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PRELIMINARES MANEJO 1-18 - L'Era

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Manejo holístico<br />

Un nuevo enfoque para la toma de decisiones


Manejo holístico<br />

Un nuevo enfoque para la toma de decisiones<br />

Allan Savory<br />

con la colaboración de Jody Butterfield


Diseño de portada: Álvaro Figueroa<br />

Foto de portada: Claudio Contreras Koob<br />

Primera edición en inglés<br />

Copyright © 1999 Allan Savory<br />

Island Press, Washington, D.C.<br />

Primera edición en español, 2005<br />

DR © SECRETARÍA DE MEDIO AMBIENTE Y RECURSOS NATURALES<br />

www.semarnat.gob.mx<br />

DR © INSTITUTO NACIONAL DE ECOLOGÍA<br />

www.ine.gob.mx<br />

DR © FONDO MEXICANO PARA LA CONSERVACIÓN DE LA NATURALEZA<br />

www.fmcn.org<br />

DR © FUNDACIÓN PARA FOMENTAR EL <strong>MANEJO</strong> HOLÍSTICO DE RECURSOS, A.C.<br />

fmholistico@att.net.mx<br />

ISBN 968-81-7732-6<br />

Impreso en México / Printed in Mexico


A la memoria de mi padre J.H.R. Savory, O.B.E.,<br />

un alma gentil cuyo amor por la naturaleza<br />

y respeto por la vida me inspiraron profundamente.


CONTENIDO<br />

Prefacio 13<br />

Agradecimientos 17<br />

Primera parte<br />

Introducción<br />

1. Cambiemos nuestra manera de tomar decisiones 21<br />

Segunda parte<br />

Cuatro conceptos clave<br />

2. El poder de los paradigmas 29<br />

3. El todo es mayor que la suma de sus partes 33<br />

4. Una nueva manera de ver el ambiente 44<br />

5. La relación depredador-presa 53<br />

6. Lo importante es el tiempo 57<br />

7. Una nueva estructura de administración y toma de decisiones 66<br />

Tercera parte<br />

El poder radica en la meta holística<br />

8. Definición de el todo: ¿qué estamos administrando? 73<br />

9. Estructuración de una meta holística: ¿qué queremos en realidad? 81<br />

10. Desarrollo de un sentido de pertenencia: ¿estamos seguros<br />

de que realmente queremos eso? 100<br />

Cuarta parte<br />

El ecosistema que nos sustenta a todos<br />

11. Los cuatro procesos fundamentales de nuestro ecosistema 115<br />

12. El ciclo del agua: torrente sanguíneo de las civilizaciones 1<strong>18</strong><br />

13. Dinámica de las comunidades: los patrones de desarrollo<br />

cambiantes de las comunidades bióticas 134<br />

14. El ciclo de los minerales: circulación de nutrientes esenciales 155<br />

15. El flujo de la energía: el combustible que sustenta la vida 163<br />

9


10 CONTENIDO<br />

Quinta parte<br />

Las herramientas que utilizamos para administrar nuestro ecosistema<br />

16. De las lanzas paleolíticas a la ingeniería genética <strong>18</strong>1<br />

17. Dinero y mano de obra: siempre se requiere<br />

una de estas herramientas o ambas <strong>18</strong>5<br />

<strong>18</strong>. Creatividad humana: la clave del uso eficaz de las herramientas 192<br />

