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Rhombus
aparato productivo costarricense. De
ahí la importancia de que Costa Rica
negocie instrumentos jurídicos que
contribuyan a atraer dichos flujos de
inversión.
La segunda proposición es que el
capítulo de inversión del TLC, aunque
no ofrece ninguna garantía al
inversionista extranjero más allá de
las que ya existen en el ordenamiento
jurídico costarricense, al ser parte de
un tratado internacional representa
un instrumento jurídico que
incrementa la certeza en cuanto al
cumplimiento efectivo de dichas
garantías, y deviene en un
instrumento de señalización vital para
un país pequeño como Costa Rica.
La tercera proposición es que el
capítulo de inversión del TLC tiene
una función política muy importante
para pequeñas economías en
desarrollo como la costarricense, que
consiste en establecer un conjunto de
reglas jurídicas claras y de aplicación
predecible para regular las relaciones
entre inversionistas extranjeros y las
autoridades nacionales, por lo que es
un instrumento que garantiza la
despolitización de eventuales disputas
que, de no existir mecanismos de
solución de diferencias para
resolverlas, serían aclaradas por la
vía diplomática.
Además de esta sección, el presente
artículo contiene otras tres
adicionales. En la sección 2 se hace
una breve reseña del contexto
costarricense y la importancia que
reviste para Costa Rica suscribir
acuerdos internacionales de
inversión. En la sección 3 se explica el
contenido de cada una de las
disposiciones del capítulo de inversión
del TLC, y en la sección 4 se
presentan algunas conclusiones
finales sobre estos temas.
I.- ANTECEDENTES: LA
IMPORTANCIA DE LA INVERSIÓN
EXTRANJERA EN EL DESARROLLO
DE COSTA RICA
Un primer aspecto importante de
resaltar a manera de antecedente es
que, contrario a otros países
latinoamericanos, históricamente
Costa Rica ha sido un país abierto a la
inversión extranjera. Es así que el
país nunca ha promulgado un marco
normativo que se aplique
exclusivamente a la inversión de
inversionistas foráneos. En
consecuencia, la inversión extranjera
ha recibido (al menos en principio) el
mismo tratamiento jurídico que el que
la Constitución y las leyes le
conceden a la inversión nacional.
La profunda crisis económica que
Costa Rica experimentó a principios
de los años ochenta evidenció el
agotamiento del modelo de
sustitución de importaciones que,
durante más de tres décadas, se
había promovido en el país como
estrategia de desarrollo. A partir de
ese momento, Costa Rica inició un
proceso gradual de inserción de su
economía al mercado internacional,
en el cual se visualizó al comercio
Revista Rhombus ISSN 1659-1623 Vol. 2, Especial N° 3. Julio 2006