valores en proyectos cooperacion
valores en proyectos cooperacion
valores en proyectos cooperacion
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
VALORES EN LA DIRECCIÓN Y GESTIÓN DE PROYECTOS DE<br />
COOPERACIÓN AL DESARROLLO DE LAS ORGANIZACIONES<br />
NO GUBERNAMENTALES<br />
Boni, A. (p) , Lozano, J.F., Monterde, R.<br />
Departam<strong>en</strong>to de Proyectos de Ing<strong>en</strong>iería, Universidad Politécnica de Val<strong>en</strong>cia<br />
Resum<strong>en</strong><br />
El pres<strong>en</strong>te artículo pret<strong>en</strong>de analizar los <strong>valores</strong> morales que deberían inspirar la<br />
dirección y gestión de <strong>proyectos</strong> de cooperación al desarrollo realizados por las<br />
Organizaciones No Gubernam<strong>en</strong>tales de Desarrollo (ONGD) de cuarta g<strong>en</strong>eración.<br />
Partimos de la premisa que los <strong>proyectos</strong> de cooperación no están ori<strong>en</strong>tados al objeto,<br />
sino al objetivo de desarrollo, <strong>en</strong> las acciones de desarrollo no se debe at<strong>en</strong>der sólo al<br />
resultado final, sino al resultado total, t<strong>en</strong>i<strong>en</strong>do muy <strong>en</strong> consideración el cómo de las<br />
acciones de desarrollo.<br />
Tras una breve reflexión sobre de qué <strong>valores</strong> morales se está hablando, se<br />
caracterizarán las ONGD de cuarta g<strong>en</strong>eración y las distintas actividades que realizan.<br />
De <strong>en</strong>tre todas ellas, se describirán los <strong>proyectos</strong> de cooperación al desarrollo<br />
pres<strong>en</strong>tando una definición y una tipología de los mismos, caracterizando a los actores<br />
que intervi<strong>en</strong><strong>en</strong> <strong>en</strong> su realización y, por último, refiriéndose a sus fases.<br />
Finalm<strong>en</strong>te, se estudiará la influ<strong>en</strong>cia de esos <strong>valores</strong> morales <strong>en</strong> la realización de los<br />
<strong>proyectos</strong> de cooperación al desarrollo <strong>en</strong> todo el ciclo del proyecto, planteando que las<br />
consecu<strong>en</strong>cias que se derivan de su aplicación es que las acciones de desarrollo t<strong>en</strong>gan<br />
un carácter participativo, responsable, integral, transpar<strong>en</strong>te y <strong>en</strong>dóg<strong>en</strong>o.<br />
Abstract<br />
The pres<strong>en</strong>t article tries to analyze the moral values that should inspire the direction and<br />
managem<strong>en</strong>t of projects of developm<strong>en</strong>t cooperation made by Non Governm<strong>en</strong>tal<br />
Developm<strong>en</strong>t Organizations (NGDO) of fourth g<strong>en</strong>eration. We uphold the premise that<br />
the cooperation projects focus on the goal of developm<strong>en</strong>t not the object of the project;<br />
in the developm<strong>en</strong>t actions is not due to take care of the final result, but to the total<br />
result, taking care how to make the developm<strong>en</strong>t actions.<br />
After a brief reflection on of which moral values are, we tipify the NGDO of fourth<br />
g<strong>en</strong>eration and the differ<strong>en</strong>t activities that they carry out. Betwe<strong>en</strong> all of those, we<br />
analyze the developm<strong>en</strong>t cooperation projects, his definition, typologies, stakeholders<br />
and phases.<br />
Finally, we analyze the influ<strong>en</strong>ce of those moral values in the accomplishm<strong>en</strong>t of<br />
the project cycle managm<strong>en</strong>t, raising that the consequ<strong>en</strong>ces that derive from<br />
their application is that the developm<strong>en</strong>t actions have a participatory, responsible,<br />
integral, transpar<strong>en</strong>t and <strong>en</strong>dog<strong>en</strong>ous character.
1. LOS VALORES MORALES DE LA ÉTICA CÍVICA<br />
Valores hay de muy diverso tipo: s<strong>en</strong>sibles (placer-dolor, alegría-tristeza), útiles<br />
(capacidad-incapacidad, eficacia-ineficacia), vitales (salud-<strong>en</strong>fermedad, fortalezadebilidad),<br />
estéticos (hermoso-feo, armonioso-caótico), intelectuales (verdad-falsedad,<br />
conocimi<strong>en</strong>to-error), religiosos (sagrado-profano), pero, para tratar los <strong>valores</strong> <strong>en</strong> la<br />
realización de los <strong>proyectos</strong> de cooperación nos interesan los <strong>valores</strong> morales. Los<br />
<strong>valores</strong> morales son <strong>valores</strong> que se asum<strong>en</strong> internam<strong>en</strong>te y que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> dos<br />
características fundam<strong>en</strong>tales: 1) el asumirlos como propios dep<strong>en</strong>de de la libertad de<br />
las personas, y 2) se consideran válidos para todas las personas.<br />
Entre las tareas fundam<strong>en</strong>tales de la filosofía moral (ética) podemos decir que están las<br />
sigui<strong>en</strong>tes: 1) dilucidar <strong>en</strong> qué consist<strong>en</strong> los <strong>valores</strong> morales, 2) justificar con razones<br />
qué <strong>valores</strong> morales son preferibles a otros y 3) diseñar procedimi<strong>en</strong>tos para que estos<br />
<strong>valores</strong> aflor<strong>en</strong> y sean apreciados <strong>en</strong> los distintos ámbitos de la vida cotidiana. En la<br />
actualidad podemos afirmar que la historia de la ética, que ha caminado paso a paso con<br />
