El Guadalquivir, vía fluvial romana.pdf - RUA
El Guadalquivir, vía fluvial romana.pdf - RUA El Guadalquivir, vía fluvial romana.pdf - RUA
70 LORENZO ABAD CASAL en el Tiber, al tiempo que da noticias del Guadalquivir y de su carácter navegable, no habría dejado de advertir que lo era mediante un sistema artifical, igual al de aquel rio. Puede argumentarse que PUnio escribe en el siglo 1 d. C. y que la regUlación de las aguas del Guadalquivir tendría lugar qUizás en el siglo siguiente, ya que entonces es cuando el tráfico comercial y marítimo alcanza mayor auge y se exportan a Roma más mercancías. Pero en contra de ello tenemos el testimonio de Estrabón, que escribe cíen años antes que Plinío y nos da la más cumplida información del carácter navegable que ya entonces tenía el río. En cuanto al último argumento de Bonsor, el considerar la inscripción POR(tus) de las marcas de ánforas como indicación del posible emplazamiento de un dique, creemos no debe tomarse en cuenta, puesto que POR. señala únicamente el lugar próximo al río donde las ánforas habían sido fabricadas o el mismo lugar de su embarque (46). Parece indudable, como apunta Thouvenot (47), que el mantenimiento del carácter navegable del rio requeriría un estudio pacIente de su régimen, al mismo tiempo que una gran cantidad de cuidados y de obras. Con la ruina del Imperio estos trabajos se abandonaron y el tramo medio del rio, desde Córdoba hasta Sevilla, fue perdiendo poco a poco su carácter navegable. 2. RESTOS DE CONSTRUCCIONES ANTIGUAS EN EL Río. Desgraciadamente, son muy pocos los restos de construcciones que se han conservado en el Guadalquivir. Quizás sean los ríos los lugares menos apropiados para que las construcciones realizadas en sus orillas o dentro de su cauce perduren, ya que la erosión fluvial, las crecidas e inundaciones, los sedimentos depositados por el río y otras muchas causas coadyuvan a su destrucción. Por eso son muy pocos los ríos que muestran al descubierto ruinas de edificios o puertos bien conservados. En el caso de que existan, son prácticamente irreconocibles. En el Guadalquivir se conservan restos de algunas de estas construcciones. A continuación nos referiremos a dos de ellas: puertos y diques. (46) Idem: pág. 45. (47) Thouvenot: Op. cit., pág. 521
EL GUADALQUIVIR, VíA FLUVIAL ROMANA 71 Los puertos fluviales siguen todos ellos un modelo muy parecido; las orillas de los ríos se fijarían con ayuda de pUotes y, si era necesario, se las consolidaría con rocas y piedras. Una vez dado este paso preliminar, se construirían los muelles de carga y descarga, de extensión variable según la importancia del puerto, y a su alrededor se establecería una linea de almacenes, oficinas de contratación y talleres, casi siempre de madera. Desde el puerto, una o varias calles conducirían al Foro (48). Todas estas construcciones ligeras se han perdido y se conservan únicamente los restos, casi siempre los cimientos, de aquellos puertos más importantes construidos no con madera y tierra, sino con grandes bloques de piedra. Aun así, la mayoría de las veces se ha construido encima un nuevo puerto y se ha perdido el recuerdo de su existencia. En el caso concreto del Guadalquivir, la sal depositada por el río ha servido para cementar len su último tramo numerosos trozos de granito arrastrados desde las montañas andaluzas; de este modo se han ido formando unos sólidos cimientos para los puertos construidos posteriormente sobre sus orillas (49). Los primeros restos de puertos los encontramos, siguiendo el sentido descendente de las aguas del rio, en Peñaflor, la antigua Celti (fig. 3). Su dique, llamado El Higuerón, está construido con grandes bloques de piedra sin cortar, algunos de los cuales llegan a medir tres metros de. largo, uno de ancho y uno de alto. Bonsor creyó ver en él una clarísima estructura prerromana, mudo testigo de la ocupación de la ciudad en fecha anterior a Roma (50). Otros, en cambio, lo consideran romano (51). Su finalidad no está del todo clara. Bonsor considera que seria el dique de un puerto existente en ceZti, lugar donde se transbordarían a barcos mayores las mercancías que baj aban por el Genll (52). Thouvenot, por su parte, cree ver en él una defensa contra la corriente más que un puerto. Su poSición sobre la orma derecha, aquella que la -corriente tiende más a erosionar, así parece demostrarlo (53). García y Bell1do considera, sin embargo, que pueden ser los cimientos de un puente (54). (48) Grenier, A.: OP. cit., pág. 5'72. (49) Semple: The Geography of the Mediterranean Reglon. Its Relation to Ancient History. London, 1932: pág. 557. (50) Bonsor, G.: Op. cit., pág. 30. (5I) Ceán Bermúdez: SU11'U1.rio de las Antigüedades Romanas que hay en Bspaña. MadrId, 1832; pág. 275. (52) Bonsor, G.: Op. cit., pág. 16. (53) Thouvenot: Op. elt., pág. 523. (54) Garcfa y Bellido, A.: ABArq, XXXIII, 1960: pág. 191.