19. El fuego: la herramienta más antigua 196<br />

20. Descanso: la herramienta menos comprendida 210<br />

21. Pastoreo: la herramienta de la cual más se abusa 232<br />

22. Impacto animal: la herramienta que menos se utiliza 253<br />

23. Organismos vivos: la herramienta más compleja 267<br />

24. Tecnología: la herramienta más utilizada 275<br />

Sexta parte<br />

Sometamos a prueba nuestras decisiones<br />

25. Toma de decisiones económica, ambiental y socialmente viables 283<br />

26. Causa y efecto: paremos los golpes en la cabeza antes de tomar aspirina 289<br />

27. Eslabón débil: la cadena es tan fuerte como el más débil de sus eslabones 300<br />

28. Reacción marginal: cómo lograr más con menos 309<br />

29. Análisis de ingresos brutos: cómo obtener las máximas<br />

ganancias con el menor costo adicional 317<br />

30. Energía y dinero: uso de las formas más apropiadas<br />

y de la manera más constructiva 325<br />

31. Sustentabilidad: cómo generar riqueza perdurable 331<br />

32. Sociedad y cultura: valores personales y responsabilidad social 341<br />

Séptima parte<br />

Cómo completar el ciclo de retroinformación<br />

33. Cómo supervisar nuestros planes y mantener el curso 349<br />

Octava parte<br />

Algunas directrices prácticas en administración<br />

34. Lecciones aprendidas en la práctica 359<br />

35. Aprendizaje y práctica: el cambio de paradigmas 362<br />

36. Organización y liderazgo: creación de un ambiente<br />

que fomente la creatividad 373<br />

37. Comercialización: desarrollo de una estrategia<br />

acorde con la meta holística 382<br />

38. Tiempo: cuándo exponer y reexponer las plantas y el suelo a los animales 392


CONTENIDO 11<br />

39. Densidad animal y efecto de manada: uso de los animales<br />

para conformar el paisaje 410<br />

40. Agricultura: métodos que se asemejan más a la naturaleza 428<br />

41. Quemas: cuándo y cómo quemar, y qué hacer antes y después de la quema 445<br />

42. Control de poblaciones: veamos la estructura de edades, no la cantidad;<br />

observemos la diversidad, no una especie 454<br />

Novena parte<br />

Procedimientos de planeación exclusivos de la administración holística<br />

43. Alejémonos de lo convencional 473<br />

44. Planeación holística financiera: el camino financiero<br />

hacia nuestra meta holística 477<br />

45. Planeación holística de la tierra: el desarrollo de infraestructura<br />

en grandes áreas de tierra 499<br />

46. Planeación holística del pastoreo: llevemos los animales<br />

al lugar correcto, en el momento correcto y por las razones correctas 514<br />

Décima parte<br />

Nuevas perspectivas<br />

47. Introducción: expandamos el uso del modelo de administración holística 539<br />

48. Diagnóstico de la causa de los problemas 541<br />

49. Hagamos que la investigación sea relevante 549<br />

50. La creación de políticas sólidas 556<br />

Decimoprimera parte<br />

Conclusiones<br />

51. Cambiemos el curso: la creación del futuro que queremos 569<br />

Glosario 577<br />

Referencias 581<br />

Notas 605<br />

Índice analítico 610


PREFACIO<br />

Cuando era joven, mi única meta en la vida era vivir para siempre en lo más agreste<br />

del matorral xerófilo africano. Aunque en algún momento tuve oportunidad de hacerlo,<br />

acabé por renunciar a ello y empecé a tratar de salvar la vida silvestre que me motivó<br />

inicialmente para vivir inmerso en la naturaleza. Incluso en los lugares más intactos,<br />

la tierra se estaba degradando; de hecho, estaba convirtiéndose en un desierto, lo que<br />

menguaba cada vez más su capacidad para sustentar cualquier clase de vida. Me decidí a<br />

encontrar alguna manera de revertir ese proceso.<br />

Sin embargo, esa búsqueda me llevó por senderos que ni en sueños hubiera imaginado,<br />

pues primero me obligó a trabajar con gente que durante generaciones se había encargado<br />

de cuidar la tierra y cuyo manejo —al menos desde mi punto de vista— era la<br />

causa inicial del deterioro; después trabajé con quienes los asesoraban y, finalmente, hice<br />

otro tanto con muchas más personas cuando fui miembro del parlamento y pugné por<br />

mejorar el manejo de la tierra desde el ámbito político.<br />

Lo que aprendí de estas experiencias fue que el crecimiento inmisericorde de los desiertos<br />

y la pobreza humana resultante de ello sí se relacionan con el manejo, pero, más<br />

que nada, con el modo en que las personas toman sus decisiones de manejo, independientemente<br />

de que vivan en el campo y trabajen la tierra de manera directa o no.<br />

En esta obra pretendo describir el camino alternativo que así surgió. En ella presento<br />

un nuevo marco de referencia para la toma de decisiones que permite a la gente decidirse<br />

por lo que satisface sus necesidades inmediatas, sin poner en riesgo su bienestar futuro<br />

o el de las generaciones venideras. Desde luego, para eso es necesario que las<br />

acciones derivadas de cualquier decisión fomenten también el bienestar del medio ambiente<br />

que nos sustenta, y que tendrá que dar sustento a las generaciones futuras. La principal<br />

ventaja del nuevo marco de referencia para toma de decisiones es que nos hace ver<br />

que la mejor manera de velar por nuestros intereses es tener en cuenta las consecuencias<br />

ambientales, sociales y económicas de cada decisión.<br />

Administración holística es la versión revisada y actualizada del libro Administración<br />

holística de los recursos (1988), que fue nuestro primer intento por explicar el desarrollo<br />

del nuevo marco de referencia para toma de decisiones y cómo podemos utilizarlo.<br />

Desde luego, el cambio del título no es la única diferencia. Quienes han puesto en práctica<br />

las propuestas del libro —es decir, personas interesadas más por obtener resultados<br />

reales que por teorías que, aunque suenan bien, son más interesantes que útiles— nos<br />

aclaran y refuerzan dichas ideas. Entre esa gente figuran miles de personas que se ganan<br />

diariamente la vida haciendo producir la tierra y aprendiendo a restaurarla de modo rentable<br />

mediante prácticas que imitan a la naturaleza, y muchas otras a las que sólo les in-<br />

13


14 PREFACIO<br />

teresa llevar una vida personal y familiar más satisfactoria. Entre ellas se cuentan, además,<br />

comunidades enteras que han encontrado estas ideas útiles para fomentar la unión —incluso<br />

en casos donde hay conflictos de por medio—, a fin de generar una visión en común<br />

que refleje lo que en realidad valoran y esperan lograr.<br />

Quienes lean esta edición podrán aprovechar lo que hemos aprendido de toda esa<br />

gente y sus intentos por poner en práctica las ideas que proponemos; es decir, los problemas<br />

que han enfrentado, los errores que han cometido, lo que ha funcionado, lo que<br />

ha fallado y por qué. El libro también contiene las aportaciones de mi esposa, Jody Butterfield,<br />

quien reescribió muchas veces cientos de páginas para hacerlas más sencillas,<br />

darles claridad y eliminar los terminajos innecesarios, lo que me obligó a pensar más profundamente<br />