la historia de la humanidad, ha logrado justificar racionalm<strong>en</strong>te cinco <strong>valores</strong> morales<br />
fundam<strong>en</strong>tales: la libertad, la igualdad, la solidaridad, el respeto activo y la actitud de<br />
diálogo (la unión de todos ellos constituiría, a su vez, el valor de la justicia). Estos cinco<br />
<strong>valores</strong> son la base de lo que hoy se conoce como ética cívica. A ellos, sumaremos el<br />
valor responsabilidad por ser uno de los <strong>valores</strong> fundam<strong>en</strong>tales <strong>en</strong> la actividad<br />
proyectual.<br />
Veamos ahora brevem<strong>en</strong>te <strong>en</strong> qué consist<strong>en</strong> esos <strong>valores</strong>:<br />
1) Libertad. La libertad es el primer valor a t<strong>en</strong>er <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta porque es el presupuesto<br />
para la exist<strong>en</strong>cia de todos los demás. Cuando la ética nos dice lo que debemos hacer <strong>en</strong><br />
conci<strong>en</strong>cia, la libertad para escoger <strong>en</strong>tre varias posibilidades ti<strong>en</strong>e que estar<br />
presupuesta. La libertad es pues la condición de posibilidad del s<strong>en</strong>tido de cualquier<br />
<strong>en</strong>unciado que se refiera a lo que debemos hacer.<br />
2) Igualdad. Ti<strong>en</strong>e distintas acepciones: igualdad de todos los ciudadanos ante la ley,<br />
igualdad de oportunidades, e igualdad <strong>en</strong> ciertas prestaciones sociales. Todas estas<br />
nociones son políticas y económicas y hund<strong>en</strong> sus raíces <strong>en</strong> una idea más profunda:<br />
todas las personas son iguales <strong>en</strong> dignidad, hecho por el cual todas merec<strong>en</strong> igual<br />
consideración y respeto.<br />
3) Solidaridad. La solidaridad ti<strong>en</strong>e que ver con el esfuerzo por llevar la libertad, la<br />
igualdad y el resto de <strong>valores</strong> morales -es decir, la justicia-, a aquellos que no pued<strong>en</strong><br />
disfrutar de esos <strong>valores</strong>. Mi<strong>en</strong>tras que la caridad es una acción puntual para dar a otros<br />
algo que nos sobra, la solidaridad reflexiona sobre las injusticias -políticas, económicas<br />
o de otro tipo- y realiza acciones dirigidas a erradicarlas.<br />
4) Respeto activo. El respeto activo, <strong>en</strong> cambio, es el interés por compr<strong>en</strong>der a otros y<br />
por ayudar a llevar adelante sus planes de vida. En un mundo de desiguales, sin un
espeto activo es imposible que todos puedan desarrollar sus <strong>proyectos</strong> de vida, porque<br />
los más débiles rara vez estarán <strong>en</strong> condiciones de hacerlo.<br />
5) Diálogo. Las soluciones dialogadas a los conflictos son las verdaderam<strong>en</strong>te<br />
constructivas, siempre que los diálogos reúnan una serie de requisitos señalados por la<br />
ética discursiva. El que se toma el diálogo <strong>en</strong> serio: a) Ingresa <strong>en</strong> él conv<strong>en</strong>cido de que<br />
el interlocutor puede aportar algo, por eso está dispuesto a escucharlo. b) Está dispuesto<br />
a modificar su posición si le conv<strong>en</strong>c<strong>en</strong> los argum<strong>en</strong>tos del interlocutor. c) Está<br />
preocupado por buscar una solución correcta y, por tanto, por <strong>en</strong>t<strong>en</strong>derse con el<br />
interlocutor. d) La decisión final ha de at<strong>en</strong>der intereses universalizables, es decir, los de<br />
todos los afectados.<br />
6) Responsabilidad. La responsabilidad hace refer<strong>en</strong>cia al hecho de que se le pidan<br />
cu<strong>en</strong>tas a una persona por las consecu<strong>en</strong>cias negativas de algo que ha realizado o dejado<br />
de realizar, o se le reconozcan las consecu<strong>en</strong>cias positivas. La responsabilidad, como<br />
valor ético, ti<strong>en</strong>e que ver con las consecu<strong>en</strong>cias justas o injustas. Cuanto mayor es el<br />
poder que una persona ti<strong>en</strong>e, mayor es también su responsabilidad. Aún así, todos<br />
somos <strong>en</strong> cierto grado corresponsables por las consecu<strong>en</strong>cias de las acciones colectivas,<br />
por ejemplo, por la contaminación del medio ambi<strong>en</strong>te, y todos t<strong>en</strong>emos que aportar<br />
algo de nuestra parte para solucionar los problemas comunes.<br />
7) Justicia. Históricam<strong>en</strong>te ha recibido muchas formulaciones, si<strong>en</strong>do la más clásica la<br />
de Ulpiano, al decir que la justicia consiste <strong>en</strong> “dar a cada uno lo suyo”. Las tradiciones<br />
liberal y social que confluy<strong>en</strong> <strong>en</strong> la Declaración Universal de los Derechos Humanos<br />
acabarán reconoci<strong>en</strong>do que la justicia consiste <strong>en</strong> “dar a cada uno las condiciones para<br />
vivir <strong>en</strong> libertad y <strong>en</strong> igualdad”. En realidad la justicia es un valor que articula los<br />
restantes: el respeto a la libertad y su pot<strong>en</strong>ciación, el fom<strong>en</strong>to de la igualdad, la<br />
realización de la solidaridad, el respeto a las diversas formas de vida, la toma de<br />
decisiones comunes a través del diálogo, de manera responsable. Cuando se da todo eso,<br />
<strong>en</strong>tonces se da la justicia.<br />
2. LAS ORGANIZACIONES NO GUBERNAMENTALES DE DESARROLLO<br />
DE CUARTA GENERACIÓN<br />
Tras haber analizado los <strong>valores</strong> que conforman la ética cívica, es necesario det<strong>en</strong>erse a<br />
