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Trastornos del Aparato Digestivo (V) Trastornos del ... - Gador SA

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Colección<br />

Acontecimientos Terapéuticos<br />

Serie<br />

<strong>Trastornos</strong> <strong>del</strong><br />

<strong>Aparato</strong> <strong>Digestivo</strong> (V)<br />

AT<br />

Metabolismo y Utilidad Clínica <strong>del</strong> Pantoprazol<br />

CHU de Dijon, Dijon, Francia;<br />

University of Western Ontario, Londres, Canadá. Pág. 3<br />

Limpieza <strong>del</strong> Colon en Adolescentes<br />

que Deben ser Evaluados con Colonoscopia<br />

Geisinger Medical Center, Danville; Columbus Children’s Hospital, Columbus;<br />

Nemours Children’s Clinic, Wilmington y otros centros participantes; EE.UU. Pág. 6<br />

El Pantoprazol y la Somnolencia Diurna en los Pacientes<br />

con Apnea <strong>del</strong> Sueño y Reflujo Gastroesofágico<br />

University of Cincinnati College of Medicine, Cincinnati, EE.UU. Pág. 9<br />

Antecedentes Familiares y Riesgo de Cáncer Gástrico<br />

Istituto di Ricerche Farmacologiche Mario Negri, Milán, Italia. Pág. 11<br />

Comparación de la Eficacia y la Tolerabilidad de 2 Soluciones<br />

para la Preparación Intestinal Previa a la Colonoscopia<br />

Civil Hospital A. Fiorini, Latina; Civil Hospital “Dono Svizzero”, Latina;<br />

University of Rome “La Sapienza”, Roma; Italia. Pág. 13<br />

Sociedad Iberoamericana<br />

de Información Científica<br />

Severin Roesen, “La prima de la Naturaleza”, óleo sobre tela, c. 1857-72.


Acontecimientos Terapéuticos, <strong>Trastornos</strong> <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Digestivo</strong> (V)<br />

Metabolismo y Utilidad Clínica <strong>del</strong> Pantoprazol<br />

Resumen objetivo elaborado<br />

por el Comité de Redacción Científica de SIIC en base al artículo<br />

Pantoprazole: From Drug Metabolism to Clinical Relevance<br />

de los autores<br />

Bardou M y Martin J<br />

integrantes de<br />

CHU de Dijon, Dijon, Francia;<br />

University of Western Ontario, Londres, Canadá<br />

El artículo original, compuesto por 13 páginas, fue editado por<br />

Expert Opinion on Drug Metabolism & Toxicology<br />

4(4):471-483, Abr 2008<br />

El pantoprazol es una droga eficaz para la terapia de las enfermedades relacionadas<br />

con la secreción ácida. Deben realizarse los esfuerzos necesarios para que<br />

los pacientes sean tratados de manera adecuada y mejore su calidad de vida.<br />

La bomba de protones es un transportador localizado<br />

en la membrana de las células parietales gástricas que, al<br />

ser activada, intercambia iones H + y K + . Al mismo tiempo,<br />

se secreta cloro para la formación de moléculas de ácido<br />

clorhídrico.<br />

Los inhibidores de la bomba de protones (IBP) tienen importancia<br />

terapéutica, dado que impiden el paso final de la<br />

secreción ácida gástrica. En cambio, los antagonistas de los<br />

receptores H 2 de la histamina actúan en una fase anterior de<br />

esta vía metabólica y, en consecuencia, son menos eficaces<br />

y pueden provocar intolerancia y taquifilaxia.<br />

Los IBP son bases débiles que interactúan en el espacio<br />

ácido de la célula parietal para convertirse en moléculas<br />

activas, que se unen de manera covalente con la<br />

bomba de protones. Los efectos farmacodinámicos de<br />

estas drogas se incrementan en la primera etapa de la<br />

terapia, hasta alcanzar condiciones estables hacia el tercero<br />

a quinto día <strong>del</strong> tratamiento. El efecto terapéutico<br />

se correlaciona con la intensidad y la duración de la supresión<br />

ácida; de esta manera, el uso de dosis completas<br />

de un IBP mantiene un pH > 4 durante 10 a 14 horas.<br />

Se prefiere la administración antes <strong>del</strong> desayuno, ya<br />

que la expresión de la bomba de protones es más elevada<br />

después de la noche. Sin embargo, en los pacientes<br />

con enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE), tanto<br />

la salud física y el desempeño diario, como la calidad<br />

de vida, pueden mejorar con la administración nocturna<br />

de estos fármacos.<br />

De esta manera, los IBP se consideran el tratamiento de<br />

primera línea para la enfermedades relacionadas con la<br />

secreción ácida, como la ERGE, la úlcera péptica, la hemorragia<br />

digestiva, la prevención de las lesiones por antiinflamatorios<br />

no esteroides (AINE) y la erradicación de Helicobacter<br />

pylori.<br />

Se dispone de 5 IBP: omeprazol, lansoprazol, rabeprazol,<br />

esomeprazol y pantoprazol. Si bien todos estos fármacos tienen<br />

las mismas indicaciones, existen algunas diferencias farmacodinámicas<br />

y farmacocinéticas cuya utilidad clínica no ha<br />

sido suficientemente evaluada en estudios aleatorizados.<br />

3<br />

Evaluación general<br />

Pese a la disponibilidad de los antagonistas, tanto de<br />

los receptores H 2 como de los IBP, aún se presentan enfermedades<br />

relacionadas con la secreción ácida. Los investigadores<br />

atribuyen este hecho al tratamiento inapropiado<br />

o a la falta de eficacia completa de los fármacos.<br />

Además, los IBP reducen las probabilidades de lesiones<br />

pépticas asociadas con los AINE, pero no eliminan este<br />

riesgo completamente. De la misma manera, los IBP no<br />

parecen mejorar los síntomas extraesofágicos de la ERGE,<br />

como el asma, la tos crónica y la precordialgia de origen<br />

extracardíaco.<br />

Todos los IBP deben acumularse en el espacio ácido <strong>del</strong><br />

canalículo secretor de la célula parietal para luego activarse<br />

por acción de los protones. En consecuencia, estos fármacos<br />

sólo adquieren actividad durante la secreción ácida de la<br />

bomba de protones, motivo por el cual su efecto es gradual.<br />

Los bloqueantes competitivos <strong>del</strong> potasio constituyen una<br />

nueva clase de antiácidos que inhiben la actividad de la<br />

bomba de protones al competir con la unión de los iones<br />

de potasio. Se trata de drogas con una farmacocinética<br />

lineal que alcanzan efectos plenos con la primera dosis.<br />

Entre otros, los investigadores mencionan al AZD0865, que<br />

se encuentra en evaluación en estudios de fase I, y el sorazaprán,<br />

que parece un inhibidor potente y rápido de la secreción<br />

ácida en mo<strong>del</strong>os animales in vitro.<br />

Propiedades farmacológicas <strong>del</strong> pantoprazol<br />

Esta molécula se diferencia de los otros IBP en la unión con<br />

2 residuos de cisteína de la bomba de protones que están<br />

ubicados en un segmento transmembrana, por lo cual resulta<br />

muy estable incluso ante valores neutros de pH.<br />

Desde el punto de vista químico, el pantoprazol es una sustancia<br />

cristalina, blanca y racémica, soluble en agua e insoluble<br />

en hexano, que se une al grupo sulfhidrilo de la bomba de<br />

protones con una relación estequiométrica de 2 moles de fármaco<br />

por cada mol de enzima. La restauración de la secreción<br />

ácida parece mediada por el glutatión, pero no se describe la<br />

aparición de taquifilaxia pese al uso prolongado.


