“En TODO lo que podáis, ofreced a Dios un sacrificio” (II Parte)
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“En TODO lo que podáis, ofreced a Dios un sacrificio” (II Parte)
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<strong>II</strong> <strong>Parte</strong><br />
<strong>“En</strong> todo <strong>lo</strong> <strong>que</strong> <strong>podáis</strong>,<br />
<strong>ofreced</strong> a <strong>Dios</strong> <strong>un</strong> <strong>sacrificio”</strong><br />
En la I <strong>Parte</strong> (The Fatima Crusader, edición 103) de la a<strong>lo</strong>cución de Michal Semin para<br />
nuestra conferencia de mayo de 2012, en Roma, explicó el autor <strong>que</strong> el infierno no está<br />
vacío, y <strong>que</strong> todos nosotros debemos hacer sacrificios y rezar para librarnos, a nosotros y a<br />
muchos otros pecadores como nosotros, del fuego del infierno, dando el ejemp<strong>lo</strong><br />
inspirador del espíritu de sacrificio de <strong>lo</strong>s tres pastorcitos de Fátima.<br />
En la <strong>II</strong> <strong>Parte</strong>, el Sr. Semin sigue explicando el sacrificio supremo de Jesucristo en el Santo<br />
Sacrificio de la Misa.<br />
por Michal Semin<br />
En esta seg<strong>un</strong>da parte de mi com<strong>un</strong>icación, me gustaría comparar el Rito<br />
Tradicional Romano con el Nuevo Rito del Papa Pab<strong>lo</strong> VI.<br />
¿Podremos decir, en buena conciencia, <strong>que</strong> ambos transmiten la misma actitud<br />
en relación al significado del sacrificio?<br />
¿Expresan ambos, de modo idéntico, la enseñanza católica definida en el<br />
Concilio de Trento y reiterada por Pio X<strong>II</strong> en la encíclica Mediator Dei?<br />
El Cardenal Ottaviani pensaba <strong>que</strong> no, cuando afirmó en 1969:<br />
“El Novus Ordo representa, tanto en su totalidad como en <strong>lo</strong>s<br />
detalles, <strong>un</strong>a desviación notable de la Teo<strong>lo</strong>gía católica de la Misa, tal<br />
como ella fue…definitivamente fijada por el Concilio de Trento”.<br />
¿Por qué pensaba él así? ¿Cuáles son las principales diferencias entre estos dos<br />
Ritos, capaces de confirmar la afirmación <strong>que</strong> el significado del sacrificio y el papel <strong>que</strong><br />
se reviste se desviaron, de <strong>un</strong>a posición central a otra lateral?<br />
Bueno, se trata de la estructura misma de la Misa. El Nuevo Rito de la Misa está<br />
dividido en dos partes – la Liturgia de la Palabra y la Liturgia Eucarística. Tal división<br />
da la impresión de <strong>que</strong> la parte de la Misa antes del Ofertorio es de algún modo<br />
independiente y puede existir, por sí sola, sin la seg<strong>un</strong>da parte; <strong>que</strong> estas dos partes son<br />
separables y del mismo va<strong>lo</strong>r.<br />
Hay, en efecto, muchas parroquias en Europa y tal vez en otros lados en <strong>que</strong>,<br />
debido a la falta de sacerdotes, <strong>lo</strong>s parroquianos son invitados a tomar parte en las<br />
“Liturgias de la Palabra”, presididas por <strong>un</strong> diácono o <strong>un</strong> laico. El Misal Tradicional<br />
Romano no tiene tal división, <strong>un</strong>a vez <strong>que</strong> todas sus oraciones y gestos sagrados del<br />
sacerdote se orientan al sacrificio propiciatorio, al momento de la Consagración.<br />
http://www.fatima.org/span/crusader/cr104/cr104pg34.pdf<br />
1
Este cuadrito muy conocido de Jesús<br />
llamando a la puerta refleja nuestro<br />
libre arbitrio. Nosotros podemos abrir<br />
la puerta de nuestra alma y dejar a<br />
Jesús entrar o, usando nuestro libre<br />
arbitrio, rechazar<strong>lo</strong>. Recemos por el<br />
Papa y por todas a<strong>que</strong>llas personas –<br />
