2012-2013 - Instituto de Investigaciones Históricas - UNAM

ALICIA MAYER
INSTITUTO de INVESTIGACIONES HISTÓRICAS
CUARTO INFORME de LABORES
2012−2013
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO
MÉXICO 2013

UNAM - Instituto de Investigaciones Históricas
CONTENIDO
Introducción 3
I. INVESTIGACIÓN 5
a) Planta académica 5
b) Proyectos 7
II. DOCENCIA 9
III. VINCULACIÓN ACADÉMICA E INTERCAMBIO 11
IV. CUERPOS COLEGIADOS 13
V. DIFUSIÓN, DIVULGACIÓN Y EXTENSIÓN 14
a) Publicaciones 14
b) Actos y reuniones académicas 16
VI. APOYO A LA INVESTIGACIÓN 19
a) Biblioteca 19
b) Cómputo 20
VII. DESARROLLO ADMINISTRATIVO 22
Conclusión y agradecimientos 23
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Introducción
En cumplimiento con lo estipulado por la legislación universitaria, es un gusto para
mí rendir el cuarto informe de labores que da cuenta del trabajo de toda la
comunidad que integra el Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM. Es
muy satisfactorio hacer una balance institucional ante el señor rector de nuestra
Máxima Casa de Estudios, el doctor José Narro Robles, con la presencia de la
doctora Estela Morales Campos, coordinadora de Humanidades, y de los dos
distinguidos investigadores eméritos que me brindan su compañía y solidaridad,
Miguel León-Portilla y Álvaro Matute. Saludo especialmente a las autoridades que
hoy nos acompañan, directores de institutos, facultades y centros, miembros de la
Junta de Gobierno, funcionarios de nuestra universidad, investigadores eméritos
de otros institutos, familiares y amigos. Pero, sobre todo, agradezco a la comunidad
de Históricas su presencia, su trabajo, su esfuerzo y su compromiso diario para
hacer de nuestro instituto un referente de nuestra disciplina a nivel nacional e
internacional.
En este informe se hace énfasis en el periodo comprendido entre junio de
2012 y mayo de 2013, el último de mi gestión al frente del instituto, en el que se
trabajó siguiendo las líneas propuestas en el Plan de Desarrollo que presenté al ser
designada por la Junta de Gobierno de nuestra universidad como directora para el
periodo 2009-2013, mismo que se apega al Plan de Desarrollo Institucional de la
Rectoría. En ese proyecto, pensado para un segundo cuatrienio, se plantearon
inicialmente varios ejes de trabajo prioritarios:
I. Renovar y fortalecer la planta académica;
II. Fomentar la multidisciplina;
III. Impulsar los estudios de historia mundial mediante la apertura de una
nueva área de especialización;
IV. Contar con mayores estrategias de divulgación y difusión de nuestro
trabajo para lograr mayor presencia e influencia en la sociedad;
V. Promover una creciente interacción y convergencia entre las disciplinas
humanísticas y de las ciencias sociales;
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VI.
VII.
Modernizar nuestra biblioteca y otros espacios fundamentales para la
realización óptima de nuestro trabajo, y
Adecuar los reglamentos a la vida institucional vigente.
Los resultados que obtuvimos en cada uno de los rubros serán señalados puntualmente
en este informe. Cabe decir que las metas que nos fijamos responden a una
percepción del quehacer de nuestra disciplina acorde a las necesidades actuales.
El Instituto de Investigaciones Históricas está orientado a producir conocimiento
histórico de excelencia. El mundo en el que vivimos hoy, globalizado, y
conectado por diversos medios tecnológicos, de amplios intercambios y relaciones,
impone nuevos desafíos y exigencias. Las humanidades (las ciencias de lo humano)
no son simples actividades culturales realizadas para generar en la persona que las
cultiva —pese a reconocerse su mérito— un acervo infinito de erudición a veces un
tanto estéril; tienen, en última instancia, un papel social primordial. El resultado
tangible de una investigación debe tener una proyección social, orientada sobre
todo a la transmisión de conocimiento y fomento a la cultura. La historia, las
humanidades en general, se orientan a entender las necesidades íntimas de lo
humano, a desarrollar y ejercitar el juicio privado, enseñan a argumentar de manera
correcta, a analizar críticamente un problema, a darle una dimensión ética a
los actos personales que ayudan a impulsar sociedades más libres, palpitantes,
preparadas, menos serviles y superficiales.
Quisiera compartir con ustedes un dato muy significativo: en mayo de este
año (2013), la organización QS Clasificación Mundial de Universidades dio a conocer
la lista de las mejores 200 escuelas de educación superior en el mundo. La Universidad
Nacional Autónoma de México fue señalada como líder en el cultivo de
tres disciplinas humanísticas, la historia, la filosofía y las letras modernas, situándose
como la primera en Iberoamérica y en el sitio 31 a nivel mundial, muy por
arriba de las ciencias ambientales, ingenierías, física, biología y matemáticas.
Señalar esto aquí no se debe a un deseo de hacer públicos nuestros logros y desvelos,
sino asentar que, pese a los obstáculos con que nos enfrentamos los cultores
de estas áreas del saber (bajos presupuestos, sistemas de evaluación inequitativos,
pocas plazas para contratar a gente joven recién egresada de las carreras,
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etcétera), el conocimiento que se produce en nuestro país, las aportaciones en
diversos terrenos, los aciertos en los programas institucionales, tienen un reconocido
valor científico en el plano internacional y, por lo tanto, deben estimularse,
apoyarse e impulsarse.
Hoy se hace también cada vez más necesario entrar en los debates de las
ciencias humanísticas no sólo con colegas en México, sino del resto del mundo. Es
un hecho que nuestro trabajo depende cada vez más de factores económicos,
sociales, culturales e ideológicos, lo que nos obliga a reflexionar sobre nuestra
estructura actual. Por tanto, la gestión en un instituto como el nuestro está obligada
a ponderar la especificidad de nuestro trabajo y a ver indicadores de nuestra
producción y de nuestra participación en la formación de recursos humanos. En
este sentido, se tomaron decisiones para consolidar la investigación, pero también
para tener una proyección internacional cuya meta es el ser referentes en la
discusión de las tendencias recientes de la ciencia de la historia y, de manera muy
deseable, en los nuevos paradigmas de las humanidades. La orientación y alcance
de este informe cumple, pues, con los objetivos y metas trazados.