que nunca en casi cada punto. Puesto que ningún tipo de reconocimiento<br />

hubiera sido justo para recompensar su esfuerzo, su nombre aparece junto al mío en la<br />

portada.<br />

Las diferencias esenciales entre la primera edición y la presente están entreveradas en<br />

el libro como parte de los temas medulares, pero resultarán evidentes a quienes hayan leído<br />

ambas obras. No obstante, la más significativa de éstas es que nos hemos esforzado por<br />

ampliar el texto y abarcar a quienes no trabajan directamente en la administración o manejo<br />

de tierras. Aunque nuestro destino como civilización está vinculado a la tierra y su<br />

integridad, y a pesar de que millones de personas ordinarias controlan en gran medida ese<br />

destino al procurarse el sustento diario, dichas personas no podrán salir adelante sin el<br />

apoyo de los cientos de millones más que dependen de su esfuerzo.<br />

Otro punto también importante y que reiteraremos varias veces en las páginas de este<br />

libro es que cada uno de nosotros, sin importar el camino que haya elegido en la vida,<br />

toma decisiones que afectan de una u otra manera la integridad de nuestro medio ambiente<br />

y la calidad de vida de otras personas. La sencilla técnica que proponemos en estas<br />

páginas para evaluar dicho impacto cuenta con muchos recursos para asegurar que el<br />

resultado fomente la perpetuación de la vida.<br />

Aunque nos hemos esforzado al máximo para quitar detalles que pudieran confundir<br />

al lector ajeno al trabajo con la tierra, no podemos eliminarlos por completo, pues,<br />

de hacerlo así, el libro perdería significado para nuestro público objetivo. Parte de la información<br />

contenida en la primera edición se encuentra ahora en una serie de manuales<br />

en la que estamos trabajando y a la cual haremos referencia específicamente en los capítulos<br />

subsecuentes. Asimismo, en el propio libro mencionaremos qué capítulos podría<br />

omitir el lector cuyo interés sea más general, si así lo desea.<br />

En el futuro, a medida que adquiramos experiencia en otros ámbitos del quehacer<br />

humano, seguramente escribiremos nuevos libros en los que abordaremos de manera particular<br />

los temas que les sean pertinentes. Hasta en tanto, los planteamientos expuestos<br />

en la presente obra tocan las vidas de todos y seguirán haciéndolo en los años venideros.<br />

Hace unos años, al concluir una breve charla sobre administración holística ante los<br />

socios del Club de Exploradores de Nueva York, llegó hasta mí un hombre llamado Ron<br />

Brandes. Me comentó que, sin haberme dado cuenta de ello, con mi plática había enfocado<br />

la atención en lo que seguramente se convertiría en el retoño de la actual Era de la<br />

Información: la Era de la Toma de Decisiones. A fin de cuentas —comentó—, de poco


PREFACIO 15<br />

nos servirá la información que hemos acumulado durante las décadas pasadas si no tomamos<br />

decisiones inteligentes en cuanto a cómo debemos utilizarla. Espero que el marco<br />

de referencia que hemos desarrollado nos ayude a lograr ese objetivo.<br />

ALLAN SAVORY<br />

Albuquerque, Nuevo México


AGRADECIMIENTOS<br />

Todo lo que hacemos en el mundo de las ciencias se basa en el trabajo de miles de personas<br />

que nos precedieron. Gracias a lo que aprendemos de sus éxitos y fracasos nosotros<br />

avanzamos. Me siento profundamente agradecido con las muchas personas que<br />

han luchado por encontrar mejores formas de vivir en armonía con nosotros mismos y<br />

nuestro medio ambiente, y cuya labor me ha permitido construir.<br />

Desde el momento en que me aparté de la manera de pensar acorde con mi formación<br />

profesional han sido muchas las personas que me han prodigado su respaldo y ayuda,<br />

por lo que me congratulo de tener esta oportunidad de agradecerlo. En particular,<br />

quiero reconocer mi deuda moral ante los muchos agricultores y ganaderos del sur de<br />

África, y posteriormente los de Norteamérica, quienes amaron su tierra y estuvieron dispuestos<br />

a colaborar conmigo en aquellos primeros años, cuando estábamos en busca de<br />

respuestas. Asimismo, deseo expresar mi enorme agradecimiento a los empleados de los<br />

organismos gubernamentales que apoyaron en aquel entonces nuestro trabajo, a pesar de<br />

las muchas críticas de sus colegas. Sin el valor y entusiasmo de todas y cada una de esas<br />

personas jamás habríamos encontrado una mejor manera de hacer las cosas.<br />

A partir de la creación del Centro de Administración Holística en 1984, muchas<br />

personas igualmente comprometidas con el avance de estas ideas se nos han unido a mi<br />

esposa Jody Butterfield y a mí, principalmente quienes integran nuestra creciente red de<br />

Educadores Certificados en Administración Holística. Muchos de los cambios que aparecen<br />

en esta edición de Administración holística son resultado directo de las aportaciones<br />

de estas personas y tienen como base lo que ellas han aprendido en la práctica y al dar<br />

apoyo a otras. Todos sentimos una enorme gratitud hacia los extensionistas tribales, que<br />

tanto se han esforzado por llevar la administración holística a las tierras comunales de<br />

