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<strong>ANALES</strong> <strong>DE</strong><br />

<strong>SALUD</strong> <strong>MENTAL</strong><br />

Órgano Oficial del <strong>Instituto</strong> <strong>Nacional</strong> de Salud Mental<br />

<strong>VOL</strong>UMEN <strong>XXVI</strong><br />

AÑO 2010<br />

NÚMERO 1<br />

ISSN-1023-389X


Anales de Salud Mental es una publicación del <strong>Instituto</strong> <strong>Nacional</strong> de Salud Mental “Honorio Delgado - Hideyo<br />

Noguchi”. Se dedica a la difusión y promoción de la salud mental desde una perspectiva interdisciplinaria.<br />

Los artículos para publicación, las revistas para intercambio y toda correspondencia, incluyendo la solicitud<br />

de información para suscripciones, deberá ser dirigida al editor. La dirección postal es:<br />

Anales de Salud Mental<br />

Jr. Eloy Espinoza Saldaña No. 709, Urb. Palao.<br />

San Martín de Porres. Lima 31, Perú<br />

Teléfono: 614-9200; Fax: 614-9200, anexo 1092<br />

E-mail: insmhdhn@minsa.gob.pe – oeaide@yahoo.com<br />

Anales de Salud Mental no comparte necesariamente la opinión de los artículos que aparecen publicados.<br />

Anales de Salud Mental Vol. <strong>XXVI</strong>. Año 2010, Número 1.<br />

Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca <strong>Nacional</strong> del Perú Nº 96-1524<br />

ISSN - 1023-389X<br />

2 Anales de Salud Mental 2010 / Volumen <strong>XXVI</strong> (1)


<strong>ANALES</strong> <strong>DE</strong> <strong>SALUD</strong> <strong>MENTAL</strong><br />

Lima, Perú-2010-Volumen <strong>XXVI</strong>. Nro. 1<br />

ÓRGANO OFICIAL <strong>DE</strong>L<br />

INSTITUTO NACIONAL <strong>DE</strong> <strong>SALUD</strong> <strong>MENTAL</strong><br />

“HONORIO <strong>DE</strong>LGADO – HI<strong>DE</strong>YO NOGUCHI”<br />

COMITÉ EDITORIAL<br />

DIRECTOR<br />

Psiq. Enrique Macher Ostolaza<br />

EDITOR<br />

Dr. Javier Saavedra Castillo<br />

SECRETARIA <strong>DE</strong> EDICIÓN<br />

Lic. Enf. Esp. SM y Psiq. Flor Alburquerque Jaramillo<br />

SECRETARIO <strong>DE</strong> REDACCIÓN<br />

Psiq. Santiago Stucchi Portocarrero<br />

MIEMBROS<br />

Psiq. Manuel Arellano Kanashiro<br />

Psiq. Eduardo Bernal García<br />

Mg. Ps. Fam. Vilma Chuchón Calle<br />

Psiq. Yuri Cutipé Cárdenas<br />

Psiq. Santos González Farfán<br />

Psiq. Santiago Márquez Manrique de Lara<br />

Mg. Polit. Soc. María Mendoza Vilca<br />

Psiq. Rolando Pomalima Rodríguez<br />

Mg. Ps. Clín. Yolanda Robles Arana<br />

Psiq. J. César Sotillo Zevallos<br />

Lic. Ps. Emir Valencia Romero<br />

Anales de Salud Mental 2010 / Volumen <strong>XXVI</strong> (1)<br />

3


4 Anales de Salud Mental 2010 / Volumen <strong>XXVI</strong> (1)


ÍNDICE<br />

<strong>ANALES</strong> <strong>DE</strong> <strong>SALUD</strong> <strong>MENTAL</strong><br />

<strong>VOL</strong>UMEN <strong>XXVI</strong> 2010 NÚMERO 1<br />

EDITORIAL _____________________________________________________________________________ 7<br />

ARTÍCULOS ORIGINALES _______________________________________________________________ 9<br />

VIOLENCIA TRANS E INTERGENERACIONAL EN MADRES CON HIJOS ADOLESCENTES<br />

EN TRES CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> LA SIERRA PERUANA ______________________________________________ 9<br />

PREVALENCIA Y FACTORES ASOCIADOS EN EL ABUSO / <strong>DE</strong>PEN<strong>DE</strong>NCIA <strong>DE</strong>L ALCOHOL<br />

EN EL ADULTO EN LIMA METROPOLITANA Y CALLAO____________________________________ 19<br />

FACTORES ASOCIADOS AL EPISODIO <strong>DE</strong>PRESIVO EN EL ADULTO MAYOR<br />

<strong>DE</strong> LIMA METROPOLITANA Y CALLAO ___________________________________________________ 30<br />

SÍNDROMES FOLKLÓRICOS EN CUATRO CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> LA SIERRA <strong>DE</strong>L PERÚ ______________ 39<br />

ESTUDIO EPI<strong>DE</strong>MIOLÓGICO Y SÍNDROMES FOLKLÓRICOS EN CINCO CIUDA<strong>DE</strong>S<br />

<strong>DE</strong> LA SELVA PERUANA _________________________________________________________________ 49<br />

ASOCIACIÓN ENTRE EJERCICIO FÍSICO Y TRASTORNOS <strong>MENTAL</strong>ES PREVALENTES<br />

EN LA POBLACIÓN ADULTA <strong>DE</strong>L ESTUDIO EPI<strong>DE</strong>MIOLÓGICO<br />

<strong>DE</strong> LIMA METROPOLITANA Y CALLAO ___________________________________________________ 58<br />

ARTÍCULOS <strong>DE</strong> REVISIÓN _____________________________________________________________ 67<br />

TERAPIA COGNITIVO CONDUCTUAL EN BULIMIA NERVIOSA _____________________________ 67<br />

LA OBRA <strong>DE</strong> CARLOS GUTIÉRREZ-NORIEGA (1906 – 1950) __________________________________ 75<br />

REVISIÓN <strong>DE</strong> LIBROS __________________________________________________________________ 81<br />

THE OXFORD TEXTBOOK OF SUICIDOLOGY AND SUICI<strong>DE</strong> PREVENTION:<br />

A GLOBAL PERSPECTIVE _________________________________________________________________ 81<br />

INFORME _____________________________________________________________________________ 83<br />

PROGRAMA <strong>DE</strong> <strong>SALUD</strong> <strong>MENTAL</strong> EN <strong>DE</strong>SASTRES: UNA DÉCADA <strong>DE</strong> TRABAJO ______________ 83<br />

Anales de Salud Mental 2010 / Volumen <strong>XXVI</strong> (1)<br />

5


6 Anales de Salud Mental 2010 / Volumen <strong>XXVI</strong> (1)


EDITORIAL<br />

El <strong>Instituto</strong> <strong>Nacional</strong> de Salud Mental “Honorio Delgado – Hideyo Noguchi”, en la ejecución de<br />

sus funciones, está comprometido con la difusión de conocimientos científicos en la salud mental.<br />

Los estudios epidemiológicos realizados en los últimos 8 años han identificado diversos problemas<br />

que ameritan estudiar a profundidad los factores asociados con los mismos en la realidad del país. En<br />

este número de Anales de Salud Mental, entre otros, se presentan investigaciones relacionadas con la<br />

violencia doméstica, la depresión en el adulto mayor, el alcoholismo y el suicidio, problemas de alta<br />

prioridad de atención para los programas a desarrollar en salud mental.<br />

El estudio de Álvarez y colaboradores demuestra una asociación perniciosa entre la historia de<br />

violencia y la presencia de violencia en las familias, implicando una transmisión familiar de generación<br />

en generación. Paz presenta los hallazgos de los factores asociados a la depresión, en un grupo de riesgo<br />

y vulnerable como son los adultos mayores, resaltando el impacto que tiene la salud física en la salud<br />

mental de estas personas. El problema de alcoholismo representa el principal problema de salud mental<br />

en varones en el país. Kendall y colaboradores exponen la asociación existente entre la dependencia o<br />

abuso del alcohol y los pobres vínculos familiares. Asimismo, Vásquez y colaboradores reportan las<br />

características clínicas y sociodemográficas de un número importante de personas que intentan suicidarse<br />

y son atendidas en una institución especializada.<br />

Finalmente, deseamos realizar un homenaje póstumo al Psiq. Eduardo Bernal García, miembro<br />

del Comité Editorial de esta revista y quien desde hace muchos años se venía dedicando al área de<br />

los síndromes culturales y su relación con los problemas psiquiátricos. El valor de su trabajo no sólo<br />

está en su labor científica, sino en su interés en dedicarse al aspecto cultural y compenetrarse con la<br />

perspectiva de la personas frente a problemas relacionados con la salud mental. Esto le valió su inclusión<br />

como líder en el Equipo de Trabajo sobre Aspectos Culturales en el proyecto de la Revisión de la Guía<br />

Latinoamericana del Diagnóstico Psiquiátrico de la Asociación Psiquiátrica de América Latina (APAL).<br />

En este número presentamos dos de sus investigaciones en el área de la sierra y de la selva, donde expone<br />

la distribución del “susto”, “daño”, “mal de ojo”, “aire” y “chucaque” en las ciudades estudiadas y su<br />

relación con la presencia de síndromes psiquiátricos.<br />

Psiq. Enrique Macher Ostolaza<br />

Director de la Revista “Anales de Salud Mental”<br />

Director General del <strong>Instituto</strong> <strong>Nacional</strong> de Salud Mental<br />

“Honorio Delgado – Hideyo Noguchi”<br />

Anales de Salud Mental 2010 / Volumen <strong>XXVI</strong> (1)<br />

7


8 Anales de Salud Mental 2010 / Volumen <strong>XXVI</strong> (1)


ARTÍCULOS<br />

ORIGINALES<br />

VIOLENCIA TRANS E INTERGENERACIONAL EN MADRES CON<br />

HIJOS ADOLESCENTES EN TRES CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> LA SIERRA PERUANA<br />

TRANS AND INTERGENERATIONAL VIOLENCE IN MOTHERS WITH<br />

ADOLESCENT CHILDREN IN THREE CITIES IN THE PERUVIAN HIGHLANDS<br />

Alvarez M. Militza;<br />

Rojas M. Edelmira;<br />

Vílchez G. Liliana*<br />

* Alvarez Machuca Militza,<br />

Psicóloga<br />

mial23@viabcp.com<br />

Rojas Miranda Edelmira,<br />

Enfermera<br />

eromi7@hotmail.com<br />

Vílchez Gálvez Liliana,<br />

Psicóloga<br />

lilianavilchezg@gmail.com<br />

<strong>Instituto</strong> <strong>Nacional</strong> de Salud<br />

Mental “Honorio Delgado -<br />

Hideyo Noguchi”<br />

de Lima, Perú.<br />

RESUMEN<br />

OBJETIVO: Establecer la frecuencia de las<br />

interacciones y experiencia de violencia<br />

transgeneracional e intergeneracional en las<br />

madres y sus hijos adolescentes en tres ciudades<br />

de la sierra peruana.<br />

M ÉTODOS: Estudio de tipo descriptivo<br />

correlacional, corte transversal, elaborado sobre<br />

la base de datos del Estudio Epidemiológico de<br />

Salud Mental de la Sierra Peruana, 2003. Muestra<br />

conformada por 1 346 madres e hijos adolescentes<br />

(47.6% hombres, y 52.4% mujeres).<br />

Se entiende violencia transgeneracional como la<br />

tendencia a repetir la conducta violenta aprendida,<br />

transmitida de generación en generación<br />

madre – hijo; violencia intergeneracional, como<br />

el aprendizaje producido por la experiencia<br />

(observada o vivida) que involucra interacción<br />

dentro del núcleo familiar y coetáneos, expresada<br />

en el presente mediato.<br />

RESULTADOS: A nivel transgeneracional, las<br />

madres con tendencias violentas con respecto al<br />

acto violentan a sus hijos físicamente en un 5%<br />

y, con respecto al pensamiento, éstas presentan<br />

violencia por negligencia en un 7.5%. Asimismo,<br />

la violencia psicológica I sufrida por la madre<br />

(22.2%) y la violencia sexual (23.4%) generan<br />

tendencias violentas con respecto al acto en sus<br />

hijos adolescentes, y del pensamiento, respectivamente.<br />

A nivel intergeneracional, encontramos que<br />

las madres sometidas a violencia psicológica I<br />

(62.2%) tienen como agresor principal al esposo<br />

o conviviente, hallándose a los hijos de éstas<br />

sometidos a la misma experiencia por parte de<br />

su padre en un 52.4%; estableciéndose así un<br />

patrón de sometimiento y aprendizaje. Los hijos<br />

que han experimentado violencia por negligencia<br />

por parte de sus madres suelen repetir la misma<br />

experiencia en su vida cotidiana en un 53%.<br />

CONCLUSIÓN: La historia de maltrato es un<br />

indicador significativo en la violencia inter y<br />

transgeneracional.<br />

PALABRAS CLAVE: violencia, transgeneracional,<br />

intergeneracional.<br />

SUMMARY<br />

OBJECTIVE: to establish the frequency of<br />

interactions and experiences of violence<br />

and intergenerational transgenerational in<br />

mothers and their teenage children in three<br />

cities in the Peruvian highlands.<br />

METHODS: a descriptive correlational cross<br />

section, prepared on the basis of data from<br />

epidemiological studies of Mental Health<br />

Peruana de la Sierra, 2003. Displays made<br />

up of 1 346 mothers and teens (47.6% men<br />

and 52.4% women) paired respectively.<br />

Conceptualization of transgenerational<br />

violence as the tendency to repeat the<br />

violent behavior learned, transmitted from<br />

one generation to another mother – son.<br />

And as violence intergenerational learning<br />

experience produced by the (observed or<br />

experienced) that involves interaction within<br />

the nuclear family and peers, expressed in<br />

this medium.<br />

RESULTS: At transgenerational, mothers<br />

with violent tendencies with regard to the<br />

act, violate their children physically and by<br />

5% over the thought, they have negligently<br />

violence in a 7.5%. I also psychological<br />

violence suffered by the mother (22.2%) and<br />

sexual violence (23.4%), generate violent<br />

tendencies with regard to act in their teens,<br />

and thought respectively.<br />

At intergenerational, we found that mothers<br />

subjected to psychological violence I (62.2%)<br />

are the main aggressor spouse or cohabitant.<br />

Haller to the children of this one, undergoing<br />

the same experience by his father in a<br />

(52.4%); establishing a pattern of subjugation<br />

and learning. Children who have experienced<br />

violence by negligence by their mothers tend<br />

to repeat the same experience in their daily<br />

lives by 53%.<br />

CONCLUSION: The history of abuse is a significant<br />

indicator in violence intervention and<br />

transgenerational.<br />

KEY WORDS: violence, transgenerational, intergenerational.<br />

Violencia y maltrato son fenómenos que se<br />

estructuran a través del tiempo, pautados por las<br />

creencias que la familia construye a través de su<br />

historia, en su epigénesis y en sus interacciones<br />

particulares. Presentan tres niveles: a) una<br />

estructura inicial, caracterizada por la herencia<br />

transgeneracional de violencia (“soluciones”<br />

intentadas, memorizadas y recreadas a través<br />

de las fantasías familiares); b) la constitución<br />

del nuevo sistema familiar (iniciado en un<br />

primer momento por la pareja, la que puede<br />

o no recrearlas); c) la inclusión de los hijos en<br />

Anales de Salud Mental 2010 / Volumen <strong>XXVI</strong> (1), pp 9-18<br />

9


Violencia Trans e Intergeneracional en Madres con Hijos Adolescentes en Tres Ciudades de la Sierra Peruana<br />

el conflicto y la estructuración de la dinámica<br />

familiar violenta. Estos no se dan de manera<br />

espontánea en la familia, sino que presentan un<br />

ciclo evolutivo, un nivel temporal. 4,9<br />

Por lo tanto, el sistema familiar violento<br />

es el resultado de su estructura inicial,<br />

constituida por la “herencia” transgeneracional<br />

e intergeneracional (desde el punto de vista<br />

intergeneracional, es importante considerar<br />

las interacciones cotidianas dentro del núcleo<br />

familiar y coetáneos, con la probabilidad de<br />

repetir patrones de comportamiento que han sido<br />

observados o vividos en el contexto mediato); ya<br />

que, como sistema “patológico”, existe tendencia<br />

a repetir de forma compulsiva. 9 Los que se crían<br />

en hogares violentos a menudo ven la agresión<br />

como la única manera de resolver diferencias<br />

con el tiempo, teniendo más probabilidades de<br />

delinquir: Crecer en un hogar violento puede<br />

aumentar las probabilidades de que sufra o<br />

cometa actos de violencia como adulto. En un<br />

estudio de comparación de jóvenes delincuentes<br />

y no delincuentes en Estados Unidos se halló que<br />

la mayor diferencia entre los dos grupos radicaba<br />

en que el grupo de delincuentes tenía un historial<br />

de exposición a la violencia familiar.6 Otro<br />

estudio realizado en Ucrania indica que más de<br />

la mitad de los hombres que cometen violaciones<br />

provienen de familias en las que la educación era<br />

dura y cruel, y que aproximadamente la cuarta<br />

parte de las violaciones eran cometidas por<br />

alguien que a su vez había sido violentado. 7<br />

Fisher (1999), en su trabajo sobre los traumas<br />

en los niños expuestos a la violencia doméstica,<br />

habla de las imágenes mentales como método<br />

poderoso de aprendizaje en los niños. La<br />

imitación que resulta en la repetición del patrón<br />

de agresión se basa en marcos teóricos de la<br />

psicología social conocidos como “modeling” o<br />

“social learning theory” (Bandura, 1973; Carlson,<br />

1984; O’Keefe, 1994). El maltrato al menor de<br />

edad es un problema familiar que no está aislado<br />

y tiene repercusiones en la familia, la comunidad<br />

y la sociedad. Para el Consejo <strong>Nacional</strong> del Abuso<br />

Infantil y de la Violencia Familiar en los Estados<br />

Unidos de Norte América (National Council<br />

on Child Abuse and Family Violence, 2001), el<br />

maltrato a las personas de edad avanzada está<br />

relacionado con el abuso infantil y la violencia<br />

de pareja, dentro de la cadena de la violencia<br />

intrafamiliar conocida como violencia familiar<br />

transgeneracional. 6 Un niño que es abusado<br />

por sus padres, puede volverse un adulto que<br />

ejerce la violencia en contra de su pareja y de<br />

sus hijos, y luego corre el riesgo de extender<br />

esta conducta a un familiar de edad avanzada<br />

cuando llega a cuidarlo. 4,5,11 Asimismo, la falta<br />

de un modelo familiar positivo, y la dificultad<br />

de crecer y desarrollarse copiándolo, aumenta<br />

las dificultades para establecer relaciones<br />

“sanas” al llegar a adulto. Para muchos niños y<br />

adolescentes que sufren malos tratos, la violencia<br />

del agresor se transforma en una forma de vida.<br />

Crecen pensando y creyendo que lastimar es<br />

parte de la vida cotidiana; por lo tanto, este<br />

comportamiento se torna “aceptable” y el ciclo<br />

continúa cuando ellos se convierten en padres.<br />

Esto deja cicatrices en el alma de los niños y<br />

adolescentes, trayendo como consecuencia<br />

comportamientos disfuncionales en la adultez,<br />

como la codependencia. Resulta llamativo el<br />

hecho que tres de cada cuatro maltratadores fue<br />

testigo o víctima de malos tratos en su niñez.1<br />

La Casa de Acogida a Mujeres Maltratadas de<br />

la Federación de Mujeres Divorciadas de Italia<br />

(2004) opina que “los niños, por estar en una<br />

fase de crecimiento, conforman su personalidad<br />

en función de la violencia y toman como modelo<br />

lo que les ofrecen sus padres: el de maltratador<br />

o el de maltratado, de víctima o de verdugo, no<br />

consiguiendo mantener relaciones de iguales<br />

con el otro sexo. Se encuentra que muchas<br />

maltratadas eran hijas de maltratadores, por<br />

ello no sabían distinguir dónde está el abuso.<br />

Igualmente, muchos varones son maltratadores<br />

porque no entienden otra forma de relación”. 12<br />

Las mujeres se caracterizan por un doble<br />

papel en la cadena de la violencia familiar: el<br />

de receptoras (agredidas) y de generadoras<br />

(agresoras). Su responsabilidad en el maltrato<br />

infantil, precisamente a través del abuso físico,<br />

ha sido relacionada con su papel de cuidadora<br />

primaria, lo que las lleva a pasar más tiempo con<br />

los hijos que el padre, y por ello se les culpabiliza,<br />

aun cuando los hombres son responsables de<br />

casi la mitad de los casos de maltrato infantil<br />

(Gelles, 1987; Gordon, 1987). 3,11 El acervo de<br />

datos recopilados por las encuestas demográficas<br />

y de salud en Norteamérica, permitió a Kishor y<br />

Johnson (2002) identificar los factores de riesgo<br />

de violencia doméstica comunes mundialmente,<br />

los cuales señalan que están fuera del control de<br />

la mujer. Johnson explica: “frecuentemente existe<br />

10 Anales de Salud Mental 2010 / Volumen <strong>XXVI</strong> (1)


Alvarez M. Militza; Rojas M. Edelmira; Vílchez G. Liliana<br />

la creencia, públicamente expresada, de que<br />

las mujeres maltratadas en cierta forma tienen<br />

la culpa de su situación” (por ejemplo, porque<br />

están demasiado gordas o son feas). Pero dicha<br />

violencia no se debe a una característica o aspecto<br />

de su vida, sino a que existen múltiples factores<br />

afines a la mujer, el esposo y la familia (entre ellos,<br />

‘los antecedentes’ de la mujer) que interactúan<br />

activamente. Al decir “antecedentes” Johnson<br />

se refiere a la experiencia infantil de la mujer<br />

que presenció maltratos sufridos por su madre.<br />

Esa experiencia, dice Kishor, tiene “tremenda<br />

repercusión trans e intergeneracional”. “Los<br />

datos muestran que el solo hecho de presenciar<br />

el maltrato del que fueron objeto sus madres,<br />

sin tener que haber sufrido la violencia en carne<br />

propia, casi duplica el riesgo de ser maltratada. 2<br />

Cuando hay una mujer maltratada, los hijos<br />

también lo están, física o psicológicamente y su<br />

desprotección es aún mayor. 1,8<br />

La teoría de la violencia transgeneracional<br />

asegura que la violencia familiar es una conducta<br />

aprendida y pasada de generación en generación.<br />

El proceso de aprendizaje de la violencia se ve<br />

acrecentado en menores de 12 años, en hogares<br />

nutridos de experiencias violentas y en un<br />

marco social caracterizado por la desigualdad<br />

y la frustración; además, cuando los valores<br />

culturales dominantes estimulan las formas<br />

agresivas de resolver los conflictos. Si bien la<br />

familia es un contexto cultural estructurado,<br />

tiene también la capacidad de modificarlo y<br />

encauzarlo; teniendo en cuenta que las conductas<br />

de las personas, al interior, están determinadas<br />

no sólo por las características peculiares de<br />

cada individuo, sino también por la influencia<br />

que sobre ellos ejercen otras personas. La<br />

conformación de la organización familiar no<br />

depende únicamente de la pareja, sino que<br />

estará ligada también a los condicionamientos<br />

ambientales, socioeconómicos, culturales y<br />

a la influencia de la propia familia de origen<br />

de ambos cónyuges; es decir, recrearán en la<br />

“nueva familia” las experiencias aprendidas en<br />

sus respectivas familias de origen. Al iniciarse la<br />

convivencia, los cónyuges pondrán en práctica<br />

el repertorio de conductas aprendidas, al cual<br />

recurrirán para solucionar los problemas que<br />

se susciten a lo largo de ésta; pero, además,<br />

ellos construirán un sistema propio a través del<br />

tiempo: “del ensayo y error de adaptación del<br />

uno al otro”. 1,2,10<br />

Desde esta perspectiva, el interés por delimitar<br />

las interacciones y aprendizajes del maltrato, así<br />

como los discursos que lo justifican o mistifican,<br />

tienen múltiples niveles de análisis. En este<br />

contexto se pretende establecer la frecuencia<br />

de las interacciones y experiencias de violencia<br />

transgeneracional e intergeneracional en las<br />

madres y sus hijos adolescentes en tres ciudades<br />

de la sierra peruana.<br />

Material y métodos<br />

La investigación es de tipo descriptivo<br />

correlacional de corte transversal, tomándose<br />

como base los datos del Estudio Epidemiológico<br />

de Salud Mental en la Sierra Peruana (EESMSP)<br />

realizado en el año 2003. Se utilizó el diseño<br />

muestral del EESMSP. La muestra estuvo<br />

conformada por 1 346 madres y sus respectivos<br />

hijos adolescentes, de las ciudades de Ayacucho,<br />

Cajamarca y Huaraz, residentes habituales del<br />

hogar.<br />

La unidad de análisis estuvo constituida por<br />

adolescentes entre 12 a 17 años de ambos sexos;<br />

y la mujer unida, jefa de hogar o pareja del<br />

jefe del hogar. Ésta se filtró de la data general,<br />

buscando cotejar a la mujer unida (madre) y el<br />

hijo adolescente entrevistado en cada vivienda<br />

seleccionada, determinándose así a las personas<br />

que satisfacían los criterios de inclusión. Los<br />

criterios de inclusión han sido:<br />

ADOLESCENTE<br />

• Sujetos entre los 12 y 17 años.<br />

• Sujeto sin problemas que impidan la<br />

comunicación.<br />

MUJER UNIDA<br />

• Mujer casada o unida.<br />

• Jefa del hogar o pareja del jefe del hogar.<br />

• Mujer sin problemas que impidieran la<br />

comunicación.<br />

En dicha situación, la violencia se describe<br />

como todo acto de fuerza física o verbal, cohesión<br />

o privación amenazadora contra la vida,<br />

generadora de daño sexual, físico, psicológico<br />

(tipificada en Psicológica I: toda forma de insulto,<br />

agresión verbal u ofensa; y Psicológica II: toda<br />

forma de chantaje manipulación o humillación y<br />

negligencia).<br />

Anales de Salud Mental 2010 / Volumen <strong>XXVI</strong> (1)<br />

11


Violencia Trans e Intergeneracional en Madres con Hijos Adolescentes en Tres Ciudades de la Sierra Peruana<br />

Se ha definido la violencia transgeneracional<br />

como la tendencia a repetir la conducta violenta<br />

aprendida, transmitida de generación en<br />

generación; madre con hijo adolescente (op cit.<br />

Barudy 1998); medida en el estudio a través<br />

de los siguientes indicadores: 1) Con respecto<br />

al acto,¿alguna vez ha pegado a un niño?, ¿ha<br />

participado en peleas y golpes?, ¿ha usado<br />

armas blancas y/o de fuego?; 2) Con respecto al<br />

pensamiento, ¿ha tenido la idea de hacerle daño<br />

a alguien conocido o desconocido? ¿ha tenido<br />

la idea de hacerle daño a alguien por vengarse<br />

de una ofensa? ¿ha tenido la idea de matar a<br />

alguien?<br />

Se conceptualiza la violencia intergeneracional<br />

como el aprendizaje producido por la experiencia<br />

(observada o vivida) que involucra interacción<br />

dentro del núcleo familiar y coetáneos, expresada<br />

en el presente mediato (op cit. Powell, 1995);<br />

identificada a partir de la s siguientes preguntas:<br />

¿ha recibido en el último año cualquier tipo de<br />

violencia o maltrato;* por parte de ....? para<br />

identificar madres y adolescentes víctimas,<br />

así como sujetos agresores (padre, madre,<br />

padrastro, madrastra, esposo o conviviente, ex<br />

esposo o ex conviviente, enamorado, hermano<br />

mayor, hermano menor, hijo u otra persona no<br />

mencionada).<br />

Se ha tomado como instrumento principal<br />

la Encuesta “Estudio Epidemiológico en Salud<br />

Mental 2003 en la Sierra Peruana”: Módulo de<br />

Datos Generales Mujer, Cuestionario Confidencial<br />

(Amparado en el Decreto Supremo Nª 018-91-<br />

PCM: Secreto Estadístico); Módulo de Datos<br />

Generales Adolescente, Cuestionario Confidencial<br />

(Amparado en el Decreto Supremo Nª 018-91-<br />

PCM: Secreto Estadístico); construido en base, al<br />

MINI: Entrevista Neuropsiquiátrica Internacional<br />

Versión Español CIE-10; elaborada por Sheehan,<br />

Lecrubier y colaboradores; instrumento basado<br />

en los criterios de investigación de la Décima<br />

Edición de la Clasificación Internacional de<br />

Enfermedades (CIE 10). Se obtiene información<br />

* Desagregada en cinco tipos de violencia o maltrato: sexual (Uso de<br />

la fuerza o la amenaza, intimidación, coerción, chantaje, presión<br />

indebida, soborno, manipulación o cualquier otro mecanismo que<br />

anule, limite la voluntad personal de decidir acerca de la sexualidad<br />

y de la reproducción); física (Haber recibido golpes, puñetes, con<br />

algún objeto contundente); psicológica I (Recibir insultos, amenazas,<br />

agresiones verbales u ofensas), psicológica II (Recibir chantajes,<br />

manipulaciones u ofensas) y negligencia (La no atención de las<br />

necesidades básicas).<br />

estandarizada sobre los principales trastornos<br />

psiquiátricos. Ha sido validada por sus autores<br />

habiendo mostrado una adecuada concordancia<br />

con instrumentos de evaluación importantes, 1 con<br />

la ventaja de ser fácilmente aplicada (15 minutos<br />

en promedio) y no requerir entrenamiento tan<br />

intenso como los otros instrumentos. Para el<br />

estudio epidemiológico de la sierra peruana en<br />

las ciudades de Huaraz, Ayacucho y Cajamarca<br />

se realizó una nueva adaptación lingüística<br />

del instrumento, a partir del utilizado en el<br />

estudio de Lima Metropolitana y el Callao<br />

para obtener información sobre prevalencias<br />

actuales, en el último año, y de vida. Para la<br />

variable violencia, se tomaron como referencia<br />

diferentes instrumentos utilizados en el medio,<br />

tales como el Cuestionario de Violencia Familiar<br />

de Anicama J. et al., en el año 1999 – Modificado;<br />

Sección Violencia de la Encuesta <strong>Nacional</strong> de<br />

Hogares (ENAHO) realizada por el INEI en el<br />

año 2000. 2 Además de someterse a los criterios<br />

de los expertos del Área de Violencia del INSM<br />

“HD-HN”, a través de una prueba piloto,<br />

mediante la cual se realizaron las correcciones<br />

necesarias para la depuración del instrumento,<br />

se optó como procedimiento para garantizar<br />

aspectos éticos, por un consentimiento informado<br />

de los usuarios a participar en el estudio y el<br />

permiso de la institución involucrada para el<br />

uso de los reportes económicos, y realización de<br />

la investigación.<br />

Por las características a investigar, se utilizó<br />

metodología cuantitativa por ajustarse al diseño<br />

complejo de la muestra. Se elaboraron tablas de<br />

frecuencias y se calcularon porcentajes; así como<br />

el análisis bivariado para verificar la asociación<br />

entre variables utilizando la prueba Chi cuadrado<br />

de independencia convertida al estadístico F<br />

del módulo de muestras complejas del paquete<br />

estadístico SPSS versión 13.<br />

Resultados<br />

La muestra estuvo constituida por 1 346<br />

1<br />

Sheehan DV, Lecrubier Y, Sheehan KH, Amorim P, Janavs J,<br />

Weiller E, Hergueta T, Baker R, Dunbar GC. The Mini-International<br />

Neuropsychiatric Interview (M.I.N.I.): The Development and<br />

Validation of a Structured Diagnostic Psychiatric Interview for<br />

DSM-IV and ICD-10. J Clin Psychiatry 1998; 59 Suppl. 20: 22-33<br />

2<br />

INEI. Manual de la Encuestadora de la Encuesta <strong>Nacional</strong> de<br />

Hogares 2000 IV trimestre. Lima: INEI; Oct 2000.<br />

12 Anales de Salud Mental 2010 / Volumen <strong>XXVI</strong> (1)


Alvarez M. Militza; Rojas M. Edelmira; Vílchez G. Liliana<br />

madres y sus respectivos hijos adolescentes. En<br />

cuanto a las características socio–demográficas<br />

encontramos mayor proporción de madres con<br />

edades que oscilan entre 36 - 45 años, 45.3%<br />

(610) y entre 46 - 55 años 22.9% (308). Los hijos<br />

adolescentes muestran una distribución de<br />

acuerdo a sexo: 47,6% (641) hombres, y 52,4%<br />

(705) mujeres; con edades entre 12 – 14 el 48,4%<br />

(652) y 15 - 17 años 51,6% (694).<br />

En relación al nivel de instrucción, se<br />

observa que 13.8% (186) de las madres con hijos<br />

adolescentes no cuentan con estudios, 35.4%<br />

(476) tienen nivel primario, y 26.2% (353) han<br />

estudiado hasta la secundaria. Las madres con<br />

estudios superiores constituyen la minoría. En el<br />

caso de los hijos adolescentes la mayoría 79.2%<br />

(1065) tiene nivel secundario y el 18.7% (252)<br />

tiene primario.<br />

Gráfico 1.<br />

MADRES E HIJOS ADOLESCENTES VÍCTIMAS<br />

Tanto madres como hijos declaran haber<br />

sufrido violencia física en el 51,7% y 39,6% de los<br />

casos respectivamente. Otro tipo de violencia que<br />

tiene una elevada frecuencia en madres (62,2%) e<br />

hijos (52,4%) es la psicológica I. Las otras formas<br />

de maltrato se presentan en menor proporción,<br />

aunque es importante hacer notar que, aun<br />

cuando la madre declara haber sufrido violencia<br />

psicológica II (29,6%), en los hijos esta forma de<br />

maltrato se presenta en una menor proporción<br />

(12,3%).<br />

Tabla 1.<br />

AGRESORES Y TIPOS <strong>DE</strong> VIOLENCIA EN MADRES E HIJOS ADOLESCENTES VÍCTIMAS (N=1346 EN CADA CASILLERO)<br />

Violencia sexual<br />

Violencia física<br />

TIPOS <strong>DE</strong> VIOLENCIA<br />

Violencia psicológica I (insultos,<br />

agresiones verbales u ofensas)<br />

Violencia II psicológica (chantajes,<br />

manipulaciones o humillaciones)<br />

Violencia por negligencia<br />

TOTAL<br />

Fuente: EESMSP-2003.<br />

Based wighed data.<br />

PADRE<br />

MADRE<br />

ESPOSO O<br />

CONVIVIENTE<br />

HERMANOS(AS)<br />

HIJO(A)<br />

N (%) N (%) N (%) N (%) N (%)<br />

MADRE HIJO MADRE HIJO MADRE HIJO MADRE HIJO MADRE HIJO<br />

5<br />

(0.4)<br />

0<br />

(0.0)<br />

3<br />

(0.2)<br />

1<br />

(0.1)<br />

3<br />

(0.2)<br />

13<br />

(0.9)<br />

0<br />

(0.0)<br />

51<br />

(8.7)<br />

52<br />

(8.8)<br />

16<br />

(2.7)<br />

71<br />

(12.1)<br />

190<br />

(32.3)<br />

3<br />

(0.2)<br />

0<br />

(0.0)<br />

2<br />

(0.1)<br />

0<br />

(0.0)<br />

1<br />

(0.1)<br />

6<br />

(0.4)<br />

0<br />

(0.0)<br />

45<br />

(7.7)<br />

48<br />

(8.2)<br />

7<br />

(1.2)<br />

60<br />

(10.2)<br />

160<br />

(27.3)<br />

253<br />

(18.8)<br />

109<br />

(8.1)<br />

221<br />

(16.4)<br />

96<br />

(7.2)<br />

60<br />

(4.4)<br />

839<br />

(62.3)<br />

0<br />

(0.0)<br />

0<br />

(0.0)<br />

0<br />

(0.0)<br />

0<br />

(0.0)<br />

0<br />

(0.0)<br />

0<br />

(0.0)<br />

10<br />

(0.7)<br />

2<br />

(0.1)<br />

8<br />

(0.5)<br />

1<br />

(0.1)<br />

2<br />

(0.1)<br />

23<br />

(1.7)<br />

0<br />

(0.0)<br />

47<br />

(8.0)<br />

46<br />

(7.8)<br />

11<br />

(1.9)<br />

6<br />

(1.0)<br />

110<br />

(8.17)<br />

11<br />

(0.8)<br />

1<br />

(0.1)<br />

3<br />

(0.2)<br />

2<br />

(0.1)<br />

8<br />

(0.6)<br />

25<br />

(1.85)<br />

0<br />

(0.0)<br />

0<br />

(0.0)<br />

0<br />

(0.0)<br />

0<br />

(0.0)<br />

0<br />

(0.0)<br />

0<br />

(0.0)<br />

Anales de Salud Mental 2010 / Volumen <strong>XXVI</strong> (1)<br />

13


Violencia Trans e Intergeneracional en Madres con Hijos Adolescentes en Tres Ciudades de la Sierra Peruana<br />

Para el caso de las madres, el principal agresor<br />

es el esposo o conviviente y, en el caso de los hijos<br />

adolescentes, es uno de los padres.<br />

Gráfico 2.<br />

PRESENCIA <strong>DE</strong> TEN<strong>DE</strong>NCIAS VIOLENTAS EN MADRES E HIJOS ADOLESCENTES<br />

Con respecto al pensamiento “ideas de venganza<br />

contra «alguien», ante una ofensa en alguna<br />

oportunidad”, los hijos adolescentes obtienen el<br />

29,0% a diferencia de sus madres que presentaron<br />

solo un 11,1%. El 23,8% de los hijos adolescentes<br />

presentaron “ideas de hacer daño a algún conocido”,<br />

a diferencia del 16,2% de las madres.<br />

Con respecto al acto “haber participado en más<br />

de una pelea que haya acabado a golpes”, los hijos<br />

adolescentes arrojan un 18% en relación a un 16,1%<br />

de las madres.<br />

Tabla 2.<br />

ASOCIACIÓN ENTRE VIOLENCIA FÍSICA - NEGLIGENCIA SUFRIDA POR LA MADRE Y POR EL HIJO ADOLESCENTE<br />

VIOLENCIA SUFRIDA POR LA MADRE<br />

VIOLENCIA FÍSICA<br />

VIOLENCIA FÍSICA SUFRIDA POR EL HIJO ADOLESCENTE<br />

SÍ<br />

NO<br />

ANÁLISIS<br />

N %* N %* F P<br />

Sí 7 6,4 101 93.6<br />

4,242 0,059*<br />

No 37 2.8 1184 97,2<br />

VIOLENCIA SUFRIDA POR LA MADRE<br />

VIOLENCIA POR NEGLIGENCIA<br />

* P< 0,10<br />

VIOLENCIA POR NEGLIGENCIA SUFRIDA POR EL HIJO ADOLESCENTE<br />

SÍ<br />

NO<br />

ANÁLISIS<br />

N %* N %* F P<br />

Sí 7 53 53 89,8<br />

4,865 0,052*<br />

No 102 89,8 1213 95,6<br />

Observamos que, de las madres que han sufrido<br />

violencia física, el 6.4% de sus hijos adolescentes<br />

también la sufrieron (p


Alvarez M. Militza; Rojas M. Edelmira; Vílchez G. Liliana<br />

Tabla 3.<br />

ASOCIACIÓN ENTRE LAS TEN<strong>DE</strong>NCIAS VIOLENTAS CON RESPECTO AL ACTO – PENSAMIENTO EN HIJOS ADOLESCENTES Y SUS MADRES<br />

TEN<strong>DE</strong>NCIAS VIOLENTAS CON<br />

RESPECTO AL ACTO EN MADRES<br />

Nos muestra que tanto las madres como sus<br />

hijos adolescentes presentan tendencias violentas<br />

con respecto al acto en un 29.8%, con un p


Violencia Trans e Intergeneracional en Madres con Hijos Adolescentes en Tres Ciudades de la Sierra Peruana<br />

Evidencia que las madres con tendencias<br />

violentas con respecto al acto suelen violentar<br />

a sus hijos físicamente en un 5% con un p


Alvarez M. Militza; Rojas M. Edelmira; Vílchez G. Liliana<br />

Latentes o manifiestos en la mujer maltratada,<br />

los resentimientos hacia los niños y adolescentes,<br />

los seres más débiles de la familia, se exacerban<br />

con los episodios de violencia de pareja. Varios<br />

autores sostienen que los padres que viven una<br />

relación conyugal violenta tienden a ser más<br />

abusivos con sus hijos (Straus, Gelles y Steinmetz,<br />

1980; Walker, 1984); esto fue corroborado en el<br />

estudio, encontrándose madres con tendencias<br />

violentas hacia sus hijos en un 12.5%.<br />

Ramos (2006) realizó un estudio cuantitativo<br />

en Lima y Cusco sobre la violencia contra las<br />

mujeres por parte de sus parejas, analizando no<br />

solamente la violencia física y sexual, sino además<br />

la emocional. Uno de los resultados es que una<br />

de cada dos mujeres en Lima, y dos de cada tres<br />

mujeres en el Cusco, eran agredidas, física o<br />

sexualmente por sus respectivas parejas. A su vez,<br />

recientes publicaciones de estudios realizados<br />

en el Reino Unido y en Irlanda, por médicos<br />

generales, encuentran prevalencias del 41% y<br />

del 39% de mujeres que habían experimentado<br />

violencia física, y cifras aún más altas para la<br />

violencia psicológica, respectivamente. Nuestro<br />

estudio reportó un mayor porcentaje para la<br />

violencia psicológica I (62.2%), seguida por la<br />

violencia física (51.7%) en la población de la sierra<br />

peruana.<br />

La no existencia de estudios en relación a<br />

conductas violentas nos hace remontarnos<br />

a Barudy (1998) y su propuesta teórica de “la<br />

identificación con el agresor”, quien explica los<br />

comportamientos violentos de los adolescentes<br />

golpeados. Según él, éstos presentan una necesidad<br />

compulsiva de dominar, abusar y agredir a los<br />

otros para defenderse de sus sentimientos de<br />

miedo, angustia e impotencia provocados por la<br />

violencia de su agresor. En el presente estudio<br />

se halló que existe un mayor porcentaje referido<br />

al pensamiento o idea de venganza (29.0%)<br />

que al acto (18.0%). Esto podría permitirnos<br />

también comprender mejor los indicadores de<br />

la transmisión intergeneracional de los modelos<br />

violentos de relación interpersonal.<br />

Conclusiones<br />

Los resultados muestran cómo la violencia<br />

intrafamiliar se transmite de generación en<br />

generación por aprendizaje -experiencias vividas<br />

en la familia de origen-.<br />

Es fundamental conocer y analizar las<br />

experiencias de vida desde la niñez, para<br />

comprender las historias personales de violencia,<br />

tanto como testigos del maltrato cotidiano entre<br />

sus padres, proyectados hacia los hijos y el<br />

entorno, lo que se convierte en un “circulo de<br />

violencia” dentro y fuera de la familia.<br />

Es difícil hacer un análisis exhaustivo de la<br />

violencia transgeneracional e intergeneracional<br />

en la sierra peruana, debido a que la hipótesis<br />

de la transmisión de la violencia es poco<br />

sólida, ya que los porcentajes de maltrato para<br />

ambos casos pueden variar debido al sesgo de<br />

interpretación.<br />

Recomendaciones<br />

El estudio pretende contribuir a que los<br />

diversos actores sociales e institucionales mejoren<br />

la comprensión del fenómeno de la violencia<br />

desde una perspectiva integral y afinen sus<br />

propuestas programáticas con el objetivo de<br />

erradicar toda forma de violencia. Se requiere<br />

una mayor coordinación entre los sujetos de<br />

la prevención social y luchar por un trabajo<br />

educativo más profundo y firme, que garantice<br />

la equidad en la crianza, instrucción y educación<br />

de los hijos, para impedir los efectos dañinos que<br />

la violencia trans e intergeneracional produce<br />

en el desarrollo personológico moral de éstos,<br />

que constituyen las generaciones que deberán<br />

alcanzar el desarrollo sostenible y la paz. Para ello,<br />

es bueno analizar los movimientos intrafamiliares<br />

que genera la violencia doméstica y cómo éstos<br />

influyen en la relación madre-hijo(a), así como<br />

observar su repercusión en el desempeño del rol<br />

materno. ¿Cómo atender la violencia, además<br />

de mediante el indispensable trabajo con las<br />

víctimas, si no es trabajando también con los que<br />

generalmente la perpetran? Además del trabajo<br />

de empoderamiento con niños, adolescentes<br />

y jóvenes de ambos sexos, ¿cómo lograr una<br />

prevención de fondo de la violencia desde la<br />

construcción de las relaciones de equidad, si no<br />

es sensibilizando y promoviendo la reflexión de<br />

los mismos? Estas bases más sólidas servirán<br />

para crear espacios donde los madres / padres e<br />

hijos se comprometan a renunciar a su violencia<br />

y que, en este proceso, sientan que lo hacen no<br />

Anales de Salud Mental 2010 / Volumen <strong>XXVI</strong> (1)<br />

17


Violencia Trans e Intergeneracional en Madres con Hijos Adolescentes en Tres Ciudades de la Sierra Peruana<br />

sólo para el bienestar de sus seres queridos, sino<br />

fundamentalmente por el de ellos mismos. Hay<br />

que adiestrar en habilidades para poder afrontar<br />

este trabajo, y abordar mediante la expresión<br />

corporal sus bloqueos a nivel de percepción de<br />

sus hijos/as y de instrumentalización de éstos<br />

en el conflicto.<br />

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http://www.autismo-congress.net/timologinews/<br />

abuso6.html. Download 22-12-05.<br />

18 Anales de Salud Mental 2010 / Volumen <strong>XXVI</strong> (1)


PREVALENCIA Y FACTORES ASOCIADOS EN EL<br />

ABUSO / <strong>DE</strong>PEN<strong>DE</strong>NCIA <strong>DE</strong>L ALCOHOL EN EL ADULTO<br />

