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… | LANDESKUNDE | ARAGóN Kommt mir Aragonien spanisch vor? Foto: Marc Darkin Die Gemälde des aragonesischen Malers Goya (1746– 1828) sind in der ganzen Welt bekannt. Doch da er hauptsächlich am Königshof in Madrid wirkte, wissen die wenigsten, dass er sein Handwerk in Saragossa, der Hauptstadt Aragoniens, erlernte. Diese nordspanische Region ist den deutschen Touristen kaum bekannt. Wer aber eine Entdeckungsreise nach Aragonien untern<strong>im</strong>mt, wird sich wundern, wie viel Sehenswertes das ehemalige Königreich zu bieten hat. Wer aus Richtung Madrid nach Calanda kommt, einem Dreitausendfünfhundert-Seelen-Dorf in Aragonien, hat weite menschenleere Gegenden passiert, Orte mit herbpoetischen Namen wie Tobillos (Knöchel), Castel de Cabra (Ziegenburg) und Ojos Negros (Schwarze Augen). Weiter südlich, an kleineren Straßen, gibt es Orte, deren Namen „Kalte Burg“ oder „Rohes Brot“ bedeuten, „Kaninchenhügel“ oder auch „Gefängnisturm“. Karge Welt. […] Zu Pferd muss dies eine anstrengende Landschaft gewesen sein. Manchmal geht es auf zwölfhundert Meter hoch, der Horizont ist weit, ein Bild von spröder Grandiosität. Auf fabelhaft asphaltierten Straßen rauscht das Auto einsam dahin; wenn sich rechts etwas bewegt, sind es vielleicht zwei Alte mit O-Beinen, unterwegs von einem Dorf zum anderen, etwas anderes als den Fußmarsch kennen sie nicht. (Ausschnitt aus Paul Ingendaay: Gebrauchsanweisung für Spanien, Abdruck mit freundlicher Genehmigung des Piper Verlags GmbH ©2002,2011, München) Aragonien ist mit 28 Einwohnern pro km 2 sehr dünn besiedelt. So kann man auf langen Wanderwegen in den Pyrenäen oder <strong>im</strong> trockenen Ebro-Becken mehrere Tage unterwegs sein, ohne einer Menschenseele zu begegnen. Gleichzeitig treffen sich in den Skigebieten Aragoniens Wintersportler aus aller Welt. Der höchste Gipfel der Region liegt übrigens in den Pyrenäen und ragt 3.500 m empor. Auf dem Kamm dieses Gebirges verläuft auch die Grenze zwischen Spanien und Frankreich. Los cuadros del pintor aragonés Goya (1746–1828) son conocidos en el mundo entero. Pero lo que muy pocos saben, puesto que la mayor parte de su actividad se desarrolló en Madrid, es que fue en Zaragoza, capital de <strong>Aragón</strong>, donde aprendió su oicio. Esta región del norte de España es poco conocida por los alemanes, pero todo aquel que quiera emprender un viaje y descubrirlo se maravillará de lo que el antiguo reino ofrece al visitante: “Quien desde Madrid vaya a Calanda, un pueblo de 3500 habitantes de <strong>Aragón</strong>, habrá pasado por parajes inhóspitos con nombres evocadores como Tobillos (Knöchel), Castel de Cabra (Ziegenburg) y Ojos negros (Schwarze Augen). Más al sur, junto a las carreteras más pequeñas, hay lugares cuyos nombres son igualmente extraños: “Castillo frío”, “Panduro”, “Cerro de los conejos” o “Torre de la cárcel”. ¡Qué mundo de miserias! A caballo debe de haber sido un paisaje desolador; a veces se eleva hasta los 1200 m y el árido horizonte se extiende a lo lejos en una <strong>im</strong>agen grandiosa. El coche solitario se dirige allá por carreteras bien asfaltadas, y es posible que, al moverse un poco a la derecha, encuentre un par de ancianos de piernas arqueadas yendo a otro pueblo. No conocen otra cosa más que el caminar.” (Traducción del libro de Paul Ingendaay: Gebrauchsanweisung für Spanien, Reproducción con permiso de Piper Verlags GmbH ©2002,2011, München) Con 28 habitantes por km, <strong>Aragón</strong> está muy poco poblada, de manera que se pueden dar largos caminatas por los Pirineos o por la cuenca seca del río Ebro sin encontrar una sola alma durante días. Al mismo tiempo, deportistas de todo el mundo se reúnen en las pistas de esquí aragonesas. El pico más alto de la región se encuentra precisamente en los Pirineos y se eleva hasta los 3500 m de altitud, sobre cuya cumbre se pierden las fronteras entre España y Francia. 17