Sociedad Iberoamericana de Información Científica<br />

En general, el pantoprazol se administra en comprimidos<br />

con cubierta entérica. La concentración máxima y el<br />

área bajo la curva se incrementan de manera proporcional<br />

a la dosis, pero la droga no se acumula y su farmacocinética<br />

no se modifica pese a la ingesta de múltiples dosis diarias.<br />

El pico plasmático máximo se alcanza a las 2 a 3 horas<br />

de la administración por vía oral y la biodisponibilidad alcanza<br />

el 77%. El volumen de distribución en el estado de<br />

equilibrio es compatible con la localización de la mayor parte<br />

de la droga en el líquido extracelular.<br />

Este fármaco es metabolizado en el hígado mediante<br />

oxidación y conjugación a través de la isoenzima CYP 2C19<br />

y los metabolitos son excretados a nivel renal. Este proceso<br />

se encuentra alterado en caso de disfunción hepática, pero<br />

no se requiere modificar la dosis en caso de insuficiencia<br />

renal. El pantoprazol no se elimina por diálisis.<br />

Esta vía enzimática presenta polimorfismo genético, por<br />

lo cual existen grupos poblacionales en los cuales el metabolismo<br />

<strong>del</strong> pantoprazol es más lento. Este fenómeno<br />

puede influir en la tasa de curación de la ERGE y de la<br />

infección por H. pylori, aunque de todos modos en estos<br />

pacientes se alcanza la acumulación mínima necesaria con<br />

la administración de una dosis diaria. Por otra parte, el<br />

pantoprazol no tiene interacciones clínicamente importantes<br />

con otros fármacos que se indican con frecuencia.<br />

De acuerdo con algunas publicaciones, la excreción <strong>del</strong><br />

pantoprazol a través de la leche materna es equivalente al<br />

0.14% de la dosis administrada, por lo cual los autores<br />

proponen no suspender la lactancia.<br />

Por otra parte, según afirman los investigadores, en los<br />

estudios clínicos de fase I se evaluaron las propiedades de<br />

esta droga, como la farmacocinética lineal, su elevada absorción,<br />

la excreción y la escasa interacción con otros fármacos<br />

como la teofilina, la antipirina y el metoprolol. Por<br />

otro lado, en función de los resultados de los ensayos aleatorizados<br />

y multicéntricos de fase II se recomendó la dosis<br />

de 40 mg, administrada por vía oral, para los pacientes con<br />

úlcera péptica.<br />

Eficacia clínica<br />

Se ha evaluado la utilidad <strong>del</strong> pantoprazol para el tratamiento<br />

de diversas enfermedades relacionadas con la secreción<br />

ácida, como la ERGE, la esofagitis, la dispepsia no<br />

ulcerosa, la lesión mucosa inducida por los AINE, la úlcera<br />

péptica y la hemorragia digestiva.<br />

La ERGE se caracteriza por el pasaje intermitente <strong>del</strong> contenido<br />

gástrico hacia el esófago, mientras que la esofagitis<br />

se define por la presencia de erosiones y úlceras en la pared<br />

esofágica. El factor más importante para la resolución<br />

de esta enfermedad consiste en alcanzar un pH > 4 de<br />

manera prolongada.<br />

De acuerdo con algunos estudios de fase III, el pantoprazol<br />

parece útil para el alivio de los síntomas por reflujo,<br />

tanto con la administración regular como con su uso a demanda.<br />

Asimismo, según un metanálisis publicado en 2006,<br />

que incluyó ensayos aleatorizados, todos los IBP tienen eficacia<br />

similar para reducir los síntomas y lograr la curación<br />

de la esofagitis secundaria a la ERGE.<br />

Por otra parte, en el tratamiento de la úlcera péptica se<br />

proponen como objetivos el control <strong>del</strong> dolor, la cicatrización<br />

de las lesiones y la prevención de las complicaciones y<br />

de las recurrencias. Debido a la escasa sensibilidad y espe-<br />

4<br />

cificidad de los síntomas, en general se realiza una endoscopia<br />

para confirmar el diagnóstico y detectar la presencia<br />

de H. pylori.<br />

En los pacientes con úlcera duodenal, el pantoprazol es<br />

al menos tan eficaz como la administración de 20 mg de<br />

omeprazol; en los pacientes con úlcera gástrica, el tratamiento<br />

con pantoprazol durante 4 semanas se asocia con<br />

tasas de curación más elevadas en comparación con el<br />

omeprazol.<br />

La infección por H. pylori se relaciona con la aparición de<br />

la enfermedad ulcerosa y con la predisposición a cáncer<br />

gástrico y linfoma de intestino <strong>del</strong>gado. Los esquemas terapéuticos<br />

para la erradicación de esta bacteria incluyen la<br />

combinación de 2 antibióticos y un IBP. De acuerdo con los<br />

resultados de un metanálisis de 2004, en la actualidad no<br />

existen diferencias en la eficacia de los distintos IBP para el<br />

tratamiento de esta infección.<br />

En otro orden, las lesiones mucosas secundarias a AINE<br />

se deben a la inhibición de la ciclooxigenasa, en especial en<br />

los pacientes mayores de 65 años que utilizan de manera<br />

concomitante anticoagulantes y dosis bajas de aspirina. Si<br />

bien todos los IBP, con la excepción <strong>del</strong> rabeprazol, están<br />

aprobados para el tratamiento y la prevención de estas lesiones,<br />

en los pacientes ancianos el pantoprazol parece ser<br />

seguro y bien tolerado.<br />

En cuanto a la hemorragia digestiva, en distintos metanálisis<br />

se sugirió que las altas dosis de IBP por vía intravenosa,<br />

administradas después de la hemostasia endoscópica,<br />

se asocian con disminución de la hemorragia y con menor<br />

necesidad de cirugía. El pantoprazol resultó estadísticamente<br />

superior al placebo y a la ranitidina en diversos estudios<br />

comparativos que evaluaron esta indicación.<br />

En cambio, la utilización de los IBP en la dispepsia no<br />

ulcerosa es motivo de debate, dado que en esta población<br />

no se observa una correlación entre la exposición al ácido<br />

gástrico y los síntomas. De todos modos, en un metanálisis<br />

reciente, el uso de IBP se asoció con mejoría leve pero significativa<br />

de los síntomas al compararlo con el placebo. Los<br />

autores sostienen que los IBP no son muy eficaces para el<br />

tratamiento de esta enfermedad, ya que la mayoría de los<br />

pacientes no se beneficia con su administración.<br />

Seguridad y tolerancia<br />

Hacia fines de 2007, cerca de 500 millones de personas<br />

recibieron IBP sin observarse un aumento de la incidencia<br />

de tumores gástricos, alteraciones en la absorción de nutrientes<br />

y vitaminas. De esta manera, los autores señalan<br />

que, después de 20 años de utilización, no existen señales<br />

de un balance negativo entre los riesgos y los beneficios.<br />

La experiencia con estas drogas en el embarazo, que se<br />

asocia con reflujo gastroesofágico, es muy limitada. En<br />

los mo<strong>del</strong>os animales, los IBP no parecen ser teratogénicos,<br />

si bien se requieren más estudios para establecer recomendaciones.<br />

Raramente, el uso de pantoprazol puede asociarse con<br />

la aparición de reacciones cutáneas graves como el síndrome<br />

de Stevens-Johnson y la necrólisis epidérmica tóxica.<br />

Conclusiones<br />

Los autores refieren que el pantoprazol, al igual que otros<br />

inhibidores de la bomba de protones, es un fármaco seguro<br />

y eficaz para el tratamiento de afecciones como la úlce-


a péptica y la enfermedad por reflujo gastroesofágico. En<br />

los países desarrollados, estos agentes son la segunda o<br />

tercera clase de fármacos en términos de comercialización,<br />

debido a la alta prevalencia de las enfermedades relaciona-<br />

Acontecimientos Terapéuticos, <strong>Trastornos</strong> <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Digestivo</strong> (V)<br />

