Sobre determinismo y libre albedrío. Eikasia 16
Sobre determinismo y libre albedrío. Eikasia 16
Sobre determinismo y libre albedrío. Eikasia 16
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Centeno, S.: «Retórica e ideología en la Carta a los romanos de Pablo de Tarso»<br />
gracias a un discurso más o menos elaborado, influir de un modo eficaz en sus<br />
destinatarios 81 .<br />
Le pasa con la retórica a San<br />
Pablo lo que le pasa a Wittgenstein<br />
cuando desprecia toda la labor<br />
filosófica y termina su libro del<br />
Tractatus diciendo: “de lo que no<br />
se puede hablar es mejor<br />
callarse” 82 . Muy bien, sí, pero para<br />
terminar diciendo eso ha tenido que<br />
escribir todo un tratado de filosofía.<br />
Pues lo mismo le ocurre a nuestro<br />
apóstol: nada de retórica, pero, aun<br />
negándola, se ha visto obligado a<br />
usarla, al menos en parte, porque ya<br />
que no estamos hablando de lo<br />
necesario, de un teorema<br />
geométrico por ejemplo, resulta<br />
imposible convencer a la gente sin<br />
métodos más o menos<br />
persuasivos 83 . Ya lo había dicho<br />
Representación de la predicación de S. Pablo en<br />
Éfeso. De Eustache Le Sueur, <strong>16</strong>49. Museo de<br />
Louvre. Repárese que por la época en que se pintó<br />
el cuadro (Revolución Científica) se supone a S.<br />
Pablo incitando a quemar libros de ciencia o de<br />
sabiduría pagana (“magia”). Parecen extraerse los<br />
libros de edificios griegos. Es una imagen de todos<br />
modos anacrónica y que no sería posible hasta el<br />
siglo IV. Recordemos por ejemplo al obispo San<br />
Cirilo y a Hipatía (415) o al obispo Teófilo de<br />
Antioquia.<br />
81 .- Esta preocupación por la conjugación ente fe y predicación ha continuado en toda la tradición<br />
eclesiástica como no podía ser de otra forma. Véase D.D. Whately, Elements of Rhtoric, 1828. Citado por<br />
Perelman, Op. cit. p. 35.<br />
82 .- Wittgenstein, L.; Tractatus logico philosophicus, ed. Alianza, Madrid, 2000, p. 183, § 7.<br />
83 .- Es evidente, por lo que llevamos dicho, que no hacemos la distinción terminológica que hace<br />
Perelman entre persuadir y convencer. Nosotros tomamos estos términos como sinónimos. No hemos<br />
tenido necesidad de hilar tan fino y no nos hemos visto en la necesidad, como hace Perelman, de utilizar<br />
el término “convencer” para acentuar el carácter racional y lógico de los argumentos demostrativos en<br />
cuanto dirigidos a un destinatario universalizable, y utilizar “persuadir” para referirnos a la<br />
argumentación dirigida a un auditorio particular. Entre otras razones porque para respetar esa distinción<br />
terminológica habría que participar también de la distinción gnoseológica de fondo entre lógica y<br />
psicología que Perelman no parece advertir. Y es en esta distinción en donde se ponen en juego los<br />
cimientos de su tratado.<br />
80<br />
<strong>Eikasia</strong>. Revista de Filosofía, año III, <strong>16</strong> (enero 2008). http://www.revistadefilosofia.org