2,227; 19,38s, etc.<br />

5 ComJn 1,92; 19,35; 20,47; 32,359.<br />

6 ComJn 1,43.276; 6,179; 10,47; 20,86; 32,326; ComMt 15,24.<br />

7 ComJn 2,8s; 20,152-156; 32,264.<br />

8 Pero nunca olvidaremos que nuestra iniciación sucedió por medio de él en un cuerpo (ComJn 2,61). Afirma H.<br />

CROUZEL (Origène, (Lethielleux, Paris 1985), 157): «Mais à l‘intérieur de la foi d‘une part, de la connaissancesagesse<br />

de l‘autre, il y a encore bien des degrés. Le départ est toujours la connaissance donée par l‘Incarnation: il faut<br />

partir du Logos incarné pour parvenir au Logos-Dieu et il n‘y a pas de stade, même dans la béatitude, où l‘humanité<br />

du Christ puisse être perdue de vue; même si l‘attention se porte de plus en plus sur la divinité, cette dernière est<br />

contemplée à travers l‘humanité transfigurée. Le progrès de l‘âme dans la connaissance est sans fin».<br />

9 (H de\ u(peru/ywsij tou= ui¸ou= tou= a)nqrw¯pou, genome/nh au)t%½ doca/santi to\n qeo\n e)n t%½ e(autou=<br />

qana/t%, auÀth hÅn, to\ mhke/ti eÀteron au)to\n eiånai tou= lo/gou a)lla\ to\n au)to\n au)t%½ (ComJn 32,325).<br />

Véase CCelsum III, 41,7-11.<br />

33


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

Pero hay una tercera u(po/stasij en la tríada, que es el Espíritu Santo 1 . Nadie puede saber de<br />

la subsistencia <strong>del</strong> Espíritu, sino solo los que conocen el AT o los que creen en Cristo. 2 Orígenes<br />

quería presentarlo con hypóstasis propia contra el modalismo, pero sin limitar la mediación<br />

creacional <strong>del</strong> Verbo. ¿Margina un poco al Espíritu? En general, hace un buen esfuerzo por formular<br />

la pneumatología, pero ésta no llega a su total madurez. Es el primero en tematizar al Espíritu Santo<br />

y mostrarlo como hypóstasis consistente. Al comenzar el De Principiis 3 , Orígenes enumera lo<br />

transmitido por la predicación apostólica. Dice que hay que investigar si el Espíritu, asociado en<br />

honor y dignidad al Padre y al Hijo, es Hijo o no. En el Comentario al evangelio de Juan, afirma<br />

nuestro autor que el Espíritu no es hijo, quizás porque viene por intermedio de éste. Si todo llegó a<br />

ser por el Hijo (Jn 1,3), también el Espíritu 4 . En ese sentido, en cuanto procedencia y no en cuanto<br />

tiempo, el Hijo es más antiguo (presbu/teroj) que el Espíritu, y el Espíritu es inferior al Hijo. Con<br />

todo, es el más digno de todo lo hecho por el Padre mediante el Hijo 5 . Y como tercero de la tríada,<br />

posee la santidad substancial de ésta 6 .<br />

El Espíritu aparece junto con el Padre y el Hijo en la creación, pero cuando se trata de la<br />

actividad individual de los tres, el Espíritu está sólo en los santos 7 , en tanto que el Logos en los<br />

lógicos y el Padre en todos los seres 8 . Y la blasfemia contra el Espíritu es imperdonable. ¿El Espíritu,<br />

Espíritu, entonces, es más digno que el Hijo? No, responde Orígenes 9 . No hay que decir que haya<br />

algo mayor o menor en la Trinidad, porque una única fuente de la divinidad gobierna el universo<br />

por su Verbo y por su Razón, y santifica por el Espíritu (el soplo) de su boca lo que es digno de<br />

santificación. 10 Respecto a los santificados, el Espíritu es la materia de los carismas, producida por<br />

Dios, procurada por Cristo y que subsiste según el Espíritu 11 . Es imposible ser hecho partícipe <strong>del</strong><br />

1 « ¸HmeiÍj me/ntoi ge treiÍj u(posta/seij peiqo/menoi tugxa/nein, to\n pate/ra kaiì to\n ui¸o\n kaiì to\ aÀgion<br />

pneu=ma» (en cuanto a nosotros, estamos persuadidos que hay tres hipóstasis, el Padre y el Hijo y el Espíritu Santo)<br />

(ComJn 2,75). Cf. CCelsum VIII, 12, 13s.<br />

2 DePr I, 3,1,18-21.<br />

3 Praef. 4,84-89.<br />

4 ComJn 2,73-76.79.<br />

5 ComJn 2,73.75.86.<br />

6 Ser inmaculado no pertenece a nadie, de manera substancial, sino al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo (DePr I,<br />

5,5,283-286). El texto ComJn 13,151 muestra la distancia <strong>del</strong> Espíritu respecto a las creaturas..<br />

7 ComJn 2,77; Fr 20; 37; 123. De esta manera la acción <strong>del</strong> poder de Dios Padre e Hijo se extiende sin distinción a<br />

toda creatura, pero nosotros encontramos que sólo los santos tienen participación en el Espíritu Santo (DePr I,<br />

3,7,226-229.). Es el Espíritu de adopción, por el que somos hijos adoptivos de Dios (cf. ComJn 20,303s; 32,121).<br />

«Non tamen ea nativitate sunt nati, qua natus est unigenitus Filius. Propter quod quantam differentiam verus<br />

Deus habet ad eos quibus dicitur: Ego dixi: ‘Dii estis’, tantam differentiam habet verus Filius ad eos qui<br />

audiunt: Filii excelsi omnes» (ComJn, Fr 109). El Espiritu también escruta las profundidades de Dios y lo revela<br />

(DePr I, 3,4,112-115).<br />

8 «Est namque etiam dei patris quaedam inoperatio praecipua praeter illam, quam omnibus ut essent<br />

naturaliter praestitit. Est et domini Iesu Christi praecipuum quoddam ministerium in eos, quipus naturaliter<br />

ut rationabiles sint confert, per quod ad hoc quod sunt praestatur eis ut bene sint. Est alia quoque etiam<br />

spiritus sancti gratia, quae dignis praestatur, ministrata quidem per Christum, inoperata autem a patre<br />

secundum meritum eorum, qui capaces eius efficiuntur» (DePr I, 3,7,251-259). Véase, p.ej. ibídem, 3,8.<br />

9 Y cuando aparece el Espíritu enviando a Cristo, es en cuanto que Cristo es el Logos encarnado. El Espíritu Santo no<br />

hubiera podido encarnarse para salvarnos <strong>del</strong> pecado, pero acompaña al Logos en su tarea (cf. ComJn 2,79-85).<br />

10 DePr I, 3,7,246-249.<br />

11 ComJn 2,77.<br />

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HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

Padre o <strong>del</strong> Hijo sin el Espíritu Santo. 1 Pero en la acción creacional, la mediación <strong>del</strong> Logos tiende a<br />

a desplazar al Espíritu 2 .<br />

Hay, pues, una Tríada santa, digna de adoración. 3 La visión de Orígenes sobre la<br />

Trinidad es más bien dinámica. Según M. SIMONETTI, predomina en Orígenes el esquema vertical<br />

(el Espíritu subordinado al Hijo), pero coexiste con otro triangular (ambos coordinados) 4 . En<br />

cuanto a expresar el misterio de la Trinidad, si Orígenes, en contra los modalistas, habla de tres<br />

hipóstasis (distintas) 5 , no tuvo vocabulario suficiente para expresar la unidad como lo hará Nicea.<br />

Orígenes se mueve en la atmósfera subordinacionista de los prenicenos 6 , pero al establecer una<br />

tajante diferencia entre las creaturas creadas de la nada y el Hijo, se muestra ortodoxo en su<br />

doctrina trinitaria 7 . Orígenes nos ofrece una grandiosa visión de salida <strong>del</strong> Padre y vuelta a él,<br />

cuyo mediador es el Logos, prwto/tokoj pa/shj ktísewj 8 (Col 1,15).<br />

6) Crítica y valoración según Courth.<br />

Es uno de los más grandes genios <strong>del</strong> cristianismo. Los juicios respecto a su doctrina<br />

trinitaria difieren bastante: desde que es más neoplatónico que cristiano <strong>hasta</strong> que casi tiene la<br />

ortodoxia de Nicea. Apasiona. La objeción más grande es que su subordinacionismo prepara el<br />

arrianismo. Un juicio intermedio ve en él el padre <strong>del</strong> arrianismo y a la vez de la ortodoxia<br />

capadocia. Esto implica que la recepción ha sido fragmentaria y falseada. El subordinacionismo de<br />

Orígenes no es el arriano sino el de los Padres prenicenos. Es un subordinacionismo domesticado,<br />

que a la vez habla de la vida común y eterna de las tres divinas hypóstasis, vida que se continúa en<br />

su obrar conjunto en el tiempo. A veces se agrega a la crítica de subordinacionismo el no haber<br />

concebido o articulado bien la unidad divina, porque estaba demasiado interesado en la diferencia de<br />

las hypóstasis. Tiene especialmente una concepción dinámica <strong>del</strong> ser divino que no es <strong>del</strong> todo bien<br />

traducida por el concepto de substancia divina. Es una unidad de vida, amor y obrar, que sale <strong>del</strong><br />

Padre. Respecto a la encarnación se le critica la preexistencia de las almas, sobre todo la de Jesús. A<br />

lo anterior se junta el prejuicio de que Orígenes no se substrae a la tendencia a desvalorizar la<br />

realidad de la encarnación y de verla como un simple camino para la espiritualización <strong>del</strong> alma.<br />

Una apreciación así, es parcial, en cuanto no considera al teólogo creyente y orante. Dejando<br />

a un lado la falta de ajustes <strong>del</strong> sistema, Orígenes es muy apreciable por su antimodalismo. El<br />

concepto de hypóstasis 9 , empleado por él por primera vez, pertenece desde entonces a la teología<br />

1 DePr I, 3,5,139s. Si no se tiene el Espíritu, no se es miembro <strong>del</strong> cuerpo de Cristo.<br />

2 «In altri termini, mentre Origene ha avuto ben chiaro il concetto che tutto quanto il Padre fa, lo fa attraverso l‘opera<br />

<strong>del</strong> Figlio, solo parzialmente, cioè nella santificazione e nella ispirazione scritturistica, ha inserito in tale unità<br />

d‘azione lo Spirito santo» (M. SIMONETTI, «Sulla teologia trinitaria di Origene», en Íd., Studi sulla cristologia <strong>del</strong> II<br />

e III secolo [Studia Ephemeridis Augustinianum 44; Inst. Patristicum Augustinianum, Roma 1993], 109-143, p.133s).<br />

3 ComJn 6,166.<br />

4 «Sulla teologia», a.c., 127-131.<br />

5 ComJn 2,75. Respecto a la distinción <strong>del</strong> Espíritu, puede verse Fr 37; 123.<br />

6 A esto asimismo, según mi parecer, contribuye en Orígenes: el que el mediador sea el Logos invisible, el destacar la<br />

teología de la imagen, el combate contra los modalistas y el que se trate de una cristología <strong>del</strong> Logos en relación<br />

también con el mundo.<br />

7 En Arrio habrá influencia de la herencia origeniana, pero también en los Padres Capadocios.<br />

8 Esta expresión es usada 23 veces en ComJn.<br />

9 Según P. Galtier (L' "unio secundum hypostasim" chez Saint Cyrille, p. 359, Greg 33(1952)351-398), "para<br />

Orígenes también, lo que es 'sin hypóstasis' (<br />

) se opone, como desprovisto de realidad en sí, a lo que<br />

subsiste en sí y por sí: el mal, el vicio, como los géneros y las especies, es<br />

Según este mismo autor<br />

(Ib., 361-363), Orígenes, al referirse a la Trinidad, nunca emplea en plural, aunque (quod quid<br />

est) e<br />

(id quod est) sean vecinas.<br />

35


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

trinitaria. Así es el gran peldaño hacia la teología de los capadocios: una y tres<br />

Su teología trinitaria no sólo viene de un deseo de conocer más sino también de un fuerte interés<br />

soteriológico. Es confesar, reflexionar y orar, el misterio presente y trascendente de Dios. El haber<br />

centrado la fe recibida con su punto de apoyo cosmológico, en lo soteriológico y en el hombre, sin<br />

subjetivizarla, podría ser el gran significado de Orígenes en la historia de la Trinidad.<br />

36


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

8.- CREDOS DE LOS CONCILIOS DE NICEA (325) Y DE CONSTANTINOPLA I (381)<br />

1) El subordinacionismo substancial de Arrio (+ aprox. 336). 1 Su enseñanza hay que<br />

entenderla en el transfondo de Orígenes y <strong>del</strong> Medio Platonismo. Este último sostenía una<br />

estricta separación entre el trascendente Uno divino y los muchos, creaturas inmanentes.<br />

Arrio quiere confesar la Trinidad <strong>del</strong> bautismo, como la Iglesia lo hace, apoyada en Mt<br />

28,19. Contra los modalistas, dice que el Hijo no fue engendrado en apariencia sino en<br />

verdad. Igualmente, combate otras herejías. Trata de acentuar la unidad de Dios, las tres<br />

hypóstasis, con especial consideración de la encarnación. Esto no puede ser un desborde<br />

divino de tipo gnóstico ni tampoco una partición <strong>del</strong> ser divino. 2 Quiere expresarse con el<br />

platonismo medio.<br />

Según Arrio 3 , el Hijo no es eterno como el Padre ni es inengendrado; tampoco tiene el ser<br />

ser en conjunto con el Padre. 4 Pero es el único creado antes de todos los tiempos. El<br />

Padre le dio todo por herencia. Fue creado por voluntad <strong>del</strong> Padre. 5 Hay un solo principio<br />

1 Lactancio († después <strong>del</strong> 317) no va a estar lejos de Arrio en el subordinacionismo y se va a mover en el mismo<br />

esquema<br />

(cf. Grillmeier, Jesus ... I, 340-345). Respecto a la soteriología de Lactancio, se puede ver<br />

Studer, Soteriologie..., 110-115.<br />

2 Había rechazado el por encontrarlo corporal, como si el Hijo fuera una emanación o segregación de<br />

substancia divina (cf. Grillmeier, op. cit., 409s).<br />

3 Atanasio, en Ep ad episc Aeg et Lib, 12, trae las siguientes expresiones de Arrio, a propósito de su expulsión de la<br />

Iglesia por Alejandro: No siempre Dios fue padre, no siempre existió el Hijo… también el Hijo de Dios es de la nada…<br />

y Él también es creatura y hechura… Y hubo un momento ( ) en que el mismo Logos de Dios no era, antes de ser<br />

engendrado, sino que tuvo un comienzo. Pues entonces llegó a ser, cuando Dios quiso crearlo. Pues Él es una de sus<br />

obras. Y porque, por una parte, por naturaleza, es mudable, pero por otra, como lo quiso, por propio arbitrio<br />

permaneció bueno. Pero cuando quiera puede también cambiarse, como igualmente todas las otras cosas. Por esto<br />

pues, Dios, sabiendo de antemano que él sería bueno, le ha dado a Él esta gloria, la que después tiene por virtud. De<br />

modo que por sus obras, que Dios conoció de antemano, ha llegado ahora a ser tal. Dicen ciertamente: Cristo no es<br />

Dios verdadero sino que, como todos los demás, es llamado Dios por participación. El no está en el Padre por<br />

naturaleza, ni es el Logos propio de su substancia, ni la sabiduría propia con la que hizo este mundo, sino que en el<br />

Padre su propio Logos es otro y su propia sabiduría es otra, sabiduría con la que también hizo a ese Logos. Y este<br />

Señor conceptualmente (<br />

) es llamado Logos por lo lógico, y conceptualmente es llamado sabiduría por lo<br />

sapiente (<br />

). …El es en todo extraño y diverso de la substancia <strong>del</strong> Padre, y es propio de las cosas<br />

devenidas y creadas y le toca ser una de ella, puesto que es creatura, hechura y obra. No nos creó a nosotros por<br />

causa de Él, sino a Él por causa nuestra. Porque Dios estaba solo y no había un Logos con Él. Después, queriendo<br />

crearnos a nosotros, entonces lo hizo a él… Para el Hijo el Padre es inefable, y el Hijo no puede ver ni conocer<br />

perfecta y exactamente al Padre, porque habiendo tenido comienzo ( ) su existencia, no puede conocer al sin<br />

comienzo, sino que, lo que conoce y ve, lo conoce y ve analógicamente según la propia medida, como nosotros<br />

conocemos y vemos según nuestra propia potencia. El Hijo no sólo no conoce a su propio Padre con exactitud, sino<br />

que ni siquiera conoce su propia substancia. Puede verse Atanasio, De sententia Dion, 23, PG 25, 513A; Depositio<br />

Arii, 2, PG 18, 573A-C.<br />

4 Cf. p. e. Atanasio, De Syn, 16, PG 26, 709B. Dios ( no ha sido siempre Padre. Hubo un entonces )<br />

cuando Dios estaba solo y no era todavía Padre. Después llegó a ser Padre. El Hijo no ha existido siempre, porque<br />

todas las cosas han sido creadas de la nada, y todas son creaturas y obras; el mismo Logos de Dios fue sacado de la<br />

nada, y hubo un entonces ( ) en que El no era, y no era antes de llegar a ser. El también tuvo el comienzo de ser<br />

creado (Thalía [cf. Atanasio, Orat c. Arian, I, 5, PG 26, 21A, 5-13]). Respecto al puede verse G. C. Stead en su<br />

recensión a Kannengiesser, pp. 223-225, JTS 36(1985)220-229. Así y el logos es ajeno y desemejante <strong>del</strong> todo a la<br />

substancia y propiedad <strong>del</strong> Padre; pero pertenece a las cosas que llegan a ser y creadas, y es una de ellas (Thalía, en<br />

Atanasio, C. Arian, I, 6, PG 26, 24A, 5-8). Asterio se verá obligado entonces a admitir otra sabiduría increada,<br />

propia de Dios, según Atanasio, C. Arian, 1, 32. Cf. Atanasio, De Syn, 18.<br />

5 Así dice que el Hijo ha sido hecho ( ) por voluntad de Dios antes de todos los tiempos y eones y ha recibido<br />

recibido <strong>del</strong> Padre vida, existencia y gloria... El Padre es la fuente de todo ...el único absolutamente sin origen. El Hijo,<br />

37


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

divino. Sólo el Padre es sin origen, eterno, inmutable, . 1 Con nadie comparte su<br />

trascendencia absoluta. Esto es inexpresable; también es incomprensible para el Hijo. 2 El<br />

Hijo tiene una dignidad única respecto al resto de la creación, como mediador que es en<br />

ésta. 3 Por eso merece el título honorífico: Dios. 4 Es la primera creatura (Pr 8,22). 5 Pero así<br />

Arrio suprime el puente entre el Dios trascendente y el hombre. Las tres hypóstasis son<br />

substancias diferentes. Si las sigue llamando Trinidad puede ser por la tradición y por el<br />

neoplatonismo. En resumen, Arrio establece una diferencia óntica entre el Padre por un<br />

lado, y el Hijo y el Espíritu, que son creaturas, por otro. Dios es inexpresable. Así vacia la<br />

engendrado por el Padre fuera <strong>del</strong> tiempo ( ), hecho y constituido antes de todas los eones, no existía antes de<br />

ser engendrado.... pero El es el único hecho existir por el [mismo] Padre. El no es eterno ni coeterno con el Padre, ni<br />

tampoco coparticipa en ser inengendrado (<br />

), ni tiene conjuntamente el existir con el Padre, como dicen<br />

algunos 'relaciónes' ( ) introduciendo dos principios inengendrados....(Carta a Alejandro, en Atanasio, De<br />

Syn 16, PG 26,709BC, Opitz, III,1 13, Urk. 6, en Courth, op. cit., 111).<br />

1 Antes de Nicea no se distinguía bien entre (inengendrado) y (no llegado a ser). Para Arrio, si<br />

el Padre es el único luego el Logos sería (creado). Según Ortiz de Urbina (Nicée et<br />

Constantinople [Histoire des Conciles Oecuméniques,1], p. 45s, Paris 1963), el raciocinio de Arrio sería el siguiente:<br />

Hay un solo<br />

de lo contrario se rompe la unicidad de Dios. Luego éste es anterior al Verbo. No podría<br />

tampoco engendrar, porque perdería algo de su esencia infinita y simple. Luego la filiación <strong>del</strong> Verbo es adoptiva, y, por<br />

lo tanto, éste es creatura. Ahora es la obra maestra producida por Dios. Para esto, Arrio, que suele argumentar a partir de<br />

la Biblia, usa el verbo 'hecho', en sentido estricto, p.e. en: Col 1,15; Hb 3,2; 1P 3,15?; Hch 2,36. Pero sobre todo usa Pr<br />

8,22. Problema grave de este texto será que los LXX traducen y los latinos condidit. Eusebio va a adoptar<br />

de Aquila y la vulgata traduce possedit. Según Grillmeier (Jesus II,2, p. 38s), los nicenos aplican el 'ser<br />

creado' de este texto a la humanidad de Cristo.<br />

2 También para el Hijo el Padre es invisible; el Logos no puede ver ni conocer perfecta y exactamente a su Padre<br />

(Thalía, en Atanasio, C. Arian, I, 6, PG 26, 24A, 10-13). Dios es para sí lo que El es, esto es indecible; de tal forma<br />

que ni el Hijo entiende nada de lo dicho para expresarlo adecuadamente… Tampoco el Hijo ha visto su propia esencia,<br />

porque El, como Hijo, sólo se mantiene en realidad por la voluntad <strong>del</strong> Padre (Atanasio, De Syn, 15, PG 26, 708B)<br />

3 Según Atanasio (C. Arian, II, 24, PG 26,200ª; cf. Ib., 1,26), Queriendo Dios crear la naturaleza hecha, puesto que<br />

veía que ésta no podía participar de la pura mano <strong>del</strong> Padre y de su acto de creación, hizo y creó El solo ante todo uno<br />

solo, a quien llamó Hijo y Logos, para que todo pudiera surgir desde entonces a través de él, estando él al medio.<br />

Según Ch. Kannengiesser (Athanase d‟Alexandrie, évêque et écrivain. Une lecture des Traités contre les Ariens<br />

(Théologie Historique, 70), Paris 1983, p. 149), esta cita sería de Asterio. Según el mismo Atanasio, Arrio en Thalía<br />

dice: Queriendo Dios crear, creó a uno, a quien llamó Logos, Sabiduría e Hijo, para crearnos a nosotros mediante Él<br />

(C.. Arian I, 5, PG 26, 21A). Por causa nuestra fue hecho [el Hijo], para que Dios nos creara a nosotros mediante El,<br />

como mediante un ; y El no existiría, si Dios no nos hubiera querido crear (Alejandro Alej., Ep. Cum unum,<br />

Sócrates, HE 1,6, PG 67,48A, en Grillmeier, op. cit,, 370).<br />

La ex<strong>cl</strong>usiva prerrogativa <strong>del</strong> Logos es ser el único creado ex<strong>cl</strong>usivamente por el Padre. Además, aunque era mudable<br />

( fue único en hacer buen uso de su libertad. En realidad Arrio no tiene dificultad en definirlo como inmutable<br />

( ), pero esta inmutabilidad no la entendía como prerrogativa <strong>del</strong> Hijo por naturaleza (cf. M.<br />

Simonetti, La crisi ariana nel IV secolo [Studia Ephemeridis 'Augustinianum',11], Roma 1975, p. 50).<br />

4 Cf. Thalía, Atanasio, C. Arian I, 5, PG 26, 24A, 1-4. Por participación de gracia (véase también p. e. C. Arian, 1, 38;<br />

III, 24). Los arrianos dicen: Y como todos por naturaleza, así también el mismo Logos es mudable ( ), pero, por<br />

su propia libertad, en cuanto quiere, permanece bueno (Atanasio, C. Arian I, 5, PG 26, 21C, 3-5). Cf. p. e. Ib., 1, 22.<br />

35.37.38; 2, 18.<br />

5 Los herejes repiten constantemente: hubo un en que no era (pero conceden que existe (cf.<br />

Atanasio, C. Arian, 1, 14)); no era antes de llegar a ser; no era hijo antes de ser engendrado. Respecto a algunos de<br />

los sofismas de los arrianos, puede verse, Atanasio, C. Arian, 2, 18. Estos temen la división e imperfección <strong>del</strong> Padre<br />

en caso de engendrar (p. e. , Ib., 1, 15.16; 2, 32). Para una presentación de conjunto sobre Arrio y los arrianos en C.<br />

Arian de Atanasio, puede verse, Kannengiesser, Athanase d‟Alexandrie, évêque et écrivain, cap. 2 y 3.<br />

38


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

historia de la revelación y salvación. La ontología <strong>del</strong> platonismo medio 1 ha desplazado lo<br />

propio de la fe bíblica y trinitaria: el pensamiento de un Dios que se revela y comunica<br />

amorosamente. Respecto a lo que dice Arrio, véase Dz al final <strong>del</strong> Credo de Nicea.<br />

2) La fe de Nicea respecto al Hijo eternamente engendrado. Arrio recibió apoyo y<br />

ataques. Para los simpatizantes, como para los origenistas, no se podía enseñar una<br />

comunicación formal (prolación) de la substancia <strong>del</strong> Padre al Hijo. Pero los arrianos<br />

tampoco querían hablar, como Orígenes, de un eterno ser engendrado <strong>del</strong> Hijo, para no<br />

llegar a dos principios divinos. Los adversarios se apoyan en este eterno ser engendrado,<br />

lo que no se puede investigar. El sínodo de Antioquía (324/25) es como la apertura <strong>del</strong> de<br />

Nicea con un símbolo <strong>cl</strong>aramente antiarriano: el Hijo no está hecho de la nada, sino es<br />

engendrado de manera incomprensible, como imagen adecuada <strong>del</strong> Padre. Todavía no<br />

aparecen los términos <strong>cl</strong>ásicos de consubstancial o de la substancia <strong>del</strong> Padre.<br />

Nicea, basándose en un símbolo de Palestina, añade frases antiarrianas: de la substancia<br />

<strong>del</strong> Padre, Dios de Dios, no creado, consubstancial ( ) al Padre, etc. 2 Para<br />

1 Según Grillmeier (Op. cit., 371s), "se puede decir con cierto derecho que Arrio y Asterio interpretaron el kerygma <strong>del</strong><br />

bautismo sobre el Padre-Hijo-Espíritu Santo según el esquema cosmológico descendente <strong>del</strong> platonismo medio, que<br />

entre el Uno supremo y la ínfima materia introduce un Nous (ya idéntico, ya no idéntico, con el Pneuma, el Alma <strong>del</strong><br />

Mundo)."<br />

2 La consubstancialidad es numérica y no específica, porque está bajo creemos en un solo Dios, que es Padre...hacedor.<br />

Según I. Ortiz de Urbina (op. cit., 73-76), el esquema no es creer en un solo Dios, y después enunciar la Trinidad, sino<br />

creer en un Dios Padre, en un Señor Jesucristo, en el Espíritu Santo. Dios único no significa aquí directa y formalmente<br />

la substancia divina, sino el Dios persona, concretamente la persona <strong>del</strong> Padre, que es la que es revelada en el A.T.<br />

No se dieron por aludidos <strong>del</strong> error cristológico de Arrio, en cuanto en Cristo el Verbo supliría el alma humana. Usan<br />

como equivalente a , lo que después no será lícito. Es de advertir que los latinos, ya desde<br />

Tertuliano, traducían por substantia, y no por essentia, que era etimológicamente lo que podría<br />

corresponder.(?) Probablemente la causa era que los latinos consideraban la essentia como portadora de los<br />

accidentes, lo que no se podía aplicar a Dios (cf. Grillmeier, Jesus II,2, 56 n. 96). En Nicea el Espíritu sólo es<br />

enumerado. Según Ortiz de Urbina (op. cit., 82-87), el<br />

aparecería en escritos gnósticos <strong>del</strong> s. II (Cf.<br />

Ireneo, Adv Haer, I, 5, 1; I, 5, 6) y fue tomado por Clemente de Alejandría y Orígenes (respecto a Dionisio de<br />

Alejandría, véase p. e. Atanasio, De decretis nic, 25, PG 25, 461A; De sententia Dion, 18, PG 25, 505). Entre estos<br />

autores no implicaba unidad numérica; tampoco la implicaba en Dionisio de Alejandría (cf. PsBasilio, Ep. 38,2, PG<br />

32,328A). El semiarrianismo (Basilio de Ancira) dirá después que este término fue condenado en el sínodo de Antioquía<br />

(268), cuando se condenó a Pablo de Samosata (Véase también Atanasio, De Syn, 43ss). La condenación habría sido<br />

probablemente por modalismo. En Nicea, el término implica, gracias a la perfección de la naturaleza divina, la<br />

indivisibilidad <strong>del</strong> Padre y <strong>del</strong> Hijo, unidos en la misma y única substancia. La unidad numérica se ve en que el símbolo<br />

pro<strong>cl</strong>ama la esencia numéricamente unica <strong>del</strong> Padre y después dice que la esencia <strong>del</strong> Hijo es igual en todo a la anterior.<br />

Cf. Kelly (op. cit., 233-337), quien dice que no todos tenían la misma conciencia de que el<br />

implicaba<br />

unidad numérica. ¿Se podría quizas decir mejor que no todos tenían la misma <strong>cl</strong>aridad de conciencia? Es de advertir que<br />

Cristo será<br />

con nosotros en un sentido específico, y no numéricamente uno como lo es con el Padre (cf.<br />

Dz 142b, DS 272; Dz 148; DS 301). Cf. M. Wiles, JTS 16(1965)454-461, p. 454s. "En este<br />

caso, nosotros tenemos que reconocer que el término<br />

como fue usado en el credo de Nicea, no dice nada<br />

respecto a la relación <strong>del</strong> Hijo con el Padre más allá de que el Hijo es plenamente Dios" (Ib.).<br />

Dice B. Studer ('Consubstantialis Patri, Consubstantialis Matri'. Une antithèse christologique chez Léon le Grand,<br />

REAug 18(1972)87-115): "Basta con destacar que es precisamente la idea de generación o filiación natural lo que llevó<br />

a los teólogos nicenos a imponer el término 'consubstancial' a sus contemporáneos. Por otro lado, es ante todo la idea de<br />

origen la que impidió a los adversarios admitir este término que, según ellos, corría el peligro de introducir algo material<br />

o demasiado terrestre en la divinidad <strong>del</strong> todo espiritual." G. Bardy (op. cit., 1656s) destaca que este término era muy<br />

propio de Occidente, que insistía en la unidad de Dios, de su substancia. Desde ese tiempo se impone la distinción<br />

entre (hecho) y (generado).<br />

39


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

Atanasio, el canon de Nicea (DH 126) es el equivalente en anatematismo al . 1<br />

Respecto a la discusión sobre la posible helenización <strong>del</strong> cristianismo en Nicea,<br />

actualmente se estaría de acuerdo en que el símbolo de Nicea sería interpretación<br />

auténtica de la tradición. Si usan términos no bíblicos es precisamente para defenderla. El<br />

consubstancial era para cerrar el paso a los arrianos y a su helenización. 2 El interés era<br />

soteriológico: si Cristo no era Dios, no estábamos salvados. 3<br />

3) Problemas pendientes. Una de las principales causas de la no recepción <strong>del</strong> símbolo<br />

era que su expresión estaba más determinada por un antiarrianismo negativo que por<br />

a<strong>cl</strong>arar equilibradamente las relaciones entre el Padre y el Hijo. La mayoría de los obispos<br />

origenistas hablaban de varias hypóstasis o ousías, lo que, según los occidentales,<br />

comprometía la monarquía. 4 Esto tiene como efecto que se reafirme la unidad y retroceda<br />

la Trinidad. Esto no sólo se nota en la tradición occidental, sino en Marcelo de Ancyra (+±<br />

374), quien admitía una sola persona en Dios 5 A esta firme insistencia en la absoluta<br />

unidad de Dios, que no concede subsistencia propia al Logos, se oponen los homoianos<br />

(el Hijo es respecto al Padre). Estos entienden la relación entre el Hijo y el Padre<br />

de tal forma abierta, que la unidad divina permanece indeterminada. Esta posición es<br />

reflejada por la confesión de fe <strong>del</strong> 360 en Constantinopla. Es antiarriana, en cuanto dice<br />

que el Hijo siempre ha sido engendrado por el Padre, y es Dios de Dios. Pero cambian el<br />

consubstancial por semejante. Igualmente rechazan las tres hypóstasis. Se limitan a las<br />

Escrituras y permanecen vagos. 6 Pero nacen también dos tendencias opuestas: los<br />

anomeos ( que afirman la desemejanza, y los homoiousianos ( que<br />

dicen que son de substancia semejante, y de los que varios terminarán pasándose a los<br />

homousianos (nicenos y neonicenos). Los homoiousianos en el concilio <strong>del</strong> 341 para la<br />

consagración de una Iglesia de Antioquía tratan de unir la fe nicena con la tradición de<br />

Orígenes, tomando sobre todo de éste la enseñanza sobre las hypóstasis: son tres<br />

hypóstasis y una armonía. Reconocen tres hypóstasis, cada una con su propia<br />

subsistencia, rango y gloria. Están unidas por una sinfonía de la voluntad. Esto prepara la<br />

Puede verse la interpretación arianizante de Nicea que hace Eusebio de Cesarea en su Ep ad suae paroeciae homines,<br />

PG 20, 1536D-1544C, y las notas a<strong>cl</strong>aratorias de Newman en NPNF, II, 4, 74-74.<br />

1 P. e., Ad Afros, 9.<br />

2 Frente a la gran objección arriana de que no figura en la Escritura, Atanasio replica enumerando las<br />

expresiones arrianas que tampoco están en la Escritura (De Syn, 36; cf. De decretis nic, 18, PG 25, 448). Nicea<br />

confirma el abismo entre Creador y creatura. No hay un logos intermedio. Este está <strong>del</strong> lado de Dios. Algunos<br />

trasladarán después lo de intermedio al Espíritu, que no podía estar <strong>del</strong> lado de Dios porque también sería hijo. En<br />

Nicea engendrado es justamente lo que se opone a creado. Pero los intemedios no sirven, porque no deifican.<br />

Según Atanasio el uso <strong>del</strong> y el fue la única forma de ex<strong>cl</strong>uir el arrianismo, porque respecto<br />

a los términos bíblicos los arrianos arguían que también se decían de nosotros, luego el Logos era creatura como<br />

nosotros (p. e. De decretis nic, 20, PG 25, 449Dss). Según E. P. Meijering (Orthodoxy and Platonism in Athanasius<br />

Synthesis or Antithesis?, Leiden 1974, p. e.126ss), el<br />

no sólo niega la jerarquía descendente <strong>del</strong><br />

platonismo, sino también el que Dios esté más allá de la .<br />

3 Sólo Dios, por medio de la participación en su vida, nos podía redimir de nuestra caída en la muerte. El Logos se hizo<br />

hombre para que nosotros nos divinizáramos. Así el que encontraba al Hijo, encontraba al Padre<br />

4 Véase p. e. la anterior reacción de Dionisio de Roma (DH 112).<br />

5 El Logos, una vez hecha su obra, volvería a reposarse en Dios. Parece que la encarnación cesa. Contra esta posición de<br />

Marcelo y de su discípulo Fotino, el símbolo <strong>del</strong> segundo concilio ecuménico, Constantinopolitano I añadirá al de Nicea:<br />

para cuyo reinado no habrá fin (DS 150). Fotino además era adopcionista en cristología.<br />

6 Esto podría servir para la política <strong>del</strong> César.<br />

40


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

fórmula de los capadocios: una y tres<br />

1 Atanasio acepta en el sínodo de<br />

Alejandría <strong>del</strong> 362 la fórmula de los capadocios 2 como correspondiente a la fe de Nicea<br />

que en su fórmula equivalía la y la . 3 En ese sínodo también se dice que el<br />

Espíritu es de la misma . La afirmación de la plena divinidad <strong>del</strong> Espíritu es la<br />

consecuencia pneumatológica de Nicea, provocada por movimientos pneumatómacos<br />

(aunque concedan la divinidad <strong>del</strong> Hijo, niegan la <strong>del</strong> Espíritu). La fórmula de los<br />

capadocios ex<strong>cl</strong>uye tanto a los subordinacionistas como a los modalistas. 4<br />

4) La divinidad <strong>del</strong> Espíritu Santo. La confrontación comienza en la mitad <strong>del</strong> siglo IV.<br />

Los que combaten la divinidad <strong>del</strong> Espíritu son los pneumatómacos. Desde una posición<br />

biblicista conservadora se combate a los homoiousianos que se acercan a Nicea y quieren<br />

aplicar al Espíritu el consubstancial. 5 Uno de los argumentos usados es que si el Espíritu<br />

no es creatura, sería también hijo. 6 Por otro lado los monjes sienten la falta de una<br />

teología <strong>del</strong> Espíritu. También el unitarismo de la imagen de Dios de Marcelo de Ancyra<br />

presiona a la nivelación de la confesión bautismal. Por otro lado, los dichos bíblicos sobre<br />

el enseñar y santificar <strong>del</strong> Espíritu Santo muestran dones sobrenaturales. Los<br />

pneumatómacos aparecen en diversos sitios. Confiesan la unidad de Nicea, pero el<br />

Espiritu no sería una simple creatura sino más bien uno de los espíritus servidores, y sólo<br />

difiere de los ángeles en un grado. 7 Atanasio es el primer testimonio en sus 4 cartas a<br />

Serapión (358-362). Atanasio exige que se confiese la igualdad esencial, porque lo<br />

anterior destruye la unidad de la Trinidad mez<strong>cl</strong>ando la creatura con el creador. 8 Basilio<br />

discute en el De Spiritu Sancto contra Eustacio. 9 Eustacio dice que el Espíritu no está<br />

in<strong>cl</strong>uido en la unidad <strong>del</strong> Padre y <strong>del</strong> Hijo. Su naturaleza es diferente: no es divina; es un<br />

ser intermedio de tipo angélico servidor. Contra la doxología de Basilio, dice que no hay<br />

que coordinarlo con el Padre y el Hijo, por causa de su diferente naturaleza y de su<br />

1 "En el trasfondo de esto (en los capadocios que impusieron esta diferencia conceptual) estuvo sin duda la<br />

representación estoica, según la cual la hypóstasis (individual) es compuesta de la esencia general (común a las<br />

hypóstasis) y de las propiedades (idiomata, que han sido ampliamente entendidos como accidentes)" (J. Werbick, M.<br />

Trinitätslehre, p. 553, en Th. Schneider, Handbuch der Dogmatik, II, pp. 481-576.<br />

2 Muestra, según Gregorio de Nacianzo) el acuerdo con la fórmula occidental que habla de tres personas (Or, 21, 35)<br />

3 Tom Ant. 5s, PG 26, 801As: . Cf. Atanasio, Ad Afros, 4.<br />

4 Respecto al desarrollo de los vocablos se puede consultar, p.e., la antigua y breve síntesis de Galtier (L' "unio<br />

secundum hypostasim" chez Saint Cyrille, pp. 363-379, Greg 33(1952)351-398).<br />

5 Estos son atacados por la izquierda homoiousiana que permanecen subordinacionisticamente en la semejanza de<br />

substancia. Los homoioousianos que no pasaron a Nicea, son pneumatómacos.<br />

6 Cf. La pneumatologie des Pères Grecs avant le Concile de Constantinople I, p. 128 n. 1, en Credo in Spiritum<br />

Sanctum..., pp. 127-162.<br />

7 Ad Ser, I, 1, PG XXVI, 532A. Dicen también: Si el Espíritu no es creatura ni uno de los ángeles sino que procede <strong>del</strong><br />

Padre, entonces Él también es hijo (Ad Ser, I, 15, PG XXVI, 565Cs), o nieto (cf. también Ad Ser., IV, 1‘7).<br />

8 Lo prueba, a partir de la Escritura, por las fórmulas en que va junto con el Padre y con el Hijo, por lo divino que obra<br />

en Él el Padre por el Hijo, por los atributos que recibe, por la circumincesión, etc. Esta es la fe de la Iglesia católica.<br />

9 "Estando yo orando recientemente con el pueblo y efectuando la doxología a Dios el Padre de ambas formas (unas<br />

veces con el Hijo, con el Espíritu Santo; otras veces por el Hijo en el Espíritu Santo), algunos de los asistentes nos<br />

acusaron diciendo que usábamos expresiones extrañas y a la vez contradictorias entre sí" (Basilio, De Spiritu Sancto, I,<br />

3, 1-6). Basilio va a probar que la doxología que usa 'con' también es tradicional, y más propia de la glorificación,<br />

siendo la que usa 'por medio de El' y 'en El' más propia de la acción de gracias (cf. Ib., VII, 16, 7-17; XXVI, 63). Según<br />

Basilio el Espíritu procede como soplo de la boca de Dios (Ib., XVI, 38, 29-36; XVIII, 46, 1-9). La unidad está en la<br />

koinonía de la divinidad (XVIII, 45, 23).<br />

41


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

dignidad inferior. 1 Basilio remite a la práctica de la oración, a Mt 28, 19 y a la regla de la fe.<br />

fe. Los pneumatómacos seguían el esquema: inengendrado, engendrado, hecho. La<br />

importancia de los pneumatómacos es que exigen la de<strong>cl</strong>aración de la consubstancialidad<br />

<strong>del</strong> Espíritu, con lo que culmina Nicea.<br />

El sínodo de Alejandría (362) quiere que se excomulgue como arrianos a los que dividen<br />

la Trinidad y dicen que el Espíritu es una creatura. 2 El Papa Dámaso dice: confesemos<br />

que también el Espíritu Santo es increado y de una majestad, de una esencia, de una<br />

virtud con Dios Padre y el Señor nuestro Jesucristo. 3 Porque interviene en la creación y en<br />

en el perdón de los pecados. 4 Un sínodo de Iconio (376) in<strong>cl</strong>uye en la fe nicena al Espíritu,<br />

Espíritu, apoyándose en Mt 28, 19.<br />

Lo decisivo lo trajo el Concilio de Constantinopla I (381) reconocido en el s. V como<br />

ecuménico. En su Credo (DS 150; Dz 86) se agrega a lo de Nicea la intervención <strong>del</strong><br />

Espíritu Santo en la encarnación y en la profecía (cf. DS 41ss; 2P 1, 21), y sobre todo, las<br />

aposiciones hechas con términos bíblicos y orientadas a las doxologías tradicionales. El<br />

Espíritu es llamado 5 y (cf., Rm 8, 2; Jn 6, 63; 2Co 3, 6). Es coadorado<br />

coadorado y coglorificado. Esto último es expresión de Atanasio. 6 Luego evidentemente<br />

no es creatura. Así se responde a la herejía y se dice que el Espíritu pertenece a la<br />

doxología. 7 Además se dice que procede <strong>del</strong> Padre, conforme a Jn 15, 26 (pero se<br />

substituye el por el (cf. 1Co 2, 12). 8 En 1014 el credo oficial romano agregará :<br />

1 X,24. Posteriormente se dirá que los pneumatómacos enseñan formalmente que el Espíritu es creado. Respecto a la<br />

presión por una doxología coordinada, puede verse F. X. Arnold, Das gott-menschliche Prinzip der Seelsorge und die<br />

Gestaltung der christlichen Frömmigkeit, pp. 321-314, en A. Grillmeier y H. Bacht, Das Konzil von Chalkedon.<br />

Geschichte und Gegenwart. III: Chalkedon heute, Würzburg 1962, 2 ed., 287-340.<br />

2 Atanasio, Tom Ant, 3; 5s; PG 26, 800A; 801A.<br />

3 DS 145. Cf. DS 147. Este Papa afirma tres personas en la Trinidad de una sola divinidad y esencia (DS 144; cf. DS<br />

173, Dz 79).<br />

4 El emperador Teodosio impone con ley <strong>del</strong> Imperio, refiriéndose a Dámaso y a Pedro de Alejandría, que nosotros,<br />

conforme a la disciplina apostólica y a la enseñanza evangélica, creemos en una divinidad <strong>del</strong> Padre, <strong>del</strong> Hijo y <strong>del</strong><br />

Espíritu Santo, con la misma majestad y piadosa Trinidad.<br />

5 Significa función y rango.<br />

6 Ad Serap I,31.<br />

7 La divinidad <strong>del</strong> Espíritu nos posibilita la comunión con Dios: es el Dios de la salvación el que se nos da y no un<br />

simple don de Dios.<br />

8 Dice W. D. Hauschild (Das trinitarische Dogma von 381 als Ergebnis verbindlicher Konsensusbildung, p. 35, en K.<br />

Lehmann y W. Pannenberg, Glaubensbekenntnis und Kirchengemeinschaft. Das Mo<strong>del</strong>l des Konzils von<br />

Konstantinopel (381), Freiburg 1982, pp. 13-79): "Esta expresión corresponde <strong>cl</strong>aramente al segundo miembro <strong>del</strong><br />

artículo segundo (ek toû patròs gennethénta), sin que por eso deba implicar una definición precisa, en el sentido de<br />

Gregorio de Nacianzo, de la manera específica de ser <strong>del</strong> Espíritu. 'Padre' significa aquí, según la enseñanza trinitaria<br />

de los capadocios, la fuente o el principio de la divinidad. Un Filioque no correspondería ni a la intención <strong>del</strong> texto ni a<br />

la teología subyacente" (cf. A. de Halleux, La profession de la Esprit-Saint dans le symbole de Constantinople, RTL<br />

10(1979)5-39, pp. 33-35). Según este autor (Ib., 36), la expresión tradicional -aunque haya aparecido poco en los<br />

Credos- "que habló por los profetas" estaría contra el argumento de los marcelianos de que el Espíritu Santo existe como<br />

hypóstasis propia desde el envío por Jesús (Jn 20, 22). "El tercer artículo corresponde, en lo esencial, a la posición de<br />

Basilio. Evita el predicado 'Dios', describe la posición intratrinitaria <strong>del</strong> Espíritu en estilo bíblico, y en conjunto no<br />

valoriza una expresión especulativa, sino la de la experiencia espiritual: la confesión respecto al Espíritu Santo significa<br />

la vida en el Espíritu al designarla como experiencia de la gloria divina, como fuente de renovación (Neuwerdung),<br />

como medio de revelación, como objeto de adoración" (Ib., 34s).<br />

A. de Halleux (op cit., 38) va a expresar el siguiente juicio crítico respecto a lo que se dice <strong>del</strong> Espíritu, que parece un<br />

poco de compromiso: "Si bien es exacto que la divinidad de la tercera persona de la Trinidad se encuentra<br />

equivalentemente indicada por sus atributos (santo, señor y creador de vida, que sale <strong>del</strong> Padre) incompatibles con la<br />

42


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

que procede <strong>del</strong> Padre y <strong>del</strong> Hijo (Filioque), lo que será presentado como una causa de la<br />

separación de Oriente respecto a Occidente. En el primer canon de este concilio se<br />

anatematiza a las herejías de los diversos arrianos, a semiarrianos o pneumatómacos, y<br />

modalistas (in<strong>cl</strong>uye a Marcelo y Fotino), y la nueva herejía cristológica de Apolinar. La<br />

carta sinodal de Constantinopla (382), en que habla <strong>del</strong> Constantinopolitano I, que siguió<br />

la fe de Nicea, conforme al mandato de Cristo sobre el bautismo, dice lo siguiente: creer<br />

en el nombre <strong>del</strong> Padre y <strong>del</strong> Hijo y <strong>del</strong> Espíritu Santo, de tal forma que se crea en una<br />

sola divinidad, una potestad, una substancia <strong>del</strong> Padre y <strong>del</strong> Hijo y <strong>del</strong> Espíritu Santo, y<br />

una igual honra, dignidad y señorío coeterno en tres hypóstasis perfectas o tres personas<br />

perfectas; de suerte que la peste de Sabelio no encuentre lugar, que confunde las<br />

hypóstasis y suprime las propiedades, y tampoco lo encuentre las blafemias de los<br />

Eunomianos, de los arrianos y de los pneumatómacos, que parten la substancia o<br />

naturaleza o la divinidad y que introducen en la Trinidad increada, consubstancial y<br />

eterna, una naturaleza venida después, creada o de substancia diferente. 1 Véase el<br />

Concilio romano <strong>del</strong> 382. El concilio constantinopolitano I recibió la forma de hablar de los<br />

capadocios, que distingue entre y La palabra<br />

2 que en Nicea<br />

condición de creatura, resulta que ninguna de esas cualidades, tampoco la asociación <strong>del</strong> Espíritu a la adoración y<br />

glorificación <strong>del</strong> Padre y <strong>del</strong> Hijo, implica necesariamente la perfecta consubstancialidad. Era aceptable para los<br />

homoiusianos, es decir como no numéricamente idéntico, sino sólo igual, o aun semejante, a la esencia <strong>del</strong> Padre y <strong>del</strong><br />

Hijo... Carta de una unión con los pneumatómacos, que abortó, inferior en esto a su destino de profesión litúrgica de fe<br />

universal, el símbolo de Constantinopla puso en sordina la divinidad <strong>del</strong> Espíritu, que justamente pretendía defender,<br />

calló su economía por temor de que se abusara de ella y preparó, por una ambigüedad bien involuntaria, el cisma entre<br />

las dos partes de la cristiandad".<br />

1 Teodoreto, <strong>Historia</strong> ec<strong>cl</strong>esiastica, V, 9, 11, GSC 19, p. 292. Opina D. F. Stramara (Unmasking the Meaning of<br />

: Prosopon as Person in the Works of Gregory of Nyssa, Disertación Saint Louis University, 1996, p.<br />

674): ―Con<strong>cl</strong>uí que los Padres <strong>del</strong> segundo concilio ecuménico definieron al único e indivisible Dios desde dos ángulos<br />

complementarios, desde uno esencial y desde otro funcional: Dios como tres perfectas entidades metafísicas y Dios<br />

como tres perfectos seres interpersonales, teniendo el Padre la primacía en ambos aspectos: causalidad y relacionalidad.<br />

El término salvaguarda ambos: la dinámica relacional y la individualidad dentro de la Santa Trinidad,<br />

aportando personalismo como complemento de una definición más abstracta de Dios. La aproximación balanceada <strong>del</strong><br />

Concilio para explicar a Dios en términos de perfectas hypóstasis y personas, refleja la sobriedad teológica de Gregorio<br />

de Nisa, cuyo influjo había predominado a través de las sesiones‖. Cf. Ib., 649s.<br />

2 se traducía en latín por substantia. (Cf. p.e. Agustín De Trin VII, 4,7,1-6; 4,8,112-117;<br />

V,8,10,43-51, CCL 50, 255.259.216s). Por eso los latinos optarán por traducirla por subsistentia o por<br />

transliterarla en hypostasis.<br />

es un substantivo verbal que viene especialmente de la voz media<br />

( ). Va desplazando su significado según diversos filósofos. La biblia latina lo traduce por substantia.<br />

Según H. Köster ( en TWNT VIII, 571-588), primitivamente se encuentra casi<br />

ex<strong>cl</strong>usivamente en sentido médico, desde donde surgirá el sentido filosófico. Y resumiendo (Op. cit., 573) el uso técnico<br />

antiguo dice: "<br />

es lo que en forma natural se deposita hacia abajo, se desprende: sea esto un sedimento o<br />

amontonamiento o residuo o precipitación (da lo mismo en que forma). Siempre va con la representación de que se trata<br />

de aquella parte <strong>del</strong> compuesto que se documenta, manifiesta y realiza." Según Posidonio (+51 a.C.),<br />

es lo<br />

que llega a realizarse, lo que pasa a existir, siendo la materia primigenia. Es decir, es el ser<br />

manifestado en la realidad <strong>del</strong> existente; esto sucede en las cosas individuales. Estas realizan la concretización, la<br />

<strong>del</strong> ser, como también de las propiedades. La distinción entre la materia primitiva y su concretización<br />

hypostática es sólo en 'teoría', porque la primera se da siempre y sólo en la segunda. Posidonio asigna<br />

a<br />

las cosas particulares en cuanto en ellas se realiza el ser que está detrás de ellas. En Filón, el verbo designa el existir real,<br />

en contraposición al mero aparecer. De manera que en sentido pleno sólo puede usarse respecto a Dios y al alma. Todo<br />

el resto es un simple estar ahí corpóreo, , sin permanencia. Según Albino, platónico medio <strong>del</strong> s. II, se trata<br />

igualmente de la concretización <strong>del</strong> ser fundamental, pero esto corresponde ahora al mundo inteligible, al que pertenece<br />

43


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

el alma. En el neoplatonismo ya no se dice de la materia. La realidad viene <strong>del</strong> Uno.<br />

se dice de la realidad<br />

que deriva <strong>del</strong> Uno y llega a ser sinónimo de ousía. Es como una manifestación <strong>del</strong> ser <strong>del</strong> Uno, pero en un escalón<br />

inferior. Según Studer (Hypostase, 1256), "En el neoplatonismo se llaman hypóstasis sólo las verdaderas y plenas<br />

realidades, el intelecto y las almas, en cuanto ellas proceden de una realidad superior y que permanece inmutable, y en<br />

cuanto siempre permanecen relacionadas a ella...." Pro<strong>cl</strong>o (+485) llamará hypóstasis no sólo al ser, en cuanto viene de<br />

uno más alto y lo manifiesta, sino también en cuanto subsiste por sí mismo, posee en sí mismo la vida y fuerza, el<br />

individuo espiritual. Después de referirse a algunos apologetas y gnósticos, con<strong>cl</strong>uye Köster que no hay ninguna línea<br />

que vaya desde ellos <strong>hasta</strong> el uso <strong>trinitario</strong>. Que para éste hay que recurrir más bien de nuevo a la filosofía <strong>del</strong> tiempo<br />

correspondiente. Para expresar la fe neotestamentaria se va afinando un concepto de persona ( distinto de<br />

la simple substancia racional. Esto tendrá grandes repercusiones filosófico teológicas. ¿Qué habían entendido los<br />

capadocios por<br />

en Dios? Según Gregorio de Nacianzo (+390), lo que hace que las hypóstasis sean<br />

distintas es que las propiedades son distintas (cf. Or 20,6, SCh 270,68s). Según Courth (op. cit., 166), "en los esfuerzos<br />

por a<strong>cl</strong>arar la fórmula que viene desde Orígenes, de tres hypóstasis y una esencia, Basilio (+379) tuvo la contribución<br />

más importante." Su enseñanza trinitaria está impregnada de pneumatología. Basilio se esfuerza en distinguir<br />

de . "Determina a la ousía como lo común, como el substrato <strong>del</strong> ser que a través de las tres<br />

hypóstasis es más cercanamente calificado" (Ibid., 171). Cf. Ep 236,6, PG 32,884A-C (para las hypóstasis es necesario<br />

añadir lo propio (paternidad, filiación, santidad) a la común ousía); Ep 214,4, PG 32,789AB; Basilio (Gregorio de<br />

Nisa?) Ep 38, 1-3.5. Según la propiedad de las personas ( ) son uno y uno, pero según lo común de la<br />

naturaleza, ambos son uno (Basilio, De Spiritu S., XVIII, 45, 12-14). Respecto a que la es única, cf. también,<br />

Basilio Hom 24, 4, PG 31, 605B; Ep 52, 1, PG 32, 393A. En cuanto luz y luz no existe en ellos ninguna contrariedad;<br />

en cuanto engendrado e inengendrado, se considera la antítesis. Porque ésta es la naturaleza de las propiedades:<br />

mostrar la alteridad en la identidad de la substancia (Basilio, C. Eunomio, II, 28, 39-44). La unidad es pensada según<br />

la razón de la substancia ( de modo que la diferencia resida en el número y en las propiedades que<br />

caracterizan a cada uno de los dos (Padre e Hijo). En la razón de la divinidad se observa la unidad (Basilio, C.<br />

Eunomio, I, 19, 41-44). No basta con enumerar las diferencias de los , sino que es necesario confesar que<br />

cada<br />

existe en una hypóstasis verdadera (Basilio, Ep 210, 5, PG 32, 776C: está hablando contra Sabelio).<br />

Sobre el uso de<br />

en s. IV puede verse Newman, op. cit.<br />

Grillmeier (op. cit., 542; cf. B. Sesboüé, Introduction, pp. 76-83, en Basile de Césarée, Contre Eunome [SC 299], pp.<br />

15-97) cree que habría influjo estoico en esta concepción (cf. A. Milano, op. cit., 129s). Los estoicos analizan el ser<br />

concreto individual que proviene de una materia indeterminada ( ), que es determinada y caracterizada por el<br />

modo propio, el . La 'substancia', el último sujeto ( ), primero es determinada por la cualidad<br />

común ( ), que la convierte en especie. A esto se añade la propiedad individual ( ), que la<br />

hace individuo. Según Charles Moeller (Le chalcédonisme et le néo-chalcédonisme en Orient à la fin du VIe siè<strong>cl</strong>e, en<br />

A. Grillmeier y H. Bacht, Das konzil I, pp. 637-720, p. 639), "la única naturaleza común a las tres hypóstasis, en el<br />

pensamiento de Basilio, no es realmente abstracta (como lo sería en el sistema de Aristóteles), sino concreta, como lo es<br />

en el sistema neoplatónico." Porque, si se aplica la esencia ( ) primera o particularizada, y la esencia segunda o<br />

abstracta, de Aristóteles, se llegaría, según este autor (Ib., 641s; cf. 698), a una unidad meramente genérica de la<br />

Trinidad, o a tres dioses. Según G. L. Prestige (God in Patristic Thought, 2a ed., London 1964, cap. 13 y 14), la<br />

definición de Basilio se puede prestar a concebir la esencia común, no como única (correspondiente al misterio <strong>del</strong> Dios<br />

uno y trino) sino como específica. Por eso, cuando se parte de las (y no de la una) conviene<br />

recalcar la unidad mediante la co-inherencia, la interpenetración (<br />

) de las hypóstasis. Galtier, por su parte,<br />

de<strong>cl</strong>ara (op. cit. 377s): "En otros casos, las hypóstasis, así como deben a sus el subsistir, les deben también el<br />

ser distintas: cada<br />

concreta se distingue, por sí misma de todas las otras. Ella es una sola y misma hypóstasis.<br />

Aquí, todo lo contrario. A pesar de su distinción real, las tres hypóstasis debía toda su realidad a la misma y su<br />

distinción mutua venía únicamente de la manera diferente en que ellas la poseían, según su manera propia de subsistir<br />

( ), en otros términos, de sus relaciones de origen...Para los Padres Capadocios, como para todos<br />

los Nicenos, permanece siendo una realidad concreta, infinitamente simple e indivisa, toda en ella misma, pero<br />

en la que la fe nos hace ver las tres realidades relativas que son el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, sin que ellas dividan<br />

la ." Respecto a cf. p. e. Basilio, De Spiritu Santo, XVIII, 46, 8; Anfiloquio de Iconio,<br />

Frgm 15, PG 39, 112CD; Teodoreto, Quaest et resp, 139, PG 6, 1392 C -1393ª; Expos rect Fidei, 3, PG 6, 1209 B -1212 B ;<br />

Máximo, Myst, 23, PG 91, 701 A ; Juan Damasceno, De fide orth, I, 8, 115s.118, Die Schrift, II, p. 23, PG 91, 701 ª ; Ib.,<br />

44


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

equivalía a 1 , ahora se ha especializado para indicar persona. Por tanto, de aquí en<br />

a<strong>del</strong>ante va a ser equivalida a 2 , significando ambas: persona.<br />

3 no había sido <strong>hasta</strong> entonces suficiente para expresar la persona, por no<br />

252, p. 29. Gregorio de Nisa afirma: ―hablando sobre causa y sobre ‗de‘ ( ) la causa, no significamos la naturaleza con<br />

estos nombres () sino que mostramos la diferencia según el cómo exista (<br />

)‖ (Quod non sint, GNO III,<br />

1, 56, 11-14)<br />

El criterio de las propiedades para reconocer las hypóstasis, será insuficiente para traspasarlo a cristología, donde la<br />

naturaleza humana de Cristo con propiedades se 'en-hypostasía' en el Logos, y, por eso, Cristo es una hypóstasis en dos<br />

naturalezas. Lo ontológico de la hypóstasis será el 'ser para sí o por sí mismo': la naturaleza humana de Cristo no es<br />

persona, porque sólo existe en el Logos. El Logos es después de la encarnación una persona compuesta. Según Studer<br />

(op.cit., 1258), este paso lo dan los dos Leoncios, en conexión con los neoplatónicos tardíos.<br />

Así a<strong>cl</strong>ara B. Sesboüé (Le mystère de la Trinité: reflexión spéculative et élaboration du langange, p. 291s, en B.<br />

Sesboüé y J. Wolinski, Le Dieu du salut (B. Sesboüé, Historie des dogmes, I), 281-317, Des<strong>cl</strong>ée 1994): Hypostasis est<br />

inconnu d‘Aristote comme terme philosophique. Le mot entrera dans le champ de la philosophie grâce aux stoïciens.<br />

Son étymologie (de même que la manière dont on comprend son rapport avec les verbes hyphistèmi ou hyphistamai) le<br />

rende ambigú: il peut signifier soit une chose, soit une action. Comme chose, il exprime une base, un fondement, en<br />

histoire naturelle un sédiment, le résultat d‘une précipitation, en general tout ce que se tient sous, donc tout réalité<br />

‗substantielle‘. Dans cette ligne son emploi philosophique en fera un synonyme d‘ousia ou substance.<br />

Comme action, hypotasis signifiera l‘acte de se tenir sous, ou de supporter, le support. En ce sens son évolution<br />

sémantique suivra celle du verbe hyphistèmi dans les emplois intransitifs de ce dernier. Hyphistèmi veut dire se tenir<br />

sous, mai aussi subsister, dans un sens tout voisin de celui d‘hyparchô, exister. Son participe hyphestôs aura à peu près<br />

le même sens qu‘hypostasis au sens actif.<br />

Comme on le voit, l‘usage philosophique de ce terme pouvait se développer selon deux lignes: la première conduisait à<br />

identifier hypostasis avec ousia, et donc, dans le langage <strong>dogma</strong>tique, à dire une seule hypostase en Dieu; la seconde<br />

conduisait à identifier hypostasis avec l‘acte concret de subsister dans la substance et donc à dire trois hypostases en<br />

Dieu. Au cours du développement du discours chrétien le terme va lentement passer du côté de la substance à celui de la<br />

subsistence et donc de la personne.<br />

1 Véase la curiosa interpretación que hace Basilio <strong>del</strong> canon respectivo de Nicea tratando de distinguir entre ousía e<br />

hupóstasis (Ep, 125, 1).<br />

2 Gregorio de Nacianzo, yendo más allá de Basilio, hizo equivaler a (Courth, op. cit., 172s).<br />

Pero tres en cuanto a las hypóstasis o personas (<br />

como algunos prefieren decir...Los tres se dividen no<br />

por las naturalezas sino por las propiedades (Gregorio Nac, Or 42,16, PG36,477AB). Prestige (God..., 162) dice que<br />

"proveyó de una expresión conveniente, no técnica ni metafísica, para describir las permanentes y<br />

objetivas formas o Personas en que la divinidad es presentada, de igual manera, a la visión humana y a la autoconciencia<br />

divina." Pero, cuando la palabra es aplicada a los de la tríada, "ella implica que las tres<br />

presentaciones poseen una objetividad concreta e independiente, refutando y la herejía de tipo sabeliana que las ve sólo<br />

como diferentes nombres, y la herejía de tipo unitaria, que ve a la segunda y tercera de ellas como cualidades abstractas<br />

poseídas por la primera o como influencias impersonales ejercidas por Su querer" (Ib., 177s).<br />

3 según E. Lohse ( , en TWNT VI, col. 769-781), significa fundamentalmente rostro,<br />

semblante. Porque la faz determina la manifestación de todo el hombre, puede<br />

a menudo relacionarse a la<br />

figura <strong>del</strong> hombre. La máscara de los actores es llamada<br />

. En sentido figurado puede significar el rol<br />

dramático que representa un actor. En los tiempos helenísticos también toma el sentido de persona para designar al<br />

hombre en relación a su posición en la sociedad humana que lo rodea. Los gramáticos lo usan para designar la persona<br />

gramatical. Pero en los primeros siglos después de Cristo no se ha encontrado que signifique persona en sentido técnico<br />

jurídico. Posteriormente, probablemente bajo la influencia <strong>del</strong> 'persona' latino, tomará este sentido.<br />

B. Sesboüé (Saint Basile et la Trinité. Un acte théologique au IVe siè<strong>cl</strong>e. Le rôle de Basile de Césaréee dans<br />

l‟élaboration de la doctrine et du langage trinitaires, ed. Des<strong>cl</strong>ée 1998, p. 208) sintetiza así: ―El término<br />

en<br />

griego permanece un término ambiguo por su uso teatral en el sentido de máscara o rostro, como, por otra parte, por su<br />

sentido bíblico que atribuye tal o cual palabra de los Salmos o profética al<br />

de Dios. En breve, la persona<br />

( ) no es sino la representación escénica o literaria de un sujeto que puede estar en otro sitio o no existir‖.<br />

―El sentido latino de ‗persona‘ era mucho más fuerte que el de<br />

griego, dada su connotación jurídica de<br />

45


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

haber tenido la misma consistencia <strong>del</strong> persona latino, que lo traducía. Diferente al<br />

persona latino que bajo el influjo <strong>del</strong> lenguaje <strong>del</strong> derecho tempranamente podía<br />

designar un ser particular, durante mucho tiempo conservó<br />

el sentido de algo<br />

meramente externo, prestándose así a un significado modalista. Había alguna base para<br />

llegar a equivaler e de alguna manera ambos vocablos decían<br />

"manifestación de la realidad" 1 .<br />

En el Canon 1 (DS 421: Dz 213) <strong>del</strong> Constantinoplitano II (553), encontramos: si alguien<br />

no confiesa una naturaleza o substancia ( ) <strong>del</strong> Padre y <strong>del</strong> Hijo y <strong>del</strong> Espíritu<br />

Santo, una virtud y potestad, Trinidad consubstancial, una divinidad adorada en tres<br />

hypóstasis o personas ( ), ése tal sea anatema. Porque uno solo es Dios y<br />

Padre, de quien todo; y un solo Señor Jesucristo, por quien todo; y un solo Espíritu Santo,<br />

en quien todo. Sobre doctrina trinitaria léase el símbolo Quicumque 2 (DS 75, Dz39) y el<br />

Toletano XI (675) (DS 525ss, Dz 275ss) y el Decretum pro Iacobitis <strong>del</strong> concilio de<br />

Florencia (DS 1330s, Dz 703s). 3 Y recuérdese siempre que el misterio <strong>trinitario</strong> es<br />

misterio en sentido estricto (Cf. Dz 1796, 1816; DS 3016, 3041). Entre Creador y creatura<br />

no se puede señalar una semejanza sin que haya de ser señalada una mayor<br />

desemejanza entre ellos (Dz 432; DS 806).<br />

Una última pregunta, al establecer el Const I una fórmula de la consubstancial Trinidad<br />

(Trinidad en sí), ¿es ése el comienzo <strong>del</strong> camino para un olvido de la Trinidad económica 4 ,<br />

que terminará tendiendo a exiliar la Trinidad de la vida cristiana y aun de su relación a<br />

otros tratados teológicos?<br />

5) El Filioque. El N. T. no sólo llaman al Espíritu Santo, Espíritu de Dios 5 , sino también<br />

Espíritu de su Hijo (Ga 4, 6) y los intercambia (cf. Rm 8, 9-11). 6 Jesús no sólo enviará el<br />

Espíritu (Jn 15, 26) 7 , sino que él mismo lo da (Jn 20, 22; Hch 2, 33; cf. Jn 16, 14s). ¿Qué<br />

relación hay, pues, entre Jesús y el Espíritu? Si vamos al pensamiento patrístico<br />

encontraremos, sobre todo, que el Espíritu Santo procede <strong>del</strong> Padre por ( ) el Hijo. Así<br />

lo formularon los Padres de Oriente (Origenes, Atanasio 8 y los Capadocios 1 ) y los de<br />

sujeto de derecho. Además los latinos no veían cómo comprender tres hypóstasis sino en el sentido de tres substancias‖<br />

(Ib., 209).<br />

Afirma Stramara (op. cit., 674): ―Demostré que antes y después <strong>del</strong> Concilio de Nicea I,<br />

era usado<br />

regularmente para denotar la persona humana. Igualmente, antes de Constantinopla I,<br />

fue sancionado por<br />

ocho sínodos de diversos grados de ortodoxia, como designación teológicamente válida <strong>del</strong> Padre, Hijo y Espíritu Santo.<br />

Era el término aceptado por todos los grupos, a pesar de su mal uso sabeliano;<br />

era el término controvertido<br />

que requería explicación y defensa‖.<br />

1 Cf. Studer, Hypostase, 1257.<br />

2 Se cree que es <strong>del</strong> sur de las Galias, en el comienzo <strong>del</strong> s. V.<br />

3 Véase también el concilio Lateranense IV, DS 800, Dz 428.<br />

4 Cf. A. Grillmeier, Jesus der Christus im Glauben der Kirche. II,1: Das Konzil von Chalkedon (451). Rezeption ind<br />

Widerspruch (451-518), 2a ed., Freiburg 1991, p. 5. Arrio era el que había planteado agudamente el problema respecto<br />

a la Trinidad antes <strong>del</strong> tiempo. El Credo niceno constantinopolitano confiesa su fe económicamente (cf. Wolinski, op.<br />

cit., 130; 160.<br />

5 O dado, enviado por Dios, que viene de de Dios.<br />

6 O de Cristo, de Jesús, <strong>del</strong> Señor (Hch 16, 7; Rm 8, 9; 2Co 3, 17; Flp 1, 16; 1P 1, 11).<br />

7 Lc 24, 49; Jn 16, 7.<br />

8 Cf. Wolinski, op. cit., 145-152.<br />

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HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

Occidente (Tertuliano 2 ). Agustín expresa que procede de ambos, poniendo el fundamento<br />

para la recepción <strong>del</strong> filioque por el magisterio. 3 Si todo lo que tiene el Hijo lo tiene <strong>del</strong><br />

Padre, ciertamente <strong>del</strong> Padre también tiene que de él proceda el Espíritu Santo.. El Hijo es<br />

nacido <strong>del</strong> Padre, y el Espíritu Santo <strong>del</strong> Padre principialmente (originariamente), y sin<br />

ningún intervalo de tiempo, dándolo el Padre, conjuntamente (en comunión: communiter)<br />

procede de ambos. 4 Hay que confesar que el Padre y el Hijo son principio <strong>del</strong> Espíritu<br />

Santo; no son dos principios, sino que como el Padre y el Hijo son un solo Dios, y en<br />

relación a la creatura un Creador y un Señor, así en relación al Espíritu Santo son un<br />

principio. 5<br />

Para Oriente, es característico que el Padre es la única fuente. Se podría hablar de un<br />

esquema dinámico de línea gradual: raíz, árbol, ramas; luz, rayo, resplandor; fuente, río,<br />

agua; planta, flor, olor. Es siempre la dirección de una línea que se extiende en orden fijo y<br />

que mantiene el conjunto orgánico. Una persona divina está unida con las otras, como las<br />

argollas de una cadena de oro o como los colores <strong>del</strong> arco iris. La in<strong>cl</strong>usión <strong>del</strong> Hijo en la<br />

procesión <strong>del</strong> Espíritu sólo puede ser vista como una mediación dinámica. Por eso dicen<br />

por el Hijo.<br />

La concepción latina está más <strong>cl</strong>aramente cerrada en sí. El movimiento va <strong>del</strong> Padre al<br />

Hijo y <strong>del</strong> Hijo de nuevo al Padre, lo que se puede visualizar como un triángulo. Acentúa la<br />

consubstancialidad <strong>del</strong> Padre, <strong>del</strong> Hijo y <strong>del</strong> Espíritu. Muestra la relación <strong>del</strong> Hijo con el<br />

Espíritu como relación de personas intratrinitarias. Es el amor mutuo entre el Padre y el<br />

Hijo. 6 Recubre el dinamismo oriental diciendo que el Padre es principio sin principio, y el<br />

Hijo principio de principio. El que el Espíritu proceda principialmente (originariamente) <strong>del</strong><br />

Padre y que el Hijo esté in<strong>cl</strong>uido en esta procesión, lleva a Agustín y a Occidente a que el<br />

1 Como el Hijo está unido con el Padre y recibe de El el ser, sin por esto ser posterior en la existencia, así recibe, a su<br />

vez, el Espíritu Santo el ser <strong>del</strong> Hijo, porque se concibe primero la hypóstasis <strong>del</strong> Hijo que la <strong>del</strong> Espíritu respecto sólo<br />

a la noción de causa; las duraciones temporales no tienen este lugar respecto a la vida anterior a los siglos. De manera<br />

que, exceptuada la noción de causa, todo es unísono en la Trinidad. (Gregorio de Nisa, C. Eun I, 1, 691). Según G. C.<br />

Berthold (Cyril of Alexandria and the Filioque, p. 146, en Studia Patristica, 19, Leuven 1989, pp. 143-147), "aunque la<br />

fórmula usual de Cirilo es la expresión tradicional <strong>del</strong> Oriente 'por el Hijo', sin embargo, este autor deja en <strong>cl</strong>aro que<br />

igualmente se podría hablar de la procesión <strong>del</strong> Espíritu desde el Hijo." Es <strong>del</strong> Dios y Padre y también <strong>del</strong> Hijo, el<br />

Espíritu que fluye ( ) substancialmente de ambos ( ), es decir <strong>del</strong> Padre por el Hijo (De Ador 1,<br />

PG 68,148A). Procede de ambos ( ) [Padre e Hijo] el Espíritu, el vivificante (2 Ad Reg 51, PG 76,1408B).<br />

Cf. Thes 34, PG 75,585A. Respecto a la cita <strong>del</strong> De Ador, comenta A. de Halleux (Cyrille, Théodoret et le "Filioque",<br />

RHE 74(1979)597-625, p.614): "no mira al origen intra<strong>trinitario</strong> <strong>del</strong> Espíritu Santo, sino que explica simplemente la<br />

imagen divina en el alma de Adán. En otras palabras, se puede afirmar que fuera de la polémica antipneumatómaca,<br />

Cirilo no teologiza jamás sobre el Espíritu Santo sino en un contexto soteriológico." Cf. Epifanio, Ancoratus, 7, PG 43,<br />

29ª; 8, 29 BC ; 70, 148 A ; 71 Véase Dídimo, De Spiritu Sancto, 153 (34);165.<br />

2 Adv Prax 4,1,5, CCL 2, 1162. Cf. Hilario, De trin 12,56,5, PL 10, 470, CCL 62A, 626; Mario Victorino, Adv Ar<br />

4,33, PL 8,1138.<br />

3 El Espíritu Santo, al proceder <strong>del</strong> Padre y <strong>del</strong> Hijo, no se separa. No se separa <strong>del</strong> Padre, no se separa <strong>del</strong> Hijo<br />

(Ambrosio, De Spir I,11,120).<br />

4 Agustín, De Trin XV (47) 26,98-100.113-115, CChL 50A, p. 528s. Cf. Ib., IV (29), 20,102-123, CChL 50, p. 199s;<br />

Cf. Ib., XV, 17 (29), 54-62, PL 42, 1081, CChL 50A, p. 503s). Véase De Trin., XV, 26 (45), 9-18, PL 42, 1092s,<br />

CChL 50A, p. 525.<br />

5 Agustín, De Trin V (15), 14,32-36, CChL 50, p. 223. Acota Sesboüé (Le mystère de la Trinité, 323): Mais Augustin<br />

n‘a jamais dit que le Fils est l‘auteur de la substance de l‘Esprit.<br />

6 Y si la caridad con que el Padre ama al Hijo y el Hijo ama al Padre demuestra la inefable comunión de ambos, ¿qué<br />

cosa más conveniente que propiamente sea llamado caridad aquél que es el Espíritu común de ambos. (Agustín, De Tr<br />

XV (37),19,139-143, CChL 50A, p. 513). Cf. De Trin XV, 17 (29), 64-72, PL 42, 1081, CChL 50A, p. 504; XV, 17<br />

(31), 96-134, PL 42, 1082, CChL 50A, pp. 505-507.<br />

47


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

Padre y el Hijo constituyen un solo principio (así como en la creación hay un solo creador y<br />

Señor).<br />

La fórmula per Filium, aunque alguno la haya criticado de sola instrumentalidad,<br />

expresa mejor que el Filioque la monarquía <strong>del</strong> Padre. Pero ni una ni otra tratan de la<br />

relación <strong>del</strong> Espíritu al Hijo, sino sólo <strong>del</strong> Hijo al Espíritu. Sobre ambos aspectos había<br />

callado el concilio Constantinopolitano I. Son dos teologías complementarias y no se<br />

puede reducir la una a la otra. En los ocho primeros siglos jamás dieron motivo para una<br />

ruptura. Y en ese tiempo el Filioque iba siendo in<strong>cl</strong>uido en diversos credos occidentales.<br />

No se sabe bien si esto comienza con el Toletano primero (440/7). Aparece en Toledo III<br />

(589) 1 : el Espiritu Santo procede <strong>del</strong> Padre y <strong>del</strong> Hijo y es coeterno con el Padre y el Hijo.<br />

El Filioque sería agregado para a<strong>cl</strong>arar la consubstancialidad de los tres en contra de los<br />

arrianos, para in<strong>cl</strong>uir al Hijo en la procesión <strong>del</strong> Espíritu, para mostrar una relación<br />

personal entre el Hijo y el Espíritu. En el Toletano VIII (653) lo habrían probablemente<br />

introducido en el símbolo de Constantinopla. Mientras progresa la recepción en el<br />

Magisterio en España, Francia e Inglaterra, el papa León III se niega ante Carlo Magno a<br />

modificar el Credo romano. Pero en 1014 el papa Benedicto VIII cede ante Enrique II. 2<br />

La primera reacción contra este desarrollo occidental la notamos en Máximo el Confesor<br />

(580-662), quien interpreta el Filioque de los Padres occidentales (y de Cirilo de<br />

Alejandría) como equivalente al per Filium : Sobre la procesión, ellos (los Romanos)<br />

trajeron los testimonios de los Padres latinos, además, ciertamente, el de S. Cirilo de<br />

Alejandría en el estudio sagrado que él hizo sobre el evangelio de S. Juan. A partir de<br />

ellos mostraron que ellos mismos no hacen <strong>del</strong> Hijo la Causa (Aitía) <strong>del</strong> Espíritu -ellos<br />

saben, en efecto, que el Padre es la Causa única <strong>del</strong> Hijo y <strong>del</strong> Espíritu, <strong>del</strong> uno por<br />

generación y <strong>del</strong> otro por ekpóreusis-, pero ellos han explicado que éste proviene<br />

(proïénai) a través <strong>del</strong> Hijo y mostrado así la unidad e inmutabilidad de la esencia". 3<br />

Estos no van contra que el Padre sea la fuente <strong>del</strong> Hijo y <strong>del</strong> Espíritu. El prejuicio oriental<br />

comienza con Juan Damasceno (±650-750). 4 El Espíritu viene <strong>del</strong> Padre, y nosotros lo<br />

1 DS 470. En el Quicumque también aparece<br />

2 Con todo, la Iglesia latina no la ha introducido en el Credo griego sino en el latino.<br />

3 Ep ad Marinum, PG 91,136AB.<br />

4 Puede consultarse Y. Congar, Je crois en l'Esprit Saint, Paris 1995, pp. 582-588. Juan Damasceno desarrolla y<br />

expresa así la noción de pericóresis: Estas hypóstasis están la una en la otra para contenerse mutuamente, siguiendo<br />

esta palabra <strong>del</strong> Señor: Yo estoy en el Padre y el Padre está en mí... Nosotros no decimos tres dioses, el Padre, el Hijo<br />

y el Espíritu Santo. Por el contrario, nosotros decimos un solo Dios, la Santa Trinidad; el Hijo y el Espíritu se<br />

relacionan a un solo Principio, sin composición ni confusión, contrariamente a la herejía de Sabelio. Porque estas<br />

personas están unidas, no para confundirse, sino para contenerse el uno al otro. Existe entre ellos una circuminsesión,<br />

ni separados ni divididos en substancia, contrariamente a la herejía de Arrio. En efecto, para decirlo todo en una<br />

palabra, la divinidad es indivisa en los individuos, igual que en tres soles contenidos el uno en el otro habría una sola<br />

luz por compenetración íntima (De Fide orthodoxa, I, 8, PG 94, 829). Las tres hypóstasis se unen a la vez sin<br />

separación y sin mez<strong>cl</strong>a. Sin división por la unidad ( ) de la naturaleza y la pericóresis mutua<br />