5<br />

das con la producción de ácido. Consideran que deben realizarse<br />

los esfuerzos necesarios para evitar la prescripción<br />

excesiva y mejorar la calidad de vida de los pacientes tratados<br />

de manera inadecuada.<br />

Copyright © Sociedad Iberoamericana de Información Científica (SIIC), 2008<br />

www.siicsalud.com


Sociedad Iberoamericana de Información Científica<br />

Limpieza <strong>del</strong> Colon en Adolescentes<br />

que Deben ser Evaluados con Colonoscopia<br />

Resumen objetivo elaborado<br />

por el Comité de Redacción Científica de SIIC en base al artículo<br />

Colon Cleansing with Oral Sodium Phosphate in Adolescents:<br />

Dose, Efficacy, Acceptability, and Safety<br />

de los autores<br />

Sabri M, Di Lorenzo C, Khan S y colaboradores<br />

integrantes <strong>del</strong><br />

Geisinger Medical Center, Danville; Columbus Children’s Hospital, Columbus;<br />

Nemours Children’s Clinic, Wilmington y otros centros participantes; EE.UU.<br />

El artículo original, compuesto por 7 páginas, fue editado por<br />

Am J Gastroenterol<br />

103(6):1533-1539, Jun 2008<br />

La solución de fosfato de sodio es eficaz y segura para su uso en adolescentes<br />

si se administra a intervalos correctos, con dosis adecuadas al peso<br />

y se mantiene una buena hidratación.<br />

La colonoscopia es el estudio complementario de elección<br />

para el diagnóstico de la proctorragia y de las enfermedades<br />

inflamatorias intestinales, así como para el seguimiento<br />

y tratamiento de otras enfermedades <strong>del</strong> colon. Es<br />

una práctica de uso habitual en los niños y adolescentes.<br />

La preparación para el estudio conlleva una dieta líquida<br />

durante 2 o 3 días, asociada con la ingesta de grandes volúmenes<br />

de catárticos, que suele resultar dificultosa para<br />

los pacientes jóvenes, lo que determina estudios de calidad<br />

reducida debido a la inadecuada limpieza <strong>del</strong> colon.<br />

La solución de fosfato de sodio (NaP) es un preparado<br />

hipertónico que ejerce su acción catártica por un mecanismo<br />

osmótico. En pacientes adultos ha demostrado ser eficaz,<br />

segura y bien aceptada; en cambio, existen escasas<br />

publicaciones sobre su uso en los niños.<br />

En el presente trabajo, los autores compararon la eficacia<br />

y la aceptación de la solución de NaP para la limpieza<br />

<strong>del</strong> colon previa a la colonoscopia, con otro régimen<br />

de preparación colónica de uso habitual en pediatría<br />

que incluye citrato de magnesio (MgC) por vía oral y<br />

enema de NaP.<br />

Métodos<br />

Participaron <strong>del</strong> estudio pacientes de entre 8 y 18 años,<br />

con más de 20 kg de peso e indicación de una colonoscopia<br />

electiva ambulatoria. Fueron excluidos los niños<br />

con alergia conocida al MgC o al NaP administrado por<br />

vía oral o rectal, los pacientes con alteración de la función<br />

renal o con trastornos electrolíticos o cirugías gastrointestinales<br />

que hayan determinado un síndrome de<br />

intestino corto, aquellos con historia de insuficiencia<br />

cardíaca, ascitis o enfermedades neurológicas, metabólicas<br />

o cardíacas, tampoco con signos clínicos de deshidratación.<br />

Para evitar los eventuales daños que pudiera<br />

ocasionar la solución de NaP, en el estudio no se incluyeron<br />

pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal<br />

6<br />

con compromiso sistémico o aquellos sometidos a trasplante<br />

de intestino <strong>del</strong>gado o de médula ósea. Fueron<br />

excluidos, asimismo, los pacientes menores de 8 años,<br />

las embarazadas, aquellos con dificultad para comunicarse<br />

con el personal o cuyos padres no pudieran comprender<br />

las instrucciones para la preparación colónica o<br />

los niños que no estuvieran en condiciones de recibir<br />

una hidratación adecuada por vía oral. Tampoco ingresaron<br />

los casos que habían recibido drogas en investigación<br />

en los 30 días previos.<br />

Se requirió el consentimiento informado de los padres<br />

y la aceptación <strong>del</strong> estudio adecuada a la edad por parte<br />

de los niños o adolescentes. Para la selección de los casos<br />

se tomaron en cuenta los datos de las historias clínicas,<br />

la frecuencia de las deposiciones y la ingesta de medicamentos.<br />

Se efectuaron análisis de laboratorio dentro <strong>del</strong> mes previo<br />

a la colonoscopia y en el día <strong>del</strong> procedimiento. Las<br />

determinaciones séricas solicitadas fueron sodio, potasio,<br />

cloro, bicarbonato, fósforo, calcio, magnesio, nitrógeno<br />

ureico y creatinina. Se excluyeron los pacientes con resultados<br />

fuera de los valores normales. Se tomó en consideración<br />

el peso de los sujetos al ser seleccionados y en el día<br />

<strong>del</strong> estudio endoscópico.<br />

El investigador principal dividió a los participantes en 2<br />

grupos y asignó a cada paciente el régimen de preparación<br />

colónica en forma alternante. La realización de las colonoscopias<br />

con los distintos regímenes resultaron aleatorizadas<br />

por la planificación al azar.<br />

Se compararon 2 regímenes de limpieza colónica: los<br />

pacientes <strong>del</strong> grupo A recibieron una solución de NaP por<br />

vía oral, en dosis de 1 ml/kg/día dividida en 2 tomas, la<br />

primera con dos tercios de la dosis (con un máximo de<br />

45 ml), administrada en la mañana previa al estudio, y el<br />

resto por la tarde <strong>del</strong> mismo día. Cada toma fue diluida en<br />

4 onzas (1 onza = 28.7 g) de agua. Se indicó además la


ingesta de una cantidad libre de líquidos durante el día<br />

previo a la colonoscopia.<br />

Por su parte, los pacientes <strong>del</strong> grupo B recibieron una toma<br />

diaria de una solución de MgC, en dosis de 4 ml/kg/día, con<br />

bajo sodio en los 3 días consecutivos previos a la colonoscopia<br />

asociada con dieta líquida. En la mañana <strong>del</strong> procedimiento<br />

