contenido - Yacht Club Argentino

Continuamos nuestro viaje al Norte. Ya sabíamos que
teníamos que empezar a ver algunos icebergs. Durante
la noche detectamos uno con la cámara, pero estaba tan
oscuro que no se pudo ver. Cuando amaneció vimos 2
icebergs más. Decidimos meternos en Battle Harbour, en
Labrador, para pasar la noche ya que preferíamos hacer
las primeras 100 millas del cruce a Groenlandia con luz
de día ya que nos podíamos llegar a cruzar con algunos
icebergs. Zarpamos al amanecer pero nos tocó una
niebla totalmente cerrada que se mantuvo los siguientes
tres días. Ya la temperatura iba bajando notablemente,
teníamos 4 grados afuera con viento y lluvia. Dentro del
doghouse hacían 8 grados. En todas las guardias
teníamos la compañía de algunas ballenas. En las últimas
millas de navegación llegando a Nuk, se empezó abrir el
cielo pero la niebla aun no nos dejaba ver las altas costas
de Groenlandia. Así que solo a 3 millas empezamos a ver
esas montañas empinadas de pura piedra, con algunos
verdes de musgos y sin ningún árbol. Se formaba una
niebla al pie de las mismas con nubes por debajo de la
cima y arriba otras nubes más altas. Luego de 4 días de
navegación fondeamos en el medio del Puerto de Nuk,
que es la capital de Groenlandia y cuenta con 12000
habitantes, la mayoría Inuit, que significa “personas” en
su lengua nativa (llamados esquimales por el hombre
blanco). Solamente estuvimos unas horas, para poder
tramitar la entrada, cargar gasoil (haciendo 5 viajes con
bidones en el bote), compras de verduras y frutas.
La imagen inquietante
de los hielos polares.
También se aprovechó para consultar las cartas de hielo
de las zonas a navegar e ir estudiando su evolución.
Continuamos bordeando la costa, lo único que esta vez
apareció el sol y disfrutamos la navegación con la vista
de algunos glaciares.
Al cruzar la latitud 66° 33´ N celebramos a bordo nuestra
entrada al Círculo Polar Ártico. A partir de allí íbamos a
tener luz solar durante las 24 horas, como corresponde
brindamos con un Grog. Luego de 315 millas entramos en
Kangatsiaq. Estuvimos solamente tres horas y partimos.
Siempre fuimos conscientes de nuestra meta, el Paso del
Noroeste. No podíamos distraernos y debíamos cumplir
nuestro cronograma. Seguimos hasta un fondeadero que
quedaba unas 50 millas al norte. Fondeamos a
medianoche, una metáfora porque el sol seguía en el
horizonte. Cenamos todos juntos y como postre nos
fuimos con el bote a investigar la isla más cercana. Al día
siguiente nos dirigimos a Kakobhavn, un glaciar de 4 millas
de ancho que produce más icebergs en el mundo.
Al principio del viaje estábamos alucinados con ver un
iceberg y ahora estábamos rodeados entre miles. Se
presentaban en todas formas y tamaños. Había que
36 El Yacht diciembre 2012