EN LIMA METROPOLITANA Y CALLAO<br />

PREVALENCE AND FACTORS ASSOCIATED WITH THE ABUSE/<strong>DE</strong>PEN<strong>DE</strong>NCE<br />

ON ALCOHOL IN THE ADULT IN METROPOLITAN LIMA AND CALLAO<br />

Rommy Kendall-Folmer,<br />

Raquel Pérez Salinas,<br />

Yolanda Sanez<br />

RESUMEN<br />

En nuestro país el consumo de alcohol es un<br />

grave problema de salud pública, con impacto en<br />

la salud mental, educación e ingreso económico<br />

familiar.<br />

OBJETIVOS: Estimar la prevalencia de abuso/<br />

dependencia del alcohol y su asociación con<br />

características sociodemográficas, familiares,<br />

económicas, tendencias violentas y grado de<br />

satisfacción personal y laboral en la población<br />

adulta de Lima Metropolitana en el año 2002.<br />

MÉTODOS: Estudio descriptivo, epidemiológico<br />

y de corte transversal, que forma parte del<br />

Estudio Epidemiológico Metropolitano en Salud<br />

Mental 2002.<br />

RESULTADOS: las mayores prevalencias de abuso<br />

dependencia a alcohol se encontraron en el grupo<br />

etareo de 20 a 29 años (9.2%), varones con 8,4 por<br />

ciento y estado civil no unido (soltero, separado<br />

o divorciado) con un 7,4 por ciento. Acerca<br />

de las características de relaciones familiares,<br />

tendencias violentas, satisfacción personal y<br />

satisfacción laboral, sobresalen las prevalencias<br />

elevadas para los extremos negativos de<br />

percepción asignada por la población.<br />

CONCLUSIONES: El perfil epidemiológico<br />

del abusador/ dependiente del alcohol en<br />

Lima Metropolitana en el 2002 presenta altas<br />

prevalencias para indicadores de pobres vínculos<br />

familiares, tendencias violentas, satisfacción<br />

personal y laboral.<br />

PALABRAS CLAVE: consumo, abuso, dependencia,<br />

alcohol, Lima.<br />

SUMMARY<br />

In our country the consumption of alcohol<br />

is a serious problem of public health, impact<br />

on mental health, education and family<br />

income.<br />

OBJECTIVES: Estimate the prevalence of abuse/<br />

dependence on alcohol and its association<br />

with socio-demographic, family, economic<br />

characteristics, violent tendencies and degree<br />

of labor and personal satisfaction in the adult<br />

population in the metropolitan city of Lima<br />

in 2002.<br />

METHODS: This is a descriptive, epidemiological<br />

and cross-section study, which is part of the<br />

2002 Metropolitan Epidemiological mental<br />

health Study.<br />

RESULTS: It was noticed that the highest<br />

prevalence occurrences of abuse/ dependence<br />

on alcohol were found in the 20-aged to<br />

29-aged age bracket (9.2%), male with 8.4%<br />

and not joined civil status (single, separated<br />

or divorced) with 7.4%. As regards features<br />

of family relationships, violent tendencies,<br />

personal and labor satisfaction, high<br />

prevalences for negative ends of perception<br />

assigned by the population.<br />

CONCLUSIONS: The epidemiological profile of<br />

the abuser/dependent on alcohol in Lima city<br />

in 2002 shows high prevalence for indicators<br />

on poor family ties, violent tendencies, labor<br />

and personal satisfaction.<br />

KEY WORDS: consumption, abuse, dependency,<br />

alcohol, Lima.<br />

De la carga global de enfermedades en<br />

América Latina en el 2000 1 , 1,8 millones de<br />

muertes se atribuyeron al consumo nocivo<br />

de alcohol. En el 2002, el Informe sobre Salud<br />

en el Mundo indicó que 4% de la carga de<br />

morbilidad y 3,2% de la mortalidad mundial<br />

eran atribuibles al consumo de alcohol y que<br />

éste representaba el principal riesgo para<br />

la salud en los países en desarrollo con baja<br />

mortalidad, ocupando el tercer lugar en los<br />

países desarrollados. 2 Para el mismo año,<br />

76,3 millones de personas en el mundo eran<br />

diagnosticadas como afectadas por un trastorno<br />

causado por el abuso/dependencia (AD)<br />

del alcohol. Según la Organización Mundial<br />

de la Salud, el abuso de alcohol es también<br />

responsable de trastornos neuropsiquiátricos,<br />

violencia doméstica, abuso y abandono de los<br />

niños, y productividad laboral disminuida. 1<br />

Actualmente, sigue incrementándose<br />

dramáticamente la magnitud del impacto del<br />

consumo nocivo de alcohol y las tendencias<br />

de su consumo riesgoso en la salud pública,<br />

particularmente en jóvenes. Se calcula que en<br />

Perú la cifra de dependientes del alcohol es<br />

del orden de un millón de personas, con un<br />

impacto potencial familiar sobre cuatro millones<br />

de personas más. 3,4 En el 2006 la prevalencia<br />

de año de consumo de alcohol fue de 63%<br />

en la población general y, en estudiantes de<br />

secundaria, de 36,4% en el año 2007. 5,6 Dentro de<br />

Anales de Salud Mental 2010 / Volumen <strong>XXVI</strong> (1), pp 19-29<br />

19


Prevalencia y Factores Asociados en el Abuso / Dependencia del Alcohol en el Adulto en Lima Metropolitana y Callao<br />

este último grupo la prevalencia mayor se ubicó<br />

en los estudiantes de quinto año, con 62,7%.<br />

Las pérdidas económicas que causa a la<br />

sociedad el consumo nocivo de alcohol, entre ellas<br />

los costos en servicios de salud, servicios sociales<br />

y la justicia penal, así como aquellos derivados de<br />

la pérdida de productividad y la disminución del<br />

desarrollo económico, son también preocupantes 7 .<br />

Agreguemos a ello que por cada dólar invertido<br />

en el tratamiento del adicto, se ahorran siete en<br />

costos sociales y de salud 2 .<br />

En Centroamérica, el 97% de los casos<br />

reportados de violencia doméstica se asocia a<br />

hombres abusadores de alcohol. 8 Un estudio<br />

realizado en mujeres campesinas del Valle Alto<br />

de Cochabamba, Bolivia, 9 reveló que un 62%<br />

de consumidoras abusadoras de alcohol tenía<br />

un origen familiar conflictivo. Las situaciones<br />

identificadas como problemáticas están en<br />

relación a la agresión repetida y violenta del padre<br />

hacia la mujer y los hijos. Estas agresiones se<br />

dieron, generalmente, en estado de embriaguez.<br />

Un 90% de las consumidoras “abusivas” afirmó<br />

que su consumo fue influido por el consumo<br />

abusivo de algún miembro de su familia y por<br />

los conflictos entre sus padres.<br />

En nuestro país el consumo de alcohol es un<br />

grave problema de salud pública, con impacto en<br />

la salud mental, educación e ingreso económico<br />

familiar. La prevalencia de vida en el 2006 fue<br />

de 83 por ciento. 10 En la sierra y selva peruana<br />

se encontró una prevalencia anual de 10,5 y 8,8<br />

por ciento respectivamente. En la población<br />

de Ayacucho dicha prevalencia fue del 15% en<br />

general y 27,8% en el caso de los varones 11,12,13 .<br />

De otro lado, tanto el consumo como el abuso<br />

y dependencia (AD) de alcohol han estado<br />

presentes en nuestras comunidades andinas y<br />

selváticas desde hace mucho tiempo, las mismas<br />

que se han intensificado por la presencia de<br />

condicionantes sociales, económicos y políticos.<br />

Entre estos últimos, es importante referir el<br />

impacto que el conflicto armado interno tuvo en<br />

estas poblaciones, llegando a ser el 75% de sus<br />

víctimas pobladores rurales. Según las encuestas,<br />

en las zonas que han sufrido violencia política en<br />

nuestro país, el 77% de los varones y 48,6% de las<br />

mujeres se embriagan con cierta frecuencia; de<br />

los varones que se embriagan, el 46% señaló que<br />

solamente lo hacían en fiestas y compromisos,<br />

frente a un 29% de mujeres. 14<br />

Encuestas realizadas por la Comisión <strong>Nacional</strong><br />

para el Desarrollo y Vida sin Drogas (<strong>DE</strong>VIDA)<br />

nos señalan que la proporción de dependientes<br />

se va incrementando a través de los diferentes<br />

grupos etáreos, reportándose una mayor<br />

proporción en el grupo de 20 a 30 años. Entre<br />

los 17 y 59 años la proporción no baja del 10%, lo<br />

que indicaría que por lo menos una de cada diez<br />

personas es dependiente de alcohol. En ambos<br />

sexos se observó la presencia de dependientes<br />

a partir de los catorce años, pero en mujeres la<br />

prevalencia de dependencia parece mantenerse<br />

constante a través de los distintos grupos etáreos,<br />

mientras que en los hombres aumenta hasta<br />

los 20 años. Entre los 20 y 40 años, uno de cada<br />

cuatro hombres es dependiente de alcohol y esta<br />

proporción es superior a 15% entre los 17 y 59<br />

años.15 En el 2006, poco más de medio millón de<br />

personas que declararon un uso reciente y actual<br />

de alcohol presentaron signos de dependencia<br />

a esta sustancia, dada las características de su<br />

consumo. 6<br />

En el aspecto laboral, las cifras han variado,<br />

dependiendo de si el alcoholismo está o no<br />

asociado a otras dependencias. En el primer caso,<br />

por lo general la tasa de desocupación fluctúa<br />

entre 15% y 29%, 15,17 mientras que, en el segundo,<br />

entre el 55% y el 56%. 17 Aproximadamente un<br />

95% de la población en edad de trabajar bebe<br />

habitualmente alcohol, un 15% de los trabajadores<br />

se encuentra incluido dentro del grupo de alto<br />

riesgo de consumo alcohólico, y un 30% de los<br />

trabajadores empleados bebe alcohol en mayor o<br />

menor cantidad durante los días laborables. 16<br />

Respecto al estado civil, los solteros son los<br />

que tienen la mayor prevalencia de consumo<br />

de alcohol, sea que esté o no relacionado con<br />

otras dependencias. Así, cuando el alcoholismo<br />

no se asocia a otras dependencias, las cifras son<br />

mayores al 50%, 15,17 . Cuando se asocia a otras<br />

dependencias estos porcentajes son menores<br />

(entre 23% y 28%).<br />

La población universitaria presenta cifras<br />

preocupantes. En el último estudio sobre drogas<br />

en universitarios en Lima, los entrevistados<br />

respondieron en un 97.7% haber consumido<br />

alcohol alguna vez en la vida. Ello fue mucho<br />

20 Anales de Salud Mental 2010 / Volumen <strong>XXVI</strong> (1)


Rommy Kendall-Folmer; Raquel Pérez Salinas; Yolanda Sanez<br />

mayor a lo encontrado en el estudio de consumo<br />

de drogas realizado por CEDRO en el 2003, con<br />

jóvenes entre los 16 y 25 años, donde se verificó<br />

que el 87.3% había consumido alcohol al menos<br />

una vez en la vida. 17<br />

Métodos<br />

a. Tipo y diseño de estudio: Este es un estudio<br />

descriptivo, epidemiológico y de corte<br />

transversal, que forma parte del Estudio<br />

Epidemiológico Metropolitano en Salud Mental<br />

2002 18 . La muestra está constituida por 2 077<br />

adultos, obtenida por muestreo probabilístico<br />

trietápico. Este estudio está referido al Módulo<br />

de adicciones aplicado a la población adulta.<br />

b. Población y muestra: La población objetivo son<br />

los adultos de ambos sexos de 18 años a más,<br />

residentes en las viviendas particulares del<br />

área urbana de Lima Metropolitana y el Callao<br />

en el año 2002, que cumplían con los criterios<br />

de inclusión y exclusión establecidos para<br />

este estudio. La muestra de 2 077 adultos fue<br />

obtenida mediante un muestreo probabilístico<br />

trietápico.<br />

c. Instrumentos: Para cumplir con los objetivos<br />

de esta investigación se utilizó la información<br />

obtenida mediante los instrumentos<br />

siguientes:<br />

- Cuestionario de Salud Mental Adaptado:<br />

Elaborado originalmente en Colombia 1<br />

y adaptado en estudios anteriores del<br />

IESM “HD-HN”, tanto en adultos como en<br />

adolescentes. Para el estudio epidemiológico<br />

de Lima y Callao se realizaron readaptaciones<br />

al instrumento en base al ensayo piloto<br />

mencionado líneas arriba. Para la presente<br />

investigación se tomaron determinadas<br />

preguntas con respuestas dicotómicas y<br />

politómicas, las que pueden revisarse en los<br />

anexos del estudio epidemiológico. 18<br />

- MINI: Entrevista Neuropsiquiátrica<br />

Internacional Versión Español CIE 10, 19<br />

elaborada por Sheehan, Hergueta, Lecrubier, 19<br />

y colaboradores. Es un instrumento que,<br />

basado en los criterios de investigación de<br />

la Décima Clasificación Internacional de<br />

Enfermedades (CIE-10), obtiene información<br />

estandarizada sobre los principales trastornos<br />

psiquiátricos. Ha sido validada habiendo<br />

mostrado una adecuada concordancia con<br />

instrumentos de evaluación importantes 20 , con<br />

la ventaja de ser de fácil aplicación (15 minutos<br />

en promedio) y no requerir entrenamiento<br />

tan intenso como los otros instrumentos.<br />

En el caso de los problemas relacionados<br />

con el alcohol, este instrumento deriva en<br />

diagnósticos como abuso/dependencia del<br />

alcohol.<br />

- Datos Demográficos y Socioeconómicos: Se<br />

incluyeron preguntas sobre datos demográficos<br />

(edad, sexo, lugar de nacimiento, estado civil<br />

y otros) y se agregaron preguntas sobre<br />

características de la vivienda, empleo, ingreso<br />

económico y educación, de la Encuesta<br />

<strong>Nacional</strong> de Hogares (ENAHO) realizada<br />

por el <strong>Instituto</strong> <strong>Nacional</strong> de Estadística e<br />

Informática (INEI) 21 en el año 2000.<br />

Los cuestionarios fueron aplicados por<br />

psicólogos con experiencia en encuestas,<br />

entrenados por los investigadores del IESM. El<br />

cuestionario fue ajustado y probado en 10 pacientes<br />

psiquiátricos y en 10 familiares de pacientes sin<br />

patología o trabajadores supuestamente sanos<br />

del IESM. Finalmente se realizó un ensayo piloto<br />

de entrevistas de campo en 100 viviendas, 20<br />

viviendas de cada cono en 20 distritos de la ciudad<br />

de Lima Metropolitana y el Callao. Se solicitó el<br />

consentimiento informado voluntario antes del<br />

inicio de la encuesta a cada una de las personas<br />

entrevistadas.<br />

Se calcularon prevalencias de abuso y<br />

dependencia de alcohol, según las diferentes<br />

características de interés y sus respectivos<br />

intervalos de confianza ajustados tomando en<br />

cuenta la complejidad del diseño muestral. El<br />

procesamiento de los datos se realizó utilizando<br />

el módulo para muestras complejas del paquete<br />

estadístico SPSS versión 13.<br />

Resultados<br />

La población adulta estimada de Lima<br />

Metropolitana y Callao fue de 3’934,494 personas.<br />

El 59.7% de la población es de sexo femenino,<br />

las edades varían entre 18 y 91 años y la edad<br />

promedio es de 38.6±14.8 años. Se estima que el<br />

Anales de Salud Mental 2010 / Volumen <strong>XXVI</strong> (1)<br />

21


Prevalencia y Factores Asociados en el Abuso / Dependencia del Alcohol en el Adulto en Lima Metropolitana y Callao<br />

60% de las personas están casadas o unidas y 24%<br />

permanecen solteras.<br />

En la Tabla 1 observamos la prevalencia de<br />

AD a alcohol según variables demográficas:<br />

según edad, el grupo etario de 20 a 29 años es<br />

el grupo más prevalente (9,2%). Según género,<br />

los hombres son los que tienen una mayor<br />

prevalencia de AD del alcohol que las mujeres<br />

(8,4%). Según grado de instrucción, las personas<br />

que cuentan con secundaria/bachillerato son<br />

las que tienen la mayor prevalencia (7,6%). En<br />

cuanto estado civil, las personas que no están<br />

unidas alcanzaron un 7,4 por ciento.<br />

Tabla 1.<br />

PREVALENCIA <strong>DE</strong> AD <strong>DE</strong>L ALCOHOL EN LOS ÚLTIMOS 12 MESES SEGÚN CARACTERÍSTICAS SOCIO<strong>DE</strong>MOGRÁFICAS. ADULTOS EN LIMA<br />

METROPOLITANA 2002 (N=2077)<br />

VARIABLES <strong>DE</strong>MOGRÁFICAS<br />

Edad<br />

Menos de 20<br />

20-29<br />

30-39<br />

40-49<br />

50-59<br />

60 a más<br />

Sexo<br />

Femenino<br />

Masculino<br />

Estado Civil<br />

Unido<br />

No unido<br />

Grado de Instrucción<br />

Sin nivel/inicial/preescolar<br />

Primario<br />

Secundaria/Bachillerato<br />

Superior no universitario<br />

Superior universitario<br />

Ingreso mensual neto<br />

< S/ 300.00<br />

S/ 301.00 - S/ 600.00<br />

S/ 601.00 - S/ 1200.00<br />

> S/ 1200.00<br />

Necesidades básicas insatisfechas<br />

Ninguna NBI<br />

Una NBI<br />

Dos o más NBIs<br />

SÍ<br />

ABUSO/<strong>DE</strong>PEN<strong>DE</strong>NCIA <strong>DE</strong> ALCOHOL<br />

NO<br />

(N) % (N) %<br />

5<br />

34<br />

31<br />

16<br />

5<br />

4<br />

24<br />

71<br />

43<br />

52<br />

1<br />

7<br />

56<br />

17<br />

14<br />

15<br />

31<br />

17<br />

9<br />

68<br />

19<br />

7<br />

3.7<br />

9.2<br />

5.7<br />

4.2<br />

2.7<br />

0.9<br />

2.2<br />

8.4<br />

3.7<br />

7.4<br />

2.9<br />

2.0<br />

7.6<br />

4.1<br />

3.8<br />

5.6<br />

7.0<br />

4.9<br />

4.6<br />

5.2<br />

5.3<br />

7.0<br />

154<br />

461<br />

538<br />

407<br />

211<br />

207<br />

1214<br />

764<br />

1204<br />

770<br />

29<br />

283<br />

842<br />

413<br />

411<br />

336<br />

426<br />

319<br />

193<br />

1476<br />

347<br />

121<br />

96.3<br />

90.8<br />

94.3<br />

95.8<br />

97.3<br />

99.1<br />

97.8<br />

91.6<br />

96.3<br />

92.6<br />

97.1<br />

98.0<br />

92.4<br />

95.9<br />

96.2<br />

94.4<br />

93.0<br />

95.1<br />

95.4<br />

94.8<br />

94.7<br />

93.0<br />

PREVALENCIA<br />

IC (95%)<br />

(1.3 , 10.1)<br />

(6.4 , 13.0)<br />

(3.9 , 8.3)<br />

(2.5 , 7.1)<br />

(1.0 , 6.8)<br />

(0.3 , 2.7)<br />

(1.4 , 3.6)<br />

(6.5 , 10.9)<br />

(2.6 , 5.2)<br />

(5.5 , 10.0)<br />

(0.4 , 16.5)<br />

(0.9 , 4.6)<br />

(5.6, 10.2)<br />

(2.4 , 6.9)<br />

(2.1 , 6.7)<br />

(3.2 , 9.7)<br />

(4.7 , 10.3)<br />

(2.9 , 8.1)<br />

(2.0 , 9.9)<br />

(4.0 , 6.8)<br />

(3.1 , 8.7)<br />

(3.2 , 14.4)<br />

22 Anales de Salud Mental 2010 / Volumen <strong>XXVI</strong> (1)


Rommy Kendall-Folmer; Raquel Pérez Salinas; Yolanda Sanez<br />

De otro lado, en la Tabla 2 se muestra la<br />

prevalencia de AD del alcohol relacionada con<br />

variables que involucran las relaciones familiares,<br />

las mayores prevalencias se encuentran cuando<br />

las personas encuestadas perciben “nada o poco”<br />

apoyo entre los miembros de la familia (10.4%),<br />

se sienten “nada o poco” orgullosos de su hogar<br />

(16.5%) y comparten “nada o poco” valores y<br />

principios con los de su familia (11.1%). Aquellos<br />

que nunca o rara vez pasan con su familia los<br />

domingos presentaron la mayor prevalencia con<br />

un 12.1%. Se encontró también que las personas<br />

que recibieron castigos severos por cosas leves<br />

son las que tienen mayor prevalencia de AD del<br />

alcohol, con un 9.4%.<br />

Tabla 2.<br />

AD <strong>DE</strong>L ALCOHOL EN LOS ÚLTIMOS 12 MESES SEGÚN RELACIONES FAMILIARES. ADULTOS EN LIMA METROPOLITANA 2002<br />

RELACIONES FAMILIARES<br />

Se apoyan unos a otros<br />

Nada o poco<br />

Regular<br />

Mucho<br />

Cuá orgulloso de siente de su hogar<br />

Nada o poco<br />

Regular<br />

Mucho<br />

Comparte valores y principìos<br />

parecidos a los de su familia<br />

Nada o poco<br />

Regular<br />

Mucho<br />

Suele pasar juntos los domingos o<br />

días de fiesta<br />

Nunca o rara vez<br />

Ocasionalmente<br />

Frecuentemente<br />

Se siente protegido por su familia<br />

Nada o poco<br />

Regular<br />

Mucho<br />

Recibió castigos severos por cosas<br />

leves<br />

Sí<br />

No<br />

SÍ<br />

ABUSO/<strong>DE</strong>PEN<strong>DE</strong>NCIA <strong>DE</strong> ALCOHOL<br />

NO<br />

(N) % (N) %<br />

12<br />

36<br />

47<br />

10<br />

22<br />

61<br />

25<br />

30<br />

40<br />

39<br />

14<br />

42<br />

13<br />

31<br />

51<br />

31<br />

64<br />

10.4<br />

9.6<br />

3.4<br />

16.5<br />

8.2<br />

4.2<br />

11.1<br />

6.3<br />

3.9<br />

12.1<br />

3.6<br />

3.8<br />

6.3<br />

8.5<br />

4.2<br />

9.4<br />

4.4<br />

138<br />

432<br />

1386<br />

69<br />

267<br />

1613<br />

214<br />

508<br />

1231<br />

319<br />

348<br />

1311<br />

227<br />

384<br />

1351<br />

331<br />

1644<br />

89.6<br />

90.4<br />

96.6<br />

83.5<br />

91.8<br />

95.8<br />

88.9<br />

93.7<br />

96.1<br />

87.9<br />

96.4<br />

96.2<br />

93.7<br />

91.5<br />

95.8<br />

90.6<br />

95.6<br />

PREVALENCIA<br />

IC (95%)<br />

(5.4 , 19.2)<br />

(6.7 , 13.5)<br />

(2.4 , 4.8)<br />

(8.0 , 31.2)<br />

(5.0 , 13.2)<br />

(3.1 , 5.6)<br />

(7.1 , 17.0)<br />

(4.2 , 9.4)<br />

(2.7 , 6.7)<br />

(8.5 , 16.9)<br />

(2.0 , 6.5)<br />

(2.7 , 5.3)<br />

(3.4 , 11.5)<br />

(5.5 , 12.8)<br />

(3.1 , 5.8)<br />

(6.1 , 14.1)<br />

(3.3 , 5.8)<br />

Anales de Salud Mental 2010 / Volumen <strong>XXVI</strong> (1)<br />

23


Prevalencia y Factores Asociados en el Abuso / Dependencia del Alcohol en el Adulto en Lima Metropolitana y Callao<br />

En la tabla 3, con respecto a las tendencias<br />

violentas, se observa que el 11,2% de las personas<br />

con AD del alcohol alguna vez en su vida ha<br />

pegado a un niño y le ha dejado moretones, frente<br />

a un 7,1% de las personas sin AD. Por otro lado,<br />

59,7% con AD del alcohol han estado involucrados<br />

en más de una pelea que haya acabado a golpes,<br />

a diferencia del 23,5% sin AD. Igualmente, la<br />

prevalencia mayor de AD en personas que han<br />

usado alguna vez armas es del 20,4% comparada<br />

con el 5,5% de las personas sin AD. En cuanto<br />

a la prevalencia de tendencias violentas, el<br />

63.8% presentó AD del alcohol, mientras que<br />

en la prevalencia de tendencias psicopáticas,<br />

el 29.1% de personas con AD sí presentó estas<br />

tendencias. Finalmente, en cuanto a la presencia<br />

de pensamiento o consideraciones suicidas en el<br />

último año, se observa que el mayor porcentaje<br />

(21.2%) tiene AD del alcohol, en comparación al<br />

7.8% de personas que no tienen AD.<br />

Tabla 3.<br />

AD <strong>DE</strong> ALCOHOL EN LOS ÚLTIMOS 12 MESES Y TEN<strong>DE</strong>NCIAS VIOLENTAS. ADULTOS EN LIMA METROPOLITANA 2002<br />

TEN<strong>DE</strong>NCIAS VIOLENTAS<br />

Desde los 18 años, Alguna vez le ha<br />

pegado a un niño y dejado<br />

moretones?<br />

Sí<br />

No<br />

Desde los 18 años, has estado en más<br />

de una pelea que haya acabado a<br />

golpes?<br />

Sí<br />

No<br />

¿Alguna vez en una pelea ha usado<br />

armas, como piedras, palos, cuchillos<br />

(navajas), o pistolas?<br />

Sí<br />

No<br />

Prevalencia de tendencias violentas<br />

Sí<br />

No<br />

Pensamiento o consideracione<br />

suicidas en el último año<br />

Sí<br />

No<br />

Prevalencia de tendencias<br />

psicopáticas<br />

Sí<br />

No<br />

SÍ<br />

ABUSO/<strong>DE</strong>PEN<strong>DE</strong>NCIA <strong>DE</strong> ALCOHOL<br />

NO<br />

(N) % (N) %<br />

9<br />

86<br />

53<br />

42<br />

19<br />

76<br />

58<br />

37<br />

24<br />

71<br />

27<br />

68<br />

11.2<br />

88.8.<br />

59.7<br />

40.3<br />

20.4<br />

79.6<br />

63.8<br />

36.2<br />

21.2<br />

78.8<br />

29.1<br />

70.9<br />

149<br />

1829<br />

442<br />

1535<br />

104<br />

1870<br />

543<br />

1431<br />

172<br />

1806<br />

279<br />

1699<br />

7.1<br />

92.9<br />

23.5<br />

76.5<br />

5.5<br />

94.5<br />

28.4<br />

71.6<br />

7.8<br />

92.2<br />

14.6<br />

85.4<br />

PREVALENCIA<br />

IC (95%)<br />

(5.4 , 21.8)<br />

(78.2 , 94.69)<br />

(48.1 , 70.3)<br />

(29.7, 51.9)<br />

(12.6 , 31.4)<br />

(79.6 , 68.6)<br />

(52.4 , 73.7)<br />

(36.2 , 26.3)<br />

(13.5 , 31.7)<br />

(68.3 , 86.5)<br />

(18.9 , 42.0)<br />

(58.0 , 81.1)<br />

24 Anales de Salud Mental 2010 / Volumen <strong>XXVI</strong> (1)


Rommy Kendall-Folmer; Raquel Pérez Salinas; Yolanda Sanez<br />

Según la Tabla 4, en el área referida a la<br />

satisfacción personal, resalta principalmente que<br />

el 42.8% de personas sin AD se encuentra muy<br />

satisfecho con su aspecto físico, frente a un 33.5% de<br />

personas sin AD. En relación a la satisfacción con<br />

sus estudios, un 44.2% de personas con AD refirió<br />

estar nada o poco satisfecho, comparativamente<br />

con un 28.7% sin AD.<br />

Tabla 4.<br />

AD <strong>DE</strong> ALCOHOL EN LOS ÚLTIMOS 12 MESES SEGÚN SATISFACCIÓN PERSONAL. ADULTOS <strong>DE</strong> LIMA METROPOLITANA 2002<br />

SATISFACCIÓN PERSONAL<br />

Se siente satisfecho con su aspecto físico<br />

Nada o poco<br />

Regular<br />

Mucho<br />

Se siente satisfecho con su inteligencia<br />

Nada o poco<br />

Regular<br />

Mucho<br />

Se siente satisfecho con su nivel<br />

económico<br />

Nada o poco<br />

Regular<br />

Mucho<br />

Se siente satisfecho con sus estudios<br />

Nada o poco<br />

Regular<br />

Mucho<br />

Se siente satisfecho con sus<br />

relaciones sociales<br />

Nada o poco<br />

Regular<br />

Mucho<br />

SÍ<br />

ABUSO/<strong>DE</strong>PEN<strong>DE</strong>NCIA <strong>DE</strong> ALCOHOL<br />

NO<br />

(N) % (N) %<br />

14<br />

48<br />

33<br />

9<br />

50<br />

36<br />

41<br />

51<br />

3<br />

36<br />

31<br />

12<br />

18<br />

48<br />

29<br />

10.3<br />

56.1<br />

33.5<br />

11.9<br />

46.7<br />

41.4<br />

39.7<br />

57.4<br />

2.8<br />

44.2<br />

39.7<br />

16.1<br />

16.6<br />

51.2<br />

32.1<br />

242<br />

896<br />

827<br />

157<br />

868<br />

942<br />

837<br />

953<br />

181<br />

472<br />

655<br />

431<br />

333<br />

870<br />

766<br />

11.2<br />

46.0<br />

42.8<br />

7.0<br />

44.2<br />

48.8<br />

40.7<br />

49.8<br />

9.5<br />

28.7<br />

43.4<br />

27.9<br />

16.1<br />

43.9<br />

39.9<br />

PREVALENCIA<br />

IC (95%)<br />

(5.8 , 17.8)<br />

(43.9 , 67.7)<br />

(23.1 , 45.9)<br />

(5.8 , 22.9)<br />

(34.9 , 58.8)<br />

(30.0 , 53.8)<br />

(29.4 , 51.1)<br />

(46.0 , 68.1)<br />

(0.8 , 9.9)<br />

(31.7 , 57.5)<br />

(27.7 , 53.0)<br />

(8.3 , 28.9)<br />

(9.4 , 27.8)<br />

(39.7 , 62.6)<br />

(21.9 , 44.4)<br />

Anales de Salud Mental 2010 / Volumen <strong>XXVI</strong> (1)<br />

25


Prevalencia y Factores Asociados en el Abuso / Dependencia del Alcohol en el Adulto en Lima Metropolitana y Callao<br />

En la Tabla 5 se muestra el AD de alcohol<br />

relacionado con el aspecto laboral: se observa que<br />

aquellas personas que nunca o rara vez se sienten<br />

satisfechas con la carga laboral que desarrollan<br />

presentan la mayor prevalencia con el alcohol<br />

(9.5%), el trato que reciben de sus jefes (7,4%) y<br />

la remuneración que perciben (7,5%).<br />

Tabla 5.<br />

AD <strong>DE</strong> ALCOHOL EN LOS ÚLTIMOS 12 MESES Y ASPECTO LABORAL. ADULTOS <strong>DE</strong> LIMA METROPOLITANA 2002<br />

ASPECTO LABORAL<br />

Satisfacción con las actividades o<br />

funciones que desarrolla<br />

Nada o poco<br />

Regular<br />

Mucho<br />

Con el ambiente físico donde labora<br />

Nada o poco<br />

Regular<br />

Mucho<br />

Con los compañeros de labor<br />

Nada o poco<br />

Regular<br />

Mucho<br />

Con la carga de trabajo que desarrolla<br />

diariamente<br />

Nunca o rara vez<br />

Ocasionalmente<br />

Frecuentemente<br />

Con el trato que recibe de sus jefes<br />

Nada o poco<br />

Regular<br />

Mucho<br />

Con la remuneración que percibe<br />

Nada o poco<br />

Regular<br />

Mucho<br />

Con el reconocimiento que percibe<br />

Nada o poco<br />

Regular<br />

Mucho<br />

Tuvo algún trabajo remunerado la<br />

semana pasada<br />

Sí<br />

No<br />

Con el reconocimiento que percibe<br />

Nada o poco<br />

Regular<br />

Mucho<br />

SÍ<br />

ABUSO/<strong>DE</strong>PEN<strong>DE</strong>NCIA <strong>DE</strong> ALCOHOL<br />

NO<br />

(N) % (N) %<br />

12<br />

39<br />

20<br />

13<br />

38<br />

17<br />

6<br />

31<br />

22<br />

20<br />

42<br />

9<br />

10<br />

21<br />

13<br />

35<br />

24<br />

4<br />

22<br />

28<br />

16<br />

62<br />

33<br />

22<br />

28<br />

16<br />

8.0<br />

8.6<br />

3.2<br />

7.2<br />

8.2<br />

2.8<br />

8.0<br />

7.5<br />

6.1<br />

9.5<br />

7.4<br />

2.0<br />

7.4<br />

5.8<br />

3.7<br />

7.5<br />

4.5<br />

1.2<br />

7.2<br />

6.7<br />

3.8<br />

6.0<br />

4.4<br />

7.2<br />

6.7<br />

3.8<br />

141<br />

480<br />

566<br />

161<br />

507<br />

474<br />

90<br />

349<br />

418<br />

228<br />

572<br />

384<br />

110<br />

303<br />

293<br />

518<br />

477<br />

134<br />

266<br />

456<br />

419<br />

1049<br />

929<br />

266<br />

456<br />

419<br />

92.0<br />

91.4<br />

96.8<br />

92.8<br />

91.8<br />

97.2<br />

92.0<br />

92.5<br />

93.9<br />

90.5<br />

92.6<br />

98.0<br />

92.6<br />

94.2<br />

96.3<br />

92.5<br />

95.5<br />

98.8<br />

92.8<br />

93.3<br />

96.2<br />

94.0<br />

95.6<br />

92.8<br />

93.3<br />

96.2<br />

PREVALENCIA<br />

IC (95%)<br />

(4.2 , 14.7)<br />

(5.9 , 12.3 )<br />

(1.9 , 5.3)<br />

(3.9 , 13.0)<br />

(5.6 , 11.7)<br />

(1.6 , 4.6)<br />

(3.3 , 18.2)<br />

(5.0 , 11.0)<br />

(3.7 , 9.9)<br />

(5.8 , 15.0)<br />

(5.1 , 10.5)<br />

(0.9 , 4.1)<br />

(3.5 , 15.0)<br />

(3.6 , 9.3)<br />

(1.9 , 7.3)<br />

(5.3 , 10.5)<br />

(2.8 , 7.1)<br />

(0.4 , 3.5)<br />

(4.5 , 11.5)<br />

(4.4 , 10.2)<br />

(2.1 , 6.7)<br />

(4.5 , 8.0)<br />

(2.9 , 6.5)<br />

(4.5 , 11.5)<br />

(4.4 , 10.2)<br />

(2.1 , 6.7)<br />

26 Anales de Salud Mental 2010 / Volumen <strong>XXVI</strong> (1)


Rommy Kendall-Folmer; Raquel Pérez Salinas; Yolanda Sanez<br />

Discusión<br />

La mayor prevalencia del consumo de alcohol<br />

se presenta en varones y durante la juventud.<br />

Estas dos características se evidencian en distintas<br />

realidades socioeconómicas. Sin embargo, el<br />

abuso y dependencia son condiciones mórbidas<br />

que alcanzan un impacto mayor y más complejo<br />

en la población general. En nuestros hallazgos<br />

el hombre tiene la mayor prevalencia de AD de<br />

alcohol con 8.4 por ciento, frente a un 2.2 por<br />

ciento en la mujer. Esta información es coherente<br />

con la referencia de que la prevalencia anual de<br />

consumo de alcohol en varones es de 72,4 por<br />

ciento y 55,7 por ciento en la mujer. Si bien la<br />

diferencia entre las dos prevalencias no refleja<br />

la brecha real de AD entre géneros, se puede<br />

concluir que por cada tres varones que registran<br />

consumo de alcohol, en el último año, existen dos<br />

mujeres que reportan lo mismo. 22<br />

Acerca de la edad de inicio, 27 por ciento de<br />

jóvenes hispanos entre 12 a 20 años y 13,4 por<br />

ciento de 12 a 18 años en Perú, han iniciado ya<br />

su consumo de alcohol dentro de los últimos<br />

30 días. 17,23 Este dato establece un importante<br />

vínculo con la prevalencia de AD de alcohol<br />

por grupo etario, siendo el uso de alcohol<br />

inicialmente una conducta habitual y permitida<br />

desde tempranas edades en Perú, llegando<br />

a evidenciarse posteriormente los síntomas<br />

iniciales de la enfermedad. El rango de edad<br />

de 20 a 29 años aparece como el más prevalente<br />

con un 9,2 por ciento. Al respecto, otros datos<br />

señalan al grupo etáreo de 19 a 25 años como<br />

el más prevalente en consumo de alcohol, con<br />

un 71,8 por ciento. Esto afirma la concordancia<br />

entre consumo y abuso en este grupo. Aunado<br />

a este resultado tenemos que en este grupo se<br />

encuentra un sector de la población con las<br />

siguientes características: no tener vínculo de<br />

convivencia, laboral, y estar concluyendo sus<br />

estudios en secundaria y/o desarrollando su<br />

carrera profesional. Observamos en nuestros<br />

resultados que las personas con estado civil no<br />

unido alcanzan un 7,4% de prevalencia y, según<br />

grado de instrucción, el nivel de secundaria/<br />

bachillerato obtiene la mayor prevalencia<br />

(7,6%). Al 2005, una encuesta en hogares reveló<br />

la prevalencia anual de consumo de alcohol en<br />

95,8% con nivel de instrucción superior y 94,7<br />

por ciento sin pareja actual. 24<br />

Atendiendo a la relación entre familia y<br />

AD, podemos encontrar que las preguntas<br />

relacionadas con cómo es o fue el vínculo con<br />

los miembros de la familia demuestran casi en<br />

su totalidad una mayor prevalencia para los<br />

indicadores de pobre apego o afecto, teniendo<br />

que: el apoyo mutuo presentaba prevalencias<br />

mayores en sus categorías intermedia y extrema<br />

negativa. Los hogares con problemática de<br />

adicciones presentan en su sistema y subsistemas<br />

características de pobre interrelación y<br />

profundización de vínculos, lo que se manifiesta<br />

a través de su pobre sentido de pertenencia<br />

al grupo familiar, manejo de códigos, reglas y<br />

creencias alternas a lo establecido, ausentismo<br />

y castigos durante la niñez. Nuestras mayores<br />

prevalencias se encuentran cuando las personas<br />

encuestadas perciben “nada o poco” apoyo entre<br />

los miembros de la familia (10.4%), dicen sentirse<br />

nada o poco orgullosos de su hogar (16.5%) y<br />

compartir nada o poco los valores y principios<br />

con los de su familia (11.1%). Aquellos que nunca<br />

o rara vez pasan con su familia los domingos<br />

presentaron la mayor prevalencia, con un 12.1<br />

por ciento; en cuanto a si se sienten protegidos<br />

por su familia, el grupo más prevalente se<br />

encuentra entre los que se sienten regularmente<br />

protegidos (8.5%). Se encontró también que las<br />

personas que recibieron castigos severos por<br />

cosas leves son las que tienen mayor prevalencia<br />

de AD del alcohol, con un 9.4%.<br />

Respecto a las tendencias violentas,<br />

considerando las actitudes y acciones que<br />

expresan un patrón de violencia interna, se<br />

evidenció que el 11.2% de las personas con AD del<br />

alcohol, alguna vez en su vida han pegado a un<br />

niño y le han dejado moretones, junto a un 59,7%<br />

que refirieron haber estado involucrados en más<br />

de una pelea que acabó a golpes y presentaban AD<br />

del alcohol. No tenemos mayor precisión sobre los<br />

actos violentos referidos por los entrevistados,<br />

pero sí se evidencia la asociación entre pérdida de<br />

control de impulsos y consumo de alcohol.<br />

La actividad agresiva sistemática con personas<br />

de mayor vulnerabilidad refleja perfiles delictivos<br />

en el futuro. Entre estos actos están las personas<br />

que utilizan la violencia física como medio de<br />

expresar sus argumentos o imponerlos. De igual<br />

forma tenemos el uso de armas para defensa o<br />

ataque, en situaciones que no representan amenaza<br />

Anales de Salud Mental 2010 / Volumen <strong>XXVI</strong> (1)<br />

27


Prevalencia y Factores Asociados en el Abuso / Dependencia del Alcohol en el Adulto en Lima Metropolitana y Callao<br />

vital. 25,26 La prevalencia en personas con AD del<br />

alcohol que han usado alguna vez armas es del<br />

20.4%, comparada con el 5.5% de las personas sin<br />

AD. En una serie de estudios se exploró la historia<br />

de consumo de alcohol en víctimas de suicidio,<br />

encontrándose un porcentaje de abusadores<br />

y dependientes de alcohol considerablemente<br />

mayor que en la población general 27 El 21.2% de las<br />

personas con AD del alcohol refirió pensamientos<br />

o consideraciones suicidas en el último año,<br />

en comparación al 7.8% que no tuvo AD del<br />

alcohol. Otros reportes señalan que las personas<br />

alcohólicas cometen suicidio con mayor frecuencia<br />

que el resto de la población.<br />

El abuso de alcohol conlleva actitudes y<br />

conductas violentas. La mayor disponibilidad<br />

de alcohol en barrios o vecindarios donde existe<br />

un número mayor de tiendas o bares que lo<br />

expendan predispone a mayor número de actos<br />

violentos. 28 En un estudio cubano, se encontró<br />

que los mayores inductores de violencia familiar<br />

estuvieron en el grupo de edad de 25-34, todos<br />

de sexo masculino. Asimismo, se apreció que<br />

la variable alcoholismo fue la más evidente, al<br />

encontrarla en 70,8% de los victimarios, y fue el<br />

alcohol la causa condicionante más encontrada<br />

en los actos violentos, generalmente unida a otro<br />

agravante. 29<br />

El grado de satisfacción representa la aceptación<br />

de lo que se es, lo logrado y lo obtenido durante la<br />

vida. Genera y determina nuestra forma de crear y<br />

percibir la realidad circundante, observándose en<br />

la lectura de diversos autores que la dependencia<br />

de una sustancia psicoactiva define en primer<br />

término la insatisfacción del individuo con sus<br />

roles y su significado ante la vida. El 42.8% de<br />

personas sin AD se encontró muy satisfecho con<br />

su aspecto físico frente a un 33.5% con AD. La<br />

satisfacción de los entrevistados con sus estudios<br />

arrojó que un 44.2% con AD refirió estar “nada o<br />

poco” satisfecho, comparativamente con un 28.7%<br />

sin AD. Esto podría evidenciar una dificultad de<br />

reconocimiento de méritos o logros, reforzada por<br />

los estilos de crianza.<br />

El comportamiento epidemiológico del AD<br />

del alcohol en la sociedad latina exige mayor<br />

estudio y conocimiento. Nuestros hallazgos<br />

iniciales contribuyen a conocer un poco más este<br />

perfil epidemiológico en el Perú. Sin embargo,<br />

consideramos necesario estimar en estudios futuros<br />

la prevalencia del AD de alcohol y su asociación<br />

con características sociodemográficas, familiares,<br />

económicas, tendencias violentas y el grado de<br />

satisfacción personal en la población adulta de<br />

Lima Metropolitana en el año 2002. Finalmente,<br />

una de las limitaciones más importantes del<br />

estudio fue la de contar con una base de datos<br />

preelaborada, lo que impidió profundizar o<br />

ampliar el análisis y la asociación de variables de<br />

salud mental.<br />

Conclusiones<br />

La mayor prevalencia de AD del alcohol<br />

estuvo en el grupo etario de 20 a 29, en el<br />

género masculino, los que cursan secundaria/<br />

bachillerato y las personas solteras. Con respecto a<br />

las relaciones familiares, las mayores prevalencias<br />

se encontraron entre los miembros de la familia<br />

que se sentían nada o poco orgullosos de su hogar,<br />

en los que compartían “nada o poco” valores, en<br />

aquellos que nunca o rara vez pasan con su familia<br />

los domingos y en los que recibieron castigos<br />

severos por cosas leves. El AD estuvo presente en<br />

más de la mitad de las personas que presentaron<br />

tendencias violentas y en un tercio de aquellas<br />

con tendencias psicopáticas y pensamientos o<br />

consideraciones suicidas en el último año. En el<br />

área referida la satisfacción con los estudios, cerca<br />

de la mitad de personas con AD declaró estar nada<br />

o poco satisfecha.<br />

Referencias<br />

1. Invertir en Salud Mental. Organización Mundial<br />

de la Salud. Ginebra.2004.<br />

2. Informe sobre la salud en el mundo 2002: Reducir<br />

los riesgos y promover una vida sana. Ginebra,<br />

Organización Mundial de la Salud, 2002.<br />

3. Contradrogas. Encuesta <strong>Nacional</strong> sobre Prevención<br />

y Uso de Drogas. <strong>Instituto</strong> <strong>Nacional</strong> de Estadística<br />

e Informática, Universidad Peruana Cayetano<br />

Heredia, Programa de Naciones Unidas para la<br />

Fiscalización Internacional de Drogas, Oficina<br />

de Asuntos Antinarcóticos de la Embajada de los<br />

Estados Unidos de Norteamérica. 1999.<br />

4. Saavedra,C.,A. Epidemiología de las Dependencia<br />

a Sustancias Psicoactivas en el Perú. Revista de<br />

Neuropsiquiatría. 1994; 57:150-169.<br />

5. Comisión <strong>Nacional</strong> para el Desarrollo y Vida sin<br />

28 Anales de Salud Mental 2010 / Volumen <strong>XXVI</strong> (1)


Rommy Kendall-Folmer; Raquel Pérez Salinas; Yolanda Sanez<br />

Drogas. <strong>DE</strong>VIDA. II. Estudio <strong>Nacional</strong>: Prevención<br />

y Consumo de Drogas en Estudiantes de Secundaria<br />

2007. Lima - Perú. 2009.<br />

6. Comisión <strong>Nacional</strong> para el Desarrollo y Vida<br />

sin Drogas. <strong>DE</strong>VIDA. III Encuesta <strong>Nacional</strong> de<br />