Cardenales, Obispos y autoridades<br />
civiles – <strong>que</strong> puedan animar<strong>lo</strong> y<br />
persuadir<strong>lo</strong> a no retrasar más la<br />
realización de la Consagración de Rusia,<br />
como Jesús ordenó formalmente <strong>que</strong> se<br />
hiciese.<br />
En el Rito Tradicional, el sacerdote se dirige al pie de <strong>lo</strong>s grados del altar, donde<br />
se detiene de rostro al altar – <strong>que</strong> representa Nuestro Señor – y dice la oración Introibo<br />
ad altare Dei, seguida del Salmo Penitencial Judica me, haciendo brotar en su corazón<br />
<strong>un</strong> espíritu de arrepentimiento, la consciencia de su indignidad y la necesidad de<br />
expiación por sus pecados personales y por <strong>lo</strong>s pecados de <strong>lo</strong>s fieles allí presentes. Este<br />
Rito de purificación del sacerdote viene de la liturgia del Antiguo Testamento, en <strong>que</strong> el<br />
sacerdote del Temp<strong>lo</strong> – antes de entrar en el Santo de <strong>lo</strong>s Santos – se purificaba<br />
ritualmente.<br />
El comienzo de la Santa Misa a <strong>lo</strong>s pies de <strong>lo</strong>s grados del altar – el sacerdote no<br />
se pone a hacer inclinaciones a la congregación – simboliza la subida al Monte del<br />
Calvario, de donde, después de haber ofrecido el Sacrificio, se derraman las gracias a<br />
toda la Iglesia. La naturaleza penitencial de las oraciones de abertura es confirmada y<br />
coronada por <strong>un</strong> doble Confiteor – doble, por<strong>que</strong> el sacerdote y <strong>lo</strong>s fieles no están en<br />
igual posición cuanto al ofrecimiento del Sacrificio – hecho <strong>que</strong> no se encuentra<br />
reflejado en la Nueva Misa, <strong>que</strong> tiene <strong>un</strong> único Confiteor.<br />
También el Kyrie Eleison es <strong>un</strong>a oración penitencial; es, por eso, completamente<br />
sin sentido considerar todas estas oraciones como <strong>un</strong>a preparación para <strong>un</strong>a lectura de la<br />
Biblia o como <strong>un</strong>a instrucción para <strong>lo</strong>s fieles.<br />
La Sagrada Escritura tradicional<br />
se entiende de manera diferente<br />
en el Nuevo Rito<br />
La lectura misma de las Sagradas Escrituras, en el Rito Tradicional, se entiende<br />
de manera diferente de <strong>lo</strong> <strong>que</strong> se hace en la liturgia moderna – la Epístola es leída de<br />
rostro al altar (Cristo), el Evangelio es leído de rostro al Norte, por<strong>que</strong> el Norte<br />
representa las tierras paganas y el dominio de <strong>lo</strong>s demonios. La lectura del Evangelio,<br />
en este sentido, es <strong>un</strong>a especie de exorcismo – <strong>lo</strong> <strong>que</strong> se encuentra al fin del Evangelio –<br />
reflejado en las palabras del sacerdote: “Por las palabras de este Santo Evangelio, sean<br />
apagados nuestros pecados”.<br />
http://www.fatima.org/span/crusader/cr104/cr104pg34.pdf<br />
2
El cambio del Sacrificio a <strong>un</strong>a cena es a<strong>un</strong> más claro y transparente en la<br />
alteración de las oraciones hechas en el Ofertorio o, antes, en la alteración de la<br />
naturaleza misma del Ofertorio en sí mismo. Según la Fe católica y la tradición de la<br />
Iglesia con ella relacionada, el sujeto <strong>que</strong> ofrece y el objeto ofrecido es Nuestro Señor<br />
Jesucristo. Es por eso <strong>que</strong> las oraciones contenidas en el Ofertorio tradicional<br />
presuponen la presencia de Nuestro Señor como la verdadera y única Víctima, la<br />
Presencia Eucarística. Las oraciones del Ofertorio anticipan la Consagración. No se<br />
habla del pan sino se usa el término Víctima-Hostia, Hostia sin mancha, a<strong>un</strong><strong>que</strong> aún no<br />