examinar las organizaciones no gubernam<strong>en</strong>tales de desarrollo (ONGD) de cuarta<br />
g<strong>en</strong>eración; para ello se com<strong>en</strong>zará con una definición de lo que se <strong>en</strong>ti<strong>en</strong>de por ONGD<br />
subrayando sus características fundam<strong>en</strong>tales. Posteriorm<strong>en</strong>te, se verán dos distintas<br />
taxonomías de ONGD, la que las difer<strong>en</strong>cias según las motivaciones de sus miembros y<br />
la que las clasifica por g<strong>en</strong>eraciones. Esta tipología es la más interesante a efectos de<br />
este trabajo ya que, <strong>en</strong> la última parte del mismo, se analizarán las implicaciones de los<br />
<strong>valores</strong> morales <strong>en</strong> la dirección y gestión de <strong>proyectos</strong> de cooperación al desarrollo de<br />
esta g<strong>en</strong>eración de ONGD.<br />
Para definir a las ONGD seguimos a Zavala [1994] que las define como organizaciones<br />
de carácter social, indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes y autónomas, jurídicam<strong>en</strong>te fundadas y que actúan<br />
sin finalidad de lucro. Su acción se ori<strong>en</strong>ta hacia la Cooperación al Desarrollo y hacia<br />
la búsqueda de acuerdos de ayudas <strong>en</strong>tre Gobiernos con el objetivo de provocar la
solidaridad y promover el desarrollo <strong>en</strong> los pueblos y sociedades del Tercer Mundo (...)<br />
“Su acción busca la canalización de recursos públicos y privados para llevar a cabo<br />
<strong>proyectos</strong> de desarrollo autónomos <strong>en</strong> los países subdesarrollados…Esta acción sobre<br />
el terr<strong>en</strong>o se complem<strong>en</strong>ta con las actividades de s<strong>en</strong>sibilización y educación para el<br />
desarrollo…,y con las actividades de lobby o presión política ante los gobiernos y los<br />
organismos.<br />
Tradicionalm<strong>en</strong>te, se ha clasificado a las ONGD según las motivaciones que aglutinan a<br />
los miembros de las Organizaciones. Ortega Carpio [1994: 164] distingue <strong>en</strong>tre ONGD<br />
de carácter religioso (creadas por iglesias e instituciones religiosas), político-sindicales<br />
(vinculadas a los partidos políticos y sindicatos), solidarias (que provi<strong>en</strong><strong>en</strong> de los<br />
movimi<strong>en</strong>tos y comités de solidaridad de los set<strong>en</strong>ta, que <strong>en</strong> los och<strong>en</strong>ta se<br />
transformaron <strong>en</strong> organizaciones de cooperación al desarrollo), internacionales<br />
(vinculadas a instituciones internacionales) y universitarias (nacidas <strong>en</strong> el s<strong>en</strong>o de la<br />
universidad).<br />
Otra clasificación, más interesantes a juicio de los autores de este trabajo, es la basada<br />
<strong>en</strong> las teorías de Kort<strong>en</strong> [1998]. Se distingue <strong>en</strong>tre cuatro g<strong>en</strong>eraciones <strong>en</strong> función del<br />
modelo de desarrollo desde el que plantean sus actuaciones. Las organizaciones de la<br />
primera g<strong>en</strong>eración planteaban un tipo de acciones de corte claram<strong>en</strong>te paternalista<br />
donde el protagonismo de la acción de desarrollo recaía <strong>en</strong> la ONG donante (la del país<br />
industrializado); las de segunda g<strong>en</strong>eración trabajan mayoritariam<strong>en</strong>te los <strong>proyectos</strong> de<br />
carácter sectorial con predominio de las áreas agrícola y educativa, que incid<strong>en</strong> <strong>en</strong> la<br />
creación de una infraestructura mínima capaz de promover la indep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia y el<br />
autoabastecimi<strong>en</strong>to. Sus acciones se realizan con un horizonte temporal de medio plazo.<br />
Las organizaciones de tercera g<strong>en</strong>eración buscan el desarrollo autosost<strong>en</strong>ido, autónomo<br />
y sistemático, desarrollo que carece de s<strong>en</strong>tido si no se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra articulado e inserto <strong>en</strong><br />
el marco social. Los <strong>proyectos</strong> se sumarán a los ya realizados como segunda g<strong>en</strong>eración,<br />
añadi<strong>en</strong>do ahora polival<strong>en</strong>cia y desarrollo institucional con una perspectiva a largo<br />
plazo. Por último, las de cuarta g<strong>en</strong>eración persigu<strong>en</strong> el empoderami<strong>en</strong>to y presión<br />
política. El empoderami<strong>en</strong>to (empowerm<strong>en</strong>t) consiste <strong>en</strong> hacer posible que las personas<br />
y grupos empobrecidos <strong>en</strong>ti<strong>en</strong>dan la naturaleza de su marginación, de manera que<br />
puedan llevar a cabo actuaciones eficaces para erradicar sus causas. Esto implica un<br />
mutuo reforzami<strong>en</strong>to o sinergia <strong>en</strong>tre el trabajo <strong>en</strong> el Norte y <strong>en</strong> el Sur. Esta g<strong>en</strong>eración<br />
asume <strong>en</strong> sus acciones la búsqueda del fortalecimi<strong>en</strong>to de la participación política, la<br />
construcción de plataformas estratégicas y la consolidación de la participación de la<br />
sociedad civil. Su papel consiste <strong>en</strong> ayudar a las personas a teorizar su propia práctica<br />
para dar orig<strong>en</strong> a métodos y técnicas apropiados que transform<strong>en</strong> la realidad. Todo ello<br />