- Page 21: I. El Río Guadalquivir
- Page 24 and 25: 24 LORENZO ABAD CASAL prefosas alpi
- Page 26 and 27: 26 LORENZO ABAD CASAL nidas, las ag
- Page 28: 28 LORENZO ABAD CASAL doce por mil,
- Page 32 and 33: 30 LORENZO ABAD CASAL sido, hasta t
- Page 35: 11. El Guadalquivir según las fuen
- Page 38 and 39: 36 LORENZO ABAD CASAL Los israelita
- Page 40 and 41: 38 LORENZO ABAD CASAL célebre Eryt
- Page 42 and 43: 40 LORENZO ABAD CASAL c) Su longitu
- Page 44 and 45: 42 LORENZO ABAD CASAL del Betls est
- Page 46 and 47: 44 LORBNZO ABAD CASAL Otros dos aut
- Page 48 and 49: 46 LORBNZO ABAD CASAL que, según S
- Page 50 and 51: 48 LORENZO ABAD CASAL Parece claro
- Page 52 and 53: 50 LORENZO ABAD CASAL f'ontts, esta
- Page 54 and 55: S2 LOREN.ZO ABAD CASAL de la costa,
- Page 56 and 57: 54 LORBNZO ABAD CASAL las invasione
- Page 58 and 59: 56 LORENZO ABAD CASAL la Céltica.
- Page 61 and 62: EN el arte de la navegación, los r
- Page 63 and 64: f, I EL GUADALQUIVIR, VfA FLUVIAL R
- Page 65 and 66: EL GUADALQUIVIR, VtA FLUVIAL ROMANA
- Page 67 and 68: EL GUADALQUIVIR, VíA FLUVIAL ROMAN
- Page 69 and 70: EL GUADALQUIVIR, VíA FLUVIAL ROMAN
- Page 71: EL GUADALQUIVIR, VíA FLUVIAL ROMAN
- Page 82 and 83: EL GUADALQUIVIR, VíA FLUVIAL ROMAN
- Page 84 and 85: EL GUADALQUIVIR, VfA FLUVIAL ROMANA
- Page 86 and 87: EL GUADALQUIVIR, VfA FLUVIAL ROMANA
- Page 88 and 89: EL GUADALQUIVIR, VíA FLUVIAL ROMAN
- Page 90 and 91: EL GUADALQUIVm, VíA FLUVIAL ROMANA
- Page 92 and 93: EL GUADALQUIVIR, VíA FLUVIAL ROMAN
- Page 94 and 95: EL GUADALQUIVIR, VlA PLUVIAL ROMANA
- Page 96 and 97: EL GUADALQUIVIR, VtA FLUVIAL
- Page 98 and 99: EL GUADALQUIVIR, VfA FLUVIAL ROMAl.
