Número 3 - Instituto de Historia de la Medicina y de la Ciencia ...

(Ciencia, Méx.) Fecha de publicación 30 de Septiembre de 1973
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ti:
CIENCIA
Revista hispano-americana de
Ciencias puras y aplicadas
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I
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PUBUCACION DEL
PATRONATO DE CIENCIA
SUMARIO
Págs.
EDITORIAL:
El lenguaje cien tífico
III
COMUNICACIONES ORIGINALES:
Bases nwrofisiológicas del apTendizaje instmmental. Sislemas de H!forzamielllo positivo
y negativo, 1101. H. BRUST CARMONA y M. GARdA MuÑoz .... , ..... , ... ' ... " ....
Cont1'ibución al estudio de los mióbidos de Mc!xico (Acarina, Myobiidae), por L. A.
BASURTO-R.
Vlla nueva especie de Lachesilla en el grupo Rufa (Psocoplem, Lachesillidae), lJor A.
NERI GARdA ALDRETE .. , ..... , ... , .. , ... , ......•........ , ...................... .
Observaciones sobre el pigmento de los incisivos en las jutías cubanas, género Capromys
(Rodelllia, CaviomOt"jJha), por HUMBERTO GRANADOS ........................... .
91
99
107
111
Esludio inmunológico de chICO helminlos de ovinos, por H. QUIROZ ROMERO, MA. ELENA
CRUZ ]UÁREZ y SELMA QUIROZ R. •.............................................. 121
"¡
NOTICIAS:
El nombre de Miguel Calahíl1 en la Luna, IJor FRANCISCO GIRAL .................... .
125
Germán S01ll0lilloS d'A1·dois, por ]. PUCHE
LIBROS NUEVOS
.......................•.................
127
129
!
l.
Volumen XXVIII MEXICO, D. F.
1973
Número 3

CIENCIA
REVISTA HISPANO-AMERICANA DE CIENCIAS PURAS Y APLICADAS
DIRECTOR
DIRECTOR FUNDADOR
I (¡NACIO SOLIVAR y URRUTIA t
EOITOR
CANDIOO BoLlY"" y PIELTAIN DIONISIO PELAEZ FERNANDEZ
CoNSEJO EDITORIAL:
Volumen XXVIII
CIENCIA
Revista hispano-amuicana de
Cimcias puras )' aplicadas
Sept;cmbH~ 197)
FRANCISCO GIRAL GONZALE'Z
JOSE PUCHE ALVARE2 JaSE IGNACIO SOLIVAR GOYANES
CoNSEJO DE REDACCION
ALVAREZ FUERTES, DR. GABRIEL, México.
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BUTRAN, DR. ENRIQUF.. México.
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OCHOA, DR. SEVERO. Nueva YC>Tk, útados Unido,.
OGUi:."TA. INC. EzEQUIEL, nueno, Aires, Argentina.
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ORIOL ANCUDA, DR. ANTONIO. "México.
OSORIO TAFALL, DR. B. F. Nicosia, Chipre.
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I'ERF.IllA, PROF. FR.A:'oJclsco S. Sao l'aulo, nl.l~il.
PtREZ VITORlA, DR. AUGUSTO. París, Francia.
PEREZ MIRAVETE, DR. AOOLFO, México.
ROTCER VILLArLANA, P. BERNARDO. Denver, Colo., EE. UU.
RUlZ CASTAÑEDA, DR. MAXI~IIL1Ar-;O. México.
RZF.ooWSKI, DA.. JORGE, México.
SÁNCHI!Z-MARROQuiN, DR. ALFREDO. México.
SANl}(}VAL, DR. ARMAP\OO M. f\léxico.
SANOOVAL VALLARTA, DR. MANUEL México.
$o8ERÓN, DR. GUILLERMO. México.
STRANEO, PROF. S. L. Milán, Italia.
TUXEN, DR.. SóREN L. Copenhague, Dinamarca.
VAN DEL, DR. ALBERT, Moulis, Pyr., Francia.
VARELA, DR. GUARDO. México.
VIANA, Da.. Buenos Aires, Argentina.
VIl.LELA, DR. G. Río de Janeiro, Brasil.
ZELUlOi'Il, PROF. RODRIGO. Costa Rica.
EDITORIAL:
El [enguaj~ óetlti/ico
COMUNICACIONES ORIGINALES:
SUMARIO
Bruc:; n~llrofüiológicas del aprtmdiU1j~ instrumental. SisUmas d~ r~fof"U1mit'nto positil'O
y negativo, por H. BRUST CARMONA }' M. GARdA MuÑoz
Coulribucid" al ~stud;o d~ los midbidos de Mhico (Ararina, A1)'obiida~), por L. A.
BASURTO-R.
Una tlUeva ~.5peci~ d~ Lachesilla
NERI GARelA ALDRETE ..
d grupo Rufa (P.50coptua, LAdlesillirlne), por A.
OburlJaciona sobr~ ~l pigmento de los incisivol en [ru jutias cuba"as, gbu:ro Cap;om)s
(Rod~ntia, CaviomorPha), por HUM8ERTO GRANADOS ••.
Estudio inmwlOldgico de cinco helmintos d~ ovinos, por H. QUIROZ ROMERO, MA. ELENA
CRUZ ]UÁRFZ }' SELMA QUIROZ R ...
:'\OTICIAS:
El nómbrc de Miguel Galtllan CII la Luna, por FRA/IOCISCO GIRAL ••.
GamÓ'1 Somolinos d'Ardo;~,
LI BROS NU E\'OS
por J. Pucm::
III
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PATRONATO DE CIENCIA
[CIESCI.~, MI':X., XXI'IJI (19;3)J
~".SIO.NT~
L.IC. C"'''LOS P"lno
"IC.~"'U'DIlNT,
0"'. IONAC'O CUAVaJ
VOCA.L,.
INO. GunA.VO P. 6."''''''NO O",. JONQ' CAn""HIA fr._ "ICU."DO Mt»,.. ... LO,..,
_lit "MILlO _U •• ".I' 0" .... "'1.00" 1 .... , ... ,..
INO. LIlON SALINAS

CIENCIA
Revista hispano-americana de
Ciencias punu }' aplicadas
"oJume XXYJII Sr!ptr:mber 19iJ ~umber 3
CIENCIA
REVISTA HISPANO-AMERICANA DE CIENCIAS PURAS Y
DIRECTOR FUNDADOR
IGNACIO SOLIVAR y URRUTIA 1
APLICAnAS
DIRECTOR
CANDIDO BoUVAR y
PIELTAIN
EOITOR
DIONI$IO PELAEZ FERNANDEZ
CONSEJO EOITORIAL
FRANCISCO GIRAL GONZALI!Z
JOSE PUCHE ALVARO JOSE IGNACIO SOLIVAR GOYANES
EDITORIAL:
CONTENTS
Page
VOL. XXVIII
NUMERO 3
PUBLlCACION TRIMESTRAL DEL
PATRONATO DE CIENCIA
CON LA AYUDA ECONOMICA DEL
CONSEJO NACIONAL DE
CIENCIA Y TECNOL.OGIA
MEXICO. D. F
~U.LlCADC: 30 D[ S[PTlUUIH DE 1'73
REGISTRADA COMO ARTICULO DE:lA. CLASE EN LA AOMINISTRACION DE CORREOS DE MEXICO. O. ". CON FECHA:U DE OCTUBRE,.Q-46
Tht! snmtific lnugllogr:
111
ORIGINAL PAI'ERS:
Editorial
l\'europhysiological baus 01 iUJtrurnmtal learuing. Posilílle and negalive Tei1lfoTcem~nl
s)'slems, by H. BRUST CARMONA &: M. GARdA MuÑoz
COlllribulio1l lo tlle stud)' 01 mexicon m)'obiidat: (Acarina, M)'obiidae), h)' L. A. BA-
SURTO-R.
A lIetL' spuies of Lachesilla in lIJe spuies group Rufa (Psocoptera, Lnchesill;da~), by
AI.FO:-\90 ~ERI CARdA ,\LORETE
OIJUrT'Ol;ons otl lhe i'lcuors IJigment ;'1 th,. cubofl Iwlias, g~nus Capromys (Rorlelltia,
COTl;onwrPha), by HUMBERTO GRANAOOS ..••.•.• . .....••.••..
ImmulIological si lid)' of {ive ovine hdm;utll5, by H. QUlaoz ROMERO, MA. ELENA CRUZ
i\,'E",S:
]UÁIlEZ & Sf.LMA QUlROZ R. . ........•............•.••
Miguel Cata/al/'s "am~ Oll the Moon, b), FRANCISCO CUlAL
G~rmml
Somo/i"os d'Ardois, by J. PUCHE
:-:EW BOOKS ............................... .
[CIEXCIA, MEX., XXI'1I1 (/9iJ))
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El lenguaje científico
Al otlton'zar l'aung la. edición de sus conferencias Reith, 1950, consideró .conveniente flteran
publicadas formando 6 capítulos acompañados de sendos comentarios aclm'atol'ios, para hacer
más asequibles los conceptos desarmllados en aquellas .•
La aartada determinación del sabio ing[¿s y las razones que lÚI en el prólogo del libro, nos
parecen discretas y actuales.
Dice allí: "Los científicos suelen incurrir en la trivia¡;dad, cuando tratan de comunicarse con
auditorios amplios" y más adelante: Ufoluestro lenguaje no siemp"e resulta coherente o eficaz
y es de suponer que los teólogos y los filósofos, especialmente, cOllsidcl'en "simpJez3s" lo que
decirnos, al no coincidir Catz los simbolos o convenciones adoptados en sus sistemas.
La aceptación de esta dificultad por cientifico tan califiendo como el profesor Young, constitl/­
ye un planteamiento leal del (n·oblema.
En efecto, el hombre común )1, aun muchos otros con buena preparación IlflTnanístira, se el1-
Ctlentran ajenos a los pmgresos de la ciencia. actual. Esta falta de comunicación es peligrosa.
Las grandes mayorias se Pierden en laberinticas conjetllms y sllelen elaborar imágenes drfon/ladas
de la ,·ealidad. Además, divlIlgadores y flltllrólogos IItilizan, con frecllencia, interpolnrionrs
an'iesgadas y predicciones sibilinas, logrando infundir aversión hacia la ciencia, qllr llega a rOl1-
siderarst! lIna amennUJ inminente para la seguridad colectiva.
Es evidente que) en las décadas más recientes, se ha producidu 10/ desplfLwmiel1to, cada lIez
mayor, entre los medios de expresión t.-adicionales, el lenguaje culto )' los conceptos )' medios
expresivos de la ciencia. Las hipótesis fisicas que consideran el espacio, el tiempo )' la ",nterin,
carentes de valor absoluto, han socavado los criterios de Gutoridnd y removido nlUrho.f dOf!;11Wtismos
prevalecientes en las sociedades estables. La inccf'iidumb,'c, la necesidad de revisar )' forta~
lecer nuestros valores, ha desencadenado verdaderas psicosis colrcúvlls, que se manifiestan por
reacciones de angustia, miedo, evasión, adicciones nocivas, agresividlld, etc.
Pam superar esta crisis y encauzar las fuen:,as operantes, es necesario restablecer conexiolles mtÍs
fi"mes de la ciencia con las hllmanidades. Romper con esos complejos mítiros qlle nlgllnos lla-
• Young, J. Z. Duda y arlezn en in Ciencia. Problemas científicos )' filosóficos. Universidad i'\'acional L\UlónOma
de México. 1960.
III

man "las dos culturas"" tlciviliwción y cultura H , lila anticultura". Debemos acabar con la distorsión
enfermiuI de las palabras )' de los conceptos. Las civiliwciones y las cn/turas, constit1lyen
un patrimonio común de la Humanidad, y presentan momentos de desarrollo y de declinación
que el hombre ha tenido que superar muchas otras veces.
La ciencia debe organiwr los conocimientos, que produce su desarrollo vertiginoso, con sentido
u,niversal, creando un lenguaje inteligible que, además de facilitar la comunicación directa o
comelltada, establezca re/ación con el "lenguaje vivo", el que todos comp-rendemos y hablamos,
hasta converger con las fonnas más depuradas, la poesía. ¿Acaso el científico verdadero p-uede
ser ajeno a la misión p-o¿tica1 No, no debe serlo.
CIENCIA, MÉX.
XXVJll (3) 9I·9i
JO, S~pliembTe, 1973
Comunicaciones originales
México, D. F., W de Septiembre de 19n.
EL CONSEJO EDITORIAL
BASES NEUROFISIOLOGICAS DEL APRENDIZAJE INSTRUMENTAL.
SISTEMAS DE REFORZAMIENTO POSITIVO y NEGATIVO
H. BRUST CARMONA y M. CARdA MuÑoz
Departamento dc Fisiología, Facultad de Medicina
Uni\'ersidad Nacional Autónoma de México
México, D. F.
RE5UMfN
EL PATRONATO DE CIENCIA
AGRADECE LA AYUDA ECONÓMICA PRESTADA
POR EL
CONSEJO NACIONAL DE CIENCIA Y TECNOLOGIA
LA
COMPAÑIA FUNDIDORA DE FIERRO Y ACERO DE
MONTERREY, S. A.
y EL
El aprendizajc puede considerarse resultado de la correlación de distintas funciones neu·
ronales: recepción, transmisión, memoria }' respuesta.
La motivación es generada por la actividad de diSlintos circuitos neuronales, racilitadorcs
e inhibidores, localizados en el área Iimbica del S.N.C.
Se d~iben las técnicas utilizadas por los AA, para I:'1itu