I. INVESTIGACIÓN
a) Planta académica
Durante este año, la composición y características de nuestra planta académica se
han hecho eco de las diferentes tendencias que guían la conformación de la academia
a nivel nacional e incluso internacional. En este período, la planta fue integrada
por 54 investigadores, 28 hombres y 26 mujeres. En esta configuración
influyeron, por una parte, el final de varios ciclos, como la conclusión, tras valiosos
aportes a nuestra comunidad, del cambio temporal de adscripción de la doctora
Cristina González; la jubilación del doctor Sergio Ortega, maestro de muchos de
nosotros, y apreciado colega y amigo, quien no obstante continúa participando de
nuestra vida académica; y la renuncia a su plaza por el doctor Felipe Ávila. Por otro
lado, nos enriquecimos con la contratación como investigador por artículo 51
de Rodrigo Moreno Gutiérrez, a quien nuevamente doy la bienvenida al instituto.
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Así, esta administración ha cumplido con uno de sus objetivos al promover durante
sus cuatro años el crecimiento de la planta académica mediante nuevas incorporaciones.
Pero si bien el crecimiento cuantitativo ha sido importante (sobre todo si se
considera que, por ejemplo, en 2005 al instituto lo integraban 47 investigadores),
es igualmente pertinente destacar que en paralelo se ha dado un crecimiento cualitativo
de nuestra planta de investigación. Al presente el 100 ciento de los investigadores
cuenta con los estudios o el grado de maestría o doctorado. Además,
durante este año un investigador de contratación reciente logró su definitividad
y promoción a la categoría de titular y otra más obtuvo su plaza en concurso
abierto de oposición; otra investigadora logró igualmente su promoción al nivel de
titular B. Gracias a estos últimos movimientos, a la fecha se ha llegado a que un 74
por ciento de nuestros investigadores gocen la categoría de titulares. En el rubro
de los estímulos a la productividad académica, en el período que se informa todos
los investigadores, salvo una, pertenecieron a los programas correspondientes
de nuestra universidad. El crecimiento de la planta mediante la incorporación de
jóvenes doctores, y los criterios de evaluación en boga del Sistema Nacional de Investigadores
han influido en que un 85 por ciento de los investigadores pertenezcan
a dicho sistema, siendo el grupo más importante los ubicados en el nivel I, situación
semejante a la que se vive en otras instituciones del área de las ciencias
sociales y las humanidades. De este último grupo, tres investigadores lo son por
promoción desde el nivel de candidato, mientras que uno más ingresó directamente.
Me complace además recordar que uno de nuestros investigadores eméritos,
el doctor Álvaro Matute, obtuvo durante este período la distinción del
emeritazgo en el mismo sistema.
No fue esa la única instancia en otorgar distintos reconocimientos y premios
a nuestros académicos. El investigador emérito doctor Miguel León-Portilla fue
distinguido con el Premio Carlos Monsiváis al Mérito Cultural de la Ciudad de México,
otorgado por el Gobierno del Distrito Federal, y el galardón Letras de Sinaloa
por el Instituto Sinaloense de Cultura. Este año correspondió a Pilar Martínez
López-Cano ser objeto del Reconocimiento Sor Juana Inés de la Cruz que otorga
nuestra universidad a distinguidas académicas. Por lo que toca a los Premios 2010
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del Comité Mexicano de Ciencias Históricas, nuestros colegas Jorge Traslosheros,
Patrick Johansson y Susana Sosenski obtuvieron, respectivamente, los premios
a Mejor Reseña de Historia Antigua, Mejor Artículo de Historia Antigua y Mejor
Artículo de Siglo XX.
La diversificación y enriquecimiento temáticos y metodológicos de las
investigaciones que se llevan a cabo en Históricas han demandado en los últimos
años que paralelamente al crecimiento cuantitativo y cualitativo de nuestra planta
de investigadores, se dé un incremento y una mayor especialización de la planta de
técnicos académicos que los apoyan; así, su número creció de 17 a 22 desde 2005.
El apoyo permanente y eficaz que brindan a los diferentes proyectos ha sido posible
este año gracias a su actualización constante, como lo denota su asistencia o participación
en 29 cursos y seminarios y en 39 eventos académicos. Esta labor es reconocida
en la participación de todos los técnicos académicos del instituto en los
programas de estímulos de la UNAM.
b) Proyectos
El cumplimiento de las metas de esta administración en lo que se refiere al
crecimiento de la planta académica ha tenido durante los últimos años un impacto
positivo en el perfil de los proyectos de investigación que se realizan en el instituto,
en el que conviven y se complementan las líneas y campos tradicionales de trabajo
con otros novedosos e igualmente prometedores por lo que pueden hacer avanzar
nuestro conocimiento y por el impacto social que pueden alcanzar. Muy destacable
es que este desarrollo, sin distanciarse de las metas académicas planteadas en el
plan institucional, ha permitido por otra parte el cumplimiento con las exigencias
de evaluación cada vez más estrictas a las que se ve sujeta nuestra labor dentro y
fuera de la universidad.
En este sentido, muchos de los proyectos actualmente en curso permitirán
fortalecer líneas en las que el instituto ha tenido y debe continuar teniendo una
presencia importante, como las relacionadas con historia política (según se espera
de la incorporación de un nuevo investigador por obra determinada en el área de
Historia Moderna y Contemporánea). Otros esperan lograr un impacto positivo en
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la solución de los problemas nacionales, como los de Sergio Miranda, “Historia
urbana y ambiental de la ciudad de México, siglos XIX y XX”; de Susana Sosenski,
“Historia sociocultural de la infancia en el siglo XX” y de Elisa Speckman,
“Derecho, justicia y cultura jurídica (siglos XIX y XX)”, entre otros. Varios más han
buscado contribuir al objetivo de impulsar la convergencia de las disciplinas entre
humanidades y ciencias sociales, como “El ensayo político de Humboldt a 200 años
de su publicación”, con el Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora, de
José Enrique Covarrubias; “Fuentes para la historia indígena colonial del noreste
de México (Costa del Seno Mexicano y Colonia del Nuevo Santander)”, con la
Universidad Autónoma de Tamaulipas, de Gerardo Lara; “Vocación para la historia”,
con el Instituto Sudcaliforniano de Cultura, de Ignacio del Río; y “Análisis
cuantitativo de la población psiquiátrica del Manicomio General La Castañeda,
1910-1968”, con el CEIICH, de Andrés Ríos.