Consumo de Drogas en la Población General del<br />

Perú 2006. Lima – Perú 2009.<br />

7. Problemas de Salud Pública causados por el uso<br />

nocivo del alcohol. 58ª Asamblea Mundial de la<br />

Salud WHA 58.26. Punto 13.14 del orden del día<br />

25 de mayo de 2005.<br />

8. Forselledo, A. y Foster, J. Aproximación al Impacto<br />

del Uso de Drogas en la Mujer. IIN-CICAD/OEA.<br />

Montevideo. 1996.<br />

9. Salinas T. Violencia Intrafamiliar y Consumo de<br />

drogas. Bolivia. 1998. Disponible en: http://www.<br />

cicad.oas.org/Reduccion_Demanda/esp/Mujer/<br />

Mujeres.htm.<br />

10. Comisión <strong>Nacional</strong> para el Desarrollo y Vida sin<br />

Drogas. <strong>DE</strong>VIDA. Encuesta nacional de consumo<br />

de drogas en población general de Perú. 2006.<br />

11. Estudio Epidemiológico en Salud Mental en la<br />

Sierra Peruana. Anales de Salud Mental. <strong>Instituto</strong><br />

Especializado De Salud Mental “Honorio Delgado<br />

– Hideyo Noguchi”. 2003; (XIX), Nº 1 y 2 Lima,<br />

Perú.<br />

12. Estudio Epidemiológico en Salud Mental en la<br />

Selva Peruana. Anales de Salud Mental. <strong>Instituto</strong><br />

Especializado De Salud Mental “Honorio Delgado<br />

– Hideyo Noguchi”. 2003; (XXI), Nº 1 y 2 Lima,<br />

Perú.<br />

13. Estudio Epidemiológico en Salud Mental en<br />

Ayacucho. Anales de Salud Mental. <strong>Instituto</strong><br />

Especializado De Salud Mental “Honorio Delgado<br />

– Hideyo Noguchi”. 2004; (XX), Nº 1 y 2 Lima,<br />

Perú.<br />

14. Kimberly T. Domesticando la Violencia. Alcohol y<br />

las Secuelas de la Guerra. Lima: Idéele; [en línea]<br />

2004. [acceso 18 de agosto de 2005]. Disponible<br />

en: www.idl.org.pe/idlrev/revistas/120/pag56.<br />

htm.<br />

15. <strong>DE</strong>VIDA, Segunda Encuesta <strong>Nacional</strong> sobre<br />

Prevención y Consumo de Drogas. Lima. Artes<br />

Gráficas Peruar. 2da. Edición. 2002.<br />

16. Saludalia.com. España: Saludalia Interactiva. [en<br />

línea] Agosto 2000. [acceso 17 de agosto de 2005].<br />

Disponible en: http://www.saludalia.com/docs/<br />

Salud/web_saludalia/vivir_sano/doc/alcohol_y_<br />

drogas/doc/doc_alcohol_medio_laboral.htm#1<br />

17. CEDRO. Estudios sobre drogas en universitarios de<br />

Lima. Lima. [en línea]. 2004. [acceso 17 de agosto<br />

de 2005]. Disponible en: http://www.cedro.org.<br />

pe/ebooks/universitarios.pdf.<br />

18. Estudio Epidemiológico Metropolitano en Salud<br />

Mental 2002. Anales de Salud Mental. <strong>Instituto</strong><br />

Especializado de Salud Mental “Honorio Delgado<br />

– Hideyo Noguchi”. 2003; (XVIII):1-197. (a)<br />

El cuestionario original de Salud Mental fue<br />

gentilmente proporcionado por el Dr. Jose Posada<br />

Villa, Director de la División del Comportamiento<br />

Humano del Ministerio de Salud de Colombia, en<br />

el marco de estudios anteriores realizados en la<br />

institución.<br />

19. Lecrubier Y, Weiller E, Hergueta T, Amorim P,<br />

Bonora Ll. Lépine J, Baker R, 28 Shehann K, Knapp,<br />

Sheehan. Mini International Neuropsychiatric<br />

Interview. Versión en Español 5.0. (2001). Mini<br />

International Neuropsychiatric Interview. Versión<br />

en Español 5.0.<br />

20. Sheehan DV, Lecrubier Y, Sheehan KH, Amorim P,<br />

Janavs J, Weiller E, Hergueta T, Baker R, Dunbar<br />

GC. The Mini-International Neuropsychiatric<br />

Interview (M.I.N.I.): The Development and<br />

Validation of a Structured Diagnostic Psychiatric<br />

Interview for DSM-IV and ICD-10. J Clin Psychiatry<br />

1998; 59(suppl 20): 22-33<br />

21. INEI. Resumen Ejecutivo. En: Perú: Niveles de<br />

Vida y Pobreza. Encuesta <strong>Nacional</strong> de Hogares<br />

1998. Dirección Técnica de Demografía y Estudios<br />

Sociales, Lima, Agosto de 1999. pp. 9-20.<br />

22. Comisión <strong>Nacional</strong> para el Desarrollo y Vida sin<br />

Drogas. Encuesta <strong>Nacional</strong> de Consumo de Drogas<br />

en Población General de Perú 2006. Lima. Perú.<br />

23. The Century Council. Estados Unidos. [en línea].<br />

[acceso 28 de Octubre de 2005]. Disponible en:<br />

http://www.centurycouncil.org/press/2005/<br />

pr2005-10-19a.html.<br />

24. Centro de Información y Educación para la<br />

Prevención del Abuso de Drogas. Epidemiología<br />

de Drogas en la Población Urbana Peruana 2005.<br />

Monografía de Investigación Nº 24.<br />

25. Moss, H., & Tarter, R. Substance abuse, aggression<br />

and violence. Am J Addict. 1993;2(2):149-160.<br />

26. National Institute on Alcohol Abuse and<br />

Alcoholism Alcohol Alert No. Alcohol, Violence,<br />

and Aggression. 38 October 1997, Updated October<br />

2000.<br />

27. Modesto, J. Tentativa de Suicidio y Alcoholismo.<br />

Rev. Med. Hondur. 1983. (50).<br />

28. Scribner, R. A., MacKinnon, D.P., y Dwyer, J.H.<br />

“The risk of assaultive violence and alcohol<br />

availability in Los Angeles County”. American<br />

Journal of Public Health ,1995; 3(85):335-340.<br />

29. Valdez, J.C., Salasar L., Ariel, y otros. Violencia<br />

Intrafamiliar. Enfoque de género. Rev Cubana Med<br />

Gen Integr 4/2002.<br />

Anales de Salud Mental 2010 / Volumen <strong>XXVI</strong> (1)<br />

29


FACTORES ASOCIADOS AL EPISODIO <strong>DE</strong>PRESIVO EN<br />

EL ADULTO MAYOR <strong>DE</strong> LIMA METROPOLITANA Y CALLAO<br />

FACTORS ASSOCIATED WITH <strong>DE</strong>PRESSIVE EPISO<strong>DE</strong> IN EL<strong>DE</strong>RLY<br />

POPULATION IN METROPOLITAN LIMA AND CALLAO<br />

Psiq. Vilma Paz*<br />

* Médico asistente del<br />

<strong>Instituto</strong> <strong>Nacional</strong> de Salud<br />

Mental “Honorio Delgado –<br />

Hideyo Noguchi”, de Lima,<br />

Perú.<br />

RESUMEN<br />

OBJETIVO: Determinar los factores asociados al<br />

episodio depresivo en los adultos mayores de<br />

Lima Metropolitana y Callao, en el año 2002.<br />

M ÉTODOS: Estudio epidemiológico,<br />

descriptivo, de corte transversal, de diseño<br />

probabilístico, trietápico, que fue parte del<br />

Estudio Epidemiológico Metropolitano de<br />

Salud Mental 2002. La muestra estudiada<br />

comprendió a 632 adultos de 60 años y más<br />

que residían permanente o habitualmente<br />

en viviendas particulares del área urbana de<br />

Lima Metropolitana y Callao. Se utilizaron<br />

instrumentos como la Escala de Calidad<br />

de Vida de Mezzich y colaboradores, el<br />

Cuestionario de Salud Mental de Colombia,<br />

Mini Mental State Examination de Folstein,<br />

MINI (Entrevista Neuro-psiquiátrica<br />

Internacional Versión Española CIE-10 de<br />

Sheehan y colaboradores).<br />

RESULTADOS: En el análisis bivariado se<br />

encontró asociación entre la prevalencia actual<br />

de episodio depresivo con la edad (los adultos<br />

mayores de 75 años y más tuvieron mayor<br />

prevalencia de episodio depresivo); el grado<br />

de satisfacción con el aspecto físico (hubo<br />

mayor prevalencia de episodio depresivo en<br />

los adultos mayores que estaban regularmente<br />

satisfechos con su aspecto físico); el grado de<br />

satisfacción con sus relaciones sociales (hubo<br />

mayor prevalencia de episodio depresivo en<br />

los adultos mayores que se sentían nada o poco<br />

satisfechos con sus relaciones sociales); el grado<br />

de bienestar físico (hubo mayor prevalencia<br />

de episodio depresivo en los adultos mayores<br />

que sentían moderado bienestar físico); el<br />

grado de apoyo social emocional (hubo mayor<br />

prevalencia de episodio depresivo en los adultos<br />

mayores que sentían mucho apoyo social<br />

emocional); el grado de tensión producida por<br />

la salud (hubo mayor prevalencia en los adultos<br />

mayores a quienes la salud les producía mucha<br />

tensión física); la presencia de algún problema<br />

físico y de algún tipo de discapacidad física;<br />

la presencia de dificultad para desempeñar<br />

eficientemente sus funciones como padre,<br />

madre, hijo; y haber deseado morir alguna vez<br />

en la vida (p


Psiq. Vilma Paz<br />

En 1979 la OMS consideraba como adulto<br />

mayor, en los países desarrollados, a las<br />

personas a partir de los 65 años y, en los<br />

países en desarrollo, a partir de los 60 años 2 .<br />

Posteriormente, en 1994, la OPS ajustó la edad<br />

de 65 y más años para considerarlo como “adulto<br />

mayor”.<br />

En 1984, la OMS estableció el uso del término<br />

“adulto mayor” para referirse a las personas de<br />

60 años y más y, a partir de 1996, la ONU las<br />

llamó, “personas adultas mayores” (PAM) 3 .<br />

Según datos de la OMS, el 25% de las personas<br />

adultas mayores de 65 años, padece algún tipo<br />

de trastorno psiquiátrico, siendo la depresión el<br />

más frecuente. Se estima que para el año 2020, la<br />

depresión será la segunda causa de discapacidad<br />

y muerte prematura en países desarrollados,<br />

precedida solamente por las enfermedades<br />

cardiovasculares.<br />

En la depresión del adulto mayor confluyen<br />

varios factores. Biológicos: alteración en la<br />

producción y actividad de neurotransmisores,<br />

así como en la sensibilidad de los receptores,<br />

factores psicosociales: bajo nivel educativo,<br />

pobreza, soledad, pobre soporte socio-familiar,<br />

enfermedades físicas y discapacidad 4 .<br />

Cole MG y Dendukuri N, en una revisión<br />

sistemática y meta-análisis de diversos artículos<br />

publicados entre enero de 1966 a junio del 2001,<br />

encontraron que el duelo, los disturbios del<br />

sueño, la discapacidad, la depresión previa y<br />

el género femenino eran factores asociados<br />

a depresión, entre los adultos mayores de la<br />

comunidad 5 .<br />

M. Pando Moreno, C. Aranda Beltrán, N.<br />

Alfaro Alfaro y P. Mendoza Roal, en una<br />

muestra representativa de 246 adultos mayores,<br />

residentes en la zona metropolitana de la ciudad<br />

de Guadalajara, Jalisco, México, usando la<br />

Escala de Depresión Geriátrica de Brink (EDG),<br />

encontraron una prevalencia de depresión del<br />

36.2%, correspondiendo el 43.2% a mujeres y<br />

el 27.1% a los hombres. Consideraron como<br />

factores de riesgo: la actividad (OR 4.21 para los<br />

desempleados), el estado civil (OR 3.16 para los<br />

viudos/as) y 2.32 para los solteros/as) y la edad<br />

(OR 2.90 para el grupo de 80 a 84 años) 6 .<br />

Lee Y, Choi K, Lee YK, utilizando la data<br />

de una muestra de adultos de 60 años y más,<br />

residentes en asilos de Korea, encontraron<br />

que los diagnosticados con una enfermedad<br />

médica tendían a mostrar mayores puntuaciones<br />

en sintomatología depresiva, hallando que<br />

la co-morbilidad mostraba tendencia a una<br />

relación lineal positiva entre el número de<br />

enfermedades diagnosticadas y la intensidad de<br />

la sintomatología depresiva 7 .<br />

BH Green, JRM Copeland, ME Dewey y col.,<br />

en un estudio prospectivo de 1 070 adultos de<br />

65 y más años, provenientes de las consultas<br />

de médicos generales y entrevistados en la<br />

comunidad tres años más tarde, diagnosticaron<br />

44 casos de depresión. El análisis multivariado<br />

confirmó dos factores significativos: género<br />

femenino y un factor desencadenante, duelo<br />

por el deceso de una persona cercana, ocurrido<br />

dentro de los seis meses 8 .<br />

En Torreón, Coahuila, México, Jesús Alfonso<br />

Martínez- Mendoza, Verónica Aracelli Martínez-<br />

Ordaz y col. realizaron un estudio transversal<br />

prospectivo, aplicando las Escalas de Yesavage<br />

para Depresión, la de Katz y Lawton para<br />

Dependencia y la de Folstein versión Lobo<br />

para Demencia, en 320 personas de 65 y más<br />

años, hospitalizadas entre junio y diciembre<br />

del 2003. Hubo diez pacientes catalogados<br />

como portadores de demencia los cuales fueron<br />

eliminados del estudio. Encontraron depresión<br />

global en el 50% de los pacientes; dependencia<br />

en el 62% de ellos, medida con la Escala de<br />

Katz y en el 75%, con la de Lawton. El análisis<br />

bivariado mostró una asociación significativa<br />

(p


Factores Asociados al Episodio Depresivo en el Adulto Mayor de Lima Metropolitana y Callao<br />

pérdida de la capacidad funcional para una<br />

o más actividades de la vida diaria en el 47%<br />

y 17% de dependencia total, medidas con el<br />

Índice de actividades básicas de la vida diaria<br />

de Katz 10,11 .<br />

Miriam Lisigurski-Teitelman, Luis Varela-<br />

Pinedo y Pedro J. Ortiz-Saavedra, en una muestra<br />

de 90 adultos mayores habitantes de Barranca,<br />

Lima-Perú, utilizando las Escala de Yesavage y<br />

el Indice de Katz ya mencionados, encontraron<br />

41.7% de depresión y 40% de dependencia<br />

física 12 .<br />

En el Estudio Epidemiológico de Salud Integral<br />

de Lima Metropolitana y Callao 2002 - Perú,<br />

realizado por el <strong>Instituto</strong> Especializado de Salud<br />

Mental “Honorio Delgado-Hideyo Noguchi”, en<br />

una muestra aleatoria de 632 adultos mayores<br />

entrevistados, se encontró una prevalencia actual<br />

de episodio depresivo del 9.8%, siendo casi el<br />

doble en el género femenino (12.3%) comparado<br />

con el género masculino (7.0%). 1<br />

Como se ha podido constatar, en el Perú,<br />

la mayoría de estudios, en relación al adulto<br />

mayor, se ha realizado en centros hospitalarios.<br />

Los Estudios Epidemiológicos en Salud Mental,<br />

realizados por el <strong>Instituto</strong> <strong>Nacional</strong> de Salud<br />

Mental “Honorio Delgado-Hideyo Noguchi”,<br />

en diversas ciudades del Perú (2002-2007), son<br />

de los pocos que han incluido a adultos mayores<br />

de la comunidad.<br />

La estructura de la población en el Perú está<br />

experimentando profundos cambios, al igual<br />

que en el resto de países de América Latina y<br />

el Caribe. Al aumentar la esperanza de vida<br />

al nacer y disminuir la tasa de natalidad, como<br />

viene ocurriendo, la proporción de adultos<br />

mayores aumenta. En el Perú, en el año 2007,<br />

los adultos mayores constituían el 9.1% de la<br />

población total (2 486 866). Si bien, en los últimos<br />

35 años, la población en su conjunto, ha crecido<br />

con una tasa promedio anual de 2.0%, durante<br />

ese mismo período, los adultos mayores han<br />

presentado una mayor velocidad de crecimiento<br />

(3.3% anual) 13 .<br />

Esta situación plantea retos, a nivel de los<br />

gobiernos, para implementar políticas de salud<br />

integral para las familias, para atender a sus<br />

integrantes y en particular a los adultos mayores,<br />

proporcionándoles una mejor calidad de vida.<br />

Más aún, tomando en cuenta que la depresión<br />

continúa presentando, a esta edad, mayor<br />

prevalencia en las mujeres que en los varones<br />

y que las mujeres tienen una esperanza de vida<br />

mayor que los varones, se hace necesario estudiar<br />

los factores asociados a ella en el adulto mayor<br />

de Lima Metropolitana y Callao.<br />

Material y métodos<br />

Esta es una investigación descriptiva, de<br />

corte transversal, que forma parte del Estudio<br />

Epidemiológico Metropolitano de Salud Mental<br />

(EEMSM “HD-HN”), realizado en el 2002, en el<br />

área urbana de Lima Metropolitana y Callao.<br />

El muestreo fue probabilístico y trietápico. La<br />

muestra total estuvo conformada por 2 171<br />

hogares y se encuestó a 632 adultos de 60 a más<br />

años. La tasa de no respuesta en el adulto mayor<br />

fue de 2.62%.<br />

Para el estudio del adulto mayor se aplicaron los<br />

módulos de Datos generales, Acceso a servicios,<br />

Salud integral, Relaciones intra-familiares,<br />

Síndromes clínicos A, Síndromes clínicos B y<br />

Módulo de funciones cognoscitivas 1 .<br />

Los instrumentos utilizados fueron: el Índice<br />

de Calidad de Vida de Mezzich y colaboradores,<br />

el Cuestionario de Salud Mental de Colombia,<br />

el Mini Mental State Examination de Folstein<br />

y el MINI (Entrevista Neuro-psiquiátrica<br />

Internacional Versión Española CIE-10 de<br />

Sheehan y colaboradores) 1 .<br />

En el presente estudio, el diagnóstico de<br />

episodio depresivo incluyó tanto el episodio<br />

depresivo único como el trastorno depresivo<br />

recurrente.<br />

Se estimó la prevalencia actual de episodio<br />

depresivo en general y según las categorías de<br />

los factores incluidos en este estudio. Luego, se<br />

realizó un análisis de regresión logística con los<br />

factores mencionados en la tabla 1.<br />

32 Anales de Salud Mental 2010 / Volumen <strong>XXVI</strong> (1)


Psiq. Vilma Paz<br />

Tabla 1.<br />

FACTORES INCLUIDOS EN EL ANÁLISIS<br />

GRUPO<br />

Socio-demográficos<br />

Satisfacción personal<br />

Cohesión familiar<br />

Actividades religiosas<br />

Calidad de vida<br />

Actividades de la vida diaria<br />

(AVD)<br />

Discapacidad<br />

Problema físico<br />

Estresores psicosociales<br />

Indicadores suicidas<br />

FACTORES<br />

Grupo de edad, sexo, estado civil, analfabetismo, nivel educativo, lengua materna, desocupación<br />

Grado de satisfacción con: aspecto físico, inteligencia, nivel económico, estudios, relaciones<br />

sociales<br />

Vergüenza, respeto, apoyo, sentimiento de orgullo, valores y principios morales compartidos por<br />

el adulto mayor y su familia<br />

Asistir a una iglesia o templo, participar activamente en algún grupo específico, leer y consultar<br />

sus sagradas escrituras, transmitirlas a hijos o nietos<br />

Grado de: bienestar físico, bienestar psicológico o emocional, autocuidado y funcionamiento<br />

independiente, funcionamiento ocupacional, funcionamiento interpersonal, apoyo social<br />

emocional, apoyo comunitario, plenitud personal, satisfacción espiritual, calidad de vida global<br />

Dificultades para mantener el aseo del cuerpo, dificultades para desempeñar eficientemente sus<br />

ocupaciones, dificultades para desempeñarse satisfactoriamente en sus funciones como madre,<br />

padre, esposo, hijo, dificultades en sus relaciones interpersonales, dificultades para organizar y<br />

ejecutar AVD<br />

Algún tipo de discapacidad física, discapacidad global<br />

Presencia de algún problema físico<br />

Tensión producida por el trabajo o estudio, tensión producida por los hijos u otros parientes, tensión<br />

producida por la pareja, tensión producida por el dinero, tensión producida por la salud. Tensión<br />

producida por asuntos con la ley<br />

¿Alguna vez en su vida ha deseado morir?<br />

¿Alguna vez ha intentado hacerse daño o quitarse la vida?<br />

El análisis estadístico de los datos se realizó con<br />

el módulo de muestras complejas del programa<br />

SPSS versión 13.<br />

Los encuestados participaron voluntariamente.<br />

Firmaron un consentimiento informado antes<br />

de responder la encuesta. El Comité de Ética del<br />

<strong>Instituto</strong> aprobó la encuesta del Estudio Metropolitano.<br />

Resultados<br />

La muestra estuvo constituida por 632<br />

adultos mayores; de éstos 52.9% eran mujeres,<br />

y aproximadamente la mitad de ellos tuvo como<br />

máximo nivel de instrucción la primaria (51.3%).<br />

El 63.7% estaba casado o convivía, el 30.2% era<br />

viudo, divorciado o separado. El 3,5% estaba<br />

buscando trabajo y el 19.4% había trabajado la<br />

semana anterior. El 9.8% de los adultos mayores<br />

presentó episodio depresivo; fue mayor en el<br />

género femenino (12.3%) que en el masculino<br />

(7.0%) l .<br />

En el análisis bivariado el episodio<br />

depresivo estuvo significativamente asociado<br />

a todos los factores sociodemográficos, siendo<br />

significativamente más prevalente (p


Factores Asociados al Episodio Depresivo en el Adulto Mayor de Lima Metropolitana y Callao<br />

Tabla 2.<br />

EPISODIO <strong>DE</strong>PRESIVO Y FACTORES SOCIO-<strong>DE</strong>MOGRÁFICOS EN EL ADULTO MAYOR <strong>DE</strong><br />

LIMA METROPOLITANA Y CALLAO 2002. (N=632)<br />

EPISODIO <strong>DE</strong>PRESIVO<br />

Edad por grupos<br />

FACTORES<br />

MUESTRA<br />

TOTAL<br />

PRESENTE<br />

AUSENTE<br />

(N) % (N) %<br />

F<br />

P<br />

60 a 74 años<br />

75 a más<br />

493<br />

139<br />

41<br />

23<br />

8,0<br />

15,9<br />

452<br />

116<br />

92,0<br />

84,1<br />

6,256 0.013 **<br />

Sexo<br />

Masculino<br />

Femenino<br />

303<br />

329<br />

21<br />

43<br />

7,0<br />

12,3<br />

282<br />

286<br />

93,0<br />

87,7<br />

3,89 0.049 **<br />

Estado civil<br />

Conviviente y casado<br />

Separado, divorciado y viudo<br />

Soltero<br />

344<br />

254<br />

33<br />

24<br />

38<br />

2<br />

7,4<br />

15,5<br />

5,4<br />

320<br />

216<br />

31<br />

92,6<br />

84,5<br />

94,6<br />

5,004 0.007 **<br />

Nivel educativo<br />

Primaria o menos<br />

Secundaria y Bachillerato<br />

Superior univ. o técnica<br />

352<br />

159<br />

121<br />

47<br />

11<br />

6<br />

13,0<br />

6,8<br />

4,6<br />

305<br />

148<br />

115<br />

87,0<br />

93,2<br />

95,4<br />

3,805 0.024 **<br />

Lengua materna<br />

Castellano<br />

Quechua, aymara u otras<br />

497<br />

135<br />

44<br />

20<br />

8,3<br />

15,5<br />

453<br />

115<br />

91,7<br />

84,5<br />

4,779 0.03 **<br />

Sabe leer y escribir<br />

Sí<br />

No<br />

561<br />

71<br />

51<br />

13<br />

8,3<br />

21,8<br />

510<br />

58<br />

91,7<br />

78,2<br />

8,801 0.003 **<br />

** Significativo p < 0.05<br />

Se observaron asociaciones bivariadas<br />

significativas (p


Psiq. Vilma Paz<br />

Tabla 3.<br />

FACTORES ASOCIADOS AL EPISODIO <strong>DE</strong>PRESIVO. ADULTO MAYOR <strong>DE</strong><br />

LIMA METROPOLITANA Y CALLAO 2002. ANÁLISIS BIVARIADO.<br />

FACTORES ASOCIADOS<br />

¿Qué tan satisfecho se siente con su aspecto físico?<br />

MUESTRA<br />

TOTAL<br />

EPISODIO <strong>DE</strong>PRESIVO<br />

PRESENTE<br />

AUSENTE<br />

(N) % (N) %<br />

OR<br />

SIN<br />

AJUSTAR<br />

IC (95%)<br />

Nada o poco<br />

Regular<br />

Mucho *<br />

82<br />

302<br />

221<br />

20<br />

33<br />

9<br />

31,5<br />

51,5<br />

17,0<br />

62<br />

269<br />

212<br />

10,5<br />

49,4<br />

40,1<br />

7,598<br />

2,889<br />

1<br />

3,293 - 17,532**<br />

1,353 - 6,171**<br />

¿Qué tan satisfecho se siente con sus relaciones<br />

sociales?<br />

Nada o poco<br />

Regular<br />

Mucho *<br />

127<br />

235<br />

241<br />

24<br />

23<br />

14<br />

39,4<br />

36,1<br />

24,6<br />

103<br />

212<br />

227<br />

17,7<br />

39,3<br />

43,0<br />

3,778<br />

1,759<br />

1<br />

1,877 - 7,601 **<br />

0,882 - 3,508<br />

¿Qué tanta tensión o problema le genera la salud?<br />

Nada o poco *<br />

Regular<br />

Mucho<br />

171<br />

176<br />

262<br />

5<br />

11<br />

46<br />

5,6<br />

15,9<br />

78,5<br />

166<br />

165<br />

216<br />

31,1<br />

30,0<br />

38,8<br />

1<br />

2,213<br />

7,07<br />

0,752 - 6,510<br />

2,748 - 18,188 **<br />

Presencia de algún problema físico<br />

Sí<br />

No *<br />

360<br />

264<br />

53<br />

11<br />

84,8<br />

15,2<br />

307<br />

253<br />

54,7<br />

45,3<br />

3,970<br />

1<br />

2,031 - 7,762 **<br />

¿Sufre de algún tipo de discapacidad física?<br />

Sí<br />

No *<br />

115<br />

513<br />

26<br />

37<br />

38,2<br />

61,8<br />

89<br />

476<br />

16,3<br />

83,7<br />

3,758<br />

1<br />

2,167 - 6,516 **<br />

Bienestar físico<br />

Ninguno o poco bienestar<br />

Moderado bienestar<br />

Mucho bienestar *<br />

39<br />

204<br />

381<br />

16<br />

29<br />

18<br />

28,7<br />

45,1<br />

26,2<br />

23<br />

175<br />

363<br />

4,1<br />

31,9<br />

64,1<br />

14,028<br />

3,342<br />

1<br />

3,844 - 41,635 **<br />

1,052 - 5,418 **<br />

Apoyo social emocional<br />

Ninguno o poco apoyo<br />

Moderado apoyo<br />

Mucho apoyo *<br />

46<br />

156<br />

422<br />

8<br />

27<br />

28<br />

12,1<br />

43,0<br />

44,9<br />

38<br />

129<br />

394<br />

6,0<br />

22,7<br />

71,3<br />

2,962<br />

2,945<br />

1<br />

1,261 - 6,954<br />

1,674 - 5,180 **<br />

¿Tiene dificultades para asumir y desempeñar<br />

eficientemente sus funciones como padre, madre,<br />

esposo o hijo?<br />

Ninguna *<br />

Leve, moderada o severa<br />

523<br />

101<br />

39<br />

25<br />

61,3<br />

38,7<br />

484<br />

76<br />

87,1<br />

12,9<br />

1<br />

4,082<br />

2,338 - 7,127 **<br />

¿Alguna vez en tu vida has deseado morir?<br />

Sí<br />

No *<br />

176<br />

453<br />

40<br />

24<br />

63,5<br />

36,5<br />

136<br />

429<br />

23,9<br />

76,1<br />

5,257<br />

1<br />

3,058 - 9,036 **<br />

* Categoría de referencia<br />

** Significativo p £ 0.05<br />

Anales de Salud Mental 2010 / Volumen <strong>XXVI</strong> (1)<br />

35


Factores Asociados al Episodio Depresivo en el Adulto Mayor de Lima Metropolitana y Callao<br />

Tabla 4.<br />

FACTORES ASOCIADOS AL EPISODIO <strong>DE</strong>PRESIVO EN EL ADULTO MAYOR <strong>DE</strong> LIMA METROPOLITANA Y EL CALLAO 2002.<br />

ANÁLISIS MULTIVARIADO<br />

FACTORES<br />

¿Qué tanta tensión o problema le<br />

produce la salud?<br />

MUESTRA<br />

TOTAL<br />

PRESENTE<br />

EPISODIO <strong>DE</strong>PRESIVO<br />

AUSENTE<br />

(N) % (N) %<br />

OR<br />

AJUSTADO<br />

IC (95%)<br />

Nada o poco<br />

Regular<br />

Mucho<br />

171<br />

176<br />

262<br />

5<br />

11<br />

46<br />

5,6<br />

15,9<br />

78,5<br />

166<br />

165<br />

216<br />

31,1<br />

30,0<br />

38,8<br />

1<br />

6,289<br />

3,257<br />

2,053 - 19,230 *<br />

1,431 - 7,463 *<br />

Presencia de algún problema físico<br />

Sí<br />

No<br />

360<br />

264<br />

53<br />

11<br />

84,8<br />

15,2<br />

307<br />

253<br />

54,7<br />

45,3<br />

2,856<br />

1<br />

1,333 - 6,117 *<br />

¿Sufre de algún tipo de discapacidad<br />

física?<br />

Sí<br />

No<br />

115<br />

513<br />

26<br />

37<br />

38,2<br />

61,8<br />

89<br />

476<br />

16,3<br />

83,7<br />

2,718<br />

1<br />

1,350 - 5,472 *<br />

¿Alguna vez en tu vida has deseado<br />

morir?<br />

Sí<br />

No<br />

176<br />

453<br />

40<br />

24<br />

63,5<br />

36,5<br />

136<br />

429<br />

23,9<br />

76,1<br />

4,294<br />

1<br />

2,251 - 8,191 *<br />

* Significativo p < 0.05<br />

Al ajustar el efecto de las variables<br />

sociodemográficas se encontraron asociaciones<br />

significativas entre el episodio depresivo y haber<br />

deseado morir alguna vez en la vida (OR: 4.2, IC:<br />

2.25-8.19), presencia de algún problema físico (OR:<br />

2.86; IC: 1.33-6.12). El episodio depresivo también<br />

se asocia significativamente con sufrir algún tipo<br />

de discapacidad física (OR: 2.7; IC: 1.35-5.47).<br />

Discusión<br />

Utilizando el MINI, el Cuestionario de Salud<br />

Mental de Colombia, el Índice de Calidad de<br />

Vida de Mezzich y col., hemos encontrado mayor<br />

prevalencia de episodio depresivo en los adultos<br />

mayores de 75 y más años, en el sexo femenino,<br />

en los separados, viudos y divorciados, en los<br />

de menor nivel educativo, en los analfabetos y<br />

en aquellos cuya lengua materna es el quechua,<br />

aymara u otra diferente al castellano. Pando<br />

Moreno M y col. encontraron, usando como<br />

instrumento la escala de Depresión Geriátrica de<br />

Brink (EDG), mayor prevalencia de depresión en<br />

las mujeres, en el grupo de 80 a 84 años, en los<br />

desempleados, en los viudos y en los solteros,<br />

considerando a estos cuatro últimos factores como<br />

de riesgo (según sus OR). Nosotros encontramos,<br />

en el análisis bivariado, asociación entre episodio<br />

depresivo y: el estado civil (separados, viudos y<br />

divorciados), el nivel educativo y los que hablan<br />

quechua, aymara u otro idioma diferente al<br />

castellano. También fue mucho mayor en los<br />

analfabetos.<br />

En nuestro estudio, la regresión logística<br />

confirmó asociación de episodio depresivo con:<br />

la tensión generada por la salud, la presencia de<br />

algún problema físico, la presencia de algún tipo<br />

de discapacidad física y el haber deseado morir<br />

alguna vez en la vida. Nuestros hallazgos coinciden<br />

con los reportados por Jesús Alfonso Martínez-<br />

Mendoza y col. Ellos encontraron, en adultos<br />

mayores hospitalizados, y utilizando las Escalas<br />

de Yesavage para Depresión, Katz y Lawton<br />

para Dependencia y la de Folstein versión Lobo<br />

para Demencia (descartaron a diez pacientes con<br />

demencia), que en la regresión logística persistió<br />

36 Anales de Salud Mental 2010 / Volumen <strong>XXVI</strong> (1)


Psiq. Vilma Paz<br />

asociación de depresión con: sexo femenino, vivir<br />

solo, dependencia y estar hospitalizado en un<br />

Servicio de Medicina Interna 10 .<br />

No hemos encontrado asociación con el<br />

sexo femenino, como sí está reportado en la<br />

mayoría de estudios revisados; tal vez porque<br />

las otras variables referidas a la salud física, al<br />

ser introducidas en el modelo final, fueron más<br />

importantes.<br />

La presencia de un problema físico estuvo<br />

asociada con episodio depresivo, lo cual coincide<br />

con el estudio realizado en Colombia, entre los<br />

años 2000 y 2001, en 1 116 adultos de 18 años y<br />

más, residentes en viviendas particulares.<br />

Ellos encontraron mayor prevalencia de<br />

depresión en las personas mayores de 45 años.<br />

Entre los factores asociados con depresión,<br />

estuvieron: ser mujer, el considerar el estado de<br />

salud propio como regular o malo y sufrir de<br />

dolores o molestias 14 .<br />

Los resultados obtenidos muestran la necesidad<br />

de elaborar programas de prevención y detección<br />

precoz de enfermedades físicas, especialmente<br />

de aquellas que pueden llevar a la discapacidad<br />

por sus complicaciones (diabetes mellitus,<br />

hipertensión arterial). De esta manera se puede<br />

disminuir el riesgo de hacer depresión en los<br />

adultos mayores.<br />

También es conveniente desarrollar programas<br />

de detección precoz para depresión y de<br />

seguimiento en la población que aún no ha hecho<br />

la enfermedad, pero que ha presentado deseos<br />

de morir alguna vez en su vida. El haber<br />

presentado deseos de morir alguna vez en la<br />

vida podría constituirse en un factor predictivo<br />

de que la persona va a hacer depresión en algún<br />

momento de su vida El estudio tiene varias<br />

limitaciones: como en toda encuesta, la calidad<br />

de la información dependió de la veracidad en las<br />

respuestas de los encuestados. En este estudio, el<br />

diagnóstico de episodio depresivo se basó en estas<br />

respuestas y no en un examen clínico.<br />

En nuestro medio se han realizado pocos<br />

estudios en adultos mayores de la comunidad.<br />

Este estudio aporta información sobre la depresión<br />

en este segmento poblacional.<br />

Conclusión<br />

El episodio depresivo en el adulto mayor de<br />

Lima Metropolitana y Callao estuvo asociado con<br />

tensión generada por la salud física, presencia de<br />

algún problema físico, discapacidad física y con<br />

haber deseado morir alguna vez en la vida.<br />

Referencias<br />

1 <strong>Instituto</strong> Especializado de Salud Mental “Honorio<br />

Delgado-Hideyo Noguchi”, Estudio Epidemiológico<br />

Metropolitano en Salud Mental 2002. Informe<br />

General. Anales de Salud Mental. Vol XVIII. Año<br />

2002. No. 1 y 2. 131-146. Lima, Perú.<br />

2 OMS 1979, Acuerdo de Kiev. En 1994, la OPS ajustó<br />

la edad de 65 años y más para considerar como<br />

adulto mayor.<br />

3 Naciones Unidas, 1996. Resolución 50/141 aprobada<br />

en Asamblea General.<br />

4 Principios de Geriatría y Gerontología. Depresión<br />

en el Adulto mayor. Mariella Guerra Arteaga. p 350.<br />

Universidad Peruana Cayetano Heredia. <strong>Instituto</strong><br />

de Gerontología. Primera edición. Lima, marzo del<br />

2003. Edición Luis Varela Pinedo.<br />

5 Cole MG, Dendukuri N. Risk factors for depression<br />

among elderly community subjects: a systematic<br />

review and meta_analysis. Am J. Psychiatry, 2003<br />

Jun; 160(6):1147-56.<br />

6 Pando Moreno N, Aranda Beltrán C, Alfaro Alfaro<br />

N, Mendoza Roaf P. Prevalencia de depresión en<br />

adultos mayores en una población urbana. Revista<br />

Española de Geriatría y Gerontología. 2001 MAR;<br />

36(3).<br />

7 Lee Y, Choi K, Lee YK. Association of commorbility<br />

with depressive symptoms in community dewelling<br />

older persons. Gerontology 2001:47(5):254-62.<br />

8 BH Green, JRM Copeland, ME Dewey, V Sharma, PA<br />

Saunders, IA Davidson, C Sullivan, C McWilliam.<br />

Risk factors for depression in elderly people: a<br />

prospective study. Acta Psychiatrica Scandinavica<br />

86(3), 213-217.doi:10.1111/j.1600-0447-1992.<br />

tb03254.x.<br />

9 Martínez-Mendoza J.A, Martínez-Ordaz V.A,<br />

Esquivel-Molina C.G, Velasco-Rodríguez V.M.<br />

Prevalencia de depresión y factores de riesgo en el<br />

adulto mayor hospitalizado. Rev.Med. IMSS 2007;<br />

45(1):21-28.<br />

10 Varela-Pinedo Luis, Chávez-Jimeno Helver,<br />

Herrera-Morales Antonio, Ortiz-Saavedra Pedro<br />

y Chigne Verástegui Oscar. Valoración geriátrica<br />

Anales de Salud Mental 2010 / Volumen <strong>XXVI</strong> (1)<br />

37


Factores Asociados al Episodio Depresivo en el Adulto Mayor de Lima Metropolitana y Callao<br />

integral en adultos mayores hospitalizados a nivel<br />

nacional. Diagnóstico Vol 43 No.2 Marzo-Abril<br />

2004.<br />

11 Katz, S., Ford, A.B., Moskowitz, A.W., Jakson,<br />

B.A., Jaffe, M.W. Studies of Illness in the Aged.<br />

The Index of ADL: A Standardized Measure of<br />

Biological and Psychosocial Function. JAMA 1963;<br />

185: 914-919.<br />

12 Lisigursky-Teitelman Miriam, Valera-Pinedo<br />

Luis, Ortiz-Saavedra Pedro. Valoración Geriátrica<br />

Integral en una población de adultos mayores.<br />

(spmi7Vol 15_N1/encabezado.htm).<br />

13 INEI, Censos <strong>Nacional</strong>es 2007: XI de Población y<br />

VI de Vivienda. Perfil demográfico del Perú.<br />

14 Gómez-Restrepo C, Bohórquez A, Pinto Masis<br />

D, Gil Laverde JFA, Rondón Sepúlveda M, Díaz-<br />

Granados N. Prevalencia de depresión y factores<br />

asociados con ella en la población colombiana. Rev<br />

Panam Salud Pública.2004; 16(6):378-86.<br />

Agradecimientos<br />

A David Chanduví Puicón por su valioso apoyo en el<br />

procesamiento estadístico, sin el cual esta investigación<br />

no hubiera sido posible.<br />

A la Dra. Ysela Agüero por su asiduo asesoramiento.<br />

Al Dr. Javier Saavedra, al Dr. Yuri Cutipé, a Dario<br />

Fabian y todas las personas que de alguna u otra forma<br />

contribuyeron al desarrollo de esta investigación.<br />

Al Dr. Alarcón por su valiosa asesoría final.<br />

38 Anales de Salud Mental 2010 / Volumen <strong>XXVI</strong> (1)


SÍNDROMES FOLKLÓRICOS EN CUATRO CIUDA<strong>DE</strong>S<br />

<strong>DE</strong> LA SIERRA <strong>DE</strong>L PERÚ<br />

Prevalencia de vida, asociación con tres síndromes psiquiátricos y sistemas de atención<br />

FOLK SYNDROME IN FOUR CITIES IN THE PERUVIAN HIGHLANDS<br />

Lifetime prevalence, association with three psychiatric syndromes and systems of attention<br />