( ). …Así también respecto a la encarnación <strong>del</strong> Logos de Dios. Las dos naturalezas se unen a la vez sin<br />

división y sin mez<strong>cl</strong>a. Sin división por la unidad ( ) de la hypóstasis y por la mutua pericóresis sin mez<strong>cl</strong>a<br />

de las naturalezas (De nat comp, 4, PG 95, 117C-120A). Respecto al uso <strong>trinitario</strong> de pericóresis, afirma Milano (op.<br />

cit., 147): ―Así fue como se reafirma, de un punto de vista decididamente personalista, la doctrina fundamental <strong>del</strong><br />

monoteísmo cristiano. Afirma a la vez la única naturaleza y las tres personas‖.<br />

Congar (op. cit., 72s) cita a J. Grégoire (La relation éternelle de l'Esprit au Fils d'après les écrits de Jean de Damas,<br />

RHE 64(1969)713-755): "Es que su propiedad hypostática, la procesión, sólo es accesible e inteligible, en cuanto se<br />

puede, en referencia al Hijo, así como el soplo sólo es accesible en referencia a la palabra. El espíritu no puede, pues,<br />

revelar al Padre, su causa, por la procesión, sino a través <strong>del</strong> Hijo; y nuestra inteligencia no puede pasar directamente <strong>del</strong><br />

Espíritu al Padre" (Ib., 750s) "Si el Espiritu sale <strong>del</strong> Padre por procesión y permanece en él, al contrario de nuestro<br />

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HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

llamamos Espíritu <strong>del</strong> Padre; por el contrario, no afirmamos que venga <strong>del</strong> Hijo, aunque lo<br />

llamemos Espíritu <strong>del</strong> Hijo. 1 No porque desde El, sino porque a través de El viene <strong>del</strong><br />

Padre. 2 Quiere defender la única fontanalidad <strong>del</strong> Padre; y ya es suficiente para distinguir<br />

el Hijo <strong>del</strong> Espíritu con engendrado y procedido. Se puede considerar que dejaría alguna<br />

puerta abierta para la posición occidental. Focio (±820-897) aprovecha el filioque para<br />

acusar a Roma, indirectamente, de herejía. Se ha comprometido la monarquía <strong>del</strong> Padre 3 ,<br />

el propio actuar de cada una de las tres personas, y, sobre todo, se ha añadido algo al<br />

Credo. Focio enseña que el Espíritu procede directamente <strong>del</strong> Padre sin mediación <strong>del</strong><br />

Hijo. Sin embargo, parece que Focio murió en paz con la iglesia romana. Cuando en 1054<br />

se llega, por diversas causas, al cisma con el patriarca Miguel Cerulario, cisma que dura<br />

<strong>hasta</strong> hoy, al final se le añade la legitimación <strong>del</strong> Filioque. Se trata este tema en el sínodo<br />

de unión de Bari (1098), que está bajo la influencia de Anselmo de Canterbury 4 , pero<br />

conoce el pensamiento de que el Espíritu procede <strong>del</strong> Padre principialmente<br />

(originariamente). El pensamiento de Anselmo era esencialista, y no dinámico, lo que<br />

hubiera sido más propio para convencer a los griegos. El concilio II de Lyon (1274) (DS<br />

850;Dz 460) se ocupa <strong>del</strong> problema, imponiendo los occidentales su fórmula a los<br />

representates <strong>del</strong> Emperador Miguel VIII Paleólogo. Pero no hubo trato directo con la<br />

Iglesia ortodoxa, ni aceptación de parte de ésta. De<strong>cl</strong>aran que no proviene <strong>del</strong> Padre y <strong>del</strong><br />

Hijo como de dos principios sino como de un solo principio. En el concilio de Florencia<br />

(1439ss)(DS 1300-2;Dz 691) hubo realmente un diálogo ecuménico. El Espíritu Santo<br />

desde toda la eternidad procede <strong>del</strong> Padre y <strong>del</strong> Hijo como de un solo principio y de una<br />

única espiración. Pero se reconoce como legítima la perspectiva griega de decir <strong>del</strong> Padre<br />

por el Hijo, y lo que los griegos llaman causa ( ) los latinos llaman principio. Porque<br />

todo lo que es <strong>del</strong> Padre, Este se lo dio al Hijo engendrándolo (salvo el ser padre), por lo<br />

tanto, también le dio el que el Espíritu procediera <strong>del</strong> Hijo. Pero los griegos tienen que<br />

reconocer que la adición <strong>del</strong> Filioque fue lícita y racional. Quizás la unión fracasó porque la<br />

adición al símbolo no estaba suficientemente bien trabajada. Ha servido en cuanto que a<br />

los uniatas no se les exige el Filioque en el Credo 5 Pero a los latinos, a raíz de este<br />

asunto, se achaca un déficit pneumatológico. 6<br />

soplo que se desvanece en el aire, es necesario que esto sea 'penetrando' al Hijo <strong>hasta</strong> reposar y permanecer en él, al<br />

mismo tiempo que en el Padre. Es necesario, en una palabra, que la procesión sea (Juan de Damasco) o que el<br />

Espíritu repose en el Hijo (textos pseudo-cirilianos). El es la expresión dinámica (se estaría tentado de decir<br />

'genética') de la pericóresis, siendo la compenetración y habitación de las hypóstasis la una en la otra la expresión<br />

estática, el resultado eterno de la procesión (Ib., 753). Según este mismo Grégoire, el Padre es la sola causa en<br />

la Trinidad. El Espíritu se reposa en el Verbo y lo acompaña, es decir participa indisolublemente de su actividad<br />

haciéndola manifiesta. El es la revelación y la imagen <strong>del</strong> Hijo. En la actividad divina, el Hijo funda la obra querida por<br />

el Padre y el Espíritu la perfecciona, etc. (Ib., 754s).<br />

1 De Fide Ortod I,8.<br />

2 Ib . I,12. El Espíritu Santo es Dios, intemedio entre el inengendrado y el engendrado, y unido con el Padre por el<br />

Hijo (Ib., I, 13, 77s). Procede <strong>del</strong> Padre sin intervalo ( ) y se reposa en el Hijo (Ib., I, 13, 89).<br />

3 Según Kattenbusch (cf. Courth, p.132 n102), éste va a ser el argumento <strong>cl</strong>ásico de la polémica de parte de Oriente.<br />

4 Para él la esencia divina es el principio de las procesiones intratrinitarias (Monologion 54).<br />

5 Aunque tienen que creerlo. "Aunque los griegos estén obligados a creer que el Espíritu Santo también procede <strong>del</strong><br />

Hijo, sin embargo, no están obligados a decirlo en el Símbolo. Con todo, la costumbre contraria ha sido<br />

laudablemente recibida por los Albaneses de rito griego, y queremos que, dond ella rija, sea mantenida por los mismos<br />

Albaneses y por otras cualequieras Iglesias" (Benedicto XIV, Bula Etsi pastoralis de 1974, en A. Palmieri, Filioque,<br />

DTC, V, col 2309-2343, col 2341. Cf. DS 2527, Dz 1461, etc.<br />

6 Cf. B. Forte, Trinità come storia. Saggio sul Dio cristiano (prospettive teologiche, 5), Torino 1985, pp. 117-120. Dice<br />

este mismo autor (Ib., p. 129): "Hay que reconocer que el valor que se ha atribuido en Occidente a lo visible y a los<br />

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HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

La actual discusión muestra acercamiento. 1 Los ortodoxos reconocen que el Filioque<br />

desde el s. IV está en la tradición occidental y algunos dicen que no es un inconveniente<br />

para la unión. Ciertamente es un obstáculo la adición. Los occidentales dicen que esa<br />

adición no cambia el Credo. 2 Dado que fue una de las fórmulas usadas por Padres<br />

occidentales y orientales, deberían católicos y ortodoxos dejar de llamar ilegítima la<br />

formulación <strong>del</strong> otro. Y esto llevaría al diálogo oficial de ambas Iglesias. El ideal sería la<br />

vuelta al símbolo de Constantinopla, lo que a algunos latinos les gustaría. Pero no parece<br />

realista. Una solución intermedia sería que los latinos pidieran a los orientales una<br />

condescendencia cordial para que quedara tal cual en el símbolo romano.<br />

Recientemente el Consejo pontificio para la promoción de la unidad de los cristianos<br />

publicó un interesante documento a<strong>cl</strong>aratorio sobre el Filioque. 3 Primeramente se refiere a<br />

la fe común expresada por la Iglesia católica y ortodoxa en 1982: "Sin querer resolver aún<br />

las dificultades suscitadas entre el Oriente y el Occidente respecto a la relación entre el<br />

Hijo y el Espíritu, nosotros ya podemos decir juntos que este Espíritu que procede <strong>del</strong><br />

Padre (Jn 15, 26), como de la única fuente en la Trinidad, y que ha llegado a ser el<br />

Espíritu de nuestra filiación (Rm 8, 15), porque es también el Espiritu <strong>del</strong> Hijo (Ga 4, 6),<br />

nos es comunicado particularmente en la Eucaristía, por este Hijo sobre el que reposa, en<br />

el tiempo y en la eternidad (Jn 1, 32)." Después añade: "La Iglesia católica reconoce el<br />

valor conciliar ecuménico, normativo e irrevocable, como expresión de la única fe común<br />

de la Iglesia y de todos los cristianos, <strong>del</strong> símbolo profesado en griego en Constantinopla<br />

el 381 por el segundo Concilio ecuménico... Este símbolo confiesa sobre la base de Jn<br />

15, 26 al Espíritu “ ” ("que toma su origen <strong>del</strong> Padre"). Sólo<br />

el Padre es el principio sin principio (<br />

) de las otras dos personas trinitarias,<br />

la única fuente ( ) y <strong>del</strong> Hijo y <strong>del</strong> Santo Espíritu. El Santo Espíritu toma su origen de<br />

sólo el Padre (<br />

) de manera principial, propia e inmediata. 4 Los Padres<br />

griegos y todo el Oriente cristiano habla a este propósito de la "monarquía <strong>del</strong> Padre", y la<br />

tradición occidental confiesa también, siguiendo a S. Agustín, que el Santo Espíritu toma<br />

su origen <strong>del</strong> Padre principaliter, es decir a título de principio (De Trin XV, 25, 47, PL 42,<br />

1094s). En este sentido, pues, las dos tradiciones reconocen que la "monarquía <strong>del</strong><br />

Padre" implica que el Padre sea la única Causa trinitaria ( ) o principio (principium) <strong>del</strong><br />

Hijo y <strong>del</strong> Santo Espíritu. Este origen <strong>del</strong> Santo Espíritu a partir de sólo el Padre como<br />

principio de toda la Trinidad es llamado<br />

por la tradición griega siguiendo a los<br />

histórico en la experiencia de fe ha repercutido en la e<strong>cl</strong>esiología con una acentuación 'jerarcológica', en la teología<br />

sacramental con los excesos de la doctrina <strong>del</strong> ex opere operato, en moral con una especie de objetivismo normativo y<br />

por tanto con una cierta heteronomía ética; consecuencias todas ellas no tanto <strong>del</strong> Filioque sino <strong>del</strong> mo<strong>del</strong>o de pensar<br />

que subyace a este pensamiento."<br />

1 Según Forte (Ib., pp. 122-132), más alla de las diversas percepciones de un problema teológico, y de una diferencia de<br />

lenguaje (el procedere latino tiene un sentido más indeterminado que el , que indica<br />

ex<strong>cl</strong>usivamente la relación eterna de origen entre el Padre y el Espíritu), hay una diferencia de mentalidad o<br />

hermeneútica respecto a la relación entre Trinidad económica e inmanente. Los occidentales de la primera derivan la<br />

otra; los orientales marcan la diferencia entre ellas.<br />

2 El concilio de Efeso, que prohibe la adición (cf. DS 265; Dz 125) se refiere al símbolo de Nicea, que ya había sido<br />

adaptado por el de Const. I, sin consentimiento previo de los latinos.<br />

3 Les traditions grecque et latine concernant la procession du Saint Esprit. Clarification du Conseil pontifical pour la<br />

promotion de l'unité des Chrétiens (L'Osservatore Romano, 13 de Septiembre de 1995, cf. Doc Cathol, 5 Nov 1995, pp.<br />

941-945).<br />

4 Cf. Tomás, Suma Teológica, I, 36, 3 ad 1.2.<br />

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HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

Padres Capadocios. 1 ... Por esta razón el Oriente ortodoxo siempre ha rehusado la<br />

fórmula<br />

y la Iglesia católica ha rehusado<br />

que sea agregado a la fórmula en el texto<br />

griego <strong>del</strong> símbolo de Nicea-Constantinopla, aun en su uso litúrgico por los latinos. El<br />

Oriente ortodoxo no rehúsa, con todo, toda relación eterna entre el Hijo y el Santo Espíritu<br />

en su origen a partir <strong>del</strong> Padre... Sin embargo, el Oriente ortodoxo expresa felizmente<br />

esta relación con la fórmula<br />

(que toma su origen <strong>del</strong> Padre<br />

por o a través <strong>del</strong> Hijo)... "<br />

"La doctrina <strong>del</strong> Filioque debe ser comprendida y presentada por la Iglesia católica de tal<br />

manera que no pueda dar la apariencia de contradecir la monarquía <strong>del</strong> Padre ni el hecho<br />

de que él es el único origen ( ) de la <strong>del</strong> Espíritu. En efecto, el<br />

Filioque se sitúa en un contexto teológico y linguístico diferente de aquél de la afirmación<br />

de la sola monarquía <strong>del</strong> Padre, único origen <strong>del</strong> Hijo y <strong>del</strong> Espíritu. Contra el arrianismo<br />

todavía virulento en Occidente, él estaba destinado a poner de relieve el hecho que el<br />

Santo Espíritu es de la misma naturaleza divina que el Hijo, sin poner en discusión la única<br />

monarquía <strong>del</strong> Padre... los latinos han traducido <strong>del</strong><br />

símbolo de Nicea-Constantinopla por "ex Patre procedentem" (Mansi VII, 112B). 2 Así se<br />

creó involuntariamente una falsa equivalencia a propósito <strong>del</strong> origen eterno <strong>del</strong> Espíritu<br />

entre la teología oriental de la y la teología latina de la processio. La<br />

griega no significa sino la relación de origen en relación a sólo el Padre en<br />

tanto principio sin principio de la Trinidad. Por el contrario, la processio latina es un<br />

término más común que significa la comunicación de la divinidad consubstancial <strong>del</strong> Padre<br />

al Hijo, y <strong>del</strong> Padre por y con el Hijo al Santo Espíritu. Al confesar al Santo Espíritu "ex<br />

Patre procedentem", los latinos no podían, por tanto, no suponer un Filioque implícito que<br />

sería explicitado más tarde en su versión litúrgica <strong>del</strong> símbolo..."<br />

Y este documento prosigue más a<strong>del</strong>ante: "Una teología análoga [a la<br />

occidental] se había desarrollado en la época patrística en alejandría a partir de S.<br />

Atanasio. Como en la tradición latina, ella se expresaba con el término más común de<br />

procesión ( ) designando la comunicación de la divinidad al Santo Espíritu a partir<br />

<strong>del</strong> Padre y <strong>del</strong> Hijo en su comunión consubstancial: "El Espíritu procede ( ) <strong>del</strong><br />

Padre y <strong>del</strong> Hijo; es evidente que él es de la substancia divina, procediendo ( )<br />

substancialmente ( ) en ella y de ella" (S. Cirilo de Alejandría, Thes, PG 75,<br />

585A). En el siglo VII los Bizantinos fueron choqueados por una confesión de fe <strong>del</strong> Papa<br />

que contenía el Filioque a propósito de la procesión <strong>del</strong> Santo Espíritu, procesión que<br />

ellos traducían inexactamente por<br />

San Máximo el Confesor escribió entonces<br />

desde Roma una carta que articula mutuamente las dos aproximaciones -la capadocia y la<br />

latino-alejandrina- respecto al origen eterno <strong>del</strong> Espíritu: el Padre es el solo principio sin<br />

principio (en griego ) <strong>del</strong> Hijo y <strong>del</strong> Espíritu; el Padre y el Hijo son fuente<br />

consubstancial de la procesión ( ) de este mismo Espíritu... 3 Según S. Máximo,<br />

que aquí se hace eco de Roma, el Filioque no concierne la<br />

<strong>del</strong> Espíritu<br />

1 "En efecto, S. Gregorio de Nacianzo, el Teólogo, caracteriza la relación de origen <strong>del</strong> Espíritu a partir <strong>del</strong> Padre con el<br />

término propio de que él distingue de aquél de procesión ( ) que el Espíritu tiene en común con<br />

el Hijo..."<br />

2 Nosotros diríamos que significa salir <strong>del</strong> origen; procedere, en cambio, avanzar.<br />

3 Véase Ep a Marino de Chipre, PG 91, 136AB)<br />

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HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

provenido <strong>del</strong> Padre en cuanto fuente de la Trinidad, sino que manifiesta su<br />

(processio) en la comunión consubstancial <strong>del</strong> Padre y <strong>del</strong> Hijo, ex<strong>cl</strong>uyendo una eventual<br />

interpretación subordinacionista de la monarquía <strong>del</strong> Padre. El hecho que en la teología<br />

latina y alejandrina el Santo Espíritu proceda ( ) <strong>del</strong> Padre y <strong>del</strong> Hijo en su<br />

comunión consubstancial no significa que es la esencia o la substancia divina que procede<br />

en él sino que ella le es comunicada a partir <strong>del</strong> Padre y <strong>del</strong> Hijo que la tienen en<br />

común. 1 …”<br />

"En 1274 el segundo concilio de Lyon ha confesado "el Santo Espíritu procede<br />

eternamente <strong>del</strong> Padre y <strong>del</strong> Hijo, no como de dos principios sino como de un solo<br />

principio (tanquam ex uno principio)" (DS 850)... El Catecismo de la Iglesia Católica<br />

interpreta esta fórmula de la manera siguiente en el núm. 248: "El orden eterno de las<br />

personas divinas en su comunión consubstancial implica que el Padre sea el origen<br />

primero <strong>del</strong> Espíritu en tanto que 'principio sin principio' (DS 1331), pero también que en<br />

tanto que Padre <strong>del</strong> Hijo Unico él sea con él 'el único principio de donde procede el<br />

Espíritu Santo"... Para la Iglesia católica "la tradición oriental expresa ante todo el carácter<br />

de origen primero <strong>del</strong> Padre en relación al Espíritu. Confesando al Espíritu como 'sacando<br />

su origen <strong>del</strong> Padre'<br />

cf. Jn 15, 26), ella afirma que éste<br />

saca su origen <strong>del</strong> Padre por el Hijo. La tradición occidental expresa sobre todo la<br />

comunión consubstancial entre el Padre y el Hijo al decir que el Espíritu procede <strong>del</strong> Padre<br />

y <strong>del</strong> Hijo (Filioque)... Esta legítima complementaridad, si no se la endurece, no afecta la<br />

identidad de la fe en la realidad <strong>del</strong> mismo misterio confesado" (Catecismo de la Iglesia<br />

Católica, núm. 248). Consciente de esto la Iglesia católica ha rehusado que sea agregado<br />

un a la fórmula <strong>del</strong> símbolo de Nicea-<br />

Constantinopla en las Iglesias, aun de rito latino, que lo utilizan en griego; la utilización<br />

litúrgica de este texto original permanece siempre legítima en la Iglesia católica."<br />

"Si es correctamente situado, el Filioque de la tradición latina no debe conducir a una<br />

subordinación <strong>del</strong> Espíritu Santo en la Trinidad. Aun si la doctrina católica afirma que el<br />

Santo Espíritu procede <strong>del</strong> Padre y <strong>del</strong> Hijo en la comunicación de su divinidad<br />

consubstancial, ella no reconoce menos la realidad de la relación original que el Santo<br />

Espíritu tiene en cuanto persona con el Padre, relación que los Padres griegos expresan<br />

con el término de<br />

. Igualmente, aun si en el orden <strong>trinitario</strong> el Santo Espíritu es<br />

consecutivo a la relación entre el Padre y el Hijo puesto que toma su origen <strong>del</strong> Padre en<br />

tanto que éste es Padre <strong>del</strong> Hijo Unico, es en el Espíritu donde esta relación entre el<br />

Padre y el Hijo alcanza ella misma su perfección trinitaria. Así como el Padre es<br />

caracterizado como Padre por el Hijo que él engendra, así también, al tomar su origen <strong>del</strong><br />

Padre, el Espíritu lo caracteriza de manera trinitaria en su relación al Hijo y caracteriza de<br />

manera trinitaria al Hijo en su relación al Padre: en la plenitud <strong>del</strong> misterio <strong>trinitario</strong> ellos<br />

son Padre e Hijo en el Espíritu Santo. El Padre no engendra al Hijo sino espirando<br />

( en griego) por él al Espíritu Santo, y el Hijo no es engendrado por el Padre<br />

sino en la medida en que la espiración ( en griego) pasa por él. El Padre no es el<br />

Padre <strong>del</strong> Hijo Unico sino siendo para él y por él el origen <strong>del</strong> Santo Espíritu. El Espíritu no<br />

precede al Hijo, puesto que el Hijo caracteriza como Padre al Padre <strong>del</strong> que el Espíritu<br />

toma su origen, lo que constituye el orden <strong>trinitario</strong>. Pero la espiración <strong>del</strong> Espíritu a partir<br />

<strong>del</strong> Padre se hace por y a través (estos son los dos sentidos de en griego) <strong>del</strong><br />

engendramiento <strong>del</strong> Hijo que ella caracteriza de manera trinitaria."<br />

1 El documento presenta lo dicho en DS 804s al respecto.<br />

52


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

"¿Cuál es el carácter <strong>trinitario</strong> que la persona <strong>del</strong> Santo Espíritu aporta a la relación aun<br />

entre el Padre y el Hijo? Se trata <strong>del</strong> rol original <strong>del</strong> Espíritu en la economía en relación a<br />

la misión y a la obra <strong>del</strong> Hijo. El Padre es el amor en su fuente (cf. 2Co 13, 13; 1Jn 4,<br />

8.16), el Hijo es "el Hijo de su amor" (Col 1, 13). También una tradición, que remonta a<br />

Agustín, ha visto en "el Espíritu Santo que ha derramado en nuestros corazones <strong>del</strong> amor<br />

de Dios" (Rm 5, 5) el amor como Don eterno <strong>del</strong> Padre a su "Hijo bienamado" (Mc 1, 11; 9,<br />

7; Lc 20, 13; Ef 1, 6)."<br />

"El amor divino que tiene su origen en el Padre reposa en "el Hijo de su amor" para existir<br />

consubstancialmente por medio de éste en la persona <strong>del</strong> Espíritu, el Don de amor. Esto<br />

da cuenta <strong>del</strong> hecho que el Espíritu Santo orienta por el amor toda la vida de Jesús hacia<br />

el Padre en el cumplimiento de su voluntad. El Padre envía a su Hijo (Ga 4, 4) cuando<br />

María lo concibe por la operación <strong>del</strong> Espíritu Santo (cf. Lc 1, 35). Este manifiesta a Jesús<br />

como Hijo <strong>del</strong> Padre en el bautismo, reposando sobre él (cf. Lc 3, 21s; Jn 1, 33). El<br />

empuja a Jesús al desierto (cf. Mc 1, 12). Jesús vuelve de ahí "lleno <strong>del</strong> Espíritu Santo" (Lc<br />

4, 1); después comienza su ministerio "con la fuerza <strong>del</strong> Espíritu" (Lc 4, 14). Se estremece<br />

de gozo en el Espíritu bendiciendo al Padre por su designio benevolente (cf. Lc 10, 21).<br />

Elige sus apóstoles "bajo la acción <strong>del</strong> Espíritu Santo" (Hch 1, 2). Expulsa los demonios<br />

por el Espíritu de Dios (Mt 12, 28). Se ofrece a sí mismo al Padre 'por un Espíritu eterno"<br />

(Hb 9, 14). Sobre la cruz él "entrega su Espíritu" entre las manos <strong>del</strong> Padre (Lc 23, 46). Es<br />

"en él" que él desciende a los infiernos (1P 3, 19) y es por él que él es resucitado ( cf. Rm<br />

8, 11) y "establecido en su poder de Hijo de Dios" (Rm 1, 4). Este rol <strong>del</strong> Espíritu en lo más<br />

íntimo de la existencia <strong>del</strong> Hijo de Dios hecho hombre fluye de una relación trinitaria eterna<br />

por la que el Espíritu caracteriza en su misterio de Don de amor la relación entre el Padre<br />

como fuente de amor y su hijo bien amado. "<br />

"El carácter original de la persona <strong>del</strong> Espíritu como Don eterno <strong>del</strong> amor <strong>del</strong> Padre por su<br />

Hijo bien amado manifiesta que el Espíritu, bien que fluyendo <strong>del</strong> Hijo en su misión, es<br />

aquél que introduce a los hombres en la relación filial de Cristo a su Padre, porque esta<br />

relación no encuentra su carácter <strong>trinitario</strong> sino en él: "Dios ha enviado a nuestros<br />

corazones el Espíritu de su Hijo que <strong>cl</strong>ama: !Abba, Padre! (Ga 4, 6). En el misterio de<br />

salvación y en la vida de la Iglesia, el Espíritu hace, pues, mucho más que prolongar la<br />

obra <strong>del</strong> Hijo. En efecto, todo aquello que Cristo ha instituido -la Revelación, la Iglesia, los<br />

sacramentos, el ministerio apostólico y su magisterio- requiere la invocación constante<br />

( <strong>del</strong> Espíritu Santo y su acción ( ) para que se manifieste "el amor que<br />

nunca pasa' (1Co 13, 8) en la comunión de los santos en la vida trinitaria." Hasta aquí los<br />

extractos <strong>del</strong> documento <strong>del</strong> Consejo pontificio para la promoción de la unidad de los<br />

Cristiano.<br />

53


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

9.- ENFOQUE SOTERIOLÓGICO DE ATANASIO DE ALEJANDRÍA (±295-373).<br />

Introducción. Antes se lo valoraba sobre todo por su defensa de Nicea y sus esfuerzos<br />

pastorales. Ahora se destaca también su valor teológico, especialmente en relación a la<br />

Trinidad. 1 Es discípulo de Orígenes, pero pone tres acentos específicos: acentúa la<br />

igualdad substancial <strong>del</strong> Padre y <strong>del</strong> Hijo y <strong>del</strong> Espíritu Santo, con lo que supera todo<br />

subordinacionismo; igualmente sale al paso a una consideración insuficiente no sólo <strong>del</strong><br />

Logos sino <strong>del</strong> Espíritu; tiene una perspectiva soteriológica que le da un antropocentrismo<br />

contrapuesto a la dirección cosmológica de los Padres primitivos.<br />

Es el gran defensor <strong>del</strong> consubstancial de Nicea. 2 El Hijo es semejante en todo al Padre. 3<br />

Es, por naturaleza, de la misma substancia <strong>del</strong> Padre, propio de ( ) su substancia. Es el<br />

resplandor <strong>del</strong> Padre, impronta de su substancia, su imagen. 4 Es la sabiduría creadora de<br />

Dios. 5 Existiendo siempre el Padre, es necesario que lo propio de su substancia exista<br />

siempre. 6 Siendo la forma ( ) y la divinidad <strong>del</strong> Padre el ser <strong>del</strong> Hijo,<br />

consecuentemente el Hijo está en el Padre y el Padre en el Hijo…para que la identidad de<br />

la divinidad muestre la unidad de la substancia. 7 El Hijo es íntegro Dios ( ). 8 El<br />

Hijo es engendrado no por voluntad, como la creación, sino que Él es la voluntad viva <strong>del</strong><br />

Padre. 9 El engendrar es de la naturaleza. Así como el Padre es bueno por naturaleza, así<br />

así siempre es<br />

por naturaleza. 10 Pero el Padre quiere al Hijo. El hijo, con la<br />

1 Según Gregorio de Nacianzo (Orat 21, 33), es el primero en confesar una esencia de tres nombres divinos. Según<br />

Meijering (Orthodoxy …, p. e. 135; 146s) su doctrina es antiplatónica (rechaza la jerarquçia descendente divina), pero<br />

con gran recurso al lenguaje <strong>del</strong> platonismo medio, lo que puede tomar de sus maestros.<br />

2 Cf. p. e. De Syn, 33ss. Consubstancial es lo que corresponde a ser hijo, engendrado, de la substancia <strong>del</strong> Padre. Así<br />

la divinidad (única) <strong>del</strong> Padre es la que está en el Hijo (cf. Ib., 52).<br />

Una de las grandes objeciones de los arrianos es el de Pr 8, 22. Atanasio responde que en ese caso no es<br />

contrario a , y sobre todo que se dice de su humanidad (cf. p. e. C. Arian,, 2, III.44; véase Ib., I, 56.60ss).<br />

La Oratio contra Arianos III no refleja el mismo tono, etc., que I y II, sino que parece posterior, lo que no ex<strong>cl</strong>uye de<br />

por sí que sea de Atanasio. Ch. Kannengiesser, después de un extenso y sutil análisis (Athanase d‟Alexandrie, évêque<br />

et écrivain. Une lecture des Traités contre les Ariens (Théologie Historique, 70), Paris1983) con<strong>cl</strong>uye que es de otro<br />

autor. Pero según la respectiva recensión de G. C. Stead (pp. 227-229, JTS 36(1985)227-229), su argumentación no<br />

prueba esta nueva hipótesis.<br />

3 P. e. C. Arian,, II, 22.40. En efecto, es necesario que la imagen sea tal cual es el Padre de ella (C. Arian,, 1, 20).<br />

El Hijo dice que el Padre es mayor. Pero no por alguna grandeza ni por un tiempo sino por ser engendrado por el<br />

mismo Padre (C. Arian,, I, 58). El mismo Hijo no lo es por participación, sino es propio <strong>del</strong> Padre (C.<br />

Arian, III, 1).<br />

4 Cf. p. e. C. Arian,, II, 33; III, 1. ¿Acaso alguien vio alguna vez la luz sin el resplandor?, ¿o quién se atreve a decir<br />

que la impronta es otra cosa ( ) que la substancia? (C. Arian,, II, 32). Lo que se dice <strong>del</strong> Padre, lo mismo<br />

dicen las Escrituras <strong>del</strong> Hijo, salvo sólo el ser llamado Padre (De Syn 49, PG 26, 780B). Respecto al Logos como<br />

imagen de Dios, a diferencia <strong>del</strong> hombre que es<br />

, cf. R. Bernard, L‟image de Dieu d‟après saint Athanase<br />

(Théologie, 25), Paris 1952.<br />

5 Cf. p. e. C. Arian,, II, 80.<br />

6 C. Arian,, I, 29. El Logos no tiene el existir en otro principio, sino en el Padre, a quien también ellos reconocen<br />

sin principio, para que también Él subsista en forma sin principio en el Padre, siendo su engendrado y no su<br />

creatura (C. Arian,, II, 57). Dios no llegó a ser padre. Todo lo <strong>del</strong> Padre es <strong>del</strong> Hijo.<br />

7 C.Arian, III, 3. El Logos tiene real y verdadera identidad con el Padre (C. Arian, III, 22). La afirmación <strong>del</strong> único<br />

Dios va contra los ídolos (cf. p. e. C. Arian, III, 7-9).<br />

8 Cf. p. e. C. Arian, III, 6.<br />

9 Cf. C.Arian, III, 59-67).<br />

10 C.Arian, III, 66.<br />

54


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

misma con la que es querido ( ) por el Padre, con esa misma Él ama y<br />

quiere ( ) y honra al Padre. 1 Repetido argumento de la divinidad <strong>del</strong> Logos es ser éste<br />

éste el creador. 2 El producir (<br />

) y crear es sólo de Dios y de su propio Logos y<br />

Sabiduría. 3 Conocemos a Dios a través <strong>del</strong> Logos (su imagen). 4<br />

Para Atanasio la confesión trinitaria es el fundamento de la fe y de la Iglesia (cf. Mt<br />

28,19). 5 No sólo está fundada en el bautismo sino también en la predicación. El bautismo<br />

de los arrianos y de los trópicos 6 es sin contenido ni virtud, porque no bautizan en el<br />

nombre de la verdadera Trinidad. 7 Hay que contentarse con la fe sin locas preguntas 8 , las<br />

las que son propias de algunos arrianos. Es, en efecto, según la fe apostólica que nos ha<br />

sido transmitida por los Padres, que yo transmito; yo no he imaginado nada ajeno. Yo he<br />

puesto por escrito lo que había aprendido, en conformidad con las Santas Escrituras. 9<br />

Pero tiene que a<strong>cl</strong>arar para defender, contra arrianos y sabelianos, tanto la unidad de la<br />

esencia como la diferencia de los tres. Así también la divinidad <strong>del</strong> Hijo es la <strong>del</strong> Padre.<br />

Luego, es indivisible y así es un solo Dios. Y no hay otro fuera de Él. Así, pues, siendo<br />

ellos uno y siendo una la divinidad, lo mismo se dice <strong>del</strong> Hijo que lo que se dice sobre el<br />

Padre, sin decirse que es Padre. 10 Toma de Orígenes las imágenes de fuente y río, de luz<br />

y resplandor. El Hijo está en el Padre, en cuanto se puede entender, porque todo el ser <strong>del</strong><br />

Hijo es propio de la naturaleza <strong>del</strong> Padre, como el reflejo de la luz y el río de la fuente... y<br />

al revés, el Padre está en el Hijo, porque lo propio que viene <strong>del</strong> Padre se encuentra ser el<br />

Hijo, como en el reflejo está el sol y en la palabra el espíritu( ) y en el río la fuente. 11<br />

Se pierde la salvación si se mez<strong>cl</strong>a lo creado con lo increado en Dios.<br />

La unidad substancial divina. Esto no sólo es afirmado contra Arrio sino contra todos los<br />

subordinacionistas. La Trinidad no ha llegado a ser, sino que hay una divinidad eterna y<br />

única en la Trinidad, y existe una sola gloria de la santa Trinidad... La fe de los cristianos<br />

conoce una sola Trinidad inmutable, perfecta, que siempre permanece igual a sí misma,<br />

bienaventurada, a la que no se agrega nada ni se piensa que alguna vez le hubiera faltado<br />

algo: ambas cosas son impías. 12 No está constituida de Creador y creatura, sino toda ella<br />

es fuerza creadora y productora. 13 Cuando Atanasio habla de naturaleza divina, no está<br />

1 C.Arian, III, 66.<br />

2 El Logos es el que mueve y armoniza toda la creación (cf. p. e. C. G. 42-44).<br />

3 C. Arian,, II, 29. El Padre crea por medio <strong>del</strong> Hijo: Siendo Éste imagen y sabiduría <strong>del</strong> Padre, hace lo <strong>del</strong> Padre<br />

(C. Arian,, II, 29). Donde está el Padre, ahí está el Hijo…lo que hace el Padre, lo hace por medio <strong>del</strong> Hijo (C.<br />

Arian,, II, 41). Véase p. e. C.G..46.<br />

4 C. G., 29.<br />

5 Ad Ser I,28; III,6: ésta es la fe de la Iglesia católica, porque es en la Trinidad donde el Señor la ha fundado y<br />

enraizado. También es un testimonio <strong>trinitario</strong> Jn 4,21.23.24 (Ad Ser I,33).<br />

6 Los trópicos tienen al Espíritu por creatura.<br />

7 P.e. Ad Ser I,30.<br />

8 Los discípulos no buscaron curiosamente por qué va en segundo lugar el Hijo y en tercero el Espíritu, y por qué, en<br />

definitva, hay Trinidad; sino que creyeron lo que habían oído (Ad Ser IV,5). Cf. p. e. C. Arian,, II, 32.36.<br />

9 Ad Ser I, 33. Cf. De Incarn, 56, 4-12.<br />

10 C. Arian, III, 4.<br />

11 C Arian III,2. Cf. p.e. Ad Ser I,19. Siendo el Padre la fuente y el Hijo llamado río, decimos que bebemos <strong>del</strong><br />

Espíritu (Ad Ser I, 573D).<br />

12 C. Arian I, 18.<br />

13 Ad Ser I, 28. L. Bouyer (L‟incarnation et l‟Église-Corps du Christ dans la théologie de saint Athanase (Unam<br />

Sanctam, 11), Paris 1943, p. 79) afirma: ―Ahí está precisamente una de las originalidades más profundas <strong>del</strong><br />

55


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

pensando en una esencia abstracta sino en la pericoresis eterna. Cuando es nombrado el<br />

Padre, también está su Logos ahí, y el Espíritu en el Hijo. También cuando el Hijo es<br />

nombrado, está el Padre en el Hijo, y el Espíritu no está fuera <strong>del</strong> Logos. 1 La mútua<br />

compenetración e inhabitación de los tres se muestra en fórmulas como: Porque el Padre<br />

todo lo hace a través <strong>del</strong> Hijo en el Espíritu Santo. 2 Esto vale tanto para el orden de la<br />

creación como de la redención. 3 Para que la autocomunicación trinitaria sea salvadora no<br />

puede experimentar ninguna ruptura creada. Porque la divinidad de la Trinidad es una,<br />

que se conoce a partir <strong>del</strong> único Padre. 4<br />

Consistencia personal. Igualmente destaca la consistencia específica de cada uno de los<br />

tres. La Trinidad no es sólo según el nombre o el sonido de la palabra, sino en verdad y<br />

realidad. Porque, como el Padre existe, así existe también su Logos y es Dios sobre todo,<br />

y el Espíritu no carece de existencia sino que es y subsiste verdaderamente. 5 Atanasio no<br />

aporta una terminología para distinguir las personas de la naturaleza divina. No usa ni<br />

ni De tres en Dios no habla, aunque lo permite como<br />

válido en el sínodo <strong>del</strong> 362. Pero todavía en el 369 usa<br />

como sinónimo de<br />

. Habla en concreto de lo propio e inintercambiable de cada uno. Son ciertamente<br />

dos, porque el Padre es Padre y no también Hijo; y el Hijo es Hijo y no también Padre. 6 El<br />

Padre es la fuente y eternamente engendra al Hijo, su eterna Palabra. Pero esto no lo<br />

puede a<strong>cl</strong>arar, porque es propio de Dios 7 Sin el Hijo no sería Padre, como sin resplandor<br />

no habría luz. Nicea con el<br />

habia expresado que el Logos no es creatura. Al<br />

decir Atanasio que el Hijo es eternamente engendrado tiene en vista a los arrianos.<br />

Atanasio reafirma su pensamiento con la encarnación. Formula como finalidad y carácter<br />

de la Sagrada Escritura...su doble enseñanza sobre el Salvador, según la cual El siempre<br />

fue Dios y es Hijo como palabra, resplandor y sabiduría <strong>del</strong> Padre, y, posteriormente, por<br />

nuestra causa, tomando carne de María virgen y Madre de Dios, se hizo hombre. 8 Esto<br />

in<strong>cl</strong>uye también la crucifixión. Si no es verdadero Dios, no hay salvación. El se hizo<br />

pensamiento de Atanasio: la creación no es sino un rebrote (rejaillissement) de la sobreabundancia de esta vida divina<br />

que consiste esencialmente en el engendramiento eterno <strong>del</strong> Verbo‖. Si no hay Hijo, ¿cómo decís, entonces, que Dios es<br />

creador, si todo lo que fue hecho justamente lo ha sido por el Logos y en la Sabiduría…? Si, según ellos, la misma<br />

esencia divina no es fecunda, sino estéril como una luz que no ilumina y una fuente seca, ¿cómo no se averguenzan al<br />

decir que ella tiene fuerza creadora? (C. Arian, II, PG 26, 149BC).<br />

1 Ad Ser I,14, Cf. C. Arian III,15. El que llama a Dios Padre, inmediatamente concibe y contempla al Hijo (C. Arian,<br />

I, 33; cf. Ib., I, 6).<br />

2 Ad Ser I, 28. Cf. I, 9. El Padre por medio <strong>del</strong> Logos y en el Espíritu Santo hace todas las cosas y así la unidad de la<br />

santa Trinidad es salvaguardada (Ad Ser, I, 28, 596D). Nada existe que no haya llegado a ser y no sea operado por el<br />

Logos en el Espíritu (Ad Ser, I, 31, 601A). Única es la gracia que viene <strong>del</strong> Padre por el Hijo en el Espíritu Santo<br />

completada (<br />

) (Ad Ser, I, 565B; cf. Ad Ser, I, 25, 589B).<br />

3 Cf. Ad Ser I,14. Como fundamento bíblico, además de Mt 28,19, pone diversas fórmulas paulinas de unidad (1 Co<br />

12,4-6; 2Co 13,13; Ef 4,5s). En la Iglesia se anuncia un Dios, el que está sobre todo, a través de todo y en todo: sobre<br />

todo, es decir como Padre, como comienzo y fuente; a través de todo, a través <strong>del</strong> Logos, y en todo, en el Espíritu Santo<br />

(Ad Ser I,28).<br />

4 Ad Ser, III, 6, 636C. En la Iglesia se pro<strong>cl</strong>ama un solo Dios, el Padre (Ep ad Epict, 9, PG 26, 1065B).<br />

5 Ad Ser I, 18. El Padre es perfecto, y plenitud de la divinidad es el Hijo (C. Arian, III, 1, cf. Ib., III, 6)<br />

6 C. Arian III,4. Cf. Ad Ser I,16.<br />

7 Cf. C Arian II,36.<br />

8 C. Arian III, 29. Este es el (cf. H. J. Sieben, Herméneutique de l‟exégèse <strong>dogma</strong>tique d‟Athanase, p. 205ss,<br />

en Ch. Kannengiesser, Politique et théologie chez Athanase d‟Alexandrie (Théologie Historique, 27), Paris 1971, pp.<br />

195-214). Hay que fijarse si los dichos se refieren al preexistente o al encarnado.<br />

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HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

hombre para que nosotros seamos hechos Dios. Y El mismo se hizo visible en su cuerpo<br />

para que nosotros tuviéramos una idea <strong>del</strong> Padre invisible. El soportó los ultrajes de los<br />

hombres para que nosotros heredáramos la incorruptibilidad. 1<br />

Encarnación. No convenía que la redención fuera por medio de otro, sino por medio de<br />

aquel que, por naturaleza, es Señor, para que creados por medio <strong>del</strong> Hijo no<br />

nombráramos a otro como Señor. 2 Y siendo Hijo de Dios, en la consumación de los siglos<br />

siglos se hizo hijo <strong>del</strong> hombre. 3 Según Smulders, Atanasio tiene en el De Incarnatione<br />

Verbi influencia de Orígenes, y más todavía de Ireneo 4 . Aquí aparece la idea de<br />

intercambio de Ireneo, pero sin la recapitulación y santificación de la existencia humana.<br />

Atanasio es más estático y la divinización 5 es más importante que la contraposición<br />

obediencia-desobediencia. A consecuencia de este desplazamiento en la idea de<br />

intercambio, no necesita Atanasio introducir en el Hijo encarnado un principio de actividad<br />

humana ni reconocer en él un alma humana. Le dará escasa importancia al alma y, si la<br />

introduce después, será como componente de la naturaleza humana. 6 Cuando enumera<br />

los aspectos humanos de Jesús son siempre los pasivos, como el hambre, la sed, la<br />

ignorancia, la pasión y la muerte. El argumento sobre el intercambio es fundamental en la<br />

polémica contra los arrianos: sólo nos puede divinizar si es verdaderamente Dios. Por<br />

tanto, ésos niegan que el Hijo proceda <strong>del</strong> Padre por naturaleza..., y discuten también que<br />

haya asumido verdadera carne humana de María siempre virgen. En efecto, para nosotros<br />

los hombres tan inútil sería que el Logos no fuera el verdadero Hijo de Dios por naturaleza<br />

1 De Incarn, 54, 13-17. Cf. Ad A<strong>del</strong>ph 4, PG 26,1077A. El Logos de Dios, permaneciendo el mismo, para la salvación<br />

y bien de los hombres, asumió un cuerpo humano a fin de que, participando en el género humano, hiciera partícipes a<br />

los hombres de la naturaleza divina y espiritual (Vita Ant, 74, 4).<br />

2 C. Arian, II, 14. Véase p. e. Ib., I, 49s. ¿Mediante quién y por quién convenía que fuera dado el Espíritu, sino por<br />

el Hijo de quien era el Espíritu? (Ib., I, 50).<br />

3 C. Arian, I, 25; cf. p. e. I, 45). (C. Arian, III, 30).<br />

4 La vida <strong>del</strong> hombre consiste en su adhesión a Dios. Cuando el hombre deja a Dios, se condena a muerte (cf. 44). La<br />

vida sólo puede ser otorgada a los hombres si el Dios-Palabra, que es la vida, se instala en nuestro cuerpo humano,<br />

redime nuestra deuda y vence a la muerte con su poder vivificador (cf. 8-10)<br />

5 Siendo Dios, después ha llegado a ser hombre para que más bien nos divinice a nosotros (C. Arian, I, 39). Siendo<br />

Dios asumió la carne, y estando en la carne divinizó la carne (C. Arian, III, 8). En Cristo todos somos vivificados,<br />

no siendo ya carne terrestre, sino en a<strong>del</strong>ante hecha logos (<br />

) por el Logos de Dios, el que por nosotros<br />

se hizo carne (C. Arian, III, 33).<br />

Dice Bouyer (op. cit., 127): ―Porque, para Atanasio, la encarnación en nuestra carne implica que aquel que se<br />

encarna en ella recibe en ella nuestras ‗pasiones‘ y nuestra muerte; y ella recibe de Él para nosotros, su impasibilidad<br />

y su incorruptibilidad. …los cristianos y el Cristo no hacen sino un solo ser, siendo la Iglesia (humanidad<br />

regenerada) el cuerpo de Cristo con toda la fuerza realista de la expresión de San Pablo.‖ Y añade en la página<br />

siguiente: ―Finalmente, que tampoco haya nada de ‗mecánico‘ para los rescatados en esta redención, lo que lo prueba<br />

es que se nos ha permitido hablar de la Iglesia-cuerpo de Cristo (en vez de la humanidad) en la teología de San<br />

Atanasio: es decir, que esta in<strong>cl</strong>usión de los rescatados en Cristo redentor evidentemente no es es sino potencial.‖<br />

6 El Redentor no tenía un cuerpo sin alma, sin sensibilidad o sin razón. Pues como quiera que el Señor se hizo hombre<br />

por nosotros, no es posible que su cuerpo sea sin razón o puro cuerpo, sino que en el mismo Logos sucedió la salvación<br />

<strong>del</strong> alma. El que era verdaderamente Hijo de Dios, se hizo también hijo <strong>del</strong> hombre y siendo Hijo de Dios unigénito, el<br />

mismo se hizo también primogénito entre muchos hermanos (Tom Ant , 7, PG 26, 804Bs) (sínodo <strong>del</strong> 362 de Alejandría;<br />

véase la posición de Apolinar en Ep Ad Diocesar, 2, Lietzmann 256). Cf. Ep ad Epict 7s. Según Grillmeier (Jesus II,2,<br />

96 n. 229), el auténtico Atanasio no tiene ninguna enseñanza sobre el alma de Cristo. Véase Vita Ant, 74, 4-7. Según<br />

De Incarn 17, 2, así como el Logos daba vida al universo, la daba al cuerpo de Cristo. Véase la complementación crítica<br />

de J. Roldanus, Le Christ et l‟homme dans la théologie d‟Athanase d‟Alexandrie. Étude de la conjonction de sa<br />

conception de l‟homme avec sa christologie (Studies in the History of Christian Thought, 4), Leiden 1977, 2ª ed, p.<br />

252ss. Consúltese también la opinión de Bouyer, op. cit., p. 101-103.<br />

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HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

como que no fuera verdadera carne la que asumió. 1 Atanasio distingue lo que le compete<br />

al Hijo por razón de su naturaleza divina y lo que le viene por su encarnación. 2 Deja <strong>cl</strong>aro<br />

que uno y el mismo es el Hijo eterno de Dios 3 y el hombre Jesús. 4 Si reconocemos lo<br />

propio de cada cosa ( ) y vemos y entendemos ambas hechas por uno, creemos<br />

rectamente. 5<br />

El Espíritu Santo es el agua divina que bebemos, es la iluminación que nos es<br />

participada desde el Padre por el Hijo. El Padre siendo la luz y el Hijo su resplandor, ... se<br />

puede también ver en el Hijo el Espíritu por el que nosotros somos iluminados...Y todavía,<br />

siendo el Padre la fuente y el Hijo llamado río, se dice que nosotros bebemos <strong>del</strong> Espíritu. 6<br />

Espíritu. 6 El Hijo y el Espíritu proceden <strong>del</strong> Padre, lo que ex<strong>cl</strong>uye que sean creaturas. 7<br />

Atanasio distingue el proceder <strong>del</strong> Espíritu <strong>del</strong> ser engendrado <strong>del</strong> Hijo 8 : tienen diferentes<br />

nombres y funciones. 9 El Espíritu revela al Hijo 10 y nos hace conocer al Padre. El con<strong>cl</strong>uye<br />

con<strong>cl</strong>uye la participación en la vida divina que nos entrega el Hijo 11 , y así obra nuestra<br />

santificación, renovación e iluminación. 12 La condición propia que hemos conocido <strong>del</strong><br />

Hijo respecto al Padre, la misma encontraremos que tiene el Espíritu respecto al Hijo. 13<br />

1 C Arian II, 70. Si, pues, las obras de la divinidad <strong>del</strong> Logos no hubieran sucedido mediante el cuerpo, el hombre no<br />

habría sido divinizado. Ya su vez, si lo propio de la carne no hubiera sido llamado „<strong>del</strong> Logos‟, no habría sido<br />

liberado <strong>del</strong> todo el hombre… (C. Arian, III, 33).<br />

2 Cf. p. e. Ad Ser II, 8s; IV, 14; C. Arian,, I, 42; III, 30-58; Ep ad episc Aeg et Lib, 17. Como resplandor <strong>del</strong> Padre es<br />

sin causa, pero como hombre es con causa (cf. C. Arian,, II, 53s). Permaneciendo inmutable, Él mismo es el que da y<br />

recibe (el Espíritu); por un lado da como Dios, por otro recibe como hombre (C. Arian,, I, 48). El Logos es creador;<br />

su cuerpo es creado (p. e. C. Arian,, II, 8). Es unigénito y primogénito (cf. p. e. C. Arian,, II, 62). Cf. C. Arian, III,<br />

34: Cristo no padece en la divinidad, sino en la carne. En Ep. Ad Epict (6, PG 26, 1060C) expresa: Y se daba la<br />

paradoja que el mismo era el que estaba padeciendo y no estaba padeciendo. Padeciendo, por un lado, porque su<br />

propio cuerpo padecía y ël estaba en el que padecía. No padeciendo, por otro lado, porque siendo el Logos Dios<br />

por naturaleza, es impasible. Respecto a lo humano y lo divino sin ser otro, puede verse p. e. Ep Maximun Phil, 3s,<br />

PG 26, 1089AB.<br />

3 Adoramos su parusía encarnada ( Ep ad A<strong>del</strong>ph, 8, PG, 26, 1084B); adoramos a Dios en su cuerpo, en su templo,<br />

que es creado; el cuerpo no se separa <strong>del</strong> Logos (cf. Ib. 3; 6). Permanece inmutable en su encarnación (cf. p. e. C<br />

Arian,, II, 6.10). Por esto, en sentido inverso, era necesaria la inmutabilidad, para que los hombres tuvieran la<br />

inmutabilidad <strong>del</strong> Logos como imagen y prototipo para la virtud (C. Arian,, I, 51).<br />

4 Sus obras, sin embargo, no se realizaban por separado, según la cualidad de lo que acontecía, de manera que, por<br />

un lado, las <strong>del</strong> cuerpo sin las de la divinidad, y por otro lado, las de la divinidad sin las <strong>del</strong> cuerpo se mostraran;<br />

sino que todo sucedía conjuntamente (<br />

), y único era el Señor que las hacía por su gracia<br />

paradojalmente (Ad Ser, IV, 657A). Por un lado, el Logos llevaba las debilidades de la carne como propias (pues<br />

de Él era la carne); por otra parte, la carne servía a las obras de la divinidad, porque estaba ( ) en ella (pues<br />

era su cuerpo) (C. Arian, III, 31). Extendió la mano humanamente, pero hizo cesar la enfermedad divinamente (C.<br />

Arian, III, 32). También hecho hombre, es adorado el Hijo de Dios (C.Arian,, I, 42). Usa .<br />

5 C. Arian, III, 35.<br />

6 Ad Ser I,19.<br />

7 Si el Espíritu diviniza, no hay duda que su naturaleza es divina (Ad Ser, I, 24, 588A)<br />

8 Cf. Ad Ser I,16.<br />

9 No es que el Espíritu dé el Hijo sino que el Hijo concede el Espíritu a los discípulos (Ad Ser, IV, 7, 661C).<br />

10 El Espíritu es llamado, y es, imagen <strong>del</strong> Hijo (Ad Ser, I, 24, 588B).<br />

11 Y porque el Espíritu está en el Logos queda <strong>cl</strong>aro que El por el Logos también está en Dios (véase también Ad Ser<br />

III, 5, 633A). Y así vienen, cuando el Espíritu viene a nosotros, también el Hijo y el Padre, y hacen mansión en nosotros<br />

(Ad Ser III,6).<br />

12 Cf. Ad Ser I,22.<br />

13 Ad Ser, III, 1, 625As. Si el Hijo, puesto que es <strong>del</strong> Padre, es propio de su substancia, es también necesario que el<br />

Espíritu Santo, llamado de Dios, sea propio <strong>del</strong> Hijo según la substancia (Ad Ser, I, 25, 588Cs). El Espíritu no une<br />

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HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

No siendo el Espíritu creatura sino unido al Hijo como el Hijo al Padre, es conglorificado<br />

con el Padre y con el Hijo y confesado Dios ( ) con el Logos. 1<br />

Valoración e influencia. Su Trinidad y Cristología están marcadas por el interés<br />

soteriológico. Así queda <strong>cl</strong>ara la divinidad <strong>del</strong> Espíritu y de Cristo y la humanidad de éste.<br />

También es más antropocéntrico que Ireneo y Orígenes. 2 En la escuela alejandrina<br />

destaca más que <strong>hasta</strong> entonces la única naturaleza divina. En este sentido está cercano<br />

a Occidente, donde va a gozar de una gran autoridad. Gregorio de Nacianzo lo llama<br />

columna de la Iglesia. De<strong>cl</strong>ara que supo superar la diferencia de lenguaje entre latinos y<br />

griegos. 3 Supo aceptar en el Tomus ad Antiochenos, que también la fórmula de las tres<br />

hipóstasis (y la misma ) de los neonicenos expresaba la fe de Nicea que había<br />

equivalido hipóstasis a . Según Smulders, su in<strong>cl</strong>inación a difuminar las vivencias y<br />

realidades humanas de Jesús en la luz radiante <strong>del</strong> sujeto divino determinará durante<br />

siglos la reflexión sobre la fe y la piedad misma.<br />

el Logos al Padre, sino más bien el Espíritu recibe <strong>del</strong> Logos (C. Arian, III, 24). El Espíritu recibe <strong>del</strong> Hijo (cf. p. e.<br />

I, 15; III, 44).<br />

1 Ad Ser, I, 31, 601A.<br />

2 Según R. Cantalamessa (La cristologia patristica come soluzione <strong>del</strong> problema <strong>del</strong>la trascendenza e immanenza di<br />

Dio en Cristo, Teologia (Brescia) 1(1976)338-354, pp. 338-346), en una primera fase se tomó el esquema medioplatónico<br />

de la realidad: "Dios-universo-hombre, siendo Cristo colocado entre Dios y el universo como anillo intemedio<br />

que cubre el abismo entre el trascendente y el mundo" (Ib., 338). Es el Cristo Logos. Orígenes añade a esto la mediación<br />

<strong>del</strong> alma de Cristo entre el Logos y la carne. Atanasio es más antropológico soteriológico. "No se coloca más a Cristo,<br />

como en la época de los apologistas, entre Dios y el cosmos, sino más bien entre Dios y el hombre...La función<br />

cosmológica señalada por los apologistas en el diálogo con el mundo griego, la de revelación destacada por la gnosis<br />

heterodoxa y ortodoxa (Clemente, Orígenes), no son por tanto negadas sino subsumidas en la función más propiamente<br />

salvífica..." (Ib., 346). Así liberó al hombre de la estructura <strong>del</strong> cosmos. "Las prerrogativas de hijo e imagen de Dios,<br />

que Platón había atribuido al cosmos (fundando así una religión cósmica, que en los estoicos asumirá tonalidades de<br />

mística cósmica), ahora pasan el hombre, imagen de Dios" (Ib.).<br />

3 Entre sus deficiencias, enumera Smulders: la idea <strong>del</strong> intercambio destaca la encarnación (lo que va a relegar la pascua<br />

a un segundo plano) e insiste en los polos abstractos <strong>del</strong> Dios-hombre más que en la realidad concreta <strong>del</strong> Hijo y de su<br />

vida humana. Le faltó una actitud <strong>cl</strong>ara frente a Apolinar.<br />

59


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

10.- GREGORIO DE NACIANZO (±329-390): Unidad de Dios y diferencia personal.<br />

1) Introducción<br />

Tiene acentos específicos respecto a Basilio en relación a la Trinidad. Nos ha<br />

regalado una serie de fórmulas muy bien hechas, que expresan la unidad y la Trinidad.<br />

Dedicó especial atención a la Trinidad inmanente. Gregorio, a diferencia de Basilio, llama<br />

expresamente Dios al Espíritu. Inicia el uso <strong>del</strong> concepto de relación, que tendrá gran<br />

futuro en la teología latina. Pensó a fondo el problema <strong>trinitario</strong> y cristológico de su época.<br />

Se ha criticado a Gregorio de no relacionar la trinidad económica con la inmanente. Pero<br />

Gregorio se preocupa de la Trinidad, porque ve que en ella está fundada la salvación. Y<br />

ella sólo se asegura por la consubstancialidad <strong>del</strong> Hijo y Espíritu con el Padre, y por la<br />

unión de divinidad y humanidad en Cristo. Su fuerte cristianismo se ve en la enseñanza<br />

de la encarnación con la acentuación de la kénosis; igualmente en la resurrección<br />

realizada por el Hijo y el Espíritu como culminación de la divinización regalada en el<br />

bautismo. Ayudó a la recepción <strong>del</strong> aporte de los capadocios por la precisión de su<br />

lenguaje y por su desarrollo sobre el Espíritu. Sus esfuerzos por la Trinidad inmanente<br />

provienen de una perspectiva soteriológica y doxológica. Hereda una <strong>cl</strong>ara doctrina de<br />

Orígenes respecto al alma de Cristo. La cristología <strong>del</strong> Nacianceno nace más bien de su<br />

espiritualidad. Mira a la divinización <strong>del</strong> hombre, cuyo fundamento es la divinización de la<br />

naturaleza humana de Cristo.<br />

Esta parte de los apuntes sólo se referirá directamente a las Orationes 27 a 31,<br />

pronunciadas por Gregorio en 380 para defender la doctrina trinitaria 1 , sobre todo contra<br />

los eunomianos. 2 Lo realizo desde mis inquietudes y preguntas como profesor de <strong>dogma</strong>.<br />

1 Véase De vita sua, 1059, 1100; 1020; 1852-1854; 1947s; Carm II, 1, 16, 29, PG 37, 1256. Cuando llegó a<br />

Constantinopla, se lo creyó politeísta (De vita sua, 652-659). Cf. Ep 100, 2.<br />

2 No entro en el problema de si la Orat 28 fue añadida después a la colección o no. Según Francesco Trisoglio<br />

(Gregorio di Nazianzo il teologo [Studia Patristica Mediolanensia, 20], Milano 1996, p. 45), "La inesperada misión<br />

constantinopolitana (inicio <strong>del</strong> 379-mitad <strong>del</strong> 381), pese a su brevedad, termina siendo la culminación y floración más<br />

vigorosa de la vida de Gregorio, tanto bajo el aspecto de la acción e<strong>cl</strong>esiástica, como <strong>del</strong> magisterio teológico, como de<br />

la actividad oratoria (ahí pronunció 22 de los 44 discursos que tenemos). Sobre la vida de Gregorio dirá este autor: "Su<br />

meta fue perseguir el máximo de los valores por los que se encontró a veces angustiado entre la vida contemplativa y la<br />

vida activa, que buscó conciliar en la caridad, así como se esforzó en compenetrar la verdad teológica y la perfección<br />

ascética. Su elevación espiritual, marcada por una individualidad notable, se asomó siempre a las exigencias de un<br />

apostolado que encaminara a todos a la salvación. Sus formas fueron tanto más conflictivas, cuanto más indiscutibles<br />

eran sus fines. No despreció la tierra, en la que ve la impronta creadora de Dios, pero respecto a ella advirtió en forma<br />

sobresaliente su transitoriedad e inconsistencia. Se in<strong>cl</strong>inó sobre el mundo para salvarlo, pero instintivamente apartaba<br />

la vista de él: no se sentía nacido para convertirse en un protagonista en el común suceder humano. Más que con la<br />

acción ejerció sobre la Iglesia oriental una influencia profunda con el pensamiento y con el ejemplo. Aspiró a ser monje<br />

y huyó de llegar a ser obispo; así tradujo el empuje esencial de su temperamento. ...La vida para él sólo tenía sentido si<br />

apuntaba a la eminencia de la perfección" (Ib., 70s). Este mismo autor en su con<strong>cl</strong>usión traza un esbozo de su<br />

personalidad. Respecto a los estudios sobre Gregorio, se puede consultar, S. Bergmann, Geist, der Natur befreit. Die<br />

trinitarische Kosmologie Gregors von Nazianz im Horizont einer ökologischen Theologie der Befreiung, Mainz 1995,<br />

pp. 31-49.<br />

Fr. Courth (Trinität in der Schrift und Patristik [Handbuch der Dogmengeschichte II, 1a], Freiburg 1988 p. 180) dice,<br />

entre otras cosas, al terminar su presentación de Gregorio: "Los acentos específicos que Gregorio aporta a la concepción<br />

general de la doctrina trinitaria capadocia se sitúan en el plano de la conceptualidad formal. En su pelea por la<br />

expresión debida de la confesión de fe nicena y de su desarrollo pneumatológico, contribuyó esencialmente a ayudar a<br />

que ésta finalmente se impusiera. Le cabe una visión más consecuente que la de Basilio en relación al Espíritu Santo,<br />

quien no sólo es de esencia divina, sino que es a la vez una hypóstasis divina propia. Su esfuerzo expresivo por<br />

apropiarse ciertamente también de la doctrina de la Trinidad inmanente, está determinado por una doble circunstancia,<br />

60


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

El texto lo tomo de la edición de P. Gallay en Sources Chrétiennes, vol. 250. Tengamos<br />

presente que se trata de piezas de oratoria, con polémica, interrogaciones, respuestas ad<br />

hoc que quizás no siempre le satisfacen <strong>del</strong> todo, etc. Es un estilo movido. 1<br />

Como Gregorio dirá después 2 , él nunca ha preferido nada a la fe de Nicea. En ella<br />

se afirmó que el Hijo era consubstancial con el Padre. Ahora agrega que también el<br />

Espíritu es Dios 3 , es decir consubstancial, cuestión que en tiempo de Nicea no se<br />

agitaba. 4 Por tanto, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son de una sola Divinidad. Y<br />

combatir a uno de ellos, es combatir la divinidad, porque Dios sería incompleto e<br />

imperfecto. 5 Así brilla la afirmación de la Trinidad en su luz deslumbradora, como en tres<br />

soles que se compenetran mutuamente única es la fusión (súgkrasis) de la luz. 6 Los tres<br />

son luz: luz y luz y luz, pero una sola luz, un solo Dios. 7 "De la luz (el Padre) captamos la<br />

luz (el Hijo) en la luz (el Espíritu Santo)". 8 Este sería el momento teológico. La divinidad<br />

<strong>del</strong> Espíritu lleva a que la Trinidad resplandezca con más brillo, o quizás, mejor traducido 9 ,<br />

resplandezca para almas más ilustres. 10 Se produce como un deslumbramiento entre la<br />

unidad y la Trinidad 11 : "Cuando, pues, por una parte miramos a la divinidad y a la causa<br />

primera y a la monarquía, se nos aparece lo uno, pero cuando miramos, por otra parte,<br />

hacia aquellos en los que está la divinidad y los que vienen de la primera causa<br />

atemporalmente y con igual gloria, adoramos a tres". 12 Si se lo quiere expresar<br />

brevemente: divinidad sin división en los distintos (améritos en memerisménois). 13<br />

una soteriológica y otra doxológica. La confesión de la Trinidad esencialmente concierne, según Gregorio, la salvación<br />

<strong>del</strong> hombre, lo que ya antes había reforzado Atanasio y también Basilio había introducido después en su confrontación<br />

antiherética. En unión con ellos acentúa Gregorio la relación íntima de la confesión trinitaria y cristológica con la<br />

cuestión de la salvación, de forma que también aquí se puede hablar de una nota distintiva de su teología".<br />

1 Sobre su estilo en general, puede consultarse F. Trisoglio, op. cit., cap. IV.<br />

2 Ep 102, 1.<br />

3 Gregorio ya lo había afirmado mucho antes, p. e. en la Orat 12, 6. En Orat 43, 68s defiende a Basilio, quien no dijo<br />

que el Espíritu era Dios, pero usó téminos equivalentes de la Escritura, muchas veces lo pro<strong>cl</strong>amó públicamente y confió<br />

a Gregorio el hacerlo abiertamente. Véase Ep 58. En 31, 10.11.29 lo llama homooúsion.<br />

4 Ep 102, 2<br />

5 Cf. 31, 4. Véase 29, 17.<br />

6 31, 14. Véase 31, 28.<br />

7 "Dios, Dios mío y Dios, mónada trina" (Carm II, 1, 14, 42, PG 37, 1248).<br />

8 31, 3. A esto lo llama "teología [texto preferido por Gallay] breve y simple de la Trinidad" (Ib.). Cf. Sal 36, 10<br />

(numeración hebrea). Véase, p. e., Basilio, De Spiritu Sancto, XVIII, 47, 1-21.<br />

9 eklámpsei toîs lamprotérois.<br />

10 31, 26. Cf. L. Wickham y F. Williams, en Faith Gives Fullness to Reasoning. The Five Theological Orations of<br />

Gregory Nazianzen, con introducción y notas de F. W. Norris (Supplements to Vigiliae Christianae, 13), Leiden 1991.<br />

11 Respecto a una comparación de la Trinidad, que le atrae pero critica, dice: "no siendo uno más que muchos ni muchos<br />

más que uno" (31, 32). El deslumbramiento entre los dos polos de Gregorio es reforzado por la lucha contra los dos<br />

extremos: sabelianos y arrianos.<br />

12 31, 14. Véase p. e. Orat 40, 41 ("no alcanzo (ou ftháno) a pensar lo uno y estoy rodeado <strong>del</strong> esplendor de los Tres;<br />

no alcanzo a distinguir los tres y ya soy conducido a lo uno"). P. Gallay (Grégoire de Nazianze. Discours 27-31.<br />

Introduction, texte critique, traduction et notes, [SC 250], Paris 1978, p. 300 n. 3) afirma: "La unidad de Dios es, para la<br />

fe de Nicea, la unidad <strong>del</strong> Padre, <strong>del</strong> que procede el Hijo consubstancial, en el Espíritu. Esta fe en el Dios único, Padre<br />

de Nuestro Señor Jesucristo, es bien aquella que, desde los orígenes, ha apartado toda sospecha de atenuación <strong>del</strong><br />

monotéismo. Pero el problema se pone, en forma nueva, si la atención se dirige a la unidad de Dios fundada sobre la<br />

igual dignidad y perfecta divinidad de los tres. Este es el problema que aborda aquí [31, 13] Gregorio de Nacianzo".<br />

13 Ib. "Adorando al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Reconociendo en el Hijo al Padre, en el Espíritu al Hijo, en los<br />

que hemos sido bautizados, en los que hemos creído, con los que nos hemos alineados, distinguiendo antes de unir, y<br />

uniendo antes de distinguir (prìn sunápsai diairoûntes, kaì prìn dieleîn sunáptontes), no los tres como uno (porque<br />

no son los nombres sin hypostasis [anupóstata], o al interior de una hypóstasis [katà miâs hupostáseos], como si la<br />

61


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

Gregorio quiere, dejando a un lado las imágenes de la Trinidad, que son<br />

engañosas 1 , atenerse a lo más piadoso, apoyándose en pocas palabras, tomando al<br />

Espíritu como guía, guardando <strong>hasta</strong> el final la iluminación recibida en el bautismo,<br />

compañera de nacimiento y socia. 2 La forma piadosa llega a confundirse con ortodoxa. 3<br />

Los adversarios son impíos 4 : hombres de muchas palabras y de razonamientos falsos e<br />

insidiosos. 5 "Porque cuando ponemos por <strong>del</strong>ante el poder <strong>del</strong> razonamiento dejando de<br />

lado el creer 6 , y cuando con nuestras búquedas destruimos la credibilidad <strong>del</strong> Espíritu y<br />

entonces el discurso pasa a ser inferior a la grandeza <strong>del</strong> asunto -y será <strong>del</strong> todo inferior<br />

procediendo <strong>del</strong> débil órgano de nuestra inteligencia-, ¿qué sucede entonces? La<br />

debilidad <strong>del</strong> discurso se presenta como misterio. Y así la sutileza <strong>del</strong> discurso pro<strong>cl</strong>ama<br />

riqueza para nosotros estuviera en los nombres y no en las realidades [prágmasi]), y los tres uno. En efecto, no por la<br />

hypóstasis sino por la divinidad, la mónada es adorada en la Trinidad y la Trinidad recapitulada en (eis) la mónada" (6,<br />

22). "Pongamos en la cabeza de este discurso al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, sobre los que es el discurso, de<br />

forma que el primero sea benevolente (eudokeîn), el segundo coopere (sunergeîn [véase 30, 3.5]) y el tercero inspire<br />

(empneîn), o más bien que se haga una única iluminación de la única divinidad, unitariamente distinta y distintamente<br />

reunida (henikôs diairouménen kaì sunaptoménen diairétos), lo que es paradojal" (28, 1; cf. 23, 8).<br />

contrastando el Creador con la creatura, en Orat 34, 8: "Lo primero se llama Dios, aunque consiste en los Tres<br />

grandísimos, la Causa, el Demiurgo y el que hace perfecto (teleiopoiôi) (véase, p. e. Orat 38, 9; 41, 9.11; Basilio, De<br />

Spiritu Sancto, XVI, 38, 13-15, Gregorio de Nisa, Ad Mac, GNO III, 1, 109, 17s, Idem, In diem luminum, GNO IX, 1,<br />

229, 6-10, PG 46, 585C, etc), yo digo el Padre y el hijo y el Espíritu Santo. ...es más uno (henikotéra) que lo <strong>del</strong> todo<br />

divisible y más rico que lo perfectamente mónada". Cf. p. e. Orat 23, 8; 25, 17; ; 26, 19; 39, 11. Respecto a la<br />

paradoja trinitaria opina T. A. Noble (Paradox in Gregory Nazianzen's Doctrine of the Trinity, p. 99) en Studia<br />

Patristica 27, pp. 94-99) lo siguiente: "En otras palabras, Gregorio abraza <strong>del</strong>iberadamente la paradoja: dos mo<strong>del</strong>os<br />

diferentes, cada uno con su lógica propia aparentemente incompatible con el otro, pero ambos son requeridos para hacer<br />

justicia al misterio de la Trinidad. El Padre es más grande (como Autor, aítios), pero no es más grande (en naturaleza);<br />

el Padre es Causa (o Autor, aitíos) y Origen (arjé), pero el único Dios es Causa (he próte aitía); Dios es tres, pero Dios<br />

es uno. Gregorio, de esta forma, trata de sobrepasar la división entre origenistas y nicenos con una doctrina ecuménica<br />

de la Trinidad, que unía a todos los ortodoxos mediante el uso de la paradoja, lo único que podía expresar el misterio".<br />

Respecto a la creación trinitaria, puede verse Bergmann, op. cit., 116s. Cf. Gregorio de Nisa, Refut Prof Fidei Eun, 6.<br />

Según este mismo autor (C. Eun, I, 279s), es propio <strong>del</strong> Espíritu no ser ingénito ni génito, sino el que se ha manifestado<br />

a través <strong>del</strong> Hijo, sino eînai hólos. La Ep 38, 4 de Basilio (Gregorio de Nisa?) habla de una paradojal distinción unida y<br />

unidad distinguida (parádoxon diákrisín te sunemménen kaì diakekriménen sunáfeian). Gregorio de Nisa en Or<br />

Cat, 3, GNO III, 4, 13, 17-20, lo planteará así: ―cómo la misma realidad es numerable y a la vez escapa a la numeración,<br />

cómo se la ve separadamente y a la vez se la concibe como unidad, cómo está distinguida en cuanto a la hypóstasis y no<br />

está dividida en cuanto a la substancia ( ).<br />

1 Se ha mostrado crítico respecto a ellas (31, 31-33). Así dice en 31, 10 que buscar la semejanza en las cosas de aquí<br />

abajo y que nos conciernen, tomar lo de aquí abajo, lo que tiene naturaleza inconstante, como imagen de lo de arriba, de<br />

lo inmutable, es muy vergonzoso y suficientemente alocado, como buscar los vivos entre los muertos. Sin embargo,<br />

pone una comparación; pero después añade, que esto lo hace como contemplando, sobre una escena, los inteligibles.<br />

Porque nada de lo comparado puede alcanzar toda la verdad en su pureza (31, 11; véase Orat 23, 11, donde compara<br />

con el noûs, lógos y pneûma; cf. Orat 12, 1). Sólo se puede tomar un trazo de la imagen (31, 33); algo pequeño de la<br />

semejanza (31, 31). Véase 29, 2. Aun los nombres como 'Hijo' hay que aplicarlos metafóricamente (31, 7). Véase 31,<br />

12 (mikràn tês henóseos fantasían)<br />

2 31, 33. Véase 31, 17; p. e. Orat 33, 17; 34,11; 40, 41.<br />

3 28, 2; 29, 1.18; 30, 12.15; 31, 5.33. Cf. 27, 5. Gregorio se conmueve al ver cómo es tratado nuestro gran misterio (27,<br />

2). Cf. 31, 29.<br />

4 27, 2.7.9; 31, 1.2.3.12.13.21.30. Véase 29, 10.14.16, etc. Los silogismos <strong>del</strong> adversario destruyen la fe y vacian el<br />

misterio (31, 23).<br />

5 27 íntegro; 29 ,1.9.15.21; 31, 7.13.23, etc. Tienen exagerada confianza en los recursos lógicos (28, 7). Véase 27, 2;<br />

29, 8.21. Van a ser llamados bestias salvajes (31, 1), jabalí furioso (31, 20). Véase 27, 9; 28, 2. Estas discusiones le<br />

producen repugnancia a Gregorio (31, 2), quien respeta al Logos (27, 5). Véase 28, 11.<br />

6 En los misterios de las cosas celestiales, habiendo la razón reconocido que hay cosas que la superan, desea que nos<br />

conduzca más la fe que la razón (28, 28)<br />

Dice,<br />

62


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

el vaciamiento de la cruz, como opina también Pablo. Porque la fe es la plenificación de<br />

nuestra razón (lógou)". 1<br />

Lo que se necesita para tratar de la divinidad, para la teología, es purificarse 2 para<br />

que la luz sea captada por la luz 3 , avanzar en contemplación. 4 Hay que subir a la<br />

montaña y penetrar en la nube 5 , alejándonos de la materia. 6 Lo que nos separa de El es<br />

la tiniebla corporal. 7 Y mientras más se avanza, más se nos escapa la sabiduría. 8<br />

"Asemejándose" a Dios se lo conoce mejor. 9 Al final conoceremos como somos<br />

conocidos. 10 El alejarse de lo material para subir a lo de arriba está subtendido por un<br />

contraste platónico 11 entre el mundo de los sentidos (corporal) y el de lo inteligible (tò<br />

nooúmenon) que es lo invisible y pariente de nuestro noûs. 12 Esto no obsta para admirar<br />

la creación en 28, 22-31, que canta la gloria <strong>del</strong> Creador.<br />

A Dios no lo podemos mirar directamente, sino en sus creaturas. A lo más, con<br />

dificultad, su espalda (tà opísthia) 13 , es decir la grandeza de Dios en las creaturas<br />

producidas y gobernadas. Es como ver las sombras <strong>del</strong> sol en las aguas. Ni siquiera lo<br />

celestial y supracelestial, que están más distantes de El que lo que están por sobre<br />

1 29, 21 (por eso no deben extinguir el Espíritu sino ser iluminados por él; las indagaciones pueden destruir la autoridad<br />

<strong>del</strong> Espíritu). Cf. 30, 1; 31, 2.7.13.20.23.24.29, etc. Véase, p. e., Gregorio de Nisa, C Eun, II, 91ss; III, VIII, 11.<br />

2 27, 3.4.7; 28, 2.12; 29, 11; 30, 20 (lógoi kaì bíoi). Hay que hablar santamente de lo santo (27, 5), ser puro para tocar<br />

la pureza (27, 3; véase 30, 20). Según 30, 10, los purificados por el Logos (véase también 30, 20), los que lo captan con<br />

el noûs, no necesitan ayunar ante la presencia <strong>del</strong> esposo.<br />

3 28, 1.<br />

4 27, 3 (theoríai). Teniendo el pensamiento (noûn) de Dios (28, 9). Cf. 28, 2.12.21.<br />

5 28, 2.3. Véase 29, 8; 31, 1<br />

6 Cf. 28, 3 (los ángeles están más cerca de nosotros que de Dios); 29, 11<br />

7 28, 12. Véase 28, 11. "Esta tiniebla y este espesor carnal intercepta la inteligencia de lo verdadero" (28, 4). No hay<br />

manera para los que están en cuerpo de estar <strong>del</strong> todo con lo espiritual (tôn noouménon) sin lo corporal" (28, 12). No<br />

podemos sobrepasar nuestra propia sombra (28, 17). No podemos encontrar estas realidades desnudas con nuestra<br />

inteligencia (noï) desnuda, para que ésta fuera marcada por estas percepciones (28, 21). Todo el conocimiento (gnôsin)<br />

de aquí abajo, según Pablo, no va más allá de los espejos y de los enigmas, como detenido en pequeñas apariencias de la<br />

verdad (28, 20).<br />

8 28, 21. Véase Orat 2, 76. Respecto al conocimiento de Dios en el C Eun de Basilio, puede verse Sesboüé, Saint<br />

Basile, P. I, cap. 3.<br />

9 Véase 28, 4.12. Cf. 30, 19.<br />

10 28, 17. Lo descubriremos cuando nuestro espíritu (noûn) y razón, que es semejante a Dios y divino, se mez<strong>cl</strong>e con su<br />

familiar (oikeíoi), cuando la imagen sea ascendida al arquetipo, al que tiende ahora (28, 17). Entonces se disiparán para<br />

nosotros las tinieblas y nuestro espesor (29, 11). Lo que el mundo de aquí abajo no puede contener, un día podrá ser<br />

llevado y a<strong>cl</strong>arado (28, 20). Seremos íntegramente semejantes a Dios (theoeideîs); lo podremos contener (joretikoí)<br />

íntegro (hólou) y a él sólo: esto es la perfección (30, 6) Será otro terremoto (como lo fue la Ley, el Antiguo Testamento;<br />

y el Evangelio, el Nuevo Testamento) el paso de las cosas de aquí a las de allá, que no serán más removidas ni<br />

sacudidas (31, 25). Véase 27, 10; 29, 19.<br />

11 El contraste en estos textos no está entre creatura y creador sino entre sensible e inteligible. ""El sol es entre lo<br />

sensible lo que es Dios entre lo inteligible', dijo uno que no es de los nuestros [Platón, República VI, 508c]. Porque uno<br />

ilumina el ojo, como el otro la inteligencia (noûn). Aquél es lo más hermoso de lo visible, como éste de lo inteligible"<br />

(28, 30). En 29, 19, respecto a Cristo, Gregorio increpa: "¿cómo tropiezas con lo visible no atendiendo a lo inteligible."<br />

Cf. 29, 18 (subir con la divinidad [de Cristo] hacia lo inteligible y conocer lo que corresponde a la naturaleza divina).<br />

