Por la crisis, se disparan las tasas crediticias

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La Plata, lunes 11 de mayo de 2009
POR LA CRISIS Y LA INCERTIDUMBRE
Se dispararon las tasas
La debacle financiera internacional, el conflicto con el campo, la desconfianza hacia el Gobierno nacional, el desequilibrio en los mercados y la
estatización de las AFJP atentan contra el sueño de la casa propia, cada vez más lejano. El temor de los propietarios y el aumento de los préstamos
E
l brusco cambio en la situación financiera
local no sólo provocó un aumento en
las tasas, sino que restringió y empeoró
fuertemente en plazo, costo y calidad la oferta de
crédito hipotecario. La estatización de las AFJP
fue una de las medidas que afectó la actividad
crediticia, ya que son las principales inversoras
en préstamos de este tipo.
El economista Marcelo Lascano, ex integrante
del grupo Fénix (Propuesta para el Desarrollo
con equidad de la UBA) aseguró que la variable
más influyente en el incremento de las tasas
es la confianza: “Muchos factores juegan en
campo crediticio, pero a la hora del dinero lo
que más juega es la credibilidad”, explicó, y dijo
que es necesaria una política confiable, de lo
contrario “no habrá más préstamos, más créditos
ni ahorros”.
La situación de crisis generalizada,
sumada a las inminentes
elecciones y a los conflictos
económicos internacionales
crearon un clima
de incertidumbre en el
que el cliente teme
que el banco no le
devuelva el dinero
que depositó (como
en 2001) y el banquero
está reticente a
prestar grandes sumas
al sector privado.
En semejante panorama,
cabe preguntar cuánto
tuvieron que ver los datos del
INDEC sobre los niveles de precios.
Lascano explicó: “La información
poco creíble
del INDEC, que contrasta
con los datos registrados
por las consultoras
privadas, así como la percepción
de cada uno de nosotros,
los ciudadanos, suman
a esta situación de incertidumbre”.
Claro que lo que diga el
INDEC no tendrá el mismo peso y valor
Prestamistas y prestatarios
que lo que opine cualquier persona común, porque,
de acuerdo a lo que explicó Lascano, las tasas
crediticias suelen aumentar por el incremento
de los precios, entonces “la tasa nominal que rige
los préstamos sube para no perder la tasa real”.
Pero si no se sabe con precisión cuál es la tasa real
de inflación, cada cual podrá ajustar los valores
como mejor le convenga a su bolsillo, y el que
siempre pierde es el consumidor final; en este caso,
el pequeño cliente bancario.
Otra de las variables que explican el aumento
es la disminución de la oferta, porque “al haber
menos otorgamienos crediticios, aumentan los
precios”. Según el economista, “los bancos no tienen
ganas de prestar porque asentados en la liquidez
duermen tranquilos”.
La estrategia bancaria se basa en prestar plata al
sector público, mediante la emisión de bonos,
que le permite, a su vez, tener dinero sin correr
grandes riesgos. “Los bancos no se sienten cómodos
prestando”, dijo, y explicó que en un contexto
de elecciones y crisis es difícil saber bien cuál
es la tasa. “Este es el mayor temor de los bancos,
ya que hoy pueden prestar dinero al 10 % y si la
tasa sube al 12% terminan perdiendo”, concluyó.
Los efectos no deseados
Son varias las consecuencias de las variaciones
en las tasas de interés. La más obvia es el aumento
en el monto de los pagos hipotecarios, por lo
que resultará más difícil y costoso comprar una
vivienda. A esta dificultad habrá que agregarle el
hecho de que se incrementan los requisitos para
la calificación crediticia.
Luis Scuriati, licenciado y decano de la Facultad
de Ciencias Económicas de la UNLP,
aseguró a Hoy que las razones que explican la
subas son varias. En primer lugar mencionó “los
altos costos de la gestión en los bancos argentinos”:
hay una estructura institucional muy
grande para la baja otorgación crediticia.
Por otro lado, y frente a un contexto de incertidumbre,
el docente dijo que las tasas suben para
que los bancos “se aseguren rentabilidad”, demorando
la salida de los préstamos, aunque aclaró
que las instituciones bancarias están muy bien
económicamente, y que registran una “liquidez
Los bancos tienen temor y los clientes también.
Quizá eso sea lo único que compartan,
el miedo al fantasma más grande: la inflación.
La ecuación es simple: aumentan los
precios, entonces aumentan las tasas, pero
lo que no se incrementan son los salarios. La
“X” de esta ecuación resultará negativa porque
hay algo aún peor, que es no saber el nivel
real de inflación.
No hay matemática que pueda explicar la
situación Argentina, pero como reza el dicho
“a falta de pan, buenas son tortas”, y a falta
de claridad, bienvenidos los análisis. Pedro
Bussetti, de Defensa de Usuarios y Consumidores
(Deuco) observó la situación: “Hoy por
hoy, los créditos hipotecarios sólo son accesibles
para personas de clase media alta, por
eso no funcionó el último proyecto hipotecario
de este Gobierno”.
Calificó a las tasas como “desorbitantes” y
aseguró que es necesario “volver a las antiguas
épocas de crédito, cuando para pagarlos
no era necesario destinar más que el 25 porciento
de los ingresos de la familia”.
A su modo de ver, mientras no se recupere
una política hipotecaria como la de la década
del ‘50 o del ‘60, “la clase baja no va a poder
acceder a los créditos”.
Pero las condiciones no son iguales para
todos los sectores, porque hay grupos a los
que el Gobierno prioriza a la hora préstamos
con intereses preferenciales como el agro, el
turismo, vivienda y microempresas. A ellos no
se les puede aplicar los mismos ajustes que al
resto de las áreas.
Susana Andrada, presidenta del Centro de
Educación al Consumidor, también representa
a los que están del otro lado de la caja y explicó
que los reclamos al sistema crediticio
suelen ser dos: el aumento de comisiones y el
incremento de las tasas.
En este último caso, el problema, generalmente,
surge cuando toman créditos a plazo
fijo y no los pueden pagar en tiempo y forma,
entonces, pasan a ser créditos a tasa variable.
“Tenemos usuarios que pagan el 70 por ciento
del ingreso anual, eso los hace muy vulnerables
y lo preocupante es que más adelante
la situación puede ser peor”.
Según comentó Andrada, la preocupación
más grande de la gente es no poder pagar el
préstamo, que la situación se vuelva un “boomerang”
y terminen perdiendo la vivienda,
“que en muchos casos es la única que tienen
para habitar”. Su asociación comenzó a recibir
reclamos entre agosto y septiembre del
año pasado, y la situación empeoró en enero
y febrero.
“Las tasas de los bancos, muchas veces son
superiores al tope que establece el Banco
Central, por eso hay que prestar atención y
consultar a un abogado o especialista cuando
se tienen dudas”.
El Estado puede intervenir, para ayudar a los
consumidores, al sobrepasarse lo establecido
por el Central, pero no puede hacer demasiado
cuando el crédito dejó de ser de tasa fija y
pasó a variable, por no cumplir las condiciones
de pago establecidas. Esa suba, se deba a
una u otra razón, atenta contra el sueño de la
casa propia, y lo deja por las nubes, casi tan
alto como el valor de las propias tasas.