Hwange, Zimbabwe. Ellos nos han enseñado cómo simplificar y explicar más claramente<br />

los conceptos que a la gente de otros lugares le ha sido difícil aprender.<br />

Varios de nuestros amigos y colegas leyeron partes del borrador original de esta obra,<br />

nos dieron sus valiosos comentarios y nos ayudaron a corregir errores bochornosos. Se<br />

trata del Dr. Paul Martin, Departamento de Geociencias de la University of Arizona; el<br />

Dr. Cliff Montagne, Departamento de Ciencias Botánicas, Edafológicas y Ambientales<br />

de la Montana State University; el Dr. R.H. (Dick) Richardson, Departamento de Zoología<br />

de la University of Texas en Austin; el Dr. Brian Sindelar, consultor en manejo de<br />

potreros de Bozeman, Montana; la Dra. Deborah Stinner, Departamento de Entomología<br />

de la Ohio State University, y el Dr. Ray Travers, un silvicultor profesional registrado<br />

independiente de Columbia Británica, Canadá. Además de ellos, las siguientes personas<br />

nos hicieron el favor de leer el borrador completo y nos ayudaron a mejorar su estructu-<br />

17


<strong>18</strong> AGRADECIMIENTOS<br />

ra general, señalaron los puntos débiles o poco claros y redujeron en gran medida el número<br />

de segmentos difíciles de entender: Alan Carpenter, Bill Casey, John Cleveland,<br />

Frank Dawley, Ghislaine Keyzer, Hunter Lovins, Walt Ruzzo, Arne Vanderburg y Tom<br />

Walther. Marce Rackstraw hizo el valeroso intento de mejorar las ilustraciones y Stephen<br />

Verzi nos brindó su oportuna ayuda con el diseño tridimensional. A estas personas, mis<br />

más sinceras gracias.<br />

Por ultimo, Jody y yo nos sentimos particularmente agradecidos con el personal del<br />

Centro de Administración Holística, que durante casi tres años se vio obligado a arreglárselas<br />

con dos personas menos para repartir la enorme carga de trabajo. Y, por si fuera poco,<br />

lo hicieron sin quejarse en absoluto, lo que acrecienta la admiración que sentimos hacia<br />

ellos.<br />

La realización de este libro se facilitó mucho con una beca del Fondo 777 de The Tides<br />

Foundation. Muchas gracias.


51<br />

CAMBIEMOS EL CURSO:<br />

LA CREACIÓN DEL FUTURO QUE QUEREMOS<br />

Nuestro querido planeta se tambalea bajo el impacto humano masivo, y el crecimiento<br />

rápido de la población que, si no se controla, sólo puede conducir a la pobreza,<br />

la guerra, la enfermedad y el hambre. Algunas personas permanecen optimistas con respecto<br />

a que, de una forma u otra, la tecnología aliviará el daño que hemos causado y nos<br />

permitirá continuar en nuestro curso actual. Otros son profundamente pesimistas respecto<br />

a que algo que nos pueda salvar, y es fácil ver el motivo. Como muestra la figura 51-<br />

1, las poblaciones humanas están creciendo exponencialmente aun cuando la salud de<br />

nuestro ambiente declina precipitadamente. Si no actuamos, las dos curvas chocarán con<br />

un resultado catastrófico para la humanidad y para todas las formas superiores de vida,<br />

que será demasiado terrible contemplar.<br />

El hecho de que en forma acelerada vayamos hacia una catástrofe quiere decir que<br />

las mejoras menores que sólo disminuyen el grado de aceleración, en último término carecen<br />

de sentido. Disminuyendo la velocidad no evitará que conduzca su coche sobre un<br />

precipicio, solamente demora el momento de estrellarse; tiene que cambiar totalmente de<br />

dirección. Esto, es lo que debemos hacer ahora para evitar un futuro que ninguno de nosotros<br />

deseamos. Hacerlo a escala mundial no será fácil, pero creo que ahora es más factible<br />

que en el pasado, porque han coincidido cuatro avances que permitirán que ocurra<br />

un cambio de rumbo muy significativo:<br />

1. Una nueva estructura para tomar decisiones. Hasta hace poco, ningún científico,<br />

entre los que me incluyo, y sin importar que fuera él o ella el que se encuentre a las órdenes<br />

de la abundancia de Texas o de la pobreza del sub-Sahara africano, comprendió por<br />

qué, por todas partes la agricultura y la administración de recursos se encuentra en crisis.<br />

Por otro lado, durante 10 000 años la humanidad soñó con volar y ninguna persona<br />

supo cómo hacerlo, aunque otras criaturas lo han hecho durante millones de años. Entonces,<br />

a 70 años del primer vuelo exitoso, los humanos caminaron sobre la Luna. La administración<br />

y toma de decisiones holísticas promete el mismo tipo de avance fenomenal.<br />

Aunque sin intención de ello, durante muchos milenios, hicimos que progresara la<br />

destrucción de la vida sobre nuestro planeta, y dado lo que ahora sabemos, y lo que<br />

aprenderemos en nuestra marcha, podemos comenzar a restaurar gran parte de lo perdido,<br />

y hacerlo a un ritmo acelerado. La estructura, simple pero exitosa, para la administración<br />

y la toma de decisiones delineadas en este libro, seguramente recibirán mejoras y<br />

serán expandidas por miles de personas. El poder de las ideas que están detrás de ello encontrará<br />

pocos límites, siempre que permanezca lo suficientemente simple para que pueda<br />

