Género y Fuerzas Armadas - Ministerio de Defensa

Género y Fuerzas Armadas - Ministerio de Defensa Género y Fuerzas Armadas - Ministerio de Defensa

mindef.gov.ar
from mindef.gov.ar More from this publisher
11.02.2014 Views

Ministerio de Defensa • Fundación Friedrich Ebert Las bases norteamericanas no eran muy elaboradas durante el tiempo que Jessie Anglum pasó en ese lugar. Pero en los 90 años siguientes a su llegada, los Estados Unidos de Norteamérica trataron de compensar esa deficiencia. En la actualidad, la independiente Filipinas ofrece varias instalaciones militares estadounidenses. La Base Naval de la Bahía de Súbic y la Base Aérea de Clark, ambas situadas en la isla de Luzón, son consideradas por los estrategas del Pentágono como las principales para la defensa mundial estadounidense. Cuando los planificadores militares norteamericanos observan el mundo actual, se imaginan los territorios que rodean al Océano Pacífico como parte de una única cadena de seguridad – o de inseguridad. Para estar seguros, los Países de la Costa del Pacífico deben estar unidos mediante bases militares controladas por los norteamericanos: desde Anchorage hasta San Diego, Hawai, Vladivostok, Seúl, Yokohama, Bahía de Cam Ranh, Bahía de Súbic, de Clark, Wellington, Belau y Kwajalein. Habiendo creado este mapa mental, esta asunción de interconexión militarizada, los estrategas norteamericanos buscaban fisuras en la organización. La Costa del Pacífico de la Unión Soviética atrajo la atención de los estrategas; así como también la Bahía de Cam Ranh, una importante base naval construida por los norteamericanos durante la Guerra de Vietnam, pero desde 1979 entregada por el gobierno vietnamita a las fuerzas soviéticas para su utilización. Con una menor hostilidad declarada, pero aún preocupantes para los estrategas, aparecen los cambios políticos que hacen que los buques, aviones y el personal norteamericano no sean tan bien recibidos en Nueva Zelanda, Corea del Sur, Belau y las Filipinas. El acuerdo de bases norteamericanas – filipinas finalizó en 1991. El gobierno norteamericano debió persuadir al gobierno post-Marcos de la Presidente Corazón Aquino, bajo la presión de nacionalistas anti – bases de izquierda y oficiales del ejército anti - comunistas de derecha, para renovar el acuerdo de las bases militares. El no poder renovarlo significaría rediseñar radicalmente la cadena que había sido concebida para proteger a los Países de la Costa del Pacífico. Esto implicaba encontrar a otro país dispuesto a aceptar algunas de las bases militares más importantes del mundo y los consiguientes problemas. El problema social que más atrajo la atención de los filipinos fue la prostitución. Los filipinos, al igual que los coreanos del Sur, okinawenses, guamanos, tailandeses y paluanos, hicieron responsables a las bases militares extranjeras por la creación o agravamiento de las condiciones que fomentan la prostitución. En consecuencia, mientras las bases norteamericanas se convirtieron en los objetos de ideas y campañas nacionalistas, la prostitución se convirtió en un tema definido en términos de ira y esperanza nacionalistas. La llegada del SIDA a las Filipinas en el año 1987 sólo sirvió para intensificar el sentimiento nacionalista de que los actuales acuerdos de las bases norteamericanas – filipinas violaban no sólo los derechos de las mujeres filipinas sino también (“principalmente”, algunos podrían llegar a decir) la soberanía e integridad de toda la nación filipina. Las feministas filipinas tomaron la militarización como un tema inherente a la mujer. Durante la década de los ´70 y principios de la de los ´80 comenzaron a analizar cómo la confianza creciente del régimen de Marcos en la coerción socavaba los ya frágiles sistemas de apoyo de las mujeres. Desde la caída de Marcos en 1986, las activistas filipinas observaron Género y Fuerzas Armadas. Algunos debates teóricos y prácticos 36