-SL
CIEXCIA, MÉX.
XXI'I/I (JI 1971
CIEXCIA, MÉX.
XXI'I/I (3, 19iJ
situación estimulante que llevó al animal a
presionar una y otra vez la palanca (respuesta
condicionada instrumental ti operante); ésta es
una situación rerar/adora y la comida un reforlamiento
o también un "estimulo incondicional".
Cuando se aumentan las probabilidades
de que una respuesta apareLc3, decimos que la
hemos reforzado. Esto puede lograrse, ya sea
aplicando estímulos que subjetivamente pueden
(onsiderars~ como agradables o eliminando estímulos
que se jU/guen como desagradables.
,\leCUllisIIlOs involllcrados en el afn'elldiwje
Para que un organismo aprenda es preciso
que posea un equipo sensorial que responda
a las variaciones del medio ambiente (estímulos)
y que las pueda transfornlar (transducción)
en sefiales eléctricas, cuantificables (codificación)
por estructuras neuronales centrales. Enseguida,
debe lener estructuras o circuitos neuronales capaces
de integrar los mensajes provenientes de
las vlas sensoriales)' de activar estructuras efectoras
con respuestas motoras, secreciones, etc.
Adetnás, debe existir un sistema que permita
almacenar las características de la información
(memoria), así como el tipo de respuesta que
ocurrió)' sus consecuencias.
La conducta es el resultado de la actividad
conjunta de tres sistemas, por lo Illenos: uno
aferente, otro de integración y el eferente, que
contribuyen a resolver tres problemas involucrados
en toda conducta: qué hacer, cómo hacerlo
)' cuándo hacerlo.
La situación que mantiene al sujeto en actividad
)' que le permite estar dispuesto a recibir
información, en ténninos generales, se llama
moti\'ación. La motivación a parece como resultado
de la actividad de circuitos neuronales que,
a su vez, son activados (facilitados) por cambios
metabólicos u hormonales o como resultado de
secuencias previas. Un ejemplo del primer tipo
de motivación es el hambre y del segundo tipo
podría ser el deseo de estudiar detenninada carrera
o de comprar algún objeto (un coche grande).
Actualmente se conocen con mayor certeza
aquellas motivaciones correspondientes al primer
tipo. Podemos decir que determinadas estructuras,
como el hipot;Hamo, son sensibles directamente
a las condiciones del medio interno.
Cambios internos que producen la sed, el hambre
o la motivación sexual, afectan diferentes
"centros" del hipotálamo. Para la motivación
sed, se sabe qué cambios en el líquido cefalorra-
92
quídeo afectan la actividad de nCUrona3 hipotalámicas'.
En otros casos inducimos que 103 "ft'l1tr()~"
existen, porque, al lesionar algunas poreioll"' del
sistema nervioso central, se elimina una moti,'ación
específica )' al estimularlos aparece; a\i
pues, estas localizaciones son llamadas rC!o.pcnivamente
"centros facilitadores" del hambre, de
la sed o de la conducta sexual' •.
Para cada uno de estos "centros" parece exi!o.­
tir un "centro inhibidor", cuya actividad predomina
sobre el facilitador; si el "centro inhibidor"
es estimulado, se elimina la conducta ,
lesionándole se incrementa notablemente; po;'
ejemplo, en el caso de lesiones del "centro inhibidor"
del hambre se produce hiperfagia 21l •
Algunos de estos "centros" parecen estar regulados
a su vez por otras estructuras como el
séptum y la amígdala".
La disminución de glucosa sobre ciertas neuronas
hipotalámicas 1H , tiende a aumentar la actividad
del animal y esto redunda en la obtención
de comida. Observamos de esta manera que la
motivación responde a la primera pregullta de
toda conducta: ¿qué hacer?
A la información de las condiciones determinantes
de tnoth'ación en el organismo se ~lIlna la
proveniente del exterior. Por medio de la~ e~·
tructllras (receptores) que reacciol1:-tn a cambio:s
del ambiente (estimulos) la información del exterior
es transducida en sCliale~ elt'ctrica~, que
viajan hacia fonnal-iones neuronale!o. ("t:lltr;d('~ a
través de dos vfas: una específica para la modalidad
sensorial acti\'ada y otra inc'pccítira o
polisensorial, que se forma por la.!. n-,I:Ilt'rale~
que cada v/a específica va aport;índole. Ambas
vías ascienden al tálamo y de ahí ;1 la cortt.'/él.
Además, la vía in específica, principalmcnte por
los núcleos reticulares talámicos, en\'ía la inlurmación
a otras áreas su bcorticales. St ha descri t o,
durante el condicionamiento, un incremento de
los potenciales provocados en las vía~ !o.(,Il~)fialcs
específicas, pero también en las estrurturas de)
sistema polisensorial~ y en estructuras del ~iste·
ma extrapiramidal, como el núcleo c:nlllado 1u ,
A su vez esta información aferente ('3 cumpa·
rada COn las claves pre\'iamente (olocada~ en 1111
almacén o memoria)' puede t.l1nbién integl";,r~c
a dicho almacén. No se puede concehir el aprendizaje
sin un proceso que ahnacenc la información.
Es indudable que debe ocurrir algún camhio
dentro del S.N.C. que haga posible este procc,u,
y a este cambio se le ha llamado "engram,,",
"trazo" o "huella" de memoria.
La naturaleza de este "engrama" ha sido atri-
bu ida, entre otras hipótesis, como resultado ,Iel
crecimiento de tenninaciones sillápticas, primero
simplemente por el ingreso de Na y H,O que
ocurre con cada potencial de acción y después
por cambios proteicos en la estructura molecular
de la membranaS, como un aumento en el transmisor
disponible 27 o debido a la acción sostenida
de circuitos reverberantes 13 .
La suposición !umlamental de la mayoría de
las aproximaciones al análisis de los mecanismos
que median el almacenamiento de la infonuación
)' su recuperación, se basa en que una experiencia
causa ciertas alteraciones en algunas
células cerebrales y que el recuerdo de tal experiencia
requiere la activación de estas células.
Experimentos basados en la técnica de lesión
de diferentes áreas cerebrales han llevado a la
conclusión de que la corteza cerebral interviene
de manera importante en la diferenciación (discriminación)
entre dos o más estímulos, cuyas
características físicas son muy semejantes, así como
también lo hace en las primeras etapas de la
adquisición de aprendizajes instrumentales y seguramente
para aprendizajes más complejos".
Esta "capacidad" de discriminación fina que posee
la corteza cerebral puede explicarse en función
de la amplia representación sensorial que
tiene cada vía sensorial. Al principio de todo
aprendizaje seguramente se requiere un análisis
detallado de la información que incluye la distinción
de varios estímulos, algunos de los cuales
se repiten y coinciden con estímulos incondicionales;
éstos deben pasar a ser significativos y,
por consiguiente, facilitar las neuronas que respondan
ante ellos. Otros estímulos que se repiten
sin coincidencia con reforzadores o que no se
repiten, dejan de ser importantes para el organismo
y las respuestas ante ellos van disminuyendo.
Entonces, cuando la gama de estimulación
es grande, la integridad de la corteza es necesaria,
pero su función va atenuándose cuando son
unos cuantos estínntlos los que se aplican o bien
después de que han sido separados en significativos.
En esta situación, circuitos neuronales
subcorticales son capaces de responder adecuadamente
a detenninada información. El "engrama"
específico debe almacenarse subcortical
mente".
Lesiones de diversas estructuras subcorticales
indican que algunas de ellas participan en el
mantenimiento de las respuestas aprendidas, pero
seguramente no san las mismas para todos los
tipos de respuestas. Es decir, postulamos que
existen circuitos neuronales especificas que
constan de los tres sistemas mencionados: a [e-
93
reOle, de inLegracióll y eferente, l'~P('( íl ieo .. para
cada tipo de respuesta. Así, por ejetllpio, pal;¡
respuestas motoras instnlmentale!o., 1I11a P;ll te del
circuito neuronal parece ser el llÚ( leo (audado.
puesto que su lesión e1ectrolitica:! o MI inhihición
farmacológica hacen que ~e pierda la re:-.·
puesta condicionada!!"; sin embargo, 110 podemo ...
todavía afirmar si el NC es la parte clerente "
de integración, aunque experimento~ reciente ...
indican que parece ser el sitio de integraciónalmacén
de información, porque ~i se trata de
hacer que una rata adquiera una respuesta aprendida
de prevención pasiva, no se logra cuando
hay bloqueo farmacológico del Neo".
Para considerar una estructura del S.K .C. como
probable sitio de integración de respuestas
motoras, debe reunir conexiones l11ultisensoriales,
y conexiones Con las porciones eferentes
motoras. El núcleo caudado es una de las estructuras
que cumple can estos requisito$: recibe
información ITIultisensorial, probablemente a
través de los núcleos taliÍmicos inespecí[icos )',
además, liene conexiones con estructuras que
fonuan parte del llamado sistema límbico, como
el septUlu H ! que pílrece intervenir en la calificación
subjetiva agradable. o desagradable de
un estímulo. Por otro lado, el NC es pane importante
del sistema extra piramidal, del que
prohablemente depende en [arma preponderante
la activación de los efectores, ya que el 5070 de
los pirámides no modifican una respuesta aprendida,
mientras que las lesiones de áreas del
sistema extra piramidal sí lo hacen" (Fíg. 1).
Cuando la información aferente ha sido comparada
COn la información de eventos pa,ados
que se encuentra almacenada en el S. N., )' ha
recibido una calificación de tipo emocional y se
prepara el mecanismo de activación de los efectores,
se puede decir, cuando menos teóricamente,
que ya se tiene la respuesta a la segunda pregunta
que se plantea en toda conducta: ¿cómo
hacerloi.
Cuando se llega a esta etapa en la integración
de la in[onnación, podemos decir que el aprendizaje
puede llevarse a cabo sin necesidad de las
etapas posteriores y que, si estas etapas se hacen
necesarias en algún momento, es para demostrar
objetivamente que el aprendizaje se ha logrado.
Tal es el caso de L, mayoría de los aprendizajes
que, en el humano, no se manifiestan necesariamente
como respuestas motoras 1H •
La última pregunta que debe responderse antes
de realizar una determinada conductíl es, ¿cuándo
hacerlo?, y su respuesta vendrá dada por ciertas
condiciones del ambiente que rodea al ,ujeto

G/ES G/A, MtX.
XXVlll (Jj I97J
CIElI'G/A, MtX.
XX/'ll/ (J) I97J
Fig. 1. Representación esquemática de las estnlclUras
nerviosas centrales que parecen intervenir en el condicionamiento
motor. El núcleo caudado, es el sitio donde
convergen la mayoría de las influencias que facilitan (E)
o inhiben (1) la actividad de las neuronas, de las cuales
probablemente se origina la activación de los "centros
efectores" .
en ese momento; por ejemplo, la rata que se
encuentra en una caja que tiene un comedero
y una palanca, necesitará forzosamente la presencia
de un estímulo (estímulo condicionante)
que le indica que sólo en ese momento, al presionar
la palanca, obtendrá alimento.
L, presentación de este estimulo condicionante
o de cierta situación condicionante del medio,
desencadenará una serie de respuestas, que de
nue\'o entrarán al S.N. y serán comparadas con
las claves o engramas existentes en la memoria
y calificadas emocionalmente; si se obtiene como
resultado una tendencia de retorno a la horneastasis
y una calificación emocionai positiva para
el sujeto, la respuesta se repetirá una y otra vez,
nlientras las condiciones de motivación lo permitan
y, dependiendo de clIlHllas veces esta ~ecuencia
de estímulos y respuestas se repita, el
almacenamiento de la información de "¿c6mo
hacerlo?" y "cuándo hacerlo?" se voh'er" más
estable y más evocable, de tal manera que, cuando
el organismo tenga la respuesta ~ la pregunta
"¿qué hacer?", debido a una motivacitm predominante,
sabrá "cómo hacerlo" y "cuándo hacerlo"
.
Antes de 1 %4 se consideraba que los reforzadores
eran estímulos externos al sistema nervioso
central que actuaban sobre éste; sin embargo,
hacia esa época se realizaron experimentos en
los que se obs~\'\'ó que la estimulación de deterlninadas
áreas cerebr~les facilitaba enormemente
las probabilidades de que se repitiera la condición
en que ocurrió la estimulación; por ejemplo,
las ratas aprenden a cruzar un laberinto, cuando
en la meta pueden tener acceso a una palanca
por medio de la cual estimulan su propio cerebro.
También aprenden a cruzar una rejilla
electrificada para obtener el mismo privilegio'o.
Es más, lo inverso ocurre también así. Delgado,
Roberts y Millero describieron que al estimular
centralmente a los animales, éstos aprendían, por
ejenlplo, a presionar una palanca para eliminar
la estimulación, o aprendían a huir de un cnarto
donde se les habla estimulado anteriormente. En
resumen, s~ demostró que la estimulación cerebral
de ciertas áreas aumenta (reforzamiento positivo)
o suprime una respuesta (reforzamiento
negativo).
A partir de este descubrimiento se ha demostrado
la existencia de una gran cantidad de
estructuras cerebrales con estas propiedades, que
presentan diferentes grado; de excitabilidad; por
ejemplo, dan lugar a un reforzamiento positi\'o:
el haz del cerebro medio anterior, el hipotálamo
lateral y posterior, el área órbita-frontal, el área
entorinal, la amígdala, el núcleo caudado, el
globo pálido, la porción lateral del séptum, el
área bajo el lemnisco medio en el mesencéfalo,
el tegmento dorsomedial, la comisur