ser utilizada por la gente común.<br />

569


570 DECIMOPRIMERA PARTE: CONCLUSIONES<br />

Integridad de nuestro ambiente<br />

Aceleración del ritmo de cambio<br />

Crecimiento de la población humana<br />

8000 1000 1200 1300 1400 1500 1600 1700 <strong>18</strong>00 1900 2000<br />

a.C.<br />

d.C.<br />

Figura 51-1. Las poblaciones humanas siguen creciendo exponencialmente a pesar de que la integridad<br />

de nuestro entorno ambiental se ha ido a pique. Si no actuamos pronto, el encuentro de las<br />

dos curvas tendrá consecuencias catastróficas.<br />

2. Un enemigo común. Históricamente, la gente rara vez está unida en sus puntos<br />

de vista o acciones, a menos que se enfrenten con la tragedia o que sean amenazados por<br />

alguna fuerza externa. Por lo general, el resto del tiempo hemos caído en disputas entre<br />

nosotros mismos sobre un gran número de asuntos que nos dividen. Si, a nivel global, no<br />

hemos podido aprender a vivir armoniosamente con nosotros mismos y con nuestro medio<br />

ambiente, es tal vez porque nos ha faltado un enemigo común de magnitud similar.<br />

Ahora lo tenemos en el fenómeno del cambio de clima del globo, el cual es un resultado<br />

directo de nuestra incapacidad de calcular los efectos de las acciones humanas sobre el<br />

gran ecosistema que nos sustenta a todos.<br />

Ahora sabemos que las cantidades de carbono y otras sustancias liberadas a la atmósfera<br />

debido a la quema de combustibles fósiles y de vegetación de los bosques y praderas,<br />

es mayor que lo que nuestra atmósfera puede absorber. Y nos estamos volviendo cada vez<br />

más conscientes de que la Tierra en deterioro ya tampoco los puede absorber. La mayor<br />

parte de la superficie sobre la Tierra ahora se encuentra desnuda y encostrada, o sellada,<br />

reduciendo con ello, la capacidad del suelo para respirar y para el establecimiento de nuevas<br />

plantas. Ambos elementos, las plantas y los suelos vivientes, desempeñan un papel crítico<br />

para mantener el equilibrio de los gases atmosféricos que son esenciales para sustentar<br />

todas las formas superiores de vida.<br />

Aunque todavía la mayoría de la gente puede que no reconozca al enemigo, seguramente<br />

lo hará en el plazo de la próxima década.<br />

3. Avances tecnológicos. El desarrollo de instrumentos sofisticados nos han permitido<br />

descubrir que existen agujeros en la capa de ozono y que productos químicos pro-


51: CAMBIEMOS EL CURSO: LA CREACIÓN DEL FUTURO QUE QUEREMOS 571<br />

ducidos en la Tierra han contribuido a su expansión. Estos instrumentos también nos<br />

permitieron descubrir con certeza durante cuánto tiempo pueden persistir en el ambiente<br />

determinadas sustancias hechas por el hombre. Las personas ya no pueden argumentar<br />

que el deterioro que ocurre en la Tierra, o en su atmósfera, se debe enteramente a causas<br />

naturales.<br />

La tecnología también nos está permitiendo reducir nuestro consumo de combustibles<br />

fósiles y desarrollar fuentes alternativas de energía que son benignas para el medio ambiente,<br />

y en muchos nuevos campos nos está permitiendo que, con menos, logremos hacer mucho<br />

más. Aunque el uso de la tecnología nos ha llevado a gran parte de nuestros problemas,<br />

ahora podemos ver que ella también será un elemento crítico para resolverlos.<br />

4. Avances en las comunicaciones. Con la ayuda de la tecnología moderna tenemos,<br />

por primera vez en la historia, la capacidad de pasar información a millones de personas<br />

en forma simultánea, y en cada continente. Ideas que han sido ignoradas por los principales<br />

medios de comunicación, o censuradas por otros, o que están en riesgo de ser perdidas<br />

en un laberinto burocrático, ahora tienen una salida en internet. Todavía puede demostrarse<br />

que este intercambio, no controlado, de opiniones es el beneficio más grande<br />

que las computadoras brindan a la humanidad.<br />

Sin estos cuatro desarrollos en acción no creo que pudiéramos cambiar de curso. Si<br />

usted y yo hubiésemos vivido en los días del imperio romano cuando en África del Norte<br />

las praderas productivas se transformaban en desiertos, ¿qué podríamos haber hecho<br />

al respecto? En aquel entonces, no conocíamos nada acerca de la escala DCH/DEH, ni del<br />

papel que desempeñaban las manadas y sus depredadores, que pisoteaban y pastoreaban<br />

para prevenir tal deterioro en los ambientes DEH. Aun si lo hubiésemos sabido, ¿cómo<br />

podríamos haber comunicado lo que conocíamos a los aborígenes en Australia o a los<br />

indios en Norteamérica? ¿Cómo podrían haber evaluado cualquiera de esas culturas, el<br />

impacto enorme que sus quemas tendrían sobre el paisaje y los recursos que debería sustentar<br />

a las generaciones futuras?<br />

¿Cómo podríamos saber que, en todas partes, los suelos sanos, plantas y comunidades<br />

animales eran los responsables por mantener en nuestra atmósfera un balance de gases<br />

que favorece a los humanos y otras formas de vida? ¿Cómo podríamos saber de la existencia<br />