En 30, 15 la contraposición es entre fainómenon e inteligible (aplicado a Cristo). Nuestros cuerpos y almas (psujaîs)<br />

siempre están fluyendo y cambiando (31, 15).<br />

12 28, 12.21 (aisthéseon, noetoîs). En 28, 31 se habla de sobrepasar la sensación para asomarnos a mirar hacia lo santo,<br />

la naturaleza inteligible y celestial.<br />

13 Lo que está en el extremo, lo que llega <strong>hasta</strong> nosotros, pero no la naturaleza primera y sin mez<strong>cl</strong>a. Vio su espalda,<br />

volviéndose a sí mismo en cuanto pudo y abrigado por la roca, el Verbo encarnado. Véase Orat 2, 76; 38, 7.<br />

63


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

nosotros, pueden comprenderlo perfectamente (teleías katalépseos). 1 Como ha dicho un<br />

un griego, conocer a Dios es difícil, y expresarlo, imposible. 2 A lo que Gregorio agrega:<br />

expresarlo es imposible y conocerlo todavía más imposible. 3 Captar a Dios sería limitarlo. 4<br />

limitarlo. 4 Gregorio muestra que en el A. T. y en el N. T. nadie propiamente ha visto la<br />

naturaleza de Dios. 5<br />

La razón nos hace remontar desde las cosas visibles hacia Dios. 6 La belleza y el<br />

buen orden de lo visible da a conocer a Dios y usa la vista como guía para lo que está por<br />

sobre ella. 7 El está por encima de todo. Es la naturaleza primera 8 , la causa primera (tèn<br />

pánton poietikén te kaì sunektikèn aitían 9 ) de donde las cosas tienen el ser. 10 Es una<br />

fúsis áleptós te kaì aperíleptos. 11 No respecto a su existencia 12 sino a qué es. 13<br />

Sabemos que existe, pero "Dios, lo que es su fúsis y su ousía, ningún hombre lo ha<br />

descubierto jamás ni lo descubrirá" 14 , en esta vida. Justamente "Dios no es aquello que<br />

1 28, 3. Estando más cerca de Dios quizás son es<strong>cl</strong>arecidos según su rango (28, 4).<br />

2 Esto se contrapone a lo que trae Sócrates (HE, IV, 7, PG 67, 473BC) como dicho por Eunomio: "Dios, respecto a su<br />

substancia (ousías) no conoce nada más que nosotros, ni esta substancia es más conocida para él y menos para nosotros,<br />

sino que cuanto conocemos acerca de ella, esto exactamente es lo que él conoce y, al revés, lo que él conoce, esto lo<br />

encontrarás sin cambio en nosotros (cf. Juan Crisóstomo, C. Eunom, Hom, II, 158s; Cirilo de Alejandría, Thesaurus, 31,<br />

PG 75, 441BC.445D-449B). Véase R. P. Vaggione, Eunomius. The Extant Works, (Oxford Early Christian Texs),<br />

Oxford 1987, pp. 167-170.<br />

3 28, 4. Norris (op. cit., 106) se expresa así en su comentario a Or 28: "Dentro de la Oración Gregorio se centra en la<br />

incomprehensibilidad de la naturaleza de Dios y desarrola este tópico de dos maneras. Primeramente, arguye que los<br />

héroes bíblicos no conocieron la naturaleza de Dios. En segundo lugar, muestra que los humanos no conocen<br />

plenamente ni el mundo ni a ellos mismos y, por eso, difícilmente pueden comprender la esencia divina".<br />

4 Una forma de limitación es la catálepsis (28, 10). Respecto a este párrafo a<strong>cl</strong>ara Norris: "Ahora él (Gregorio) conduce<br />

su audiencia a la con<strong>cl</strong>usión que la inhabilidad para responder la cuestión de la ubicación espacial pide que los cristianos<br />

reconozcan las limitaciones de la razón humana".<br />

5 28, 18-20.<br />

6 28, 16. Véase 28, 26.<br />

7 28, 13.<br />

8 28, 3.7.13.14 (texto críticamente no seguro). Según 30, 16, sólo para ella (Padre e Hijo) es cognoscible el día y la hora<br />

<strong>del</strong> juicio.<br />

9 28, 6. Theoû tà pánta kaì ousiósantos kaì sunéjontos (28, 6). Tò poietikòn ...kaì tò kinoûn kaì teroûn tà<br />

pepoieména (28, 6). "Porque El es la causa de todo, no tiene causa anterior" (31, 33; véase 28, 13). Cf. 28, 8 (el que<br />

lleva el universo).28s.<br />

10 28, 16. Cf. 28, 5.11. Dios les ha dado el movimiento, insertando en todos un lógos; las ordenó y las conserva (28,<br />

16; véase 31, 33). Es el demiurgo <strong>del</strong> universo que dio orden y <strong>del</strong>imitó todo (28, 31). Véase 28, 29. Las naturalezas<br />

incorporales siempre danzan en coro en torno a la causa primera, desde donde reciben el purísimo resplandor, cada una<br />

según su naturaleza y rango. Conformados y marcados por la Belleza pueden comunicar a otros los efluvios y<br />

trasmisiones de la primera luz. Son servidores de la voluntad divina. Cantan la magnificencia divina y perpetuamente<br />

contemplan su gloria eterna. No es para que Dios sea alabado, a cuya plenitud nada se puede agregar (El es el que<br />

concede los bienes a los otros) (28, 31; véase 28, 26). Dios es lo más hermoso (kálliston) entre los inteligible (28,<br />

6.30.31; 29, 4.6; 30, 2.15; 31, 29). Notemos que Gregorio a menudo destaca lo bello. Dios es el Creador (p. e. 28, 31)<br />

11 28, 5. Cf. 28, 11. Katalabeîn dè adunateî (28, 13). "¿Cómo es todo esto y perfectamente cada uno, el uno que por<br />

naturaleza es sin composición y sin semejanza (aneíkaston)?" (28, 13). "Nuestro noûs se fatiga por salir de lo corporal<br />

y encontrarse directamente con lo incorporal (gumnoîs) mientras mira con su propia debilidad lo que está por sobre su<br />

fuerza" (28, 13).<br />

12 Esta nos la enseña la visión y la ley física (fusikòs). Por el raciocinio encontramos al autor (arjegòn) mediante lo<br />

visto y ordenado, (28, 6).<br />

13 ouj hóti éstin, all' hétis estìn (28, 5). Véase Basilio, p. e. Ep, 23, 2.<br />

14 28, 17. Cf. 28, 18.19.21; 31, 8. Abraham "vio a Dios, pero no lo vió como Dios, sino que lo alimentó como hombre"<br />

(28, 18).<br />

64


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

hemos imaginado o representado o la razón (lógos) ha esbozado". 1 Porque, por lo que<br />

está en torno a Dios esbozamos lo que le corresponde y componemos una imaginación<br />

imprecisa y débil y diversa por sus diversos elementos. 2<br />

Después de enumerar largamente, y con admiración, diversos misterios 3 de la<br />

naturaleza, partiendo <strong>del</strong> hombre y culminando en lo incorporal (ángeles, etc., primeras<br />

naturalezas después de Dios) 4 , con<strong>cl</strong>uye la Orat 28 que lo de la naturaleza de las cosas<br />

segundas es superior (kreítton) a nuestro noûs. 5 ¿Cómo lo será lo de la naturaleza<br />

primera y única, de la que duda decir que está por sobre todo? La razón de dudar, según<br />

nota de Gallay, es porque esta jerarquía no condice con su absoluta trascendencia.<br />

Luego, si no podemos conocer la fúsis de Dios, es falsa la definición de El que dan los<br />

adversarios (Eunomio), diciendo que es el agénneton. 6<br />

Lo divino es sin límite, infinito (aóriston) 7 , sin forma (asjemátiston), impalpable,<br />

invisible. No hay división (diástasis), ni composición, ni cuerpo en Dios. 8 Dios penetra<br />

todo y llena todo. 9 La envidia está lejos de la naturaleza divina, exenta de pasiones, única<br />

única buena 10 y soberana. 11 Dios es la hermosura suprema. 12 Pero decir que sea<br />

incorporal no hace comprender su esencia (ousías), como tampoco el que sea ingénito 13 ,<br />

sin principio, inmutable, incorruptible, y cuanto se dice respecto a Dios. Esto no nos dice<br />

1 28, 6.<br />

2 30, 17. El mejor teólogo es el que mejor ha imaginado y reunido en sí mismo la imagen de la verdad o la proyección<br />

de su sombra. No es que haya descubierto el todo. Ningún noûs puede comprender en su totalidad la esencia (ousían)<br />

de Dios. Cf. 31, 22.<br />

3 Dios es el que conoce (oîden) (28, 31). Cf. 28, 30. Es el que ilumina el noûn (28, 30). En estos misterios de la<br />

naturaleza obra Dios, como en la purificación por el agua en tiempos de Noé (28, 28).<br />

4 28, 22-31.<br />

5 Cf. también 28, 28; 31, 8. Véase 29, 8.<br />

6 Véase 29, 10.11.12; 31, 23.<br />

7 Respecto a la eternidad de Dios, cf. p. e. Gregorio de Nisa, C Eun, III, III, 10.<br />

8 28, 7. En los números siguientes continúa hablando <strong>del</strong> incorporal. Es la naturaleza indisoluble (30, 17; cf. 28, 7).<br />

Dirá Norris (op cit., 40s): "Unas tales posiciones reflejan a aquellas tomadas por diversos filósofos griegos,<br />

especialmente los que desarrollan la tradición platónica. Pero Gregorio las ve como relacionados a la tradición cristiana.<br />

Ningún maestro inspirado jamás ha enseñado que Dios es corporal (28, 9). Cada uno de los conceptos arriba<br />

enumerados , tanto los substantivos dichos positivamente como los adjetivos dichos negativamente con alfa privativa,<br />

son, en su visión, una inferencia correcta de la incorporalidad de Dios. Aunque el Nacianceno insiste en que la<br />

naturaleza de Dios es incomprehensible, él desea hacer afirmaciones generales sobre Dios, que eran una parte de su<br />

herencia cristiana y griega. ...Puede decir cosas positivas sobre la eonomía de Dios, que indican ciertos aspectos <strong>del</strong><br />

mismo Dios. ...La naturaleza de Dios, para él, no es tan incomprehensible que la existencia de Dios, su bondad, poder<br />

providencia, y su falta de composición, conflicto, desorden y disolución, sean desconocidos". Sobre los nombres de<br />

Dios, puede verse Gregorio de Nisa, Quod non sint, GNO III, 1, 42, 19ss.<br />

9 28, 8.<br />

10 Véase Gregorio de Nisa (C Eun, III, VI, 18; Ref Prof Fidei Eun, 8) respecto al Dios unigénito.<br />

11 28, 11. La existencia de las creaturas se debe a su suma bondad. No obra por su propia honra y gloria el que está<br />

lleno de ella (cf. también 28, 31). Dios no miente (29, 11) ni olvida su alianza (28, 28).<br />

12 31, 15. Cf. 28, 30.<br />

13 Basilio había dicho: Por mi parte, yo tambièn diría que la substancia de Dios es inengendrada, pero no que el<br />

inengendrado sea la substancia de Dios (C. Eun, I, 11, 12-14?). Según Sesboüé (Saint Basile, 113s); ―Nosotros<br />

hemos señalado en la argumentación de Basilio una cierta ambigüedad <strong>del</strong> inengendrado. Porque para quitarle el<br />

estatuto epistemológico privilegiado que le había conferido el adversario, lo asimila al conjunto de los atributos<br />

esenciales. Pero, por otra parte, afirma que este término es un equivalente <strong>del</strong> de Padre, nombre manifiestamente<br />

relativo. Esta ambigüedad puede tener un aspecto táctico: Basilio desposee primeramente al inengendrado de sus<br />

privilegios, y después lo interpreta en el sentido de un modo de ser relativo. Esta ambigüedad puede venir también de la<br />

concepción que ve la substancia divina ante todo poseída por el Padre‖.<br />

65


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

lo que es Dios desde el punto de vista de la fúsis e hupóstasis. 1 Porque después de<br />

decir lo que no es la naturaleza <strong>del</strong> 'que es', habría que decir también lo que es. 2<br />

Pertenece sólo a Dios el ser digno de veneración y estar por encima de toda substancia y<br />

naturaleza: esto es como si fuera (hoioneì) la naturaleza de la divinidad. 3 Varios nombres<br />

nombres se aplican a Dios. Pero lo divino no puede ser designado por ningún nombre. 4<br />

El más propio es "el que es" (Ex 3, 14) 5 , porque es un absoluto sin relación a nosotros,<br />

contrariamente al nombre theós 6 , Kúrios. 7 Dice Gregorio: "Así de Dios hay una sola<br />

substancia y naturaleza y designación, aunque los nombres se distingan con algunas<br />

diversas concepciones (epinoíais). Lo que se diga propiamente de Dios, eso es Dios; y<br />

lo que Dios sea por naturaleza, eso lo nombra verdaderamente, supuesto que no en los<br />

nombres sino en las cosas (prágmasin) está para nosotros la verdad." 8<br />

2) Trinidad 9 y monarquía<br />

1 La inmortalidad, la inocencia (ákakon) y la inmutabilidad tampoco son la esencia de Dios, porque son comunes con<br />

otros (29, 10s).<br />

2 28, 9. Véase 29, 11.<br />

3 29, 14. Normalmente traduciremos ousía por substancia. Cf. 28, 5.7.16.31<br />

4 30, 17. Los más sabios de los antiguos hebreos no soportaban que con las mismas letras se escribiera también algo<br />

inferior a Dios, porque pensaban que la divinidad no debía tener nada común con lo nuestro.<br />

5 Véase 28, 9; 31, 23. En 30, 17 es llamado tò pân. Cf. p. e. Orat 38, 7: hoîón ti pélagos ousías ápeiron kaì aóriston.<br />

6 Ambos son más bien como nombres de la substancia (ousías). Véase también 29, 12.<br />

7 30, 18. Tò òn (ho ón) es verdaderamente propio de Dios, sin que ningún otro lo limite o mutile.<br />

8 29, 13. Comenta Norris: "La realidad es anterior y el lenguaje sigue. ...Los arrianos tardíos dependen <strong>del</strong> punto de<br />

vista opuesto, según el cual los nombres determinan la esencia". Véase Orat 43, 68. De las otras denominaciones de<br />

Dios, unas se refieren a su poder y otras a la economía, ya sea sobre lo supracorporal o sobre lo corporal (la<br />

Encarnación, según Norris). A la potencia se refieren: Omnipotente, Rey, de la gloria, de los siglos o de las potencias,<br />

<strong>del</strong> amado, de los que reinan, Señor, Sabaot (de los ejércitos), de los que ejercen el señorío. A la economía se refieren:<br />

Dios, de salvación, de las venganzas, de la paz, de la justicia, de Abraham e Isaac y Jacob y de todo el Israel espiritual y<br />

que ve a Dios (30, 19).<br />

Hay cosas que no existen, pero que se las dice, p. e. Dios duerme, etc. "Nombramos, como podemos, las cosas de Dios<br />

a partir de lo nuestro" (31, 22). Así lo imaginamos. Diversas potencias de Dios o actividades nos las figuramos con<br />

diversas imágenes corporales. En 28, 13 se había preguntado sobre espíritu (pneûma), fuego, luz, amor, sabiduría,<br />

justicia, noûs, lógos, como denominaciones de la naturaleza primera (cf. 28, 31).<br />

Respecto a la teoría de Eunomio sobre los nombres y la respuesta de Gregorio de Nisa, puede verse, B. POTTIER, Dieu<br />

et le Christ selon Grégoire de Nysse. Etude systématique du 'Contre Eunome' avec traduction inédite des extraits<br />

d'Eunome, Namur 1994, pp. 143-220; 401-404. Cf. J. L. Narvaja, Teología y Piedad en la obra de Eunomio de Cízico<br />

(excerpta ex dissertatione ad dotorandum in theologia et scientiis patristicis), Pontificia Università Lateranense, Istituto<br />

Patristico Augustinianum, Roma 2003, pp. 28-57.<br />

9 Norris (op. cit., 41-44: "Una igual falta de interés en usar el argumento filosófico para robustecer su demanda, marca<br />

su uso de las fórmulas trinitarias. ...Cuando el Nacianceno trata de definir más de cerca las relaciones dentro de la<br />

Trinidad, él usa, al menos, tres métodos: referencia a los errores heréticos, discusión de análogos y énfasis en la<br />

economía de salvación. ...No hay justificación filosófica de sus puntos de vista <strong>trinitario</strong>s dentro de estas oraciones. Son<br />

empleados conceptos filosóficos, pero casi siempre la única <strong>cl</strong>arificación aportada está en el uso, o de varios términos en<br />

el mismo párrafo, o contrastando las palabras en una frase o <strong>cl</strong>áusula. Los téminos aparentemente son usados analógica<br />

más que fundacionalmente. ...Porque el Nacianceno usualmente evita la justificación filosófica de sus posiciones, puede<br />

no ser apropiado el considerarlo como el creador de una nueva filosofía cristiana, pretensión hecha para Basilio y Nisa.<br />

El teólogo ataca la 'paideia' de los eunomianos, destacando sus deficiencias en dialéctica y retórica. El emplea términos<br />

filosóficos para hacer plausible su pensamiento <strong>trinitario</strong>, pero su insistencia en la incomprehensibilidad de la naturaleza<br />

de Dios, su uso analógico de los términos filosóficos, su apoyo en las confesiones tradicionales cristianas y en la<br />

66


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

Sus cinco discursos son una defensa de la Trinidad ante los ataques arrianos,<br />

sobre todo de los eunomianos. 1 Hecha la introducción de los dos primeros donde trata<br />

principalmente <strong>del</strong> modo piadoso de abordar el tema (Or 27) y de la incognoscibilidad de<br />

Dios (Or 28) contra el intento de Eunomio de conocerlo y de definirlo por el agénneton 2 ,<br />

pasa a tratar detenidamente <strong>del</strong> Hijo (Or 29 y 30) y <strong>del</strong> Espíritu Santo (Or 31), en un<br />

contexto <strong>trinitario</strong>. Nosotros comenzaremos por englobar lo más posible su expresión<br />

trinitaria con algunos de los problemas que conlleva, para centrarnos después en el Hijo y<br />

en el Espíritu.<br />

En estos cinco discursos utiliza el vocablo triás 13 veces. 3 En las Or 29-31 habla a<br />

menudo de los tres por sus nombres o propiedades, o de dos o uno de ellos. 4 Llama la<br />

exégesis escriturística, piden que no sea considerado como teólogo filosófico ni como apologista en ningún sentido<br />

moderno de estos téminos".<br />

1 Aunque navega entre sabelianos y arrianos (eunomianos) (cf. p. e. 31, 9.30; Orat 20, 5s: donde busca la mesóteta<br />

evitando los dos extremos; véase Orat 2, 36-38; 21, 13; 33, 16; 39, 11; 42, 16, etc.), sus principales adversarios son<br />

estos últimos. Según Orat 25, 16, ni tres principios (arjás) (véase 31, 30) para no ser helénico y politeísta, ni un<br />

principio a la manera judaíca, estrecha, envidiosa, impotente o en que la divinidad se reabsorbe a sí misma...(véase, p. e.<br />

Orat 20, 6)<br />

2 Este término no es bíblico, pero en 31, 23, Gregorio pone textos bíblicos que lo implicarían: no tiene causa anterior.<br />

3 Según 28, 3, contrapuesto a nuestro no conocer la naturaleza primera y sin mez<strong>cl</strong>a (Dios), ésta es conocida para sí<br />

misma, es decir, para la Trinidad. Por consiguiente, cuando se trata de "autoconocimiento", la naturaleza primera es la<br />

Trinidad.<br />

Según 28, 31, si ha alabado dignamente, es la gracia de la Trinidad y de la única divinidad en los tres. Cerrando, pues,<br />

este discurso sobre la incognoscibilidad de la divinidad en que los diversos incorporales contemplan la gloria de Dios y<br />

cantan su grandeza, la alabanza de Gregorio es una gracia de la Trinidad que tiene, o es, una única divinidad.<br />

En 29, 2, diferenciando la monarquía no limitada a un prósopon, de la anarquía y de la poliarquía, dice que ella está<br />

constituida de igual dignidad de naturaleza y acuerdo <strong>del</strong> querer e identidad <strong>del</strong> movimiento, y convergencia a la unidad<br />

de los que vienen de ella, de manera que, aunque haya diferencia por el número, no se divida en la substancia (ousíai).<br />

"Por esto, desde el comienzo la mónada, en movimiento (kinetheîsa) hacia la díada se ha detenido en la tríada [triádos,<br />

que traducimos en los otros sitios por Trinidad]. Y esto es para nosotros el Padre y el Hijo y el Espíritu Santo".<br />

Al final de este discurso, en 29, 21, de<strong>cl</strong>ara que, al menos él, quiere salvar la Trinidad para sí mismo y ser salvado por la<br />

Trinidad.<br />

En 31, 3, confiado en la divinidad <strong>del</strong> Espíritu, aplica las mismas voces a la Trinidad. Así aplica Jn 1, 9 al Padre, y al<br />

Hijo, y al Pará<strong>cl</strong>ito. "Era y era y era, pero era uno (hén). Luz, luz y luz, pero una sola luz y un solo Dios". Muestra,<br />

pues, la igualdad de los tres, manteniendo que Dios es uno. Y con<strong>cl</strong>uye, a propósito <strong>del</strong> Sal 35, 10 (numeración de los<br />

LXX): "de la luz -el Padre-, captamos la luz -el Hijo-, en la luz -el Espíritu-, teología breve y simple de la Trinidad".<br />

En 31, 5 hablando <strong>del</strong> Espíritu, dice que ya antes discutió sobre la Trinidad.<br />

En 31, 10, en la discusión con los adversarios sobre la diferencia entre lo propio <strong>del</strong> Hijo y <strong>del</strong> Espíritu, dice: "dame tú<br />

también otro Dios y la naturaleza de Dios, y yo te daré la misma Trinidad con los mismos nombres y realidades. Y pasa<br />

a buscar una comparación.<br />

En 31, 12, después de de<strong>cl</strong>arar que ir contra el Hijo es deshonrar al Padre, e ir contra el Espíritu es deshonrar al Hijo,<br />

pide que el otro no mez<strong>cl</strong>e nada de la Trinidad consigo mismo para que no se separe de la Trinidad. "No amputes nada<br />

a esta naturaleza única e igualmente venerable. Porque si sacas algo de los tres, serás destructor de todo, más bien tú<br />

quedarás fuera <strong>del</strong> todo". Por tanto, quitar algo a la Trinidad, que es un todo, es quitar algo a la única naturaleza (véase<br />

también, p. e., Orat 6, 11). Esto muestra <strong>cl</strong>aramente la identificación real de la única naturaleza con la Trinidad.<br />

Véase, p. e., 31, 9 (Hèn tà tría theóteti, kaì tò hèn tría taîs idiótesin); Orat 39, 11 (Hèn gàr en trisìn he theótes, kaì<br />

tà tría hén).12.<br />

En 31, 15, habla de los ángeles y de toda naturaleza superior que venga después de la Trinidad, los que están en la<br />

cercanía de la belleza suma. La Trinidad, por tanto, es la belleza suma, que suponemos única.<br />

Finalmente, según 31, 26, la luz de la Trinidad resplandecerá para los más brillantes (lamprotérois) después de<br />

ascensiones progresivas.<br />

Respecto a la diferencia entre trinitas y , puede verse la nota 9 al número 26 de De decretis nic, en la traducción<br />

de Newman, NPNF, II, 4.<br />

4 También aparecen a menudo theótes y theós en contexto <strong>trinitario</strong>.<br />

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HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

atención que en 8 de los textos en que utiliza triás, la Trinidad va combinada o<br />

identificada con la afirmación de la única divinidad o naturaleza o substancia divina. Esto<br />

nos confirma lo <strong>del</strong> momento teológico de Gregorio que veíamos en la Introducción. 1<br />

Encontramos el mismo equilibrio entre Trinidad y unidad en la introducción al primer<br />

discurso propiamente <strong>trinitario</strong> 2 y en la con<strong>cl</strong>usión <strong>del</strong> último 3 , etc. Por otra parte, a los<br />

tres una sola vez les aplica hupostáseis 4 (salvo el texto de 28, 9) 5 y nunca directamente<br />

prósopa. 6 Esto nos indica que la distinción no es tanto puesta en un problema de<br />

vocabulario como 3 hupóstasis o prósopon, sino en las propiedades (idiótes). 7 El texto<br />

de 31, 9 nos resume esto. Según él, nada le falta al Espíritu, nada le falta al Hijo. La<br />

filiación no es una carencia. Tampoco se trata de una inferioridad (huféseos) según la<br />

substancia. "El no ser engendrado, el ser engendrado y el proceder (tò ekporeúesthai) 8<br />

1 Según 28, 31, si ha dignamente alabado, es gracia de la Trinidad y de la única divinidad en los tres. Cf. 31, 3.14.28.<br />

Véase p. e. Orat 25, 17.<br />

2 "Pongamos en la cabeza de este discurso al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, sobre los que es el discurso, de forma<br />

que el primero sea benevolente (eudokeîn), el segundo coopere (sunergeîn) (véase 30, 5) y el tercero inspire<br />

(empneîn), o más bien que se haga una única iluminación de la única divinidad, unitariamente distinta y distintamente<br />

reunida (henikôs diairouménen kaì sunaptoménen diairétos), lo que es paradojal" (28, 1).<br />

3 "Adorar al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, la única divinidad y poder (dúnamin), porque 'a El toda gloria, honor,<br />

poder (krátos), por los siglos de los siglos' [Ap 1, 6; 5, 13]. Amén" (31, 33).<br />

4 31, 9. En la cita de Hb 1, 3 en 29, 17, hupóstasis se entiende en el sentido de Hb.<br />

El peligro que ve en comparar la Trinidad con el sol, el rayo y la luz es que substancialicemos (ousiósomen) al Padre y<br />

no hipostasiemos (hupostésomen) a los otros haciéndolos fuerzas que existen (enuparjoúsas) en Dios pero no son<br />

hipóstasis (hufestósas) (31, 32). Porque el rayo y la luz son sólo emanaciones solares, cualidades substanciales. Según<br />

31, 11, es reconocido que se puede admitir que tà diafóros hupostánta tês autês eînai ousías. En 31, 6, tôn<br />

kath'heautò hufestekóton es lo que llaman ousía y se contrapone a tôn en hetéroi theorouménon (tò sumbebekós).<br />

5 Según nota de Gallay, hupóstasis sería en este texto un sinónimo de fúsis. Pero nosotros creemos que más bien<br />

insinúa de paso que agénneton (ánarjon en sentido más propio) no es 'propiedad' de la ousía (perì theoû), como<br />

asómaton, analloíoton, áftharton, sino <strong>del</strong> Padre (perì theón; cf. el perì ousían de 29, 12). En ese sentido diría que<br />

hay cosas que le corresponden katà fúsin y otras katà hupóstasin). Gregorio no podía dejar pasar como propiedad de<br />

la esencia de Dios el agénneton, porque eso era darle la razón a Eunomio. Pero lo hace de paso porque aquí no está<br />

tratando de la Trinidad sino de que el conocimiento de Dios, de su naturaleza, es negativo (se dice lo que no es) y no<br />

positivo. Según Norris (op. cit., 194), "Hupóstasis, 'persona', y fúsis, 'naturaleza' tienen largas historias y pueden ser<br />

rastreadas en abundante literatura secundaria, pero no tienen un fuerte contexto en el corpus <strong>del</strong> Nacianceno". Cf. S.<br />

Zañartu, Algunos desafíos <strong>del</strong> misterio <strong>del</strong> Dios cristiano a las categorías <strong>del</strong> pensar filosófico en la antigüedad, y<br />

viceversa. Lógos e hupóstasis (persona) <strong>hasta</strong> fines <strong>del</strong> siglo IV, Teología y vida 33(1992)35-58.<br />

6 Véase 29, 2. Los sabelianos combinan (sunápsai) respecto a la persona y los arrianos separan respecto a las<br />

naturalezas (31, 30). Véase p. e. Orat 23, 8; 34, 8; 39, 11. En 30, 1 habla <strong>del</strong> prosopopoieîn de la Escritura.<br />

7 Según Orat 20, 6, por ejemplo: "Es necesario sostener un solo Dios y confesar tres hupostáseis o tres prósopa, cada<br />

una con su propiedad". Véase Orat 21, 35; 39, 11; 42, 16. Cf. P. e. Gregorio de Nisa, Refut Prof Fidei Eun, 12s.<br />

Respecto a las fórmulas pueden consultarse las sugerencias de A. de Halleux, 'Hypostase' et 'Personne' dans la<br />

formation du dogme trinitaire (ca 375-381) (RHE 79(1984) 313-369; 625-670), pp. 642-646. Dice este autor (Ib., 667):<br />

"La una hypóstais de los viejos nicenos designaba la substancia, la naturaleza, la esencia de Dios todo entero,<br />

arriesgando, por eso, relegar las personas al dominio de la manifestación económica, mientras que los neo-nicenos,<br />

enfocando la realida ontológica de Dios tanto por las tres hypóstasis como por la substancia, iban a dar cuenta en<br />

a<strong>del</strong>ante de la distancia y de la relación entre estos dos conceptos, apelando, entre otras, a categorías lógicas aristótelicas<br />

estoicas de lo común y de lo particular, o de la relación, así como a la metafísica medio y neo-platónica de la unión<br />

inconfusa de los seres espirituales por su total interpenetración"<br />

8 Cf. también 29, 2.3; 31, 8. En 29, 2 el Espíritu es llamado próblema en relación al Padre prosboleús, quien respecto<br />

al génnema es llamado gennétor. En 30, 19, los presenta así: "El nombre propio <strong>del</strong> sin principio, es Padre; <strong>del</strong><br />

engendrado de modo sin principio (anárjos, equivale aquí a eternamente), Hijo; <strong>del</strong> que de modo no engendrado<br />

(agennétos) prosigue (proelthóntos) o procede (proïóntos) hacia, el Espíritu Santo." El Hijo no procede (ouk<br />

ekpeporeútai), sino que ha sido engendrado (29, 3). Según Orat 39, 12, el Espíritu procede (proïòn) <strong>del</strong> Padre no<br />

68


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

designan al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, <strong>del</strong> que aquí se habla, para que sea<br />

salvada la no confusión (tò asúgjuton) de las tres hipóstasis en la única naturaleza y<br />

dignidad de la divinidad. Porque ni el Hijo es el Padre, pues hay un solo Padre, sino lo<br />

que es el Padre 1 , ni el Espíritu es el Hijo por (venir) de Dios, pues hay un sólo Unigénito,<br />

sino lo que es el Hijo. 2 Los tres son uno en la divinidad y lo uno es tres en las<br />

propiedades". 3 Siguiendo con lo de la propiedad 4 , en 29, 12 dice que, si buscamos cuál<br />

es la substancia de Dios, dejemos intacta la propiedad, que en este caso es<br />

„inengendrado‟ (el Padre). 5 Porque 'inengendrado' no es la substancia, dado que la<br />

diferencia entre ingénito y engendrado sólo está en torno a la substancia (perì ousían). 6<br />

Más <strong>cl</strong>aro respecto a este 'en torno a la substancia', es el texto de 29, 16 : "El<br />

Padre no es un nombre de substancia ni de acción (energeías) 7 ; es un nombre de<br />

huiikôs ni gennetôs. Según Orat 25, 16, ékpempsis es lo propio <strong>del</strong> Espíritu. Habla también <strong>del</strong> próodos <strong>del</strong> Espíritu<br />

en Orat 2, 38; 20, 10.11; 23, 7.11; 25, 16.17; 42, 18. Según J. Rousse, col 944, en Grégoire de Nazianze (DSp VI, col<br />

932-971), "Es Gregorio quien introduce el concepto de procesión (ekpóreusis) para precisar la calidad de la relación<br />

propia de esta persona de la Trinidad, que se sitúa entre (méson) el Engendrado y el Inengendrado (31, 8)". Según<br />

Sesboüé (Saint Basile, 129), ―Basilio eligirá como propiedad distintiva <strong>del</strong> Espíritu la santificación, que no es una<br />

propiedad relativa que exprese el origen. Gregorio de Nacianzo se dará cuenta de esto, prosiguiendo la búsqueda de su<br />

amigo sobre el origen <strong>del</strong> Espíritu y adoptando para el Espíritu la idea de ‗procesión‘, como un paralelo a la generación<br />

<strong>del</strong> Hijo‖. Él procede de Dios (<br />

), no según el modo de la generación, como el Hijo, sino como<br />

el soplo( ) de su boca (Basilio, De Spiritu Santo,XVIII, 46)<br />

1 En 29, 10, etc. hablará de tautòn eînai... katà tèn fúsin. Véase 29, 2; Gregorio de Nisa, Ep 3, 10, 84s, PG 46, 1017D.<br />

Según Ep 101, 21, el juego entre masculinos y neutros en la Trinidad es contrario a en cristología.<br />

2 "Pero si todo lo que tiene el Padre es <strong>del</strong> Hijo, salvo lo de ingénito, si todo lo que tiene el Hijo es también <strong>del</strong> Espíritu,<br />

salvo la filiación y cuanto se dice corporalmente de El, a causa <strong>del</strong> hombre que soy y de mi salvación -a fin de que<br />

tomando lo mío me regale lo de El mediante esa nueva mez<strong>cl</strong>a (anakráseos)- cesad, bien que tardíamente, de desvariar"<br />

(Orat 34, 10). Cf. p. e. Orat 41, 9.<br />

3 31, 9.<br />

4 En 31, 31 diría que la diferencia (témnesthai) entre ellos se daría por las tres propiedades,<br />

Según 31, 28, Gregorio quiere venerar a Dios el Padre, a Dios el Hijo, a Dios el Espíritu Santo, tres propiedades, una<br />

divinidad, no dividida en la gloria, ni en la honra ni en la substancia ni en la soberanía (basileíai).<br />

En 31, 29 afirma que el Espíritu, siendo Dios, puede recibir los diversos nombres, menos el de inengendrado<br />

(agennesías) y engendrado (gennéseos). "Porque era necesario que las propiedades permanezcan para el Padre y para<br />

el Hijo, para que no haya confusión en la divinidad".<br />

En 30, 19, después de tratar de nombres comunes de la divinidad, habla <strong>del</strong> nombre propio de cada uno, como vimos<br />

más arriba.<br />

5 Ahí no está lo tautón.<br />

6 Para explicar esto ha dicho en 29, 10, que lo sabio y lo no sabio no son lo mismo, pero conciernen a lo mismo (perì<br />

tautón), al hombre: no divide la substancia, sino que se divide perì... ousían. "Todo cuanto es el Padre, es <strong>del</strong> Hijo,<br />

salvo el ser ingénito. Todo cuanto es el Hijo, es <strong>del</strong> Espíritu, salvo el ser engendrado. Todo esto no divide la substancia<br />

sino que se divide perì ousían" (Orat 41, 9). Según 28, 9, incorporal, inengendrado, sin principio, inmutable,<br />

incorruptible serían de las cosas que se dicen ser respecto a Dios (perì theoû) o perì theón. Según 31, 6, si el Espíritu<br />

no es un accidente, ni en torno a la substancia, sería una substancia. Dice en Orat 42, 15: "Lo sin principio ni lo<br />

ingénito es la naturaleza <strong>del</strong> sin principio, porque ninguna naturaleza se define (hó ti) por aquello que no es sino por<br />

aquello que es. ...Porque estas cosas están perì fúsin, pero no son la fúsis".<br />

7 Pero, aunque fuera nombre de substancia o de acción, produciría un consubstancial. Respecto a la metafísica de<br />

Eunomio y la respuesta de Gregorio de Nisa, puede verse, B. Pottier, Dieu et le Christ selon Grégoire de Nysse. Etude<br />

systématique du 'Contre Eunome' avec traduction inédite des extraits d'Eunome, Namur 1994, pp. 83-142; 397-400. Cf.<br />

Narvaja, op. cit., 23-72. Según M. R. Barnes, ―la idea fundamental de Gregorio, y su argumento contra Eunomio, es<br />

que la naturaleza divina, en cuanto que ella es naturaleza divina, es productiva‖ (Eunomius of Cyzicus and Gregory of<br />

Nyssa: Two Traditions of Transcendent Causality, Vig Chr 52 (1998) 59-87, p. 87). ―Según Eunomio, la capacidad<br />

productiva de Dios sólo puede ser la de una actividad, energeia, que es externa a la esencia. …Eunomio entendió que la<br />

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HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

relación (sjéseos) 1 y de cómo se tiene el Padre respecto (prós) al Hijo o el Hijo respecto<br />

al Padre. Así como estas apelaciones dan a conocer entre nosotros la procedencia de<br />

nacimiento y el parentesco, así también allí significan la identidad de naturaleza<br />

(homofuïan) <strong>del</strong> engendrado respecto al que lo ha engendrado". En 31, 7 dirá que el Hijo<br />

es Hijo según una relación de tipo más elevado 2 , porque viene de Dios y a la vez es<br />

consubstancial. Según 31, 9, aunque al Espíritu no le falte nada en cuanto es Dios, sin<br />

embargo no es hijo por la diferencia de manifestación o de relación entre ellos. Esta<br />

diferencia es la que hace la diferencia entre ellos y el nombre (diverso). En resumen, las<br />

propiedades que diferencian las hipóstasis, Gregorio las explica, no como substancias<br />

sino como relaciones.<br />

Pero frente a ellas, a los tres, está la consideración de la unidad, que siempre<br />

acompaña a Gregorio en sus equilibradas expresiones. Contra los adversarios defiende,<br />

en los discursos 29 a 31, que el Hijo es Dios y el Espíritu también. Más a<strong>del</strong>ante nos<br />

referiremos a algunos de sus argumentos más en detalle. Basta aquí con llamarlos<br />

consubstancial 3 , lo que expresa la unidad. Hay una sola divinidad en los tres 4 , una sola<br />

divinidad y tres propiedades 5 , una sola divinidad y poder 6 , una sola luz y un solo Dios 7 ,<br />

una sola naturaleza (fúsis) 8 , etc. "Cada uno de ellos no tiene menos el ser uno con<br />

(prós) el que está con él (sugkeímenon) que (prós) consigo mismo, por la identidad de la<br />

substancia y <strong>del</strong> poder." 9 En esta línea de la unidad, habla nuestro autor de la monarquía.<br />

En 29, 2 10 , la monarquía se opone a la poliarquía y a la anarquía entre los dioses,<br />

que tanto entretuvieron a los hijos de los griegos. 11 Nosotros, dice Gregorio, honramos la<br />

monarquía (no monopersonal) sino la que está constituida de igual dignidad de naturaleza<br />

y acuerdo <strong>del</strong> querer e identidad <strong>del</strong> movimiento, y retorno (súnneusis) a la unidad de los<br />

que vienen de ella, de manera que aunque haya diferencia por el número no se divida en<br />

actividad causal de Dios estaba separada de su esencia, porque es una actividad de su libre voluntad, mientras que una<br />

causalidad esencial subvertiría tanto la idea de la simplicidad de Dios, como la de la libertad de Dios‖ (Ib., 62s).<br />

1 Véase Basilio, C. Eunom I, 5, 68s; II, 9; II, 22, 47-51; De Spiritu Sancto, VI, 14, 8; PseudoAtanasio, Dialogus de<br />

Sancta Trinitate 1, 25; Gregorio de Nisa, C. Eun, I, 557ss; Orat cath magna, 1, 10; Anfiloquio de Iconio, Fragm, 15,<br />

PG 39, 112CD, etc.. "Nosotros decimos que el Padre es colocado antes <strong>del</strong> Hijo según relación de causas con lo que<br />

(proviene) de ellas. Y no por diferencia de naturaleza, ni por superioridad temporal" (Basilio, C. Eunomio, I, 20, 36-<br />

39). La única diferencia que puede existir en Dios es aquella que existe entre las causas y lo que de ellas deriva (cf.<br />

Basilio, C. Eun, I, 23, 27).<br />

2 katá tina sjésin hupselotéran.<br />

3 29, 16; 30, 20; 31, 7.10.11. 29. En 31, 17-20 hay una larga discusión sobre el contar los consubstanciales.<br />

4 28, 31. "La adoración de uno es adoración de los tres, porque en los tres es el mismo rango de dignidad y de<br />

divinidad" (31, 12). Véase, p. e. Orat 33, 16.<br />

5 31, 28. Divinidad no dividida en gloria, honra, substancia, soberanía. Véase, p. e. Orat 20, 5; 33, 16: "una sola<br />

naturaleza en tres propiedades inteligentes, perfectas, subsistentes por sí mismas (kath' heautàs hufestósais), distintas<br />

(diairetaîs) por el número, y no distintas por la divinidad"<br />

6 31, 33.<br />

7 31, 3.<br />

8 31, 9.12. Fúsis sin composición (31, 32) ni mez<strong>cl</strong>a (28, 3).<br />

9 31, 16.<br />

10 Tres veces aparece la palabra en este texto.<br />

11 Incidentalmente muestra Gregorio su aprecio por la unidad, cuando tratando en 30, 20 de las designaciones <strong>del</strong> Hijo,<br />

dice que se lo llama "Verdad, en cuanto uno y no muchos por naturaleza. Porque lo verdadero es uno y la mentira es<br />

múltiple (polusjidés). En 28, 7 dice, defendiendo que lo divino no es compuesto, que la composición lleva a la<br />

disolución. Cf. 29, 2. Véase 30, 6.<br />

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HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

la substancia (ousíai). "Por esto, desde el comienzo la mónada 1 , en movimiento<br />

(kinetheîsa) hacia la díada se detiene en la tríada. 2 Y esto es para nosotros el Padre y el<br />

Hijo y el Espíritu Santo". La monarquía es, en con<strong>cl</strong>usión, la unidad de los tres, que<br />

termina expresándose en la no división de la substancia. Pero también habla Gregorio de<br />

un como "movimiento', que es lo que está entre el engendrante y productor (proboleús) y<br />

el engendrado y el producido (próblema). La unidad, pues, tiene su consistencia de<br />

origen en cierto "movimiento" 3 de la mónada a la tríada, con un retorno. 4 La mónada no<br />

es la divinidad común sino el Padre.<br />

El segundo texto sobre la monarquía es el de 31, 14 5 . En él la monarquía, junto<br />

con la divinidad y causa primera aparece en el polo de la unidad, contraponiéndose al<br />

polo de los tres que adoramos, en los que está la divinidad, y a los que vienen<br />

eternamente de la causa primera y son iguales en dignidad. 6 Interpreto aquí la causa<br />

primera como el Padre, contra el comentario respectivo de Norris, porque vienen de él<br />

(ek... ekeîthen ónta) 7 , porque en 29, 15, por ejemplo, se refiere al Padre como aitía <strong>del</strong><br />

Hijo y en ese sentido es más grande que éste (y no por naturaleza), y por paralelismo con<br />

el texto que de 29, 2, que vimos antes, en que, siendo el Padre y el Hijo la díada<br />

(diferenciada de la tríada trinitaria), la mónada es ciertamente el Padre de donde parte ese<br />

cierto movimiento: el Padre es el que engendra y produce, como dice ese texto a<br />

continuación. Por lo demás en 29, 2 también rechaza que se trate de un desbordamiento<br />

de bondad, porque sería una generación involuntaria. 8 Finalmente, el tercer texto es el de<br />

1 En 31, 18 se usa 'mónada' para unidades diferentes, aunque estén unidas por las substancia (sean consubstanciales).<br />

2 "La mónada se pone en movimiento en virtud de su riqueza, se sobrepasa la díada... , se limita en la tríada por la<br />

perfección, que es la primera en sobrepasar la composición de la díada, de manera que la divinidad no permanezca<br />

estrecha ni se esparza al infinito" (Orat. 23, 8). Lo primero sería judío; lo segundo helénico y politeísta. Según Orat<br />

38, 8, Dios es Padre, Hijo y Espíritu, para no judaizar mediante la monarquía, y para no helenizar mediante la<br />

sobreabundancia (pueblo de dioses).<br />

3 Véase también, p. e. Orat 20, 7; 38, 9.<br />

4 Véase Atanasio, De sententia Dion, 17, PG 25, 505A.<br />

5 "Cuando, pues, por una parte miramos a la divinidad y a la causa primera y a la monarquía, se nos aparece lo uno, pero<br />

cuando miramos hacia aquellos en los que está la divinidad y a los que vienen de la primera causa atemporalmente y con<br />

igual gloria, adoramos a tres". Comenta Gallay ad l. c.): ―Voilà sans doute une de plus remarquables formulations du<br />

monothéisme trinitaire. A lieu de dire: ―la Trinité ne détruit nullement la monarchie de Dieu, car le Fils et l‘Esprit<br />

viennent du Dieu unique‖, Grégoire explique: ―la Trinité ne peut détuire la monarchie de Dieu, car elle est cette<br />

monarchie même‖‖.<br />

6 Esto se refuerza por lo que antes había dicho en este mismo párrafo: "un solo Dios, porque una sola divinidad. Y hacia<br />

la unidad (pròs hén) se vuelve (tèn anaforàn éjei) lo que viene de él, aunque sea creído que son tres. Porque el uno no<br />

es más Dios y el otro menos Dios; ni el uno es primero y el otro posterior. Ni se escinden en la voluntad, ni se dividen<br />

en el poder..., sino que la divinidad, si es necesario hablar brevemente, es sin división en los distintos (améristos en<br />

memerisménois)". Es, pues, una afirmación a la vez de los tres (la diferencia) y de la unidad, que va seguida de la<br />

comparación de los tres soles que se compenetran, siendo única la fusión de la luz. Y finalmente sigue lo de la<br />

monarquía que estamos analizando. Como que los tres párrafos tuvieran un ritmo parecido. A la luz de esto creemos<br />

que el uno, <strong>del</strong> que provienen y al que retornan, según el texto puesto al comienzo de esta nota, es el Padre, igual que en<br />

el texto de la monarquía de 29, 2.<br />

7 Recordemos que Padre e Hijo son nombres de relación (29, 16). Puede verse J. P. Egan, Primal Cause and<br />

Trinitarian Perichoresis in Gregory Nazianzen's Oration 31, 14, en Studia Patristica 27, pp. 21-28.<br />

8 Respecto a que Dios crea y engendra queriendo, cf. 29, 6. En 30, 13 hablará de he apórroia toû prótou kaloû, que<br />

llega secundariamente a los hombres buenos. Cf. M Harl, A propos d‟un passage du Contre Eunome de Grégoire de<br />

Nysse: et les titres du Christ en théologie trinitaire, RSR 55(1967)217-226. En C Eun, III, 6, 27-48, GNO<br />

II, 195, 22-203, 3, Gregorio de Nisa propone<br />

, purificado, como complemento correctivo de ‗Hijo‘,<br />

presentándolo como ejemplo de . Tiene la ventaja de no hacer pensar en una anterioridad de la causa.<br />

71


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

de 31, 17, donde Gregorio dice al adversario que está negando la consubstancialidad de<br />

los tres, que al no darse el trabajo de defender la monarquía, niega la divinidad. Esto nos<br />

vuelve a recordar que monarquía es la unidad de los tres. 1 Monarquía es, por tanto, para<br />

Gregorio, una palabra que indica tanto la unidad como la distinción. 2<br />

Aunque monarquía dice la unidad de los tres, al interior de ella hay una especie de<br />

'movimiento', según dos 3 de los tres textos vistos. Según ellos, el Hijo y el Espíritu<br />

provienen <strong>del</strong> Padre y se vuelven hacia él. Aunque no hay mayor ni menor, ni anterior ni<br />

posterior, el Padre es el que engendra y produce y los otros son el engendrado y el<br />

producido. Esto lo hace el Padre impasiblemente, atemporalmente, incorporalmente 4 , El<br />

que es la mónada, la primera causa. El Padre es, pues, la aitía <strong>del</strong> Hijo. Así, según 29, 3,<br />

el Hijo y el Espíritu no son sin principio respecto a la causa, el Padre. 5 Así, según 29, 15,<br />

el Padre es mayor que el Hijo por la causa (tôi aitíoi meízon) y no por naturaleza. Dicho<br />

1 Véase también, por ejemplo, Orat 40, 41.<br />

2 Según Orat 25, 15, por la monarquía se nombra al Hijo 'Señor' junto con el Padre; en cambio, se lo nombra 'Dios', por<br />

la naturaleza, cuando se lo considera en sí. Este texto insinúa que la monarquía, unidad con el Padre, estaria en relación<br />

a nosotros, junto con el señorío. Según Orat 40, 41, cada uno de los tres es Dios, contemplado en sí mismo (guardada<br />

para cada uno su propiedad); y los tres son Dios si se los contempla en conjunto. Lo primero por la consubstancialidad;<br />

lo segundo por la monarquía. Véase Orat 25, 18, etc. Comentando Cl. Moreschini (Gregorio di Nisa. Teologia<br />

Trinitaria. Contro Eunomio. Confutazione <strong>del</strong>la professione di fede di Eunomio. Introduzione, traduzione, note e<br />

apparati, Milano 1994, I, n. 301) el uso de 'monarquía' en el pasaje I, 531, dice: "Il temine è impiegato per indicare la<br />

regalità su tutto l'universo, che Dio possiede in virtù <strong>del</strong>la sua natura unitaria e, insieme, trina, per cui il suo potere è<br />

comunicato a tutte le Persone <strong>del</strong>la Trinità‖.<br />

3 Se in<strong>cl</strong>uye además el comienzo <strong>del</strong> 31, 14. Cf. Orat 20, 7. Afirma Bergmann (op. cit., 161-163): "Para Plotino la<br />

pluralidad de la realidad fluyó desde el ser cuya propiedad más alta era la unidad. Contra esta concepción de la unidad,<br />

pone Gregorio su tesis de la calidad <strong>del</strong> movimiento como las más alta pefección <strong>del</strong> ser divino. Justamente por la<br />

armonía perfecta de voluntad y movimiento de las tres hypóstasis se muestra la unidad de la naturaleza divina. La<br />

perfección de la unidad divina, empero, no se muestra en la unidad de la persona sino justamente en el movimiento<br />

perfecto que constituye la unidad. Pero para poder expresar la armonía de la comunidad de las tres hypóstasis como<br />

constitutiva, sin presuponer que esta comunidad de la unidad toma su punto de partida de cada uno de los tres puntos<br />

diferentes, desarrolla Gregorio el pensamiento <strong>del</strong> movimiento como una propiedad en el ser de la unidad de Dios. La<br />

generación <strong>del</strong> Hijo por el Padre y la procesión <strong>del</strong> Espíritu desde el Padre, son expresión de un mismo movimiento al<br />

interior de la naturaleza divina El movimiento, por eso justamente, marca la unidad divina como unidad. El 'desde este<br />

fundamento' se relaciona así a la única naturaleza increada de Dios, cuya plenitud aparece precisamente en el<br />

movimiento intra<strong>trinitario</strong> que constituye un único señorío. ...Movimiento y tiempo no están más inseparablemente<br />

atados. Distingue ahora Gregorio un movimiento en el tiempo, <strong>del</strong> movimiento de Dios, desde el que primeramente<br />

fluye el tiempo. El movimiento increado de Dios se distingue <strong>del</strong> creado, porque el movimiento divino se mueve desde<br />

el origen pasando por el tránsito hacia el origen, y así describe el círculo pefecto. El movimiento <strong>del</strong> Creador,<br />

contrariamente al de la creación, destaca la convergencia, la capacidad de vuelta <strong>del</strong> término al comienzo y de la<br />

perfecta ligazón mutua de los puntos <strong>del</strong> movimiento. De esta forma es superada la ontología aristotélica, cuya<br />

contraposición fundamental es entre el movimiento y el reposo. El movimiento <strong>trinitario</strong>, independiente <strong>del</strong> tiempo,<br />

perfecto, presenta ahora, en la ontología de Gregorio, la contraposición al movimiento de la naturaleza creada. En<br />

comparación a la creación, es el ser de Dios 'inmutable y eterno' (Orat 7, 19). ...Mientras Orígenes permaneció más<br />

fuertemente atado a la imagen monística de Dios y conformó subordinacionísticamente las expresiones trinitarias,<br />

consigue ahora Gregorio, con la ayuda de la reprentación de un movimiento común perfecto al interior de la Trinidad,<br />

expresar la igualdad de las tres hypóstasis divinas. Podemos entender el pensamiento <strong>del</strong> movimiento intra<strong>trinitario</strong> de<br />

Gregorio, como un movimiento relacional. ...El movimiento intra<strong>trinitario</strong> es un movimiento común de las tres distintas<br />

hypótasis".<br />

4 29, 2.<br />

5 Cf. p. e., Orat 20, 7.10. Según Or 20, 6, el Padre es la causa de la divinidad que se contempla en el Hijo y en el<br />

Espíritu. Ser arjé es la dignidad <strong>del</strong> Padre. Según Orat 23, 6, el Padre es el principio de la divinidad. El Padre es<br />

anaítios (cf. 29, 11; 30, 7).<br />

72


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

de otro modo, la naturaleza de la causa (toû aitíou) no es mayor. 1 En 30, 7 confirma lo<br />

mismo. 2 En 31, 14 se nos dice, contrastando con mirar a los tres, que cuando miramos a<br />

la divinidad y a la causa primera y a la monarquía, se nos aparece lo uno. ¿Esa causa<br />

primera es aquí Dios, como cuando se habla en relación a la creación 3 , o es el Padre 4 ?<br />

Creo que también es el Padre, porque aquí no habla en relación a la creación sino que<br />

trata de la Trinidad en sí. Esto se confirma, porque a continuación, según la interpretación<br />

antes dada, vuelve a hablar de la causa primera de la que provienen atemporalmente y<br />

con igual gloria dos y así forman los tres de la Trinidad que adoramos. Si está junto con la<br />

monarquía en la primera parte es porque señala la unidad, aunque no de la misma<br />

manera que la divinidad. La unidad, por tanto, estaría puesta aquí de una manera<br />

especial en el Padre y esta insistencia en el Padre 5 redundaría en la concepción de la<br />

'monarquía'. El Padre, que es el inengendrado, el sin principio 6 , no viene de nadie<br />

(medamóthen). 7 Pero son pocos los textos que, como hemos visto en este párrafo,<br />

destacan así al Padre. Porque el momento teológico de Gregorio no es éste 8 sino el de la<br />

la igualdad en la consubstancialidad, es el momento de la Trinidad resplandeciente y de la<br />

1 Los adversarios agregan que es causa por la naturaleza. Véase Orat 40, 43. Cf. Basilio, C. Eunomio I, 25.<br />

2 'Mayor' concierne la causa; 'igual', la naturaleza. Y alguien podrá preguntarse si es menor venir de una tal causa a ser<br />

sin causa (anaitíou), como el Padre añadiríamos nosotros. Por venir <strong>del</strong> sin principio (anárjou) participaría de la gloria<br />

<strong>del</strong> sin principio. Porque responder a la objeción diciendo que el Padre es mayor que Cristo en cuanto hombre, es<br />

verdad, pero no es decir gran cosa, dado que es obvio. Según 30, 11, entre el Padre y el Hijo "nada es propio, porque<br />

todo es común. Puesto que el mismo ser es común, y de igual dignidad (homótimon), pero desde el Padre al Hijo".<br />

3 Aitía es dicho de Dios en relación a la creación en 28, 6.13.29; 31, 33. Igualmente en 28 ,31 se habla <strong>del</strong> prôton<br />

aítion. Sólo la divinidad es anaítios (30, 2; cf. 31, 23). En 29, 10 ánarjon es contrapuesto a creado.<br />

En 29, 19, causa se aplica respecto a Cristo, en contraposición al Hijo, que existía antes. Dice así: "En el principio era<br />

sin causa (anaitíos). Porque, ¿cuál es la causa de Dios? Pero después llega a ser por una causa. Esta era el que tú<br />

insolente fueras salvado". Si al Logos se le aplica adverbialmente el sin causa, es por su divinidad. Igualmente en 30,<br />

11 se aplica el respectivo adverbio al existir <strong>del</strong> Hijo ajrónos viniendo <strong>del</strong> Padre, por (diá) el que vive, que se<br />

contrapondría a recibir el vivir y ser sostenido por el Padre, como hombre. Aun podríamos compararlo con la aplicación<br />

al Hijo <strong>del</strong> adverbio anárjos en 30, 19, siendo el Padre el ánarjos: "Pero (nombre) propio <strong>del</strong> anárjou, Padre; <strong>del</strong><br />

engendrado anárjos, Hijo." Véase, p. e. Gregorio de Nisa, C Eun, I, 468s.<br />

Pero más <strong>cl</strong>aro parece el texto de 30, 2, refiéndose a 'El me creó' de Pr 8, 22 y 'El me engendró' de Pr 8, 25, comenta<br />

respecto a Cristo, "lo que encontramos con causa atribuámoslo a la humanidad, pero lo que es simple y sin causa,<br />

pongámoslo a cuenta de la divinidad" Porque entre los seres la divinidad es sin causa (anaítion), porque la causa sería<br />

más antigua que Dios. En cambio, hay una causa de la humanidad que Dios asumió por nosotros: el salvarnos.<br />

4 Igualmente la causa primera sería el Padre en 31, 30 cuando pone los dichos más humildes de la Escritura sobre el<br />

Espíritu, como el ser dado o enviado. Estos hay que referirlos a la causa primera, de forma que se muestre que vienen de<br />

ella y no tres principios divididos politeísticamente, porque es igualmente impío confudir respecto a la persona, a la<br />

manera de Sabelio, como separar las naturalezas, a la manera de Arrio. Y según 30, 16, "el conocimiento de lo más<br />

grande sea referido a la causa para honra <strong>del</strong> que engendra" (cf. Mc 13, 32). Norris (op. cit., 45s), siguiendo a<br />

Meijering, verá inconsistencia en esta doble aplicación de aitía, tanto a Dios respecto a la creatura, cuanto al Padre<br />

respecto al Hijo y al Espíritu, y dirá que se debe a explanaciones ad hoc de problemas que Gregorio encuentra en la<br />

Escritura y tradición. Yo creo que ese doble uso se debe más bien a un reflejo <strong>del</strong> misterio <strong>trinitario</strong>.<br />

5 En Orat 42, 15 dice: "Hénosis dè ho Patér, ex hoû kaì pròs hòn anágetai tà hexês"<br />

6 30, 7.19; 31, 7, etc. Véase 28, 9. Según 29, 3, el Hijo y el Espíritu, aunque eternos, no son ánarja respecto a la causa,<br />

el Padre; sí (pos) respecto al tiempo. Cf. p. e. Orat 25, 15; 38, 2.13; 39, 12. Según 29, 10, ánarjon por naturaleza no<br />

es lo mismo que el creado. En 31, 23, anárjon, que junto con agénneton los adversarios refieren a la naturaleza divina,<br />

Gregorio dice que sólo están implícitos en la Escritura. La Escritura llama al Hijo 'principio' (29, 17; véase p. e. Orat<br />

20, 7). Según Orat 42, 15, "el nombre para el sin principio es Padre, para el principio es Hijo, para el que está con el<br />

principio, Espíritu Santo".<br />

7 29, 11. Según 29, 12, 'inengendrado' no es lo mismo que theós, porque es más absoluto, usándose theós como Dios de<br />

todos, es decir en relación a otros. Cf. Norris ad l. c.<br />

8 Este es más bien de los adversarios en cuanto que por demasiado amor al Padre niegan la divinidad <strong>del</strong> Hijo (29, 11).<br />

73


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

única divinidad. Este es el equilibrio de los dos polos que, contra sabelianos y arrianos,<br />

Gregorio busca siempre.<br />

3) La divinidad <strong>del</strong> Hijo 1<br />

Habiendo considerado brevemente cómo Gregorio dice la Trinidad y a la vez la<br />

unidad en Dios, descendamos ahora a probar, siguiendo a nuestro autor, la divinidad <strong>del</strong><br />

Hijo, que había sido negada por arrianos. Lo primero que habría que decir es que el<br />

engendramiento <strong>del</strong> Hijo es un misterio insondable que solo lo conoce Dios. La<br />

generación no es en la forma carnal que nosotros conocemos. 2 No es corporal 3 ; es<br />

exenta de pasión. 4 Gregorio insistirá mucho en que no hay un corte de substancia 5 , que,<br />

por lo demás, es simple y única. Según 31, 7, hay que llamarlo Hijo porque viene de Dios<br />

y es consubstancial, pero hay que aplicar metafóricamente a lo divino, los nombres de<br />

aquí abajo, especialmente los de parentesco. 6<br />

Gran objeción de Eunomio es que la esencia de Dios es agénneton 7 , luego el<br />

gennetós es creatura. Como hemos visto, a esto responde Gregorio que no podemos ni<br />

conocer ni decir lo que Dios es, y agénneton es la propiedad <strong>del</strong> Padre. 8 Según el<br />

adversario, 9 inengendrado y engendrado no es lo mismo. Luego si uno es Dios, el otro no<br />

no lo es. Gregorio responde que engendrador y engendrado son lo mismo según la<br />

naturaleza 10 y se dividen en torno a la substancia. El inengendrado es Dios, pero el<br />

engendrado también es Dios, porque viene de El. Y si es tan grande para el Padre no<br />

venir de nadie, no es menos grande para el Hijo venir de tal Padre: participa de la gloria<br />

1 Opina Norris (op. cit., 157s): "La Oración 29 ofrece la más <strong>cl</strong>ara evidencia de la educación <strong>del</strong> Nacianceno en la<br />

lógica. Tiene un dominio de la dialéctica que demasiado a menudo es pasado por alto. Aunque no todos sus ataques a<br />

los arrianos tardíos dan en el blanco, él le apunta a menudo. El demuestra una y otra vez que su educación en la retórica<br />

filosófica lo preparó para tratar con las falacias lógicas como con los errores contextuales, gramaticales. Su causa contra<br />

la falta de educación de Eunomio está bien tomada. ...Quizás su mayor fortaleza es de nuevo su <strong>del</strong>icado sentido de la<br />

relación entre la fe y la razón. Una vez más insiste en la confesión y culto como el 'milieu'. 'La fe da plenitud al razonar'<br />

Aunque está preparado, y de hecho arguye contra sus detractores acerca de la naturaleza de la razón y de la lógica<br />

destacando su mala interpretación de la 'paideia' básica, re<strong>cl</strong>ama la prioridad de la fe". "Y si (los arrianos) hubieran<br />

comprendido la limitación de la mente humana en lo especulativo o en las materias contemplativas, y conocido los<br />

principios propios de la lógica, retórica y gramática, ellos no hubieran llegado a sus con<strong>cl</strong>usiones" (Ib., 34). "Gregorio<br />

fue fundamentalmente un teólogo confesional, un predicador <strong>del</strong> evangelio" (Ib., 36)<br />

2 Véase Gregorio de Nisa, C Eun, III, VI, 27ss; Refut Prof Fidei Eun, 88ss.<br />

3 29, 2.8, etc. Los que objetan son gente con ideas corporales (29, 8.13; 31, 7, etc.). Véase 29, 4; 30, 20.<br />

4 29, 2.4.20; 30, 20. Es una generación inefable y divina. Se trata de una generación espiritual. "Para el que no tiene el<br />

mismo ser (tautón) que nosotros, también el engendrar es diferente" (29, 4). Si su adversario no es capaz de<br />

comprender la generación humana, ¿cómo pretende comprender la divina? "Que la generación de Dios sea honrada con<br />

el silencio" (29, 8). La forma de esta generación no la conocen los ángeles. La conoce el Padre y el Hijo (Ib.). Véase<br />

29,11; 31, 8. Aun su generación según la carne, es diferente (La Virgen Madre de Dios [theotókon]) (29, 4). En Ep<br />

101, 16 dirá que el que no acoge la theotókos está separado de la divinidad.<br />

5 Cf. p. e. 29, 8; 31, 11. Véase 27, 6; 29, 2.<br />

6 Es Hijo según una relación más elevada. Según 30, 20 es unigénito porque (viene) monotrópos y no como los<br />

cuerpos.<br />

7 Véase p. e. Basilio, C. Eunomio, I. De ahí con<strong>cl</strong>uía que el Unigénito era desemejante según la substancia.<br />

8 Cf. 29, 2.10 (insinúa aquí también que si las propiedades de la esencia fueran la substancia de Dios, en El habría varias<br />

substancias).11.12; 31, 7.8.29.<br />

9 29, 10.<br />

10 Véase también 29, 15; 30, 20.<br />

74


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

<strong>del</strong> sin causa y agrega la veneración de la generación. 1 Si arguyen que, si es Dios, es<br />

inengendrado, vuelve a responder que inengendrado no es la substancia de Dios y que la<br />

diferencia está en torno a la substancia 2<br />

Otra gran objección 3 es referente al tiempo, porque Padre parece decir una<br />

anterioridad respecto al Hijo. Gregorio responde en 29, 3 que el Hijo y el Espíritu existen<br />

desde que existe el Padre, y no hubo un tiempo (hóte) en que el Padre no existiera. El<br />

Hijo ha sido engendrado cuando el Padre ha sido inengendrado. Y el Espíritu procede<br />

(ekpepóreutai) cuando el Hijo no procede (ouk ekpeporeútai). El Hijo ha sido<br />

engendrado atemporalmente. Queriendo expresar lo que está por sobre el tiempo, no se<br />

puede evitar la imagen temporal. Lo eterno no es medido ni partido por el tiempo. Y "lo<br />

que no tiene principio es eterno, pero lo eterno no es <strong>del</strong> todo sin principio, en cuanto se<br />

refiere al principio, que es el Padre. Pues no son [Hijo y Espíritu] sin principio en cuanto a<br />

la causa." 4 En cierto sentido, ellos son principio respecto al tiempo, porque es el tiempo el<br />

el que viene de ellos. 5 Y según 29, 5, el Padre no comenzó a ser padre, porque no tuvo<br />

comienzo. 6 Pero, ¿engendrar y ser engendrado no introduce un comienzo? No, porque<br />

ha sido engendrado desde el comienzo. 7 Pero, según 29, 9, se le objeta que no se puede<br />

puede engendrar lo que ya existía. A esto responde, rechanzando la cuestión, porque<br />

concurren (súndromon) con el existir, el ser engendrado y el 'desde el comienzo', porque<br />

no hay nada anterior a 'desde el comienzo'. En 29, 13 se le objeta que si Dios ha cesado<br />

de engendrar (para que la generación sea perfecta), es que ha comenzado. Responde<br />

que el alma y la naturaleza angélica no cesarán y, sin embargo comenzaron. Y en 29, 17<br />

dirá que no hay nada adquirido o que se agregue después al Padre, al Hijo o al Espíritu.<br />

"La perfección no viene por adición". 8 Porque no hubo un tiempo en que el Padre<br />

estuviera sin Logos (álogos) 9 o que no fuera Padre. Y en 31, 4 agrega que a Dios no le<br />

puede faltar 'lo santo', porque sería incompleto, imperfecto. Luego tiene que tener el<br />

Espíritu Santo desde el comienzo. 10 Por otro lado en 30, 4 aparecen las objeciones por<br />

las citas bíblicas con '<strong>hasta</strong> qué', p. e. 'que el reine <strong>hasta</strong> que' en 1Co 15, 25. Responde<br />

1 29, 11. Cf. 30, 7. Véase 30, 20. En Orat 23, 7, Gregorio pregunta a su adversario: "¿Quién deshonra más a Dios: el<br />

que lo pone como principio de estas cosas, como las que tú mismo introduces [el Hijo y el Espíritu, creaturas] o el que lo<br />

pone, no como principio de estas cosas, sino de cosas semejantes en la naturaleza y de la misma gloria, como nuestra<br />

doctrina (lógos) quiere?"<br />

2 29, 12. No necesitas ser padre de tu padre para ser lo mismo en cuanto la substancia (basta con ser hijo). Además el<br />

término inengendrado es más absoluto que el término Dios, que dice relación a aquellos de quienes es Dios. Igualmente<br />

sería oponer una posesión (engendrado) a una privación (inengendrado)<br />

3 Otra objeción es si el Padre engendra queriendo o no queriendo; y si queriéndolo, sería hijo de la voluntad y no <strong>del</strong><br />

Padre (29, 6s). Gregorio pregunta la adversario si él es hijo de su padre o de la voluntad de éste, si Dios creó queriendo<br />

o no (entonces el problema sería el mismo si el Hijo fuera creado), y si es Dios es queriéndolo o no. El generado<br />

pertenece al que lo engendra y no a la generación. Y en el caso de Dios probablemente la generación es la voluntad de<br />

engendrar. No hay nada intermedio.<br />

4 29, 3. La causa no es <strong>del</strong> todo anterior a ellos, como el sol no es anterior a la luz.<br />

5 Véase también Orat 20, 7, etc.<br />

6 En diferencia a nosotros, es propiamente (kuríos) padre, porque no es padre e hijo a la vez. Igualmente el Hijo es<br />

propiamente hijo. Según Orat 25, 16, es totalmente Padre de todo el Hijo. Según Orat 20, 6, negar la divinidad <strong>del</strong><br />

Hijo es suprimir también que el Padre sea. Véase Atanasio, De decretis nic, 11, PG 25, 436A.<br />

7 La Escritura a veces cambia los tiempos.<br />

8 29, 17.<br />

9 O sin verdad, sabiduría, poder, o privado de vida, o esplendor, o bondad. Gregorio dice esto después de enumerar<br />

diversas citas bíblicas que <strong>cl</strong>aramente se dicen <strong>del</strong> Hijo.<br />

10 Es el tiempo lo que nos separa de Dios.<br />

75


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

con 'su reino no tiene límite' y que 'héos' no ex<strong>cl</strong>uye el futuro que va más allá. Además el<br />

operar la sumisión es reinar sobre nosotros 1 y eso es <strong>hasta</strong> que se levante para juzgar.<br />

Alguna otra objeción de la Orat 29, ya ha aparecido en algún otro tema de este<br />

trabajo, como la que ya vimos sobre si el Padre es nombre de substancia o de acción, a la<br />

que Gregorio respondía diciendo que es nombre de relación; o son objeciones referentes<br />

a textos concretos de la Escritura, que veremos después. Por ahora sólo quiero<br />

detenerme en dos más. La primera es reconocer que el Hijo es Dios según la Escritura,<br />

pero este término sería usado en sentido equívoco (sólo es común la designación), y no<br />

en sentido propio. 2 Los términos equívocos se aplican a ambos casos en sentido propio<br />

(kuríos); se trata de naturalezas diferentes. Pero responde Gregorio, si son naturalezas<br />

diferentes no se las está comparando como si fuera una mejor o anterior o más que la<br />

otra. El perro de tierra firme no es más perro que el de mar o viceversa. Pero en el caso<br />

que tratamos, por un lado en tus palabras le concedes la semejanza con el Padre y, por<br />

otro lo pones debajo atribuyéndole un segundo lugar en la honra y adoración. Si tienen el<br />

mismo nombre, que tengan el mismo honor de las naturalezas. 3<br />

La segunda objeción 4 reza así: si decimos nosotros que 'el Padre es más grande<br />

que el Hijo en cuanto a la causa', el adversario agrega 'la causa es por naturaleza',<br />

con<strong>cl</strong>uyendo que el Padre es más grande por naturaleza. Responde Gregorio que no se<br />

puede pasar lógicamente de ser más grande por la naturaleza de la causa, a ser más<br />

grande por naturaleza 5 , como que lo dicho de un hombre no se puede simplemente<br />

afirmar sobre el hombre en general. Esta objeción vuelve, a propósito de la Escritura, en<br />

30, 7. Gregorio responde que no sólo es dicho más grande sino también igual. "¿No es<br />

evidente que 'más grande' pertenece a la causa y que 'igual', a la naturaleza?". 6<br />

Y en la Escritura se afirma, pues, <strong>cl</strong>aramente la divinidad de Cristo. 7 Lo que se dice<br />

dice de él que no sea digno de Dios 1 , es en cuanto hombre. "Por una parte lo más<br />

1 Estará con nosotros <strong>hasta</strong> la consumación <strong>del</strong> siglo (Mt 28, 20). Cf. 30, 45.<br />

2 29, 13 (véase 29, 18). Comentando este párrafo a partir de frases anteriores, dice Norris (op. cit., 149): "Según su<br />

juicio (de Gregorio), si un individuo merece la in<strong>cl</strong>usión dentro de una especie, entonces no se le atribuiría el nombre de<br />

la especie en forma equívoca. Los 'hechos', prágmata, determinarán este juicio. Cuando ellos son conocidos, el<br />

nombre se sigue solo".<br />

3 29, 14.<br />

4 29, 15.<br />

5 Anota Gallay: "El falso razonamiento hace que se pase de una afirmación con restricción a una afirmación sin<br />

restricción". Es diferente la naturaleza <strong>del</strong> Padre en cuanto Padre (que antecede, bajo el aspecto de causalidad, a aquél<br />

que El engendra) de la naturaleza de Dios.<br />

6 También alguien puede decir que no es menor venir de una tal causa que ser sin causa. Participa de la gloria <strong>del</strong> sin<br />

principio, porque viene <strong>del</strong> sin principio, a lo que agrega la generación, hecho tan grande y venerable. Porque decir que<br />

el Padre es más grande que el Hijo considerado en cuanto hombre, es verdad, pero no gran cosa. Cf. Basilio, C. Eun, I,<br />

25, 28-44; III, 1, 31-38.<br />

7 Se lo llama Dios, Logos, 'el que está en el principio (en arjêi), con el principio, el principio', Hijo unigénito, camino,<br />

verdad, vida, luz, sabiduría, poder, resplandor, impronta, imagen, sello, señor, rey, el que es, el omnipotente (29, 17),<br />

etc.. En 30, 20 explica la mayoría de estas palabras, añadiendo, justicia, santificación, redención y resurrección.<br />

Destaco algunas. Se lo llama Hijo porque es lo mismo que el Padre en cuanto a la substancia y viene de El. Como<br />

Logos expresa (exaggeltikón) al Padre, sería como su definición (hóros). Es una demostración de la naturaleza <strong>del</strong><br />

Padre, "porque todo engendrado es el lógos silencioso <strong>del</strong> que lo ha engendrado". Está en los seres, porque todo tiene<br />

consistencia en El (como dúnamis conserva y sumistra la fuerza de cohesión). Como Creador no desconoce los lógous<br />

de los que hizo (nada antecede para El a los logikoí, según 28, 11). Imagen en cuanto consubstancial y porque El<br />

procede <strong>del</strong> Padre y no al revés: imagen viviente de un viviente. Por la naturaleza de lo simple, no se trata de parecido<br />

sino que todo entero se es impronta de todo entero, y de que es lo mismo, más que de una semejanza (afomoíoma).<br />

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HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

elevado atribúyelo a la divinidad, a la naturaleza superior a las pasiones y al cuerpo. Por<br />

otra, lo más humilde al compuesto (tôi sunthétoi), al que por ti se anonadó y se hizo<br />

carne ...y se hizo hombre. ...y comprendas lo que se dice de la naturaleza y lo que se dice<br />

de la economía". 2 Y en 30, 2-16, interpreta 10 tipos de textos que no parecen dignos de<br />

Dios, de algunos de los cuales ya hemos tratado. El primero (30, 2) es el texto de Pr 8, 22<br />

(éktise).25 (gennâi). Concede que no se trata de una personificación de la Sabiduría,<br />

sino <strong>del</strong> Salvador. Lo con causa hay que atribuirlo a la humanidad, y lo simple y sin causa<br />

a la divinidad. Por tanto, la Sabiduría es creada según su generación aquí abajo; y<br />

engendrada según su generación primera y más incaptable. 3 Dentro de la segunda<br />

objeción sobre el fin <strong>del</strong> reinado, que ya vimos por el aspecto temporal, está que el Hijo se<br />

somete al Padre (30, 5), pero eso es porque como cabeza de todo el cuerpo hace suya mi<br />

insumisión, que termina cuando haya completado la sumisión, presentándome a mí<br />

salvado. 4 Igualmente en su 'Dios mío, por qué me has abandonado' 5 , nos representa a<br />

nosotros; se ha apropiado nuestra sinrazón y nuestro pecado. Asimismo (30, 6) cuando<br />

se dice que aprendió obediencia por lo que padeció, etc. El realiza este rol<br />

(dramatourgeîtai) y entrelaza estas cosas maravillosamente por nosotros. En cuanto<br />

Logos no era ni obediente ni desobediente, porque esto es propio de los dependientes.<br />

"Pero, en cuanto forma de es<strong>cl</strong>avo, el desciende hacia sus consiervos y es<strong>cl</strong>avos y toma<br />

una forma ajena, llevándome a mí con lo mío íntegramente en El, a fin de consumir lo<br />

peor, como el fuego a la cera, como el sol la bruma y que yo participe de las cosas de El,<br />

gracias a esta mez<strong>cl</strong>a". 6<br />

La cuarta objeción a partir de la Escritura (30, 8) 7 es el texto en que Jesús habla de<br />

'mi Dios", que va junto con 'mi Padre' en Jn 20, 17. Responde Gregorio que no es Dios<br />

<strong>del</strong> Logos (que es Dios) sino <strong>del</strong> visible (Jesús), como no es Padre <strong>del</strong> visible sino <strong>del</strong><br />

Logos. Porque Cristo era doble (diploûs). Entonces <strong>del</strong> que se ve, como de nosotros,<br />

impropiamente se habla de Padre. 8 Los nombres se intercambian a causa de la mez<strong>cl</strong>a<br />

(súgkrasin). Cuando las naturalezas 9 son distinguidas en nuestros pensamientos (taîs<br />

epinoíais), los nombres también son separados. Ambos juntos (sunamfóteron) son uno,<br />

Vida, porque luz y consistencia y donante de existencia (ousíosis) de toda naturaleza logikés(Hch 17, 28). Tiene doble<br />

poder de insuflar, dándonos el soplo (pnoén) y el Espíritu Santo. Redención en cuanto nos libera a nosotros retenidos<br />

por el pecado, dándose a sí mismo a cambio por nosotros como rescate que purifica la tierra. Véase 30, 3.<br />

1 Hace una lista de estos dichos en 29, 18.<br />

2 29, 18. Cf. 30, 1.21. Véase p. e. Ep 102, 24-27.<br />

3 Así es llamado doûlos y paîs Theoû (30, 3). Véase Gregorio de Nisa, C Eun, III, I, 50; Refut Prof Fidei Eun, 110s.<br />

4 "Así sometiéndolo presenta a Dios lo sometido, haciendo que lo nuestro sea de El" (30, 5). Igualmente fue llamado<br />

maldición y pecado y llega a ser nuevo Adán. Cf. Gregorio de Nisa, In illud: Tunc et ipse Filius.<br />

5 Según Norris (ad l. c.), "El sujeto que no es abandonado por el Padre o por su propia divinidad debe ser el Jesús<br />

humano. Así el Nacianceno puede hablar <strong>del</strong> hombre Jesús como el sujeto"<br />

6 También se puede suponer que fue para darse cuenta (dokimázei) de nuestra obediencia y medirlo todo con sus<br />

padecimientos, etc. En el mismo sentido habría que interpretar el texto de Hb 2, 18. El escapó <strong>del</strong> todo [a estos<br />

asaltos]; nosotros, en cierta manera, somos vencidos. Porque es más gran cosa que él sea atacado (tò diojthênai), que<br />

nosotros seamos vencidos.<br />

7 La tercera (30, 7), ya tratada, es que el Padre es más grande<br />

8 Según mi probable interpretación, 'Dios' se dice propiamente (kuríos) de los dos, <strong>del</strong> Logos porque es Dios, y <strong>del</strong> que<br />

se ve en cuanto se habla <strong>del</strong> Dios <strong>del</strong> que se ve. En cambio 'Padre' no se dice propiamente en relación al que se ve. En<br />

30, 15 interpreta 'Hijo' como dicho de Cristo en cuanto hombre, gracias a que es usado absolutamente.<br />

9 "Dos naturalezas que concurren a uno solo, no dos hijos" (Orat 37, 2). Cf. Ep 101, 19, etc.<br />

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HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

no por la naturaleza sino por la unión (sunódoi). La quinta objeción (30, 9) es que Cristo<br />

recibe la vida, etc. Gregorio responde que esto corresponde a la humanidad. 1<br />

La novena objeción (30, 14) es que está siempre vivo para interceder por nosotros.<br />

Responde que como único mediador (el hombre Jesucristo) interviene aún ahora como<br />

hombre por mi salvación. 2 Porque está con el cuerpo que asumió. 3 Y así es nuestro<br />

pará<strong>cl</strong>ito. 4 La décima objeción 30, 15) es que no conoce el último día ni la hora. 5 Es<br />

evidente, responde, que conoce en cuanto Dios y dice ignorar en cuanto hombre. 6 Y<br />

prosigue en 30, 16: El Hijo no lo conoce de otra manera que como lo conoce el Padre.<br />