sobre la base de políticas flexibles a corto plazo, articuladas con una sólida visión<br />
estratégica de los objetivos y metas, que permitan, a largo plazo, el desarrollo de los<br />
pueblos como sujetos de su propia historia.<br />
Esta difer<strong>en</strong>ciación <strong>en</strong> g<strong>en</strong>eraciones no es una definición estanca, ya que, <strong>en</strong> la<br />
actualidad, exist<strong>en</strong> organizaciones que realizan acciones que pued<strong>en</strong> <strong>en</strong>marcarse <strong>en</strong> más<br />
de una g<strong>en</strong>eración.<br />
3. EL PROYECTO DE COOPERACIÓN PARA EL DESARROLLO
No es fácil definir con exactitud qué es un proyecto de cooperación al desarrollo (<strong>en</strong><br />
adelante PCD), pues hay de difer<strong>en</strong>tes tipos, con características muy difer<strong>en</strong>tes unos de<br />
otros y con ámbitos de actuación dispares. Difer<strong>en</strong>tes definiciones han sido propuestas<br />
para explicar lo que es un proyecto. Una definición completa que <strong>en</strong>marque con<br />
exactitud el concepto de PCD es la sigui<strong>en</strong>te: Un Proyecto o programa de Cooperación<br />
para el Desarrollo es un conjunto de acciones de carácter puntual, localizadas geográfica<br />
y temporalm<strong>en</strong>te que, debidam<strong>en</strong>te programadas, persigu<strong>en</strong> un objetivo concreto<br />
previam<strong>en</strong>te establecido para el inicio, apoyo o promoción del proceso de desarrollo de<br />
un determinado grupo de personas mediante la colaboración <strong>en</strong> condiciones de igualdad<br />
<strong>en</strong>tre varios actores” [Ferrero, 1997: 292].<br />
Los Proyectos se difer<strong>en</strong>cian de otras acciones de otro tipo cuyo fin es el Desarrollo<br />
(como medidas macroeconómicas, préstamos o créditos, etc.) <strong>en</strong> su aspecto localizado y<br />
concreto, y <strong>en</strong> el conocimi<strong>en</strong>to previo de los b<strong>en</strong>eficiarios directos de la acción, las<br />
comunidades <strong>en</strong> las que se desarrollan las acciones y, <strong>en</strong> definitiva, todos los actores que<br />
intervi<strong>en</strong><strong>en</strong> <strong>en</strong> la concepción, diseño y ejecución de la acción o acciones. En los PCD, y<br />
esta es la primera gran difer<strong>en</strong>cia respecto a los <strong>proyectos</strong> que se ejecutan <strong>en</strong> el <strong>en</strong>torno de<br />
los países industrializados tal y como los <strong>en</strong>ti<strong>en</strong>d<strong>en</strong> los técnicos del Norte, el objeto del<br />
Proyecto no son las realizaciones materiales <strong>en</strong> sí mismas. Desde la perspectiva de los<br />
ing<strong>en</strong>ieros y profesionales de la ci<strong>en</strong>cia y tecnología de los países del Norte, se plantea que<br />
el fin de los <strong>proyectos</strong> sea la materialización de una serie de instalaciones, infraestructuras,<br />
edificaciones, etc. Por ello, toda la actividad proyectual desde su inicio está ori<strong>en</strong>tada por y<br />
para el objeto del proyecto. En los PCD, por contra, las "realizaciones materiales<br />
perman<strong>en</strong>tes" (obras, infraestructuras, etc.) no son el fin del proyecto. El fin del Proyecto<br />
es la consecución de una serie de objetivos que llev<strong>en</strong> al objetivo g<strong>en</strong>eral de paliar una<br />
falta de desarrollo o promover el mismo. Por ello, todo el ciclo del Proyecto de<br />
Cooperación Para el Desarrollo está ori<strong>en</strong>tado por Objetivos y para la consecución de los<br />
mismos.<br />
Los PCD ori<strong>en</strong>tados por objetivos pres<strong>en</strong>tan diversas tipologías; t<strong>en</strong>emos, por ejemplo,<br />
[Ferrero, 1997] <strong>proyectos</strong> dirigidos a colectivos específicos ( mujeres, refugiados, niños,<br />
colectivos Indíg<strong>en</strong>as, etc.), <strong>proyectos</strong> de desarrollo sectorial ( salud, educación,<br />
infraestructuras, etc.), <strong>proyectos</strong> de desarrollo institucional ( desarrollo comunitario,<br />
capacitación, etc.) y <strong>proyectos</strong> polival<strong>en</strong>tes ( desarrollo urbano, desarrollo rural,<br />
desarrollo integral, etc.).<br />
Por lo que respecta a los actores de las acciones de desarrollo, una de las primeras<br />
consideraciones a t<strong>en</strong>er <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta cuando hablamos de los PCD <strong>en</strong> el ámbito no<br />
gubernam<strong>en</strong>tal es que <strong>en</strong> ellos intervi<strong>en</strong><strong>en</strong>, de una forma u otra, diversos grupos<br />
humanos que asum<strong>en</strong> difer<strong>en</strong>tes roles. Básicam<strong>en</strong>te, <strong>en</strong> los PCD, pued<strong>en</strong> distinguirse<br />
tres tipos de funciones [Beaudoux et all, 1992]: la acción sobre el terr<strong>en</strong>o (1), el apoyo<br />
a la realización de esta acción (2) y la ayuda financiera y técnica necesaria para poder<br />
llevar a cabo las dos primeras (3). Lo deseable es que cada una de ellas las realice un<br />
actor difer<strong>en</strong>te: la organización de base ejecuta las acciones (nivel de acción sobre el<br />
terr<strong>en</strong>o) con el apoyo técnico (nivel de apoyo) de la organización local del país del Sur<br />
y el apoyo técnico y financiero de la organización del norte (nivel de apoyo y nivel de<br />
ayuda financiera).