El sostenimiento de activos vínculos internacionales para la investigación ha
caracterizado una vez más este año el trabajo del instituto, y así se desarrollaron
proyectos como “New Countries in a Changing World”, con la Universidad de
Georgetown, de Estados Unidos, “Cultura liberal en México y España (1860-1930).
Estudios desde la historiografía, la prensa y la literatura”, con la Universidad de
Cantabria y el Instituto de Investigaciones Bibliográficas de la UNAM, en el que
colaboran Evelia Trejo, Álvaro Matute, José Enrique Covarrubias y Silvestre
Villegas; e “Iglesia y legitimación del poder político. Guerra Santa y Cruzada en los
reinos del occidente peninsular (siglos XI al XIII)”, con la Universidad Autónoma
de Madrid, de Martín Ríos. Además, varios académicos de nuestro instituto
participaron en diferentes redes de investigación: Alfredo Ávila y Ana Carolina
Ibarra en “Iberconceptos: territorio y soberanía”, con las universidades de Nantes
en Francia, de la República, de Uruguay y de Turín en Italia; Johanna Broda en la
“Red de Centros de Investigación en Astronomía en la Cultura (RECIAC). Programa
Iberoamericano de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo (CYTED)”, con
las universidades de Buenos Aires, Mayor de San Andrés, Estadual de Santa Cruz,
Brasil y Distrital Francisco José de Caldas, de Colombia y nueve instituciones
latinoamericanas más; y Elisa Speckman en “Crimen, violencia y muerte en
América Latina”, con la Universidad Nacional General Sarmiento, de Argentina.
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Durante este año, igual que en los tres anteriores, los esfuerzos de esta dirección se
encaminaron a apoyar el dinamismo de nuestros investigadores favoreciendo la
realización de estancias de trabajo en territorio nacional, e internacionalmente en
Estados Unidos, Alemania, Austria, España y Francia.
Un aspecto de la vida del instituto en donde son perceptibles los cambios
recientes en el panorama académico mexicano e incluso internacional es la presencia
de un nutrido grupo de posdoctorantes. Durante los últimos años los egresados
de diferentes posgrados nacionales e internacionales beneficiados por el Programa
de Becas Posdoctorales de la UNAM han hecho una valiosa contribución a nuestra
labor de investigación aportando temáticas novedosas y originales de trabajo,
participando en nuestros espacios de discusión e incluso organizando encuentros
académicos. En este último año se recibieron cinco nuevos becarios, a la par que
cuatro concluyeron sus estancias entre nosotros. Sus proyectos de investigación
cubren temáticas como el trabajo y vida cotidiana en los reales de minas, la cuenta
del tiempo en los calendarios prehispánicos o la historia de la prostitución y la trata
de personas en México, entre muchas otras. Desde 2006 hasta la fecha se cuentan
nada menos que 24 estancias posdoctorales realizadas o en curso en el instituto.
Para concluir lo referente a la investigación, no quiero dejar de mencionar
que si año con año ha sido posible presentar en el informe anual de la dirección el
balance global de esta actividad, se debe a la labor constante de registro, sistematización
y actualización de la información sobre la producción de los académicos
del instituto, tarea particularmente encargada a Sandra Torres en la Secretaría
Académica que encabeza Iván Escamilla, a cuyo equipo de trabajo expreso por ello
mi gratitud.
II. DOCENCIA
La fortaleza de la disciplina histórica en la UNAM, reconocida por las clasificaciones
universitarias mundiales, no podría explicarse sin tener en cuenta, entre
otras contribuciones, la de los académicos de Históricas a la docencia como una
de las funciones sustantivas de nuestra Casa de Estudios. En este terreno, y aunque
la enseñanza en el aula mantiene su tradicional importancia (de manera que en la
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licenciatura en historia de la UNAM 43 de nuestros investigadores impartieron
58 asignaturas), la formación especializada y el diálogo interdisciplinario que se
lleva a cabo en la dirección de tesis se han vuelto cada vez más importantes, como
quedó manifiesto en la labor de 27 investigadores como directores de 58 tesis de
licenciatura; de ellas, 45 fueron de historia y las demás de filosofía, lingüística,
etnohistoria, estudios latinoamericanos y sociología. Por lo que toca al posgrado, la
contribución del instituto no es menos importante: 35 investigadores impartieron
en el posgrado en historia de la UNAM 48 seminarios, mientras que en otros
posgrados, como los de historia del arte, estudios mesoamericanos, antropología,
urbanismo, arquitectura, ciencias biológicas y música, nuestros colegas participaron
impartiendo 36 seminarios o como directores o como miembros de comités
tutorales o lectores de 310 tesis. No puedo concluir esta alusión al posgrado universitario
sin reconocer aquí mi gratitud con la doctora Teresa Lozano Armendares,
quien como coordinadora del posgrado en historia de la UNAM los últimos
años ha trabajado arduamente en favor de su consolidación.