Esto no es conocido por nadie, sino por la naturaleza primera. Añade Gregorio que falta<br />

tratar de otras cosas como recibir órdenes, ser exaltado, aprender obediencia por el<br />

sufrimiento, ser sumo sacerdote, ser entregado, suplicar, sufrir la agonía, etc. Todas<br />

estas expresiones conciernen a lo que sufre (tò pásjon), y no a la naturaleza inmutable y<br />

que está por encima <strong>del</strong> padecer. 7 Y termina la Or 30: "Jesucristo ayer y hoy<br />

corporalmente, él mismo espiritualmente y por todos los siglos. Amén." 8<br />

Veamos, finalmente, otras objeciones a partir de la Escritura, cuyas respuesta irían<br />

más allá de la distinción entre lo divino y lo humano. Así, a la sexta objeción de que el<br />

Hijo no puede hacer nada si no ve al Padre haciéndolo, después de hablar de los diversos<br />

sentidos de posible (dúnasthai) o imposible, Gregorio responde en 30, 11, que todo es<br />

común a ambos, también el existir (tò eînai) y la igual dignidad, aunque el Hijo, en su<br />

existir ajrónos kaì anaitíos, lo tenga <strong>del</strong> Padre. No es que copie lo ya hecho por el<br />

Padre 9 , sino que de los mismos actos el Padre señala los mo<strong>del</strong>os y el Logos los realiza<br />

con ciencia y como amo, o más exactamente a la manera <strong>del</strong> Padre, con la misma<br />

dignidad de poder (exousías). Así el gobierno (oikonomían) y su conservación de lo<br />

creado. La séptima objeción (30, 12) es que descendió para hacer la voluntad <strong>del</strong> que lo<br />

envió. "El querer <strong>del</strong> Salvador no era opuesto a Dios, estando íntegramente divinizado". 10<br />

Esto se muestra en la Oración <strong>del</strong> Huerto que no era <strong>del</strong> asumido sino <strong>del</strong> asumente. No<br />

bajó a hacer su voluntad. "Pero "no es que haya una voluntad propia <strong>del</strong> Hijo al lado de la<br />

<strong>del</strong> Padre". 11 Porque no hay una voluntad separada de la <strong>del</strong> Padre sino común con él.<br />

"Como hay una sola divinidad, así un solo querer". 12 Lo que se dice <strong>del</strong> Padre se refiere<br />

1 Si se refiriera a Dios, serían cosas ya existentes desde el comienzo y en razón de la naturaleza, no por gracia.<br />

2 "También se dice <strong>del</strong> Espíritu que intercede por nosotros" (Ib.)<br />

3 Pero ya no es más conocido como hombre, es decir con nuestra pasiones carnales salvo el pecado.<br />

4 Con lo que sufrió como hombre me persuade, como Logos y consejero, a aguantar. Esta es su acción de pará<strong>cl</strong>ito.<br />

5 "¿Cómo va a ignorar algo el que es la Sabiduría, Creador de los siglos, el consumador, el que transforma, el que es el<br />

fin de todo lo hecho, el que así conoce lo de Dios como el espíritu <strong>del</strong> hombre lo de en éste?" ¿Cómo conoce con<br />

exactitud lo que sucederá antes de la hora y lo <strong>del</strong> tiempo <strong>del</strong> final, si ignora la hora?<br />

6 Si se separa lo que aparece de lo inteligible (noouménou).<br />

7 En 30, 21 enumera los nombres que convienen a lo asumido de entre nosotros: hombre (cuerpo, alma y espíritu, pero<br />

sin pecado; nos es accesible por su cuerpo, Dios visible), Hijo <strong>del</strong> hombre (por Adán y por la Virgen, pero no según la<br />

ley de la generación), camino, puerta, pastor, oveja (como sacrificada), cordero, sumo sacerdote, Melquisedec (sin<br />

madre según lo superior a nosotros; sin padre según lo nuestro). "Es Cristo a causa de la divinidad. Porque la unción de<br />

la humanidad, que santifica, no es por la operación como en los otros 'cristos', sino por la presencia íntegra <strong>del</strong> que unge.<br />

Y esta presencia hace que sea llamado 'hombre' el que unge y haga Dios al ungido" (30, 21). Véase 30, 1<br />

8 30, 21. La gloria también es a Cristo en 27, 10; 29, 21. En cambio en 31, 33, es a la los tres y a la única divinidad y<br />

poder.<br />

9 Como si el Padre antes hubiera librado de los demonios y de las enfemedades, etc.<br />

10 El nuestro, sí, se opone lo más a menudo.<br />

11 30, 12.<br />

12 Ib.<br />

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HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

también al Hijo. 1 Así la voluntad <strong>del</strong> Padre. En la respuesta anterior Gregorio ha pasado<br />

a que cosas que se dicen <strong>del</strong> Padre (de Dios) también implican al Hijo, y así resuelve la<br />

octava objeción (30, 13): que conozcan al único Dios verdadero 2 y a su enviado; nadie es<br />

bueno sino sólo Dios. 3 En la segunda objeción (30, 6), nos habla de un 'Dios' dicho<br />

indistintamente, que implica al Hijo, al tratar <strong>del</strong> texto 'Dios será todo en todos'. Porque<br />

ese 'Dios' no se refiere al Padre como si el Hijo se disolviera totalmente en él, como<br />

intentan interpretar los sabelianos, sino que se refiere a todo Dios, en manera<br />

indeterminada (aorístos) 4 : nosotros íntegros seremos semejantes a Dios (theoeideîs) , y<br />

podremos contenerlo (joretikoí) y a él sólo.<br />

Junto con esta larga defensa de la divinidad de Cristo, ha ido afirmando Gregorio<br />

su plena humanidad, cuanto nosotros somos, excepto el pecado. 5 Hecho todo para todos<br />

(hupèr pánton). Así es cuerpo, alma y espíritu, cuyo conjunto es un hombre. 6 Así une lo<br />

condenado a El, para liberar (lúse) todo de la condenación. 7 En este mismo párrafo dice<br />

que es hombre para santificar por sí mismo al hombre, llegado a ser como la levadura<br />

para toda la masa. Y hacia el final añade: "para que llegues a ser Dios subiendo desde<br />

abajo, por causa <strong>del</strong> que de arriba bajó por nosotros". 8 El nos hace Dios en virtud de<br />

haberse hecho hombre (dunámei tês enanthropéseos). 9<br />

Insistiendo en la humanidad, dice en 30, 3: realmente estaba sometido<br />

(edoúleuse) a la carne, las pasiones (páthesi), las nuestras 10 (por nuestra libertad), y a<br />

todos a los que, retenidos por el pecado, salvó. Así la bajeza <strong>del</strong> hombre ha sido<br />

1 Está dicho apò koinoû. Cf. cita referente a Jn 14, 24. Dios le da a Jesús el Espíritu, sin medida (30, 12).<br />

2 "Está dicho para quitar a los que no son dioses y, sin embargo, así son llamados" (30, 13). La divinidad les es común.<br />

Aplica los textos de Ba 3, 36.38 a Cristo (que convivió con nosotros corporalmente). Según esto, el implicado ahí sería<br />

el Padre.<br />

3 Igualmente las objeciones que provendrían de Rm 16, 27; 1Tm 6, 16; 1, 17.<br />

4 Pablo, en Col 3, 11, lo limita a Cristo. También Gregorio se había referido a que ciertas palabras que se atribuyen a<br />

Dios no están explícitas en la Escritura sino implicadas. Igualmente, '<strong>hasta</strong>' <strong>del</strong> reino de Cristo en 1Co 15, 25 no ex<strong>cl</strong>uye<br />

el futuro (30, 4).<br />

5 Según Orat 38, 13, Cristo es uno de dos opuestos, carne y Espíritu, de los que uno diviniza y el otro es divinizado".<br />

"Lo que era, anonadó; lo que no era, asumió" (Orat 37, 2).<br />

6 30, 21. Si es visible por el cuerpo, también es Dios dià tò nooúmenon. Cf. Orat 45, 9. Véase Orígenes, Dial Her, 7.<br />

Cf. p. e. Ep 101, 15 (El mismo, hombre todo entero y Dios). Según Ep 101, 19, "dos naturalezas, Dios y hombre,<br />

porque y alma y cuerpo, pero no dos hijos ni dioses". Según Ep 101, 48s, Dios se liga a la carne por medio <strong>del</strong> noûs<br />

(cf. 29, 19; Orat 2, 23; 38, 13, etc.). Véase Ep 101, 36; De vita sua, 624-651. Según Ep 101, 32, Tò gàr<br />

apróslepton, atherápeuton . hò dè hénotai tôi theôi, toûto kaì sóizetai. Nuestro noûs es completo (téleion) y director<br />

(hegemonikón), pero <strong>del</strong> cuerpo y <strong>del</strong> alma, no simplemente completo porque es siervo de Dios y sometido a El ( Ep<br />

101, 43). Véase, p. e. , Gregorio de Nisa, Refut Prof Fidei Eun, 172ss.<br />

7 Según 30, 5, antes nosotros estábamos abandonados y despreciados; ahora estamos asumidos y salvados por los<br />

sufrimientos <strong>del</strong> impasible. Se apropió (oikeioúmenos) nuestra sinrazón y nuestro pecado. Según 40, 45, era<br />

"impasible por la divinidad, pasible por lo asumido".<br />

8 30, 21. Cf. 29, 19. Fue exaltado para que aprendas a ascender con la divinidad (29, 18). Respecto a la divinización,<br />

puede verse D. F. Winslow, The Dynamics of Salvation. A Study in Gregory of Nazianzus (Patristic Monograph Series,<br />

7), Cambridge, Mass. 1979.<br />

9 30, 14. Véase 30, 6. "El participa de mi carne para salvar la imagen, inmortalizar la carne; por segunda vez se une<br />

(con nosotros) (koinoneî) en forma mucho más maravillosa que la primera (Orat 45, 9). "El hombre de aquí abajo<br />

(llegó a ser) Dios, puesto que se mez<strong>cl</strong>ó (sunakekráthe) con Dios, y llegó a ser uno, habiendo prevalecido<br />

(eknikésantos) lo mejor, para que yo llegue a ser tanto Dios, cuanto Aquél, hombre" (29, 19; cf. Orat 40, 45, etc.).<br />

Respecto a la devoción personal de Gregorio por Cristo, cf. F. Trisoglio, op. cit., 128-130.<br />

10 Véase también 30, 14.<br />

79


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

entrelazada con Dios y llega a ser Dios por la mez<strong>cl</strong>a (míxeos). Ha sido visitado de tal<br />

forma por el sol saliente de lo alto, que lo engendrado santo es llamado Hijo <strong>del</strong> Altísimo y<br />

se le regala un nombre sobre todo nombre, el de 'Dios', y toda rodilla se dobla ante el que<br />

se vació (kenothénti) por nosotros y que mez<strong>cl</strong>ó (sugkerásanti) 1 la imagen divina con la<br />

forma de es<strong>cl</strong>avo. 2 Es, por nosotros, el Dios pasible contra el pecado. 3<br />

Destacando los contrastes divino-humanos de Cristo 4 ex<strong>cl</strong>ama en 29, 19s: "Porque<br />

aquél que ahora es despreciado por ti, era en otro tiempo y por encima de ti. El que ahora<br />

es hombre, era sin composición. El que era, ha permanecido; y el que no era, fue<br />

asumido. En el comienzo era sin causa (anaitíos). Porque ¿cuál es la causa de Dios?<br />

Pero después llega a ser por una causa. Esta era salvarte a ti, insolente, quien por esto<br />

desprecias la divinidad, porque acogió tu espesor, asociándose a una carne por<br />

intermedio <strong>del</strong> noûs. Y el hombre de aquí abajo llegó a ser Dios, después de que se<br />

mez<strong>cl</strong>ó con Dios (sunanekráthe), y llegó a ser uno, dominando lo mejor, para que yo<br />

llegue a ser Dios tanto cuanto aquél, hombre. Fue engendrado, pero también había sido<br />

engendrado; de mujer, pero también virgen. Esto humano; aquello divino. Sin padre aquí,<br />

pero sin madre allá. Todo esto de parte de la divinidad. 5 Fue llevado en el vientre, pero<br />

reconocido por un profeta que también era llevado en el vientre y saltó <strong>del</strong>ante <strong>del</strong> Logos,<br />

por el que fue hecho", etc. "El fue bautizado como hombre, pero absolvió los pecados<br />

como Dios -y a fin de santificar las aguas. El fue tentado en cuanto hombre, pero venció<br />

en cuanto Dios y manda tener confianza como quien ha vencido al mundo. ...El suplica,<br />

pero escucha favorablemente ...Pregunta dónde se ha puesto a Lázaro, porque era<br />

hombre, pero resucita a Lázaro, porque era Dios. El es vendido y a precio demasiado<br />

barato: treinta piezas de plata; pero El rescata al mundo y a gran precio: el de su propia<br />

sangre. ...Como cordero no tiene voz, pero es el Logos, anunciado por la voz <strong>del</strong> que<br />

grita en el desierto. ...El muere, pero vivifica y destruye con su muerte la muerte. Es<br />

enterrado, pero resucita. Desciende al Hades, pero conduce hacia arriba a las almas,<br />

pero asciende al cielo, pero vendrá a juzgar a vivos y muertos". 6<br />

Finalmente, Gregorio compara, en su primera carta a Cledonios, la verdad<br />

cristológica y la trinitaria, de la siguiente manera: "Y para decirlo brevemente, lo uno y lo<br />

1 En Ep 101, 22 hablará de kat' ousían sunêfthaí te kaì sunáptesthai. Y en Ep 101, 31: "Así como las naturalezas<br />

están mez<strong>cl</strong>adas, así también las denominaciones, y se comprenetran (perijorousôn) mutuamente por el principio de la<br />

unión (tôi lógoi tês sumfuïas). "Se cree que es el primer teólogo que emplea alguna forma de perijóresis,<br />

'intercambio', 'interpenetración', para las dos naturalezas de Cristo" (Norris, op cit., 50).<br />

2 Dios lo ha hecho Señor y Cristo. Esto se produjo por la actividad <strong>del</strong> engendrado y la benevolencia <strong>del</strong> engendrador.<br />

3 30, 1 (katà tês hamartías). Véase, p. e. Orat 43, 64 (Dios crucificado). Respecto a la obra redentora de Cristo,<br />

puede verse H. Althaus, Die Heilslehre des heiligen Gregor von Niazanz (Münsterische Beiträge zur Theologie, 34),<br />

Münster 1972, cap. 8.<br />

4 Véase también p. e. 29, 19; Orat 38.2.13<br />

5 Hólon toûto theótetos.<br />

6 Ib. Comenta Norris (ad l. c.): "Porque el Nacianceno desarrolla temáticamene el predominio de la divinidad de<br />

Jesucristo, hay momentos en que no se da a la humanidad lo que es debido". Este mismo autor (Ib., p. 48 n. 236) trae<br />

los pasajes, cuyas expresiones, según Mason, alguien podría calificar de naciente nestorianismo. Ellos son: 29, 18.19;<br />

30, 1.2.3.7.8.9.10.12.13.21. Pero, a mi parecer, en alguno de ellos el contraste parece estar más bien entre Cristo Dios y<br />

Cristo encarnado. Afirmaría tanto la distinción como la unidad, pero con un lenguaje todavía no maduro y en que falta<br />

la única hypóstasis de Calcedonia. Según Norris (Ib., 50), "El puede distinguir entre la humanidad y divinidad como<br />

subjects, pero también puede atribuir todo a la única persona por la mez<strong>cl</strong>a". Según J. R. Díaz (Gregorio de Nacianzo.<br />

Los cinco discursos teológicos. Introducción, traducción y notas, Madrid 1995, p. 49), más que las dos naturalezas en<br />

Cristo, lo que Gregorio distingue es su teología (referida al que es Dios por naturaleza) y su economía (que atañe al<br />

designio de Dios cumplido en la Encarnación"<br />

80


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

otro, de lo que está [formado] el Salvador... y no el uno y el otro. 1 ¡Lejos de eso! Porque<br />

ambas cosas son uno por la unión (sugkrásei), Dios que se hace hombre y el hombre que<br />

se hace Dios, o como se lo quiera nombrar. Pero digo lo uno y lo otro, contrariamente a<br />

lo que tiene lugar en la Trinidad. En ésta (decimos), por una parte, el uno y el otro para<br />

que no confundamos las hypóstasis; y no, por otra parte, lo uno y lo otro, porque los tres<br />

son uno y lo mismo por la divinidad". 2<br />

4) La consubstancialidad <strong>del</strong> Espíritu<br />

Los saduceos no admitían al Espíritu Santo. Los mejores teólogos de los griegos lo<br />

entrevieron (efantásthesan), pero difirieron sobre su nombre. 3 Algunos de nuestros<br />

sabios lo concibieron como actividad (enérgeian), otros como creatura, otros como Dios,<br />

otros no se decidieron ni por uno ni por otro, por respeto a la Escritura, que no lo revela<br />

<strong>cl</strong>aramente. 4 No se dirigirá a los que niegan la existencia <strong>del</strong> Espíritu ni a los griegos 5 en<br />

su Orat 31. La divinidad <strong>del</strong> Espíritu era atacada, con cierta consecuencia, por los que<br />

negaban la divinidad <strong>del</strong> Hijo 6 ; y además por los que sólo negaban la divinidad <strong>del</strong><br />

Espíritu. 7 Estos últimos, que no están tan mal como los anteriores, caen en la<br />

contradicción de reprochar que sean tres los que son Dios, pero admitir dos, es decir, de<br />

achacar a los ortodoxos el triteísmo, sin darse cuenta de que entonces ellos estarían en el<br />

diteísmo. 8 Gregorio responde, como ya hemos visto, que hay un solo Dios, porque hay<br />

una sola divinidad. "Y hacia la unidad (pròs hèn) se vuelve (tèn anaforàn éjei) lo que<br />

viene de él, aunque sea creído que son tres", etc. 9 Alguno podría objetar que la única<br />

divinidad, como la única humanidad, está sólo en el pensamiento (epinoíai), pero hay<br />

muchos dioses y muchos hombres bien diferentes. Así los dioses de los griegos están en<br />

1 Dídimo, en el De Spiritu Santo, 230, se expresará así: ―Debemos recibir estas cosas en el sentido de la piedad, sin<br />

ninguna falsedad, respecto al Hombre Señorial (dominicus): no es que sea uno y otro, sino que <strong>del</strong> uno y el mismo se<br />

razona como si fuera uno según la naturaleza de Dios y otro según la naturaleza <strong>del</strong> hombre, y porque el Verbo Dios,<br />

el Hijo unigénito de Dios, no recibe cambio ni aumento, puesto que Él mismo es la plenitud de los bienes‖<br />

2 Ep 101, 20s. Según A. Grillmeier (Jesus der Christus im Glauben der Kirche. I:Von der Apostolischen Zeit bis zum<br />

Konzil von Chalcedon (451), 2a ed., Freiburg 1982, p. 538), "Por primera vez en la teología griega se encuentra el uso<br />

<strong>del</strong> lenguaje conceptual <strong>trinitario</strong> para las fórmulas cristológicas, pero sólo al interior de una terminología no técnica".<br />

Y después dirá (Ib., 539): "Por lo demás, la cristología de Gregorio de Nacianzo no ha nacido tanto de la reflexión<br />

teológica especulativa, sino más bien de una espiritualidad religiosa. Porque en su visión está la idea de la divinización<br />

<strong>del</strong> hombre, a la que la divinización de la naturaleza humana de Cristo debe proporcionar el fundamento teológico". El<br />

cambio de masculino a neutro son un primer paso para distinguir entre persona y naturaleza. Refiriéndose a Cristo,<br />

Nestorio llegará a decir de paso: como en la Trinidad se da una sola de tres , tres de<br />

una sola , aquí se da un solo de dos y dos de un solo (L. Her<br />

p.342 (219), en Scipioni, Nestorio e il concilio di Efeso. Storia <strong>dogma</strong> critica (Studia Patristica Mediolanensia,1),<br />

Milano 1974, p.389).<br />

3 Noûs <strong>del</strong> universo, noûs exterior, etc.<br />

4 31, 5. Algunos admiten los tres de la siguiente manera: "uno es infinito por la substancia y el poder; otro es infinito<br />

por el poder, pero no por la substancia; y el otro es limitado en ambos aspectos". Imitan, de otra manera, a los que los<br />

nombran demiurgo, colaborador (sunergón) y servidor (leitourgón), y que piensan que hay una conformidad entre el<br />

orden (táxin) en los nombres y la cualidad de las realidades.<br />

5 31, 6.<br />

6 Véase también 31, 2.<br />

7 Véase también 31, 24.<br />

8 31, 13 (véase 31, 1.10). Los argumentos que usan ellos para defenderse de ser diteístas, pueden servir para defenderse<br />

de ser triteísta.<br />

9 31, 14.<br />

81


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

conflicto o se reparten el universo. Responde Gregorio que cada uno está tan unido (tò<br />

hèn éjei) con el otro como consigo mismo, por razón de la identidad de substancia y <strong>del</strong><br />

poder (dunámeos). 1 A esto sigue la objeción de que los consubstanciales son los que se<br />

suman, por tanto, tres dioses. 2 Gregorio responde: ni los consubstanciales se suman<br />

necesariamente 3 , ni los no consubstanciales dejan de poder sumarse. 4 El número indica<br />

la cantidad de los 'sujetos' (hupokeiménon) y no la naturaleza de las realidades. 5<br />

Sin el Espíritu Santo la divinidad sería incompleta, porque le faltaría la santidad. Y<br />

esto desde el comienzo. 6 Gregorio está tan confiado en la divinidad <strong>del</strong> Espíritu 7 , que se<br />

atreve a aplicar las mismas expresiones a la Trinidad. Así, el ser "la verdadera luz que<br />

ilumina a todo hombre que viene al mundo", lo aplica al Padre, y al Hijo y al otro Pará<strong>cl</strong>ito.<br />

Igualmente aplica 'era' y 'luz'. "De la luz, el Padre, captamos la luz, el Hijo, en la luz, el<br />

Espíritu". 8<br />

Una de las grandes razones de la divinidad <strong>del</strong> Espíritu es que nos diviniza. Si<br />

fuera creatura, ¿cómo me hace a mí Dios? 9 "Del Espíritu nos viene la regeneración; y de<br />

la regeneración, la remo<strong>del</strong>ación (anáplasis); y de la remo<strong>del</strong>ación el conocimiento de la<br />

dignidad <strong>del</strong> que nos remo<strong>del</strong>a". 10 Otras de las razones fuertes es la fe y el culto. De<br />

hecho Gregorio habla confiando en el Espíritu Santo 11 y teniéndolo como guía. 12 En El<br />

creemos (eis autó), lo que es propio de la divinidad. 13 En el Espíritu adoramos y mediante<br />

El rezamos. 14 Y esto le parece que significa que El presenta a sí mismo la oración 15 y la<br />

1 31, 15s.<br />

2 31, 17-20. Estos, por no defender la monarquía, niegan la divinidad (31, 17).<br />

3 Puedo decir 'uno', 'uno' y 'uno', sin sumar.<br />

4 31, 18s.<br />

5 31, 18.<br />

6 31, 4. Si hubiera habido un tiempo en que el Hijo no existiera, habría habido un tiempo en que el Espíritu no existiera.<br />

Entonces el Espíritu sería <strong>del</strong> mismo rango que yo. Si uno de los tres existía desde el comienzo, también los tres. En<br />

Orat 25, 16 llama al Espíritu autoagiótes.<br />

7 Quiere exaltar el Espíritu sin temor. Según 31, 2, en hablar sobre el Espíritu hay una especial dificultad.<br />

8 31, 3. Afirma D. Wendebourg (Geist oder Energie. Zur Frage der innergöttlichen Verankerung des christlichen<br />

Lebens in der byzantinischen Theologie [Münchener Monographien zur historischen und systematischen Theologie, 4],<br />

München 1980, p. 216): "El Espíritu toma el tercer lugar, en el cual a) las actuaciones de Dios alcanzan su meta y en el<br />

que b) ellas se encuentran, a su vez, con Dios. ...Especialmente en relación al bautismo es acentuado reiteradamente el<br />

actuar creador <strong>del</strong> Espíritu...".<br />

9 31, 4. Cf. 31, 6 ; 31, 28 (diviniza (theoî) por el bautismo); 31, 29. Véase, p. e., Orat 34, 12; 39, 17. El Espíritu<br />

habita en los discípulos según la capacidad de los que lo reciben (31, 26). Véase 31, 6. Según el mismo número 31, 6,<br />

en El llegamos a ser perfectos (teleioúmetha; véase también Orat 41, 9); según Norris: somos bautizados. Afirma<br />

Norris (op cit., 52): "Winslow ve la théosis no sólo como central en toda la empresa intelectual de Gregorio, sino<br />

también como una innovación creativa en la terminología de parte de él. Es cierto el hecho que esta palabra rara vez<br />

aparece antes de él, y que su comprensión distingue su visión de la salvación respecto a la de los arrianos tardíos, pero<br />

también es verdad que él está siguiendo la dirección de gente como Ireneo, Orígenes y Atanasio, más que creando una<br />

concepción nueva".<br />

10 31, 28.<br />

11 29, 1. Si Cristo es el que reconcilia, el Espíritu es el que ilumina (analámpseien) (29, 21). El Espíritu enseña (no<br />

todo podía ser sobrellevado por los discípulos cuando el Salvador enseñaba) (31, 27).<br />

12 31, 33. Según 28, 1, el Espíritu inspira en el discurso. Cf. 31, 2. "Por el Espíritu el Padre es conocido y el Hijo<br />

glorificado" (Orat 41, 9). Según Orat 2, 39, por el Espíritu se conoce, se interpreta y se escucha a Dios.<br />

13 31, 6.<br />

14 Cita los textos de Jn 4, 24; Rm 8, 26; 1Co 14, 15.<br />

15 Según 30, 14, no sólo Cristo sino también el Espíritu intercede por nosotros.<br />

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HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

adoración, dado que "la adoración de uno es adoración de los tres 1 , porque en los tres es<br />

el mismo honor 2 en dignidad y divinidad". 3 Pregunta Gregorio: "Si el Espíritu debe ser<br />

adorado (proskunetón), ¿cómo no es digno de culto (septón) 4 ? Y si es digno de culto,<br />

¿cómo no es Dios?" 5<br />

Pero una gran objeción es que no es explícitamente llamado Dios en la Biblia: Dios<br />

extranjero (xenón), que no está en la Escritura. 6 Gregorio reconoce que no está escrito<br />

muy <strong>cl</strong>aramente que el Espíritu sea Dios, como lo está primeramente <strong>del</strong> Padre y después<br />

<strong>del</strong> Hijo. 7 Gregorio responde que en la Escritura hay cosas que no existen y que se dicen,<br />

dicen, como que Dios se despierta, etc. Hay otras que existen y que no se nombran,<br />

como inengendrado, sin principio, inmortal. Porque están implicadas (sunagónton) 8 en<br />

otros dichos. Hay otras que ni se nombran ni existen, como que Dios es malo. Finalmente<br />

hay otras que existen y se nombran, como Dios, el hombre. 9 Por tanto, no hay que<br />

es<strong>cl</strong>avizarse a la letra. Hay que mirar más a lo pensado que a lo dicho. 10<br />

Pero la respuesta fundamental es que el actuar de Dios es progresivo. 11 Porque<br />

Dios procede con cambios parciales, de la condescendencia a la perfección. 12 Esto<br />

conviene a la moderación de Dios, que no es un poder tiránico. Quería ser benefactor de<br />

los que lo aceptan. 13 Procediendo como pedagogo y médico, suprime una cosa, tolera<br />

otra, hace concesiones. Así fueron los dos grandes cambios (terremotos) de la manera<br />

de vivir: de los ídolos a la Ley, y de ésta al Evangelio (los dos Testamentos). Y<br />

anunciamos un tercer terremoto que es pasar de las cosas de aquí a las de allá,<br />

inconmovibles. Esto, por tanto, no sucedió de súbito ni todo con el primer movimiento.<br />

Para que no fuera por fuerza, sino por persuasión. 14 A esto se puede comparar lo que<br />

concierne a la teología. Pero aquí no es por supresión o metáthesis, sino que la<br />

perfección es por adición. 15 "El Antiguo (Testamento) anunció <strong>cl</strong>aramente al Padre, más<br />

oscuramente (amudróteron) al Hijo. El Nuevo (Testamento) manifestó al Hijo, insinuó<br />

(hupédeixe) la divinidad <strong>del</strong> Espíritu. Actualmente el Espíritu tiene derecho de ciudadanía<br />

entre nosotros 16 y nos concede una más <strong>cl</strong>ara revelación de sí mismo. Era resbaladizo,<br />

cuando todavía no se confesaba la divinidad <strong>del</strong> Padre, pro<strong>cl</strong>amar abiertamente la <strong>del</strong><br />

1 Son tres los que adoramos (31, 14; cf. 31, 33). Véase 29, 1; 31, 17.<br />

2 Homótimon ya ha sido usado respecto al Hijo y al Padre en 29, 18; 30, 11. Cf. 29, 2; 31, 28, etc..<br />

3 31, 12.<br />

4 Véase también 31, 3 (hò presbeúomen).<br />

5 31, 28. Lo uno está ligado a lo otro, como cadena verdaderamente de oro y salvadora.<br />

6 31, 1.3.21.29 Cf. 31, 12 (¿Quién lo ha adorado o le ha dirigido oraciones en la Biblia?).<br />

7 31, 21.<br />

8 Palabras son también las <strong>del</strong> que obliga a decir (toû légein sunanagkázontos) (31, 24)<br />

9 31, 22s.<br />

10 31, 24. Véase también 31, 3.<br />

11 Según Winslow (op. cit., 125), "Gregorio parece ser el primer autor patrístico que usa la 'teoría de la revelación<br />

progresiva' para explicar la 'novedad' de una doctrina, doctrina que en este caso afirma la divinidad total <strong>del</strong> Espíritu".<br />

12 Así primero suprime los ídolos, después los sacrificios, después muestra la circuncisión como una acomodación<br />

(oikonomías) respecto a la perfección.<br />

13 Que no fuéramos constreñidos sino persuadidos.<br />

14 31, 25.<br />

15 dià tôn prosthekôn he teleíosis (31, 26).<br />

16 Véase Orat 41, 11. "Porque, habiendo el Hijo habitado entre nosotros corporalmente, convenía que el Espíritu<br />

también se manifestara corporalmente" (Ib.).<br />

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HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

Hijo, ni cuando todavía no era aceptada la <strong>del</strong> Hijo, el Espíritu Santo". 1 Así por adiciones<br />

parciales 2 , por ascensiones, por progresos y avances de gloria en gloria, resplandece la<br />

luz de la Trinidad para los más iluminados. 3 El Salvador mantuvo en secreto algunas<br />

cosas que entonces no podían ser sobrellevadas por los discípulos, pero dijo que todo nos<br />

sería enseñado por el Espíritu cuando habitara entre nosotros. Gregorio piensa que una<br />

de ellas era la misma divinidad <strong>del</strong> Espíritu, que se a<strong>cl</strong>aró más tarde, cuando el<br />

conocimiento ya estaba en su sazón y era sobrellevable, después de la restitución<br />

(apokatástasin) <strong>del</strong> Salvador, ya no más no creído, a causa <strong>del</strong> milagro. 4<br />

Pero la divinidad <strong>del</strong> Espíritu está en la Escritura (lían éggrafos) y su divinidad se<br />

prueba para los que no son extraños al Espíritu. Cristo es engendrado, el Espíritu lo<br />

precede; es bautizado, testifica; es tentado, lo conduce; realiza prodigios, lo acompaña;<br />

asciende, lo sucede. ¿Qué no puede hacer de las grandes cosas que son de Dios? ¿Con<br />

qué nombre, de los que pertenecen a Dios, no se lo llama, salvo el de ingénito y la<br />

génesis? 5 Y todo lo que la Escritura dice de más humilde, como ser dado 1 , etc., hay que<br />

1 31, 26.<br />

2 'Iluminaciones parciales' en 31, 27. Este es el orden de la teología: no de golpe, no escondiendo <strong>hasta</strong> el final.<br />

3 31, 26. Así habita (epidemeî) parcialmente en los discípulos según la capacidad (dunámei) de los que lo reciben: al<br />

comienzo <strong>del</strong> Evangelio, después de la pasión, después de la ascensión, perfeccionando las capacidades (tàs dunámeis<br />

epiteloûn; Norris traduce "'él hace milagros"), insuflado, aparecido en lenguas de fuego. Así el Espíritu es manifestado<br />

poco a poco por Jesús: El pedirá al Padre, quien enviará otro Pará<strong>cl</strong>ito, el Espíritu de la verdad. Después: lo enviará en<br />

mi nombre. Después: 'yo lo enviaré', mostrando su propia dignidad. Después: 'El vendrá': éste es el poder (exousía) <strong>del</strong><br />

Espíritu (31, 26).<br />

4 31, 27.<br />

5 Enumera los siguientes: Espíritu de Dios, Espíritu de Cristo, noûs de Cristo, Espíritu <strong>del</strong> Señor, Señor, Espíritu de<br />

adopción, de verdad, de libertad. Espíritu de sabiduría, de entendimiento, de consejo, de fuerza, de conocimiento, de<br />

piedad, de temor de Dios. Hacedor de todo, que todo lo llena con su ser (ousíai), que sostiene (sunéjon) todo. Llena el<br />

mundo con su ser (katà tèn ousían), no contenible por el mundo en cuanto su poder. Bueno, recto, conductor<br />

(hegemonikón), santificante por naturaleza y no por función dada (thései), no santificado, mide, no medido, se participa<br />

en El, El no participa, llena, no es llenado, sostiene, no sostenido. Recibido como herencia, glorificado, contado con [el<br />

Padre y el Hijo], amenazante. Dedo de Dios, fuego (como Dios, para demostrar que es homooúsios). Espíritu que<br />

crea, que recrea por el bautismo, por la resurrección. Espíritu que conoce todo, que enseña, que sopla donde y cuanto<br />

quiere, que guía, que habla, que envía, que aparta, que se irrita, que es tentado, que revela, que ilumina, que vivifica,<br />

más bien que es el mismo luz y vida. Nos hace templos, diviniza, nos conduce a la perfección, de manera que precede al<br />

bautismo y es buscado después <strong>del</strong> bautismo. Hace cuanto hace Dios, se divide en lenguas ígneas, distribuye los<br />

carismas, haciendo apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros. Inteligente, múltiple, <strong>cl</strong>aro, penetrante,<br />

irresistible, inmaculado, lo que es decir, sapientísimo, multiforme en sus operaciones, a<strong>cl</strong>ara e ilumina todo, y dueño de<br />

sí mismo e inmutable. Que todo lo puede, supervisa, que penetra a través de todos los espíritus inteligentes, puros,<br />

sutilísimos -pienso que de los poderes angélicos-, como también de los proféticos y apostólicos, y al mismo tiempo y no<br />

en los mismos lugares, lo que muestra que nada lo circunscribe (31, 29). Algunos lo llama otro Pará<strong>cl</strong>ito, como diciendo<br />

otro Dios; la blasfemia contra El es la única imperdonable; mentirle al Espíritu Santo es como mentirle a Dios (31, 30).<br />

Véase, p. e. Orat 41, 9.<br />

En 31, 20, a propósito de los números, dice, en un argumento ad hominem, que, por la igual dignidad de naturaleza<br />

(isotimían tês fúseos) de los tres, la Escritura no tiene un orden fijo para presentarlos. Igualmente, las palabras 'Dios y<br />

Señor', y las preposiciones 'de quien, por quien y en quien' son aplicadas a todos.<br />

Al comienzo de este discurso (31, 2) dice que deja a otros (que ya lo han hecho: pefilosofékasin) el cuidadosamente<br />

investigar y distinguir de cuántas maneras es concebido y dicho en la Escritura Pneûma y hágion y qué significa su<br />

conjunción. Cf. 31, 21. Sobre la actividad <strong>del</strong> Espíritu en general, puede verse Bergmann, op. cit., 210-227. El autor<br />

con<strong>cl</strong>uye (Ib. 227): "Lo especial <strong>del</strong> obrar <strong>del</strong> Espíritu, en la teología de Gregorio, está en su poder de estar<br />

(Seinkönnen bei) junto al Padre y al Hijo como también junto a la creación. Como Espíritu de Dios en medio de la<br />

creación acerca mutuamente a Dios y a la creación. En su pneumatología cósmica expresa Gregorio su fe en el actuar<br />

liberador de Dios con la Iglesia, la humanidad y la naturaleza. En su pneumatología cósmica trinitaria de la<br />

compenetración, de la inhabitación y de la perfección de la creación por el Espíritu, da Gregorio al pensamiento de la<br />

84


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

referirlo a la causa primera para mostrar de quién viene y no se reciban tres principios<br />

divididos politeísticamente. 2 A la objeción de que el Espíritu ha sido hecho por el hijo<br />

según Jn 1, 3, responde Gregorio que ese hápanta no está dicho absolutamente<br />

(haplôs), puesto que no comprende al Padre. 3<br />

Vista esta gran objeción de la Escritura y la prueba respectiva, pasemos ahora al<br />

resto de la discusión sobre la divinidad <strong>del</strong> Espíritu. ¿El Espíritu es de los que subsisten<br />

por sí mismo (substancia) o de los que son observados en otro (accidente). Si es<br />

accidente, sería la actividad (enérgeia) de Dios. Si es actividad, es activada (energizada)<br />

y cesa cuando no. Pero entonces, ¿cómo se aflige y se irrita, etc., lo que corresponde al<br />

que se mueve y no al movimiento? Y si es substancia y no en torno a la substancia, o es<br />

creatura o es Dios. Si es creatura, ¿cómo creemos en El y nos lleva a la perfección? 4<br />

Viene, entonces, la objeción: o es inengendrado o engendrado. Por tanto, o dos sin<br />

principio o dos hijos o un hijo y un nieto. Pero Gregorio no acepta el dilema. Además, al<br />

medio, se da tò ekporeutón, introducido por nuestro Salvador. En cuanto procede <strong>del</strong><br />

Padre, no es creatura; y en cuanto no es engendrado, no es hijo. Y en cuanto medio<br />

entre el inengendrado y el engendrado, es Dios. Esto es un misterio 5 Retorna, de nuevo,<br />

la objeción: ¿qué le falta al Espíritu para ser Hijo? Responde Gregorio que a Dios no falta<br />

nada. La diferencia de la manifestación o de la relación entre ellos ha hecho la diferencia<br />

en la designación de ellos. Tampoco le falta nada al Hijo para ser Padre y viceversa.<br />

Esos términos no expresan carencia ni inferioridad según la substancia. El no ser<br />

engendrado, el ser engendrado y el proceder (tò ekporeúesthai) designan al Padre, al<br />

Hijo al Espíritu Santo para que así sea salvada la no confusión de las tres hipostasis en la<br />

única naturaleza y dignidad de la divinidad. 6 Luego el Espíritu es consubstancial, puesto<br />

que es Dios. Gregorio trata de dar ejemplos de venir <strong>del</strong> mismo ser, como engendrado y<br />

como no engendrado, y de ser consubstanciales. Así son de la misma substancia Adán,<br />

Eva y Set, habiendo venido a la existencia de diferentes maneras. Eva y Set vienen de<br />

Adán, y uno es engendrado; la otra,no. Por tanto, se puede no ser engendrado y ser<br />

liberación de la naturaleza un sentido que parece plausible en el contexto de las diversas posiciones tanto de griegos,<br />

judíos como de cristianos"". Antes (Ib., 224) había dicho: "El título de este libro "El Espíritu, que libera a la naturaleza"<br />

no es ninguna cita <strong>del</strong> texto de Gregorio, sino una frase que debe resumir la tesis central de su pneumatología cósmica<br />

trinitaria: el Espíritu de Dios crea, libera y hace culminar toda vida que surge y perece". "El Espíritu que habita en ellos,<br />

penetra también además la creación. El poder estar <strong>del</strong> uno junto a otros, abraza ahora el ser <strong>del</strong> Espíritu dentro de los<br />

fieles y en la creación. El Espíritu de Dios trabaja tanto en la naturaleza cuanto en la humanidad e Iglesia. El obrar<br />

encarnatorio <strong>del</strong> Espíritu presupone el obrar óntico". ..." (Ib., 226). Y en su tesis 20 final dirá (Ib., 386): "Gregorio<br />

expresa el pensamiento de la liberación de la naturaleza pneumatológicamente en una figura mental de tres pasos: a) el<br />

Espíritu penetra (durch) la creación y está con (bei) ella, b) él inhabita, el Espíritu está en (in) la creación y c) él<br />

perfecciona la creación, lleva a la creación hacia (zum) un nuevo ser con el creador.".<br />

1 Ser enviado, distribuido (merízesthai), el carisma, el don, la insuflación, la promesa, la intercesión.<br />

2 31, 30<br />

3 31, 12. El Espíritu estaría hecho por Cristo sólo en la hipótesis de ser hecho.<br />

4 31, 6.<br />

5 31, 7s. Si le dicen lo que es lo ingénito <strong>del</strong> Padre, él explicará (fusiologéso) la generación <strong>del</strong> Hijo y la procesión<br />

(ekpóreusin) <strong>del</strong> Espíritu. Pero esto sería caer en la locura.<br />

6 31, 9. "Porque ni el Hijo es el Padre, pues hay un solo Padre, pero es lo que es el Padre. Ni el Espíritu es el Hijo, por<br />

venir de Dios, pues hay un solo Unigénito, pero es lo que es el Hijo. Los tres son uno en la divinidad, y lo uno es tres en<br />

las propiedades, para que lo uno no sea lo de Sabelio, ni los tres lo de la perversa división de hoy" (31, 9). Cf. p. e. Ep<br />

101, 20s.<br />

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HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

consubstancial. Esto es como contemplar en la escena <strong>del</strong> teatro lo pensado. Pero una<br />

comparación no alcanza toda la verdad en su pureza. 1<br />

5) Con<strong>cl</strong>usión<br />

Lo primero que me resalta es el momento teológico de Gregorio, que no parece ser<br />

muy diferente <strong>del</strong> de Agustín. Este es el de la divinidad <strong>del</strong> Espíritu, que defiende<br />

ardorosamente. Pero afirmar la divinidad <strong>del</strong> Espíritu, es afirmar la divinidad completa, la<br />

Trinidad. Se produce así un deslumbramiento <strong>trinitario</strong>, cuyos polos son: por un lado, los<br />

tres y, por otro, la única divinidad, única substancia y naturaleza. "Cuando, pues, por una<br />

parte miramos a la divinidad y a la causa primera y a la monarquía, se nos aparece lo uno,<br />

pero cuando miramos hacia aquellos en los que está la divinidad y los que vienen de la<br />

primera causa atemporalmente y con igual gloria, adoramos a tres" (31, 14).<br />

Este es el misterio, dentro <strong>del</strong> cual Gregorio mantiene que el Padre es mayor en<br />

cuanto causa (de El viene el Hijo), pero no en cuanto substancia, porque los tres son<br />

consubstanciales, son la única y misma divinidad. Como en tres soles que se<br />

compenetran mutuamente, única es la fusión (súgkrasis) de la luz. El Padre es el<br />

agénnetos, ánarjos y anaítios, respecto al Hijo y al Espíritu. Pero en cuanto la divinidad,<br />

Dios, es anaítios y ánarjos respecto a la creación, también <strong>del</strong> Hijo se puede decir<br />

anaitíos y anárjos, en cuanto eterno. El Espíritu es el que 'procede' (ekporeúetai),<br />

también proelthón y proïón, es el próblema <strong>del</strong> proboleús, que es el Padre. El Hijo es<br />

engendrado, pero no es ekporeuómenos. Es decir, agénnetos, gennetós y<br />

ekporeuómenon, son las propiedades respectivas de las hupotáseis. 2 Lo uno es tres en<br />

las propiedades. Pero la única substancia no se divide, porque las propiedades<br />

(idiótetes) no son nombre de substancia, sino están en torno a la substancia (perì<br />

ousían). Son un nombre de relación, de cómo se tiene uno respecto al otro. La doctrina<br />

de la relación tendrá un enorme futuro en la presentación <strong>del</strong> misterio <strong>trinitario</strong>. Agrega<br />

Gregorio: como la substancia es una y todo viene <strong>del</strong> Padre y hacia El se vuelve, no se<br />

trata de una poliarquía sino de una monarquía. La monarquía dice distinción y unidad:<br />

igual dignidad de naturaleza y acuerdo <strong>del</strong> querer. Y mantiene que, de entre los tres<br />

consubstanciales relacionados, el Padre es el más grande, en cuanto causa.<br />

Qué cosa sea la substancia de Dios es incognoscible para el hombre en esta tierra.<br />

Por tanto, agénneton no es el nombre de ella sino <strong>del</strong> Padre. El Espíritu es divino porque<br />

nos diviniza, porque lo adoramos, porque su divinidad está implícita en la Escritura. En<br />

cambio, la divinidad <strong>del</strong> Hijo aparece <strong>cl</strong>aramente en el Nuevo Testamento. Porque la<br />

1 31, 10s.<br />

2 Según mi parecer, la polémica contra Eunomio puede haber contribuido bastante a que Gregorio centrara lo propio <strong>del</strong><br />

Padre en la agennesía y no tanto en la paternidad (puede verse a este respecto Atanasio, De decretis nic, 31, PG 25,<br />

473). La inistencia en el agénnetos pone una cierta nota de absolutez en el misterio <strong>del</strong> Padre. Esto quizás señala una<br />

diferencia con Agustín, quien es un poco posterior y estaría más centrado en las relaciones mutuas, y en la unidad de la<br />

esencia divina, a la que, por así decirlo, pertenece primariamente la absolutez (en contraposición a las relaciones).<br />

Agustín, que demora 20 años en escribir un tratado sobre la Trinidad, razona más a fondo (p. e. respecto a las<br />

relaciones), busca con mucho empeño imágenes de la Trinidad en el hombre y pone una relación entre el Hijo y el<br />

Espíritu cristalizada en el Filioque, siendo el Espíritu el amor entre el Padre y el Hijo. Las formulaciones de Gregorio<br />

en torno al misterio (teología negativa, también en oposición a Eunomio) nos pueden parecer más brillantes. En cierto<br />

sentido fue más retórico. Las fórmulas cristológicas de Agustín, que pertenecen a una generación posterior y a la cultura<br />

latina cristiana, son más maduras. Sobre Agustín, se puede consultar, S. Zañartu, Algunos aspectos de la visión de<br />

Agustín sobre Dios, Teología y Vida 39(1998)270-287.<br />

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HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

revelación es progresiva, y, justamente, misión <strong>del</strong> Espíritu es a<strong>cl</strong>ararnos su propia<br />

divinidad. Por tanto, el problema <strong>del</strong> Espíritu, tal como lo plantean los herejes 1 , no es que<br />

se a<strong>cl</strong>are que es un otro distinto <strong>del</strong> Padre y <strong>del</strong> Hijo, sino que se a<strong>cl</strong>are que como distinto<br />

es también Dios. En ese sentido es la prolongación de la polémica sobre el Hijo. Y la<br />

herejía que ataca la divinidad <strong>del</strong> Espíritu como triteísmo, aceptando la <strong>del</strong> Hijo, ¿cómo se<br />

defiende ella <strong>del</strong> diteísmo? A la Trinidad no se le puede quitar nada: sería combatir contra<br />

la divinidad. No hay Dios sin Logos y sin Espíritu Santo. Esta es la fe <strong>del</strong> bautismo, en la<br />

que uno se salva. Ataca a los herejes como palabreros, dialécticos e impíos,<br />

manifestando a la vez una buena capacidad lógica y una buena formación para refutar sus<br />

argumentos. 2<br />

Pasando a la divinidad de Cristo, dice que en El diferenciamos dos naturalezas y<br />

así distingue los dichos que condicen con su divinidad y los que hay que atribuir a su<br />

humanidad. Pese a un lenguaje a ratos <strong>cl</strong>aramente antioqueno, contrastando los dichos,<br />

los atribuye con admiración al mismo sujeto. El Logos que unge es llamado hombre y el<br />

ungido es llamado Dios. Así los nombres se intercambian por causa de la mez<strong>cl</strong>a. 3 Es<br />

1 Según Basilio (C. Eunomio, II, 33), Eunomio fue el primero en afirmar, contra toda la tradición, que el Espíritu Santo<br />

es creado (<br />

). En Ep 125, 3 habla <strong>del</strong> arrianismo al respecto.<br />

2 Afirma Norris (op. cit., 182): Principios lógicos, reglas gramaticales y prácticas retóricas, son empleadas para<br />

demostrar la falta de educación de los arrianos tardíos y su mala comprensión de la teología". Y respecto a la Orat 31,<br />

de<strong>cl</strong>ara: "En esta oración más que en las otras son mencionados los desacuerdos , pero ellos se basan, como siempre, en<br />

la comprensión <strong>del</strong> lenguaje, en la relación entre nombres y esencias, y no se da explicación detallada". Y añade, más<br />

a<strong>del</strong>ante (Ib., 195s): "La mejor descripción de su obra es la de un retórico filosófico, que puede usar categorías<br />

ontológicas, pero que prefiere llevar el debate en el nivel de los principios lógicos, gramaticales. La mayor parte <strong>del</strong><br />

tiempo destaca las falacias de las definiciones reduccionistas de sus oponentes y sólo ofrece esbozos de sus propias<br />

confesiones. Hace esto porque cree que Dios es incomprehensible en su esencia, pero al mismo tiempo cognoscible". Y<br />

al terminar su comentario a la Orat 31, opina lo siguiente: "Una vez más su educación como retórico filosófico viene a<br />

cuentas. El desafía la comprensión de ellos respecto a los nombres y realidades, su captación de las palabras y<br />

estructuras gramaticales y su absurdo sentido de contar y la naturaleza de las cosas contadas. El rechaza la comprensión<br />

de ellos respecto a las tareas y trabajo <strong>del</strong> teólogo dentro de su propio sentido de llamar. Las mayores debilidades de su<br />

posición y acercamiento son tres. Primeramente, no describe una relación entre la causa primera y la Trinidad que<br />

soporte un escrutinio. Al nivel de confesión es correcto, porque mantiene juntas una serie de afirmaciones bíblicas;<br />

pero en el nivel lógico o filosófico parece ser arbitrario. Por lo menos, él debería haber dado una explicación más rica<br />

de su posición. En segundo lugar, él ataca a sus oponentes por poner alternativas duales que ex<strong>cl</strong>uyen los términos<br />

medios, pero él mismo emplea este mismo procedimiento. Para ser persuasivo debería reformular su ataque en términos<br />

de conceptos específicos, más bien que empleando un método que él mismo niega a sus adversarios. En tercer lugar, su<br />

recurso a una tradición soteriológica y litúrgica particular tropieza, porque sus antagonistas no re<strong>cl</strong>aman para sí esta<br />

tradición. Necesita respaldar más su comprensión de théosis, 'deificación', y culto, más que simplemente afirmarlos"..<br />

Respecto a su primera debilidad no estoy <strong>del</strong> todo de acuerdo. Respecto a algunas influencias sobre Gregorio, Norris<br />

afirma en la introducción (Ib., 37s): "Con todo, la dependencia <strong>del</strong> teólogo respecto a la comprensión de Aristóteles de<br />

la relación entre silogismos lógicos y entimemas retóricos, rara vez, si es que alguna, aparece tan <strong>cl</strong>aramente en la<br />

literatura cristiana más temprana. Gregorio descansa en el Estagirita para el desarrollo de la doctrina en términos de<br />

una respuesta de fe a las cuestiones de probabilidad, y de un acercamiento retórico inductivo al argumento y exégesis<br />

teológicos. Su uso ocasional de la lógica estoica y su aceptación parcial <strong>del</strong> punto de vista linguístico epicúreo calza<br />

bien con su empleo de la retórica de Hermógenes y su dependencia de un Aristóteles que ve argumentos en otros<br />

términos que los de una simple inferencia silogística".<br />

3 Según Liébaert (p.90), "en su lucha contra el apolinarismo se aferra Gregorio a la doctrina de la mez<strong>cl</strong>a íntima,<br />

parecida a la <strong>del</strong> alma con el cuerpo, que es en cierto sentido 'substancial'<br />

( ) (Cf. Ep 101 Ad Cled, 22, PG 37, 180B) y que concuerda tanto con la<br />

unidad de Cristo como con la comunicación de idiomas" Y en pág. 89 dice: la cristología de Gregorio, como también<br />

toda su antropología, está fuertemente construida sobre este concepto de mez<strong>cl</strong>a ( ).<br />

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HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

decir, da por descontado que Cristo es uno solo 1 (mez<strong>cl</strong>ó la forma divina con la imagen de<br />

es<strong>cl</strong>avo), nacido de la Theotókos según la carne. Por tanto, engendrado según su<br />

generación primera y creado según su generación de aquí abajo. Haciéndose hombre<br />

nos hace a nosotros Dios. Asociándose a la carne por medio <strong>del</strong> noûs, es cuerpo, alma y<br />

espíritu, con pasiones carnales salvo el pecado, para liberar todo de la condenación. Nos<br />

lleva a nosotros con todo lo nuestro, para consumir lo peor como el fuego a la cera. Su<br />

querer no era opuesto a Dios, estando íntegramente divinizado. Es el Dios pasible por<br />

nosotros. Muere, pero vivifica y destruye la muerte con su muerte. Es enterrado, pero<br />

resucita. "Jesucristo ayer y hoy corporalmente, él mismo espiritualmente y por los siglos.<br />

Amén"(30, 21).<br />

1 Cf. p. e. Ep 101, 13-21. El hombre no fue formado primero. "La nueva mez<strong>cl</strong>a, Dios y hombre; y uno de ambos y por<br />

uno ambos" (Orat 2, 23). Según comentario de Althaus (op. cit., 132), "La afirmación de la diferencia de naturalezas<br />

después de la unión, corresponde al dyofisismo, pero la 'divinización', exigida por la propia finalidad de la salvación, de<br />

la naturaleza humana de Cristo por la divina, tiende con lógica interna al monofisimo".<br />

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HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

11.- GREGORIO DE NISA (ca. 335-394) 1<br />

1) Herencia común<br />

Es, entre los capadocios el más destacado filosóficamente 2 y docto, y cuyo mundo intelectual está<br />

más cerca de la especulación de Orígenes. Junto con una vigilante sistematización lógica, recorre el camino<br />

de la mística. 3 Comparte la doctrina trinitaria con los otros Capadocios. 4 El mandato de bautizar de Jesús es<br />

el fundamento de la fe trinitaria. 5 Igual que los otros dos Capadocios, acentúa la única substancia divina. 6<br />

Hablar de grados conduciría a varios dioses y rompería la monarquía. 7 Existe un solo Dios 8 , una sola fuente<br />

trinitaria, un solo poder. Por tanto, la distinción es de los iguales. 9 Conocemos al Padre en su Hijo e<br />

imagen 10 , y a éste por el Espíritu Santo. 11<br />

1 Courth (op. cit.) subtitula: La Trinidad entre el monoteísmo judío y el politeísmo pagano. Cf. p. e. Or Cat, 3, GNO III, 4, 13, 3-<br />

14, 13.<br />

2 Según H. Dörrie, (Gregor von Nyssa, col. 895, en RAC, XII, col 863-895), ―consiguió fama, no tanto porque no se dejó<br />

conducir a error por una teología extranjera (…), sino porque consiguió desconectar amplios campos de la filosofía <strong>del</strong> servicio de<br />

los platónicos y ponerlos a disposición <strong>del</strong> cristianismo‖. Nosotros diríamos que fue un maestro de la inculturación. ―La teología<br />

de Gregorio es una transformación consistente (selbstständige) de filosofía antigua en sistemática cristiana. El pensamiento<br />

platónico de la participación <strong>del</strong> hombre en lo divino y de su semejanza, lo conforma desde la enseñanza bíblica de la creación<br />

(diferencia categorial entre el ser increado y el creado) y de su antropología (el hombre como imagen de Dios) (W. D.<br />

HAUSCHILD, Gregor von Nyssa, col. 1008, en LThK 3 , IV, col. 1007s). Según Studer (Soteriologie, 137), ―la soteriología de<br />

Gregorio tiene un indudable rasgo filosófico. …Lo que Gregorio tiene en el corazón es siempre fundamentalmente la fe cristiana.<br />

Es, con todo una fe cristiana en ropaje filosófico. Así debía la enseñanza sobre la salvación ser el mensaje de Cristo. Pero él sólo<br />

podía expresarse en lo que la filosofía de su tiempo también consideraba como su ideal: en la divinización <strong>del</strong> hombre‖.<br />

3 Respecto a su doctrina sobre Dios, puede verse el antiguo trabajo de W. Völker, Zur Gotteslehere Gregors von Nyssa, VigChr<br />

9(1955)103-128. Gregorio encuentra el amor de Dios como un regalo incomprehensible. ―Por eso este amor siempre tiene el<br />

carácter de ininteligible y misterioso, mientras que la majestad de Dios y su sublimidad está internamente caldeada por el amor‖<br />

(Ib., 126).<br />

4 Así p. e., el Hijo se distingue <strong>del</strong> Padre por la sjésis (Basilio (¿Gregorio de Nisa?), Ep 38, 7. El maestro de Gregorio fue Basilio.<br />

Respecto a la posibilidad de que Gregorio sea el hombre <strong>del</strong> Credo <strong>del</strong> Constantinopolitano I, puede verse W. Jaeger, Gregor von<br />

Nyssa‟s Lehre vom Heiligen Geist, Leiden 1966, cap. 3.<br />

5 Or Cath, 39, GNO III, 4, 99, 13s. En esta visión soteriológica (que comparte con los otros Capadocios) está en la tradición de<br />

Atanasio y Orígenes.<br />

6 La substancia es simple. Por tanto, el Hijo y el Espíritu son plenamente Dios, como el Padre. El abismo está entre lo increado y<br />

lo creado. Dice de Dios en C. Eun, II, 172, GNO I, 275, 5s, PG 54, 968ª:<br />

7 Cf. C Eun, I, 531, 3, PG 45, 416A. El poder ( ) de la monarquía no está dividido, cortado en divinidades diferentes (Or<br />

Cath, 3, GNO III, 4, 13, 24-26; cf. Ep, V, 9, 9, GNO VIII, 2, p. 33, 29).<br />

8 Este Dios está más allá <strong>del</strong> bien (cf. De virgin, X, 1, 35 (SC 119, p. 372); In Script, I, 1, GNO V, 26, 12: De Beat, 8, PG 44,<br />

1293D; De anima, PG 46, 93ª, etc.). A. Meredith, (The Idea of God in Gregory of Nyssa, p. 144, en H. Drobner y Ch. Klock,<br />

Studien zu Gregor von Nyssa und der christlichen Spätantike (Supplements to Vigiliae Christianae, 12), Leiden 1990, pp. 127-<br />

147), afirma, respecto al concepto de Dios que tiene Gregorio en sus diversos escritos según las circunstancias, lo siguiente: ―En el<br />

De virginitate, el rasgo dominante fue Dios como belleza perfecta; en el Contra Eunomium, Dios es increado, creador e infinito;<br />

en la Oratio Catechetica, a la naturaleza perfecta de Dios es agregado lo de la bondad, poder, sabiduría y justicia; en el<br />

Commentarius in Canticum se acentúa la infinitud divina, y en el De vita Moysis hace lo mismo, pero adjuntándole la idea de la<br />

divina ‗realidad‘‖. El común denominador sería que Dios es perfecto, y su raíz, que Dios es el ser absoluto (Ib., 145). Habría<br />

respondido con la ‗infinitud‘ a Eunomio que caracterizaba a Dios como el ingénito. Puede verse A. Meredith, The divine<br />

Simplicity. Contra Eunomium I, 223-241, en L. F. Mateo-Seco y J. L. Bastero (ed.), El “Contra Eunomium I” en la producción<br />

literaria de Gregorio de Nisa. VI Coloquio Internacional sobre Gregorio de Nisa, Pamplona 1988, pp. 339-351.<br />

9 Adv Ar et Sab (11, GNO III, 1, 82, 24s, PG 45, 1297B), obra de controvertida autenticidad, expresa: Porque es necesario que<br />

sea perfecto el Hijo de un Padre perfecto.<br />

10 Cf. p. e. C. Eun, I, 636, GNO I, 209, 4-18.<br />

11 C. Eun, I, 531; De S Trin, GNO III, 1, 13, 13-17.<br />

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HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

2) Desarrollo pneumatológico<br />

Determina, más que Gregorio de Nacianzo, las procesiones <strong>del</strong> Hijo y <strong>del</strong> Espíritu. El Espíritu<br />

procede <strong>del</strong> Padre por el Hijo. 1 Así mostraría una cierta apertura o convergencia hacia el Filioque. Pero<br />

observa Pottier: "El esquema <strong>del</strong> pensamiento de Gregorio siempre es lineal: <strong>del</strong> Padre al Hijo; después <strong>del</strong><br />

Hijo al Espíritu. Así se prueba la divinidad de la tercera persona: porque ella es el Espíritu <strong>del</strong> Hijo, quien<br />

asimismo es Dios a causa <strong>del</strong> Padre. En cuanto a la procesión (ekpóreusis), en la que casi no se detiene,<br />

Gregorio menciona a menudo al Hijo en el sentido de la fórmula de Tertuliano, a patre per filium.<br />

Católicos y Ortodoxos casi no encontrarán en esto cómo resolver su diferendo". 2 Nosotros concebimos otra<br />

diferencia en lo que viene ( ) de la causa. Porque, por un lado, lo inmediatamente <strong>del</strong> primero; por<br />

otro lado, lo mediante lo inmediatamente <strong>del</strong> primero, de manera que lo unigénito permanezca sin<br />

ambigüedad en el Hijo, y que el que el Espíritu venga ( ) <strong>del</strong> Padre no sea dudoso, conservándose la<br />

mediación ( ) <strong>del</strong> Hijo, y no apartando lo unigénito <strong>del</strong> Hijo al Espíritu de su relación ( )<br />

natural respecto al Padre. 3 De esta manera, Gregorio ve que el proceder <strong>del</strong> Espíritu es mediado por el Hijo<br />

Hijo que sale inmediatamente <strong>del</strong> Padre. Por el Hijo, pero junto con él, también es pensado el Espíritu<br />

Santo, sin concebir un vacío o algo no hypostático como intermedio. 4 Pero está unido al Padre a través y<br />

con el Hijo. 5 'Por el Hijo' busca ex<strong>cl</strong>uir los grados entre las personas. Como Orígenes, tiene una concepción<br />

concepción dinámica de las procesiones. 6 Comparte con los otros Capadocios la plena vida trinitaria <strong>del</strong><br />

Espíritu. Pero insiste en que es también el Espíritu <strong>del</strong> Hijo.<br />

3) Otras acentuaciones de su teología trinitaria<br />

1 C. Eun, I, 378, 691; Adv Mac, GNO II, 1, p. 93, 10-14. Véase C. Eun, I, 280; Basilio, De Spiritu S., XVIII, 47, 20-23. Cf.<br />

Pottier, op. cit., 357-363. Según Eunomio, el Espíritu es genómenos <strong>del</strong> único Dios por medio <strong>del</strong> Unigénito (Ref Conf Fidei Eun,<br />

190). Según Ep 38, 4 de Basilio (¿Gregorio de Nisa?), lo característico <strong>del</strong> Espíritu es ser conocido después <strong>del</strong> Hijo y junto con<br />

El y subsistir desde el Padre (ek toû Patròs hyfestánai). Procede <strong>del</strong> Padre; recibe <strong>del</strong> hijo (ek patròs ekporeuómenon, ek toû<br />

huioû lambanómenon (Adv Mac, GNO III, 1, 97, 12s.; Cf. Epifanio, Ancoratus, 7; 120, PG 43, 236; Dídimo, De Spiritu Sancto,<br />

38 (170)). Dice Gregorio de Nisa, al hablar de las operaciones de la Trinidad: El movimiento y transmisión de la buena voluntad<br />

deviene uno, conducido desde el Padre por el Hijo al Espíritu (Quod non sint, GNO III, 1, 48, 23s; cf, Ib., 51, 16-21). Es el<br />

Espíritu <strong>del</strong> Unigénito (p. e., Adv Mac, GNO, III, 1, 115, 28s). Pero el Unigénito está ungido desde toda la eternidad: El Padre es<br />

el que unge, la unción es el Espíritu Santo (Ant adv Apol, 52, PG 45, 1252A, GNO III, 1, 221, 3s; cf. Basilio (¿Gregorio de<br />

Nisa?), Ep 189, GNO III, 1, 16, 14-17 ). Respecto a que el Espíritu procede <strong>del</strong> Padre por el Hijo, puede verse también, p. e.<br />

Cirilo de Alejandría, Dial de Trin, VI, 592b: 594d.<br />

2 Op. cit., 408. Comentando este autor la circularidad lineal de la gloria, que pasa por el Hijo, en Adv Maced 22 (PG 45, 1329,<br />

GNO III, 1, 108, 30-109, 15), dice: "El Espíritu no tiene contacto con el Padre sino por el Hijo" (Ib., 338). Respecto a Basilio en<br />

su C Eun, de<strong>cl</strong>ara Sesboüé (Saint Basile, 141): ―El vínculo propio entre el Espíritu y el Hijo no pone ninguna distancia entre el<br />

Espíritu y el Padre‖.<br />

3 Quod non sint, PG 45, 133BC, GNO III, 1, 56, 4-10. Cf. C. Eun, I, 553, GNO I, 180, 27-181, 5 (la causa de la hypóstasis la<br />

tiene de la luz prototípica).<br />

4 C. Eun, I, 378. El Espíritu no se separa <strong>del</strong> Hijo (cf. p. e. Adv Mac, GNO III, 1, 113, 27-29; De S Trin, GNO III, 1, 16, 11-14).<br />

Según Or Cat 2 (GNO III, 4, 12, 26-13, 15) el Espíritu acompaña al Logos y manifiesta su actividad. Es una fuerza substancial en<br />

sí con hypóstasis propia. ―A semejanza <strong>del</strong> Logos de Dios es, según la hypóstasis, libre (<br />

), auto-móvil, activa, que<br />

elige siempre el bien…‖ El Logos de Dios va con ; de lo contrario, sería inferior al nuestro (Ib., 12, 13-17).<br />

5 Si se concibe a uno, se tiene a los tres (Basilio, Ep 38, 4).<br />

6 Según R. J. Kees (Die Lehre von der Oikonomia Gottes in der Oratio Catechetica Gregors von Nyssa (Supplements to Vigiliae<br />

Christianae, 30), Leiden 1995, p. 102), ―para la Or Cat debe permanecer firme que con esta introducción <strong>del</strong> Logos y <strong>del</strong> Pneuma<br />

de Dios como hypóstasis que obran y vivientes, de naturaleza divina, el fundamento para el desarrollo de la economía fue an<strong>cl</strong>ado<br />

en la misma doctrina de Dios‖ Y Gregorio tratará de probar que la Encarnación y la muerte de Jesús no contradicen las<br />

propiedades de Dios sino que corresponden a ellas (cf. p. e. Ib., 28; 106). Y en p. 98 afirma Kees que Gregorio probaría en Or<br />

Cat que Dios por su bondad comunicativa es necesariamente económico.<br />

90


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

Como los otros Capadocios, distingue entre lo común y lo particular. 1 Se discute si en esto la<br />

influencia es platónica, o aristotélica, o estoica. Nuestra disquisición contempló en la Trinidad algo común<br />

y algo peculiar. De lo común se habla en relación a la esencia, pero la particularidad de cada uno designa<br />

la hypóstasis. 2 Pero toma mi discurso sólo como un ejemplo y sombras de la verdad, y no como la verdad<br />

misma de las cosas. 3 Toda enseñanza sobre la naturaleza inefable, aunque parezca manifestar algo<br />

sumamente digno de Dios y una inteligencia elevada, es sólo una semejanza <strong>del</strong> oro y no el oro mismo.<br />

Porque no es posible presentar con exactitud el Bien que está más allá de todo concepto... Porque la<br />

naturaleza divina está por sobre todo concepto que la pueda captar. Lo que respecto a ella se nos viene al<br />

pensamiento, es sólo una comparación de lo que buscamos. Puesto que no muestra la forma de Aquel a<br />

quien nadie ha visto ni podrá ver, sino que, mediante un espejo y un enigma, esboza una apariencia <strong>del</strong> que<br />

buscamos, la cual está en las almas como por cierta conjetura. 4 La Trinidad puede ser comparada a un arco<br />

arco iris, en que la única luz aparece de diversos colores. 1<br />

1 Bajo otro aspecto, Adv Ar et Sab (12, GNO III, 1, 83, 19-23, PG 45, 1297D), de autenticidad discutida, afirmaría: Así<br />

ciertamente el Padre y el Hijo, que se desplazan en el mismo lugar y son receptores mutuos el uno <strong>del</strong> otro<br />

( ), y que son uno…, sólo difieren el uno <strong>del</strong> otro por la<br />

hypóstasis y por el apelativo, encontrándose mutuamente el uno en el otro<br />

2 Basilio, Ep, 38, 5, PG 32, 336C. Cf. Ib., 38, 1-3. Puede verse Gregorio de Nisa, p. e., De Fide, GNO III,1, 66, 18-24. Cf.<br />

Juan Crisóstomo, C. Eunom, Hom, V, 110-112, etc.<br />

3 Basilio, Ep, 38, 5, PG 32, 333A.<br />

4 In Cant, III, PG 44, 820C-821A, GNO VI, 85, 16-20. Cf. Ib., 86, 13-18; Ib., VI, PG 44, 892D-893C, GNO VI, 181, 15-183,<br />

10; Ib. VIII, PG 44, 940C-941C, GNO VI, 245, 11-247, 18 (infinito progreso <strong>del</strong> alma; lo infinito e incomprehensible de la<br />

divinidad permanece más allá de toda comprehensión (Ib. 246, 8-10)), Ib., 949AB, GNO VI, 256, 8-14) (a través de la esposa ven<br />

la belleza <strong>del</strong> esposo); Ib., XI, PG 44, 100Ds, GNO VI, 323, 3-9; Ib., 1012B, GNO VI, 337, 1-9; Ib., 1013B, GNO VI, 339, 6-8;<br />

In Cant XII, PG 44, 1028AC, GNO VI, 357, 3-358, 6; Ib., 1037DC, GNO VI, 369, 15-370, 13 (progreso al infinito); In Cant XIII,<br />

PG 44, 1045D, GNO VI, 381, 10-12; Vita Moysis, GNO VII, 1, 22, 10-23; Ib 87. 23-88, 10; De beat VI,PG 44, 1263Bss; In Ps I,<br />

9, PG 44, 485A; Ib., II, 5, PG 44, 504B; Ib., 9, PG 44, 533B; Ib., 14, PG 44, 585CD; In Ec<strong>cl</strong>, VII, 8, etc. Cf. p. e. De S Trin,<br />

GNO III, 1, 14, 5ss; Quod non sint, GNO III; 1, 42, 19ss. (La naturaleza divina) sólo es conocida en el no poder ser comprendida<br />

(C Eun, I, 373, GNO I, 137, 5s). El Dios unigénito está más allá de todo bien (C Eun, III, 6, 18, GNO II, 192, 11s; Ref Prof Fidei<br />

Eun, 8; In Ec<strong>cl</strong>, 7, PG 44, 725ª ; De hom op, 16, PG 44, 184A). Decimos que lo divino está por encima de todos los nombres, y<br />

divinidad es uno de los nombres (Quod non sint, GNO III; 1, 52, 22s). Or Cat 3 (GNO III, 4, 13, 12-17) se expresa así: De modo<br />

que el que escudriña cuidadosamente las profundidades <strong>del</strong> misterio puede alcanzar en su alma una cierta inteligencia limitada<br />

(dada su inefabilidad) de la doctrina relativa al conocimiento de Dios, sin poder, sin embargo, explicar con <strong>cl</strong>aridad la indecible<br />

hondura de esta misterio. El decir que algo es ingénito, muestra cómo existe (<br />

), pero con esta frase no se indica lo<br />

que existe ( ) (Quod non sint, GNO III; 1, 56, 21s; cf. Ib., 57, 2-4; C. Eun, II, 71; III, 1, 103, etc.). Pues en esto está el<br />

verdadero conocimiento de lo buscado, en esto el ver en el no ver, porque lo buscado trasciende todo conocimiento, por todas<br />

partes circundado por la incomprehensibilidad, como por una cierta tiniebla (Vita Moysis, GNO VII, 1, 87, 6-9).<br />

Contra Eunomio, según J. M. Hennessy , ―Gregorio con<strong>cl</strong>uye que ni el nombre ‗ingénito‘, ni ningún otro nombre, puede darnos<br />

más que un vislumbre parcial de la Realidad divina. La razón es doble: la debilidad de nuestros intelectos y la inagotable riqueza<br />

<strong>del</strong> ser de Dios‖ (The Background, Sources, and Meaning of Divine Infinity in St. Gregory of Nyssa, New York 1963, disertación,<br />

Fordham University 291). Dios es el que es, el totalmente perfecto, que trasciende todas las otras existencias. ―La marca de la<br />

Divinidad, él afirma, es ser infinito en el ser ( )‖ (Ib., 292). ―Mediante esta<br />

desarrollada doctrina de la infinitud, Gregorio no sólo refuta a Eunomio, sino que también fundamenta metafísicamente la<br />

incomprehensibilidad divina. Su identificación de la Divinidad con la absoluta infinitud <strong>del</strong> ser enriquece, fuera de medida, la<br />

tradición cristiana. Esta enseñanza característica es poderosamente iluminada con su doctrina <strong>del</strong> perpetuo crecimiento <strong>del</strong> alma‖<br />

(Ib., 293). E. Mühlenberg afirma: ―Así la infinitud es también una designación que da a conocer la esencia de Dios, sin que por<br />

esto se consiga una determinación conceptual‖ (Die Unendlichkeit Gottes bei Gregor von Nyssa. Gregors Kritik am Gottesbegriff<br />

der klassischen Metaphysik (Forschungen zur Kirchen- und Dogmengeschichte, 16), Göttingen 1966, p. 198). ―En su teología,<br />

Gregorio establece, en primer lugar, la infinitud de Dios, y entonces puede deducir de ahí la incognoscibilidad‖ (Ib., 199).<br />

―Gregorio, por su parte, debería conceder que Dios es ciertamente incognoscible, pero, no por ello, impensable‖ (Ib., 201). ―La<br />

afirmación de Eunomio se relaciona con la argumentación de Gregorio, que se apoya en<br />

de forma que el ser de Dios<br />

no sólo no está limitado por el , sino tampoco por el ― (Ib., 201). ―Gregorio concibió la infinitud de Dios y<br />

91


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

Determina, más <strong>cl</strong>aramente que los otros Capadocios, la peculiaridad personal por el específico<br />

actuar salvífico. 2 El Espíritu es el dador de todo bien (1Co 12, 11). 3 El Hijo, por el que todo fue hecho y en<br />

quien todo tiene consistencia, es el mediador de la creación. Es imagen y rostro <strong>del</strong> Padre. En su<br />

humanidad, todo hombre 4 ha sido asumido y divinizado. El Padre es la causa de todo, inengendrado y sin<br />

comienzo. Estas connotaciones no son intercambiables. Así como distinguen de otros, también relacionan.<br />

El Padre nunca es pensado sin el Hijo, ni el Hijo sin el Espíritu Santo. Así como es imposible ir al Padre<br />

sin ser elevado por el Hijo [Jn 14, 6], así también es imposible confesar a Jesús como Señor sin el Espíritu<br />

Santo [1Co 12, 3]. 5<br />

Conforme a esta unitaria visión intratrinitaria, el obrar creador y salvador es común a las tres<br />

personas. 6 Hablando <strong>del</strong> bautismo, dice: no existe ninguna diferencia en la santificación, como si el Padre<br />

santificara más, el Hijo menos y el Espíritu aún menos que ambos. ¿Por qué despedazas tú las tres<br />

la hizo expresión de su perfección‖ (Ib., 202). No es posible que lo que es infinito por naturaleza, sea comprendido por un<br />

pensamiento compuesto de palabras (C. Eun, III, 1, 104). Cf. Hauschild, Gregor, col 1007s.<br />

Según M Canévet, ―puesto que la naturaleza divina es radicalmente trascendente e incognoscible, la imagen de esta naturaleza, en<br />

nosotros, va, por tanto, a proveernos <strong>del</strong> único medio <strong>del</strong> que nosotros disponemos para ver algo de Dios, en la medida en que la<br />

imagen de El mismo, que El ha puesto en nosotros, puede contarnos su esplendor (Grégoire de Nysse, Dictionnaire de Spiritualité<br />

VI, col 971-1011,col 987). Respecto a la incognoscibilidad de Dios, cf. M. Canévet, Grégoire de Nysse et l‟herméneutique<br />

biblique. Étude des raports entre le langage et la connaissance de Dieu, Paris 1983, Études Augustiniennes, p. e. pp. 251-253.<br />

Puede también consultarse Pottier, Dieu et le Christ, 143-220; 401-404; Völker, op. cit., 110-118.<br />

1 Basilio, Ep 38, 5. Es una koinonía continua e inseparable (Ib., 4).<br />

2 Según Adv Mac (13, PG 45, 1317AB, GNO III, 1, 100, 9-11; vése Ib., p. 106, 8; Ep 24, PG 46, 1093A), todo ―comienza desde<br />

(ek) el Padre, avanza (proïoûsan) por el Hijo y se perfecciona ( ) en el Espíritu Santo‖. Cf. Quod non sint III, 1,<br />

48, 1s (véase Ib., 50, 1-5.15-17); Ep 5, 6, GNO VIII, 2, 33, 14-17. "Para distinguir las personas entre ellas, en su relación a la<br />

economía, Gregorio desarrolla con gusto una teoría tomada de Basilio, que nosotros hemos llamado la 'triple causalidad única' o<br />

de tres causas que progresan: el Padre es causa principial, el Hijo es causa demiúrgica, el Espíritu Santo causa perfeccionante,<br />

pero, sin embargo, se trata de una sola y misma causalidad" (Pottier, op. cit., 409; cf. Ib., 363-366). "Pero, al mismo tiempo, todas<br />

las personas y cada una de ellas son igualmente incomprensibles, impensables e incaptables" (Ib., 364). Según J. J. Verhees<br />

(Die des Pneumas als Beweis für seine Transzendenz in der Argumentation des Gregor von Nyssa, OChP 45(1979)5-<br />

31, p. 30), ―la pneumatología de Gregorio, se podría decir, es menos cosmológica e histórico salvífica, que actual económica<br />

salvífica, es menos e<strong>cl</strong>esiológica que antropológica‖. ―Su trascendencia es deducida por Gregorio en muchos contextos por su<br />

unión de obrar o ser con el Padre y el Hijo‖ (Ib., 31).<br />

3 "El Padre da la unción real, el Hijo la recibe y el Espíritu es unción y realeza" (Pottier, op. cit., 408s; cf. Ib., 333-335). En In Ps<br />

II, 11, PG 44, 545Ds expresa: En este nombre (Cristo) se confiesa el misterio de la Trinidad. Por él somos enseñados sobre el<br />

ungido y el que unge y aquél con el que es ungido.<br />

4 Cf. p.e. Ant adv Ap, 15, PG 45, 1151C, GNO III, 1, 151, 17-20; Ib., 17, PG 45, 1156Cs, GNO III, 1, 154, 13s.17s. La<br />

resurrección se extiende a toda la naturaleza humana (Or Cat, 16, GNO III, 4, 48, 21-24.49, 6-8; Ib., 32, GNO III, 4, 78, 7-17: la<br />

naturaleza humana entera es como la de un solo ser vivo). Cf. In Cant XIV, PG 44, 1085BC, GNO VI, 427, 21-428, 2. Según<br />

Kees (op. cit., 271), el que todos se salven no está garantizado por la unidad de la naturaleza humana. ―Principio de la<br />

apokatástasis de todos es más bien la infinitud de Dios, más concretamente: la infinitud de la bondad de Dios y con ella la finitud<br />

<strong>del</strong> mal‖<br />

5 Adv Maced, 12, PG 45, 1316B, GNO III, 1, 98, 24-28. Cf. Ib., PG 45, 1332, GNO III, 1, 110, 24-28; Ib., GNO III, 1, 110, 25-<br />