del ozono, sin hablar de las capas superiores de ozono y de su importancia para<br />

proteger los sistemas inmunológicos de todos los organismos vivientes? Sólo ahora, que<br />

entramos en un nuevo milenio tenemos respuestas, y sólo ahora podemos tomar acciones<br />

significativas. Así que, yo no soy pesimista acerca del futuro. En realidad, soy más optimista<br />

de lo que podría haberlo sido en cualquier momento de la historia.<br />

Creo que viviremos en un futuro donde los desiertos del mundo estarán cicatrizando,<br />

donde la vida en nuestros suelos, ríos y mares sea de nuevo diversa y abundante y<br />

pueda absorber las cantidades mucho menores de carbono y otras sustancias que se liberen<br />

en la atmósfera. La clave para crear tal futuro será enfrentar la causa original que hasta<br />

el momento nos ha impedido lograrlo: la forma en que llevemos a la práctica las decisiones<br />

tomadas.<br />

Hace algunos años asistí a una conferencia en cuyo discurso de apertura la primer<br />

ministro de Noruega, Gro Harlem Brundtland, sugirió que los problemas ambientales


572 DECIMOPRIMERA PARTE: CONCLUSIONES<br />

que acosan a los gobiernos y agencias de desarrollo de cada país, en realidad estaban entrelazados.<br />

La figura 51-2 ilustra las relaciones entre los problemas a los que ella se refería.<br />

Ella dijo que si nuestras políticas y programas consideraran esta realidad, se podría lograr<br />

mayor progreso y a menor costo. La mayoría de los presentes asintieron con sus<br />

cabezas estando de acuerdo, y desde entonces muchos han actuado siguiendo sus sugerencias.<br />

Pero basados en lo que sabemos ahora que todos esos problemas, en último término,<br />

tienen la misma raíz causal, como se muestra en la figura 51-3, podemos progresar<br />

mucho más y más rápidamente si primero resolvemos la causa. En lugar de gastar<br />

billones de dólares en cada problema, o grupo de problemas, como hoy día hacen muchos<br />

gobiernos, unos pocos millones invertidos en resolver la causa común permitiría que<br />

las personas solucionen la mayoría de esos problemas por ellos mismos.<br />

Aumento<br />

de crimen<br />

y violencia<br />

Plagas<br />

catastróficas<br />

Erosión<br />

del suelo<br />

Más<br />

inundaciones<br />

Deterioro<br />

social<br />

Pérdida de<br />

biodiversidad<br />

Migración<br />

urbana<br />

Más<br />

sequías<br />

Malezas<br />

nocivas<br />

Pobreza<br />

Cambio<br />

climático<br />

global<br />

Deforestación<br />

Desertificación<br />

Contaminación<br />

Figura 51-2. Algunas personas afirman que si los gobiernos y organismos de desarrollo vieran que<br />

la mayoría de los problemas ambientales que están tratando de resolver se interrelacionan, podrían<br />

solucionarlos con mayor rapidez y a menor costo.


51: CAMBIEMOS EL CURSO: LA CREACIÓN DEL FUTURO QUE QUEREMOS 573<br />

Erosión<br />

del suelo<br />

Migración<br />

urbana<br />

Cambio<br />

climático<br />

global<br />

Malezas<br />

nocivas<br />

Más<br />

inundaciones<br />

Más<br />

sequías<br />

Pérdida<br />

de<br />

biodiversidad<br />

Toma<br />

convencional<br />

de decisiones<br />

Deterioro<br />

social<br />

Contaminación<br />

Deforestación<br />

Plagas<br />

catastróficas<br />

Pobreza<br />

Aumento<br />

de crimen<br />

y violencia<br />

Conjuntamente con el deterioro de la tierra, el agua y la atmósfera, tendrá que abordarse<br />

la explosión demográfica de la población, que ha ido paralela al deterioro de nuestros<br />

recursos. No podemos administrar holísticamente los recursos de acuerdo a las leyes<br />

naturales de nuestro ecosistema si continuamos actuando como si esas leyes no se aplicaran<br />

igualmente a la humanidad.<br />

Diferentes culturas y religiones, favorecen a las grandes familias por razones profundamente<br />

arraigadas en condiciones históricas en las que la seguridad en la vejez, o la supervivencia<br />

de una raza dependen de tener muchos hijos. Ahora, sin embargo, un crecimiento<br />

sin control de la población humana amenaza nuestra supervivencia como especie,<br />

y existen otras formas de ofrecer seguridad en la vejez.<br />

En la sociedad moderna, las religiones institucionalizadas que fomentan alto núme-<br />

Desertificación<br />

Figura 51-3. Con base en lo que sabemos ahora —que todos estos problemas tienen, en última instancia,<br />

una sola causa— podremos avanzar más y con mayor rapidez si atendemos primero dicha<br />

causa. Unos cuantos millones de dólares destinados a atender la causa, en vez de los miles de millones<br />

que se gastan actualmente en tratar de resolver por separado cada problema, o conjunto de<br />

problemas, permitiría a la gente encontrar soluciones propias y a bajo costo.


