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Escuela de Padres y Madres

Ya a principios de siglo XX se comenzó a vislumbrar la necesidad de dar respuesta a las pésimas condiciones en que estaba la infancia por medio de la educación y de la estrecha comunicación entre familia y escuela. En este clima de preocupación social hacia la infancia surgen las Escuelas de Padres y Madres, concretamente en 1929 Madame Vérine crea la Escuela de Padres de París, cuyo lema era «Unirse. Instruirse. Servir». Esta primera Escuela pretendía facilitar la comunicación y el intercambio de experiencias entre todas aquellas personas que estuvieran interesadas en la educación y el crecimiento de los niños y niñas. Esto indicaba que todos, tanto padres como educadores, tenían las puertas abiertas para participar, expresarse, conocer las opiniones de otras personas... Este es el legado que poseemos de las primeras Escuelas de Padres y sus orientaciones primigenias perduran hoy en día. Desde la creación de la Escuela de Padres de París, las EPM han ido aumentando su número esparciéndose por numerosos lugares, adoptando formas muy variadas, encontrando incluso Escuelas de caracteres opuestos. A pesar de los caracteres diversos que pueden presentar las múltiples EPM que hay esparcidas por nuestro territorio, es importante ofrecer una definición de EPM que pueda ser válida para todos. Brunet y Negro entienden por Escuela de Padres «Un plan sistemático de formación para padres en los aspectos psicopedagógicos y ambientales, que se desarrolla a lo largo de un periodo relativamente extenso de tiempo». Se podría añadir además que las EPM han de ajustarse a las necesidades de sus miembros y ofrecerles aportaciones útiles y positivas. Otros rasgos comunes de las EPM es que son espacios de encuentro de carácter colectivo donde se ponen en común e intercambian todas aquellas experiencias y conocimientos relativos a la educación, el crecimiento y todos aquellos aspectos que preocupan a los padres y madres respecto a sus hijos. Por otra parte, las EPM dan la oportunidad a muchos padres y madres de expresar sentimientos, sensaciones, emociones,... con otros padres y madres y con profesionales de la educación, lo que facilita la comprensión y reflexión de su propia realidad, la de los demás y también la de los hijos.

Ya a principios de siglo XX se comenzó a vislumbrar la necesidad de dar respuesta a las pésimas condiciones en que estaba la infancia por medio de la educación y de la estrecha comunicación entre familia y escuela. En este clima de preocupación social hacia la infancia surgen las Escuelas de Padres y Madres, concretamente en 1929 Madame Vérine crea la Escuela de Padres de París, cuyo lema era «Unirse. Instruirse. Servir». Esta primera Escuela pretendía facilitar la comunicación y el intercambio de experiencias entre todas aquellas personas que estuvieran interesadas en la educación y el crecimiento de los niños y niñas. Esto indicaba que todos, tanto padres como educadores, tenían las puertas abiertas para participar, expresarse, conocer las opiniones de otras personas...
Este es el legado que poseemos de las primeras Escuelas de Padres y sus orientaciones primigenias perduran hoy en día.

Desde la creación de la Escuela de Padres de París, las EPM han ido aumentando su número esparciéndose por numerosos lugares, adoptando formas muy variadas, encontrando incluso Escuelas de caracteres opuestos.

A pesar de los caracteres diversos que pueden presentar las múltiples EPM que hay esparcidas por nuestro territorio, es importante ofrecer una definición de EPM que pueda ser válida para todos.

Brunet y Negro entienden por Escuela de Padres «Un plan sistemático de formación para padres en los aspectos psicopedagógicos y ambientales, que se desarrolla a lo largo de un periodo relativamente extenso de tiempo». Se podría añadir además que las EPM han de ajustarse a las necesidades de sus miembros y ofrecerles aportaciones útiles y positivas.

Otros rasgos comunes de las EPM es que son espacios de encuentro de carácter colectivo donde se ponen en común e intercambian todas aquellas experiencias y conocimientos relativos a la educación, el crecimiento y todos aquellos aspectos que preocupan a los padres y madres respecto a sus hijos. Por otra parte, las EPM dan la oportunidad a muchos padres y madres de expresar sentimientos, sensaciones, emociones,... con otros padres y madres y con profesionales de la educación, lo que facilita la comprensión y reflexión de su propia realidad, la de los demás y también la de los hijos.

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Todos los participantes <strong>de</strong> la EP juntos.<br />

Pue<strong>de</strong> ser una conferencia, un audiovisual, una mesa redonda, un <strong>de</strong>bate, etc.<br />

Suele durar 45 minutos.<br />

- REUNIÓN EN GRAN GRUPO<br />

Los asistentes se reúnen en grupos <strong>de</strong> 10 a 15 personas cada uno, en salas<br />

diferentes. Cada grupo tiene un educador. Los grupos realizan un trabajo que<br />

les ayuda a profundizar y aplicar lo que han visto u oído en el gran grupo. Se<br />

trata <strong>de</strong> traducir a las situaciones diarias el tema sobre el que se reflexiona. El<br />

trabajo pue<strong>de</strong> consistir en respon<strong>de</strong>r a un cuestionario, preparar una<br />

representación, etc.<br />

Este momento <strong>de</strong>l trabajo es, a nuestro enten<strong>de</strong>r, el más importante <strong>de</strong> la EPM:<br />

todos se convierten en participantes y profesores, cada cual <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su<br />

experiencia. Suele durar un tiempo largo, <strong>de</strong> al menos hora y cuarto.<br />

- PUESTA EN COMÚN<br />

Se reúnen <strong>de</strong> nuevo todos los grupos y se pone en común el fruto <strong>de</strong> la<br />

reflexión, las cuestiones, las conclusiones, etc. a que se ha llegado en el<br />

pequeño grupo. Si quien dirige la sesión lo cree conveniente, realiza una<br />

síntesis breve <strong>de</strong>l tema o matiza aspectos que no han quedado claros.<br />

- ENTREGA DEL DOCUMENTO-SÍNTESIS<br />

Si la sesión constituía por sí sola un tema, se entrega a cada participante un<br />

breve documento-síntesis, a fin <strong>de</strong> que pueda leerlo en casa. Es un resumen<br />

<strong>de</strong>l tema en un lenguaje adaptado a los padres.<br />

En cuanto a las técnicas que pue<strong>de</strong>n aplicar a lo largo <strong>de</strong> las sesiones las más<br />

utilizadas o conocidas son el Torbellino <strong>de</strong> I<strong>de</strong>as, el Phillips 6/6, el Role-<br />

Playing, etc. Técnicas que las po<strong>de</strong>mos encontrar fácilmente explicadas en<br />

cualquier libro que trate sobre dinámica <strong>de</strong> grupos y técnicas grupales.<br />

El Programa <strong>de</strong> una EPM es preferible que se <strong>de</strong>sglose en tres niveles, es<br />

<strong>de</strong>cir:<br />

- Nivel I: Sensibilización (1º Año).<br />

- Nivel II: Profundización (2 º Año).<br />

- Nivel III.: Dinamización (3º Año).<br />

3.6. CONTENIDOS BÁSICOS DE UN PROGRAMA DE EPM<br />

Los contenidos básicos o temas <strong>de</strong> un programa <strong>de</strong> una EPM, pue<strong>de</strong>n ser los<br />

siguientes (tomado <strong>de</strong> los mismo autores anteriormente citados):<br />

1. YO (LA PERSONA Y SU DESARROLLO):<br />

- La edad preescolar<br />

- El niño <strong>de</strong> 6 a 9 años<br />

- De los 9 a los 12 años<br />

- Los difíciles 12 a 15 años.

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