28; 114, 1-5; C Eun, I, 531.533s. Véase Basilio, Ep, 38, 4, PG 32, 332s. El que vaya a tocar al Hijo por la fe, necesita primero<br />

encontrar el aceite (de la unción) (Gregoriode Nisa, Adv Mac, GNO III, 1, 103, 6s).<br />

6 Cf. Pottier, op. cit., 354-357. Véase, p. e., Adv Mac, GNO III, 1, 98, 1ss: 106, 6-10; De S Trin, GNO III, 1, 12, 1-5; Quod non<br />

sint, GNO III, 1, 47, 21ss; 50, 2-51, 9. El Padre es la fuente. Es el principio de unidad (p. e. Ex Comm Not, GNO III, 1, 25, 4-8).<br />

Existiendo tres hypóstasis, distintas ( ) al mismo tiempo que en continuidad ( ) unas con otras, puesto que en una<br />

única naturaleza de la divinidad, la operación de una persona puede ser dicha de toda la substancia y de cada una de las<br />

hypóstasis en particular ( ). Porque, por así decirlo, toda la substancia busca pasar a través de toda ella y de cada una en<br />

particular. Cuando el Padre o el Hijo opera algo respecto a la creatura, el otro no queda inactivo. Hay un solo Dios y demiurgo,<br />

dado que el uno es pensado y está verdaderamente en el otro, según justamente la misma naturaleza ( ) y la<br />

consubstancialidad, aunque se los conciba separadamente en la existencia y en las distintas personas (Cirilo de Alejandría, Dial<br />

de Trin, VI, 620c-621b; cf. Ib., III, 468c; VI, 618d-619a; VII, 642d).<br />

92


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

hypóstasis en diversas naturalezas y haces tres dioses desemejantes entre ellos, cuando, empero, tú recibes<br />

de todos una misma gracia? 1 Gregorio de Nisa refuerza la unidad de Dios frente a las personas. 2 Este es un<br />

acento específico de él respecto a los otros dos Capadocios. 3 En el fondo, los Capadocios responden a la<br />

acusación de triteísmo que le hacen los Eunomianos con la unidad de la substancia y con la divina<br />

monarquía, que tiene su origen en el Padre. 4 Según Courth 5 , permanece en el pensamiento de lo general y de<br />

de lo propio sin adentrarse en la subjetividad. 6 Ha querido buscar una solución intermedia entre el<br />

monoteísmo judío y el politeísmo pagano. 7<br />

Si quisiéramos resumir la contribución trinitaria de los Capadocios, diríamos lo siguente.<br />

Aportan la distinción entre la única substancia y las tres hypóstasis. A la distinción aristotélica entre<br />

substancia y accidente, añaden la categoría <strong>del</strong> ser hypostático, que no es ni substancial ni accidental. Con<br />

esto se a<strong>cl</strong>ara que lo particular, precisamente lo personal, no es intercambiable. Se reinterpreta el concilio de<br />

Nicea con un expreso reconocimiento de la unidad de Dios. Esta contribución se concretiza en el<br />

Constantopolitano I: Trinidad hypostática de la única substancia divina. Las tres hypóstasis, en la doxología,<br />

son pensadas como coordinadas. En la concepción dinámica de la monarquía intratrinitaria (el Padre es la<br />

fuente), los Capadocios no se diferencian de Orígenes. El proceso vital de mutua compenetración en la<br />

1 In diem luminum, PG 46, 585CD, GNO IX, 229, 13-18. Cf. p. e. Quod non sint, GNO II; 1. La gloria es a Dios que está por<br />

sobre todo, con el Hijo unigénito y con el Espíritu Santo (Adv Mac, GNO III, 1, 115, 29s). En Adv Mac, GNO III, 1, 109, 3-15,<br />

destaca la circularidad mutua de la gloria entre ellos. El Hijo es glorificado por el Espíritu Santo, y el Padre por el Hijo.<br />

2 La esencia divina es más real que cualquier universal (Quod non sint, GNO III, 1, 55, 7ss; cf. Adv Mac, 13, PG 45, 1316Ds,<br />

GNO III, 1, 99, 23-100, 11). Véase Basilio, De Spiritu Sancto, 16, 37s; Ep, 210, 5; Hom 24, 1.3, PG 31, 600s.605s; Gregorio de<br />

Nacianzo, Or, 20, 7; 29, 2; 31, 14. (Or Cat, 1, GNO III, 4,<br />

8, 10s). En la misma Or Cat el Logos subsiste por sí mismo ( ) distinguiéndose de aquel de quien tiene la subsistencia<br />

(2, GNO III, 4, 11, 18-20). Al Espíritu lo concibe como una fuerza substancial que es percibida en sí misma como hypóstasis<br />

propia (<br />

)… que subsiste como hypóstasis a<br />

semejanza <strong>del</strong> Logos de Dios, libre ( ), que se mueve por sí misma (Or Cat, 2, GNO III, 4,<br />

13, 5s.9s). Cf. Ib., 4, GNO III,14, 4, 17-19; 5, GNO III, 4, 16, 7-9; 8, GNO III, 4, 35, 9-14. Respecto a Dios uno y trino en Or<br />

Cat, puede verse, R. Winling, Introduction, traduction et notes, pp. 45-56, en Grégoire de Nysse, Discours Catéchétique (Sources<br />

Crhétiennes, 453), Paris 2000.<br />

3 Evita un poco la comparación de Gregorio de Nacianzo de la Trinidad con tres hombres (cf. Quod non sint, GNO III, 1, 38, 8ss).<br />

4 Dios es el Padre (Ex comm not, GNO III, 1, 25, 6-8). Según Courth (op. cit., 186), de tal forma Gregorio de Nisa acentúa esto<br />

que no queda <strong>cl</strong>aro por qué hay tres sujetos salvíficos en vez de uno.<br />

5 Op. cit., 186.<br />

6 "En realidad, los capadocios olvidan casi totalmente lo 'personal'. Sólo contando entre los idiomata las propiedades morales,<br />

rebasan la esfera física. Su análisis vale más para la 'cosa' que para la 'persona'" (Grillmeier, Jesus der Christus, I, 545). Cf.<br />

Milano, Persona in teologia (Saggi e Ricerche, 1), Napoli, 1984, p. 143.<br />

D.F. Stramara ((Unmasking the Meaning of<br />

: Prosopon as Person in the Works of Gregory of Nyssa, Disertación<br />

Saint Louis University, 1996, p. 673) con<strong>cl</strong>uye así su vasto estudio sobre<br />

en Gregorio de Nisa: ―Impenetrablemente<br />

Dios es tres perfectas personas, pero no en la misma forma exacta como los humanos son personas. Sin embargo, Gregorio de<br />

Nisa concibió las personas divinas como poseyendo libertad personal, individualidad, incomunicabilidad, relacionalidad,<br />

autoconciencia, centralidad y autoactualización. Para Gregorio, el Padre, Hijo y Espíritu no son meras hypóstasis ontológicas de<br />

una esencia divina abstracta. Ellas son intersubjetividades relacionales, que son Uno. Una vez más, Gregorio presenta el término<br />

como la categoría más alta e in<strong>cl</strong>usiva, que concierne tanto la naturaleza como la esencia‖. ―Para este Padre<br />

capadocio,<br />

es el término operativo y teológicamente más importante‖ (Ib., 675). ―Cada persona es una existencia<br />

individual, capaz de voluntad libre, automovida, eficiente, siempre eligiendo lo que es bueno; para realizar cada propósito posee el<br />

poder correspondiente a su intencionalidad. Cada persona ejercita también una autoridad independiente y autodeterminación, que<br />

no es comprensible por nadie, excepto por él mismo (y los otros dos)‖. (Ib., 470). Y en pág. 395 llega a de<strong>cl</strong>arar: ―Gregorio<br />

estaba lejos de ser un oculto modalista; si algo, él era un latente triteísta‖. ―Ontológicamente, Gregorio es un monoteísta<br />

apasionado: hay un solo Dios esencial expresado en tres hypóstasis metafísicas. Pero funcionalmente, Gregorio es igualmente un<br />

apasionado triteísta: hay tres personas que son una sola divinidad‖ (Ib., 368).<br />

7 Cf Or Cath, 3, GNO III, 4, 13, 20-14, 13.<br />

93


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

Trinidad se manifiesta en el común obrar salvífico. 1 Con la distinción entre substancia e hypóstasis se<br />

preserva mejor la unidad de Dios. La Trinidad está enfocada desde la soteriología. Por eso profundizan en<br />

la Trinidad inmanente. Sienten amenazada la fe <strong>del</strong> bautismo y la doxología trinitaria. Su argumento<br />

central: el hombre sólo participa de la comunión salvífica con Dios, si el Hijo y el Espíritu Santo son<br />

consubstanciales con el Padre. En la doxología, el cristiano traspasa las fronteras de la capacidad humana de<br />

conocer. Nos dejan la conciencia <strong>del</strong> significado relativo <strong>del</strong> lenguaje teológico. Al significado que los<br />

Capadocios tienen en Oriente, corresponde la figura de Agustín en Occidente.<br />

4) Algunos aspectos cristológicos<br />

Aquel se ha hecho como nosotros para que haciéndose como nosotros nos hiciera como<br />

él. 2 Es el descenso divino el que posibilita el ascenso <strong>del</strong> hombre. 3 Insistirá, más que Gregorio<br />

de Nacianzo, en las fórmulas diofisitas, contra Apolinar. 4 El significado más elevado y digno de<br />

Dios indica lo divino; el terrestre y humilde, lo humano. 5 La divinidad no padece, sino que estaba<br />

1 Del común obrar se deduce la unidad de la substancia (Quod non sint, GNO III, 1, 47, 21ss). Cf. Basilio (Gregorio de Nisa), Ep,<br />

189, 6s; PseudoBasilio, C. Eunom, IV, PG 29, 676A. Véase Pottier, op. cit., 354-356.<br />

2 Ant adv Apol, 11, PG 45, 1145A, GNO III, 1, 146, 4s. Cf. Or Cat, 25, GNO III, 4, 97, 21-98, 6; In diem natalem, PG 46,<br />

1137C, etc. El cuerpo inmortalizado de Cristo nos transforma en la comunión eucarística (Or Cat, 37, GNO III, 4, 93, 21-94, 4).<br />

Asumiendo en sí mismo nuestra mugre, él no se ensucia con nuestra mancha sino que purifica en sí mismo nuestra mugre (Ant<br />

adv Apol, 26, PG 45, 1180C, GNO III, 1, 171, 18-20). El médico no se contagia sino que sana (cf. p. e. Ep 3, 15, 126-129, PG 46,<br />

1020C). La divinidad se ocultó bajo la envoltura de nuestra naturaleza para que… con el cebo de la carne se tragara el anzuelo<br />

de la divinidad; y así la vida y la luz hicieron desaparecer la muerte y la oscuridad (Or Cat, 24, GNO III, 4, 62, 7-14). Esto fue<br />

justo y sabio (cf. Ib., 26, GNO III, 4, 64, 13-67, 2¸ Ib, 22, GNO III, 4, 57, 10-60, 23). Respecto a tratar con justicia al adversario,<br />

como explaya Or Cat 22-24, puede verse L. F. Mateo-Seco, Estudios sobre la cristología de San Gregorio de Nisa, Pamplona<br />

1978, pp. 127-156. En Or Cat se expresa también así: Puesto que era necesario el regreso de la muerte de nuestra íntegra<br />

naturaleza, al in<strong>cl</strong>inarse Él sobre nuestro cadáver para tender, por así decirlo, su mano al yacente, se acercó tanto a la muerte,<br />

que entró en contacto con el estado cadavérico y con su propio cuerpo dio a la naturaleza el principio de la resurrección,<br />

resucitando con su poder conjuntamente al hombre entero (32, GNO III, 4, 78, 3-9). Respecto a la soteriología de la Or Cat,<br />

puede verse, Winling, op. cit., 79-98; L. F. Mateo-Seco, El concepto de salvación en la Oratio Catechetica Magna, ScrTh<br />

4(1972)145-171.<br />

J. R. BOUCHET (La visión de l‟économie du salut selon S. Grégoire de Nysse, RSPhTh 52(1968)613-644, p. 632s) afirmaba lo<br />

siguiente: ―Nuestra condición mortal y animal no es sino un vestido, y nuestra verdadera condición, la inmortalidad, será<br />

restaurada por la muerte y la resurrección de Jesucristo y nuestra muerte y resurrección en él. El tema platónico <strong>del</strong> vestido<br />

experimenta también él un verdadero bautismo. El vestido ya no es más el cuerpo sino la carne en sentido paulino, es el pecado y<br />

la mortalidad que impregnan toda la vida humana y la defiguran <strong>hasta</strong> en su estado físico. Si Gregorio habla todavía de carne y de<br />

cuerpo, se trata de la carne de pecado y <strong>del</strong> cuerpo de muerte de aquellos de los que Pablo pedía ser liberado. Esto pondrá a veces<br />

problemas difíciles de exégesis nicena; uno sería, por ejemplo, muy fiel al pensamiento de nuestro autor leyendo el texto de Jn:<br />

‗El Verbo se hizo carne‘, como si el evangelista dijera: ‗El Verbo se hizo pecado‘, en el sentido en que S. Pablo dice que el se<br />

hizo pecado por nosotros, él que no conoció el pecado‖.<br />

3 Cf. J. A. PACHAS, El misterio de Dios y su comunicación gratuita en el In Inscriptiones Psalmorum de Gregorio de Nisa,<br />

Santiago de Chile, disertación, p. e. p. 255; 267; 272s; 357. El abajamiento es lo que más muestra el supereminente poder de Dios<br />

(Or Cat, 24, PG 45, 64CD).<br />

4 Así hablará de (p. e. Or Cat, GNO III, 4, 78, 10; In Cant XIII, PG 44, 1053B, GNO VI, 388, 22; Ib.,<br />

1056A, GNO VI, 391, 2), etc. Cf. C Eun, III, III, 64s. La oración <strong>del</strong> huerto testimonia la voluntad humana de Jesús (cf. Ant adv<br />

Apol, 31s, PG 45, 1192A-1196A). Sólo con el pensamiento (epinoías) dividimos lo unido (C Eun, III, IV, 15). Tò henothèn ex<br />

amfotéron (C Eun, III, I, 45). Según J. Barbel (Gregor von Nyssa, Die grosse katechetische Rede (Bibliotek der griechischen<br />

Literatur, 1), Stuttgat 1971, Kom. 122), Gregorio habla <strong>cl</strong>aramente de dos naturalezas en Cristo. Su naturaleza humana es<br />

concreta, individual. Lo no asumido no es redimido. ―Dos entidades diferentes y también opuestas concurren y se interpenetran<br />

plenamente, pero, paradojalmente, mantienen su entidad originaria con las respectivas propiedades‖. Pero no es <strong>del</strong> todo <strong>cl</strong>aro<br />

respecto a una excesiva divinización de la naturaleza humana de Cristo, ni respecto a su relación con la naturaleza universal.<br />

Véase Ib., Kom. 164; 257.<br />

5 Cf. p. e. C. Eun, III, I, 45; III, II, 55; III, 4, 8ss; De Fide, GNO III, 1, 63, 14-18.23s. Se trata de aplicar lo más humilde a lo<br />

humano, permaneciendo la naturaleza de Dios inmutable e impasible (cf. p. e. Ant adv Apol, 24, PG 45, 1176C, GNO III, 1, 168,<br />

16-20; De deitate Filii et, PG 46, 564A-565B: unas voces muestran la alteza de la divinidad, y otras la humildad de la naturaleza<br />

94


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

en el que padece y por la unión con él (<br />

) se apropia su pasión. 1 Corrientemente<br />

hablará <strong>del</strong> hombre asumido. 2 Contrasta así creación y redención: Tomando en otro tiempo polvo<br />

de la tierra, plasmó al hombre; tomando de nuevo polvo de la virginidad, no sólo plasmó al<br />

hombre sino que lo plasmó en torno a sí mismo. En otro tiempo creó; después fue creado. En<br />

otro tiempo el Logos hizo la carne; después se hizo carne para transformar nuestra carne en<br />

espíritu mediante su compartir con nosotros la carne y la sangre. De esta nueva creación en<br />

Cristo, de la que mostró el camino, fue llamado primogénito, llegado a ser primicia de todos...<br />

para ser Señor de muertos y vivos y para santificar, junto consigo mismo, la masa íntegra<br />

mediante la primicia que existe en él mismo. 3 Y en In Cant 4 expresa: Esta múltiple forma de la<br />

sabiduría que consta <strong>del</strong> entrelazamiento de los contrarios, es ahora enseñada <strong>cl</strong>aramente<br />

mediante la Iglesia: cómo el Logos se hace carne, cómo la vida se mez<strong>cl</strong>a con la muerte, cómo<br />

son sanadas nuestras contusiones con la misma magulladura, cómo la debilidad de la cruz vence<br />

la fuerza <strong>del</strong> adversario, cómo lo invisible es manifestado en la carne, cómo redime a los<br />

prisioneros aquel que es él mismo el que compra y el pago (pues se entregó a la muerte por<br />

nosotros como rescate), cómo está en la muerte y no se separa de la vida, cómo se mez<strong>cl</strong>a con<br />

la servidumbre y permanece en la realeza.<br />

No habla mucho de la importancia <strong>del</strong> alma de Cristo como un principio real de redención. 5<br />

La muerte de Cristo, que es separación <strong>del</strong> cuerpo y <strong>del</strong> alma 6 , probará también el alma de<br />

Cristo. 7 A<strong>cl</strong>ara la unidad de Cristo con el concepto de mez<strong>cl</strong>a. 1 (La carne) mez<strong>cl</strong>ada<br />

humana). En C Eun, III, I, 53 hablará de 'uno y el mismo'. Hos dià tèn sunáfeián te kaì sumfuían koinà gínesthai tà hekatéras<br />

amfótera, tomando sobre sí el amo las contusiones <strong>del</strong> es<strong>cl</strong>avo y glorificado el es<strong>cl</strong>avo por el honor <strong>del</strong> amo (C Eun, III, III, 66;<br />

cf. III, IV, 16). Según C Eun, III, IV, 64, GNO II, 158, 26-159, 6, se aplica con propiedad lo grande y digno de Dios a lo humano<br />

y, a su vez, a través de lo humano se denomina la divinidad. La adoración se hace al unido con la divinidad (Ant adv Apol, 21, PG<br />

45, 1168A, GNO III, 1, 161, 28-162, 2).<br />

1 Cf. Ant adv Apol, 54, PG 45, 1256C, GNO III, 1, 224, 14-17. El comienzo (de Jesús) no fue manchado por el placer )<br />

ni el final terminó en la corrupción (Ep 3, 22, 192-194, PG 46, 1024A). En uno y otro caso se muestra el poder divino.<br />

2 Seguimos bastante a Grillmeier. Cf. Liébaert, op. cit., 90s.<br />

3 C Eun, III, II, 54.<br />

4 VIII, PG 44, 948D-949A, GNO VI, 255, 17-256, 5.<br />

5 Ant adv Apol, 32, GNO, 180-182. Cf. Ib., 24, GNO 166-168.<br />

6 Cf. p. e. C Eun, III, III, 68; Ref Prof Fidei Eun, 172ss. Y no de la divinidad respecto a la humanidad. Cf. Refut Prof Fidei Eun,<br />

179; Ant adv Apol., 30, GNO III, 1, 179, 1-7; 55, GNO III, 1, 226, 12ss. Sobre que la divinidad permanece unida al alma y al<br />

cuerpo separados, cf. Pottier, op. cit,, 300-311; 406s.<br />

7 Ref Prof Fidei Eun, 180; C. Ap 17, PG45, 1153D-1157A; De tridui, PG 46, 616B-617B, GNO IX, 1, 291, 21-294, 4; Ep 3, 22,<br />

GNO VIII, 2, 25, 21-26, 1, PG 46, 1021CD (la divinidad vino con el alma al paraíso, abriendo el camino, mediante el ladrón, para<br />

los humanos; vino mediante el cuerpo al corazón de la tierra, destruyendo al que tenía el poder de la muerte. El Dios unigénito,<br />

separando el alma <strong>del</strong> cuerpo y uniéndo de nuevo a ambos, resucita al hombre unido (<br />

) a él (Ant adv Apol, 17, PG<br />

45,1156C (cf. B), GNO III, 1, 154, 11-13 (cf. 153, 28-154, 2). Cf. Ib., 55, PG 45, 1257As, GNO III, 1, 224, 27-225, 14; Or Cat,<br />

16, GNO III, 4, 48, 9-49, 16. Véase L. F. Mateo-Seco, La exégesis de Gregorio de Nisa a Jn X, 18, en Studia Patristica, XVIII,<br />

3, pp. 495-500. El es el principio de la reunión de lo separado. La potencia ( ) <strong>del</strong> Altísimo mez<strong>cl</strong>ada con nuestra<br />

íntegra ( ) naturaleza por la venida <strong>del</strong> Espíritu Santo no sólo se da en nuestra alma…, sino que se mez<strong>cl</strong>a con el cuerpo<br />

para que nuestra salvación sea perfecta (Ep 3, 22, 184-188, PG 46, 1021D). Asumió toda nuestra naturaleza humana: cuerpo y<br />

alma (p. e. Ref Conf Fidei Eun, 175, GNO II, 386, 4-11, PG 45, 545C; Ant adv Apol, III, 1, 151, 30-152, 21). La naturaleza de los<br />

cuerpos es sanada mediante el cuerpo, y la de las almas mediante el alma (Ant adv Apol, 54, PG 45, 1257C, GNO III, 1, 226, 3s.<br />

El Logos es la fuente de la vida (cf. WINLING R., La résurrection du Christ dans l‟Antirrheticus adversus Apolinarem de<br />

Grégoire de Nysse, REA 35(1989)12-43, p. 39). en Or Cat, 1, GNO III, 4, 9, 25; C Eun III, 6, 75, GNO II, 212, 15s;<br />

III, 6, 76, GNO II, 212, 25; III, 7, 51, GNO II, 232, 28s; Ant adv Apol, GNO III, 1, 201, 13. Respecto a la importancia de que en<br />

la muerte de Cristo el Logos permanezca unido también al cuerpo, cf. A. Grillmeier, Der Gottessohn im Totenreich.<br />

Soteriologische und christologische Motivierung der Descensuslehre in der älteren christlichen Überlieferung, ZKT 71(1949)1-<br />

53; 184-203, esp. p. 203.<br />

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HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

( ) con lo divino, no permanece en sus propios límites y propiedades sino que<br />

es asumida hacia lo que prevalece y sobrepasa. 2 Pero la contemplación ( ) de las<br />

propiedades, tanto de la carne como de la divinidad, permanece sin mez<strong>cl</strong>a ( ) en<br />

cuanto es mirada cada una de éstas en lo propio. 3 ...el poder el Altísimo, tomando la forma de<br />

siervo, que subsiste (<br />

) (viniendo) por la Virgen, la elevó <strong>hasta</strong> su propia altura<br />

transformándola ( ) en naturaleza divina y pura ( ). 4 Porque también el<br />

cuerpo, en el cual recibió la pasión, mez<strong>cl</strong>ado (<br />

) con la naturaleza divina, nosotros<br />

decimos que por la mez<strong>cl</strong>a (<br />

) fue hecho aquello que justamente es la naturaleza que<br />

asume. 5 La transformación de la humanidad en divinidad, en el plano real, comienza con la<br />

encarnación, pero por efecto de la resurrección 6 hay una absorción de la carne por el Verbo,<br />

como una gota de vinagre en el mar. 7 La segunda venida de Cristo no acontecerá en forma<br />

1 P. e. uso de en Ant adv. Apol, 16, PG 45, 1152C, GNO III, 1, 151, 17s; 21, PG 45, 1165Cs, GNO III, 1, 161, 18;<br />

GNO III, 1, 161, 27; GNO II, 1, 172, 21; GNO III, 1, 207, 21.29; 48, PG 45, 1240C, GNO, III, 1, 213, 17; 53, PG 45, 1252C,<br />

221, 27; GNO III, 1, 224, 19. Moreschini (op. cit., en n 23 al III, III) expresa: "Abbiamo qui il termine anákrasis (letteral:<br />

'mescolanza'), che è specifico <strong>del</strong>la cristologia dei Cappadoci: esso vuole indicare l'unione totale, la compenetrazione <strong>del</strong>l'elemento<br />

umano con quello divino, e, in quanto tale, è di derivazione stoica, indicando in quella filosofia l'unione di due sostanze che,<br />

comunque, mantengono le loro peculiarità". Cf. C Eun, II, 214. Bouchet (Le vocabulaire, 548s), en su estudio sobre el<br />

vocabulario de la unión en Gregorio, afirma: ―Gregorio quiere manifestar, tanto por el empleo de que por el de ,<br />

la conjunción de dos realidades que son de naturaleza infinitamente distintas, unión que es el fruto de la filantropía de la naturaleza<br />

superior y que eleva la naturaleza inferior‖. Según este mismo autor, si sus expresiones aparecen muy dualistas, es porque toma<br />

términos de la filosofía de las mez<strong>cl</strong>as, como , que tienden a la confusión de los elementos como su realización perfecta<br />

(Ib., 563).<br />

2 Véase también C Eun, III, 3, 46.62; III, IV, 22.43.46 (así como el Logos llega a ser pecado para quitar el pecado <strong>del</strong> mundo).<br />

3 C. Eun III, III, 63. Con una consideración atenta se pueden distinguir las propiedades (C. Eun, III,III, 62s).<br />

4 Ant adv Ap 25, PG 45,1177C; GNO III, 1, 170, 8-11. Condujo la forma de siervo a su propia sublimidad, transmutándola<br />

( ) en naturaleza divina e incorruptible ( ) (cf. Ant adv Apol, 25, PG 45, 1177C, GNO III, 1, 170, 7-<br />

11).<br />

5 C. Eun III, III, 34. En esta cita ve Wolfson (op. cit., 397s) la unión por predominio. Cf. C Eun, III, III, 63; Ad Theoph adv<br />

Apol, GNO III, 1, 126, 9-11.<br />

6 En la resurrección pasa a ser inmutable, impasible (véase, p. e., Ad Theoph adv Apol, GNO III, 1, 125, 6-9). Lo que no puede<br />

recibir el padecimiento, opera en el pasible la impasibilidad (Ant adv Apol, 5, PG 45, 1133C, GNO III, 1, 138, 8s). ―La<br />

resurrección es la culminación y a la vez el punto de partida de toda la soteriología y cristología‖ (Kees, op. cit., 116).<br />

7 C. Eunom III, IV, 43. Según C Eun, III, III, 68, como por la mez<strong>cl</strong>a la gota de vinagre, mez<strong>cl</strong>ada con el mar, no conserva su<br />

propiedad. La primicia de la naturaleza humana que fue asumida por la divinidad omnipotente (), está en la divinidad, como<br />

una gota de vinagre mez<strong>cl</strong>ada con un mar sin límite, pero no con sus propiedades especiales. Porque si se reconociera en la<br />

inefable divinidad <strong>del</strong> Hijo alguna naturaleza heterogénea con marcas distintivas propias, de modo que una fuese débil o<br />

pequeña, o corruptible, o temporal, y otra poderosa y grande y incorruptible y eterna, habría que suponer consecuentemente la<br />

dualidad de hijos. Puesto que, habiendo sido transformado en las propiedades de la divinidad todo el conjunto que se considera<br />

en lo mortal, en nada se capta la diferencia (Ad Theoph adv Apol, GNO III, 1, 126, 17-127, 7). Si alguien arroja una gota de<br />

vinagre en el mar, la gota se hace mar, transformada en cualidad marina… La carne, que es carne por propia naturaleza,<br />

transmutada en el mar de la inmortalidad (conforme dice el Apóstol que lo mortal ha sido absorbido por la vida), junto con todo<br />

lo que entonces apareció según la carne, ha sido cambiada en naturaleza divina e incorruptible ( ). No permanece ni<br />

peso, ni forma, ni color, ni dureza, ni blandura, ni circunscripción según cantidad, ni nada de lo que entonces se observaba,<br />

habiendo la mez<strong>cl</strong>a con lo divino elevado (<br />

) la humildad de la naturaleza carnal a propiedades divinas (Ant adv<br />

Apol, 42, PG 45, 1221Ds, GNO III, 1, 201, 10-24). Ni el hombre (en Cristo) existió antes (de su nacimiento) de la Virgen, ni<br />

después de su ascensión a los cielos está la carne todavía en sus propiedades (Ant adv Apol, 53, PG 45, 1255B, GNO III, 1 222,<br />

27-29). La naturaleza humana de Jesús fue cambiada en mejor: de perecible a estable, de temporaria a eterna, de corporal y<br />

configurada a incorporal y sin forma (<br />

) (Ant adv Apol, 53, PG 45, 1253Bs, GNO III, 1, 223, 8-10; cf. C. Eun, III,<br />

3, 68). Puede verse Kees, op. cit., 282ss. Dice este autor (Ib., 288): ―Porque la naturaleza humana de Cristo fue divinizada, todo<br />

lo corporal va a ser transformado. De la divinización de la naturaleza de todo hombre no habla Gregorio de Nisa, en<br />

contraposición a Gregorio de Nacianzo. El habla de la transformación, de la asimilación a Dios. Los hombres pueden, mediante<br />

la fe y el bautismo, participar en la divinización <strong>del</strong> hombre en Cristo. Lo que sucedió plena y definitivamente en Cristo, por la<br />

96


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

corporal. 1 Su humanidad, según Grillmeier, corre el riesgo de desaparecer. 2 Ante este peligro,<br />

tiende a postular una cierta independencia para la naturaleza humana. El Niseno piensa la unión<br />

en el plano de las naturalezas. Según Pottier, la naturaleza humana de Cristo es<br />

superelevada, no suprimida, en la resurrección. 3<br />

Con<strong>cl</strong>uye Bouchet 4 su estudio sobre el vocabulario de unión y la relación entre las<br />

naturalezas: 1) Gregorio afirma fuertemente una transformación pascual de la naturaleza humana<br />

en Cristo de tipo mez<strong>cl</strong>a según predominio, pero sin confusión; 2) Esta<br />

no se realiza<br />

en el momento de la Encarnación sino en el de la Pascua 5 ; 3) La<br />

es la obra de Dios;<br />

4) Por su mez<strong>cl</strong>a con la naturaleza divina, la naturaleza humana de Cristo es, pues, transformada<br />

y llega a ser primicias de nuestra divinización, de la humanidad nueva. 6 Según Bausenhart 1 ,<br />

estrecha y natural unión de Dios y <strong>del</strong> hombre, aguarda a todos los otros hombres, en cuanto participación como proceso infinito:<br />

asemejarse a Dios‖.<br />

En Ad Theoph adv Apol esta absorción es el argumento para desmentir que algunos católicos acepten dos hijos (natural y por<br />

adopción), como le achacan los apolinaristas. Comenta Grillmeier: "al quedar sólo propiedades divinas en Cristo (es decir, en su<br />

humanidad), no hay razón alguna para hablar de dos hijos... Su gloria y su poder se manifestaron después de su pasión" (op. cit.,<br />

546).<br />

Para el período de abajamiento, Gregorio recurre a la teoría <strong>del</strong> intercambio de nombres: En virtud de la unión exacta ( )<br />

entre la carne asumida y la divinidad asumente, los nombres se intercambian, de tal modo que lo humano sea nombrado mediante<br />

lo divino, y lo divino mediante lo humano. Por eso, el crucificado es llamado Señor de la gloria por Pablo, y el adorado por toda<br />

creatura celeste, terrestre y de debajo de la tierra, es llamado Jesús (Ad Theoph adv Apol, GNO III, 1, 127, 15-128, 3. Véase, p. e.<br />

In Christi resurrect, V, PG 46, 688As. Hay un dominio absoluto <strong>del</strong> Logos sobre el cuerpo de Cristo y sus apetencias (De<br />

Beatitudinibus, 4, PG 44, 1237A). La santa Virgen no es llamada sino (p. e., Ep 3, 24, 202s, PG 46,<br />

1024A; In Christi resurrect, V, PG 46, 688C). Bouchet (Le vocabulaire, 579s; cf. Ib., 537s), respecto a la comunicación de<br />

idiomas, distingue un tiempo de la kénosis y otro de la glorificación (resurrección), divinización de la forma de siervo. R.<br />

Schwager (Zur „physischen Erlösungslehre‟ Gregors von Nyssa, ZKTh 104(1982)1-24, p. 13s) ve influencia estoica en el cambio<br />

de propiedades <strong>del</strong> resucitado. ―Esta argumentación de Gregorio muestra que la composición entre la esencia general y las<br />

propiedades individuales, así la piensa él, que ella en Cristo puede ser realmente separada y substituida por la composición con las<br />

propiedades divinas‖ (Ib., 13).<br />

1 Ant adv Apoll, 57, PG 45, 1261C-1265B, GNO 228, 18-230, 30; 59, PG 45, 1268D, GNO III, 1, 233, 3s. Véase Ant adv Apoll.,<br />

GNO III, 1, 222, 25-27.?<br />

2 Cf. p. e. F. Heinzer, Gottes Sohn als Mensch. Die Struktur des Menschseins Christi bei Maximus Confessor (Paradosis, 26),<br />

Freiburg (Schweiz) 1980, p 61ss.<br />

3 Op. cit. 242, Cf. Ib., 241-260. De<strong>cl</strong>ara este autor: "la unión de Dios y el hombre en Jesús no es perfecta sino en la resurrección.<br />

Ciertamente la divinidad está presente desde el origen, pero la humanidad es la que no está toda entera, porque el alma y el cuerpo<br />

deben crecer concertadamente <strong>hasta</strong> la experiencia de la muerte, que forma parte de la vida humana y completa la humanidad. Sin<br />

ella, el hombre no puede decir que se conoce y su mismo ser permanece incompleto. La resurrección de Cristo significa la<br />

extensión de la unión divina a la totalidad de la humanidad <strong>del</strong> Verbo encarnado. Este acontecimiento no cambia nada en Dios,<br />

sino que opera al interior de la economía y afecta radicalmente todo el hombre y a todo hombre. La cristología es ciertamente el<br />

fundamento de la antropología cristiana" (Ib., 407). "Nosotros ya hemos establecido que la cristología de Gregorio es de tipo<br />

Lógos-ánthropos en cuanto al pensamiento, aun cuando en la expresión su perspectiva sea a veces 'falseada en parte por el<br />

esquema logos-carne', que él ha heredado y <strong>del</strong> no se deshace sino lentamente. ...Su opción es, sin embargo, capital: ella hace<br />

justicia a la teología antioquena al interior de la herencia alejandrina, predominante entre los Capadocios" (Ib., 302). Bouchet (Le<br />

vocabulaire, 541) cree que Gregorio ha descubierto y utiliza el esquema Verbo-hombre por razones dogmática y polémicas; sin<br />

embargo, es dependiente, en el plano de una visión más profunda <strong>del</strong> misterio, <strong>del</strong> esquema Verbo-carne. Jesús nace para morir<br />

(Bouchet, La vision, 629s). Según Studer (Soteriologíe, 140), ―la asunción de la humanidad en el nacimiento desde María sólo<br />

acontece fundamentalmente. Sólo en lo siguiente, en toda la vida de Jesús y, ante todo, en su resurrección y ascensión es realizada<br />

completamente‖.<br />

4 Le vocabulaire, 572s.<br />

5 La humanidad pasa a ser otra cosa, sobreelevada por su exaltación a lo divino. Llega a ser Cristo y Señor.<br />

6 ―Y no es porque el Verbo se hizo carne, maldición y pecado por nosotros, que él permanece siéndolo después de su vuelta al<br />

Padre‖ (Ib., 575).<br />

Según este mismo autor (Ib., 580s), su estudio sobre el vocabulario de mez<strong>cl</strong>a lava a Gregorio de toda sospecha tanto de<br />

monofisismo como de dualismo. Con todo, se encuentran en él unas 40 expresiones inquietantes, la mayoría aparentemente muy<br />

97


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

Gregorio de Nisa trata de escaparse <strong>del</strong> problema cristológico en que lo coloca la definición de<br />

mediante las propiedades, haciendo menos concreta la naturaleza humana de Cristo.<br />

Igual que los otros capadocios, Gregorio no aplica los términos <strong>trinitario</strong>s a lo cristológico. Así, a<br />

la humanidad de Cristo se le reconoce un cierto<br />

2 propio. Todo lo que existe es dádiva<br />

de Cristo, quien va creciendo en el bautizado. La relación entre el alma y Cristo es descrita con<br />

colorido de mística nupcial. 3 Respecto a los nombres de Cristo, nos dice Bouchet que durante la<br />

economía, ningún otro, ni siquiera el de „luz‟, tiene tanto relieve en la obra de Gregorio, como el<br />

de „médico‟. 4<br />

dualista. Pero, ―dado que ningún dualismo es concebible en el conjunto general <strong>del</strong> pensamiento de Gregorio, y sobre todo que la<br />

debilidad de su sistema viene de una antropología que no llega a distinguir suficientemente, en la humanidad, la naturaleza<br />

universal o abstractamente tomada, de los individuos singulares, parece que estas expresiones tenían por primera finalidad marcar<br />

bien que Cristo posee una naturaleza singular. …Estas expresiones, contrariamente a lo que pensaba Harnack, prueban que<br />

Gregorio de Nisa jamás creyó en una encarnación de Cristo en la naturaleza humana colectiva, sino que él cree en la encarnación<br />

<strong>del</strong> Verbo en una humanidad singular, que su vocabulario y su cultura no le permiten significar de otra forma que por ‗el hombre<br />

según Cristo‘, ‗el hombre de Dios‘‖. Cf. In Christi resurrect, I, PG 46, 617A; Ref Conf Fidei Eun, 175, GNO II, 386, 8; De perf<br />

christ forma, PG 46, 277C; Adv Apol, GNO III, 1, 161, 13; 231, 14. La cristología de Gregorio peca por una antropología<br />

platonizante. ―El vocabulario cristológico de Gregorio de Nisa, a menudo mal interpretado, permite, cuando se lo recoloca en su<br />

verdadero contexto, captar bien el dinamismo <strong>del</strong> misterio y de la salvación‖ (Ib., 582).<br />

1 Op. cit., 43.<br />

2 Cf. Ant adv Ap 2, PG45, 1128A, GNO III, 1, 133, 12; Ib. 13, PG45,1149A, GNO III, 1, 148, 29, etc. Véase Ib., 54, PG 45,<br />

1256B, GNO III, 1, 223, 31, señalado por algunos. Según Stramara (op. cit., 673s), ―la cristología de Gregorio muestra la tensión<br />

dinámica entre dos , uno humano y otro divino, que confluyen en un solo , el Logos que contiene al Jesús<br />

humano dentro de él. Según Bouchet (Le vocabulaire, 550), le aplicaría<br />

para que sea la unión con un singular, y no<br />

con toda la humanidad. Pero Gregorio insiste en que es ―el mismo". La divinidad, uniéndose íntimamente (<br />

)con la<br />

naturaleza humana, y se hace esto, pero permanece lo que es (Or Cat, 24, GNO III, 4, p. 62, 2s).<br />

3 Cf. In Cant. Según L. F. Mateo-Seco (La cristología <strong>del</strong> In Canticum Canticorum de Gregorio de Nisa, p. 189, en Klock,<br />

Studien zu Gregor von Nyssa und der christlichen Spätantike (Supplements to Vigiliae Christianae, 12), Leiden 1990, pp. 173-<br />

190), ―La cristología contenida en estas homilías (In Cant) es verdaderamente importante para entenderlas, ya que toda la doctrina<br />

mística de la unión con Cristo se encuentra cimentada en su carácter de Mediador, y la naturaleza de esta mediación se encuentra<br />

en estrecha dependencia de la radicalidad con que en Cristo se unen dos abismos –lo creado y lo increado- siendo, pues,<br />

consubstancial al Padre en cuanto Dios y consubstancial a la esposa en cuanto hombre‖.<br />

4 La vision, 643. Y agrega: ―Otras designaciones, que son menos frecuentes, merecen, sin embargo, una mención: Crucificado, <strong>del</strong><br />

que Gregorio hace un substantivo, Redentor, Redención, Reformador o restablecedor ( ), Liberador, Rectitud por la que<br />

es rectificado todo lo que estaba desviado, Camino para los perdidos, Pastor, Santificación, Defensor (literal: co-combatiente),<br />

nuestra Pascua y nuestro Sumo Sacerdote, significan su misión. Otros nombres manifiestan sobre todo los efectos de ella: Paz,<br />

Pureza, Corifeo de la incorruptibilidad, Primicias de la creación nueva, etc.‖<br />

Si nos fijamos ahora en Hilario de Poitiers (†367), siguiendo a Grillmeier (Jesus...I, 580-588), por un lado afirma Hilario el alma<br />

de Cristo y sus sufrimientos (para responder a la objeción arriana contra la divinidad <strong>del</strong> Logos), pero a la vez disminuye los<br />

rasgos humanos de Cristo (sólo sufre por milagro) glorificándolo para evitar la misma objeción o contra el "simple hombre" de<br />

Fotino. Cristo, al final cuando entregue el reino al Padre, junto a ser totus homo, será totus Deus. Este autor se mueve en un<br />

esquema Logos-homo assumptus destacando la unidad de Cristo como mez<strong>cl</strong>a de lo divino y lo humano, al nivel de las<br />

naturalezas. Sobre el distinguir lo que se dice según el hombre y según Dios, cf. De Trin IX,6,1-19, PL 10, 285, CChL 62A, p.<br />

376s; Ib., X, 67, 22-33, PL 10, 395B, CChL 62A, p. 522s. Según Studer (Gott..., 151ss), Hilario tiene una teología de la gloria.<br />

"Este tránsito a la gloria eterna sólo es posible porque Cristo, Hijo engendrado por Dios, en la gloria, desde la eternidad,<br />

renunciando a la gloria se hizo hombre para de nuevo volver a la gloria de Dios" (Ib., 151). Véase Tract Ps 138, 19, PL 9, 802BC,<br />

CSEL 22, p. 757, 22-758, 6; De Trin IX, 41, 40-51, PL 10, 314B-315A, CChL 62A, p. 417s; Ib., IX, 54, 31-38, PL 10, 325,<br />

CChL 62A, p. 433; Ib. 55, 32-37, PL 10 326B-327A, CChL 62A, p. 435; Ib., 11, 40, 1-21, CChL 62A, p. 567s; Ib., 11, 42, 1-32,<br />

CChL 62A, p. 569s. La Iglesia es el cuerpo glorioso de Cristo, que culminará en la vida eterna. Esta historia dinámica tiene tres<br />

momentos: el nacimiento eterno, la Encarnación y la resurrección. "La perfección de la asunción hay que verla, por el contrario, en<br />

la glorificación de la resurrección y en la glorificación definitiva al fin de los tiempos" (Soteriologie..., 133). "Esta enseñanza de<br />

salvación, en cuyo aspecto central está la asunción de la carne en sentido pleno como exaltación gloriosa <strong>del</strong> Cristo total (totius<br />

Chisti), es fundamentalmente una prolongación de la enseñanza de Ireneo y Tertuliano sobre la salvación de la carne (Ib., 135). Al<br />

98


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

12.- Fe y enseñanza trinitaria en San Agustín (354-430)<br />

1) Introducción<br />

La búsqueda de Dios 1 por Agustín es existencial y conmovedora. 2 Señor, tú eres grande y<br />

muy laudable... y alabarte quiere el hombre, una porción de tu creación. Y el hombre que<br />

lleva consigo su mortalidad, que lleva consigo el testimonio de su pecado, el testimonio de<br />

que resistes a los soberbios, sin embargo, ese hombre quiere alabarte, esa porción de tu<br />

creación. Tú lo excitas a que se <strong>del</strong>eite en alabarte, porque tú nos hiciste para ti y nuestro<br />

corazón está inquieto <strong>hasta</strong> que descanse en ti... ¡Que te busque, Señor, invocándote; y<br />

que te invoque, creyendo en ti! 3 ¿Quién me dará el reposar en ti? ¿Quién me dará el que<br />

vengas a mi corazón y lo embriagues para que olvide mis males y te abrace a ti, mi único<br />

bien?... Dime, por misericordia, Señor Dios mío, ¿quién eres para mí? Di a mi alma: yo soy<br />

tu salvación... Correré detrás de esta palabra y te asiré. No me escondas tu rostro. Muera,<br />

no sea que muera, para ver tu rostro. 4 Señor, yo no dudo de que te ame; por el contrario,<br />

en mi conciencia, estoy cierto de ello. Tú golpeaste mi corazón con tu palabra, y te amo.<br />

Por lo demás, el cielo y la tierra, y todo lo que en ellos existe, he aquí que me dicen, por<br />

todas partes, que te ame... 5 Yo he interrogado la tierra, y ella me dijo: yo no soy... Y dije a<br />

todos los que rodean las puertas de mi carne: habladme de mi Dios, (ya) que vosotros no<br />

lo sois; decidme algo de él. Y ellos ex<strong>cl</strong>amaron con gran voz: él nos hizo. 6<br />

asumir la naturaleza humana, asume a todos los hombres (Tract Ps 51, 17, PL 9, 518AB). "La cristología de Hilario ya ofrece<br />

también una serie de características, que reencontraremos en Agustín: la orientación contra Fotino, la antigua fórmula unus atque<br />

idem, la teología de los dos nacimientos, la doble consubstancialidad, las dos 'formas'. El destacar a Jn 1, 14 Verbum caro factum<br />

est, donde caro es sinónimo con homo expresa un hombre perfecto con cuerpo y alma. Y, finalmente, ya trata Hilario de encontrar<br />

un término técnico para la unidad de Cristo: eadem res, junto con una serie de otras fórmulas tradicionales de unidad" (Drobner,<br />

op. cit., 206).<br />

1 Dios es inefable y nos es más fácil decir lo que no es que lo que es (cf. p. e. De ordine II, 16 (44), 15s, PL 32, 1015,<br />

CChL 29, p. 131; Enarr Ps 85, 12, 21-36, PL 37, 1090, CChL 39, p. 1186). Respecto a la teología negativa, cf., p. e.,<br />

De Trin V (1s), 1,1-13.44-46, PL 42, 911s, CChL 50, p. 206s Ep 169, 2, 6, PL 33, 744s, CSEL 44, p. 615, 15- 616, 19.<br />

Si lo comprendes, no es Dios (Sermo 117, 3, 5, PL 38, 663; Cf. Sermo 52, 6, 16, PL 38, 360; Enar Ps 144, 6, 1-8, PL<br />

37, 1872, CChL 40, 2091). Pero Dios es experimentable. Dios, sobre quien no hay nada, fuera de quien nada, sin el<br />

cual nada existe (Sol 1, 1, 4, PL 32, 871). Dios es el verdadero ser; se identifica con el ser inconmutable (Sermo 6 (4),<br />

72-78, PL 38, 61, CChL 41, p. 64;Ib. 7 (7), 156-167, PL 38, 66, CChL 41, p. 75; De mor ec<strong>cl</strong> I, 14, PL 32, 1321; De<br />

vera rel 18 (35) 1-5, PL 34, 137, CChL 32, p. 208; Doctr Chr I, 32 (35), 6-10, PL 34, 32, CChL 32, p. 26; Enar Ps 101<br />

II, 10, 11-53, PL 37, 1310s, CChL 40, p. 1444s; Ib. 121, 5, 4-22, PL 37, 1622, CChL 40, p. 1805; De Trin V, 2 (3), 1-<br />

17, PL 42, 912, CChL 50, p. 207s; Ib., VII, 5 (10), 16-22, PL 42, 942, CChL 50, 261, etc.; en todos estos textos utiliza<br />

Ex 3, 14). Cf. Conf VII, 11 (17). 1-7. PL 32, 742, CChL 27, p. 104; De civ Dei XI, 10, 1s, PL 41, 325, CChL 48, p.<br />

330. Dios posee todas las perfecciones <strong>del</strong> espíritu humano en sumo grado y pureza (cf. p. e. De Trin V, 1 (2), 37-44,<br />

PL 42, 912, CChL 50, p. 207). Sobre la existencia y esencia de Dios, puede verse, M. Schmaus, Die psychologische<br />

Trinitätslehre des heiligen Augustinus (Münsterische Beiträge zur Theologie, 11), 2a ed., Münster 1967, pp. 77-100.<br />

2 Deseo conocer a Dios y al alma. ¿Nada más? Absolutamente nada más (Sol I, 2, 7, PL 32, 872, CSEL 89, p. 11, 15-<br />

17; cf. Ib. II, 1, 1, PL 32, 885, CSEL 89, p. 45, 11; véase Gregorio de Nacianzo, Orat 2, 7). Según Schmaus (op. cit.,<br />

1s), "el más íntimo conocimiento de sí mismo, como antes de él ya postulaba Plotino, es el camino para el más rico y<br />

profundo conocimiento de Dios."<br />

3 Conf I,1 (1), 1-15, PL 32, 659-661, CChL 27, p. 1.<br />

4 Conf I,5 (5), 1-11, PL 32, 663, CChL 27, p. 3.<br />

5 Conf X,6 (8), 1-3, PL 32, 782, CChL 27, p. 158.<br />

6 Conf X,6 (9), 22-30, PL 32, 783, CChL 27, p. 159. Cf. Ib., I,4 (4), 13-17, PL 32, 663, CChL 37, p. 3s; Solil I,1,2-6,<br />

PL 32, 869-872; Enarrat in Ps 85, (8) 12,23-36, CChL 39, p. 1186; Sermo 141, 2. PL 38, 776. Agustín nos hace<br />

conocer la siguiente experiencia en la cercanía de su conversión: Y advertido (por ciertos libros de los platónicos) de<br />

volver a mí mismo., yo entré en mi intimidad bajo tu conducción. Y pude hacerlo porque tú te hiciste mi ayudador.<br />

99


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

Aproximaciones diferentes. Es la gran influencia para la Edad Media. Su De Trinitate es<br />

una obra cumbre. Según una concepción bastante común 1 , Agustín parte de la única<br />

esencia y desde ahí se despliega la Trinidad de las personas divinas. 2 Su acento principal<br />

recae sobre la esencia una: Deus trinus, Deus Trinitas. 3 Detrás de esto está la filosofía<br />

neoplatónica con su enseñanza sobre la unidad. Así vacia la dinámica de la historia de<br />

salvación. Es estático. La esencia es considerada no en su intercambio vital sino en su ser<br />

intradivino. Parece no tener cabida lo que la Escritura atribuye a cada persona. Aunque<br />

hable siempre <strong>del</strong> Verbo <strong>del</strong> Padre hecho hombre y <strong>del</strong> Espíritu Santo santificador, sin<br />

embargo, su enseñanza es connotada como metafísica psicológica. Además de partir de<br />

la esencia, tiene la doctrina de las relaciones y las analogías tomadas de la vida <strong>del</strong><br />

espíritu humano. Se lo aprecia como sistema, pero hipoteca un poco la fe. Falta economía<br />

de la salvación. 4 La trinidad se separa un poco <strong>del</strong> acontecimiento de Cristo. Se utilizan<br />

Entré y vi con el ojo (cualquiera sea su especie) de mi alma por sobre el mismo ojo de mi alma, por sobre mi mente, la<br />

luz inmutable... Golpeaste la debilidad de mis vista con la vehemencia de tus rayos sobre mí, y temblé de amor y de<br />

horror. Y encontré que estaba lejos de ti, en la región de la desemejanza (Conf VII, 10 (16), 1-5.15-17, Pl 32, 742,<br />

CChL 27, p. 103). Y posteriormente nos relata que en Ostia, apoyado en una ventana que daba al jardín interior,<br />

conversando con su madre Mónica, poco antes de la muerte de ella, sobre la vida y felicidad eternas en presencia de la<br />

Verdad, se fue elevando, con afecto ardiente, por sobre las cosas terrenas y llegó a su propio espíritu (mentes) y lo<br />

trascendió y alcanzó la región de la abundancia inagotable: Y mientras hablamos y aspiramos ávidamente hacia ella<br />

(illi), la alcanzamos un poco en un impulso total <strong>del</strong> corazón, y nosotros hemos suspirado y dejamos ahí atadas las<br />

primicias <strong>del</strong> espíritu y retornamos al estrépito de nuestra voz (Conf IX, 10, 24, 27-30, PL 32, 774, CChL 27, p. 147s;<br />

con rápido pensamiento alcanzamos la eterna sabiduría [Ib., IX, 10, 25, 44s, PL 32, 774, CChL 27, p. 148]). Respecto<br />

a la iluminación en el conocimiento, nos dice, p. e. : Otra cosa, sin embargo, es la misma luz, con la que el alma es<br />

iluminada para que vea todo, que es verdaderamente entendido o en sí o en ella, porque esa luz ya es el mismo Dios.<br />

Pero ésta (el alma) es creatura, que, aunque hecha racional e intelectual a imagen de Dios, cuando se esfuerza por<br />

mirar aquella luz, palpita por su debilidad y se queda corta. De ahí, no obstante, lo que, como puede, entiende. Por lo<br />

tanto, cuando es raptada hacia allá y sustraída a los sentidos carnales, se presenta más expresamente a aquella visión,<br />

no con movimientos locales sino con cierto modo propio, y también ve por sobre sí misma aquello, ayudada por lo cual<br />

ve todo lo que también entiende en sí (De Gen litt XII, 31, 59, PL 34, 479s, CSEL 28, 1, p. 425, 22-p. 426, 5).<br />

1 Cf. p. e. L. Scheffczyk, Lehramtliche Formulierung und Dogmengeschichte der Trinität, pp. 202-205, en Myst Sal II,<br />

pp.146-220.<br />

2 Según Milano (op. cit., 299), "antes (de Agustín), por ejemplo en Tertuliano, en el credo de Nicea, en Basilio, la<br />

divinidad era identificada con el Padre: y de El era que provenían el Hijo y el Espíritu Santo." Más a<strong>del</strong>ante añade (Ib.,<br />

308): "El De Trinitate culmina en la figura de un Dios único que despliega sus relaciones interiores en el conocimiento<br />

y en el amor."<br />

Según W. Geerlings (Christus Exemplum. Studien zur Christologie und Christusverkündigung Augustins [Tübinger<br />

theologische Studien, 13], Mainz 1978, p. e. p. 62s; cf. Ib., 23ss), el punto <strong>cl</strong>ave de la concepción agustiniana sobre<br />

Dios, es la unidad, donde converge lo bíblico y lo platónico (tematiza la simplicidad de Dios). El antimaniqueísmo<br />

influye en esto, lo que se refleja en su teología de la creación. Bajo el impulso de la filosofía platónica, con la unidad de<br />

Dios va íntimamente relacionada la inmutabilidad (incommutabilitas) y la eternidad (p. e. Sermo 6, 3, 4, 72-78,<br />

PL 38, 61, CChL 41, 64). Su acentuación de la unidad engloba también su enseñanza sobre la Trinidad, lo que lo<br />

diferencia de los griegos. La unidad previa a la Trinidad lo lleva a la inseparable operación trinitaria ad extra (toda la<br />

creación tiene la impronta trinitaria, y esta estructura trinitaria es accesible al conocimiento de los paganos). Por eso deja<br />

abierta la pregunta por qué no se encarna otra persona de la Trinidad. La gran armazón sistemática hace perder en fervor<br />

religiosos a la Trinidad agustiniana. También falta una pneumatología agustiniana (en esto es demasiado antropológico).<br />

Agustín es teocéntrico, y desde Dios y la Trinidad se determina el sitio de la cristología.<br />

3 Cf. Oeuvres de Saint Augustin. 15: La trinité (livres I-VII), n. 6: Tableau de textes concernant l'expression Deus-<br />

Trinitas, p. 570.<br />

4 Según O. Du Roy (L'intelligence de la foi en la Trinité selon Saint Augustin. Genèse de sa théologie trinitaire jusqu'en<br />

391 [Etudes Augustiniennes], Paris 1966, pp. 451-454), el cambio que produce Agustín no está tanto en que parta de la<br />

naturaleza divina en vez de las personas, cuanto en invertir el orden entre Trinidad (patria) y economía (camino). Porque<br />

Agustín admite la posibilidad ideal de conocer la Trinidad sin la Encarnación, y concede cierto conocimiento de ella a<br />

100


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

unilateralmente categorías ontológicas, que serán continuadas por la escolástica<br />

robustecida con el ideal científico aristotélico.<br />

Pero, contra la interpretación anterior, otros destacan elementos de historia de salvación y<br />

muestran un poco que las misiones exteriores corresponden a las procesiones, y que la<br />

Iglesia tiene su origen en la Trinidad inmanente. Así Agustín estaría en continuidad con la<br />

teología griega y, como ésta, pensaría lo histórico salvífico. La relación entre Trinidad y<br />

Cristología se nota en que los dos párrafos más profundos sobre la obra salvífica <strong>del</strong> Dioshombre<br />

se encuentran en el De Trinitate (IV,1,3-20,30; XIII,10,13-19,24): el amor eterno<br />

de Dios sólo ha sido revelado en su humildad histórica. 1 Vamos a usar especialmente el<br />

De Trinitate (opus laboriosum), en el que demoró cerca de 20 años, terminándolo en<br />

419/20. 2 No es propiamente un sistema sino que nace <strong>del</strong> esfuerzo vital por acercarse y<br />

formular el misterio <strong>trinitario</strong>.<br />

los filósofos platónicos. "No es la economía de la Redención el punto de partida de este intellectus fidei de la<br />

Trinidad. Es, por el contrario, la economía de la creación y de la iluminación interior <strong>del</strong> espíritu" (Ib., 454). "La<br />

experiencia neoplatónica ha permitido a Agustín encontrar la inteligencia de la fe trinitaria antes de descubrir al Cristo<br />

encarnado y humillado por nuestra salvación" (Ib., 458). "Su intellectus fidei lleva a concebir... en el nivel de<br />

la sensibilidad religiosa y de las representaciones espontáneas, un Dios único, que se piensa y se ama a sí mismo, como<br />

un gran egoísta o un 'gran célibe' (Ib., 463). Una fuerte reacción contra diversas afirmaciones de Du Roy la encontramos<br />

en F. Bourassa, Théologie trinitaire de Saint Augustin, Greg 58(1977)675-725; 59(1978)375-412. A. Schindler<br />

(Augustin, p. 687, TRE IV, 646-698) dice: "pero éste. el lado económico de su enseñanza sobre la Trinidad, está más<br />

débilmente construido que el inmanente y que el cosmológico u ontológico... Agustín, en su época temprana,<br />

reencuentra la Trinidad cristiana prácticamente entre los neoplatónicos, y esto actúa de tal manera <strong>hasta</strong> su última época,<br />

que la entrada a la Trinidad se encuentra menos en la historia de salvación que en el interior <strong>del</strong> hombre... o en la triple<br />

determinación de todo ser..." Respecto al neoplatonismo, cf. M. F. Berrouard, Réussite et échec du Néo-plationisme, en<br />

Bibliothèque Augustinienne 71, pp. 850-852.<br />

1 Studer (Gott..., 212) describe así el profundo cristocentrismo de Agustín: "En todas las fases de su experiencia<br />

religiosa y de su pensamiento teológico, Agustín tiene que referirse a Cristo. En su conversión, él lo descubre como<br />

auctoritas para la fe y como via para el retorno a Dios. En su confrontación con los donatistas aparece la<br />

presencia de Cristo en la Iglesia con toda <strong>cl</strong>aridad. En la controversia pelagiana, que fue lo que más lo desafió<br />

teológicamente, su respuesta de nuevo fue cristológica: Cristo no es sólo exemplum, mo<strong>del</strong>o de vida cristiana, sino<br />

también adiutorium, fuente permanente de la gracia que mana de El. Finalmente, también acontece en la pregunta<br />

por el sentido de los tempora christiana, a que la historia de entonces lo obligó, que la única respuesta válida de<br />

la fe cristiana es con Cristo, único mediador entre Dios y los hombres." Según este mismo autor (Gratia Christi-Gratia<br />

Dei bei Augustinus von Hippo. Christozentrismus oder Theozentrismus? [Studia Ephemeridis "Augustinianum", 40],<br />

Roma 1993, pp. 281-287; cf. Ib. 114-119), Cristo lo es todo para Agustín (cf. Ib., 281-287). Así "por Cristo hombre a<br />

Cristo Dios" sintetiza la cristología de Agustín. Pero en Dios, el Padre, está el comienzo y fin de este por Cristo a Dios.<br />

La gracia de Cristo revela las profundidades de la gracia de Dios. Y detrás <strong>del</strong> teocentrismo agustiniano está la Trinidad.<br />

No se puede decir que su teología parta de la unidad de Dios, y no de la Trinidad como en los griegos. Studer destaca la<br />

tensión entre la inmutabilidad de Dios y el Dios para nosotros, Señor y Padre (Ib., 266-276). "Como para el autor <strong>del</strong><br />

relato sobre la aparición de Dios en el Horeb, Dios era para Agustín a la vez revelado y ocultado. Desde el<br />

neoplatonismo concibe a Dios como todo luminosidad, como el ser verdadero y luminoso. En la perspectiva maniquea, y<br />

aún más en la antipelagiana, por el contrario, experimenta a Dios como la tiniebla temible e incomprensible. Con todo,<br />

en esta visión negativa, capta el que Dios finalmente manifiesta lo más íntimo de su ser recién en el abajamiento de la<br />

cruz de Cristo; recién en su humildad certifica plenamente que El es el amor. La muerte de Jesús era para Agustín la<br />

prueba golpeante que detrás <strong>del</strong> impenetrable misterio de la irretractable voluntad de Dios, estaba que Dios es amor"<br />

(Ib., 279).<br />

2 I-IV: la fe en la Trinidad según la enseñanza de la Iglesia y el testimonio de la Escritura. V-VIII: trata de a<strong>cl</strong>arar el<br />

<strong>dogma</strong>. IX-XV: a<strong>cl</strong>aración con analogías creadas. Tiene muchos excursos.<br />

101


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

La fe de la iglesia como punto de partida. Cuantos intérpretes católicos 1 de los libros<br />

divinos <strong>del</strong> Antiguo y <strong>del</strong> Nuevo Testamento he podido leer, que escribieron antes que yo<br />

sobre la Trinidad, que es Dios, pretendieron enseñar, según las Escrituras, que el Padre y<br />

el Hijo y el Espíritu Santo, con su inseparable igualdad de una única substancia, insinúan<br />

la unidad divina . Por lo tanto, no son tres dioses sino un solo Dios, aunque el Padre<br />

engendre al Hijo y, por consiguiente, el Hijo no sea el que es Padre; y el Hijo sea<br />

engendrado por el Padre y, por consiguiente, el Padre no sea el que es Hijo; y el Espíritu<br />

Santo no sea ni Padre ni Hijo, sino sólo Espíritu <strong>del</strong> Padre y <strong>del</strong> Hijo, coigual al Padre y al<br />

Hijo y perteneciente a la unidad de la Trinidad.. 2 Expone la fe de Nicea, pero en forma<br />

antisabeliana. En la historia de la salvación sólo el Hijo se encarnó, sólo el Espíritu Santo<br />

vino en el bautismo de Jesús y en Pentecostés. Sólo el Padre 3 habló en el bautismo de<br />

Jesús. Pero los tres son los que inseparablemente operan. 4 Quiere atraer a los herejes a<br />

la regla de fe de la Iglesia. Desde ella se muestra autocrítico respecto a lo que<br />

dice.Tratándose de Dios, el pensamiento es más verdadero que la palabra, y la realidad<br />

que el pensamiento. 5 Termina pidiendo perdón 6 y acentuando su teología negativa.<br />

1 Según Courth (p.194), sólo cita a Hilario. Habría conocido a Tertuliano, Ambrosio y limitadamente a Mario Victorino,<br />

y entre los griegos a Ireneo, Orígenes, Atanasio, Basilio, ciertamente a Gregorio de Nacianzo y probablemente a<br />

Gregorio de Nisa y Dídimo. No cita expresamente los credos de Nicea y Constantinopla, pero es su abogado.<br />

2 De Trin I (7), 4,1-11, PL 42, 824, CChL 50, p. 34s.<br />

3 No es porque se haya podido hacer la voz [Jn 12,28] sin la cooperación (opere) <strong>del</strong> Hijo y <strong>del</strong> Espíritu Santo (pues<br />

la Trinidad opera inseparablemente) sino porque se hizo esa voz que mostraba la persona sólo <strong>del</strong> Padre, como aquella<br />

forma humana de la Virgen María la obró la Trinidad, pero sólo es la persona <strong>del</strong> Hijo. Porque la Trinidad invisible<br />

obró la persona visible sólo <strong>del</strong> Hijo (De Trin II (18) 10,71-76, PL 42, 857, CChL 50, 104; cf. Ib., IV (30), 21, 7-<br />

10.28-35, PL 42, 909s, CChL 50, p. 202s).<br />

4 De los que no es sólo la una y misma substancia sino también la una y misma operación, mediante (per) la propia,<br />

una y misma, substancia (C. Faust XV, 6, PL 42, 308). Cf. p. e., De Trin I, 12 (25), 56s, PL 42, 838, CChL 50, p. 64;<br />

V, 14 (15), 33-37, PL 42, 921, CChL 50, p. 223. Padre e Hijo y Espíritu Santo, como son inseparables, así también<br />

operan inseparablemente. Esta es mi fe, puesto que ésta es la fe de la Iglesia (De Trin I (7), 4, 22-5, 1, PL 42,<br />

824CChL 50, p. 36). Cf. p. e., Sermo 52, PL 38, 355-364; Sermo 213, 6, PL 38, 1063; In Joh 20, 3, 18-33, PL 35,<br />

1557s, CChL 36, p. 204; Ib. 20, 9, 12-21, PL 35, 1561, CChL 36, p. 208; Ib. 95, 1, 34-37, PL 35, 1871, CChL 36, p.<br />

565; Ib. 110, 3, 16-34, PL 35, 1921s, CChL 36, p. 624; C. serm ar 15, PL 42, 694; Ep 11,2, PL 33, 75, CSEL 34, p. 26,<br />

12-22. Respecto a la única operación ad extra, puede verse Schmaus, op. cit., 151ss.<br />

Más de una vez Agustín expresa la unidad mediante el concepto de circumincesión. Por lo tanto está el Padre en el<br />

Hijo y el Hijo en el Padre de manera que son uno, porque son de una misma substancia (In Joh 110, 1, 16s, PL 35,<br />

1920, CChL 36, p. 622; cf. De Trin VI, 7 (9), 10-14, PL 42, 929, CChL 50, p. 237s; Ib. VI, 10 (12), 54-56, PL 42, 932,<br />

CChL 50, p. 243). Respecto a la circumincesión en Hilario, afirma Courth (op. cit., 151): "El mutuo compenetrarse <strong>del</strong><br />

Padre y <strong>del</strong> Hijo de tal forma que estén totalmente el uno en el otro, es para Hilario el fundamento propio para unir la fe<br />

bíblica de la unidad y unicidad de Dios con la confesión de la subsistencia (Eigenstand) personal que dintingue." Cf.<br />

In Mt 12,17, PL 9,989BC; Ib., 16,4, PL 9,1008Ds. Y más a<strong>del</strong>ante (Ib., 157) agrega: "Hilario profundiza la doctrina<br />

alejandrina sobre la generación eterna con pensamientos sobre la mutua inhabitación <strong>del</strong> Padre, Hijo y Espíritu Santo,<br />

que preparan la doctrina posterior de la pericóresis." Respecto al Espíritu, opina Milano (op. cit., 274): "En resumen,<br />

Hilario considera al Espíritu Santo únicamente en el plano de la economía y no en el de la teología." Véase Mario<br />

Victorino, Adv Ar I, 16, 26, SC 68, 224 (omnes in alternis exsistentes).<br />

5 De Trin VII (7), 4,1s, PL 42, 939, CChL 50, p. 255. Cf. Ib. , VIII (3), 2,13-16, Pl 42, 948, CChL 50, p. 270. He aquí<br />

cómo ya puede tener a Dios por más conocido que al hermano, ciertamente más conocido porque más presente, más<br />

conocido porque más interior, más conocido porque más cierto (De Trin VIII (12), 8,3-6, PL 42, 957, CChL 50, p.<br />

286).<br />

6 Dirigiendo mi intención hacia esta regla de la fe, te he buscado en cuanto pude, en cuanto me hiciste poder, y deseé<br />

ver con mi inteligencia lo que creía, y disputé mucho y me fatigué. Señor Dios mío, mi única esperanza, escúchame,<br />

para que no suceda que cansado no quiera buscarte sino que siempre busque tu rostro con ardor. Da fuerzas para<br />

buscar al que hiciste que te encontrara y le diste esperanza de encontrarte más y más. Ante ti está mi firmeza y mi<br />

debilidad: conserva aquella y sana ésta. Delante de ti está mi ciencia y mi ignorancia: cuando me abres, recibe al que<br />

102


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

Finalidad <strong>del</strong> tratado. Es apologético contra sabelianos y más aun contra arrianos. Dar<br />

razón de que la Trinidad sea un solo y verdadero Dios y de cuán rectamente se dice, cree<br />

y entiende que Padre e Hijo y Espíritu Santo son de una misma substancia o esencia. 1<br />

Busca el camino entre los dos extremos. 2 También tiene una perspectiva pastoral al<br />

responder las preguntas que se hacen sus fieles. 3 Junto con los dos aspectos anteriores<br />

hay también una búsqueda teológica formal: penetrar espiritualmente en la fe recibida<br />

para dar alas a la búsqueda y al amor de Dios. 4 En cuanto puede, trata de entender al<br />

Dios revelado y así ayudar a los creyentes a crecer en el amor. La filosofía señala que el<br />

alma debe volver a Dios, pero sin fe en el mediador no se consigue el conocimiento<br />

verdadero. 5 Agustín quiere comenzar por el Cristo terreno y, desde él y con él, poder mirar<br />

la verdad de Dios. Nuestra ciencia es Cristo; nuestra sabiduría también es el mismo Cristo.<br />

El implanta en nosotros la fe respecto a las realidades temporales; El nos manifiesta la<br />

verdad sobre las eternas. Por él proseguimos hacia El; nos dirigimos por la ciencia a la<br />

sabiduría; pero <strong>del</strong> uno y mismo Cristo no nos apartamos, en quien se hallan escondidos<br />

entra; cuando me cierras, abre al que golpea. Que me acuerde de ti, que te entienda, que te ame. Aumenta esto en mí<br />

<strong>hasta</strong> que me reformes completamente. (De Trin XV (51), 28,12-23, PL 42, 1098, CChL 50A, p. 534).<br />

1 Cf. De Trin I (4), 2,3-6, PL 42, 822, CChL 50, p. 31. A lo largo de toda la obra insiste mucho en la igualdad entre el<br />

Hijo y el Padre. Ruega en cuanto es menor que el Padre; en cuanto es igual, escucha junto con el Padre (De Trin<br />

I,(21), 10,70s, PL 42, 835, CChL 50, p. 59). Presenta como regla canónica (tomada de las Escrituras y de los<br />

doctores):...Hijo de Dios e igual al Padre según la forma de Dios, en la que es, y menor que el Padre según la forma de<br />

siervo que recibió, en la que fue hallado inferior, no sólo respecto al Padre y también al Espíritu Santo... sino también<br />

menor respecto a sí mismo (De Trin II (2), 1,5-8, PL 42, 845, CChL 50, p. 81; cf. De div quaest LXXXIII, 69 (1), 12-16<br />

PL 40, 74, CChL 44A, p. 184). Así no se puede aplicar a la substancia antes de la Encarnación, lo que está dicho de<br />

Cristo Jesús en cuanto hombre, sino que hay que distinguirlo (Ib. I (22s), 11,1-34, PL 42, 836, CChL 50, p. 60s). Es,<br />

por tanto, el Hijo de Dios igual al Padre por naturaleza, pero menor por estado (habitu) (Ib. , I (14), 7,35s, PL 42,<br />

829, CChL 50, p. 46). Pues por la forma de siervo fue crucificado; sin embargo, el Señor de la gloria fue crucificado.<br />

Porque tal era esta asunción que hacía a Dios hombre y al hombre Dios. Con la ayuda <strong>del</strong> Señor, el prudente, diligente<br />

y piadoso lector entiende lo que se dice a causa de algo (quid propter quid) y lo que se dice según qué (quid<br />

secundum quid)[relativamente]... Así como decimos que juzga según aquello que es Dios, esto es por poder divino<br />

y no humano, sin embargo, el mismo hombre juzgará, así como el Señor de la gloria fue crucificado (Ib., I (28), 13,5-<br />

9.14-16, PL 42, 840, CChL 50, p. 69). Cf. De Trin., I (14), 7,44-46, PL 42, 829, CChL 50, p. 46; Ep 187,3,8s, PL<br />

33,835, CSEL 57, p. 87,15-89,5. Por esto también el mismo Señor Jesús no sólo dio el Espíritu Santo como Dios, sino<br />

también lo recibió como hombre, por eso fue llamado lleno de gracia (De Trin XV (46), 26,45-47.69-72, PL 42,<br />

1093sCChL 50A, p. 526s). Fue ungido por el Espíritu en la encarnación (cf. De Trin XV (46), 26,54.60, PL 42, 1093s,<br />

CChL 50A, p. 526s).<br />

Opina A. Verwilghen (Christologie et spiritualité selon saint Augustin. L'hymne au Philippiens [Théologie Historique,<br />

72], Paris 1985, p. 469): "Después de la lectura y meditación de las epístolas paulinas, Agustín privilegia la perícopa Flp<br />

2,5-11, porque ella le parece lo más adaptado a su doctrina trinitaria y cristológica. Su teología trinitaria asigna un lugar<br />

de primera importancia al tema de la igualdad entre las personas divinas y, en particular, entre el Padre y el Hijo. En la<br />

demostración y justificación de esta doctrina, los versículos Plp 2,6 y 2,7 son para él instrumentos de la Escritura muy<br />

preciosos por su rigor terminológico. El tema de las dos naturalezas en la única persona de Cristo, la finalidad y la obra<br />

liberadora <strong>del</strong> Redentor, el comportamiento cristiano en el seguimiento de Cristo, son líneas de fuerza de la cristología<br />

agustiniana: los versículos <strong>del</strong> himno son piezas escogidas para fundamentar la verdad doctrinal." Según A. Verwilghen<br />

(Christologie et spiritualité selon saint Augustin. L'hymne au Philippiens [Théologie Historique, 72], Paris 1985, p.<br />

465), "desde su primera cita de un versículo <strong>del</strong> himno en De Genesi ad Manichaeos, Agustín anuncia ya la articulación<br />

fundamental de su teología: el Verbo junto al Padre (Jn 1,1) se hace carne (Jn 1,14) y se anonada (Flp 2,7), apareciendo<br />

a los hombres en una naturaleza de hombre para llevarlos a su divinidad."<br />

2 Cf. In Joh , 36,9,1-49, PL 35,1668s, CChL 36, p. 329s; Ib., 71,2,1-47, PL 35,1820s, CChL 36, p. 505s.<br />

3 Cf. De Trin I (5), 8,2-38, PL 42, 824s, CChL 50, p. 36s.<br />

4 Está consciente de la ambivalencia de sus esfuerzos.<br />

5 De Trin XIV (26), 19,57-68, PL 42, 1057s, CChL 50A, p. 458s.<br />

103


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

todos los tesoros de la sabiduría. de la ciencia. 1 Mediante la unión a El, como hombre y<br />

Dios, realiza la fe el movimiento de ascensión y vuelta de Cristo al Padre. Esta sabiduría<br />

nos a<strong>del</strong>anta la Verdad de la visión beatificante. En la concepción de la redención de<br />

Agustín, la mediación reveladora de Cristo es central. A través <strong>del</strong> cristocentrismo la<br />

teología de la Trinidad está firmemente an<strong>cl</strong>ada en el AT 2 y NT. La sabiduría respecto a<br />

Dios y a la Trinidad está atada a la persona de Cristo.<br />

2) Particularidades conceptuales formales respecto a la Trinidad.<br />

a) La enseñanza sobre la relación. Uno de los grandes méritos de Agustín es el uso<br />

sistemático de este concepto, que ya había sido usado por Gregorio de Nacianzo. 3 El<br />

recibido nombre de persona lo usa con precaución, para no quedarse callado. 4 ¿Por qué<br />

no llamamos a estas tres (realidades) una sola persona, así como hay una esencia y un<br />

Dios, sino que decimos tres personas, pero no tres dioses o tres esencias, sino porque<br />

queremos servirnos de algún vocablo que indique el significado con que se entiende la<br />

Trinidad y así no callar <strong>del</strong> todo cuando nos preguntan qué son esos tres, pues<br />

confesamos que son tres? 5 Agustín ve problema en la traducción de la fórmula oriental<br />

"tres hypóstasis" por "tres substancias" 6 , porque para él substancia y esencia son lo<br />

mismo. 7 Así en razón de hablar lo inefable, para que de alguna manera podamos decir lo<br />

que de ninguna manera podemos decir, fue dicho por nuestros griegos "una esencia, tres<br />

substancias" Por los latinos, en cambio, "una esencia o substancia, tres personas" Porque,<br />

1 De Trin XIII (24),19, 50-55, PL 42, 1034, CChL 50A, p. 416s. Comenta G. Madec (Christus, scientia et sapientia<br />

nostra, Rech aug 10(1975)77-85, p. 79): "Tal es la estructura de la teología agustiniana: a la relación ontológica<br />

(eternidad-tiempo) corresponde la relación epistemológica (sabiduría-ciencia), y el todo se unifica en la persona de<br />

Cristo." "Cristo es el revelador de la Trinidad en cuanto Verbo iluminador y en cuanto Verbo encarnado" (Ib., 84). Los<br />

platónicos deben su conocimiento de las realidades eternas a la iluminación <strong>del</strong> Verbo. El mismo, que es la verdad en lo<br />

eterno, es, para nosotros, la fe en lo creado (in rebus ortis) (De cons ev I, 35 (53), PL 34, 1070, CSEL 43, p.<br />

60, 8s). Según Courth (op. cit., 196s), "en la persona de Jesucristo se compendia el conocimiento <strong>del</strong> particular de la<br />

ciencia histórica con la mirada de conjunto de la verdad eterna de Dios."<br />

2 Ahora todo nuestro intento, cuando oímos un salmo, cuando un profeta, cuando la ley, todo lo cual fue escrito antes<br />

que el Señor nuestro Jesucristo viniera en carne, es ver ahí a Cristo, entender ahí a Cristo (Enarr Ps 98, 1, 19-23, PL<br />

37, 1258, CChL 39, p. 1378). Cf. G. Madec, Christus, col. 864-869, en Augustinus-Lexikon I, col. 845-908.<br />

3 Además de esta influencia, probablemente conoció esta categoría aristotélica a través de Porfirio. Pero la modifica<br />

haciéndola eterna e incambiable (no accidente).<br />

4 La razón es que persona no se dice en relación a otro sino respecto a sí mismo, es un absoluto (De Trin VII, (11),<br />

6,20-27, PL 42, 943, CChL 50, p. 262; cf. De Trin VII, 4ss (7ss), 56ss, PL 42, 940ss, CChL 50, p. 256ss). Según Courth<br />

(op. cit., 163), Mario "Victorino opta por una substancia en tres hypóstasis, en vez de la fórmula, que suena a modalista,<br />

de tres personas en Dios." Cf. Adv Ar II, 4,51s; III, 4,38s; III, 9,3s (SCh 68, 408.450.464). Por lo tanto, ellos son<br />

consubstanciales ( ) teniendo, por divino ordenamiento, la propia subsistencia según la acción (Adv Ar I,<br />

16,28s, SCh 68, 224). Según A. Milano (Persona in teologia. Alle origini <strong>del</strong> significato di persona nel cristianesimo<br />

antico, Napoli 1984, pp.252-258), en vez de "una substantia", Victorino propone "de (ex) una<br />

substantia", y en vez de "persona", "subsistentia". Cf. Adv Ar I,11,14-18, SCh 68,210; II,4,51-54, SCh<br />

68,408; III,4,32-39, SCh 68,456; III,9,1-8, SCh 68,464. Lo primero para evitar el patripasianismo (cf. Adv Ar I,41,26-<br />

29, SCh 68,310); lo segundo para evitar la distinción arriana. 'Persona', como hemos visto, viene de Tertuliano (cf.<br />

Novaciano, De Trin XXVI, 10s.13 (2s), PL 3, 936C, CChL 4, p. 62; XXVII, 5ss (2ss), PL 3, 938Bss, CChL 4, p. 64;<br />

XXXI, 31s (5), PL 3, 950A, CChL 4, p. 76.<br />

5 De Trin VII (11), 6,28-33, PL 42, 943, CChL 50, p. 262; cf. Ib. V (10), 9,1-11, PL 42, 918, CChL 50, p. 217; Ib. VII<br />