Por último, Los Proyectos de Cooperación al Desarrollo, como cualquier otro tipo de<br />
proyecto, son susceptibles de ser descompuestos <strong>en</strong> una serie de fases. Así, podemos<br />
marcar como fases de un Proyecto de Cooperación al Desarrollo las sigui<strong>en</strong>tes:<br />
Id<strong>en</strong>tificación, Programación, Financiación, Seguimi<strong>en</strong>to y Evaluación.<br />
Evaluación<br />
Seguimi<strong>en</strong>to<br />
Financiación<br />
Figura 1: Las fases del ciclo de un proyecto de cooperación<br />
Fu<strong>en</strong>te: Comisión Europea: 2001<br />
Id<strong>en</strong>tificación<br />
Programaci<br />
ó<br />
4. LOS VALORES MORALES EN LA DIRECCIÓN Y GESTIÓN DE PCD DE<br />
LAS ONGD DE CUARTA GENERACIÓN<br />
En el inicio de este trabajo, se resaltaban siete <strong>valores</strong> morales que justifica la ética<br />
cívica y que se consideran válidos para todas las personas. Estos son: la libertad, la<br />
igualdad, la solidaridad, el respeto activo, el ethos dialógico, la responsabilidad y la<br />
justicia. Para una ONGD de cuarta g<strong>en</strong>eración que asume como prioritario el<br />
empoderami<strong>en</strong>to de los grupos empobrecidos de tal manera que <strong>en</strong>ti<strong>en</strong>dan la naturaleza<br />
de su marginación y puedan llevar a cabo actuaciones eficaces para erradicar sus causas,<br />
esos <strong>valores</strong> morales cobran especial relevancia. Por lo que se refiere a la influ<strong>en</strong>cia de<br />
esos <strong>valores</strong> morales <strong>en</strong> la realización de los <strong>proyectos</strong> de cooperación al desarrollo <strong>en</strong><br />
sus distintas fases, las consecu<strong>en</strong>cias que se derivan es que las acciones de desarrollo<br />
deb<strong>en</strong> ser: participativas, responsables, integrales, <strong>en</strong>dóg<strong>en</strong>as y transpar<strong>en</strong>tes.<br />
4.1. LA PARTICIPACIÓN EN LAS ACCIONES DE DESARROLLO<br />
Los <strong>proyectos</strong> y programas de cooperación propuestos pued<strong>en</strong> y deb<strong>en</strong> incorporar la<br />
participación activa de los involucrados y <strong>en</strong> particular de los más directam<strong>en</strong>te<br />
afectados por las acciones, como medio de asegurar una mejora efectiva y perman<strong>en</strong>te<br />
<strong>en</strong> el tiempo. Como afirma Stiglitz: “(...) los procesos ampliam<strong>en</strong>te participativos (de<br />
dar voz, apertura y transpar<strong>en</strong>cia) promuev<strong>en</strong> un desarrollo a largo plazo<br />
verdaderam<strong>en</strong>te exitoso” [Stiglitz 1999: 1]. En este punto es conv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>te resaltar que el<br />
proceso de participación puede ser tan importante como los resultados que se van<br />
g<strong>en</strong>erando. Los cons<strong>en</strong>sos se concretan a partir de la consideración amplia y efectiva de<br />
la población. Asimismo, favorece la superación de obstáculos políticos permiti<strong>en</strong>do la<br />
apropiación de las políticas resultantes y ayudando a increm<strong>en</strong>tar su legitimidad.<br />
La participación puede y debe darse <strong>en</strong> las difer<strong>en</strong>tes etapas <strong>en</strong> el proceso de <strong>proyectos</strong><br />
y programas. La incorporación de una participación significativa <strong>en</strong> el proceso será un
eto para todos los involucrados. Aquí, la participación hay que <strong>en</strong>t<strong>en</strong>derla <strong>en</strong> un s<strong>en</strong>tido<br />
amplio, <strong>en</strong>t<strong>en</strong>di<strong>en</strong>do que: “los procesos participativos deb<strong>en</strong> compr<strong>en</strong>der el diálogo<br />
abierto, así como el amplio y activo compromiso ciudadano, y requier<strong>en</strong> que los<br />
individuos t<strong>en</strong>gan “una voz” <strong>en</strong> las decisiones que les afectan”[Stiglitz, 1999:3].<br />
Prescindir de la participación efectiva de los afectados es un paternalismo éticam<strong>en</strong>te<br />
inaceptable, puesto que les priva de la oportunidad de asumir parte de responsabilidad<br />
que les corresponde como seres dotados de intelig<strong>en</strong>cia y libertad.<br />
Las acciones de cooperación – cuyo fin es el desarrollo humano y sost<strong>en</strong>ible – no<br />
pued<strong>en</strong> dejar de lado a ningún actor involucrado <strong>en</strong> la dinámica social del contexto <strong>en</strong> el<br />
que se planifica estrategias de desarrollo: gobiernos locales; partidos políticos y<br />
organizaciones sindicales; organizaciones que repres<strong>en</strong>tan a sectores más<br />
desfavorecidos (grupos comunitarios, organizaciones campesinas, autoridades<br />
tradicionales, ONG de base); colectivos empresariales (<strong>en</strong> especial los repres<strong>en</strong>tativos<br />
de pequeñas y medianas empresas) y organizaciones gremiales; investigadores<br />
académicos y analistas; medios de comunicación. La participación efectiva necesita de<br />
una consideración especial sobre la información, sus canales y el flujo de ésta. Cabe<br />
destacar especialm<strong>en</strong>te la importancia de la mejora <strong>en</strong> el flujo de abajo hacia arriba. Son<br />
extremadam<strong>en</strong>te necesarios para permitir que los responsables de la formulación de<br />
políticas públicas <strong>en</strong>ti<strong>en</strong>dan mejor las realidades y perspectivas de la población más<br />
necesitada. Para que la población tome conci<strong>en</strong>cia firme de los derechos que le son<br />
inali<strong>en</strong>ables, estos deb<strong>en</strong> ser traducidos <strong>en</strong> políticas concretas, ampliam<strong>en</strong>te divulgadas,<br />
efectivam<strong>en</strong>te ejecutadas y públicam<strong>en</strong>te controladas y evaluadas.<br />
Exist<strong>en</strong> multitud de ejemplos <strong>en</strong> la bibliografía [Hancock, 1991; Sogge, 1998; Gómez<br />
Gil, 2001] que muestran el fracaso de acciones de desarrollo financiadas por la ayuda<br />
internacional debida a una falta de id<strong>en</strong>tificación de la población receptora de la ayuda<br />
con los objetivos y resultados esperados. Maquinaria abandonada por falta de<br />