se les administró un enema de 66 ml de NaP. Las<br />

colonoscopias fueron efectuadas con anestesia general o<br />

sedación consciente con midazolam o meperidina.<br />

Los endoscopistas desconocían el régimen de preparación<br />

utilizado por cada paciente. Se les solicitó su opinión<br />

sobre la calidad de la limpieza <strong>del</strong> colon en general y en<br />

particular para cada segmento, con una escala con 4 opciones,<br />

de excelente a reducida.<br />

Tanto los pacientes como sus padres volcaron sus impresiones<br />

sobre la preparación colónica en cuestionarios confeccionados<br />

al efecto después de recibir cada dosis. También<br />

se les consultó sobre la aceptación <strong>del</strong> preparado, su<br />

sabor, su predisposición a repetirlo en caso de requerir una<br />

nueva colonoscopia y, a los sujetos con experiencias anteriores,<br />

se les solicitó compararlo con preparaciones previas<br />

con otro régimen.<br />

Los efectos adversos esperables, por el uso de los preparados<br />

para la limpieza colónica, fueron náuseas, vómitos,<br />

distensión abdominal, cólicos, irritación anal, debilidad/sensación<br />

de desmayo, cefalea, escalofríos y hambre. Los pacientes<br />

consignaron estos efectos adversos en cuestionarios<br />

en una escala de 0 a 4.<br />

Resultados<br />

Un total de 48 pacientes, con una edad y un peso promedio<br />

de 14 años (rango 10.6 a 18) y 51.5 kg (34 a 109 kg),<br />

respectivamente, completó el estudio. No hubo diferencias<br />

en estos 2 parámetros entre ambos grupos. La proporción<br />

varones/mujeres fue similar en los 2 grupos. Veinticinco<br />

pacientes recibieron la solución oral de NaP (grupo<br />

A) y 23, la solución de MgC más el enema de NaP<br />

(grupo B). Los pacientes perdieron aproximadamente 900 g<br />

de peso con la preparación, sin diferencias significativas<br />

entre los grupos.<br />

Las indicaciones para las colonoscopias abarcaron hemorragia<br />

digestiva baja, diarrea crónica, polipectomía, sospecha<br />

o seguimiento de enfermedad inflamatoria intestinal,<br />

dolor abdominal y pérdida de peso asociada con vómitos.<br />

La distribución de las indicaciones resultó de tal modo que<br />

hubo más pacientes con sospecha o para seguimiento de<br />

enfermedad inflamatoria intestinal en el grupo A (16 vs. 8<br />

en el grupo B) y más pacientes con hemorragia digestiva<br />

baja en el grupo B (9 vs. 2 en el grupo A).<br />

No se hallaron diferencias significativas en relación con<br />

la limpieza colónica lograda por ambos regímenes. Al considerar<br />

la eficacia por segmentos, se observó que los pacientes<br />

preparados con MgC más el enema tuvieron una<br />

mejor limpieza <strong>del</strong> colon descendente y <strong>del</strong> recto. En 3 pacientes<br />

no se logró la visualización <strong>del</strong> ciego; 2 de ellos<br />

pertenecían al grupo B y la imposibilidad de completar el<br />

estudio se debió a estenosis en un caso y a falta de tolerancia<br />

por no haberse podido administrar sedación en el otro.<br />

En un paciente <strong>del</strong> grupo A no se llegó al ciego por la presencia<br />

de materia fecal sólida.<br />

En general, no se hallaron diferencias en relación con los<br />

efectos adversos entre ambos grupos, salvo las náuseas,<br />

Acontecimientos Terapéuticos, <strong>Trastornos</strong> <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Digestivo</strong> (V)<br />

7<br />

que fueron significativamente más intensas en los pacientes<br />

que recibieron la solución de NaP.<br />

Los análisis de laboratorio efectuados el día <strong>del</strong> procedimiento,<br />

en general, fueron normales, salvo el nivel de<br />

fósforo, que aumentó en el 50% de los pacientes, y el<br />

nitrógeno ureico, que se redujo en el 37% de ellos. En el<br />

grupo B también se constató una diferencia en el nivel de<br />

magnesio sérico en comparación con el análisis de base<br />

<strong>del</strong> día de la colonoscopia.<br />

La aceptación de los preparados fue similar para los 2<br />

regímenes. En cuanto al sabor, el 68% de los pacientes<br />

que tomaron MgC lo calificaron como “feo” en comparación<br />

con el 88% de los que recibieron NaP.<br />

Además, el 68% de los pacientes <strong>del</strong> grupo A manifestó<br />

su voluntad de repetir la misma preparación en caso de ser<br />

necesario, en comparación con el 35% <strong>del</strong> grupo B. Diez<br />

pacientes <strong>del</strong> primer grupo con experiencias previas con el<br />

régimen de MgC señalaron que optarían por la solución<br />

oral de NaP en futuras preparaciones.<br />

Discusión<br />

Según los autores, pocas publicaciones han comparado<br />

la preparación colónica previa a la colonoscopia con MgC<br />

con la de NaP.<br />

Diversas publicaciones han comparado la solución de NaP<br />

con polietilenglicol en grupos pediátricos. La eficacia fue<br />

similar para ambas, pero la aceptación <strong>del</strong> polietilenglicol<br />

fue muy inferior, hecho atribuido a la incomodidad que<br />

representa la ingesta <strong>del</strong> gran volumen necesario para su<br />

disolución.<br />

Los investigadores afirman que el presente estudio demostró<br />

que la solución de NaP es eficaz y segura para su<br />

uso en niños si se la administra a intervalos correctos,<br />

con dosis adecuadas al peso y si se mantiene una buena<br />

hidratación.<br />

Además, enfatizan en que la eficacia <strong>del</strong> preparado utilizado<br />

en un único día fue <strong>del</strong> 70%, similar al régimen combinado<br />

que se suministra en 3 días, y hacen notar que en<br />

sólo un caso no se llegó a visualizar el ciego. Por otro lado,<br />

consideran que la mejor limpieza de los sectores distales<br />

<strong>del</strong> colon, observada en los pacientes <strong>del</strong> grupo B, puede<br />

atribuirse a la administración <strong>del</strong> enema en la mañana <strong>del</strong><br />

procedimiento.<br />

En este estudio, la aceptación y los efectos adversos<br />

fueron similares con los 2 preparados. Aun cuando la<br />

intensidad de las náuseas fue superior con el NaP, y su<br />

sabor menos aceptado, estos factores no influyeron negativamente<br />

en la decisión de reelegirlo de necesitarse<br />

una nueva colonoscopia. Los autores suponen que este<br />

hecho responde al menor tiempo necesario para la preparación<br />

con NaP.<br />

Cuando se utilizan preparaciones colónicas cabe esperar<br />

desequilibrios electrolíticos, deshidratación o ambas.<br />

Los expertos estiman que no haber observado efectos<br />

adversos graves podría atribuirse al número pequeño<br />

de casos analizado o a la ausencia de comorbilidades<br />

graves en éstos. Así, para evitar riesgos y complicaciones,<br />

recomiendan una cuidadosa selección de los pacientes<br />

y la evaluación de la hidratación durante la preparación.<br />

En el 50% de los casos se detectó hiperfosfatemia<br />

que atribuyen al contenido de este elemento, tanto en


Sociedad Iberoamericana de Información Científica<br />

la solución oral como rectal, y la reducción <strong>del</strong> nitrógeno<br />

ureico a la dilución por la abundante cantidad de líquido<br />

ingerida.<br />

Por otra parte, el NaP por vía oral puede ocasionar erosiones<br />

y úlceras inespecíficas en la mucosa colónica. Dado<br />

que en los niños y adolescentes, la sospecha de enfermedad<br />

inflamatoria intestinal es la indicación más frecuente<br />

de colonoscopia, deben tenerse en cuenta las lesiones que<br />

8<br />

puede ocasionar la preparación en el momento de establecer<br />

el diagnóstico diferencial.<br />

Los expertos señalan que el presente estudio demostró<br />

que la preparación con fosfato de sodio es tan eficaz y<br />

segura como la que se emplea convencionalmente con citrato<br />

de magnesio por vía oral y fosfato de sodio rectal. Su<br />

administración en un solo día, aseguran, es la ventaja adicional<br />

que la hace más aceptable.<br />

Copyright © Sociedad Iberoamericana de Información Científica (SIIC), 2008<br />

www.siicsalud.com


Acontecimientos Terapéuticos, <strong>Trastornos</strong> <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Digestivo</strong> (V)<br />

El Pantoprazol y la Somnolencia Diurna en los Pacientes<br />

con Apnea <strong>del</strong> Sueño y Reflujo Gastroesofágico<br />

Resumen objetivo elaborado<br />

por el Comité de Redacción Científica de SIIC en base al artículo<br />

Randomized Placebo-Controlled Trial of Pantoprazole for Daytime Sleepiness<br />

in GERD and Obstructive Sleep Disordered Breathing<br />

de los autores<br />

Suurna MV, Welge J, Steward DL y colaboradores<br />

integrantes de la<br />

University of Cincinnati College of Medicine, Cincinnati, EE.UU.<br />

El artículo original, compuesto por 5 páginas, fue editado por<br />

Otolaryngology-Head and Neck Surgery<br />

139(2):286-290, Ago 2008<br />

En los pacientes con apnea obstructiva <strong>del</strong> sueño y reflujo gastroesofágico,<br />

el pantoprazol disminuye la somnolencia diurna al reducir el número<br />

de despertares nocturnos secundarios a los síntomas <strong>del</strong> reflujo.<br />