haya sido consagrada.<br />
Unida con las acciones del sacerdote, esta oración da testimonio <strong>que</strong> a<strong>que</strong>l<strong>lo</strong> <strong>que</strong><br />
es ofrecido en la Santa Misa es la “Hostia sin Mancha” – o sea, la Víctima sin Mancha.<br />
La naturaleza propiciatoria de la Misa es explicita – es ofrecida por nuestros pecados.<br />
Eso nos recuerda <strong>que</strong> la Misa es ofrecida “por <strong>lo</strong>s vivos y por <strong>lo</strong>s muertos”; y el<br />
sacerdote <strong>que</strong> ofrece el Sacrificio es <strong>un</strong> mediador entre el hombre y <strong>Dios</strong>.<br />
De las 12 oraciones tradicionales<br />
para el ofertorio, <strong>que</strong>dan só<strong>lo</strong> 2<br />
en la Nueva Misa<br />
De las doce oraciones para el Ofertorio en el Rito Tradicional, só<strong>lo</strong> dos <strong>que</strong>daron<br />
en la Nuevo Rito de la Misa. Y es interesante el hecho de <strong>que</strong> las oraciones suprimidas<br />
son precisamente a<strong>que</strong>llas <strong>que</strong> Lutero y Cranmer eliminaron. ¿Y por qué las eliminaron<br />
el<strong>lo</strong>s? Por<strong>que</strong>, como dijo Lutero, ellas “huelen a sacrificio – la abominación llamada<br />
Ofertorio, y a partir de este p<strong>un</strong>to casi todo huele a oblación”.<br />
El Nuevo Rito de la Misa ni siquiera usa ya el término Ofertorio; llama a esta<br />
parte de la Misa “preparación de <strong>lo</strong>s dones”. Y, en esta parte del Nuevo Rito, no hay<br />
ning<strong>un</strong>a palabra <strong>que</strong> dé al menos <strong>un</strong>a sugerencia de <strong>que</strong> a<strong>que</strong>l<strong>lo</strong> <strong>que</strong> es ofrecido es la<br />
Víctima Divina. Ahora, el pan y el vino – “fruto del trabajo del hombre” – es todo <strong>lo</strong><br />
<strong>que</strong> es ofrecido.<br />
Michael Davis, <strong>que</strong> gozó de <strong>un</strong> relacionamiento próximo del Cardenal<br />
Ratzinger, señala <strong>que</strong> este concepto es plenamente compatible con la teoría teilhardiana<br />
según la cual el esfuerzo humano, el trabajo de las manos del hombre, se hace, de cierto<br />
modo, la materia del Sacramento.<br />
Después, tenemos las alteraciones en el corazón mismo de la Santa Misa – en el<br />
Canon. La seg<strong>un</strong>da oración eucarística es famosa por la ausencia de oraciones de<br />
preparación para la Consagración y de las palabras de la Consagración, la Narrativa de<br />
la Institución. El sacerdote dice esas palabras como si estuviese pura y simplemente<br />
narrando la historia de la Última Cena, hace <strong>un</strong>os 2000 años, en vez de estar realmente<br />
consagrando el pan y el vino aquí y ahora.<br />
Además de estos cambios en las oraciones de la Misa – con la alteración más<br />
prof<strong>un</strong>da indicando el cambio del Sacrificio a <strong>un</strong>a cena congregacional – hay <strong>un</strong>a<br />
diferencia en la orientación del sacerdote durante la Misa.<br />
Su posición ya no simboliza el hecho de él siendo <strong>un</strong> intermediario entre <strong>Dios</strong> y<br />
el hombre, como sucede en la Misa Tradicional – en <strong>que</strong> él se vuelve al Tabernácu<strong>lo</strong>;<br />
http://www.fatima.org/span/crusader/cr104/cr104pg34.pdf<br />
3
ahora el sacerdote es el “presidente” de <strong>un</strong>a asamblea, <strong>que</strong> preside a la mesa en redor de<br />
la cual <strong>lo</strong>s fieles se reúnen para “refrescarse” en la “cena memorial”. (Todas estas frases<br />
constan de la Instrucción General). Todos nosotros podemos contar varias historias<br />
sobre la destrucción de <strong>lo</strong>s altares tradicionales en iglesias por todo el m<strong>un</strong>do, y su<br />