C/E.\'CI.4. M/OX.
ser;', la descarga facilitador. 31 SItiO integrador
y mayor será, por lo tanto, el número de respuestas
que presente el animal. Contrariamente,
si el animal está saciado, el centro integrador
carece de la influencia [acilitadora de los centros
hipotalámicos y el número de respuestas
será menor.
Obsen7aciones en humanos a los que por diferentes
razones se les han introducido electrodos
de estimulación en el cerebro y éstos han
quedado colocados en algunas de las áreas de
reforzamiento. acus..1n una sensación agradable,
relajante )' satisfactoria 1 !!. Estos datos pueden
tomarse en apoyo a la teoría de Olds. que dice
que en las ;ireas subcorticales se está estimulando
los sidos de reronamiento genuinos, o aquellas
células involucradas en los procesos de reCOIllpensa
alimenticia. sexual o de otro tipo.
La carbacolina inyectada intraperitonealmente
produce un aumento en la autoestimulaci6n. La
fisostigmina, por el contrario, produce un decremento.
Las anti-colinesterasas aumentan principalmente
la autoestimulación, y también las
anfetaminas, la imipramina, la c1oropromazina,
la cocaína y los inhibidores de la monoanlino
oxidasa:!S.
Fig. 2. ~ucma que representa los posibles ~istem~ que
participan en la regulación de la conducta animal.
En res limen, podemos decir qlle la conducta
del animal puede explicarse lItilizando el siglliente
esquema (Fig. 2). Un sistema transdllctor
(receptores) que responde a cambios, tanto del
Inedia ambiente como del medi~nterno, que
activa los sistemas aferentes que analizan la infonnación;
ésta se integra y se almacena al
mismo tiempo que activa el sistema motivacional.
El sistema integrador suma su acción al sistema
motivacional, que actúa sobre el sistema
XXI'//1 (3) /973
eferente y responde de delerminada mane·
ra. Esta respuesta produce lIlla llueva información,
tanto del medio externo como del interno.
iniciándose nuevamente el ciclo. -El -tipo ele respuesta
también es almacenado y, en relación con
lo que ocuna después, se facilita la porción o
circuito neuronal que se activa, disminuyendo
la respuesta en otros circuitos neurollales.
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97

GIESGIA, MJ!X.
XXVIII (3) 99·/05
30, Septiembre. 19i)
CONTRIBUCION AL ESTUDIO DE LOS MIOBIDOS DE MEXICO
(Acarina, Myobiidae)
L. A. BASURTO-R.
Laboratorio de Acarologia, Departamento de Zoologla
Escuela Nacional de Ciencias Biológicas
Instituto Politécnico Naciona], México. D. F.
RESUMEN
El autor cita por primera vez de México a Prolol1l)'obia brnJiuto5(1 y A 1IIorplUlCal'1/5 ('fongatus:
ejemplara de estas dm; especies se coleclaron sobre un nuevo huésped: Sor~x ~au.uurei
SlJILSStlTl~;, en La Venta. México, Distrito Federal. Algunos de los caracteres de nuestro Amorphacarus
dongall15 difieren de la descripción original. También ~c describe Z(JcaJt~p~l[a holl·
mannn~ no\'. gen. el sp .. del cerro Zacaltepetl, Pedregal de San Angel. México. n. F .• sobre
P~ro",)'sC1IS Iru~i gratus. Este nuevo género difiere dc lodos los mióbido5 conocidos por la
(ólffiula de sus uñas tanales (1-1·2). la forma de las sedas dorralcs )' las expansiones peculiares
de la cutícula.
SVMMARY
Thc author reporl.'i Prolomyobia brevjseloSccies:
l.-Pr%myobia e/aparee/ei, sobre Son':.: aranetls
de Europa; Dusbabek!'" cita adem¡Ís los !'aiguiemes
huéspedes: Blarina brroicul/da, Sorcx
CínCl'CllS y Sorex fumcl/s de E.U.A. 2.-P. bravísetosa,
sobre SOl'ex fl/TIlol/s de E.U.A., 'lue por
primera vez se menciona de i\Jéxico, sobre un
nuevo huésped S01'l:x s. saussl/rei.

e/Ese/A, MÉX.
Protornyobia brt\-'isetosa jameson, 1948
PmtolJl)'obia brevisetosa jameson. 1948, J. Parasitol.,
)-1 (4): 338 (dcscr. mig.); Radford. 1954, Aun. Mm.
Congo, Terollren, 4: 243; ]ameson, 1955, J. Parasitol.,
.¡j (4): 411; ]ameson, 1970, J. Med. Enl.) 7 (1): 81, 84.
Los ejemplares revisados corresponden exactamente
a la descripción original de jameson 7 ,
por lo que sólo se anotan los caracteres más
importantes para su identificación; Pata I, en
hembras y machos, con cinco artejos, más anchos
que largos, sin tubérculos, con el quinto, O
tarso 1, terminado en dos uñas curvas; tarso de
la pata JI con dos ui'ías, la posterior más pequeña
y ranurada.
En la hembra, las sedas suhmedianas 3-5 son
muy cortas y delgadas; las sedas circumanales
1, cuatro veces más largas que las submedianas
~-6.
En el macho, las sedas submedianas 2 son
ligeramente anteriores a las laterales 2; las submedianas
4 doble de largas que las submedianas
3; la distancia enU·e la base de las laterales
1 y 2 es doble de la distancia entre la· base- de
las laterales 2 y 3; pene robusto y curvado; orificio
genital a nivel del borde anterior de las
patas 11, con tres pares de sedas minúsculas por
delante de él.
Datos de colecta: 3 Ó o y 6 ~ 9 sobre Sorex
SUUSSu.,'ei saussurei Merriam, ]892. La Venta, en
México, Distrito Federal, ~0-III-1952, A. Barrera
y A. Hoffmann, cols.
Género Amorphacarus Ewing. 1938
Proc. Ent. Soco lI'ruh., 40 (7): 191.
RF.DESCRJPCIÓN DE LA 9. Tamafío. según Ewing,1! 44 J.1.
X 22 Il; según, Radford 1 ', ~8 Il X 17 Il; el ejemplar
DIAG;,\·OSIS. Mióbidos ron cuerpo estriado, más largo estudiado mide 49 Il X 22 Il·
que ancho; parte anterior del cuerpo. ha:'lta el tercer par G1!atosoma. Largo, perfectamente diferenciado: palpos
de paras, asimétrica; gnatosoma simple y asimétrico; con tres artejos visibles, coxa y trocanter fusionados;
primer par de patas desigual. una más ancha y larga
que la otra, ambas con cuatTO artejos, el primero más
largo que ancho, ron el borde interno cóncavo, el se·
gundo mucho más ancho que largo, con un tubérculo
el tarso tennina en una uña muy pequefia (Fig. lE)
Radford 10 menciona la presencia de tres pares de sedas
en e] capítulo. pero en nuestro ejemplar solamente hay
dos pares.
oorsal, el Lercero con un tubérculo grande. prensil. )'
Idiosoma. Quetotaxia dorsal como sigue: seda lateral
el cuarto más ancho que largo, redondeado distalmcnte;
l de base ancha )' situada entre la:'l coxa s I }' 11; la
tarsos 11 con dos uñas; tars~ 111 y IV con una; excepto
lateral 2 se origina por detrás de la coxa 11: la lateral
las sedas posteriores del cuerpo. todas las demás sedas
3 nace a nivel de la coxa IIt y es de igual IOllgitud
donales son foliáceas.
que la lateral 2; sedas submedias 1 allteriores

C/ESC/A, M1lX.
XXVI/l (J) 19íJ
C/ENC/A, MeX.
Vcntralmcnte, hay dos pares de pequeñas sedas ante·
riOI'es a la coxa 11, un tercer par a nivel de su borde
anterior. y un par de procesos quitinizados que. en el
ejemplar estudiado, son menos cónicos de como los describe
RadronP' (Fig. lB); a nivel del borde posterior
etla gen. no\',
Fig. 2. Zacaltcpctla 11O!flllamwe gen. el sp. nov. ~ tipo. A~ "ista dorsal; B, vcnLralmcnlc: e, extremo posterior;
D )' E, sedas dorsales envainadas; F, tarso 11: G, tarso 1\'; ec, expansiont!3 cónicas; el, expansiones laterales; he,
hombreras cUlicularcs: pI, palaS 1; q, queliceros; sl, sedas laterales; 551, sedas sublaterales, ssm, sedas suhmediao;;
sp, sedas posteriores; sf, sedas tarsales; v, vulva.
DIAGSOSIS. Cuerpo más largo que ancho. con su mayor
anchura en el tcrcio anterior. Cutiolla estriada, COIl notabl~
expansiones que sobresalen dcl cuerpo lateralmente
(Figs. 2A-B). sobre todo entre las patas ll-IlI y IlI-H'.
Ventralmente, en la parte anterior, entre las patas I '1
11 se ven unos dobleces de la cutícula en forma de V
que di\'ergen hacia adelante)' que se aprecian claramente
como dos ligeras elevaciones; en el borde posterior,
las expansiones son aproximadamente cónicas, con el
,'értice hacia atrás (Fig, 2C); sedas dorsales cnvainadas,
(Figs. 2A, D, E )' ~); vulva sencilla, sin valvas ni ganchos
genitales. Pata I sumamente complicada (Fig.s, 2:\,
B Y 4) con cuatro artejos, en el segundo hay una seda
estriada o palmeada (Fig. 5); tarsos Il y 111 con una
una; tarso IV con dos ui\as iguales, largas y cun'as
(Figs. 2F Y G).
Especie tipo: Zo.caltepetla hoffmannae sp. nov.
OBSERVACIONES. Este género difiere de todos
los demás por la complicada estructura del pri-
Fig. 3. 7.acaltepetla holmarlnQt' gen. el SI"
dorsales cnvainadlJs oc la 9 tipo.
ll()\ .• Sctbs
Idiosomo. Dorsahnente (Fig. 2A) la~ S('das son en,,'ainadas:
hay tres parcs de sedas laterales. el primero nacc
a la altura del borde posterior ele la coxa 11, por delante
)' eDlre la lalcral 2 )' 13 suhlalCl'al 1, llegando
ha!>ta el borde auterior de la mxa lll: lateral:! l'ntrc
las patas Il }' IlI. llegando ha~ta el espacio intermedio
102
103

C/ESC/A, Mt:X.
de las palas 111 y IV; la lateral 3 nace un poco por
detrás de la coxa 111 )' llega hasta la base ue las fomla­
'¡timO' triangulares del borde posterior del cuerpo; trcs
pares de sedas sublatera1t:s; la sublateral 1 nace a ni"el
de la mitad de la lateral I v termina a la altura del
borde posterior de la pala lli; la sublaleral 2 nace por
Fig. 4. 7.Acallepetla ho/fmmmae gen. el sp. no\', Q
tipo. Primer -par de, patas.
delante de la pata IV )' llc..-ga hasta la base de las expansiones
cónicas po!;le"riores: la sublalcral 3. se origina
a la altura dd borde posterior de la coxa IV y alcallw
el cxlrcmo dis(3) del cuei"po; (un dos pares dc submcflias.
d par anterior nace 'por delr;ís de la subhHeral I
)' lel milla a ni "el de la misma; la sulJlllcdia posterior tubérculos en el extrcmo posterior, y que sun
de longitud selllejamc a la del cuerpo del ¡kmo.
Patas. Patas I robustas, el primer artejo fllCI'IC, muy
complejo, más ancho que lalgo y fusi(ln;ulo .al cuerpo;
segundo artejo. dos veces m¡is ancho (pU' I.ugo, con dos
sedas filifonncs simples en su lado externu y COI! un pequetio
tubérculo estriado sobre

CIEiVCIA. M~X.
XXVIIl (J) /0i·/09
JO, Septiembre. 1973
UNA NUEVA ESPECIE DE LACHESILLA EN EL GRUPO RUFA
(Poocoptera, Lachesillldae)
ALFONSO NERI CARdA AWRETF.
Laboratorio de Entomologia
Instituto de Biología. UNAM
Apartado Po:stal 70-233
México 20, D. F, México,
RESUME:""
La especie aquí descrila. LAcllesilla laxodlcola, 11. sp .. es endémica de México, rcgi:str.índose
hasta el presente en los estados de Morelos, Nuevo León, Oaxaca, Puebla y San Lui:s Potosí.
Ha sido colectada en todos los casos :sobre follaje de Taxodium mucronatum. Lac¡'esilla 1//·
xodicola pertenece al grupo de especies Rufa y constituye la quinta especie descriu. en este
grupo, que incluye a 29 en total.
Se presentan medidas, proporciones y cuentas de ctenidia para ambos sexos, Se incluyen ¡1m·
traciones de caracteres de genitalia y ala anterior; se indica, asimismo, la loculiwción de
los tipos y el área de distribución geográfica de esta especie.
SUMMARY
Lac11esilla taxodicola, n. sp. is here describ«1. lt is endcmic of Mexico. aud QCcurs in the
statel of Mordos. Nuevo León, Oaxaca. Pueblél, and San Luis Potosi, on foliage oC TaxodiuIII
mucronatwn. This species bdongs in spccies group Rufa, and constitute:s the fiflh 5pecie~,
out of 29, described for this group.
Measurements, ratios and ctenidial counlS are pro,·ided for both sexo. Figures of gcnitalia
and forewing characters are included. Localization of t)'pes ami the geographic dislributioH
of thi:s species are abo included.
INTRODUCCIÓN
LachesilIa taxodicola, n. sp.
Las principales características del grupo de
especies Rufa son la presencia, sobre la placa
subgenital de las hembras, de una lengüeta bifurcada
distalmente, y la posesión, en los machos,
de un epiprocto en forma de campana. U na
diagnosis más completa de este grupo ha sido
dada por Carela Aldrete (1972).
Hasta el presente, se conocen 29 especies en
el grupo Rufa, 25 de las cuales son nuevas para
la ciencia. El grupo es enteramente americano,
estando representado por 23 especies endémicas
en N orteamérica, tres especies propias de Amé·
rica Central y tres especies compartidas por
ambas áreas.
En México existen 22 especies, y sólo una de
ellas (Lachesilla nita Sommerman) ha sido des·
crita. La especie que aquí se describe, es, hasta
el presente, endémica de México; su ámbito )'
registros de distribución se incluyen al final de
este trabajo.
HEMDRA. Medidas, Tabla 1.
Color (en alcohol). Cuerpo amarillo pálido; ojw; wm·
puestos, negros; ocelos claros; suturas epicfélneal )' epis·
tomal bien definidas: cuartos artejos de los p;llp(J~
maxilares, flagelómeros distales de las alllena~, "IISÚmeros
)' lóbulos tergales del meso y mctalórOjx. li~cranll~llte
más obscuro5 que el resto del cuerpo: al,ls dt'lgOj,I;J~,
hialinas: venas de color paja. Abdomen con ,millos slIhru·
ticularC! poco conspicuos.
Morfología. Margen posterior de la pl;H-a SlIh¡.;cnil;J1
(Fig. 1), aproximadamente recto; supcrri, ¡l' pilosa. (OH
cuatro macrosetas mesialel. Lc:ngfkla (Fig. 1) tlt· 13 plaC'.J
subgenital comtreñida en la póJrte IIl1'di,l, (;()lIill'blisi~
(Fig 2) mesocaudales, cortas, (011 el l''\:IU'1I\1I di!lital li·
geramente apuntado. No\'eno e~Il'rllito (Fj~. :!). COIl clm
áreas esclerosadas f1atu)lIcando d espl'llIIapOItl y ('011
dos pequeñas extclISioncs llIemhran(lsa~. IIl1a :1 cadóJ 1;1,1(1;
estcmito proyectado alllcrionnenh' y nm d lIIal!:~en óJn·
terior redondeado, l'araprot:los (Fi¡.;. ~). ;JI"OximadHIIII·n.
te elípticos, articulados al dlluío por el extrcmo más
próximo al epiprocto )' (on supnricic pilos;.l; C.JIII»H!>
sensoriales con 10·11 tricohotrias, (ontad:ls cn 11m c~pc.'·
címene~. Epiproclo rl'tlondeado postC'rinnUl'Hlc. COII la
superficie pilosa.
107