(9), 4,118-135, PL 42, 941s, CChL 50, p. 259.<br />

6 Con todo, usa substancia también en ese sentido. Cf. Hilario, De Syn 32, PL 10,504B-505A. Dice Milano (op. cit.,<br />

275): "Para Hilario subsistens se dice de hecho de la persona... y no es raro que aun equivalga a persona..."<br />

7 Cf. De Trin VII (9), 136- V (10),26, PL 42, 942s, CChL 50, p. 259-261.<br />

104


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

como ya dijimos, en nuestro lenguaje, es decir en el latino, no se suele entender en forma<br />

diferente esencia y substancia. 1<br />

Cuando hablamos <strong>del</strong> Padre, <strong>del</strong> Hijo y <strong>del</strong> Espíritu designamos un alius, y no un aliud<br />

como cuando hablamos de la omnipotencia de Dios. 2 Agustín se sirve para la Trinidad<br />

preferentemente <strong>del</strong> concepto de relación. 3 No es un accidente, porque eso sería poner<br />

mutabilidad en Dios. 4 Por lo tanto, aunque sea diverso ser Padre y ser Hijo, sin embargo,<br />

no es diversa la substancia porque esto no se dice según la substancia sino según lo<br />

relativo, lo cual, no obstante, no es accidente porque no es mudable. 5 Y los nombres<br />

Padre e Hijo son relativos. Porque no se dice Padre sino porque tiene un Hijo y no se<br />

dice Hijo sino porque tiene un Padre. 6 Así llega muy cerca de la fórmula <strong>cl</strong>ásica <strong>del</strong><br />

concilio de Florencia 7 , diciendo: pero, por lo tanto, (el Dios Trino) se dice simple, porque lo<br />

que tiene eso es, excepto que cada una de las personas es dicha en relación a la otra. 8<br />

Así todo lo que se dice absolutamente (ad se) es común y único 9 . Todo lo que se dice<br />

absolutamente (ad se), se dice substancialmente en esa sublimidad excelentísima y<br />

divina; lo que se dice respecto a otro (ad aliquid), no se dice substancialmente sino<br />

relativamente. Y tanta es la fuerza de ser 'de la misma substancia' en el Padre y en el Hijo<br />

y en el Espíritu Santo, que lo que se dice de cada uno respecto a sí mismo se entiende no<br />

en plural colectivo sino en singular... Así grande el Padre, grande el hijo, grande el Espíritu<br />

Santo; sin embargo, no tres grandes sino un solo grande... Porque ciertamente no es algo<br />

distinto por lo que se es Dios y por lo que se es grande . 10 Por lo tanto, toda la Trinidad<br />

...no es ninguna otra cosa sino Dios, no es ninguna otra cosa sino Trinidad. Y no hay nada<br />

que pertenezca a la naturaleza de Dios que no pertenezca a la Trinidad... 11<br />

1 De Trin VII (7),4, 7,1-6, PL 42, 939, CChL 50, p. 255; cf. Ib. V (10), VIII,43,51, CChL 50, p. 216s; Ib. VII (8),<br />

4,77-117, PL 42, 940-942, CChL 50, p. 257-259; Ib. VII (10), 5,16-19, PL 42, 942, CChL 50, p. 261. Quizás, pues, es<br />

más cómodo hablar de tres personas que de tres substancias. Pero, para que no parezca que sufragamos por nosotros<br />

mismos, estudiemos también esto. Aunque también ellos, si quisieran, así como dicen tres substancias,<br />

, podrían decir tres personas, . Pero prefirieron aquello, lo que quizás según el<br />

uso de su lengua sea más apto (De Trin VII (10s), 6,1-6, PL 42, 943, CChL 50, p. 261).<br />

2 De Civ Dei XI,10,,9-12, PL 41,325, CChL 48,330.<br />

3 Según Seeberg II,159 (en Courth, 198 n58), es la línea más fina para marcar la diferencia sin romper la unidad.<br />

4 De Trin V, 3 (4), 1- V (6), 22, PL 42, 913s, CChL 50, p. 208-211.<br />

5 De Trin V (6), 5,19-22, PL 42, 915, CChL 50, p. 211. Por consiguiente, en Dios no se dice nada según el accidente,<br />

porque a El no le acaece nada. Sin embargo, no todo lo que se dice, se dice según la substancia (De Trin V (6), 4,24-<br />

26, PL 42, 913s, CChL 50, p. 210).<br />

6 De Trin V (6), 5,13-15, PL 42, 914, CChL 50, p. 210.<br />

7 Cf. DS 1330 (Dz 703).<br />

8 De Civ Dei XI,10,17-19, PL 41,325, CChL 48, p. 330. Cf. In Joh 70, 1, 17-29, PL 35, 1818, CChL 36, p. 502s; De<br />

Trin VI, 4 (6) 16-19, PL 42, 927, CChL 50, 234; Sermo 341, 6, 8, PL 39, 1498. Pues ciertamente el Padre tiene Hijo y,<br />

sin embargo no es El el Hijo (De Civ Dei XI,10,19s, PL 41,325, CCL 48, p. 330).<br />

9 Así Dios ni se aparta <strong>del</strong> número ni es captado por él número... El número sólo insinúa lo que es respecto a otro, no<br />

lo que es respecto a sí mismo (absoluto) (In Joh, 39, 4, 15s. 27s, CChL 36, p. 347).<br />

10 De Trin V (9), 8,1-6.10-12.37s, PL 42, 916s, CChL 50, p. 215s. Cf. Ib.., VIII (1), prooem,1-22, PL 42, 946s, CChL<br />

50, p 268; Civ Dei XI,24,6-13, PL 41,337, CChL 48, p. 343. ...Dios generante que todo lo que substancialmente tiene<br />

lo dijo, en cierta manera, en su Verbo coeterno, y su mismo Verbo Dios que tampoco tiene substancialmente algo más,<br />

o menos, que lo que existe en Aquel que engendró el Verbo, no con mentiras sino verdaderamente... (De Trin XV (40),<br />

21,1-6,PL 42, 1088, CChL 50A, p. 517). Cf. Ib., XV (23), 14,7-17, PL 42, 1076s, CChL 50A, p. 496.<br />

11 De Trin XV (11), 7,18-21, PL 42, 1065, CChL 50A, p. 475. Cf. De mor ec<strong>cl</strong> I, 14, PL 32, 1321; In Joh 40, 3, 1-7,<br />

PL 35, 1687, CChL 36, p. 351; Ep 120, 3, 13, PL 33, 458, CSEL 34, 2, p. 715, 21-27. El Padre, el Hijo y el Espíritu<br />

Santo..., cada uno de ellos es la plena substancia divina, y todos juntos son una substancia (Doctr Chr I, 5, 7-10, PL<br />

34, 21, CChL 32, p. 9; cf. Ep 170, 5, PL 33, 749, CSEL 44, p. 625, 13- 626, 5).<br />

105


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

¿Pero qué lugar tiene el Espíritu en este tejido de relaciones? Primeramente el Espíritu<br />

procede <strong>del</strong> Padre y <strong>del</strong> Hijo como de un solo principio. 1 El Espíritu procede<br />

principialmente (originariamente) <strong>del</strong> Padre y, sin ningún intervalo de tiempo, dándolo el<br />

Padre, procede conjuntamente (en comunión: communiter) de ambos. 2 De Aquél de<br />

quien el Hijo tiene el ser Dios (pues es Dios de Dios), <strong>del</strong> mismo tiene ciertamente que<br />

también de él proceda el Espíritu Santo... 3 Lo propio <strong>del</strong> Espíritu es ser el mutuo regalo <strong>del</strong><br />

<strong>del</strong> Padre y <strong>del</strong> Hijo, su lazo de amor, que une a ambos. 4 La autoridad se nos anuncia en<br />

el Padre, en el Hijo el nacimiento, en el Espíritu Santo la comunidad entre el Padre y el<br />

Hijo, en los tres la igualdad... Es, por lo tanto, el Padre origen veraz <strong>del</strong> Hijo verdad, y el<br />

Hijo la verdad nacida <strong>del</strong> veraz Padre, y el Espíritu Santo la bondad efundida <strong>del</strong> Padre<br />

bueno y <strong>del</strong> Hijo bueno: no es, sin embargo una desigual divinidad de de ellos (omnium) ni<br />

una unidad separable. 5 Difícil para Agustín es mostrar que el Espíritu no es hijo. 6 Si<br />

'sabiduría' es dicho con propiedad <strong>del</strong> Hijo (es sabiduría de sabiduría, porque los tres son<br />

sabiduría), igualmente con propiedad se dice 'caridad' <strong>del</strong> Espíritu. 7 Y si la caridad con que<br />

1 Confesar que el Padre y el Hijo son el principio <strong>del</strong> Espíritu Santo, no dos principios sino que así como el Padre y el<br />

Hijo son un solo Dios y respecto a la creatura un solo creador y un solo Señor, así respecto al Espíritu Santo son un<br />

solo principio (De Trin V (15), 14,32-35, PL 42, 921, CChL 50, p. 223).<br />

2 De Trin XV (47), 26,113-115, PL 42, 1095, CChL 50A, p. 529. Cf. Ib., XV (45), 26,9-18, PL 42, 1092s, CChL 50A,<br />

p. 525.<br />

3 De Trin XV (48), 27,16-18 (Ib., 27,31s), PL 42, 1095s, CChL 50A, p. 529s. Cf. Ib., XV (47), 26,94-100, PL 42,<br />

1094, CChL 50A, p. 528; XV (29) 17,57-62, PL 42, 1081, CChL 50A, p. 503s; IV (29), 20,102-123, PL 423, 908,<br />

CChL 50, p. 199s (mostrando que el principio de toda la divinidad, o quizás mejor dicho, de toda la deidad, es el<br />

Padre); In Joh 99, 8, 9-11, PL 35, 1890, CChL 36, p. 587; C. Max II,14,1, PL 42,770.<br />

4 Cf. De Trin, V (12-16), 11,13-16,4, PL 42, 919-922, CChL 50, p. 219-224. Luego el Espíritu Santo es cierta inefable<br />

comunión <strong>del</strong> Padre y <strong>del</strong> Hijo; y, por esto, quizás se llame así, porque al Padre y al Hijo le puede convenir la misma<br />

denominación. Porque en el Espíritu se dice como propio, lo que en ellos se dice como común. Porque el Padre es<br />

espíritu y el Hijo es espíritu, y el Padre es santo y el Hijo es santo. Para expresar por el nombre que conviene a ambos<br />

la comunión a ambos, el Espíritu se llama don de ambos (De Trin V (12), 11,29-35, PL 42, 919, CChL 50, p. 219s).<br />

Cf. De Civ Dei XI, 24, 13-23, PL 41, 337s, CChL 48, p. 343; In Joh 99,7,1-6 PL 35,1889, CChL 36, p. 586. Por lo<br />

tanto, el Espíritu Santo es algo común <strong>del</strong> Padre y <strong>del</strong> Hijo, sea lo que sea, o la misma comunión consubstancial y<br />

eterna: llámese amistad, si se puede decir convenientemente, pero con más propiedad se dice caridad... (De Trin VI<br />

(7), 5,16-19, PL 42, 928, CChL 50, p. 235; cf. Ib. XV (50), 27,87-89, PL 42, 1097, CChL 50A, p. 532; In Joh 105, 3,<br />

5-7, PL 35, 1904, CChL 36, p. 604). El cual Espíritu Santo, según las santas Escrituras, no es sólo <strong>del</strong> Padre ni sólo<br />

<strong>del</strong> Hijo sino de ambos, y por eso nos insinúa la caridad común con que mutuamente se aman el Padre y el Hijo (De<br />

Trin XV (27), 17,2-5, PL 42, 1080, CChL 50A, p. 501). Por lo tanto, aquel inefable abrazo (complexus) <strong>del</strong> Padre y de<br />

la Imagen [el Hijo] no es sin fruicióm, sin caridad, sin gozo (De Trin VI (11), 10,29s, PL 42, 932, CChL 50, p. 242).<br />

Cf. De Trin XV, 17 (31), 96-134, PL 42, 1082, CChL 50A, p. 505-507.<br />

5 Sermo 71,18; PL 38,454. En el Padre está la unidad, en el Hijo la igualdad, en el Espíritu Santo la concordia de la<br />

unidad y de la igualdad; y estos tres son en todo uno por el Padre, iguales por el Hijo y unidos por el Espíritu Santo<br />

(Doctr Chr I, 5, 15-18, PL 34, 21, CChL 32, p. 9).<br />

6 Ahí veremos la verdad sin ninguna dificultad y gozaremos de esa verdad <strong>cl</strong>arísima y certísima y no buscaremos nada<br />

con nuestra mente raciocinante, sino que contemplando percibiremos <strong>cl</strong>aramente por qué el Espíritu Santo,<br />

procediendo <strong>del</strong> Padre, no es Hijo (De Trin XV (45), 25,17-20, PL 42, 1092, CChL 50A, p. 523s. La cual voluntad<br />

procede <strong>del</strong> conocimiento (pues nadie quiere aquello de lo que totalmente ignora la naturaleza o cualidad), pero no es<br />

imagen <strong>del</strong> conocimiento y, por lo tanto, se insinúa cierta distinción en la inteligencia <strong>del</strong> nacimiento y la de la<br />

procesión, porque no es lo mismo ver con el pensamiento que apetecer o también gozar con la voluntad...(De Trin XV<br />

(50), 27,100-106, PL 42, 1097, CChL 50A, p. 532s). Cf. De Trin IX (18), 12,39-75, PL 42, 971, CChL 50, p. 309s.<br />

7 De Trin XV (29), 17,64-72, PL 42, 1081, CChL 50A, p. 504. Sería propio de Agustín la doctrina que identifica el<br />

Espíritu Santo con la caridad. Dice P. Smulders (Esprit Saint. L'Esprit Sanctificateur dans la spiritualité des Pères.<br />

Pères latins, col. 1279, en Dict Spir IV, col 1272-1283) a este propósito: "...La doctrina <strong>del</strong> Espíritu-Caridad no tiene<br />

sus fundamentos en la sicología, que sólo interviene auxiliarmente, sino en una metafísica [estructura trinitaria <strong>del</strong> ser<br />

creado] y en la tradición latina, para la que Agustín encuentra sólidas bases escriturísticas." Según este autor (Ib., col<br />

106


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

que el Padre ama al Hijo y el Hijo ama al Padre demuestra la inefable comunión de<br />

ambos, ¿qué cosa más conveniente que sea propiamente llamado caridad aquél que es el<br />

Espíritu común de ambos. 1 La determinación intratrinitaria <strong>del</strong> Espíritu como caridad, don 2<br />

y comunidad entre el Padre y el Hijo, Agustín la concretiza extendiédola en la historia de la<br />

salvación y llamándolo don de Dios para nosotros. Es un don salvífico para los creyentes y<br />

lazo de unión para la Iglesia. 3 La relación entre lo intra<strong>trinitario</strong> y lo económico se a<strong>cl</strong>ara<br />

con la distinción entre don y donado. 4<br />

b) Enseñanza trinitaria sicológica. Esta es otra contribución de Agustín. 5 La más auténtica<br />

analogía está en la vida espiritual <strong>del</strong> hombre interior, hecho a imagen y semejanza de<br />

Dios. Ya los apologetas habían hablado <strong>del</strong> y <strong>del</strong> Ya<br />

en las confesiones había puesto: ser, conocer y querer. 6 Pues soy y sé y quiero: estoy<br />

1280-1282), convergen a este tema el que el Espíritu sea don de Dios, denominación más frecuente (Ib., col 1279), el<br />

que sea comunión, gozo y uso, y la reflexión sobre algunas citas <strong>del</strong> N. T. Toda santificación viene <strong>del</strong> Espíritu que nos<br />

une a Dios. La unidad y la vida de la Iglesia tienen como fuente esta alma que es el Dios amor. El rol <strong>del</strong> Espíritu Santo<br />

en la Encarnación se explica porque ésta es una gracia absoluta.<br />

1 De Trin XV (37), 19,139-143, PL 42, 1086, CChL 50A, p. 513<br />

2 P. e. De Trin XV, 18 (32), 1ss, PL 42, 1082ss, CChL 50A, p. 507.<br />

3 El Padre y el Hijo quisieron que tuviéramos comunión entre nosotros y con ellos, por lo que les es común a ambos, y<br />

hacernos uno mediante aquel don uno que ambos tienen, esto es por el Espíritu Santo, Dios y don de Dios. En él, pues,<br />

somos reconciliados con la divinidad y nos <strong>del</strong>eitamos (Sermo 71, 12, 18, PL 38,454; cf. Ib., 71, 20, 33, PL 38,463s).<br />

4 De Trin V (16), 15,1-16, PL 42, 921, CChL 50, p. 224; cf. Ib. V (16), 17,1-78, PL 42, 922-924, CChL 50, p. 224-<br />

227.<br />

5 Con<strong>cl</strong>uye Schmaus (op. cit., 72s): "La designación 'Logos' no dio a ellos (los Padres anteriores a Agustín) ningún<br />

motivo para caracterizar formalmente el engendrar como un acto <strong>del</strong> pensamiento divino... Una gran excepción, entre los<br />

teólogos preagustinianos, la constituye Tertuliano. Después de que Platón nombró al pensamiento como hablar interior,<br />

designa Tertuliano al Hijo de Dios como palabra interna, como pensamiento <strong>del</strong> Padre y así caracteriza el acto divino de<br />

engendrar como pensar. También Hypólito dice, ciertamente en una sola palabra que el engendrar se<br />

realiza a través <strong>del</strong> pensar. Mario Victorino designa los pensamientos, en cierto modo, como hijos."<br />

6 Mario Victorino había hablado de ser, vivir y pensar. Y primero es vivir, y <strong>del</strong> vivir viene el pensar. En verdad, vivir es<br />

Cristo; pensar, el Espíritu (Adv Ar I,13,38s, PL 8, 1048B, SCh 68, 216). Según Courth (op. cit., 161), para este autor<br />

"el Padre es la plenitud <strong>del</strong> ser en estado de potencia; el Hijo es este ser en estado de acto y de obrar creador." Por lo<br />

tanto, esta esencia, silencio, cesación, es el Padre, es decir el Dios Padre. Pero vida, Verbo, movimiento o acción es el<br />

Hijo y el único Hijo (Adv Ar 3, 7, 35-37, PL 8, 1104A, SCh 68, 458) "El 'ser' es un movimiento que busca desarrollarse<br />

volviendo a sí mismo en el pensar. Pero para pensar el ser, el pensar debe distanciarse de sí en un movimiento de salida<br />

fuera de sí, y este movimiento es la vida" (Courth, op. cit., 162). "Al pensamiento de la vuelta de Dios a sí mismo en el<br />

Espíritu Santo, que connota la enseñanza trinitaria de Mario Victorino, corresponden sus funciones salvíficas" (Ib., 163).<br />

Asístenos, Santo Espíritu, unión (copula) <strong>del</strong> Padre y <strong>del</strong> Hijo. Tú, cuando descansas eres Padre, cuando procedes<br />

eres Hijo, cuando unes todo en uno, tú eres Espíritu Santo (Him I,5s, PL 8, 1139D, SCh 68, 620; cf. Him III,242--<br />

247, PL 8, 1146B, SCh 68, 650; Him I,76, PL 8, 1142C, SCh 68, 626). En relación a las posibles influencias respecto de<br />

la concepción agustiniana <strong>del</strong> Espíritu Santo como lazo de unión entre el Padre y el Hijo, cf. B. de Margerie, La Trinité<br />

chrétienne dans l'histoire (Théologie Historique, 31), Paris 1957, p. 159-164.<br />

Milano (op. cit., 250s), a propósito de la Trinidad en Victorino, dice lo siguiente: "De ahí deriva, según el principio de la<br />

implicancia, que la polaridad <strong>del</strong> esse y motus, potentia y actus, substantia y vita, son comunes al Padre<br />

y al Hijo. Sólo que, según el principio <strong>del</strong> predominio, el Padre es más (magis) esse, potentia,<br />

substantia, y el Hijo es más motus, actio, vita." Y en su con<strong>cl</strong>usión (Ib., 263) nos dice; "Pero tiene, en verdad,<br />

límites graves en el ámbito <strong>trinitario</strong>, en particular por la concepción de la vida intradivina como desarrollo 'teogónico':<br />

no hay lugar para la distinción eterna entre el Padre y el Hijo, afirmándose una unidad originaria de ellos, que después se<br />

diferencia (Adv Ar IV,26, SCh 68,580). La mónada divina se desplaza en tríada mediante un movimiento de procesión<br />

y de retorno, caracterizado repectivamente por la feminidad y masculinidad: en la procesión la vida quasi femineam<br />

sortita est potentiam, hoc quod concupivit vivificare; en la conversión la vida recurrens<br />

in patrem, vir effecta est (Adv Ar I,51, SCh 68,348)." Victorino pensó la fe en la óptica neoplatónica.<br />

107


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

conociendo y queriendo, y sé que existo y quiero, y quiero ser y conocer. Pues en estos<br />

tres vea, el que pueda, cuán inseparable es la vida y la única vida y la única mente y la<br />

única esencia, y cuán, finalmente inseparable es la distinción y, sin embargo, distinción. 1<br />

En el De Trinitate encontramos: mente, noticia y amor. Y existe cierta imagen de la<br />

Trinidad: la misma mente y su noticia, que es su prole y su palabra (verbum) de sí misma,<br />

y el tercero el amor; y estos tres son uno y una substancia. Ni la prole es menor,<br />

conociéndose la mente tanto cuanto es, ni el amor es menor, amándose tanto cuanto se<br />

conoce y cuanto es. 2 Pero más evidente imagen de la Trinidad es la trinidad de la mente:<br />

memoria de sí misma, inteligencia y voluntad. 3 Por lo tanto, esta trinidad de la mente no es<br />

Según Smulders (Esprit Saint, 1276), "su concepción es sin duda la siguiente: El Padre engendra su Hijo en Vida divina.<br />

Pero, según el principio plotiniano, toda vida espiritual consiste en el darse vuelta, por reflexión, hacia su fuente y en la<br />

unión con ella. Así el Hijo, nacido <strong>del</strong> Padre, vive uniéndose al Padre por el conocimiento. Este darse vuelta <strong>del</strong> Hijo es<br />

la persona <strong>del</strong> Espíritu Santo."<br />

1 Conf XIII,11,12,7-11, PL 32,849, CChL 27, p. 247. Pero nadie crea que [con esta comparación] ha encontrado lo<br />

inconmutable, que está por encima (Ib., 13s, p. 248). Cf. Civ Dei XI, 26, init.<br />

Comentando De Trin II,1, 22, PL 10,51A, CChL, 62, p. 38, de Hilario, afirma Milano (op. cit, 269s): "Podría quizás<br />

decirse que, según Hilario, el principio divino es incognoscible en el Padre, que no tiene principio; la inteligibilidad y la<br />

revelación están en el Hijo, imagen <strong>del</strong> Padre; la comunión y participación en Dios y en su sabiduría, están en el Espíritu<br />

Santo, que es el don de la fe." Cf. Agustín, De trin VI (11), 10, 1-36, PL 42, 931s, CChL 50, p. 241s. Cf. Schmaus,<br />

op. cit. párr 21, pp. 230-235.<br />

2 De Trin IX (18), 12,75-80, PL 42, 972, CChL 50, p. 310. Agustín también había vislumbrado las analogías <strong>del</strong> amor.<br />

Pero cuando se llegó al amor (ad charitatem), llamado Dios por las Sagradas Escrituras, resplandeció un poco<br />

una Trinidad, esto es amante, lo que se ama y amor. Pero como esa luz inefable reverberaba sobre nuestra vista y<br />

sentíamos la debilidad de nuestra mente para ya acomodarnos de alguna forma a ella... nos volvimos a considerar<br />

nuestra propia mente, por aquello de que el hombre es hecho 'a imagen de Dios' (De Trin XV (10), 6,44-51, PL 42,<br />

1064, CChL 50A, p. 472s; cf. Ib. VIII (14), 10,2-10, PL 42, 960, CChL 50, p. 290s; Ib. VI (7), 5,30-33, PL 42, 928,<br />

CChL 50, p. 236). Pero en el autoamor se le redujo a dos términos, porque amante y amado coinciden (De Trin IX (2),<br />

2,4-12, PL 42, 962, CChL 50, p. 294). Agustín se interesaba sobre todo por la unidad, por eso buscaba la imagen en el<br />

amor de sí mismo y no en el amor intersubjetivo, p. e. entre amigos. "Si el análisis <strong>del</strong> sujeto da lugar a una imagen<br />

trinitaria propiamente dicha, mientras que el análisis intersubjetivo no ofrece sino un vestigio y está en retirada en el De<br />

trinitate, no es porque las dos analogías sean incompatibles, sino que Agustín prefiría aquella que contenía la idea de<br />

una perfecta unidad substancial" (M. Nédoncelle, L'intersubjectivité humaine est-elle pour saint Augustin une image de<br />

la Trinité, p. 600, en Augustinus Magister I, pp. 597-602). Con todo, véase, In Joh 14, 9, 11-32, CChL 36, p. 147s; Ib.<br />

18, 4, 12-21, CChL 36, p. 181s; Ib. 29, 5, 10-34, CChL 36, p. 347s.<br />

De ahí es y el origen y la conformación (informatio) y la felicidad de la santa ciudad, que está arriba en los santos<br />

ángeles. Puesto que si se pregunta de dónde es, Dios la fundó. Si por qué es sabia, es iluminada por Dios. Si por qué es<br />

feliz, goza de Dios. Subsistiendo es reformada, contemplando es ilustrada, adhiriendo es alegrada. Es, vive y ama.<br />

Florece en la eternidad de Dios, luce en la verdad de Dios, goza en la bondad de Dios (Civ Dei XI,24,37-43, PL<br />

41,338, CChL 48, p. 344; cf. Ib. VIII, 10, 49-52, PL 41, 235, CChL 47, p. 227). Sobre las diversas imágenes de la<br />

Trinidad, cf. p. e. P. Agaësse, Les images de la Trinité, en Oeuvres de Saint Augustin. 16: La Trinité (livres VIII-XV)<br />

(bibliothèque Augustinienne), Des<strong>cl</strong>ée 1955, pp. 586-588 (véase Ib., 570s); E. Hendrikx, Introduction, pp. 58-74, en<br />

Oeuvres de Saint Augustin. 15: La Trinité (livres I-VII) (bibliothèque Augustinienne), Des<strong>cl</strong>ée 1955, pp. 7-76.<br />

3 De Trin XV (5), 3,71-78, PL 42, 1060, CChL 50A, p. 465s. Cf. p..e. De Trin X, (18), 11,29-63, PL 42, 983, CChL<br />

50, p. 330s; Ib. XV (39),20,45-57, PL 42, 1088, CChL 50A, p. 516s; Ib. XV (43), 23,7-23, PL 42, 1090CChL 50, p.<br />

520s. Cf. Ib., XV (28),17,28-46, PL 42, 1080s, CChL 50, p. 502s. Comenta Bardy (op. cit., col 1690s): "El amor está,<br />

pues, doblemente interesado en toda generación: él es la causa y, después, habiéndola causado, él se apega a su producto.<br />

El Verbo engendrado y el pensamiento engendrador se encuentran reunidos por el vínculo <strong>del</strong> amor."<br />

Milano (op. cit., 308s) opina: "Agustín presenta, en efecto, la idea <strong>del</strong> todo nueva de un Dios que se conoce generando<br />

su Verbo y de esa forma se dice a sí mismo lo que El es." "Traspasando analógicamente el cogito humano a Dios,<br />

Agustín permitiría pensar que Dios se conoce y se ama como un único sujeto" (Ib., 311). "Concibiendo la Trinidad como<br />

el Espíritu que es, se piensa y se quiere, Agustín ha exaltado la interioridad <strong>del</strong> hombre, el cual, a imagen de Dios, puede<br />

decir: Yo soy, yo me pienso, yo me quiero" (Ib., 317). "Agustín entrega a la posteridad el mo<strong>del</strong>o admirado y seguido de<br />

un discurso que tiende a separar la Trinidad <strong>del</strong> Dios en sí de la economía <strong>del</strong> Dios para nosotros' (Ib., 312). Tiende a<br />

separar la patria <strong>del</strong> camino que es Cristo encarnado (cf. Ib., 312s; véase 290ss). "La encarnación pertenece al orden de<br />

108


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

imagen de Dios por aquello que la mente se acuerda de sí misma y se comprende y se<br />

ama, sino también porque puede acordarse, entender y amar a Aquél por quien fue hecha.<br />

Haciendo lo cual, se hace sabia. 1 Agustín advierte respecto a la limitada fuerza de<br />

expresión de sus imágenes. 2 También usa ternas <strong>del</strong> mundo cósmico físico. Desde la fe<br />

en la Trinidad, en oración y con el esfuerzo moral correspondiente, ha buscado huellas. 3<br />

En fin, la enseñanza trinitaria de Agustín podría ser juzgada más críticamente, si no se<br />

considerara su cristocentrismo y su pneumatología.<br />

3) Acentos cristológicos 4 y pneumatológicos.<br />

lo temporal y de lo contingente..." (Ib., 298); Agustín nos invita a entrar en la interioridad de nuestro espíritu para<br />

comprender la imagen de lo eterno (cf. Ib.). Según O. Du Roy (L'intelligence de la foi en la Trinité selon saint Augustin.<br />

Genèse de sa théologie trinitaire jusqu'en 391, Paris 1966, p. 13), "la fe de Agustín excaba en la filosofía platónica<br />

profundidades subjetivas que ésta ignoraba, y la abre a la individualidad singular de la persona, elegida de Dios." "La<br />

inteligencia de Agustín no está sino a medias evangelizada por su fe", dice este mismo autor (op. cit., 456), refiriéndose a<br />

la influencia neoplatónica en él.<br />

1 De Trin XIV (15), 12,1-4, PL 42, 1048, CChL 50A, p. 442s. La sabiduría (piedad respecto a Dios) corresponde a la<br />

mente reformada, a una mayor semejanza y <strong>cl</strong>aridad en la imagen. Afirma Bardy: "Que el alma se vuelva, por el<br />

contrario, hacia Dios que la ha hecho y que así tome conciencia de su carácter de imagen, entonces este acordarse de sí,<br />

expresarse en un Verbo y amarse, equivaldría a acordarse de Dios de la manera cómo el se expresa y se ama (op. cit.,<br />

col. 1691).<br />

2 Advertí suficientemente para que esta imagen, hecha por la misma Trinidad y deteriorada por su propio vicio, nadie<br />

así la compare con la misma Trinidad que piense que le es <strong>del</strong> todo semejante, sino más bien para que en cualquiera<br />

semejanza vea también una gran desemejanza (De Trin XV (39), 20,60-64, PL 42, 1088, CChL 50A, p. 517; cf. Sermo<br />

52, 6, 17, PL 38, 361; Ep 169, 2 (6), CSEL 44, p. 615, 15- 616, 9). Cf. DS 806; Dz 432. En el libro XV insiste Agustín<br />

en la desemejanza (cf. Ib., (21), 11,88-90, PL 42, 1073, CChL 50A, p. 490; (26), 16,18ss, PL 42, 1079s, CChL 50A, p.<br />

500s). Cf. J. Moingt, Les dissemblences de l'image trinitaire, en Oeuvres de Saint Augustin. 16..., p. 654s; Id., Les<br />

dissemblences des deux verbes, Ib., 650s.<br />

3 De Trin XV (49),27,38-49, PL 42, 1096, CChL 50A, p. 530s. Pero sólo en lo más elevado está propiamente la imagen;<br />

el resto sólo son semejanzas.<br />

4 "Es verdad que Agustín retorna bastante a menudo, en su vastísima producción, al tema y a la figura de Cristo, pero<br />

siempre al interior de otros problemas" (C. Leonardi, Il Cristo III: Testi teologici e spirituali in lingua latina da<br />

Agostino ad Anselmo di Canterbury, Fondazione Lorenzo Valla 1989, p. 9). No escribió propiamente un tratado de<br />

cristología. "Lo que es cierto es que Agustín, más y mejor que otros, inaugura, en la tradición latina, una literatura<br />

mística, de diálogo con Cristo (Ib., 10). "Esta dimensión personal domina aun en lugares más significativos<br />

teológicamente, y así se debe decir que Agustín ha fundado la posibilidad de una diálogo entre el hombre y Dios en<br />

Cristo con una doctrina de la encarnación <strong>del</strong> Verbo, que pone en el centro a la persona, al individuo que desea salvarse<br />

y se salva" (Ib.).<br />

Según A. Trapè (San Agustín, p. 513, en A. Di Berardino, Patrología. III: La edad de oro de la literatura patrística<br />

latina, Madrid 1981, pp. 405-553), "su doctrina no se distingue de la doctrina tradicional sino por la <strong>cl</strong>aridad de su<br />

formulación (me refiero en particular a la fórmula una persona in utraque natura: Sermo 294,9), por el<br />

recurso, cada vez más insistente y elaborado, al ejemplo de la unión <strong>del</strong> alma y el cuerpo, por la defensa de la doctrina<br />

contra todas las herejías que de algún modo negaban u oscurecían la perfecta naturaleza divina y humana de Cristo y por<br />

la presentación de Cristo hombre como ejemplo diáfano de la gratuidad de la gracia." .<br />

Respecto a la evolución de la visión de Cristo en Agustín, desde niño <strong>hasta</strong> su ordenación sacerdotal, puede verse el<br />

esbozo de Madec, Christus, 845-859. Este mismo autor, en referencia a la conversión de Agustín, afirma lo siguiente:<br />

"El platonismo, tal cual Agustín lo conoció, sufría a sus ojos, de una contradicción interna, de una incoherencia entre la<br />

teoría y la práctica, entre el conocimiento de Dios y la idolatría. El cristianismo, por el contrario, instaurando la<br />

coherencia entre la práctica y la teoría, dicho de otra forma entre la religión y la filosofía, aseguraba el cumplimiento <strong>del</strong><br />

platonismo. Es así como Agustín tuvo el sentimiento de llegar a término en su búsqueda de la Verdad, cuando pudo unir,<br />

en la persona de Cristo, la sabiduría <strong>del</strong> Hortensio, el Intelecto de los libros platónicos y el Verbo <strong>del</strong> prólogo joánico. Y<br />

desde entonces, Agustín estaba en posesión <strong>del</strong> principio de coherencia de su doctrina, que no es otro que el Cristo:<br />

Verbo Dios iluminador y Verbo encarnado salvador" (Ib., 852s).<br />

Añade después (Ib, 856): "la leche de los pequeños es el Cristo en cuanto Verbo hecho carne; leche que debe beber el<br />

cristiano para crecer y poder nutrirse <strong>del</strong> pan de los ángeles, el mismo Cristo en cuanto Verbo de Dios." Referente al<br />

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HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

a) Cristo como revelador <strong>del</strong> humilde amor de Dios. Agustín destaca el aspecto kenótico<br />

de su comprensión de la encarnación: la humillación de Dios. 1 Según Geerlings, 2 humildad<br />

y encarnación casi llegan a ser sinónimos. Se humilló en la encarnación y crucifixión para<br />

liberarnos <strong>del</strong> pecado <strong>del</strong> orgullo y abrirnos la vuelta al Padre. 3 Este Cristo que se despoja<br />

maestro interior, afirma este autor (Ib., 857): "La originalidad de Agustín es el haber hecho, a partir de la afirmación <strong>del</strong><br />

prólogo joánico, según el cual el Verbo ilumina a todo hombre que viene a este mundo (Jn 1, 9), una teoría cristológica<br />

<strong>del</strong> conocimiento intelectual, cualquiera que éste sea, y no sólo <strong>del</strong> conocimiento religioso que estaría reservado a los<br />

cristianos. Dicho de otra forma, él cristianizó la teoría de platónica, porque el maestro es una especie de Menón<br />

cristiano, liberado <strong>del</strong> mito de la reminiscencia." Sin embargo, enseña el único verdadero Maestro, la Verdad<br />

incorruptible, el solo maestro interior, el que también se hizo maestro exterior para volvernos a llamar de lo exterior a<br />

lo interior, y recibiendo la forma de siervo se dignó aparecer humilde a los que yacían, para que su alteza fuera<br />

conocida por los que se levantaban (C. ep man 36, 41, PL 42, 202). Aquel, sin embargo, que es consultado, es el que<br />

enseña, Cristo, de quien se dijo que habita en el hombre interior. Esto es la inconmutable virtud de Dios y la sabiduría<br />

sempiterna, la que ciertamente toda alma racional consulta, pero que tanto se abre cuanto puede uno captar según su<br />

propia voluntad ya mala ya buena (De mag XI, 11 (38), 46-51, PL 32, 1216, CChL 29, p. 196). Cf. Sol I, 1, 3, PL 32,<br />

870, CSEL 89, p. 5, 13-15; De mag 12 (40), 30-14 (46), 45, PL 32, 1217-1220, CChL 29, pp. 197-203; Conf VII (17),<br />

23, 1-32, PL 32, 744s, CChL 27, p. 107; XII, 25 (35), 33-37, PL 32, 840, CChL 27, p. 235; De Trin VIII, 9 (13), 36-38,<br />

PL 42, 960, CChL 50, p. 290; XII, 15 (24), 12-17, PL 42, 1011, CChL 50, p. 378.<br />

Respecto a las respuestas cristológicas a los diversos problemas y herejías, cf. Madec, Christus, 882-900. Así dice, p. e.<br />

en col. 895-897: "Toda la argumentación de Agustín contra Pelagio está fundada sobre esta doble inserción de la<br />

humanidad en Adán y en Cristo; toda su doctrina <strong>del</strong> pecado, de la gracia y de la predestinación, es, por esto mismo,<br />

fundamentalmente cristológica... Cristo, en efecto, en cuanto cabeza es la fuente misma de la gracia, desde donde se<br />

esparce a todos los miembros, según la medida propia de cada uno... Cristo es, por esto, el ejemplo más esplendoroso de<br />

la gracia y de la predestinación, porque la unión hypostática evidentemente se hizo sine ullis meritis<br />

praecedentibus."<br />

Según Madec (Christus, 900), la cristología de Agustín es ante todo tradicional. Su reflexión está marcada por la<br />

experiencia de su conversión y particularmente por la manera de comprender las relaciones entre platonismo y<br />

cristianismo. "La predilección de Agustín es el Evangelio de Juan" (Ib., 901). Después dirá (Ib., 902): "Con todo, la<br />

economía de la salvación es <strong>del</strong> orden instrumental... Es porque todo su pensamiento reposa sobre una especie de<br />

dualismo ontológico, la oposición entre el ser y el devenir. El esquema 'mutable-inmutable' gobierna su doctrina de la<br />

creación, <strong>del</strong> tiempo y de la eternidad, pero también su cristología y su hermeneútica, como lo ha demostrado Mayer.<br />

Para él, no hay absoluto sino Dios: toda creatura, siendo relativa, es también referencial; ella debe ser una incitación al<br />

movimiento de trascendencia, a la ascensión hacia Dios mediante la cual el espíritu realiza su vocación ontológica. Esta<br />

es también la función <strong>del</strong> Verbo encarnado... Resultaría de aquí una excesiva insistencia (sobreacentuación) de la<br />

naturaleza divina de Cristo en desmedro de la naturaleza humana. Conviene, con todo, recordar también que, si la<br />

estructura es platónica, Agustín pretende cristianizarla radicalmente... Hay teocentrismo en el orden de la creación, y<br />

cristocentrismo en el orden de la salvación, sin olvidar que "Cristo", para Agustín, es no sólo el Verbo encarnado sino<br />

también el Verbo Dios, por el que todo fue hecho." Puede verse lo ya dicho en la Introducción sobre el cristocentrismo<br />

de Agustín, a propósito de la relación entre cristología y Trinidad.<br />

1 Según Madec (Christus, 882), su Encarnación es una operación de humildad que se prolonga <strong>hasta</strong> la muerte en cruz.<br />

2 Op. cit., 61. Según este autor, Flp 2, 6-8 es citado más de mil veces por Agustín (Ib., 144).<br />

3 La única purificación, pues, de los inicuos y soberbios es la sangre <strong>del</strong> justo y la humildad de Dios, para ser<br />

purificados, con el fin de contemplar a Dios (lo que no somos por naturaleza), por aquél que se hizo lo que nosotros<br />

somos por naturaleza y que, por el pecado, no somos (De Trin IV (4), 2,6-9, PL 42, 889, CChL 50, p. 163s). También<br />

se da aquello, para que la soberbia <strong>del</strong> hombre, que es impedimento máximo para adherir a Dios, pueda ser refutada y<br />

sanada por una tan grande humildad de Dios (De Trin XIII (22), 17,16-19, PL 42, 1031s, CChL 50A, p. 412s). Por lo<br />

tanto, para que fuera curada la causa de todas las enfermedades, es decir la soberbia, descendió y se hizo humilde el<br />

Hijo de Dios... Quizás te sería vergonzoso imitar al hombre humilde; imita, al menos al Dios humilde (In Joh 25, 16,<br />

14-18, PL 35, 1604, CChL 36, p. 256s). Cf. Ench 28 (108) 72-81 PL 40,283, CChL 46, p. 107s; De Trin VIII, 5 (7), 4-<br />

8, PL 42, 952, CChL 50, p. 276. El Cristo humilde es contrapuesto al diablo orgulloso (cf. p. e. De Trin IV (13), 10,4-7,<br />

PL 42, 896, CChL 50, p. 178; Ib. (15), 12,9-16, PL 42, 897s, CChL 50, p. 180; Gratia Chr II. 40, 46, PL 44,409, CSEL<br />

42,204,27-205,2). Según E. Portalié (Augustin (saint). Vie, oeuvres et doctrine, col 2373, en DTC I, col 2268-2472),<br />

Agustín atribuye esta humildad a la persona divina y no a la humanidad, y la exalta sobre todo en la Encarnación. Cf.<br />

Berrouard, Incarnation et guérison de l'orgueil, Bibliothèque Augustinienne 72, p. 796s.<br />

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HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

a sí mismo <strong>hasta</strong> la cruz, es el mediador. 1 En forma de Dios igual al Padre, en forma de<br />

siervo mediador entre Dios y los hombres, el hombre Jesucristo. 2 Quien como Dios por su<br />

divinidad viene en ayuda de los hombres, y como hombre nos encuentra en la debilidad. 3<br />

¡Qué mayor ejemplo de obediencia podía dársenos a nosotros que habíamos perecido por<br />

la desobediencia, que el Dios Hijo obedeciendo <strong>hasta</strong> la muerte de cruz al Dios Padre!<br />

¿Dónde se mostraría un mejor premio de la misma obediencia que en la carne de tan gran<br />

mediador, la que resucitó para la vida eterna? 4 Agustín insiste en la humanidad de Cristo<br />

para la mediación. 5 Pues por aquello es mediador, por lo cual es hombre; por aquello<br />

1 El mismo único y verdadero mediador reconciliando, por el sacrificio de la paz, con Dios, a quien lo ofrecía<br />

permaneciendo uno con El; en sí mismo se hacía uno con aquellos por los que lo ofrecía, y era el mismo uno el que lo<br />

ofrecía y lo que ofrecía (De Trin IV (19), 14,17-21, PL 42, 901, CChL 50, p. 186s; cf. In Joh 41, 5, 18-38, PL 35,<br />

1695, CChL 36, p. 360). Pues contemplaremos a Dios Padre e Hijo y Espíritu Santo, cuando el mediador de Dios y los<br />

hombres, el hombre Cristo Jesús, entregue el reino al Dios y Padre. De tal forma que nuestro mediador y sacerdote,<br />

Hijo de Dios e hijo <strong>del</strong> hombre, ya no interpele más por nosotros, sino que él mismo, en cuanto sacerdote (habiendo<br />

asumido la forma de siervo por nosotros), esté sujeto a Aquél que le sometió todo a él y a quien el sometió todo, de<br />

manera que en cuanto es Dios con El, nos tiene sujetos, en cuanto es sacerdote con nosotros, él le está sujeto (De Trin<br />

I (20), 10,27-35, PL 42, 834, CChL 50, p. 57). Esta forma de siervo El ofreció, en ella fue ofrecido, porque según ella<br />

es mediador, en ella es sacerdote, en ella es sacrificio (Civ Dei X,6,37-39, PL 41,284, CChL 47, p. 279; cf. Ib., X, 20,<br />

1-14, PL 41, 298, CChL 47, p. 294). El mismo Dios, permanece Dios; el hombre accede a Dios y se hace una persona,<br />

para que no sea semidios, como por la parte divina Dios y por la parte humana hombre, sino todo Dios y todo hombre:<br />

Dios liberador, el hombre mediador (Sermo 293, 7, PL 38, 1332).<br />

Según Studer (op. cit., 80), la mediación está detrás de todos los grandes temas de la teología agustiniana. "Cristo se<br />

muestra tanto como autoridad que como presente en la Iglesia, ayuda y ejemplo, como camino universal de salvación,<br />

siempre como el Hijo de Dios que se hizo hombre para ser mediador de salvación entre Dios y el hombre" (Ib., 80s).<br />

"Como mediador, Cristo es, ante todo, aquél que ha realizado el sacrifico de reconciliación" (Ib., 82).<br />

2 De Trin I (14),7,22s, Pl 42, 829, CChL 50, p. 45.<br />

3 Pues Cristo es hombre y Dios: reza como hombre, y da lo que reza, como Dios (Sermo 217, 1, PL 38, 1083).<br />

4 De Trin XIII (22),17,21-27, PL 42, 1032, CChL 50, p. 413.<br />

5 Cf. Studer, Gott..., 213-215. Pues en cuanto es hombre, es mediador; pero en cuanto es Verbo, no está al medio,<br />

porque es igual al Padre y Dios junto a Dios, y a la vez un Dios (Conf X,43,(68),10-12, PL 32,808, CChL 27, p. 192;<br />

cf. De gratia Chr II, 28, 33, PL 44, 402, CSEL 42, p. 193, 4-6). 1Tm 2,5 es de lo más citado por Agustín. En el fondo,<br />

como dice Portalié (op cit., col 2367), lo que Agustín quiere ex<strong>cl</strong>uir de la mediación no es la persona <strong>del</strong> Vebo sino la<br />

naturaleza divina. Porque ni por el mismo único mediador de Dios y los hombres, el hombre Cristo Jesús, seríamos<br />

liberados, si él no fuera también Dios (Ench 28 (108), 66s, PL 46, 282, CChL 46, p. 107).<br />

Según G. Remy (La théologie de la médiation selon saint Augustin. Son actualité, RT 91(1991)580-623, p. e. p. 580),<br />

Cristo mediador es gran tema de la soteriología de Agustín. La fisionomía <strong>del</strong> mediador a veces la constituye la unión de<br />

Dios y <strong>del</strong> hombre en la persona <strong>del</strong> Verbo encarnado (cf. p. e. Sermo 47 (21), 697-704, PL 38, 310, CChL 41, p. 595;<br />

esta unión es más bien el fundamento ontológico de su mediación); otras veces (y con mucha insistencia) la humanidad<br />

asumida en cuanto lugar y medio de su realización, a diferencia de la divinidad (Ib., pp. 582-584). "El primer esquema<br />

define la mediación por la Encarnación; el segundo la une a la humanidad santa de Cristo, comprometida en la pasión, y<br />

a la resurrección" (Ib., 592). "La cualidad fundamental de la mediación de Cristo consiste en la justicia o santidad que<br />

habita en su humanidad, contrariamente a la nuestra" (Ib., 588). "El sacerdocio de Cristo, que es una expresión<br />

equivalente a su mediación, se define, de manera rigurosamente idéntica, por la humanidad que tomó para<br />

comprometerla en un acto sacrificial" (Ib., 590, cf. Ib., 599). Cf. Enarr Ps 109, 17, 8-11, PL 37, 1459, CChL 40, p.<br />

1617. Toda tentativa de elevarse hacia Dios fracasa en un orgullo impío; la única posibilidad de encontrarle, es la<br />

acogida de la fe a un Dios que alcanza al hombre abajándose <strong>hasta</strong> él (cf. Ib., 593). "Mediación, reconciliación,<br />

sacrificio, constituyen una tríada que corresponde a las relaciones entre el sujeto, el objetivo y el medio de alcanzarlo"<br />

(I., 596). Cf. In Joh 41, 5, 1-38, PL 35, 1694s, CChL 36, p. 360; Enarr Ps 90, II, 1, 51-59, PL 37, 1159s, CChL 39, p.<br />

1266. "La mediación de Cristo, que Agustín une tan estrechamente al himno cristológico de Flp 2, resulta <strong>del</strong><br />

movimiento doble, <strong>del</strong> descenso de la kénosis y <strong>del</strong> ascenso de la exaltación" (Ib., 618). "La mediación, inaugurada por<br />

la Encarnación, es consagrada por la resurrección y se concretiza por la intercesión permanente de Cristo en favor de su<br />

Iglesia" (Ib., 597). Cf. Retract I, 24 (1), 22-24, PL 32, 623, CChL 57, p. 71. Nuestro Señor Jesucristo, en cuanto<br />

hombre, interpela por nosotros al Padre, pero en cuanto Dios, nos oye junto con el Padre (In Joh 16, 102, 4, 41-43, PL<br />

35, 1898, CChL 36, p. 597). Esta intercesión mediadora culmina al fin de los tiempos. "El ejercicio permanente de la<br />

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HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

también es camino. 1 Para Agustín, es inseparable de la comprensión de la encarnación,<br />

la dialéctica Hombre-Dios, tiempo-eternidad. En estos hechos de humillación de Dios,<br />

sucede la redención <strong>del</strong> pecador y la revelación plena <strong>del</strong> amor humillado de Dios. 2 En<br />

esta visión paulina <strong>del</strong> amor de Dios que se despoja, Agustín ve lo distintivo de la visión de<br />

la Trinidad y redención cristianas, frente a la enseñanza de los filósofos sobre Dios. Ha<br />

tomado sobre sí el peso <strong>del</strong> pecado en forma de siervo. Los filósofos buscan el camino<br />

apoyados en sus propias fuerzas. El diablo, mediador de la muerte, fue vencido 3 , en<br />

justicia, por el mediador de la vida, porque siendo éste inocente (nacido de una virgen) 4<br />

fue muerto por el diablo. 5 Fue vencido con poder en la resurrección de Cristo. 1 Pertenecía<br />

mediación se efectúa así a manera de intercesión con el Padre y a manera de comunicación de la gracia implorada,<br />

actualizando en favor nuestro en el estado glorioso de Cristo las dos andaduras, ascendente y descendente, de su<br />

mediación ya cumplidas en su persona por su kénosis y exaltación" (Ib., 605s). "Este tema de la unidad en el Cristo<br />

reasume el de la in<strong>cl</strong>usión de toda la humanidad en Adán para transformalo en el de la unión mística de Cristo cabeza, en<br />

cuanto mediador, con su cuerpo e<strong>cl</strong>esial" (Ib., 609). Por el único Crito se vuelve de la dispersión a la unidad (cf. De<br />

Trin IV, 7, 11, PL 42, 895s, CChL 50, p. 175s).<br />

1 Civ Dei XI,2,30s, PL 41,318, CChL 48, p. 322; cf. p. e. Ib., IX,15,50-52.61-64, PL 41,269, CChL 47, p. 263; X,20,1-<br />

7, PL 41, 208, CChL 47, p. 294; Enarr Ps 103, 4, 8, 19-30, PL 37, 1383s, CChL 40, p. 1528; Sermo 293,7, PL<br />

38,1332. Por Cristo hombre a Cristo Dios, por el Verbo hecho carne al Verbo que en el principio era Dios junto a<br />

Dios (In Joh XIII, 4, 14-16, PL 35, 1494, CChL 36, p. 132; cf. Sermo 141, 4, 4, PL 38, 777; De Doctr I, 34 (38), 15-<br />

20, PL 34, 33, CChL 32, p. 28). Y por esto va él mismo por sí mismo a él mismo y al Padre, y nosotros por él vamos a<br />

él y al Padre (In Joh 69, 2, 16s, PL 35, 1816, CChL 36, p. 500). Desde aquí hay que ascender, hacia allá hay que<br />

ascender: de su ejemplo a su divinidad (Enarr Ps 119, 1, 49-51, PL 37, 1597, CChL 40, p. 1777. Dios Cristo es la<br />

patria, a la que vamos; el hombre Cristo es el camino, por el que vamos (Sermo 123,3,3, PL 38,685). Vayamos por El<br />

a El, y no erraremos (Sermo 102,3,3, PL 38,573).<br />

2 En efecto, para levantar nuestra esperanza, para liberar las mentes de los mortales, abatidas por la condición de su<br />

propia mortalidad, de la desesperación respecto a la inmortalidad, ¿qué había de más necesario que hacernos ver<br />

cuán importantes éramos para Dios y cuánto nos amaba? (De Trin XIII (13), 10,11-15, PL 42, 1024, CChL 50A, p.<br />

400). Cf. Cath Rud 4 (7), 1-4, PL 40,314, CChL 46, p. 126; Ib. 4 (8), 51-59, PL 40,315, CChL 46, p. 128 ...Creemos<br />

que Dios se hizo hombre por nosotros para ejemplo de humildad y para demostrar el amor de Dios por nosotros (De<br />

Trin VIII (7), 5,2s, PL 42, 952, CChL 50, 276). Cf. Cath Rud 4 (8),71-77, PL 40,315s, CChL 46, p. 128s.<br />

3 A este propósito dice Geerlings (op cit., 210s): "El centro de gravedad <strong>del</strong> pensamiento soteriológico de Agustín está<br />

en la superación de la separación entre Dios y el hombre mediante Jesucristo. El elemento recién nombrado, en cambio,<br />

la victoria sobre el diablo, no es central para la soteriología de Agustín ni para la nuestra." Cf. Portalié, op. cit., col<br />

2370-2372.<br />

4 Cf. De Trin XIII (23), 18,5-38, PL 42, 1032s, CChL 50A, p. 413s. El hecho de nacer de una virgen lo preserva <strong>del</strong><br />

pecado original (Ench 10 (34),35-45, PL 40,249, CChL 46, p. 68s; Ib. 13 (41),1-8, PL 40,252s, CChL 46, p.72).<br />

5 Cf. p. e. De Trin IV, 13 (17), 72-77, PL 42, 900, CChL 50, p. 184; XIII (17ss), 13ss, PL 42, 1026ss, CChL 50A, p.<br />

404ss; Ench 14 (49), 21-25, PL 40, 255s, CChL 46, p. 76; Ib. 49, 21-25, PL 40, 255s, CChL 46, p. 76; Sermo 130, 2,<br />

PL 38, 726; Ib. 134, 6, PL 38, 745; De libero III, 10 (31, 110-112), 49-72, PL 32, 1286s, CChL 29, p. 293s. Dios<br />

podía haber liberado al hombre de otra forma (De agone christ 11,13, CSEL 41, p. 114, 9-12; De Trin XIII, 10 (13), 1-<br />

24, CChL 50A, p. 399s; Ib., XIII, 15 (19) 4-12.24-30, CChL 50A, p. 407s; Ib., 14 (18), 1-8.18-31, CChL 50A, p. 406s;<br />

Ib., 16 (21), 37-49, CChL 50A, p. 410; Ib., 18 (23), 1-10, CChL 50A, p. 413). E. Bailleux (La sotériologie de saint<br />

Augustin dans le "De Trinitate", Mel SR 23(1966)149-173, p. 168s), dice: "Según S. Agustín, nuestra salvación consiste<br />

esencialmente en la muerte sacrificial <strong>del</strong> mediador que nos reconcilia con Dios. Esta muerte sacrificial, bajo otro<br />

aspecto, es también el efecto de una injusta maquinación inspirada por el demonio. Así resulta que nuestra salvación se<br />

realiza de manera que el Príncipe de este mundo es justamente desposeído de su imperio." J. Rivière con<strong>cl</strong>uía así en su<br />

polémico libro contra Gallerand (Le dogme de la rédemption chez saint Augustin, Paris 1933, 3a ed., p. 246): "Según el<br />

obispo de Hipona, el demonio no tiene ningún derecho de propiedad sobre nosotros, sino sólo un título racional para el<br />

castigo de los pecadores. Dios no estaba obligado a tener en cuenta este 'derecho': la 'justicia', de la que se trata aquí, no<br />

es sino una simple conveniencia. Por lo demás, en ningún sitio ella se realiza mediante el pago de un rescate, sino por<br />

una expropiación legal como consecuencia de un abuso de poder. A esto se mez<strong>cl</strong>a accesoriamente la digna<br />

rehabilitación de la humanidad mediante uno de los suyos. El sacrificio de Cristo, en vez de ser un 'aspecto' de este<br />

procedimiento, es la causa eficiente, porque él asegura, <strong>del</strong>ante de Dios, la expiación de nuestros pecados." En p. 122<br />

había anotado este autor: "En el tema de la trampa sólo hay que ver una manera divertida de poner de relieve el hábil<br />

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HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

también a la justicia y bondad <strong>del</strong> Creador el que el diablo, que se gozaba de haber<br />

vencido a la creatura racional, fuera vencido por esta misma, por uno que venía de este<br />

mismo género, que corrompido en el comienzo por uno, estaba todo sometido. 2 Cristo,<br />

mediante su sacrificio, nos reconcilió con Dios. 3 También destaca la divinización por<br />

intercambio: Y permaneciendo en su naturaleza [divina], participa de la nuestra, para que<br />

nosotros permaneciendo en la nuesta, fuésemos hechos partícipes de su naturaleza. 4<br />

El siguiente texto de Ench 28 5 nos ofrece un buen resumen de la soteriología de Agustín,<br />

aunque le falte explicitar la noción de intercambio y de sacrificio: Habiendo Adán sido<br />

hecho hombre, obviamente, recto, no era necesario un mediador. 6 Pero cuando los<br />

pecados separaron, a gran distancia, al género humano de Dios, era conveniente que<br />

fuéramos reconciliados con Dios <strong>hasta</strong> la resurrección de la carne para vida eterna, por un<br />

mediador que fuera el único sin pecado, que naciera, viviera y fuera muerto. Para que la<br />

soberbia humana fuera convicta y sanada mediante la humildad de Dios. Para demostrar<br />

al hombre lo apartado que estaba de Dios, cuando volviera a ser llamado por el Dios<br />

encarnado. Para que, por el hombre Dios, se diera al hombre contumaz ejemplo de<br />

obediencia. Para que, recibiendo el Unigénito la forma de siervo, forma que antes no<br />

había merecido nada de esto, se abriera la fuente de la gracia y la prometida resurrección<br />

de la carne se mostrara por anticipado a los redimidos en el mismo Redentor. Para que el<br />

diablo fuera vencido por la misma naturaleza que él se gozaba en haber vencido.<br />

ajuste de una economía de salvación organizada de tal suerte que el enemigo a vencer llega a ser en ella el obrero de su<br />

propia ruina."<br />

1 Cf. De Trin XIII (18), 14, 27-41, PL 42, 1028, CChL 50A, p. 407.<br />

2 De Trin XIII (22), 17,27-31, PL 42, 1032, CChL 50A, p. 413. Cf. p. e. De Trin XIII, 18 (23), 1-10, PL 42, 1032,<br />

CChL 50A, p. 413; Ench 28 (108) 79-81, PL 38, 283, CChL 46, p. 108.<br />

3 Cf. p. e. Enarr Ps 26, 2, 2, 9-15, PL 36, 200, CChL 38, p. 155; Ib. 64,6, 30-50, PL 37, 777, CChL 39, p. 828; Ib. 84,<br />

13, 10-17, PL 37, 1079, CChL 39, p. 1173; Ib. 129, 7, 8-15, PL 37, 1701, CChL 40, p. 1894s; Ib. 130, 4, 1-19, PL 37,<br />

1075s, CChL 40, p. 1900; Ib. 149, 6, 14-34, PL 37, 1952s, CChL 40, 2182s; De Trin IV, 13 (17), 52-55, PL 42, 899,<br />

CChL 50, p. 183; Ib IV, 14(19), 1-21, PL 42, 901, CChL 50, p. 186s - X, 6, 35-39, PL 41, 284, CChL 47, p. 279; X,<br />

20, 1-14, PL 41, 298, CChL 47, p. 294.<br />

4 Ep 140,4,10, PL 33,542, CSEL 44, p. 162,9-12. Por consiguiente, añadiéndonos la semejanza de su humanidad,<br />

quitó la desemejanza de nuestra iniquidad, y hecho partícipe de nuestra mortalidad, nos hizo partícipes de su divinidad<br />

(De Trin IV (4), 2,13-16, PL 42, 889, CChL 50, p. 164). ...si no es por el mediador de Dios y los hombres, el hombre<br />

Cristo Jesús, que se hizo partícipe de nuestra mortalidad para hacernos a nosotros partícipes de su divinidad (Civ Dei<br />

XXI, 16, 28-30, PL 41, 730, CChL 48, p. 782). El que era Hijo de Dios, por vosotros se hizo hijo <strong>del</strong> hombre para que<br />

los que erais hijos <strong>del</strong> hombre fuerais hechos hijos de Dios (Sermo 121,5, PL 38,680; cf. p. e. Sermo 130, 2, PL 38,<br />

726; Sermo 192, 1, PL 38, 1012). Cf. Enarr Ps 52, 6, 11-18, PL 36, 616, CChL 39, p. 642; Ib., 66, 9, 44-46, PL 36,<br />

811, CChL 39, p. 867; Ib., 102, 22, 21-29, PL 37, 1333, CChL 40, p. 1470; Ib., 118, 16, 6, 11-19, PL 37, 1546s, CChL<br />

40, p. 1718; Ib., 118, 19, 6, 8-11, PL 37, 1556, CChL 40, p. 1728; Ib., 121, 5, 33-35, PL 37, 1622, CChL 40, 1805; Ib.,<br />

138, 2, 45-48, PL 37, 1758, CChL 40, 1991; Ib., 146, 11, 40-46, PL 37, 1906, CChL 40, 2130; Ep 187, 6, 20, PL 33,<br />

839s, CSEL 57, pp. 99, 8-10; De consensu II, 3, 6, PL 34, 1073, CSEL 43, p. 86, 21-23. Cristo intercambia su vida por<br />

nuestra muerte (Sermo 80, 5, PL 38, 496s).<br />

5 (108 ), 68-80, CCHL 46, p. 107s, PL 40, 282s. Cf. Portalié, op. cit., col. 2373s; Bailleux, La soteriologie, 173.<br />

6 Si el hombre no hubiera perecido, el Hijo <strong>del</strong> Hombre no hubiera venido (Sermo 174,2,2, PL 38,940). No hubo<br />

ninguna otra causa para que Cristo Señor viniera sino salvar a los pecadores. Quita las enfermedades, quita las<br />

heridas, y no hay causa alguna para la medicina. Si vino <strong>del</strong> cielo el gran médico, grande era el enfermo que yacía por<br />

todo el orbe de la tierra. El mismo enfermo es el género humano (Sermo 175, 1, PL 38, 945). Según Geerlings (op.<br />

cit., 144s), "médico" es un título central de Cristo. El principal argumento para la Encarnación, según este mismo autor<br />

(Ib.), es el paralelo Adán-Cristo. Cf. Berrouard, Le Christ médecin, BA 71, 854s.<br />

113


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

Acerquémonos a considerar ahora la cristología agustiniana a la luz de la futura verdad<br />

calcedonense. 1 Antes de su conversión, Cristo era un simple hombre dotado de la plenitud<br />

de la sabiduría. 2 Su primitiva forma de expresarse es tan insatisfactoria que un intérprete<br />

malevolente podría acharcarle los errores contrarios. En el Com Gal (394-397) distingue<br />

<strong>cl</strong>aramente la unidad de Cristo con Dios de las de los otros hombres agraciados. 3 Después<br />

de su ordenación (391) usa, con más frecuencia, categorías abstractas como naturaleza<br />

humana y humanidad. 4 Como Novaciano, distingue entre en cuanto Dios y en cuanto<br />

hombre. 5 En la cristología temprana de Agustín se pueden encontrar fórmulas de<br />

tendencia antioquena. Todo el hombre ha sido ciertamente asumido por el Verbo, esto es<br />

el alma racional y el cuerpo: es un Cristo, un Dios Hijo de Dios. No sólo Verbo sino Verbo<br />

y hombre. Todo esto es Hijo de Dios Padre por causa <strong>del</strong> Verbo, e hijo <strong>del</strong> hombre por<br />

causa <strong>del</strong> hombre... Y, a una con el hombre es Hijo de Dios, pero por el Verbo, por el cual<br />

el hombre fue asumido. Y, a una con el Verbo es hijo <strong>del</strong> hombre, pero por el hombre que<br />

es asumido por el Verbo. 6 Agustín tuvo contacto en su estadía en Milán con la cristología<br />

1 Según Liébaert (op. cit., 96), en torno al 400 no hay una cristología trabajada en Occidente, antes de Agustín. Siguen la<br />

línea de Dámaso, afirmando la integridad de lo humano. "Refuerzan así la orientación primitiva de la teología occidental<br />

hacia una cristología de dos naturalezas y hacia un esquema de tipo Palabra-hombre" (Ib.). Respecto a la concepción<br />

occidental <strong>del</strong> hombre asumido, véase Oeuvres de Saint Augustin 15... n. 16: L'Homme pris par Dieu, p. 575s.<br />

2 Conf VII,19,25,1-23, PL 32,746, CChL 27, p. 108s. Su amigo Alipio, en cambio, concebía en forma apolinarista la<br />

fe en Cristo(Ib., 23-30, p. 109).<br />

3 Cf. 27, PL 35, 2125. Dado que no pertenece la naturaleza humana a la naturaleza de Dios, sin embargo, la<br />

naturaleza humana pertenece a la persona <strong>del</strong> unigénito Hijo de Dios, por gracia, y por una gracia tan grande que<br />

ninguna es mayor que ella, ninguna verdaderamente le es igual. Pues ningún mérito precedió a aquella asunción <strong>del</strong><br />

hombre, sino que desde la misma asunción comenzaron todos sus méritos (In Joh 82, 4, 19-24, PL 35,1844, CChL 36,<br />

p. 534; cf. De civ Dei X, 29, 20-23.28-33, PL 41, 308, CChL 47, p. 304s). Pues en las cosas nacidas en el tiempo, es la<br />

suma gracia que el hombre sea unido (coniunctus) a Dios en la unidad de la persona (De Trin XIII, 19 (24) 32s,<br />

PL 42, 1033, CChL 50A, p. 416). Cf. De Agone 20 (22), PL 40,301s, CSEL 41, p. 122,3-123,16; Ench 11 (36), 1-30,<br />

PL 40, 250, CChL 46, p. 69s. Véase Berrouard, la grãce d'union de l'incarnation, BA 74, 456-458. Pero, en otro<br />

sentido, es la misma gracia. Según G. Remy, "mediación y gracia se determinan recíprocamente: el Cristo es mediador<br />

de la gracia que nosotros recibimos por él; pero Agustín no duda tampoco en decir: la gracia <strong>del</strong> mediador, en cuanto<br />

ella es la fuente, a título gratuito, <strong>del</strong> ser y de la función de Cristo. En ambos casos la prioridad pertenece a la gracia" (La<br />

théologie de la médiation selon saint Augustin. Son actualité, RT 91(1991)580-623, p. 611). Por la misma gracia, con<br />

que aquel hombre desde el comienzo es hecho Cristo, cualquier hombre es hecho cristiano desde el comienzo de su fe.<br />

Del mismo Espíritu, <strong>del</strong> que aquel hombre nació, éste renace. Por el mismo Espíritu, por el que aquel hombre es hecho<br />

de manera que no tenga ningún pecado, se hace en nosotros la remisión de los pecados. Esto ciertamente Dios supo de<br />

antemano que haría. Por lo tanto, es la misma predestinación de los santos, la que resplandeció con máxima luz en el<br />

santo de los santos (De praedest sanct 15, 31, PL 44, 982). Así como aquel único fue predestinado a ser nuestra<br />

cabeza, así nosotros los muchos hemos sido predestinados a ser sus miembros (De praedest sanct 15, 31, PL 44, 983).<br />

Cf. De dono persev., 24, 67, PL 45, 1034). Para que los hombres entiendan que por la misma gracia, por la que se<br />

realizó que el hombre Cristo no pudiera tener ningún pecado, se justifica de los pecados (Ench 11 (36), 16-18, PL 40,<br />

250, CChL 46, p. 70). Como si en el recibir la naturaleza humana, de alguna forma, la misma gracia se hiciera natural<br />

para aquel hombre que no puede admitir ningún pecado (Ench 12 (40), 59-61, PL 40, 252, CChL 46, p. 72).<br />

4 Según Drobner (op. cit., 171), "Agustín piensa entonces [después <strong>del</strong> 411] fundamentalmente más en términos<br />

concretos (homo/Deus) que en abstractos (humanitas/divinitas), los que se encuentran una sola vez."<br />

5 Cf. De Div Quaest LXXXIII 75,35-40, PL 40,87, CChL 44A, p. 216. Véase, p.e. Ep 169, 8, CSEL 44, p. 617, 12s.<br />

La regla de fe católica es tal que cuando algo se dice en la Escritura como que el Hijo fuera menor que el Padre, hay<br />

que entenderlo según la asunción (susceptionem) <strong>del</strong> hombre, pero cuando se dicen cosas que lo demuestran igual, hay<br />

que recibirlo según aquello que es Dios (Ib., 69 (1), 12-16, PL 40, 74, CChL 44A, p. 184). Cf. De Trin I, 7 (14), 23-<br />

41, PL 42, 829, CChL 50, 45s; I, 11 (22s), 1-34, PL 42, 836, CChL 50, 60s; Ib. II (2), 1, 1-15, PL 42, 845s, CChL 50, p.<br />

81s. Puede verse lo ya dicho en la Introducción a propósito de la finalidad <strong>del</strong> De Trinitate.<br />

6 Serm 214,6, PL 38,1069.<br />

114


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

arriana y apolinarista. 1 Agustín destacará la totalidad de la humanidad de Cristo. Le es<br />

difícil expresar la persona de Cristo, porque la palabra persona, a primera vista significa el<br />

de los antioquenos (el reflejo, la manifestación exterior, el vestido, la<br />

apariencia). 2 Tendría que a<strong>cl</strong>ararse respecto a la unidad y a la diferencia. El que aparece<br />

en Cristo es la misma sabiduría de Dios. Así como Jesucristo hombre no fue enviado por<br />

el Hijo de Dios, esto es por la Virtud y Sabiduría de Dios por quien fueron hechas todas las<br />

cosas, sino que de tal manera fue asumido (susceptus), según la fe católica, que el<br />

mismo fuera Hijo de Dios, es decir que en él mismo apareciera la Sabiduría de Dios para<br />

sanar a los pecadores. 3<br />

Los primeros pasos hacia el concepto de persona los da más en la reflexión trinitaria que<br />

cristológica. Por otro lado, describe la unidad <strong>del</strong> sujeto en paráfrasis 4 , apuntando a que el<br />

el sujeto que realiza la Encarnación es la "persona" <strong>del</strong> Verbo. 5 Por este camino, Agustín<br />

1 De Div Quaest LXXXIII 80,1-24, PL 40,93, CChL 44A, p. 232s.<br />

2 Ad habendam naturaliter et agendam personam Sapientiae (Com Gal 27, PL 35,2125). Según<br />

Milano (op. cit., 285s), "antes <strong>del</strong> 400 más o menos, el término persona tenía un significado, por así decirlo,<br />

funcional: equivalía más o menos a el<br />

significado por los antioquenos, y que es ser el reflejo de alguien, la<br />

manifestación exterior, el revestimiento, el aspecto, la apariencia..."<br />

3 C. Ep. Man 6; PL 42,177. Cf. Vicente de Lerin, Common 14.<br />

4 Según Grillmeier (Jesus der Christus I, 599), las expresiones idem ipse et homo Deus-Deus homo, in<br />

unitatem personae suae, Unigeniti, Verbi, assumere quieren indicar que es la persona <strong>del</strong> Verbo la<br />

que asume. Drobner (op. cit., 251s; cf. Ib., 169), después de enumerar las fórmulas que describen la unidad o unión (con<br />

sus respectivas citas), con<strong>cl</strong>uye: "La unión de Dios y el hombre en Cristo es, pues, descrita por Agustín, ante todo como<br />

actividad activa de parte <strong>del</strong> Logos."<br />

5 Ahora, aquella forma <strong>del</strong> hombre asumida es la persona <strong>del</strong> Hijo y no también la <strong>del</strong> Padre (De Trin II (9), 5,100s,<br />

PL 42, 850s, CChL 50, p. 92). En la unidad de su persona (in unitatem personae), permaneciendo la forma<br />

invisible de Dios, recibió la forma visible de hombre (C. Max I, 19, PL 42,757). Hacia la unidad de la persona (in<br />

unitatem personae) el alma racional y la carne tuvieron acceso (accesit) al Verbo (Ench 10 (35),50s, PL 40,249,<br />

CChL 46, p. 69; cf. De praed sanct 15, 30, PL 44, 981s). ¿Qué naturaleza humana en el hombre Cristo mereció el ser<br />

asumida singularmente en la unidad de la persona <strong>del</strong> único Hijo de Dios?.. A saber, desde que comenzó a existir no<br />

fue otro que el Hijo de Dios, y esto el único (Ench 11 (36), 2-9, PL 40, 250, CChL 46, p. 69). La naturaleza humana,<br />

no perteneciendo a la naturaleza de Dios, sin embargo, ella pertenece, por gracia, a la persona <strong>del</strong> unigénito Hijo de<br />

Dios (In Joh 82, 4, 19-21, PL 35, 1844, CChL 36, p. 534; cf. In Joh 74, 3, 8-10, PL 35, 1828, CChL 36, p 514; Praes<br />

Dei, 13, 40, PL 33, 847s, CSEL 57, 117,21-118,2) Sólo el hombre...fue metido (coaptatus) en la unidad de la<br />

persona <strong>del</strong> Verbo de Dios, es decir <strong>del</strong> único Hijo de Dios, por una asunción (susceptione) admirable y singular,<br />

permaneciendo, sin embargo, el Verbo inconmutable en su naturaleza... Y sin embargo, correctamente se dice: Dios<br />

crucificado (Ep 169, 2, 7s, PL 33, 745s, , CSEL 44, 616,26-617, 24). El Verbo de Dios asumió a su creatura en la<br />

unidad de su persona para ser nuestra cabeza y que nosotros fuéramos su cuerpo (De gest Pel 14, 32, PL 44, 340,<br />

CSEL 42, 88, 2-4). Así no se aumenta el número de las personas cuando el hombre llega (accedit) al Verbo, para que<br />

sea un Cristo (Ep 140,4,12, PL 33,543, CSEL 44, p. 164,12s). El Espíritu Santo no fue dicho menor que el Padre,<br />

como lo fue el Hijo por la forma de siervo, porque aquella forma de siervo adhirió (inhaesit) a la unidad de la<br />

persona (De Trin II (12), 6,69-71, PL 42, 853, CChL 50, p. 96). De ninguna manera ese sonido de voz, que al instante<br />

dejó de existir, fue unido (coaptatus) a la unidad de la persona <strong>del</strong> Padre, ni aquella especie de paloma corporal fue<br />

unida a la unidad de la persona <strong>del</strong> Espíritu Santo... Sino sólo el hombre fue unido por asunción (susceptione)<br />

admirable y singular, a la unidad de la persona <strong>del</strong> Verbo de Dios, esto es <strong>del</strong> único Hijo de Dios (Ep 169,7, PL 33,<br />

745, CSEL 44, p. 616, 20-29; cf. In Joh 99, 1, 38-42, PL 35, 1886, CChL 36, p. 582; Ib., 99, 2, 5-9, PL 35, 1886, CChL<br />

36, p. 583; Ench 14 (19), 16s, PL 40, 255, CChL 46, p. 76). Nadie asciende sino el que desciende [Jn 3,13]. Pues esto<br />

lo dijo respecto a la persona y no al hábito de la persona. Desciende sin el vestido <strong>del</strong> cuerpo; asciende con el vestido<br />

<strong>del</strong> cuerpo (Sermo 263,3, PL 38,1211). Cf. C. Max 1, 19, PL 42, 756s; Cons ev I, 35, 53, PL 34, 1069, CSEL 43, p.<br />

59, 4-7; C. Jul imp 4, 87, PL 45, 1388; Corrept 11, 30, PL 44, 934s; In Joh 19,15, 22-24, PL 35, 1553, CChL 36, p.<br />

199; In Joh 74, 3, 9s, PL 35, 1828, CChL 36, p. 514; In Joh 105, 4, 7-9, PL 35, 1905, CChL 36, p. 605; Sermo 263, 3,<br />

PL 38, 1211, PLS 2, 490. También acentúa el una persona para no llegar a una cuaternidad en Dios. P. e.: Es el<br />

mismo Dios quien es hombre, y el mismo hombre quien es Dios, no por confusión de la naturaleza sino por unidad de la<br />

115


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

llega a la fórmula: una persona que consta de dos substancias; una persona en ambas<br />

naturalezas. 1 Comienza a ex<strong>cl</strong>uir las fórmulas que sólo dicen una relación accidental entre<br />

persona. Finalmente, quien, Hijo de Dios por el Padre generante, es siempre coeterno, el mismo comenzó a ser hijo <strong>del</strong><br />

hombre por la Virgen. Y así se añadió la humanidad a la divinidad <strong>del</strong> Hijo; y, sin embargo, no se hizo una<br />

cuaternidad de personas, sino que permanece la Trinidad (Sermo 86, 1, PL 38, 999). Según Geerlings (op. cit., 121),<br />

entre toda la teminología que estaba a su disposición para expresar la Encarnación, Agustín privilegia el concepto de<br />

susceptio (acción de recibir) por el Verbo.<br />

Pero según B. Studer (Una persona in Christo. Ein augustinisches Thema bei Leo dem Grossen,<br />

Augustinianum 25(1985)453-487, p. 483s; cf. Ib., 487), en cambio, "con la fórmula una persona es ex<strong>cl</strong>usivamente<br />

descrito el punto final <strong>del</strong> movimiento o la realidad compuesta como está ahora." Comenta Liébaert (op. cit., 97): "La<br />

única persona de Cristo parece no distinguirse de la persona de la Palabra, pero concretamente ella está constituida, en<br />

Cristo como en el hombre, por el compuesto. Esta es la causa por la cual la formulación de Agustín casi calza con<br />

aquella de los teólogos orientales respecto al único<br />

como término de unión."<br />

1 Persona una ex duabus substantiis constans; una in utraque natura persona (cf. In<br />

Joh 99,1,42s, CChL 36, p, 582; Serm 294,9, PL 38,1340; C. serm Ar 7s, PL 42,688; De Trin XIII, 17 (22), 5s, PL 42,<br />

1031, CChL 50A, p. 412 ). Una persona geminae substantiae: Finalmente Cristo es una persona de doble<br />

substancia, porque es Dios y es hombre. Y no se puede llamar Dios a una parte de esta persona, porque, de ser así, el<br />

Hijo de Dios, antes que recibiera la forma de siervo, no sería completo (totus) y crecería cuando el hombre se<br />

adjunta a su divinidad (C. Max II,10,2; PL 42, 765). Cf. Ep 137, 3,9, PL 33,519, CSEL 44, p. 108,13-15; Sermo 130,<br />

3, PL 38, 727; In Joh 99, 1, PL 35, 1886, CChL 36, 582, 32-49; De Trin XIII, 17 (22), 3-16, PL 42, 1031; CCL 50A, p.<br />

412; Ench 11 (36), 28-30, PL 40, 250s, CChL 46, p. 70; Ib., 12 (40), 52-59, PL 40, 252, CChL 46, p. 72; Ib., 13 (41),<br />

3-5, PL 40, 252s, CChL 46, p. 72 ; Pec mer I, 31, 60, PL 44, 144, CSEL 60, p. 61, 6s. Véanse otras expresiones sobre<br />

la unidad de la persona en Liébaert, p.97. En el Verbo entiendo al verdadero Hijo de Dios, en la carne reconozco al<br />

verdadero hijo <strong>del</strong> hombre y a ambos, a la vez, unidos en una persona de Dios y de hombre (in unam personam<br />

dei et hominis... coniunctum) por inefable don de la gracia (De Trin XIII (24), 19,24-27, PL 42,<br />

1033,CChL 50A, p. 415s; cf. Ib., 32s; Dono persev, 24, 67, PL 45, 1033).<br />

Respecto al uso de una persona por Agustín, B. Studer (Una persona..., 476s) insinúa tres etapas. Antes <strong>del</strong> 400,<br />