sustitución por mesas. Una vez más, la naturaleza de la Misa mueve de Sacrificio a<br />
cena.<br />
Yo no dudo de la validad de la Nueva Misa; pero ¿cómo es <strong>que</strong> no concluimos, a<br />
partir de estos cambios, <strong>que</strong> hay algo muy ma<strong>lo</strong> en ella? No dudo <strong>que</strong> haya muchos<br />
sacerdotes y laicos devotos asistiendo a la Nueva Misa; pero, si su fe está viva y sana en<br />
la naturaleza sacrificial de la Santa Misa, bien como en la religión católica como <strong>un</strong><br />
todo, no es gracias a la llamada reforma litúrgica, sino a pesar de ella.<br />
De <strong>un</strong>a perspectiva histórica, vemos <strong>que</strong> las alteraciones litúrgicas<br />
postconciliares son semejantes, si no idénticas, a a<strong>que</strong>llas <strong>que</strong> <strong>lo</strong>s f<strong>un</strong>dadores del<br />
protestantismo iniciaron – la Misa como asamblea con presidente, el Sacrificio <strong>que</strong> se<br />
hace <strong>un</strong>a cena, <strong>lo</strong>s laicos realizando f<strong>un</strong>ciones específicamente sacerdotales, la<br />
naturaleza narrativa de la Consagración, el sacerdote vuelto al pueb<strong>lo</strong> (y de espaldas al<br />
Tabernácu<strong>lo</strong>), etc.<br />
La inspiración protestante en la creación del Nuevo Rito de la Misa fue<br />
confirmada por <strong>un</strong> amigo íntimo del Papa Pab<strong>lo</strong> VI, Jean Guitton:<br />
“La intención de Pab<strong>lo</strong> VI con respecto a <strong>lo</strong> <strong>que</strong> se llama<br />
vulgarmente la Misa, era reformar la liturgia católica de tal manera <strong>que</strong><br />
casi coincidiese con la liturgia protestante – pero <strong>lo</strong> <strong>que</strong> es curioso es <strong>que</strong><br />
Pab<strong>lo</strong> VI hizo esto para aproximarse <strong>lo</strong> más posible de la Cena del Señor<br />
protestante… había en Pab<strong>lo</strong> VI <strong>un</strong>a intención ecuménica de remover, o<br />
por <strong>lo</strong> menos corregir, o por <strong>lo</strong> menos relajar <strong>lo</strong> <strong>que</strong> era demasiado<br />
católico, en el sentido tradicional, en la Misa y, repito, para aproximar la<br />
Misa católica al servicio calvinista”.<br />
Mentalidad sacrificial<br />
y vocaciones sacerdotales<br />
Como no soy sacerdote, no quiero detenerme excesivamente sobre <strong>lo</strong>s temas <strong>que</strong><br />
están más relacionados con la vida sacerdotal, pero permítanme <strong>que</strong> exprese mi<br />
preocupación de <strong>que</strong> la falta de la mentalidad sacrificial en la Nueva Liturgia pueda<br />
afectar la identidad misma del sacerdocio. No estoy aquí, <strong>que</strong>ridos padres, para<br />
enseñar<strong>lo</strong>s, por<strong>que</strong> estoy seguro <strong>que</strong> no só<strong>lo</strong> <strong>lo</strong> saben antes <strong>lo</strong> viven, <strong>que</strong> la vida del<br />
sacerdote es definida y también alimentada por el sacrificio, tanto en el altar como en el<br />
ministerio fuera de la liturgia.<br />
Nuestro Señor, Que es el Supremo Sacerdote, da el ejemp<strong>lo</strong> – dio Su propia vida<br />
para nuestra salvación eterna. Los sacerdotes de Su Iglesia deben seguir<strong>lo</strong> y dar sus<br />
vidas por la grey <strong>que</strong> les fue confiada.<br />
¿Seré demasiado atrevido si haga <strong>un</strong>a ligación entre la represión de la naturaleza<br />
sacrificial de la Santa Misa y la falta de vocaciones sacerdotales? ¿O el aumento de la<br />
http://www.fatima.org/span/crusader/cr104/cr104pg34.pdf<br />
4
violación de la vida del celibato – por<strong>que</strong> el voto de celibato no puede ser cumplido sin<br />