C/E.VC/A, MI':X. XXVlII (3) /97;
f1?,rJf1:(
':':"
3
0.25 0.125
e/Ese/A, MI':X.
Macho. Medidas, Tabla I.
Color (en alcohol). Igual que en la hc;ubra.
Morfologia. Parámcros (Fig. 5), fusionados en sus extremos
proximales; cada brazo delgado, clIno en su parle
media, dirigido poMeriormentc, }' acuminado en su extremo
distal. Hipandrio (Fig. 8), cónca,·o anteriormente y
casi recto posterionnente, con una handa pigmentada
bien definida a lo largo del margen postclior )' de superficie
pilosa, con cuatro macrosetas lllcsialmente. Clásperes
(Fig. 8), laterdles al hipandrio; la base de cada
c1ásper es redondeada y la porción distal fuertt'mente
esclerosada; cada cl;í.sper delgado, doblado hacia adcntw,
acuminado. Paraproclos (Fig. ij). articulados al c1unio
por el extremo más próximo al epiprocto )' con superficie
pilosa; campos sensoriales con 12-14 tricobotrias, COIl'
tadas CIl dos espechnem."'S; asta IIlcsial gruesa, amplia en
l~ ba!':c. acuminada. Epiprocto (Fig. 4), cónca\'o antenonllcntc.
margcll pestcrior aproximadamcllte ledondcado;
con mayor esclerosación lateralmente que a lo larxxrlll
(J¡ ¡Yi]
go de la linea media; superficie selo-;a, tllll 111'" t:lllllltl~ Ih'
~das a lo largo de los lado); )' ell 1,1 :ipill'.
I'ariacidll. Algunos ejemplares ~on m:'I~ p:ilitl(l~ 1\,'"
otros: esta \'ariación se debe prohahlt'l1Il'IlIl' a 1;1 l'¡lad
de los individuo:; en el momento rlt.' roli'n a r1m, ~ :t1
dcs\anccimiento del color debido al ¡¡ltolLn\; hl~ indid·
duo" jó,·elles y los (onsenados cn alcohol tln ..:'III!I· I:tq,¡o
ticmpo tienden a mostrar mcnos pigmc:II:1I iÚII. Exi~It,
también 1111 ligero dimorfi!'illlo sexual ell la IOlll-\ilud tltlas
ala!'> anteriores )" cn el tamailO de los ojo~ t"oIllIJlH'~'
tus (rabia ¡).
Ambito. Registrada en 10:0> estados do;: MOlclos. i'\Ul'\O
León, Oaxaca, Puebla)" San Lui!'i Potosi.
Lo('alidad típica. El Salto, San Lui!'i POlOS/' Mal. ~}l,
1961. colector Ed\\'al'd L. Mod:Jord. Hulo!ipo o' alolipo
1], 24 paratipos 1], 15 pardlipos ¿;; los lipos sedo
depositados en la colección de Edw:ml L. M ockfor

CJE,YCJA, MÉX.
XXVIII (J) 111·119
JO, SejJli~",brt:, 197}
OBSERVACIONES SOBRE EL PIGMENTO DE LOS INCISIVOS EN
LAS JUT[AS CUBANAS, GENERO CAPROMYS
(Rodentia, Caviomorpha)
HUMBERTO GRANADOS
Unidad de Biología Experimental, Facultad de Medidna
y
Departamcnto de Biología, "acuitad de Ciencias
U.N~o\.M .• Ciudad Uni\"Crsitaria
México 20. D. F.
REsUMEN
Este trabajo comprende un L~tlIdio del pigmcnlo dc I-rnt ·incisivos cn las 7 espcci~ dc
"jutias" cubanas hasta hoy conocidas. Se estudiaron especírncnL'S fósiles, de rcsiduario~ arqueo·
lógicos)" \·i",jemes. Los resultados indican que en el género CaprOUl?'S el pigmento apareció
temprano en la especie mas antigua, C. 710110, peco que cn los antrnalc.!. vivientes de esta
especie prácticamente ha desaparecido. AllIiguamente, la jutía más grande, C. piIOJ";d~.~, tenia
un fuerte pigmento, pero hoy no lo exhibe tan oscuro, constante ni unifonnc, mostrando
así una marcada tendencia a su desaparición. En las olras jutías dc buen tamaño, C. prelH:usilis
)' C. mdallllrtlJ, el pigmenlo ha pelmanecido constante: en los últimos 4000 años. La
jlllia \'i\'icmc de lamaño medio. C. garridoi, tiene un pigmento ue ,moderada intensidad.
Las más pequeñas de las jutías \'i\'ientcs, C. aUlilus, C. 5al/fdip~n5i5 )' C. nana, prácticamente
carecen de pigmento. En algunas especies el pigmento se fue incrcmentando hasta
estabilizarse cn los últimos milenios. micntras

