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lucrecio,_clinamen_y.. - Web del Profesor

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acciones voluntarias (y las involuntarias). 63 La libertad de la voluntad debe ser ubicada en la indeterminación<br />

de estos actos internos de voluntad. La ocurrencia de los actos en cuestión y la libertad de los mismos con<br />

respecto al control causativo es un asunto de experiencia íntima».<br />

Una frase que no es exactamente adecuada para describir la explicación de Lucrecio es la<br />

descripción de voluntas como un evento mental. Para Lucrecio, voluntas tiene lugar en la<br />

mente, en el animus, pero es también una ocurrencia puramente física. No existe una<br />

facultad desencarnada de voluntad, separada de la constitución física <strong>del</strong> animal. 64 Más<br />

aún, para Lucrecio voluntas no es meramente un objeto de la introspección; ella puede<br />

también ser apreciada en otros. Tiene lugar cuando la mente decide enfocarse en ciertos<br />

simulacra en un επιβολη τηç διανοιαç y por lo tanto se encuentra ubicada entre la<br />

percepción sensorial y la formación de una φαντασια específica que conduce a la<br />

acción. 65 Ella es causada por una desviación aleatoria <strong>del</strong> movimiento hacia abajo de uno o<br />

varios átomos en la ‘cuarta sustancia’ <strong>del</strong> animus, que causa una alteración en los<br />

movimientos atómicos, la cual conducirá más tarde a una acción específica. En qué acción<br />

resultará la desviación —en el caso de que resulte en alguna— estará determinado por qué<br />

átomos se desvíen y por la constitución <strong>del</strong> animus. En cualquier ocasión particular es<br />

imposible predecir qué acción emprenderá el animal, pero en series de acciones sus<br />

reacciones al mundo externo serán ampliamente congruentes con el tipo de ser que él es.<br />

Por lo general esta teoría ha sido recibida con desprecio, tanto en la antigüedad como en<br />

nuestros días. 66 Y no cabe duda de que sus problemas son inmensos, muy distintos de los<br />

que enfrenta cualquier explicación tradicional de la voluntad como un fenómeno<br />

psicológico distinto. Pero también es una concepción radicalmente imaginativa y constituye<br />

un intento de producir una explicación física precisa de problemas psicológicos intrigantes;<br />

ella es sin duda alguna una teoría más interesante que lo que lo habría sido cualquier mera<br />

recomposición <strong>del</strong> aristotelismo, no importa cuán filosóficamente más respetable dicha<br />

recomposición pueda haber sido. Ella no constituye la totalidad e la respuesta de Epicuro a<br />

los problemas de la libertad humana; no he considerado en absoluto el rechazo por Epicuro<br />

de la posible verdad de las declaraciones sobre el futuro, 67 cuyo objetivo era refutar el<br />

determinismo lógico en la misma dedica en la que el <strong>clinamen</strong> refutaba el determinismo<br />

físico. La relación entre esta estrategia y la introducción <strong>del</strong> <strong>clinamen</strong> no está clara y<br />

requiere un mayor estudio. 68 Pero espero haber mostrado que la teoría <strong>del</strong> <strong>clinamen</strong> como<br />

63 Mi enmienda.<br />

64 Cfr. N. W. Gilbert, The concept of will in early Latin philosophy, «JHPh» 1 (1963), pp. 17-35,<br />

especialmente seq.<br />

65 Ya hemos visto que ésta es un área gris en la explicación aristotélica de la acción. También sería útil haer<br />

una comparación con alguna versión <strong>del</strong> concepto estoico de συγxαταθεσιç, que también estaba ubicado<br />

entre la pecepción sensorial y la acción. Cfr. R. Sorabji, Causation, Laws and Necessity en Doubt and<br />

Dogmatism, compilado por M. Schofield, M. Burnyeat y J. Barnes (Oxford 1980), pp. 250-82. El recuento<br />

histórico de las teorías estoicas que da W. Theiler, Tacitus und die antike Schicksalslehre en Phyllobolia für<br />

Peter von der Mühl (Basilea 1946), pp. 35-90 es todavía hoy invalorable; cfr. también las obras citadas por M.<br />

Ferraio, Filodemo «Sulla Provvidenza»? (PHerc. 1670), «CErc» 2 (1972), pp. 67-94, p. 67 n. 1.<br />

66 Una excepción a esto lo es, por supuesto, el trato que de ella hace la disertación doctoral de Marx, quien la<br />

trata con simpatía.<br />

67 Us. fr. 376.<br />

68 Por ejemplo, ¿fueron sólo las afirmaciones con respecto a los seres animados aquéllas de las cuales negó<br />

Epicuro que pudiesen ser verdaderas? Todos los ejemplos que nos da Cicerón son de declaraciones acerca de

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