El Guadalquivir, vía fluvial romana.pdf - RUA

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EL GUADALQUIVIR, VíA FLUVIAL ROMANA 73 Además de estos puertos grandes, cuyas ruinas o cuyo recuerdo se nos han conservado, debieron existir muchos puertos pequefios y embarcaderos. Cada ciudad, cada pueblo riberefio del Guadalquivir tendría el suyo propio, e incluso cada jundus 'i y gran propiedad agrícola contaría con un embarcadero para ~ I su propio servicio. Hasta aquí se traerían los productos, sobre todo el aceite, para que los recogieran los barcos y los llevaran río abajO. De estos embarcaderos no se ha conservado nada, pero debían existir en todos aquellos lugares donde las marcas de ánforas presentan la leyenda PORT., POR. Y abundan de manera relativa. Igualmente existirian en los lugares conocidos aún hoy como "El Puerto", tales como el que conserva ese nombre cerca de Lora del Río y el llamado "El Puerto del Barco", en el término de Brenes, donde los naturales cuentan que existían restos de edificaciones antes que las máquinas las destruyeran, y donde hemos encontrado una considerable cantidad de marcas de ánforas (59). En cuanto a diques propiamente dichos, Bonsor vio uno en Posadas, a la que identifica con Detumo (60), no demasiado importante. Thouvenot ha identificado otro en Lora del Río (fig. 5), la antigua Axatí, que no cita Bonsor. Es un dique que parte de la orilla derecha y se adentra en el río en dirección opuesta a la de la corriente. Mide aproximadamente unos cincuenta metros de longitud por unos cuatro de anchura. La parte central de este dique está compuesta de un conglomerado de piedras de todas clases y tamafios, y a ambos lados de ella corren paralelos ·dos gruesos muros de mampostería. No se ha excavado nunca y no se sabe, por tanto, si sus cimientos descansan sobre el suelo natural o sobre un relleno artificial de piedra. En cuanto a su utilidad, ésta ha sido muy grande; servía para recibir el Choque de la comente e imprimir una dirección fija a las aguas, evitando los remolinos. Contribuia a asegurar una corriente uniforme y un caudal constante de agua en el canal medio del río (61). En este aspecto de la construcción de diques, como en tantos otros, los romanos demostraron su gran sentido práctico, dando a los problemas que el río planteaba, en esencia los mismos que ahora, las soluciones que hoy aparecen como las más útiles. La 10 (59) Véase cap. V, págs. 143 ss. (60) Bonsor. G.: Op. cit., pág. 7. (61) Thouvenot: Op. cit., pág. 524.

74 LORENZO ABAD CASAL experiencia ha demostrado, nos dicen los ingenieros encargados de velar por la seguridad del rio, que los diques transversales son preferibles a los longitudinales, porque si una gran crecida ataca a éstos por su parte posterior, arrastra rápidamente todos los depósitos acumulados y destruye el trabajo de mucho tiempo, Mejor resultado dan los diques transversales, que quedan sumergidos en las grandes crecidas y dan paso a la corriente, pero disminuyen su velocidad y facilitan el depósito de los limos que las aguas llevan consigo, contribuyendo a la formación de la margen deseada (62). Además de estos diques principales, existirían otros que no se han conservado y que tratarian de evitar en lo posible la formación de meandros y de encauzar la corriente del rio. Aunque no quedan restos materiales, nos ha llegado la noticia de la existencia en la desembocadura del Guadalquivir de un faro que servia para que los navegantes encontraran el camino seguro para remontar el rio. al tiempo que les advertfa de la proximidad de la neligrosa barra de arena. Estrabón lo llama Kat'ltímvoc; 'ltÓP'Yoc;, Torre de Cepión, y la describe como "puesta sobre una pefía rodeada nor el mar. un edificio admirable como el Faro (de Ale1andrla) y Que sirve a la se¡;roridad de los navegantes. Porque la tierra arrastrada. nor el rio forma ba10s y el mar delante de la boca esM llf!no de escollos. de manera Que hace falta una sefial bif!n visible" (63). Pomnonio Mela 10 describe más escuetamente: "En el mismo mar (se encuentra) el monumento ·de Cenión, construido sobre un nefíasco más Que sobre una isla" (64). No dice Que se trate concretamente de' un faro, pero la similitud de nombre y emnIazamiento con el nlle cita Estrabón, as! nermite sunonerlo. Fue levantado por Q. Servfltus Caenfo, cónsul en 140-139, que intervino en la guerra lusitana. De ah! su nombre de monumentum Caenionfl'l. Del mismo personaje procede el actual nombre de Chipiona. Schulten ha fijado el emplazamiento del monumentum en la isla de Salmedina. enfrente de la citada ciudad (65). (62) Llauradó, A.: "La navegación interior en Espafia", BSGM, XXX, 1891 ¡ pág. 93. (63) Estrabón: nI, 1,9. Trad. FHA, pág. 93. (64) P. Mela: In, 4: ln ipso mari monumentum Caepionis scopulo magi$ quam insulae impositum. (65) Schulten. A.: FHA, 1, 149.