Psiq. Eduardo<br />

Bernal García*<br />

* Psiquiatra asistente de la<br />

Dirección de Investigación<br />

del INSM “Honorio Delgado-<br />

Hideyo Noguchi”<br />

* Psychiatrist assistant of the<br />

Direction of Investigation<br />

of the INSM “Honorio<br />

Delgado-Hideyo Noguchi”<br />

RESUMEN<br />

OBJETIVO: A partir de datos obtenidos del<br />

estudio epidemiológico en cuatro ciudades<br />

de la sierra peruana, se exploraron las<br />

características actuales de los síndromes<br />

populares, la prevalencia, asociaciones<br />

y relaciones que podría haber entre<br />

síndromes populares con algunos síntomas<br />

psicológicos.<br />

MÉTODOS: Estudio descriptivo de corte<br />

transversal, en 4 806 personas adultas<br />

de las ciudades de Cajamarca, Huaraz,<br />

Ayacucho y Puno. Variables analizadas:<br />

sociodemográficas, síndromes folklóricos,<br />

agentes sanadores, métodos de diagnóstico<br />

y tratamiento, prevalencia, asociación de<br />

síndromes folklóricos con tres síndromes<br />

psicológicos.<br />

RESULTADOS: Los síndromes folklóricos<br />

“susto”, “daño”, “mal de ojo”, “aire” y<br />

“chucaque” tienen vigencia. Se encontró<br />

prevalencia alta para “susto”: en Ayacucho<br />

y Huaraz. Para “aire”, en Ayacucho y Puno;<br />

“chucaque” en Cajamarca; “daño” en Puno<br />

y Ayacucho; y “mal de ojo” en Huaraz y<br />

Cajamarca. Existe relación por asociación<br />

entre síndromes folklóricos y tres síndromes<br />

psicológicos. La población resuelve sus<br />

problemas de salud acudiendo a más de un<br />

sistema de salud.<br />

CONCLUSIONES: Los síndromes folklóricos en el<br />

Perú tienen vigencia. La población reconoce:<br />

signos, síntomas, métodos de diagnóstico,<br />

de tratamiento y los agentes sanadores. La<br />

población que consultó por un síndrome<br />

folklórico estuvo relacionada con personas<br />

que tuvieron mayor posibilidad de desarrollar<br />

por asociación algún síndrome psiquiátrico,<br />

frente al que no consultó.<br />

PALABRAS CLAVE: Epidemiología, Medicina<br />

folklórica, tradicional, popular.<br />

SUMMARY<br />

OBJECTIVE: Based on the results of the<br />

epidemiological study in four cities of<br />

the Peruvian Andes, it was explored the<br />

current characteristics of popular syndromes,<br />

prevalence, associations and relations that could<br />

exist between popular syndromes and some<br />

psychological symptoms.<br />

METHODS: Descriptive epidemiological crosssectional<br />

type in 4 806 adult persons of the<br />

cities of Cajamarca, Huaraz, Ayacucho, and<br />

Puno. Analyzed variables: socio-demographic,<br />

folkloric syndromes, healer agents, methods of<br />

diagnosis and treatment, prevalence, association<br />

between folkloric syndromes and three psychological<br />

syndromes.<br />

RESULTS: The folkloric syndromes: “susto”<br />

(fright), “daño” (curse), “mal de ojo” (evil<br />

eye), “aire” (air), and “chucaque” (some kind<br />

of headache or pain) are still current. It was<br />

found high prevalence for “susto” (fright)<br />

in Ayacucho and Huaraz. For “aire” (air) in<br />

Ayacucho and Puno; “chucaque” (some kind of<br />

headache or pain) in Cajamarca; “daño” (curse)<br />

in Puno and Ayacucho; and “mal de ojo” (evil<br />

eye) in Huaraz and Cajamarca. Relation exists<br />

for association between folkloric syndromes<br />

and three psychological syndromes. Population<br />

solves their health problems attending to more<br />

than one health system.<br />

CONCLUSIONS: The folkloric syndromes in<br />

Peru are still current; population recognizes:<br />

signs, symptoms, methods of diagnosis and<br />

treatment, and healer agents. The population,<br />

who consulted for a folkloric syndrome, was<br />

related to persons who had major possibility of<br />

developing as an association some psychiatric<br />

syndrome opposite to persons who did not<br />

consult.<br />

KEY WORD: Epidemiology; folkloric, traditional<br />

or popular medicine.<br />

A partir de información obtenida del<br />

estudio epidemiológico en salud mental que<br />

realiza el <strong>Instituto</strong> <strong>Nacional</strong> de Salud Mental<br />

“H. Delgado-H. Noguchi”, se explora en cuatro<br />

ciudades de la sierra peruana, Cajamarca, Huaraz,<br />

Ayacucho y Puno, las características actuales<br />

de los síndromes folklóricos, la prevalencia,<br />

asociaciones y relaciones entre síndromes<br />

folklóricos con tres síndromes de tipo psicológico:<br />

trastorno de ansiedad, episodio depresivo<br />

e indicadores psicóticos, privilegiándose la<br />

perspectiva de los entrevistados. En el presente<br />

estudio se define como síndrome folklórico,<br />

tradicional, popular a: “cuadros clínicos que el<br />

pueblo califica o reconoce como enfermedad;<br />

les asigna un nombre, una etiología e indica<br />

procedimientos de diagnóstico, pronóstico y de<br />

1, 2.<br />

tratamiento y tienen vigencia tradicional”<br />

Anales de Salud Mental 2010 / Volumen <strong>XXVI</strong> (1), pp 39-48<br />

39


Síndromes Folklóricos en Cuatro Ciudades de la Sierra del Perú<br />

Con motivo del estudio epidemiológico que<br />

el <strong>Instituto</strong> <strong>Nacional</strong> de Salud Mental “Honorio<br />

Delgado-Hideyo Noguchi” realiza en diferentes<br />

ciudades del Perú, se incluye un cuestionario con<br />

preguntas relacionadas con aspectos médicos<br />

folklóricos y populares peruanos. Previo a ello<br />

se revisó la bibliografía existente al respecto. Se<br />

encuentra que los estudios realizados por los<br />

investigadores del pasado, en la casi totalidad de<br />

casos están referidos a ámbitos locales o regionales,<br />

y para todas las localidades se describen los<br />

mismos síndromes con leves diferencias y muchas<br />

veces con diferentes denominaciones; estos estudios<br />

fueron descriptivos; no se encuentra estudios que<br />

reporten datos epidemiológicos. Se encontró que<br />

el “susto” es el síndrome folklórico más estudiado<br />

y mejor sistematizado en la sierra. De el se tiene<br />

abundante descripción y explicación. En la costa<br />

y selva es él “daño” el síndrome que se encuentra<br />

bien documentado en cuanto a sus sanadores,<br />

sustancias alucinógenas y otros elementos que se<br />

usan durante el ceremonial terapéutico popular.<br />

En todas las regiones también se han investigado,<br />

además del “daño”, los síndromes “susto”, “mal de<br />

ojo” “aire” y “chucaque”; todos estos estudios en<br />

su mayoría están realizados desde la perspectiva<br />

académica de los investigadores. Se encuentra que<br />

los síntomas y signos de los síndromes folklóricos<br />

descritos son inespecíficos y son descritos con la<br />

misma terminología que se aplica para los del<br />

sistema médico. También se encuentra que la<br />

población, para resolver sus problemas de salud,<br />

acude a más de un sistema de atención, pudiendo<br />

ser este de tipo médico, folklórico, popular, o<br />

ningún sistema. La sintomatología descrita en los<br />

síndromes folklóricos, motivo del presente trabajo,<br />

corresponde a síntomas psicológicos populares o<br />

una combinación de ambos. Entre los síntomas<br />

psicológicos que más mencionan los autores<br />

consultados se encuentran: ansiedad, depresión<br />

y síntomas aparentemente de tipo paranoide.<br />

Los síntomas populares corresponden a aspectos<br />

mágico-religiosos.<br />

Justificación<br />

La escasa cobertura de salud en el Perú<br />

condiciona que sólo un 25% tenga acceso<br />

a los servicios de salud. El 50% tiene algún<br />

grado de accesibilidad a ellos, y el otro 25%<br />

se halla totalmente desprotegido, recurriendo<br />

aparentemente a la medicina folklórica,<br />

tradicional o popular. En el Perú las necesidades<br />

de salud de nuestra población son, desde antaño,<br />

satisfechas aparentemente por dos sistemas<br />

paralelos de atención: el de la medicina oficial<br />

y el de la medicina folklórica. Esto evidencia la<br />

recurrencia a distintas fuentes de tratamiento por<br />

la población 3 .<br />

La Organización Mundial de la Salud (OMS<br />

1978) afirma que “ya que la medicina folklórica<br />

ha demostrado tener una utilidad intrínseca, debe<br />

promovérsele y desarrollar sus potencialidades<br />

para un uso más amplio en beneficio de la especie<br />

humana. Debe evaluársele y dársele el debido<br />

reconocimiento y desarrollo para mejorar su<br />

eficacia, seguridad, disponibilidad y una extensa<br />

aplicación a bajo costo 4 . “<br />

En referencia a la variedad de modelos de<br />

atención, estudios realizados en poblaciones,<br />

Alvarado, citado por Pederson (1988), dice:<br />

“En estudios de morbilidad en poblaciones<br />

abiertas, y de las experiencias acumuladas por<br />

distintos investigadores en diferentes países de<br />

Asia, África, y América Latina, se ha puesto en<br />

evidencia la multiplicidad de usos terapéuticos y<br />

la recurrencia a distintas fuentes de tratamiento<br />

por la población. Estos autores señalan, que<br />

una significativa mayoría de los episodios de<br />

enfermedad reportados se manejan por fuera de<br />

los sistemas de atención médica oficial, ya sea<br />

recurriendo a otros sistemas alternativos, como<br />

los que ofrecen entre otros la medicina folklórica,<br />

o bien a la auto-medicación, o simplemente<br />

no tomando iniciativa ni acción deliberada<br />

alguna para modificar la evolución del episodio<br />

reportado 5 ; en la misma línea Freidson y Marriot,<br />

citados por COE (1973), dicen que la mayoría de<br />

personas enfermas intentan el autodiagnóstico y<br />

tratamiento 6 .<br />

En cuanto a la riqueza e importancia de los<br />

estudios realizados en esta línea, Glass (1988)<br />

dice que la bibliografía peruana es rica en<br />

calidad, cantidad y variedad en esta área, gracias<br />

a estudios realizados por científicos peruanos y<br />

extranjeros en los últimos 50 años 7 .También, otros<br />

autores han afirmado que la medicina folklórica,<br />

y por ello la psiquiatría folklórica, tiene líneas<br />

importantes de investigación 8,9,10,11,12 .<br />

En 1982, en el Primer Seminario de Investigación<br />

en Salud Mental, realizado en Lima, se reiteró<br />

40 Anales de Salud Mental 2010 / Volumen <strong>XXVI</strong> (1)


Psiq. Eduardo Bernal García<br />

la necesidad de su estudio 13 . En relación a la<br />

investigación, Bernal (1985) dice que en un país<br />

como el Perú, en el que probablemente gran<br />

parte de la población es asistida por brujos y<br />

otros sanadores de la medicina folklórica, las<br />

investigaciones de este tipo son de carácter<br />

prioritario 14 .<br />

En relación a las investigaciones realizadas en<br />

la población para estudiar las características de<br />

los síntomas y síndromes folklóricos peruanos,<br />

así como en el intento de actualizar el estudio<br />

de la nosografía psiquiátrica peruana, Zapata<br />

(1964) dice que en el Perú ya se habían realizado<br />

este tipo de estudios por investigadores como<br />

Valdizán, Maldonado, Sal y Rosas, Monge y<br />

Seguín, aparte de la información de numerosos<br />

cuadros culturales descritos en la bibliografía<br />

internacional 15 .<br />

Hermilio Valdizán junto a Angel Maldonado<br />

recopilan, exponen y analizan el folklor médico<br />

del Perú, en su obra Medicina Popular Peruana,<br />

en la que los autores estudian con amplitud<br />

todas aquellas prácticas médicas de nuestros<br />

remotos antepasados. Se muestran las diversas<br />

expresiones folklóricas de nuestra medicina<br />

popular, como los mitos médicos en torno a las<br />

divinidades y fantasmas, al “susto”, el “huaira”<br />

(o aire), el “chucaque”, la “irijua” (o el ojeo) y la<br />

“tricadura” y el tema de la brujería 16 .<br />

Valdivia (1986), Frisancho (1988) y Seguín<br />

(1964), revisan las definiciones de términos como:<br />

síndrome cultural, síndrome popular, síndrome<br />

tradicional, síndrome folklórico y otros que se<br />

usan como sinónimos y proponen llamarlos<br />

síndromes folklóricos. 1,17,18 Ello, en razón de ser<br />

anónimos, no tener un creador conocido, ser<br />

empleados por las clases llamadas populares, ser<br />

tradicionales, por trasmitirse de padres a hijos,<br />

ser plásticos, pues varían según los lugares y<br />

tiempos; ser funcionales, cumpliendo un rol en<br />

la comunidad y ubicándose en el espacio y el<br />

tiempo. En el presente trabajo a estos síndromes<br />

se les menciona como “síndromes folklóricos”.<br />

Por otro lado, la mayoría de estudios de<br />

orden social, médico y popular sobre medicina<br />

folklórica no han sido programados con un rigor<br />

metodológico 17 que permita una sistematización<br />

de ellos; así tampoco se había realizado antes un<br />

estudio epidemiológico en que se intente explorar,<br />

no sólo los síndromes folklóricos peruanos, sino<br />

también los sanadores que los resuelven, sus<br />

estrategias diagnósticas y de tratamiento.<br />

Son estos problemas los que este estudio<br />

intenta contribuir a resolver, con la información<br />

que se ha recogido y que se encuentra en la base<br />

de datos del Estudio Epidemiológico de la Sierra<br />

del Perú 2003 en las ciudades de Cajamarca,<br />

Huaraz, Ayacucho y Puno.<br />

Objetivos<br />

Objetivos generales<br />

Conocer aspectos actuales de los síndromes<br />

folklóricos en cuatro ciudades de la sierra del<br />

Perú, determinar prevalencia de vida, el tipo de<br />

relaciones entre síndromes folklóricos con tres<br />

síntomas de tipo psicológico (angustia, depresión<br />

e indicadores psicóticos) del sistema médico.<br />

Objetivos específicos<br />

- Determinar la vigencia y prevalencia de los<br />

síndromes folklóricos.<br />

- Verificar si la población identifica a sanadores<br />

de medicina folklórica.<br />

- Averiguar qué métodos de diagnóstico y<br />

de tratamiento utilizan los sanadores de<br />

medicina popular.<br />

- Establecer, desde el punto de vista del modelo<br />

médico, que síntomas y signos corresponden<br />

a los síndromes folklóricos.<br />

- Averiguar si la población estudiada utiliza<br />

paralelamente el sistema médico y el sistema<br />

folklórico u otros, para resolver sus problemas<br />

de salud.<br />

- Identificar, en personas que alguna vez en<br />

su vida fueron portadoras de un síndrome<br />

folklórico, si presentaron en algún momento<br />

de su vida sintomatología de tipo angustia,<br />

depresión o síntomas paranoides.<br />

- Construir una clasificación de los principales<br />

síndromes folklóricos, contribuyendo así<br />

a actualizar la nosografía psiquiátrica<br />

peruana.<br />

Material y métodos<br />

Para la aplicación de la encuesta de este<br />

estudio, se escogieron cuatro ciudades de la<br />

sierra del Perú: Cajamarca, Huaraz, Ayacucho y<br />

Anales de Salud Mental 2010 / Volumen <strong>XXVI</strong> (1)<br />

41


Síndromes Folklóricos en Cuatro Ciudades de la Sierra del Perú<br />

Puno. Se presenta información relacionada con<br />

indicadores básicos de salud y tipo demográfico<br />

por considerarlos de importancia para hacer<br />

análisis.<br />

Cajamarca<br />

La ciudad de Cajamarca, es la capital del<br />

departamento del mismo nombre; está ubicada<br />

en la sierra norte del Perú a 2 750 msnm. Con 100<br />

180 habitantes, una población rural de 72.8% y<br />

no asegurada de 63,6%. Cuenta con 321 médicos<br />

y 574 enfermeros.<br />

Huaraz<br />

Es la capital del departamento de Ancash<br />

y tiene 1 154 523 habitantes. Ubicada en zona<br />

central de la sierra del Perú. Una población rural<br />

de 37,7% y no asegurada de 40,7%. Cuenta con<br />

513 médicos y 458 enfermeras.<br />

Ayacucho<br />

Es la capital del Departamento del mismo<br />

nombre y tiene 581 656 habitantes. Ubicada en la<br />

parte central y meridional del Perú. Una población<br />

rural de 46,6% y no asegurada de 60,9%. Cuenta<br />

con 191 médicos y 361 enfermeras.<br />

Puno<br />

Su capital es Puno, situada a 3 827 msnm. Es<br />

la capital del departamento de Puno que limita<br />

con Bolivia y cuenta con 1 313 571 habitantes. La<br />

población rural es del 57,5% y la que no cuenta<br />

con seguro corresponde al 70,8%. Tiene 465<br />

médicos y 656 enfermeras.<br />

Este es un estudio de tipo descriptivo<br />

epidemiológico de corte transversal. La población<br />

investigada comprendió a personas adultas<br />

residentes en viviendas particulares de las<br />

ciudades de Cajamarca, Huaraz, Ayacucho y<br />

Puno.<br />

El marco muestral empleado fue el del <strong>Instituto</strong><br />

<strong>Nacional</strong> de Estadística e Informática, elaborado<br />

sobre la base del pre-censo de 1999.<br />

La muestra fue de tipo probabilístico, en tres<br />

etapas, con selección sistemática y proporcional<br />

al tamaño de las unidades.<br />

La muestra para el módulo socio cultural estuvo<br />

constituida por 4 806 adultos entrevistados; de<br />

Cajamarca 1 309, Huaraz 935, Ayacucho 1<br />

253, y Puno 1 309. Las preguntas en relación<br />

a síndromes folklóricos se hicieron mediante<br />

el cuestionario denominado Módulo sociocultural<br />

y de desastres, que tiene 15 preguntas<br />

sobre síndromes folklóricos y 8 relacionadas con<br />

desastres.<br />

La encuesta se realizó a nivel urbano. Se<br />

empleó el método de entrevista directa, mediante<br />

personal debidamente capacitado.<br />

Se solicitó un consentimiento informado antes<br />

del inicio de la encuesta.<br />

Se realizaron los análisis estadísticos en un<br />

Computador Pentium IV, mediante el programa<br />

estadístico SPSS versión 13.<br />

Se realizaron análisis estadísticos descriptivos<br />

como frecuencias y medidas de tendencia central;<br />

se estimaron prevalencias y se utilizó el OR<br />

para evaluar la asociación entre cada uno de los<br />

trastornos de ansiedad, episodios depresivos<br />

e indicadores paranoides y los síndromes<br />

folklóricos.<br />

Resultados<br />

Los síndromes folklóricos “susto”, “daño”,<br />

“mal de ojo”, “aire” y “chucaque”, descritos<br />

desde antaño por los investigadores nacionales<br />

y extranjeros en medicina folklórica y en el área<br />

de psiquiatría folklórica, tienen vigencia, son<br />

identificados y reconocidos por la población<br />

encuestada, la que sabe a qué sanador de<br />

medicina folklórica acudir para resolver los<br />

síndromes folklóricos que los aquejan.<br />

Los síntomas y signos de los síndromes<br />

folklóricos de las cuatro ciudades de la sierra del<br />

Perú son inespecíficos y estuvieron constituidos<br />

por: sueño intranquilo, malestar general, cefalea,<br />

cansancio, náuseas, vómito, diarrea, dolor<br />

abdominal, tristeza, pena, decaimiento, desgano,<br />

escalofríos, pérdida de peso, fiebre, palpitaciones,<br />

desesperación, miedos y fobias.<br />

En general, el síndrome folklórico con<br />

prevalencia más alta en las ciudades de la sierra<br />

es “susto” (Tabla 1).<br />

42 Anales de Salud Mental 2010 / Volumen <strong>XXVI</strong> (1)


Psiq. Eduardo Bernal García<br />

Tabla 1.<br />

SÍNDROMES FOLKLÓRICOS, PREVALENCIA <strong>DE</strong> VIDA EN CUATRO<br />

CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> LA SIERRA EESM-2003<br />

CIUDA<strong>DE</strong>S<br />

DAÑO<br />

%<br />

SÍNDROMES FOLKLÓRICOS<br />

SUSTO<br />

%<br />

OJEO<br />

%<br />

AIRE<br />

%<br />

CHUCAQUE<br />

%<br />

Cajamarca 2,3 14,6 4,6 6,7 46,5<br />

Huaraz 3,6 28,6 6,5 15,2 11,7<br />

Ayacucho 5,2 31,5 2,6 38,2 1,3<br />

Puno 10.0 14,7 1,3 17,6 0,4<br />

Fijando el “daño” como referencia, se calculó<br />

una razón entre la prevalencia de “susto”,<br />

“ojeo”, “aire” y “chucaque”; así por ejemplo,<br />

en Cajamarca, por cada caso de “daño” que se<br />

consulta, se hace lo mismo 6,3 veces por “susto”,<br />

2,0 por “mal de ojo”, 2,9 por “aire” y 20,0 por<br />

“Chucaque” (Tabla 2).<br />

Tabla 2.<br />

RAZÓN ENTRE LA PREVALENCIA <strong>DE</strong> VIDA <strong>DE</strong> SÍNDROMES<br />

FOLKLÓRICOS Y “DAÑO” EN CUATRO CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> LA SIERRA<br />

EESM-2003<br />

CIUDA<strong>DE</strong>S<br />

RAZÓN ENTRE LOS SÍNDROMES FOLKLÓRICOS Y “DAÑO”<br />

DAÑO<br />

%<br />

SUSTO<br />

%<br />

OJEO<br />

%<br />

AIRE<br />

%<br />

CHUCAQUE<br />

%<br />

Cajamarca 1,0 6,3 2,0 2,9 20,0<br />

Huaraz 1,0 7,9 1,8 4,2 3,3<br />

Ayacucho 1,0 6,0 0,5 7,3 0,3<br />

Puno 1,0 1,5 0,1 1,8 0,0<br />

Se evaluó la relación de asociación entre los<br />

síndromes folklóricos y la ocurrencia de tres<br />

síndromes psiquiátricos: trastorno de ansiedad,<br />

episodio depresivo e indicadores psicóticos.<br />

En cuanto a asociación con trastorno de<br />

ansiedad, se encontró que “daño” está asociado<br />

significativamente en las ciudades de Huaraz,<br />

Ayacucho y Puno. “Susto” está asociado<br />

significativamente en Ayacucho y Puno. “Aire” y<br />

“chucaque” están significativamente asociados en<br />

Ayacucho. No se encontró asociación significativa<br />

alguna de “mal de ojo” con trastorno de ansiedad<br />

en ninguna de las ciudades de la sierra estudiadas<br />

(Tabla 3).<br />

Tabla 3.<br />

RELACIÓN ENTRE SÍNDROMES FOLKLÓRICOS Y<br />

TRASTORNO <strong>DE</strong> ANSIEDAD EN CUATRO CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> LA SIERRA<br />

EESM-2003<br />

CIUDA<strong>DE</strong>S<br />

DAÑO<br />

OR<br />

RELACIÓN<br />

S. FOLKLÓRICOS – T. <strong>DE</strong> ANSIEDAD<br />

SUSTO<br />

OR<br />

AIRE<br />

OR<br />

CHUCAQUE<br />

OR<br />

Cajamarca - - - -<br />

Huaraz<br />

Ayacucho<br />

Puno<br />

2,8<br />

(1.440,5.347)<br />

2,5<br />

(1.416,4.307)<br />

2,1<br />

(1.267,3.460)<br />

- - -<br />

2,3<br />

(1.651,3.067)<br />

1,8<br />

(1.162,2.794)<br />

No se encontró asociaciones significativas con “ojeo”<br />

1,6<br />

(1.175,2.116)<br />

3,3<br />

(1.319,8.267)<br />

Se encontró que “daño” y “susto” están<br />

asociados significativamente con síntomas de<br />

episodio depresivo sólo en la ciudad de Puno.<br />

No se encontró asociación significativa con “mal<br />

de ojo”, “aire” y “chucaque” en ninguna de las<br />

ciudades estudiadas (Tabla 4).<br />

Tabla 4.<br />

RELACIÓN ENTRE SÍNDROMES FOLKLÓRICOS Y<br />

EPISODIO <strong>DE</strong>PRESIVO EN CUATRO CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> LA SIERRA<br />

EESM-2003<br />

CIUDA<strong>DE</strong>S<br />

RELACIÓN<br />

S. FOLKLÓRICOS – E. <strong>DE</strong>PRESIVO<br />

DAÑO<br />

OR<br />

SUSTO<br />

OR<br />

Cajamarca - -<br />

Huaraz - -<br />

Ayacucho - -<br />

Puno<br />

1,9<br />

(1.128,3.287)<br />

2,1<br />

(1.292,3.351)<br />

No se encontraron asociaciones significativas con “ojeo”, “aire” y “chucaque”<br />

El síndrome folklórico “daño” se asocia<br />

significativamente con indicadores psicóticos en<br />

las ciudades de Cajamarca, Huaraz y Ayacucho;<br />

“susto” en Cajamarca, Huaraz y Ayacucho;<br />

“aire” en Cajamarca, Huaraz, Ayacucho y Puno;<br />

“chucaque” sólo en Huaraz. No se encontró<br />

asociación significativa del síndrome folklórico<br />

“mal de ojo” con indicadores psicóticos en<br />

ninguna de las ciudades estudiadas (Tabla 5).<br />

Anales de Salud Mental 2010 / Volumen <strong>XXVI</strong> (1)<br />

43


Síndromes Folklóricos en Cuatro Ciudades de la Sierra del Perú<br />

Tabla 5.<br />

RELACIÓN ENTRE SÍNDROMES FOLKLÓRICOS<br />

E INDICADORES PSICÓTICOS EN CUATRO CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> LA SIERRA<br />

EESM-2003<br />

CIUDA<strong>DE</strong>S<br />

Cajamarca<br />

Huaraz<br />

Ayacucho<br />

DAÑO<br />

OR<br />

10,5<br />

(2.187,49.920)<br />

3,2<br />

(1.541,4.193)<br />

2,2<br />

(1.053,4,422)<br />

RELACIÓN<br />

S. FOLKLÓRICOS – I. PSICÓTICOS<br />

SUSTO<br />

OR<br />

2,4<br />

(0.722,8.194)<br />

1,8<br />

(1.164,2.655)<br />

2,2<br />

(1.283,3.644)<br />

Puno - -<br />

No se encontraron asociaciones significativas con “ojeo”<br />

AIRE<br />

OR<br />

4,3<br />

(1.183,1.587)<br />

1,6<br />

(1.004,2.675)<br />

1,7<br />

(1.028,2.932)<br />

2,2<br />

(1.168,4.193)<br />

CHUCAQUE<br />

OR<br />

Se presenta relación de los sanadores folklóricos<br />

detectados durante el presente estudio y los<br />

problemas que ellos resuelven (Tabla 6).<br />

Tabla 6.<br />

SANADORES FOLKLÓRICOS <strong>DE</strong>L PERÚ ACTUAL * **<br />

BRUJO-CURAN<strong>DE</strong>RO<br />

SANTIGUADOR, REZADOR<br />

YERBERO, HERBOLARIO<br />

HUESERO, SOBADOR<br />

PARTERA EMPÍRICA,<br />

COMADRONA<br />

CURIOSO<br />

-<br />

1,6<br />

(1.026,6.513)<br />

* Bernal E. “Psicopatología de los brujos del pueblo de Salas-Lambayeque: Perú. 1982<br />

** Estudio Epidemiológico de Salud Mental: Sistema Médico Folklórico en costa, sierra<br />

y selva del Perú: 2006, 2003, 2004.<br />

Discusión<br />

Daño, susto, mal de ojo.<br />

También adivinan, dan suerte,<br />

“enguayanche”, aconsejan.<br />

Susto, mal de ojo.<br />

Cura diversos males con yerbas.<br />

Luxaciones, fracturas, distensiones<br />

musculares.<br />

Control y atención de partos.<br />

Susto, mal de ojo, aire; otros males<br />

físicos.<br />

Los conocimientos que se tienen sobre<br />

síndromes folklóricos peruanos provienen de<br />

investigaciones hechas desde la perspectiva de<br />

investigadores que pertenecen al sistema médico<br />

profesional; estos estudios tienen la característica<br />

de ser hechos de “afuera hacia adentro” 1,7,14,15,20 .<br />

En el presente estudio epidemiológico se<br />

aborda el mismo tema desde las dos perspectivas:<br />

-<br />

-<br />

la de los pobladores y la de los sanadores del<br />

modelo médico en cuatro ciudades de la sierra;<br />

lo que permite comparar información desde<br />

perspectivas opuestas, ya que en psicología<br />

clínica y psiquiatría falta realizar estudios de<br />

transculturalidad desde la perspectiva del sujeto<br />

observado, aspecto que aquí intentamos.<br />

Es desde este punto de vista que se puede<br />

intentar comprender los procesos terapéuticos<br />

que usan las múltiples medicinas en los procesos<br />

de sanación y en el caso del Perú de los diversos<br />

sistemas de atención vigentes, como es el caso de<br />

la medicina folklórica peruana; y pensar desde ahí<br />

en la posibilidad de articular los sistemas médicos,<br />

folklórico, popular y otros sistemas médicos de<br />

atención; también, a partir de esta coyuntura,<br />

trabajar desde la perspectiva de la biculturalidad,<br />

que es el estado en que se encuentra la mayoría<br />

de la población mundial dentro de cada país y<br />

entre los países 2 .<br />

El estudio permite confirmar que la población<br />

estudiada tiene la capacidad de detectar los<br />

diferentes síndromes folklóricos, así como<br />

también decidir a qué sanador acudir para<br />

intentar resolverlos. Se encontró que tienen<br />

conocimientos de los métodos de diagnóstico<br />

y tratamiento que usan los sanadores; además,<br />

los pobladores saben distinguir entre síntomas<br />

y signos, tanto del modelo folklórico como del<br />

modelo médico.<br />

Se encontró que la población estudiada, para<br />

resolver sus problemas de salud y de vida, acuden<br />

paralelamente a tres sistemas de atención: el<br />

médico profesional, el folklórico, el popular y a<br />

otros sistemas médicos como los grupos religiosos.<br />

Existe un elevado porcentaje de personas que,<br />

cuando están enfermas, no acuden a ninguno de<br />

los sistemas de atención mencionados, lo que ya<br />

mencionan algunos investigadores 2,5,6,7 .<br />

Hasta antes de este estudio, en el Perú, se creía<br />

que los que no eran atendidos por el sistema<br />

médico, acudían al sistema folklórico 1,3,14,15,17,18 . Los<br />

resultados del presente estudio confirman que<br />

es elevado el número de personas que no tienen<br />

acceso a los servicios de atención médica oficial;<br />

también es elevado el porcentaje de personas que<br />

no asisten a los sistemas folklóricos ni a los otros<br />

sistemas médicos de atención mencionados para<br />

resolver sus problemas de salud 20,22 .<br />

44 Anales de Salud Mental 2010 / Volumen <strong>XXVI</strong> (1)


Psiq. Eduardo Bernal García<br />

La sintomatología descrita para los síndromes<br />

folklóricos por investigadores del tema fue la<br />

misma que la población encuestada describió, lo<br />

que comprueba lo acertado de los estudios hechos<br />

por investigadores en esta area 1,7,14,15,18 .<br />

Los síntomas y signos descritos para los<br />

síndromes folklóricos tienen categoría de<br />

inespecíficos, pues se repiten en casi todos los<br />

síndromes y aparentemente no se corresponden<br />

con los que usa la medicina académica.<br />

Los síntomas del sistema folklórico no sólo<br />

son de tipo físico o biológico, sino que también<br />

abarcan todos los aspectos de la vida del poblador<br />

peruano; así, se encuentran dentro de estos<br />

síndromes, además de síntomas físicos como<br />

malestar general y desgano, otros como mala<br />

suerte o haber violado ciertas normas que el<br />

grupo social establece. Por ello, el poblador<br />

peruano, cuando enferma y presenta alguno<br />

de estos síndromes, puede decidir acudir a un<br />

sanador popular; cuando es así, a menudo opta<br />

por un sanador que maneje tanto los síntomas<br />

físicos como los mágico-religiosos; o también<br />

puede acudir paralelamente a representantes de<br />

los dos o tres sistemas médicos detectados en<br />

este estudio. Esto sucede en las zonas urbanas<br />

y rurales de las ciudades, donde los pacientes<br />

de la costa, sierra y selva del Perú aún conciben<br />

las enfermedades con una cosmovisión popular<br />

mágico-religiosa, en donde el ser humano forma<br />

parte de un todo con la naturaleza 2,6,14 .<br />

Para una mejor comprensión de los síndromes<br />

folklóricos estudiados en el Perú es oportuno<br />

mencionar algunas características al respecto.<br />

Dos de ellos (el “susto” y el “daño”) se encuentran<br />

bien documentados en la bibliografía.<br />

El “susto”, muy bien estudiado en la sierra<br />

por Sal y Rosas 21 y Valdizán 24 , y el “daño”, ligado<br />

a sustancias alucinógenas como mescalina y<br />

harmina, usados en los ceremoniales y rituales de<br />

curación, fueron estudiados por varios autores en<br />

la costa y selva, destacando entre ellos: Valdivia 1 ,<br />

Seguín 18 , Zapata 15 , Caycho 19 , Glass 7 , Mabit 33 ,<br />

Valdizán 1 , Chiappe 26 , Cabieses 27 , Harner 28 y Polia 29<br />

entre otros muchos.<br />

Respecto del síndrome folklórico “daño”,<br />

los autores concuerdan en decir que es una<br />

enfermedad de curso crónico, en que la mala<br />

suerte y la envidia están implicadas; luego, viene<br />

el fracaso y con ello la pérdida de prestigio. En<br />

ambos síndromes folklóricos, “susto” y “daño”,<br />

se describen signos y síntomas de tipo psicológico<br />

y físico de categoría inespecífica; nuestro estudio<br />

ha corroborado este hecho.<br />

Entre los síndromes folklóricos que no tienen<br />

un procedimiento ritual en su solución, se<br />

encuentran el “chucaque” y el “aire”, ambos<br />

constituidos esencialmente por síntomas y<br />

signos de tipo físico. Completan este grupo<br />

los síndromes que son resueltos por la partera<br />

empírica o comadrona, el huesero, y el yerbero.<br />

En el “mal de ojo”, a síntomas físicos se agregan<br />

síntomas psicológicos; lo padecen principalmente<br />

los niños y adolescentes.<br />

En el “ataque de nervios”, su sintomatología se<br />

parece al “susto” de los niños; se le encuentra en<br />

adultos, en quienes tienen más peso los síntomas<br />

psicológicos que los físicos, y no constituye una<br />

categoría diagnóstica folklórica. Esto lo demuestra<br />

el hecho de que no existen publicaciones respecto<br />

al “ataque de nervios” en la bibliografía peruana<br />

revisada; es un síntoma o grupo de síntomas<br />

inespecíficos y no un diagnóstico folklórico;<br />

corresponde a múltiples descripciones de<br />

síntomas de angustia y depresión a los que se<br />

agregan síntomas físicos diversos.<br />

Un cuadro popular detectado, que fue<br />

ampliamente estudiado también en la sierra<br />

por Sal y Rosas 21 , es el “ataque-mal del corazón”<br />

(Sonko-Nanay), del que dice: “cuando un hombre<br />

sufre de aflicción, las divinidades se enojan y<br />

condenan al hombre a ser blanco del viento que<br />

ataca al corazón y se producen los síntomas”; el<br />

“ataque-mal del corazón”, corresponde a la visión<br />

popular andina de la epilepsia y a otras entidades<br />

como los cuadros disociativos y conversivos. Sus<br />

síntomas son: convulsiones, angustia, ansiedad,<br />

depresión, síntomas conversivos y disociativos.<br />

La prevalencia de vida para síndromes<br />

folklóricos en las ciudades de la sierra la<br />

presenta el “susto”. Estos resultados confirman<br />

las descripciones que los investigadores de la<br />

medicina folklórica de la sierra del Perú hicieron<br />

en diferentes ciudades de la sierra; sobre todo, las<br />

que hizo Sal y Rosas que estudió a profundidad el<br />

“susto” en Huaraz y otras ciudades de la sierra.<br />

Al respecto del “susto” o “manchariska” dice:<br />

Anales de Salud Mental 2010 / Volumen <strong>XXVI</strong> (1)<br />

45


Síndromes Folklóricos en Cuatro Ciudades de la Sierra del Perú<br />

”la persona tiene primero un miedo intenso,<br />

luego se asusta y como consecuencia de ello el<br />

alma se separa del cuerpo”. También merece<br />

ser mencionado Frisancho 17 que investigó en<br />

Puno sobre los síndromes folklóricos aquí<br />

mencionados.<br />

En las ciudades de la sierra estudiadas, el grupo<br />

de la población que en algún momento de su vida<br />

consultó por alguno de los síndromes folklóricos<br />

y que también desarrollaron un síndrome<br />

psiquiátrico de tipo trastorno de angustia,<br />

episodio depresivo o indicadores psicóticos<br />

alguna vez en su vida, estuvo relacionado con<br />

personas que tienen una mayor posibilidad<br />

de desarrollar alguno de estos síndromes<br />

psiquiátricos alguna vez en su vida, frente al<br />

grupo de pobladores que no consultaron nunca<br />

por alguno de estos síndromes folklóricos. Ello<br />

podría indicar que existiría una relación directa<br />

entre ambas poblaciones: entre la que presentó<br />

un síndrome psiquiátrico y aquella que consultó<br />

alguna vez en su vida por alguno de los síndromes<br />

folklóricos estudiados.<br />

Desde esta perspectiva podría proponerse la<br />

hipótesis de que, en la naturaleza de casi todos<br />

los síndromes folklóricos, estarían presentes en<br />

diferentes grados alguno o todos los síndromes<br />

psiquiátricos correlacionados; o que habría cierta<br />

predisposición en las personas que consultan<br />

por un síndrome folklórico para padecer alguno<br />

de los tres síndromes psiquiátricos estudiado<br />

o viceversa; y, también desde esta perspectiva,<br />

podría especularse a manera de hipótesis que los<br />

psicofármacos utilizados para el tratamiento de<br />

estos tres síndromes psiquiátricos podrían ser de<br />

utilidad en el manejo de los síndromes folklóricos<br />

descritos.<br />

Conclusiones<br />

Los síndromes populares estudiados en las<br />

cuatro ciudades de la sierra: “daño”, “susto”,<br />

“mal de ojo”, “aire” y “chucaque”, descritos desde<br />

antaño, tienen vigencia.<br />

El síndrome folklórico con mayor prevalencia<br />

de vida en general en las ciudades de la sierra<br />

estudiadas es el “susto”.<br />

La población encuestada los reconoce,<br />

saben qué agentes sanadores los resuelven; así<br />

como saben de sus métodos de diagnóstico y<br />

tratamiento. Estos cinco síndromes populares<br />

tienen una matriz cultural comprendida por los<br />

investigadores que los estudiaron.<br />

Se han corroborado los síntomas y signos que<br />

constituyen los síndromes populares, que por<br />

ahora son de naturaleza inespecífica.<br />

Los síndromes folklóricos presentan, en<br />

adultos de las cuatro ciudades estudiadas de la<br />

sierra, prevalencia de vida significativa.<br />

“El ataque de nervios” no constituye una<br />

categoría diagnóstica popular, pues no se le<br />

encontró un marco cultural, una hipótesis<br />

etiológica y una hipótesis terapéutica, reconocidos<br />

y compartidos desde la cultura. De igual manera<br />

el “ataque-mal del corazón” constituye la versión<br />

popular andina de patología relacionada con la<br />

epilepsia, síntomas conversivos y disociativos,<br />

cuyos límites no están bien delimitados.<br />

Los síndromes folklóricos estudiados se asocian<br />

significativamente con el trastorno de ansiedad,<br />

episodio depresivo e indicadores psicóticos de<br />

diversas maneras en cada ciudad de la sierra.<br />

La población de Cajamarca, Huaraz, Ayacucho<br />

y Puno, para resolver sus problemas de salud,<br />

consulta en forma paralela principalmente a más<br />

de un sistema médico de atención.<br />

Recomendaciones<br />

1. En el Perú, cuando un individuo enferma,<br />

intenta recuperar su salud recurriendo<br />

a uno o más de uno de los sistemas de<br />

atención médica vigentes, siendo uno de<br />

ellos el de la medicina popular; por ello, es<br />

necesario en el país ampliar y profundizar<br />

los estudios sobre la medicina popular, para<br />

ampliar sus actuales bases de información y<br />

conocimientos.<br />

2. El estudio epidemiológico, llevado a cabo<br />

por el INSM “H. Delgado - H. Noguchi” en<br />

diferentes ciudades del Perú, ha demostrado<br />

que constituye una estrategia válida para<br />

ampliar conocimientos en el área de la<br />

medicina popular y de otros sistemas de<br />

46 Anales de Salud Mental 2010 / Volumen <strong>XXVI</strong> (1)


Psiq. Eduardo Bernal García<br />

atención vigentes aún por estudiar, por lo<br />

que este tipo de estudios debe ser apoyado.<br />

3. De los resultados obtenidos a la fecha del<br />

estudio epidemiológico, se debe resaltar<br />

la vigencia que tienen en la población<br />

encuestada los síndromes populares<br />

descritos por investigadores de antaño; lo<br />

cual determina que deben ser evaluados<br />

y tomados en cuenta al momento de<br />

considerar la ampliación de planes y<br />

programas de salud en general y de la salud<br />

mental en particular.<br />

4. Debe considerarse que, para el poblador<br />

peruano, la medicina popular y la medicina<br />

de otros tipos de sistemas médicos constituye<br />

algunas veces el sistema único de atención,<br />

y en otros casos se constituye en un sistema<br />

complementario al sistema médico o de<br />

otros sistemas de atención.<br />

5. Debe crearse en la Dirección de Investigación<br />

del INSM “H. Delgado-H. Noguchi” el<br />

“Programa de Medicina y Psiquiatría<br />

Popular y de otros modelos alternativos”,<br />

que se encargará de acciones tanto de<br />

investigación como de docencia y sus<br />

aplicaciones y repercusiones en los aspectos<br />

asistenciales.<br />

6. Deben llevarse a cabo investigaciones sobre<br />

biculturalidad en migrantes a partir de los<br />

conocimientos que se tiene sobre el folklor<br />

médico peruano.<br />

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la Psiquiatría Folklórica. Lima: Ediciones Remar.<br />

1988.<br />

Anales de Salud Mental 2010 / Volumen <strong>XXVI</strong> (1)<br />

47


Síndromes Folklóricos en Cuatro Ciudades de la Sierra del Perú<br />

19. Caycho A. Estudio sobre el Curanderismo y<br />

los curanderos en el Perú. En Seguín C.A.,<br />

Ríos R. editores. Anales del Tercer Congreso<br />

Latinoamericano de Psiquiatría; Lima 5-31 de<br />

Octubre de 1969. Lima: Editorial Talleres Gráficos<br />

Villanueva S.A.; 1969. p. 55-56.<br />

20. Sal y Rosas F. Sobre el Folklore Psiquiátrico del<br />

Perú: Hallazgos e Intentos de Esclarecimiento.<br />

En Samanez F, Ríos R, Lemlij M. editores. Anales<br />

del Segundo Congreso <strong>Nacional</strong> de Psiquiatría;<br />

Lima 20-24 de Noviembre de 1971. Lima: Editorial<br />

Talleres Gráficos Villanueva S.A.; 1971. p. 197-<br />

218.<br />

21. Sal y Rosas F. La concepción mágica de la<br />

epilepsia en los indígenas peruanos. En Seguín<br />

C.A, Ríos R editores. Anales del Tercer Congreso<br />

Latinoamericano de Psiquiatría; Lima 5-31 de<br />

Octubre de 1969. Lima: Editorial Talleres Gráficos<br />

Villanueva S.A.; 1969. p. 42-60.<br />

22. Bernal E. Síndromes Folklóricos, Asociación con<br />

Síndromes Psiquiátricos y Modelos de Atención<br />

en la Sierra del Perú. EESMSP 2003. (Aún no<br />

publicado).<br />

23. Mabit J. L’Hallucination Par L’Ayahuasca Chez Les<br />

Guerisseurs De La Haute-Amazonie Peruvienne<br />

(Tarapoto). En Cabieses F, Camillol P editores.<br />

Trabajos del II Congreso Internacional de Medicina<br />

Tradicionales; Lima 26-29 de Junio de 1988: Talleres<br />

Gráficos Marín; 1988; p. 211-128.<br />

24. Valdivizan H, Maldonado A. “La medicina popular<br />

peruana”. Vol. 1. Lima: Imprenta Torres Aguirre:<br />

1922: 93-117.<br />

25. Chiappe M. “El Síndrome cultural del “daño” y su<br />

tratamiento curanderil”. En Valdivia O, Péndola<br />

A editores. Anales del Primer Congreso <strong>Nacional</strong><br />

de Psiquiatría; Lima 26-31 de Octubre 1969. Lima:<br />

Editorial Imprenta Amauta S.A.; 1969. p. 330-337.<br />

26. Chiappe M, Lemlij M, Millones L. Alucinógenos<br />

y Shamanismo en el Perú contemporáneo. Lima:<br />

Ediciones El Virrey. Perúgraph Editores S.A.<br />

1985.<br />

27. Cabieses F. Las Plantas Mágicas del Perú Primigenio.<br />

En Cabieses F, Camillol P editores. Trabajos del II<br />

Congreso Internacional de Medicina Tradicionales;<br />

Lima 26-29 de Junio de 1988: Talleres Gráficos<br />

Marín; 1988; p. 317-326.<br />

28. Harner M. Alucinógenos y Chamanismo. Punto<br />

Omega, Guadarrama. Madrid, 1976.<br />

29. Polia M, La laguna de los encantos. Lima: Editorial<br />

Central Peruana de Servicios CE.<br />

48 Anales de Salud Mental 2010 / Volumen <strong>XXVI</strong> (1)


ESTUDIO EPI<strong>DE</strong>MIOLÓGICO Y SÍNDROMES FOLKLÓRICOS<br />

EN CINCO CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> LA SELVA PERUANA<br />