sacrificar el bien del matrimonio por <strong>un</strong> bien superior?<br />
Un sacerdote desiste de las ventajas de la vida matrimonial para poder ser <strong>un</strong><br />
alter Christus, otro Cristo, mediador entre <strong>Dios</strong> y <strong>lo</strong>s hombres. La razón para el celibato<br />
no es só<strong>lo</strong> para <strong>que</strong> el sacerdote tenga más tiempo para el trabajo pastoral (razones<br />
pragmáticas), sino por<strong>que</strong>, por la vida del celibato, está a <strong>un</strong>irse con Cristo celibato y<br />
vivo, el Sumo Sacerdote, para ofrecer el Santísimo Sacrificio, por el cual tiene <strong>que</strong> estar<br />
ritualmente limpio.<br />
Todo <strong>lo</strong> <strong>que</strong> el sacerdote hace como sacerdote es, de alg<strong>un</strong>a manera, orientado al<br />
altar y al sacrificio de Nuestro Señor, fuente de todas las gracias. Es de su servicio en el<br />
altar <strong>que</strong> él recibe su dignidad sacerdotal, y no por tocar guitarra o por jugar al fútbol<br />
con <strong>lo</strong>s jóvenes. Y cuando está al altar, no está allí para inventar liturgias creativas <strong>que</strong><br />
expresan su personalidad, sino para conformarse a Cristo y actuar en Su persona. ¡Esto<br />
se reflexiona tan bien en las rubricas fijas del Rito Romano Tradicional!<br />
Mentalidad sacrificial<br />
y <strong>lo</strong>s laicos y el matrimonio<br />
Pero, obviamente, la vida de sacrificio no está reservada exclusivamente para <strong>lo</strong>s<br />
sacerdotes. Nosotros, laicos, también somos obligados a seguir el ejemp<strong>lo</strong> de nuestro<br />
Salvador. ¿Cómo es <strong>que</strong> la llamada para vivir <strong>un</strong>a vida sacrificial acostumbra a<br />
manifestarse en la vida de <strong>un</strong>a familia? En la aceptación generosa de hijos, en la<br />
disposición para tener <strong>un</strong>a familia más grande de la <strong>que</strong> es la norma en las actuales<br />
sociedades anticonceptivas del m<strong>un</strong>do moderno.<br />
Hoy, la definición de <strong>un</strong>a “vida buena” se basa en la auto-realización individual<br />
y en la construcción de <strong>un</strong>a carrera. Hoy, la definición de la “vida buena”, es<br />
simplemente gozar la vida sin respecto por el objetivo final de la vida humana, <strong>que</strong> es<br />
espiritual, o por las necesidades de <strong>lo</strong>s otros. Desafort<strong>un</strong>adamente, ni <strong>lo</strong>s católicos están<br />
inm<strong>un</strong>es a sucumbir a este esti<strong>lo</strong> de vida.<br />
La pérdida del sentido del sacrificio<br />
La anticoncepción, símbo<strong>lo</strong> del hedonismo moderno y, por <strong>lo</strong> tanto, la pérdida<br />
del sentido del sacrificio, está generalizada en la Iglesia postconciliar. Pero a<strong>un</strong> entre <strong>lo</strong>s<br />
<strong>que</strong> tienen objeciones al uso de la anticoncepción artificial y del aborto y defienden el<br />
planeamiento familiar natural (PFN), encontramos <strong>un</strong> esfuerzo para neutralizar las<br />
enseñanzas claras de Pio X<strong>II</strong> sobre la legalidad condicionada de este método de crear<br />
mayores espacios entre <strong>lo</strong>s hijos.<br />
Conozco la literatura del PFN y tomé parte hace años en <strong>un</strong> curso de PFN, y no<br />
recuerdo haber encontrado <strong>un</strong>a consideración específica sobre las condiciones<br />
explícitas, médicas, sociales o económicas, en <strong>que</strong> <strong>un</strong> matrimonio puede realizar el acto<br />
matrimonial con la esterilidad planeada de ese acto en particular.<br />
A<strong>un</strong><strong>que</strong> muchos católicos en general continúan a tener más hijos <strong>que</strong> <strong>un</strong>o o dos,<br />