CIESCIA, ME.X.
XXVIII (3) 1973
XXl'llI (3) 1973
cidí entonces sistematizar las observaciones en
la j lllía a este respecto.
Sabido es que las jutías son roedores caviolnorfos
originarios de Cuba. Por diversos motivos
se les debe considerar particularmente importantes
como futuros animales de laboratorio para
el estudio experimental en ciertas ranlas de la
biología y medicina indígenas de los países insulares
del Caribe. Para estos fines, la "jutía conga"
pudiera ser la más indicada, ya que es la más
dócil y abundante en su ambiente natural. Por
este motivo, )' teniendo en cuenta que las diferencias
en el pigmento dental de las varias especies
y slIbespecies de jutías pueden tener
importancia en futuras investigaciones, especialmente
en las relacionadas con los aspectos filogenético,
taxonómico, biogeogdfico, ecológico
y paleontológico del género eap"omys, y que,
adem:ls, este pigmento de los roedores tiene, en
general, una importancia definida en biologia
experimental, principalmente en nutrición y
toxicología, he decidido publicar las observaciones
que sobre este tema he realizado.
MATERIAL y
MÉ:TOOOS
procedentes de la Cueva de la Santa Bucuranao. Pro·
\'inda dc La Habana (Cultura Ciboney, aspecto Guayabo
Blanco). jU\'eniles )' aduhos; una de Arroyo del Pa~o,
MayarI. Pro"incia de Oriente (Cultura Mayarí). adulto;
una de la Cueva de Tarará. Tarará. Provincia de La
Habana (Cultura Ciboney). adulto jo\'en; una dc la Cue­
Va de Sebontco. Mayari, Prm'incia de Oriente (Cultura
Cibonc)', aspecto Cayo Redondo). adulto joven. y una
de un abrigo rocoso en el Reparto América. Calabazar.
Provincia de La Habana (Cultura Ciboney). adulto sc·
nil. 2. CaJJrolll)'J piloridt!s: 5 hemimandíbulas de la Cucva
Funche. Península de Guanahacabibes, Provincia de Pinar
del Río (Cultura Ciboney. aspecto Guayabo Blanco),
adultos jó,"enes. adultm )' adll1l0s [eniles; II de Bara·
jagua, Mayari. Provincia de Oriente (Cultura SlIbtaína).
adultos jÓ"encs y adultos. )' 52 de AHOyO del Palo. Mayarí.
PrO\'incia de Oriellle (Cultura Mapti). adultos
jóvenes, adulto!i y adultos seniles. 3. Cap"om)'S prt!hensilis:
2 hemimandíbulas de la Cueva de la Santa. Bacuranao,
J>ro"incia de La Habana (Cultura Ciboney. as·
pecto Guayabo Blanco). adultos; S de la Cueva de José
Brea, Pan de Azúcar, Provincia de Pinar del Río (Cul·
tura Ciboney), I adulto joven y 2 adultos; 2 de un
abrigo rocoso en el Reparto América. Calabazar. PrO\'in.
da de La Habana (Cultura Cit>oney), adultos 5Cniles,
y una de la Cueva Funche, Peninsula de Guanahacabibel5,
Provincia de Pinar del Río (Cultura Ciboney.
aspecto Guayabo Blanco), adulto. 4. Caprom),s me/anuo
rus: 9 hemimandíbulas de Arroyo del Palo Mavari
Provincia de Oriente (Cultura Mayarí), 7 ad~lhos 'J ;
aduhos seniles.
El presente trabajo está basado en la ob~r\'ación CRAÁ/IOEOS, MA/IODiBUL.AS y HE.MIMANotBUL.AS DE. JUTÍAS FÓclínica
de Jos incisivos de un huen número de "jutías"
vivas, pertenecientes a distintas especies, traídas al 1m·
titulo de Zoología en "arias fechas, )' en el estudio
macroscópico de los incisivos de la colección de cr:ineos
dl' jullas actuales del Laboratorio de "ertebrados de
este Instituto, de las coleciones de julfas fósiles, de resi·
dual'ios arqueológicos y de jutías ,'j,'ientes del Instituto
de Geología. del Departamento de Antropología de la
Academia y de la Colección Arredondo,
CRÁ/IOEOS 01-: .lmiAS VI\'IF'J\'TE.S,-J. Caprom),s tJl'/oridt"J:
SILEs.-l. Capromys nana: se estudiaron una mandíbula
con IO!li dos incisivos, procedente de Punta Judas."'. costa
norte de la Provincia de Las "mas (Holoceno. óptimo
climático?). adulto joven, y 4 hemimandíbulas de la
Cueva de Paredones. San Antonio de los Bailos. Provincia
de La Habana (Pleistoceno superior), I juvenil, 2 adullOS
)' I aduho senil. 2. Caprom)'s piloridt!s: 1 cráneo
con los dos incisi,'ol'i superiores. de Pan de Azúcar. Pro·
vincia de Pinar del Río (Holoceno tardio). adulto: una
mandíbula de un sitio no detenninado de la Isla de
Se estudiaron 82 cráneos de "jutía conga" procedentes Cuba (Pleistoceno supcrior-Holoceno temprano). adulto
de la Isla de Cuba, C. p. pi/odde.?"; 5 cráneos de con·
ga de la Isla de Pinos, C. p. re/ictlU-; 1 cráneo de conga
de Cayo }'ragoso, Archipiélago de Sabana (Norte de la
Prm'incia de las Villas). C. pilorid~s ssp .. Y 8 crJncos
de congn del Archipiélago de las Doce Leguas (Sur de
la Provincia de Camagiley). C. pilorides ssp. 2. Capro.
jO\"cn; 2 hemimandíbulas de la Cueva de Paredones,
San Antonio de los Baños. Provincia de La Habana
(Pleistoceno superior). adultos; 5 incisi,·os inferiores de
la Cue"a del Túnel. La. Salud. Provincia de La Habana
(Pleistoceno .superior); 1 cráneo con los dos incish"os
superiores, y una hemimandíbula de la Caverna de
t1I)'s tJrellrosilis: ~Il cráneos de "jutla carabaU" de la Pío Domingo, Sierra de Sumidero, Provinda de Pinar
Isla de Cuba, C. p. prehensilj.f18, y 2 cráneos de caraba­ del Río (Plei.stoccno su~rior). adultos, y un incisivo
Ií de la Isla de Pinos. C. P. gllndlacht'fl. 3. Caprolll)'S inferior de la Cueva de Bellamar, Provincia de Matanzas
mela"urus: 25 cráneos de "jmía andaraz" de la Pro·
(Pleistoceno superior). 3. Copromys puht!nsilis: 2
"incia dc Oriente, C. m. melmlllruF. 4. Caprom),s nana:
3 cráneos de "jutía enana" de la Ciénaga de Zapata, C.
llnrl(f~.·. 5. Capromp auritus: 5 cráneos de "jutia rata"
de Cayo Fragoso, Archipiélago de Sabana (Norte de la
Provincia de las Villas, C. auritu..r. 6. Cap,"omys ga·
rrido;: 1 ,cineo sin mandíbula de "jutía de Cayo Majá".
Archipiélago de los Canarreos (Sur de la Provincia de
hemimandíbulas de la Caverna de Pío Domingo, Sierra
de Sumidero, Provincia de Pinar del Río (Pleistoceno
superior). adultos.
El estudio se hizo tomando en conj unto lol'i cráneos
de los dos l'ieXOS y los de sexo no determinado, habiendo
sido examinadas a simple vista y con lupa. tanto la
corona como la zona gingi\'al dc ]a raíz de los incisivos.
Matanzas), C. g(JTTidot~. 7. Capromy~ sanfdiplmsis: 8 Los grados de intensidad del pigmento se registraron
craneos de "jutiíta de la tierra" de Cayo Juan Carda,
Ca~"Os de San Felip: (Sur de la Provincia de Pinar del
Río). C. Slmfdipt!nsisr-.
HE?>tJ:\lAl'wteuLAS DE ,llJftAS DE RESIDUARIOS ARQUEOLÓGIcos.-l.
Cnprotllys nana: Se estudiaron 4 hemimandíbulas
siguiendo una C"l'iCala arbitraria. en la cual O indica esmalte
sin pigmellto (color blanco). 1 amarillo pálido,
2 amarillo. 3 amaríl10 naranja, y 4 amarillo carmelita.
Según la edad. cada animal se clasificó en jm'enil O),
adulto jO"en (AJ), adulto (A) y adulto senil (AS).
112
RESULTADOS
JUTÍAS Vl\'1E1'o.'TE.S
eapromys pi/m'ides: En la jutía conga el pigmento
generalmente presenta la olisma intensidad
en los incisivos de ambos maxilares y, como
una característica notoria, se deposita de una
manera no uniforme, ya que en todas las edades
e intensidades (grados) del pigmento se nota
que el esmalte lnuchas veces exhibe zonas luás
claras o completamente depigmentadas (blancas),
en menor o nlayor número y tamaño.
El estudio de la Tabla 1 muestra que la conga
de la Isla de Cuba (82 cráneos) no exhibe
pigmento o lo exhibe muy poco (grados O y 1)
en las edades juvenil y adulto joven, lnientras
que en las edades adulta y adulta senil e! pigmento
es claramente notorio (grados 2 y ~).
En la conga de la Isla de Pinos se nota una
menor intensidad del pigmento, aún en la edad
más avanzada, ya que de los 5 cráneos examinados,
2 adultos y 1 adulto senil no tenían pigmento
y 2 adultos seniles exhibieron sólo grado
2. La conga de Cayo Fragoso, a pesar de ser
adulta senil, no tenía pigmento. De las 8 congas
de! Archipiélago de las Doce Leguas, una
adulta joven, una adulta y dos adultas seniles
no tenían pigmento, mientras que dos adultas
y una adulta senil exhibían grado 1, Y sólo una
adulta senil, grado 2. Esos resultados muestran
una Dlarcada tendencia a la disminución del
pigmento en la conga procedente de la Isla de
Pinos y de los archipiélagos, en comparación
con la conga de la lsla de Cuba. Adem:ís, el
cráneo de una conga (e. fJi/orides ssp.) procedente
de Cayo Guillermo, Archipiélago de Camagüey
(Norte de la Provincia de Camag[iey)
adulta joven, que examiné últimamente y que
no est¡t. incluida en la Tabb. l, no tenía pigmento
en los incisivos, lo cual ratifica 10 observado
en la mayoría de las procedentes de los
otros archipiélagos.
Así, en la jutia conga el pigmento de los incisivos
no es uniforme, aumenta progresivamente
con la edad, y es notoriamente más acentuado
en los animales de la Isla de Cuba que en los
procedentes de la Isla de Pinos y de los archipiélagos.
eapromys p"ehensi/is: En la jutía carabalí el
pigmento se deposita más unifOlmemente que
en la conga, ya que en ella el esmalte pocas
veces presenta zonas completamente depigmentadas.
Por otra parte, en la carabaU, como en
la conga, el pigmento generalmente se presenta
con la misma intensidad en ambos maxilares.
La l'abla l muestra que en la G.rahalí de b
lsla de Cuba (81 cráneos) el pigmellto se "rellnía
progresivamente con la edad, como ell I:t
conga; la carabalí de la !sla de PillOS (~ cr;¡­
neos) también exhibe un pigmento defillido,
similar al de la carabalí de la Isla de Cuba.
Capromys me/an!lr!ls: En la jutía anclaraz el
pigmento también presenta generalmente la misma
intensidtd en ambos maxilares, y se deposita
de manera uniforme, como en la cClrabalí.
La Tabla I muestra que en esta especie el pigmento
tanlbién alcanza ]a misma intensidad
(grado 3) que exhibe el de la conga)' la carabalí
de la !sla de Cuba.
eafJ1'o11lys !lana: Los 3 cr:'tneos (1 adulto joven)'
2 adultos) de jutía enana tenían los incisivos
sin pigmento (grado O) pero con :'treas
definidas de pigmento pálido (grado 1), de tamaño
y nt'Jmero diversos. Dos de estos cráneos
fueron estudiados por Varona en 19Gí 3 ",.
eaprumys aurillls: En la jutía rata, de los 5
cr{meos estudiados, todos adultos, 4 no tenían
pigmento (grado O) )" I exhibía grado J. Esto
muestra que en esta especie la mayoría de las
"eces el pignlClllo está ausente, pero 4ue, sin embargo,
existe en alguno~ ejemplares aunque sólo
sea con poca intensidad.
eapromys garridoi: El cr:íneo de la jutía de
Cayo J'\'rajá, adulto joven, ca recia de mandíbula;
el pigmento de los incisi\'os superiores tenía
grado 2 (color amarillo), lo cual indica que esta
especie posee pigmento de manera más o menos
definida.
eaprolll),s sanfe/ipemis: De la juiíta de la tierra
todos los 8 cráneos examinados exhibían los
incisivos completamente depigmentados (grado
O), lo cual indica que esta especie no ticlle pigmento.
Por otra parle, hablando de todo el g~lIcro
Capl'o1l1ys es de anotar que sobre la ~l1pt'rljciL'
del esmalte en la porción no eruptada (raíl) d ..
los incisivos, tanto en las jutías cllyo~ ilu"i!'li\'os
poseen pigmento como en las que 110 lo tiellell.
generalInente se encuentra una clllírllb de color
amarillo que representa el úrgallo del ("~JlIaltt'
desecado. Como se tienen indicios de que el ('0-
lor amarillo del órgano del csmal,,· t"1I la raL"
blanca es debido fundamentalmclHc a Sil (onlenido
de pigmento rico en J¡ ierro. J;. pr(,~(,II('ia
de esta cutícula amarilla, tanlo t:1I lo ... incisivos
pigtnentados como CII los depigTllL'lIwd()~ de )a
jutía, pudiera indicar que 1:lll1hi("1I ell l'~It' animal
la ausencia del piglllellto fuese' c1ebidrI a Ir¡
imposibilidad de los amcloblaslos para dcpositrIT
el pigmento, a pesar de qUl' éste pueda existir
113

C/ENC/A, MÉX.
XXVIII (J) 197J
C/ESC/A, Mex.
XXI"I/I (JI IYiJ
Grados
del
pigmcl1lo
Tolal de
TARLA 1
lt\T.:NSIDAD DEL I'IGMENTO DE LOS 1¡';C1Sl\'OS EN LAS DIFERENTES FSPECIF.5 y SURESPECIES DE
animale~ 3
Grados
del
pigmento
Total de
animales
Grados
del
pigmento
o
I
2
Total de
animales
C. pilorides piJorhieJ
(Isla de Cuba)
.I1JTfAS CUBA:SAS \'I\'IENTES
jUTIA CONGA
C. pilorides J't':lictus
(151::1 de Pinos)
C. pUorides ssp.
(Cayo Fragoso)
Al A AS Tollll A AS Tulal AS Total
23
3
34
ro
10 20
24 47
40 82
jUTIA CARABALI
C. prehnlsilis p,-e1,ensilis
(Isla de Cuba)
C. prehensilis gundlor.hi
(Isla dc Pinos)
Al A AS Total A AS Total
4
7 11 12
JUTlA ENANA
C. nana
(Ciénaga de
Zapata)
Al .4 Total
10
15
6
31
jUTIA RATA
C. auritus
(Cayo Fragoso)
A
ToJal
], juvenil; Al. ::¡dulto jo,oen; ti, adulto; AS, adulto senil.
JUTlA DE
CAYO MAJA
C. garrido;
(Ca)'O Majá)
AJ Total
C. lJilorides ssp.
(Archipii!lago de
lal Doce Leguas)
Al A AS Total
jUTIA ANDARAZ
C. melanurus meLanunu
(Provincia de Oriente)
Al A AS Total
lO
13
I 11 13 25
jUTllTA DE LA
TIERRA
C. sanfelipensis
(Cayos de San Felipe)
A
Total
l\lajá) el pigmento se presenta con moderada
intensidad, mientras que en las jutías pequet1as
Uutías rata, de la tierra y enana) está prácticamente
ausente.
3. También se observa cierto paralelismo entre
algunos habitats y la presencia del pigmento,
pues en las jutías que viven en las Islas de Cuba
)' de Pinos (conga, carabalí y andaraz) el pigmento
se presenta más frecuentemente y con
mayor intensidad que en las jutías que viven
en los cayos (conga de Cayo Fragoso y del Archipiélago
de las Doce Leguas, jutía rata de
Cayo Fragoso, jutía de Cayo Majá y jutiíta de
la tíerra de Cayo San Felipe). El ca,o de la jutía
enana, que carece de pigmento y cuyo habitat
actual está restringido a la Ciénaga de Zapala,
corrobora la conclusión de que el tamat10
del habitat, por una u otra razón, puede tener
alguna relación con esta diferencia, ya que las
jutías conga, carabalí y andaraz viven en habitats
mucho más amplios que las jutías que viven
en los cayos.
4. Asimismo, se nota cierta coincidencia entre
las estrechas relaciones filogenéticas de las jutías
y el pigmento dental: por ejemplo, en las
jutías rata y de la tierra, que pertenecen al subgénero
Mesompromys, el pigmento está prácticamente
ausente, mientras que en las jutías
conga y de Cayo Majá, que pertenecen al subgénero
Capromyi'·.S1, el pigmento se presenta
de manera definida.
5. El carácter preliminar del presente estudio
se hace evidente si consideramos que en el caso
de algunas especies, i. e., jutía conga de Cayo
Fragoso, carabalí de la Isla de Pinos, enana )'
de Cayo Majá, fueron lIluy pocos los cráneos
estudiados; por tanto, es necesario que en los
futuros trabajos sohre esta materia se estudie
un mayor número de ejemplares de todas las
especies, para poder llegar a conclusiones más
definidas.
TABLA II
6. En cienos casos se hace ncce~ario d est u·
dio hislológico del esmalte, medialllc sccrionc,
por desgaste, para poder definir con claridad
si, por ejemplo, en las jutías rala)' cnana, lo~
incisivos en realidad siempre est;:ín desprovistos
de pigmento o, como se deduce del preselllc
trabajo, algunas veces lo exhiben, aunqlle s