74 LORENZO ABAD CASAL<br />

experiencia ha demostrado, nos dicen los ingenieros encargados<br />

de velar por la seguridad del rio, que los diques transversales<br />

son preferibles a los longitudinales, porque si una gran crecida<br />

ataca a éstos por su parte posterior, arrastra rápidamente todos<br />

los depósitos acumulados y destruye el trabajo de mucho tiempo,<br />

Mejor resultado dan los diques transversales, que quedan sumergidos<br />

en las grandes crecidas y dan paso a la corriente,<br />

pero disminuyen su velocidad y facilitan el depósito de los<br />

limos que las aguas llevan consigo, contribuyendo a la formación<br />

de la margen deseada (62).<br />

Además de estos diques principales, existirían otros que no<br />

se han conservado y que tratarian de evitar en lo posible la<br />

formación de meandros y de encauzar la corriente del rio.<br />

Aunque no quedan restos materiales, nos ha llegado la noticia<br />

de la existencia en la desembocadura del <strong>Guadalquivir</strong><br />

de un faro que servia para que los navegantes encontraran el<br />

camino seguro para remontar el rio. al tiempo que les advertfa<br />

de la proximidad de la neligrosa barra de arena. Estrabón lo<br />

llama Kat'ltímvoc; 'ltÓP'Yoc;, Torre de Cepión, y la describe como<br />

"puesta sobre una pefía rodeada nor el mar. un edificio admirable<br />

como el Faro (de Ale1andrla) y Que sirve a la se¡;roridad<br />

de los navegantes. Porque la tierra arrastrada. nor el rio forma<br />

ba10s y el mar delante de la boca esM llf!no de escollos. de manera<br />

Que hace falta una sefial bif!n visible" (63). Pomnonio Mela<br />

10 describe más escuetamente: "En el mismo mar (se encuentra)<br />

el monumento ·de Cenión, construido sobre un nefíasco más Que<br />

sobre una isla" (64). No dice Que se trate concretamente de' un<br />

faro, pero la similitud de nombre y emnIazamiento con el nlle<br />

cita Estrabón, as! nermite sunonerlo. Fue levantado por Q. Servfltus<br />

Caenfo, cónsul en 140-139, que intervino en la guerra<br />

lusitana. De ah! su nombre de monumentum Caenionfl'l. Del<br />

mismo personaje procede el actual nombre de Chipiona. Schulten<br />

ha fijado el emplazamiento del monumentum en la isla<br />

de Salmedina. enfrente de la citada ciudad (65).<br />

(62) Llauradó, A.: "La navegación interior en Espafia", BSGM, XXX, 1891 ¡ pág. 93.<br />

(63) Estrabón: nI, 1,9. Trad. FHA, pág. 93.<br />

(64) P. Mela: In, 4: ln ipso mari monumentum Caepionis scopulo magi$ quam insulae<br />

impositum.<br />

(65) Schulten. A.: FHA, 1, 149.

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