la falta de vol<strong>un</strong>tad de tener más hijos está llevando a la extinción las naciones<br />
nominalmente cristianas de Europa. Su futuro demográfico no es prometedor, y, si no<br />
http://www.fatima.org/span/crusader/cr104/cr104pg34.pdf<br />
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hay <strong>un</strong> milagro, ellas se someterán dentro de alg<strong>un</strong>as décadas a culturas ajenas y<br />
religiones falsas.<br />
España e Italia – <strong>lo</strong>s dos países más importantes de la Cristiandad – así como<br />
Francia, tienen <strong>un</strong>a índice de fertilidad total de 1,29 hijos por mujer. ¡Esto es menos de<br />
<strong>que</strong> <strong>lo</strong>s países del norte de Europa, protestantes y más acostumbrados a la<br />
anticoncepción! Como se sabe, 2,1 es el nivel de sustitución. ¡No veo como sea posible,<br />
y me parece mentira, llamar ‘católicos’ estos países nominalmente católicos!<br />
Otro fruto amargo de la pérdida del sentido de sacrificio es la destrucción<br />
generalizada de la fidelidad conyugal. Los porcentajes de divorcio en la mayor parte de<br />
<strong>lo</strong>s países nominalmente cristianos están aumentando, <strong>lo</strong> <strong>que</strong> también sucede con el<br />
número de anulaciones en el caso de matrimonios católicos.<br />
<strong>“En</strong> el contexto de <strong>un</strong>a mentalidad de divorcio, hasta <strong>lo</strong>s casos de<br />
anulación canónica pueden ser fácilmente mal interpretados, como si no<br />
fuesen más de <strong>que</strong> <strong>un</strong>a manera de obtener <strong>un</strong> divorcio con la bendición de<br />
la Iglesia”.<br />
El Cardenal Julián Herranz, <strong>que</strong> preside al Concejo Pontificio para <strong>lo</strong>s Textos<br />
Legislativos, dijo esto a la com<strong>un</strong>icación social hace dos años, cuando el Vaticano<br />
publicó <strong>un</strong>a nota crítica sobre el aumento radical de anulaciones en <strong>lo</strong>s Estados Unidos.<br />
Y tenía mucha razón. Encontré <strong>un</strong> buen número de católicos de mentalidad moderna<br />
<strong>que</strong> no ven diferencia ning<strong>un</strong>a. La considera como <strong>un</strong> divorcio para <strong>lo</strong>s católicos, <strong>un</strong><br />
p<strong>un</strong>to de vista semejante a <strong>lo</strong> <strong>que</strong> tienen sobre el uso de PFN sin restricciones – la<br />
anticoncepción para <strong>lo</strong>s católicos.<br />
Además de <strong>lo</strong>s nuevos y modernos conceptos de sacerdocio, la disminución del<br />
número de hijos en las familias católicas es la principal causa de la falta de vocaciones<br />
sacerdotales y religiosas. Las grandes familias son siempre – especialmente si sufren de<br />
privaciones e incomodidad – <strong>un</strong>a escuela de abnegación y del servicio a <strong>lo</strong>s otros. Al<br />
contrario, el m<strong>un</strong>do moderno, con <strong>un</strong> so<strong>lo</strong> hijo por familia – <strong>que</strong> existe para el placer de<br />
<strong>lo</strong>s padres – no crea <strong>un</strong> ambiente suficiente para aprender aptitudes sociales positivas.<br />
De las familias católicas numerosas<br />
nacen buenas vocaciones<br />
El 20 de enero de 1958, en <strong>un</strong>a audiencia para la Asociación italiana de las<br />
Familias Numerosas, Pio X<strong>II</strong> señaló la importancia del ideal de las familias católicas<br />
numerosas como criadores de <strong>un</strong> buen ambiente para las vocaciones:<br />
“Todos estos beneficios preciosos serán más sólidos y permanentes, más<br />
intensos y más productivos si la grande familia toma el espíritu sobrenatural del<br />