Cada vez resulta más clara la importancia estratégica de la educación superior
para el futuro de México, y ello confiere mayor relevancia a la participación de
los académicos de Históricas como profesores de ese nivel en diferentes instituciones
nacionales, como el Instituto Mora, el CIDE, El Colegio de México, la ENAH,
el Tecnológico de Monterrey, la Universidad Panamericana, la Universidad Autónoma
de San Luis Potosí, la Universidad Pedagógica Nacional en La Paz, la Universidad
Autónoma de Baja California Sur, la Universidad de Guanajuato, la
Universidad Autónoma de Querétaro, o la Universidad Iberoamericana, y del
extranjero, como el Instituto Pluridisciplinario para el Estudio de las Américas de
Toulouse, y en las que también han dirigido tesis de posgrado, como el CIESAS, la
ENAH, El Colegio de Michoacán, El Colegio de México, Instituto Cultural Helénico,
las universidades Autónoma de Chapingo, Autónoma del Estado de México,
Autónoma Metropolitana-Iztapalapa, de Guanajuato, Michoacana de San Nicolás
de Hidalgo y Pedagógica Nacional de La Paz, por mencionar a las nacionales, y las
universidades de Antioquia y Nacional General Sarmiento en Buenos Aires, de
París I Panthéon-Sorbonne, y la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la
Universidad Politécnica de Madrid, para referirnos a las del extranjero.
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Es necesario destacar aquí a la educación continua como un ámbito en el que
el instituto ha consolidado una fuerte presencia a partir de 2007, y que durante el
último año se sostuvo gracias a la demostrada capacidad de los académicos de
Históricas para presentar ante un público amplio productos de difusión de gran
calidad, derivados de las más recientes investigaciones. Así, durante este año dio
inicio la cuarta edición del diplomado “México: un país, muchas historias” a cargo
de Alfredo Ávila en la conducción académica y de Miriam Izquierdo, en la operativa.
Hasta ahora se han impartido los módulos correspondientes a la historia
antigua y a la Nueva España, a cargo de Miguel Pastrana y Gerardo Lara, respectivamente.
De igual forma, en mayo pasado Patrick Johansson comenzó a dictar el
curso “La palabra y la imagen en los códices nahuas”, el cual, al igual que el
diplomado, ha tenido una inusitada demanda por parte de la que ya es una
audiencia asidua a estas e incluso a otras actividades académicas de talante más
especializado organizadas por el instituto.
III. VINCULACIÓN ACADÉMICA E INTERCAMBIO
No podríamos aspirar a mantener el liderazgo latinoamericano de la UNAM en las
humanidades sin considerar el intercambio académico a nivel nacional e internacional.
Las formas de trabajo de nuestra propia disciplina han cambiado y los
académicos se desplazan ya no sólo en busca de información en acervos documentales
y bibliográficos del extranjero (los cuales ya están siendo digitalizados y
colocados en línea al alcance del público general), sino también para crear redes
especializadas de trabajo e investigación. En este sentido, es justo reconocer en
primer lugar el esfuerzo llevado a cabo por los investigadores de Históricas, cuyas
iniciativas son el primer motor de la búsqueda de una vinculación académica más
estrecha y eficiente entre nuestra institución y muchas otras del país y del
extranjero. Este año, al igual que el anterior, apoyar la movilidad académica ha
supuesto un reto importante de orden material, cumplido como siempre con el
apoyo de la administración central de la universidad, de la Coordinación de Humanidades
y de la Dirección General de Asuntos del Personal Académico. Como
resultado de ello, durante este año se realizaron los trámites de 31 solicitudes de
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comisiones y licencias con goce de sueldo para llevar a cabo investigación en archivos
y bibliotecas y participar en diferentes reuniones académicas en territorio
mexicano en localidades como Colima, La Paz y Guadalajara, y en el exterior en
países como Argentina, Alemania, Austria, Escocia, España, Estados Unidos, Finlandia,
Francia, Perú, Polonia, Portugal, Reino Unido y República Checa.
Las visitas de académicos a los estados de la República y del extranjero han
crecido en comparación con los últimos años, contribuyendo a reforzar la posición
del instituto en el mapa nacional y mundial de la investigación y a atraer a amplios
públicos a nuestros actos académicos. El año pasado fuimos visitados por 83 profesores
e investigadores (64 extranjeros y 19 de los estados de la República),
quienes impartieron conferencias y seminarios o participaron en diferentes coloquios
y encuentros. Mencionaremos entre otros a Alberto Baena Zapatero, de la
Universidade Nova de Lisboa, quien participó en el Coloquio internacional “Las
mujeres en la Nueva España”; a Mónica Bolufer, de la Universidad de Valencia, que
fue invitada a participar con la conferencia “El debate de los sexos entre la Baja
Edad Media y la modernidad”; a los profesores David Brading, de la Universidad de
Cambridge, y Jorge Cañizares Esguerra, de la Universidad de Texas, participantes
en el Coloquio-Homenaje “Francisco Xavier Clavigero en la Memoria Mexicana”; y
Michèle Dagenais, de la Universidad de Montreal, quien dio una de las conferencias
de nuestro ciclo “El historiador frente a la historia”. También contamos con la presencia
de Alan Knight, de la Universidad de Oxford, quien participó en el “Coloquio
Colaboración, conflictos e influencias: una lectura histórica de la relación mexicano-norteamericana
(siglos XVIII–XXI)”; así como de Hayden White, de la
Universidad de California, Santa Cruz, Ewa Domanska, de la Universidad de
Poznan, y Hans Kellner, de la Universidad de Carolina del Norte, conferencistas
magistrales en el reciente homenaje a Álvaro Matute por sus 70 años. De igual
forma nos visitaron Luis Millones, de la Universidad Nacional Mayor de San
Marcos (Perú), con motivo del coloquio “Los animales del agua en la cosmovisión
indígena. Una perspectiva histórica”, y Emily Wakild, de la Boise State University
de Idaho, dentro del Coloquio “Las ecologías de la ciudad y el campo. La historia
ambiental de México”.
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Es importante recordar siempre que la forma de consolidar y formalizar la
colaboración entre instituciones como la nuestra y otras dedicadas a la investigación
humanística es la realización de convenios institucionales de cooperación y
edición. Este año, Históricas celebró ocho contratos de coedición, los que le permitieron
colaborar con otras instituciones académicas en la difusión de importantes
productos de investigación, además de ampliar su presencia en el mercado
editorial. Así, se formalizaron contratos con el Consejo Nacional para la Cultura y
las Artes, El Colegio de México, el Instituto de Investigaciones doctor José María
Luis Mora, el Fideicomiso Teixidor, la Facultad de Estudios Superiores Acatlán, y
Sílex Ediciones, de España. Sortear las dificultades jurídicas y de otras clases que
surgen en la negociación de estos convenios corresponde al equipo de la Secretaría
Técnica del instituto, bajo la responsabilidad de Miriam Izquierdo.