CIENCIA, MEX.
XXVIII (3) 19í3
GIE.\'C/ .. /, M~X.
xxrlll (Jj /97)
tas jutías tenían un pigmento definido (grados
I y 2).
Caprom),s pilm'ides: Las 118 hemimandíbulas
de jutía conga corresponden a las Culturas
Ciboney (aspecto Guabayo Blanco), Mayarf y
Subtaína, y pertenecían a adultos jóvenes y adultos
seniles. El pigmento, en general, se presentaba
uniformemente distribuido. Por otra parte,
los incisivos procedentes de la Cueva Funche,
Península de Guanahacabibes, estaban muy
erosionados. La Tabla JI nluestra que casi todos
105 incisivos en esta especie exhibían un pigmento
muy definido (grados I a ~).
Capnnl1),s jn"ehensilis: Las 8 hemimandíbulas
de jutía carabalí corresponden a la Cultura
Ciboney (aspecto Guayabo Blanco y sin determinar)
y pertenecían a adultos jóvenes y adultos
seniles. En algunos ejemplares el pigmento
no era uniforme. Además, algunos incisivos se
presentaban erosionados. Como puede verse en
la Tabla I1, aquí el pigmento también era bien
definido (grados I a ~).
Capro1ll),s melanl/1'Us: Las 9 hemimandíbulas
de jutía andara, corresponden a la Cultura
lIIayarí, y pertenecían a jutías adultas y adultas
seniles. El pigmento generalmente era bastante
unifonne, y casi todos los espccímenes estaban
libres de erosión. La Tabla II muestra que en
esta especie los incisivos también exhibían un
pigmento bastante definido (grados 1 a 3).
Los resultados de estas investigaciones con
incisivos de residuarios arqueológicos, pueden
resumirse así: l. La jutía enana exhibía el pigmento
de manera definida 2. Las jutías conga,
carabalí y andaraz tenían todas un pigmento
definido de la misma intensidad, el cual llegaba
a ser más acentuado que en la enana. 3. En
tres de las especies estudiadas (enana, conga y
anclaraz) el pigmento generalmente era uniforme,
sin áreas depigmentadas.
JUTíAS FÓSII.ES
El material fósil de las tres especies de jutías
incluidas en este trabajo (Tabla IlI), corresponde
a la época comprendida entre el Pleistoceno
superior y el Holoceno tardío.
CaPT01I1)'S nana: 1. Una mandíbula (Punta
.lucias; Holoceno, óptimo climático?) que correspondía
a un adulto joven cuyos incisivos exhibían,
en general, grado 0, pero con áreas de
pigmento grados I y 2, distribuidas irregularmente
en el fondo blanco. 2. Cuatro hemimandíbulas
(Cueva de Paredones; Pleistoceno superior)
correspondientes a I animal muy juvenil,
2 adultos y 1 adulto senil, las cuales exhibían
el pigmento así: la jutía muy juvenil, grado O;
las dos adultas, grados I y 2, Y la adulta senil,
grado I (Tabla IlI). Estas jutías enanas tenían
los incisivos prácticamente sin erosión, y el pigmento
estaba distribuido unifonnemente.
Caprom),s pilorides l. Un cráneo con los
dos incisivos superiores (Pan de Azúcar; Haloceno
tardío) correspondiente a un adulto cuyos
TABL\ JII
incisivOS tenían un pigmento grado 4 (color
amarillo-carmelita). 2. Una hemimandíbula (sitio
no determinado de la Isla de Cuba; Holoceno
temprano) correspondiente a un adulto joven,
cuyo incisivo presentaba un pigmento grado
2. 3 .. Dos hemimandlbulas (Cueva de Paredones;
Pleistoceno superior) correspondientes a
adultos, con un pigmento grados Z y ~. 4. Cinco
incisivos inferiores (Cueva El Túnel; Pleistoceno
superior), uno de los cuales tenía pigmento
grado 1, tres grado 2 y uno grado 4. 5. Un cráneo
con los dos incisivos superiores (Caverna
de Pío Domingo; Pleistoceno superior) correspondiente
a un adulto, los cuales tenían un pigmento
grado 1. 6. Una hemimandíbula (Caverna
de Pío Domingo; Pleistoceno superior) de una
jutía adulta, con el incisivo que exhibía un pig-
Il'\TEf\:SlDAD DF.I. PIGMENTO DE LOS rNClSI\'OS ~ TRB ESPECIES DE JUTÍAS CUBANAS FÓSILES
Grados
del
pigmento
Total de animales
Jutía enana
C. nana
Isla de Cuba
Al A AS Tolal
J, ju\'enil; Aj, adulto jo\'en; A, adullo; AS, adulto senil.
116
Jutía conga
C. piloridt:s
Isla de Cuba
Al A AS Tolal
12
Jutía carabalí
C. puhwsilis
Isla de Cuba
.4 Total
mento grado O pero con c'lreas de pigmento grado
1. 7. Un incisivo inferior (Cueva de Bellamar;
Pleistoceno superior) que correspondía a
un adulto joven cuyo pigmento tenía grado 2
con algunas áreas pálidas (grado 1). Es de anotar
que excepto los dos últimos especímenes,
todos los demás tenían el pigmento muy uni·
forme. Por otra parte, estos 12 ejemplares de
jutía conga estaban exentos de erosión.
Capro1ll),s p"ehellsilis: Dos hemimandíbulas
(Caverna de Pío Domingo; Pleistoceno superior)
correspondientes a adultos cuyos incisivos
tenían pigmento grados O y l. El incisivo con
pigmento grado I exhibía áreas con pigmento
grado 2. Estos espedmenes de caraball estaban
Ji bres de erosión.
Los resultados del estudio de este material
fósil pueden resumirse así: 1. La mayoría de
las jutías enanas fósiles exhibe e! pigmento dental
de manera definida. 2. En las congas fósiles
la gran mayoría tiene un pigmento muy definido,
llegando el color en algunas de ellas a
adquirir la mayor intensidad registrada (gra.
do 4), la cual no se observa en ninguna otra
jutía fósil, de residuarios arqueológicos o viviente
(Tablas 1, n y IU). 3. En la enana y
conga fósiles el pigmento generalmente se encuentra
uniformemente distribuido. 4. En la
carabalí el pigmento se presenta con poca intensidad;
sin embargo, debido a la cantidad muy
limitada de! material estudiado, sólo es posible
decir aquí que en la carabalí antigua parece
'lue el pigmento se presentaba con muy moderada
intensidad.
CoNCLUSIONES
Estudiando los presentes resultados (Tablas
1, 2 Y 3), primero por especies y después en
conjunto e! género Caprom)'s, podemos concluir:
1. C. nana: Esta especie, como es sabido por
los estudios paleontológicos, es la más antigua
del género. En la enana fósil y de los residuarios
arqueológicos el pigmento de los incisivos está
presente de manera definida, mientras que en
la viviente prácticamente ha desaparecido.
2. C. pilorides: Los f"siles de esta especie
muestran el pigmento mucho más acentuado y
unifonne que las congas menos antiguas, principalmente
cuando se comparan con la viviente.
Esto indica que en la conga filogenéticamente,
el pigmento ha ido disminuyendo, y hoy muestra
una marcada tendencia a l;:! desaparición.
3. C. p,.ehensilis: Los muy pocos espedmenes
fósiles estudiados de esta especie 110 I'crllljr~'1I
concluir nada definido sobre el estado del pigmento
en los animales más antiguos. La caraba·
lí de los residuarios y la viviente tienen el pig·
mento con la misma intensidad, 10 cual sugiere
que en esta especie el pigmento posiblemente
no ha variado en los últimos 4000 años. Además,
si usamos la información preliminar suministrada
por los dos fósiles estudiados, podríamos
sugerir que, filogenéticamente, en la carabaH el
pigmento, muy poco presente en el Pleistoceno
superior, posiblemente fue acenlu{lIldose hasta
estabilizarse a partir de la época de la Cultura
Ciboney, aspecto Guayabo Blanco.
4. C. me/anu,."s: Comparando el material pro·
cedente de residuarios con el viviente, en la andaraz
el pigmento dental probablemente ha
tenido la misma intensidad por lo menos en los
últimos mil años.
Al considerar el pigmento de los incisivos en
todo el género CaPT01I1ys en conjunto, podemos
concluir, filogenéticamente, lo siguiente: 1. En
este género el pigmento apareció temprano en la
especie más antigua, la jutía enana, y ha desaparecido
prácticamente por completo en el animal
viviente de esta especie. ·2. La jutía de mayor
tamafío. la conga, antiguamente exhibía un pigmento
muy acentuado }' uniforme. el cual ha
ido disminuyendo hasta presentarse hoy de manera
inconstante}' no unifonne, mostrando así
una marcada tendencia a la desaparición. 3. En
las otras jutías de buen tamaño, i. e., la carabalí
y la andaraz, el pigmento ha permanecido COIlS'
tante en frecuencia e intensidad en los últimos
4000 ailas. -l. ~1 jutía viviente de tamaño medio.
i. e., la de Cayo I\Iajá, exhibe un pigmento de
moderada intensidad. 5. Las jutías vivientes pequeñas,
i. e., la rata, la de la tierra)' la enana,
carecen de pigmento. Así, en el género Capro·
tn)'S el pigmento fue aumentando en algunos C!o,­
pecies hasta estabilizarse en los últimos milcnio:-,.
mientras que en otras, el pigmento al principio
se presentó de manera definida, pero :Icl ualmente
ha desaparecido por completo o cSI;í en pro·
ceso de desaparición. En cllanto al,., jUfía,
"ivientes pequeñas, exceptuando la t'lIana, :11111-
que se sabe que actualmente carecen dc pigmenla,
nada podemos decir en rclaciúII (Cm el pasado
de esta estruct lira en ellas por ha hl'r GnTc'ido
de 1113terial comparativo fe').!>il )' d(' rl'~idlla .. i():-..
117
Por otra parte, ~abido es que el piglllclIlo dt"
los incisivos dc los roedores se lI~a ell i'Hología
sistem:itica como un carilclcr diagn(l\lin). Anualmente
en las c1an:s de idclltificKic'm sc'Jlo M'
liSa el car~íctcr primario dc prc,selKia () all~CIl·

C/ESC/A, Ml:X.
cia de pigmento, y su grado de intensidad; sin
embargo, el presente estudio, unido a ciertas
observaciones realizadas en varias cepas de jámster
dorado (Mesocricetus a1f.mltls atlmttls)", demuestran
que estos caracteres pritnarios solos no
son suficentes para la identificación correcta y
precisa de los di\'ersos roedores, ya que en algunos
géneros o especies una de las características
del pigmento es su inconsistencia en cuanto a
frecuencia e intensidad, lo que hace necesario
el empleo de algunos caracteres suplementarios
tales como las diferencias de color, intensidad
)" de patrones de deposición del pigmento en los
incisivos superiores comparados con los inferiores,
así como la ausencia parcial o total del pigmento
en uno o en ambos incisivos de uno o de
ambos maxilares. En otras palabras, se hace indispensable
una revisión del criterio simplista
actualmente establecido para el uso del pigmento
de Jos incisivos como un carácter diagnóstico en
las claves de identificación para roedores.
Si el presente trabajo establece que el pigmento
dental en las jutías cubanas no es una
característica común a todo el ·género, sólo fu·
turas investigaciones dilucidarán los factore~
evolutivos, ecológicos, etc., responsables de esta
diversídad. Este complejo panorama del pig.
mento de los incisivos en el género Capromjls
plantea problemas importantes relacionados con
la evolución de dicho pigmento -estructura su;
ge1leris de algunos roedores- cuya solución contribuirá
al conocimiento de algunos aspectos
fundamentales de la biología de estos animales.
XXVlll (3) /973
amI dental changcs in vitamin E-deficient raLS. 1Stll.
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10. GRANADOS, H .• Role of certain nutrients on changes
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13. GRANADOS, H., Further observations on the abnonnal
black. pigrnent in the enamel of the mt incisor.
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14. GRASAOOS, H., Diferencias en el pigmento de los
AGRADECIMIENTOS
inci~i"os en d~ cepas de jámsteres dorados. IX Congr.
Deseo expresar mis agradecimientos a los zoólogos Luis
Lalinoamer. Patol., Mérida (Yucatátl), México, Resúmenes
de Trabajos (1973).
S. ,'arona y 0r13ndo H. Garrido, del Laboratorio de
Vertebrados del In~tituto de Zoología de la Academia,
15_ GRANADOS, H., Y H. DAM, Role of fat in incisor
por haberme brindado su colaboración en cuanto a
depigmentation of vitamin E-defídent rats. Science, 101:
la infonnación sobre la biología de la jutía y la bibliografía
sobre este animal, así como en el estudio de la
250-251 (1945a).
16. GRANADOS, H. Y H. DAM, lnhíbitioD of pigment
co]ección de cráneos de jutías yi\'ientes. También agradezco
al geólogo Néstor A. Mayo, del Instituto de
deposítion in inosar teeth of mts deficient in "itamin
E from birth. Proc. Soco Exper. BioL Med., 59: 295-
Gt:ologia, y al antropólogo Milton Pino, del Departamento
de Antropologia, su colaboración en el estudio
296 (1945b).
de las colecciones de la Academia, de cráneos de jutías
17. GMANADOS, H. )' H. DA M, Influence of various
fósil~. de residuarios y yiYientcs. A~imismo. presento mis
levels of iron on dental and adipose lissucs in vilamin
agradecimientos al palentólogo Oscar Arrooondo por su
E dericienl rau. J. De"t. Res., 26: 471 (1947).
colaboración en el esludio de los cráneos de jutías 18. CRANADOS, H. )' H. DAM~ A method for evaluating
fósiles, de residuario~ y vivientes pertenecientes a su rhe degrees o[ incisor depigmentation in "itamin E
colección particular. Aprecio muy de veras la ayuda deCicient albino rats. Odontol. Tidskr., 56: 45i-461
que los inH~stigadores aquí mencionados me brindaron
gentil y efícientemente.
(1948).
19. GRANADOS, H. )' H. DA M, Influence of certain
sllbslances on the incisor depigmenation of \'itamin E­
deficient rats, J. Dml. Res., 29: 689 (1950).
BIBUOCRAFiA
20. GRA~AOOS, H. Y H. DAM, ProteclÍ\'e effect of
1. AAES-jeRGENSEN. E .• H. GRAI'ADOS Y H. DAM, lnflucnce
of "itamin A and of rachitogenic diets 011 fat \'itamin E-deficienl rats. J. Dent. Res., 30: 508
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of manganesc. antabus ami v3rious salt mixtUle
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119