Ministerio de Defensa • Fundación Friedrich Ebert consternadas la continuación por parte del régimen de Aquino de la militarización como estrategia para resolver la profunda crisis social del país. Integrar el anti-militarismo a sus análisis y prácticas les facilitó a las mujeres activas de “Gabriela” y otras organizaciones feministas encontrar una causa común con otras nacionalistas, grupos políticos antimilitares, incluso si esos grupos no priorizaban en su propio trabajo las preocupaciones de las mujeres. La Base Naval de la Bahía de Súbic opaca a la ciudad de Olongapo. La base naval es el hogar para muchos de los 15.000 efectivos norteamericanos y sus familias radicados en las Filipinas. Cuando arriba un portaaviones, otros 18.000 hombres ingresan a la ciudad. La Base de la Bahía de Súbic cuenta con la mano de obra de los filipinos civiles para que el emplazamiento funcione. Los trabajadores reciben sueldos más bajos que los trabajadores de las bases norteamericanas en Corea del Sur o Japón, pero para muchos hombres y mujeres filipinos estos trabajos les permiten ganarse la vida. Para 1985, las fuerzas armadas estadounidenses se convirtieron en el segundo empleador más importante en las Filipinas, contratando más de 40.000 filipinos: 20.581 de tiempo completo y 14.249 contratados, 5.064 de servicios de limpieza y 1746 concesionarios. El monto de sus sueldos ascendía a casi USD 83 millones por año. Para 1987, las bases norteamericanas estaban empleando a más de 68.000 filipinos, que gozaban de seguro médico así como también de otros beneficios no ofrecidos comúnmente por la mayoría de los empleadores filipinos. La mayoría eran mujeres. La mayoría de las mujeres estaban casadas o eran madres de trabajadores. Por otro lado, algunos analistas filipinos advirtieron sobre el hecho de permitir que esta figura tuviera mucho peso, ya que estos empleados totalizaban un 5 por ciento de los 1,18 millones empleados por el mismo gobierno filipino. 43 Debido a que el precio del azúcar disminuyó en el mercado internacional y a que los propietarios de tierra desplazaban a cada vez más filipinos de la tierra y los condenaban a la pobreza, más mujeres jóvenes comenzaron a ganarse la vida satisfaciendo las necesidades sociales y sexuales de los militares norteamericanos. En 1987, el gobierno de Aquino estimó que existían entre 6.000 y 9.000 trabajadoras sexuales que satisfacían los deseos de los trabajadores registrados y autorizados en la Ciudad de Olongapo. Los investigadores independientes, teniendo en cuenta a las mujeres autorizadas y a las no autorizadas, estimaron una cifra de 20.000. Otras 5.000 mujeres a menudo venían a la Ciudad de Olongapo desde la provincia de Pampanga y Manila cuando uno de los 44 portaaviones norteamericanos llegaba al puerto. Además, en los últimos años, cada vez más niños ingresan al negocio de la prostitución. De los aproximadamente 30.000 niños nacidos de madres filipinas y padres norteamericanos, 43 Alexander R. Magno, “Cornucopia or Curse: The Internal Debate on the US Bases in the Philippines”, Kasarinlan, Programa sobre estudios del Tercer Mundo, Universidad de Filipinas, Quezon City, vol. 3, nro. 3, 1988, pp. 9-12; Pilar Ramos–Jimenez y Elena Chiong–Javier, “Social Benefits and Costs: People’s Perception of the US Bases in the Philippines”, Centro de Investigación, Universidad De La Salle, Manila, 1987, pp. 9-10; Philippine Resource Center Monitor, nro. 3, 12 de agosto de 1988, disponible en PO Box 40090, Berkeley, CA, 94704. 44 Ramos-Jimenez y Chiong-Javier, op. cit., p.16. Género y Fuerzas Armadas. Algunos debates teóricos y prácticos 37

<strong>Ministerio</strong> <strong>de</strong> <strong>Defensa</strong> • Fundación Friedrich Ebert<br />

Las bases norteamericanas no eran muy elaboradas durante el tiempo que Jessie<br />

Anglum pasó en ese lugar. Pero en los 90 años siguientes a su llegada, los Estados Unidos <strong>de</strong><br />

Norteamérica trataron <strong>de</strong> compensar esa <strong>de</strong>ficiencia. En la actualidad, la in<strong>de</strong>pendiente<br />

Filipinas ofrece varias instalaciones militares estadouni<strong>de</strong>nses. La Base Naval <strong>de</strong> la Bahía <strong>de</strong><br />

Súbic y la Base Aérea <strong>de</strong> Clark, ambas situadas en la isla <strong>de</strong> Luzón, son consi<strong>de</strong>radas por los<br />

estrategas <strong>de</strong>l Pentágono como las principales para la <strong>de</strong>fensa mundial estadouni<strong>de</strong>nse.<br />