La apnea obstructiva <strong>del</strong> sueño (AOS) se asocia con elevada<br />

morbilidad y mortalidad, dado que se relaciona con<br />

aumento de 5 a 7 veces en el riesgo de accidentes de tránsito<br />

debidos a somnolencia diurna. Esta alteración se debe<br />

a los frecuentes microdespertares que resultan de la fragmentación<br />

<strong>del</strong> sueño y afecta de manera marcada la calidad<br />

de vida.<br />

Tanto la AOS como la enfermedad por reflujo gastroesofágico<br />

(ERGE) son frecuentes en la población general, con<br />

una prevalencia que puede llegar en ambos casos al 20%.<br />

Además, estos trastornos pueden coexistir, ya que comparten<br />

la obesidad como factor de riesgo. En algunos estudios<br />

previos se ha sugerido que, en los pacientes con ambas<br />

enfermedades, cerca de la mitad de los despertares<br />

nocturnos se atribuyen a los síntomas <strong>del</strong> reflujo.<br />

Los autores refieren que, en un estudio publicado en<br />

2004, demostraron que el tratamiento con pantoprazol<br />

permitió una disminución significativa en la somnolencia<br />

diurna y en los síntomas nocturnos asociados con el reflujo,<br />

aunque no mejoró el índice de apneas e hipopneas.<br />

Para una investigación más exhaustiva, se propusieron evaluar<br />

los efectos de este fármaco en otros parámetros como<br />

la calidad de vida relacionada con el sueño y el alerta psicomotriz.<br />

Métodos<br />

Los investigadores diseñaron un estudio aleatorizado, a<br />

doble ciego y controlado con placebo. Se consideró como<br />

objetivo evaluar los efectos <strong>del</strong> pantoprazol sobre la somnolencia<br />

diurna, los síntomas de reflujo ácido, la calidad de<br />

vida relacionada con el sueño y el estado de alerta psicomotriz<br />

en los sujetos con AOS leve a moderada y síntomas<br />

característicos de ERGE.<br />

Se seleccionaron pacientes ambulatorios <strong>del</strong> Servicio de<br />

Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello de la<br />

Universidad de Cincinnati. Se consideraron criterios de inclusión:<br />

una puntuación mayor de 8 en el Epworth Sleepi-<br />

9<br />

ness Score (ESS), síntomas característicos de ERGE y la presencia<br />

de AOS con un índice de apneas e hipopneas ≤ 30.<br />

Se excluyeron los pacientes que habían recibido tratamiento<br />

para el reflujo dentro de los 30 días previos o que eran<br />

alérgicos a los inhibidores de la bomba de protones, así<br />

como aquellos con otros tratamientos para la AOS.<br />

Se definió como criterio de valoración principal el cambio<br />

en la somnolencia diurna según lo referido por cada<br />

paciente en el ESS. Se consideraron criterios de valoración<br />

secundarios, las diferencias en la calidad de vida relacionada<br />

con el sueño de acuerdo con un cuestionario validado<br />

(FOSQ), los cambios en el estado de alerta psicomotriz según<br />

el tiempo de reacción y las diferencias en los síntomas<br />

de la ERGE.<br />

Los cuestionarios propuestos se efectuaron en todos los<br />

participantes y luego se dividió a la población de manera<br />

aleatoria en 2 grupos para recibir placebo o 40 mg diarios<br />

de pantoprazol durante 2 semanas. Posteriormente se<br />

aguardaron 2 semanas de reposo farmacológico y se efectuaron,<br />

a continuación, 14 días de tratamiento cruzado.<br />

Los datos obtenidos fueron procesados estadísticamente<br />

mediante análisis multivariado. Se consideró significativo<br />

un valor de p ≤ 0.05.<br />

Resultados<br />

Fueron seleccionados 60 sujetos, de los cuales 57 completaron<br />

el estudio. Los pacientes tenían una media de edad<br />

de 51 años, con una obesidad moderada (índice de masa<br />

corporal promedio de 31 kg/m 2 ). La media de la puntuación<br />

<strong>del</strong> ESS fue de 14 puntos, lo cual indicaba somnolencia<br />

diurna elevada. El 58% de los participantes eran mujeres.<br />

Después <strong>del</strong> tratamiento, los síntomas de somnolencia<br />

diurna mejoraron de manera significativa con el uso de<br />

pantoprazol (p = 0.04). Al mismo tiempo, se observó una<br />

mejoría de la calidad de vida relacionada con el sueño tanto<br />

con el placebo como con el pantoprazol, si bien con este<br />

fármaco la tendencia fue levemente mayor (p = 0.058). De


Sociedad Iberoamericana de Información Científica<br />

la misma manera, el pantoprazol se asoció con control de<br />

los síntomas globales vinculados con el reflujo (p = 0.0003),<br />

con una tendencia a una mejoría más importante en los<br />

despertares nocturnos relacionados con éste (p = 0.096).<br />

En cambio, el tratamiento no modificó los tiempos de reacción<br />

de modo significativo.<br />

Discusión<br />

Los autores refieren que, según publicaciones anteriores,<br />

el tratamiento con inhibidores de la bomba de protones<br />

puede mejorar las alteraciones <strong>del</strong> sueño que se originan<br />

en los microdespertares secundarios a reflujo en los<br />

pacientes con AOS y ERGE coexistentes. Se menciona un<br />

estudio previo en el que el pantoprazol disminuyó la somnolencia<br />

diurna y los despertares asociados con el reflujo,<br />

sin modificar el número de episodios obstructivos.<br />

A partir de los resultados <strong>del</strong> presente ensayo se sugiere<br />

que el tratamiento durante 2 semanas con un inhibidor de<br />

la bomba de protones mejora de manera eficaz la somnolencia<br />

diurna en los pacientes con formas leves a moderadas<br />

de AOS y ERGE. Asimismo, se describe una tendencia a<br />

la mejoría de la calidad de vida relacionada con el sueño,<br />

que fue mayor en los sujetos tratados con pantoprazol. No<br />

se observaron diferencias en el estado de alerta psicomotriz<br />

entre los grupos.<br />

Del mismo modo, un subgrupo significativo de pacientes<br />

refirió mejoría en los síntomas globales <strong>del</strong> reflujo cuando<br />

fueron tratados con pantoprazol. Los investigadores señalan,<br />

en función de estos hallazgos, que existe una correlación<br />

positiva entre los despertares nocturnos secundarios<br />

10<br />

al reflujo, por un lado, y la somnolencia diurna y la calidad<br />

de vida relacionada con el sueño, por el otro.<br />

Por otra parte, se menciona que no se demostró un cambio<br />

en el estado de alerta psicomotriz después de 2 semanas<br />

de tratamiento con pantoprazol, por lo cual, pese a la mejoría<br />

en la somnolencia diurna, estos pacientes pueden tener<br />

alteración en su rendimiento como consecuencia de la AOS.<br />

De esta manera, la terapia con pantoprazol puede considerarse<br />

en los sujetos con AOS leve que coexiste con ERGE<br />

y que no toleran los sistemas de presión positiva continua<br />

en la vía aérea. De todos modos, es necesario el tratamiento<br />

de la AOS subyacente.<br />

Conclusión<br />

Los investigadores afirman que el pantoprazol provocó<br />

una disminución significativa en la somnolencia diurna<br />

de un grupo de pacientes con AOS leve a moderada,<br />

en comparación con el placebo. Asimismo se observó<br />

una tendencia a una mejoría en la calidad de vida relacionada<br />

con el sueño. También sugieren que los síntomas<br />

pueden mejorar con el tratamiento de la ERGE, debido<br />

a una disminución en el número de microdespertares<br />

secundarios al reflujo. Sin embargo, en este estudio<br />

no se demostraron cambios en el estado de alerta psicomotriz.<br />

Se recomienda la realización de más estudios para definir<br />

la eficacia terapéutica de los inhibidores de la bomba de<br />

protones en el tratamiento de los síntomas asociados con<br />

el sueño de los pacientes con apnea obstructiva <strong>del</strong> sueño<br />

y enfermedad por reflujo gastroesofágico.<br />

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Acontecimientos Terapéuticos, <strong>Trastornos</strong> <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Digestivo</strong> (V)<br />