574 DECIMOPRIMERA PARTE: CONCLUSIONES<br />

ro de hijos, no reflejan el estado actual del mundo. Los sabios que las fundaron hablaron<br />

de las condiciones de los tiempos en que ellos vivían, pero en todos los casos su mensaje<br />

universal era la compasión. Me resulta difícil creer que, si hoy estuviesen predicando, sugerirían<br />

que se continúe produciendo alto número de hijos, a sabiendas de que al hacerlo<br />

garantizan pobreza, violencia, disturbios sociales, y aun genocidio, y en última instancia,<br />

se amenaza nuestra supervivencia como especie.<br />

Yo no soy un hombre religioso a la manera convencional. Sin embargo, me siento infinitamente<br />

pequeño e impotente ante la presencia de las maravillas de la naturaleza y de<br />

nuestro universo. Tales maravillas de la creación no ocurrieron por casualidad. Hay un poder<br />

que es más grande que toda la humanidad, y por deferencia al mismo, deberíamos respetarnos<br />

entre nosotros y al ecosistema que nos sustenta a todos. Esto, como una ofrenda<br />

sublime a la propia humanidad, significa controlar nuestra población y respetar la<br />

diversidad de culturas, tribus, naciones y creencias espirituales, y la misma obligación incluye<br />

la tarea conjunta de detener el deterioro de todas las formas de vida sobre la Tierra.<br />

Por fortuna, para comenzar dicho proceso no tenemos que esperar una época de paz<br />

mundial y colaboración entre los pueblos porque la toma de decisiones holísticas nos<br />

conduce a la solución de conflictos, y el modelo de administración holística funcionará<br />

para cualquier persona en cualquier lugar, sin tener en cuenta religión, forma de gobierno,<br />

base económica o clima.<br />

Gran parte de nuestros conflictos surgen directamente del deterioro de los recursos<br />

e ignorancia acerca de las herramientas que tenemos para manipularlos, pero aun tal explicación<br />

materialista tiene un aspecto filosófico. Una vez escuché a un hechicero návajo<br />

quien, al mediar una disputa que dos familias tenían sobre pastoreo, dijo, “ustedes son<br />

vecinos quieran o no, porque la tierra misma los une. Hoy, mientras caminan sobre ella<br />

están ligados, y ambos yacerán juntos en ella cuando mueran. Entonces, las plantas que<br />

crezcan sobre el suelo a partir de sus cenizas, infundirán en sus propios hijos, ya sea con<br />

el odio o el amor, que ahora pueden elegir. Si bendicen su tierra, ésta les retornará la bendición<br />

y su disputa actual será insignificante”.<br />

A las oraciones, cantos y rituales que el hechicero tenía en mente yo le agregaría la<br />

toma holística de decisiones. En un caso detrás de otro, ya hemos sido testigos de que<br />

puede contribuir a resolver conflictos, y este papel cada vez será más importante. Frecuentemente<br />

el conflicto comienza a resolverse a medida que los antagonistas que se juntan<br />

para formar una meta holística descubren que lo que tienen en común es mucho más<br />

grande que sus diferencias. Por ejemplo, en Zimbabwe, varios años después de la guerra<br />

civil hice un taller de trabajo que incluía participantes que habían peleado en lados opuestos.<br />

Estábamos intentando analizar una política nacional, y preparé por adelantado una<br />

meta holística que yo sentí que la mayoría de los zimbabwenses aspirarían a alcanzar.<br />

Cuando la leí en voz alta, hubo un largo silencio, seguido de algunas discusiones entre los<br />

participantes. Uno de ellos habló por todos cuando dijo: “Dios mío, si sólo hubiésemos<br />

sabido que todos queríamos la misma cosa, nunca habríamos iniciado la guerra”.<br />

La administración holística comienza con una meta holística porque desde el comienzo<br />

la misma establece lo que la gente quiere. A causa de que las personas siempre actúan<br />

en su propio interés es importante que ellas expresen aquello que es su propio inte-


51: CAMBIEMOS EL CURSO: LA CREACIÓN DEL FUTURO QUE QUEREMOS 575<br />

rés. Sin embargo, al mismo tiempo, también deben expresar qué es lo que tienen que producir<br />

para sustentar lo que necesitan y quieren para ellos mismos y para las generaciones<br />

futuras. Luego, cuando someten a prueba las decisiones hacia eso, comienzan a ver que<br />

el mantener la vida en sus tierras es por su propio interés, y que el construir, más que destruir,<br />

en las relaciones humanas, es por su propio bien. En este momento sus acciones comienzan<br />

a reflejar esta comprensión. Entonces, el interés propio, se convierte en un interés<br />

propio ilustrado.<br />

El interés egoísta de las naciones en un mundo ligado estrechamente por geografía,<br />

economía y comunicaciones han subvertido una administración inteligente de los recursos<br />

del mundo más que cualquier otra fuerza. Pocas cosas indican esto más claramente<br />

que nuestra complacencia en permitir que los contaminantes, que nosotros no toleraríamos,<br />

sean transportados por las corrientes de viento o del agua para desgracia de los habitantes<br />

de otros países. O, cuando les prohibimos a los fabricantes de nuestro propio<br />

país la producción de sustancias nocivas como DDT o CFC, pero les permitimos que continúen<br />

produciendo esos compuestos tóxicos en otros países. Igualmente, el apetito de los<br />

americanos por las hamburguesas o la demanda de los japoneses por madera, son de alguna<br />

manera permitidas para justificar la destrucción de los bosques tropicales que el<br />

mundo como un todo no puede darse el lujo de perder. Tales acciones se volverían una<br />