Evangelio, <strong>que</strong> espiritualiza todo y <strong>lo</strong> torna eterno, como su regla particular de<br />
orientación y su base. La experiencia demuestra <strong>que</strong>, en estos casos, <strong>Dios</strong> muchas veces<br />
excede <strong>lo</strong>s dones ordinarios de la Providencia, tales como alegría y paz, para concederle<br />
<strong>un</strong>a llamada especial – <strong>un</strong>a vocación al sacerdocio, a la vida religiosa, a <strong>un</strong>a más alta<br />
santidad”.<br />
http://www.fatima.org/span/crusader/cr104/cr104pg34.pdf<br />
6
“Con buenas razones, ha sido el caso muchas veces <strong>que</strong> las grandes familias se<br />
distinguen como c<strong>un</strong>as de santos. Podemos citar, entre otros ejemp<strong>lo</strong>s, San Luís, Rey de<br />
Francia, de <strong>un</strong>a familia de diez hijos; Santa Catarina de Siena, proveniente de <strong>un</strong>a<br />
familia de veinte y cinco; San Roberto Belarmino, de <strong>un</strong>a familia de doce; y San Pio X,<br />
de <strong>un</strong>a familia de diez”.<br />
“Cada vocación es <strong>un</strong> secreto de la Providencia; pero estos casos prueban <strong>que</strong><br />
<strong>un</strong> gran número de hijos no impide <strong>lo</strong>s padres de darles <strong>un</strong>a educación excelente y<br />
perfecta; y muestran <strong>que</strong> el número no perjudica su calidad, tanto con respecto a <strong>lo</strong>s<br />
va<strong>lo</strong>res físicos como con respecto a <strong>lo</strong>s espirituales”.<br />
La pérdida gradual del sentido del sacrificio propiciatorio de Nuestro Señor en la<br />
Cruz, y su re-presentación en <strong>lo</strong>s altares de todo el m<strong>un</strong>do, conduce a otro efecto grave<br />
– la debilitación de la consciencia de nuestra condición de pecador, de la necesidad de<br />
nuestra conversión, de penitencia y de ofrecer reparación por nuestros pecados. Fue por<br />
nuestros pecados <strong>que</strong> Nuestro Señor sufrió y padeció <strong>un</strong>a muerte brutal; somos culpados<br />
de <strong>lo</strong>s do<strong>lo</strong>res <strong>que</strong> Él tuvo <strong>que</strong> suportar.<br />
La pasión y acción sacrificial de Nuestro Señor nos hace conscientes del veneno,<br />
de la oscuridad del pecado; de la ofensa infinita hecha a la Santidad ilimitada de <strong>Dios</strong>.<br />
Es por nuestros pecados <strong>que</strong> el Santo Sacrificio de la Misa es ofrecido hoy, para <strong>que</strong><br />
podamos beneficiar de <strong>lo</strong>s méritos de Cristo y viene a comprender el gran precio <strong>que</strong><br />
Nuestro Señor pagó por nuestra redención.<br />
Nuestra necesidad de conversión<br />
El aspecto amortiguado y cohibido de la propiciación en el Nuevo Rito lleva a la<br />
falta total de la consciencia de nuestra condición de pecadores y de la naturaleza del<br />
pecado, y también a <strong>un</strong>a grave disminución en el número de confesiones. Muchos<br />
sacerdotes dejaron de predicar sobre la naturaleza del pecado – diciendo <strong>que</strong> insulta a<br />
<strong>Dios</strong> – y sobre <strong>lo</strong>s pecados mortales, <strong>que</strong> privan <strong>lo</strong>s hombres de la gracia santificante y<br />
les cierran las puertas del Cie<strong>lo</strong>.<br />
Más <strong>que</strong> la necesidad de nuestra reconciliación con <strong>Dios</strong>, oímos hablar de la<br />
reconciliación con nosotros mismos, como debemos aceptarnos a nosotros mismos tales<br />
como somos, sin ning<strong>un</strong>a llamada a la penitencia y a la conversión de nuestros<br />
corazones.<br />
No conozco la situación en otros países, pero en el área de lengua alemán, la<br />
