contenido - Yacht Club Argentino

Cuando se tomó la decisión definitiva, el propietario
y armador Hans le encomendó a su capitán Alex
Veccia (Argentino), la preparación del barco y la
selección de la tripulación.
De esta forma fui convocado como “first mate” en el
armado del equipo, atento a la campaña de un año en el
Pacifico, la Regata Transatlántica y otras regatas
europeas incluyendo la Fasnet.
La tripulación se completó con Xurxo Gómez
(España) en su haber 2 campañas antárticas, Laura
Bardon (Irlanda) alta experiencia en velas y
conservación de barcos clásicos, Andew Sayre
(EEUU) tripulante de altura, y Rob Page (Escocia)
tripulante de altura.
El alistamiento del barco para esta navegación se realizó
en Camden, Estado de Maine EEUU.
Los trabajos más destacados fueron: Instalación de
una cámara de video térmica y low Light Flir, la cual
su utilizaría para detectar los icebergs y los ice
packs, hasta la latitud 66° N atento que después
tendríamos el sol durante las 24 horas. También es
útil en caso de haber maniobra de hombre al agua,
por el poco tiempo de supervivencia a causa de la
hipotermia en esas latitudes.
Se instaló un nuevo radar de alta definición HD y barrido
superficial para detección de hielos.
El Nordwind fondeado en
una caleta canadiense.
Se reprogramó el equipo Iridium atento que sus satélites
de órbitas polares nos permitirían bajar las cartas de
hielos y partes meteorológicos, vital en nuestra travesía.
Para el calefaccionamiento del barco se instalaron 2
estufas Reflex a gasoil, una en el salón, otra en la proa,
más un deshumidificador en el “doghouse”.
Se agregaron dos bidones de 200 lts y un tanque
flexible de 500 lts, sumando así en total unos 2400 lts
de gasoil en total, lo que nos daba un rango de a
motor. En calmas entre los hielos, los veleros
también necesitan pasar lo más pronto posible,
además la travesía tenía un promedio de 700 millas
entre base y base sin saber que haya posibilidad de
aprovisionarse más adelante.
Se agregó un bote auxiliar de aluminio
incursiones de exploración.
para las
Teníamos un cronograma de tiempo muy ajustado,
alrededor de 30 días para realizar el cruce. No podíamos
adelantarnos ni retrasarnos, cualquier desatino nos
llevaría al que el barco quedara atrapado en los hielos.
Después de esas cuatro semanas, en las latitudes polares
suele llegar abruptamente el invierno con temperaturas
de 50 grados bajo cero.
diciembre 2012 El Yacht 33