Cuaderno Derecho Penitenciario N 15 - Ilustre Colegio de ...

eflejo que salvo excepciones, tiene la cultura en el
abandono de ideas extremistas y racistas. Se
muestra arrepentido de sus delitos y cuenta con
apoyo familiar firme. La fuga le supondría convertirse
en un proscrito en prácticamente el mundo entero
durante los próximos 20 años hasta la prescripción
de la pena, y la cooperación internacional en
materia penal, incluida la captura de huidos, no
hace más que crecer, y lo hará hasta extremos
insospechados en los próximos 20 años. Los argumentos
para denegar el permiso son la gravedad
del delito, la lejanía del cumplimiento de las tres
cuartas partes y la falta de garantía de buen uso. El
Tribunal cree que la evolución del penado, el apoyo
familiar y la conciencia clara de los caminos a que
conducen el buen y el mal uso del permiso, permiten
asegurar dicho buen uso. Sin embargo, adoptará
medidas adicionales que refuercen las garantías
de ello. Y en cuanto a la gravedad del delito, ello
tiene su reflejo en la extensión de la pena y en que
se necesiten más de seis años de prisión para
poder disfrutar el primer permiso, una vez cumplida
la cuarta parte, pero no es un criterio que el legislador
maneje como dato para denegar los permisos,
si la peligrosidad no es inherente a la gravedad o ha
menguado de forma muy significativa, como es el
caso. Tampoco la lejanía del cumplimiento de las
tres cuartas partes es un argumento que maneje la
ley. Antes al contrario, ésta, al fijar la fracción en
que puede iniciarse la concesión de los permisos
en un cuarto de la pena, tiene claro que ha de transcurrir
el doble de tiempo de esa fracción hasta
alcanzar los tres cuartos y el triple hasta el licenciamiento
definitivo. Por ello, lo que es obvio y común
a toda condena no puede ser un argumento de
denegación de permisos. Los cuales, de otra parte,
cumplen otros fines de preparación para la libertad,
valoración de ésta desde la vivencia y no desde la
añoranza, incitación a la responsabilidad, contacto
con un mundo exterior más aceleradamente cambiante
que el de la prisión, y son un magnífico instrumento
de estudio de la evolución del penado
fuera del medio penitenciario.
En fin, las tres cuartas partes de la condena no
son una fracción única a considerar, pues el tercer
grado no tiene por qué esperar a esa cifra –ni en
puridad, a ninguna– e incluso la libertad condicional
puede conseguirse anticipadamente a los dos tercios
de la condena, esto es, en una fracción inferior
a la ya cumplida. Debe, por tanto, concederse el
permiso. Como garantías adicionales de su buen
uso se establecen las siguientes:
Su duración será breve –tres días–. El penado
será recogido del Centro penitenciario y devuelto a
él por un familiar. El permiso tendrá lugar en Septiembre
y durante el primer día del mismo el penado
se presentará ante el Tribunal. Los otros lo hará
ante la Autoridad policial del lugar de disfrute.
Auto 3468/06, de 17 de julio de 2006, JVP nº 1
de Madrid. Exp. 1145/2002.
XVI-3
Estafa
[86] Por su brevedad no se presta a la
puesta en escena propias de la
estafa.
El interno cumple en estas fechas dos tercios de
su condena, es español y en España residen su
esposa y su hijo. Son datos que en principio favorecen
la concesión de permisos, más si se piensa
que los permisos por su brevedad no se prestan a
la puesta en escena propia de las estafas que es el
delito que ha cometido el penado y la presencia de
familiares disuade en buena medida del riesgo de
fuga. No obstante el penado tenía que acudir a un
nuevo juicio cuyo resultado se desconoce y una
eventual condena podría incrementar el riesgo de
fuga si retrasara de forma importante la fecha de
licenciamiento definitivo. En consecuencia el Tribunal
concederá permiso por tiempo de 12 días fraccionados
en tres permisos de cuatro días de duración
pero, si hubiera recaído una nueva condena
deberá comunicarse al Tribunal, sito en la calle
Santiago de Compostela n° 96, Metro Línea 7, estación
de Peñagrande, para que decida si esos permisos
se disfrutan o quedan total o parcialmente sin
efecto.
Auto 745/07BIS de 16 de febrero de 2007, JVP
nº 4 de Madrid. Exp. 1252/2006.
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