27.02.2014 Views

Sobre determinismo y libre albedrío. Eikasia 16

Sobre determinismo y libre albedrío. Eikasia 16

Sobre determinismo y libre albedrío. Eikasia 16

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Centeno, S.: «Retórica e ideología en la Carta a los romanos de Pablo de Tarso»<br />

10. Hay que tener claro a quién va dirigida<br />

la carta a los Romanos. Porque si el<br />

centro neurálgico de la carta es la<br />

justificación por la fe, eso quiere decir<br />

que ya no vale la Ley. La Ley pactada<br />

por Dios con Moisés, la Ley mosaica.<br />

Pablo considera que hay que superar la<br />

Ley mosaica. El cristianismo de nuevo<br />

cuño merece una Nueva Alianza. Pablo<br />

se dirige a un público que o bien es judío<br />

y, por lo tanto sometido a la Ley, o bien<br />

si es cristiano duda si someterse<br />

íntegramente a esa Ley o no. La Torah es un escollo. A diferencia de lo que pudiera<br />

haber pensado Filón, con la Ley no se puede integrar el judaísmo en el helenismo.<br />

Pero con ella tampoco se consigue que los paganos se conviertan en judíos. Sus<br />

mitos, sus ritos no son entendidos desde una sociedad helenizada. Seguramente la<br />

carta va dirigida a una comunidad heterogénea en la que habría tanto judíos como<br />

conversos.<br />

Si la Carta a los Romanos va dirigida a judeocristianos,<br />

¿qué hacer con la Ley?<br />

11. El recurso al símil o a la comparación es muy útil y muy común en Pablo. El<br />

ejemplo más paradigmático de la Carta a los Romanos quizá sea el que le sirve para<br />

comparar las primicias de la masa y las raíces, las ramas y el injerto con el pueblo de<br />

Israel y el cristianismo: “Y si las primicias son santas, también la masa; y si la raíz<br />

es santa también las ramas. Que si algunas ramas fueron desgajadas, mientras tú -<br />

olivo silvestre- fuiste injertado entre ellas, hecho participe con ellas de la raíz y de<br />

la savia del olivo, no te engrías contra las ramas. Y si te engríes, sábete que no eres<br />

tú quien sostiene la raíz, sino la raíz que te sostiene. Pero dirás: Las ramas fueron<br />

desgajadas para que yo fuera injertado. ¡Muy bien! Por su incredulidad fueron<br />

desgajadas, mientras tú, por la fe te mantienes. ¡No te engrías!; más bien, teme.<br />

Que si Dios no perdonó a las ramas naturales, no sea que tampoco a ti te perdone.<br />

Así pues, considera la bondad y la severidad de Dios: severidad con los que<br />

<strong>Eikasia</strong>. Revista de Filosofía, año III, <strong>16</strong> (enero 2008). http://www.revistadefilosofia.org 89

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!