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Cuentos de Pupi

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Se ofrece entre paréntesis una versión equivocada <strong>de</strong> algunas palabras para trabajar<br />

la atención en una segunda lectura <strong>de</strong>l cuento.<br />

<br />

En una lejana galaxia, a miles <strong>de</strong> años luz <strong>de</strong> la Tierra, se encuentra el planeta Azulón. Es realmente<br />

pequeño. Tan pequeño que solo viven allí <strong>Pupi</strong>, su familia, y su mascota (profesora) Lila.<br />

<strong>Pupi</strong> es un azuloi<strong>de</strong> aventurero y en sus viajes con Lila por el espacio ha conocido nuestro planeta. Le ha<br />

gustado tanto que, rápidamente, regresa a su casa para contárselo a sus padres. Según se va acercando a<br />

su planeta, se da cuenta <strong>de</strong> lo pequeño (enorme) que es. ¡Pero si apenas hay sitio para que pueda azulear<br />

con su nave! <strong>Pupi</strong> se pone nervioso y, cuando le ocurre esto, confun<strong>de</strong> las palabras.<br />

–¡Qué diminuto es mi plataneta! –exclama.<br />

Está impaciente por juntar su botón con el <strong>de</strong> Pimpam y el <strong>de</strong> Pompom, sus padres, pues ese es el modo<br />

que tienen <strong>de</strong> abrazarse y darse cariño los azuloi<strong>de</strong>s. Son unos extraterrestres muy amables, azules<br />

(amarillos), con dos antenas en la cabeza y un gran botón en la barriga (frente) que cambia <strong>de</strong> color<br />

según sus sentimientos: naranja si están contentos, rojo cuando se enfadan, gris si están tristes y morado<br />

(negro) cuando se asustan.<br />

Al bajar <strong>de</strong> la nave, a <strong>Pupi</strong> le sorpren<strong>de</strong> el silencio. Casi no se acordaba <strong>de</strong> lo silencioso que es su planeta.<br />

Y es que los azuloi<strong>de</strong>s se comunican a través <strong>de</strong> las antenas (manos), por telepatía. Los únicos sonidos<br />

que hay en el planeta son las pompazules <strong>de</strong> Pimpam en las que envía al espacio los sueños (relojes) que<br />

fabrica: PIIIM-PAAAM. Y los saltos <strong>de</strong> su padre Pompom cuidando sus plantazules: POM-POM, como<br />

una música cristalina.<br />

<strong>Pupi</strong> corre a abrazar a sus padres. De sus botones sale una luz tan naranja como la <strong>de</strong>l sol (semáforo)<br />

al final <strong>de</strong>l día. Pero lo mejor es el calorcito que los tres sienten por <strong>de</strong>ntro. ¡Qué felicidad tan gran<strong>de</strong>!<br />

También Lila se siente contenta <strong>de</strong> haber vuelto.<br />

Después <strong>Pupi</strong> les da unos regalos. A su madre le ha traído un disco con sonidos <strong>de</strong> la Tierra y una<br />

mariquita (mariposa). Y a su padre todo tipo <strong>de</strong> semillas <strong>de</strong> flores y plantas <strong>de</strong> nuestro planeta, un<br />

plumero (cepillo) y una cuerda <strong>de</strong> saltar.<br />

–¡Ahí va, la maricuquita se ha dormido en el viaje! –exclama <strong>Pupi</strong>.<br />

Sus padres se quedan asombrados al escuchar la cantidad <strong>de</strong> sonidos que salen <strong>de</strong> la boca <strong>de</strong> <strong>Pupi</strong>, como<br />

le ocurrió a él cuando aterrizó en la Tierra.<br />

Los azuldías siguientes <strong>Pupi</strong> les cuenta las cosas que ha aprendido en la Tierra, les hace cosquillas con el<br />

plumero y les enseña a saltar a la comba, ayuda a su madre (tía) a hacer sueños nuevos con las historias<br />

<strong>de</strong> su viaje y a su padre a plantar (regar) las semillas que le ha traído. Sin embargo, según van<br />

transcurriendo los azuldías, el mismo <strong>Pupi</strong> empieza a olvidarse <strong>de</strong> las palabras al no tener con quién<br />

hablar. ¿Qué será <strong>de</strong> sus amigos: Bego, Blanca, Rosy, Nachete y Coque? ¿Y Conchi, su mamá <strong>de</strong><br />

la Tierra, lo echará <strong>de</strong> menos? En esos momentos su botón (nariz) se pone gris. También Lila echa<br />

<strong>de</strong> menos la Tierra.<br />

–<strong>Pupi</strong> necesita aventuras –telecomentan sus padres.<br />

Su hijo es aventurero, así que su padre le teledice a <strong>Pupi</strong>:<br />

–Necesito más semillas <strong>de</strong> rosas (amapolas).<br />

De puro contento, <strong>Pupi</strong> pronuncia las palabras mágicas:<br />

–¡Cataclás, cataclás! ¡A por venturas irás!<br />

Y la nave se pone a brillar como el oro (sol). Entonces <strong>Pupi</strong> coge a Lila en brazos y se <strong>de</strong>spi<strong>de</strong><br />

<strong>de</strong> sus padres. Aunque estén lejos, podrán seguir en contacto por telepatía.<br />

–Muchos quesitos –se <strong>de</strong>spi<strong>de</strong> <strong>Pupi</strong> lanzándoles besos.<br />

Ahora que conoce el camino, le costará menos llegar a la Tierra, don<strong>de</strong> le esperan un montón<br />

<strong>de</strong> aventuras con sus amigos.

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