mant<strong>en</strong>imi<strong>en</strong>to y repuestos (tecnología inapropiada al contexto), edificaciones sanitarias<br />
equipadas con moderno equipami<strong>en</strong>to convertidas <strong>en</strong> almac<strong>en</strong>es para acopio de grano,<br />
infraestructuras para el suministro de agua potable saboteadas, fondos rotatorios que<br />
acaban <strong>en</strong> las cantinas, son algunos de los múltiples ejemplos que desgraciadam<strong>en</strong>te<br />
resultan más habituales de lo que sería deseable.<br />
4.2. LA RESPONSABILIDAD EN LAS ACCIONES DE DESARROLLO<br />
Las acciones de desarrollo deb<strong>en</strong> ser responsables de las consecu<strong>en</strong>cias que, a medio y<br />
largo plazo, se derivan de ellas. Esta advert<strong>en</strong>cia es especialm<strong>en</strong>te importante <strong>en</strong> las<br />
acciones de desarrollo y, lam<strong>en</strong>tablem<strong>en</strong>te hasta ahora, frecu<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te olvidada. Los<br />
programas, estrategias e iniciativas de desarrollo deb<strong>en</strong> t<strong>en</strong>er muy <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta las<br />
consecu<strong>en</strong>cias de su acción. No basta sólo con la int<strong>en</strong>ción. Las relaciones causales <strong>en</strong><br />
sistemas tan complejos exig<strong>en</strong> un gran esfuerzo intelectual para poder prever o apuntar<br />
las consecu<strong>en</strong>cias a medio y largo plazo de nuestras acciones. Puede darse el caso – de<br />
hecho se ha dado frecu<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te – de que iniciativas con bu<strong>en</strong>a int<strong>en</strong>ción hayan<br />
g<strong>en</strong>erado consecu<strong>en</strong>cias dramáticas <strong>en</strong> los b<strong>en</strong>eficiarios de esa acción. Algunos de los<br />
ejemplos citados <strong>en</strong> el apartado anterior respond<strong>en</strong> a este modelo.
La responsabilidad a la que aludimos se puede ver reflejada <strong>en</strong> dos grandes categorías<br />
<strong>en</strong> las que <strong>en</strong>globar las consecu<strong>en</strong>cias de las acciones llevadas a cabo. Por un lado, se<br />
<strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra la responsabilidad pública relacionada con el bu<strong>en</strong> uso de fondos públicos.<br />
Por otro se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran los posibles impactos negativos <strong>en</strong> las comunidades receptoras.<br />
Por bu<strong>en</strong> uso de los fondos público, nos estamos refiri<strong>en</strong>do tanto al uso efici<strong>en</strong>te de los<br />
mismos, con objeto de g<strong>en</strong>erar máxima mejora posible de la calidad de vida de los<br />
destinatarios, como a su aplicación <strong>en</strong> programas que realm<strong>en</strong>te están ori<strong>en</strong>tados hacia<br />
propuestas de desarrollo. Las políticas de desarrollo deb<strong>en</strong> t<strong>en</strong>er muy pres<strong>en</strong>te la<br />
int<strong>en</strong>ción de la acción así como analizar y estudiar muy bi<strong>en</strong> sus posibles consecu<strong>en</strong>cias<br />
a medio y largo plazo. Queda pat<strong>en</strong>te la urg<strong>en</strong>cia, desde la óptica de la responsabilidad,<br />
del compromiso de los ag<strong>en</strong>tes de cooperación, especialm<strong>en</strong>te de los ag<strong>en</strong>tes del Norte,<br />
con las consecu<strong>en</strong>cias de las acciones promovidas. La formulación de políticas de<br />
cooperación responsables supone una consideración coher<strong>en</strong>te de una realidad, la de las<br />
desigualdades y la injusticia social, muy compleja e interdep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te. La cooperación<br />
para el desarrollo no debe ejercer un rol amortiguador de conci<strong>en</strong>cias, un elem<strong>en</strong>to<br />
comp<strong>en</strong>satorio de las distorsiones que provoca un sistema económico g<strong>en</strong>erador de<br />
dichas desigualdades. Ni si quiera cuantitativam<strong>en</strong>te, con las cifras que se manejan, es<br />
posible. Pero aunque así fuera, además de ineficaz, no resulta éticam<strong>en</strong>te responsable.<br />
4.3. LAS ACCIONES DE DESARROLLO DEBEN SER ENDÓGENAS<br />
Fr<strong>en</strong>te a la influ<strong>en</strong>cia externa, ejercida desde instancias superiores con visión<br />
macroscópica, se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra siempre la persona. Cada persona necesita de razones de<br />
pert<strong>en</strong><strong>en</strong>cia a una comunidad de refer<strong>en</strong>cia, que sea punto de mira de su id<strong>en</strong>tidad<br />
cultural, lingüística, religioso-trasc<strong>en</strong>d<strong>en</strong>tal, política y económica. Y esta percepción es<br />
abarcada <strong>en</strong> primera instancia desde los s<strong>en</strong>tidos, se puede y se quiere poder tocar.<br />
Es por ello que <strong>en</strong> los procesos de desarrollo éticam<strong>en</strong>te corresponsables desde la<br />
perspectiva aquí pres<strong>en</strong>tada la visión local y la iniciativa <strong>en</strong>dóg<strong>en</strong>a cobran un s<strong>en</strong>tido<br />
práctico <strong>en</strong> la conjugación de las consecu<strong>en</strong>cias de las revoluciones tecnológicas,<br />
económicas y políticas <strong>en</strong> tiempo pres<strong>en</strong>te, dado que es la id<strong>en</strong>tidad local la que puede<br />
reaccionar con propuestas contextualizadas ante la distorsión provocada por una norma<br />
externa. El papel de los <strong>proyectos</strong> de cooperación, desde la óptica de la transfer<strong>en</strong>cia de<br />
recursos, la inversión externa y la transfer<strong>en</strong>cia de tecnología, constituye una estrategia<br />
que pierde peso. Fr<strong>en</strong>te a ellas, resultan más coher<strong>en</strong>te <strong>en</strong> un papel de facilitadores de<br />
las condiciones necesarias: amortiguador de la dureza de la agresión de políticas<br />
neoliberales, garante del respeto a los Derechos Humanos, transmisor de las necesidades<br />
reales de la población desfavorecida hacia las instancias del mundo <strong>en</strong>riquecido.<br />
4.4. LA TRANSPARENCIA EN LAS ACCIONES DE DESARROLLO<br />
