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2ª parte

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Didáctica de la relatividad aditivo-ordinal y de los números enteros<br />

45<br />

Se trata de un campo de aplicación parcial de los números enteros porque en ninguno de los tres<br />

tipos de situaciones descritas tiene sentido la multiplicación como ley de composición interna (en la<br />

que los dos factores y el resultado son de la misma naturaleza); ¿qué sentido tienen las multilicaciones:<br />

año x año, deuda x bien, saldo x saldo, pérdida x pérdida = ganancia?.<br />

Únicamente podemos encontrar ejemplos coherentes de la multiplicación como producto externo<br />

(factores de distinta naturaleza o de magnitudes diferentes o con significados distintos: “deshacer<br />

3 veces un retroceso de 5 pasos” ((-3)x(-5)) es lo mismo que “avanzar 15 pasos” (+15) o<br />

que “repetir 3 veces un avance de 5 pasos” ((+3)x(+5)); en un depósito se pueden plantear problemas<br />

en los que tienen sentido las multiplicaciones, pero siempre que los factores sean de distinta<br />

naturaleza: grifo (+) y desagüe (-), tiempo antes (-) y tiempo después (+); “quitar dos veces un<br />

saldo de -6” ((-2)x(-6)) es lo mismo que “añadir un saldo de +12”; etc.).<br />

Tradicionalmente, los tipos de situaciones descritos son tratados, o bien en el proceso didáctico<br />

usual de la aritmética con números naturales, o bien como ejemplos introductorios de los números<br />

enteros, pero, en realidad se trata de una vía de aplicación que se agota en la estructura aditiva y<br />

ordinal, quedando la justificación de la multiplicación y de la estructura completa de Z (anillo de<br />

integridad totalmente ordenado) para el campo de los fenómenos del apartado 2, el campo que<br />

realmente motivó la construcción formal del conjunto de los números enteros.<br />

1.3.2 Aritmética, Álgebra y Geometría: Origen histórico y campos de aplicación matemática<br />

de los números enteros<br />

Cuando aún no se conocían los números enteros (aunque sí los negativos), ya se resolvían, por<br />

medio de ecuaciones, problemas relacionados con algunas de las situaciones anteriores; también se<br />

resolvían ecuaciones en abstracto y se realizaban todo tipo de manipulaciones algebraicas.<br />

lo que motivó la ampliación de los naturales a los enteros<br />

En el campo de la actividad matemática, desligada con frecuencia de las magnitudes y de los<br />

significados concretos, aparecían coeficientes, raíces y operaciones que no encajaban con lo conocido<br />

hasta entonces y que, sin embargo, “funcionaban” y eran útiles, por lo que debían ser considerados,<br />

justificados, relacionados con el resto de conocimientos matemáticos e integrados junto a<br />

ellos en un todo coherente. Fueron“necesidades matemáticas” tales como: convertir la sustracción<br />

en una ley de composición interna (hacerla posible en todos los casos), resolver todo tipo de ecuaciones,<br />

representar geométricamente funciones en todo el plano sin ninguna restricción o encontrar<br />

una justificación a la regla de los signos para la multiplicación, conocida y aceptada por su utilidad<br />

en la resolución de ecuaciones, las que, entre otras, demandaron durante mucho tiempo la ampliación<br />

de los números naturales a los números enteros.<br />

fué necesario abandonar los intentos basados en la noción de cantidad<br />

Al mismo tiempo se pensaba que la ampliación debía constituir un modelo para el campo de la<br />

relatividad aditivo-ordinal, de acuerdo con la concepción de que el número expresa cantidad. Pero<br />

ninguno de los intentos de justificación en el terreno de las cantidades y magnitudes dió resultado;<br />

en primer lugar por las dificultades para dar una interpretación “real” a los números negativos como<br />

cantidades en todas las situaciones y, en segundo lugar, por los problemas mencionados con la<br />

multiplicación y la regla de los signos.<br />

los números enteros: objetos útiles para fenómenos matemáticos y sus aplicaciones<br />

La única justificación válida y completa vino por la vía estrictamente formal, es decir, para poder<br />

satisfacer las necesidades matemáticas indicadas era necesario ampliar los números naturales<br />

con todas sus propiedades, de manera que estas se conservaran intactas en el conjunto ampliado<br />

(ver apartado 3.2). Con estas condiciones, los números enteros y, en general, el doble signo dan<br />

Univer-<br />

Didáctica de la Matemática<br />

sidad de Málaga

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