Sobre determinismo y libre albedrío. Eikasia 16
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Centeno, S.: «Retórica e ideología en la Carta a los romanos de Pablo de Tarso»<br />
Es curioso pero la carta a los Romanos, al igual que las otras cartas paulinas, no<br />
habla del Jesús histórico, sino que habla teológicamente de Jesucristo y, además, en un<br />
sentido cósmico, como si Pablo estuviese ya contaminado, si no de gnosticismo, si, al<br />
menos, de estoicismo. Por ejemplo, si la crucifixión en los Evangelios es vista como un<br />
acontecimiento histórico, sin embargo, en la Carta a los Romanos es vista desde una<br />
óptica teológica y cósmica y con una clara proyección soteriológica 33 . La principal<br />
razón es que el texto ya no va dirigido a un público palestino. El público romano ya no<br />
podía compartir con los seguidores directos de Jesús la honda vivencia de la esperanza<br />
mesiánica judía tradicional. Ni puede participar de la idea de ser un pueblo elegido. Es<br />
el evangelio de los incircuncisos. En definitiva, ya no es un evangelio para los judíos,<br />
sino para los gentiles. Es a estos a los que tiene que persuadir con esta carta. Y a estos<br />
gentiles Jesús es presentado como un “Swth’r” 34 que es sacrificado para salvar a toda la<br />
humanidad, no como un mártir o un Mesías de los judíos.<br />
Ahora el bautismo por ejemplo ya no es un mero símbolo moral, sino que es una<br />
“metánoia” metafísica o espiritual, algo incomprensible para cualquier judío. El<br />
Jesucristo paulino es un místico, cuya crucifixión se entiende como una expiación de<br />
todos nuestros pecados. En cambio, para los judíos que conocieron al Jesús histórico su<br />
crucifixión fue interpretada como un fracaso. Curiosamente después de Pablo el fracaso<br />
mesiánico empieza a verse como un aparente fracaso porque se espera una segunda<br />
venida gloriosa. Jesús a partir de Pablo ya no es visto como un judío inmerso en una<br />
33 .- En realidad el mismo Pablo, no en la carta a los Romanos pero sí en Gálatas o 2 Corintios, habla de<br />
“otro Jesús” [¥llon 'Ihsoàn] (2 Cor. 11, 4) y de “otro evangelio” [›teron eÙaggšlion] Gal. 1, 6-8.<br />
Está bien claro que su evangelio no coincide con el de Santiago o Pedro. He aquí la otra ideología<br />
“contra la que piensa” Pablo y que andábamos buscando. Por el contrario, han de ser anatematizadas<br />
[¢n£qema] todas aquellas interpretaciones que intenten cambiar de sentido o pervertir [metastršyai] el<br />
evangelio que no sea el declarado por el mismo Pablo. ¿Y por qué? Porque él posee la revelación directa:<br />
“Óti Ð qeÕj Ð e„pèn, 'Ek skÒtouj fîj l£myei, Öj œlamyen n ta‹j kard…aij ¹mîn prÕj fwtismÕn<br />
tÁj gnèsewj tÁj dÒxhj toà qeoà n prosèpJ Cristoà.” = “Pues el mismo Dios que dijo: De las<br />
tinieblas brille la luz, ha hecho brillar la luz en nuestros corazones, para irradiar el conocimiento de la<br />
gloria de Dios que está en la faz de Cristo.” [2 Cor. 4, 6]. Aquí no hay más métodos argumentativos ni<br />
retóricos ni historias que la propia “revelación” que supuestamente hizo Dios directamente a Pablo<br />
cuando, quién sabe si por una insolación, le derribó de su caballo, tuvo alucinaciones auditivas y le dejó<br />
ciego unos días. Ese es el recurso nada retórico que Pablo va a utilizar como “argumento” de convicción.<br />
En ese acontecimiento va a asentar su fuerza persuasiva como veremos.<br />
34 .- En Romanos no emplea nunca este título para Jesús, pero sí lo hace en otras cartas auténticas como<br />
en Filipenses 3, 20: “¹mîn g¦r tÕ pol…teuma n oÙrano‹j Øp£rcei, x oá kaˆ swtÁra<br />
¢pekdecÒmeqa kÚrion 'Ihsoàn CristÒn,” = “Pero nosotros somos ciudadanos del cielo, de donde<br />
esperamos como Salvador al Señor Jesucristo.” Las mayúsculas de “Salvador” y de “Señor” no son<br />
mías, las mantengo por tradición a pesar de que evidentemente no aparecen en el texto griego.<br />
<strong>Eikasia</strong>. Revista de Filosofía, año III, <strong>16</strong> (enero 2008). http://www.revistadefilosofia.org 59