Por lo que a los <strong>proyectos</strong> de cooperación al desarrollo se refiere, se podría afirmar que<br />
las condiciones y los procesos de ayuda deb<strong>en</strong> ser públicas <strong>en</strong> su totalidad y deberían<br />
poder resistir un análisis público, <strong>en</strong> el que los más necesitados de dicha ayuda pudieran<br />
demostrar su as<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>to racional a dichas condiciones. Como se afirma <strong>en</strong> las<br />
conclusiones de la reci<strong>en</strong>te cumbre sobre Finanaciación del Desarrollo (Monterrey,<br />
Mexico; marzo de 2002) “para movilizar los recursos públicos y administrar su uso, es<br />
fundam<strong>en</strong>tal que los gobiernos cu<strong>en</strong>t<strong>en</strong> con un sistema que se caracterice por (...) su
transpar<strong>en</strong>cia”. La transpar<strong>en</strong>cia implica estrategias comprometidas y arriesgadas desde<br />
el punto de vista del bu<strong>en</strong> gobierno, ori<strong>en</strong>tadas a establecer mecanismos realistas para<br />
que la g<strong>en</strong>te pueda exigir a gobiernos y proveedores privados de servicios que rindan<br />
cu<strong>en</strong>tas por suministro de bi<strong>en</strong>es y servicios, así como por la utilización g<strong>en</strong>eral del<br />
gasto público.<br />
Habitualm<strong>en</strong>te se ti<strong>en</strong>de p<strong>en</strong>sar <strong>en</strong> países empobrecidos cuando se habla de la necesidad<br />
de la democratización de las instituciones públicas, la lucha contra la corrupción, la<br />
transpar<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> las acciones del gobierno, etc. No se debe olvidar que estos principios<br />
son también ética de mínimos, principios de común acuerdo y cumplimi<strong>en</strong>to <strong>en</strong><br />
sociedades democráticas 1 . Y, <strong>en</strong> ocasiones, debemos recordárnoslo a nuestras propias<br />
sociedades <strong>en</strong>riquecidas, y quizá con un especial matiz cuando hablamos de ayuda al<br />
desarrollo. 2<br />
4.5. LA INTEGRALIDAD DE LAS ACCIONES DE DESARROLLO<br />
La terminología “integral” o “integralidad” referida a los programas de desarrollo ha<br />
tomado relevancia <strong>en</strong> los últimos años <strong>en</strong> nuestro país. Desde la reflexión sobre el<br />
fracaso de muchas de las acciones puntuales que <strong>en</strong> forma de proyecto se han v<strong>en</strong>ido<br />
realizando o bi<strong>en</strong> desde la influ<strong>en</strong>cia de t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cias internacionales <strong>en</strong> las que la<br />
reflexión ha pasado a la propuesta y la acción, el hecho es que <strong>en</strong> el mapa de la<br />
cooperación para el desarrollo <strong>en</strong> España <strong>en</strong> al actualidad destaca el tono “integral” <strong>en</strong><br />
casi cualquier <strong>en</strong>tidad pública o privada, de ámbito estatal o local. Previam<strong>en</strong>te, sin<br />
embargo convi<strong>en</strong>e aclarar, de forma sucinta, a qué nos estamos refiri<strong>en</strong>do con la<br />
integralidad <strong>en</strong> las acciones de desarrollo. Consideramos necesaria esta puntualización<br />
precisam<strong>en</strong>te porque al amparo de este s<strong>en</strong>cillo calificativo pued<strong>en</strong> <strong>en</strong>cuadrarse (y de<br />
hecho lo hac<strong>en</strong> <strong>en</strong> la actualidad) propuestas es<strong>en</strong>cialm<strong>en</strong>te difer<strong>en</strong>tes.<br />
Se habla de “proyecto integral” <strong>en</strong> el campo de acción de los PCD a aquel plan de<br />
acción cuyos resultados se <strong>en</strong>cuadran <strong>en</strong> más de un sector de interv<strong>en</strong>ción. Así pues, un<br />
proyecto que contemple la construcción de una escuela de educación primaria y un<br />
sistema de abastecimi<strong>en</strong>to de agua a una pequeña comunidad rural es considerado un<br />
proyecto integral. A m<strong>en</strong>udo, los <strong>proyectos</strong> integrales pret<strong>en</strong>d<strong>en</strong> abarcar también una<br />
agregación territorial mayor, <strong>en</strong> contraposición a los <strong>proyectos</strong> que tradicionalm<strong>en</strong>te han<br />
sido acciones muy localizadas geográficam<strong>en</strong>te.<br />
Las acciones de cooperación para el desarrollo deb<strong>en</strong> partir de una concepción integral<br />
desde su inicio. Los procesos de desarrollo se sitúan <strong>en</strong> contextos comunitarios que<br />
1 Desafortunadam<strong>en</strong>te, la historia de la ayuda al desarrollo está ll<strong>en</strong>a de ejemplos que sobrepasan de forma flagrante y<br />
descarada toda consideración de una mínima consideración moral. “Todo lo que ve a nuestro alrededor está<br />
financiado por el gobierno francés. Le pedimos dinero a los franceses, lo cogemos y nos lo gastamos”. Con esta<br />
frialdad se expresaba un ex-jefe de estado c<strong>en</strong>troafricano refiriéndose al lujo que le rodeaba, pagado por la ayuda<br />
francesa. En una ceremonia diseñada por él mismo, para convertirse de Jefe de Estado <strong>en</strong> Emperador, Jean Bedel<br />
Bokassa dilapidó cifras absolutam<strong>en</strong>te irrever<strong>en</strong>tes <strong>en</strong> lujos tales como una corona valorada <strong>en</strong> $2 millones de 1977<br />
(Hancock, 1991).<br />
2 Nuestro país sigue t<strong>en</strong>i<strong>en</strong>do un sistema de ayuda ligada (los créditos FAD) como principal herrami<strong>en</strong>ta de<br />
cooperación para el desarrollo. Cabe recordar que estos créditos, además de haber financiado <strong>en</strong> el pasado la<br />
exportación de armam<strong>en</strong>to o la p<strong>en</strong>etración de empresas españolas <strong>en</strong> países donde se violaban sistemáticam<strong>en</strong>te los<br />
derechos humanos, han sido c<strong>en</strong>tro de irregularidades detectadas tanto por ag<strong>en</strong>tes públicos del Estado, como el<br />
Tribunal de Cu<strong>en</strong>tas, como por <strong>en</strong>tidades internacionales, como es el caso del secretariado del Comité de Ayuda al<br />
Desarrollo (CAD) de la OCDE <strong>en</strong> 1998 (Gómez Gil, 2001).