cosa del pasado si los gobiernos trabajaran por estructurar una meta holística nacional y<br />

comenzaran a poner a prueba sus decisiones hacia el logro de la misma. Intereses nacionales<br />

egoístas dejarían el paso a intereses nacionales ilustrados por la razón.<br />

Sin embargo, en la actualidad ningún gobierno está estructurado para administrar holísticamente<br />

sus propios recursos, y mucho menos para controlar su impacto en el ambiente<br />

internacional. La mayoría de las estructuras gubernamentales dividen cada aspecto de<br />

nuestras vidas en carteras o departamentos, y en ningún lugar usted puede discutir el todo<br />

como una sola unidad. Como me percaté durante mi propia experiencia como parlamentario,<br />

si trata de discutir un tema amplio que no está contemplado dentro de la cartera de<br />

un ministro en particular, será llamado al orden y le impedirán hablar. Si trata de discutir<br />

un tema amplio dentro del portafolio del Primer Ministro, nuevamente será impedido de<br />

hacerlo, pues eso debería ser discutido dentro de la cartera del ministerio correspondiente.<br />

Cuando ni siquiera podemos debatir el todo, y la interconexión de todo lo que los<br />

gobiernos se encargan de hacer, ¿cómo podemos superar alguna vez los problemas creados<br />

por pensamientos y acciones aisladas? Con demasiada frecuencia los gobiernos actúan<br />

como un equipo de caballos con anteojeras que tiran en diferentes direcciones, pero<br />

el sistema prohíbe quitar las anteojeras y hacer que todos tiren juntos hacia el mismo<br />

lado. Sólo en los mecanismos de control de las finanzas y presupuestos, los gobiernos alcanzan<br />

a lograr alguna forma de coordinación.<br />

En los miles de años de la lucha por encontrar formas para gobernarnos a nosotros<br />

mismos, hemos actuado en términos de poder, riqueza, defensa, religión, tribu o raza, pero<br />

nunca nos preocupamos por respetar los límites del ecosistema que sostiene nuestra vida<br />

misma. Solamente en el siglo XX nos topamos con la dura necesidad de tener que pensar<br />

en ello. Un axioma político que me impresionó en el comienzo de mi propia carrera<br />

política dice que a no ser que todos tengamos un sentimiento de seguridad y de estar bien


576 DECIMOPRIMERA PARTE: CONCLUSIONES<br />

gobernados, nadie lo estará. Pocos gobiernos, si es que alguno, pueden gobernar verdaderamente<br />

bien a sus ciudadanos, mientras continuemos socavando nuestra base de recursos.<br />

Por otra parte, cualquier gobierno que pueda tomar decisiones y formular políticas<br />

que estén en línea con una meta holística nacional y que consistentemente sean social,<br />

ambiental y económicamente sólidas, proporcionará un buen modo de gobernar. Los gobiernos<br />

tendrían que reestructurar a sus burocracias para poder gobernar de acuerdo a<br />

una línea holística, pero ello no es una tarea imposible. Aunque durante mucho tiempo<br />

fue notoria la habilidad que tienen para resistir el cambio, algunas burocracias ya están<br />

comenzando a tener una reputación diferente. David Osborne y Peter Plastrik, en Banishing<br />

Bureaucracy [Burocracia en extinción], citan un número de casos en los cuales los líderes<br />

electos y las burocracias han trabajado juntos para hacer cambios bastante radicales<br />

en las estructuras burocráticas, y han documentado los pasos esenciales que han dado<br />

de modo que otros los puedan seguir.<br />

Si bien los gobiernos tendrán que cambiar, no pueden ser los líderes en el cambio a<br />

una toma de decisiones holística. Por definición, los líderes elegidos democráticamente<br />

no pueden dirigir, excepto en situaciones de crisis o guerra, sino que siempre deben seguir<br />

el deseo de la mayoría. Esto significa que el cambio a la toma de decisiones holísticamente<br />

tiene que comenzar al nivel de las tierras de pastoreo.<br />

La magnitud de la desertificación en el mundo por sí sola, tomada como uno de los<br />

factores responsables por el cambio climático global, ya ha superado el poder de cualquier<br />

organización humana para poder ser controlada. El desafío de recrear un planeta que<br />

vuelva a ser rico en diversidad biológica, en el que los desiertos retrocedan, es tan grande<br />

que sólo puede hacerlo la gente común, como usted y yo, maestros, agricultores, silvicultores,<br />

administradores en pastizales, madres, padres, gente de negocios o lo que seamos,<br />

independientemente de cuál sea nuestra institución o identidad social. Hasta que<br />

cada uno de nosotros en lo particular comience a cambiar la manera en la que tomamos<br />

decisiones no habrá suficiente fuerza de opinión que permita la seguridad para que los líderes<br />

electos cambien la forma de tomar decisiones. Por fortuna, esa corriente está comenzando<br />

a surgir.<br />

Cuando era más joven, la magnitud de los problemas sin soluciones me deprimía<br />

profundamente. Ahora, finalmente, veo la posibilidad de un futuro maravilloso, en el que<br />

a la vez que disfrutemos de los avances de la tecnología, también aprendamos a vivir en<br />

el marco de las reglas de nuestro ecosistema. Si pudiera reemplazar algunos de los años<br />

que ya viví, no podría imaginarme vivirlos en un tiempo más emocionante que ahora.

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