Antecedentes Familiares y Riesgo de Cáncer Gástrico<br />

Resumen objetivo elaborado<br />

por el Comité de Redacción Científica de SIIC en base al artículo<br />

Family History of Cancer and Stomach Cancer Risk<br />

de los autores<br />

Foschi R, Lucenteforte E, Negri E y colaboradores<br />

integrantes <strong>del</strong><br />

Istituto di Ricerche Farmacologiche Mario Negri, Milán, Italia<br />

El artículo original, compuesto por 4 páginas, fue editado por<br />

International Journal of Cancer<br />

123(6):1429-1432, Sep 2008<br />

El antecedente de cáncer gástrico en un familiar de primer grado<br />

incrementa el riesgo de presentar esta neoplasia, en especial<br />

cuando el familiar afectado es un hermano.<br />

En muchos estudios epidemiológicos se ha observado<br />

mayor riesgo, de 1.5 a 3.5 veces, de presentar cáncer gástrico<br />

en individuos con antecedentes familiares de esta neoplasia.<br />

Según los autores, esto puede deberse, en parte, a<br />

que los integrantes de una familia están expuestos a los<br />

mismos factores ambientales de riesgo pero también, reconocen,<br />

a una susceptibilidad heredada genéticamente.<br />

Algunos trabajos demostraron que el antecedente familiar<br />

de cáncer gástrico fue un factor de riesgo más importante<br />

para las mujeres, en tanto que otros hallaron<br />

que el riesgo fue mayor cuando el familiar afectado había<br />

sido un hermano en comparación con alguno de los padres.<br />

Los pocos estudios que han investigado el riesgo de<br />

cáncer gástrico en relación con el antecedente familiar<br />

de neoplasias en otra localización han encontrado resultados<br />

discordantes.<br />

Los autores de este trabajo analizaron la relación entre la<br />

historia de cáncer en los familiares de primer grado y el<br />

riesgo de cáncer gástrico.<br />

Material y métodos<br />

Este estudio de casos y controles fue llevado a cabo en 6<br />

hospitales de la provincia de Milán, Italia, entre 1997 y 2007.<br />

Los casos fueron 230 pacientes (143 hombres y 87 mujeres)<br />

menores de 80 años con una edad promedio de 63<br />

años (rango 22 a 80) y diagnóstico histológicamente confirmado<br />

de cáncer gástrico, sin antecedentes personales<br />

de otra neoplasia. La localización de este cáncer fue en el<br />

cuerpo o fundus gástrico en alrededor <strong>del</strong> 50% y pilórica<br />

en aproximadamente el 40% de los casos. Los controles<br />

fueron 547 individuos (286 hombres y 261 mujeres) menores<br />

de 81 años, con una edad promedio de 63 años (rango<br />

22 a 80), pareados con los casos por sexo, edad y año de<br />

ingreso.<br />

Los sujetos control habían ingresado a la misma institución<br />

que los casos por condiciones variadas, no neoplásicas<br />

(traumatológicas 20%, ortopédicas 23%, quirúrgicas<br />

22% y otras, 35%), y se habían descartado factores de<br />

riesgo conocidos de cáncer gástrico. La relación entre los<br />

controles y los casos fue de 2 a 1 para los varones y de 3 a<br />

11<br />

1 para las mujeres para incrementar la fuerza estadística<br />

<strong>del</strong> análisis en estas últimas.<br />

Los casos y los controles fueron entrevistados por personal<br />

entrenado para asentar información en un cuestionario<br />

especialmente diseñado. Los datos consignados incluyeron<br />

características sociodemográficas, medidas antropométricas,<br />

hábitos (incluyendo el tabaquismo), las características<br />

de la dieta y los antecedentes patológicos personales. En<br />

referencia a la historia familiar de cáncer, los participantes<br />

tuvieron que consignar cuántos hermanos/as presentaban<br />

esta enfermedad y si alguno de ellos, o sus padres, hijos,<br />

abuelos o cónyuges, habían tenido cáncer. En los casos<br />

positivos, se tomó en cuenta el estado de salud <strong>del</strong> familiar<br />

afectado al momento de la entrevista, su edad y la edad en<br />

que presentó o murió por la neoplasia, además de su localización.<br />

El diagnóstico de cáncer en los familiares no fue<br />

verificado.<br />

Resultados<br />

La distribución por edad fue equivalente entre los casos<br />

y los controles, mientras que el número de mujeres fue<br />

superior en los controles según lo diseñado para su análisis<br />

posterior. El nivel educativo fue similar para ambos grupos,<br />

en tanto que el antecedente de tabaquismo tendió a ser<br />

más frecuente en los casos y el índice de masa corporal<br />

(IMC) resultó mayor en los controles. El número promedio<br />

de hermanos/as también resultó similar (3.28 en los casos<br />

y 3.1 en los controles).<br />

El 13% de los casos, en comparación con 5.7% de los<br />

controles, refirió el antecedente familiar de cáncer gástrico,<br />

con un cociente de posibilidad (odds ratio [OR]) de 2.5.<br />

El sexo <strong>del</strong> familiar afectado no generó diferencia alguna,<br />