constituy<strong>en</strong> auténticos sistemas complejos. En estos sistemas exist<strong>en</strong> multitud de<br />
factores de muy diversa índole que afectan a los procesos. No puede <strong>en</strong>t<strong>en</strong>derse el<br />
sistema desde un único punto de vista, sea éste económico-financiero, político, social,<br />
cultural, etc., sino el conjunto de todos ellos. Y tampoco la agregación de ellos como<br />
elem<strong>en</strong>tos indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes: los difer<strong>en</strong>tes factores que afectan al proceso a su vez se<br />
interrelacionan <strong>en</strong>tre ellos. Así, desde una ética cívica las acciones éticam<strong>en</strong>te<br />
aceptables no pued<strong>en</strong> sino considerar esta visión de justicia multidim<strong>en</strong>sional: un bu<strong>en</strong><br />
programa de acción que promueva el desarrollo humano y sost<strong>en</strong>ible debe superar la<br />
visión de satisfacción de necesidades 3 como si de realidades inconexas se tratas<strong>en</strong>; por<br />
el contrario, para el logro de una verdadera autonomía de personas y pueblos, el<br />
reconocimi<strong>en</strong>to y consecu<strong>en</strong>te tratami<strong>en</strong>to de la multidim<strong>en</strong>sionalidad del problema del<br />
desarrollo constituye un planteami<strong>en</strong>to de base.<br />
Refer<strong>en</strong>cias Bibliográfícas<br />
Beaudoux, E. et al Guía Metodológica de apoyo a <strong>proyectos</strong> y acciones para el<br />
desarrollo, Iepala, Madrid, 1992.<br />
Comisión de las Comunidades Europeas, Gestión del Ciclo de un Proyecto. Enfoque<br />
Integrado y Marco Lógico (Manual). Serie Métodos e Instrum<strong>en</strong>tos para la Gestión del<br />
Ciclo de un Proyecto, 1993.<br />
Ferrero, G., “Los <strong>proyectos</strong> de cooperación al desarrollo” <strong>en</strong> Introducción a la<br />
Cooperación para el Desarrollo, Boni, A y Ferrero G (eds.), SPUPV, Val<strong>en</strong>cia, 1997,<br />
pp. 289-320.<br />
Gómez Gil, C., “Más de lo mismo”, <strong>en</strong> Nieto Pereira, L. (ed.) Otra perspectiva de la<br />
Cooperación al desarrollo del Estado Español. Paz con Dignidad, Madrid, 2001, pp.<br />
27-53.<br />
Hancock, G. Lords of Poverty, Mandarin Londres, 1991.<br />
Kort<strong>en</strong> 1988 <strong>en</strong> S<strong>en</strong>illosa, I. El Papel de las ONGD <strong>en</strong> el Norte <strong>en</strong> Confer<strong>en</strong>cia SUR-<br />
NORTE: “Juntos para la Erradicación de la Pobreza”, INTERMÓN. Mayo 1996.<br />
Ortega, M.L., Las ONGD y la Crisis del Desarrollo, IEPALA, Madrid, 1994.<br />
S<strong>en</strong>, A., Desarrollo y libertad, Planeta, Barcelona 2000.<br />
Sogge, D. (ed) Compasión y cálculo. Barcelona, ICARIA. 1998.<br />
Stiglitz, J. “Participación y desarrollo: perspectivas desde el paradigma integral de<br />
desarrollo”, [www.iigov.org]. 1999,<br />
Zavala Matulic I. <strong>en</strong> Martínez González – Tablas (Cord.) Cooperación al Desarrollo: la<br />
experi<strong>en</strong>cia internacional y el caso español, Icaria, Madrid, 1994, Pág. 353-54.<br />
CORRESPONDENCIA<br />
Alejandra Boni Aristizábal<br />
Departam<strong>en</strong>to Proyectos de Ing<strong>en</strong>iería, ETSII ED 3, 46022 Val<strong>en</strong>cia, Spain<br />
Tel: 34 96 3877007 (ext. 75689), aboni@dpi.upv.es<br />
3 Este está un <strong>en</strong>foque muy ext<strong>en</strong>dido <strong>en</strong>tre qui<strong>en</strong>es <strong>en</strong>ti<strong>en</strong>d<strong>en</strong> que la tarea del desarrollo es increm<strong>en</strong>tar las utilidades para<br />
satisfacer las necesidades. Aquí <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dían la necesidad <strong>en</strong> la línea de A. Smith como “aquello que necesita una persona para<br />
aparecer <strong>en</strong> público sin sonrojarse”. S<strong>en</strong> ha puesto de manifiesto las limitaciones de esta interpretación y la necesidad de<br />
superarla desde la perspectiva de las libertades. Cf. S<strong>en</strong> 2000.