- Page 100 and 101: E.L GUADALQUIVIR, VfA FLUVIAL ROMAN
- Page 102: EL GUADALQUIVIR, VfA FLUVIAL ROMANA
- Page 106 and 107: 1. ,RIQUEZA DE ,LA REGIÓN. Dicen l
- Page 108 and 109: EL GUADALQUIVIR, VíA FLUVIAL ROMAN
- Page 110 and 111: EL GUADALQUIVIR, VfA l!'LUVIAL ROMA
- Page 112 and 113: BL GUADALQUIVIR, VtA FLUVIAL ROMANA
- Page 115 and 116: EL GUADALQUIVIR, VfA FLUVIAL ROMANA
- Page 117 and 118: EL GUADALQUIVIR, VíA FLUVIAL ROMAN
- Page 119 and 120: EL GUADALQUIVIR, VíA FLUVIAL ROMAN
- Page 121 and 122: EL GUADALQUIVIR, VtA FLUVIAL ROMANA
EL GUADALQUIVIR, VíA FLUVIAL ROMANA<br />
71<br />
Los puertos <strong>fluvial</strong>es siguen todos ellos un modelo muy<br />
parecido; las orillas de los ríos se fijarían con ayuda de pUotes<br />
y, si era necesario, se las consolidaría con rocas y piedras. Una<br />
vez dado este paso preliminar, se construirían los muelles de<br />
carga y descarga, de extensión variable según la importancia<br />
del puerto, y a su alrededor se establecería una linea de almacenes,<br />
oficinas de contratación y talleres, casi siempre de<br />
madera. Desde el puerto, una o varias calles conducirían al<br />
Foro (48). Todas estas construcciones ligeras se han perdido<br />
y se conservan únicamente los restos, casi siempre los cimientos,<br />
de aquellos puertos más importantes construidos no con<br />
madera y tierra, sino con grandes bloques de piedra. Aun así,<br />
la mayoría de las veces se ha construido encima un nuevo puerto<br />
y se ha perdido el recuerdo de su existencia. En el caso concreto<br />
del <strong>Guadalquivir</strong>, la sal depositada por el río ha servido para<br />
cementar len su último tramo numerosos trozos de granito<br />
arrastrados desde las montañas andaluzas; de este modo se<br />
han ido formando unos sólidos cimientos para los puertos construidos<br />
posteriormente sobre sus orillas (49).<br />
Los primeros restos de puertos los encontramos, siguiendo<br />
el sentido descendente de las aguas del rio, en Peñaflor, la antigua<br />
Celti (fig. 3). Su dique, llamado <strong>El</strong> Higuerón, está construido<br />
con grandes bloques de piedra sin cortar, algunos de los cuales<br />
llegan a medir tres metros de. largo, uno de ancho y uno de<br />
alto. Bonsor creyó ver en él una clarísima estructura prer<strong>romana</strong>,<br />
mudo testigo de la ocupación de la ciudad en fecha anterior<br />
a Roma (50). Otros, en cambio, lo consideran romano (51).<br />
Su finalidad no está del todo clara. Bonsor considera que seria<br />
el dique de un puerto existente en ceZti, lugar donde se transbordarían<br />
a barcos mayores las mercancías que baj aban por<br />
el Genll (52). Thouvenot, por su parte, cree ver en él una defensa<br />
contra la corriente más que un puerto. Su poSición sobre<br />
la orma derecha, aquella que la -corriente tiende más a erosionar,<br />
así parece demostrarlo (53). García y Bell1do considera, sin embargo,<br />
que pueden ser los cimientos de un puente (54).<br />
(48) Grenier, A.: OP. cit., pág. 5'72.<br />
(49) Semple: The Geography of the Mediterranean Reglon. Its Relation to Ancient<br />
History. London, 1932: pág. 557.<br />
(50) Bonsor, G.: Op. cit., pág. 30.<br />
(5I) Ceán Bermúdez: SU11'U1.rio de las Antigüedades Romanas que hay en Bspaña.<br />
MadrId, 1832; pág. 275.<br />
(52) Bonsor, G.: Op. cit., pág. 16.<br />
(53) Thouvenot: Op. elt., pág. 523.<br />
(54) Garcfa y Bellido, A.: ABArq, XXXIII, 1960: pág. 191.