mientras que la edad de presentación de la neoplasia inferior<br />

a los 60 años aumentó el riesgo a 2.8. Este valor fue de<br />

2.2 cuando el familiar afectado fue uno de los padres <strong>del</strong><br />

caso índice y de 5.1 cuando fue el/la hermano/a. Ninguno<br />

de los casos refirió más de un familiar de primer grado con<br />

cáncer gástrico.<br />

Cuando se analizaron las variables sexo, edad, nivel de<br />

educación, tabaquismo e IMC en los casos y los controles,


Sociedad Iberoamericana de Información Científica<br />

se observó mayor probabilidad de cáncer gástrico en asociación<br />

con un bajo IMC (OR: 3.4) y respecto de las mujeres<br />

(OR: 3.2). Las otras variables no arrojaron diferencias entre<br />

los grupos en relación con el riesgo.<br />

En referencia al antecedente de neoplasias de otra localización<br />

en los familiares de primer grado, no se halló una<br />

asociación con el riesgo de cáncer gástrico. El OR fue de<br />

1.3 para todas las localizaciones posibles de neoplasias y<br />

decreció a 1.0 cuando se excluyó el antecedente de cáncer<br />

de estómago.<br />

Discusión<br />

Los autores consideran que el presente estudio confirmó<br />

que la historia familiar de cáncer gástrico en los familiares<br />

de primer grado incrementa el riesgo de presentar esta<br />

neoplasia y que aporta nuevas pruebas en relación a que<br />

este riesgo es mayor cuando el familiar afectado es un hermano.<br />

Además, destacan que el riesgo de cáncer gástrico<br />

no se asoció con la edad, el tabaquismo o el nivel educativo;<br />

tampoco, aseguran, se halló asociación alguna entre el<br />

antecedente familiar de cáncer de cualquier localización y<br />

este tipo de cáncer. Si bien observaron mayor riesgo de<br />

cáncer gástrico en las mujeres, este riesgo no se vio afectado<br />

cuando se consideró el sexo <strong>del</strong> familiar afectado. Estos<br />

resultados, afirman, son coherentes con los de otros trabajos<br />

que investigaron el mismo tema.<br />

Los investigadores reconocen que existen factores que<br />

pudieron haber sesgado sus resultados y admiten que aun<br />

cuando el uso de controles hospitalarios es cuestionable,<br />

los seleccionados no presentaban enfermedades neoplásicas<br />

ni tenían factores de riesgo para cáncer gástrico y es<br />

improbable que hayan compartido características genéticas<br />

o familiares con los casos. La información sobre la historia<br />

familiar, señalan, se obtuvo a través <strong>del</strong> interrogatorio<br />

y es probable que los casos de cáncer gástrico hayan<br />

tenido más conocimiento de sus antecedentes familiares<br />

que los controles.<br />

Una de las limitaciones de su investigación, aclaran, fue<br />

la falta de datos sobre la infección por Helicobacter pylori<br />

12<br />

que, explican, suele comprobarse en todos los miembros<br />

de una familia, por lo que el riesgo de cáncer gástrico en<br />

ésta puede, en parte, estar relacionada con esa infección.<br />

Sin embargo, algunos estudios demostraron que la infección<br />

por H. pylori y la historia familiar de cáncer gástrico<br />

son factores independientes de riesgo.<br />

El mayor riesgo encontrado en los casos con un/a hermano/a<br />

afectado por cáncer de estómago, en comparación<br />

con uno de los padres, sostiene la hipótesis de un<br />

mo<strong>del</strong>o de herencia recesivo. Sin embargo, reconocen los<br />

autores, el número de hermanos afectados en este estudio<br />

fue pequeño (7 en los casos vs. 3 en los controles) y la<br />

observación pudo haber sido aleatoria. Además de la infección<br />

por H. pylori compartida por los miembros de una<br />

familia, la similitud de los estilos de vida y de la dieta entre<br />

hermanos podría explicar este hallazgo.<br />

Los expertos señalan que han investigado la posible relación<br />

entre la historia familiar de neoplasias de cualquier<br />

localización y el cáncer gástrico sin encontrar una asociación<br />

estadísticamente significativa. No obstante, otros estudios<br />

sobre este tema han obtenido hallazgos diferentes.<br />

El ensayo de Goldgar y colaboradores, efectuado en una<br />

cohorte de Utah, halló una asociación entre historia familiar<br />

de cáncer de cerebro/sistema nervioso central o genital<br />

femenino y cáncer gástrico. En otra cohorte de Islandia se<br />

halló mayor riesgo de cáncer gástrico en pacientes con<br />

antecedentes familiares de cáncer de cérvix, endometrio,<br />

ovario, colon, esófago, tiroides y de cerebro. En otro trabajo<br />

sueco de casos y controles se halló mayor riesgo de cáncer<br />

de cardias en los pacientes con familiares de primer<br />

grado con cáncer de mama.<br />

Según los autores, el presente trabajo confirma que el<br />

riesgo de cáncer de estómago está aumentado en sujetos<br />

con un/a hermano/a afectado/a por esta neoplasia, más<br />

que en aquellos cuyo padre o madre la ha presentado. Con<br />

base en estos resultados, estiman que el riesgo de cáncer<br />

gástrico no se encuentra incrementado en sujetos con historia<br />

familiar de cáncer de cualquier localización, salvo en<br />

el estómago.<br />

Copyright © Sociedad Iberoamericana de Información Científica (SIIC), 2008<br />

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Acontecimientos Terapéuticos, <strong>Trastornos</strong> <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Digestivo</strong> (V)<br />

Comparación de la Eficacia y la Tolerabilidad de 2 Soluciones<br />

para la Preparación Intestinal Previa a la Colonoscopia<br />

Resumen objetivo elaborado<br />

por el Comité de Redacción Científica de SIIC en base al artículo<br />

Comparison of Standard Polyethylene Glycol and Two Doses of Oral Sodium Phosphate<br />

Solution in Precolonoscopy Bowel Preparation: A Randomized Controlled Trial<br />

de los autores<br />

Picchio M, Gallinaro L, Stagnitti F y colaboradores<br />

integrantes <strong>del</strong><br />

Civil Hospital A. Fiorini, Latina; Civil Hospital “Dono Svizzero”, Latina;<br />

University of Rome “La Sapienza”, Roma; Italia<br />

El artículo original, compuesto por 6 páginas, fue editado por<br />

Acta Gastro-Enterologica Belgica<br />

71(1):15-20, Ene 2008<br />

La solución de fosfato de sodio en 2 dosis, ingeridas 36 y 12 horas antes<br />

de lacolonoscopia, logra mejores resultados respecto de la solución estándar<br />

de polietilenglicol.<br />

El procedimiento de elección para la detección y el tratamiento<br />

de las lesiones <strong>del</strong> colon es la colonoscopia. Una<br />

adecuada preparación permite la visualización de los detalles<br />

de la mucosa colónica y confiere un ambiente seguro<br />

para los procedimientos terapéuticos. El esquema ideal de<br />

preparación colónica debe ser rápido, seguro, eficaz y aceptable<br />

para el paciente. No obstante, ninguna de las preparaciones<br />

disponibles en la actualidad cumple todos estos<br />

requisitos.<br />

En la década <strong>del</strong> 80, Davis y colaboradores propusieron<br />

una solución isotónica basada en polietilenglicol (PEG) por<br />

vía oral para el lavado anterógrado <strong>del</strong> colon. El esquema<br />

estándar de 4 l, administrado el día previo al procedimiento,<br />

demostró ser seguro y eficaz. Actualmente, la preparación<br />

intestinal para colonoscopia empleada con mayor<br />

frecuencia es esta solución. No obstante, la incorporación<br />

de un volumen considerable de solución de PEG dentro<br />

de un período breve no suele ser bien tolerado. Asimismo,<br />

entre 5% y 38% de los pacientes no logran completar<br />

la toma de la preparación, lo que deriva en una limpieza<br />

inadecuada <strong>del</strong> colon y, por lo tanto, en una evaluación<br />

poco confiable.<br />

En los años 90, Vanner y colaboradores compararon un<br />

catártico osmótico por vía oral con fosfato de sodio (NaP)<br />

monobásico y dibásico con la solución de PEG.<br />

El mecanismo de acción <strong>del</strong> NaP consiste en el efecto<br />

osmótico <strong>del</strong> fosfato, que atrae grandes cantidades de<br />

agua a la luz <strong>del</strong> colon, lo que provoca un efecto laxante.<br />

