Sobre determinismo y libre albedrío. Eikasia 16
Sobre determinismo y libre albedrío. Eikasia 16
Sobre determinismo y libre albedrío. Eikasia 16
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
González Recio, José Luis: «La enfermedad sagrada de Laques».<br />
- Lo sé, Trasímaco. Has hecho lo que debías –contestó Erasístrato–. ¿Dónde<br />
se encuentra tu hijo?<br />
Entraron en las amplias estancias que componían la mansión. Al oírlos, Cinthia fue a<br />
grandes pasos hacia ellos entre sollozos. Trasímaco, señalando a Erasístrato, le anunció:<br />
- Ha venido. Tenemos la ayuda del primer médico de Alejandría.<br />
Cinthia saludó al maestro, al tiempo que caminaban hacia la habitación de<br />
Laques. Cuando estuvieron frente a ella, Erasístrato pidió a los padres que<br />
permaneciesen fuera e invitó a Cármides a entrar con él. El enfermo permanecía<br />
acostado. Al entrar los desconocidos, les preguntó:<br />
- ¿Quiénes sois?<br />
Acercándose a la cama, Erasístrato le respondió:<br />
- Soy Erasístrato, médico del Museo. ¿Cómo te encuentras?<br />
- Estoy muy cansado –dijo Laques–. Desearía dormir, pero no puedo.<br />
Erasístrato colocó el dorso de su mano derecha sobre el pecho de Laques,<br />
con la intención de sentir su calor. Después separó los párpados de sus ojos para ver si<br />
en ellos predominaba la sangre o la bilis. Tomó luego una mano del joven, la lamió y<br />
observó el aspecto de la piel. Le hizo abrir la boca para examinar su interior. Olió el<br />
aliento del enfermo, escrutó sus fosas nasales, volvió a colocar ahora la palma de la<br />
mano sobre el corazón de Laques para percibir sus latidos, probó unas gotas del sudor<br />
que resbalaba por su frente y, volviéndose hacia Cármides, que contemplaba al médico<br />
sin atreverse a hablar, le dijo:<br />
- Pide a la madre las sábanas que antes ha ensuciado.<br />
Cármides abandonó la habitación, y unos instantes después regresó con las<br />
sábanas. Erasístrato las exploró cuidadosamente. Olió los restos de los excrementos y,<br />
dirigiéndose a Laques, le dijo:<br />
114<br />
<strong>Eikasia</strong>. Revista de Filosofía, año III, <strong>16</strong> (enero 2008). http://www.revistadefilosofia.org