Prevalencia de vida, asociación con tres síndromes psiquiátricos<br />

EPI<strong>DE</strong>MIOLOGICAL SURVEY AND FOLK SYNDROMES IN FIVE CITIES<br />

OF THE PERUVIAN JUNGLE<br />

Lifetime prevalence, association with three psychiatric syndromes<br />

Psiq. Eduardo<br />

Bernal García<br />

RESUMEN<br />

OBJETIVO: De datos obtenidos del Estudio<br />

Epidemiológico en Salud Mental realizado<br />

por el <strong>Instituto</strong> <strong>Nacional</strong> de Salud Mental<br />

“Honorio Delgado-Hideyo Noguchi”, en cinco<br />

ciudades de la selva peruana, se analizaron<br />

las características actuales de los síndromes<br />

folklóricos, la prevalencia, asociaciones y<br />

relaciones entre síndromes folklóricos con<br />

trastorno de ansiedad en general, episodio<br />

depresivo e indicadores paranoides.<br />

MÉTODOS: Estudio descriptivo de corte<br />

transversal, en personas adultas de Iquitos,<br />

Bagua, Tarapoto, Pucallpa y Puerto Maldonado.<br />

Variables analizadas: sociodemográficas,<br />

síndromes folklóricos, agentes sanadores,<br />

métodos de diagnóstico y tratamiento,<br />

prevalencia, asociación de síndromes folklóricos<br />

con tres síndromes psicológicos.<br />

RESULTADOS: Los síndromes folklóricos “susto”,<br />

“daño”, “mal de ojo”, “aire” y “chucaque”<br />

tienen vigencia. Fue alta la prevalencia para<br />

“susto”, en Bagua y Puerto Maldonado; “aire”,<br />

en Puerto Maldonado; “chucaque”, en Bagua<br />

y Tarapoto; “daño”, en Iquitos y Pucallpa; y<br />

“mal de ojo”, en Bagua. Existe relación por<br />

asociación entre síndromes folklóricos y tres<br />

síndromes psicológicos. La población resuelve<br />

sus problemas de salud acudiendo a más de<br />

un sistema de salud.<br />

CONCLUSIONES: Los síndromes folklóricos<br />

tienen vigencia; la población reconoce: signos,<br />

síntomas, métodos de diagnóstico, de tratamiento<br />

y los agentes sanadores. La población<br />

que consultó por un síndrome folklórico,<br />

estuvo relacionada con personas que tuvieron<br />

mayor posibilidad de desarrollar por asociación<br />

algún síndrome psiquiátrico, frente al<br />

que no consultó.<br />

PALABRAS CLAVES: epidemiología, medicina<br />

folklórica.<br />

SUMMARY<br />

OBJECTIVE: Based on the results of the<br />

epidemiological study in five cities of the<br />

Peruvian jungle, it was explored the current<br />

characteristics of the folkloric syndromes,<br />

lifetime prevalence, associations and relations<br />

among folkloric syndromes, disorder of<br />

generalized anxiety, depressive episode, and<br />

paranoid indicators.<br />

METHODS: Descriptive epidemiological<br />

cross-sectional type in adult persons from<br />

Iquitos, Bagua, Tarapoto, Pucallpa, and<br />

Puerto Maldonado. Analyzed variables: sociodemographic,<br />

folkloric syndromes, healer<br />

agents, methods of diagnosis and treatment,<br />

lifetime prevalence, association between<br />

folkloric syndromes and three psychological<br />

syndromes.<br />

RESULTS: The folkloric syndromes “susto”<br />

(fright), “daño” (curse), “mal de ojo” (evil<br />

eye), “aire” (air), and “chucaque” (some kind<br />

of headache or pain) are still current. It was<br />

found high prevalence for “susto” (fright) in<br />

Bagua and Puerto Maldonado; “aire” (air) in<br />

Puerto Maldonado; “chucaque” (some kind<br />

of headache or pain) in Bagua y Tarapoto,<br />

“daño” (curse) in Iquitos y Pucallpa y “mal<br />

de ojo” (evil eye) in Bagua. Relation exists for<br />

association between folkloric syndromes and<br />

three psychological syndromes. Population<br />

solves their health problems attending to more<br />

than one health system.<br />

CONCLUSIONS: The folkloric syndromes are<br />

current. Population recognizes signs, symptoms,<br />

and methods of diagnosis and treatment, and<br />

healer agents. The population, who consulted<br />

for folkloric syndromes, was related to persons<br />

who had major possibility of developing as an<br />

association some psychiatric syndrome opposite<br />

to persons who did not consult.<br />

KEY WORD: Epidemiology, folkloric medicine.<br />

En este estudio se define como síndrome<br />

folklórico “cuadros clínicos que el pueblo califica<br />

o reconoce como enfermedad; le asigna un<br />

nombre, una etiología e indica procedimientos<br />

de diagnóstico, pronóstico y de tratamiento y<br />

tienen vigencia tradicional” 1,2 ; y se abordan sólo<br />

los síndromes folklóricos del sistema médico<br />

folklórico que tienen vigencia en la actualidad.<br />

A partir de información obtenida del Estudio<br />

Epidemiológico en Salud Mental que realiza el<br />

<strong>Instituto</strong> <strong>Nacional</strong> de Salud Mental “H. Delgado-H.<br />

Noguchi”, se explora en cinco ciudades de la selva<br />

peruana: Iquitos, Bagua, Tarapoto, Pucallpa y<br />

Puerto Maldonado, características actuales de los<br />

síndromes folklóricos peruanos, la prevalencia,<br />

asociaciones y relaciones entre síndromes<br />

Anales de Salud Mental 2010 / Volumen <strong>XXVI</strong> (1), pp 49-57<br />

49


Estudio Epidemiológico y Síndromes Folklóricos en Cinco Ciudades de la Selva Peruana<br />

folklóricos con tres trastornos psiquiátricos:<br />

trastorno de ansiedad, episodio depresivo<br />

y síntomas paranoides; privilegiándose la<br />

perspectiva propuesta por los entrevistados.<br />

Como parte del estudio se incluye un<br />

cuestionario de preguntas relacionadas con<br />

aspectos médicos folklóricos y populares<br />

peruanos. Previo a ello se revisó la bibliografía<br />

existente al respecto. Se encuentra que los<br />

estudios realizados por los investigadores del<br />

pasado, en la casi totalidad de casos, están<br />

referidos a ámbitos locales o regionales y para<br />

todas las localidades se describen los mismos<br />

síndromes con leves diferencias y muchas veces<br />

con diferentes denominaciones. Estos estudios<br />

fueron descriptivos, no se encuentran estudios<br />

que reporten datos epidemiológicos.<br />

En la bibliografía revisada se encontró que,<br />

en la selva, el “daño” es el síndrome folklórico<br />

más estudiado y mejor sistematizado, y se<br />

encuentra bien documentado en cuanto a sus<br />

agentes curadores, sustancias alucinógenas y<br />

otros elementos que se usan durante el ceremonial<br />

terapéutico. En todas las regiones también se han<br />

investigado los síndromes folklóricos: “susto”,<br />

“mal de ojo”, “aire” y “chucaque”, encontrándose<br />

que los síntomas y signos de los síndromes<br />

folklóricos descritos son inespecíficos y son<br />

descritos con la misma terminología que se aplica<br />

para el sistema médico.<br />

Justificación<br />

En el Perú, una significativa mayoría de los<br />

episodios de enfermedad reportados se manejan<br />

por fuera de los sistemas de atención médica oficial,<br />

recurriendo a otros sistemas complementarios<br />

como los que ofrece entre otros el sistema medico<br />

folklórico. Esto evidencia la recurrencia a distintas<br />

fuentes de tratamiento por la población.<br />

“En un Reporte Técnico (OMS 1978) la<br />

Organización Mundial de la Salud afirma que<br />

la medicina folklórica ha demostrado tener<br />

utilidad, debe promovérsele y desarrollar sus<br />

potencialidades para un uso más amplio en<br />

beneficio de la especie humana; debe evaluársele y<br />

dársele el debido reconocimiento y desarrollo para<br />

mejorar su eficacia, seguridad, disponibilidad y<br />

una extensa aplicación a bajo costo 4 .”<br />

Alvarado, citado por Pederson (1988), dice:<br />

“en estudios de morbilidad en poblaciones<br />

abiertas, y de las experiencias acumuladas por<br />

distintos investigadores en diferentes países de<br />

Asia, África, y América Latina, se ha puesto en<br />

evidencia la multiplicidad de usos terapéuticos y<br />

la recurrencia a distintas fuentes de tratamiento<br />

por la población”.<br />

Casi todos los autores señalan que del 70% al<br />

80% de los episodios de enfermedad reportados<br />

se manejan por fuera de los sistemas de atención<br />

médica oficial, ya sea recurriendo a otros sistemas<br />

complementarios, o simplemente no tomando<br />

iniciativa ni acción deliberada alguna para<br />

modificar la evolución del episodio reportado 5 ;<br />

en la misma línea Freidson y Marriot, citados<br />

por COE (1973), dicen que la mayoría de<br />

personas enfermas intenta el autodiagnóstico y<br />

tratamiento 6 .<br />

Glass (1988) dice que “gracias a estudios<br />

realizados por científicos peruanos y extranjeros<br />

en los últimos 50 años la bibliografía peruana es<br />

rica en calidad, cantidad y variedad en esta área” 7 .<br />

Otros autores han afirmado que la medicina<br />

folklórica, y por ello la psiquiatría folklórica, tiene<br />

líneas importantes de investigación 8,9,10,11,12 .<br />

En 1982, en el Primer Seminario de Investigación<br />

en Salud Mental, realizado en Lima, se reiteró<br />

la necesidad de su estudio 13 . En relación a la<br />

necesidad de realizar investigaciones en ésta<br />

línea, Bernal (1985) dice que “en un país como el<br />

Perú, en el que probablemente gran parte de la<br />

población es asistida por brujos y otros sanadores<br />

de la medicina folklórica, las investigaciones de<br />

este tipo son de carácter prioritario” 14 .<br />

En relación a investigaciones realizadas en<br />

la población para estudiar las características de<br />

los síntomas y síndromes folklóricos, Zapata<br />

(1964) dice “que en el Perú ya se habían realizado<br />

este tipo de estudios por investigadores como<br />

Valdizán, Maldonado, Sal y Rosas, Monge y<br />

Seguín, aparte de la información de numerosos<br />

cuadros culturales descritos en la bibliografía<br />

internacional” 15 .<br />

Son importantes los aportes de Hermilio<br />

Valdizán al recopilar, exponer y analizar el folklor<br />

médico del Perú. Su obra Medicina Popular<br />

Peruana, elaborada junto con Angel Maldonado,<br />

50 Anales de Salud Mental 2010 / Volumen <strong>XXVI</strong> (1)


Psiq. Eduardo Bernal García<br />

compendia las diversas expresiones folklóricas de<br />

nuestra medicina popular 16 .<br />

En este mismo tema, Valdivia (1986), Frisancho<br />

(1988) y Seguín (1964), revisan las definiciones de<br />

síndrome: cultural, popular, tradicional, folklórico<br />

y otros que se usan como sinónimo y proponen en<br />

ese entonces llamarlos síndromes folklóricos 1,17,18 .<br />

Ello, en razón de reunir la característica de ser<br />

anónimos, no tener un creador conocido, ser<br />

empleados por las clases llamadas populares, ser<br />

tradicionales, por trasmitirse de padres a hijos,<br />

ser plásticos, pues varían según los lugares y<br />

tiempos; ser funcionales, cumpliendo un rol en<br />

la comunidad y ubicándose en el espacio y el<br />

tiempo 1 .<br />

Por otro lado, los estudios de orden social,<br />

médico y folklórico sobre medicina tradicional<br />

o popular en el Perú no han sido programados<br />

con un rigor metodológico 17 que permita una<br />

sistematización de ellos; así tampoco se había<br />

realizado antes un estudio epidemiológico en<br />

que se intentara explorar, no sólo los síndromes<br />

folklóricos, sino también los sanadores que los<br />

resuelven, sus estrategias diagnósticas y de<br />

tratamiento.<br />

Son estos problemas los que se intenta también<br />

contribuir a resolver con la información obtenida<br />

en el Estudio Epidemiológico 2004 en las ciudades<br />

de Iquitos, Bagua, Tarapoto, Pucallpa y Puerto<br />

Maldonado de la selva del Perú.<br />

Objetivos<br />

Objetivos Generales<br />

Conocer en cinco ciudades de la selva del<br />

Perú aspectos del estado actual de los síndromes<br />

folklóricos clásicos, sistemas de atención a los que<br />

la población acude para resolver sus problemas<br />

de salud y de vida, y determinar el tipo de<br />

asociaciones entre síndromes folklóricos con<br />

tres síndromes psiquiátricos, que contribuyan a<br />

formular programas para ampliar la cobertura de<br />

problemas de salud en las áreas de la psiquiatría<br />

y la salud mental.<br />

Objetivos Específicos<br />

- Determinar la vigencia de los Síndromes<br />

folklóricos identificados por los investigadores<br />

de antaño.<br />

- Verificar si la población identifica a sanadores<br />

de medicina folklórica u otros.<br />

- Averiguar qué métodos de diagnóstico y<br />

de tratamiento utilizan los sanadores de<br />

medicina folklórica.<br />

- Establecer, desde el punto de vista del modelo<br />

médico, qué síntomas y signos corresponden<br />

a los síndromes folklóricos.<br />

- Averiguar si la población encuestada utiliza<br />

paralelamente el sistema médico y el sistema<br />

folklórico de atención u otros, para resolver<br />

sus problemas de salud.<br />

- Identificar, en personas que alguna vez en<br />

su vida fueron portadoras de un síndrome<br />

folklórico, si presentaron en algún momento de<br />

su vida sintomatología de tipo psiquiátrico.<br />

- Establecer una clasificación de los principales<br />

síndromes folklóricos, contribuyendo así<br />

a actualizar la nosografía psiquiátrica<br />

peruana.<br />

Material y métodos<br />

Para la realización de este estudio, se escogieron<br />

cinco ciudades de la selva del Perú: Iquitos, Bagua,<br />

Tarapoto, Pucallpa y Puerto Maldonado.<br />

Iquitos<br />

Es la capital de Loreto y la capital de la provincia<br />

de Maynas. Iquitos tiene una población de 369 300<br />

habitantes (y Loreto, 849 307), un área rural de<br />

44,6%, una población no asegurada del 61% con<br />

32% de pobreza extrema. Están registrados 274<br />

médicos y 231 enfermeras.<br />

Bagua<br />

Es la capital de la provincia de Bagua. Se<br />

encuentra situada en la región nororiental del país.<br />

Tiene una población de 11 678 habitantes, una<br />

población rural de 65,2% y un personal de salud<br />

conformado por 130 médicos y 142 enfermeras.<br />

Tarapoto<br />

Es la capital de la provincia de San Martín. El<br />

Departamento de San Martín tiene una población<br />

total de 746 202 habitantes y rural de 44%. La<br />

población no asegurada es el 58.1%. Cuenta con<br />

médicos 233 y 188 enfermeras.<br />

Pucallpa<br />

Es la capital del departamento de Ucayali. Tiene<br />

una población de 247 000 habitantes. La población<br />

Anales de Salud Mental 2010 / Volumen <strong>XXVI</strong> (1)<br />

51


Estudio Epidemiológico y Síndromes Folklóricos en Cinco Ciudades de la Selva Peruana<br />

no asegurada es del 57,1% y la rural de 42,7%.<br />

Cuenta con 169 médicos y 256 enfermeras.<br />

Puerto Maldonado<br />

Es la capital del departamento de Madre de<br />

Dios, con 107 664 habitantes. Puerto Maldonado<br />

está cerca de la frontera de la selva de Bolivia.<br />

Cuenta con una población no asegurada del<br />

59,8% y una rural de 53,1%. Tiene 75 médicos y<br />

83 enfermeras.<br />

- Este estudio es de tipo descriptivo<br />

epidemiológico de corte transversal; la<br />

población investigada comprendió a personas<br />

adultas residentes en viviendas particulares<br />

de las ciudades de Iquitos, Bagua, Tarapoto,<br />

Pucallpa y Puerto Maldonado.<br />

- El marco muestral empleado fue el del<br />

<strong>Instituto</strong> <strong>Nacional</strong> de Estadística e Informática,<br />

elaborado sobre la base del pre-censo de<br />

1999.<br />

- La muestra fue de tipo probabilístico, en<br />

tres etapas, con selección sistemática y<br />

proporcional al tamaño de las unidades.<br />

- La muestra para el módulo sociocultural<br />

estuvo constituida por 12 003 adultos<br />

entrevistados: en Iquitos, 2 912; Bagua,<br />

1 727; Tarapoto, 2 759; Pucallpa, 2 714; y<br />

Puerto Maldonado, 1 891. Las preguntas en<br />

relación a síndromes folklóricos se hicieron<br />

mediante el cuestionario denominado<br />

Módulo sociocultural y de desastres, que tiene<br />

15 preguntas sobre síndromes folklóricos y 8<br />

relacionadas con desastres.<br />

- La encuesta se realizó a nivel urbano. Se<br />

empleó el método de entrevista directa,<br />

mediante personal debidamente capacitado.<br />

- Se solicitó un consentimiento informado antes<br />

del inicio de la encuesta.<br />

- Se realizaron los análisis estadísticos en<br />

un computador Pentium IV, mediante el<br />

programa estadístico SPSS versión 15.<br />

- Se realizaron análisis estadísticos descriptivos<br />

calculando frecuencias y medidas de tendencia<br />

central. Se estimaron proporciones.<br />

- Se realizaron análisis estadísticos descriptivos<br />

mediante tasas de prevalencia de vida, y<br />

se calcularon OR para evaluar la relación<br />

entre los síndromes populares y síntomas<br />

paranoides.<br />

Resultados<br />

Los síndromes folklóricos “susto”, “daño”,<br />

“mal de ojo”, “aire” y “chucaque”, descritos<br />

desde antaño por los investigadores nacionales<br />

y extranjeros en medicina popular y en el área<br />

de la psiquiatría folklórica, tienen vigencia y<br />

son identificados y reconocidos por la población<br />

encuestada; lo mismo que un grupo de signos y<br />

síntomas que no llegan a constituir síndromes<br />

y que, sin embargo, constituyen entidades que<br />

producen algún tipo, de malestar.<br />

La población sabe a qué sanador de medicina<br />

folklórica acudir para resolver sus problemas y<br />

síndromes folklóricos.<br />

En las ciudades de la selva en general el<br />

síndrome folklórico “daño” tiene la prevalencia<br />

más alta. (Tabla 1).<br />

Tabla 1.<br />

SÍNDROMES FOLKLÓRICOS, PREVALENCIA <strong>DE</strong> VIDA EN CINCO<br />

CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> LA SELVA EESMSLP – 2004<br />

CIUDA<strong>DE</strong>S<br />

SELVA<br />

DAÑO<br />

%<br />

SUSTO<br />

%<br />

SÍNDROMES FOLKLÓRICOS<br />

OJEO<br />

%<br />

AIRE<br />

%<br />

CHUCAQUE<br />

%<br />

Iquitos 13,3 9,4 1,8 6,5 4,9<br />

Bagua 11.0 21,9 5,4 4,7 53,3<br />

Tarapoto 1,2 10,8 2,8 10,2 17,7<br />

Pucallpa 15,5 13,1 2.0 9,6 10,8<br />

Puerto<br />

Maldonado<br />

10,1 15,8 3,1 25,1 2,8<br />

Fijando el daño como referencia se calculó<br />

una razón entre las prevalencia de “susto”,<br />

“ojeo”, “aire” y “chucaque”; de tal manera que<br />

por cada caso de daño que se consulta, se hace lo<br />

mismo 0,7 veces con ”susto” en Iquitos, 2 veces<br />

en Bagua, 9 veces en Tarapoto, 0,8 en Pucallpa y<br />

1,6 en Puerto Maldonado y en igual forma con el<br />

resto de síndromes folklóricos y ciudades de la<br />

selva (Tabla 2).<br />

52 Anales de Salud Mental 2010 / Volumen <strong>XXVI</strong> (1)


Psiq. Eduardo Bernal García<br />

Tabla 2.<br />

RAZÓN ENTRE LA PREVALENCIA <strong>DE</strong> VIDA <strong>DE</strong> SINDROMES<br />

FOLKLÓRICOS Y “DAÑO” EN CINCO CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> LA SELVA<br />

EESMSLP – 2004<br />

CIUDA<strong>DE</strong>S<br />

SELVA<br />

DAÑO<br />

%<br />

RAZÓN ENTRE LOS SÍNDROMES FOLKLÓRICOS<br />

Y “DAÑO”<br />

SUSTO<br />

%<br />

OJEO<br />

%<br />

Los síntomas y signos de los síndromes<br />

folklóricos estudiados en la selva están constituidos<br />

por un listado de síntomas inespecíficos; entre<br />

ellos, sueño intranquilo, insomnio, malestar<br />

general, cefalea, cansancio, náuseas, vómito,<br />

diarrea, dolor abdominal, tristeza, decaimiento,<br />

desgano, escalofríos, pérdida de peso, fiebre,<br />

palpitaciones, desesperación, angustia, miedos,<br />

fobias etc.<br />

La población reconoce a los sanadores de<br />

medicina folklórica y los síndromes que tratan,<br />

tal como se muestra a continuación:<br />

1. Brujo–curandero: “daño”.<br />

AIRE<br />

%<br />

CHUCAQUE<br />

%<br />

Iquitos 1.0 0,7 0,1 0,5 0,4<br />

Bagua 1.0 2.0 0,5 0,4 4,8<br />

Tarapoto 1.0 9.0 2,3 8,5 14,8<br />

Pucallpa 1.0 0,8 0,1 0,6 0,7<br />

Puerto<br />

Maldonado<br />

1.0 1,6 0,3 2,5 0,3<br />

2. Santiguador, rezador: “susto”, “mal de ojo”,<br />

“aire”.<br />

3. Curioso: “susto”, “mal de ojo”, “aire”, males<br />

físicos.<br />

4. Yerbero, herbolario, naturista: algunos<br />

males físicos, algunos malestares de tipo<br />

psicológico.<br />

5. Huesero, sobador: fracturas, luxaciones,<br />

distensiones musculares.<br />

6. Partera empírica, comadrona: evolución del<br />

embarazo, parto.<br />

Los métodos de diagnóstico y tratamiento<br />

encontrados fueron diversos y variados.<br />

Se evaluaron los síndromes folklóricos como<br />

factores de relación asociados para la ocurrencia<br />

de tres síndromes psiquiátricos: trastorno de<br />

ansiedad, episodio depresivo e indicadores<br />

psicóticos.<br />

Relacionando los trastornos de ansiedad en<br />

las cinco ciudades estudiadas se encontraron<br />

asociaciones significativas con “daño” en Iquitos,<br />

Bagua, Pucallpa y Puerto Maldonado; con “susto”<br />

en Tarapoto, Pucallpa y Puerto Maldonado;<br />

con “chucaque” en cuatro ciudades excepto<br />

en Pucallpa; con “mal de ojo u ojeo” en Bagua<br />

y Pucallpa; y con “aire” en Tarapoto y Puerto<br />

Maldonado. (Tabla 3).<br />

Tabla 3.<br />

RELACIÓN ENTRE SINDROMES FOLKLÓRICOS Y TRASTORNO <strong>DE</strong> ANSIEDAD EN CINCO CIUDA<strong>DE</strong>S<br />

<strong>DE</strong> LA SELVA EESMSLP - 2004<br />

CIUDA<strong>DE</strong>S<br />

SELVA<br />

Iquitos<br />

Bagua<br />

DAÑO<br />

OR<br />

IC 95%<br />

1,8<br />

(1.126,2.817)<br />

2,2<br />

(1.168,4.193)<br />

Tarapoto -<br />

Pucallpa<br />

Puerto Maldonado<br />

2<br />

(1.313, 2.944)<br />

2,8<br />

(1.646, 4.895)<br />

RELACIÓN S. FOLKLÓRICOS – T. <strong>DE</strong> ANSIEDAD<br />

SUSTO<br />

OR<br />

IC 95%<br />

OJEO<br />

OR<br />

IC 95%<br />

AIRE<br />

OR<br />

IC 95%<br />

- - -<br />

-<br />

2,1<br />

(1,323,3,289<br />

1.8<br />

(1.132, 2.849)<br />

1,9<br />

(1.199,2.886)<br />

3,5<br />

(1.427,8.559)<br />

-<br />

2.7<br />

(1.031, 7.232)<br />

-<br />

-<br />

1,7<br />

(1,028,2,671)<br />

CHUCAQUE<br />

OR<br />

IC 95%<br />

2.1<br />

(1.100,3.933)<br />

2.1<br />

(1.332,3.220)<br />

2,1<br />

(1,386,3,047)<br />

- -<br />

1.8<br />

(1.150, 2.819)<br />

3,3<br />

(1.568, 7. 077)<br />

Anales de Salud Mental 2010 / Volumen <strong>XXVI</strong> (1)<br />

53


Estudio Epidemiológico y Síndromes Folklóricos en Cinco Ciudades de la Selva Peruana<br />

Para episodio depresivo se encontró relación<br />

de asociación con “daño” en las cinco ciudades<br />

estudiadas; con “susto”, en Tarapoto y Pucallpa;<br />

con “mal de ojo”, no se encontró asociación<br />

significativa en las ciudades estudiadas; sí, con<br />

“aire” en Puerto Maldonado y con “chucaque”<br />

en Bagua, Tarapoto y Pucallpa (Tabla 4).<br />

Tabla 4.<br />

RELACIÓN ENTRE SÍNDROMES FOLKLÓRICOS Y EPISODIO <strong>DE</strong>PRESIVO<br />

EN CINCO CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> LA SELVA EESMSLP – 2004<br />

CIUDA<strong>DE</strong>S<br />

SELVA<br />

Iquitos<br />

Bagua<br />

Tarapoto<br />

Pucallpa<br />

Puerto<br />

Maldonado<br />

RELACIÓN S. FOLKLÓRICOS – E. <strong>DE</strong>PRESIVO<br />

DAÑO<br />

OR<br />

IC 95%<br />

2,1<br />

(1341,3,413)<br />

2,1<br />

(1.294, 3.800)<br />

2,1<br />

(1,424,3,141)<br />

1,9<br />

(1.137, 3.180)<br />

1.8<br />

(1.208, 2.633)<br />

SUSTO<br />

OR<br />

IC 95%<br />

AIRE<br />

OR<br />

IC 95%<br />

CHUCAQUE<br />

OR<br />

IC 95%<br />

- - -<br />

- -<br />

2.4<br />

(1.574,.3.767)<br />

2,1<br />

(1.368, 3.275)<br />

No se encontraron asociaciones significativas con “ojeo”<br />

2,4<br />

(1,608,3,448)<br />

Para indicadores psicóticos se encontraron<br />

asociaciones con “daño” en Iquitos, Tarapoto,<br />

Pucallpa y Puerto Maldonado; con “susto”, sólo<br />

en Tarapoto; con “mal de ojo” en Pucallpa; con<br />

“aire”, en Puerto Maldonado. No se encontraron<br />

asociaciones significativas con “chucaque” en<br />

ninguna ciudad de la selva. (Tabla 5).<br />

-<br />

-<br />

-<br />

2.1<br />

(1.537, 2.941)<br />

2,3<br />

(1.276, 3.270)<br />

2.3<br />

(1.276, 4.042)<br />

Tabla 5.<br />

RELACIÓN ENTRE SÍNDROMES FOLKLÓRICOS E INDICADORES<br />

PSICÓTICOS EN CINCO CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> LA SELVA EESMSLP – 2004<br />

CIUDA<strong>DE</strong>S<br />

SELVA<br />

RELACIÓN S. FOLKLÓRICOS- I. PSICÓTICOS<br />

DAÑO<br />

OR<br />

IC 95%<br />

SUSTO<br />

OR<br />

IC 95%<br />

OJEO<br />

OR<br />

IC 95%<br />

-<br />

AIRE<br />

OR<br />

IC 95%<br />

Iquitos<br />

3.2<br />

- - -<br />

(1.476, 6.706)<br />

Bagua - - - -<br />

Tarapoto<br />

Pucallpa<br />

Puerto<br />

Maldonado<br />

4,5<br />

(2.091, 9.620)<br />

2.1<br />

(1.083, 4.228)<br />

4.8<br />

(1.811, 12.582)<br />

3<br />

(1.390, 6.650)<br />

-<br />

- -<br />

7.1<br />

(2.066, 4.253)<br />

- -<br />

No se encontraron asociaciones significativas con “chucaque”<br />

-<br />

3.5<br />

(1.427, 8.559)<br />

Discusión<br />

Los conocimientos que se tienen sobre<br />

síndromes folklóricos peruanos provienen de<br />

investigaciones hechas desde la perspectiva de<br />

investigadores que pertenecen al modelo médico<br />

(MM). Estos estudios tienen la característica de<br />

ser hechos de “afuera hacia adentro” 4,9,11,12,14,18,19 ;<br />

en nuestro estudio se intenta en lo posible obtener<br />

información desde el punto de vista de los<br />

pobladores estudiados, lo que permite comparar<br />

información desde dos perspectivas opuestas, la<br />

del observador y la del sujeto observado, ya que<br />

en psicología clínica y psiquiatría faltaba realizar<br />

estudios de transculturalidad desde ambas<br />

perspectivas.<br />

Desde este punto de vista se puede intentar<br />

comprender los procesos terapéuticos que usan<br />

las múltiples medicinas en los procesos de<br />

sanación y, en el caso del Perú, de los diversos<br />

modelos de atención vigentes; y pensar, desde<br />

ahí, en la posibilidad de articular los sistemas<br />

médicos existentes 22 .<br />

El estudio permite saber que la población<br />

estudiada reconoce la existencia de cinco<br />

síndromes folklóricos (síndromes folklóricos<br />

clásicos), que corresponden a los mismos que se<br />

encuentran descritos en la literatura revisada.<br />

Estos síndromes folklóricos clásicos se conocen<br />

con diversos nombres en los diferentes pueblos<br />

y regiones estudiadas. La población también sabe<br />

a qué sanadores folklóricos y populares acudir<br />

para resolver sus problemas de salud y de vida,<br />

así como también tiene conocimientos de los<br />

métodos de diagnóstico y tratamiento que usan<br />

los sanadores; saben distinguir entre síntomas<br />

y signos, tanto del sistema folklórico, como del<br />

popular y del sistema médico. Se encontró que<br />

acuden paralelamente a más de un modelo de<br />

atención. Existe un grupo constituido por un<br />

elevado porcentaje de personas que, cuando están<br />

enfermas, no acuden a ninguno de los sistemas<br />

de atención o se automedican, lo que ha sido<br />

mencionado por algunos investigadores 3,4,6 .<br />

Se creía que los casos que no eran atendidos<br />

por el modelo médico acudían al modelo<br />

folklórico 1,11,12,14,15,16 . Los resultados del presente<br />

estudio confirman, como ya ha sido mencionado,<br />

que es elevado el número de personas que no<br />

tienen acceso a los servicios de atención médica<br />

54 Anales de Salud Mental 2010 / Volumen <strong>XXVI</strong> (1)


Psiq. Eduardo Bernal García<br />

oficial; como también es elevado el porcentaje de<br />

personas que no asisten a los sistemas folklóricos<br />

ni a otros modelos de atención para resolver sus<br />

problemas de salud 19,20 .<br />

La sintomatología descrita para los síndromes<br />

folklóricos por investigadores del tema fue la<br />

misma que la población encuestada describió; lo<br />

que comprueba lo acertado de los estudios hechos<br />

por investigadores en esta área 4,11,12,14,16 .<br />

Los síntomas y signos descritos para los<br />

síndromes folklóricos tienen categoría de<br />

inespecíficos, pues se repiten en casi todos los<br />

síndromes y aparentemente no se corresponden<br />

con los que usa la medicina académica; y no sólo<br />

son de tipo físico o biológico, sino que también<br />

abarcan todos los aspectos de la vida del poblador<br />

peruano. Así, se encuentran dentro de estos<br />

síndromes, además de síntomas físicos como<br />

malestar general y desgano, otros como mala<br />

suerte, o haber violado ciertas normas que el<br />

grupo social establece.<br />

Por esto, el poblador peruano, cuando enferma<br />

y presenta alguno de estos síndromes, puede<br />

decidir acudir a un sanador del sistema médico,<br />

folklórico o popular. Cuando es así, a menudo<br />

opta por un sanador que maneje tanto los síntomas<br />

físicos como los mágico-religiosos; o también<br />

puede acudir paralelamente a representantes<br />

de los tres sistemas médicos detectados en este<br />

estudio.<br />

Esto sucede en las zonas urbanas y rurales de<br />

las ciudades, donde los pacientes de todas las<br />

regiones del Perú aún conciben las enfermedades<br />

con una cosmovisión popular mágico-religiosa,<br />

en donde el ser humano forma parte de un todo<br />

con la naturaleza 11,20,21,22 .<br />

Respecto a los síndromes folklóricos estudiados,<br />

dos de ellos, el “susto” y el “daño”, se encuentran<br />

bien documentados en la bibliografía: el “susto”,<br />

bien estudiado en la sierra por Sal y Rosas18<br />

y Valdizán 23 , y el “daño”, ligado a sustancias<br />

alucinógenas como mescalina y harmina, usadas<br />

en los ceremoniales y rituales de curación,<br />

estudiadas por varios autores en la costa y selva,<br />

destacando, entre ellos: Valdivia 13 , Seguín 16 ,<br />

Zapata 12 , Caycho 17 , Glass 4 , Mabit 23 , Valdizán 24 ,<br />

Chiappe 25,26 , Cabieses 27 y Harner 28 , entre otros<br />

muchos. Al respecto del “daño”, los autores que<br />

lo han estudiado concuerdan en decir que es una<br />

enfermedad de curso crónico, en que la mala<br />

suerte y la envidia están implicadas; luego, viene<br />

el fracaso y con ello la pérdida de prestigio.<br />

En nuestro estudio, en relación al síndrome<br />

folklórico de mayor prevalencia en la selva,<br />

el “daño”, hemos encontrado los siguientes<br />

síntomas y signos: tristeza, pena, sueños<br />

intranquilos, cansancio, decaimiento, desgano,<br />

malestar general, dolor de cabeza, pérdida de<br />

peso, escalofríos, fiebre, entre otros. Todo ello<br />

se manifiesta en el paciente finalmente como<br />

estado de tensión, producto de toda una situación<br />

estresante. En el “daño”, y también en el “susto”,<br />

se describen signos y síntomas de tipo psicológico<br />

y físico de categoría inespecífica, hecho que los<br />

resultados de nuestro estudio han corroborado.<br />

En las ciudades de la selva estudiadas, existe<br />

una relación por asociación entre las personas<br />

que alguna vez en la vida consultaron por un<br />

síndrome folklórico y las que presentaron alguna<br />

vez un trastorno de tipo ansiedad, episodio<br />

depresivo o indicadores psicóticos, frente al grupo<br />

de personas que nunca consultaron por algún<br />

síndrome psiquiátrico.<br />

Ello podría indicar que existiría una relación<br />

directa entre ambas poblaciones: la que presentó<br />

un síndrome psiquiátrico y la que consultó por<br />

algún síndrome folklórico alguna vez en su vida; de<br />

ahí que podría plantearse la hipótesis de que, en la<br />

naturaleza de casi todos los síndromes folklóricos,<br />

estarían presentes en diferentes grados los tres<br />

síndromes psiquiátricos mencionados; o que<br />

en las personas que consultan por un síndrome<br />

folklórico habría cierta predisposición para<br />

padecer alguno de los síndromes psiquiátricos<br />

estudiado o viceversa.<br />

Se ha comprobado la recurrencia de la población<br />

estudiada a otras fuentes de tratamiento; estas<br />

fuentes están relacionadas con diversos sistemas<br />

de atención, a los que la población acude para<br />

resolver algún síntoma no relacionado con los<br />

síndromes folklóricos que presenta.<br />

Conclusiones<br />

En las cinco ciudades estudiadas de la selva<br />

del Perú, cuando un individuo enferma, intenta<br />

Anales de Salud Mental 2010 / Volumen <strong>XXVI</strong> (1)<br />

55


Estudio Epidemiológico y Síndromes Folklóricos en Cinco Ciudades de la Selva Peruana<br />

recuperar su salud recurriendo a uno o más de<br />

los sistemas de atención médica vigentes en el<br />

contexto sociocultural donde vive.<br />

Los síndromes folklóricos, “daño”, “susto”,<br />

“mal de ojo”, “aire” y “chucaque”, descritos<br />

desde antaño, tienen vigencia en las ciudades<br />

de la selva estudiadas. La población encuestada<br />

los reconoce, sabe qué sanadores los resuelven;<br />

así como sabe de sus métodos de diagnóstico y<br />

tratamiento. Estos cinco síndromes folklóricos<br />

tienen una matriz cultural comprendida por los<br />

investigadores que los estudiaron.<br />

Se han corroborado los síntomas y signos que<br />

constituyen los síndromes folklóricos, que por<br />

ahora son de naturaleza inespecífica.<br />

Los síndromes folklóricos presentan, en<br />

personas adultas de las ciudades estudiadas de<br />

la selva, prevalencia de vida estadísticamente<br />

significativa.<br />

El ataque de nervios, el mal del corazón etc., no<br />

constituyen una categoría diagnóstica folklórica<br />

en las ciudades de la selva estudiadas, pues no<br />

se les encontró un marco cultural, una hipótesis<br />

etiológica y una hipótesis terapéutica, reconocidos<br />

y compartidos desde la cultura.<br />

Existe asociación significativa entre los<br />

síndromes folklóricos estudiados y tres trastornos<br />

psiquiátricos.<br />

La población de Iquitos, Bagua, Tarapoto,<br />

Pucallpa y Puerto Maldonado, para resolver sus<br />

problemas de salud, consulta en forma paralela<br />

a más de un sistema de salud. Existe un alto<br />

porcentaje que no va a ningún sanador.<br />

Recomendaciones<br />

1. El estudio epidemiológico llevado a cabo<br />

por el INSM “Honorio Delgado - Hideyo<br />

Noguchi” en diferentes ciudades del Perú,<br />

y ahora en cinco ciudades de la selva, ha<br />

demostrado que constituye una estrategia<br />

válida para ampliar conocimientos en el<br />

área de la medicina folklórica y popular<br />

y de otros sistemas de atención vigentes,<br />

por lo que este tipo de estudios debe ser<br />

apoyado.<br />

2. De los resultados obtenidos a la fecha del<br />

estudio epidemiológico, se debe resaltar<br />

la vigencia que tienen en la población<br />

encuestada los síndromes folklóricos<br />

descritos por investigadores de antaño; lo<br />

cual determina que deben ser evaluados y<br />

considerados al momento de la ampliación<br />

de planes y programas de salud en general<br />

y de la salud mental en particular.<br />

3. Debe considerarse que, para el poblador<br />

peruano, la medicina folklórica y la medicina<br />

de otros modelos por estudiar constituye<br />

algunas veces el modelo único de atención,<br />

y en otros casos se constituye en un modelo<br />

agregado o complementario al modelo<br />

médico, al modelo popular o a otros<br />

modelos de atención.<br />

4. Debe crearse en la Dirección de Investigación<br />

del INSM “Honorio Delgado – Hideyo<br />

Noguchi” el “Programa de Medicina<br />

Folklórica y Popular y otros modelos<br />

complementarios” que se encargará de<br />

acciones tanto de investigación como de<br />

docencia y sus aplicaciones y repercusiones<br />

en los aspectos asistenciales.<br />

5. Deben llevarse a cabo investigaciones sobre<br />

biculturalidad en migrantes en costa, sierra<br />

y selva a partir de los conocimientos que se<br />

tiene, sobre el folklor médico peruano.<br />

Referencias<br />

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su Substrato Aborigen en el Perú. Lima: Imprenta<br />

de la UNMSM. 1986.<br />

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prácticas para la acción. Sevilla: Plublidisa. 2004:<br />

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J, Pedersen D, Tejada K. Conocimiento, opiniones<br />

y actitudes de los médicos frente a la medicina<br />

tradicional en tres ciudades del Perú. En Cabieses<br />

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29 de Junio de 1988. Lima: Talleres Gráficos Marín,<br />

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56 Anales de Salud Mental 2010 / Volumen <strong>XXVI</strong> (1)


Psiq. Eduardo Bernal García<br />

Report OMS. Génova: OMS; 1978. Series: 622.<br />

5. Pedersen D. Curanderos, Divinidades, Santos y<br />

Doctores: Elementos para el análisis de los sistemas<br />

médicos. El poder de la palabra en la medicinas<br />

tradicional de la costa norte del Perú. En Cabieses<br />

F, Camillol P editores. Trabajos del II Congreso<br />

Internacional de Medicina Tradicionales; Lima 26-<br />

29 de Junio de 1988. Lima: Talleres Gráficos Marín,<br />

1988; p. 95-114.<br />

6. Coe R.M. Sociología de la Medicina. New York: Mc<br />

Graw-Hill, New Cork.1973: 145-194.<br />

7. Glass – Coffin B. El Daño, el Cuento y El Chisme.<br />

El poder de la palabra en la Medicina Tradicional<br />

en la costa norte del Perú. En Cabieses F, Camillol P<br />

editores. Trabajos del II Congreso Internacional de<br />

Medicina Tradicionales; Lima 26-29 de Junio de 1988.<br />

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9. Jilek W. G. Jilek L. Terapia Blanca y Hechicería<br />

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10. Kiev A. Magic, Fauth and Healing Studies in<br />

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11. Medina E. La Medicina Tradicional o Popular. Rev.<br />

de Psiquiatr. del Hospital Psiquiátrico Doctor “José<br />

Horwiitz Barak”, 1984; 1: 155-159.<br />

12. Nieto D. Plantas y Drogas Psicotrópicas de América<br />

Latina. En Seguín C.A., Ríos R editores. Anales del<br />

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Lima 5-31 Octubre de 1969. Lima: Editorial Talleres<br />

Gráficos Villanueva S.A., 1969; p. 27-36.<br />

13. CONCYTEC: Seminario <strong>Nacional</strong> de Salud Mental,<br />

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14. Bernal E. Estudio Psicopatológico en Brujos del<br />

Pueblo de Salas, Lambayeque. Anales de Salud<br />

Mental, 1985; 1:162-179.<br />

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Psiquiátrico – Culturales del Perú. En Seguín<br />