práctica de las confesiones individuales es bastante rara. ¡Un sacerdote tradicional<br />
checo, morador en Austria, me contó recientemente <strong>que</strong> conoce párrocos en Austria y<br />
en Alemania <strong>que</strong> no tuvieron ni <strong>un</strong> único parroquiano <strong>que</strong> se fuese a confesar durante<br />
todo el año!<br />
La Misa Antigua transmita mejor<br />
la naturaleza sacrificial de la vida católica<br />
De a<strong>que</strong>l<strong>lo</strong> <strong>que</strong> dije hasta aquí, espero <strong>que</strong> esté claro <strong>lo</strong> <strong>que</strong> yo quise transmitir,<br />
La Liturgia Tradicional expresa mucho más claramente <strong>que</strong> el Nuevo Rito – <strong>que</strong> hasta el<br />
http://www.fatima.org/span/crusader/cr104/cr104pg34.pdf<br />
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Papa Benedicto XVI llama <strong>un</strong> “producto banal del<br />
momento”, – nuestra naturaleza pecadora y nuestra<br />
necesidad de redención.<br />
Conocí <strong>un</strong>a vez <strong>un</strong>a señora <strong>que</strong>, por ocasión<br />
de su introducción a la Misa Tradicional en latín,<br />
me dijo <strong>que</strong> no podría recibir la Sagrada Com<strong>un</strong>ión.<br />
Cuando le preg<strong>un</strong>té por qué, ella respondió: ¡“Yo<br />
debería haber ido a la Confesión primero”! Algo en<br />
<strong>que</strong> ella n<strong>un</strong>ca había pensado antes.<br />
Tal como rezamos, así creemos y – así<br />
vivimos. Es tan simple como esto.<br />
El Mensaje de Fátima nos da<br />
<strong>un</strong> mejor entendimiento de cómo<br />
vivir <strong>un</strong>a vida de sacrificio<br />
El Mensaje de Fátima nos lleva a <strong>un</strong>a mejor<br />
comprensión de la necesidad de vivir <strong>un</strong>a vida de<br />
sacrificio. La Santa Misa, siendo el centro y la<br />
cumbre más alta de nuestras vidas, seamos<br />
sacerdotes o laicos, debe enseñarnos la verdadera<br />
lección – <strong>que</strong> el sacrificio es el medio para nuestra<br />
redención y salvación. Si la Misa deja de transmitir<br />
este mensaje, entonces hay algo muy mal con ella.<br />
8<br />
Cristo, Ejemp<strong>lo</strong> Supremo del<br />
Sacrificio, se entregó a Sí mismo<br />
para ser flagelado, coronado de<br />
espinas y crucificado para nuestra<br />
salvación.<br />
Nosotros, como fieles católicos, debemos hacer todo <strong>lo</strong> posible para construir<br />
nuestras vidas sobre f<strong>un</strong>damentos saludables y firmes, y evitar todo a<strong>que</strong>l<strong>lo</strong> <strong>que</strong> las<br />
debilita. No es <strong>un</strong>a cuestión de elección; es nuestro deber.<br />
Todos nosotros, presentes en esta conferencia, tomamos a serio el Mensaje de<br />
Fátima y <strong>que</strong>remos vivir de acuerdo con él. No por<strong>que</strong> a nosotros, por cualquier razón,<br />
nos gusta o por<strong>que</strong> él se encaja con nuestras preferencias subjetivas, sino por<strong>que</strong> es <strong>un</strong><br />
mensaje del Cie<strong>lo</strong>, reconocido y promovido por las más altas autoridades de la Iglesia; y<br />
por<strong>que</strong> él es, además de la Misa de San Pio V, la barrera insuperable erigida contra<br />
todas las herejías.<br />
Las apariciones de Nuestra Señora en Fátima dan testimonio de la importancia<br />
vital de vivir la vida de <strong>un</strong> modo sacrificial. El Rito Romano Tradicional, al contrario de<br />
la Reforma Litúrgica, personifica este espíritu de la manera más prof<strong>un</strong>da y perfecta.<br />
Que el hombre no separe, pues, <strong>lo</strong> <strong>que</strong> <strong>Dios</strong> <strong>un</strong>ió.<br />
http://www.fatima.org/span/crusader/cr104/cr104pg34.pdf