IV. CUERPOS COLEGIADOS
No se puede insistir lo suficiente en la importancia que la actividad de los órganos
colegiados tiene como termómetro de la vitalidad y salud de la universidad. Los
cuerpos colegiados son la caja de resonancia natural y legítima de las voces, opiniones
y propuestas que naturalmente surgen de una comunidad como la de Históricas,
tan diversa como lo muestran las opiniones vertidas en las reuniones del
Colegio de Personal Académico, y tan participativa como se desprende de los diferentes
ejercicios electorales y de consulta de opinión realizados a lo largo de estos
cuatro años. Personalmente quiero reconocer a los colegas que este año integraron
el Consejo Interno: Roberto Martínez, Javier Sanchiz, Elisa Speckman e Israel
Rodríguez. Todos ellos son no solo académicos brillantes, sino también dignos
representantes de nuestra comunidad en la toma de las decisiones más importantes
en torno al proyecto académico del instituto. A su trabajo y colaboración se ha
debido, entre muchas otras cosas, la culminación en los últimos meses del esfuerzo
de adecuación de los reglamentos interno, editorial y de cómputo y de sus respectivas
áreas, así como el de la biblioteca, sancionados ya por el Consejo Técnico
de Humanidades y por las demás instancias universitarias pertinentes, con lo que
se ha cumplido plenamente con una de las metas señaladas en nuestro Plan de
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Desarrollo Institucional. En el mismo sentido agradezco el trabajo realizado en
estos meses por Alfredo Ávila y Martín Ríos, titular y suplente, respectivamente, en
la representación del instituto ante el Consejo Técnico de Humanidades, y por Fernando
Betancourt y Federico Navarrete, quienes dan voz a Históricas en el Consejo
Universitario.
Este mismo compromiso con una visión institucional fundada en el rigor en
la selección, promoción y evaluación del personal académico se ha observado
siempre en nuestras comisiones dictaminadora y evaluadora. Por ello, y al igual
que en los años anteriores de esta gestión, agradezco la colaboración de los miembros
de la comisión dictaminadora, formada actualmente por los doctores Carmen
Valverde, Antonio Rubial, Leticia Pérez Puente, Guillermo Hurtado, Soledad
Loaeza y Brian Connaughton, así como de la comisión evaluadora, que hoy conforman
los doctores María Luisa Rodríguez Sala, Héctor Mendoza Vargas, Ana
Bella Pérez Castro, Matilde Souto Mantecón y Pilar Martínez López-Cano.
V. DIFUSIÓN, DIVULGACIÓN Y EXTENSIÓN
a) Publicaciones
El resultado más visible de la actividad de investigación que realiza el instituto son
sus publicaciones. Una revisión de nuestro catálogo editorial a partir de 1945
muestra trabajos que con el correr de los años se han vuelto clásicos dentro de la
historiografía mexicana y mexicanista, junto con otros que, aparecidos hace poco,
son ya referentes citados y discutidos por los especialistas y estudiantes de nuestra
disciplina. Lo mismo podría decirse de la producción de los investigadores que
halla cauce externamente en volúmenes de autor y colectivos, revistas arbitradas y
publicaciones de divulgación. A lo largo de este año, y como fruto del trabajo en
proyectos individuales, grupales e interinstitucionales, nuestros investigadores
publicaron 32 libros: 15 de ellos fueron de autor, seis de difusión, nueve coordinados
y dos ediciones. Asimismo, publicaron 84 capítulos en libros, 14 prólogos,
22 artículos académicos, 13 de difusión y 14 reseñas.
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Como casa editorial académica enmarcada en la universidad, el instituto
desarrolla una labor de alta calidad, importante y reconocida, gracias al trabajo
eficaz y especializado de los miembros del área editorial, que encabeza Ena Lastra.
Es necesario mencionar que el trabajo editorial se realiza sobre trabajos a los cuales
se ha hecho un severo dictamen académico por nuestro Comité Editorial, actualmente
formado por Roberto Martínez, Claudia Agostoni, Alfredo Ávila e Israel
Rodríguez. El trabajo del mismo (y el compromiso implícito en ello) es ingente,
porque cada año a lo largo de esta gestión ha sido notorio el incremento en el
número de textos (incluso de autores externos) presentados ante el Comité
Editorial. El resultado de la labor del comité es que durante el último año el
instituto publicó 26 títulos, de los cuales 20 fueron primeras ediciones y seis
reimpresiones. De esos títulos, 10 fueron coediciones y dos fueron producto de una
colaboración interinstitucional; 19 de esos títulos fueron producidos por nuestro
departamento editorial. También en el mismo departamento se produjeron nueve
números de nuestras revistas académicas: aparecieron así a tiempo los números
44 y 45 de Estudios de Cultura Náhuatl, 47 y 48 de Estudios de Historia Novohispana,
44 y 45 de Estudios de Historia Moderna y Contemporánea de México,
y 95, 96 y 97 del boletín Históricas. El trabajo de sus respectivos editores (Miguel
León-Portilla, José Rubén Romero Galván, Salvador Reyes Equiguas, Iván Escamilla,
Gerardo Lara, Alfredo Ávila, Andrés Ríos y Enrique Plasencia), junto con su
capacidad para innovar dentro de la tradición, ha permitido a estas revistas
mantenerse, como lo han hecho este año, entre las más prestigiadas de sus áreas
de especialidad, y lograr mayor visibilidad en un sentido formal gracias a su rediseño
gráfico.
El departamento editorial ha seguido a cargo este año del crecimiento y
mantenimiento del acervo digital de Históricas, que al presente incluye, además de
la versión en línea de todas las revistas académicas del instituto desde el primero
hasta el último número, once libros (tanto de autor como colectivos) y la colección
de obras digitalizadas del fondo reservado de la biblioteca del instituto. Como una
extensión de la presencia de nuestro instituto en los nuevos espacios de comunicación
electrónica, el departamento editorial preparó y agregó tres videoclips al
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canal de Históricas en YouTube con entrevistas a los autores de diferentes publicaciones
recientes.