C.A, Ríos R editores. Anales del Tercer Congreso<br />

Latinoamericano de Psiquiatría; Lima 5-31 Octubre<br />

de 1969. Lima: Editorial Talleres Gráficos Villanueva<br />

S.A., 1969; p. 55-56.<br />

16. Angeles C. Folklor Peruano, Vol. 1.Lima: Talleres<br />

de la Editorial “San Marcos”. 1988.<br />

17. Frisancho D. La Medicina Folklórica y sus<br />

Fundamentos. En Cabieses F, Camillol P editores.<br />

Trabajos del II Congreso Internacional de Medicina<br />

Tradicionales; Lima 26-29 de Junio de 1988. Lima:<br />

Talleres Gráficos Marín, 1988; p.117-126.<br />

18. Seguín C. A. Psiquiatría Folklórica. Introducción a<br />

la Psiquiatría Folklórica. Lima: Ediciones Remar.<br />

1988.<br />

19. Caycho A. Estudio sobre el Curanderismo<br />

y los curanderos en el Perú. En Seguín C.A.,<br />

Ríos R. editores. Anales del Tercer Congreso<br />

Latinoamericano de Psiquiatría; Lima 5-31 de<br />

Octubre de 1969. Lima: Editorial Talleres Gráficos<br />

Villanueva S.A.; 1969. p. 55-56.<br />

20. Sal y Rosas F. Sobre el Folklore Psiquiátrico del<br />

Perú: Hallazgos e Intentos de Esclarecimiento. En<br />

Samanez F, Ríos R, Lemlij M. editores. Anales del<br />

Segundo Congreso <strong>Nacional</strong> de Psiquiatría; Lima<br />

20-24 de Noviembre de 1971. Lima: Editorial Talleres<br />

Gráficos Villanueva S.A.; 1971. p. 197-218.<br />

21. Sal y Rosas F. La concepción mágica de la epilepsia<br />

en los indígenas peruanos. En Seguín C.A,<br />

Ríos R editores. Anales del Tercer Congreso<br />

Latinoamericano de Psiquiatría; Lima 5-31 de<br />

Octubre de 1969. Lima: Editorial Talleres Gráficos<br />

Villanueva S.A.; 1969. p. 42-60.<br />

22. Bernal E. Síndromes Folklóricos, asociación con<br />

síndromes siquiátricos y Modelos de Atención en<br />

la Sierra del Perú. EESMSP 2003.<br />

23. Mabit J. L’Hallucination Par L’Ayahuasca Chez Les<br />

Guerisseurs De La Haute-Amazonie Peruvienne<br />

(Tarapoto). En Cabieses F, Camillol P editores.<br />

Trabajos del II Congreso Internacional de Medicina<br />

Tradicionales; Lima 26-29 de Junio de 1988: Talleres<br />

Gráficos Marín; 1988; p. 211-128.<br />

24. Valdivizan H, Maldonado A. “La medicina popular<br />

peruana”. Vol. 1. Lima: Imprenta Torres Aguirre:<br />

1922: 93-117.<br />

25. Chiappe M. “El Síndrome cultural del “daño” y su<br />

tratamiento curanderil”. En Valdivia O, Péndola<br />

A editores. Anales del Primer Congreso <strong>Nacional</strong><br />

de Psiquiatría; Lima 26-31 de Octubre 1969. Lima:<br />

Editorial Imprenta Amauta S.A.; 1969. p. 330-337.<br />

26. Chiappe M, Lemlij M, Millones L. Alucinógenos<br />

y Shamanismo en el Perú contemporáneo. Lima:<br />

Ediciones El Virrey. Perúgraph Editores S.A. 1985.<br />

27. Cabieses F. Las Plantas Mágicas del Perú Primigenio.<br />

En Cabieses F, Camillol P editores. Trabajos del II<br />

Congreso Internacional de Medicina Tradicionales;<br />

Lima 26-29 de Junio de 1988: Talleres Gráficos Marín;<br />

1988; p. 317-326.<br />

28. Harner M. Alucinógenos y Chamanismo. Punto<br />

Omega.<br />

29. Guadarrama. Madrid, 1976.<br />

30. Polia, M. Las lagunas de los encantos: Medicina<br />

Tradicional Andina del Perú Septentrional. Editores<br />

Central Peruana de Servicios CEPESER. Lima,<br />

1988.<br />

Anales de Salud Mental 2010 / Volumen <strong>XXVI</strong> (1)<br />

57


ASOCIACIÓN ENTRE EJERCICIO FÍSICO Y TRASTORNOS<br />

<strong>MENTAL</strong>ES PREVALENTES EN LA POBLACIÓN ADULTA <strong>DE</strong>L<br />

ESTUDIO EPI<strong>DE</strong>MIOLÓGICO <strong>DE</strong> LIMA METROPOLITANA Y CALLAO<br />

ASSOCIATION BETWEEN PHYSICAL EXERCISE AND <strong>MENTAL</strong> DISOR<strong>DE</strong>RS<br />

PREVALENTS IN THE ADULT POPULATION IN THE EPI<strong>DE</strong>MIOLOGICAL<br />

SURVEY IN METROPOLITAN LIMA AND CALLAO<br />

Suazo Herrera, Percy 1<br />

Ramos Palomino, Zayra 2<br />

Cabeza López, Hernán 3<br />

1<br />

Licenciado en Tecnología<br />

Médica. Terapeuta físico.<br />

INSM “HD-HN”<br />

2<br />

Licenciada en Enfermería.<br />

Especialista en Salud<br />

Mental y Psiquiatría. INSM<br />

“HD-HN”<br />

3<br />

Licenciado en Enfermería.<br />

INSM “HD-HN”<br />

RESUMEN<br />

OBJETIVOS: Determinar la relación entre la<br />

frecuencia de ejercicio físico y la presencia de<br />

ansiedad, depresión o ambos trastornos en<br />

la población adulta de Lima Metropolitana y<br />

Callao del año 2002.<br />

MÉTODO: Los datos para este trabajo fueron<br />

extraídos del Estudio Epidemiológico de Salud<br />

Mental de Lima Metropolitana y Callao 2002,<br />

realizado por el <strong>Instituto</strong> <strong>Nacional</strong> de Salud<br />

Mental “Honorio Delgado - Hideyo Noguchi”<br />

(INSM “HD-HN”). Para ver la asociación entre<br />

las variables en estudio se ajustaron modelos<br />

de regresión logística.<br />

RESULTADOS: Controlando algunas variables<br />

sociodemográficas, se observó una asociación<br />

significativa entre la frecuencia de ejercicio físico<br />

y la presencia de ambos trastornos (ansiedad y<br />

depresión). Asimismo, controlando sólo edad y<br />

sexo, resultaron asociadas significativamente la<br />

presencia de ansiedad y ambos trastornos.<br />

C ONCLUSIONES: Existe una asociación<br />

significativa entre la frecuencia de ejercicio<br />

físico y la presencia de trastornos mentales<br />

tipo depresión, ansiedad y una combinación<br />

de ambos.<br />

PALABRAS CLAVE: Ejercicio físico, depresión,<br />

ansiedad.<br />

SUMMARY<br />

O BJECTIVES: To determine the relation<br />

between the frequency of physical exercise<br />

and the presence of anxiety, depression, or<br />

both disorders in the adult population of<br />

metropolitan Lima and Callao in 2002.<br />

METHODS: Information for this work was taken<br />

from the Epidemiological Study on Mental<br />

Health in Metropolitan Lima and Callao in<br />

2002, developed by the National Mental Health<br />

Institute “Honorio Delgado-Hideyo Noguchi”<br />

(NMHI HD-HN). Logistic regression models<br />

were adjusted to analyze the association between<br />

the variables in study.<br />

RESULTS: Controlling some sociodemographic<br />

variables, it was observed a significant association<br />

between the frequency of physical exercise<br />

and the presence of both disorders (anxiety<br />

and depression). Likewise, controlling only<br />

age and sex, it was found that the presence of<br />

anxiety and both disorders were associated<br />

significantly.<br />

CONCLUSIONS: A significant association exists<br />

between the frequency of physical exercise and<br />

the presence of mental disorders like depression,<br />

anxiety, and a combination of both.<br />

KEY WORDS: Physical exercise, depression,<br />

anxiety.<br />

L a depresión y la ansiedad son dos<br />

alteraciones de la salud mental reconocidas bajo<br />

las clasificaciones internacionales DSM IV y CIE<br />

101; afectan a un gran número de personas a nivel<br />

mundial. Las estadísticas ponen de manifiesto<br />

que aproximadamente 154 millones de personas<br />

en todo el mundo padecen depresión.<br />

En el año 2000 la depresión se convirtió en la<br />

primera causa de discapacidad global mundial;<br />

y, según pronósticos de la Organización Mundial<br />

de la Salud, para el año 2020 ocupará el segundo<br />

puesto en el ranking medido en días de vida<br />

ajustados por año perdidos a lo largo de la vida<br />

por mortalidad y productividad. En cuanto a la<br />

ansiedad, se estima que el 29% de la población sufre<br />

un problema de este tipo a lo largo de su vida 2 .<br />

En el Perú, los recientes estudios<br />

epidemiológicos 3,4,5 realizados nos muestran un<br />

panorama similar al que se observa en el mundo.<br />

Los trastornos mentales, en especial la depresión<br />

y los trastornos de ansiedad, son problemas serios<br />

de salud pública en las tres regiones del país.<br />

En general, más de un tercio de las poblaciones<br />

adultas estudiadas ha padecido algún trastorno<br />

psiquiátrico alguna vez en su vida, siendo esta<br />

proporción mayor en las ciudades de Ayacucho<br />

e Iquitos.<br />

En Lima - Callao y Sierra el 37.3% de personas<br />

adultas desarrolló algún trastorno psiquiátrico a<br />

lo largo de su vida, siendo este porcentaje en la<br />

Selva del 30.3%. En cuanto a la prevalencia actual<br />

de algún trastorno mental, se observa que en Lima<br />

58 Anales de Salud Anales Mental de Salud 2010 Mental / Volumen 2010 / <strong>XXVI</strong> Volumen (1), pp <strong>XXVI</strong> 58-65 (1)


Suazo Herrera, Percy; Ramos Palomino, Zayra; Cabeza López, Hernán<br />

y Callao es del 23.5%, en la Sierra es de 17% y en<br />

la Selva 15.4%.<br />

Los principales problemas identificados son los<br />

trastornos ansiosos y depresivos, observándose<br />

altas tasas de prevalencia. Específicamente<br />

en Lima la depresión clínica es el trastorno<br />

psiquiátrico más frecuente, seguido por el<br />

trastorno de ansiedad generalizada y el abuso/<br />

dependencia de alcohol. En la Sierra y la Selva, el<br />

problema psiquiátrico más frecuente es el abuso/<br />

dependencia de alcohol, seguido por la depresión<br />

clínica y el trastorno de ansiedad generalizada.<br />

La causa de estrés más frecuente referida por<br />

las personas adultas entrevistadas fue el dinero<br />

y la salud.<br />

La influencia de algunas variables<br />

sociodemográficas en el desarrollo de ambos<br />

trastornos ha sido también estudiada. Encontramos<br />

estudios en los cuales algunas de estas variables<br />

parecerían afectar los índices de sintomatología<br />

depresiva, sobre todo en las mujeres. Matud6<br />

corroboró que las mujeres presentan mayores<br />

niveles de depresión que los hombres; así mismo,<br />

observó que estas diferencias se hacían más<br />

notorias entre las personas mayores de treinta y<br />

cuatro años, en las mujeres que tenían hijos, en<br />

las casadas y divorciadas, en las de bajo nivel de<br />

estudios y en las no profesionales.<br />

Otros investigadores señalan que al parecer<br />

la relevancia de factores sociales y estructurales<br />

tiene mayor peso que el género en los niveles<br />

de depresión. En este sentido, Conroy 7 realizó<br />

un estudio con 497 mujeres con una edad media<br />

de cincuenta y siete años encontrando que el<br />

39% de mujeres que había practicado ejercicio<br />

físico y que por algún motivo ya no volvieron<br />

a practicarlo presentaban mayores niveles de<br />

ansiedad y depresión.<br />

Por otro lado, Olmedilla 5 , al estudiar el<br />

fenómeno de la ansiedad, encontró que las mujeres<br />

con edades entre cuarenta y cinco y cincuenta y<br />

cuatro años era el grupo en el que predominaba<br />

un nivel medio de ansiedad, seguido por el<br />

grupo entre cincuenta y cinco y sesenta y cinco,<br />

a diferencia de las mujeres entre diez y ocho y<br />

veinticuatro años las cuales mostraban menores<br />

niveles de ansiedad. Esta relación con la edad<br />

estaría explicada por los procesos naturales de<br />

envejecimiento y sedentarismo.<br />

La necesidad de diseñar sistemas de salud<br />

integrales que cubran todas las áreas de atención,<br />

y en particular la salud mental, hace necesario<br />

y urgente afrontar los retos actuales y ofrecer<br />

soluciones basadas en la evidencia científica<br />

profundizando el conocimiento que se tiene sobre<br />

los posibles beneficios del ejercicio físico como<br />

factor positivo que influye sobre la salud mental<br />

de la población.<br />

El objetivo del presente trabajo es evaluar la<br />

relación entre el ejercicio físico y la presencia de<br />

trastornos de ansiedad, depresión o ambos en<br />

la población adulta de Lima Metropolitana de<br />

Lima y Callao.<br />

Método<br />

La población considerada en este estudio<br />

fueron los adultos con edades entre 18 y 65 años<br />

residentes en Lima Metropolitana y Callao en<br />

el 2002. Los datos utilizados forman parte del<br />

Estudio Epidemiológico de Salud Mental de Lima<br />

Metropolitana y Callao 2002 4 . La muestra estuvo<br />

conformada por 1 927 adultos.<br />

La metodología y las consideraciones éticas del<br />

presente estudio se encuentran especificadas en<br />

los Anales de Salud Mental de Lima Metropolitana<br />

y Callao 2002. 4<br />

La información acerca de los trastornos de<br />

ansiedad y depresión corresponden al estudio<br />

Epidemiológico mencionado. Los datos fueron<br />

obtenidos a través de la aplicación del MINI, y los<br />

resultados del estudio se encontraban agrupados<br />

en las categorías de presencia o ausencia del<br />

trastorno.<br />

Los datos de la frecuencia de ejercicio<br />

físico fue obtenida de la Encuesta del Estudio<br />

Epidemiológico, Módulo de Salud Integral del<br />

Adulto: Creencias y pasatiempos pregunta<br />

65-b. Se observó que las categorías extremas<br />

concentraban poca población, razón por la cual<br />

en el presente estudio se consideró agruparlas en<br />

tres categorías: “nunca/rara vez”, “ocasional” y<br />

“frecuente/muy frecuente”, a fin de darle mayor<br />

estabilidad a la muestra.<br />

Se ajustaron modelos de regresión logística<br />

para evaluar la asociación entre la frecuencia de<br />

Anales de Salud Mental 2010 / Volumen <strong>XXVI</strong> (1)<br />

59


Asociación Entre Ejercicio Físico y Trastornos Mentales Prevalentes en la Población Adulta del Estudio Epidemiológico de Lima Metropolitana y Callao<br />

ejercicio físico y la presencia de los trastornos<br />

de ansiedad, depresión o ambas condiciones,<br />

controlando el posible efecto confusor de las<br />

variables sociodemográficas y económicas. El<br />

procesamiento de los datos se efectuó utilizando<br />

el módulo para muestras complejas del paquete<br />

estadístico SPSS versión 15.<br />

Resultados<br />

La población estimada de adultos en Lima y<br />

Callao en el año 2002 era 3 639 716 personas con<br />

una edad promedio de 36 ± 11.7 años, poco más<br />

de la mitad de la población eran de sexo femenino<br />

(52.1%). En cuanto al nivel de instrucción, se<br />

observó que el 43.5% tenían nivel de estudio<br />

secundario y, el 45.1%, educación superior<br />

universitaria y no universitaria.<br />

En cuanto a la frecuencia de ejercicio físico en la<br />

población adulta de Lima Metropolitana y Callao,<br />

se observó que el 62.2% refirió que “nunca o rara<br />

vez” realizaba ejercicio físico, 19% lo realizaba de<br />

manera “ocasional” y 18.9% de manera “frecuente<br />

o muy frecuentemente” (Gráfico 1).<br />

Gráfico 1.<br />

FRECUENCIA <strong>DE</strong> EJERCICIOS FÍSICOS EN LA POBLACIÓN ESTUDIADA.<br />

¿CON QUE FRECUENCIA HACE EJERCICIOS?<br />

Nunca/Rara vez<br />

62,2 %<br />

Ocasionalmente<br />

19.0 %<br />

Frecuentemente/<br />

Muy frecuentemente<br />

18,9 %<br />

En la tabla 1 se observa que la frecuencia de<br />

ejercicio físico está significativamente relacionada<br />

con la edad (p


Suazo Herrera, Percy; Ramos Palomino, Zayra; Cabeza López, Hernán<br />

Tabla 1.<br />

CARACTERÍSTICAS SOCIO<strong>DE</strong>MOGRÁFICAS Y ECONÓMICAS <strong>DE</strong> LOS ADULTOS. LIMA METROPOLITANA Y CALLAO 2002<br />

CARACTERÍSTICAS<br />

Edad según grupos etarios<br />

18 a 24 años<br />

25 a 44 años<br />

45 a 64 años<br />

Género<br />

Femenino<br />

Masculino<br />

Estado civil<br />

Soltero<br />

Separado/Viudo/Divorciado<br />

Casado/Conviviente<br />

Grado de instrucción<br />

Sin nivel a Primaria<br />

Secundaria<br />

Superior no universitaria<br />

Superior universitaria<br />

Necesidades básicas insatisfechas<br />

Dos o más NBI<br />

Una NBI<br />

Ninguna NBI<br />

NUNCA/RARA VEZ<br />

¿CON QUÉ FRECUENCIA HACE EJERCICIOS?<br />

OCASIONALMENTE<br />

FRECUENTE/<br />

MUY FRECUENTEMENTE<br />

N (%) N (%) N (%)<br />

221 (55.0)<br />

733 (63.2)<br />

303 (66.9)<br />

863 (72.5)<br />

363 (51.0)<br />

280 (52.5)<br />

174 (65.7)<br />

801 (67.3)<br />

209 (82.2)<br />

591 (66.6)<br />

256 (59.7)<br />

201 (45.6)<br />

183 (71.8)<br />

320 (66.7)<br />

741 (60.0)<br />

87 (24.9)<br />

182 (18.3)<br />

70 (14.6)<br />

166 (14.6)<br />

173 (23.8)<br />

129 (26.8)<br />

35 (13.8)<br />

174 (15.2)<br />

24 (8.1)<br />

123 (16.2)<br />

79 (21.0)<br />

113 (28.0)<br />

26 (14.2)<br />

67 (16.5)<br />

238 (20.2)<br />

70 (20.1)<br />

181 (18.5)<br />

80 (18.4)<br />

133 (13.0)<br />

198 (25.3)<br />

105 (20.7)<br />

36 (20.6)<br />

189 (17.5)<br />

20 (9.7)<br />

132 (17.2)<br />

82 (19.3)<br />

97 (26.4)<br />

29 (14.0)<br />

66 (16.8)<br />

225 (19.8)<br />

F P<br />

3,205 0,013<br />

32,485 0,000<br />

8,952 0,000<br />

11,275 0,000<br />

2,305 0,058<br />

Asimismo, en la Tabla 2 se observa que la<br />

relación entre la frecuencia de ejercicio físico y<br />

los trastornos mentales de ansiedad y depresión<br />

resultó de tipo inversa, existiendo una tendencia a<br />

disminuir la proporción de adultos con ansiedad<br />

o depresión al incrementarse la frecuencia de<br />

ejercicio físico. Entre las personas que presentan el<br />

trastorno de ansiedad, el 17.4% refirió que “nunca<br />

o rara vez” realizaba ejercicio físico, a diferencia del<br />

11.5% que refirió hacerlo de manera “frecuente/<br />

muy frecuentemente”. En cuanto a la depresión,<br />

el 10.1% refirió que “nunca o rara vez” realizaba<br />

ejercicio físico versus el 6.2% que lo realizaba<br />

de manera “frecuente/muy frecuentemente”.<br />

La presencia de ambos trastornos (ansiedad y<br />

depresión está significativamente relacionada<br />

con la frecuencia de ejercicio físico (p


Asociación Entre Ejercicio Físico y Trastornos Mentales Prevalentes en la Población Adulta del Estudio Epidemiológico de Lima Metropolitana y Callao<br />

Tabla 2.<br />

FRECUENCIA <strong>DE</strong> EJERCICIO FÍSICO Y PRESENCIA <strong>DE</strong> ANSIEDAD, <strong>DE</strong>PRESIÓN O AMBOS TRASTORNOS EN LA POBLACIÓN<br />

<strong>DE</strong> LIMA METROPOLITANA Y CALLAO 2002.<br />

CARACTERÍSTICAS<br />

Solo ansiedad<br />

Sí<br />

No<br />

Solo depresión<br />

Sí<br />

No<br />

Ansiedad y depresión<br />

Sí<br />

No<br />

NUNCA/RARA VEZ<br />

¿CON QUÉ FRECUENCIA HACE EJERCICIOS?<br />

OCASIONALMENTE<br />

FRECUENTE/<br />

MUY FRECUENTEMENTE<br />

N (%) N (%) N (%)<br />

215 (17.4)<br />

1042 (82.6)<br />

131 (10.1)<br />

1126 (89.9)<br />

165 (12.4)<br />

1092 (87.6)<br />

49 (14.5)<br />

290 (85.5)<br />

27 ( 8.3)<br />

312 (91.7)<br />

31 (8.6)<br />

308 (91.4)<br />

42 (11.5)<br />

289 (88.5)<br />

24 ( 6.2)<br />

307 (93.8)<br />

15 ( 4.5)<br />

316 (95.5)<br />

P<br />

0,078<br />

0,116<br />

0,002<br />

Se ajustaron modelos de regresión para<br />

relacionar cada uno de los trastornos con la<br />

frecuencia de ejercicio físico controlando la<br />

edad y el sexo, encontrándose una asociación<br />

significativa entre la frecuencia de ejercicio<br />

físico y el trastorno de ansiedad, (OR: 1.6;<br />

IC: 1.0 – 2.4). Esta relación se hace más fuerte<br />

cuando los trastornos de ansiedad y depresión<br />

se encuentran presentes (OR: 2.7; IC: 1.4 – 5.2);<br />

es decir, una persona tendría casi tres veces<br />

más probabilidades de presentar ansiedad y<br />

depresión cuando “nunca o rara vez” realiza<br />

ejercicio físico, en comparación con aquella que<br />

lo realiza con mayor frecuencia.<br />

Tabla 3.<br />

MO<strong>DE</strong>LOS <strong>DE</strong> REGRESIÓN LOGÍSTICA PARA TRASTORNOS CLÍNICOS: SÓLO ANSIEDAD, SÓLO <strong>DE</strong>PRESIÓN Y AMBOS,<br />

CONTROLANDO EDAD Y GÉNERO.<br />

CARACTERÍSTICAS<br />

Frecuencia de Ejercicio Físico<br />

Nunca,rara vez<br />

Ocasionalmente<br />

Frecuente, muy frecuentemente<br />

SOLO ANSIEDAD SOLO <strong>DE</strong>PRESIÓN ANSIEDAD Y <strong>DE</strong>PRESIÓN<br />

OR IC (95%) OR IC (95%) OR IC (95%)<br />

1,6 (1.0 , 2.4)<br />

1,3 (0.7 , 2.2)<br />

1<br />

1,6<br />

1,3<br />

(0.9 , 0.7)<br />

1<br />

(0.7 , 2.5)<br />

2,7<br />

2,0<br />

(1.4 , 5.20)<br />

1<br />

(0.9 , 4.4)<br />

Edad<br />

18 a 24<br />

25 a 44<br />

45 a 64<br />

1,2<br />

1,1<br />

(0.8 , 1.8)<br />

1<br />

(0.8 , 1.5)<br />

0,9<br />

0,9<br />

(0.6 , 1.4)<br />

1<br />

(0.6 , 1.3)<br />

1,0<br />

1,2<br />

(0.6 , 1.7)<br />

1<br />

(0.6 , 1.3)<br />

Género<br />

Femenino<br />

Masculino<br />

1,2<br />

1<br />

(0.9 , 1.6)<br />

1,4<br />

1<br />

(0.9 , 2.0)<br />

1,7<br />

1<br />

(1.1 , 2.5)<br />

Discusión<br />

Los resultados de la presente investigación<br />

muestran que existe una asociación significativa<br />

entre la frecuencia de ejercicio físico y la prevalencia<br />

de trastornos mentales tales como depresión,<br />

ansiedad y una combinación de ambos. Similares<br />

hallazgos fueron observados desde principios de<br />

la década de los 90. En Estados Unidos se detectó<br />

que la falta de ejercicio estaba involucrada,<br />

62 Anales de Salud Mental 2010 / Volumen <strong>XXVI</strong> (1)


Suazo Herrera, Percy; Ramos Palomino, Zayra; Cabeza López, Hernán<br />

conjuntamente con otros hábitos no saludables,<br />

al origen de siete de las diez principales causas<br />

de muerte en ese país (Rodríguez Marín,<br />

1991) 8 . A partir de este momento se inicia un<br />

estudio sistemático y profundo de la relación<br />

entre el ejercicio físico no sólo con trastornos<br />

cardiovasculares, obesidad o cáncer, sino<br />

también con trastornos de tipo mental tales<br />

como ansiedad, estrés o depresión. Actualmente<br />

hay estudios 9,10,11 que hablan de la eficacia del<br />

ejercicio y el deporte para el mejoramiento de<br />

diversos factores emocionales aplicándose el<br />

término de psicoterapia a través del movimiento<br />

(Rümmele,1990) 25 . Y algunas investigaciones<br />

de tipo meta-analítico han encontrado efectos<br />

significativos de la práctica de la actividad física<br />

sobre el bienestar psicológico 12 .<br />

Asimismo, en el presente estudio se observó<br />

que la prevalencia de ansiedad tiende a disminuir<br />

significativamente al incrementarse la frecuencia<br />

de ejercicio físico, siendo esta tendencia mucho<br />

más marcada en la población que presentó ambos<br />

trastornos, observándose que la prevalencia<br />

disminuye de 12.4% a 4.5% cuando se realiza<br />

ejercicio físico de manera “frecuente o muy<br />

frecuentemente”.<br />

Cabe destacar que en este estudio se observó<br />

que las personas que “nunca o rara vez” realizan<br />

ejercicios físicos tendrían casi tres veces más<br />

probabilidades de presentar ansiedad y depresión<br />

en comparación con aquellas que lo realizan de<br />

manera “frecuente o muy frecuentemente”.<br />

Similares hallazgos han sido observados en<br />

otros estudios. El estudio de cohortes realizado<br />

por Sánchez y cols. 6 mostró de forma contundente<br />

una clara asociación entre el nivel de actividad<br />

física y el riesgo a desarrollar un desorden mental.<br />

Los sujetos que tenían altos niveles de actividad<br />

física por semana redujeron el riesgo a desarrollar<br />

trastornos mentales en comparación con los<br />

individuos que tenían poca actividad. Además,<br />

los sujetos con altos niveles de sedentarismo (más<br />

de 42 horas por semana) mostraron un 31% en el<br />

incremento del riesgo para desarrollar un desorden<br />

mental en comparación con los individuos que<br />

tenían pocas horas de sedentarismo (10.5 horas<br />

por semana).<br />

De igual forma, en el estudio de la National<br />

Health Nutrition Examination Survey que<br />

incluyó 7 000 sujetos con edades comprendidas<br />

entre 25 a 74 años, se encontró que las personas<br />

que refirieron tener un bajo nivel de actividad<br />

física fueron más propensas a presentar síntomas<br />

depresivos 13 .<br />

El presente estudio también consideró el<br />

análisis de la relación entre la variable ejercicio<br />

físico, los trastornos mentales mencionados y<br />

algunas variables sociodemográficas como edad,<br />

género, nivel de instrucción y necesidades básicas<br />

insatisfechas. Los resultados mostraron que existe<br />

relación entre el trastorno de ansiedad, la poca<br />

frecuencia de ejercicio físico y el bajo nivel de<br />

instrucción. En cuanto a depresión, se observó<br />

que la mayor prevalencia de este trastorno se<br />

encontraba en la población que realiza poco<br />

ejercicio físico, en mujeres y en las personas que<br />

alguna vez estuvieron unidas. En la población<br />

que tenía ambos trastornos todas las variables<br />

resultaron significativas a excepción de la edad.<br />

En este sentido, el estudio de Olmedilla, Ortega<br />

y Madrid 4 , quienes analizaron también estas<br />

relaciones, reportó que las mujeres que realizan<br />

algún tipo de actividad física manifiestan niveles<br />

de ansiedad inferiores a aquellas que no realizan<br />

ejercicio físico. De igual manera sucedía con<br />

aquellas que vivían con su pareja, a diferencia de<br />

las viudas o divorciadas, quienes manifestaron<br />

elevados niveles de ansiedad; asimismo, observó<br />

que las mujeres sin estudios mostraban altos<br />

niveles de ansiedad. En cuanto a depresión,<br />

encontró que las viudas manifestaron un elevado<br />

nivel en comparación con las casadas o solteras.<br />

En cuanto al grado de instrucción, observó que las<br />

mujeres con estudios universitarios presentaron<br />

menores niveles de depresión, aunque no<br />

fue significativo en relación a las que tenían<br />

estudios primarios o secundarios. Asimismo,<br />

las mujeres con edades comprendidas entre<br />

45 y 54 años presentaban mayores niveles de<br />

depresión en comparación con el grupo de edades<br />

comprendidas entre 35 y 44 años.<br />

La explicación más aceptada para la relación<br />

bienestar-ejercicio físico está orientada a los<br />

efectos anti-inflamatorios y neuroquímicos de la<br />

actividad física. Se ha demostrado que el ejercicio<br />

en suficiente intensidad y duración incrementa<br />

los niveles de circulación en sangre de betaendorfinas<br />

14 . Diversos estudios prospectivos<br />

sugieren que la actividad física influye en los<br />

Anales de Salud Mental 2010 / Volumen <strong>XXVI</strong> (1)<br />

63


Asociación Entre Ejercicio Físico y Trastornos Mentales Prevalentes en la Población Adulta del Estudio Epidemiológico de Lima Metropolitana y Callao<br />

centros dopaminérgicos, noradrenérgicos y<br />

serotoninérgicos, ejerciendo efectos terapéuticos<br />

de bienestar y relajación inmediata en la persona;<br />

sin embargo, el mecanismo para explicar cómo<br />

la actividad física influye saludablemente en los<br />

procesos cerebrales aún no ha sido suficientemente<br />

explicado 15,16 y no fue materia de estudio del<br />

presente trabajo.<br />

Asimismo, los diversos estudios sobre la<br />

repercusión del ejercicio físico en los niveles<br />

de salud se han realizado en base a parámetros<br />

como frecuencia, duración, intensidad o tipo<br />

de ejercicio. Según el Departamento de Salud y<br />

Servicios Humanos de EE. UU., la cantidad más<br />

que la intensidad de la actividad físico-deportiva<br />

influye sobre los estados de salud. 17 Así, tenemos<br />

que el American College of Sports Medicine (1999)<br />

recomienda que se practique ejercicio físico con<br />

una frecuencia entre 3 a 5 días por semana para<br />

conseguir mejoras significativas en trastornos<br />

de ansiedad; no obstante, cabe señalar que aún<br />

existe poca precisión en cuanto a la intensidad,<br />

frecuencia y duración en las que el ejercicio físico<br />

resulta beneficioso según el componente del<br />

bienestar psicológico que se quiera mejorar 5 .<br />

De igual manera, hay estudios que sostienen<br />

que el ejercicio físico tiene un efecto terapéutico<br />

y es un buen coadyuvante en el tratamiento de<br />

personas con depresión o ansiedad. Peña, Mena<br />

Labrada y cols. 7 observaron que los grupos<br />

de pacientes que, además de la medicina y<br />

psicoterapia, ejecutaron ejercicio físico tres días<br />

por semana durante tres meses presentaron una<br />

disminución en la media de los puntajes para la<br />

Escala de Hamilton para la ansiedad y la Escala<br />

de Hamilton para la depresión, en comparación<br />

con los pacientes que recibieron sólo medicación y<br />

psicoterapia. Estos estudios no han sido replicados<br />

aún en nuestro medio.<br />

En suma, los resultados del presente trabajo<br />

son consistentes con diversos estudios realizados<br />

a nivel mundial, los que muestran que existe<br />

una asociación significativa entre la frecuencia<br />

de ejercicio físico y la prevalencia de trastornos<br />

mentales, tales como depresión, ansiedad y<br />

una combinación de ambos. En este sentido,<br />

los resultados de la presente investigación<br />

confirman el conocimiento previo. Por su<br />

enfoque local, esta característica ayudará a tomar<br />

decisiones orientadas a influir positivamente en<br />

los trastornos mentales de nuestra población. Aun<br />

así, consideramos que están pendientes muchas<br />

interrogantes a ser abordadas en otros trabajos,<br />

como por ejemplo analizar la influencia que sobre<br />

estos trastornos podría ejercer la intensidad y/o<br />

el tipo de ejercicio físico, o ahondar en el análisis<br />

de la influencia de variables socio demográficas.<br />

Asimismo, consideramos pertinente realizar<br />

otros trabajos utilizando las bases de datos<br />

correspondientes a los Estudios Epidemiológicos<br />

de la Sierra, Selva, Fronteras y Áreas Rurales<br />

realizados por el INSM “HD-HN”. Este avance<br />

progresivo en el conocimiento nos llevará a un<br />

mejor entendimiento de la mediación que existe<br />

entre fenómenos físicos, psicológicos e incluso<br />

sociales en nuestra población.<br />

Conclusiones<br />

La presencia de los trastornos de ansiedad<br />

y depresión disminuye al incrementarse la<br />

frecuencia de ejercicio físico.<br />

La presencia conjunta de ambos trastornos<br />

disminuye de manera muy significativa al<br />

incrementarse la frecuencia de ejercicio físico.<br />

La posibilidad de que se presenten ambos<br />

trastornos es casi tres veces mayor en aquellas<br />

personas que “nunca o rara vez” realizan ejercicio<br />

físico frente a las que lo realizan de manera<br />

“frecuente o muy frecuentemente”.<br />

La mayor prevalencia de depresión se concentra<br />

en la población que realiza poco ejercicio físico, en<br />

mujeres y en personas que alguna vez estuvieron<br />

unidas.<br />

Referencias<br />

1. CIE-10. (1994). Trastornos mentales y de<br />

comportamiento. Descripciones clínicas y pautas<br />

para el diagnóstico. O.M.S. Ginebra<br />

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Disponible en: Google. Press Perú. Com. http://<br />

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Anales de Salud Mental 2010 / Volumen <strong>XXVI</strong> (1)<br />

65


66 Anales de Salud Mental 2010 / Volumen <strong>XXVI</strong> (1)


ARTÍCULOS<br />

<strong>DE</strong> REVISIÓN<br />

TERAPIA COGNITIVO-CONDUCTUAL EN BULIMIA NERVIOSA<br />

COGNITIVE – BEHAVIORAL THERAPY IN NERVOUS BULIMIA<br />

Albornoz Muñoz,<br />

Delia Patricia;<br />

Miranda Ulloa,<br />

Gilberto Enrique;<br />

Solano Carranza,<br />

Cecilia<br />

RESUMEN<br />

La bulimia nerviosa es uno de los dos trastornos<br />

de alimentación más importantes que existen,<br />

cuya prevalencia en poblaciones jóvenes, así<br />

como la morbimortalidad entre los trastornos<br />

psiquiátricos, es considerada significativa. El tratamiento<br />

es interdisciplinario e incluye distintas<br />

intervenciones terapéuticas, como la psicofarmacológica,<br />

la familiar y la cognitivo-conductual.<br />

El éxito de la terapia cognitivo-conductual en<br />

bulimia nerviosa ha sido ampliamente demostrado<br />

y se considera la más estudiada hasta el momento<br />

en esta patología. El contribuir a mejorar la<br />

comprensión de la terapia cognitivo-conductual<br />

en el tratamiento de la bulimia nerviosa y la<br />

escasez de publicaciones en nuestro medio nos<br />

motivaron a realizar una revisión actualizada<br />

de la literatura. Revisamos la teoría original de<br />

Fairburn hasta su nueva teoría trasdiagnóstica,<br />

mencionamos los perfiles clínicos de la bulimia,<br />

proponemos la operacionalización de “conductas<br />

alimentarias problema” de las pacientes en dos<br />

principales: vómitos autoinducidos y miedo a<br />

engordar. Recopilamos las técnicas descritas<br />

y utilizadas en bulimia hasta el momento, y<br />

concluimos señalando aspectos importantes en<br />

la modificación del sistema de autoevaluación<br />

disfuncional y propuestas alternativas para la<br />

prevención de recaídas.<br />

PALABRAS CLAVE: Bulimia Nerviosa, Terapia<br />

cognitivo-conductual.<br />

SUMMARY<br />

Bulimia Nervosa is one of the two most<br />

important eating disorders that currently<br />

exist, which prevalence in young populations<br />

and the morbimortality in the psyquiatric<br />

disorders is considered significant. The<br />

treatment is an interdisciplinary one and<br />

includes different therapeutical interventions<br />

as the psychofarmacologist, the familiar and<br />

the cognitive behavioral.<br />

The success of the cognitive behavioral<br />

therapy has been broadly demonstrated and<br />

it is considered so far as the most studied<br />

therapy in this pathology. Our purpose is<br />

to contribute to the understanding of the<br />

cognitive behavioral therapy in Bulimia<br />

Nervosa. The small amount of literature in<br />

our environment and the little practical use<br />

of the same motivate us to do a review of<br />

texts that deals with the topic in a pragmatic<br />

way. We reviewed from the original theory of<br />

Fairburn to his new theory trasdiagnostical,<br />

we mention the clinical profiles of bulimia,<br />

we propose the definition of the problematical<br />

eating behaviors in two principals: self<br />

induced vomiting and fear of becoming fat. We<br />

collected the techniques described and used<br />

in Bulimia up to the moment and conclude<br />

pointing important aspects in the modification<br />

of the self evaluation dysfunctional system<br />

and alternatives proposals for the prevention<br />

of relapses.<br />

La Bulimia Nerviosa (BN) y la Anorexia<br />

Nerviosa (AN) se consideran actualmente como<br />

los dos trastornos de la alimentación (TA) más<br />

importantes. Las pacientes con estos trastornos<br />

suelen afectar considerablemente su desempeño<br />

académico, laboral, social, emocional, familiar<br />

y físico, básicamente por la preocupación<br />

desproporcionada sobre el peso y la comida que<br />

las caracterizan 1 .<br />

La BN y la AN son trastornos de elevada<br />

morbimortalidad. Se encuentran entre los<br />

trastornos psiquiátricos que más morbimortalidad<br />

reportan 2 . Patton encuentra una tasa de mortalidad<br />

6 veces mayor en un periodo de seguimiento de 7,6<br />

años en 450 pacientes con TA cuando se compara<br />

con un grupo control de la población 3 . Estos<br />

trastornos se distribuyen, predominantemente,<br />

en poblaciones jóvenes y de sexo femenino, con<br />

una razón hombre/mujer de 1/6 a 1/10 4 .<br />

La prevalencia de vida de BN en mujeres es<br />

de 1% a 4,2% a nivel mundial 5 . En nuestro país,<br />

según el estudio Epidemiológico Metropolitano<br />

de Salud Mental en Lima Metropolitana y Callao,<br />

la prevalencia de AN es 0%, y de BN es 0,6%6.<br />

Según el Estudio Epidemiológico de la Sierra<br />

Peruana, realizado en las ciudades de Ayacucho,<br />

Cajamarca y Huaraz, la prevalencia de BN es<br />

de 0,4% en adolescentes y 0% en las adultas 7 .<br />

La prevalencia de BN en las adultas de la Selva<br />

Peruana es de 0,1% 8 .<br />

El tratamiento es interdisciplinario; se requiere<br />

la intervención de un equipo de profesionales 9,10<br />

e incluye diferentes intervenciones, tales como<br />

Anales de Salud Mental 2010 / Volumen <strong>XXVI</strong> (1), pp 67-74<br />

67


Terapia Cognitivo-Conductual en Bulimia Nerviosa<br />

la psicofarmacológica, la familiar y la terapia<br />

cognitivo conductual (TCC) 11,12 . Dentro de las<br />

diferentes combinaciones de intervenciones<br />

terapéuticas empleadas, la TCC sigue siendo<br />

la primera opción en BN 13 , cuyo éxito ha sido<br />

ampliamente reportado, considerándose incluso<br />

como la terapia que más ha sido estudiada hasta<br />

el momento en BN 14 .<br />

Existen cerca de 50 estudios controlados sobre<br />

la efectividad de la TCC en esta patología 15 . En<br />

cuanto a las tasas de remisión, se han recopilado<br />

resultados de 10 estudios, encontrándose entre<br />

51% a 71% de remisión de los atracones, y<br />

entre 36% a 56% de remisión de las conductas<br />

purgativas 16 . En otros estudios controlados se ha<br />

encontrado una superioridad de la TCC frente a<br />

tratamiento antidepresivo 17,18 , y una superioridad<br />

significativa de la combinación de TCC con<br />

farmacoterapia frente a la medicación sola 19, 20 .<br />

En nuestro país, no hemos encontrado ningún<br />

artículo publicado de TCC para BN, y ésta<br />

pretende ser el inicio de posteriores publicaciones<br />

en el área, para más adelante poder plantear<br />

un modelo de intervención adaptado a nuestra<br />

realidad. Por ello, el objetivo del presente<br />

trabajo es contribuir a mejorar la comprensión<br />

de la TCC en el tratamiento de la BN, para lo<br />

cual realizamos una revisión actualizada de la<br />

literatura y describimos diferentes aspectos de<br />

utilidad en la intervención. Revisamos la teoría<br />

cognitivo-conductual de Fairburn desde la<br />

original hasta su nueva teoría trasdiagnóstica,<br />

mencionamos los perfiles clínicos de la bulimia,<br />

describimos la propuesta de operacionalización<br />

de “conductas alimentarias problema” en dos<br />

principales (vómitos autoinducidos y miedo a<br />

engordar), describimos aspectos importantes en<br />

la modificación del complejo central disfuncional<br />

de autoevaluación, y hacemos propuestas<br />

alternativas para la prevención de recaídas.<br />

Modelo cognitivo-conductual de Fairburn: desde el<br />

origen hasta la nueva teoría trasdiagnóstica<br />

Los conocimientos actuales de la TCC que<br />

mostraron éxito en la BN fueron realizados<br />

fundamentalmente por Fairburn y col., basándose<br />

en las propuestas para la depresión hechas<br />

por Beck 21 . A Fairburn y col. les debemos la<br />

conceptualización central del tratamiento<br />

cognitivo-conductual en la paciente bulímica 22 .<br />

Conceptualizaron originariamente la BN como un<br />

círculo vicioso de conductas y cogniciones que se<br />

retroalimentan consecutivamente (Fig. 1).<br />

Fig.1.<br />

MO<strong>DE</strong>LO COGNITIVO-CONDUCTUAL <strong>DE</strong> LA MANTENCIÓN <strong>DE</strong> LA<br />

BULIMIA NERVIOSA<br />

BAJA AUTOESTIMA<br />

SOBREEVALUACIÓN Y<br />

CONTROL <strong>DE</strong> COMIDA, LA FIGURA Y EL<br />

PESO<br />

DIETA ESTRICTA<br />

ATRACONES<br />

VÓMITOS AUTOINDUCIDOS<br />

De este modo, la baja autoestima de la paciente<br />

bulímica origina la preocupación extrema por<br />

lograr una figura y un peso idealizado; éste, a su<br />

vez, origina una dieta restrictiva, y la restricción<br />

dietética precipita los atracones que resultan en<br />

las conductas compensatorias, principalmente los<br />

vómitos autoinducidos 23 . Byrne, en un estudio<br />

posterior, encuentra que los altos niveles de dieta<br />

restrictiva no predicen los atracones, y sugiere<br />

que el ciclo de mantenimiento de la BN pudiera<br />

ser ligeramente diferente a lo propuesto en el<br />

modelo original de Fairburn 24 .<br />

Fairburn, interesado en estudiar el<br />

mantenimiento de la enfermedad, ha ampliado su<br />

teoría original. La nueva teoría de Fairburn tiene<br />

dos ejes. En el primer eje, el aspecto central del<br />

mantenimiento de la enfermedad es el “complejo<br />

central disfuncional de la autoevaluación”,<br />

que incluye: el perfeccionismo clínico, la baja<br />

autoestima nuclear, el humor intolerante, y las<br />

dificultades interpersonales. El segundo se refiere<br />

a que el mantenimiento se observa no sólo en<br />

BN, sino también en AN y en los TA atípicos,<br />

por lo que se ha llamado la teoría trasdiagnóstica<br />

del mantenimiento de los trastornos de la<br />

alimentación 25 .<br />

68 Anales de Salud Mental 2010 / Volumen <strong>XXVI</strong> (1)


Albornoz Muñoz, Delia Patricia; Miranda Ulloa, Gilberto Enrique; Solano Carranza, Cecilia<br />

