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Libro Anales Literatura 22.indb - RUA - Universidad de Alicante

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Miró y Midrash: El caso <strong>de</strong> Figuras <strong>de</strong> la Pasión <strong>de</strong>l Señor 161<br />

lleguen reflejos <strong>de</strong>l Cielo, es una cosa enteramente humana» (págs. 316-17). 11<br />

El ciclo <strong>de</strong> los midrashim, al parecer atemporal, si no explícitamente eterno, es<br />

la interpretación libre y lírica <strong>de</strong> la Sagrada Escritura. Según las casi infinitas<br />

posibilida<strong>de</strong>s que se presenten, florece como un arte al parecer promovido<br />

por el Cielo. Pero sigue en pleno contacto con la tierra y en función con sus<br />

moradores <strong>de</strong>masiado humanos.<br />

En este contexto, Figuras <strong>de</strong> la Pasión <strong>de</strong>l Señor tiene un paralelismo con<br />

la obrita <strong>de</strong> Dostoyevky La leyenda <strong>de</strong> Gran Inquisidor, intercalada como sueño<br />

en Los hermanos Karamazov (1879-80). El novelista ruso enumera las reacciones<br />

ante Cristo que, vuelto a la tierra, ha estado predicando en la Sevilla<br />

<strong>de</strong>l siglo xvi, y luego es prendido para comparecer <strong>de</strong>lante <strong>de</strong>l jefe <strong>de</strong>l Santo<br />

Oficio. Su nueva Pasión, igual que la <strong>de</strong>l Gran Inquisidor, recuerdan las <strong>de</strong> los<br />

sumos sacerdotes <strong>de</strong> la Biblia, al lado <strong>de</strong> los que Miró engrana en su propia<br />

novelística. Los prepotentes eclesiásticos que <strong>de</strong>scribe quedan como figuras<br />

en los albores <strong>de</strong> nuestra era, pero no <strong>de</strong>jan <strong>de</strong> suscitar una simbiosis <strong>de</strong> lo<br />

antiguo y lo mo<strong>de</strong>rno. Mientras tanto, Jesús se yergue en el «Servidor que<br />

sufre» (Is. 53), una imagen que resuena con las <strong>de</strong> todas las personas procesadas<br />

y martirizadas por la Inquisición. Estas víctimas veni<strong>de</strong>ras se recapitulan<br />

recíprocamente en el primer cristiano, cuyo mensaje <strong>de</strong> misericordia parece<br />

que sigue siendo rechazado por los órganos oficiales en cualquier edad <strong>de</strong>l<br />

mundo. Los sacerdotes principales <strong>de</strong> su época, igual que los <strong>de</strong> la España<br />

que <strong>de</strong>scribe Dostoyevsky, consi<strong>de</strong>ran al Nazareno como un gran hereje, uno<br />

cuya existencia en el mundo perjudica mucho a los <strong>de</strong> su nación y <strong>de</strong> su<br />

religión, tramitando en sí una tremenda amenaza a su jerarquía <strong>de</strong> po<strong>de</strong>res<br />

y privilegios. Lo mismo pasa con los marranos, los moriscos, los luteranos y<br />

los <strong>de</strong>más apóstatas <strong>de</strong> los siglos veni<strong>de</strong>ros; pervive así la Pasión Divina en las<br />

tribulaciones <strong>de</strong> todos los que vendrán <strong>de</strong>spués. Al final <strong>de</strong> la novela, la mujer<br />

samaritana se queja: «¡Rábbi, Rábbi! ¿Por qué has resucitado para subirte al<br />

cielo?» (pág. 1.400). En sus palabras tan cargadas <strong>de</strong> esperanza y <strong>de</strong> tristeza<br />

reverberan todas las expectativas y añoranzas, las que vemos surtidas en todas<br />

las eda<strong>de</strong>s y por todas las leyes. Los discípulos siguen proclamando la buena<br />

noticia, que «Jesús ha rescucitado, y subió al cielo» (pág. 1.400). Pero su Pasión<br />

está proyectada en los sufrimientos <strong>de</strong> los que se quedan en la tierra, sean<br />

éstos judíos, cristianos, paganos o lo que fuesen. Tal nexo <strong>de</strong> imágenes resulta<br />

11. Dos figuras contemporáneas suyas que influyeron mucho en Miró, André Gi<strong>de</strong> y Oscar<br />

Wil<strong>de</strong>, a su vez programaron su «perverse midrash» (Downey). Ver también: Macdonald<br />

1975, págs. 32, 151 et passim, y 2002, pág. 91; Larsen 1989, págs. 69-89.<br />

<strong>Anales</strong>, 22, 2010, pp. 145-170

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