Como ha sido la costumbre de los últimos años, la alta calidad de nuestras
publicaciones se ha hecho acreedora al reconocimiento externo, según lo demuestra
el Premio Editorial Antonio García Cubas del INAH en la categoría de obra
científica, otorgado al libro Poder naval y modernización del Estado: política de
construcción naval española (siglos XVI-XVIII), de Iván Valdez Bubnov.
b) Actos y reuniones académicas
Una nota de importancia a lo largo de los cuatro años de esta gestión fue la presencia
pública del instituto como entidad organizadora o participante en un creciente
número de reuniones de presentación y discusión de los resultados de la
investigación histórica. Es usual ya que mes con mes nuestras aulas y salones sobrepasen
su capacidad para dar albergue a coloquios, jornadas, seminarios y otras
reuniones académicas, en las que la asistencia de un nutrido público hace patente
la importancia de Históricas como centro productor y difusor de conocimiento.
Este rebase de nuestra capacidad (problema que merecerá sin duda atenderse en el
futuro inmediato) se entiende si pensamos que, mientras entre 2009–2010 tuvieron
lugar en el instituto 37 reuniones de esta clase, durante el período que ahora
se reporta se alcanzó el número de 49 en 105 sesiones. Entre muchas otras pueden
recordarse los coloquios “Visiones, apariciones y manifestaciones sobrenaturales
en el imaginario iberoamericano”, “Los animales en la cosmovisión indígena: una
perspectiva histórica”, “Historia de la publicidad gráfica en México, siglos XVIII-
XX” y “Rousseau en Iberoamérica: del reformismo borbónico a las revoluciones de
independencia”, coordinados por Gisela von Wobeser, Alicia Juárez, Susana Sosenski
y Alfredo Ávila, respectivamente, que se llevaron a cabo en el segundo
semestre de 2012. En septiembre, y en colaboración con la Coordinación de Humanidades
de la UNAM y el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de
Occidente, se llevó a cabo el Coloquio-Homenaje “Francisco Xavier Clavigero en la
memoria mexicana”, cuya coordinación académica por parte de Históricas estuvo a
cargo de Iván Escamilla y Ana Carolina Ibarra. Este año la Cátedra O’Gorman fue
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ocupada por José Enrique Ruiz Domenec, de la Universidad Autónoma de Barcelona,
quien habló de los senderos bifurcados del historiador moderno, mientras
que la Cátedra Marcel Bataillon, dedicada al tema del catolicismo europeo en el
siglo XVI, le correspondió al profesor Alain Tallon, de la Universidad de París IV.
Destacaré enseguida dos actos académicos. El primero de ellos es ejemplo de
las mejores tradiciones del instituto; el segundo, del deseo de innovación. Ambos
comparten, sin embargo, el común interés por el diálogo interdisciplinario. Se
trata, por una parte, del ciclo de conferencias “El historiador frente a la historia”,
que este 2013 estuvo dedicado al tema de la ciudad. Coordinado por Sergio
Miranda, el ciclo contó con la participación por parte de nuestro instituto de
Patrick Johansson, Federico Navarrete y Felipe Castro. La primera sesión estuvo a
cargo de Michéle Dagenais, quien también dictó un ciclo de conferencias
magistrales sobre los procesos de urbanización de Montreal. Por otro lado, en
marzo de este año se realizó el Coloquio “Historiografía e imagen”, evento
organizado por primera vez en colaboración con el Instituto de Investigaciones
Estéticas, en el que participaron nuestros investigadores Carmen Vázquez
Mantecón, Martín Ríos, Federico Navarrete, Andrés Ríos y Susana Sosenski.
Mención especial merece también el coloquio que, con motivo de los 70 años de
vida de nuestro investigador emérito, el doctor Álvaro Matute, tuvo lugar en abril
pasado, y en el que académicos de México y el extranjero se reunieron para
homenajear al maestro y colega.
Por lo que toca a la difusión del trabajo de nuestros académicos, durante este
año se organizaron en diversos foros las presentaciones de nueve libros, entre los
que podemos mencionar Acciones y reacciones en los puertos del Mar del Sur, de
Guadalupe Pinzón; Presencias y miradas del cuerpo en la Nueva España,
coordinado por Estela Roselló; Historia social de la Real Casa de Moneda de
México, de Felipe Castro; Las relaciones México-Estados Unidos, 1756–2010, de
Marcela Terrazas, Gerardo Gurza, Paolo Riguzzi y Patricia de los Ríos; Ángel
María Garibay: la rueda y el río, de Miguel León-Portilla y Patrick Johansson; y
Fernando III, tiempo de cruzada, editado por Carlos de Ayala Martínez y Martín
Ríos. Resumiendo la intervención de los investigadores del instituto en estos
y otros actos académicos, nos encontramos con que participaron con 146 ponencias
A. Mayer - Cuarto informe de labores 2012–2013 17

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en reuniones académicas, de las cuales 48 tuvieron carácter internacional, y dictaron
62 conferencias, mayoritariamente en México. Intervinieron en la organización
de 44 eventos académicos como coloquios, mesas redondas, seminarios y
jornadas, y estuvieron en las presentaciones de 38 publicaciones en la capital y en
los estados de la República. Varios investigadores del instituto colaboraron una vez
más como miembros del comité organizador de la VII Olimpiada Mexicana de la
Historia para jóvenes de escuelas secundarias de todo el país y en la 2ª Olimpiada
Universitaria del Conocimiento. Bachillerato, de la UNAM.
Por otra parte, y por sexto año consecutivo, el instituto participó en la
producción de dos series televisivas, en colaboración con la Coordinación de Universidad
Abierta y Educación a Distancia (CUAED) de la UNAM. Se trata de las
series Divulgación de la Historia y de la tercera temporada de Historia y
religiosidad, coordinadas y conducidas por Alfredo Ávila y Gisela von Wobeser,
respectivamente, que se transmitieron en octubre y mayo dentro de la barra
educativa “Mirador Universitario” por el canal 22, la red Edusat y por internet en el
sitio de la CUAED. Ambas series contaron con la participación de distinguidos
especialistas y tuvieron una excelente retroalimentación por parte de los televidentes.