Agustín habla de gerere personam, portare personam. Cristo representa la Sabiduría divina, es uno con<br />

ella. Entre 400 y 411 desarrolla el concepto de unitas personae. Así distingue la encarnación de las otras<br />

teofanías. Finalmente, en torno al 411 Aparece propiamente la fórmula una persona. Quiere expresar que es un solo<br />

ser concreto.<br />

Según Drobner (op. cit., 271-274), la cristología de los primeros siglos fue una cristología de la distinción, que, contra<br />

las desviaciones, afirmaba la divinidad plena <strong>del</strong> Logos y la realidad de su Encarnación. Por supuesto, también se<br />

formulaba la unidad de Cristo. Véase el 'uno y el mismo' de Ireneo (cf. Jn 3, 13; Ef 4, 10). La unidad de las naturalezas<br />

fue concebida en el esquema En el siglo IV, la fuerte afirmación de las dos naturalezas, conlleva el<br />

peligro de una posible división en dos hijos. Entonces los Padres buscan expresar mejor la unidad. En Hilario encuentra<br />

Agustín la fórmula Cristo es la misma cosa (ipse ex unitis in idipsum naturis naturae<br />

utriusque res eadem est, ita tamen ut neutro careret in utroque, Trin 9, 3, 16-18, CChL<br />

62A, p. 374), que quiere expresar el único sujeto, lo que después se dirá con "una persona'. Jerónimo dirá que<br />

Cristo no es dos personas (cf. Ep 120, 9, 15, CSEL 55, p. 498, 6-10; Ps Tract 109 (4), 14-17, CChL 78, p. 22; Jer 3<br />

(52) 188, 15-17, CChL 74, p. 148; Zac 1, 3 (1/5), 58-66, CChL 76A, p. 771; Zac 2, 6 (9/15), 275-277, CChL 67A, p.<br />

799; Mt 2, (14, 23), 1307s, CChL 77, p. 124; Mc 11, 1-10 (3), 81-89, CChL 78, p. 487; cf. Ambrosio, Exp Ps 61, 5,<br />

CSEL 64, p.. 380, 24-27). Pero ninguno de estos teólogos llegó a la fórmula una persona, que Tertuliano usó una<br />

vez (Adv Prax 27 (11), 62s, PL 2, 191, CChL 2, p. 1199) y que aparece en la Fides Isacis ((4) 191s, CChL 9, p. 343).<br />

Porque persona, para ellos tenía una connotación de rol, demasiado fuerte, y en Cristo había dos roles: el divino y el<br />

humano. El impulso decisivo lo recibe Agustín de la exégesis gramatical de la persona: ¿qué persona es la que está<br />

hablando?, etc. Más de dos tercios <strong>del</strong> uso que Agustín hace de esta palabra (1407 veces en total) corresponde a este<br />

sentido. La solución no le vino <strong>del</strong> teatro o <strong>del</strong> lenguaje jurídico. La fórmula una persona dicha de Cristo recién<br />

aparece en la Ep 137 (11, PL 33, 520, CSEL 44, p. 109, 16) <strong>del</strong> año 411: uniendo (copulans) a ambas naturalezas en<br />

la unidad de la persona (Ib. 137, 9, PL 33, 519, CSEL 44, p. 108, 14s). Con esta fórmula hace culminar la tradición y<br />

resuelve los problemas. Teodoro de Mopsuestia en Oriente, siguiendo un camino parecido (los mismos herejes arrianos,<br />

apolinaristas y fotinianos, y el mismo problema de la unidad; unus atque idem; Jn 1, 14; gran obra exegética<br />

usando la exégesis de la persona), había llegado también al<br />

. Nos advierte Drobner: "El uso gramatical<br />

116


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

Dios y Jesús por insuficientes, como Dios en el hombre, tener la divinidad. Y afirma que<br />

Dios es hombre y el hombre Jesucristo es Hijo de Dios. Por el carácter substancial de esta<br />

unión, que no se puede disolver, Cristo está muy por encima de los profetas y santos. 1<br />

Cristo jamás existió como hombre aparte de Dios. 2 Respecto a lo que nosotros llamamos<br />

comunicación de idiomas, dice Agustín: El bienaventurado apóstol muestra que esta<br />

unidad de la persona de Cristo Jesus Nuestro Señor así consta de ambas naturalezas, la<br />

divina y la humana, que cada vocablo de una de ellas también se atribuye a la otra, lo<br />

divino a lo humano y lo humano a lo divino. 3<br />

Agustín no sólo pelea por las fórmulas sino que busca una comprensión más íntima de la<br />

unidad de Dios y el hombre en Cristo. Así usa la famosa analogía de la unión <strong>del</strong> alma y el<br />

cuerpo 4 de fondo neoplatónico. A veces la describe platónicamente como una relación<br />

accidental. 5 Otras veces tiene el esquema, de unión más estrecha, de que el hombre es<br />

un animal racional. Porque como en la unidad de la persona el alma utiliza (utitur) el<br />

cuerpo de forma que el hombre exista, así en la unidad de la persona Dios utiliza al<br />

<strong>del</strong> concepto de persona contiene sólo las expresiones de unidad y <strong>del</strong> sujeto como portador de propiedades, dichos y<br />

acciones, pero no tiene los sentidos de individualidad, centro sicológico, etc."<br />

1 Cf. Ep 187, 2s,3ss, PL 33,833ss, CSEL 57, p. 83ss; Ep 187, 13,40, PL 33,847, CSEL 57, p. 116,24-118,2; Ench 11<br />

(36), 2ss, PL 40, 250, CChL 46, p. 69s. Porque Dios humildemente, no gobernaba a aquel hombre como a otros santos,<br />

sino que lo tomaba sobre sí (gerebat) (De Trin XIII (23), 18,42s, PL 42, 1033, CChL 50A, p. 414. La creatura en<br />

que apareció el Espíritu Santo no fue asumida de la manera como lo fue el hijo <strong>del</strong> hombre, en cuya forma se<br />

presentaba la misma persona <strong>del</strong> Verbo Dios... no ciertamente que poseyera más al Verbo para ser más excelente que<br />

los otros en sabiduríua, sino que era el mismo Verbo. Una cosa es el Verbo en la carne, y otra el Verbo carne... (De<br />

Trin II (11), 6,3-9, PL 42, 851, CChL 50, p. 93s). Puede verse lo ya dicho respecto a la diferencia entre Cristo y los<br />

otros hombres agraciados.<br />

2 De Trin XIII (17), 22, 15s, PL 42, 1031, CCL 50A, p. 412. Pues el mismo único Cristo, e Hijo de Dios siempre por<br />

naturaleza, e Hijo <strong>del</strong> hombre que, por gracia, fue asumido en el tiempo. No fue asumido de forma que primeramente<br />

creado después fuera asumido, sino de forma que por la misma asunción fuera creado (C. serm Ar 8, PL 42,688; cf.<br />

C. Jul imp I, 88, PL 45, 1137). En tales cosas, toda la razón (ratio) de lo que ha sido hecho es la potencia <strong>del</strong> que lo<br />

hace (Ep 137,2,8, PL 33,519, CSEL 44, p. 107,12s).<br />

3 C. Serm Arian 8, PL 42,688. Y por esto, porque hay que entender esta unidad de la persona en ambas naturalezas,<br />

por un lado se dice que el Hijo <strong>del</strong> Hombre descendió de los cielos... y, por otro, se dice que el Hijo de Dios fue<br />

crucificado y sepultado... Que el Hijo de Dios fue también crucificado y sepultado, todos también lo confesamos en el<br />

Símbolo... (Ib.). Si atiendes a la distinción de las substancias, el Hijo de Dios descendió <strong>del</strong> cielo, el Hijo <strong>del</strong> hombre<br />

fue crucificado; si atiendes a la unidad de la persona, y el Hijo <strong>del</strong> hombre descendió <strong>del</strong> cielo y el Hijo de Dios fue<br />

crucificado (C. Max 2, 20, 3, PL 42, 789s). Se hizo, en verdad, hombre, de tal manera que ahí no estuviera solamente<br />

el Verbo de Dios y la carne <strong>del</strong> hombre sino también el alma racional <strong>del</strong> hombre, y este todo y sea llamado Dios por<br />

causa de Dios, y sea llamado hombre por causa <strong>del</strong> hombre (De Trin I, 13 (28), 1-16, CChL 50A, p. 69; IV (31),<br />

21,43-46, CChL 50, p. 203s; cf. Ib., I (14), 7, 45s, CChL 50, p. 46). Cf. Ep 169, 2,8, PL 33,745s, CSEL 44, p. 617,12-<br />

26; Ep 187,3,8s, PL 33,835, CSEL 57, p. 87,15-88,4; Sermo 213, 3, PL 38, 1061s; Sermo 214, 7, PL 38, 1069; Sermo<br />

187,1, PL 38,1001; C. Max II, 20, 3, PL 42, 789s; Pec mer I, 31, 60, PL 44, 144, CSEL 60, p. 61, 4-8; Serm Cas 2, 76,<br />

2s, PLS 2, 531s.<br />

4 Así como el alma que tiene cuerpo no hace dos personas sino un hombre, así el Verbo, teniendo al hombre, no hace<br />

dos personas sino un Cristo (In Joh 19,15,27-30, PL 35,1553, CChL 36, p. 199; cf. p. e. Ench 11 (36) 10-14, CChL<br />

46, p. 69s; Ep 140, IV, 12, CSEL 44, 164, 10-13; Ep 169, II, 8, CSEL 44, p. 617, 13-17; In Joh 78, 3, 4-10, PL 35,<br />

1836, CChL 36, p. 524). Según Liébaert, la comparación con la unión <strong>del</strong> alma y cuerpo se encuentra<br />

sorprendentemente a menudo en Agustín. Según Drobner (op. cit., 273). "el influjo de la analogía platónica cuerpo-alma,<br />

que Agustín tomó de Porfirio, es pasajera en él y no decisiva."<br />

5 El alma racional está haciendo uso de un cuerpo mortal y terreno (De moribus Ec<strong>cl</strong> I,27,52, PL 32,1332). Según<br />

Drobner (op. cit., 125), <strong>hasta</strong> el 411 predomina en su enseñanza, con influjo neoplatónico, una unidad accidental de<br />

cuerpo y alma en el hombre. Después pasará a ser unidad personal. Volverá a usar tres veces esta comparación (Ib., 171;<br />

251).<br />

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HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

hombre de forma que Cristo exista. En aquella persona hay una mez<strong>cl</strong>a (mixtura) 1 de<br />

alma y cuerpo; en esta persona hay una mez<strong>cl</strong>a de Dios y hombre. 2 Con tal que se aparte<br />

el oyente de la costumbre de los cuerpos según la que dos licores se pueden mez<strong>cl</strong>ar de<br />

tal manera que ninguno de ellos conserva la integridad, porque en los mismos cuerpos la<br />

luz incorrupta se mez<strong>cl</strong>a con el aire. Por lo tanto, la persona <strong>del</strong> hombre es una mez<strong>cl</strong>a <strong>del</strong><br />

alma y de cuerpo; la persona, empero, de Cristo es una mez<strong>cl</strong>a de Dios y hombre. Cuando<br />

el Verbo de Dios se mez<strong>cl</strong>a a un alma que tiene cuerpo, al mismo tiempo asume el alma y<br />

el cuerpo. Aquello acontece todos los días para procrear a los hombres; esto sucedió una<br />

sola vez para liberar a los hombres. Sin embargo, más fácilmente debe ser creída la<br />

mixtura (commixtio) de dos cosas incorporales, que de una cosa incorporal y otra<br />

corpórea. Puesto que, cuando el alma no se engaña respecto a su naturaleza, se entiende<br />

como incorpórea. Mucho más incorpóreo es el Verbo de Dios, y por esto debió ser más<br />

creíble la mixtura (permixtio) <strong>del</strong> Verbo de Dios y de alma que la <strong>del</strong> alma y <strong>del</strong> cuerpo. 3<br />

Luego, el cuerpo de Cristo está unido a la divinidad, mediante el alma, por su mediación. 4<br />

Pero Berrouard 5 se in<strong>cl</strong>ina en contra la opinión de algunos, de que en la muerte de Jesús<br />

su cuerpo quedó separado de la divinidad, porque se unía a ésta mediante el alma.<br />

Aunque en la discusión aparezca la palabra persona, Agustín no trabajaría con ese<br />

concepto sino con el de unión de naturalezas. 6 Agustín ve <strong>cl</strong>ara la unidad <strong>del</strong> sujeto y<br />

busca expresarla. También busca imágenes en la unión entre Cristo y la Iglesia. En el<br />

seno de María se realiza el desposorio místico entre el Verbo y la humanidad. 7 Agustín no<br />

distingue siempre entre la persona histórica y la mística, entre el Cristo individual y total. 8<br />

1 Según Drobner (op. cit., 125; 171), no volverá a usar este vocabulario de mez<strong>cl</strong>a respecto a Cristo. "Se aparta de la<br />

terminología neoplatónica, y después que ha encontrado en la persona una expresión firme para la unidad, evita toda<br />

otra palabra eventualmente mal entendible, que más allá de la unidad pudiera arrojar alguna duda sobre la integridad de<br />

ambas naturalezas" (Ib., 253). Cf. Leporio, Lib emend 4, PL 31, 1224s).<br />

2 Así el hombre fue unido (copulatus) al Verbo Dios para la unidad de la persona, y en cierto sentido mez<strong>cl</strong>ado<br />

(commixtus), cuando, viniendo la plenitud de los tiempos, el Hijo de Dios fue enviado a este mundo, nacido de mujer<br />

para ser también hijo de hombre por causa de los hijos de los hombres (De Trin IV (30), 20,149-152, PL 42, 909,<br />

CChL 50, p. 201).<br />

3 Ep 137, 3,11, PL 33,520, CSEL 44, p. 110,1-18. Sobre la unión sin mez<strong>cl</strong>a neoplatónica, cf. E. L. Fortin,<br />

Christianisme et culture philosophique au cinquième siè<strong>cl</strong>e. La querelle de l'âme humaine en Occident (Études<br />

Augustiniennes), Paris 1959, p. 111-128.<br />

4 Cf. Ep 140, 4,12, PL 33,542, CSEL 44, p. 163,19-21. Pero en su discusión con los maniqueos pone al alma no como<br />

mediadora sino más bien como escudo protector entre la divinidad (ésta no es manchada) y el cuerpo (De Fide et symb<br />

IV,10, PL 40,187, CSEL 41, p. 13,19-14,8).<br />

5 Augustin enseigne-t-il que le Verbe a abandonné le corps du Christ au moment de la mort? , BA 73B, 450-454.<br />

6 Detrás de esto hay un presupuesto neoplatónico. Hay una especie de mayor connaturalidad entre lo divino y el alma<br />

humana (cf. De Civ Dei X,29,39-55, PL 41,308, CCL 47, p. 305). Se pueden juntar sin mez<strong>cl</strong>arse ni yuxtaponerse.<br />

7 Cf. In Joh 8,4,1-25, PL 35,1452, CChL 36, p. 83s; Enarr in Ps 44,3,6ss, PL 36,494s; CChL 38, p. 495s. Cf.<br />

Berrouard, L'Incarnation et les fiançailles de Christ et de l'Église, BA 71, 891-893.<br />

8 Así atribuye al Cristo total lo que no quiere decir <strong>del</strong> Cristo terreno. El Cristo total (totus Christus: cabeza y<br />

cuerpo) es <strong>cl</strong>ave en la soteriología de Agustín. Apenas encontrarás en los Salmos palabras, que no sean de Cristo y de<br />

la Iglesia, o de solo Cristo, o de sola la Iglesia, lo que ciertamente, en parte, también somos nosotros (Enarr Ps 59, 1,<br />

12-14, PL 36, 713, CChL 39, p. 754; cf. Ib., 58, 1, 2, 4-32, PL 36, 693, CChL 39, p. 730s). Habla, por tanto, Cristo en<br />

los profetas a veces a nombre de él (ex voce sua), a veces a nombre de nosotros, porque se hace uno con nosotros,<br />

como está dicho: "serán los dos una sola carne" (Enarr Ps 138, 2, 28-31, PL 37, 1785, CChL 40, p. 1991). No<br />

dudemos cuando se pasa de la cabeza al cuerpo o <strong>del</strong> cuerpo a la cabeza y, sin embargo no se aparta de la una y<br />

misma persona. Pues la misma persona habla diciendo: "me impusiste la mitra como al esposo y me adornaste con<br />

ornamento como a la esposa". Y, sin embargo, ciertamente hay que entender cuál de esas dos cosas convenga a la<br />

cabeza y cuál al cuerpo, es decir qué a Cristo y qué a la Iglesia (Doctr Christ III, 31 (44), 5-11, PL 34, 82, CChL 32,<br />

p. 104). Comenta Madec (Christus, 881): "Agustín, pues, no duda, siguiendo a Ticonio, en aplicar la terminología de la<br />

118


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

Respecto a la tentación, abandono y pasión, desarrolla una especie de sicología <strong>del</strong> alma<br />

de Cristo. 1 Hizo progresar la cristología latina, pero no tenía una solución acabada para la<br />

crisis que explota en Oriente al final de su vida. 2<br />

Según Drobner 3 , "La fórmula Christus una persona/unitas personae Christi 4<br />

llega a ser, a partir <strong>del</strong> 411, el concepto <strong>cl</strong>ave de la cristología de Agustín. Ella permite<br />

resolver convincentemente todos los problemas presentes y amenazantes de la<br />

cristología. Define acertadamente la unión, en Cristo, de dos substancias/naturalezas<br />

completas. Así responde la pregunta cómo el Hijo <strong>del</strong> Hombre podía llegar a ser, y no sólo<br />

tomar carne (Jn 1, 14). Soluciona el problema <strong>del</strong> peligro, que eso conlleva, de partir a<br />

Cristo en dos hijos, y muestra cómo Cristo siempre era el mismo, antes y depués de su<br />

encarnación, antes de su descenso <strong>del</strong> cielo y después de su vuelta allá (Jn 3, 13). De la<br />

preservación de la unidad <strong>del</strong> sujeto de las dos naturalezas se sigue la communicatio<br />

idiomatum, la recíproca posibilidad de expresar todos los atributos <strong>del</strong> Dios hombre y de<br />

su mediación entre Dios y los hombres como homo hominum. La nueva fórmula de la<br />

unidad de la persona a<strong>cl</strong>ara, pues, los problemas teológicos <strong>trinitario</strong>s conectados con la<br />

cristología: la verdadera encarnación <strong>del</strong> Hijo, sin que, con todo, se dañe en nada su<br />

divinidad, es decir la igualdad y consubstancialidad con el Padre; el peligro de introducir<br />

una cuarta persona en la Trinidad y la esencial diferencia entre la encarnación <strong>del</strong> Hijo y<br />

las teofanías <strong>del</strong> Padre y <strong>del</strong> Espíritu. La cristología de Agustín está prácticamente<br />

con<strong>cl</strong>uida con el descubrimiento de la fórmula una persona en el año 411. El abarcante<br />

esbozo cristológico de Agustín no va a permanecer como su concepción privada. En el<br />

caso de Leporio será aceptado como la solución válida tanto por los obispos <strong>del</strong> norte de<br />

Africa como <strong>del</strong> sur de la Galia..." "El aporte de Agustín en el desarrollo de la fórmula una<br />

persona no consiste tanto en que muestre una gran capacidad especulativa. El se<br />

muestra como un espíritu sintético que, abrazándose al subsuelo de la tradición, la lleva a<br />

un punto de culminación y soluciona todos los nudos..." 5<br />

unión hypostática a la unión de Cristo y de su Cuerpo Místico: él habla de unus homo, idem ipse, unus et<br />

idem, una persona." Cf. In Joh 21, 8, 4s, PL 35, 1568, CChL 36, p. 216; Enarr Ps 55, 3, 28-31, PL 36, 648,<br />

CChL 39, p. 679. Cristo, cabeza de la Iglesia, interviene en los sacramentos: Que Pedro bautice, éste (Cristo) es el que<br />

bautiza; que Pablo bautice, éste es el que bautiza; que Judas bautice, éste es el que bautiza (In Joh VI, 7, 30s, PL 35,<br />

1428, CChL 36, 57). Cf. In Joh V, 7, 1-30, PL 35, 1417, CChL 36, p. 44; Ib., V, 18, 22-34, PL 35, 1424, CChL 36, 51s;<br />

Ib. XV, 3, 7-4, 11, PL 35, 1511s, CChL 36, 151s.<br />

1 Su alma es realmente un factor teológico. Según algunos autores habría en Agustín un descuido de la persona <strong>del</strong><br />

Jesús terreno (cf. Courth, op. cit., p. 203 n. 94). Según Geerlings (op. cit., p. e. pp. 136-140), Agustín concede un tal<br />

predominio al Logos, que desvanece un poco la humanidad de Jesús, aunque, por otro lado, destaque su integridad. Esto<br />

se ve, sobre todo, respecto a la ciencia de Jesús. No era susceptible de ignorancia humana (De Trin I (23),12,1-26, PL<br />

42, 836s, CChL 50, p. 61s; Enarr in Ps 6,1,17-24, PL 36,90, CChL 38, p. 27). Tú te turbas no queriéndolo; Cristo se<br />

turbó porque que quiso. Es verdad que Jesús tuvo hambre, pero porque quiso. Es verdad que Jesús durmió, pero<br />

porque quiso. Es verdad que Jesús se contristó, pero porque quiso. Es verdad que Jesús murió, pero porque quiso.<br />

Estaba en su poder el ser afectado de esta manera o de otra, o no serlo... Y por esto, donde está la suma potestad, la<br />

debilidad es tratada según la orden de la voluntad (In Joh 49, 18, 9-24, PL 35, 1754s, CChL 36, p. 428s). Puede<br />

verse la nota puesta al comienzo de los "acentos cristológicos".<br />

2 Pero en el caso de Leporio (cf. Grillmeier 661-665), Agustín se acercó a la futura línea de concebir la encarnación<br />

como la unión de la naturaleza humana con la Persona <strong>del</strong> Verbo (cf. PL 31,1224Ds; 1229B). Según Liébaert (p.97),<br />

"sin llegar a iluminar plenamente los conceptos correspondientes, Agustín es, sin embargo, el primer latino que supo<br />

presentar, para una terminología <strong>hasta</strong> entonces bastante empírica, un contenido teóricamente fundado ."<br />

3 op. cit., 270.<br />

4 Respecto a las fórmulas preferidas por Agustín (Christus una persona deus et homo, unus<br />

Christus, Verbum et homo una persona est), etc., cf. Drobner, op. cit., 249-252.<br />

5 Ib., 273.<br />

119


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

b) El Espíritu Santo como don y amor. Como su cristología, así también su pneumatología<br />

concretiza soteriológicamente su enseñanza sobre la divinidad. Los juicios sobre Agustín<br />

varían entre que le falta pneumatología y que es un gran pneumatólogo. A esto último<br />

contribuye el que su enseñanza sobre la Iglesia 1 y la gracia esté atada a su enseñanza<br />

intratrinitaria sobre el Espíritu. Proporcionado por el crucificado y resucitado, El es la<br />

presencia <strong>del</strong> Dios trino en el creyente. No hay diferencia esencial entre los que lo dan y el<br />

don. Dios se autodona en el Espíritu. No hay ahí dependencia en el dado ni dominación en<br />

los que dan, sino concordia entre el dado y los que dan. 2 Contra los pelagianos, afirma<br />

que es el principio de toda la vida de la gracia. 3 Así, pues, el Espíritu Santo, <strong>del</strong> que El nos<br />

dio, nos hace permanecer en Dios y a El en nosotros. El amor hace esto...Pues Dios<br />

Espíritu Santo, que procede de Dios, cuando es dado al hombre lo enciende en el amor de<br />

Dios y <strong>del</strong> prójimo, y el mismo es el amor. Porque el hombre no tiene de dónde amar a<br />

Dios sino <strong>del</strong> mismo Dios. 4 El amor es el signo externo de nuestra comunión con Dios, de<br />

haber recibido el Espíritu. 5 La Iglesia es templo <strong>del</strong> Espíritu, y así es el templo <strong>del</strong> Dios<br />

trino. Pues templo de Dios, esto es de toda la suma Trinidad, es la santa Iglesia, es decir<br />

toda en el cielo y en la tierra. 6 En la unión de la Iglesia por el Espíritu Santo se da una<br />

imagen de la unidad de Dios. 7 Tenemos al Espíritu Santo si amamos a la Iglesia y amarla<br />

es estar en su comunidad. 8<br />

4) Con<strong>cl</strong>usión. Regnon 9 califica su visión de Dios como estática y substancial,<br />

contrapuesta a la dinámica de los griegos. 10 Cree que para la tradición occidental el peligro<br />

es el modalismo, como para la griega el subordinacionismo. Courth lo va a comparar con<br />

la enseñanza de Atanasio y los Capadocios. Como ellos, su punto de partida es la<br />

enseñanza de la Iglesia. Así remite a los lectores que no pueden seguir sus esfuerzos de<br />

a<strong>cl</strong>aración, a la Biblia. 11 Está ligado a la confesión de fe de Nicea en la que in<strong>cl</strong>uye al<br />

Espíritu como consubstancial. Está convencido <strong>del</strong> límite de sus esfuerzos respecto al<br />

misterio. Trata de sobrepasar estos límites en la alabanza que adora. A la oración confluye<br />

la confesión y la teología. Camina entre los dos extremos <strong>del</strong> arrianismo y <strong>del</strong><br />

sabelianismo tardíos. Contra Arrio, como Gregorio de Nacianzo, señala el ser interno de<br />

Dios, que es simple, por lo tanto, Padre, Hijo y Espíritu Santo son igualmente Dios. Esta<br />

1 Respecto a la Iglesia, dice Y. Congar (Congar Y., je crois en l'Esprit Saint, Paris 1995, p. 120): "Agustín ve en la<br />

Iglesia como dos niveles o dos esferas (círculos): el de la communio sacramentorum, que es la obra de Cristo; y el de la<br />

societas sanctorum, que es la <strong>del</strong> Espíritu Santo. Este corazón <strong>del</strong> corazón, él lo llama ec<strong>cl</strong>esia in sanctis, unitas, caritas,<br />

Pax y también la Columba, porque su principio es el Espíritu Santo: aquél que hace en la Iglesia lo que el alma hace en<br />

el cuerpo." Cf. In Joh 26, 13, 11-25, PL 35, 1612s, CChL 36, p. 266; Ib., 27, 6, 10-25, PL 35, 1618, CChL 36, p. 272s;<br />

Sermo 267, 4, PL 38, 1231; 268, 2, PL 38, 1232s.<br />

2 De Trin XV (36), 19,131s, PL 42, 1086, CChL 50A, p.513.<br />

3 Cf. Rm 5, 5.<br />

4 De Trin XV (31), 17,120-131, PL 42, 1082, CChL 50A, p. 506; cf.Ib. XV (29),17,66-72, PL 42, 1081, CChL 50A,<br />

p. 504.<br />

5 In 1Joh 6,10, PL 35,2025s.<br />

6 Ench 15 (56),40-42, PL 40,259, CChL 46, p. 80.<br />

7 In Joh 39,5,2-34, PL 35,1684, CChL 36, p. 347s.<br />

8 Cf. Ib . 32,8,1-25, PL 35,1645s, CChL 36, p. 304. Véase Sermo 71, 18, 30-19, 32, PL 38, 461-463.<br />

9 Cf. Courth.<br />

10 M. Schmaus (en Courth, op. cit., p.206 n116) distingue entre la llamada concepción griega y la alejandrina latina.<br />

11 P.e. De Trin XV (49),27,38-49, PL 42, 1096, CChL 50A,530s.<br />

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HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

perspectiva relacionada a la esencia, le permite, como antes a Atanasio y los Capadocios,<br />

expresar el actuar revelador y salvador <strong>del</strong> mediador Cristo y <strong>del</strong> Espíritu Santo, como<br />

verdaderamente humanodivino y, por lo tanto salvador. Modifica su transfondo filosófico<br />

cuando trata de pensar al uno neoplatónico no sólo como conciencia viviente sino como<br />

amor que se compadece y se humilla. De vez en cuando aparece en él el pensamiento<br />

que viene desde Orígenes sobre la monarquía intradivina como lazo de unión. 1 El Padre<br />

para el Espíritu es principio no de principio, y el Hijo es principio de principio. 2 Tanto en la<br />

enseñanza intratrinitaria como en las misiones temporales se habla <strong>del</strong> Padre como<br />

fuente. Envía el que engendra; es enviado el que es engendrado. 3 También se puede<br />

decir que la monarquía intratrinitaria de los griegos impregna la dinámica de la historia de<br />

la salvación en Agustín. Pero respecto a la Trinidad inmanente, lo más nu<strong>cl</strong>ear es la<br />

perspectica esencial, unida con la doctrina sobre las relaciones. Puestas estas<br />

a<strong>cl</strong>araciones, la enseñanza agustiniana sobre la Trinidad inmanente es más cerrada que<br />

el esquema dinámico griego. El proceso de vida va <strong>del</strong> Padre al Hijo, y ambos se<br />

encuentran en el Espíritu Santo: ellos constituyen para Este un solo principio. Esta<br />

concepción permite la acentuación de la unidad esencial de los tres, y muestra la relación<br />

real entre el Hijo y el Espíritu (el Espíritu es el amor mutuo entre el Padre y el Hijo). Pero a<br />

los orientales les parece demasiado poco acentuada la fontanalidad <strong>del</strong> Padre, la<br />

monarquía intratrinitaria, y la pericoresis.<br />

Si una característica de Agustín son las relaciones que distinguen la única esencia,<br />

la otra es su amplia visión histórico salvífica. La comunicación vital intratrinitaria se<br />

extiende a la creación (al hombre), a la historia de salvación, a la santificación de cada<br />

creyente, y ante todo a la concepción de la Iglesia. La finalidad de todo esto es llamar al<br />

hombre a volver a Dios. Aunque influya la idea neoplatónica de la vuelta de los muchos a<br />

la unidad 4 , este camino está determinado por la kénosis paulina; además la vuelta se<br />

realiza en el espacio de la Iglesia llena por el Espíritu. Difícil que haya una concepción<br />

patrística postnicena que con tanta consecuencia aplique la fe en el Dios <strong>trinitario</strong> a la<br />

existencia religiosa <strong>del</strong> creyente y de la Iglesia. Agustín quiere sobrepasar su esfuerzo<br />

teológico en la oración y en el amor, esperando la plenitud final.<br />

1 Mostrando que el Padre es principio de toda la divinidad, o mejor dicho, de la deidad (De Trin IV (29),20,121s, PL<br />

42, 908, CChL 50, p. 200). No obstante, no sin razón en esta Trinidad sólo el Hijo es llamado Verbo de Dios, y sólo el<br />

Espiritu Santo es llamado don de Dios, y sólo Dios Padre es de quien es engendrado el Verbo y de quien procede<br />

principialmente (originariamente) el Espíritu Santo. Añadí principialmente, porque también se encuentra que el<br />

Espíritu Santo procede <strong>del</strong> Hijo (De Trin XV (29),17,54-58, PL 42, 1081, CChL 50A, p. 503).<br />

2 C. Max II,17,4, PL 42,784.<br />

3 De Trin IV (28), 20,66s, PL 42, 907, CChL 50, p. 198. Cf. Ib. IV (29), 20,95-102, PL 42, 908, CChL 50, p. 199.<br />

4 Cf.De Trin IV (11),7,7-21, Pl 42, 895s, CCL 50, p. 175s; Ib., XV (51), 28,47-50, Pl 42, 1098, CChL 50A, p. 535.<br />

121


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

13.- A modo de ejemplo<br />

ALGUNOS DESAFIOS DEL MISTERIO DEL DIOS CRISTIANO A LAS CATEGORIAS<br />

DEL PENSAR FILOSOFICO EN LA ANTIGÜEDAD, Y VICEVERSA. e<br />

(persona) <strong>hasta</strong> fines <strong>del</strong> siglo IV<br />

1- Introducción<br />

Dada la finalidad de este seminario de ser un estimulante intercambio entre<br />

profesores de Teología y Filosofía de nuestra Universidad y dada la brevedad <strong>del</strong> tiempo<br />

de que disponemos, me limitaré a señalar sólo algunos puntos que puedan estimular<br />

nuestro diálogo dentro de un pequeño 'discurso'. La fe se expresa en forma inculturizada,<br />

en lenguaje humano con términos tomados a veces <strong>del</strong> lenguaje común filosófico de una<br />

época, y la teología se puede apoyar en sus sistematizaciones en algún eje de sistema<br />

inspirado en la filosofía, etc. Pero la fe, a medida de que se inculturiza, va transformando<br />

la misma cultura, aun en su perspectiva filosófica. La inculturización de la fe constituye,<br />

pues, un desafío tanto para la fe -que se exprese adecuada y ortodoxamente- como para<br />

la razón. Ahí se puede ir viendo concreta e históricamente un tipo de relación entre fe y<br />

razón. Esta exposición es un pensar sobre algún problema de la <strong>Historia</strong> <strong>del</strong> Dogma. Así<br />

veremos aparecer un concepto de persona, que se distingue <strong>del</strong> de simple naturaleza<br />

racional, y que es nuevo en la antigüedad y que será muy importante para el pensamiento<br />

occidental. Pero también veremos cómo el concepto de llevó a desviaciones en la<br />

(y en la . Es una fe que busca una expresión mínima <strong>del</strong> misterio de<br />

Dios y de Cristo y que tiene que ir transformando el lenguaje.<br />

La inculturación de la fe aporta grandes transformaciones a la cultura. Por citar un<br />

ejemplo que no trataremos aquí, el concilio de Calcedonia (año 451) al afirmar que en la<br />

única persona de Cristo -que es la <strong>del</strong> Verbo- hay dos naturalezas (divina y humana)<br />

unidas, pero no mez<strong>cl</strong>adas, coloca un basamento sólido para el futuro desarrollo de<br />

Occidente. Cierra definitivamente la puerta a toda tendencia de fusión con la divinidad (no<br />

mez<strong>cl</strong>adas), lo que permitirá al mundo ser mundo y desarrollarse como tal. Pero al decir<br />

unidas -aspecto que el secularismo actual parece haber olvidado al no reconocer el<br />

mundo como creación de Dios, etc. 1 -, vuelca el impulso religioso <strong>del</strong> hombre hacia el<br />

trabajo en el mundo y por los demás. Ahí encontrarán a Cristo, así como en Jesús de<br />

Nazaret se conoce al Padre, siendo aquél su Hijo e imagen hecho hombre.<br />

En esta breve exposición sólo llegaremos <strong>hasta</strong> el segundo concilio tenido por<br />

ecuménico, el Constantinopolitano I (año 381), señalando algunos problemas (con algún<br />

ejemplo) de la cristología <strong>del</strong> Logos en su relación con el Padre; llegaremos <strong>hasta</strong> la<br />

aprobación de la expresión, en griego, de dos distintas, pero<br />

consubstanciales. Lo que presentaremos constituye un ejemplo típico de inculturación.<br />

Una última palabra para cerrar este primer acápite: no habrá una buena<br />

comprensión de Cristo si no es como Hijo <strong>del</strong> Padre, si no es en un marco <strong>trinitario</strong>. 2 Y<br />

viceversa: la Trinidad se comprende a través de la misión de Cristo y <strong>del</strong> Espíritu. Sobre<br />

1 Esto terminará matando el auténtico humanismo.<br />

2 Parecería más incomprensible que un Dios monopersonal se encarnara.<br />

122


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

todo es en la pascua de Cristo donde se nos revela la Trinidad. Por lo tanto, los misterios<br />

de la Trinidad y de la encarnación son inseparables, 1 aunque los manuales<br />

lamentablemente los separen y la misma historia haya realizado las grandes luchas<br />

cristológicas (s. V al s. VII) después de las grandes luchas trinitarias (s. IV). Nosotros,<br />

dada la brevedad de esta exposición sólo abordaremos las luchas trinitarias. Otro aspecto,<br />

también importante para considerar, es que históricamente los debates en torno a la<br />

Trinidad y cristología de hecho se dieron bajo un fuerte interés soteriológico, por así<br />

decirlo, se peleaba por la salvación y divinización <strong>del</strong> hombre. El aspecto de salvación ha<br />

sido históricamente menos conceptualizado que los anteriores. Me reduciré, pues, a<br />

algunas expresiones terminológicas y sus contenidos respecto a la Trinidad, que, en mi<br />

modesta opinión, pueden aportar mucho a los filósofos presentes como puntos para<br />

dialogar a partir de la época antigua.<br />

2- Algunos aspectos de la fe neotestamentaria<br />

Jesús resucitado, exaltado por la diestra de Dios, es pro<strong>cl</strong>amado Señor y Cristo. 2<br />

Se sienta en el trono con Dios. 3 Recibe <strong>del</strong> Padre el Espíritu prometido y lo derrama sobre<br />

los apóstoles reunidos. 4 Este Espíritu -cuya presencia ya se había manifestado en la vida<br />

de Jesús 5 y es tan viva en Pentecostés, en otras efusiones y en la vida de la comunidad y<br />

<strong>del</strong> cristiano- es llamado Espíritu Santo, Espíritu de Dios, de Cristo, etc. 6 El nos hace hijos<br />

adoptivos de Dios; en El nosotros <strong>cl</strong>amamos: , Padre. 7 Procede <strong>del</strong> Padre y es<br />

enviado por éste y por Jesucristo. Es otro pará<strong>cl</strong>ito, que nos conduce a la verdad plena<br />

sobre lo de Jesús y confunde ( ) al mundo. 8 El Espíritu es, pues, presentado como<br />

distinto <strong>del</strong> Padre y <strong>del</strong> Hijo.<br />

Sólo en el nombre de Jesucristo, crucificado y resucitado, hay salvación. 9 Es el<br />

único mediador entre Dios y los hombres. 10 Es el último Adán. 11 Es Señor de todo. 12 Hay<br />

un solo Dios, de quien viene todo y a quien nosotros vamos, y un solo Señor Jesucristo,<br />

por quien todo existe y por quien nosotros. 13 Cristo, en contraposición a los profetas, es el<br />

Hijo y heredero, la palabra definitiva <strong>del</strong> Padre 14 Y siendo lo definitivo, está también al<br />

comienzo: es preexistente a la creación. Es el y . 15 Es el Hijo enviado, entregado a la<br />

muerte, por el Padre para salvarnos. 16 Es el Hijo unigénito de Dios 1 , uno con el Padre: 2 el<br />

1 Igualmente las luchas cristológicas llevarán a una profundización <strong>del</strong> concepto de en contraposición al<br />

de o .<br />

2 Hch 2,32-36; cf. Rm 1,3s.<br />

3 Hch 2,34-36; Rm 8,34; Ef 1,20-22; Hb 1,3; 8,1; 10,12s; 1P 3,22; Ap 3,21; 22,1.3s.<br />

4 Hch 2,33; cf. Jn 20,22.<br />

5 P.e. Hch 10,38.<br />

6 P.e. Rm 8,9; Ga 4,6.<br />

7 Rm 8,15s; Ga 4,6.<br />

8 Jn 14,16-17.26; 15,26; 16,7-15. Cf. Ga 4,6.<br />

9 Hch 4,10-12.<br />

10 1Tm 2,5. Cf. Hb 8,6; 9,15; 12,24.<br />

11 Rm 5,12-21; 1Co 15,20-22.44-49. Cf. Rm 8,29.<br />

12 P.e. Hch 10,36; Rm 10,12s; 14,9; Flp 2,9-11; Ef 1,20s; Col 2,10.15; 1P 3,22; Ap 17,14; 19,16. Cf. Sal 110,1.<br />

13 1Co 8,6.<br />

14 Hb 1,1s.<br />

15 Ap 22,13; cf. 1,17; 2,8.<br />

16 P.e. Jn 3,16s; Rm 8,32; Ga 4,4s; 1Jn 4,9.<br />

123


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

único que nos lo puede revelar. 3 Nos revela el amor <strong>del</strong> Padre sobre todo en su hora. 4 Por<br />

El 5 y para El todo fue creado. 6 Es el primogénito de entre los muertos 7 , cabeza de la<br />

Iglesia. 8 Tiene la primacía en todo. 9 Quiso Dios que El fuera el primogénito de una multitud<br />

de hermanos 10 , que todo el universo fuera recapitulado en El. 11 Porque en El habita la<br />

plenitud de la divinidad corporalmente. 12 El es el Logos 13 , que estaba en el principio cabe<br />

Dios y era Dios 14 , Logos que se hizo carne y puso su tienda entre nosotros. 15 Siendo de<br />

condición divina se anonadó a sí mismo 16 , tomando la condición de es<strong>cl</strong>avo, habiendo<br />

llegado a ser semejante a los hombres 17 , hecho obediente <strong>hasta</strong> la muerte y muerte de<br />

cruz. 18 Al resucitado Tomás lo pro<strong>cl</strong>amará: el Dios mío. 19<br />

Si Cristo es Dios -y de esto hay una conciencia creciente en el N.T. 20 -, ¿en que<br />

queda el estricto monoteísmo judío? Esta aporía no explota a nivel vivencial y litúrgico sino<br />

que se enriquece el misterio, porque el Hijo es obediente al Padre, le está sujeto; sólo<br />

hace lo <strong>del</strong> Padre: es uno con El. 21 Esta aporía explotará después, cuando se pretenda<br />

una mayor conceptualización.<br />

Volviendo a la Trinidad, si el Espíritu aparece como personal y distinto en Dios,<br />

más alla <strong>del</strong> Padre y <strong>del</strong> Hijo, llegamos a fórmulas trinitarias. Así la fórmula litúrgica con<br />

que termina la 2 Cor : La gracia <strong>del</strong> Señor Jesucristo y el amor <strong>del</strong> ( ) Dios y la<br />

comunión <strong>del</strong> Espíritu Santo, con todos Uds. Más importancia va a tener la fórmula <strong>del</strong><br />

bautismo, que está en la base de la formación de los Credos: bautizándolos a ellos en (<br />

el nombre <strong>del</strong> Padre y <strong>del</strong> Hijo y <strong>del</strong> Espíritu Santo. 22<br />

El único Dios bíblico muestra, pues, una riqueza trinitaria que había, en alguna<br />

forma, sido preparada en el A.T. 23 Un Dios y en él tres nombres distintos. ¿Cómo podrá<br />

expresarse más conceptualmente la fe? Me concentraré en la cristología <strong>del</strong> Logos,<br />

especialmente en su relación al Padre y en la superación de la tendencia<br />

subordinacionista con la distinción de las hypóstasis.<br />

1 Jn 1,14.18; 3,16.18; 1Jn 4,9.<br />

2 P.e. Jn 10,30.<br />

3 Mt 11,27par; Jn 1,18; 3,31s; 8,26.38; 12,45; 14,7.9.<br />

4 1Jn 4,9s. Cf. Jn 13,1; 1Jn 3,16.<br />

5 Continúa temas de la Sabiduría, etc.<br />

6 Jn 1,3; 1Co 8,6; Col 1,15-17; Hb 1,2s.<br />

7 Col 1,18; Ap 1,5.<br />

8 Col 1,18; 2,19; Ef 1,22s; 4,15s; 5,23. Cf. Col 2,10.<br />

9 Col 1,18.<br />

10 Rm 8,29.<br />

11 Ef 1,10.<br />

12 Col 2,9.<br />

13 Cf. Ap 19,13.<br />

14 Jn 1,1s.<br />

15 Jn 1,14.<br />

16 Según 2Co 8,9, siendo rico se hizo pobre por nosotros para que nosotros con su pobreza nos enriqueciéramos.<br />

17 Menos en el pecado (cf. Hb 4,15).<br />

18 Flp 2,6-8.<br />

19 Jn 20,28. Cf. Rm 9,5; 1Jn 5,20, etc.<br />

20 Normalmente el designa al Padre.<br />

21 Rm 5,19; 1Co 3,23; 11,3; 15,28; Flp 2,8; Hb 5,8; 10,9; Jn 6,38; 12,49s; 14,10. 28.31; 19,30, etc.<br />

22 Mt 28,19. Cf. Mc 1,10s; 1Co 12,4-6; Ef 2,18; 1P 1,2, etc.<br />

23 P.e. en las mediaciones de la Sabiduría, de la Palabra y <strong>del</strong> Espíritu.<br />

124


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

3- El Logos en el pensamiento helenístico.<br />

El vocablo 1 está en el corazón <strong>del</strong><br />

pensamiento y de la civilización griegos. 2 Significaba evaluación (enumerar, calcular, etc.),<br />

etc.), explicacación (in<strong>cl</strong>uyendo fundamento racional, principio, ley, definición), relato o<br />

algún tipo de expresión. Según Kleinknecht 3 , "en el curso <strong>del</strong> proceso de racionalización<br />

que connota al espíritu griego, no sólo alcanza un sentido más complexivo y<br />

ampliamente ramificado, sino que llega a ser en múltiples transformaciones históricas un<br />

concepto que, en general, se lo podría casi usar simbólicamente para toda la comprensión<br />

griega <strong>del</strong> mundo y <strong>del</strong> existir."<br />

En la reflexión filosófica, ahondando su referencia al pensar y hablar humanos, el<br />

Logos será más exactamente diferenciado <strong>del</strong> mito ( ), de la opinión ( ), de la<br />

percepción ( ). Según Kleinknecht, 4 "es un presupuesto evidente para el griego<br />

que en las cosas, en el mundo y en su curso, gobierna un primario, una ley captable<br />

y cognoscible; un que, en substancia, recién hace posible el conocer y entender en<br />

el humano. Pero este no es significado como algo solamente captable<br />

teóricamente sino también como algo que obliga y determina una vida verdadera y un<br />

obrar: el es, por lo tanto, norma." 5 En otras palabras, logos dice relación al cosmos<br />

(el mundo compenetrado de racionalidad, un todo ordenado), al hombre y a su<br />

comportamiento (todos los elementos irracionales deben ser superados). 6 Pero esta<br />

unidad de sentidos -que posteriormente recogerán los estoicos- se rompe después de<br />

Herá<strong>cl</strong>ito, siendo el logos referido predominantemente al poder racional humano <strong>del</strong><br />

discurso, de hablar y pensar.<br />

Para los estoicos, inspirados en Herá<strong>cl</strong>ito, el Logos era una fuerza pneumática,<br />

inmanente al mundo. Era como un fuego creador, 7 que penetra todo y lo va desarrollando<br />

racionalmente, según ley. El cosmos, en continua evolución, está penetrado de Logos.<br />

Este lo mantiene unido. Es Dios, es la Naturaleza. Es una semilla divina -razones<br />

seminales (<br />

) de todas las partes <strong>del</strong> universo-, que siempre determina el<br />

1 Es un substantivo que viene de , cuyo sentido fundamental es recoger, cosechar, con el sentido de seleccionar.<br />

Tertuliano traducirá el aplicado al Hijo por sermo y ratio (respecto a los casos en que Tertuliano aplica<br />

verbum al Hijo, cf. J. Moingt, Théologie trinitaire de Tertullien IV: Répertoire lexicographique et tables<br />

[théologie,75], Paris 1969, s.v.), pero la Vetus Latina y después el latín cristiano usará Verbum. Es interesante que las<br />

connotaciones <strong>del</strong> Verbum latino, a diferencia <strong>del</strong> griego, son principalmente 'palabra'.<br />

2 Cf. H. M. Kleinknecht, Der Logos in Griechentum und Hellenismus, en TWNT IV, pp. 76-89; Ch. Lefévre, Logos, en<br />

Catholicisme VII, col. 963-970; G. Verbeke, Logos. I: Der Logos-Begriff in der antiken Philosophie, en J. Ritter y K.<br />

Gründer Historisches Wörterbuch der Philosophie V, col. 491-499; G. Fries, ...I, en TBNT II,2, pp. 1409-1413.<br />

3 Op.cit., 76.<br />

4 Ib., 80.<br />

5 Desde la fuerza racional de calcular se puede entender al hombre y su lugar en el cosmos. El Logos es designante de<br />

una situación y es la ley o estructura de esa misma situación.<br />

6 Recordemos que el estoicismo se dividirá en lógica, física y ética.<br />

7 Según A. A. Long (Hellenistic Philosophy. Stoics, Epicureans, Sceptics [Classical Life and Letters], London 1974,<br />

155), "desde Crisipo en a<strong>del</strong>ante los estoicos identificaron el 'logos' a lo largo de cada ci<strong>cl</strong>o <strong>del</strong> mundo, no con el fuego<br />

puro sino con un compuesto de fuego y aire, el 'pneuma'." Las partes <strong>del</strong> universo difieren según la mez<strong>cl</strong>a y tensión <strong>del</strong><br />

'pneuma'.<br />

125


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

acontecer cósmico. Va dando forma a una materia sin cualidad. 1 El universo es concebido<br />

como un gran organismo vivo. Pero entre los seres <strong>del</strong> mundo sólo el hombre está dotado<br />

de razón ( ) 2 que se expresa en palabra ( ). 3 El<br />

<strong>del</strong> alma humana es una parte <strong>del</strong> universal. Los consensos<br />

humanos provienen <strong>del</strong> universal. El hombre debe vivir conforme al<br />

Pero el ambiente cultural en tiempos prenicenos no sólo fue influenciado por<br />

estoicismo sino también igualmente por el platonismo, según sus diversos representates.<br />

Y si la cultura estoica planteaba problemas a la plena divinidad de Cristo porque su logos<br />

era un principio intramundano, los intermediarios -respecto a la lejanía <strong>del</strong> Dios<br />

trascendente- escalonados y subordinados de los medios platónicos 4 (p.e. el demiurgo) y<br />

los intermediarios <strong>del</strong> gnosticismo dualista 5 también los planteaban al Logos o a Cristo.<br />

Toda esta tendencia al subordinacionismo tenderá a ver el único y verdadero Dios en el<br />

Padre, siendo el Logos o Hijo un Dios subordinado o de segunda categoría. Obviamente<br />

que no sólo esto puede impulsar al subordinacionismo, sino la misma reflexión trinitaria 6 al<br />

al interior <strong>del</strong> monoteísmo y su conjunción con el problema de la trascendencia e<br />

inmanencia de Dios respecto al mundo. Esta no será la única desviación. También<br />

asistiremos a la contraria, al modalismo o Sabelianismo. Por así decirlo, el Dios<br />

'unipersonal', tiene diversas formas de manifestarse: como Padre, como Hijo, como<br />

Espíritu. Muchas veces las afirmaciones de tipo subordinacionistas van en reacción al<br />

modalismo y viceversa. Además en los autores siempre conviene distinguir lo que procede<br />

de la tradición y lo que viene de sus intentos especulativos.<br />

4- El prólogo de Juan y algo sobre sus circunstancias<br />

El Hijo fue llamado Logos por Jn 1,1ss. 7 Dicen Feuillet y Sinoir 8 : "aun si el mundo<br />

griego y el judaísmo tardío jugaron un papel en la elección <strong>del</strong> vocablo logos, 9 aun si la<br />

1 Cf. G. Verbeke, Logoi spermatikoi, col. 484s, en Historisches Wörterbuch der Philosophie V, col. 484-489. El<br />

principio activo, la Naturaleza o Dios, está siempre relacionado a una materia sin determinación cualitativa y viceversa.<br />

2 El hombre puede formular enunciados que reflejen los acontecimientos cósmicos. Dice Long (p. 108): "Los eventos<br />

cósmicos y las acciones humanas no son, por tanto, acontecimientos de dos órdenes realmente diferentes. En último<br />

análisis ambos son consecuencias de lo mismo: el 'logos'."<br />

3 Según Kleinknecht (op. cit., 84), así se concretiza en el estoicismo, en referencia al hombre, el doble sentido de :<br />

razón y lenguaje.<br />

4 Cf. Justino, 1Ap 60,5-7. Cf. R. Arnou, Platonisme des Pères, en DTC XII,2, col 2258-2392. P.e. en Plotino la<br />

emanación es una cadena con degradación creciente que coincide con el aumento de composición (Cf. Ib., 2278). Cf.<br />

Enn III,5,3,1.<br />

5 Según F. Courth (Trinität in der Schrift und Patristik [M. Schmaus, etc., Handbuch der Dogmengeschichte II,1a],<br />

Herder 1988, p. 61), "el origen de estos derivados seres intermedios, con sus diferenciados eones y jerarquía, a menudo<br />

es entendido como generación o emanación <strong>del</strong> seno <strong>del</strong> Padre". Y más a<strong>del</strong>ante (Ib., 63) añade este autor: "el salvador,<br />

que ciertamente tiene una función esencial en los sitemas gnósticos, es una divinidad derivada y disminuida". Respecto a<br />

las religiones de misterio, cf. G. Fries, op. cit., 1412. Plotino dirá posteriormente que el uno ―procrea algo inferior a sí<br />

mismo‖ (Enn, V, 1, 6, 39s) y ―el es superior a todas las cosas, porque las demás son posteriores a él‖ (Ib., 44s).<br />

6 O la reflexión sobre el Padre y el Hijo.<br />

7 Según A. Feuillet y M. Sinoir (Logos. II: La tradition biblique, col. 976, en Catholicisme VII, col 971-981), el prólogo<br />

de Jn habría escogido la palabra bíblica en vez de , porque es masculina y porque la hypostaseada<br />

cumple, en el A.T., un rol principalmente cósmico en la creación <strong>del</strong> universo.<br />

8 Ib., 977.<br />

9 Según R. Brown (The Gospel according to John [I-XII]. Introduction, translations, and Notes [The Anchor Bible,29],<br />

2 ed., Garden City, N.Y. 1966, p. 524), "en resumen, parece que la descripción <strong>del</strong> prólogo sobre la Palabra está mucho<br />

más cerca de las corrientes <strong>del</strong> pensamiento bíblico o judío que de cualquiera puramente helenística."<br />

126


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

teología veterotestamentaria de la Palabra y de la Sabiduría influenciaron a S. Juan -lo<br />

que es indiscutible-, sin embargo el Logos joánico depende ante todo de la experiencia<br />

cristiana." 1 La personificación de la Palabra no viene de un procedimiento poético, sino de<br />

la convicción de que la revelación definitiva -la Palabra de Dios- que funda la alianza<br />

nueva, casi se confunde con la persona de Jesús. Según J. A. Bühner 2 , hay un recurso al<br />

comienzo para iluminar la enseñanza <strong>del</strong> enviado escatológico (cf. 1Jn 1,1-3). 3 Se basa en<br />

en lo que se dice de la Palabra en el A.T., impregnado por la enseñanza judeo helenista<br />

sobre la Sabiduría. 4 Así se es<strong>cl</strong>arece la relación de Jesús con el Padre. La enseñanza<br />

sobre la Sabiduría 5 veía en el mediador de la revelación celestial a un co-estante personal<br />

en Dios. El Logos no es algo salvífico que está en el mundo un poco como la racionalidad<br />

humana, sino alguien cuya venida se realiza en la encarnación. Este mismo autor había<br />

dicho antes 6 , refiriéndose a las últimas capas <strong>del</strong> A.T.: "En el Logos, Dios sale de sí hacia<br />

el mundo hablándole; con el poder de su Logos hace <strong>del</strong> pasado, presente y futuro un<br />

conjunto histórico. 7 Ahí no actúa el Logos como ley oculta en los acontecimientos<br />

históricos y naturales, sino como la palabra reveladora de Dios, quien se liga a sí mismo a<br />

la historia, tocando la situación correspondiente."<br />

Si damos un rápido vistazo a la Palabra de Dios en el A.T., vemos que la palabra<br />

profética posee una fuerza extraordinaria. 8 La Palabra de Dios es palabra <strong>del</strong> Creador. 9<br />

Con la Palabra de Dios se relaciona todo el actuar de Dios en la fundación y conservación<br />

<strong>del</strong> mundo, en la libre conducción <strong>del</strong> pueblo y <strong>hasta</strong> de toda la humanidad. Esta Palabra<br />

es considerada estrechamente unida a la libre voluntad <strong>del</strong> Dios que habla. Así la Palabra<br />

de Dios destaca tanto la trascendencia como la inmanencia de Este. Esto es a<strong>cl</strong>arado<br />

también en el intencional ir hypostaseando la Palabra 10 , aunque esto no se realice en la<br />

misma medida de lo que sucedió con la Sabiduría. Respecto a la Sabiduría, Dios hizo el<br />

mundo con sabiduría. 11 Así la Sabiduría está relacionada a la creación y mantención <strong>del</strong><br />

todo. 12 En algunos textos aparecerá como una hypóstasis. 13<br />

Yendo al judaísmo helenista, cuya importancia respecto a su influjo en el evangelio<br />

de Juan es discutida, su gran representante es Filón de Alejandría (30 aC-50 dC). Este<br />

1 "Muchas corrientes de pensamiento prepararon los caminos a la doctrina cristológica expresada por el Logos de Juan:<br />

la concepción general de la Palabra en el cristianismo primitivo, el tema de la Palabra sembrada en los corazones como<br />

fuente de filiación divina, el Cristo Sabiduría de las epístolas de Pablo. Pero ante todo conviene señalar el recuerdo<br />

guardado por el evangelista de su contacto personal con Jesús de Nazaret" (Feuillet y Sinoir, loc. cit.).<br />

2 Logos. II: Logos im Alten und Neuen Testament, col. 500s, en Historisches Wörterbuch der Philosophie V, col. 499-<br />

502.<br />

3 Según Feuillet y Sinoir (op. cit., 980), "Juan procede por inducción: la palabra de Jesús traicionaba su origen divino y,<br />

de éste, Juan se remontó al ser eterno de Cristo."<br />

4 Respecto a la influencia de las especulaciones rabínicas sobre la ley, cf. G. Kittel, pp. 138-140, 'Wort' und 'Reden' im<br />

N.T., en TWNT IV, pp. 100-147. R. Brown (op. cit., 23s), hace también referencia a la posible influencia de Memra de<br />

los targumes.<br />

5 Y sobre todo la apocalíptica, según Bühner.<br />

6 Op. cit., 499.<br />

7 Recordemos la tensión entre promesa y cumplimiento.<br />

8 Os 6,5; Is 9,7ss; 55,10s; Jr 1,9s.<br />

9 Gn 1,3ss; Sal 33,6.9; 148,5; Jdt 16,14; Sb 9,1.<br />

10 P.e. Sal 107,20; 147,15ss; Sb 18,15.<br />

11 P.e. Pr 3,19; Sal 104,24. Cf. Pr 8,22-31; Sir 1,2ss.<br />

12 Sir 24,5s; Sb 7,12.17ss.21; 8,1.4s; 9,9, etc.<br />

13 P.e. Jb 28; Pr 8; Sb 7,22ss; 8,3s; 9,4. Cf. Sir 24. Para una comprensión más amplia de la Palabra y Sabiduría en el<br />

A.T., cf. S. Zañartu, Dios en el Antiguo Testamento 1988, mimeografiado, pp.64-69.<br />

127


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

tiene fuerte influencia platónica y estoica, realizando una inculturación <strong>del</strong> judaísmo que<br />

pareciera excesiva 1 , pero en cuyo surco va a continuar una corriente muy importante de la<br />

inculturación cristiana. En Filón, el vocablo Logos es muy usado, pero su significado es un<br />

poco fluido. Como afirma Verbeke 2 , tiene éste una gran variedad de sentidos. Distingue<br />

este autor tres grandes significados: 1) El Logos pertenece a lo divino. Es como un<br />

segundo dios o el primer hijo de Dios. Es la primera de las fuerzas divinas que expresan la<br />

acción de Dios en el mundo. Así es una especie de intermediario entre Dios y el mundo. 2)<br />

En relación al hombre, es la revelación divina que corresponde a la sabiduría y lleva al<br />

hombre a ser sabio. Se dirige al interior <strong>del</strong> hombre. También es un mandamiento, una ley.<br />

La ley de la naturaleza es divina. El Logos es simbólicamente el lugar donde se<br />

encuentran los creyentes en una ascensión pura hacia Dios. Es imagen de Dios y tiene su<br />

copia en el hombre, en el intelecto. 3) En relación al cosmos, es la idea <strong>del</strong> mundo que<br />

tiene Dios de antemano. Como mundo inteligible es la primera etapa de la creación. Es el<br />

conjunto de las ideas platónicas. Es la unión <strong>del</strong> universo que mantiene todo y armoniza.<br />

Es un instrumento de Dios en la creación, conductor <strong>del</strong> universo, y a veces es identificado<br />

con el cielo. 3 Según este mismo autor 4 , todo tiene su<br />

escondido que<br />

determina el aparecer y desarrollo de cada ser.<br />

El Logos servirá a los Padres como base para una inculturación, no sin riesgos.<br />

Pero como dice Kleinknecht 5 , "El Logos neotestamentario, de origen extranjero al<br />

pensamiento griego, llegó a ser para autores posteriores un punto de contacto de la<br />

enseñanza cristiana con la filosofía griega." 6 Comparando la especulación helenística<br />

sobre el Logos y el N.T., enumera este autor 7 diferencias fundamentales. Entre otras<br />

cosas dice: "No son importantes para el cristiano 'palabra' o 'lenguaje' o 'razón' o 'ley' en sí<br />

mismas, en un uso absoluto -todas son, de alguna manera, expresiones de la<br />

autocomprensión humana-, sino sólo lo que Dios tiene que decir al hombre, el ,<br />

el hecho de que no es compatible con el concepto griego de Dios que Dios interpele al<br />

hombre en el aquí y ahora de su vida." Refiriéndose a una posible pluralización <strong>del</strong> Logos<br />

en los muchos (estoica-neoplatónica), contra que, en ese pensamiento, sea mediador,<br />

comenta 8 : "ciertamente el logos es expresión de la armonía, sí es el mismo vínculo<br />

espiritual que mantiene unido al mundo en lo más interior...; pero no es una figura de<br />

mediador que esté independientemente entre Dios y el mundo." Además el Logos no tiene<br />

apariciones históricas sino un ininterrumpido obrar y hacer, que no corresponde a la visión<br />

de un Dios personal. El Logos de Juan, en cambio, se hizo históricamente carne.<br />

5- La Cristología <strong>del</strong> Logos y el peligro subordinacionista.<br />

1 Cf. S. Zañartu, El concepto de en Ignacio de Antioquía (Publicaciones de la Universidad Pontificia Comillas<br />

Madrid, I,7; I,4), Madrid 1977, pp. 61-63.<br />

2 Op. cit., 495s.<br />

3 Sobre el Logos en el De Opificio Mundi, cf. S. Zañartu, El origen <strong>del</strong> universo y <strong>del</strong> hombre según Filón de Alejandría<br />

en su libro De Opificio Mundi, Teología y Vida XXII(1981)31-50. Sobre si el Logos de Filón es personal o no, cf<br />

Bardy, op. cit., col. 1567-1571.<br />

4 Logoi.. , 485s.<br />

5 Op. cit., 89.<br />

6 P.e. Origenes, C. Cels 2,31.<br />

7 Ib., 88.<br />

8 Ib., 89.<br />

128


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

Dejando a un lado el judeocristianismo (la expresión de la fe en categorías <strong>del</strong><br />

judaísmo tardío), los Padres tenderán a partir desde el punto donde culmina el N.T. 1 El<br />

Logos se hizo carne (Jn 1,14) es una afirmación de influencia imponderable. Además<br />

están los temas paulinos sobre la preexistencia de Cristo y su rol en la creación. Como<br />

dice Spanneut y Liébaert, 2 "a partir de estas fuentes neotestamentarias inmediatas (el<br />

prólogo de Juan e igualmente la teología paulina de Cristo Sabiduría), se elaboró la<br />

doctrina patrística <strong>del</strong> Cristo Logos sobre un doble trasfondo: el de la Biblia 3 (y <strong>del</strong><br />

judaísmo tardío) [teología de la Palabra, de la Sabiduría divinas, creadoras, reveladoras,<br />

legisladoras, enviadas al mundo], y el de la filosofía helenística." 4 El concepto Logos será<br />

un gran puente cultural tendido hacia el helenismo, pero acarreará serios peligros para la<br />

expresión íntegra de la fe cristiana, dada la herencia helenística. El concepto de Logos<br />

como mediador entre el Dios trascendente y el cosmos y los hombres servirá mucho.<br />

Distinguirá <strong>cl</strong>aramente el Logos respecto al Padre, contra todo funcionalismo modalista. 5<br />

También ayudará a establecer una generación de tipo intelectual <strong>del</strong> Hijo respecto al<br />

Padre, sin escisión. Pero la subordinación <strong>del</strong> mediador 6 y lo intramundano <strong>del</strong> Logos<br />

obstaculizarán la expresión correcta de la fe. 7 Los Padres, contra las desviaciones,<br />

insistirán desde el comienzo en la creación y encarnación. La cristología <strong>del</strong> Logos, en el<br />

período preniceno, será la gran cristología. Abarcará no sólo la relación con el Padre y con<br />

el mundo 8 , lo que en esta presentación nos interesa, sino también la intervención <strong>del</strong><br />

1 "La cristología patrística se inscribe enteramente en la perspectiva de la 'encarnación' <strong>del</strong> Verbo-Hijo preexistente, en<br />

continuidad estrecha con el Prólogo joánico y el estado de la más reciente cristología neotestamentaria." (M. Spanneut y<br />

J. Liébaert, Logos. III: La tradition patristique. II: La doctrine patristique du Christ Logos, col 991s, en Catholicisme<br />

VII, col 987-994).<br />

2 Ib., 987.<br />

3 El texto de Pr 8,22ss tiene un lugar de privilegio en la cristología patrística, junto con otros: Is 55,10s; Sir 24,5ss; Sb<br />

7,25ss; 18,14ss, etc.<br />

4 A ejemplo de Filón de Alejandría, cuya influencia es constatable en los Padres a partir <strong>del</strong> s. III. Después añadirán: "La<br />

cristología patrística se formuló por mucho tiempo siguiendo el esquema de dos condiciones sucesivas <strong>del</strong> Logos:<br />

condición preexistente puramente divina, y condición histórica divino humana, encarnada: el Logos llegó a ser<br />

según un lenguaje vulgarizado a partir de Hipólito" (Op. cit., 991s).<br />

5 No distinción real entre el Padre y el Hijo. Por así decirlo, que el Hijo sea sólo una forma de presentarse de la única<br />

persona en Dios. Ya Justino nos habla de cierta posición parecida: ...sé que algunos quieren salir al paso a mi<br />

interpretación, diciendo....Esta Potencia sería inseparable e indivisible <strong>del</strong> Padre, a la manera -dicen- como la luz <strong>del</strong><br />

sol que ilumina la tierra es inseparable e indivisible <strong>del</strong> sol que está en el cielo. Y como éste, al ponerse, se lleva<br />

consigo la luz, así, dicen ellos, cuando el Padre quiere hace saltar cierta potencia de El y cuando quiere nuevamente la<br />

recoge hacia sí (Dial 128,2s). Cf. 1Ap 63,15; Dial 128,1s.<br />

6 Según Spanneut y Liébaert (op. cit., 988), "los teólogos <strong>del</strong> s. III (Tertuliano, Hipólito de Roma, Clemente de<br />

Alejandría, Orígenes, Novaciano, Metodio de Olimpo...), permaneciendo, contrariamente [a Ireneo] , en la línea de los<br />

apologistas <strong>del</strong> s. II, y sin llegar siempre a liberarse totalmente de una concepción en cierta manera jerárquica de la<br />

Trinidad, ya aportan correctivos decisivos..."<br />

7 Según M. Spanneut (Logos. III: La Tradition patristique. I: L'arrière-plan philosophique, col. 984, en Catholicisme<br />

VII, col. 981-987), "se puede aun ver, en la equivalencia estoica logos-pneuma, una fuente de la tendencia patrística<br />

arcaica a distinguir mal el Verbo y el Espíritu". Según Spanneut y Liébaert (col. 991), <strong>hasta</strong> el s. III hubo una cristología<br />

<strong>del</strong> encarnado. Respecto a la cristología <strong>del</strong> espíritu, M. Simonetti (Note di cristologia pneumatica, Aug 12<br />

(1972)201-232, p. 212s, en Grillmeier, Jesus... I, 336-338) distingue tres formas: 1) se aplica a la naturaleza<br />

divina de Cristo; 2) designa la persona <strong>del</strong> Cristo preexistente; 3) en algunos autores el Espíritu Santo se identifica con el<br />

Cristo preexistente (binitarismo).<br />

8 Spanneut (op. cit., 982) afirma, entre otras cosas: "La acción de Dios en el universo creado es descrita también en<br />

términos tomados de la doctrina <strong>del</strong> Logos-pneuma. Los autores no vacilan en decir que Dios 'penetra' o 'anima' todo por<br />

sí mismo, por su Verbo o por su Espíritu" Añade después (col. 983): "aun la concepción de la Providencia se inspira en<br />

129


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

Logos en la historia de salvación en general y la encarnación. Clemente y Orígenes 1<br />

sentarán las bases de una mística <strong>del</strong> Logos revelador. Los primeros en desarrollar la<br />

cristología <strong>del</strong> Logos serán los apologetas, partiendo por Justino (+ aprox. 165), en el que<br />

me detendré un poco.<br />

Para Justino el Logos es el revelador <strong>del</strong> Padre; la que nos ayuda a<br />

entender la verdad de Dios. Dios es trascendente. Dios ha hablado en el A.T. por su<br />

Logos. En las teofanías el Logos era quien aparecía. 2 Pero no sólo los judíos tuvieron<br />

acceso al Logos sino también los paganos 3 , cuyos mejores hombres vivieron según el<br />

Logos. 4 Así todo lo bueno 5 pertenece a los cristianos. 6 Esto corresponde a los<br />

7 Pero el Logos entero es Cristo. 8 Así, pues, nuestra religión aparece<br />

la física de los estoicos, en los que se confunde prácticamente con el Logos organizador <strong>del</strong> universo. Ella es ley física<br />

más que solicitud moral, y está toda aplicada al cosmos." Y en col. 987 dice: "muy a menudo, jugando sobre el término<br />

'logos', los Padres invitan a seguir, a la vez, la razón y el Verbo (Justino, Taciano, Ireneo). Clemente de Alejandría<br />

explota admirablemente esta anfibología."<br />

1 "En Clemente y Orígenes, el Logos es el revelador de Dios, el pedagogo que lleva a Dios la humanidad extraviada, el<br />

mediador de salvación, el divinizador <strong>del</strong> hombre" (Spanneut y Liébaert, op. cit., 991).<br />

2 P.e. Dial 127,4; 1Ap 63. Cf. G. Aeby, Les missions divines de Saint Justin à Origène (Paradosis. Études de littérature<br />

et de théologie anciennes,12), Fribourg 1958, pp. 6-10; la tesis de licencia de E. Rodríguez A. (La Dynamis de Dios en<br />

San Justino, Anales de la Facultad de Teología XXXI,2 (1980), Santiago 1982), que tuve el honor de dirigir, pp. 53-58.<br />

Dice Aeby (op. cit., 186): "En los Apologistas, las teofanías <strong>del</strong> A.T. y <strong>del</strong> N.T. son atribuidas al Verbo como a un otro<br />

Dios [distinto] <strong>del</strong> Padre, al lado y debajo de éste y, por tanto, más visible que éste. La trascendencia demasiado<br />

ex<strong>cl</strong>usivamente reservada al Padre los lleva a encontrar que es impensable que éste pueda aparecerse a los hombres. Esta<br />

es una herencia <strong>del</strong> platonismo, cuyo influjo persistirá a lo largo de todo el período estudiado."<br />

3 La semilla ( ) <strong>del</strong> Logos se haya plantada ( ) en todo el género humano (2Apol 8,1). Nosotros fuimos<br />

enseñados que Cristo es el primogénito de Dios, y anteriormente hemos indicado que El es el Logos de que todo el<br />

género humano participa ( ) (1Ap 46,2). Pero a Cristo, que en parte fue conocido por Sócrates, pues El era y<br />

es el Logos que está en todo, y que predijo por los profetas lo que iba a suceder y que por sí mismo se hizo semejante<br />

en el padecer ( y que nos enseñó esto...(2Ap 10,8). Según Courth (op. cit., 45s), "la connotación de<br />

Cristo como maestro universal está determinada desde el punto de vista de la teología de la trinidad por un doble deseo.<br />

Por un lado se trata, para Justino, de la absoluta trascendencia de Dios respecto al mundo. Este es el primer pilar<br />

fundamental de su enseñanza sobre el Logos. Esto reviste un perfil especial, porque el platonismo medio acentúa en<br />

Justino la incognoscibilidad y lo innombrable <strong>del</strong> Padre. El segundo pilar es el de la fe en la inmanencia de Dios en el<br />

mundo. En Cristo hecho hombre están firme y mutuamente ligadas la trascendencia e inmanencia de Dios."<br />

4 Y Quienes vivieron conforme a logos son cristianos, aun cuando fueron tenidos por ateos, como sucedió entre los<br />

griegos con Sócrates y Herá<strong>cl</strong>ito y otros semejantes a ellos, y entre los bárbaros con Abraham y Ananías y Azarías y<br />

Misael y Elías y otros muchos (1Ap 46,2s). De manera que los anteriores que vivieron sin logos eran malos y<br />

enemigos de Cristo; los que, en cambio, vivieron y viven conforme al logos son cristianos, sin miedo<br />

imperturbables...(1Ap 46,4).<br />

5 Todo lo según el Logos.<br />

6 Porque [filósofos, poetas y escritores] cada uno habló bien según la parte <strong>del</strong> Logos seminal ( ) divino<br />

mirándolo emparentado (<br />

). Pero los que en los aspectos más importantes se contradijeron no<br />

parecen haber alcanzado la ciencia infalible ni el conocimiento irrefutable. Pues cuanto de bueno fue dicho por ellos,<br />

nos pertenece a nosotros los cristianos, porque nosotros adoramos y amamos, después de el Dios, al Logos que<br />

[procede] <strong>del</strong> inengendrado e inefable Dios, puesto que por nosotros <strong>hasta</strong> se hizo hombre para hacerse compartícipe<br />

de nuestros sufrimientos y curarlos (2Ap 13,3s).<br />

7 Según Courth (op. cit., 44), son dones de Dios. El Logos como fuente y principio <strong>del</strong> conocimiento moral y <strong>del</strong><br />

verdadero culto de Dios no es la simple razón.<br />

8 Porque siempre cuanto de bueno dijeron y hallaron filósofos y legisladores fue por ellos trabajado según la parte de<br />

Logos [que les cupo] por la investigación ( ) y meditación ( más como no conocieron todo lo <strong>del</strong><br />

Logos, que es Cristo, se contradijeron también con frecuencia unos a otros (2Ap 10,2s). ...nada admirable si los<br />

demonios incriminados se esfuerzan en que sean odiados mucho más los que [viven] no sólo según una parte <strong>del</strong> Logos<br />

130


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

más sublime que toda la humana enseñanza, por razón de que todo lo lógico<br />

( ) ha llegado a ser Cristo, aparecido por nosotros, y cuerpo, y razón<br />

( ) y alma.. 1 Porque todos los escritores sólo obscuramente podían ver la realidad<br />

gracias a la semilla ( ) <strong>del</strong> Logos que estaba implantada ( ) en ellos. Pues<br />

uno es el germen ( ) e imitación de algo, dado según la capacidad, y otra cosa es<br />

eso mismo cuya participación ( ) e imitación se realiza según la gracia que<br />

[procede] de aquél . 2 Por un lado, queda <strong>cl</strong>ara la plenitud <strong>del</strong> Logos en Cristo 3 y la<br />

excelencia <strong>del</strong> Cristianismo, y, a la vez la participación de todos en el Logos, aunque en<br />

forma imperfecta y aunque muchos no vivan según el Logos. Pero no profundiza más en<br />

la relación entre los y el Logos Cristo. 4<br />

seminal (<br />

) sino según el conocimiento y la contemplación de todo el Logos, es decir de Cristo (2Ap<br />

8,3).<br />

1 2Ap 10,1. "Desde entonces la encarnación aparece en la perspectiva de los Padres como la cumbre de esta acción<br />

continua <strong>del</strong> Logos, el punto culminante de su presencia y de su manifestación al mundo, de su función reveladora y de<br />

su entrada en comunión con el hombre" (Spanneut y Liébaert, op. cit., 991). Grillmeier (op. cit., 206s) dice respecto a<br />

este pasaje:<br />

"debería ser traducido 'todo el principio logos'. Este principio, sin embargo, es Cristo,<br />

'quien apareció por causa nuestra'. Justino quiere darle al Logos el lugar de un principio cosmológico. Para eso toma las<br />

especulaciones de la escuela platónica y así fundamenta su enseñanza sobre el 'logos seminal'. El alma <strong>del</strong> mundo, según<br />

los platónicos, es el principio <strong>del</strong> orden <strong>del</strong> mundo y, por cierto, en la creación y conservación <strong>del</strong> mundo tiene una parte<br />

racional que es llamada nous o logos o también<br />

. La función de este principio cosmológico, según Justino,<br />

es asumida por el Logos, quien es Jesucristo. En su encarnación, El apareció históricamente, y ciertamente como<br />

'cuerpo, razón y alma'. [tricotomía platónica]... La doctrina <strong>del</strong> logos seminal no es tomada en sentido sólo cosmológico<br />

sino que está insertada en el esquema de Justino de historia de la revelación en Cristo. Con esto contradice<br />

conscientemente el sistema autosuficiente <strong>del</strong> platonismo medio que no quería permitir ninguna irrupción de una nueva<br />

revelación en su tradición, mucho menos de una revelación de la que debe ser portador un Jesús de Nazaret crucificado."<br />

2 2Ap 13,5s. Los que creen en El son hombres en los que habita la semilla ( ) que [viene] de Dios, el Logos<br />

(1Ap 32,8). Según el comentario de A. Wartelle (Saint Justin. Apologies. Introduction, texte critique, traduction,<br />

commentaire et index, Paris 1987) a 2Ap 13,5s, "la idea es que hay una diferencia radical entre el germen <strong>del</strong> Logos y el<br />

Logos mismo: entre el germen de una realidad que no es sino una 'reproducción', y que es dada a cada uno 'según su<br />

capacidad' y esta misma realidad, cuya participación e 'imitación' sólo son debidas a una 'gracia' que viene de ella.<br />

Justino distingue netamente aquello que se llama orden de la naturaleza <strong>del</strong> de la gracia," Respecto a la gracia, cf.<br />

Rodríguez, op. cit., 59-62.<br />

3 "Para Justino, con la encarnación <strong>del</strong> Hijo de Dios no sólo es coronada la historia de salvación sino toda la historia de<br />

la humanidad" (P. Smulders, Dogmengeschichtliche und lehramtliche Entfaltung der Christologie, p. 405, en Mysterium<br />

Salutis III,1, pp. 389-476).<br />

4 Según C. Huber (Logos. Dogmengeschichtlich, col. 1127, en LThK VI, col. 1125-1128), citando a Justino, "los Padres<br />

distinguen el Logos divino <strong>del</strong> logos <strong>del</strong> hombre. Este significa la razón práctica en cuanto también ella es norma moral.<br />

A través de éste los hombres participan en el Logos divino (): es un<br />

(), una imagen <strong>del</strong> Logos<br />

divino (). Así participan los hombres de la verdad, aunque sólo y (), más precisamente en el<br />

conocimiento de Dios y de la ley moral." Según Rodríguez (op. cit., 85), "los estoicos ponían más énfasis en la<br />

significación cosmológica de esta teoría ['Logos Spermatikós']. Justino afirmará que el 'Logos Spermatikós" es el Logos<br />

divino, la 'Dynamis' engendrada por el Padre antes de todas las cosas, que se manifiesta indirectamente, y por<br />

consecuencia, en forma incompleta, al hombre en el orden físico y moral. El 'Logos Total' es el 'Logos divino' que sólo<br />

se manifestará plenamente en Cristo y <strong>del</strong> cual sólo se participará por la 'gracia'." Según Grillmeier (op. cit., 204), "por<br />

este origen estoico, varios investigadores creyeron deber aceptar, respecto a la enseñanza de Justino sobre el logos, una<br />

identidad entre la razón humana y el Logos divino." Este mismo autor (Ib., 204s) se in<strong>cl</strong>ina a distinguir entre el activo<br />

Logos divino, , y su siembra en el espíritu humano, que son los Según<br />

Orígenes, en otra perspectiva, Dios Padre da a todos los seres el que sean; la participación de Cristo, según aquello<br />

que es Verbo (o razón) los hace que sean racionales (De Pr I,3,8).<br />

131


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

Dios creó y ordenó todo por medio de su Logos. 1 Pero el Logos, ¿es sólo proferido<br />

en relación a la creación, estando antes<br />

en Dios, porque el Padre siempre tiene<br />

consigo a la Razón? 2 Según Courth 3 , "el Logos existe desde siempre como fuerza de Dios.<br />

En relación a la creación sale de la voluntad <strong>del</strong> Padre y así es un otro respecto a El."<br />

