El Guadalquivir, vía fluvial romana.pdf - RUA
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~ I EL rio Guadalquivir ha constituido siempre la arteria vital de . la Bética, la principal via de comunicación entre sus más distantes extremos. Por él han discurrido, en sentido ascendente o descendente, las influencias culturales traídas por los pueblos que colonizaron sus riberas o, al menos, tuvieron relación con los asentados en ellas. Según Schulten, este carácter de vía de comunicación en un doble sentido se manifiesta claramente en el caso de los tartesios, que, establecidos en la desembocadura del rio, irradiaron su cultura y civilización corriente arriba, y en el de los romanos, que por el contrario comenzaron su penetración por las fuentes y siguieron su curso hasta a.poderarse de toda la región (1). Completamente cierta esta última aseveración, más hipotética la primera, tampoco debemos olvidar a aquellOS pueblos colonizadores, fenicios y griegos, que en barcos aptos para largas singladuras remontaron el curso del rio para intercambiar productos y mercancias con sus habitantes y llevarles un mensaje de cultura y civilización. 1. EL RÍo GUADALQUIVIR. Las fuentes que hacen referencia al rio Guadalquivir se pueden dividir en dos grupos: fuentes bíblicas, referencias del Antiguo Testamento, y fuentes clásicas, testimonios de autores griegos y romanos. Las diferencias entre ambas son considerables: las primeras tienen un escaso valor geográfico; las segundas se aproximan bastante a la realidad En el Antiguo Testamento existen varias referencias a una región determinada, Tarsis. En los autores clásicos se habla de Tartessos, palabra aplicada por igual a una ciudad, un monte, un estrecho y un rio. Desde que el jesuita P. Juan de Pineda (2) estableció la identidad de ambos nombres, esta hipótesis se ha aceptado generalmente. CUando las fuentes se refieren a Tarsls y Tartessos, relacionan estos nombres con territorios lejanos e inmensamente ricos. No obstante, entre los testimonios bíblicos y clásicos existen notables diferencias. (1) Schulten, A.: Geograf!a 11 Henologta antiguas de la Península Ibérica. Madrid, 1963. Vol. II. pág. 6l. (2) Pineda. J. de: De rebus Salomonis. 1608.
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EL rio <strong>Guadalquivir</strong> ha constituido siempre la arteria vital de<br />
. la Bética, la principal via de comunicación entre sus más<br />
distantes extremos. Por él han discurrido, en sentido ascendente<br />
o descendente, las influencias culturales traídas por los pueblos<br />
que colonizaron sus riberas o, al menos, tuvieron relación<br />
con los asentados en ellas. Según Schulten, este carácter de<br />
<strong>vía</strong> de comunicación en un doble sentido se manifiesta claramente<br />
en el caso de los tartesios, que, establecidos en la desembocadura<br />
del rio, irradiaron su cultura y civilización corriente<br />
arriba, y en el de los romanos, que por el contrario comenzaron<br />
su penetración por las fuentes y siguieron su curso hasta<br />
a.poderarse de toda la región (1). Completamente cierta esta<br />
última aseveración, más hipotética la primera, tampoco debemos<br />
olvidar a aquellOS pueblos colonizadores, fenicios y griegos,<br />
que en barcos aptos para largas singladuras remontaron el<br />
curso del rio para intercambiar productos y mercancias con<br />
sus habitantes y llevarles un mensaje de cultura y civilización.<br />
1. EL RÍo GUADALQUIVIR.<br />
Las fuentes que hacen referencia al rio <strong>Guadalquivir</strong> se<br />
pueden dividir en dos grupos: fuentes bíblicas, referencias del<br />
Antiguo Testamento, y fuentes clásicas, testimonios de autores<br />
griegos y romanos. Las diferencias entre ambas son considerables:<br />
las primeras tienen un escaso valor geográfico; las segundas<br />
se aproximan bastante a la realidad<br />
En el Antiguo Testamento existen varias referencias a una<br />
región determinada, Tarsis. En los autores clásicos se habla de<br />
Tartessos, palabra aplicada por igual a una ciudad, un monte,<br />
un estrecho y un rio. Desde que el jesuita P. Juan de Pineda (2)<br />
estableció la identidad de ambos nombres, esta hipótesis se ha<br />
aceptado generalmente. CUando las fuentes se refieren a Tarsls<br />
y Tartessos, relacionan estos nombres con territorios lejanos e<br />
inmensamente ricos. No obstante, entre los testimonios bíblicos<br />
y clásicos existen notables diferencias.<br />
(1) Schulten, A.: Geograf!a 11 Henologta antiguas de la Península Ibérica. Madrid, 1963.<br />
Vol. II. pág. 6l.<br />
(2) Pineda. J. de: De rebus Salomonis. 1608.