C/E,YC/A, MÉX.
XXV/lI (3) 12/-/U
JO, St'!pliembrl', 19i3
ESTUDIO INMUNOLOGICO DE CINCO HELMINTOS DE OVINOS
H. QUIROZ ROMERO,· l\'1A. ELENA CRUZ JUÁREZ y SELMA QUlROZ R.
Departamento de Parasitología. Facultad de
Medicina Veterinaria y Zootecnia.
Ciudad Unh"crsitaria, México 2U, D. F.
RESUMEN
Con el objeto de evaluar las reacdont!S inmunológicas crU7.adas entre Hal'lIIo"rll1l.t ('OIl1o)'/II~,
Fasciola hepatica, Th)'sanosollln nclitlioides, Mo,¡il'Úll exp(l7Isa y M. bt7lerleni, se pJ'eR3r'dl"OIl
antígenos somáticos)' sueros hipcrilllllUIlCS, para utilizarlos en la prucw de inlllullodifmión
en gel de agar y se utilizó un factorial de cinco por cinco. Todos los sueros homólogos diclOll
reacciones positl\'as. mientras que las de los hetcrólogos fueTOn negati\'as.
SUMMAR,'
In order (O e\'alll'ate (he irnmunologic cross rcactiolls among Hat!lUollchu.5 co"tortus, Falciola
hepatica, Th)'smwsoma aclinioides, Monje1ia exl¡a'lsa Y M. IJenedeni, 50matic amigcllS ami
hyperimmune sera were prepared and the rcactiotls wel"C carried out with immllllodiffusioll
test!! in agar gcl and using a 5 X 5 factorial. AI1 homologous ¡;era gavc positi"c rcstlILs, out
the heterologous did llot.
Desde principios del siglo han sido objelO de
ill\'estigaciones las actividades biológicas e inmunológicas
de los antígenos parasitarios y se ha
visto que las acciones recíprocas entre antígeno
y anticuerpos son nlúltiples y complejas, particulannente
en las helmintiasis (Soulsby, 19(2).
Dineen (1963) indica que las reacciones inmunológicas
del huésped pueden ejercer un efecIo
selectivo sobre los parásitos que tienen menor
disparidad anIigénica COn el huésped y que, po­
Iencialmente, el grado de disparidad amigénica
puede estar sujelO a selección evolutiva de componentes
genéticos de ambos, huésped y panlsito.
De acuerdo con Humprey y \Vhite (1964),
para que una sustancia sea antigénica, es esencial
que contenga grupos químicos que se hallen
presentes en sustancias que normalmente están
en contacto con células del sistema inrnllllocompetente
del animal que ha de inmunizarse, así
como la fonnación de anticuerpos es generalmente
específica para los antígenos que estimulan
su producción (Hagan, 1961)_
Soulsby (1963) considera buenos antígenos,
tanto a las fonnas larvarias como a los estados
adultos del parásito, ya que por inoculación
• Jefe del Departamento de Parasitología. Instituto
Nacional de Imestigacione'! Pecuana~, Km 15V2 carrelera
México-Toluca, México.
parenteral estimulan una respuesta inmunológica;
también notifica la existencia de antígenos
en la cutícula de los helmintos, seliala que el
uso de los antígenos parasitarios no se ha limitado
a la serología, pues también se han usado
para estimular la resistencia del huésped y agrega
que son distintos los antígenos som:tticos obtenidos
del cuerpo del parásito y los de secreciones
)' excreciones, a la vez que considera a estos
úllimos como los importantes en cuanto a inmunidad.
La existencia de antígenos que dan reacciones
cruzadas en helmintos de especies distintas
puede obedecer a diversas causas, siendo la m:ís
obvia la presencia de antígenos comunes en los
parásitos filogenéticamente afines (Kagan, 1%9)_
Shad (1969) opina que el desarrollo dc inlllunidad
cruzada na recíproca puede ejercer un
efecto significativo sobre la distribución dc lIn
parásito_ Por el hecho de poseer alltígcno,
de reaccic'm cruzada, un parásito puede ejerccr
un efecto limitan te sobre la distrihllcillll de
otro mediante la respuesta innlllllilílria del
huésped.
El objetivo de este trabajo es deIenninar la
posible reacción inmunológica Cl'utada de cinco
helmintos que son comunes en rllmjanlc~ de
México.
121

CIE.YCIA, Mf.X.
a) AutignlOJ.
]'I"IATERIAL y MÉTODOS
Se prepararon cinco antígenos solll;\ticos solubles en
solución .salina fisiológica (S.S.F.) a partir de parásitos
aduhos de Haemonchus contol'lus, Fasciola licpatica,
T/¡ysanosollla acriu;o;dcs, Mouiezia C;t..'!XlII.m y Id. bcncdell;,
colcdados dc ovinos recién sacrificados.
El antigeno utilizado fue el sOhrClla(!éwtc dc una ccntrifugación
a 2!)OO rpm durante JO minutos. conservandole
en congelación a _20°, en alícuOlas de 5 mI. Se
dClerminb el porcentaje de proteína por el método
de ~licroJ,;.jelrlhal.
b) SUCIO Iliprl'in""O/c.
Se usaron cinco grupos de 2 conejos Cada uno. A cada
animal se k in)'ectó I mi de antíbTCno por vía intramus­
Ollar y otro por \'Ia intcraperitollcal. cada tercer día.
hasta completar cinco. Quince días después, todo~ se
sangraron por punción cardíaca, separando el suero pan!
su uso uherior,
Se utilizó la prueba de inmunodifusión, ~egún indio
caciones del Dr, F. Rehrán, del Depal1amento tic Ecolo·
gía Humana. Facuhad de Medicina. Ui'\A~1. usando agar
noble al 1% en S.s.F. y se colocaron en JX>rtaobjetos de
7Tl X 25 mili, 5 mI de la solución. dejando en reposo
15 minutos; posterionnente se hicieron horadaciones de
~ mm de di¡ímctro COII una separación dc 4 mm )" se
!'icllaron. Los antígenos se colocaron en el centro )' los
anlisueros ell la pcrifelia; luego se dejaron en cámara
húmeda durante 24 horas, La lectura !c hizo de acucldo
COII la presencia () ausencia de bandas dc precipitación.
El diseilo c.xperimental fue un factorial de cinco por
cinco. considerando a los antígenos y weros hipcrin.
mUlles.
RESUL T AOOS y DISCUSiÓN
XXVIII (J) 19iJ
El porcentaje de proteína en los antígenos
utilizados se anota en el Cuadro 1, Y el resul-
CUADRO 11
CUADIlO 1
Porcentaje de proteína, detemlillada según el método de
Microkjeldhal, en cinco antígenos de parásitos de ovinm
PAR.J\sITO
¡\/on;eÚl/ expallsa
Mo"inia be"edt"u¡
Th)'.WlJlosoma adi"ioidcs
Fasciola "epal tea
Hae'/IIulIrllus cOlllorlllS
PRon:ír.:"
0.981
2.9:,0
1.969
3.444
r,.9;)U
lado de las pruebas de inmunodifusión homólo·
gas y heterólogas puede verse en el Cuadro If
y en las Figs 1·5, donde se observa que las reacciones
homólogas fueron siempre positivas, a
diferencia de las heterólogas, que resultaron
negativas.
Por los resultacios obtenidos en las pruebas
de inmunodifusión, consideraIllos que tiene im.­
portancia el tamaño de las moléculas proteicas,
ya que, de acuerdo con Ponder (1938), debido
a las formas y cargas eléctricas, todas las sustan·
cias no se difunden con igual rapidez, pues la
velocidad de desplazamiento de las moléculas
ser,Í menor a llledida que la masa aumente y así
Fig. 1. Antígeno de Hoemonchus
contorfuS. Antisueros de:
0, Moniez..ia expan.a.
b, Haemonchus contom,.
e, Fasclokl hepatica.
d, Thysanosoma actinioides.
INMUNIDIFUSION POSITIVA HOMOLOGA AL ANTlGENO SOMATlCO DE
DE LOS CINCO HELMINTOS DE OVINOS QUE SE INDICAN
(El an'ígano 111 c(!Intro en todlls IlIs figurlls)
CADA UNO
Fig. 2. Antlgeno de Manlezlo
expan.a. Anti.ueros de:
o, Moniezia expansa.
b, Fasaola hepatica.
e, Thy.ano.oma aninioides.
d, Haemonchu. con'om,.
Fig. 3. Antígeno de Moninio
benedini. Antisuero. de:
o, Haemonchu. contorfu •.
b, Monlezia expon.a.
c, Thysanosoma actinlold.,.
d, Monie:r.ia benedeni.
H. eoutolllls
F, J¡ejxl/ica
T. acti"ioide~
M. f'xJml,sa
¡\l, bt"uerlcni
H, eo,,'o,tIIS
+
F.I,e/mlrea
yemos que la difusión es nlás rápida en las sustancias
con bajo peso molecular que en las de
peso molecular elevado. La forma influye de manera
importante sobre los movimientos, especialmente
cuando se Inicle la velocidad de difusión
o la de precipitación, puesto que mientras más
se aleja la molécula de la fOl1l1a esférica más aumenta
la fricción y, por consiguiente, disminuye
su velocidad, influyendo también para su paso
el tam,"10 de los poros del agar (Laguna, 1966).
En este trabajo, dadas las condiciones que se
seiialaron. únicamente hubo reacción entre los
sistemas antígeno y anticuerpos homólogos; ca he
+
SUEROS HIPERINMUNF.5
T. acti"ioidt:.S ¡\{, f'XIJO"Sfl M. bcuedt',¡j
+
+
suponer que, de existir antígenos comunes entre
estos helmintos, deberían haberse puesto de manifiesto.
Por otra parte, en la naturaleza se observan
frecuentemente infestaciones mixtas en
ovinos y otros rumiantes con estos cinco parásitos,
lo que nos hace pensar en la ausencia de
inmunidad cruzada entre ellos.
Con la idea de ir integrando un mosaico de
las relaciones inmunológicas del amplio grupo
ele los helmintos propios de los animales domésticos,
Quiroz e ¡ban·a (1970), encontraron ausencia
de reacciones cruzadas entre cinco par;:ísitos
de equinos.
122
+
Fíg. 4. Antlgeno de Fasdola
hepatica. Anti.uero. de:
D, ThyUlnOloma octinioides,
b. Fasciala hllpatica.
e, Moniezia expansa.
d, Maniezía henedeni.
123
ro:
\ ,
ht (
,.
\
\:
(,
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o.
\
( .. ~
r I
~ -r: (. :., !'1
Fig. S. Antfgeno de Thysanosoma
octinioidfl. Anli,uero!. de:
0, Monielia b.n.d.ni.
b, Fasciola hepalteQ.
e, ThYlOnosoma actinioide.
d. Haemonchus contorlu,.