En otros y más nuevos medios, en septiembre de 2012 se incorporaron a
la difusión electrónica del instituto las redes sociales Facebook y Twitter, que han
hecho posible una comunicación más directa con el público que se interesa en las
actividades de Históricas. A la fecha, son ya 2 280 seguidores en Facebook, y en
Twitter, 1 577. Asimismo, y con la intención de difundir entre un público más
amplio nuestro quehacer académico, se prosiguió con la publicación para su reproducción
y descarga en la página web de podcasts o archivos de audio de cuatro
coloquios, que comienzan a constituir un acervo permanente en línea.
Para concluir estas líneas dedicadas a la difusión, quiero referirme a otro
proyecto de comunicación de la mayor importancia: la nueva página web del
Instituto de Investigaciones Históricas. Como producto de la coordinación entre
la Secretaría Técnica y la coordinación de computo, y con la colaboración de la
Secretaría Académica y de las demás áreas operativas del instituto, desde el pasado
27 de mayo se encuentra en línea un portal totalmente rediseñado a partir de un
proyecto que permitirá la actualización constante de nuestros contenidos según
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las necesidades de cada una de las áreas de investigación y apoyo del instituto y
de nuestros académicos. Deseamos que esta nueva página sirva como fuente de
información para todos los interesados en conocer mejor los afanes de Históricas,
pero también como punto de encuentro de nuestra propia comunidad. Su presentación
formal tendrá lugar el próximo 10 de junio.
VI. APOYO A LA INVESTIGACIÓN
a) Biblioteca
La biblioteca “Rafael García Granados” es un exitoso caso de sintonía entre las
metas establecidas en la planeación general de desarrollo del instituto, el trabajo de
un área de apoyo a la investigación y los requerimientos cotidianos de sus académicos.
La constante comunicación mantenida entre la coordinación de la misma
y los investigadores, directamente o mediante la Comisión de Biblioteca, ha
permitido la realización y seguimiento a proyectos de gran envergadura. El permanente
apoyo y atención de la Secretaría Administrativa del instituto y de la
Dirección General de Bibliotecas de la UNAM han sido igualmente importantes en
los buenos resultados alcanzados en esta área. De ese modo ha sido posible, por
ejemplo, destinar importantes recursos a la adquisición de 284 títulos de libros
electrónicos y 20 títulos de revistas digitales, y a la digitalización de 97 volúmenes
de los fondos antiguos de nuestra biblioteca, accesibles desde LIBRUNAM y de
nuestros catálogos locales. Otro proyecto concluido en esta gestión ha sido el de
catalogación y clasificación del Fondo de la extinta Sociedad Científica Antonio
Alzate, del siglo XIX y principios del XX, que incluye libros, revistas, fotografías y
folletos sobre distintos temas científicos y de historia. Muchos de estos títulos son
únicos en nuestro país, por lo que su valor histórico es inestimable.
Esta riqueza de información es ahora más fácilmente accesible gracias a que
todas las áreas de la biblioteca se encuentran automatizadas. Viene al caso agradecer
aquí la generosa ayuda del doctor Adolfo Rodríguez Gallardo, director de
DGB, gracias a la cual fue posible actualizar los equipos de cómputo y obtener un
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nuevo servidor para la biblioteca. Por todo esto, ha sido posible migrar a la última
versión de Aleph 21 sus 10 catálogos, y ofrecer un servicio más eficiente de búsqueda
y acceso a los cada vez más abundantes recursos electrónicos que ofrece la
biblioteca, en beneficio de sus numerosos usuarios internos y externos. Más de
10 500 usuarios acudieron durante el período que se reporta a solicitar los servicios
de nuestra biblioteca, en la que consultaron más de 19 800 volúmenes mediante el
préstamo a sala, domiciliario o interbibliotecario.
Todo lo anterior se suma a los esfuerzos realizados durante los cuatro años
de esta administración para conservar óptimamente los fondos de la biblioteca de
Históricas, y que han incluido la climatización de acervos especiales y las
correspondientes obras para mejorar las condiciones de su preservación y consulta.
Considero justo reconocer la labor que durante este tiempo han hecho para
conseguirlo tanto el coordinador de la biblioteca, Martín Sandoval, como su
equipo. La biblioteca “Rafael García Granados” es, después de todo, no sólo uno de
los principales instrumentos de trabajo de nuestros académicos, sino que por sí
misma constituye una valiosa herencia dejada por sucesivas generaciones de
investigadores para nuestro provecho y el del público. Por eso es nuestro deber
asegurarnos, en la medida de lo posible, que ese legado pueda continuar creciendo
y enriqueciéndose en concordancia con los cambios actuales y futuros de la
disciplina histórica y de los recursos tecnológicos a nuestro alcance para el aprovechamiento
de la información.
b) Cómputo
Me satisface informar que al concluir este último año de gestión la Coordinación de
Cómputo ha consolidado su transformación en un área fundamental de apoyo para
el funcionamiento del resto de las áreas académicas y administrativas del instituto,
capaz de proporcionar una infraestructura de servicios de cómputo antes inexistentes
gracias a la modernización de la red y de sus servidores, pero sobre todo a la
capacitación de sus técnicos académicos. A todos ellos y a su coordinador, Miguel
Meléndez, quiero agradecer el continuado esfuerzo de varios años para lograr este
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cambio, y cumplir así con uno de los objetivos del plan de desarrollo planteado al
inicio de esta administración.
Durante este período, como parte de la renovación que inició el año pasado,
se realizó la modernización de la infraestructura de telecomunicaciones del
segundo piso y la sustitución de antenas inalámbricas, todo esto con el fin de
mejorar el desempeño de la red y ampliar la gama de servicios que ésta proporciona.