Cuando los planificadores militares norteamericanos observan el mundo actual, se<br />

imaginan los territorios que ro<strong>de</strong>an al Océano Pacífico como parte <strong>de</strong> una única ca<strong>de</strong>na <strong>de</strong><br />

seguridad – o <strong>de</strong> inseguridad. Para estar seguros, los Países <strong>de</strong> la Costa <strong>de</strong>l Pacífico <strong>de</strong>ben<br />

estar unidos mediante bases militares controladas por los norteamericanos: <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Anchorage<br />

hasta San Diego, Hawai, Vladivostok, Seúl, Yokohama, Bahía <strong>de</strong> Cam Ranh, Bahía <strong>de</strong> Súbic,<br />

<strong>de</strong> Clark, Wellington, Belau y Kwajalein. Habiendo creado este mapa mental, esta asunción<br />

<strong>de</strong> interconexión militarizada, los estrategas norteamericanos buscaban fisuras en la<br />

organización. La Costa <strong>de</strong>l Pacífico <strong>de</strong> la Unión Soviética atrajo la atención <strong>de</strong> los estrategas;<br />

así como también la Bahía <strong>de</strong> Cam Ranh, una importante base naval construida por los<br />

norteamericanos durante la Guerra <strong>de</strong> Vietnam, pero <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1979 entregada por el gobierno<br />

vietnamita a las fuerzas soviéticas para su utilización. Con una menor hostilidad <strong>de</strong>clarada,<br />

pero aún preocupantes para los estrategas, aparecen los cambios políticos que hacen que los<br />

buques, aviones y el personal norteamericano no sean tan bien recibidos en Nueva Zelanda,<br />

Corea <strong>de</strong>l Sur, Belau y las Filipinas.<br />

El acuerdo <strong>de</strong> bases norteamericanas – filipinas finalizó en 1991. El gobierno<br />

norteamericano <strong>de</strong>bió persuadir al gobierno post-Marcos <strong>de</strong> la Presi<strong>de</strong>nte Corazón Aquino,<br />

bajo la presión <strong>de</strong> nacionalistas anti – bases <strong>de</strong> izquierda y oficiales <strong>de</strong>l ejército anti -<br />

comunistas <strong>de</strong> <strong>de</strong>recha, para renovar el acuerdo <strong>de</strong> las bases militares. El no po<strong>de</strong>r renovarlo<br />

significaría rediseñar radicalmente la ca<strong>de</strong>na que había sido concebida para proteger a los<br />

Países <strong>de</strong> la Costa <strong>de</strong>l Pacífico. Esto implicaba encontrar a otro país dispuesto a aceptar<br />

algunas <strong>de</strong> las bases militares más importantes <strong>de</strong>l mundo y los consiguientes problemas.<br />

El problema social que más atrajo la atención <strong>de</strong> los filipinos fue la prostitución. Los<br />

filipinos, al igual que los coreanos <strong>de</strong>l Sur, okinawenses, guamanos, tailan<strong>de</strong>ses y paluanos,<br />

hicieron responsables a las bases militares extranjeras por la creación o agravamiento <strong>de</strong> las<br />

condiciones que fomentan la prostitución. En consecuencia, mientras las bases<br />

norteamericanas se convirtieron en los objetos <strong>de</strong> i<strong>de</strong>as y campañas nacionalistas, la<br />

prostitución se convirtió en un tema <strong>de</strong>finido en términos <strong>de</strong> ira y esperanza nacionalistas. La<br />

llegada <strong>de</strong>l SIDA a las Filipinas en el año 1987 sólo sirvió para intensificar el sentimiento<br />

nacionalista <strong>de</strong> que los actuales acuerdos <strong>de</strong> las bases norteamericanas – filipinas violaban no<br />

sólo los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> las mujeres filipinas sino también (“principalmente”, algunos podrían<br />

llegar a <strong>de</strong>cir) la soberanía e integridad <strong>de</strong> toda la nación filipina.<br />

Las feministas filipinas tomaron la militarización como un tema inherente a la mujer.<br />

Durante la década <strong>de</strong> los ´70 y principios <strong>de</strong> la <strong>de</strong> los ´80 comenzaron a analizar cómo la<br />

confianza creciente <strong>de</strong>l régimen <strong>de</strong> Marcos en la coerción socavaba los ya frágiles sistemas <strong>de</strong><br />

apoyo <strong>de</strong> las mujeres. Des<strong>de</strong> la caída <strong>de</strong> Marcos en 1986, las activistas filipinas observaron<br />

<strong>Género</strong> y <strong>Fuerzas</strong> <strong>Armadas</strong>. Algunos <strong>de</strong>bates teóricos y prácticos<br />

36

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!