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SoUL.,

CIF~\'CIA, Mf.X.
XXl'lll (J) 19iJ
CIENCIA, Mf.X.
XX,./I1 (JI lor;J
Internacional elaboró una cuidadosa selección
que se inició en su reunión celebrada en Praga
(Checoslovaquia) en 1967, donde se designó
un grupo de trabajo integrado por los Profs. l\'l.
¡'"Iinnaert, A. Mikhailov (sustituido más tarde
por B. Levin), D. H. Meme! y A. Dollfus. El
grupo se reunió varias veces en Cambridge, 't"lass.
(Estados Unidos) en Nueva York, en París y
en r"[OSCll. Los nombres de los cráteres fueron
asignados a grandes figuras del pensamiento
universal: Hipbcratcs, Avicena, Giordano Bruno,
Dante, Chaucer, Buffan, Leibniz, y también
a los más distinguidos físicos contemporáneos:
Einstein, Hahr, Pauli, Maxwell, Schrodinger,
Doppler, Planck ... y Miguel Catalán.
Ese primer trabajo de Catalán sobre las series
espectrales del manganeso data de 1916. Aparte
del trabajo reciente de Elisa Bemis sobre la
vida y la actividad de Catalán, en esta misma
revista publicó su biograffa Ricardo Vinós, en
ocasión de su fallecimiento, ocurrido en Madrid
el 1 I de noviembre de 1957 a la temprana edad
de 63 arios (v. Ciencia, XVIII, 39, 1958). Ya en
1917, recién titulado en la Universidad de Ma­
(h-id, obtiene una pensión para trabajar en París
con G. Urbain y. más tarde, al cOfllienzo
de los 20, trabaja en Liverpool con Fowler. -En
Londres publica en inglés su primer trabajo
sobre los lllultipletes (1922), trabajo que aparece
en Espaíia al año siguiente. Sin embargo, es
en l\'[adrid mismo donde realiza la mayor parte
de su trabajo de investigación, en el Laboratorio
de Física de la Junta para Ampliación de
Estudios, en los Altos del Hipódromo, detnís
del Mu,eo de Historia Natural. Ese laboratorio
de Física lo funda y lo dírige D. Bias Cabrera.
y Catalán trabaja en él adscrito a D. Angel del
Campo. Cuando all! le vio trabajar el famoso
lísico alemán Sommerfeld, profesor de la U niversidad
de Munich, se quedó tan impresionado
pcr la calidad y la originalidad del trabajo de
Catalán, que él mismo le consiguó una beca
de la Fundación Rockdeller para que fuese a
Munich, no a aprender de los físicos alemanes,
sino a ensei'i.ar a estudiar espectros a los profe.
sores e investigadores de Física de la famosa
universidad alemana. Así pasó Catalán el curso
1923-1924 en el laboratorio de Sommerfeld y el
célebre premio Nobel pudo decir después:
" ... habiendo obtenido información de primera
mano sobre los nuevos multipletes de Catalán,
con su abundancia de líneas, puede adscribir a
esos niveles sus números cu.inticos ... ,.
No obstante su original valor como investiga.
dar físico de primera línea internacional, Catalán
no pasó durante la monarquía de catedrático de
instituto de segunda ensei'i.anza, afortunadamente
para todos los jóvenes que hacíamos el bachillerato
en el Instituto-Escuela de Madrid,
un ensayo pedagógico creado por la Junta para
ampliación de estudios en 1919. Si original en
grado máximo era su investigación experimen.
tal espectroscópica, no era de menor categoría
su entusiasmo y su dedicación a la fonnación de
los bachilleres del Instituto-Escuela, situado all{.
arriba en los Altos del Hipódromo, en la Colina
de los chopos que diría Juan Ramón J iménez,
junto a la Residencia de estudiantes, por encima
del Museo de Historia Natural y al lado de lo
que más tarde sería el nuevo Instituto Nacional
de Física y donde Catalán continuaría sus investigaciones
como jefe de la Sección de Espectroscopia,
bajo la gran dirección de D._ Bias
Cabrera. Por cierto, Catalán fue uno de los Immeros
en dolerse de que para construir ese "Insti·
tuto Rockefeller" (como nosotros le llamábamos),
nos hubieran quitado el campo de juego
del lnstituto-Escuela en el que aprendimos 1
jugar al futbol. Otra prueba del entusiasmo que
ponía Catahín en la enseñanza de la_ Física y
de la Química a nivel de bachillerato se demuestra
en la fotografia adjunta de una visita reíl·
lizada a una gran fábrica del norte de España,
típica forma de enseñar en la que Catalán ponía
su entusiasmo al nivel insuperable de su
gran maestría. De los que estamos con él en ese
recuerdo gráfico, " ... los hermanos fuimos dispersados
... ", unos quedaron en la tierra espafiola,
mientras otros vinimos al exilio, pero todos
guardamos por igual el recuerdo imperecedero
de nuestro gran maestro y amigo.
Hasta que pudo consolidarse la República,
Miguel Catalán no logró el título de profesor
de la Universiúad de Madrid, pero continuó sin
abandonar sus investigaciones experimentales en
el campo de la espectroscopía atómica desde el
Instituto Nacional de Física y Química. Todo
lo cual, como tantas actividades cientHicas y
culturales de ese "renacimiento contemporáneo"
o "pequerio siglo de oro" de la viúa intelectual
española, fue interrumpido brutalmente por el
estallido de la sublevación militar en 1936. Al
término de la conflagración, con tenebrosas
ramificaciones internacionales, Catalán, que se
había quedado en España, fue separado de su cátedra
y de su laboratorio de investigación. Se
dio la circunstancia de que, por lo menos durante
siete arios (1939-1946), los espectroscopios de
Catalán, especialmente construidos por él y para
él, nadie los sabía manejar y estuvieron cuida-
126
dosamente protegidos del polvo en su forzosa
inactividad.
Si, a partir de 1946, se le repuso en la cátedra
de la Universidad madrileria, acaso fue fruto
de la presión internacional, pues, precisa.
mente a partir de esa fecha, Catalán es invitado
constantemente por los mejores centros de in·
ve'tigación norteamericanos. Entre esa fecha y
ia de su fallecimiento es más el tiempo que pasa
trabajando en el extranjero que en su recupe·
rada laboratorio de Madrid. Es entonces cuando
acude al Massachu~,ets Institute of Technology
de Roston, al National Bureau of Standards de
GERMAN SOMOLlNOS D'ARDOlS
W:íshington y, prillcipallllellte, " la IllI;"'·I",i·
dad de Princeton, en los tiempos de Eill\t(·in
)' de Oppenheimer. Tíllnbién eTl c~o~ :l1ilJ~ \'i~ita
las Universidades de Buenos Aires y dr CaraGls.
pero no pudo realizar su dorado deseo de venil
a l'vléxico, donde tallts discípulos y amigus licllc.
Para todos ellos, para todos nosotros, especia 1-
mente los que tuvimos la fortuna de habel" dis·
frutado en alguna medida de sus enseria mas,
es un motivo de singular satisfacción que el
nombre de Miguel Catalán haya llegado a la
Luna en brazos del reconocido respeto científico
internacional.-FRANcISCO GIRAL.
Este amigo verdadero, bueno y leal, terminó ci6 un discurso memorable ante la Academia
su jornada entre nosotros. L1. contemplación Nacional de Medicina, glosando la importancia
de su existencia conforta por su ejemplaridad.
Germán llenó su vida con deberes cumplidos,
cultivando fervorosamente los valores eternos,
abnegado en el trato con sus deudos y amigos y
practicando, sin afectación, las virtudes huma-
11ílS.
El valor de la existencia no puede ser medido
utilizando 11n parámetro aislado. Vivir muchos
ailos puede significar muy poco, además, los
achaques de la senectud suelen ser desoladores.
No tiene calificación estimable la fortaleza, en
su aspecto elementaL ni la ostentaciún del esfuerzo.
Poco vale el envanecimiento de las campe.
tencias. La simulación, el engaño, ¿a dónde conducen?
Tampoco parece prenda segura el poder,
aunque sea mucho y adquirido en buena lid,
situación inusitada, ya que, a la hora de administrarle,
no faltan cerca del .poderoso aduladores
o consejeros ruines que, con su sen'ilismo, lo
desvirtúan. Llegando a sortear este peligro, todavía
el poder, exento de virtudes, puede malograrse,
infligiendo deformaciones imprevisibles
sobre el espíritu mejor templado.
U na valoración inteligible de la persona debe
realizane necesariamente a través de varios pa·
rámetros cualitati\'os. Acumulan valor el traba·
jo inteligente, los propósitos honestos y la disposición
de compartir ron los demás los bienes
que circustancias afortunadas nos hubieran deparado.
del trabajo de los médicos españoles que el
exilio republicano trajo a México. Aquella disertación
conmovió a nuestros coterníneos y tClm·
bién a nuestros colegas y' amigos mexicanos. El
acto tuvo tal relevancia que fue preciso difundir
su contenido para darlo a conocer a los espalio·
les republicanos. El Ateneo Espariol de México
tomÓ la iniciativa de publicar el discurso con
los comentarios de los doctores 19nClcio Cid vez,
Salazar ]\fallén y Fernández del Castillo. Hubo
que agregar una presentílción, tarea que asumí,
con especial agrado, por la admiración y el afecto
que me unió a Germ"'n Somolinos y que
comparto con los tres colegas nH'xicanos quc le
acompailaron en aquella sesión de buen recuerdo.
Dije entonces: "nuestro amigo pertenece a ese
limpio linaje de espalioles prestos a defender
las causas justas, los valores humanos, los idea·
les nobles ..." En efecto, el linaje a que deseaba
referirme era el simbolizado por Cervantes al
crear la figura del maltratado caballero.
Ll dignidad, el esfuerzo desinteresado, el "alar,
la bondad, formaban el paradigma quijotesco.
Precisamente, por eso, fuera cruelmcnte
escarnecido y objeto de mofa para los "patanes'
y "logreros". El caballero apaleado. siempre en
trance tragicómico, sigue confiando en los (Jlle
se burlan de él. hasta la muerte, porque suciía
como debiera ser y no como suele s.er la gran
Estas reflexiones afloran ante el recuerdo de mayoría; gentes mezquinas. aligcrarla~ de lodo
las excelencias del amigo que acaba de dejarnos.
En la plenitud de su brío, Somolinos pronun-
impedimento, que buscan en la vida l'mÍc:lll1clIte
su provecho o satisfacciones iIlSlíllliv:ts.
127

CIEXCI.1, MtX.
XXVlll (J) I97J
En su actitud ante la vida, la conducta de
Somolinos armonizaba con la del hidalgo que
úgue impertérrito ante los descalabros), las calamidades.
Ejerció su profesión con singular
competencia y decoro. Pero su campo de aventura,
sus actividades preferidas. fueron las vinculadas
a la historia de la Medicina.
Sus trabajos historiográficos se caracterizan
por la información rigurosa, el comentario inteligente
y la amenidad de su prosa, impregnada
de buen gusto)' de profunda erudición.
Se aprecia también en la manera de tratar los
temas elegidos el perfil del investigador, técnica
de trabajo que debi{) aprender junto al forjador
más destacado de la ciencia espafiola, D. Santiago
Ramón)' Caja!.
El estudio de Somolinos que precede a la
edición de las obras completas de Francisco Hernández,
editadas por la Universidad Nacional
Autónoma de México, constituye una de las más
brillantes realizaciones historiográficas que se
hayan publicado en lengua española. La edición
de la Universidad es sencillamente insuperable
)' el estudio preliminar que escribió José 1Iliranda
sobre Las Espa"as de Felipe lJ da a la vida
)' la obra de Francisco Hernández un valor que,
siendo merecido, nunca antes pudo alcanzar.
Sus aportaciones}' esclarecimientos acerCa de
la I\fedicina fvfexicana prehispánica reunen,
con la autenticidad histórica de los relatos, la
calidad e,tética del arte de los antiguos pobladores.
Sus hallazgos en las tradiciones y códice,
autóctonos van acompañados de acendrado en·
tusiasmo )' enamoramiento por ello~.
El compendio de Historia de la Medicina
que compuso Somolinos señala sabiamente los
momentos más decisivos del progreso de la Medicina
Universal.
Refiriéndose a las vicisitudes de la historia
de nuestro país de origen, Somolinos, recor·
dando a Miguel Sen-et, en la revista Las Espa­
)Ias dice asl: "España, desde tiempos muy remoto:::,
se desprende periódicamente de lo má:,
florido y avanzado de su intelectualidad, enviándola
a rodar, desvalida y desconectada, por
países extraños e inconexos.
Pocos de estos espai'íoles vuelven a su patria
y, sin embargo, ¡eh aqul lo maravilloso del
espatiol!, estos expulsados o huidos son los que
más han laborado y con mayor eficacia por el
conocimiento universal de España y a quienes
se deben la mayoría de los hechos universales
de la historia española".
Este dolorido comentario no cuenta para los
miles de españoles que tuvimos la fortuna de
llegar a México, pues aqul la inmensa mayor/a
de los expatriados españoles encontraron una
Patria donde rehacer sus vidas. como lo supo
hacer tan acendrada y gloriosamente Germán
Somol i nos.-J. PUCHE.
128
MANUEL MARTINE2 BÁEZ. "PasteuL Vida )' oúra", 511
págs., Edil. Fondo de Cultura Económica, México, 1972.
Libros Nuevos
Miembro del Colegio ~acional )" profesor distinguido
(lc la Facultad de Medicina de la Universidad de Mé·
xico, el autor dio una serie (le conferencias sobre la vida
\' la obra de Luis Pasteur, conferencias que constituyen
~I germen de este \·olumen. Ampliado después )" complementado
con minuciosos estudios. c1 libro ha venido
a constituir una valiosa aportación para de:stacar a Pasteur,
un genio francc~s tlpico representante del sglo XIX
quien. con una formación inicial de químico pUTO, re·
volucionó los conocimientos fundamelllales 50bre la Bioquhnica
y fue el creador más original de una rama
de la Biología, la Microbiología, taH decisiva en el des·
arrollo moderno de la Medicina,
Con gran acierto, el autor ha dh'idido su traba:o en
tres partes: la "ida, la obra )' la personalidad. Las sesenta
páginas dedicadas a la vida de Pasteur han con·
densado con carifio, sin meno~cabo de la prec¡sión histó'
rica. todas las fases )' episodios de una ,ida di~lllida.
atacada y. también, consagrada y honrada por sus conciudadanos)'
por el mundo entero. El autor ha reunido
una serie de fotografías (¡ue nos recuerdan al personaje
cn momentos críticos de su vida. pero también ha tenido
el cuidado de recorrer las regiones y las ciudade'i
por donde pasó tan ilustre personalidad. reuniendo tcstimonios
gráficos personales de esos lugares. en un intento.
muy bien logrado, de reconstruir el ambiente humano
en que se dcsem:olvió vida Lan singular. Es lástima que
la editorial no haya respondido con un esfuerzo tipográfico
equivalente al desplegado por el autor en recoger
tanto testimonio gráfico. De todos modos, destaca con
éxito la personalidad del autor como médico humanista.
pre~entándonos todas las facetas de la "ida del hombre
que fue Luis Pasteur.
Muy atinadamente. la obra de Pasteur se presenta
di\idida en tres aspectos: docencia. iO\'estigación )" polé·
mica. Como es lógico, 10 relativo a la investigación -
procesos vitales. por desenlr.lñar qué es la "ida y

CTESCTA, MÉX.
XXVTTT (3) 1973
y farnma polémica científica con el químico alemán nos lo ha querido presentar el Dr. Martínez Dáez: "Voy
Uebig a propósito de las (errnclHaciones, en la que los
dos tenían ralón, cada uno desde su ángulo de mira. le
lIe'ó a afirnlar en algún momento, con elevada categoría
humana.

CIESCIA, MtX.
XXVIII (3) 1973
le!'. Hiswl"ia ésta que deben leer muchas personas que
creen que el opio, con sus fumaderos misteriosos. pertenece
al rolklore y a la hi:o;loria de China.
Muy "aHoso es el primer capitulo sobre la historia
de los cereales, que es tanto como decir la historia de la
agncuhur3 sobre la que ~ asienta el desarrollo d~ la es·
pecie humana. ~bada. trigo sarraceno, maíz, mijo, 3\'cna.
arroz, centeno y. el rey de Jos cereales, trigo, constituyen
historias muy documenladM y bien presentadas en que
aparece la e\'olución de la Humanidad en las distilllas
partes del planeta. Interesante y ameno ('~ el capillllo
relativo a los estimulantes: la cervCLa, la nuez. de aTeca
() betel. la coca y la cola (claramente predispuesto a
desembocar en los refrescos modernos). el cacao, el café,
el té. el tabaco. el whisky y el vino.
Entre otras planta:r; de "alor económico destacan las
historias wbre el plátano, el coco, el algodón, el papel,
la piña. la papa o patata, el hule o caucho, ~I azÍlcar
y el tomate. En conjunto, rellulta ulla obra de lectura
amena y amable para todas la:!l personas interesadas en
un a:r;pecto de la cultura humana de:r;arrollado con bases
económica:!l )' del que suelen hacers~ ~s pres'!ntaciones
asequibles al gran pÍlblico intelectual.-FRANclSCO
GIRAL.
CIENCIA
Revisla Hispano-americana de Cin¡cüu puras y aPlicadas
PUBUCACION TRIMESTRAL DEL PATRONATO DE CIENCIA DE MEXICO
CON LA ArUDA ECONOMICA DEL CONSEJO NACIONAL
DE CIENCIA Y TECNOLOGIA
Imprrso en la Editori.:ll Galache. S. A., México 7, D. F.
Publicalh detde 1910.
nirectión General de Derechos del autor. Lidtud Oficio núm. 90. [xp. ce FRI/58 d~ ~O de enero de 1968.
Rescrv::tdos todos kn derechos por la Revilt::t Clencia de México.
Se prohibe la publicación pardal o tOlal ,in autoriuci6n nerita..
Sus cartas serán oportunas si utiliza el servicio de entrega inmediata.
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CIENCIA
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