Así, Fairburn plantea que existen mecanismos<br />

mantenedores de la enfermedad en un subgrupo<br />

de pacientes. Estos mecanismos son:<br />

• El perfeccionismo clínico. Definido como<br />

la sobreevaluación del esfuerzo y logro<br />

de los estándares exigentes, a pesar de las<br />

consecuencias adversas; cuyo núcleo es un<br />

sistema de autoevaluación, en el cual la<br />

autovaloración es, en gran parte, atribuida<br />

al esfuerzo para realizar y tener éxito en<br />

sus exigentes metas. En expresión de otros<br />

autores, el perfeccionismo clínico es el<br />

constante miedo a fracasar, una atención<br />

selectiva y frecuente de su eficiencia y una<br />

autocrítica proveniente de una valoración de<br />

su desempeño, prejuzgada negativamente 26 .<br />

Ha sido reportada anteriormente la presencia<br />

del perfeccionismo en un subgrupo de<br />

pacientes con TA 27, 28 .<br />

• La baja autoestima nuclear. Las pacientes<br />

tienen una visión deteriorante, negativa e<br />

incondicional de sí mismas, la cual es percibida<br />

como parte de su identidad. Sus autocríticas<br />

negativas son autónomas y, en gran parte,<br />

independientes de los logros, por lo cual<br />

representan un verdadero obstáculo al cambio<br />

en general y al TA en particular.<br />

• El humor intolerante. Se refiere a la ausencia<br />

de habilidades para afrontar apropiadamente<br />

ciertos cambios emocionales, sobretodo los<br />

negativos, siendo por lo mismo vulnerables a<br />

la autoagresión y al consumo de drogas.<br />

• Dificultades interpersonales. No cabe<br />

duda de que los procesos interpersonales<br />

contribuyen en una variedad de formas al<br />

mantenimiento de los TA. Es un aspecto poco<br />

aprovechado en la TCC y más destacado<br />

en la terapia interpersonal 29, 30 ; y aunque se<br />

desconoce cómo logra sus efectos benéficos,<br />

hay reportes que han encontrado efectividad<br />

31, 32<br />

.<br />

anteriormente descrito por Fairburn, a favor<br />

de que existirían subgrupos de pacientes con<br />

características peculiares que les confieren un<br />

peor pronóstico, por lo cual consideramos que<br />

la BN en la práctica clínica va a tener diferentes<br />

perfiles, tales como:<br />

• Bulimia multiimpulsiva 42 , que se caracteriza<br />

por la presencia de conductas impulsivas como<br />

intentos suicidas a repetición, autoagresiones,<br />

robo, conducta sexual impulsiva, consumo de<br />

sustancias, etc. Merece un artículo adicional,<br />

donde se describa el manejo de las prioridades<br />

(intentos suicidas, autoagresiones y consumo<br />

de sustancias) antes que las conductas<br />

alimentarias 43 . Generalmente se trata de<br />

pacientes con trastorno de inestabilidad<br />

emocional de la personalidad.<br />

• Bulimia restrictiva, en la cual coexisten los<br />

atracones y la restricción de alimentos, sin la<br />

presentación de conductas compensatorias<br />

tales como vómitos o uso de laxantes. El<br />

enfoque inicial es similar, con la diferencia de<br />

que se requiere el manejo de la ganancia de<br />

peso y de la pobre motivación al tratamiento,<br />

al igual que AN 44 .<br />

• Bulimia ansiosa fóbica. Su manejo incluye las<br />

conductas alimentarias problema, además de<br />

las conductas de ansiedad social y ansiedad<br />

en general.<br />

• Bulimia depresiva. Antes del manejo de<br />

las conductas alimentarias problema, se<br />

requiere el manejo de la depresión, mejorar<br />

la autoeficacia y la autoestima 45 , asumiendo<br />

lo planteado por Fairburn: que cualquier<br />

“fracaso” sería la confirmación del punto de<br />

vista negativo de la paciente.<br />

Por lo tanto, la diversidad de conductas hace<br />

necesario un análisis cuidadoso y la discusión<br />

de un plan individualizado para cada una de las<br />

pacientes.<br />

Perfiles de presentación clínica<br />

La BN es una patología con alta comorbilidad 33,34 .<br />

Las patologías comórbidas más importantes son:<br />

depresión 35 , ansiedad 36 , consumo de sustancias 37,38<br />

y trastorno de personalidad 39-41 . Se suma lo<br />

Intervenciones iniciales<br />

La construcción de la alianza terapéutica,<br />

la exploración del grado de motivación y la<br />

psicoeducación son los pasos previos a la<br />

intervención de las conductas alimentarias<br />

Anales de Salud Mental 2010 / Volumen <strong>XXVI</strong> (1)<br />

69


Terapia Cognitivo-Conductual en Bulimia Nerviosa<br />

problema. Se puede adquirir información<br />

en forma directa, siempre apoyados en las<br />

evidencias. Se sugiere adoptar, como estrategia, el<br />

dialógo socrático, que consiste en hacer preguntas<br />

que incentiven a las pacientes para analizar<br />

sus supuestos básicos y los errores lógicos que<br />

presentan, además de una participación activa en<br />

este proceso por parte del terapeuta 46 .<br />

Es importante conocer acerca de los factores<br />

de éxito y recaída en el tratamiento. El mayor<br />

nivel de preocupación y ritualización de la<br />

alimentación, la menor motivación y el menor<br />

tiempo de abstinencia de conductas purgativas<br />

se asociaron con recaída 47 .<br />

La autoeficacia respecto al comportamiento<br />

alimentario a mitad del tratamiento y la<br />

disminución de la restricción dietética 48,49 , más<br />

la reducción de la frecuencia de las purgas 50<br />

en las primeras 4 semanas del tratamiento, se<br />

correlacionan con un éxito al final del mismo.<br />

• Motivación. Las pacientes con BN suelen<br />

tener mayor motivación al tratamiento que<br />

las con AN. Parece ser que la posibilidad<br />

de la remisión de los atracones y “su gran<br />

temor a engordar” sea el principal factor<br />

motivador 46 .<br />

• Alianza terapéutica. El trabajo de establecer<br />

la alianza terapéutica es delicado y complejo,<br />

más aún si se trata de una paciente con<br />

trastorno de personalidad asociado 49 .<br />

• Psicoeducación. La información tiene que<br />

cubrir los siguientes aspectos: la teoría<br />

cognitivo conductual de la enfermedad, la<br />

acción de los fármacos y de la psicoterapia,<br />

las causas y pronóstico de la enfermedad, el<br />

mecanismo del hambre, y, remarcar como las<br />

dietas restrictivas incrementan la frecuencia<br />

de descontrol alimentario 51,52 . Es importante, la<br />

información de las consecuencias físicas de la<br />

enfermedad y la ineficacia de los mecanismos<br />

de control de peso que utilizan 51 .<br />

• Monitoreo. Consiste en el llenado del “diario<br />

de la alimentación”, un instrumento de<br />

evaluación que ofrece una visión de la ingesta,<br />

mecanismos de control compensatorio,<br />

cogniciones y efectos relacionados con la<br />

ingesta alimentaria. Resulta en una guía<br />

que ofrece puntos de intervención y facilita<br />

el seguimiento. Se han planteado algunas<br />

dificultades en adaptación y confiabilidad,<br />

que en la práctica son superables 53 . En la<br />

técnica son importantes las instrucciones a las<br />

pacientes. Deben llevar su diario a todo lugar,<br />

no anotar las calorías, sólo descripciones de las<br />

comidas. Deben saber que en toda entrevista<br />

se hará una revisión cuidadosa del mismo y<br />

es importante no olvidarlo.<br />

Intervenciones en las conductas alimentarias<br />

problema<br />

Vómitos autoinducidos<br />

Es la primera conducta problema a tratar,<br />

porque la reducción y, sobretodo, la extinción de<br />

esta conducta predicen el éxito del tratamiento 54<br />

y disminuyen el riesgo de complicaciones. Por<br />

ello, la meta es la extinción de la conducta en el<br />

menor tiempo posible, aunque hay discrepancias<br />

según los autores.<br />

El trabajo en esta fase es predominantemente<br />

conductual y el “diario de la alimentación” cumple<br />

un rol importante. Un aspecto importante para el<br />

logro de esta meta es la prescripción de comer<br />

con regularidad, así como las autointrucciones<br />

y el control de estímulos desencadenantes de la<br />

conducta 55 .<br />

Miedo a engordar<br />

El miedo a engordar se mantiene por los<br />

pensamientos distorsionados, las creencias<br />

irracionales, las expectativas y atribuciones<br />

erróneas que las pacientes tienen respecto a la<br />

comida, el peso y la figura. Es el aspecto más<br />

difícil de tratar. La meta sería la disminución de<br />

la ansiedad y disconfort que el peso y la figura<br />

generan, rebatir los pensamientos distorsionados<br />

que mantienen hacia su figura y hacer que se<br />

enfrenten a situaciones que generen malestar.<br />

Las técnicas utilizadas son principalmente<br />

cognitivas.<br />

Diversos autores han estudiado los pensamientos<br />

distorsionados. Garner y Berris 56 , como también<br />

A. Saggin, describieron pensamientos en relación<br />

a la comida, y T. Cash lo hizo respecto a la figura<br />

y peso en la llamada “la docena sucia de Cash”<br />

70 Anales de Salud Mental 2010 / Volumen <strong>XXVI</strong> (1)


Albornoz Muñoz, Delia Patricia; Miranda Ulloa, Gilberto Enrique; Solano Carranza, Cecilia<br />

57<br />

. Borda, estudiando las creencias irracionales,<br />

encontró que los pacientes con AN y BN tenían<br />

más perfeccionismo, demanda de aprobación,<br />

frustración, sobreimplicación, irresponsabilidad<br />

emocional y desesperanza que los controles 58 .<br />

Se han descrito 2 esquemas principales: 1) La<br />

atribución de valía personal al peso y la figura<br />

ignorando y desvalorizando otros parámetros.<br />

2) La delgadez es fundamental para solucionar<br />

todos los problemas de la vida. Las personas<br />

gordas serían infelices mientras que las delgadas<br />

serían exitosas 46 .<br />

Todavía hay controversia en usar o no técnicas<br />

específicas para imagen corporal. Los que están<br />

a favor inciden en su importancia y su poco<br />

estudio 59,60 , mientras que otros refieren que el<br />

principal cambio es el cognitivo 15 . Creemos<br />

que este aspecto requiere ser ampliado en una<br />

publicación adicional.<br />

Otras conductas problema<br />

Nos referimos a aquellas conductas que están<br />

relacionadas con las características individuales<br />

que predisponen al individuo al desarrollo de<br />

un TA, las cuales deben ser abordadas en el<br />

tratamiento.<br />

Los altos niveles de exigencia deben ser<br />

analizados construyendo perspectivas más<br />

realistas. Deben aprender a flexibilizar sus reglas<br />

de conducta disminuyendo la presión para su<br />

desempeño “perfecto”. La percepción que tienen<br />

sobre sus capacidades debe ser reestructurada.<br />

Es conveniente que empiecen a evaluar más<br />

adecuadamente sus habilidades y competencias,<br />

mejorando su autoestima y autoeficacia.<br />

Nuevos atributos, además de la apariencia<br />

física, deben ser incorporados en la evaluación<br />

de la valía personal, y la autoestima debe ser<br />

construida en base a nuevos patrones. Nuevos<br />

intereses y metas deben comenzar a ser trabajados.<br />

Fairburn propone modificar la autoestima nuclear<br />

disminuida, crear en el paciente la esperanza de<br />

su capacidad de cambio, y luego buscar resultados<br />

en áreas distintas a las comprometidas, ya que<br />

cualquier “falla” sería la confirmación de su punto<br />

de vista negativo.<br />

Es importante recordar que eliminar los<br />

atracones y la purga sin ayudar al paciente con<br />

nuevas estrategias de afronte es irresponsable y<br />

peligroso, ya que los atracones son una forma de<br />

evitar su disconfort 61 .<br />

Prevención de recaídas<br />

Es considerada la fase final de la TCC en BN 62,63 .<br />

En esta se pretende entrenar a la paciente en<br />

forma imaginaria para el afronte de estresores<br />

probables en el futuro, planeando estrategias<br />

más útiles y evitando así las recaídas. Un estudio<br />

reciente en bulímicas tratadas satisfactoriamente<br />

con TCC encuentra que el seguimiento a través<br />

de visitas domiciliares redujo totalmente las<br />

recaídas en estas pacientes, planteando así que<br />

el entrenamiento en prevención de recaídas<br />

originalmente propuesto no sería suficiente, y se<br />

podría optimizar los resultados con seguimiento<br />

a largo plazo a través de llamadas telefónicas o<br />

visitas domiciliarias 64 .<br />

Comentarios finales<br />

La TCC es actualmente la primera opción<br />

psicoterapéutica en BN a nivel mundial. Cuando<br />

se utiliza metódicamente con las técnicas<br />

adecuadas los resultados son satisfactorios. En<br />

el Perú no hay publicaciones de TCC en BN, y<br />

probablemente esté siendo subutilizada. La TCC<br />

no se contrapone con la mejoría adicional que<br />

pueden brindar al paciente los psicofármacos u<br />

otras intervenciones psicosociales.<br />

Es importante decir que el tratamiento de esta<br />

patología impone algunas exigencias para el<br />

terapeuta y la paciente. Las pacientes necesitan<br />

adquirir conciencia de su afección y “fe” en su<br />

terapeuta, lo suficientemente desarrollada como<br />

para tolerar altibajos de un largo proceso, con<br />

dedicación y constancia. Para el terapeuta, no<br />

basta con tener una formación rigurosa de la<br />

técnica y aplicación correcta, sino además un<br />

conocimiento de sus habilidades y fortalezas<br />

personales, manejo de la ira y la frustración,<br />

amplia experiencia en el manejo de estas pacientes<br />

y sus crisis, y, sobre todo, una tenacidad y<br />

compromiso a toda prueba 15 .<br />

Anales de Salud Mental 2010 / Volumen <strong>XXVI</strong> (1)<br />

71


Terapia Cognitivo-Conductual en Bulimia Nerviosa<br />

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74 Anales de Salud Mental 2010 / Volumen <strong>XXVI</strong> (1)


LA OBRA <strong>DE</strong> CARLOS GUTIÉRREZ-NORIEGA<br />

(1906 – 1950)<br />

Psiq. Eduardo Bernal García<br />

La obra de Carlos Gutiérrez-Noriega representa<br />

la orientación pragmática de la psiquiatría, cuyos<br />

cimientos son los resultados de su investigación.<br />

Ella fue de tipo experimental y sofisticada;<br />

además, le imprimió a la psiquiatría una tendencia<br />

peruanística y de preocupación social (Valdivia).<br />

Su obra variada y originalísima privilegió el estudio<br />

del peruano en su medio y todo lo que podía<br />

ayudar a su conocimiento (Rotondo). Básicamente<br />

partía de una perspectiva antropológica en<br />

procura de una perspectiva global, comprensible<br />

y ecológica (Maríategui). Sus investigaciones<br />

versan sobre psicoanálisis, psiquiatría clínica,<br />

antropología cultural, biotipología, farmacología<br />

y psiquiatría experimental. (Rotondo).<br />

APUNTES BIOGRÁFICOS<br />

Nació en San Pedro de Lloc, departamento de<br />

La Libertad, el 3 de junio.<br />

Gutiérrez Noriega cursa estudios secundarios<br />

en el Colegio <strong>Nacional</strong> de San Juan de Trujillo.<br />

En 1924 ingresa a la Facultad de Medicina de San<br />

Fernando donde se gradúa de médico-cirujano<br />

en 1934. Seis años más tarde se gradúa de doctor<br />

en medicina con la tesis . En 1941 viaja a los Estados Unidos<br />

donde realiza estudios de perfeccionamiento e<br />

investigación en el Departamento de Farmacología<br />

de la Universidad de Chicago y en el <strong>Instituto</strong> de<br />

Neurología de la North Western University of<br />

Illinois.<br />

Su obra es vasta (153 artículos) y originalísima,<br />

cubriendo los dominios de la psiquiatría general,<br />

psiquiatría experimental, psicología, farmacología,<br />

biotipología y antropología cultural. Contribuyó<br />

como pocos a incrementar el acervo de la<br />

cultura universal. Su ausencia de dogmatismo<br />

y su singular creatividad proporcionan un<br />

sello inconfundible a su persona, adicta más<br />

al fenómeno que a las teorías aceptadas. Este<br />

se ve reflejado en su preferencia por el método<br />

dinámico experimental en psiquiatría.<br />

Especial mención merecen sus estudios en<br />

el campo de la experimentación farmacológica,<br />

así como su interés por la persona humana,<br />

concretamente el peruano, en su medio y todo<br />

lo que podría ser de valor para ayudar a su<br />

conocimiento. En este campo se encuadra “Diseño<br />

de un estudio psicológico y antropológico de la<br />

raza Amerindia”, artículo que Anales de Salud<br />

Mental publicó el 1999 como testimonio de<br />

su fructífera actualidad y que fue publicado<br />

originalmente en Actualidad Médica Peruana en<br />

agosto de 1937.<br />

Áreas de producción bibliográfica (Valdivia)<br />

1. Alucinógenos<br />

2. Coca<br />

3. Epilepsia<br />

*Psiquiatra, INSM “H. Delgado-H. Noguchi”*<br />

4. Esquizofrenia<br />

5. Psicoanálisis<br />

6. Psicología médica<br />

7. Psiquiatría, psicología y literatura<br />

8. Psicopatología<br />

9. Psiquiatría experimental<br />

10. Psiquiatría social y cultural<br />

11. Semiología: constitución y personalidad<br />

12. Sexualidad<br />

13. Estudios sobre la obra de Cervantes<br />

APORTES <strong>DE</strong> LA OBRA <strong>DE</strong> CARLOS GUTIÉRREZ-NORIEGA<br />

Psicoanálisis<br />

Tenía sólida formación psicoanalítica, de<br />

corte esencialmente clínico, y esbozó un intento<br />

de integrar los aportes del psicoanálisis con<br />

aquellos de la neurofisiología. Su tesis para<br />

graduarse de médico y cirujano (1934), “Historial<br />

y tratamiento de una neurosis”, así lo demuestra.<br />

Se oponía a todo intento de congelar la disciplina<br />

Anales de Salud Mental 2010 / Volumen <strong>XXVI</strong> (1), pp 75-79<br />

75


La Obra de Carlos Gutiérrez-Noriega (1906 – 1950)<br />

psicoanalítica al no aprovecharse de la experiencia<br />

a fin de complementar o superar los conocimientos<br />

ya adquiridos (Rotondo).<br />

Estudios sobre la vida y obra de Cervantes<br />

Gutiérrez-Noriega dedicó varios artículos<br />

a la vida y obra de Cervantes, en particular al<br />

análisis de los personajes que él creó. En su trabajo<br />

“Contribución de Cervantes a la Psicología y a la<br />

Psiquiatría” (1944), concluye que Cervantes fue<br />

el precursor de la psiquiatría. Fue el primero en<br />

describir, con el método de verdaderas historias<br />

clínicas, diversas alteraciones mentales. Trata<br />

de la delusión crónica en numerosos ejemplos<br />

y con gran precisión de detalles. Menciona la<br />

delusión de grandeza, de persecución, de celos y<br />

de transformación corporal. Con gran exactitud<br />

estableció las características del hipomaníaco y<br />

de la fuga de ideas. Entre las alteraciones de la<br />

percepción, sus observaciones sobre la ilusión<br />

son una de las mejores contribuciones al estudio<br />

de dicho trastorno. Es el primero en fundar una<br />

concepción de la enfermedad mental, libre de<br />

prejuicios. Sus conceptos sobre la locura tienen un<br />

sentido filosófico, que aun hoy podrían constituir<br />

una verdadera orientación y forma de estudio para<br />

la psiquiatría.<br />

Investigaciones sobre la coca<br />

Gutiérrez-Noriega, inició las primeras<br />

investigaciones experimentales relacionadas con<br />

el consumo de la coca en el Perú.<br />

Entre 1936 y 1946 produce investigaciones<br />

sobre el coqueo, muchas de ellas en colaboración<br />

con Zapata, que se plasman en la monografía<br />

“Estudios sobre la coca y la cocaína en el Perú”,<br />

constituida por 26 artículos y un libro. Encuentra<br />

experimentalmente un efecto pernicioso del<br />

coqueo sobre la actividad mental. Refiere que<br />

las alteraciones agudas que se manifiestan son:<br />

excitación mental; en especial, modificaciones<br />

de las percepciones, de la afectividad y del<br />

pensamiento, que son comunes a los sujetos<br />

habituados y no habituados.<br />

En las alteraciones crónicas en sujetos<br />

habituados a grandes dosis, se manifiestan<br />

en forma permanente e independiente de los<br />

períodos de coqueo y consisten en deterioro de la<br />

inteligencia, de la memoria y de la personalidad.<br />

Destaca la relación del hábito a la coca con la<br />

alimentación, anotando que ésta es muy deficiente<br />

en las regiones coqueras.<br />

Sus estudios farmacológicos y de<br />

psicofarmacología le conducen a considerar<br />

problemas de patología social y cultural, señalando,<br />

muy preocupado, que el problema de la coca “no<br />

es reconocido como problema de nuestra salud<br />

pública”.<br />

Su hipótesis de trabajo era: “quien busca en las<br />

drogas una compensación a las privaciones en que<br />

vive, deja de realizar los esfuerzos indispensables<br />

para satisfacer sus aspiraciones, renuncia a la<br />

lucha por la vida, adopta una actitud pasiva e<br />

indiferente y se aleja de la realidad”.<br />

Decía que esto es lo que ocurre con la mayor<br />

parte de nuestra población andina, en especial en las<br />

provincias donde se coquea más intensamente.<br />

La antropología cultural y la psiquiatría<br />

Gutiérrez-Noriega tenía una visión amplia<br />

del hombre, lo veía integrado a su medio y a<br />

su cultura. Sus trabajos de psiquiatría clínica<br />

muestran cómo las costumbres, las creencias y las<br />

tradiciones culturales influyen en las reacciones<br />

del hombre. Muestra de ello es su obra: “Diseño<br />

de un estudio psicológico y antropológico de la<br />

raza amerindia” (1937). A decir de Maríategui, lo<br />

fundamental de su legado científico se encuentra<br />

en los “esbozos” o “diseños” acerca del hombre<br />

peruano. Destacan en esta línea sus estudios sobre<br />

la caracterología en sus diversas variantes en<br />

función de círculos culturales específicos; prueba<br />

de ello es la obra de aparición póstuma “Tres tipos<br />

culturales de personalidad” (1953).<br />

Supo vincular la antropología cultural a la<br />

psicología y psiquiatría para un mejor conocimiento<br />

del hombre peruano.<br />

En 1937 describe sus observaciones<br />

biotipológicas y psicopatológicas en 600 pacientes<br />

enfermos mentales en relación a factores raciales y<br />

geográficos, utilizando el enfoque de Kretschmer.<br />

Entre sus conclusiones destacan: “... en el grupo<br />

de enfermos blancos, es más frecuente el pícnico<br />

76 Anales de Salud Mental 2010 / Volumen <strong>XXVI</strong> (1)


Psiq. Eduardo Bernal García<br />

en el sub-grupo andino y el leptosómico en el<br />

sub-grupo costeño”...”… en los andinos prevalece<br />

el tipo asténico”...”... los esquizofrénicos y<br />

melancólicos son más frecuentes en el grupo<br />

andino y las manías en el costeños”...”... en las<br />

diversas alteraciones mentales, obsérvase en el<br />

indio un predominio de la actitud depresiva con<br />

sentimientos de inferioridad ostensibles, en el<br />

indio costeño es diferente su actitud ante la vida”,<br />

es más asténico.<br />

Para Gutiérrez-Noriega, el enfermo mental<br />

andino es casi siempre hipo-afectivo, distímico y<br />

con predominio del binomio tristeza-hipocondría.<br />

Además, afirma: “los diversos disturbios<br />

afectivos ocurren con más frecuencia en el polo<br />

melancólico, al punto que la forma más frecuente<br />

de esquizofrenia de las jóvenes indias llegaría a<br />

confundirse con la melancolía, si no se advirtieran<br />

a la vez ideas delirantes y alucinaciones”.<br />

Además, se observa que la depresión es una de<br />

las manifestaciones más frecuentes en la raza<br />

india o los mestizos de la misma; la inhibición<br />

psicomotriz es frecuente en estos pacientes, que<br />

son hipocondríacos o hipoabúlicos; el enfermo<br />

mental indio es casi siempre introvertido, la<br />

angustia suele acompañarse de ideas de auto<br />

inculpación…en los casos en que la reacción<br />

afectiva se exterioriza con libertad, el paciente<br />

además de reacciones melancólicas, adopta una<br />

actitud plañidera, suplicante y desconfiada…<br />

”así destacan el pensamiento lento e inhibido, el<br />

laconismo y la introversión… el enfermo niega<br />

sistemáticamente sus propios síntomas, aunque<br />

esto último puede depender más de la cultura<br />

que de la raza… las delusiones más frecuentes<br />

son las de auto-inculpación, persecución y daño<br />

personal, las ideas delusivas hipocondríacas con<br />

las correspondientes alteraciones cenestésicas<br />

también son frecuentes. En el contenido de las<br />

delusiones se encuentran temas relacionados<br />

con el folklore y las creencias populares, así dice:<br />

”el indio las refiere a las brujas y los espíritus”.<br />

Concluye que las alteraciones del pensamiento del<br />

indio enfermo corresponden a un estrato cultural<br />

diferente y que están notablemente determinadas<br />

por las creencias populares y las formas de vida<br />

social propias del indio.<br />

Los trabajos con cactus “San Pedro”<br />

Carlos Gutiérrez-Noriega, asociado con Cruz,<br />

realizó en seres humanos estudios de plantas<br />

alucinógenas, como el Toe (Datura suaveolens),<br />

Ayahuasca (Banisteriopsis) y “San Pedro”<br />

(Opuntia cilíndrica o Trichocereus pachanoi).<br />

Con “San Pedro” realizó cuatro<br />

investigaciones:<br />

1. Alteraciones mentales producidas por la<br />

opuntia cilíndrica (1947).<br />

2. Efecto de la intoxicación producida por la<br />

opuntia cilíndrica sobre los resultados del test<br />

de rorschah (1948).<br />

3. Psicosis experimental producida por la opuntia<br />

cilíndrica (1949).<br />

4. Estudio psicopatológico y experimental de un<br />

caso en que se ha aplicado el alcaloide de la<br />

opuntia cilíndrica (1950).<br />

Alteraciones mentales producidas por cactus “San<br />

Pedro” (Opuntia cilíndrica, trichocereus pachanoi)<br />

Gutiérrez-Noriega, para conocer los efectos<br />

neuroestimulantes del principio activo del cactus<br />

“San Pedro”, realizó primero un análisis químico<br />

del cactus, de cuya corteza aisló un alcaloide, con<br />

el cual se hicieron investigaciones farmacológicas<br />

y toxocológicas; se determinaron en el ratón y en<br />

la rata las dosis letales mínimas.<br />

Después de haber realizado un minucioso<br />

estudio de la farmacodinamia de la planta y de su<br />

toxicidad en los animales, se procedió a estudiarla<br />

en el hombre. Se administró el alcaloide a la dosis<br />

de 5 a 22 miligramos por kilogramo de peso.<br />

Gutiérrez-Noriega y Cruz con este trabajo<br />

demostraron que el cactus “San Pedro” contenía<br />

un alcaloide, que tenía análogas propiedades<br />

farmacopsicológicas que el mescal del cactus<br />

Peyotl. En efecto, el alcaloide del “San Pedro”<br />

produjo notables alteraciones de las percepciones,<br />

de la afectividad, del pensamiento, y de la<br />

conciencia del yo, y se suscitaron las mismas<br />

alteraciones de la psicosis producidas por el<br />

mescal, como: fenómenos sensoriales anormales,<br />

un cambio fundamental de estos estados mentales<br />

y de las actitudes y estados emotivos anormales.<br />

Gutierréz-Noriega dijo que el principio activo<br />

que originaba tan notables alteraciones era un<br />

alcaloide, cuyo estudio químico y farmacodinámico<br />

Anales de Salud Mental 2010 / Volumen <strong>XXVI</strong> (1)<br />

77


La Obra de Carlos Gutiérrez-Noriega (1906 – 1950)<br />

para entonces ya había sido estudiado por Cruz<br />

Sánchez (1948) en el laboratorio de farmacología<br />

de la Facultad de Medicina de la UNMSM.<br />

En este trabajo, Gutiérrez-Noriega reporta<br />

que las principales alteraciones encontradas en<br />

el curso de la intoxicación por el alcaloide del<br />

cactus “San Pedro” fueron:<br />

• Algunos minutos después de la ingestión<br />

del alcaloide se presentaron los primeros<br />

síntomas que consistían en: “mareo,<br />

pesadez cefálica, laxitud, quebrantamiento,<br />

escalofríos o sensación de calor, bostezos a<br />

repetición, cefalea, dolores fugaces y molestias<br />

epigástricas”.<br />

• Algo más tarde aparecen los primeros<br />

trastornos mentales: “hipoprosexia, distimia,<br />

actitud amanerada, facies extravagante, y<br />

aumento del tiempo de reacción sensorial”.<br />

Después de media a dos horas aparecen<br />

las alteraciones más importantes, que se<br />

enumeran a continuación.<br />

• En todos los casos estudiados se presentaron<br />

alteraciones de las percepciones, siendo las<br />

más comunes las siguientes: paraidolias,<br />

visiones fantásticas, ilusiones visuales y<br />

auditivas; extrañeza de lo percibido, micropsia,<br />

macropsia, dismegalopsia, discromatopsia y<br />

poliopsias; imágenes eidéticas y post ópticas;<br />

pseudoalucinaciones y alucinaciones visuales<br />

y auditivas. Tienen particular importancia por<br />

su frecuencia e intensidad las alteraciones de<br />

la percepción de los movimientos. También se<br />

observaron alteraciones de la percepción del<br />

espacio y de la conciencia del tiempo.<br />

• En el curso de la intoxicación por el alcaloide<br />

del “San Pedro” hay muy notables y variadas<br />

sinestesias, principalmente acústico-visuales.<br />

• Las alteraciones cenestésicas son muy intensas y<br />

variadas, y se presentan principalmente durante<br />

las primeras horas de la intoxicación.<br />

• Las alteraciones del pensamiento más<br />

importantes son: estados de confusión mental,<br />

alteraciones de la asociación de ideas, fantasías<br />

con la impresión de la realidad vivida e ideas<br />

delusivas.<br />

• En algunos casos alteraciones de la conciencia<br />

del yo, las que son por lo regular de breve<br />

duración.<br />

• Las alteraciones afectivas no son muy notables.<br />

Las más notorias son la euforia, pero también<br />

puede presentarse angustia, irritabilidad,<br />

tristeza y transiciones entre opuestos estados<br />

afectivos.<br />

• Los síntomas mentales desaparecen después<br />

de 10 a 12 horas sin dejar secuelas. Al día<br />

siguiente todas las personas experimentadas<br />

se sentían bien y recordaban los trastornos<br />

sufridos en la víspera.<br />

• En la intoxicación aguda experimental por<br />

alcaloide del cactus “San Pedro” se tiene<br />

la conciencia de que se es objeto de un<br />

experimento, así como la convicción de que se<br />

está sufriendo una perturbación transitoria y<br />

experimentalmente condicionada, aun cuando<br />

ella se perciba con gran intensidad. No se<br />

quiebra totalmente la conexión del sujeto con<br />

la realidad.<br />

• Gutiérrez-Noriega aplica el test de Rorschach<br />

a sujetos de experimentación, encontrándose<br />

durante el estado de intoxicación alteraciones<br />

que comprometían principalmente las esferas<br />

de la percepción y de la conciencia del yo, pero<br />

también se advirtieron cambios en la vida<br />

afectiva y en el pensamiento. Sin embargo,<br />

bajo esta diferencia hay un conato de profunda<br />

alteración del pensamiento en los sometidos a<br />

intoxicación.<br />

• Con las observaciones anotadas, cabe hacer<br />

la diferenciación de tendencia tipológica,<br />

según la cual considera que la esquizofrenia<br />

incide preferentemente en lo campos del<br />

pensamiento, la voluntad y las tendencias;<br />

los sujetos sometidos a la acción de tóxicos<br />

exhiben pseudopercepciones, alteraciones de<br />

la conciencia del yo y muy secundariamente<br />

del pensamiento. Sin embargo, bajo esta<br />

diferencia hay un conato de profunda<br />

alteración del pensamiento en los sometidos<br />

a intoxicación.<br />

• Se pregunta cual es la función del tiempo.<br />

Es decir, las alteraciones experimentales<br />

son fugaces y las alteraciones proceso son<br />

duraderas. Cabe pensar que el tiempo<br />

influye en la estructuración de determinados<br />

síntomas. Al respecto, en el año 1980 el<br />

profesor Rotondo incentivó en quien habla,<br />

y con la asesoría metodológica del profesor<br />

Perales del Departamento de Investigación del<br />

INSM “HD-HN”, el inicio de varios estudios<br />

sobre folklor médico peruano; entre ellos, sobre<br />

consumo crónico de mescalina de cactus “San<br />

Pedro”, la que se llevó a cabo en una población<br />

cautiva de personas que ejercían la “brujería”<br />

en el pueblo de Salas en Lambayeque. Los<br />

78 Anales de Salud Mental 2010 / Volumen <strong>XXVI</strong> (1)


Psiq. Eduardo Bernal García<br />

brujos de este pueblo, que se han intoxicado<br />

por lo menos durante 10 años, 2 veces por<br />

semana, presentan sintomatología de tipo<br />

experiencias perceptivas anómalas, suspicacia<br />

e ideación paranoide; alteraciones en el área<br />

de la orientación, memoria, capacidad de<br />

cálculo, comprensión y razonamiento. Esta<br />

sintomatología encontrada en los sujetos<br />

estudiados no alcanzó un grado que interfiriera<br />

marcadamente con la introspección y la<br />

capacidad para afrontar algunas demandas<br />

ordinarias de la vida, o para mantener un<br />

adecuado contacto con la realidad.<br />

• Los resultados de las investigaciones realizadas<br />

por Gutiérrez-Noriega con el alcaloide del<br />

cactus “San Pedro”, en relación a implicancias<br />

con enfermedad mental, coinciden con<br />

los realizados años después por otros<br />

investigadores nacionales y extranjeros. Así,<br />

entre otros, Bleuler (1959) negó categóricamente<br />

que exista relación entre el estado inducido por<br />

la droga y la enfermedad mental, y dijo “es<br />

preciso subrayar que el cuadro psicopatológico<br />

resultante de la administración de mescalina,<br />

LSD y otras drogas que excitan la fantasía no<br />

se corresponde con el cuadro que presentan<br />

habitualmente los esquizofrénicos. También<br />

sostuvo que no inducen esquizofrenia. Denber<br />

(1980) dijo que existe una similitud entre el<br />

estado psicótico inducido experimentalmente<br />

con mescalina y la esquizofrenia. Sin<br />

embargo, esto no supone en modo alguna<br />

identidad o siquiera equivalencia, pues no<br />

se puede equiparar ningún trastorno con<br />

la esquizofrenia, ya que no se conoce su<br />

etiología.<br />

• Esta es la contribución de Carlos Gutiérrez-<br />

Noriega a la psiquiatría peruana y universal.<br />

Referencias<br />

1. Cruz G. La Obra de Carlos Gutiérrez-Noriega. Revista<br />

de Neuro-Psiquiatría. 1951; T. XIV, 134- 148.<br />

2. Denber H. Psicofarmacología Clínica. Nueva York;<br />

Ed. Paidós. 221-266; 1980.<br />

3. Gutiérrez-Noriega C. Historial y Tratamiento<br />

de una neurosis: homosexualidad femenina y<br />

complejo caracterológico ligado al erotismo (Tesis<br />

de Bachiller). Lima: Talleres Gráficos del Hospital<br />

“Victor Larco Herrera”. Anales de la facultad de<br />

Ciencias Médicas UMSM; 1936.<br />

4. Gutiérrez-Noriega C. Observaciones Biotipológicas<br />

y Psicopatológicas en los enfermos mentales<br />

peruanos con referencia a factores raciales y<br />

geográficos. Acta Médica Peruana. 1931; T. II: 408-<br />

431.<br />

5. Gutiérrez-Noriega C. Diseño de un estudio<br />

Psicológico y Antropológico de la Raza Amerindia.<br />

Actualidad Médica Peruana. 1937; T. III: 159-195.<br />

6. Gutiérrez-Noriega C. Las Enfermedades Mentales<br />

en la Raza India. Peruanidad. 1944-1947; T. V: 1674-<br />

1679.<br />

7. Gutiérrez-Noriega C. 1940 Fisiopatología y<br />

Neurobiología de la epilepsia producida por<br />

cardiazol. (Tesis Doctoral). Lima: Facultad de<br />

Medicina, UNMSM.<br />

8. Gutiérrez-Noriega C. Contribución de Cervantes<br />

a la Psicología y Psiquiatría. Revista de Neuro-<br />

Psiquiatría. 1944; T. VII: 149-190.<br />

9. Gutiérrez-Noriega C, Zapata V. Estudios sobre la<br />

coca y la cocaína en el Perú. Lima. Ed. Educación<br />

Artística y Extensión Cultural. Ministerio de Salud<br />

Pública. 1947.<br />

10. Gutiérrez-Noriega C. Alteraciones Mentales<br />

producidas por la Opuntia Cilíndrica. Revista de<br />

Neuro-Psiquiatría. 1947; T. X: 422-468.<br />

11. Gutiérrez-Noriega C. Efecto de la Intoxicación por<br />

Opuntia Cilíndrica sobre los resultados del Test de<br />

Rorschah. Revista de Neuro-Psiquiatría. 1948, T. XI:<br />

390-401.<br />

12. Gutiérrez-Noriega C. Psicosis Experimental<br />

producida por Opuntia Cilíndrica. Revista de<br />

Neuro-Psiquiatría. 1949; T. XI: 155-170.<br />

13. Gutiérrez-Noriega C. Estudio Psicopatológico y<br />

Experimental de un caso en que se ha aplicado<br />

el alcaloide de la Opuntia Cilíndrica. Revista de<br />

Neuro-Psiquiatría. 1950; T. XIV: 427-441.<br />

14. Delgado H. Carlos Noriega Gutiérrez-Noriega.<br />

Revista de Neuro-Psiquiatría.1950; T. XIII, 681-<br />

685.<br />

15. Mariátegui J. La Psiquiatría Peruana en sus<br />

figuras Representativas. Lima; Librería Editorial<br />

“Minerva” Miraflores; 1985.<br />

16. Rotondo H. Carlos Gutiérrez-Noriega. Revista de<br />

Neuro-Psiquiatría. 1951; T. XIV, 131-148.<br />

17. Valdivia O. Rumbos de la Bibliografía Psiquiátrica<br />

en el Perú. Lima; Información Ciba-Geig Neurología<br />

Psiquiátrica; 1987.<br />

18. Delgado, H. Carlos Gutiérrez-Noriega. Revista de<br />

Neuro-Psiquiatría. 1950; T. XIII, 681 – 685.<br />

Anales de Salud Mental 2010 / Volumen <strong>XXVI</strong> (1)<br />

79


80 Anales de Salud Mental 2010 / Volumen <strong>XXVI</strong> (1)


REVISIÓN<br />

<strong>DE</strong> LIBROS<br />

THE OXFORD TEXTBOOK OF SUICIDOLOGY<br />

AND SUICI<strong>DE</strong> PREVENTION: A GLOBAL PERSPECTIVE<br />

Juan E. Mezzich M.D.<br />

PhD<br />

DANUTA WASSERMAN AND CAMILLA<br />

WASSERMAN, EDS. OXFORD UNIVERSITY<br />

PRESS, OXFORD, 2009. HARDBACK, 872<br />

PP. £75.00<br />

ISBN: 987019857005-9<br />

El suicidio es un importante<br />

problema de salud pública y es por sí<br />

solo la causa de aproximadamente un<br />

millón de muertes al año en el mundo.<br />

Por cada suicidio, hay de diez a veinte<br />

veces más personas que intentan<br />

suicidarse. El suicidio no es un acto<br />

solitario, más bien es el resultado de un<br />

largo y complejo proceso influenciado<br />

por una serie de factores de riesgo.<br />

Existen ciertos grupos en la sociedad<br />

que son más vulnerables a la conducta<br />

suicida, y el proceso de comprender<br />

y explorar este fenómeno es esencial<br />

para desentrañar los elementos del<br />

comportamiento suicida.<br />

La literatura actual sobre suicidio<br />

varía de una disciplina académica a<br />

otra, comprendiendo en la mayoría de<br />

los casos perspectivas especializadas<br />

que frecuentemente son muy generales.<br />

Nunca ha existido una recolección<br />

de información detallada como la<br />

del presente libro, que explique las<br />

complejidades del comportamiento<br />

suicida desde entornos de diversas<br />

disciplinas académicas especializadas,<br />

de tal manera que provean al lector<br />

de conceptos comprehensivos que<br />

explican mejor los muchos factores<br />

subyacentes relacionados con el<br />

suicidio. El libro Oxford Textbook of<br />

Suicidology and Suicide Prevention: A<br />

Global Perspective, editado por Danuta<br />

Wasserman y Camilla Wasserman,<br />

consiste de 15 partes comprehensivas,<br />

estratégicamente divididas en los<br />

siguientes tópicos: (I) El suicidio en una<br />

perspectiva religiosa y transcultural; (II)<br />

La magnitud e implicancias del suicidio<br />

y del intento suicida, (III) Teorías de la<br />

conducta suicida; (IV) Determinantes<br />

políticos del suicidio; (V) Determinantes<br />

sociales y económicos del suicidio;<br />

(VI) Determinantes psiquiátricos y<br />

somáticos del suicidio; (VII) Evaluación<br />

del riesgo suicida; (VIII) Costo del<br />

suicidio y de las estrategias de<br />

prevención; (IX) Estrategias de la<br />

atención de salud; (X) Estrategias de<br />

salud pública; (XI) Sobrevivientes de<br />

las pérdidas por suicidio; (XII) Personas<br />

jóvenes y suicidio; (XIII) Adultos<br />

mayores y suicidio; (XIV) Redes de<br />

contacto en investigación y prevención;<br />

(XV) Ejemplos de cómo desarrollar<br />

prevención del suicidio en todos los<br />

continentes.<br />

Estas 15 largas y extensas partes<br />

comprenden 134 capítulos escritos<br />

por 192 de los más importantes<br />

suicidólogos de todos los continentes,<br />

quienes examinan la investigación más<br />

actualizada sobre las conductas suicidas.<br />

Este libro de texto es un recurso muy<br />

importante para cualquiera que trabaje<br />

en investigación y prevención del<br />

suicidio debido a que, por vez primera,<br />

una publicación en este ramo va más<br />

allá del contexto europeo, australiano,<br />

neozelandés y norteamericano para<br />

abarcar el continente africano, asiático<br />

y latinoamericano. Este libro cubre<br />

tópicos multifacéticos que van desde<br />

investigación basada en evidencias<br />

hasta técnicas actualizadas de<br />

tratamiento para el paciente suicida. La<br />

publicación provee de una descripción<br />

explícita de cada aspecto imaginable<br />

concerniente al suicidio y la conducta<br />

suicida en las disciplinas académicas<br />

fundamentales: medicina, psiquiatría,<br />

psicología, sociología y antropología.<br />

Cubre el campo de la suicidología<br />

Anales de Salud Mental 2010 / Volumen <strong>XXVI</strong> (1), pp 81-82<br />

81


The Oxford Textbook of Suicidology and Suicide Prevention: A Global Perspective<br />

desde la genética hasta la religión<br />

y cultura, desde la célula neuronal<br />

hasta el alma. La característica más<br />

interesante de este libro es que trata<br />

de establecer un puente entre las<br />

diferentes disciplinas en el estudio<br />

del suicidio y no se focaliza sólo en<br />

los grupos de riesgo tradicionales que<br />

tienen trastornos psiquiátricos, sino<br />

que expone la importancia de otros<br />

grupos vulnerables que usualmente<br />

se descuidan e ignoran. Examina el<br />

suicidio e intento suicida entre los<br />

grupos indígenas de Norteamérica,<br />

Australia y Asia. Asimismo, describe<br />

en partes separadas a la población<br />

adulta mayor y joven como grupos<br />

susceptibles, e incluye a los veteranos<br />

y al personal militar que regresa de<br />

combate y que frecuentemente es<br />

pasado por alto.<br />

Utilizando investigación actualizada<br />

en el contexto de diversas disciplinas,<br />

el editor pone en relieve la necesidad<br />

de utilizar aproximaciones diferentes<br />

en el tratamiento farmacológico y<br />

psicológico, así como en la prevención<br />

y entendimiento de connotaciones<br />

sociales y culturales específicas<br />

para el suicidio que influencian la<br />

expresión de la conducta suicida<br />

debido a interacciones gen-ambiente.<br />

Por consiguiente, al identificar los<br />

grupos que son más susceptibles al<br />

suicidio y al comportamiento suicida,<br />

el libro sostiene que la posibilidad de<br />

una intervención preventiva efectiva<br />

aumenta; por lo tanto, se reducen los<br />

efectos devastadores del suicidio dentro<br />

de la sociedad. Se debe agradecer a los<br />

editores el nuevo punto de quiebre en<br />

el estudio del suicidio, al incluir no<br />

sólo los clásicos aspectos psiquiátricos,<br />

psicopatológicos y médicos, sino<br />

también los determinantes psicológicos,<br />

políticos, religiosos, culturales y de<br />

salud pública. Esta publicación es única<br />

en sí misma. Nunca ha sido publicado<br />

un libro de texto tan comprehensivo,<br />

que cubra diversos campos académicos<br />

y que analice el fenómeno del suicidio<br />

en sus múltiples contextos a través de<br />

todos los continentes. Esta publicación<br />

confiere a la suicidología el sitial<br />

correspondiente a una disciplina<br />

científica y será un recurso esencial<br />

para aquellos que conducen cualquier<br />

actividad investigativa y de prevención<br />

en el área de las conductas suicidas.<br />

82 Anales de Salud Mental 2010 / Volumen <strong>XXVI</strong> (1)


INFORME<br />

PROGRAMA <strong>DE</strong> <strong>SALUD</strong> <strong>MENTAL</strong> EN <strong>DE</strong>SASTRES:<br />

