Cuaderno Derecho Penitenciario N 15 - Ilustre Colegio de ...

CUADERNOS DEDERECHOPENITENCIARIO
XVI
PERMISOS
XVI-1
Larga condena y lejanía del cumplimiento
[78] En condenas largas los permisos
también cumplen una función
paliativa de la prisionización.
En el caso de condenas privativas de libertad de
larga duración, como lo es del interno recurrente,
sin embargo, los permisos de salida además de su
función propia de apoyo y estímulo a la preparación
de la libertad, cumplen también la de servir de paliativo
a los peores efectos de la prisionización. Tanto
más, cuando se trata de una persona de la edad
que tiene el interno, es decir una persona con hábitos
laborales o que debe adquirirlos para lograr su
plena reinserción social. En este sentido debe
tenerse presente que el interno ha cumplido ya
ocho años de prisión. Es su primer ingreso en un
centro penitenciario y carece además de antecedentes
penales. No consta mala conducta en prisión,
ni dependencia de las drogas u otra toxicofilia,
ni irregularidad en el comportamiento. Al contrario,
consta que el interno ha tenido destinos laborales y
que participa regularmente en actividades de diversa
índole.
Auto 3739/06, de 12 de septiembre. Exp. 464/06
del JVP nº 1 de Madrid.
[79] No existe riesgo de fuga ya que
se convertiría en proscrito durante
muchos años.
El penado ha cumplido una pequeña fracción de
la condena. Pero es español, tiene aquí todos sus
intereses y vínculos familiares y sabe que la fuga le
convertiría en un proscrito durante muchos años,
con perdida real de la compañía de los seres más
queridos.
Cuenta con apoyo familiar incondicional. El permiso
puede en estas circunstancias ser un estímulo
de reinserción y un acicate a la legítima aspiración
de progresar de grado y alcanzar la libertad
condicional.
Auto 186/06, 19 de enero. Exp. 330/05 del JVP
nº 1 de Madrid.
[80] Inflexiones en la evolución del
tratamiento, no significa una evolución
personal negativa.
Está cumpliendo una condena de cuarenta y
cuatro años, cuatro meses y cuatro días de privación
de libertad por delitos de homicidio y de robo
con homicidio (Causa 42/80), a más de por varios
otros delitos de robo con violencia o intimidación en
las personas y de lesiones, cuya primera mitad
extinguió el 27 de enero de 2003. Alcanzará la
fecha de las tres cuartas partes y, por tanto la posibilidad
de acceder a la libertad condicional, el día
20 de noviembre de 2009. El interno, que en la
actualidad tiene cuarenta y cinco años de edad,
está en prisión desde 1991. La Junta de Tratamiento
y después el Juez de Vigilancia, al denegar el
permiso solicitado, reseñan su consolidada trayectoria
delictiva, que incluye antecedentes de quebrantamiento
y comisión de un delito durante un
permiso. Consta que el penado ha hecho del delito
un modo de vida y que carece de hábitos laborales.
También, su irregular trayectoria penitenciaria, que
incluye interrupciones y expulsión de los programas
de desintoxicación y en la que también figura una
falta disciplinaria cometida en mayo de 2005. En
este caso, sin embargo, la larga permanencia del
penado en centros penitenciarios requiere que se
afronte de manera gradual, pero definitiva, la preparación
de la libertad, entendida como plena reintegración
social, y la formación de un proyecto de
vida del que no formen parte ni el delito ni la prisión.
Por tanto en este sentido, que se valoren en su
medida –la del transcurso de un dilatadísimo período
de tiempo–, las inflexiones en el tratamiento
para la drogodependencia o la comisión de eventuales
infracciones disciplinarias que, en su conjunto,
no hacen aparecer una evolución personal
negativa. Pues la única alternativa sería que el
resto de la vida del interno transcurriera en privación
de libertad y la Ley no dice que deba ser la preferida.
El tribunal considera que ya pueden hallarse
aspectos positivos en el expediente que signifiquen
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