El instituto cuenta ahora con una sólida infraestructura de servidores,
administrada por el propio personal de Cómputo, para atender las necesidades de
hospedaje de sitios web, de bases de datos, de catálogos de la biblioteca, de sistemas
de información, de control de acceso a las computadoras, de administración de
impresiones y de seguridad informática. Como parte de nuestra seguridad, todas
las computadoras que posee actualmente el instituto cuentan con las licencias de
uso de todos los programas instalados, además de que de manera continua se
realizan actualizaciones de los programas más utilizados por los usuarios.
Los técnicos académicos que integran la Coordinación de Cómputo están
capacitados en el manejo de las múltiples tecnologías que están siendo utilizadas,
como el uso de nuevos sistemas operativos; el desarrollo de sitios web, de sistemas
de información y de bases de datos; la administración de la seguridad informática;
la virtualización de servidores; la administración de la red de datos; y el manejo de
diferentes programas, indispensable para proporcionar asistencia técnica. De
forma continua, se ha brindado apoyo en todo evento académico que así lo ha
requerido, con la instalación y operación de equipo de audio, de proyección, de
cómputo y de videoconferencia. Además, los técnicos académicos de Cómputo han
proporcionado asesoría para la adquisición de equipo para proyectos académicos,
asistencia técnica en el uso de programas, digitalización de documentos e imágenes,
edición digital de audio y video, elaboración de presentaciones y mapas,
además de la instalación y constante actualización de aplicaciones. Si bien el
trabajo de esta coordinación debe continuar por la ruta trazada, el siguiente paso
en Cómputo en realidad tendrá que ser dado por los propios investigadores del
instituto, y dependerá de su capacidad para plantear en el futuro inmediato más
proyectos que impliquen en su concepción inicial y desarrollo posterior, así como
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en la publicación y difusión de sus resultados, el uso de las tecnologías de la información
como herramientas básicas de la investigación histórica.
VII. DESARROLLO ADMINISTRATIVO
El mayor o menor grado de éxito de toda institución en la consecución de sus
objetivos y proyectos pasa en buena medida por el manejo inteligente de sus
recursos materiales de acuerdo con estrategias administrativas correctamente
planteadas y adecuadas a los fines de la propia organización. En nuestro caso, la
Secretaría Administrativa del instituto ha sabido comprender a lo largo de estos
cuatro años la naturaleza fundamentalmente académica del proyecto de Históricas,
y ha hecho una contribución invaluable para lograr que ningún aspecto de nuestra
actividad (sea la investigación, el intercambio, la docencia, la difusión o el
fortalecimiento de la infraestructura) se interrumpa por falta de recursos. Los
estados incluidos en este informe ejemplifican cómo, mediante el manejo de
recursos logrados por ingresos extraordinario, ha sido posible atender las
necesidades de las diferentes áreas del instituto, incluidos viáticos, pasajes aéreos y
profesores visitantes, edición de libros y mantenimiento de la infraestructura
básica del instituto. Del mismo modo, a lo largo de esta gestión el apoyo de la
Secretaría Administrativa ha sido indispensable para contar con los medios sin
los cuales no habría sido posible consolidar un proyecto académico por medio del
fortalecimiento y renovación de nuestra planta de investigadores y técnicos
académicos.
Considero necesario destacar también que en el ejercicio y administración
de estos medios, el área administrativa del instituto se ha manejado con una
transparencia ejemplar, misma que ha sido reconocida en los diferentes ejercicios
de auditoría externa a los que esta gestión se ha sometido. Lo anterior, junto con la
capacitación y profesionalización del personal administrativo y de base, y la aplicación
local de los sistemas de gestión, control y seguimiento de metas programáticas
establecidos por la administración central de la universidad, representa en
conjunto un esfuerzo singular por lograr una administración de calidad, por el cual
debo dar las gracias al titular de la Secretaría Administrativa, Rubén Olmedo, y a
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todo su equipo. Como toda administración, la del instituto es susceptible de
cambios y mejoras, pero estos nunca podrán venir sin una adecuada armonía entre
los diferentes proyectos de crecimiento académico y eficiencia administrativa, lo
que hoy por hoy constituye sin duda uno de los mayores retos que enfrenta la
universidad.
Conclusión y agradecimientos
Ha sido un honor conducir a esta gran institución en los dos períodos sucesivos en
que he tenido la invaluable oportunidad de servir a la universidad. No puede haber
una gestión exitosa sin un equipo de trabajo eficiente. Bueno sería listar a
continuación a todas las personas que colaboraron conmigo de una u otra forma,
a quienes expreso mi más sincera gratitud, pero no diré nombres pues podría
involuntariamente omitir alguno. Más aún, ya he dado las gracias en cada sección
de este informe a los jefes de departamento y sus equipos de colaboradores, a los
miembros de comités y de comisiones y a los representantes de los distintos
cuerpos colegiados. Mencionaré particularmente a las personas más cercanas a la
dirección. De julio de 2009 a abril de 2010 al frente de la Secretaría Académica
estuvo el doctor Alfredo Ávila y de esa última fecha al presente, el doctor Iván
Escamilla. Me siento muy afortunada por haber trabajado de manera tan cercana
con dos académicos de tanto prestigio y de enorme calidad humana, responsabilidad,
generosidad, entrega y eficiencia para atender los asuntos universitarios.
Mención especial merecen Rubén Olmedo Ponce al frente de la Secretaría
Administrativa y Miriam Izquierdo de la Técnica, personas de mucho mérito y
compromiso institucional.
Agradezco sinceramente al señor rector de nuestra universidad, doctor José Narro
Robles, siempre muy sensible a las necesidades del quehacer humanístico. A la
doctora Estela Morales Campos, coordinadora de Humanidades, por su cercanía,
confianza y apoyo. A Raymundo Torres e Irene García Alquicira, por el apoyo personal
y la asistencia cotidianas. Desde luego, a todos y cada uno de los que integran
la comunidad del Instituto de Investigaciones Históricas reconozco su trabajo para
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hacer de nuestra institución un referente nacional e internacional. Por último, pero
no por ello menos importante, mencionaré a mi familia, por su solidaridad y cercanía
en esta maravillosa y enriquecedora tarea que ha sido ser directora del
Instituto de Investigaciones Históricas.
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