UNA DÉCADA <strong>DE</strong> TRABAJO<br />

Carlos Marchena<br />

Cárdenas*<br />

* Psicólogo de la <strong>DE</strong>IDAE-<br />

Salud Colectiva. <strong>Instituto</strong><br />

<strong>Nacional</strong> de Salud Mental<br />

“Honorio Delgado-Hideyo<br />

Noguchi”.<br />

Presenta un somero análisis del “Programa de<br />

Salud Mental en Desastres” (PROSAMED) desde<br />

sus inicios como “Programa de Salud Mental en<br />

Emergencias y Desastres” en 1998. Expone los<br />

argumentos de su organización; descubre su<br />

estructura como modelo comunitario; presenta<br />

a los profesionales participantes, examinando<br />

las diferencias de intervención según la zona.<br />

Sustenta los objetivos planteados y revisa su<br />

finalidad en el contexto histórico de evolución<br />

cultural. Enuncia las líneas de acción, el<br />

seguimiento, monitoreo, evaluación enfatizando<br />

logros y limitaciones.<br />

PALABRAS CLAVE: Salud Mental - Desastres -<br />

Programas preventivos.<br />

La salud pública en el mundo tiene múltiples<br />

aristas, y sus concomitantes son diversos (1).<br />

Actualmente, cerca de 450 millones de personas<br />

tienen un desorden mental o de conducta (2),<br />

siendo una minoría la que recibe tratamiento<br />

básico. Los programas preventivos adquieren<br />

creciente importancia, ya sea por su relevancia<br />

social, impacto económico o los inherentes<br />

derechos humanos (3).<br />

Los desastres naturales no alteran<br />

significativamente la distribución epidemiológica<br />

de las enfermedades en general, ni particularmente<br />

de los desórdenes mentales (4), (5), (6); sin embargo,<br />

ocasionan pérdidas cuantiosas: económicas,<br />

humanas, de calidad de vida y bienestar de los<br />

seres humanos (7), (8), (9) y (10).<br />

El Centro <strong>Nacional</strong> de Prevención de Desastres<br />

(CENAPRED) precisa que el costo anual por<br />

desastres naturales en el mundo es de 50,000<br />

millones de dólares, a diferencia de hace tan sólo<br />

30 años en que la suma era de 5,000 millones de<br />

dólares; es decir, 10 veces más (11).<br />

En el <strong>Instituto</strong> <strong>Nacional</strong> de Salud Mental<br />

“Honorio Delgado-Hideyo Noguchi” (INSM<br />

“HD-HN”) trabajamos y proponemos un<br />

modelo preventivo de problemas de salud<br />

mental ocasionados por desastres naturales que<br />

analizamos en los acápites siguientes:<br />

Organización conceptual<br />

El actual <strong>Instituto</strong> <strong>Nacional</strong> de Salud Mental<br />

“Honorio Delgado – Hideyo Noguchi”, ha<br />

cumplido 25 años el 2007; sin embargo, en la actual<br />

Dirección Ejecutiva de Investigación, Docencia y<br />

Asistencia Especializada en Salud Colectiva<br />

(<strong>DE</strong>IDAE – Salud Colectiva) contabilizamos 27<br />

años; es más, inicialmente nos denominamos<br />

“Programa de Salud Mental Comunitaria”.<br />

Recién en 1998 se inicia en el Departamento<br />

de Salud Mental Comunitaria (actual <strong>DE</strong>IDAE<br />

- Salud Colectiva) un “Programa de Salud<br />

Mental en Emergencias y Desastres”, (PRE<strong>DE</strong>S),<br />

denominación que también cambia recientemente<br />

a “Programa de Salud Mental en Desastres”<br />

(PROSAMED) por tres motivos básicos:<br />

1. Centramos nuestra intervención en desastres<br />

prioritariamente naturales y no en emergencias<br />

cuyo espectro es de mayor frecuencia.<br />

2. Ubicamos nuestro quehacer en la<br />

prevención primaria, fundamentalmente no<br />

asistencial, sobre una serie de problemas del<br />

comportamiento, de adaptación, de ajuste,<br />

que son los predominantes ante la ocurrencia<br />

de desastres y no así de desórdenes mentales<br />

mayores.<br />

Los damnificados con estrés físico o psicológico<br />

por desastres son personas que “...están<br />

reaccionando de una manera normal a una<br />

situación anormal” (12).<br />

3. Intervenimos fortaleciendo cogniciones,<br />

actitudes y conductas saludables en las<br />

Anales de Salud Mental 2010 / Volumen <strong>XXVI</strong> (1), pp 83-89<br />

83


Programa de Salud Mental en Desastres: Una Década de Trabajo<br />

personas supuestamente sanas, sin diagnóstico<br />

psicopatológico o psiquiátrico, ya que la<br />

inversión preventiva tiene mayor efectividad y<br />

menor costo, porque permite evitar o disminuir<br />

los daños materiales o humanos en personas<br />

más vulnerables a eventos catastróficos de la<br />

naturaleza.<br />

Inclusive con la denominación primigenia<br />

(PRE<strong>DE</strong>S), el programa estuvo siempre organizado<br />

para trabajar con un equipo interdisciplinario<br />

en salud mental comunitaria. “Los estudios<br />

y las experiencias de trabajo en desastres nos<br />

muestran que el enfoque adecuado para entender<br />

e intervenir es el de la salud mental comunitaria<br />

(SMC)” (13).<br />

La variación en la progresión de los<br />

participantes en nuestro programa, se presenta<br />

en la tabla 1.<br />

Tabla 1.<br />

PROFESIONALES PARTICIPANTES EN EL <strong>DE</strong>SARROLLO<br />

<strong>DE</strong> PRE<strong>DE</strong>S<br />

OCUPACIÓN 1998-2000 2001-2003 2004-2007<br />

Enfermera<br />

X X<br />

Enfermera<br />

X X<br />

Trabajadora Social X X X<br />

Enfermera X X X X X X X X X<br />

Psicólogo X X X X X X X XX<br />

Trabajadora Social X X X X X X<br />

Psiquiatra<br />

X X<br />

Tecnólogo Médico X X X<br />

Psicóloga X X X X<br />

XXX Horario de trabajo completo; XX Horario parcial; X Horario esporádico.<br />

Trabajar con el comportamiento humano exige<br />

perenne estudio de variables psicosociales, la<br />

personalidad, el locus de control, las teorías de<br />

atribución, liderazgo, motivación, autovaloración<br />

y autoestima, entre otros (14). Aunque en el<br />

Programa participan distintos profesionales,<br />

predominan psicólogos y enfermeras, todos<br />

interesados en la búsqueda teórica-conceptual de<br />

mayor utilidad. Reconocemos, asimismo, el aporte<br />

de muchos internos y estudiantes, sobre todo de<br />

Psicología y Enfermería, respectivamente.<br />

Estructura metodológica<br />

PRE<strong>DE</strong>S es un programa preventivopromocional.<br />

Asume que la actual interacción<br />

psico-física es determinante en la adopción de<br />

comportamientos futuros ante las adversidades.<br />

De tal modo, conocer, dinamizar, movilizar<br />

actitudes y conductas solidarias, cooperativas,<br />

gregarias, etc. en el ahora incrementa la<br />

probabilidad de un comportamiento adecuado<br />

(igualmente positivo) en un presunto desastre<br />

en el futuro.<br />

Si bien la resultante final o meta esperada es un<br />

comportamiento seguro, descrito como adecuado<br />

o positivo, sólo se logra en el ámbito social. Por<br />

ello, PRE<strong>DE</strong>S ha optado por intervenciones de coparticipación<br />

(nuestra institución y la comunidad).<br />

En esta estructura intervienen básicamente dos<br />

tipos de grupos: las organizaciones de base<br />

(comedores populares, comités, asociaciones,<br />

directivas u otros) y las instituciones locales (de<br />

salud, educación, gobernación, policía etc.)<br />

Entre ambos grupos enunciados (organizaciones<br />

e instituciones) se conforman encuentros de<br />

líderes, se promueve la formación de Comités<br />

Locales de Salud Mental en Desastres, quienes<br />

asumen por propia motivación, voluntariamente,<br />

la tarea de hacer frente a los desastres. La<br />

modalidad es la más pertinente para cada<br />

realidad micro–social mediante capacitación,<br />

educación, formación de grupos, sensibilización<br />

u otros; realizan actividades como simulacros,<br />

marchas, campañas, difusión masiva, entre otras,<br />

en los grupos donde tienen mayor acceso.<br />

Vemos entonces que no hay un sistema rígido<br />

o único. Existen diversos temas a abordarse en la<br />

comunidad; “salud mental y desastres” debería<br />

ser uno de ellos (15). Proponemos un modelo<br />

guía que se adapte a cada realidad social donde<br />

trabajan el comité y sus respectivos agentes,<br />

personas capacitadas de la comunidad; también<br />

seleccionadas por sus respectivos grupos,<br />

generalmente líderes informales o formales (de las<br />

organizaciones o instituciones). Con ellos trabaja<br />

nuestro equipo interdisciplinario cuyas premisas<br />

son: el respeto a su entorno cultural, el apoyo a<br />

toda iniciativa preventiva en el afronte a desastres,<br />

la movilización comunitaria, su motivación para<br />

84 Anales de Salud Mental 2010 / Volumen <strong>XXVI</strong> (1)


Carlos Marchena Cárdenas<br />

ubicar potencialidades y desarrollar habilidades<br />

de autoayuda- cooperación.<br />

Los planes de acción demandan la intervención<br />

de los actores sociales involucrados, la gestión para<br />

la reducción de riesgos, la sensibilización, entre<br />

otros (16). Las técnicas de intervención utilizadas<br />

pueden variar según la propia orientación<br />

profesional; no obstante, se utilizan las dirigidas<br />

a programas preventivos (17).<br />

Lugares de Intervención<br />

Los lugares de intervención seleccionados<br />

al ser recomendados por la Oficina General de<br />

Defensa <strong>Nacional</strong> (18) del Ministerio de Salud se<br />

describen en la tabla 2.<br />

Tabla 2.<br />

FRECUENCIA <strong>DE</strong> INTERVENCIONES. PROSAMED<br />

LUGAR 1998 - 2000 2001 - 2003 2004 - 2005 2006 - 2007<br />

Ambar (Lima) 3 3<br />

Coayllo (Lima) 2 2<br />

Paramonga (Lima) 3 2<br />

Yauyos – Laraos (Lima) 2 3<br />

Urb. San Diego (Lima) Todo el periodo Todo el periodo Todo el periodo Todo el periodo<br />

Urb. Valdivieso (Lima) Todo el periodo Todo el periodo Todo el periodo<br />

San Juan de Lurigancho-Huaycoloro (Lima) 4<br />

Dpto: La Libertad- Trujillo 2<br />

Dpto: Huancayo 2<br />

Dpto: Piura-Sullana 2<br />

Muchos de los lugares de intervención<br />

sufrieron el desborde de ríos aledaños y fueron<br />

seleccionados en base a información de la OGDN<br />

y con su apoyo.<br />

El mayor número de intervenciones señaladas<br />

en el cuadro anterior fue debido razones diversas;<br />

la más determinante fue la participación local.<br />

Asimismo, donde se asumen compromisos<br />

preventivos y realizan mayores acciones,<br />

PROSAMED tiene mayores éxitos; de allí la<br />

frecuencia de intervenciones, supervisión,<br />

monitoreo y hasta publicaciones (19). No existe<br />

concepción pre-determinada, preferencia por<br />

cercanía u otra razón para la intervención; lo<br />

que sucedió por ejemplo en Ambar, ubicado al<br />

noreste de Lima, de difícil acceso al poblado y a<br />

sus caseríos circundantes.<br />

Los siete primeros lugares son de Lima: Ambar,<br />

Paramonga, al norte; Coayllo y Yauyos al sur.<br />

La urbanización San Diego y la urbanización<br />

Valdivieso en el distrito de San Martín de<br />

Porres; Huaycoloro en el distrito de San Juan de<br />

Lurigancho. En los restantes lugares, al interior<br />

del país, nuestro programa tuvo mayor acogida.<br />

Un modelo elaborado por el INSM en Lima<br />

funciona mejor fuera de la capital por varios<br />

motivos: en pequeños poblados los estilos de<br />

vida y participación colectiva son más estrechos,<br />

la dependencia es más interna que externa;<br />

tenemos más ascendencia y compromiso con las<br />

autoridades locales; la población se encuentra<br />

comprometida por sus mecanismos gregarios, de<br />

control social; los encuentros son más personales,<br />

versus la impersonalidad de la ciudad.<br />

Objetivos<br />

El objetivo general de PROSAMED es contribuir<br />

a la disminución de condiciones de riesgo y<br />

vulnerabilidad psicosocial frente a los desastres<br />

naturales y antrópicos (provocados por el<br />

hombre).<br />

Anales de Salud Mental 2010 / Volumen <strong>XXVI</strong> (1)<br />

85


Programa de Salud Mental en Desastres: Una Década de Trabajo<br />

En el pasado reciente; tan sólo hace 3 o 4<br />

décadas, el mundo estaba menos poblado. En<br />

zonas desérticas un sismo, por ejemplo, tenía cero<br />

riesgos de daño para el hombre; pero, cuando<br />

se empiezan a poblar estas zonas, el riesgo va<br />

creciendo. Asimismo, si vivimos en casa precaria<br />

seremos más vulnerables que habitando otra de<br />

material noble (20).<br />

En países como el Japón, con construcciones<br />

antisísmicas, un gran sismo puede ocasionar<br />

algunos muertos; y en uno como el nuestro,<br />

millares con devastadoras pérdidas. El terremoto<br />

de grado 7.6 en la escala Richter ocurrido al<br />

sur de Asia el 8 de octubre del 2005 produjo<br />

20,000 muertos. Un práctico modo de afrontar<br />

los terremotos es mejorando las construcciones;<br />

sin embargo, en un país pobre como el nuestro<br />

la receta es irrealizable, al menos en el corto<br />

plazo.<br />

En el contexto enunciado, cubre importancia<br />

capital el concepto vulnerabilidad psicosocial que,<br />

como objetivo, va más allá de la búsqueda de un<br />

estilo saludable, de conductas de autoprotección;<br />

compromete al entorno social, a sus grupos.<br />

PROSAMED plantea tres objetivos específicos:<br />

la adquisición de habilidades psicosociales de<br />

prevención frente a desastres, el fortalecimiento<br />

de las organizaciones e instituciones comunitarias<br />

y la sostenibilidad del Programa. Si resulta muy<br />

difícil que nuestro sistema socioeconómico<br />

disminuya el impacto de los desastres, es<br />

preponderante que los sistemas psicosociales<br />

se movilicen del modo óptimo para compensar<br />

esta desventaja y aminorar el impacto que<br />

indefectiblemente producen aludes, sismos,<br />

desbordes, avalanchas u otros.<br />

Finalidad<br />

Entre el medio y largo plazo tenemos como<br />

finalidad apoyar el establecimiento de una<br />

cultura de prevención en las poblaciones en<br />

riesgo o afectadas por desastres mediante un<br />

modelo preventivo-promocional de salud mental<br />

comunitaria.<br />

La cultura tiene innumerables acepciones. De<br />

modo genérico abarca el modus vivendi, usos,<br />

costumbres, mitos, creencias, concepciones del<br />

mundo de la vida; por eso varían según espacio<br />

y lugar (21).<br />

Se asume que hay cultura de prevención cuando<br />

se controlan los riesgos y amenazas para evitar<br />

impactos nocivos. Las circunstancias dolorosas<br />

de los desastres han dejado a la humanidad<br />

múltiples enseñanzas (22) (23). Hoy en día,<br />

salvando las diferencias del mundo globalizado,<br />

se tiende a adoptar una cultura de prevención en<br />

todo ámbito: escuelas, municipalidades, entornos<br />

saludables, estilos de vida sanos, alimentación<br />

natural, hábitos de higiene, entre tantos. La<br />

preparación para desastres exige una cultura<br />

del conocimiento entre los profesionales y la<br />

colectividad (24).<br />

En la época virreinal del Perú se ofrecían<br />

doncellas, generalmente indias, conducidas por<br />

eclesiásticos al sacrificio humano para aminorar<br />

la fuerza de la naturaleza y que un volcán cesara<br />

de erupcionar (25). Hasta la actualidad persisten<br />

mitos sobre los desastres; en serranías peruanas<br />

muere ocasionalmente una persona al ser<br />

alcanzada por un rayo y la población le atribuye<br />

causalidad divina; dicen, por ejemplo, que fue<br />

castigo de Dios, por haber sido infiel o mujeriego.<br />

Tampoco se trata de condenar ni menos hacer<br />

sorna de estas creencias.<br />

Toda concepción -llámese mágica, religiosa,<br />

mítica o mística- tiene su razón de ser y particular<br />

sentido; no es buena ni mala sino simplemente<br />

es la cultura; en todo caso, expresión legítima de<br />

determinada población. El Centro Regional de<br />

Información sobre Desastres ha realizado una<br />

investigación en Hispanoamérica, que incluye<br />

muchas de estas creencias culturales (26).<br />

La OPS presentó una serie de mitos y realidades<br />

sobre los desastres naturales (27). A pesar de que<br />

estamos lejos de una cultura de prevención,<br />

es mayoritaria la emergencia de conductas<br />

preventivas hacia la salud; por ejemplo, el<br />

uso de cinturones de seguridad en vehículos,<br />

higiene dental y corporal, selección de nutrientes,<br />

restricción del uso de tabaco en lugares públicos<br />

cerrados, etc. Todo ello genera, por una parte,<br />

mayor conciencia del posible daño interno<br />

(condición previa para asunción de conducta<br />

segura o protectora) y, por otra, menor tolerancia<br />

al agente nocivo externo (exigencia a cumplir<br />

derechos, normas o costumbres seguras).<br />

86 Anales de Salud Mental 2010 / Volumen <strong>XXVI</strong> (1)


Carlos Marchena Cárdenas<br />

El tema de los desastres cobra cada vez mayor<br />

interés: partidos ecologistas o verdes. En Europa<br />

luchan por la conservación del medio y en contra<br />

del “calentamiento terrestre”. Un mundo más<br />

poblado y con mayor pobreza exige adoptar una<br />

cultura de prevención frente a los desastres (28)<br />

(29) (30).<br />

El Perú no escapa a dicha realidad; su explosión<br />

demográfica data ya de algunas décadas y es un<br />

país del tercer mundo. No podemos esperar que<br />

mejoren tan sólo los modelos asistenciales o de<br />

atención a víctimas o damnificados en eventuales<br />

desastres, sino enfatizar el trabajo promocional<br />

y preventivo pre-impacto. Con esa perspectiva<br />

se ha asumido la estrategia de la promoción de<br />

la salud en diversas partes de nuestro continente<br />

(31) (32) (33).<br />

Líneas de acción<br />

PROSAMED plantea tres: promoción,<br />

prevención y capacitación.<br />

Promoción: A través de las organizaciones e<br />

instituciones citadas, privilegiando acciones<br />

con los líderes que movilizan a la población y<br />

a los grupos más vulnerables: niños, ancianos,<br />

limitados físicos o mentales, madres gestantes,<br />

personas hipersensibles a ciertos desastres,<br />

entre otros. El énfasis, aparte de la cultura<br />

de prevención, se ubica en el fortalecimiento<br />

de valores, conductas sociales positivas y<br />

emociones.<br />

Prevención: Busca la sensibilización y<br />

concientización frente a los desastres mediante<br />

la difusión masiva con el uso de rotafolios sobre<br />

salud mental y desastres en grupos escolares<br />

y comunitarios. La prevención contempla<br />

también la derivación oportuna de casos clínicos<br />

detectados a los establecimientos de salud<br />

correspondientes, postas, centros de salud,<br />

hospitales o instituciones.<br />

Capacitación: Se inicia con un curso en base a un<br />

manual elaborado por el equipo de PROSAMED<br />

(34). El manual consta de cuatro módulos:<br />

1. El agente comunitario y la comunicación.<br />

2. Salud mental y desastres.<br />

3. Promoción de la salud mental.<br />

4. Actividades preventivas y de atención en<br />

salud mental.<br />

Los contenidos clave son: comunicación,<br />

liderazgo, salud mental, factores de riesgo, factores<br />

protectores, prevención, promoción, fomento<br />

de conductas sociales positivas y expresión de<br />

emociones.<br />

Al terminar el curso los asistentes, agentes<br />

comunitarios, preparan un plan de trabajo para<br />

su propia localidad, con sus representantes y bajo<br />

nuestra intervención posterior.<br />

Seguimiento y monitoreo<br />

Con el afán de lograr la sostenibilidad del<br />

Programa, realizamos intervenciones de apoyo<br />

a los comités de salud mental instalados y a los<br />

agentes comunitarios, monitoreando también<br />

sus acciones, como por ejemplo la educación a<br />

grupos, asesoría a quienes trabajan con niños<br />

en el fortalecimiento de emociones y conductas<br />

sociales positivas.<br />

Evaluación<br />

Todo proyecto o programa puede mejorar<br />

mediante su evaluación (35) (36). Por ello<br />

consideramos la evaluación de los agentes como<br />

del propio PROSAMED en el proceso y en el<br />

impacto.<br />

En cuanto a la evaluación del proceso<br />

tenemos:<br />

Cursos de capacitación.- Cada uno de los cuatro<br />

módulos del curso básico tienen pruebas de<br />

entrada y salida para examinar progresos de<br />

agentes. Generalmente los que pertenecen al sector<br />

salud obtienen muy buen rendimiento e incluso<br />

mejoran en las pruebas de salida. Los promotores<br />

de salud y otros representantes comunitarios<br />

alcanzan puntuaciones algo menores que también<br />

se elevan al capacitarse.<br />

Encuesta de opinión.- Cada curso de capacitación<br />

de PRE<strong>DE</strong>S culmina con una encuesta de opinión<br />

anónima de los asistentes. Hemos recibido de<br />

ellos aprobación mayoritaria a las intervenciones.<br />

La sugerencia predominante es mantener las<br />

intervenciones.<br />

Anales de Salud Mental 2010 / Volumen <strong>XXVI</strong> (1)<br />

87


Programa de Salud Mental en Desastres: Una Década de Trabajo<br />

Acciones de los agentes.- Varían según la zona y se<br />

desarrollan mejor cuando el ámbito de trabajo es<br />

el propio; por ejemplo, los profesores en talleres<br />

con sus alumnos, los promotores en educación<br />

a grupos de sus organizaciones y el personal de<br />

salud en promoción con sus usuarios.<br />

Elaboración de materiales.- El equipo de PRE<strong>DE</strong>S<br />

ha elaborado un manual de capacitación, un<br />

rotafolio, trípticos y volantes de uso frecuentes<br />

en las intervenciones, educación a grupos y<br />

actividades preventivo – promocionales.<br />

Seguimiento y monitoreo.- Se han realizado en<br />

todos los lugares intervenidos. Aquellos con<br />

mayor seguimiento tienen mayores acciones. La<br />

respuesta general de apoyo de las autoridades es<br />

mayor en provincias y fuera de Lima que en la<br />

propia capital (37).<br />

Diagnósticos situacionales.- Preparados en la<br />

mayoría de lugares de trabajo, sirven como marco<br />

teórico referencial y orientan las intervenciones<br />

sucesivas (38).<br />

Respecto al impacto:<br />

Cobertura.- Es relativa. Si consideramos<br />

la problemática nacional de los desastres,<br />

indudablemente, estamos muy lejos de una<br />

participación significativa; sin embargo, si<br />

se tiene en cuenta el impacto de un pequeño<br />

equipo interventor en las localidades elegidas,<br />

la cobertura resulta significativa por el trabajo<br />

de los agentes capacitados que tienen liderazgo,<br />

motivación y realizan un denodado esfuerzo por<br />

beneficiar a su comunidad.<br />

Comités locales de salud mental y desastres.-<br />

Formados en todas las localidades intervenidas,<br />

con liderazgos distintos; del personal de salud, del<br />

de educación, la policía y la propia comunidad.<br />

Aunque con diferente tiempo de trabajo, todos<br />

han tenido participación en acciones preventivas<br />

y promocionales.<br />

Difusión masiva.- Otro indicador relativo, escaso<br />

a nivel nacional. Requerimos utilizar medios<br />

masivos de difusión: radio, televisión (39), puesto<br />

que nuestra difusión es aceptable a nivel local, en<br />

los mismos grupos donde trabajan los agentes<br />

(organizaciones, instituciones), pero no más allá<br />

de ello.<br />

Talleres.- Los de fortalecimiento de emociones y<br />

de conductas sociales positivas se desarrollan en<br />

base a sendas guías que están siendo validadas<br />

por expertos externos al equipo de PRE<strong>DE</strong>S. La<br />

validación operativa es favorable, pero requiere<br />

de mayor trabajo en el futuro inmediato.<br />

Referencias<br />

1. Guerra de Macedo, Carlyle. Reflexiones sobre la<br />

Salud Pública. Washington, D.C.; 1992<br />

2. Organización Mundial de la Salud. The World<br />

Health Report. Mental Health: New Understanding.<br />

New Hope. Chapter 1; 2001<br />

3. Declaración Mundial de Salud Mental. Temas de<br />

Salud Mental en la Comunidad. 51ª Asamblea<br />

Mundial de la Salud. Adoptada por la Comunidad<br />

Sanitaria Mundial. Mayo, 1998<br />

4. Seaman, John. Epidemiología de Desastres. México:<br />

Ed. Harla; 1989<br />

5. Organización Panamericana de la Salud. Impacto<br />

de los Desastres en la Salud Pública. Colombia: Ed.<br />

OPS.; 2000<br />

6. Pan American Health Organization (PAHO):<br />

Protección de la Salud Mental en Situaciones<br />

de Desastres y Emergencias. Organización<br />

Panamericana de la Salud (OPS) OMS, OPS; 2002<br />

7. García Acosta, Virginia. Historia y Desastres en<br />

América Latina. Lima: Ed. La Red; 1997<br />

8. Unesco. Terremoto: Evaluación y Mitigación de su<br />

Peligrosidad. Barcelona; 1980<br />

9. Beier, Chistoph. Geografía y Ayuda Humanitaria.<br />

Univ. Deust., 1998<br />

10. <strong>Instituto</strong> <strong>Nacional</strong> de Defensa Civil. Informe<br />

Compendio Estadístico del SINA<strong>DE</strong>CI 2003.<br />

Disponible en http://www.indeci.gob.pe<br />

11. Centro <strong>Nacional</strong> De Prevención De Desastres<br />

(CENAPRED). Desastres Naturales en América<br />

Latina.. México: Ed. Fondo de Cultura Económica;<br />

2002<br />

12. Cohen, Raquel: Salud Mental para Víctimas de<br />

Desastres. Guía para Instructores.. Lima: Imp. Prog.<br />

Educativos S.A.; 1999<br />

13. Cohen, Hugo. Intervención en Crisis en Situaciones<br />

de Desastres Naturales: Abordajes en Salud Mental<br />

Comunitaria. San Salvador: Ed. OPS-ELS; 2001<br />

14. Avia, María Dolores y Sánchez Bernardos, María<br />

Luisa. Personalidad: Aspectos Cognitivos y<br />

Sociales. Madrid: Ed. Pirámide, S.A.; 1995<br />

15. Levav, Itzak. Temas de Salud Mental en la<br />

Comunidad. Serie Paltex. Buenos Aires: Ed. OPS;<br />

1993<br />

88 Anales de Salud Mental 2010 / Volumen <strong>XXVI</strong> (1)


Carlos Marchena Cárdenas<br />

16. Intermediate Technology Development Group<br />

(ITDG). Propuesta Metodológica para la Gestión<br />

Local de Riesgos de Desastres. Lima: Imp. Tarea,<br />

Asoc. Gras. Educativa; 2001<br />

17. Matellanes, Manuel y SASTRE. Elena. El Uso<br />

de Técnicas Psicológicas en la Ejecución de los<br />

Programas de Prevención. Madrid: Ed. Colegio<br />

Oficial de Psicólogos; 2000<br />

18. Oficina General de Emergencias y Desastres<br />

(OGDN). Disponible en http://www.minsa.gob.<br />

pe/ogdn; 2004<br />

19. Moya, Margarita y Gupio, Gloria: Experiencia de<br />

Intervención de Salud Mental Comunitaria en una<br />

Población Afectada por Desastres en el Distrito de<br />

Ambar. Lima: Anales de Salud Mental. Ed.”NSM<br />

HD-HN“; 1999<br />

20. Lavell, Allan. Viviendo un Riesgo. Comunidades<br />

Vulnerables y Prevención de Desastres en América<br />

Latina. Tercer Mundo Editores, Sta. Fe de Bogotá,<br />

1994<br />

21. Clifford, J. The Predicament of Culture. 20yh<br />

Century Ethnography, Literature and Art.<br />

Cambridge, MA: Harvard University Press; 1988<br />

22. Organización Panamericana de la Salud. Lecciones<br />

Aprendidas en América Latina de Mitigación de<br />

Desastres en Instalaciones de Salud. Secretariado<br />

del IDNDR Washington: Ed. OPS; 1997<br />

23. Organización Panamericana de la Salud.<br />

Publicaciones y Recursos de Información sobre<br />

Desastres Naturales. Catálogo, 2002<br />

24. Centro Latinoamericano de Medicina y Desastres<br />

(CLAMED). Taller de Lecciones Aprendidas.<br />

Vivian Céspedes Mora. La Habana; 2002<br />

25. Seiner Lizárraga, Lizardo. Estudios de Historia<br />

Medioambiental. Lima: Fondo de Des. Ed.<br />

Universidad de Lima; 2002<br />

26. Centro Regional de Información sobre Desastres<br />

(CRID).Disponible en http://www.crid.or.cr;<br />

2005<br />

27. Organización Panamericana de la Salud. Desastres<br />

Naturales: Mitos y Realidades [web en línea].<br />

Disponible en http://www.paho.org/spanish/<br />

ped/myths.htm; 2001<br />

28. Albarrán Melgarejo, Américo. Educación<br />

Ambiental, Naturaleza y Ética Ecológica.. Lima:<br />

Imp. Serv. Gras. Éxito; 2002<br />

29. Programa de las Naciones Unidas Para El Medio<br />

Ambiente (PNUMA). Conferencia de Estocolmo;<br />

1972<br />

30. Levy-Leboyer, Claude. Psicología y Medio<br />

Ambiente. Madrid: Ed. Morata; 1985<br />

31. Ministerio de Salud. Promoción de la Salud en la<br />

Escuela. Lima: Ed. MINSA; 2001<br />

32. Compromiso de Chile. Promoción de la Salud.<br />

Comité Andino; 2002<br />

33. Taller Andino Para Protección de la Salud.<br />

Municipios y Comunidades Saludables. Red<br />

Internacional Carmen; 2003<br />

34. <strong>Instituto</strong> <strong>Nacional</strong> de Salud Mental “Honorio<br />

Delgado-Hideyo Noguchi”. Salud Mental en el<br />

Afronte de Desastres: Módulos de Capacitación<br />

para Agentes Comunitarios, Lima: Taller Arce<br />

Perú, S.R.L.; 2001<br />

35. Banco Interamericano de Desarrollo. Evaluación;<br />

Una Herramienta de Gestión para Mejorar el<br />

Desempeño de los Proyectos. Washigton, D.C.:<br />

Ed. BID; 1997<br />

36. Mokate, Karen Marie. La Evaluación como<br />

Herramienta de Gerencia Social. <strong>Instituto</strong><br />

Interamericano para el Desarrollo Social (IN<strong>DE</strong>S),<br />

Versión modificada; abr. 2000<br />

37. <strong>Instituto</strong> <strong>Nacional</strong> de Salud Mental “Honorio<br />

Delgado-Hideyo Noguchi. Informes de<br />

Intervención en Localidades Afectadas o en Riesgo<br />

de Desastres (Ambar, Yauyos-Laraos, Paramonga,<br />

Coayllo, San Diego, Trujillo, Piura). Lima; 1998 al<br />

2007<br />

38. <strong>Instituto</strong> <strong>Nacional</strong> de Salud Mental “Honorio<br />

Delgado-Hideyo Noguchi”. Diagnósticos<br />

Situacionales de Ambar, Yauyos-Laraos,<br />

Paramonga, San Diego, Trujillo, Piura. Lima; 1999,<br />

2000, 2001, 2002, 2003,2005, 2006<br />

39. Consorcio de Universidades. Estudio de Base para<br />

el Fortalecimiento de las Capacidades <strong>Nacional</strong>es<br />

en Comunicación y Promoción de la Salud. 1ª ed.<br />

Lima; 2004.<br />

Anales de Salud Mental 2010 / Volumen <strong>XXVI</strong> (1)<br />

89


INSTRUCCIONES A LOS AUTORES<br />

La revista <strong>ANALES</strong> <strong>DE</strong> <strong>SALUD</strong> <strong>MENTAL</strong> invita a los<br />

profesionales de la salud mental a enviar trabajos originales<br />

en español o inglés que no hayan sido publicados parcial<br />

o totalmente en formato impreso o electrónico.<br />

La evaluación de los trabajos estará a cargo del Comité<br />

Editorial de la Revista. El resultado de la misma se<br />

comunicará oportunamente a los autores. Una vez<br />

aprobada la publicación, pasará a ser propiedad editorial<br />

de Anales de Salud Mental, y no podrá traducirse, ni<br />

reproducirse sin el consentimiento escrito del Editor.<br />

Las opiniones expresadas por los autores son de su<br />

exclusiva responsabilidad y no reflejan necesariamente<br />

los criterios del Comité Editorial de la Revista Anales de<br />

Salud Mental.<br />

Los trabajos se enviarán al Editor de la Revista en tres<br />

copias y fuente Times New Roman número 12, a doble<br />

espacio, en papel bond tamaño A4, con márgenes de<br />

2.5 cm., acompañadas del disquete. El texto no debe<br />

tener más de 20 páginas, las mismas que se numerarán<br />

consecutivamente empezando por la del título, con el<br />

número escrito en la esquina inferior derecha.<br />

En la revista Anales de Salud Mental se publican artículos<br />

científicos, casos clínicos, revisión de temas, resúmenes de<br />

textos, semblanzas, ensayos y cartas al editor.<br />

Artículos originales<br />

Deben seguir el formato estándar IMRYD (introducción,<br />

materiales y métodos, resultados y discusión). Todo<br />

manuscrito debe incluir dos resúmenes, en inglés y<br />

español, con un máximo de 200 palabras, debiendo<br />

agregarse al final hasta cinco palabras clave. En la<br />

introducción se mencionará los antecedentes en los que<br />

se basa la investigación y los objetivos de la misma; en<br />

material y métodos, se brindará información detallada<br />

sobre la muestra, técnicas, instrumentos y procedimientos;<br />

los resultados serán descritos de manera precisa y<br />

concisa; la discusión dará cuenta de la importancia de los<br />

resultados y las limitaciones del estudio. Se puede incluir<br />

agradecimientos a las personas o instituciones que hayan<br />

colaborado y/o subvencionado el estudio.<br />

Todos los trabajos experimentales en los que se involucre<br />

sujetos humanos o animales deberán ir acompañados de<br />

una copia de los dictámenes respectivos de los Comités de<br />

Ética y de Investigación de la institución correspondiente.<br />

Las tablas e ilustraciones serán consideradas cuando sean<br />

estrictamente útiles para el entendimiento del texto y deben<br />

ser enviadas en páginas separadas, indicando claramente<br />

su numeración y orientación y el lugar del texto donde<br />

deben ser ubicadas. Las fotografías deben ser originales,<br />

en blanco y negro y de muy buena calidad técnica.<br />

Casos clínicos<br />

Serán considerados para su publicación los casos clínicos<br />

novedosos y que como consecuencia de ello tengan interés<br />

diagnóstico y terapéutico. Comprenderán las siguientes<br />

partes: historia clínica y discusión. El texto no debe tener<br />

más de 10 páginas.<br />

Revisión de temas<br />

Consiste en la revisión de un área científica determinada. De<br />

manera resumida se analizará y actualizará la información<br />

sobre el tema. El texto no debe tener más de 10 páginas,<br />

Resúmenes de textos<br />

Corresponderá a textos de interés científico y tendrá una<br />

extensión de una página.<br />

Semblanzas<br />

Destinadas a subrayar la biografía de un profesional<br />

destacado por su contribución al quehacer de la salud<br />

mental y la psiquiatría, tanto en el ámbito nacional, como<br />

internacional.<br />

Ensayos<br />

Serán consideradas para su publicación aquellas<br />

proposiciones originales que planteen hipótesis como<br />

producto de una revisión profunda del tema y sean de<br />

interés para la comunidad científica.<br />

Cartas al Editor<br />

Se publicarán aquellas que contengan opiniones,<br />

comentarios, observaciones o sugerencias de interés para<br />

la comunidad científica.<br />

Referencias bibliográficas<br />

Las referencias seguirán las pautas de las normas de<br />

Vancouver.<br />

Artículos de revistas:<br />

Apellido e iniciales del nombre de cada autor (listar sólo<br />

los seis primeros seguidos por et al.). Título del artículo<br />

en el idioma original. Abreviatura internacional de la<br />

revista. Año; volumen, número entre paréntesis: página<br />

inicial – página final. Ejemplo:<br />

Lorente E, Ibáñez I, Moro M. Índice de calidad de vida.<br />

Psiquiatría y Salud Integral. 2002; 2(2):45-50.<br />

Libros:<br />

Autor/es. Título. Edición. Ciudad: Editorial; Año.<br />

Ejemplo:<br />

Caravedo B, Rotondo H, Mariátegui J. Estudios de<br />

psiquiatría social en el Perú. 1ª ed. Lima. Ediciones el<br />

Sol; 1965.<br />

Capítulo de libro:<br />

Autor/es del capítulo. Título del capítulo. En: Director/<br />

Coordinador/Editor del libro. Título del libro. Edición.<br />

Lugar de publicación: Editorial; año. página inicial-final<br />

del capítulo.<br />

Ejemplo:<br />

Mehta SJ. Dolor abdominal. En: Friedman HH, coordinador.<br />

Manual de Diagnóstico Médico. 5ª ed. Barcelona: Masson;<br />

2004. p.183-90.<br />

Material electrónico:<br />

CD-ROM: Autor/es. Título [CD-ROM]. Edición. Lugar:<br />

Editorial; año.<br />

Ejemplo:<br />

Best CH. Bases fisiológicas de la práctica médica [CD-<br />

ROM]. 13ª ed. Madrid: Editorial Médica Panamericana;<br />

2003.<br />

Artículo de revista en Internet:<br />

Autor/es del artículo. Título del artículo. Nombre de<br />

la revista [revista en Internet] año [fecha de consulta];<br />

volumen (número): [Extensión/páginas]. Dirección<br />

electrónica.<br />

Ejemplo:<br />

Francés I, Barandiarán M, Marcellán T, Moreno L.<br />

Estimulación psicocognoscitiva en las demencias. An<br />

Sist Sanit Navar [revista en Internet] 2003 septiembrediciembre.<br />

[acceso 19 de octubre de 2005]; 26(3). Disponible<br />

en: http://www.cfnavarra.es/salud/anales/textos/<br />

vol26/n3/revis2a.html<br />

Correspondencia<br />

Toda la correspondencia debe dirigirse al Editor de la<br />

Revista, a la dirección: Jr. Eloy Espinoza Nº 709. Urb. Palao.<br />

San Martín de Porres. Lima 31. Perú.<br />

E-mail: insmhdhn@minsa.gob.pe ó oeaide@yahoo.com<br />

90 Anales de Salud Mental 2010 / Volumen <strong>XXVI</strong> (1)


Anales de Salud Mental 2010 / Volumen <strong>XXVI</strong> (1)<br />

91


<strong>ANALES</strong> <strong>DE</strong> <strong>SALUD</strong> <strong>MENTAL</strong><br />

ÓRGANO OFICIAL <strong>DE</strong>L INSTITUTO NACIONAL <strong>DE</strong> <strong>SALUD</strong> <strong>MENTAL</strong><br />

<strong>VOL</strong>UMEN <strong>XXVI</strong> - 2010 - NÚMERO 1


<strong>ANALES</strong> <strong>DE</strong><br />

<strong>SALUD</strong> <strong>MENTAL</strong><br />

Órgano Oficial del <strong>Instituto</strong> <strong>Nacional</strong> de Salud Mental<br />

7 Editorial<br />

Psiq. Enrique Macher Ostolaza<br />

ARTÍCULOS ORIGINALES<br />

9 Violencia Trans e Intergeneracional en Madres con Hijos Adolescentes<br />

en Tres Ciudades de la Sierra Peruana<br />

Alvarez M. Militza, Rojas M. Edelmira, Vílchez G. Liliana<br />

19 Prevalencia y Factores Asociados en el Abuso / Dependencia del Alcohol en<br />

el Adulto en Lima Metropolitana y Callao<br />

Rommy Kendall-Folmer, Raquel Pérez Salinas, Yolanda Sanez<br />

30 Factores Asociados al Episodio Depresivo en el Adulto Mayor de Lima<br />

Metropolitana y Callao<br />

Psiq. Vilma Paz<br />

39 Síndromes Folklóricos en Cuatro Ciudades de la Sierra del Perú<br />

Psiq. Eduardo Bernal García<br />

49 Estudio Epidemiológico y Síndromes Folklóricos en Cinco Ciudades de<br />

la Selva Peruana<br />

Psiq. Eduardo Bernal García<br />

58 Asociación entre Ejercicio Físico y Trastornos Mentales Prevalentes en la<br />

Población Adulta del Estudio Epidemiológico de Lima Metropolitana y Callao<br />

Suazo Herrera Percy, Ramos Palomino Zayra, Cabeza López Hernán<br />

ARTÍCULOS <strong>DE</strong> REVISIÓN<br />

67 Terapia Cognitivo Conductual en Bulimia Nerviosa<br />

Albornoz Muñoz Delia, Miranda Ulloa Gilberto, Solano Carranza Cecilia<br />

75 La Obra de Carlos Gutiérrez-Noriega (1906 – 1950)<br />

Psiq. Eduardo Bernal García<br />

REVISIÓN <strong>DE</strong> LIBROS<br />

81 The Oxford Textbook of Suicidology and Suicide Prevention:<br />

A Global Perspective<br />

Juan E. Mezzich M.D. PhD<br />

INFORME<br />

83 Programa de Salud Mental en Desastres: Una Década de Trabajo<br />

Carlos Marchena Cárdenas

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