Según Rodríguez 4 , "el Logos será así la primera 'Dynamis' después de Dios, Padre de<br />

todas las cosas. El 'Logos' es 'engendrado' por la 'Dynamis y voluntad <strong>del</strong> Padre, de tal<br />

modo que, aunque es siempre pensado en función de la creación y de los hombres, se le<br />

atribuye <strong>cl</strong>aramente cierta 'preexistencia', un cierto 'antes de todas las cosas', que nunca<br />

Justino llega a precisar." En cuanto a su Hijo, aquel que sólo propiamente es llamado<br />

Hijo, el Logos, que está con El y es engendrado antes de las criaturas, cuando al principio<br />

creó y ordenó por su medio todas las cosas, es llamado Cristo por haber sido ungido y<br />

porque Dios ha ordenado todas las cosas por medio de El.... 5 Nosotros diríamos, al<br />

menos, que su pensamiento no es <strong>cl</strong>aro respecto a si el Logos preexiste desde siempre. 6<br />

La concepción <strong>del</strong> Logos muestra <strong>cl</strong>ara la diferencia entre el Logos y el Padre.Y<br />

porque esta potencia ( ) que la palabra ( ) profética llama también Dios y<br />

ángel..., no sólo es reconocida por el nombre, como la luz <strong>del</strong> sol sino que es también otra<br />

numéricamente, y examiné brevemente al logos en lo dicho anteriormente diciendo que<br />

esta potencia es engendrada por el Padre, por poder y voluntad suya, pero no por corte<br />

1 1Apol 64,5; 59,5; 2Ap 6,3; Dial 114,3.<br />

2 Justino parece haber tenido esta distinción en mente en Dial 61,2. Después de Justino se desarrollará ese doble estado<br />

<strong>del</strong> Logos: y . Tertuliano, p.e. usa esta distinción, pero en Adv Prax 6,1,3-7 (CCL<br />

2,1164s) dice que el Logos pretemporal ya es una persona condita. Y también insiste mucho más en la unidad<br />

aproximándose a las futuras fórmulas trinitarias. Con todo en Adv Prax 7,1, 3-6 (CCL 2,1165), a propósito de 'hágase la<br />

luz' dice: Este es el nacimiento perfecto de la Palabra (sermonis) cuando procede de Dios. Fundada (conditus)<br />

por El primeramente para pensamiento (ad cogitatum) bajo el nombre de sabiduría -'El Señor me fundó en el<br />

comienzo de sus caminos'-, generado después (dehinc) para efecto -'cuando preparó los cielos yo estaba con El'-.<br />

Atanasio rechazará la terminología de logos y (Exp Fid 1, PG 25,201A; cf. De Syn<br />

26,5, PG 26,729D; Ambrosio, De Fide IV,7,72, PL 16,631B). Agustín en De Trin XV,11,20,1-12 (CCL 50,486s)<br />

referirá la palabra exterior a la encarnación.<br />

Dionisio de Alejandría dirá posteriormente,mostrando la diversidad y unidad a la vez: ni el es ni el<br />

es , sino que el hace al manifestándose en él, y el muestra al en el que ha llegado a ser.<br />

Y el es como el interior; el , por el contrario, es como el saltando fuera. El pasa al ;<br />

por el contrario, el introduce el en los oyentes… Y el es como padre <strong>del</strong> estando en sí mismo;<br />

contrariamente, el es como hijo <strong>del</strong> ..germinando desde él. Así el Padre máximo y universal tiene ante<br />

todo al Hijo como , intérprete y mensajero suyo (Atanasio, De sententia Dion, 23, PG 25, 513Cs).<br />

3 Op.cit., 46.<br />

4 Op. cit., 85.<br />

5 2Ap 6,3. Sobre algunas posibles interpretaciones de este pasaje, cf. E. R. Goodenough, The theology of Justin Martyr.<br />

An Investigation into the Conceptions of the Early Christian Literature and its Hellenistic and Judaistic Influences,<br />

Amsterdam 1968, p. 154. Antes (p. 153) había afirmado este autor: "El [Justino] no conoce nada, al menos no lo dice,<br />

<strong>del</strong> Logos como ser eterno. Probablemente engendrar el Logos fue un peldaño preparatorio hacia la creación." Cf. Dial<br />

62,4; Taciano, Orat 5; Atenágoras, Leg 10. Teniendo, pues, el Dios a su Logos inmanente ( ) en sus propias<br />

entrañas le engendró con su propia sabiduría, emitiéndole antes de todas las cosas. A este Verbo tuvo el como<br />

ayudante ( ) de su creación y por su medio hizo todas las cosas (Teófilo, Autol II,10). ...el Logos estaba<br />

siempre inmanente ( )) en el corazón de Dios. Porque antes de crear nada, a éste tenía por consejero, como<br />

mente y pensamiento suyo que era. Y cuando quiso hacer cuanto había <strong>del</strong>iberado, engendró a este Logos proferido<br />

( ), como primogénito de toda la creación, no vaciándose de su Logos, sino engendrando al Logos y<br />

conversando siempre con El..."(Ib. , 22).<br />

6 Ireneo (Adv Haer II,13,3.8.10; II,28,4.6) reaccionará contra aplicar a Dios el proferir la palabra humana.<br />

132


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

( ), como si se diviera la substancia <strong>del</strong> Padre, al modo de las otras cosas que se<br />

dividen y cortan no son lo mismo que antes de ser cortadas. 1 ...Cualquiera convendría<br />

que lo engendrado es numéricamente distinto <strong>del</strong> que lo engendra. 2 No es una generación<br />

al modo <strong>del</strong> politeísmo pagano sino que es al modo de una generación espiritual. 3 Pues le<br />

[a esa cierta potencia] son atribuidos todos estos nombres por estar al servicio de la<br />

voluntad <strong>del</strong> Padre y haber sido engendrada desde el querer <strong>del</strong> Padre<br />

( ). ¿Pero no vemos que algo semejante se produce también en<br />

nosotros? En efecto, al emitir ( ) 4 una palabra ( ), engendramos la<br />

palabra ( ), no por corte de modo que se disminuya la razón ( ) que hay en<br />

nosotros al emitirla. Algo semejante vemos también en un fuego que se enciende de otro,<br />

sin que se disminuya aquél <strong>del</strong> que se tomó la llama, sino permaneciendo el mismo. Y el<br />

fuego encendido también aparece con su propio ser, sin haber disminuido aquél de donde<br />

se encendió. 5 Esto explica por qué el Padre no sufre escisión al generar el Logos. Pero el<br />

ponerlo demasiado en relación con la voluntad <strong>del</strong> Padre 6 podría llevar a alguien a pensar<br />

que fue generado libremente 7 y que pudo no serlo. 8 Ciertamente es llamado Dios 9 , pero<br />

sin artículo. 10 Al insistir Justino en que el Logos es distinto <strong>del</strong> Padre trascendente, un otro<br />

Dios, 11 manteniendo a la vez el monoteísmo, y al no mostrar con mayor <strong>cl</strong>aridad la unidad<br />

1 Dial 128,4.<br />

2 Dial 129,4; cf. 129. En Dial 62,2, refiriéndose al 'hagamos' de Gn 1,26 y a Gn 3,22, dice: sin discusión posible<br />

tenemos que reconocer que Dios conversó con alguien que era numéricamente distinto y juntamente racional<br />

( ). Cf. Ib., 56 (ver 56,11); 62,3; Atenágoras, Leg 12.<br />

3 "La dificultad con la analogía de engendrar, al margen de sus connotaciones antropomórficas, está en el hecho de que<br />

implica un corte y una disminución <strong>del</strong> engendrador, cosas ambas que Justino es muy cuidadoso en negar"<br />

(Goodenough, op. cit., 148). Orígenes (De Pr IV,4,1) reaccionará contra la 'prolación', porque la encontrará corporal, y<br />

porque divide la naturaleza divina (De Pr I,2,6,71-81; IV,4,1,7-9). Es más bien como la voluntad suya que procede de<br />

la mente y no corta una parte de ella, ni se separa o divide de ella; de esta manera hay que pensar que el Padre ha<br />

generado al Hijo, es decir su imagen; y así como El es invisible por naturaleza, así engendró una imagen también<br />

invisible (De Pr I,2,6,179-183; cf. Ib., I,2,6,163s). Nosotros no decimos, como lo piensan los herejes, que una parte de<br />

la substancia de Dios se convirtió en el Hijo o que el Hijo fue procreado por el Padre a partir de la nada, es decir<br />

afuera de su substancia, de tal manera que hubo un momento en que El no existía...(De Pr IV,4,1,12-16).<br />

4 Esta será la de la verdad, custodia de la unidad, por la que decimos que el Hijo ha sido proferido<br />

(prolatum) por el Padre, pero no separado. Pues Dios profirió al Logos (sermonem), como también el Pará<strong>cl</strong>ito lo<br />

enseña, como la raíz al fruto, la fuente al río y el sol al rayo (Tertuliano, Adv Prax 8,5,24-28, CCL, 2,1167).<br />

Tertuliano equivale<br />

a prolatio.<br />

5 Dial 61,1s. Cf. Taciano, Orat 5; Tertuliano, Apol 21,12s, CCL I, p.124s,56-64.<br />

6 Dial 61,1; 100,4; 127,4; 128,4; Taciano, Orat 5.<br />

7 Según Orígenes, engendrar al Hijo será una libre expresión de la bondad <strong>del</strong> Padre (cf. De Pr I,2,13; I,2,6,lin 163ss),<br />

lo que H. Crouzel (Origène, Paris 1985, p. 241s) comenta en el sentido de un engendrar "libre y necesario (cf. De Pr<br />

I,2,9; IV,4,1)".<br />

8 Así Goodenough (op. cit., 150) llega a opinar: "Este fluir hacia afuera <strong>del</strong> Padre de las de ninguna manera se<br />

debe considerar como un inevitable proceso de la naturaleza divina. Una fuerza sale sólo cuando Dios quiere que eso<br />

suceda. Por eso, el Logos, ángeles y todas las potencias son el resultado de una acción de la voluntad de Dios."<br />

9 Es llamado Dios y es Dios y lo será (Dial 58,9). Cf. p.e. 1Ap 63,15; Dial 56-62; 63,5; 64,1; 68,9.<br />

10 También habla de (cf. Goodenough, 158). Según J. D. N. Kelly (Early Christian Doctrines, 5 ed.,<br />

London 1980, p. 97), "si miramos su naturaleza, mientras otros seres son 'cosas hechas' ( ) o 'creaturas'<br />

( ), el Logos es la 'progenie' de Dios ( ), su 'infante' ( ), su 'hijo único' ( [Dial<br />

105,1; cf. 1Ap 23,2; 2Ap 6,3])." Respecto a la filiación, cf. Wartelle, op. cit., 60.<br />

11 Smulders (op. cit., 404s) constata en esto influencia <strong>del</strong> platonismo medio.<br />

133


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

entre el Logos y el Padre 1 , se presta para un subordinacionismo. 2 ...Hijo <strong>del</strong> mismo<br />

verdadero Dios y a quien tenemos en el segundo lugar (<br />

), y al Espíritu<br />

profético, en el tercer puesto ( ). 3<br />

Ha aparecido en Justino: el<br />

la comparación con el logos<br />

y la relación de éste último con la creación, etc. Según Bühner 4 ,<br />

Justino trata de armonizar el logos estoico con el bíblico. Pero, según Courth 5 , "tomar el<br />

concepto de Logos para determinar el universal envío de Cristo está determinado<br />

fundamentalmente por un interés teológico. Frente a esto, los materiales tomados <strong>del</strong><br />

platonismo medio o también <strong>del</strong> estoicismo son secundarios. Le interesa a Justino<br />

determinar a Cristo crucificado y resucitado como la auténtica y poderosa palabra de Dios.<br />

Sólo El revela al Padre (Mt 11,27); así es el maestro universal sobre Dios para los<br />

hombres de todos los tiempos. Pero no sólo como tal habla Cristo. También El es aquél<br />

poder universal que ayuda y nos hace entender la verdad de Dios." 6<br />

6- La superación <strong>del</strong> subordinacionismo<br />

El problema subordinacionista 7 va a explotar alrededor <strong>del</strong> 318 con Arrio, presbítero<br />

presbítero de Alejandría. Arrio pretende mantener la confesión de fe <strong>del</strong> bautismo, como<br />

1 Al afirmar la diferencia, no basta con que afirme que ésta no es en la : este Dios que se dice y escribe haber<br />

apararecido a Abraham y a Jacob y a Moisés es otro que el Dios hacedor <strong>del</strong> universo; otro, digo, numéricamente, no<br />

en sentir y pensar (Dial 56,11).<br />

2 Según Goodenough (op. cit., 155), insiste en las dos divinas personalidades, "y consecuentemente pone como base real<br />

de su argumento por el monoteísmo: no la unidad de la ousia sino la subordinación en rango <strong>del</strong> segundo Dios." Y en p.<br />

156 llega a decir: "Se ha visto que su origen era de la misma naturaleza que el de los ángeles, y, al menos en este punto,<br />

su índole es como la de ellos" A El y al Hijo, que de El vino y nos enseñó todo esto, y al ejército de los otros ángeles<br />

buenos que le siguen y le son semejantes (<br />

), y al Espíritu profético, le damos culto y adoramos...(1Ap<br />

6,2). Consecuentemente con<strong>cl</strong>uye (p. 159): "Porque el Logos era una emanación de Poder, una permanente<br />

como todas las otras<br />

permanentes, pero agraciado por voluntad de Dios con poderes, gloria y eminencia tan<br />

superior a los otros que sólo El es propiamente llamado Hijo, y Señor, y sólo a El se le aplica la palabra (o<br />

)." Según Wartelle (op. cit., ad loc.), la secuencia es trinitaria, pero el Hijo está escoltado por ángeles, que, por<br />

oposición 3 a los demonios malos, le son semejantes (el mismo Hijo es llamado ángel).<br />

1Ap 13,3. Cf. Ib. 13,4; 60,7. Es llamado y se dice Dios y Señor otro, que está bajo el Hacedor <strong>del</strong> universo; el cual<br />

también se llama ángel (Dial 56,4). La primera potencia ( ) después <strong>del</strong> Padre de todo y Dios soberano, e<br />

hijo suyo, es el Logos ( 1Ap 32,10).<br />

4 Op. cit., 501, refiriéndose al .<br />

5 Op. cit., 45<br />

6 Según la antigua opinión de A. Aall, "Justino tomó de Filón y de los estoicos y modificó su visión <strong>del</strong> logos; él la<br />

desvió haciendo <strong>del</strong> logos una persona." (Der Logos. Geschichte seiner Entwicklung in der griechischen Philosophie<br />

und der cristlichen Literatur, Leipzig 1896-1899, p. 282, en E. F. Osborn, Justin Martyr [Beiträge zur historischen<br />

Theologie,47], Tübingen 1973, p. 42).<br />

7 Dionisio de Roma (ca. 260) había reaccionado contra ciertas expresiones poco precisas, de tipo subordinacionista, de<br />

Dionisio de Alejandría. Así, pues, razonablemente diría contra aquellos que destruyen la monarquía, que es la más<br />

augusta predicación de la Iglesia de Dios, dividiendo y cortando en ciertas tres potencias e hypóstasis separadas y<br />

divinidades. Porque oí que algunos que, entre vosotros instruyen y enseñan la palabra divina, son maestros en esta<br />

opinión, que, por así decirlo, es diametralmente opuesta a la opinión de Sabelio. Pues éste blasfema diciendo que el<br />

Hijo es el Padre y al revés; aquellos, en cambio, en cierta forma predican tres dioses dividiendo la santa unidad en tres<br />

diversas hypóstasis extrañas entre sí y totalmente separadas... Pero no son menos culpables los que estiman que el Hijo<br />

es sólo una hechura ( ) y piensan que el Señor llegó a ser ( ), igual que cualquiera de las cosas<br />

realmente creadas, testificando las palabras divinas su generación (<br />

), como corresponde y conviene; pero<br />

134


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

dice en carta a Constantino. 1 Según Grillmeier 2 , salvo algunos elementos, su doctrina <strong>del</strong><br />

Logos permanece determinada cosmológicamente. Dios ( ) no ha sido siempre<br />

Padre. Hubo un tiempo ( ) cuando Dios estaba solo y no era todavía Padre. Después<br />

llegó a ser Padre. El Hijo no ha existido siempre, porque todas las cosas han sido creadas<br />

de la nada, y todas son creaturas y obras; el mismo Logos de Dios fue sacado de la nada,<br />

y hubo un tiempo ( ) en que El no era. 3 Contra los modalistas dice que el Hijo no fue<br />

engendrado en apariencia sino en verdad. Pero no es una emanación como dice Valentín,<br />

ni una parte consubstancial como dice Mani. 4 Quiere acentuar la unidad substancial de<br />

Dios, pero igualmente las tres hypóstasis. 5 El Padre no comparte con nadie su<br />

trascendencia absoluta y el ser fundamento de todo ser. Por eso es inexpresable. Ni el<br />

Hijo puede captar en lo fundamental al Padre. 6 La absoluta trascendencia <strong>del</strong> Padre relega<br />

al Hijo a lo no divino, a las creaturas. Así y el logos es ajeno y desemejante <strong>del</strong> todo a la<br />

substancia y propiedad <strong>del</strong> Padre, pero pertenece a las cosas hechas y creadas y es una<br />

de ellas. 7 Es el mediador de la creación. 8 Es único, superior respecto a toda creatura. 1<br />

Por eso, merece ser llamado 'Dios', como título de dignidad.<br />

no que era un cierto mo<strong>del</strong>ado ( ) o hechura ( ).... Porque si el Hijo fue hecho ( ) hubo un<br />

cuando (<br />

) en que no era...(DS 112s). Dionisio de Alejandría precisa su vocabulario diciendo que hay tres hypóstasis,<br />

que el Hijo es eterno, que también, entendiéndolo bien, se puede decir .<br />

1 Cf. H. G. Opitz, Athanasius Werke III/1,64, Urk. 30 en Courth, p. 111, véase Sócrates, H E I,26, PG 67, 149Cs.<br />

2 Op. cit., 368.<br />

3 Thalía (cf. Atanasio, Orat c. Arian, I,5, PG 26,21A, en Grillmeier, op. cit., 370).<br />

4 Carta a Alejandro de Alej., en Atanasio, De Syn 16, PG 26,709A, Opitz III,1 12, Urk. 6, en Courth, op. cit., 111.<br />

Había rechazado el<br />

por encontrarlo corporal, como si el Hijo fuera una emanación o segregación de<br />

substancia divina (cf. Grillmeier, op. cit., 409s).<br />

5 Intenta expresarse con ayuda de la ontología <strong>del</strong> platonismo medio. Así dice que el Hijo ha sido hecho ( )<br />

por voluntad de Dios antes de todos los tiempos y eones y ha recibido <strong>del</strong> Padre vida, existencia y gloria... El Padre es<br />

la fuente de todo ...el único absolutamente sin origen. El Hijo, engendrado por el Padre fuera <strong>del</strong> tiempo ( ),<br />

hecho y constituido antes de todas los eones, no existía antes de ser engendrado.... pero El es el único hecho existir por<br />

el [mismo] Padre. El no es eterno ni coeterno con el Padre, ni tampoco coparticipa en ser inengendrado<br />

( ), ni tiene conjuntamente el existir con el Padre, como dicen algunos 'relaciónes' ( )<br />

introduciendo dos principios inengendrados....(Carta a Alejandro, en Atanasio, De Syn 16, PG 26,709BC, Opitz, III,1<br />

13, Urk. 6, en Courth, op. cit., 111). Antes de Nicea no se distinguía bien entre (inengendrado) y<br />

(no llegado a ser). Para Arrio, si el Padre es el único<br />

, luego el Logos era<br />

(creado). Según Ortiz de Urbina (Nicée et Constantinople [Histoire des Conciles Oecuméniques,1], p. 45s, Paris 1963),<br />

el raciocinio de Arrio sería el siguiente: Hay un solo<br />

, de lo contrario se rompe la unicidad de Dios.<br />

Luego éste es anterior al Verbo. No podría tampoco engendrar, porque perdería algo de su esencia infinita y simple.<br />

Luego la filiación <strong>del</strong> Verbo es adoptiva, y, por lo tanto, éste es creatura. Ahora es la obra maestra producida por Dios.<br />

Para esto, Arrio, que suele argumentar a partir de la Biblia, usa el verbo 'hecho', en sentido estricto, p.e. en: Col 1,15; Hb<br />

3,2; 1P 3,15; Hch 2,36. Pero sobre todo usa Pr 8,22. Problema grave de este texto será que los LXX traducen<br />

y los latinos condidit. Eusebio va a adoptar de Aquila y la vulgata traduce possedit.<br />

6 Dios es para sí lo que El es, esto es indecible: de tal forma que ni el Hijo entiende nada de lo dicho para expresarlo<br />

adecuadamente.... Tampoco el Hijo conoce su propia esencia, porque El siendo Hijo sólo existe verdaderamente por la<br />

voluntad <strong>del</strong> Padre (Thalía, en Atanasio, De Syn 15, PG 26,708B, Opitz II,1, 243, 15-19, en Courth, op. cit., 111s).<br />

7 Thalía, en Atanasio, Orat c. Ar I,6, PG 26,24A.<br />

8 Por causa nuestra fue hecho [el Hijo], para que Dios nos creara a nosotros mediante El, como mediante un<br />

Organon; y El no existiría, si Dios no nos hubiera querido crear (Alejandro Alej., Ep. Cum unum, Sócrates, HE 1,6,<br />

PG 67,48A, en Grillmeier, op. cit,, 370). Queriendo Dios crear la naturaleza hecha, vio que ésta no podía participar de<br />

la pura mano <strong>del</strong> Padre y de su acto de creación; hizo y creó El solo ante todo uno solo, a quien llamó Hijo y Logos,<br />

135


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

Arrio ha rechazado el engendrar intradivino y eterno de Orígenes. Vemos que no es<br />

el Dios bíblico que se comunica con su creatura: la presencia de Cristo es la de una<br />

creatura intermedia. Este abismo entre el Creador y su creatura no es cubierto por el<br />

Espíritu, quien también es creatura. Hay una trinidad, pero sus hypóstasis difieren<br />

infinitamente en dignidad. 2 Son tres substancias esencialmente diferentes. No tiene una<br />

enseñanza trinitaria, sino que sólo reconoce a un Dios y dos hypóstasis creadas, que<br />

median con el mundo creado, una más alta y otra más baja. Sólo la tradición teológica (y<br />

quizás el ejemplo de las hypóstasis neoplatónicas) lo lleva a reunir a los tres en una<br />

trinidad. Influido por la ontología <strong>del</strong> platonismo medio ha olvidado el pensamiento bíblico<br />

sobre la autocomunicación reveladora y amante de Dios. Su Jesucristo no salva. 3 Según<br />

Grillmeier 4 , "se puede decir con cierto derecho que Arrio y Asterio interpretaron el kerygma<br />

<strong>del</strong> bautismo sobre el Padre-Hijo-Espíritu Santo según el esquema cosmológico<br />

descendente <strong>del</strong> platonismo medio, que entre el Uno supremo y la ínfima materia<br />

introduce un Nous (ya idéntico, ya no idéntico, con el Pneuma, el Alma <strong>del</strong> Mundo)."<br />

El concilio de Nicea (325) condena enérgicamente el arrianismo. Creemos en un<br />

sólo Dios, Padre omnipotente...creador 5 , y en un solo Señor Jesucristo, Hijo de Dios,<br />

unigénito engendrado <strong>del</strong> ( ) Padre, esto es de ( ) la substancia <strong>del</strong> Padre, Dios de<br />

Dios..., engendrado no creado ( ) consubstancial ( ) con<br />

el Padre, por quien todo fue hecho ( ) (DS 125). 6 La palabra que, cerrando todo<br />

paso al arrianismo, va a despertar más polémica, es<br />

. 7 Ella proviene <strong>del</strong><br />

para que todo pudiera surgir desde entonces a través de él, estando él al medio (Atanasio, Orat c. Arian II,24, PG<br />

26,200A). Cf. Thalía, Atanasio, Orat c. Arian I,5, PG 26,21AB, en Grillmeier, op. cit., 370.<br />

1 La ex<strong>cl</strong>usiva prerrogativa <strong>del</strong> Logos es ser el único creado ex<strong>cl</strong>usivamente por el Padre. Además, aunque era mudable<br />

( ), fue único en hacer buen uso de su libertad. En realidad Arrio no tiene dificultad en definirlo como<br />

( ) inmutable ( ), pero esta inmutabilidad no la entendía como prerrogativa <strong>del</strong> Hijo<br />

por naturaleza (cf. M. Simonetti, La crisi ariana nel IV secolo [Studia Ephemeridis 'Augustinianum',11], Roma 1975, p.<br />

50).<br />

2 Cf. Thalía, Atanasio, De Syn 15, PG 26,708A, Opitz, II,1, 242,24-26, en Courth, op. cit., 113.<br />

3 Respecto a la influencia <strong>del</strong> platonismo medio, véase la interesante presentación de Grillmeier, op. cit., 361-364; 368.<br />

Grillmeier (Ib., 371) presupone para el Logos de Arrio un estado intermedio, entre y lo visible, como la segunda<br />

hypóstasis en Albino (ca. 150) y Numenio (s.II).<br />

4 Op. cit., 371s.<br />

5 Según I. Ortiz de Urbina (op. cit., 73-76), el esquema no es creer en un solo Dios, y después enunciar la Trinidad, sino<br />

creer en un Dios Padre, en un Señor Jesucristo, en el Espíritu Santo. Dios único no significa aquí directa y formalmente<br />

la substancia divina, sino el Dios persona, concretamente la persona <strong>del</strong> Padre, que es la que es revelada en el A.T<br />

6 Además de lo subrayado, tampoco les va a gustar a los arrianos Dios verdadero de Dios verdadero.<br />

7 Según Ortiz de Urbina (op. cit., 82-87), este término aparecería en escritos gnósticos <strong>del</strong> s. II y fue tomado por<br />

Clemente de Alejandría y Orígenes. Entre estos autores no implicaba unidad numérica, tampoco la implicaba en<br />

Dionisio de Alejandría (cf. PsBasilio, Ep. 38,2, PG 32,328A). El semiarrianismo (Basilio de Ancira) dirá después que<br />

este término fue condenado en el sínodo de Antioquía (268), cuando se condenó a Pablo de Samosata. La condenación<br />

habría sido probablemente por modalismo. En Nicea, el término implica, gracias a la perfección de la naturaleza divina,<br />

la indivisibilidad <strong>del</strong> Padre y <strong>del</strong> Hijo, unidos en la misma y única substancia. La unidad numérica se ve en que el<br />

símbolo pro<strong>cl</strong>ama la esencia numéricamente unica <strong>del</strong> Padre y después se dice que la esencia <strong>del</strong> Hijo es igual en todo a<br />

la anterior. Cf. Kelly (op. cit., 233-337), quien dice que no todos tenían la misma conciencia de que el<br />

implicaba unidad numérica. ¿Se podría quizás decir mejor que no todos tenían la misma <strong>cl</strong>aridad de conciencia? G.<br />

Bardy (op. cit., 1656s) destaca que este término era muy propio de Occidente, que insistía en la unidad de Dios, de su<br />

substancia.<br />

136


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

vocabulario griego filosofante. 1 El arrianismo verá también en ella un peligro de<br />

modalismo. Según el canon de Nicea, la Iglesia católica anatematiza a los que dicen que<br />

'hubo un entonces cuando no existía' y 'antes de ser engendrado no existía', y que fue<br />

creado de la nada o que el Hijo de Dios es de otra o o creado ( ) o<br />

cambiable o transformable. Notemos que en este canon y equivalen. Es<br />

la substancia <strong>del</strong> Padre aquello por lo que el Hijo le es consubstancial. Se ha afirmado la<br />

unidad entre el Padre y el Hijo. ¿Por qué las tendencias arrianas rechazarán a Nicea<br />

durante decenios? Además de los problemas propios <strong>del</strong> misterio <strong>trinitario</strong> y de los<br />

anticuerpos que genera la palabra<br />

al no venir de la Escritura, la razón teológica<br />

principal estaría en que el Concilio, siendo reactivo contra Arrio, afirmará la unidad entre el<br />

Padre y el Hijo, pero no ex<strong>cl</strong>uirá igualmente el peligro contrario, el modalista, que se<br />

manifiesta, p.e. en Marcelo de Ancyra, niceno ferviente. Además la <strong>cl</strong>ara distinción de la<br />

hypóstasis <strong>del</strong> Padre respecto a la <strong>del</strong> Hijo era parte de la herencia de Orígenes.<br />

Observemos que Nicea no usa el vocablo .<br />

7.- La superación <strong>del</strong> modalismo y profundización de la expresión trinitaria.<br />

El monarquianismo, como lo llamó Tertuliano, era una vieja herejía que nace hacia<br />

fines <strong>del</strong> s. II, en parte, como reación contra las especulaciones sobre el Logos de los<br />

apologetas. Negaba una distinción real entre las personas. Era, por así decirlo, la otra<br />

salida, respecto al subordinacionismo, en una racionalización falsa <strong>del</strong> misterio <strong>trinitario</strong>, si<br />

se evitaba el triteísmo, lo cual era obvio. Tuvo una forma llamada dinámica o adopcionista,<br />

y otra forma modalista 2 que culminaría, en cierta manera, en Sabelio. 3 Así, según nos<br />

relata Hypólito 4 , Noeto habría dicho: Uno y el mismo es el Padre y el así llamado Hijo; no<br />

uno de otro sino él mismo de sí mismo, que es nombrado Padre e Hijo según la sucesión<br />

de los tiempos. Así se podía llegar a decir que el Padre era el que había padecido en la<br />

cruz, de donde les vino el nombre de 'patripasianos'. Dice Tertuliano contra Praxeas: No<br />

como infiere vuestra perversidad, según la cual se cree que el mismo Padre es nacido y<br />

padecido. 5<br />

Ahora bien, entre los que atacan fuertemente a los arrianos está Marcelo de Ancyra<br />

(+ aprox. 374). Según R. Hübner 6 , para Marcelo el Logos "no es un otro en Dios mismo,<br />

sino idéntico con Dios, una única ousía, una única persona. Sin estar separado de Dios en<br />

el ser, puesto que él es con Dios homoousios, el Logos de Dios sale desde Dios hacia<br />

afuera con la finalidad de la autocomunicación en el obrar y sólo en el obrar, hace un<br />

hombre para sí, con él se une, realiza la redención y regresa, después de que El ha<br />

cumplido todo, al fin de los tiempos, al estado de reposo en Dios." No sabe lo que le pasa<br />

a la carne de Cristo, porque no lo dicen las Escrituras. Comentado 1Cor 15,24.28, dice:<br />

1 Así Nicea se ha mostrado fiel intérprete de la auténtica tradición, ex<strong>cl</strong>uyendo una helenización excesiva. Nicea ha<br />

negado los <strong>dogma</strong>s fundamentales <strong>del</strong> platonismo: divinidad escalonada, el mundo sin comienzo, la invariable<br />

revelación primitiva <strong>del</strong> Logos.<br />

2 Según Kelly (op. cit., 119), partía de la doble convicción de la unidad de Dios y de la plena divinidad de Cristo.<br />

3 Cf. Kelly, op cit., 115-133; Courth, op. cit., 52-57.<br />

4 Refut IX,10,11,60-62, DTS 25,348.<br />

5 Adv. Prax 13,5,39s, CCL 2,1175. Según Tertuliano, [Praxeas] piensa que hay que creer en un solo Dios de tal<br />

manera que es uno y el mismo (ipsum eundemque) el que es llamado ya Padre, ya Hijo, ya Espíritu Santo (Adv<br />

Prax 2,3,27-29, CCL 2, 1161), no admitiendo la distinción trinitaria.<br />

6 Der Gott der Kirchenväter, 17, en Courth, op. cit., 117.<br />

137


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

para que el Logos de nuevo así esté en Dios como lo estaba también antes que el mundo<br />

fuera. Puesto que antes sólo existía Dios. [Pero] como todo iba a ser hecho mediante el<br />

Logos, [entonces] aparece ( ) el Logos con fuerza operante ( . Este<br />

Logos era el Logos <strong>del</strong> Padre. 1 Pero Marcelo de Ancyra, respondiendo ataques, va<br />

desarrollando su posición con versatilidad. 2 Según el grueso de sus textos, al final parece<br />

cesar la encarnación 3 , porque la carne de Cristo (su humanidad) ya no tiene función<br />

mediadora; porque la unión de ésta con la <strong>del</strong> Logos era provisoria, y ahora el<br />

Logos sólo permanece, como siempre, como <strong>del</strong> Padre. Los marcelianos y los<br />

fotinianos serán condenados en el Constantinopolitano I (381). 4 El papa Dámaso el 382<br />

anatematizará a los que pretenden que el Verbo, Hijo de Dios, es una extensión o<br />

contención (collectionem), y separado <strong>del</strong> Padre es insubstancial y tendrá fin. 5<br />

Habiendo Nicea insistido en la unidad entre el Padre y el Hijo, el concilio de<br />

Constantinopla I, en busca de un equilibrio de expresión y contra los modalistas, pareciera<br />

haber profesado la reciente fórmula 6 trabajada por los capadocios (admiradores de<br />

Orígenes): y . 7 repetía el de Nicea, que<br />

ahora también abarcaba al Espíritu 8 , condenando todo subordinacionismo.<br />

distinguía las tres personas ex<strong>cl</strong>uyendo todo modalismo. La palabra<br />

, que en Nicea equivalía a , ahora se ha especializado para indicar<br />

1 Fragm 121, 9-12, GCS Eusebius IV, 212.<br />

2 Cf. Grillmeier op. cit., 414-439.<br />

3 Contra esta posición de Marcelo y de su discípulo Fotino, el símbolo <strong>del</strong> segundo concilio ecuménico,<br />

Constantinopolitano I añadirá al de Nicea: para cuyo reinado no habrá fin (DS 150). Fotino además era adopcionista en<br />

cristología.<br />

4 DS 151.<br />

5 DS 160. Respecto a diversas expresiones en diferentes autores de una especie de sístole y diástole <strong>del</strong> Verbo-Espíritu<br />

divino, que, según Spanneut, tendría influjo estoico, cf. Spanneut, op. cit., 984s. Por tanto, la naturaleza que está más<br />

allá de todo es simple y sin composición, extendida por las propiedades de las hypóstasis y las diferencias de personas<br />

y nombres, que desembocan en la santa Trinidad, pero ( ) replegada en cierta unidad por la exacta identidad de<br />

naturaleza en todo: Dios, nombre y realidad ( ). De tal forma que en cada uno sea pensada la íntegra<br />

naturaleza, a lo que se agrega lo propio de Él, en efecto lo que es según la hypóstasis. Cada uno permanece lo que es<br />

en una unión de naturaleza con los otros, enriquecido por los otros en la propia naturaleza. Porque el Padre está en el<br />

Hijo y en el Espíritu, e igualmente también el Hijo y el Espíritu están en el Padre y el uno en el otro (Cirilo de<br />

Alejandría, Dial de Trin VII, 64ab; cf. Ib., III, 476c; VII, 634c)<br />

6 Sobre el origen de esta fórmula, ver B. Studer (Hypostase, col. 1257, en Historisches Wörterbuch der Philosophie III,<br />

col. 1255-1259).<br />

7 La carta sinodal de Constantinopla <strong>del</strong> 382, en que habla <strong>del</strong> Constantinopolitano I, que siguió la fe de Nicea,<br />

conforme al mandato de Cristo sobre el bautismo, dice lo siguiente: creer en el nombre <strong>del</strong> Padre y <strong>del</strong> Hijo y <strong>del</strong><br />

Espíritu Santo de tal forma ( ) que se crea en una sola divinidad y una potestad y una substancia <strong>del</strong> Padre y<br />

<strong>del</strong> Hijo y <strong>del</strong> Espíritu Santo, y una igual honra, dignidad y señorío coeterno en tres hypóstasis perfectas o tres<br />

personas (<br />

) perfectas; de suerte que la peste de Sabelio no encuentre lugar, que confunde las hypóstasis y<br />

suprime las propiedades, y tampoco lo encuentren las blasfemias de los eunomianos, de los arrianos y de los<br />

pneumatómacos, que parten la substancia o la naturaleza o la divinidad y que introducen en la Trinidad increada y<br />

consubstancial y coeterna, una naturaleza venida después, creada y de substancia diferente (Teodoreto, HE V, 9,11,<br />

GCS 19,292). Esta fórmula trinitaria estaría también en la base de una teo-logía, que llegará a desconectarse<br />

relativamente de la 'economía' (historia de salvación), haciendo que el misterio <strong>trinitario</strong> sea poco vital para muchos.<br />

8<br />

A mitad <strong>del</strong> s. IV, cuando algunos acercándose a Nicea, quieren aplicar el consubstancial también al Espíritu, los<br />

pneumatómacos niegan su divinidad. La experiencia monacal presionaba hacia una teología <strong>del</strong> Espíritu. El unitarismo<br />

de la imagen de Dios de un Marcelo de Ancyra impulsaba a la nivelación de la confesión bautismal. Atanasio y Basilio<br />

defienden inteligentemente la divinidad <strong>del</strong> Espíritu. El Constantinopolitano I la de<strong>cl</strong>ara diciendo que es ,<br />

, y que es coadorado y conglorificado junto con el Padre y el Hijo (DS 150).<br />

138


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

persona. 1 Por tanto, de aquí en a<strong>del</strong>ante va a ser equivalida a 2 ,<br />

significando ambas: persona.<br />

3 no había sido <strong>hasta</strong> entonces suficiente para<br />

expresar la persona, por no haber tenido la misma consistencia <strong>del</strong> persona latino, que lo<br />

traducía. Diferente al persona latino que bajo el influjo <strong>del</strong> lenguaje <strong>del</strong> derecho<br />

tempranamente podía designar un ser particular, durante mucho tiempo conservó<br />

el sentido de algo meramente externo, prestándose así a un significado<br />

1 Los latinos, desde la creación <strong>del</strong> latín cristiano por Tertuliano, poseían fórmulas relativamente más precisas que los<br />

griegos y no tuvieron que hacer un tan largo -aunque fructífero- trayecto como ellos. Tertuliano, con vocabulario todavía<br />

impreciso y en búsqueda, y quizás con un leve subordinacionismo, hablaba de personas y una substancia en Dios. Así<br />

ex<strong>cl</strong>ama: personas en el nombre, y no substancias, para distinción, no para división (Adv Prax 12,6,36s, CCL 2,1173).<br />

Cualesquiera que sea la substancia de la Palabra (sermonis), yo la de<strong>cl</strong>aro persona y reivindico para ella el nombre<br />

de Hijo y, mientras reconozco al Hijo, lo defiendo como segundo respecto al Padre (Adv Prax 7,9,54-56, CCL<br />

2,1167). Sostengo una substancia en tres co-adherentes (Adv Prax 12,7,39, CCL 2,1173).<br />

Siguiendo a Courth (op. cit., 85-87), en la base <strong>del</strong> uso de persona por Tertuliano estaría: 1) El monopersonalismo de<br />

algunas herejías dado vuelta. 2) La figura de Cristo, quien es el Hijo y Logos encarnado, diferente <strong>del</strong> Padre, y se<br />

muestra como una persona concreta. 3) La herencia bíblica <strong>del</strong><br />

, correspondiente al panim hebreo, y que<br />

la Vetus Latina traducía por persona. 4) Los dialogales roles dramáticos en las formas estilísticas literarias: p.e. en<br />

representación de, en la persona de, desde la perspectiva de. [En los juicios también se usaba mucho]. Así la exégesis<br />

prosográfica veía a quién se dirigía el 'hagamos' de Gn 1,26 o los diversos roles en Sal 110,1. 5) La liturgia (p.e. a<br />

propósito de la liturgia bautismal se habla de tres testigos o garantes [Tertuliano, De Baptismo 6,2,7-14, CCL 1,282]).<br />

Según M. Fuhrmann (Person. Von der Antike bis zum Mittelalter, col. 269ss, en Historisches Wörterbuch der<br />

Philosophie VII, col. 269-283), la etimología de persona no es <strong>del</strong> todo <strong>cl</strong>ara. Su significado básico en latín es el de<br />

máscara de teatro. De aquí pasa a significar el rol <strong>del</strong> actor y el rol que el hombre actúa en la sociedad. También puede<br />

significar la imagen que alguien proyecta de sí mismo a través de su vida. Es usado en la gramática, retórica, y en el<br />

derecho, en que puede ser un simple individuo, pero conectado siempre con el rol social. Pero el principal impulso lo<br />

recibe Tertuliano de la gramática, que ya había entrado en la exégesis. Desde el tradicional lenguaje romano, las<br />

personas (roles sociales) no rompen la monarquía (Adv Prax 3,2s, CCL 2,1161s). Respecto al origen de la palabra<br />

persona, Drobner (op. cit., 7) destaca el consenso de que persona, a través de los etruscos, proviene en última<br />

instancia <strong>del</strong><br />

griego y como éste, en su significado fundamental, designa la máscara <strong>del</strong> rostro que el actor<br />

lleva en la escena. Y entre los sentidos de persona, anota Drobner (Ib., 105s), la equivalencia al de 'hombre'.<br />

2 Gregorio de Nacianzo, yendo más allá de Basilio, hizo equivaler a (Courth, op. cit., 172s).<br />

Pero tres en cuanto a las hypóstasis o personas (<br />

) como algunos prefieren decir...Los tres se dividen no<br />

por las naturalezas sino por las propiedades (Gregorio Nac, Or 42,16, PG36,477AB). Al hacer esta equivalencia,<br />

según Courth (op. cit., p.173), "junto al pensamiento de la manifestación de la realidad, trae también el elemento de la<br />

propiedad incambiable y de la subsistencia. Aunque con esta acentuación se podría principalmente coincidir más con el<br />

ámbito latino, sin embargo, también vale como un avance para los griegos, como lo muestra la última alocución conciliar<br />

de Gregorio de Nacianzo."<br />

Con esto, según este autor, "se ha dado un primer paso en la dirección de aquella intelección que percibe y articula en el<br />

concepto de persona el momento de ser sujeto. Hasta ahora en la intelección de la persona trinitaria todavía todo se<br />

basaba en el pensamiento de lo particular y de la propiedad en lo que se realiza el ser divino. Pero, por el hecho de que<br />

persona, bajo el influjo <strong>del</strong> lenguaje <strong>del</strong> derecho, pudiera significar el ser particular, el individuo, se impulsa con la<br />

conexión de hypóstasis y prosopon el desarrollo que llevará a identificar el ser sujeto con el rasgo esencial <strong>del</strong> concepto<br />

de persona trinitaria."<br />

3 según E. Lohse ( , en TWNT VI, col. 769-781), significa fundamentalmente rostro,<br />

semblante. Porque la faz determina la manifestación de todo el hombre, puede<br />

a menudo relacionarse a la<br />

figura <strong>del</strong> hombre. La máscara de los actores es llamada<br />

. En sentido figurado puede significar el rol<br />

dramático que representa un actor. En los tiempos helenísticos también toma el sentido de persona para designar al<br />

hombre en relación a su posición en la sociedad humana que lo rodea. Los gramáticos lo usan para designar la persona<br />

gramatical. Pero en los primeros siglos después de Cristo no se ha encontrado que signifique persona en sentido técnico<br />

jurídico. Posteriormente, probablemente bajo la influencia <strong>del</strong> 'persona' latino, tomará este sentido.<br />

139


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

modalista. Había alguna base para llegar a equivaler e : de alguna<br />

manera ambos vocablos decían "manifestación de la realidad" 1 .<br />

se traduciría en latín por substantia. 2 Por eso los latinos optarán por<br />

traducirla por subsistentia o por transliterarla en hypostasis.<br />

, es un<br />

substantivo verbal que viene especialmente de la voz media ( ). Va desplazando<br />

su significado según diversos filósofos. La biblia latina lo traduce por substantia. Según<br />

H. Köster 3 , primitivamente se encuentra casi ex<strong>cl</strong>usivamente en sentido<br />

médico, desde donde surgirá el sentido filosófico. Y resumiendo 4 el uso técnico antiguo<br />

dice: "<br />

es lo que en forma natural se deposita hacia abajo, se desprende: sea<br />

esto un sedimento o amontonamiento o residuo o precipitación (da lo mismo en que<br />

forma). Siempre va con la representación de que se trata de aquella parte <strong>del</strong> compuesto<br />

que se documenta, manifiesta y realiza." Según Posidonio (+51 aC),<br />

es lo que<br />

llega a realizarse, lo que pasa a existir, siendo la materia primigenia. Es decir,<br />

es el ser manifestado en la realidad <strong>del</strong> existente; esto sucede en las cosas<br />

individuales. Estas realizan la concretización, la<br />

<strong>del</strong> ser, como también de las<br />

propiedades. 5 La distinción entre la materia primitiva y su concretización hypostática es<br />

sólo en 'teoría', porque la primera se da siempre y sólo en la segunda. Posidonio asigna<br />

a las cosas particulares en cuanto en ellas se realiza el ser que está detrás de<br />

ellas. 6 En Filón, el verbo designa el existir real, en contraposición al mero aparecer. De<br />

manera que en sentido pleno sólo puede usarse respecto a Dios y al alma. Todo el resto<br />

es un simple estar ahí corpóreo, , sin permanencia. 7 Según Albino, platónico medio<br />

<strong>del</strong> s. II, se trata igualmente de la concretización <strong>del</strong> ser fundamental, pero esto<br />

corresponde ahora al mundo inteligible, al que pertenece el alma. En el neoplatonismo ya<br />

no se dice de la materia. La realidad viene <strong>del</strong> Uno.<br />

se dice de la realidad que<br />

deriva <strong>del</strong> Uno y llega a ser sinónimo de . Es como una manifestación <strong>del</strong> ser <strong>del</strong><br />

Uno, pero en un escalón inferior. 8 Pro<strong>cl</strong>o (+485) llamará hypóstasis no sólo al ser, en<br />

cuanto viene de uno más alto y lo manifiesta, sino también en cuanto subsiste por sí<br />

mismo, posee en sí mismo la vida y fuerza, el individuo espiritual. Después de referirse a<br />

algunos apologetas y gnósticos, con<strong>cl</strong>uye Köster que no hay ninguna línea que vaya<br />

1 Cf. Studer, Hypostase, 1257.<br />

2 Cf. p.e. Agustín De Trin VII, 4,7,1-6; 4,8,112-117; V,8,10,43-51, CCL 50, 255.259.216s.<br />

3 , en TWNT VIII, 571-588.<br />

4 Op. cit., 573.<br />

5 Dos son las partes aceptables ( ): por un lado aquello según la hypóstasis de la substancia ( ), por<br />

otro lado aquello según la de la cualidad ( ) (Ar Did, Fr 27, en Köster, op. cit., 574). Esta frase, según Köster,<br />

sería probablemente enseñanza de Posidonio.<br />

6 Cf. Ib., 575, comparándolo a Alejandro de Afrodisia. Según Studer (Hypostase, 1256), la hypóstasis se contrapone al<br />

simple aparecer ( ), en el que ciertamente hay algo visible, pero sin que se realice la substancia elemental.<br />

Igualmente se contrapone a algo de sólo pensamiento ( )."<br />

7 Según Köster, en Hb designa la realidad de Dios, en contraposición al carácter pasajero, de sombra o<br />

imagen, <strong>del</strong> mundo; realidad de Dios que, sin embargo, de manera paradógica la comunidad posee en Cristo como fe<br />

(op. cit., 587).<br />

8 "En el neoplatonismo se llaman hypóstasis sólo las verdaderas y plenas realidades, el intelecto y las almas, en cuanto<br />

ellas proceden de una realidad superior y que permanece inmutable, y en cuanto siempre permanecen relacionadas a<br />

ella...." (Studer, Hypostase, 1256).<br />

140


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

desde ellos <strong>hasta</strong> el uso <strong>trinitario</strong>. Que para éste hay que recurrir más bien de nuevo a la<br />

filosofía <strong>del</strong> tiempo correspondiente. 1<br />

Para expresar la fe neotestamentaria se va afinando un concepto de persona<br />

( ) distinto de la simple substancia racional. Esto tendrá grandes repercusiones<br />

filosófico teológicas. ¿Qué habían entendido los capadocios por<br />

en Dios?<br />

Según Gregorio de Nacianzo 2 (+390), lo que hace que las hypóstasis sean distintas es que<br />

que las propiedades son distintas. 3 Expresa así el misterio <strong>trinitario</strong>: El Hijo no es el Padre,<br />

1 En la medida en que el lenguaje es menos filosófico, tanto más significa en el uso común: estar presente, existir.<br />

2 Según Courth (op. cit., 166), "en los esfuerzos por a<strong>cl</strong>arar la fórmula que viene desde Orígenes, de tres hypóstasis y<br />

una esencia, Basilio (+379) tuvo la contribución más importante." Su enseñanza trinitaria está impregnada de<br />

pneumatología. Basilio se esfuerza en distinguir de . "Determina a la ousía como lo común, como<br />

el substrato <strong>del</strong> ser que a través de las tres hypóstasis es más cercanamente calificado" (Ibid., 171). Cf. Ep 236, 6, PG<br />

32, 884BC; Ep 214, 4, PG 32, 789AB; Ps Basilio Ep 38, 3. 5, PG 32, 328A-329A.336C.<br />

Grillmeier (op. cit., 542) cree que habría influjo estoico en esta concepción. Los estoicos analizan el ser concreto<br />

individual que proviene de una materia indeterminada ( ), que es determinada y caracterizada por el modo<br />

propio, el . La 'substancia', el último sujeto ( ), primero es determinada por la cualidad<br />

común ( ), que la convierte en especie. A esto se añade la propiedad individual ( ), que la<br />

hace individuo.<br />

Sesboüé (Saint Basile, 218) resume así: ―Basilio queda en Oriente como el gran iniciador de la fórmula trinitaria de tres<br />

hypóstasis consubstanciales. Bien entendido, los dos Gregorios, su amigo y su hermano, se convierten a su vez en los<br />

propagandistas de esta fórmula. Pero destaquemos que ellos lo hacen, en lo esencial, en torno al concilio de<br />

Constantinopla <strong>del</strong> 381y después de la carta sinodal de 382‖. En relación al C Eun de Basilio había dicho: ―Se trata de<br />

encontrar, de elaborar las palabras necesarias para expresar, por una parte la distinción de las personas y, por otra parte,<br />

su comunión en la unidad concreta de una misma substancia. Formalmente, Basilio se atiene a eso, aunque su búsqueda<br />

sea portadora de un hallazgo sobre las relaciones, cuya importancia no la pecibió <strong>del</strong> todo y <strong>del</strong> que el futuro dirá la<br />

fecundidad‖ (Ib., 171). En el C. Eun, Basilio es muy discreto en el uso de las palabras, pero elabora lo de la propiedad<br />

de las personas divinas que no destruye la unidad de la substancia (cf. Ib., 239). Fue prudente, porque primero quiso<br />

establecer la unidad de la substancia contra las tres substancias de Eunomio. ―El sentido <strong>cl</strong>ásico y no técnico de sujetosustrato<br />

roza siempre el sentido evolucionado de sujeto-subsistencia, que justificará finalmente la expresión de tres<br />

hypóstasis divinas. …Pero jamás renunciará Basilio completamente al primer sentido en los empleos no <strong>trinitario</strong>s <strong>del</strong><br />

término‖ (Ib., 136). ―El análisis de los empleos de este término (hypóstasis) en el Contra Eunomium, propuesto más<br />

arriba, ha mostrado que en esta obra Basilio lo utliza a la vez en el sentido de sujeto-sustrato y en el sentido de sujetosubsistencia,<br />

es decir de acto concreto de subsistir. Pero el movimiento <strong>del</strong> pensamiento va más bien <strong>del</strong> primer sentido<br />

al segundo. La misma etimología de<br />

(igual que la manera como se entiende su relación con los verbos,<br />

, o ) está en la base de esta ambigüedad. Como cosa, el término expresa una base, un fundamento;<br />

en historia natural, un sedimento, el resultado de una precipitación; en general, todo aquello que está debajo, por tanto,<br />

toda realidad substancial. En esta línea su empleo filosófico hará de él un sinónimo de . Como acción,<br />

significará el acto de tenerse debajo o de soportar. En este sentido su evolución semántica seguirá a la <strong>del</strong><br />

verbo , sobre todo en los usos intransitivos de este último. quiere decir ‗tenerse debajo‘, pero<br />

también subsistir en un sentido <strong>del</strong> todo vecino a , existir. Su participio tendrá más o menos el mismo<br />

sentido que<br />

en el sentido activo‖ (Ib., 185). Basilio, según Sesboüé (cf, p. e. op. cit., 177s; 201s), se<br />

convierte al lenguaje <strong>del</strong> consubstancial y a la necesidad de llamar hypóstasis a las propiedades personales. Ambos<br />

lenguajes son ambiguos, pero reunidos se equilibrarán,se completarán y así se restablecerá la paz entre las Iglesias. ―El<br />

pensamiento de Basilio tendrá dos posteridades, una en Oriente y la otra en Occidente. La primera se apegará a la<br />

definición de persona como propiedades, según la orientación ya tomada por Cirilo de Alejandría. La segunda hará todo<br />

un periplo, porque se detuvo en la noción de relación‖ (Ib., 14).<br />

3 Cf. Or 20,6, SCh 270,68s. El criterio de las propiedades para reconocer las hypóstasis será insuficiente para<br />

traspasarlo a cristología, donde la naturaleza humana de Cristo con propiedades se 'en-hypostasía' en el Logos, y, por<br />

eso, Cristo es una hypóstasis en dos naturalezas. Lo ontológico de la hypóstasis será el 'ser para sí o por sí mismo': la<br />

naturaleza humana de Cristo no es persona porque sólo existe en el Logos. El Logos es después de la encarnación una<br />

persona compuesta. Según Studer (op.cit., 1258), este paso lo dan los dos Leoncios, en conexión con los neoplatónicos<br />

tardíos.<br />

141


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

Padre, porque sólo hay un Padre, pero es lo que es el Padre. El Espíritu no es el Hijo,<br />

porque [viene] de Dios y sólo existe un unigénito, pero es lo que es el Hijo. Según la<br />

divinidad los tres son uno, y lo uno es tres por las propiedades (<br />

). Y así ni<br />

tenemos un uno sabeliano ni los tres de la actual división perniciosa [arriana]. 1<br />

Profundizando más, aunque de paso, dice: el Padre no es un nombre de substancia ni de<br />

acción, sino nombre de relaciónn ( ), y de cómo está el Padre respecto al Hijo y el<br />

Hijo respecto al Padre. 2<br />

S. Agustín 3 (+430) se sirve para la Trinidad preferentemente <strong>del</strong> concepto de<br />

relación. Esta, por ser en Dios, es eterna e inmutable; no es accidente. Por lo tanto,<br />

aunque sea diverso ser Padre y ser Hijo, sin embargo, no es diversa la substancia, porque<br />

esto no se dice según la substancia sino según lo relativo, lo cual relativo, no obstante, no<br />

es accidente porque no es mudable. 4 Padre e Hijo son relativos, porque no se dice Padre<br />

sino porque tiene un Hijo y no se dice Hijo sino porque tiene un Padre. 5 Así se acerca a la<br />

"fórmula" <strong>del</strong> concilio de Florencia, 6 al afirmar que el Dios trino se dice simple, porque lo<br />

que tiene eso es, excepto que cada una de las personas es dicha en relación a la otra. 7<br />

Santo Tomás dirá que persona en Dios significa relación en cuanto subsistente. 8<br />

Dice Studer en su consideración final (Ib., 1259): "No se puede desconocer cómo en todo el desarrollo <strong>del</strong> concepto<br />

'hypóstasis' tanto entre los filósofos como entre los teólogos de la antigüedad tardía, se mantiene la concepción<br />

fundamental estoica de concreción y manifestación. Aun en la visión espiritualista <strong>del</strong> neoplatonismo, 'hypóstasis' dice<br />

realización que irradia. En la doctrina trinitaria retrocede primeramente el aspecto de realización frente a la<br />

manifestación que diferencia; y lo contrario sucede en el caso de la cristología... Es notable como la historia cristiana <strong>del</strong><br />

concepto está dominada por una constante interferencia de la Escritura y <strong>del</strong> <strong>dogma</strong>, por un lado, y de las concepciones<br />

filosóficas tradicionales y nuevas, por otro lado."<br />

1 Or 31,9, 14-19, SCh 250,292. Justo antes había señalado las propiedades de cada una de las tres hypóstasis: el mismo<br />

no ser engendrado, ser engendrado, proceder (<br />

), designan al Padre, al Hijo y a Aquél <strong>del</strong> que aquí se<br />

habla, el Espíritu Santo: así se salvaguarda la distinción ( ) de las tres hypóstasis en la única naturaleza<br />

), y en la única dignidad de la divinidad. (Or 31,9,10-14, SCh 250,292). Y en otra parte dice: Todo lo que tiene<br />

el Padre es <strong>del</strong> Hijo, menos el ingénito; todo lo que tiene el Hijo es <strong>del</strong> Espíritu Santo, menos el nacimiento. Esto no<br />

separa la substancia, según mi pensamiento, sino que se separa en torno a ella (<br />

) (Or 41,9,23-27, SCh<br />

358,336).<br />

2 Or 29,16,12-14, SCh 250, 210. Cf. Or 31,9,3-5, SCh 250,290s. Pero no a<strong>cl</strong>ara bien lo que es relación. Anfiloquio de<br />

Iconio (+ aprox. 394), amigo de Basilio, dice: "La diferencia está en las personas (<br />

), no en la substancia.<br />

Puesto que Padre, Hijo y Espíritu Santo [son] nombres de modo de existir o de relación<br />

( ) y de ninguna manera de substancia (Frgm 15, PG 39,112CD; cf. PsBasilio, C.<br />

Eunom IV, PG 29,681A). Comentando a los capadocios, a Basilio, dice G. L. Prestige (God in Patristic Thought, 2 ed.,<br />

London 1964, p. 244): "Toda la substancia común sin cambio, siendo simple, es idéntica con todo el ser no cambiado de<br />

cada persona... la individualidad es sólo la manera en que la substancia es presentada objetivamente en cada una de las<br />

personas."<br />

3 Introduce imágenes psicológicas que ilustran el misterio <strong>trinitario</strong>: ser, conocer y querer (Conf XIII,11,12,7-11, CCL<br />

27,247); memoria, inteligencia y voluntad (cf. De Trin, p.e. XV,20,39,50ss, CCL 50,517); mente noticia y amor (cf. Ib.,<br />

IX,12,18,75-80, CCL 50,310). Tomás explicará la procesión <strong>del</strong> Verbo y <strong>del</strong> Espíritu Santo según las analogías <strong>del</strong><br />

verbo mental y <strong>del</strong> amor en el hombre (Sum Theol I, 27; 45, a.7; 93). B. Forte (Trinità come storia, Saggio sul Dio<br />

cristiano [Prospettive teologice,5], Milano 1985) presenta a Dios como una eterna historia de amor: el Padre es el<br />

eterno amante, el Hijo es el eterno amado y el Espíritu es el amor personal que une y abre.<br />

4 De Trin V,5,6,19-22, CCL 50,211.<br />

5 Ib. V,5,6,13-15, CCL 50,210.<br />

6 DS 1330, en el año 1142: omniaque sunt unum, ubi non obviat relationis oppositio.<br />

7 De Civ Dei XI,10,12-24, CCL 48,330.<br />

8 Sum Theol I,29,4.<br />

142


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

Pero esta concepción de persona que se aplica a la Trinidad fue elaborada en una<br />

época donde predominaba la 'objetividad'. Actualmente la cultura ha cambiado y persona<br />

ha pasado a englobar también otros aspectos subjetivos, como ser centro de<br />

autorealización consciente y libre. Este cambio en el concepto de persona, que se<br />

explicaría también en parte por cierta marginación <strong>del</strong> misterio <strong>trinitario</strong> y cristológico, si se<br />

aplica tal cual al Dios cristiano, nos sitúa en una pendiente hacia el triteísmo. El Kleines<br />

theologisches Wörterbuch de K. Rahner y H. Vorgrimmler termina su artículo sobre<br />

,Person' diciendo: "Y las tres 'personas' en Dios no son tres sujetos actuantes que<br />

estuvieran unos frente a otros, cada uno con su plenitud de vida libre y cognoscente, y así<br />

la unicidad de la naturaleza divina no se mantuviera como misterio sino que se anulara." 1<br />

Pero el misterio <strong>trinitario</strong> que dio impulso al nacimiento <strong>del</strong> concepto<br />

puede de<br />

nuevo fecundar el moderno concepto de persona a través de las categorías de relación,<br />

de mutua inhabitación y compenetración, a través <strong>del</strong> dar y recibir toda la divinidad -salvo<br />

la paternidad, filiación y espiración (activa y pasiva), que mutua y respectivamente se<br />

implican. La Trinidad es, para nosotros, un paradigma, trascendente, de mutua relación,<br />

de, por así decirlo, compartir totalmente sin partir, de, como dirá B. Forte 2 , una eterna<br />

historia de amor. Los hombres y el mundo estamos hechos a imagen de la Trinidad, y no<br />

al revés. No hagamos, pues, de Dios un ídolo a imagen nuestra y de nuestra pobre visión<br />

de la realidad, ídolo presto a ser rechazado. Una auténtica fe trinitaria nos puede impulsar<br />

a una renovación <strong>del</strong> concepto de persona y de la misma ontología. 3<br />

La cristología <strong>del</strong> Logos nos había llevado a tratar <strong>del</strong> subordinacionsmo,<br />

quedando, finalmente, expresado <strong>hasta</strong> hoy el misterio <strong>trinitario</strong> con la fórmula<br />

y<br />

. A propósito de esto dijimos algo sobre cómo el concepto de<br />

llegó a distinguirse <strong>del</strong> de . Pero en el s. IV la cristología <strong>del</strong> Logos que<br />

era , destapará otro problema mayúsculo, esta vez en referencia a la<br />

encarnación. El se hizo (Jn 1,14). El arrianismo y Apolinar de Laodicea (+<br />

aprox. 390) 4 lo entendieron en el sentido de que el fue el alma <strong>del</strong> cuerpo ( ) de<br />

de Jesús, desplazando su alma humana o su . Esto impulsará a una nueva<br />

profundización <strong>del</strong> concepto de<br />

, que insinué antes a propósito <strong>del</strong> conflicto<br />

<strong>trinitario</strong>. La superación de este problema, que tomará siglos, volverá a centrarse<br />

terminológicamente en la distinción entre y 5 . Pero de él no trataremos en<br />

en esta presentación. Lo señalamos sólo como otro problema de la inculturación de la fe<br />

también ligado al concepto 'logos'. Según Grillmeier 6 , "ambas formas heréticas de la<br />

cristología <strong>del</strong> Logos-sarx, el arrianismo y el apolinarismo significarían la más seria y<br />

1 Por eso K. Barth propuso hablar preferentemente de tres distintos modos de ser (Seinsweisen) y K. Rahner de tres<br />

distintos modos de subsistencia.<br />

2 Op. cit., passim.<br />

3 Según J. Ratzinger, "ni la antigua substancia ni el sujeto de los tiempos modernos son lo último, sino la relación como<br />

categoría primigenia de la realidad" (Zum Personen Verständnis in der Theologie, p. 206, en Dogma und Verkündigung,<br />

3 ed., München 1977, pp. 205-223, en W. Kasper, Der Gott Jesu Christi [Das Glaubensbekenntnis der Kirche,1], Mainz<br />

1982, p. 354).<br />

4 Apolinar fue condenado en el Constantinopolitano I. Nicea parece no haberse percatado de este problema arriano. En<br />

el arrianismo se reforzaba mutuamente el que el Logos no fuera Dios con el ser alma de Cristo: el Logos es mudable, se<br />

siente turbado, crece en sabiduría, etc. (p.e. Atanasio, Orat c. Arian III,26, PG 26,377A-380B).<br />

5 es equivalida a (cf. p.e. DS 421 ; DS 431).<br />

6 Op. cit., 496.<br />

143


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

peligrosa irrupción de ideas helenísticas en la concepción de la tradición respecto a<br />

Cristo." En los próximos siglos se realizará el respectivo proceso de des-helenización.<br />

Hemos, pues, terminado nuestro recorrido <strong>hasta</strong> el s. IV sobre los problemas, en<br />

parte de inculturación, que produjo el concepto 'logos'. Sobre todo tratamos el aspecto de<br />

la relación entre el Logos y el Padre, y el surgimiento <strong>del</strong> concepto<br />

aplicado a<br />

Dios, que es parte de la respuesta.<br />

8- Algunos puntos de reflexión con<strong>cl</strong>usiva.<br />

1) La necesaria inculturación helenística, que hemos examinado casi<br />

ex<strong>cl</strong>usivamente bajo el concepto de Logos, trajo consigo también desviaciones graves. Se<br />

llegó a negar lo central <strong>del</strong> cristianismo: la Trinidad y la verdadera encarnación <strong>del</strong> Hijo.<br />

2) La inculturación excesiva fue superada por decisiones dogmáticas que expresan<br />

la fe en fórmulas, a las que los Padres y la Iglesia llegaron laboriosamente.<br />

3) Estas definiciones no explican el misterio que permanece tal, sino que sobre<br />

todo lo enmarcan terminológicamente, ex<strong>cl</strong>uyendo ambos extremos heréticos.<br />

4) Estas definiciones no sólo crean conceptos nuevos (rompiendo moldes<br />

antiguos), que serán de gran futuro, como el de persona o de encarnación verdadera, sino<br />

también sirven como levadura que, junto con toda la revelación cristiana, hace fermentar<br />

la masa cultural helenística hacia algo irreductiblemente diferente de lo antiguo. En buena<br />

parte, la historia de la cultura occidental será los continuos flujos y reflujos entre el<br />

pensamiento griego y el bíblico, será una fermentación que todavía continúa.<br />

5) Pese a la evolución de nuestros 20 siglos, todavía somos cristianos<br />

inculturizados en una cultura helenística. Esa es nuestra tierra nutricia.<br />

6) Lo anterior explica, en parte y desde un ángulo histórico, las relaciones que de<br />

hecho se han dado entre filosofía y teología. Por un lado, había una filosofía fuerte, como<br />

había un imperio con sus leyes, anterior a su cristianización. Daría la impresión de una<br />

filosofía que se puede valer por sí misma en total independencia. Por otro lado, el<br />

cristianismo se ha autopensado en ella, haciéndola su 'ancilla.', aunque en los mejores<br />

momentos haya 'conversado con ella haciéndola su dialogante'. ¿Es esto segundo al<br />

comienzo o al medio de un proceso de inculturación más fácil? Pero ahora, ¿cómo<br />

separar para dialogar? ¿Se puede hacer en Occidente actual una filosofía que no tenga<br />

resabios <strong>del</strong> mensaje bíblico, aunque estos sean de tipo negativo? Parecería que no.<br />

Queda siempre, sin embargo, el recurso a la lectura de los grandes autores o a nuevas<br />

sistematizaciones, etc., para ir modificando el resultado de la inculturación.<br />

7) Es un imperativo no sólo de la filosofía sino también de la teología, que la<br />

filosofía se desarrolle con su respectiva autonomía (que para nosotros es 'relativa'). 1 Pero,<br />

¿acaso no sería también un buen camino el que teólogos y filósofos creyentes nos<br />

dediquemos a reforzar la filosofía como riqueza interna <strong>del</strong> pensar teológico? La filosofía<br />

en un mayor contacto con la teología puede recibir estímulos eficaces. Pero, a su vez, una<br />

teología profunda parece decaer cuando no tiene el estímulo de una filosofía que la<br />

interpele.<br />

8) Y si en el Quinto Centenario queremos inculturizarnos en América Latina y<br />

evangelizar su cultura, el problema para la teología es si hay o debería haber una filosofía<br />

que corresponda al hombre latinoamericano. En América Latina la teología está recibiendo<br />

un fuerte impulso desde la pastoral, pero esto puede no ir acompañado de un<br />

1 No se trata de heteronomía, sino de finitud y humildad ante el Misterio: Dios puede autorrevelarse.<br />

144


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

pensamiento profundo y de futuro, si no mantiene un diálogo a hondura filosófica con el<br />

hombre.<br />

145


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177


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

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178


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

INDICE<br />

pp. 154-157<br />

1.- INTRODUCCION.<br />

pp. 1-2<br />

El desarrollo en el N.T. El problema de Dios y el de la encarnación. Ambiente judío,<br />

platónico, gnóstico y estoico. Cristología <strong>del</strong> Logos. Visión de conjunto de herejías y<br />

concilios. La escuela de Alejandría y de Antioquía. Importancia <strong>del</strong> pensar la Trinidad y la<br />

Cristología para Occidente. El reforzamiento dialéctico de la afirmación de Dios y <strong>del</strong><br />

hombre.<br />

2.- IGNACIO DE ANTIOQUIA.<br />

pp. 3-6<br />

El nombre más usado. 1) Jesucristo es el que murió y resucitó por nosotros, nuestro<br />

actual vivir. Imagen trinitaria de E 9,1.2) Confrontación con el docetismo. El himno de E<br />

7,2. La divinidad. Unión de carne y espíritu. 3) El hijo <strong>del</strong> Padre, de quien sale y adonde<br />

vuelve. Revelador. sometido al Padre. En la cadena de la unidad. 4) El Padre es el obispo<br />

de todos y a quien todo está referido. El Espíritu un poco desplazado. Sus intervenciones.<br />

Fórmulas trinitarias. El en algunos usos personales. 5) Cristo como el vivir <strong>del</strong><br />

cristiano. El discipulado. Cristo como médico. Súplica a Cristo. Parusía y juicio; ser<br />

encontrado. Resurrección y esperanza. Las Iglesias en relación al Padre y a Cristo. Es el<br />

cuerpo de Cristo. La Iglesia católica. La Iglesia unida. 6) La Eucaristía en relación a Cristo,<br />

a su pasión y resurrección, a la inmortalidad, a la fe y el amor. 7) Los aportes de Ignacio.<br />

3.- BAUTISMO Y EUCARISTIA.<br />

pp. 7-8<br />

La oración trinitaria. Homilía de Melitón de Sardes. Desarrollo de la confesión de fe<br />

baustismal. Eucaristía trinitaria.<br />

4.- LA ENSEÑANZA DE LOS APOLOGETAS: JUSTINO<br />

pp. 8-14<br />

a) Lo tradicional. b) Los seminales y el . c) El y la creación. d)<br />

¿Subordinaciosmo? e) Con<strong>cl</strong>usión.<br />

5.- IRENEO DE LYON.<br />

pp. 15-20<br />

1) La tradición como marco protector. Concepción trinitaria histórico salvífica. Respuesta a<br />

la gnosis. El bautismo. 2) Las manos de Dios en la creación. El Hijo y la Palabra.<br />

Participación de la Trinidad en la historia salvífica. 3) La encarnación. La pérdida por el<br />

pecado y la restauración. La encarnación. Recapitulación e intercambio. Obediencia y<br />

victoria. Revelador. El Espíritu. 4) Con<strong>cl</strong>usión. Respuesta al gnosticismo.<br />

6.- TERTULIANIO.<br />

pp. 21-26<br />

1) La fe transmitida. Trinidad económica, pero a<strong>cl</strong>arando lo intra<strong>trinitario</strong>. Los tres<br />

nombres y lo que hace cada uno. El Dios incomprensible. 2) La unicidad de Dios. La<br />

179


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

afirmación de la unidad. Comparaciones respecto a las emanaciones. Logos<br />

y<br />

. Unidad en el Padre y en la substancia. La substancia divina como realidad<br />

dinámica. Unidad y Trinidad. Procedencia <strong>del</strong> Espíritu respecto al Hijo. 3) Trinidad<br />

personal. Trinidad de personas y patripasianos. Un otro y lo otro. El concepto de persona<br />

y sus raíces. 4) Rasgos cristológicos. Acentuación de la carne, y de uno y el mismo.<br />

Substancias que obran unidas, no confundidas. Nacimiento virginal. Pobreza<br />

soteriológica. 5) Significación discutida.<br />

7.- ORIGENES.<br />

pp. 27-32<br />

1) Punto de partida. Biblia y sistemática. Herejías que combate. Credo y trabajo teológico.<br />

2) El Padre como fuente. Bondadoso. Substancia y prolación. Relación con su Hijo y con<br />

la creación. 3) El eterno Logos e Hijo. Preexistencia. Cómo es engendrado. . 4)<br />

El Logos o Hijo como hombre. El misterio. La comunicación de propiedades. Encarnación<br />

y A.T. El alma de Cristo y su unión al Verbo. 5) El Espíritu Santo como dador de vida y<br />

santidad. Hypóstasis. Modo de proceder. Santidad substancial. Poder santificador y<br />

santos. Actuar de los tres. 6) Crítica y valoración.<br />

8.- Credos de los concilios de Nicea y Constantinopla.<br />

pp. 33-49<br />

1)El subordinacionismo substancial de Arrio. Contra quién reacciona Arrio y en qué cultura<br />

se expresa. Diferencia entre el Padre y el Hijo. Las afirmaciones arrianas en el Dz. 2) La<br />

fe de Nicea respecto al Hijo eternamente engendrado. El problema origeniano de la<br />

prolación. El sínodo de antioquía. ¿Heleniza Nicea? Lo soteriológico. 3) Problemas<br />

pendientes. Reacciones a Nicea. El concilio <strong>del</strong> 360. La nueva división <strong>del</strong> arrianismo.<br />

Hacia la fórmula de los Capadocios. El sínodo de Alejandría <strong>del</strong> 362 y los<br />

pneumatómacos. 4) La divinidad <strong>del</strong> Espíritu Santo. Movimientos y razones a favor y en<br />

contra <strong>del</strong> Espíritu. Atanasio. Basilio. El esquema de los pneumatómacos. Sínodo de<br />

Alejandría y papa Dámaso. Teodosio. Constantinopolitano I. Carta <strong>del</strong> sínodo <strong>del</strong> 382 y<br />

concilio romano. Canon 1 <strong>del</strong> Constantinopolitano II, Quicumque, Toletano XI. ¿Se asiste<br />

al comienzo <strong>del</strong> exilio de la Trinidad? 5) El Filioque. El espíritu procede <strong>del</strong> Padre por el<br />

Hijo o <strong>del</strong> Padre y <strong>del</strong> Hijo. El esquema oriental y el latino. Procede principialmente<br />

(originariamente) <strong>del</strong> Padre. La convivencia de dos teologías y su ruptura. Juan<br />

Damasceno y Focio. Esfuerzos de reconciliación. Concilio de Lyon II y Florencia. El<br />

acercamiento actual. Documento reciente<br />

9.- Atanasio de Alejandría.<br />

pp. 50-55<br />

La unidad divina y la soteriología. La tradición de la Iglesia. El uno en el otro. Divinidad<br />

única y pericoresis. Por el Hijo y en el Espíritu. Distinción personal. Uso de . El<br />

argumento <strong>del</strong> intercambio. Influencia de Ireneo. El alma de Cristo. Uno y el mismo. El<br />

Espíritu en nosotros. Su imagen de Cristo.<br />

10.- Gregorio de Nacianzo.<br />

pp. 56-85<br />

1) Introducción. Aspectos específicos respecto a Basilio. Orationes 27 a 31. El<br />

consubstancial de Nicea aplicado al Espíritu. Deslumbramiento entre unidad y Trinidad.<br />

180


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

Piedad y razón. Purificación. Sólo conocemos la espalda de Dios. Remontar de la<br />

creación a la existencia de Dios. Su esencia incognoscible. Los límites de la razón. Las<br />

propiedades de Dios. Expresiones negativas. Los nombres de Dios. 2) Trinidad y<br />

monarquía. Ingénito no es la definición de Dios. El uso <strong>del</strong> vocablo Trinidad. Las tres<br />

hypóstasis según las propiedades. En torno a la esencia. La relación. Pero una<br />

divinidad. Los textos sobre la monarquía. Su „movimiento‟. Sin causa y sin principio<br />

aplicados a Dios y a las personas. El Padre. 3) La divinidad <strong>del</strong> Hijo. El misterio <strong>del</strong><br />

engendramiento. La objeción de Eunomio. Anterioridad y eternidad. Es Dios en sentido<br />

propio según las Escrituras. La mayor grandeza <strong>del</strong> Padre. Los dichos de la Escritura: en<br />

cuanto hombre y en cuanto Dios. Pr 8, 22, etc. El Hijo obediente. Sólo Dios es bueno,<br />

etc. La plena humanidad y nuestra divinización. Las dos naturalezas (Dios y hombre). 4)<br />

La consubstancialidad <strong>del</strong> Espíritu. Las diversas opiniones. Los consubstanciales no se<br />

suman. La santidad de Dios. Nos diviniza. Lo adoramos. Revelación progresiva. Los<br />

implícitos de la Biblia. El Espíritu es el que procede. Comparaciones. 5) Con<strong>cl</strong>usión. El<br />

momento teológico. La Trinidad. Cristo.<br />

11.- Gregorio de Nisa<br />

pp. 86-95<br />

1) Herencia común. Filósofo, místico, sistemático. 2) Desarrollo pneumatológico.<br />

Determina mejor procesiones <strong>del</strong> Hijo y <strong>del</strong> Espíritu. 3) Acentuaciones en su teología<br />

trinitaria. Distinción entre lo común y particular. El actuar salvífico de cada uno. El obrar<br />

creador y salvador es común. Insiste en la unidad. Síntesis <strong>del</strong> aporte <strong>trinitario</strong> de los<br />

capadocios. 4) Algunos aspectos cristológicos. Acentúa el diofisitismo. El hombre<br />

asumido. Creación y encarnación por el Logos. Habla poco <strong>del</strong> alma de Cristo. La<br />

mez<strong>cl</strong>a. El cuerpo divinizado. ¿Atenúa la humanidad <strong>del</strong> resucitado? El esposo.<br />

12.- S. Agustín.<br />

pp. 96-119<br />

1) Introducción. La búsqueda de Dios. Aproximaciones diferentes. Críticas al De<br />

Trinitate y sus respuestas. La fe de la Iglesia como punto de partida. Finalidad <strong>del</strong> tratado.<br />

Cristo mediador. 2) Particularidades conceptuales respecto a la Trinidad. a) La<br />

enseñanza sobre la relación. Uso de "persona" y <strong>del</strong> género. La fórmula de los griegos.<br />

Lo absoluto y lo relativo. Lo propio <strong>del</strong> Espíritu. b) Enseñanza trinitaria sicológica. Ser,<br />

conocer y querer. Mente, noticia y amor. Memoria de sí, inteligencia y voluntad. Límites<br />

de las imágenes. 3) Acentos cristológicos y pneumatológicos. a) Cristo como<br />

revelador <strong>del</strong> humilde amor de Dios. La kénosis de la encarnación. Mediador. Redención.<br />

Su evolución cristológica. Expresiones de distinción y de unidad. La dificultad de la<br />

palabra persona. La fórmula <strong>cl</strong>ásica. A<strong>cl</strong>araciones. El tipo de unión (alma y cuerpo).<br />

Cristo individual y total. El alma de Cristo. La formulación agustiniana según Drobner. b)<br />

El Espíritu como don y amor. El Espíritu como don <strong>del</strong> Padre y <strong>del</strong> Hijo. Su presencia de<br />

amor. El Espíritu y la Iglesia. 4) Con<strong>cl</strong>usión. ¿Contrapuesto a Oriente o con cierta<br />

similitud con Atanasio y capadocios? Sus características propias. El Espíritu procede<br />

principialmente (originariamente) <strong>del</strong> Padre.<br />

13.- A modo de ejemplo.<br />

pp. 120-143<br />

181


HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN<br />

ALGUNOS DESAFIOS DEL MISTERIO DEL DIOS CRISTIANO A LAS CATEGORIAS<br />

DEL PENSAR FILOSOFICO EN LA ANTIGÜEDAD, Y VICEVERSA. e<br />

(persona) <strong>hasta</strong> fines <strong>del</strong> siglo IV<br />

1- Introducción<br />

2- Algunos aspectos de la fe neotestamentaria<br />

3- El Logos en el pensamiento helenístico<br />

4- El prólogo de Juan y algo sobre sus circunstancias<br />

5- La Cristología <strong>del</strong> Logos y el peligro subordinacionista<br />

6- La superación <strong>del</strong> subordinacionismo<br />

7- La superación <strong>del</strong> modalismo y profundización de la expresión trinitaria<br />

8- Algunos puntos de reflexión con<strong>cl</strong>usiva<br />

14.- Bibliografía<br />

pp. 144-153<br />

182

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