La solución de NaP permite realizar la colonoscopia con<br />

menor cantidad de líquidos. Aun así, existe preocupación<br />

respecto de las potenciales alteraciones electrolíticas y hemodinámicas.<br />

Se ha observado hiperfosfatemia transitoria<br />

con ligera reducción de los niveles séricos de calcio, y<br />

hasta 20% de los pacientes presenta hipokalemia; también<br />

se ha informado hiponatremia grave y se han descrito<br />

casos de nefrocalcinosis asociados con insuficiencia<br />

renal. En todos los casos de eventos adversos graves, se<br />

13<br />

verificó la administración de una dosis o hidratación inadecuadas.<br />

La ingestión de más de 45 ml de NaP dentro<br />

de las 24 horas se considera un factor que puede predisponer<br />

a eventos adversos.<br />

La mayoría de los estudios comparativos entre las soluciones<br />

de NaP y PEG sugieren que la primera es superior o<br />

equivalente a PEG respecto de la adecuada preparación<br />

intestinal mecánica. Dos metanálisis recientes concluyeron<br />

que la solución de NaP es superior o equivalente a PEG.<br />

Los autores realizaron un estudio aleatorizado y prospectivo<br />

para comparar la eficacia, los efectos colaterales y<br />

la aceptación de las preparaciones de PEG y NaP, administradas<br />

36 y 12 horas antes de la colonoscopia, en pacientes<br />

ambulatorios.<br />

Materiales y métodos<br />

Entre abril y diciembre de 2006 se incluyeron pacientes<br />

ambulatorios de entre 18 y 75 años que debían ser sometidos<br />

a colonoscopia. Los criterios de exclusión comprendieron<br />

resección colónica previa, infarto de miocardio reciente,<br />

insuficiencia cardíaca clase III o IV e insuficiencia renal.<br />

Los participantes fueron asignados al azar a la solución<br />

estándar de PEG de 4 l o a 80 ml de solución de NaP en un<br />

esquema de 2 dosis de 40 ml, administradas con 24 horas<br />

de diferencia.<br />

Los pacientes asignados a la solución de PEG debían diluir<br />

un sobre en 500 ml de agua y repetir el procedimiento<br />

con los 8 sobres. Los 4 l de solución obtenidos debían tomarse<br />

la tarde previa al estudio, a un ritmo de 250 ml cada<br />

10 a 15 minutos.<br />

Los primeros 40 ml de solución de NaP, diluidos en<br />

250 ml de agua, debían tomarse en los 2 días previos a la<br />

colonoscopia, aproximadamente a las 18 horas, seguido<br />

por la ingestión de 2 l de agua. Este procedimiento debía<br />

repetirse el día previo al estudio.<br />

Los investigadores recomendaron a todos los pacientes una<br />

dieta reducida en fibras durante los 3 días previos al estudio.


Sociedad Iberoamericana de Información Científica<br />

Se evaluó la tolerabilidad de las 2 preparaciones colónicas<br />

mediante un cuestionario estructurado. Los pacientes<br />

debían consignar la presencia y gravedad de efectos colaterales<br />

asociados con estas preparaciones. Además, se evaluó<br />

la cantidad de solución ingerida.<br />

Luego de realizar cada colonoscopia, el endoscopista<br />

examinó la limpieza <strong>del</strong> colon y la presencia y consistencia<br />

de materia fecal a nivel <strong>del</strong> recto y colon sigmoides, descendente,<br />

transverso, ascendente y ciego. La limpieza colónica<br />

se consideró adecuada cuando el endoscopista consideró<br />

que las lesiones de 5 mm o menos –con excepción<br />

de pólipos– no pasaron inadvertidas, en tanto que la limpieza<br />

colónica fue reducida en caso de remoción parcial de<br />

la materia fecal con riesgo de visualización incompleta<br />

de la pared <strong>del</strong> colon; por último, la limpieza colónica se<br />

consideró inadecuada cuando la evaluación <strong>del</strong> segmento<br />

resultó incompleta debido a la presencia de materia fecal.<br />

Resultados<br />

Ciento ochenta seis pacientes participaron y completaron<br />

el estudio. Ambos grupos fueron similares respecto de<br />

la edad, el sexo y la indicación de la colonoscopia.<br />

El 62.9% de los pacientes asignados a la solución de<br />

PEG y 84.3% <strong>del</strong> grupo de la solución de NaP ingirieron<br />

toda la preparación (diferencia 21.4%; p = 0.001). El 80.7%<br />

y 86.2%, respectivamente, lograron ingerir más <strong>del</strong> 75%<br />

(diferencia 5.5%; p = 0.423). Ningún paciente de ninguno<br />

de los 2 grupos ingirió menos <strong>del</strong> 50% de la solución<br />

asignada.<br />

Respecto <strong>del</strong> gusto, la solución de PEG resultó más tolerable<br />

que la de NaP. No se observaron diferencias significativas<br />

en cuanto a la presencia y gravedad de los vómitos,<br />

distensión abdominal, dolor abdominal, irritación anal y<br />

trastornos <strong>del</strong> sueño. La solución de PEG provocó más náuseas<br />

que la de NaP. Los autores observaron una diferencia<br />

significativa respecto de la interferencia con las actividades<br />

de la vida diaria a favor de la solución de NaP, así como de<br />

la aceptación de los pacientes de la preparación colónica.<br />

El 94.3% de los pacientes <strong>del</strong> grupo de PEG y 90.4% <strong>del</strong><br />

grupo de NaP completaron la colonoscopia. En 15.5% de<br />

los pacientes <strong>del</strong> primer grupo y 18.1% <strong>del</strong> segundo se<br />

practicó polipectomía o mucosectomía (diferencia 2.6,<br />

p = 0.78).<br />

Una proporción significativamente mayor de pacientes<br />

asignados a la preparación con NaP mostró ausencia de<br />

Sociedad Iberoamericana de<br />

Información Científica (SIIC)<br />

Directora PEMC-SIIC<br />

Rosa María Hermitte<br />

SIIC, Consejo de Dirección:<br />

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430 (C1092AAR),<br />

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14<br />

materia fecal en el colon descendente y transverso. Luego<br />

de la preparación colónica con PEG, se detectó materia fecal<br />

líquida en mayor proporción de pacientes de este grupo<br />

en todos los segmentos <strong>del</strong> colon en comparación con<br />

la preparación de NaP. El 52.9% de los pacientes <strong>del</strong> grupo<br />

PEG y 72% <strong>del</strong> grupo NaP presentaron limpieza adecuada<br />

<strong>del</strong> colon descendente (diferencia 19.1%, p = 0.012). Se<br />

observaron resultados similares en los segmentos colónicos<br />

restantes.<br />

Discusión<br />

Respecto de la evaluación por segmentos de la presencia<br />

de materia fecal, el presente estudio mostró que mayor<br />

proporción de pacientes que recibieron solución de NaP<br />

presentaron limpieza total, con diferencia significativa respecto<br />

<strong>del</strong> colon descendente y transverso. Además, una<br />

proporción significativamente mayor de pacientes presentó<br />

materia fecal líquida luego de la preparación con PEG.<br />

La mayor presencia de materia fecal líquida en el colon<br />

puede asociarse con menor detección de lesiones colónicas,<br />

sumado al incremento <strong>del</strong> riesgo de lesiones mucosas<br />

por el empleo de succión. Se logró una limpieza adecuada<br />

<strong>del</strong> colon con mayor frecuencia luego de la preparación<br />

colónica con la solución de NaP frente a la de PEG, con<br />

significación estadística respecto <strong>del</strong> colon descendente.<br />

La tolerabilidad de los pacientes fue similar en ambos<br />

grupos. Los efectos colaterales fueron más frecuentes luego<br />

de la administración de PEG, con un porcentaje significativamente<br />

mayor de pacientes que presentaron náuseas.<br />

Los autores sugieren que el retraso de 24 horas entre<br />

las dosis de NaP puede haber contribuido con menor<br />

incidencia de efectos adversos con esta preparación. La<br />

tendencia a la mejor tolerabilidad de la preparación colónica<br />

con NaP fue confirmada por la interferencia sustancialmente<br />

menor con las actividades de la vida diaria. La<br />

aceptación de los pacientes fue superior en el grupo de la<br />

solución de NaP.<br />

Los autores afirman que 2 dosis de solución de fosfato<br />

de sodio, ingeridas 36 y 12 horas previas a la colonoscopia,<br />

resultan eficaces y se asocian con mejores resultados respecto<br />

de la limpieza <strong>del</strong> colon en comparación con la solución<br />

estándar de polietilenglicol. La administración de la<br />

segunda dosis de la solución de fosfato de sodio, en las 24<br />

horas posteriores a la primera dosis, reduce los efectos colaterales<br />

y permite lograr mayor adhesión <strong>del</strong> paciente.<br />

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septiembre de 2008.<br />

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